461 Grada Y Vencer En La Demanda . a Vueltas De Poco Ese Hombre Estaba Equipado De Vestido Militar Y Armas Con Los Producto S De
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
BOLIVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD 461 grada y vencer en la demanda . A vueltas de poco ese hombre estaba equipado de vestido militar y armas con los producto s de las maestranzas establecidas por el general en jefe, con los fusiles recogidos en el páramo y el resto del camino, o tomados al enemigo en los choques de cada hora ; montado, según el caso, en caballos repuestos de la fatiga expedicionaria o gra- ciosamente presentados para su uso con aperos de las talabar- terías instaladas o contratadas, herrados convenientemente e n las herrerías del ejército que suministraban lanzas a los comba - tientes o reparaban las armas descompuestas . Ya era otro hom- bre. Se dice que el hábito no hace al monje, pero la sentencia e s susceptible de serios reparos : un hombre con el hábito de esos pobres campesinos, ni quizás siente dentro de sí arder la llama sacrosanta, ni mucho menos proyecta hacia el enemigo el te- mor, siquiera el respeto de un paladín armado y apuesto. En un paladín eficaz para la lucha armada de todo género convertía al hombre, a esos hombres la mano hábil y el aliento creado r del presidente de Venezuela . Así levantó siempre sus legione s de titanes. Y con los antiguos soldados que iban recobrando salud y vigor, y con los que iba adiestrando, rápida pero completamente , andaba al frente y provocaba al poderoso, hábil y valeroso ad- versario . ¡Las del Pantano de Vargas! A todas estas hemos llegad o al 25 de julio . Bolívar avanza impertérrito, terco . Su propósit o es acortar, aunque sea paso a paso, el camino que lo separa de Santa Fe, la gloriosa capital del virreinato . Este día pretende envolver a Barreiro mediante un hábil rodeo . Este, toma posi- ciones y presenta combate al oriente del Pantano de Vargas . Tanto es el ímpetu del enemigo que Santander con el "Rifles" y el "Barcelona" se siente flanqueado, y sus batallones ceden, ocurren - cia que aprovecha el realista para lanzar a los patriotas el pes o de más batallones que aumentan la confusión . Bolívar, sin em- bargo, contiene y rehace sus filas agobiadas y ordena a Rook que desaloje al contrario de sus alturas con la Legión Britá- nica ; y Rook obedece puntualmente . Perdidas así sus posicio- nes admirables, el gallardo jefe realista no se desanima, y re - dobla el ímpetu de tal modo que en un momento pareció per- dida la batalla por la libertad ; pero súbitamente se presentan 462 JOSE DE LA CRUZ HERRER A Rondón y el bravo Infante con sus escuadrones. "¡Coronel Ron- dón, salve usted a la patria!" excita Bolívar ; y el fiero llaner o se precipita como un tigre sobre los presuntos vencedores se- guido por sus jinetes, y las puntas de sus lanzas convierten a sus caballeros en vestiglos que todo lo arrasan : escuadrones d e caballería y soldados de a pie . Animo cobra ante el ejemplo in- citante la declinante infantería, y la desesperación infunde a lo s patriotas, en las mismas palabras del soldado de Fernando VII "un valor sin ejemplo". "Sus infanterías y caballerías salían d e los barrancos a donde se las había arrojado, y luego trepaban con furia las alturas que habían perdido . Nuestra. infantería n o podía resistirlos " . Eran inesperados demonios que emergían hos- cos y destructores de entre las profundas grietas de la tierra. Ya Barreiro, completamente inútil e ineficaz su bizarrí a y talento, no encontró otro partido que retirarse dejando en e l campo 300 hombres . Las bajas de los independientes fueron de 104 preciosas pérdidas : 6 oficiales muertos y 18 heridos, entre éstos el capitán O'Leary y el coronel Rook, a quien ultimaro n sus heridas tres días después . La sangre que costó a los independientes esta victoria y quizás la que derramaron también los realistas, dio origen al refrán colombiano con que se encarece una ventaja obtenid a con trabajo y dolor : ¡y allí las del Pantano de Vargas ! La noche brindó a Barreiro la ocasión de retirarse . Incan- sable, sediento de coronar su campaña y mostrar al enemig o todo su dinamismo, capacidad de pelea y decisión de triunfar , a la mañana siguiente volvió el gran caudillo a provocarla ; no se atrevió aquél a aceptar el desafío y retrocedió a Paipa par a vigilar y proteger el camino a Tunja y Santa Fe . Se diría que conociendo Bolívar el carácter de Páez y e n posesión de antecedentes actuales estaba al tanto de que tam - poco ahora había obedecido y cooperado expedicionando a Cú- cuta según lo ordenado, y convencido de que tampoco podí a contar con que Mariño y Bermúdez cumplieran sus consignas , tenía gran empeño en adelantar cuanto antes hacia la capita l del virreinato, con cuya ocupación tenía asegurado el triunfo y conquista de todo el territorio . AM GENERAL DANIEL FLORENCIO O'LEARY BOLíVAR, FORJADOR DE LA LIBERTAD 46 ~ Todo ello puede ser, y en efecto era claro que Barreiro es- peraba refuerzos del norte y estaba también confiado en los sub- sidios del virrey Sámano . Mas, en el actual estado en que habí a colocado Bolívar al ejército de su rival por su estrategia y e l patriotismo de su admirable gente, era el caso de aprovecha r hasta el extremo esa superioridad increíble que había ganado ; y ello lo obtendría con no deponer sus geniales procedimientos de rapidez en los movimientos y astucia consumada para burla r al enemigo . Habíamos dejado a Barreiro .acampado en Paipa . En el entretanto, la llegada de los elementos esperados en nuestro cuartel general, el entusiasmo de los granadinos, la ley marcia l proclamada dos días después del Pantano de Vargas, y la trans - formación de los reclutas en hombres aptos para la lucha, ro- bustecieron considerablemente la capacidad de nuestras tropas . El 3 de agosto fue la fecha inicial del más glorioso movi- miento, que terminó el 7 . Bolívar ordena a Leonardo Infante con un escuadrón de caballería, batir una avanzada del enemigo , la que cae en nuestro poder . No es lerdo el realista para adivinar las intenciones del Li- bertador y abandona sus posiciones de Paipa por otra cercan a más favorable . Bolívar lo sigue como una mala sombra y acampa en la evacuada Paipa, enfrente de las posiciones del enemigo. Al día siguiente se aleja por el puente del río Soga - mozo y acampa en la orilla derecha de esta arteria ; y para ocul- tar sus intenciones contramarcha de noche haciendo que lo not e el enemigo para que juzgue vuelve a sus antiguas posiciones : era un ardid afortunado, lo que deseaba era flanquearlo . Una vez engañado el español tocante a sus verdaderos propósitos en esa misma noche del día 4 a las 8, dio orden de contra- marcha, volvió a repasar el puente aprovechando la complicidad de las sombras y el silencio, echó por el camino de Toca hacia Tunja, y a marchas forzadas de toda la noche lo halla la auror a del 5 interpuesto entre Tunja y las posiciones de Barreiro : lo había dejado a retaguardia : para ocupar a Santa Fe tranquila - mente, para libertar a Nueva Granada, sólo le faltaba dar una batalla e infligir una sola derrota al enemigo . Pica espuelas la caballería patriota con el Libertador a la cabeza, y a las 11 del 464 JOSE DE LA CRUZ nERRERA día 5 está en Tunja, rinde la guarnición de la ciudad, y a la s dos de la tarde la ocupa también la infantería . Este incruento triunfo aumentó las posibilidades del ejér- cito en incalculable medida, estaba la expedición que con tan- tas calamidades y miserias había trepado desde Casanare, en e l centro mismo de la abundancia de todo género . Tunja era un rico emporio donde se contaba con todo lo que pudiera apete- cerse para la relativa comodidad de las tropas . Mas, no era aún el momento de entregarse al holgorio y al descanso. El burlado enemigo no se percata de la astucia sino e n las primeras horas de ese día. Su primer afán es volar a im- pedir se le intercepte la comunicación con Santa Fe . Era tarde : desgraciadamente para él ya se la había arrebatado el auda z movimiento . Echando por el camino de Paipa se acerca Barreiro a la ciudad el 6 en la mañana, habiendo tenido que soportar durant e toda la noche las escaramuzas de nuestras partidas volantes . ¿A dónde intenta dirigirse Barreiro? Desde temprano s e le ve por la vía de Samacá. El Libertador mismo lo observa . Sus tropas se hallan perfectamente preparadas y listas en la plaza de Tunja. ;El enemigo tuerce hacia el puente del río Boyacá , es evidente que pretende posesionarse del camino directo a Santa Fe de Bogotá! Lo hará si pasa el puente, y pasará e l puente si se lo permiten los soldados de la libertad, esos coloso s a quienes las duras adversidades sufridas han templado com o acero en la forja, unidos ahora a los voluntarios henchidos de l deseo de vengar la dura crueldad con que los realistas han cas- tigado a sus connacionales parientes, amigos, a ellos mismos , que se vieron obligados a asilarse desde entonces hasta ahor a en los despoblados y recovecos inaccesibles a la tiranía . Bolí- var ordena que su ejército marche hacia el puente de Boyacá . Las fuerzas de los contendores estaban equilibradas haci a los 3 .000 combatientes ; pero la ventaja del realista era incon- testable . Todos sus soldados eran veteranos bien entrenados . De los republicanos sólo 2 .000 podían calificarse como tales, pero en verdad que la presencia de su jefe balanceaba con creces lo s valores respectivos .