El Léxico Del Hábitat Tradicional En La Valduerna
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EEL LÉXICO DEL HÁBITAT TRADICIONAL EN LA VALDUERNA Pascual RIESCO CHUECA Se recorren los elementos constituyentes de la tringidas a piezas accesorias, como pajares y co- casa, el núcleo rural y el marco municipal, en un bertizos. Ello acarreaba riesgo de incendio, según estudio propiciado por el proyecto Guía de buenas las Ordenanzas de Valle de la V.: “por cuanto las prácticas para la observación del paisaje agrario casas de dicho lugar son pajizas, para excusar los como espacio patrimonial en el oeste peninsular, daños que se puedan ofrecer, no se saque lumbre desarrollado entre 2009 y 2010 bajo la dirección de una casa para otra que no sea en olla, pena de de Esther I. Prada Llorente, y financiado por el Mº un real al que lo diere y otro real al que lo llevare” de Medio Ambiente, Rural y Marino (ES- (1676 SPC). En Palacios de Jamuz se advierte: “si 0335/2010). Se acude a fuentes lexicológicas y a Dios no permita, sucediere quemarse alguna casa, materiales recogidos en encuesta directa en Des- estemos obligados cada uno de los vecinos a ayu- triana y su entorno, así como a documentos que darle con una cabriada, que se entiende viga y muestran parte del léxico correspondiente: testa- cabrios, y un real cada uno”. Pero si la quema era mentos, inventarios, partijas, donaciones, proyec- extendida, la obligación no tenía vigencia: “si tos de obra y similares. El recorrido se hace en fuere quema popular, en tal caso, cada uno se sentido centrífugo, empezando por la casa y am- valga por sí” (1636 SPC). Cabriada es el espacio pliando la escala hasta cubrir la totalidad del espa- correspondiente a un tramo entre cabrio y cabrio cio laboral y vital, que abarca el término munici- (= tijera) (LLA II: 20); se usa como forma de me- pal, con extensiones comarcanas. dir la extensión de un tejado; es sinónimo de la voz vigada en los inventarios manejados. LA CASA En Maragatería, sobrevivió la techumbre vege- tal de centeno hasta casi finales del siglo XX. Allí No han escaseado los estudios sobre la casa recibe el nombre de sobera (VMR); aunque en el N popular leonesa, partiendo de la visión general de de la provincia, sobera es la viga cumbrera Carlos Flores y Luis M. Feduchi. García Grinda (DLEON 658) y en Galicia es ‘alero; cobertizo’. (1991: 187-189) describe la casa en la Valduerna Las casas pajizas podían carecer de caño de salida como inscrita en el tipo prevalente en El Páramo y de humos para la chimenea; bastaban los intersti- sus comarcas aledañas al occidente. Félix Benito cios de la paja para colar lentamente el humo. La la sitúa en el tipo 7D, modelo 7 (1998, I: 346), con Sequeda preservó tal uso: en el vecino Curillas corral interior y galerías (Ortiz, Rego y Cañas, gran parte de las casas, a mediados del XX, se 2001; cf. Ponga y Rodríguez, 2003: 192). cubrían de paja de centeno; y aún hoy queda algún La casa antigua se cubría con techumbre vege- resto visible. En Destriana se recuerda una casa de tal. En Destriana, dada la presencia de una clase techo de paja, habitada aún hacia 1940, en el ba- pudiente, ligada a la encomienda de Santiago, rrio de la Llomba. En la provincia, es común la coexistían casas pajizas y tejadas. Los documen- voz cuelmo ‘haz de paja larga de centeno desgra- tos del s. XVII y XVIII recalcan tal distinción. La nado’ (LLA III: 631). presencia de tejares, al N del casco urbano, que Una material distinto se empleaba en el vecino consta desde los primeros documentos, acredita Valdejamuz; en Quintanilla de Flórez y Palacios, esta doble tradición. La mayoría de las casas en en el s. XVIII, casi todas las casas eran de te- los barrios periféricos (barrios de Arriba, de la chumbre de brezo (urz), material abundante en los Llomba; de Abajo) eran hasta mediados del s. montes bajos tan extendidos antes de las repobla- XVIII, al menos, de cubierta de paja larga de cen- ciones de pino. Por las mismas fechas se registra teno. Posteriormente, tales cubiertas fueron res- alguna casa cubierta de teja y urz en Castrillo. No 16/ARGUTORIO nº 31 2013 ha quedado memoria ni traza de este tipo de teja- Sin embargo, en Destriana se recuerda aguilón do, probablemente descomunal en espesor y ame- ‘limatesa; tejas especialmente grandes que recu- nazante por su negrura. Aisladamente, parece bren el caballete’. Los aleros vuelan mucho, para haberse usado tal tipo de techumbre también en proteger paramentos a menudo de tapial; se hacían Destriana, donde se menciona una casa “con cuar- con losas saledizas, llamadas grillandas en Des- to alto texado, y lo demás cubierto de urz”, en el triana, como en Maragatería (López Sastre, 2009: Barrio de Abajo, así como un molino en la Zaya, 53), lo cual amplía el área de vigencia de tal voz también techado de urz (1748 INVT). Actualmente, descrita en LLA (IV: 193). En Destriana, cabezue- la capa vegetal queda relegada a la función de las son los canecillos que sustentan el alero; el sustento o de relleno bajo las tejas, con el nombre testero o hastial es la peña. de ripia (de escobas y piornus); en la Valdería, Los materiales de construcción en la casa tra- ripia ‘ramaje de urces y jaras colocado bajo las dicional son varios. Los sillares y sillarejos (pie- tejas para asentarlas y sostenerlas mejor al cons- dras de cantera), de roca sedimentaria, se usan en truir un tejado’ (IRT); también se colocaban cañi- paredes de fachada y formando esquinazos y re- zos, trenzados de palera o salguera, como en el fuerzos. Las piedras de río, i.e. cantos rodados, Órbigo (MMM). En Redelga se fijaba multa de un abundantes en las llanuras aluviales del río Duer- real por cortar algún “feje de ripia” en los sotos na, se usan para hacer zócalos y cimientos, para (1675 SPC). cuajar un muro de machones de sillarejo, o para La armadura del tejado a dos aguas constaba empedrar el suelo de un corral; cf. en Priaranza y de grandes pares de madera, llamados tijeras, que Torneros morrillo ‘canto rodado’ (PRI, TRN); es van oblicuamente de viga solera a cumbrera (IRT, voz conocida en casi toda la provincia (LLA IV: VMR, DLEON 690; en las Ordenanzas de Priaranza 894). En Tabuyo, morillo ‘canto rodado de gran se prohíbe “cortar ningún madero, viga, poste o tamaño’ (ALCL). Los zócalos, esenciales para unas tijerón”, 1675 SPC). En Destriana se usa aún car- paredes hechas de tapia, reciben el nombre de ponte ‘cada uno de los pares o tijeras’; carpontada lizaz, plural lizaces: en Destriana, “una huerta ‘conjunto de las dos tijeras’; igual en el Órbigo y cercada de tapias y lizaz” (1747 INVT). En Pria- Cabrera (LCNC; VRCL I: 146). Memoria imprecisa ranza, llizaz / llizad ‘piedras puestas en fila, semi- de ello pervive en la denominación del caballete enterradas, para separar fincas’ (PRI). Ello amplia del tejado en Tabuyo, carpontada (ALCL). La viga la extensión del área de esta voz en LLA IV (453). cumbrera es el cimbre en Destriana; cimbrio en La construcción de la casa exigía la coopera- Estébanez (MMM); cumbre en Maragatería y Ta- ción vecinal. Es el acarreo ‘labor en muchas oca- buyo (VMR, ALCL). Atravesadas sobre las tijeras, siones comunitaria o de ayuda a un vecino para horizontalmente y en paralelo a la cumbrera, van arreglo de caminos, transporte de tierra, necesaria las tercias ‘vigas colocadas de forma horizontal para levantar la casa, piedra o adobes, así como hacia la mitad del techo de una casa, que sirven madera u otros materiales’ (MMM 153; LLA I: 139). tanto para sujetar a otras, como para sostener el En Valdería “echar el acarreto” era ‘reunir piedra tejado’ (IRT). Sobre las tercias iban los cantiagos o transportar madera para una construcción, me- (así en Destriana) ‘palo rollizo o parcialmente diante ayuda mutua entre vecinos’ (MDF). El en- escuadrado, dispuesto en la dirección de las torno de cada casa, que jurisdiccionalmente cons- aguas’ (LLA II: 117; VRCL; SDS; DVL 141); suelen tituía parte integral de la propiedad, se llama en ser menos gruesos y largos que las tijeras. En Destriana el antojano. Solía estar realzado, por tejados de pequeña extensión no había tijeras: la acumulación de materiales, y servía para poner el carga se hacía directamente sobre los cantiagos. carro y descargarlo. Es frecuente en ventas e in- Las llatas o latas eran varas delgadas, a menudo ventarios del s. XVII-XVIII la referencia a una de palera, puestas casi pegadas unas a otras, in- casa “con todas sus oficinas, corrales y antoja- mediatamente bajo la ripia o los cañizos (LLA IV: nos”. Etimológicamente, antojano viene a signifi- 405); la voz está viva en la inmediata Sequeda y car ‘lo que está ante la puerta o uxo’: los espacios en Santiagomillas. Cuando la techumbre era vege- exteriores a la casa pero inmediatamente ante- tal, el centeno se ataba con vilortos a las llatas y puestos a la puerta o la fachada tenían funciones cantiagos. Algunos rastros de esta terminología en productivas y sociales importantes. En ellos esta- inventarios de Destriana: “trece piezas de vigas ba permitido extender ramaje o paja para que con tercias y tixerones, de umero”; “dos docenas de el pisoteo se formara estiércol. De este uso sobre- cantiados” (1747 INVT); “un madero de roble para vive en Torneros de V. la voz entojano ‘conjunto tixera” (1743 INVT); “tres tercias de alamo blan- de urces que se tiraban en la calle para pisar cuan- co” (1684 INVT). do se hacía barro y que se utilizaban luego de El desagüe de los tejados se hacía con el agui- abono’ (TRV); cf.