Tercera Parte Discursos De Apertura Y Clausura E Informes De La Xxviii Rcta
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TERCERA PARTE DISCURSOS DE APERTURA Y CLAUSURA E INFORMES DE LA XXVIII RCTA ANEXO D DISCURSOS DE APERTURA Y CLAUSURA Discurso de apertura de la Ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Laila Freivalds XXVIII Reunión Consultiva del Tratado Antártico, Estocolmo, 6 de junio de 2005 Señor Presidente, distinguidos delegados: Es para mí un honor especial y un privilegio inaugurar esta Vigésima Octava Reunión Consultiva del Tratado Antártico en Estocolmo. Suecia ha tenido una relación larga e intensa con la Antártida. La labor de los científicos suecos en relación con la Terra Incognita comenzó en el siglo XVIII, y se realizaron expediciones suecas de investigación científica antes de que se celebrara el Tratado Antártico. De la primera, encabezada por Otto Nordenskjöld en 1901-1903, se obtuvieron resultados científicos sobresalientes. Muchos de los países que hoy están aquí representados tuvieron experiencias similares e incluso más dramáticas en la Antártida que forman parte de su historia nacional. Al mismo tiempo quisiera destacar que lo que realmente importa para la experiencia antártica de la actualidad es la cooperación internacional. Suecia se adhirió al Tratado Antártico hace más de veinte años, en 1984. Una de las principales razones fue que la cooperación en el Sistema del Tratado Antártico era muy prometedora y se habían cumplido los objetivos del Tratado, o sea que la Antártida se utilizara exclusivamente con fines pacíficos y no llegara a ser escenario u objeto de discordia internacional. El continente antártico es un gran ejemplo de cooperación internacional fructífera y creciente, que realmente ha servido y podría continuar sirviendo de modelo para la cooperación pacífica y la prevención de conflictos. El Tratado Antártico y las reuniones que se celebran en su marco desempeñan un papel decisivo en ese sentido. Por lo tanto, recibimos con beneplácito el inicio de las operaciones de la nueva Secretaría antártica en Buenos Aires. Suecia realiza investigaciones en una escala relativamente pequeña en la Antártida. En consecuencia, la cooperación internacional con investigadores de otros países y organizaciones polares es una de las características principales de nuestro programa de investigaciones. Las investigaciones polares de Suecia abarcan tanto el Ártico como la Antártida. El Programa de Investigaciones Antárticas de Suecia se centra en la Tierra de la Reina Maud, donde están ubicadas nuestras dos estaciones de investigación, Wasa y Svea. Distinguidos delegados: Como todos ustedes saben, la Antártida es el primer y único continente desmilitarizado, designado como reserva natural dedicada a la paz y la ciencia. Ha sido la fuente de inspiración de los regímenes de inspección in situ, algo que mencionó el ex inspector de las Naciones Unidas en Iraq, Hans Blix, en su libro Desarmen a Iraq. Por lo tanto, la historia de la Antártida impone a las Partes del Tratado Antártico la responsabilidad especial de continuar cooperando de forma pacífica. Para Suecia, es un privilegio especial ser el anfitrión de esta reunión. Por primera vez, todos los temas del programa deben resolverse sobre la base de la colaboración entre la Secretaría del país anfitrión y la Secretaría del Tratado Antártico, encabezada por el Sr. Huber. Espero que, al cabo de estas dos semanas, se vayan de Estocolmo con una impresión buena y positiva en general de la reunión y de Suecia y, lo que es más importante aún, que hayan realizado avances concretos en algunos de los 449 III. DISCURSOS DE APERTURA Y CLAUSURA asuntos decisivos que tienen ante ustedes. Me refiero en particular al nuevo anexo sobre responsabilidad emanada de emergencias ambientales en la zona del Tratado Antártico. Entiendo que las delegaciones están muy cerca de un acuerdo definitivo. Si eso se logra, ciertamente ayudaría a prevenir los efectos perjudiciales de las situaciones de emergencia ambiental en la Antártida. Sin embargo, hay otros temas del programa en los cuales es necesario avanzar más. La protección del medio ambiente siempre ha sido un tema central de la cooperación entre las Partes del Tratado Antártico. Todos compartimos la tarea ingente de administrar este continente extraordinario para beneficio de nuestro medio ambiente común y para las generaciones futuras. El continente antártico es nuestra mayor reserva natural conjunta, pero el continente también puede darnos una perspectiva y conocimientos singulares de los peligros actuales para el medio ambiente mundial. Tienen ante ustedes una importante tarea al comenzar la primera semana de la reunión, con temas ambientales cruciales en el programa. Con estas palabras, tengo el placer de declarar inaugurada la Vigésima Octava Reunión Consultiva del Tratado Antártico. Les deseo el mayor de los éxitos en su importante labor. 450 Discurso de apertura del embajador Hans Corell, Presidente de la Reunión Estocolmo, 6 de junio de 2005 Distinguidos delegados: Es un gran honor para mí que me hayan elegido Presidente de la Vigésima Octava Reunión Consultiva del Tratado Antártico. A título personal, quisiera agregar que me complace sobremanera trabajar en el ámbito de la Antártida otra vez. Durante mi mandato en las Naciones Unidas en los últimos diez años, trabajé en la esfera del derecho del mar, con el establecimiento de las tres instituciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, pero no de la Antártida, ya que no forma parte del mandato de la Oficina de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas. Puedo asegurarles que mis colegas y yo haremos todo lo posible para que esta reunión sea buena y fructífera y para que se avance en el espíritu muy especial que es un signo inequívoco de nuestra cooperación con respecto a la Antártida. Esta reunión tiene un elemento nuevo: una Secretaría en funcionamiento, con Jan Huber en el cargo de Secretario Ejecutivo, que fue establecida el año pasado pero que es la primera vez que funciona en una de nuestras reuniones. Aguardo con sumo interés la grata y satisfactoria cooperación con Jan Huber y sus colegas. Sé que Folke Löfgren, Secretario General de la Secretaría del país anfitrión, y su equipo ya han entablado una relación de cooperación muy buena. Una cosa es clara: la mera mención de la Antártida provoca una reacción casi inmediata en los oyentes, y casi siempre es una reacción positiva. Es cierto que la Antártida representa el frío extremo y los hielos eternos, pero aun así es algo grandioso y, cabe esperar, eterno. También nos recuerda la lucha constante e incesante de los seres humanos para aprender y ampliar sus horizontes. Hubo muchos héroes. La Antártida ha sido y todavía es la escena de muchas aventuras e iniciativas audaces. Los relatos y las leyendas son muchos. Y muchos son los que las han legado. Incluso más numerosos son los que han quedado fascinados por este continente, el último en ser descubierto. La humanidad se enteró de su existencia recién a comienzos del siglo XIX. Se afirma, y es bien sabido, que el almirante Teodor von Bellingshausen fue el primer explorador que vio la plataforma de hielo del continente antártico, un continente desprovisto de vida humana pero en el cual abundan muchas otras cosas. Era glacial inmutable. Condiciones climáticas extremas. Todo tan extraordinario y emocionante. Este continente enorme fue explorado y plasmado en mapas paso por paso. Al principio, la actividad se concentró en la exploración y la caza de ballenas y focas. Eso es comprensible. Sin embargo, desde el comienzo la investigación y los esfuerzos para aprender y comprender pasaron a primer plano, y pronto hubo un número creciente de científicos entre los que viajaban a la Antártida. De hecho, el primero de ellos, el capitán James Cook, tenía varios científicos a bordo en 1774 cuando llegó a los icebergs y tuvo que volver. A bordo estaba un científico sueco, Anders Sparrman, discípulo de Linnaeus. La palabra “Antártida” evoca en la mayoría de la gente la vastedad de nieve, los glaciares y las montañas que se elevan por aquí y acullá sobre el hielo de un kilómetro de espesor en el interior. Evoca la abundancia de criaturas: pingüinos, focas, ballenas y las condiciones de vida extraordinarias que se han desarrollado en el continente más frío, más seco y probablemente el más elevado. 451 III. DISCURSOS DE APERTURA Y CLAUSURA El primer aporte de Suecia a las investigaciones antárticas es de larga data. Los integrantes de la expedición de Otto Nordenskjöld de 1901-1903 estuvieron a punto de perecer pero fueron salvados milagrosamente por una expedición argentina de socorro a bordo de la corbeta Uruguay. Este empeño de hace más de un siglo, en el cual se demostró una enorme valentía y determinación, debe considerarse como una de las primeras expresiones del espíritu antártico. Fue una demostración de un espíritu de cooperación y de preparación para brindar un tipo de asistencia que es más valedera y natural en situaciones en las que los rigores y las amenazas de la intemperie llegan a los extremos imperantes en la Antártida. Con los años, esta cooperación se ha desarrollado y perfeccionado. El Tratado Antártico es una continuación de ese espíritu, el mismo que ha caracterizado las reuniones anteriores y que caracteriza también la actual. El Tratado Antártico ha existido durante casi medio siglo. Es un producto de lo que acabo de mencionar: la determinación de hacer de este continente de los extremos algo nuevo y extraordinario. Los adelantos en relación con el Año Geofísico Internacional 1957-1958 posibilitaron un acuerdo sobre el Tratado Antártico. Se dejaron de lado los intereses militares y estratégicos. En una época en que el mundo estaba plagado por crisis como las de Berlín y Cuba y por penurias similares, surgieron las condiciones para un modelo de cooperación internacional que funciona particularmente bien. Eso lo sabemos porque el régimen del Tratado Antártico ha superado muchas crisis y desarrollado una dinámica propia, su propia forma de encontrar soluciones.