LAS ERAS DEL MARQUESADO DEL CENETE ()

FOTOS: JUAN SALVADOR JUAN SALVADOR LÓPEZ GALÁN

INTRODUCCiÓN como espac ios de sociab ilidad y es­ dolomías en el Alpujárride; todos ellos parcimiento. cubiertos por materiales detríticos Este artículo comenzará presentan­ cuaternar ios que rellenan la depresión do algunos rasgos generales de la co­ -Baza (Bosque, 1987). marca con la intención de contextuali­ EL MARQUESADO DEL CENETE El sistema hidrográfico de la cuenca zar el estudio realizado sobre las eras; está formado por el río Verde o Guadix desarrollando, a continuación, una ca­ Esta coma rca se encuentra en el y sus tributarios, de los cuales los más racterización de las mismas en base a nordeste de la provincia de Granada y importantes nacen en y su tipología, estado de conservación, comprende ocho poblaciones: , drenan su vert iente norte. La esco­ el ciclo de trabajo y sistema de organi­ , , Dólar, Ferreira, rrentía de Sierra Nevada es el princi­ zación, las materias primas y la ener­ Huéneja , Jeres del Marquesado y pal aporte para el riego. La climatolo­ gía utilizada y su distribución y comer­ . Su población de derecho es gía de esta comarca viene definida cialización. Posteriormente, de manera de 7.405 habitantes (INE, 1991) Y su por el ámbito mediterráneo con preci­ más detallada se analizarán los con­ densidad de población de 16,9 habi­ pitaciones escasas, particularmente juntos considerados más significativos: tantes por kilómetro cuadrado (Anda­ en verano y su carácte r continental, Aldeire, Ferreira, La Calahorra, Dólar y lucía, 1990). con una amplitud térmica elevada. Huéneja. La altiplanicie del Marquesado, con En cuanto a la vegetación de la zo­ La importancia de la agricultura en una extens ión de 496 , 9 kilómetros na baja está caracterizada por el uso la comarca se manifestó en la relevan­ cuadrados y situada en las laderas humano y los cultivos de regadío (her­ cia social y económica que alcanzaron Norte de Sierra Nevada, presenta la báceos y cereales) y secano (frutales, los labradores y sus fiestas. De igual mayor altitud media de todas las co­ olivos y almendros). En la ladera de manera hoy se puede observar en la marcas andaluzas (1.214 metros). Sierra Nevada existen amplias zonas gran cantidad y el tamaño de las eras Ubicada dentro del contexto geológico de repoblaciones de pinos y destaca y de otras construcciones auxiliares de la zona bética son los complejos la importancia paisajística del casta­ como los pajares o las cámaras de las Nevado Filábride y Alpujárride los que ñar en el Barranco de Jeres. viviendas. afloran en este sector. Los materiales La agricultura acapara el mayor por­ La integridad de las eras es bueno más comunes son micaesquistos , centaje de la población activa, culti­ aunque el abandono de las labores cuarcitas, mármoles, gneis, etc... en el vándose principalmente los herbáce­ agrícolas y las frecuentes lluvias han complejo Nevado-Filábride y calizas y os (en secano y algunos en regadío), facilitado la caída de una parte de los los frutales, entre los que abundan los balates. Las eras de Aldeire, Dólar, almendros, y algunas hortalizas y tu­ La Calahorra, Ferreira y Huéneja han bérculos dedicados al autoconsumo. ido poco a poco perdiendo parte de El minifundio es la forma de explota­ sus muros. Además, la proximidad a ción generalizada, encontrándose la los núcleos urbanos con los que no mayuor parte de las parcelas por de­ hay discontinuidad y la dinámica de bajo de 5 has. En cuanto a la ganade­ crecimiento urbano han acelerado su ría el ganado principal es el ovino y proceso de desapar ición perfilándose caprino, habiendo también algunas como solares para viviendas o de­ cabezas de ganado porcino (relacio­ pendencias auxiliares (cocheras de nado principalmente con la matanza tractores , corrales para animales , le­ privada), de bovino y de equino. Ade­ ñeras, etc.). En La Calahorra prácti­ más existen dos granjas de cerdo ibé­ camente han desaparecido y, actual­ rico en Huéneja y varias granjas de men te, solo queda una pequeña pollos en Huéneja, Aldeire y La Cala­ parte de eras con su empedrado muy horra. deter iorado por el paso de maquina­ Históricamente, la actual comarca ria agraria pesada. comenzó a definirse tras la conquista La posición elevada que, necesa­ musulmana adaptándose a un marco riamente, deb ían de tener las eras físico perfectamente definido, el alti­ para recibir los vientos, las han con­ plano y la sierra, y que llegó a consti­ vertido en privilegiados miradores so­ tuirse en un señorío de nombre Sened bre los núcleos urbanos y el campo o Zenete derivado, al parecer, de una de secano surcado por la carretera­ de las tribus que se asentaron en esta autovía y los raíles del tren. En la ac­ Era en el corral de una casa de la zona. Posteriormente, una vez con­ tualidad, estas eras conforman un es­ calle Eras en Jeres del Marquesado. quistada la zona por los cristianos, los cenario propicio para su utili zación Reyes Católicos concedieron este te- NARRIA

mentales en el proceso de recolección de los cereales de la comarca. Son eras empedradas de forma circular o rectangular con figuras geométricas con formas de soles radiantes, estre­ llas, flores o trazando sencillas calles o radios. Los materiales empleados son piedras de pedernal y de pizarra. En Huéneja, las eras de la Ermita de la Presen tación forman el conjunto más importante del municipio formado por más de sesenta eras. Todas están empedradas y presentan diversas for­ mas, ovaladas y redondeadas, con di­ bujos radiales o lineales. Cerca de las eras hay varios corrales para encerrar el ganado y numerosos pajares que servían además para guardar las he­ rramientas y resguardarse del calor durante las labores de trilla. La Calahorra presenta dos conjun­ Era del cerro de San Antonio en Alquile. tos de eras en torno a las eras Altas, más próximas al pueblo y aliado de la carretera de Alquife, que ya han sido urbanizadas; y las eras Bajas, situa­ rritori o al cardenal Mendoza como 40 Y un 50% respecto a sus efectivos das a la derecha entrando por Guadix, prem io a los se rvicios prestados, y de 1950. A ello hay que sumar el futu­ están siendo rápidamente ocupadas Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza ro incierto por el que atraviesa la po­ por viviendas y por naves agrícolas o en 1492 constituyó el Marquesado del blación de la comarca tras el cierre de ganaderas. Cenete. la Compañía Andaluza de Minas, pu­ El cerro de la Calera de Dólar y el La población, que había disminuido diéndose ver, en un futuro próximo, in­ cerro de San Antonio en Alquife con­ sensiblemente tras el abandono de crementada de nuevo la emigración. centra el mayor número de eras em­ estas tierras por parte de los conquis­ pedradas. En Ferreira existen eras tados, no aumentará de forma notable empedradas en las eras Altas y en las hasta 1560, debido fundamentalmente CARACTERíSTICAS DE LAS ERAS eras del Corralón habiendo desapare­ al regreso de los moriscos, una vez DEL MARQUESADO cido las eras de San Torcuato en el garant izados sus derechos de resi­ Castañar por su proximidad al núcleo dencia por el Marqués. Este asenta­ El conjunto de eras de Aldeire (eras urbano. Las eras empedradas de Je­ miento significará una corta etapa de de Triana, de San Antón, era Grande, res del Marquesado fueron urbaniza­ prosperidad en la comarca, motivada eras de San Marcos y las eras de las das y aún se puede encontrar alguna por el auge de la economía agrícola, Colmenillas) forman un excelente con­ en los patios y corrales de las casas basada en el cereal, y de la industria junto de sistemas constructivos funda- del barrio de las Eras. sedera. Sin embargo, la rebel ión y posterior expulsión de los moriscos en 1569 marcará el inicio de una etapa de decadencia que se prolongará has­ ta el siglo XIX. En este siglo se produ­ cen una serie de acontecimientos so­ ciales y económicos que van a facilitar el crecimiento demográfico de la co­ marca: desamortizaciones, roturacio­ nes intensivas de antiguos montes y eriales y, sobre todo, el nacimiento de la minería del hierro en Alquife, Dólar, Jeres y Lanteira que va a influir nota­ blemente en los municipios, suponien­ do una nueva vía laboral para la po­ blación esencialmente agrícola que malvive con los productos de unas ex­ plotaciones excesivamente parcela­ das. Los altibajos de la minería a lo largo del siglo xx, unida a la crisis de unas estructuras agrarias difícilmente mo­ dernizables, han supuesto, en los últi­ mos tiempos, una reactivación de la Era del cerro de San Antonio en Alquile. emigración en estos pueblos que han visto descender su población entre un

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Tipología

Las eras de la comarca son del tipo de era empedrada y están agrupadas siguiendo las curvas de nivel de las faldas de los cerros que rodean algu­ nos pueblos como Alqu ife, Aldeire, Dólar, Ferreira). Construidas con bala­ tes de piedra seca se emped raban con piedras de pedernal y de pizarra formando radios, soles, flores o calles paralelas según la forma de la era, predominando las formas redondea­ das u ovaladas sobre las cuadrangula­ res o rectangulares. Las eras, mayori­ tariamente de propiedad individual, han sufrido pocas transformaciones y solo las más cercanas a las poblacio­ nes son convertidas en solares para edificar nuevas viviendas o naves agrí• colas. Las edificaciones auxiliares, como Balates y rampas de subida a una era y pajares al fondo. Eras de la Ermita los pajares de las eras y los corrales, en Huéneja. localizados en los ruedos de los pue­ blos han sido construidas con los mis­ mos materiales y técnicas que las vi­ viendas: Mampostería de pizarra y y en Dólar la calle Travesía de San La trilla de los pequeños y medianos argamasa de barro y cubierta plana de Andrés. la solía realizar la misma familia y si launa sobre aleros. Los pajares o ca­ Los corralesy pajares han sufrido una necesitaban ayuda se la pedían a otro sillas de las eras de Huéneja, Dólar o profunda transformación al haber sido labrador del pueblo intercambiándose Ferreira fueron trans formados para reparados con materiales diferentes a trabajo. Mientras que una persona tri­ acoger la maquinaria agrícola actual. los originales pudiéndosever en un mis­ llaba otra descansaba en la «casilla» o mo corral un tejado de pizarra, un trozo a la sombra de las gavillas. La perso­ con teja árabe y otro con uralita. na que no tenía era debía esperar a Estado de conservación y que terminase alguno de los propieta­ transformaciones rios y se la prestase gratis o pagando Casillas alguna pequeña cantidad. También La integridad de las eras de Aldeire era frecuente que las familias se ayu­ y Ferreira es buena, aunque debido a En las eras de Aldeire , Dólar, Fe­ dasen para volver las parvas, porque su falta de uso y las lluvias del invierno rreira y Huéneja se encuentra, ade­ «era en ventaja de todos»(Antonio del de 1997 se han caído bastantes «ba­ más, otras construcciones llamadas Río, Ferreira). «Si venía el tiempo ma­ lates» partes de los muros de conten­ «casillas» o pajares que se utilizaban lo y tu parva no estaba en malas con­ ción. En La Calahorra y en Huéneja para resguardarse del calor en la tri­ diciones se decía: Vamos a la de fula­ las eras se encuentran en un estado lla, sirviendo durante el resto del año no que está en malas condiciones. Y de conservación regular con bastan­ para almacenar la paja y guardar las se juntaban todos allí a ver si podía tes balates semiderruidos. herramientas. En Ferreira las eras amontonar »(Andrés Reyes, Dólar). Actualmente están abandonadas y que no tenían estas casillas constru í• las que se utilizan, siempre tienen un an un «cuadrillo» en la pared del ba­ uso marginal para las actividades agrí• late para meter un botijo y tener el Sistema de organización del colas o ganaderas: Sirven para alma­ agua fresca . trabajo cenar alpacas de paja que son cubier­ tas por grandes plásticos, dejar leña El trabajo en los pequeños y media­ apilada y ramaje, dejar aperos de la­ Ciclo de trabajo nos prop ietarios se organizaba en branza o maquinaria agrícola, «encen­ cuadrillas de dos o tres hombres nor­ der« el estiércol amontonado, y duran­ El trabajo de la siega se realizaba malmente de la familia o amigos con te los meses de noviembre y de en Ferreira con cuad rillas de seis o los que se turnan a la hora de sacar la diciembre se ponen a secar cáscaras siete jornaleros y el dueño de la finca parva. Los grandes propietarios for­ de almendra que luego servirán de ali­ o un capataz. Entre los jornaleros una maban cuadrillas de cinco o seis jor­ mento al ganado. buena parte de ellos eran emigrantes naleros con el amo de la finca o el ma­ En la última década se han cons­ temporeros de Jaén o de las Alpuja­ nigero. truido viviendas y corrales para el ga­ rras que, recib ían salario y comida, Cada propietario organizaba el es­ nado en las eras más próximas a las dormían en las eras, en los corrales pacio de manera independiente pero casas: En Huéneja se han construido del ganado o, en el mejor de los ca­ bastante parecida a los demás. Se de­ algunas naves para el ganado y en AI­ sos, en el portal de la casa del amo. jaba un espacio para las gavillas que deire casas y corrales en la era Gran­ Esto último motivaba el que durante no se iban a trillar y en el resto de la de de la calle San Bias, en Ferreira y los quince o veinte días que duraba la era se echaba la parva y se trillaba Jeres se formaron las calles Eras y siega no se cerraban las puertas de con los trillos tirados por mulos dando Eras de San Marcos respectivamente, las casas de los labradores. vueltas en redondo, en un sentido pri-

3 NARRIA mero y después en otro. Sólo a la ho­ San Bias, la de las Eras o por la Cues­ Cuando se sacaba la parva se hacía ra de aventar se guardaba una distan­ ta de las Eras. un montón con las horcas y con esco­ cia con las eras colindantes con el fin Presentan diversas formas predomi­ bones se barría y se esperaba a que de que el cereal no se saliese de su nando las ovaladas o elipsoides y las llegara la máquina a aventarlo. Las pri­ contro l. redondeadas sobre las rectangulares . meras máquinas las tenían que llevar Todas tienen la misma estructura y a hombros de una era a otra y para función y están realizadas con los mis­ ponerla en movimiento dos hombres Materias primas y energías mos materiales, la misma técnica y si­ tenían «que darle a la cigüeña que era utilizadas guiendo el mismo procedimiento. La muy dura , luego vinieron otras más comunicación entre ellas se podía rea­ modernas que tenían un trillo y lo mo­ Los productos que se sembraban en lizar gracias a la servidumbre de paso lía todo y por un tubo pasaba a la má­ el ..campo»(tierras de secano con rie­ de que gozaban y se hacía a través quina y salía la paja por un lado y el go eventual) de Aldeire eran los que de cam inos y rampas empedradas trigo por otro, ponían los sacos y se luego se trillaban: cereales (trigo, cen­ con ..mojones') o pederna les. iban llenando y, por último, vinieron las teno y cebada), lentejas y garbanzos. cosechadoras y ya se perdió todo" . También se obten ían otros productos La mejor hora para «ablentar» o secunda rios como las granzas y la pa­ Procesos de producción y aventar era por la noche «porque el ai­ ja que serv ían de comida para los bu­ transformación re se quedaba más fijo» y si se aven­ rros y las gallinas. taba con las máquinas era mejor por­ Cuando el proceso era enteramente En Aldei re, una vez segadas las que el polvo picaba menos. Cuando manual se utilizaba la energía humana mieses se ataban en gavillas y co­ se estaba todo el día esperando a que (carga y descarga, aventar, volver la menzaba la barcina con los mulos y viniera el viento también se aventaba parva, envasar) y la animal (trilla y las jamugas, también había algunos de día pero el viento soplaba más transporte de las gavillas, del trigo o de carros en el pueblo, hasta tenerla toda fuerte y racheado y hacía más calor. la paja). En el proceso mecanizado se en la era. Se trillaba con sol, cuando la Al terminar de aventar el trigo se lleva­ usaron motores de gasoil o se engan­ mies estaba bien seca , sin rocío ni ba en costales a los trojes de la casa y chaban las trilladoras a los tractores. mojada por la lluvia. Los trillos eran de la paja, si no se metía en las casillas «tablas que llevan por debajo unas de las eras, se barcinaba al pajar de la sierras" y en los que las personas te­ casa con las jamugas y los «arplles« o Distribución y comercialización nían que ir de pie, posteriormente se jarpiles de esparto que los arrieros tra­ emplearon trillos de discos en los que ían de las Alpujarras. Durante todo el Una parte de la producción de cere­ ya podían ir sentados. año «las eras estaban limpias y si se al se destinaba al autoconsumo y la A mediodía se paraba para comer y caía un balate se rehacía». otra se vendía a los intermediarios o se iba a la casa donde se tomaba «un marchantes que iban por las casas o guisado o un cocido con lo que se pi­ se llevaba al Silo del Servicio Nacional llara» y también comían las bestias. A Otros usos o actividades de La Calahorra o a Guadix. También continuación se seguía trillando pa­ secundarias se vendía la paja y las granzas a los rando, de vez en cuando, para «volver pastores para pienso de los animales. las parvas " , esta actividad consistía En Aldeire, las eras de San Antón en darle la vuelta a la paja con las hor­ aún tienen un importante uso secun­ cas para que se moviera y se fuese dario asociado a rituales festivos, má­ LAS ERAS DE SAN ANTÓN recortando. gicos o religiosos: El día de Todos los DE ALDEIRE

Sin tener en cuenta las eras situadas en los cortijos, en el entorno próximo al pueblo se encuentran las eras de Tria­ na, situadas en el barrio de ese nom­ bre, las eras de San Marcos (en la ca­ lle y en el entorno de la antigua ermita de San Marcos) y las eras conocidas como Las Colmenillas (en la falda del cerro del mismo nombre), además de las eras de San Antón que agrupan el conjunto más importante ya que su nú­ mero superaba las sesenta. Las eras de San Antón tienen un significado relevante como un marca­ dor de identidad local, por su posición a los pies del cerro del Castillo, domi­ na todo el pueblo y el campo y se con­ figura como un hito singular del paisa­ je. Están situadas en el Pago de las Eras, siguiendo las curvas de nivel de la falta del Cerro El Castillo y entre los barrancos que bajan del mismo, a una Balates de piedra seca de las eras próximas al camino. Eras de la Ermita en Huéneja. altitud entre 1310 Y 1330 m., y se ac­ cede a ellas por la calle Secano, la de

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Santos se hace «La Tost á« en las lum­ rizontalidad del muro. Con esta incli­ ba a la era y se iba emparvando y an­ bres hechas con la leña que llevan los nación hacía el interior de la era se tes de empezar a trillar se le daba una jóvenes. También iban las mujeres a consegu ía que los granos de cereal no vuelta si se había mojado. La mecani­ jugar al corro y a la rueda lanzándose rodasen fuera de la misma. zación del campo fue progresiva , pri­ cántaros viejos unas a otras, o a rezar mero se aventaba con la horca , luego en grupo a San Bias. con unas máquinas con motor y por Antiguamente, según estudió Juan LAS ERAS DE LA ERMITA DE SAN último, llegaron los «trillos locos» y las Carlos Rivas , durante el verano los ANDRÉS DE DÓLAR cosechadoras. Mientras duraba la trilla mayordomos de San Marcos o «san­ se solía ir a la era a dormir por la no­ rnarqueros» iban a las eras recogien­ Entre las eras que ya han desapare­ che, haciéndolo encima de la paja o do la limosna para «La Caridad » de cido podemos citar las eras de la calle de la cebada . San Marcos consistente en una cuarti­ Escuelas , las de la calle Prolongación Una vez terminada la trilla se apro­ lla de trigo por cada labrador. La fiesta de San Andrés y las eras de la calle vechaba la noche para meter la paja actual tiene su origen en el voto que la Barrio de las Eras mencionadas en el en el pajar «por que no hace calor y el villa hizo a principios del siglo XVII pi­ Libro de Apeo de Dólar de 1572. De polvillo pica menos ». Cuando se lleva­ diendo su protección , deb ido a una las que aún permanecen las más sig­ ba hasta la casa se utilizaba la pique­ plaga de langosta que la asoló, y por nificativas son la de la Ermita de San ra para entrarla al pajar con la ayuda la mala cosecha de cereal el hambre Antonio y las de San Andrés. de la carrucha situada en el dintel de ocasionó gran mortandad. El concejo Las eras de San Andrés están si­ la piquera . Los productos que se metí• de la villa nombraba a un vecino, tuadas siguiendo las curvas de nivel an eran las pajas y las granzas del tri­ posteriormente fueron dos, con la obli­ de la falda del Cerro de La Calera, a go, centeno y cebada . Antes la paja se gación de recoger en verano la limos­ una altura de 1.200 y 1.218 m., y se utilizaba fundamentalmente como co­ na de trigo, para repartir la caridad el puede llegar a ellas por la calle Pro­ mida de los animales, hoy se abando­ día de San Marcos, y de pedir por las longación de San Andrés. El conjunto na en el campo y se quema con los casas para pagar a los curas de la pa­ está formado por unas veinte eras rastrojos ante su poca utilidad. rroquia que habían realizado la fun­ que presentan diversas formas ción religiosa. predominando las rectangulares so­ Con el trigo recogido en las eras los bre las ovaladas y en su entorno se Materiales y técnicas de mayordomos elaboraban la

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Los muros de cincuenta centímetros aproximadamente son de mamposte­ ría de piedras calizas , del terreno, y «barro para cimentar .. con algunas hi­ ladas de lajas de pizarra. Las esqui­ nas están realizadas con piedras rec­ tangulares de mayor tamaño cruzadas entre sí para dar más resistencia a la unión de los muros. La armadura es un forjado de piso con una leve incli­ nación compuesto de tres jácenas apoyadas en los muros de los lados mayores, paralelas a la fachada y a una distancia de entre uno y dos me­ tros. Sobre éstas y los muros se apo­ yan rollizos dispuestos perpendicular­ mente a la fachada y separados entre sí entre veinte y treinta centímetros. La cubierta plana es un «terrao» for­ mado con cañizo y una capa de launa de veinticinco centímetros y rematado Superposición de materiales de construcción en un pajar. Las Eras en Ferrelra. por un alero de pizarra. Tiene el suelo de tierra del que sobresalen los grue­ sos peñones del cerro.

salen un poco sobre el muro y que es­ mente. La fachada principal está en el LAS ERAS BAJAS DE LA tán colocadas de forma tablada. lado menor orientada al Este, con un CALAHORRA vano adintelado con un rollizo; en la fachada posterior hay una ventana En el entorno próximo al núcleo ur­ LOS PAJARES DE LAS ERAS adintelada con dos rollizos pequeños bano encontramos dos agrupamientos DE DÓLAR y protegida con un postigo de madera de eras, las eras Bajas, con entrada de dos hojas y una reja. por la Carretera de Guadix y las eras En todas las eras había «corrales» o Altas junto a la carretera de Alquife. pajares que servían para almacenar la Las eras Bajas están situadas en el paja y guardar las herramientas, tam­ Materiales y técnicas de Pago de las eras Bajas, a los pies del bién se utilizaban para descansar res­ construcción Cerro El Castillo entre el barranco de guardado del sol durante la trilla . Se la rambla de San Gregorio, a una alti­ encuentran en estado de abandono Los mate riales empleados son la tud entre 1.190 y 1.200 m. Forman un progresivo y en los últimos años han piedra caliza del terreno con algunas conjunto de entre cuarenta y cincuen­ sido reconstruidas como dependen­ piedras de pizarra y la técnica para ha­ ta eras de formas diversas en las que cias auxiliares de actividades ganade­ cer los muros es la de la mamposter ía predominan las ovaladas y las redon­ ras o agrícolas o como viviendas uni­ de piedra con argamasa de agarre. deadas sobre las rectangulares . familiares. La cub ierta de launa necesita de una sencilla pero constan­ te reparación, repon iendo la tierra arrastrada por la lluvia. Las goteras producidas en la misma arrastran la launa al interior del corral y el agua produce humedades y el reblandec i­ miento de la madera que acaban por dañar los rollizos y hacerlos quebradi­ zos. El corral o pajar de las eras de la Er­ mita está situado en el Cerro de La Calera y su integridad es mala, de in­ minente ruina, por la ausenc ia de las oportunas reparaciones y por el aban­ dono de su uso original. Este corral es una habitación con una crujía solamente de unos tres me­ tros de ancho por seis de largo, apro­ ximadamente. De planta rectang ular, se accede a ella directamente a través de un vano con la puerta descolgada. Está adosado al cerro y aprovechando Era del cerro de San Antonio en Alqulfe. su desn ivel apoya los muros de sus dos lados mayores en la roca directa-

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Otros usos o actividades bres y trabajaban de sol a sol con un a continuación se trazaban radios con secundarias rendimiento de fanega y media por jor­ hiladas rectas de piedras colocadas nada. La faena duraba unos quince dí• sucesivamente, y por último, el espa­ Los mayordomos de San Marcos as. El amo debía de suministrarles la cio entre los radios se rellenaba con elegían a ocho personas que iban a comida de migas y olla y un sueldo en piedras que «encajaban» en la tierra. las eras durante el verano recogiendo metálico . «También se segaba con gi­ Las distintas líneas rectas y los círcu• los donativos cons istentes en una tanos que venían de la Alpujarra y de los concéntricos formaban motivos ar­ cuartilla de cebada o de trigo para ha­ todas partes, dormían en los portales, tísticos como calles paralelas o soles cer los «roscos de San Marcos». Es­ en los corrales y en las eras». El señor radiantes. También hay eras que no tos donativos hoy se recogen en las Antonio, de joven, estuvo trabajando tienen ningún dibujo y con las piedras tiendas y en la cuenta corriente de un dos o tres años durante el verano a del empedrado colocadas de manera Caja de Ahorros y con ellos se elabo­ quince pesetas el jornal más la comi­ irregular. ran dos o tres mil roscos que se repar­ da con un horario de doce o catorce Los balates se hacían de mampos­ ten a la salida de la misa y antes de la horas de trabajo. tería a piedra seca pero con «pared procesión. La procesión llegaba hasta Se salía a la una de la mañana con dorm ía». Para darle esta inclinación al las eras donde se bendecían los ros­ el carro a barcinar a Los Atochares paramento se colocaban las piedras cos que luego se daban a los anima­ (pago de Derramaores, pago de La «de mayor a menor », es decir, dándo­ les domésticos con el fin de preservar­ Calderona, pago de Esparragueras y le al muro mayor anchura en su base y los de enfermedades. pago del Cerrillo de los Muertos), y se aminorándola conforme se gana en al­ llegaba al pueblo con el primer viaje a tura. Con esta técnica «se hace más las doce o doce y media de las tarde, fuerza» en los paramentos que si es­ Materiales y técnicas de se comía y a las dos y media se salía tán «a plomo», dando muy buen resul­ construcción de nuevo volviendo a llegar al pueblo, tado en tiempos de lluvias o de hume­ con la segunda carga, a las ocho o dales en los que se «recatean» las Los materiales empleados son la nueve de la noche. piedras. piedra y la técnica para hacer los ba­ Luego se hacían las «hacinas» o Estos balates se coronaban con un lates es la piedra seca y para hacer el montones de la mies en la era para «anillo de piedra» o murete de unos suelo de la era el empedrado. Todas hacer la parva y emparvar. Cuando se veinte cms. de altura hecho de mam­ las eras se delimitaban con una hilada terminaba de trillar «se sacaba el pez» postería concertada de dos hojas tra­ de piedras de mayor calibre para mar­ amontonando el grano con una forma badas con barro de launa. También se car la separación entre unas y otras . alargada o redonda . Si llegaba la no­ remataban con un alero formado por Solo en aquellos sitios donde la incli­ che y estaban a medio aventar se que­ una hilada de lajas de pizarra coloca­ nación del terreno era grande, como daban durante toda la noche en la era. das a sardinel o tableadas , que sobre­ en la falda del cerro del Castillo, se ha­ El viento bueno para aventar era el salen una cuarta parte de las misamas cían unos balates de piedra seca y se del Norte , el de Guadix, que entra so­ y que están colocadas con un ángulo remataban con una hilada de piedras lano, de levante, y la mejor hora en tor­ de unos quince grados sobre la hori­ para formar un borde. no a las once de la mañana y con toda zontal del muro. Con esta inclinación seguridad, por la tarde cuando el aire hacia el interior de la era o con el «ani­ estaba fijo. Se miraba a la veleta de la llo» se consegu ía que los granos de LAS ERAS DE FERREIRA torre de la iglesia para orientarse y sa­ cereal no rodasen fuera de la misma. ber cuál era el momento más oportu­ El pajar tiene los muros de mam­ Son varios los grupos de eras que no. Durante toda la noche se aprove­ postería concertada de pizarra y barro encontramos en Ferreira: Las eras de chaba para llevar la paja a la casa con y como cubierta tuvo un terrao de lau­ San Torcuato que debían su nombre a la bestia y unas angarillas. Cuando lle­ na , que hoy ha sido sustituido por la desaparecida ermita, las eras del gaba el día y cambiaba el viento se unas planchas metálicas onduladas. Corralón, las eras Altas y, por último, seguía trabajando. Al final de la tarea , La «casilla» para descansar tiene la agrupación conocida con Las Eras. el trigo se transportaba en costales y iguales muros que el pajar. Las Eras están situadas siguiendo se guardaba en los atrojes que había las curvas de nivel de la falda del Ce­ en las cámaras de las casas. Poste­ rro Las Coloradas y entre los barran­ riormente vin ieron las máqu inas de ERAS DE LA ERMITA DE LA cos que bajan del mismo, a una altura aventar y trabajaban toda la noche ilu­ PRESENTACiÓN DE HUÉNEJA entre 1.250 y 1.270 m. de altitud, ac­ minados por un farolillo. cediendo a ellas por la calle Eras o por El término municipal de Huéneja es la carretera que va a Dólar. Es la agru­ el mayor de la comarca y la importan­ pación más numerosa de eras con Materiales y técnicas de cia que alcanzó su agricultura de se­ más de cuarenta y presentan formas construcción cano se puede constatar en el número variadas en las que predominan las e importancia de sus eras y de algu­ ovaladas y las redondeadas sobre las El material empleado para hacer el nas de las dependencias de las vi­ rectangulares. balate es la piedra de pizarra del te­ viendas (pajares, atrojes y pajares). rreno y la técnica es la de piedra seca. En el entorno próximo del núcleo ur­ El empedrado se hacía con piedra pe­ bano, sin contar las numerosas eras Procesos de producción y dernal y se le dotaba a la era de un de los cortijos , encontramos varios transformación pequeño desnivel para evitar que se grupos de eras : Las eras de Cagarria, embalsara el agua . a un kilómetro de distancia del pueblo El trigo y la cebada se segaba con El proceso constructivo de empe­ situadas en la carretera hacia Fiñana, cuadrilla de segadores que venían de drar un «terrapl én» conllevaba estos las eras de la Balsa y las eras de la Er­ Jaén y de las Alpujarras, estaban for­ pasos: Primero se buscaba el centro y mita que agrupan el conjunto más im­ madas por una media de seis hom- se trazaba con un compás un círculo, portante.

7 NARRIA Para empedrar las eras se emplea­ ban las «piedras vivas» de cantera, que se cogían de los pedregales. A estas piedras «se les van buscando las caras» y las más gruesas son las que se ponían para separar unas eras de otras «se apartaban para hacer la linde». Se le hacían unos «dibujillos» de soles o calles paralelas con una fi­ la de piedras más finas «muertas», solamente «por hacer un dibujo, por poner un adorno». Los muros del corral de la bisabuela del señor Manuel tienen en su mam­ postería además otro tipo de piedra la llamada «blanca, que es una piedra ca­ liza, piedra mortecina que no vale» pa­ ra empedrar las eras. El corral tiene una cubierta plana con un terrao de launa.

Detalle del centro de una era. Eras de la Ermita en Huéneja. CONCLUSIONES Las eras del Marquesado del Cenete son, según su tipología, empedradas, con formas circulares, ovaladas o rec­ Las eras están situadas siguiendo hacía esta tarea insufrible. Cuando se tangulares y presentan figuras radiales las curvas de nivel de la falda del ce­ aventaba a bieldo los caminos se lle­ con soles, estrellas, flores y figuras lon­ rro Dólar, a una altitud entre 1.190 y naban de paja. Durante esos días se gitudinales con calles formadas por ra­ 1.200 rn., en un paraje con una pe­ dormía en la era y en cuanto se termi­ dios paralelos. Son agrupaciones im­ queña inclin ación y se llega a ellas naba de meter la raspa se aprovecha­ portantes ubicadas siguiendo las por la ca rretera que va a la Ermita ba la noche para llevar el grano y la curvas de nivel de los cerros y expues­ desde el pueblo o por la entrada del paja a la casa»(Manuel, Huéneja). tas a los vientos dominantes. Los bala­ kilómetro 247 de la carretera N-324. tes de piedras de pizarra se realizaron También, el Cordel de Dólar a Fiñana con la técnica de la piedra seca y todos cruza por entre las eras. Materiales y técnicas de tienen un remate de aleros de pizarra Este conjunto de eras superaba las construcción para evitar que los granos rueden a las sesenta con formas ovaladas y redon­ eras colindantes o al camino próximo. deadas predominantemente. El material empleado para hacer el Se encuentran en un estado de con­ balate es la piedra «muerta» o pizarra servación bueno pero muy amenaza­ del terreno y la técnica es la de piedra das por la construcción de naves agrí• Procesos de producción y seca. También hay algunos muros con colas y vivi endas. La ausencia de transformación los diferentes tipos de piedras que en­ reparaciones en los balates y las llu­ contramos en el entorno,«muerta, vi­ vias aceleran el proceso de deterioro y Lo primero que se trillaba eran las va y mortecina», y con un grueso ten­ erosión de las eras. Los pajares, co­ lentejas a finales del mes de mayo y del de tierra. El empedrado se hacía rrales o casillas de las eras han sido en torno a la festividad de San Anto­ con piedra «viva» recogida de los pe­ .transformados y ampliados con nue­ nio, el 13 de junio, comenzaba la sie­ dregales y piedras «muertas» mas fi­ vos materiales para utilizarlos como ga de los cereales. La gran extensión nas para hacer los dibujos. garajes de tractores o reconstru idos del término municipal conllevaba el El proceso construct ivo de empe­ como naves agrícolas. que la barcina se realizase de mane­ drar una era es el siguiente: En primer La proximidad a los núcleos urbanos ra simultánea a la siega. Se salía del lugar, se hacía una zanjilla para em­ y su ubicación en las laderas de los pueblo de noche y al amanecer se ha­ pezar el balate que se hacía con «pie­ cerros los configuran como singulares bían recorri do cinco kilómetros, en un dras muertas, de las que no se pue­ hitos en el paisaje, extraordinarios mi­ día solo se podían dar tres viajes lle­ den poner en las eras». Estas piedras radores o zonas de recreo y juegos vando cada vez una reata con cuatro muertas son de color negro, de piza­ por lo que podrían convertirse en par­ mulos. rra, que se desgastan y se rompen. ques periurbanos. En la era se preparaba la parva pa­ También se utilizaban para la cons­ Por último, las eras son estímulos de ra trillar, pudiendo un mismo labrador trucción de los balates varias hiladas la memoria social y parte esencial de sacar varias parvas a la vez en varias de lajas de pizarras clavadas en la tie­ la identidad de la coma rca que nos eras o en una de manera sucesiva. rra verticalmente sobresaliendo con ayudan a entender la importancia de la Por la mañana los hombres se iban a una altura de treinta a cincuenta centí­ agricultura y el proceso de producción, las era a trillar y las mujeres o los ni­ metros. Esta segunda forma de hacer recolección y transform ación de los ños les llevaban el desayuno. «Se po­ los balates para rodear la era es la cereales presentando valores etnoló­ día estar el día entero subido en el tri­ más frecuente en aquellas eras que gicos para ser incluidas en el Catálogo llo. Si al mismo tiempo que se trillaba, estaban próximas a los caminos para General del Patrimonio Histórico de en otra era cercana se estaba aven­ evitar el que los granos rodasen fuera Andalucía y gozar de la protección de tando todo el polvarín venía encima y de la era. su régimen jurídico.

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NOTAS FUENTE S ESCRITASI signification géographique d'une co­ BIBLIOGRAFíA marca ». En Sierra Nevada y su entor­ 1. El trabajo de campo se realizó en los no. Actas del encuentro hispano-fran­ ocho pueblos del Cenete durante dos cam­ Albarracín Navarro, J.; Espinar Moreno, M.; cés sobre Sierra Nevada. Granada, pañas, entre 1996 y 1998, en el marco de Martínez Ruíz, J.; Ruíz Pérez, R.: El 1988. un ambicioso proyecto de la Dirección Ge­ Marquesado del Cenete: Historia, To­ Instituto andaluz de estadística. : Datos Bá­ neral de Bienes Culturales de la Consejer ía ponimia y Onomástica, según docu­ sicos. Andalucía . Sevilla: Junta de An­ de Cultura (Junta de Andalucía) denomina ­ mentos árabes inéditos. Universidad. dalucía. Sevilla, 1990 . do Inventario de Arquitectura Tradicional de Granada , 1986. Instituto nacional de estadística.: Nomen­ Andalucía que tenía como fines seleccio ­ Andalucía. Consejería de obras públicas y elator de entidades y núcleos de pobla­ nar, documentar y proteger bienes inmue­ orbanismo. Características y Evolución ción. INE. Madrid, 199 1. bles y espacios de interés etnológico dedi­ Socioeconómicas de las Comarcas An­ López Galán, J. S.; López Gómez , J.: «Ar­ cados a la producción y transformación , a daluzas. Consejería de Obras Públicas quitectura tradiciona l en el Marquesado vivienda y a las actividades o relaciones de y Urbanismo. Sevilla, 1990. del Cenete : Aproximación a las tipolo­ sociabilidad. Agradezco la colaboración Arias Abellan, J.: Propiedad y usos de la gías». En Espinar Moreno, M. (coord.) que prestaron las autoridades locales y los tierra en el Marquesado del Cenete. Historia, cultura material y antropología amigos e informantes de los pueblos del Universidad . Granada, 1984. del Marquesado del Cenete. Diputación Marquesado del Cenete, los verdaderos Asenjo Sedano , C.: El Castillo de La Cala­ Provincial. Granada , 2000. protagonistas de este artículo. horra. Caja General de Ahorros de Gra­ Martín Civantos, J. M.: «Alquife, un castillo nada. Granada, 1981. con vocación minera en el Zenete ». Ar­ Casado Alcald e, A: «Introducción al urba­ queología y Territorio Medieval (Jaén), nismo alpujarreño». Gazeta de Antro ­ 8: 325-345. Granada , 2001 . FUENTES ORALESI pología 6: 47-51 . Granada, 1986 . Rivas Hernández, M. A :- Huéne]a. Puen­ INFORMANTES Checa, F:. Labradores, pastores y mineros te de historia , camino de culturas». Wa­ en el Marquesado del Zenete. Una mo­ di-as (Guadix), VIII, 70; 1990. Andrés Reyes, vecino de Dólar, agricultor, nografía antropológica sobre Lanteira Rivas Rivas, J. C.: «Historia de la ermita , de 60 años aproximadamente. (Granada). (1890-1960). Granada: Uni­ fiesta y caridad del glorioso San Mar­ Antonio Cárdenas Requena, vecino de AI­ versidad. Granada, 1995. cos, que se venera en la villa de Aldei­ deire, agricultor, de 60 años aproxima­ Cohen Amsalem, A.: El Marquesado del re». Gazeta de Antropología 2: 36-40. damente . Zenete , tierra de minas. Transición al Granada , 1983 . Antonio del Río Río, vecino de Ferreira, capitalismo y dinámica demográfica Rodríguez Martínez, F.: Granada. Medio fí• guarda forestal jubilado y agricultor, de (1870-1925). Granada: Diputación. sico y desarrollo. Universidad . Grana­ 67 años. Granada , 1987. da, 1985. Antonio Moreno, alcalde de La Calahorra , Cruz Artacho, S.: Caciques y campesinos . Ruiz Pérez, R.: Lumbres de invierno. Dipu­ exminero, 40 años aproximadamente. Poder político, modernización agrícola tación Provincial. Granada , 2000. Antonio Osorio, técnico del Ayuntamiento y conflictividad rural en Granada, 1890­ Ruíz Pérez, R.; Ruíz Pérez , R.: «Dólar. de Dólar, de unos 35 años aproximada­ 1923. Libertarias. Madrid , 1994. Una ruta hacia la Alpujarra ». Wadi-as mente. Espinar Moreno, M.: «Aldeire, villa del Mar­ (Guadix), 63; 1988 . Manuel Rodríguez Triviño, vecino de Alde i­ quesado del Zenete 1». Wadi-as (Gua­ Propiedad de la tierra y caciquismo. El ca­ re, jubilado , de más de 70 años. dix), VIII, 71; 1990. so de Dólar en tiempos de Alfonso XI/. Remedio Morales, vecina de La Calahorra , «Aldelre, villa del Marquesado del Zenete TAT. Granada , 1987. ama de casa, de 72 años. 11 ». Wadi-as (Guadix) , VIII, 72; 1990. Sánchez Sanz, E.:«Eras alpujarreñas». Rosa Gámez Gómez , vecina de Ferreira, Aldeire en un documento árabe. Población Narria 3: 6-8. Madrid, 1976 . ama de casa, de más de 60 años. y agricultura. Diputación Provincial. Valero Tenorio, J. D.: «Ferreira. Un pueblo Tomás Fernández Ruíz, vecino de Aldeire, Granada, 1999. en lucha por su superv ivencia». Wadi­ agricultor, 65 años aproximadamente. Humbert, A : «Le Marquesado del Zenete , as (Guadix), 61; 1981 .

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