Con Proyecto De Decreto, Por El Que Se Reforman Y
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
CON PROYECTO DE DECRETO, POR EL QUE SE REFORMAN Y ADICIONAN LOS ARTÍCULOS 25, 73 Y 117 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, PRESENTADA POR LOS SENADORES FRANCISCO BÚRQUEZ VALENZUELA, FERNANDO HERRERA ÁVILA, MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO GURZA, ERNESTO RUFFO APPEL, JUAN FERNÁNDEZ SÁNCHEZ NAVARRO, VÍCTOR HERMOSILLO Y CELADA, SILVIA GARZA GALVÁN, MARTÍN OROZCO SANDOVAL, DANIEL ÁVILA RUIZ, MARCELA TORRES PEIMBERT, JOSÉ ROSAS AISPURO TORRES, MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, JUAN CARLOS ROMERO HICKS, FRANCISCO LÓPEZ BRITO, MARTHA GARCÍA GÓMEZ, JORGE PRECIADO RODRÍGUEZ, PILAR ORTEGA MARTÍNEZ, JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ MARTÍNEZ, ROSA DÍAZ LIZAMA, LAURA ROJAS HERNÁNDEZ, JAVIER CORRAL JURADO Y RAÚL GRACIA GUZMÁN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PAN México, DF, a 15 de octubre de 2015. Secretarios de la Cámara de Diputados Presentes Me permito comunicar a usted que en sesión celebrada en esta fecha, los senadores Francisco Búrquez Valenzuela, Fernando Herrera Ávila, Mariana Gómez del Campo Gurza, Ernesto Ruffo Appel, Juan Fernández Sánchez Navarro, Víctor Hermosillo y Celada, Silvia Garza Galván, Martín Orozco Sandoval, Daniel Ávila Ruíz, Marcela Torres Peimbert, José Rosas Aispuro Torres, Maki Ortiz Domínguez, Juan Carlos Romero Hicks, Francisco López Brito, Martha García Gómez, Jorge Preciado Rodríguez, Pilar Ortega Martínez, José María Martínez Martínez, Rosa Díaz Lizama, Laura Rojas Hernández, Javier Corral Jurado y Raúl Gracia Guzmán, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, con aval de grupo, presentaron iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan los artículos 25, 73 y 117 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La Presidencia, con fundamento en los artículos 66, párrafo 1, inciso a) y 67, párrafo 1, inciso b) de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos; 174, 175 párrafo 1, 176, 177, párrafo 1 y 178 del Reglamento del Senado, dispuso que dicha iniciativa, misma que se anexa, se turnara a la Cámara de Diputados. Atentamente Senador José Rosas Aispuro Torres (rúbrica) Vicepresidente Los suscritos Francisco Búrquez Valenzuela, Fernando Herrera Ávila, Mariana Gómez del Campo Gurza, Ernesto Ruffo Appel, Juan Fernández Sánchez Navarro, Víctor Hermosillo y Celada, Silvia Guadalupe Garza Galván, Martín Orozco Sandoval, Daniel Ávila Ruiz, Marcela Torres Peimbert, José Rosas Aispuro Torres, Maki Esther Ortiz Domínguez, Juan Carlos Romero Hicks, Francisco Salvador López Brito, Martha Elena García Gómez, Jorge Luis Preciado Rodríguez, María del Pilar Ortega Martínez, José María Martínez Martínez, Rosa Adriana Díaz Lizama, Laura Rojas Hernández, Javier Corral Jurado y Raúl Gracia Guzmán senadores de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión, integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 71, fracción II y 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los artículos 8, fracción 1, 164, numerales 1 y 3, y 169 del Reglamento del Senado de la República, sometemos a consideración de esta soberanía la siguiente iniciativa con aval del grupo con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan los artículos 25, 73 y 117 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al tenor de la siguiente Exposición de Motivos México se encuentra al borde de una grave crisis de deuda pública. En diciembre de 2012 el gobierno recibió una deuda pública inferior a 5.9 billones de pesos. Ya se trataba entonces de una deuda grande. Así, Enrique Peña Nieto, el primero de diciembre de 2012, al asumir la Presidencia de la República, manifestó lo siguiente: “En mi gobierno el manejo responsable será la base para lograr un crecimiento económico sostenido y promover la generación de empleos. Por ello, en los próximos días, pondré a consideración el Paquete Económico 2013 con un cero déficit presupuestal.” La realidad fue muy diferente a la promesa del presidente. En 2013 el déficit fue de 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) para acumularse una deuda de 39 por ciento. Este endeudamiento, lejos de corregirse, se siguió agravando en los años subsecuentes. Hoy ya se ha disparado a más de 8 billones de pesos, 47 por ciento del PIB. La deuda pública por trabajador mexicano es de más de 160 mil pesos. Cada niño que nace hoy ya debe más de 70 mil pesos de deuda pública. La deuda pública ha crecido a tasas en torno a 10 por ciento anual desde que este gobierno inició. Lo peor de todo es que esta administración se empeña en correr riesgos innecesarios que a final de cuentas los tiene que pagar la ciudadanía, ya que el crecimiento de la deuda externa del gobierno federal ha ido creciendo de manera significativa. Por ejemplo, de enero a junio de 2007 el saldo representaba 4 por ciento del PIB, mientras que 2015 aumentó a 7.2: habrá que recordar que la crisis económica por la cual atravesó el país, dada la política de deuda pública en el año 1994, fue por una situación de deuda asociada al dólar, que culminó con la depreciación del peso. Esta situación implica que el gobierno federal tiene la obligación de destinar mayores recursos públicos para cubrir un mayor costo financiero de la deuda, derivado del crecimiento de la deuda y de la depreciación del peso respecto al dólar. Lo cierto es que se deben pagar más pesos por un dólar. Así, mientras que en el periodo enero-junio de 2014 se erogaron por concepto de costo financiero 173, 186 millones de pesos; para el mismo periodo de 2015, el monto sumó 210, 316, lo que implicó erogaciones adicionales por 37, 129 millones de pesos. Otra situación a tener en cuenta ante estos niveles de contratación de deuda pública, es la sostenibilidad de la misma. De acuerdo con los datos, ésta se está deteriorando, pues en 2006 por cada peso de ingresos el gobierno federal se endeudaba con 0.88 pesos, para 2015, la situación empeoró ya que ésta aumentó a 2.85 pesos, lo cual a este paso hace insostenible el pago de la deuda. El gobierno no tiene control de la deuda, ya que al inicio de la actual administración, estimó que para 2016 la deuda pública representaría 36 por ciento del PIB y hoy reconoce que llegaremos a 48 por ciento. Con estos datos se prevé que el gasto continúe siendo mayor que los ingresos presupuestarios, debido a la ratificación del Acuerdo de Certidumbre Tributaria, publicado en 2014, en donde el gobierno federal se comprometió a no hacer cambios a la estructura tributaria aplicable de 2014 a 2018, por tanto el endeudamiento será el mecanismo para financiar el déficit fiscal. Ahora, la administración en turno asegura que para 2018 la deuda será de 47 por ciento. Pero tomando en consideración que cada año revisa a la alza el crecimiento de la deuda nos encaminamos a un escenario preocupante. Las tendencias apuntan a que terminaremos este sexenio con una deuda de más de 60 por ciento del producto interno bruto. La trayectoria que está siguiendo el saldo histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, apuntan a que en 2030 puede llegar a representar 90 por ciento del producto interno bruto. Ante esta situación, el estado debe actuar con audacia y responsabilidad, por lo que es impostergable eliminar inmediatamente la capacidad del gobierno para endeudarse. Cuando un político endeuda, este no asume ningún riesgo. Pero sí recibe inmediatamente el beneficio de la deuda: más recursos para gastar sin responsabilizarse hoy, es decir, un beneficio clientelar. ¿Y el costo? No será de los gobiernos en turno, sino de los futuros, los gobiernos que vengan y los ciudadanos deberán pagar con recursos que serán arrebatados del fruto de su trabajo. Las administraciones y su creciente burocracia siempre tendrán incentivos para endeudarse más allá de lo razonable. Así, lo que en principio parece un nivel manejable de endeudamiento tiende a convertirse en un grave problema que amenaza las finanzas del país y, en consecuencia, las finanzas de cada familia. En definitiva, no se cuestionan los supuestos beneficios teóricos de la deuda pública en un modelo ideal donde un planeador central optimiza decisiones. Lo que se afirma es que esos supuestos beneficios son siempre mucho menores al enorme costo que implica el riesgo de la deuda en la realidad donde son los políticos quienes la ejecutan. En manos de los políticos la deuda siempre es mala. En México lo sabemos muy bien. Nuestra historia está plagada de graves crisis y serios problemas debido al endeudamiento de los gobiernos. Desde que somos una nación independiente, las deudas han amenazado la sostenibilidad del estado e incluso la misma independencia y la paz de la nación. No en vano la intervención francesa del siglo XIX tuvo como causa la suspensión de pagos de la deuda. En otros casos, las deudas detonaron severas crisis económicas. Así fue el caso de López Portillo, quien heredó una deuda del 52 por ciento del PIB; no muy alejada del 47 por ciento actual. Esto no es todo, la deuda pública también tiene consecuencias inmediatas y adversas sobre la inversión privada y el consumo de las familias. Cada peso de deuda del gobierno es un peso menos en los mercados financieros, es decir, un peso menos para que las familias consuman y las empresas inviertan. No tiene sentido asumir el enorme riesgo de permitir la deuda para obtener supuestos beneficios limitados. Por ese motivo, defendemos que se imponga como una obligación constitucional el endeudamiento cero para todas las administraciones públicas. La presente iniciativa propone reformar la Constitución para: • Prohibir el endeudamiento en la federación y en todos los estados, municipios y el Distrito Federal. • Hacer responsables y castigar a los servidores públicos que endeuden a los ciudadanos. • Dar un periodo de gracia para que en el año 2016 las administraciones públicas puedan ejercer la deuda que tengan aprobada.