- A - , ,

HOMEMRJEH LBCiUDBE) DEQRRCUBS

A LVARO, HECTOR Y TtTO PEREZ ESTRADA

HOMENAJE

A LA OUDAD DE GRAO AS A DtOS

EN EL CD ANtVERSARtO

DE SU FUNDACtÓN

1 5 3 6 - 1 9 3 6

TtPOGRAFtA PEREZ ESTRADA. -SAN SULA,

INDICE PRIMERA PARTE La Ciudad de Gracias a Dios en el CD Ani­ versario de su Fundación I La Ciudad de Gracias, Reseña Histórica, por Rómulo E. Durón 1 La Ciudad de Gracias a Dios, ta Audiencia de los Confines y Fray Bartolomé de tas Casas, por Leopoldo Aguilar O. 35 Fray Bartotomé de las Casas, Obispo de Chia­ pa y Defensor de los Indios, por Alvaro Pérez Estrada 47 El Paso de Santiago (La risueña tradición de la bella Tinactatt) por Julián López Pineda 59 Lempira 73 Misterios de Gracias, por F. Mejia Morales 79 Gracias, Madre Querida, por Víctor M. Cáceres Lara 85 Tradiciones y Anécdotas, por Alvaro Pérez Estrada 89 A la Ciudad de Gracias, por P. Centeno 99 Relatos Fantásticos, por Tito Pérez Estrada 103 Bosquejo Biográfico del Gral. José Antonio Milla, por Leopotdo Aguilar O. 111 La Ciudad de Gracias y el Dr. D. , por Leopoldo Aguilar O. 145 El Cuarto Centenario de ta Ciudad de Gracias, por Maximiliano Trejo 151 Rincones Pintorescos de Gracias, por Alvaro Pérez Estrada 157 El Presbítero D. Modesto Chacón, por Leopol­ do Aguilar O. 163 SEGUNDA PARTE Escritores y poetas de Gracias 1 Ciudadanos Distinguidos de Gracias 66 Documentos de la Epoca Cptonial 121 La Tradición del Butero 161

PREMERA PARTE

La Ciudad de Qradas a Dios

En e! (D Pniversario de su Fundadón

r*)ñRñ conmemorar e! Cuarto Centenario de ¡a fun- dación de ia ciudad de Gracias a Dios, nuestra querida tierra nata), pubiicamos este tibro, ai que han dado realce e importancia ias vatiosas coiabora- ciones de ios distinguidos titeratos e historiadores nacionaies, Doctores D. Rómuio E. Durón y D. Ju- iián López Pineda y D. Leopoldo ñguiiar O., que con la mayor buena voiuntad y por e) cariño que guardan para ia histórica ciudad de D. Pedro de ñi- varado y de D. Fray Bartoiomé de ias Casas, nos han enviado sus interesantes y valiosos trabajos, que comprometen de manera absoiuta nuestra gratitud y ia dei puebio graciano. Deben sentirse aitamente complacidos tos mo­ radores de ia histórica ciudad, a la que cupo el ho­ nor de aibergar, por algún tiempo, a D. Fray Barto­ lomé de ias Casas, una de las figuras más intere­ santes de ia época cotoniai, ai ver que ias giorias pasadas de ia nobie ciudad española, son rememo­ radas por ias bien cortadas piumas de ios señores Durón, ñguiiar O. y López Pineda. — IV -

Los pobladores de la ciudad de Gracias a Dios, en 1545, pudieron admirar, ambulando por las ca­ lles de la ciudad, entre los caballeros de capa y es­ pada, la silueta evangélica del Obispo de Chiapa, y pudieron oir, que desde las sagradas cátedras de las iglesias de San Marcos y de Nuestra Señora de las Mercedes, la palabra elocuente de) Aposto) pedía la conmiseración de los caballeros españoles para los pobres y desventurados indios. También los moradores de la histórica ciudad, en aque) año, conocieron tos esfuerzos del Obispo de Chiapa para obtener del Presidente y de los Oido­ res de la Audiencia y ChanciDería Rea) de los Confi­ nes que pusieran en vigencia y ordenaran que fue­ sen cumptidas )as nuevas Leyes de Indias, que habia dado et Rey D. Carlos en favor de tos aborígenes, a la emisión de cuyas leyes habían contribuido et pro­ pio Obispo de Chiapa y e) Cardenal Adriano, que entonces gozaba de gran inftuencia en ta Corte de D. Cartos, y que, después, ocupó )a Silta Pontificia.

Las gestiones det Obispo de Chiapa, ante ta Au­ diencia de Gracias a Dios, dieron por resultado )as injurias que, en pleno tribunal, dirigiera el Presidente Matdonado a los Obispos de Chiapa y de Nicaragua, por las que, IPSO FACTO, el propio licenciado Mal- donado, que era letrado en ambos derechos, civit y canónico, se creyera excomulgado, e hiciera, poste­ riormente, ditigencias para que otros pretados, y, aun el mismo Obispo de Chiapa, te tevantaran ese ana­ tema.

La ciudad de Gracias a Dios fue escogida para que fuera e) asiento de )a Rea) Audiencia que gobernaba tas Provincias de )a América Central, por su posición geográfica, por haHarse situada en tos confines de las Provincias de Honduras y Guatemata y cercana a ta de Nicaragua, por to cual, este Alto Tribunal fué — v - designado con e) nombre de Audiencia de los Confines. La Audiencia de Gracias a Dios, pues, ejercía jurisdicción desde et territorio que es ac­ tualmente e! Estado de Chiapas, en México, hasta la República de Panamá, y asi se explica por qué el Obispo de Chiapa, Fray Bartolomé de las Casas, en vez de recurrir a la Audiencia de México, hizo sus instancias ante la Audiencia de Gracias a Dios para que este alto tribunal diera las disposi­ ciones necesarias para que tas nuevas Leyes de In­ dias fueran cumplidas en et territorio que estaba ba­ jo su mando. E! ticenciado Matdonado, primer Presidente de ta Audiencia de Gracias a Dios, es recordado por tas frases injuriosas con que increpó al Obis­ po de Chiapa y a) Obispo de Nicaragua, que acompañaba al primero en sus gestiones para que aquet Atto Tribuna), que representaba justicia de) Rey, en la América Centra), diera cum- ptimiento a las nuevas Ordenanzas de S. M. E) edificio que ocupó la Reat Audiencia de tos Confines, en ta ciudad de Gracias á Dios, se halta situado frente a! costado Sur de la iglesia de San Marcos, y se conoce en aquetta ciudad, con et nom­ bre de Casa de tos Leones, porque tiene grabado, en retieve, en el pórtico, et escudo de CastiMa. Contigua a ta casa de la Audiencia hay otra casa espaciosa y de una curiosa disposición o cons­ trucción, conocida en Gracias con et nombre de LA FACTORtA. En esa casa trabajaban, durante la épo­ ca colonia), en ta fabricación de cigarros-puros, tas mujeres gracianas, que por atguna falta o detito, habían sido condenadas por las justicias del Rey. Es posible también que esa casa haya sido des­ tinada para otros fines: ta parte de la construcción, que da a) Sur, tiene el suelo det piso a bastante al­ - VI —

tura, notándose que debe haber sido rellenado con tierra, pues se halla a varios pies de etevación so­ bre et nive! de ta catle; en cambio, para bajar a una espaciosa sata, que da a) Norte, hay que pasar por una escatera de cat y canto, de varios petda- ños, pues esa sata queda a un nivet mucho más bajo que ta otra. Esta úttima sata creemos que debe haber sido utitízada como sata de tormento, a juz­ gar por su extraña posición y por estar contigua a la casa que servía de residencia a ta Reat Audiencia de tos Confines.

La ciudad de Gracias a Dios fue escenario de algunos acontecimientos importantes durante et pe­ riodo cotoniat, uno de etlos se hatta retatado en ta TRñDtCtON DEL BOLERO, que escribió, en años pasados, et itustre y castizo escritor graciano D. Je ­ remías Cisneros, y que se inctuye en este tibro.

D. Jeremías Cisneros escribió, además, varias leyendas y tradiciones gracianas, de ta época coto­ niat, que dejó inéditas y que deben hattarse entre sus papetes; pero hace fatta una persona que tenga interés en tos asuntos cotoniates, se dedique espe- ciatmente a buscados entre et gran número de ma­ nuscritos que quedaron en poder de D. Jesús Cis­ neros, que como vatiosas retiquias de su itustre her­ mano debe ét hpber conservado, con retigíoso respeto.

En Gracias funcionó et Tribuna) det Santo Oficio: nosotros tuvimos ocasión de )eer, cuando éramos es­ tudiante, un curioso expediente que nuestro recor­ dado maestro D, ñtberto Gateano Trejo había halta- do entre un montón de viejos papetes que existía en una de tas dependencias de )a [gíesia de San Mar­ cos. Ese expediente, en et que vimos )a firma de uno de los famitiares de nuestros ascendientes, como miembro det Tribunal de la Inquisición, era un pro­ - VII —

ceso que se habia formado contra un graciano es­ céptico, por desacato, el año de 1657. La sentencia era bastante origina!; el reo fue condenado a asistir, diariamente, por espacio de 30 días, a la segunda misa de la Iglesia de San Marcos, debiendo tener puesto en la cabeza un gorro de color rojo y por­ tar, durante toda la misa, una vela encendida.

La ciudad de Gracias a Dios, como todas las ciudades que fundaron los españoles, en Honduras, está situada en una localidad admirablemente esco­ gida, teniendo hacia el Occidente, como un fondo magnífico, la azulada montaña de Celaque, una de las más altas de la Nación, y en la cual tiene su origen el río ñrcágua!, uno de los dos rios a cuyas orillas descansa la ciudad.

También at Occidente y a orillas de la ciudad se levanta la colina de San Cristóbal, a la que los gra- cianos designan con el nombre de El Castillo, porque en la cima de esa colina e! Genera) D. José María Medina construyó un castitto, que es e) paseo favorito de las señoritas y de )os jóvenes gracíanos.

Un poco al Noroeste de la colina de San Cris­ tóbal, se halla la altiptanicie de Las Mesas, que tiene varios kilómetros de extensión: allí se haüa estable­ cido e) Aeródromo de Gracias.

Los españotes construyeron un acueducto para llevar el agua potable a la ciudad; algunas veces, a) hacer trabajos de reparación en tas caites, se han descubierto tubos de barro, enlozados.

En los patios de algunas de las principales casas que construyeron los españotes en Gracias, quedan todavía las fuentes donde caía el agua; nosotros re­ cordamos que en los jardines de las casas del Sub­ delegado español, que fué después de D. Julián - VIH -

Hernández, y en )a de D. Miguel P. Batres, estaban en muy buen estado de conservación y asi deben ha­ llarse todavía, las fuentes en que cata el agua en la época del apogeo de Gracias a Dios, aunque ahora ya no llegan a eltas las aguas del acueducto español. Hoy que la ciudad de Gracias a Dios celebra el CD aniversario de su fundación, queremos recordar, que por espacio de más de cien anos, transcurridos desde que se proclamó la independencia nacional, no ha habido más gobernante hondureno que el .General Medina, que se acuerde de que existe en la Nación una ciudad que ocupa, en ta Historia Colo­ nial, unas de las páginas más gloriosas, y de que ya es tiempo de dedicarle alguna atención, para procu­ rar que recobre algo de su antiguo esplendor; y de que los habitantes de aquella región, que son los sostenedores de la tegaiidad y ios defensores de los gobiernostegitimos, necesitan, también, det estimulo, de la cooperación y de ta protección del gobierno nacional, para que Gracias reviva como el 'Fénix de la leyenda. Gracias a Dios, la noble ciudad que lleva por nombre la invocación del valeroso capitán español Juan de Chaves, al contemplar, desde las alturas, et magnifico valle que se extiende desde la majes­ tuosa montaña de Celaque, regado por dos ríos de aguas cristatinas; la nobte ciudad españota que reci­ bió en sn recinto al Adelantado D. Pedro de ñtvara- do y at ilustre sacerdote D. Bartolomé de las Casas; la ciudad olvidada, conmovió el alma nacional cen­ troamericana a causa del terremoto de 1915, catás­ trofe que hizo que muchos periódicos recordaran su glorioso pasado, yace otvidada de los gobernantes hondurenos; ta ciudad gtoriosa, que envió sus hijos a combatir con el generat D. José Maria Medina, por la independencia y por la integridad de la América Central, derramando su sangre en tos campos de ba­ - IX — talla de Nicaragua, luchando contra los filibusteros comandados por Witliam Walker, merece el bien de la Patria y tiene derecho a ser impulsada hacia la senda del progreso.

Hacemos presente una vez más, nuestros sen­ timientos de gratitud para los caballeros Durón, ñgui- lar O. y López Pineda, por haber atendido nuestra excitativa de escribir un articulo acerca de la fecha que conmemora nuestra querida ciudad.

* * *

Queremos, además, expresar nuestra gratitud al Dr. D. P. Centeno por el interesante articulo que es­ cribió para este libro, y en el que rinde un tributo de admiración y simpatía al héroe graciano Lempira y a los ilustres sacerdotes D. Fray Bartolomé de las Casaá y D. Manuel de Jesús Subirana, tan recorda­ dos por el pueblo graciano.

Dr. Romu!o E. Durón . ^ ^ria de Honduras como historiador, jurisconsulto y titerato

......

LR OUDRD DE QRBORS

RESEñB H!STOR¡(B POR R OMOLO E. ÜUROil

!

FüMMCiON, 1536

Et orden sucesiva de fas primeras fundaciones de ciudades en Honduras da a ta de Gracias el octa^ Vo tugar, así: SñN GIL DE BÜEMñ VlSTñ, fundada por Git Gonzátez Dávita en Marzo de 1524; TRKJNFO DE LA CRUZ, por Cristóbal de Olid en 3 de Mayo det mismo año; TRUJtLLO, por ta gente de Francis­ co de tas Casas y a nombre de éste, el 18 de Mayo de 1525; la MRTlViDñD DE NÜESTRñ SEÑORñ en Puerto Cabáttos, por Hernán Cortés, el 8 de Sep­ tiembre siguiente; BÜENñ ESPERñÑZR, por ñndrés de Cereceda, en 1534; la VtLLñ DE JEREZ DE Lñ FRONTERA DE LA CHOLÜTECA, por D. Cristóbal de la Cueva en 1535; SAN PEDRO S(JLA, por et Ade- tantado don Pedro de Atvarado e! 27 de Junio de 1536; y GRACIAS A DIOS, por Juan de Chaves, de orden de) Adelantado, no sabiéndose la fecha de la fundación, pero presumiéndose cue ya estaba hecha el 20 de Julio de dicho año de 1536, porque en esta fecha hizo Alvarado el repartimiento de ta ciudad. Acerca de esta fundación dice et historiador D. Antonio de Herrera:

"La ciudad de GRACtAS A DtOS recibió este nombre porque habiendo andado Juan de Chaves, por orden det Adetantado Alvarado, muchos días por sierras y montañas, buscando donde fundar una po- btación en punto que sirviese de comunicación con tas provincias de Guatemala, al hattar tierra ttana junto a un río, exctamaron todos tos que con ét ve­ nían, cansados de tan targo camino: "¡Gracias a Dios que hemos hallado tierra ttana!"

D. Pedro de Atvarado, a! venir a Honduras Ma­ mado por ta gente de Cereceda, quien )e entregó )a Gobernación de ta Provincia en Buena Esperanza, habia penetrado por EL AStSTENTE, como se Mama­ ba también a) puebto de Ocotepetl, y avanzó por ta provincia de Cerquín en donde evitó un encuentro con el cacique Lempira, quien lo provocaba desde un peñol en que se habla fortificado. Luego, "paci­ ficando ta tierra", siguió por tos pueblos de Talgua, Carcano, Araxagua o Acapagua, Copoa, Lepaera y otros, que casi destruyó det todo y, en los que hizo muchos esclavos.

Hecho et repartimiento de Gracias a Dios, pa­ só Atvarado a PUERTO CABALLOS, como se tlamó a NATIVIDAD, y después de repoblar el puerto, se embarcó alli con dirección a España et 12 de Agosto. H

OBRñ DE D. FRANCISCO DE MONTEJO

Desde antes de haberse embarcado RIvarado, según refiere e) ñdetantádo D. Francisco de Monte- jo, nombrado Gobernador de Honduras por el Rey¡ había Juan de Chaves desamparado a Gracias y ha­ ciendo to mismo que ñtvarado en cuanto a "pacifica­ ción', itegó hasta Cerquín o Carguin, y a!H quiso en­ trar en el peñot en donde estaba Lempira, y no pu­ do, por lo que se voivíó a Guatemala. De modo que no lo haltaron en Gracias los cuatro parientes o cria­ dos que ñívarado había traído con su gente, quie­ nes satieron en su busca y ttegaron con los que esta­ ban en esta tierra antes de que viniese, habiendo si­ do éstos quienes, sin autorización ninguna, pobtaron ta nueva ciudad, en nombre del Rey. Después Montejo sometió a los pueblos que acaudillaba Lempira, io que se había logrado con la muerte alevosa de éste, y recorrió el interior del pais, en donde había hecho fundar Comayagua; y de es­ ta ciudad volvió a Gracias, "para la pasar", según dice, "a otro asiento que ya tenia visto, más en co­ medio de los indios e más sano e vistoso e abundo­ so de todas las otras cosas y a hacer sembrar a los indios e a !os españoles, que había harta necesidad de ello, y todo se hizo muy bien". Montejo reclama para sí el mérito de la funda­ ción de Gracias, por lo retacionado y porque, según afirma, ñtvarado "no pacificó n¡ conquistó nada de etta ni capitán suyo"; y añade que, en esta Goberna­ ción, no había otra cosa sino esta ciudad, porque en elta se metió todo lo que servía a Zula, y todo lo que había conquistado y pacificado se le debía a ét y a sus capitanes y gente que a eMo trajo, que eran más de ciento, de tos cuales muchos habían muerto en la guerra y todos los demás estaban "em­ peñados o perdidos". Lo que dice Montejo no autoriza para que sea considerado como fundador de la ciudad de Gracias: su mérito es otro. Chaves fundó ta ciudad y ta de­ jó desamparada yendo a atacar a Lempira en su peñol, empresa en que no tuvo éxito, y tuego se re­ tiró a Guatemata. A ta gente que dejó en ta ciudad debe de haberse incorporado ta que vino de San Pedro Suta a buscado, que no puede haber sido to­ da ta de esta pobtación, porque entonces habría des­ aparecido. Los recién [legados aumentaron así et número de vecinos, sometiéndose indudabSemen- te a [as autoridades creadas, que han de haber sido tas mismas a quienes poco después se impuso Alon­ so de Cáceres como Teniente de Gobernador de Montejo. Ahora bien: Montejo satvó y aseguró )a vi­ da de la ciudad, conquistando tos puebtos del inte­ rior, haciendo fundar Comayagua y sobre todo suje­ tando tos puebtos de que Lempira era caudillo. Esto es to que constituye su verdadero mérito. De no ha­ ber sido ésta su obra principa), D. Pedro de Atvara­ do acaso habría encontrado destruida a Gracias a su vuetta de España en Abrit de 1539, y hubiera sido necesario voíver a empezar. En cuanto a tos pobtadores de ta ciudad se ve que lo fueron parte de tos españotes que Atvarado trajo con Chaves cuando vino a Honduras en 1536, parte de los cotonos que con Andrés de Cereceda vinieron de Trujitto a fundar Buena Esperanza y ta gente que et Adetantado D. Francisco de Montejo trajo de México cuando vino a posesionarse de ta Gobernación de Honduras. Los vecinos a quienes Atvarado repartió puebtos de Gracias eran noventa y nueve, entre tos que aparecen Juan de Chaves como Atcatde Mayor y Capitán, Gonzato de Atvarado como ñtcalde de ta ciudad, Juan López de García, Juan — 5 - de la Puebla, Alfonso de Montalbán, Diego de Rivera y Pedro de Orettana como Regidores y Hernando Datmao como Alguacil Mayor. También aparece Aton- so de (áceres que tan importante papel había de desempeñar al ser nombrado Montejo Gobernador. En este repartimiento, que da a conocer et primer Ayuntamiento dé Gracias, figuran además los Oficia­ les Reales Andrés de Cereceda, Contador, y Diego García de Cetis, Tesorero. De ta gente que trajo Mon­ tejo no se conocen los nombres.

III

CRECIMIENTO DE GRACIAS, 1539.

La ciudad de Gracias empezó adesarrotlarse y a prosperar por la proximidad de tas minas. En 1539, a! venir de España Atvarado, entró en choque con Montejo; pero habiéndose attanado éste a dejarle la Gobernación en ciertas condiciones, aquél continuó su viaje para Guatemata, dejando de Teniente suyo a Atonso de Cáceres. Este hizo una nueva fundación en la colonia: ta de San Jorge de Olancho, en Abrit de 1540, en la que cooperaron Francisco del Barco y Alonso Pérez. Muerto Atvarado en 1541, Diego García de Cetis asumió interinamen­ te la Gobernación de Honduras, segregándola de Guatemala. La importancia de Gracias fue en aumento, a tal puntó que, habiendo creado e) Rey la Audien­ cia de los Confines, a la que te señató por asiento )a villa de Vattadotid de la Concepción de Comaya- gua, et Lic. don Alonso de Matdonado, a quien nom­ bró Presidente de elta, dió la preferencia a aquella ciudad para establecerla; y asi se instató et Tribunal en Gracias et 16 de Mayo de 1544, habititáñdose para sus sesiones y para alojamiento del Presiden­ te, por nq haber Casas Reates, ia casa de) Cura, cu­ yo atquiter se mandó pagar por el Rey. Luego que se asentó ta /Audiencia, se pregona* rop atlí tas Reates Ordenanzas sóbre la libertad de los Indios, tas que, en granparte, se debían al Obis­ po de Chiapa Fr. Bartotomé de tas Casas. Este, por la inobservancia de eMas, hizo viaje en 1545 a Gracias, a demandar apoyo de ta Audiencia para su ejecu­ ción, ñsi tuvo Gracias ta señalada honra de dar alber- gue en su seno at venerabie apóstol de las Indias. El P. Las Casas con el Obispo Marroqüin, de Guatema­ la, y el Obispo Pedraza, de Honduras, consagró er¡t la misma ciudad al Obispo de Nicaragua, Fr. Anto­ nio de Vatdivieso. Pero si bien Gracias Itenaba las condiciones de una capitai, tos Oidores encontraron pretextos que alegar para pedir que ta Audiencia fuera trasladada a Guatemata. Et primero que !o hizo fué ei Lic. Pedro Ramírez, en carta de 25 de Jutio de 1545, di­ rigida a] Rey; y renovó la soticítud et Lic. don Alon- so López de Cerrato, sucesor de Matdonado, en 1548. Y concedida la autorización por el monarca, trastadó !a Audiencia a Guatemata en 1549. El Gobierno que el Presidente de elta ejercía directamente en Hondu­ ras cesó en 1552, al nombrarse Gobernador de la Provincia a Juan Pérez de Cabrera.

IV

LLEGADA DE LOSMERCEDARIOS A GRACIAS, 1550

Muerto Pérez de Cabrera, la Audiencia escribió al Rey, en 1555, que convenia que en Honduras no hubiera sino un Atcatde Mayor, y nombró con tai carácter provisionatmente a Pedro de Sálvatierra. Asi­ mismo le manifestó ser conveniente proveer los Obis° pados de Honduras y Nicaragua, y en nadie mejor que en religiosos que sabían las lenguas. La última insinuación no fue atendida, pues ninguno de los re­ ligiosos que vinieron a estas tierras fué nombrado Obispo. Pero no fué necesario este nombramiento para que ellos atrajeran a los indios al cristianismo. En 1550 había pasado a Indias Fr. Nicolás del Valle, quien residió en las provincias de Guatemala y Hon duras, habiendo fundado dos monasterios de la Mer­ ced, et de !a ciudad de Gracias y et det puebto de Tencoa, que dependía de aquetta, y era Comendador det último. Con él vino también Fr. Francisco de Cairia. En el mismo año se habían embarcado en España para Honduras, en la nao ta CONCEPCION, Fr. Fernando de Arboíancha y Fr. Andrés de Laso, retigiosos que desembarcaron en Puerto Cabattos, trayendo dos tercios de tonetadas de tibros y vestua­ rios. En Marzo de 1551 ya estaban doctrinando tos indios de los pueblos de la ciudad de Gracias, At doctrinarlos hacían el aprendizaje de las tenguas indígenas. La labor que desarrollaron eltos y quie­ nes Ies sucedieron fué, de tat manera eficaz que et idioma españoi se arraigó pronto en aquettos pue­ btos, to que facititó su conversión. ¡Gtoria a aquettos humildes retigiosos, factores principales de la obra buena de la colonia!

Para sustituir at primer Obispo de Honduras, Fr. Cristóbat de Pedraza, que había muerto, fué nom­ brado Fr. Jerónimó de Coretta, quien trastadó ta sede de! Obispado, de Trujitto a Comayagua. Este, en carta de 20 de Rebrero de 1564, decía at Rey que, después de consagrarse en la ciudad de México, qui­ so enviarle la fe de! juramento extgido por et dere­ cho canónico, y se lo impidió la ocupación del lar­ go viaje hasta Honduras; pero ahora se lo enviaba con Fr. Nicolás det Vatte, retigioso de ta Merced y Comendador det pueblo de Tencoa. Agregaba que, en Comayagua, donde residía, tenia un preceptor de te, por nq haber Casas Reales, ta casa det Cura, cu­ yo alquiler se mandó pagar por el Rey. Luego que se asentó ta Audiencia, se pregona­ ron aili las Reates Ordenanzas sobre ta tibertad de tos indios, tas que, en gran parte, se debían at Obis­ po de Chiapa Fr. Bártotomé de tas Casas. Este, por ¡a inobservancia de eilas, hizo viaje en 1545 a Gracias; a demandar apoyo de ta Audiencia para su ejecu­ ción. Así tuvo Gracias la señalada honra desdar alber­ gue en su seno atvenerabte aposto! délas Indias. El P. Las Casas con eí Obispo Marróquin, de Guatema­ la, y e! Obispo Pedraza, de Honduras, consagró en ta misma ciudad a) Obispo de Nicaragua, Fr.* Anto­ nio de Vatdivieso. Pero si bien Gracias üenába las condiciones de una capita!, !os Oidores encontraron pretextos que alegar para pedir que ta Audiencia fuera trasladada a Guatemala. E! primero que to hizo fué e! Lic. Pedro Ramírez, en carta de 25 de Julio de 1545, di­ rigida al Rey; y renovó ta sotícitud et Lic. don Aton- so López de Cérráto, sucesor de Matdonado, en 1548. Y concedida la autorización por et monarca, trastadó ta Audiencia a Guatemata en 1549. Et Gobierno qué e! Presidente de etta ejercía directamente en Hondu­ ras cesó en 1552, a) nombrarse Gobernador de la Provincia a Juan Pérez de Cabrera.

IV

LLEGADA DE LOS MERCED ARIOS A GRACIAS, 1550

Muerto Pérez de Cabrera, la Audiencia escribió a! Rey, en 1555, que convenía que en Honduras no hubiera sino un Atcatde Maypr, y nombró con ta! carácter provisiona!mente a Pedro de Sátvatierra. Asi­ mismo le manifestó ser conveniente proveer !os Obis­ pados de Honduras y Nicaragua, y en nadie mejor - 7 - que en religiosos" que sabían tas lenguas. La última insinuación no fue atendida, pues ninguno de tos re­ ligiosos que vinieron a estas tierras fue nombrado Obispo. Pero no fue necesario este nombramiento para que ettos atrajeran a tos indios at cristianismo. En 1550 había pasado a tndias Fr. Nicotás de) Vatte, quien residió en tas provincias de Guatemata y Hon duras, habiendo fundado dos monasterios de iaMer-, ced, et de la ciudad de Gracias y et det puebto de Tencoa, que dependía de aquétta, y era Comendador det último. Con ét vino también Fr. Francisco de Cairia. En el mismo año se habían embarcado en España para Honduras, en ta nao la CONCEPCIÓN, Fr. Fernando de ñrbotancha y Fr. ñridrés de Laso, retígiosos que desembarcaron en Puerto Cabalios, trayendo dos tercios de tonetadás de tibros y vestua­ rios. En Marzo de 1551 ya estaban doctrinando tos indiosde los pueblos de la ciudad de Gracias, ñt doctrinados hacían et aprendizaje de tas tenguas indígenas. La tabor que desarroltaron eltos y quie­ nes tes sucedieron fue. de ta) manera eficaz que e) idioma éspañot se arraigó pronto en aquetios pue- btos, lo que facititó su conversión. ¡Gtoria a aquettos humitdesretigiosós, factores principales de ¡a obra buena de ta cotonía!

Para sustituir a! primer Obispo de Honduras, Fr. Cristóba) de Pedraza, que había muerto, fué nom­ brado Fr. Jerónimo de Coretía, quien trastadó !a sede d&! Obispado, de Trujiüo a Comayagua. Este, en carta de 20 de Kebrero de 1564, decía at Rey que, después de consagrarse en'¡a ciudad de México, qui­ so enviarte tá fe de! juramento extgido por e! dere­ cho canónico, y se to impidió !a ocupación det !ar- go viaje hasta Honduras; pero ahora se lo .enviaba con Fr. Nicolás del Valte, retigioso de ia Merced y Comendador de! puebto de Tencoa. Agregaba qué, en Comayaguá, donde residía, tenia un preceptor de te, por nqt haber Casas Reales, Is casa del Cura, cu­ yo alquiler se mandó pagar por el Rey. Luego que se asentó ta ñudiencia, se pregona­ ron a!tí tas Reates Ordenanzas sobre ta libertad de los indios, las que, en gran parte, se debían a) Obis­ po de Chiapa Fr. Bartotomé de tas Casas. Este, por ¡a inobservancia de etlas, hizo viaje en 1545 a Gracias, a demandar apoyo de ¡a ñudiencia para su ejecu­ ción, ñsl tuvo Gracias ta señalada honra de dar alber­ gue en su seno at venerable apóstol de las Indias. Et P. Las Casas con eí Obispo Marróquin, de Guatema­ la, y et Obispo Pedraza, de Honduras, consagró en !a misma ciudad a! Obispo de Nicaragua, Fr. ñnto- nio de Vatdivieso. Pero si bien Gracias Denaba las condiciones de una capitat, [os Oidores encontraron pretextos que alegar para pedir que ta ñudiencia fuera trasladada a Guatemata. Et primero que !o hizo fué ei Lic. Pedro Ramírez, en carta de 25 de Julio de 1545, di­ rigida at Rey; y renovó ta soticitud el Lic. don ñlon- so López de Cerrato, sucesor de Matdonado, en 1548. Y concedida la autorización por el monarca, trasladó !a ñudiencia a Guatemala en 1549, Et Gobierno que et Presidente de etta ejercía directamente en Hondu­ ras cesó en 1552, at nombrarse Gobernador de la Provincia a Juan Pérez de Cabrera.

IV

LLEGñDñ DE LOS MERCEDñRfOS ñ GRñCIñS, 1550

Muerto Pérez de Cabrera, 1a ñudiencia escribió al Rey, en 1555, que convpnia que en Honduras no hubiera sino un ñtcatde Mayor, y nombró con ta! carácter provisionalmente a Pedro de Salvatierra, ñsi- mismo le manifestó ser conveniente proveer tos Obis­ pados de Honduras y Nicaragua, y en nadie mejor que en religiosos que sabían las lenguas. La última insinuación no fué atendida, pues ninguno de los re­ ligiosos que vinieron a estas tierras fué nombrado Obispo. Pero no fué necesario este nombramiento para que ellos atrajeran a [os indios al cristianismo. En 1550 había pasado a fndias Fr. Nícotás del Vatte, quien residió en las provincias de Guatemala y Hon duras, habiendo fundado dos monasterios de ta Mer­ ced, el de la ciudad de Gracias y el del pueblo de Tencoa, que dependía de aquélla, y era Comendador del último. Con él vino también Fr. Francisco de Cairia. En et mismo año se habían embarcado en España para Honduras, en ta nao la CONCEPCION, Fr. Fernando de Arbolancha y Fr. Andrés de Laso, retigiosos que desembarcaron en Puerto Cabattos, trayendo dos tercios de tonetadas de tibros y vestua­ rios. En Marzo de 1551 ya estaban doctrinando tos indios de !os pueblos de ta ciudad de Gracias, At doctrinarlos hacían et aprendizaje de tas tenguas indígenas. La labor que desarrollaron ettos y quie­ nes Ies sucedieron fué de tat manera eficaz que et idioma español se arraigó pronto en aquettos pue­ btos, lo que facilitó su conversión. ¡Gtoría a aquettos humitdes retigiosos, factores principales de ta obra buena de ta colonia!

Para sustituir al primer Obispo de Honduras, Fr. Cristóbat de Pedraza, que había muerto, fué nom­ brado Fr. Jerónimo de Corelia, quien trasladó la sede de! Obispado, de Trujitto a Comayagua. Este, en carta de 20 de Febrero de 1564, decía at Rey que, después de consagrarse en la ciudad de México, qui­ so enviarle la fe det juramento extgido por et dere­ cho canónico, y se lo impidió la ocupación del lar­ go viaje hasta Honduras; pero ahora se lo enviaba con Fr. Nicolás de) Valle, religioso de )a Merced y Comendador det pueblo de Tencoa. Agregaba que, en Comayagua, donde residía, tenia un preceptor de - g -

Gramática muy hábil y hábia empezado un colegio para tos hijos de vecinos y conquistadores; y lo de­ más que aqui se trabajaba en servicio de Dios y en la conversión de tos indios, to diría Fr. Nicolás, co­ mo testigo de vista y persona que había trabajado en esta tierra mucho, en la predicación det Evange­ lio y doctrina de los naturales.

Fr. Nicolás fue a España, en efecto, por nego­ cios de sus conventos de Honduras; y terminados, volvió en 1566. ñllá hizo saber que por ser la tie­ rra de Honduras muy pobre y enferma, los dos con­ ventos de Gracias y Tencoa padecían pobreza y pi­ dió para cada uno un misal, un cáliz y un orna­ mento completo. Como en aquellos tiempos la Rea! Hacienda proveía a los religiosos de /América, de vi­ no para et santo sacrificio de ta misa y de aceite para la lámpara del Santísimo Sacramento, Fr. Nico­ lás pidió también esta merced para los mercedarios de Honduras "que predicaban el santo Evangelio y hadan el mismo fruto que los de San Francisco y Santo Domingo, y que por no se Ies haber hecho esta timosna hasta aquí, habían padecido necesidad y la tenían at presente". Dice Fr. Pedro M. Pé­ rez, en su obra RELIGIOSOS DE Lf\ ORDEN DE Lñ MERCED QUE PñSñRON ñ LR ñ^ERtCñ ESPñRO- Lf\, que Reales cédulas de fechas inmediatas a las peticiones prueban que éstas fueron atendidas y et Consejo de Indias, sin las largas dilaciones de cos­ tumbre, concedió a Fr. Nicolás todo lo pedido para íus conventos de Honduras. Esta era la clase de ne­ gocios con que fué Fr. Nicolás a España. — 9 -

V GRACiAS EN LA AUDIENCIA DE NUEVA ESPAÑA, 1563 Por Res! céduia de 8 de Septiembre de 1563 se había mandado trastadar ta Audiencia de Guate­ mala a Panamá. Dividido el Reino de Guatemala entre la Audiencia de Panamá y la de Nueva Espa­ ña, quedó en ¡a jurisdicción de ésta la ciudad de Gracias; pero no hubo en ella alteración por este su­ ceso. Restablecida por cédufa de 28 de Junio de 1568 ¡a Audiencia de Guatemala, quedó Gracias en !a jurisdicción de ella, como at crearse la Audiencia de los Confines. Entretanto habiéndose mandado restablecer la Gobernación de Honduras, la habían servido D. Alon­ so Ortiz Etgueta y su Teniente Hernando Bermejo, de 1562 a 1567, habiendo sido el sucesor, en este ultimo año, D. Juan de Vargas Carvajal. Este fué sustituido, en 1573 por D. Diego de Herrera, quien no vino a Gracias por haber dispuesto quedarse en San Pedro Sula con los Oficiales Reales; pero en el mismo año se trasladó con dichos Oficiales a Co­ mayagua, que fué desde entonces la capital de la Provincia de Honduras, como ya lo era de! Obispado. VI VAR!AC!ONES DE LA POBLACION, DE 1571 a 1594 En 1571, según el geógrafo Juan López de Ve- lasco, la ciudad de Gracias contaba con cincuenta es­ pañoles poco más o menos, treinta y cinco de los cuales eran encomenderos. López de Velasco decía además que había en eita "un monasterio de ia Merced y en su jurisdicción sesenta y un pueblos de indios y en ellos como tres mil tributarios". En 1582 el Gobernador Alonso de Contreras Guevara decía: — 10 —

"La ciudad de Gracias a Dios es puebto de es- pañotes: tiene treinta vecinos, que tos más de eitos tienen puebtos de indios en encomienda. Et Goberna­ dor de Honduras tiene en esa ciudad un Teniente de Gobernador que administra justicia en etta sin salario". En et informe retativo a ta visita que Fr. ñlonso Ponce hizo en 1586 a ta PROVINCiñ DE SñN JO R­ GE, dé Nicaragua y Costa Rica, fundada por Fr. Pedro Ortiz, su primer Maestro Provincia!, se !ee:

"La ciudad de Gracias a Dios es et mejor tem- pte que hay en !a Provincia de Honduras; dánse en etta todas tas frutas y legumbres de Castilla y mu­ cha suma de trigo, y por a!!í se coge et fino liqui- dámbar; tiene muchos naturates y estaría muy bien atlí un convento de nuestra orden si te diesen atgu- nos indios de visita, y seria et mejor que hubiese, por ser tan bueno y apacibte et temple: en esta ciudad estuvo antiguamente ta ñudiencia de tos Confines, que at presente está en Guatemata". La orden a que se refiere et informe es la de franciscanos, tos que ya contaban en Comayagua con una casa que había fundado Fr. Pedro Ortiz en 1575, y según carta que éste dirigió de Comayagua at Rey en 15 de ñbrit de 1578, ya hubiera pobtado otras casas entre tos indios si hubiera encontrado en el Go­ bernador Contreras Guevara et mismo cator y favor que en D. Diego de Herrera para ta primera funda­ ción; pero confiaba en que to haría porque "más ha­ bía de poder Dios que el diabto". Francisco Valverde de Moneada dice en 1590: "Gracias a Dios tiene ciento veinte vecinos es­ pañoles, dos mit ciento ochenta y ocho indios; es muy abundante de trigo y maiz; dánse en etta todos los géneros de legumbres que en cualquier tugar férti) de España. Tiene mucho ganado mayor y menor; — 11 —

muchas yeguas; críanse cada año doscientas cuaren­ ta muías", Juan de Pineda escribe en 1594: "La ciudad de Gracias a Dios está de Comaya- gua treinta teguas y de ta vilia de Sant Miguel otras tantas y del Puerto de Cabattos treinta y cinco te­ guas; está esta ciudad asentada en un ttano, buen tempte de tierra, ni fría ni catiente; es sana y ten­ drá más de setenta vecinos". Se ve, pues, que en veinte y tres años, de 1571 a 1594, ha variado ta cifra de la pobtación de Gra­ cias, descendiendo unas veces y ascendiendo otras, alcanzando la mayor altura en 1590, ignorándose las causas.

VII

EL MINERAL DE SAN ANDRES DE ZARAGOZA

Lín descubrimiento se hizo de riquísimas minas en el cerro de San Andrés, en el valle de Sensenti, jurisdicción de Gracias. El historiador Juarros refiere que se contaban tales cosas de este Minera), que se podía decir que et MONTE DE ORO, que siempre se había tenido por quimera, atií se veía reatizado. La riqueza de aquet cerro era tat que, para promover tas tabores en sus minas y cobrar tos Reates quintos, se creó un Alcaide Mayor que se intitutaba del Rea¡ de Minas de San Andrés de la Nueva Zaragoza, que proveían los Presidentes de ta Audiencia. Así se cer­ cenó la jurisdicción de Gracias en to civil y en to crimina) dentro de tos términos det Rea) de Minas, quedando e) Atca)de Mayor con facuttades para obti- gar a que trabajasen en aquettos minerales, a la cuarta parte de tos indios que habitaban doce teguas en contorno. — 12 —

Esta ñtcatdía Mayor existía aún en 1776, año en que se hizo en eüa un repartimiento de indios, según refiere et historiador, Presbítero Dr. D. ñntonio R. Vattejo. Gracias, con su creación, no pudo obte­ ner de taies descubrimientos los beneficios que ha­ bría atcanzado, de haber quedado el régimen de^ Mineral a cargo det Teniente de Gobernador.

VIII

ñSPECTOS DE Lñ VIDñ DE GRñCiñS,

DE 1628 ñ 1758.

En cuanto a! régimen interno de !a ciudad, de 1628 a 1643, dice Juarros: "La ciudad de Gracias a Dios tiene dos ñtcat- dés. ñtguacil Mayor, en 1500 tostones, año de 1628: ñtférez Mayor, en 800, et de 635: Depositario Gene­ ra! en 600, el de 630: 4 Regidores en 800, et de 630. Provincia) de )a Hermandad, en dos mi! pesos, ñ!- ca!des de eüa. Escribano Púbtico y de Cabitdo, en mi) pesos e) de 1643". En 1660 se te había segregado a !a Tenencia eí Corregimiento de Tencoa, et que fué incorporado a Comayagua. Este Corregimiento se había creado por e) Presidente de )a ñudiencia Dr. D. ñntonio Gonzá- )ez en 1572, con doscientos pesos de minas de sata- rio, a! mismo tiempo que creaba otro en Ocotepe- que, en ta misma jurisdicción, con saiario de ciento cincuenta pesos, habiendo proveído otro en 1751 en Tecazquín y Cururú en términos de Comayagua, con salario de cien pesos. La sociedad de Gracias venia desarrottándose en un medio en que puede decirse que ta retigión formaba el principa! cuidado. De este medio sur­ - 13 - gió ta ¡Ristre retigiosa Da. ñna Guerra, que era des­ cendiente de una respetable familia de aqueÜa ciu­ dad y cuya V!Dñ, escrita por et P. ñntonio de Siria, fue impresa en Guatemala en 1716 par ñntonio de Velasco. (*) El historiador Garda Peláez dice acerca de etla: "Fue esta señora natural de San Vicente, de !a provincia de San Salvador, hija de D. Juan Gue­ rra Jovel, de las tslas Canarias, y de Da. Beatriz López Pineda, de ta ciudad de Gracias. El autor anuncia en el prólogo ta historia de una mujer que to fue sólo en el sexo, pero muy varonil en el áni­ mo y más que humana en et espíritu". Et autor de !a V!Dñ, después de decir que D. Juan Guerra Jove! era de conocida hidalguía, dice de Da. Beatriz "que era natura! de la ciudad de Gracias a Dios, en la provincia de Honduras, igualmente noble, aunque muy pobre de otros temporales bienes, en cuyo tu­ gar te concedió et cíelo la rica dote de ta gracia y y de tas virtudes" y que "ta! habia de ser ta raíz que sazonando en pocos años nueve frutos de su matri­ monio, desahogó en la cuarta hija lo más noble de su fecundidad, porque había de ser (como ta misma madre, inspirada de Dios, solia decir) ia corona de sus hermanos, tustre de su familia y el mayor blasón de su pobre casa". Murió Da. ñna de 74 años et 17 de Mayo de 1713. En ta formación de tat medio se veía el poderoso inftujo de las comunidades religiosas.

Estas, en e! Reino, continuaban gozando de! subsidio que el Fisco daba para vino, cera y aceite; pero de 1720 a 1729 el gasto por tal motivo fue de cerca de cien mil pesos, por to que el Rey, ordenó que no se continuara dando.

(*) Esta Vida fué reimpresa eü Santiago de Chile en 1925 por en­ cargo det Gobierno de El Salvador, precedida de un breve pró- togo por el ilustre historiador y bibliógrafo D, J. Toribio Medina. — 14 —

Por estos años Gracias sufría tas consecuencias de ia paralización det beneficio de las minas por fatta de trabajadores. A ¡os aborígenes se tes había tiberado de pagar afcabatas por su tráfico, y sólo cubrían at Fisco e! tributo anual, que era bastante módico; pero así y todo, esta contribución era un importante auxitiar det Tesoro Púbtico, pues, en soto un año, fué de 5837 pesos en et partido de Gracias. En cambio ta utitidad que tos diezmos daban a ia tglesiaen Honduras nunca fué de consideración. En 1752 la suma que alcanzaron en !a jurisdicción de Comayagua y en los partidos de Gracias, San Pedro Su)a, Otancho y fué apenas ta de 1.775 pesos. Después fué en aumento et producto; dió seis mi) pesos en 1753, siete mil próximamente en 1754, habiendo habido baja en et año siguiente, y 6.234 pesos en 1756. Una producción halagadora fué la det añit, pe­ ro nunca rindió tanto como et tabaco que se sem­ blaba en Gracias,

IX

LA TENENCIA DE GRACIAS, 1758

At venir D. Fulgencio García de Solís de Go­ bernador a Comayagua, nombró un Teniente para Gracias; pero en este partido se habia adoptado la costumbre de que ejerciera ta Tenencia el Alcalde de la ciodad. El Cabildo redamó en favor de ta cos­ tumbre, alegando que los Alcaldes no gravaban a tas partes con injustos derechos, como lo hacían tos Tenientes en otros distritos; pero et Rey resotvíó en 1761 que et Gobernador nombrara tos Tenientes de aquel partido, escogiendo personas de su confianza, — 15 - debiendo los nombramientos ser confirmados por la Audiencia,

En 1763 el Gobernador D. José Sáenz de Baha- monde nombró Teniente de Gracias, en sustitución de D. José de Rivera, que había renunciado,, a D. Miguel García de Jatón, quien ya había ejercido aquel cargo con rectitud. Estos nombramientos no fueron ya reclamados.

ñ este tiempo se había dado un nuevo arre­ glo a los ramos de alcabalas, póivora y naipes, y se había emprendido una activa persecución contra eí contrabando de aguardiente. El disgusto producido por estas medidas vino a acrecentarse por haberse ordenado el estanco det tabaco en cédula de 2 de Enero de 1766. Se hicieron representaciones en Gua­ temala y vinieron de Nicaragua memoriates en que se suplicaba pedir a! Rey que remediara los incon­ venientes, porque podría haber asesinatos, robos y otros maies. Don Ponciano ñgreda, vecino de Gra­ cias, fué más lejos en carta que dirigió al ñyunta miento de Guatemala, pues manifestaba que no era bastante et alivio de la situación sino que podría su­ frir menoscabo ta obediencia at soberano, acerándo­ se la tranquitidad y ptantándose el germen de graves mates. Las autoridades hatlaron medios de conjurar !os disturbios.

En 1778 ejercía ¡a Tenencia de Gracias D. Mi­ guel Machado, siendo Gobernador de ta Provincia el Coronel D. ñgustin Pérez Quijano. Este fué residen­ ciado con sus Tenientes por D. José Marín, Barón de Riperdá, quien, siguiendo el dictamen del asesor letrado D. Juan Manuet Zetaya, absotvió al Goberna­ dor y al Teniente Machado y otros, de todo cargo. ñ fines de Octubre de 1779 se supo en Guate­ mala que el castillo de San Fernando de Omoa ha- 16 -- bia caído en poder de tos ingleses. E) Capitán Ge­ nera! D. Matías de Gáivez marchó inmediatamente sobre aque! puerto, y el 29 de Noviembre había reco­ brado ia fortaleza. En 1782 preparó el señor Gáivez una expedición para arrojar a tos ingleses de Roatán y otros puntos de ta costa Norte. Llevó fuerzas de varios distritos, uno de éstos et de Gracias. D. Mi­ gue! Machado se incorporó a eilas con doscientos hombres, equipados a sus expensas. Gáivez zarpó de Trujilio para Roatán et 14 de Marzo, y e! 17 había obtenido ¡a victoria, recobrando Roatán y capturando ¡os establecimientos que tenían los ingleses en Gua- naja y Morata; y luego votvió a Trujülo, de donde pasó a Quepriva y La Ceiba, las que tomó la prime­ ra el 30 de Marzo y ta segunda et 2 de ñbri!. En la reconquista de Roatán se distinguió D. Juan Beltrán, de Gracias, con su compañía; y en los otros dos puntos, el Subteniente D. José Ballesteros y Navas, de ¡as milicias de Gracias.

Él 17 del mismo ñbril escribía Gáivez a! Rey que ¡as tierras más fértiles de esta colonia eran las de San Pedro Sula, Comayagua y Gracias, lugares tiranizados por ios comerciantes de Guatemata. O. ñntonio de ñlcedo, en su DfCCIONñRfO GEOGRñF!CO-H!STORICO DE LñS tNDlñS OCC!- DENTñLES O ñMERtCñ, pubiicado en 1787, dice de Gracias:

"G R ñO ñS ñ D!OS, ciudad de !a Provincia y Gobernación de Honduras, en et Reino de Guatema­ ta, fundada por el Capitán Gabriel de Rojas ei año de 1530, aumentada después mucho por Gonzalo de ñlvarado el de 1536, es de muy corto vecindario, tiene dos conventos, urro de retigiosos de) orden de San Francisco y otro del de la Merced, dista 30 te­ guas de )a ciudad de Vaüadolid o Comayagua". - 1 7 —

Como se ve, Atcedo equivoca la fecha de la fundación y el nombre del fundador y confunde esta ciudad con e) cabo de Gracias a Dios, a donde hizo una expedición Gabriei de Rojas. Gonzalo de Atvara- do no fué más que Alcaide de )a ciudad fundada por Juan de Chaves en 1536. Convento de francisca­ nos nunca )o hubo en Gracias.

X

TRADICION DEL BÜLERO

Con ei convento de la Merced se relaciona la tradición del BÜLERO, sobre la que escribió tres in­ teresantes articuios e) docto escritor D. Jeremías Cis* ñeros y de la que, siguiendo a éste, damos a con­ tinuación un resumen. , En et sigto XVHI, sin poder precisarse la fecha, Negó a Gracias un vendedor de bulas papales para que pudiera comerse carne en ios dias en que la igtesia to prohíbe. Et butero, que trataba de aumen­ tar sus haberes, tomó parte en una partida de juego, de naipes probablemente, en que una de las juga­ doras era nada menos que ta esposa det Atcatde de (a ciudad. Dtcese que la aícatdesa le hizo al bulero una trampa o jarana, como entonces se decía, y e! butero, sin reparar en nada, te dió un bofetón. Los jugadores se pusieron de pie para castigar at atrevi­ do, quien entonces huyó; pero viendo que eran mu­ chos ya sus perseguidores, creyó tibrarse entrando al tempto de ta Merced, a cien metros at Norte de la Ptaza Mayor. Como allí to acosaran aún, fué a co- tocarse detrás det camarín de ta Virgen. Los fraites det convento habían corrido a la puerta de) tempto a detener a ta turba, ofreciéndote que ettos te entre­ garían at perseguido sin necesidad de que profana­ ran et sagrado tugar; pero fué en vano. La turba pe­ — 18 —

netró resueltamente y acometió con piedras, palos y lo que encontraba al paso, a) bulero. Una de las pie­ dras lanzadas a éste dió en la frente a la Virgen de Mercedes, haciéndote una hendidura. Por fin lograron apoderarse del butero, to sacaron de arrastrada, to decapitaron y "frieron en aceite su cabeza".

Los fraites mercedarios, ante tamaño sacritegío, vistieron et templo de cotgaduras negras, fueron por las calles y ¡as plazas lanzando al pueblo una mat- dición y regando sa) en su tránsito, dectararon repro­ ba hasta la quinta generación de ¡a actúa) e hicieron tocar agonia a las campanas de todas las igtesias. Luego abandonaron la ciudad, sacudiendo sus san- datias en señal de que nada de impureza desea­ ban ttevar consigo, y partieron sin rumbo fijo.

ñ ésto siguió una terribte peste que hacía mo­ rir a centenares a los habitantes de Gracias, por to que muchos se apresuraron a emigrar para salvarse. Úna misión de sacerdotes que venía para ta ciudad, at llegar a Cucuyagua, supo el sacrilegio cometido en la patrona de la Merced y se detuvo allí. El Ayunta­ miento envió una comisión a suplicarles que entra­ ran en la ciudad: los sacerdotes consintieron en etto, a condición de que tos cadáveres inhumados después del grave acontecimiento fueran exhumados y que­ mados en hogueras hechas a propósito, to que fué admitido: la cremación se hizo en la altiptanicie de Las Mesas. Parece que los mercedarios o votvieron o fueron sustituidos por otros, pues el convento estaba poblado a fines de aquet sigto, según el historiador Juarros. No se sabe si después hubo de hacérsetes satir conforme a) decreto de la ñsamblea de) Estado, de 3 de Noviembre de 1829, que dectaró extingui­ das en é) ias comunidades religiosas.

Otra teyenda o tradición hay respecto a D. Mi. guel Machado, quien tan brittante actuación reaMzó - 19 — en la campana contra tos ingleses, a principios de 1782. Et citado escritor dice que se cuentan de aquél muchas excentricidades y que en su partida de de­ función aparece que murió en 1784, con ta particu- jaridad de que en elta se expresa que hizo confesión INTERPRETATIVA, to que es notabte porque se ase­ gura que no murió en Gracias: que se fingió que había muerto casi de repente: que en su tugar se vetó una estatua de cera de Castítta, ta que se inhu­ mó después solemnemente; y que, entre tanto, ét hubo de ausentarse ocuttamente para evitar que, por tas órdenes venidas de Madrid, se le dedujeran gravísi­ mas responsabitidades en que había incurrido en e! ejercicio de su empteo y se te impusiere ta más seve­ ra pena, que se temia que no fuera otra que ta de muerte- Machado togró ttegara ta coste Norte y pa­ sar de attí a Jamaica, an donde permaneció oculto y fatteció. Se dice que, a principios det sigto XtX, fa- !teció en Omoa et esctavo que acompañó a Machado en su fuga.

XI

GRACtAS, SUBDELEGACtON DE LA PROVINCIA

DE COMAYAGUA, 1788.

Organizada la Provincia de Honduras o Coma' yagua, conforme a ta Ordenanza de tntendentes en 1788, Gracias quedó convertida en Subdelegación. Pa­ rece que et primer Subdetegado que nombró en Gra­ cias et Coronel D. Juan Nepomuceno de Quesada, Gobernador-Intendente de ta Provincia, fué et Subte­ niente D. José de Battesteros y Navas, que tan bien puesto dejó su nombre en ta recuperación de Que- priva y La Criba en 1782. A éste sucedieron varios por breve tiempo, entre eltos D. José Antonio Milla, D. Francisco Avités, D. Francisco Cobos, D. Mariano — 20 -

Machado, D. José Santiago Miüa y D. Crescendo Zeiaya. Quien ejerció varias veces el cargo fué D. José Jerónimo Zetaya, pues aparece desempeñándo­ lo dos veces en 1799, de 1804 a 1809 y de 1817 a 1819. Entretanto et cultivo del tabaco por los vecincs de Gracias se había desarropado con gran éxito en los Danos de Santa Rosa, to que dió ocasión a que se fundara por eüos ia ciudad de este nombre y a que en 1785 se estabteciera attí una Rea! Factoría de Tabacos, con el costo de 19.600 pesos. Siete años después se hicieron exportaciones de este artícuto a España y México por va!or de ciento sesenta mi! pe­ sos. Con todo en 1797 apenas había cuatro casas en Santa Rosa. Pero ya en 1815 había crecido, su ve­ cindario constaba de 300 familias, estaba construida su igtesia y era centro de mucho comercio: hoy es una de tas más importantes ciudades de ta Repü- biica. De esta ciudad se e!evó, con fecha 20 de No­ viembre de 1804 al Gobierno Superior de! Reino una exposición de !a que dice e) historiador Garda Peláez haberse encontrado copia "sin e! recomendabte nom­ bre de su autor". En elta se manifiesta fa necesidad de que !os doce mi! indios xicaques situados en !a costa Norte en !a región comprendida entre Omoa, San Pedro Suta, vatle y a!dea de Yojoa, Yoro, Otan- chito, Sonaguera, Oviedo y Trujitto, fueran objeto de ta atención det Rey, promoviendo su conquista, que seria fácil, con ta cua! se pondrían escollos a! ¡licito trato y se tendría en ta Provincia una nueva colonia que, dentro de pocos años, sería ta más rica en su comercio por sus proporciones y frutos. Decía et autor que et arbitrio que al efecto había concebido a fuerza de desveto era et que se pusieran cuatro oséis puebtos de cincuenta famitias de miticianos instrui­ dos, compartidos en aquet ánguto de tierra, cada — 21 - cual con su capitán y capellán, y si era posible, que fueran religiosos misioneros, pero que éstos vistiesen hábitos clericales, por ser éste et que tes acomodaba a estos gentites, pues aborrecían demasiado at reco­ leto. Esta iniciativa, que da a conocer el ceto de su autor por el bien de la Provincia, honra a ta Sub- delegación de Gracias por ser de uno de sus pro­ hombres y hace a aqué), cuyo nombre no podrá re­ memorarse por ser desconocido, acreedor a) recono­ cimiento de la posteridad como lo fué at de sus contemporáneos.

XII

LR INDEPENDENCIR Y LR CONSTITUCION

FEDERRL, 1821 R 1824.

Proclamada ta tndependencia del Reino de Gua- temata et 15 de Septiembre de 1821, Gracias ta pro- ctamó et lo de Octubre, pero no la juró hasta ei 7 del mismo, siendo el promotor más entusiasta ei Presbítero D. Miguel Rntonio Pineda, Cura de la Pa­ rroquia. Hasta hoy, que sepamos, no se ha pubti- cado et acta respectiva. Gracias y Santa Rosa se pro­ nunciaron, como Tegucigaipa, por el Gobierno que se organizara en Guatemata, contra la anexión al Im­ perio Mexicano, que había promovido Comayagua. Realizada la anexión y caído luego el Imperio, se reunió en Guatemata la Rsamblea Constituyente que dictó el Reta segunda de Independencia y que decretó la Constitución de la Repúbtica de Centro- Rmérica et 22 de Noviembre de 1824. Representan­ tes del Estado de Honduras a esa Rsamblea, hijos de la ciudad de Gracias, fueron ios señores P. D. — 22 -

Miguel ñntonio Pineda, Lic. D. Juan Esteban Mitla y D. José Jerónimo Zetaya. Et Presbítero Pineda tenia et mérito de haber sido uno de tos más activos promotores de ia tnde- pendencia; et Lic. Mitta, hadándose en Madrid, fue etegido Diputado a Cortes por Honduras, en 1820, cuando Fernando Vtt restabteció ta Constitución es- pañota de 1812; y &t señor Zetaya había sido repe­ tidas veces, como se ha visto, Subdetegado del Go­ bierno e Intendencia de Comayagua en Gracias; y fué, to mismo que el señor Mitta, individuo de la Comisión que redactó et proyecto de Constitución Federa t.

X tH

RDHESION DE GRñCtñS ñ M ORñZñN,

1825 ñ 1829.

Nombrado Presidente de ta Federación D. Ma­ ri (jet José ñrce, entró éste en choque con et Jefe de) Estado de Honduras D. . Para derrocado envió at Corone! D. José Justo Mitta, quien levantó en Gracias fuerzas con que aumentó tas que traia de Guatemala. Et resuttado fué ta caída de Herrera; pero más tarde Gracias rectificó, demostrando, con su sumisión ai Gobierno, sus servicios pecunia­ rios y su cooperación at restabtecimiento det orden, que todo había sido obra de error y no de deprava­ ción de ta voluntad ni por destruir et Gobierno es- tabtecido, como dice D. José Rosa de Izaguirre, Go­ bernador det Departamento, en una nota de lo. de Diciembre de 1830. Este dice además en ese docu­ mento: "Les pueblos y aun tos mismos oficiales y soldados que petearon, unidos a la fuerza de! Co­ mandante Miüa, sirvieron en !a expedición sobre Omoa, ^iunfaron en Gualcho, en San Miguelito, en las — 23 —

Charcas y en la toma de Guatemala y sirvieron en ta División Pacificadora de Olancho, settando con su sangre derramada en tos campos de batatta su adhe­ sión al Gobierno y a la consotidación det sistema. Et C. tsidro Barrientos, actúa) Comandante de ñrmas^ sirvió en dase de Sargento lo en )a fuerza que obró contra Comayagua, y por los servicios que prestó después en ta expedición de Omoa hasta ta acción de Guatcho fué etevado por et Gobierno tegitimo a )a ciase de Subteniente, y su conducta en ta Coman­ dancia confirma et concepto del Gobierno que se le ha confiado". Los hijos de Gracias, pues, formaron parte de {astegiones que se cubrieron de gtoria siguiendo tos futgores de ta espada det procer Francisco Morazán!

XIV

DON FRANCISCO MtLLñ Y SU VICTORIA SOBRE

DOMINGUEZ: 1832.

Et Presidente ñrce, iniciador de las guerras civi­ les que habían de destruir la Federación, habia sido derrocado, y por etección poputar te sustituyó en ta Presidencia su vencedor, Generat Morazán. Contra és­ te se tevantó ñrce en !a frontera de México, en com­ binación con et Jefe det Estado del Satvador D. Jo­ sé María Cornejo y con et Coronet Vicente Domín­ guez, que invadió a Honduras por ta costa Norte, ñrce fué derrotado en Escuintta de Soconusco et 24 de Febrero de 1832; Cornejo fué sometido y hecho prisionero a consecuencia de ta victoria obtenida por et Generat Morazán sobre ta ptaza de San Salvador el 28 de Marzo siguiente; y Domínguez, que Hegó a dominar gran parte det territorio det Estado, ocupan­ do ta capitat, fué vencido por un esforzado, tatento- - 24 - so y heroico hijo de Gracias: D. Francisco Milla. Es­ te se había distinguido ya como Diputado, en las sesiones de ta ñsambiea de 1826, en defensa del Je­ fe de! Estado D. Dionisio de Herrera, y se habia he­ cho cargo de )a Jefatura como Presidente de! Con­ sejo Representativo por !s muerte de! Jefe D. José Antonio Márquez, ocurrida e) 21 de Marzo, un día antes de !a victoria de Jaitíque. Su previsión, su ac­ tividad y su energía, con e! concurso del Gobierno Federa!, dieron e! resuítado que se esperaba: reducido a Opoteca e! Corone! Domínguez, fué batido aüí, y habiéndose ocuttado después de !a derrota, se !ogró por fin descubrido y se !e fusiló en Comayagua el 14 de Septiembre, en cumplimiento de los decretos de 3 de Marzo y de 10 del mismo Septiembre. E! día anterior había sido fusilado en Omoa el 2o Je ­ fe de tas fuerzas de Domínguez, Ramón Guzmán, quien había izado !a bandera españota en et castitto de San Fernando, E) Departamento de Gracias tuvo en estos años por Gobernador a un distinguido hombre de tetras: D. José María Cacho. Este escribió un estudio inti­ tulado CUADRO ESTADISTICO DEL DEPARTAMEN­ TO DE GRACIAS. La Asambtea Legistativa te acordó en 15 de Mayo de 1833 una recompensa por su obra: fué impresa en París en 1857.

XV

RUPTURA DEL PACTO FEDERAL: 1838 A 1842.

La Constitución que Honduras se había dado tomo Estado de la Federación el 11 de Diciembre de 1825 fué derogada por taque se dictó et 11 de Ene­ ro de 1839, ya desconocido el Pacto Federa): firma­ ron la nueva Constitución como Representantes por Gracias D. Juan Lindo, que fué Presidente de la - 25 -

ñsambtea que ia dictó, y D. Encarnación Nieto, con­ tra ia opinión de Santa Rosa de Copán, que se con­ servaba fiei al Pacto Federativo y había retirado sus poderes a aqueHos Representantes.

Para aíianzar ¡a obra de ta ruptura de aquel Pacto, , al mando de ias fuerzas alia das de Honduras y Nicaragua, Hevó ia guerra ai Sat- vador. fM pasar por Gracias ofreció auxiiios a ia Mu- nicipaiidad de Guatemata, en nombre de los Gobier­ nos de aqueiios Estados y dei de Costa Rica, para que aqueHos pueblos se libertaran de !a opresión en que decía estaban. Luego penetró ai Salvador pa­ ra ser derrotado en la terrible batalla de) Espíritu Santo y en ta no menos terribte, que siguió a ésta, de San Pedro Perutapán, batattas que et Genera) Mo­ razán tibró en persona, ñnte estos sucesos D. Juan Lindo, Gobernador Potitico y Mititar de Gracias, pac­ tó ta paz en nombre de este Departamento con e! Gobierno det Satvador; y aunque este pacto se de- ctaró ñuto por ei de Honduras, satvó a! Departamen­ to, porque ¡o dejó a cubierto de tas hostitidades del ejército federat, pues Morazán declaró que lo tendría por vigente mientras no se le dieran motivos para obrar con tas armas.

Después de ta desgraciada campaña de Guate- mata, et Genera] Morazán votvió a San Satvador y dispuso expatriarse en beneficio de ta paz. Entre tos 35 amigos y compañeros con quienes se embarcó en ta goteta tZñLCO, en et puerto de La Libertad, figu­ raba et Generat D. José ñntonio Mitta, distinguido hijo del Departamento de Gracias. Este, que ya ha­ bía acompañado a Morazán en casi todas sus cam? pañas, to acompañó en su emigración y en ta jorna­ da de Costa Rica, en ta que había de extinguirse la vida det gtorioso cauditto. — 26 -

XVI

GUERRA CIVIL: LOS PERICOS: 1842 A 1850.

A la muerte de Morazán siguió la guerra civiL Se levantaron ejércitos para combatir tá facción de üos unionistas de Texiguat, y para hacer ta guerra at Nicaragua primero y a) Salvador después. En estas campañas contó el Gobierno con un guerrero temi­ ble y audaz, D. Santos Guardioia, que en e) mayor número de tas acciones de armas fué coronado por la victoria: este Jefe tenía especial prediiección por ta tFopa de Gracias: con los gracianos había formado un cuerpo llamado de los PERICOS, porque ios sol­ dados Hevaban en el sombrero una cinta verde. La presencia de ios PERICOS en los combates infundía terror y era prenda segura de) tFÍunfo. Sublevado Guardioia en 1850 contra e! Presidente Lindo, mar­ chó a Occidente, y a consecuencia de un descuido de! Genera! D. Eusebio Toro, Jefe de tas fuerzas que defendían a Gracias, pudo tomar esta ptaza después de una corta acción de armas. Pero e) movimiento de Guardioia conciuyó con ia capituiación de éste en Pespire.

XVII

BATALLA DEL 6 DE JULIO DE 1855 EN GRACIAS.

E!evado a !a Presidencia de Honduras el Cene­ fa) D. J. Trinidad Cabañas, fué su constante enemi­ go et General D. Rafaei Carrera, Presidente de Gua- temaia, a causa de haber sido e) más adicto amigo dei Generat Morazán y de haber abrazado su causa en favor de! restabtecimiento de ta Unión Nacionai. Entraron en guerra tos dos países; ta animosidad de) Gobierno guatematteco hacía Cabañas, se exacer­ bó con ta contrata que éste celebró en Junio de — 27 —

1853 para la construcción del Ferrocarril Interoceáni­ co de Honduras, obra que aquél veía con temor y con disgusto; y por fin, un auxilio dado en 1855 por Carrera al Genera) D. Juan López puso término a) Gobierno de! Genera) Cabañas. Una de ias bataHas .que entonces se libraron fué !a de! 6 de Julio en Gracias, la que e! Presidente Cabañas perdió cuando 3a victoria era suya: la fuerza invasora estaba ya de ¡fuga cuando un desacierto imperdonable de parte de los vencedores trocó la suerte para e))a. Gracias sufrió mucho esta vez: tos invasores guatemaltecos causaron graves danos: entre eüos se cuenta ei in­ cendio de los archivos eciesiásticos y de ias oficinas civiles, abundantísimos en preciosos documentos, con jos que no pudieron obtener otra cosa más que el placer de perjudicar.

XVIH

EL MISIONERO SUBIRñNñ EN GRACIAS, 1859,

La población de Gracias, según el censo de 1801, era de cuarenta familias españolas y trescien* tas setenta y tres de ladinas; y la de la Tenencia, de doscientas ocho famiiias españolas y dos mil ciento cinco de ladinas. La población india era en la Te­ nencia de 18.214 almas, de ias que 3.924 eran tribu­ tarios. En 1837 y en 1857 habia hecho estragos en eüa el cólera morbus. Ei esplendor de la ciudad, debido a sus minas de oro y plata, habia venido a menos, según e! se­ ñor (i$neros, desde ei úttimo cuarto del sigio XVIII, y se atribuía esto, lo mismo que el decrecimiento de )a pobtacicn, a ta maidición de los mercedarios con ocasión del suceso del bulero, que se tenia como un hecho cierto. En esta persuación, ios vecinos pi­ dieron en 1859 a) Misionero P. D. Manuel Subirana — 28 -

que, en virtud de las extensas facultades de que es­ taba investido por ia Curia Romana, ievantara ia mal­ dición o excomunión que pesaba sobre ia ciudad, por no ser justo que la generación de entonces y ias sucesivas pagasen ias culpas de ia de fines dei si- gio XVHI. El Misionero accedió a la solicitud me­ diante la práctica de ciertos actos de desagravio que se acordaron el 9 de Abril y fueron: un voto de ceiebrar a ia Virgen una soiemne función todos ios años dei 24 de Septiembre, sin ninguna pompa mundana: ia erección a eila de un nuevo tempio: ia obligación de las autoridades presentes y venideras de vigiiar y ceiar cuanto tes fuera posibie para que no hubiera amancebamientos públicos en ia ciudad: y una procesión de penitencia pública. El Misionero señaló el viernes de Dolores, 15 de Abril, para ia práctica de ios actos acordados. Este dta saiió de la igiesia de ia Merced la procesión, a ia que asistieron tos vecinos que, ai efecto se habían confesado y co­ mulgado, llevándose con la mayor reverencia a ia imagen ultrajada, haciendo cada uno penitencia, co­ mo mejor le pareció. Las calles por donde pasó [a procesión estaban adornadas con arcos, y ias puertas y ventanas, con colgaduras. Unos rezaban én alta voz, otros meditaban silenciosos implorando de la Misericordia divina el perdón de aqueiia infamia, Al entrar la procesión a la Parroquia, salió a recibiría el Misionero. Luego és!:e subió a la cátedra del Es­ píritu Santo, de donde dirigió un discurso a la mu­ chedumbre de fieles, y al fin de él, con un crucifijo en la mano, presenció el voto a que se habían obli- gado y que todos hicieron en aita voz, por sí y a nombre de ias venideras generaciones. De eüo se le­ vantó acta con fecha 24 de) mismo mes, que se de­ positó a los pies de ia imagen de la Virgen, deján­ dose copia en e) Archivo eciesiástico, y que aparece firmada por el Misionero Subirana, por el Cura Pá­ rroco de ia ciudad, D. Miguel Leiva y por el Gober­ — 29 — nador de! Departamento, D. Máximo Cordón. Ei se­ ñor Cisneros dice que también se estiputó que ta fatta de cumptimiento de tas condiciones acordadas haria que ta ciudad fuese en et porvenir más desdi­ chada que en et pasado y caminada a su extinción; sin embargo et nuevo tempto que se dedicada a ta Virgen no se ha construido. "Por fortuna"—añade— "a pesar de esa fatta, ta ciudad, de 1859 a ta fecha (1896) ha progresado*patpabtemente, y con toda se­ guridad seguirá progresando".

XtX

REDüCCtON DEL TERRtTORtO JÜRtSDtCCtONñL

Et Departamento de Gracias, creado por Decreto de ta Constituyente, de 28 de Junio de 1825, fué re­ ducido en su extensión por et decreto tegislativo de 28 de Mayo de 1869, que creó et Departamento de Copán. Su pobiación en 1881 era de 42.630 habitan­ tes. De este Departamento era nativo et Generat D. José Maria Medina, quien fué Presidente deta Repúbti- ca desde 1863 hasta 1872 y de 1875 a 1876, y bajo cuyo Gobierno ftoreció ta ciudad de Gracias, ñ ét se debe ta construcción de un castitto en ta cumbre de ta pintoresca cotina de San Cristóbat, que domina ta ciudad desde et Occidente, cuyos muros exterio­ res respetaron et mausoteo en que reposan tos restos det itustre hondureño D. Juan Lindo, fattecido en 1857. ñ ét se debe también ta construcción de ta sección primera det ferrocarrit interoceánico, de Puerto Cortés a ta Pimienta. En ese tiempo Gracias fué va­ rias veces residencia de) Gobierno. Creado por decreto de 16 de ñbri! de 1883 ei Departamento de tntibucá, tomando para ét parte det territorio de Gracias, tenia este Departamento 27.816 habitantes en 1887, según et censo de este año. - 30 —

En 1905 tenia treinta mil almas poco más o menos. Conforme al último censo, levantado en Junio de! corriente año, ei Departamento de Gracias tiene 72.692 habitantes y la ciudad cuenta con 6.666 con­ tra 1652 que tenia en 1926. Este aumento de pobla­ ción es señal de prosperidad.

XX

TESOROS OCULTOS

Uno de los aspectos de la vida de Gracias fué la costumbre que tenían sus ricos moradores, de en­ terrar sus tesoros. Hay memoria, seguimos al señor Cisneros, de varios hallazgos de ellos, consistentes en monedas de oro y de plata y en alhajas, ñlgunos han sido encontrados a causa de ia caída de un ra­ yo que, rompiendo árboles que no lo atraen, ha de­ jado a descubierto la obra de atbañiiería, construida de ladrillo que contenía las vasijas o BOTIJñS en que estaba ei depósito. Hubo quien arando en un solar de una casa del centro, perteneciente a los as­ cendientes del señor Cisneros, casi a flor de tierra, vió que la punta de su arado levantaba un ladrillo at que siguieron doscientos más, de una construcción en que halló un tesoro. Los dueños del solar ha­ bían practicado agujeros hondos para plantar TUhñS y nunca dieron con el sitio del entierro. Personas cuyas malas condiciones económicas eran bien cono­ cidas cambiaron súbitamente de situación, pasando de la miseria ai bienestar o emigrando a tugares dis­ tantes, donde han aparecido haciendo britlantes ne­ gocios, debiéndose todo a) haMazgo de un tesoro, lo que se ha comprobado con las excavaciones que se han haltado en ciertos sitios, en donde se han visto restos de ias construcciones de ladriltos y mezcla destinadas a ocultar las vasijas y pedazos de éstas. De Da. Felipa Córdova, viuda de D. Miguel Machado, — 31 -

que se dice murió, como se ha indicado antes, en Jamai­ ca, se cuenta que acabó su vida en la pobreza, ase­ gurándose que dejó enterrado su capitat. En )a casa que estos señores habitaron se encontró, por et año de 1850, un entierro que hizo la fortuna de D. Puri­ ficación Atvarado, Gobernador entonces det Departa­ mento.

XXI

DESARROLLO INTELECTUAL DE GRACtAS.

Et desarrotto intetectual de Gracias contó en ta época cotoniat con pocas facilidades. Los hijos de tos cotonos españotes empezaron a cuttivar su intetigen- cia en escuelas pubticas de enseñanza primaria que no siempre eStuvieron abiertas o en escuelas priva­ das, y podían amptiar su instrucción en el Cotegio Tridentino de Comayagua o enviados a Guatemata por sus padres. Los indios fueron doctrinados por los fraites mercedarios, de quienes aprendieron et idioma español, haciéndoio su propio idioma, de ta) manera que otvidaron sus lenguas nativas, satvo tos CHOR- TISES de Sensenti, pertenecientes a) grupo de tos quichés, cachiquetes y mayas, que conservaron hasta donde tes fué posible et idioma LENCA, sin perjuicio det españot. Refiriéndose at partido de Tencoa, cuando era de ta jurisdicción de Gracias, Fr. Atonso de Avila escribía a Fetípe II en 30 de Julio de 1576: "Es et caso que por tiempo de VEtNTtDOS AÑOS YO REStDI en ta provincia de Honduras, instruyendo a tos naturates indios de Tencoa, que están en ta Reat corona de Vuestra Majestad, at servicio de Dios y patabra evangélica, y fué Nuestro Señor servido ESTAR TAN APROVECHADOS CUANTO PRO\INCIA EN ESTOS REtNOS". Más tarde, por céduta de 9 dé Diciembre de 1772, se mandó a admitir, en el cotegio agregado at det Seminario de Guatemata, do­ — 32 - ce cotegiates indios puros, prefiriendo tos caciques, haciéndose tos gastos de tas rentas det Seminario. No consta que indios de Gracias ni de otra parte de Honduras se hayan educado en aquet establecimien­ to. En ta época independiente, Gracias tuvo at prin­ cipio escuetas de primeras tetras, tuego escuetas su­ periores y en seguida cotegios de enseñanza secun­ daria. Los atumnos, para ta enseñanza profesionat, han venido a recibirta a ta Universidad Centra) de Tegucigatpa o han ido a hacer sus estudios a tas Facuttades de Guatemata y de Et Satvador. Gracias ha dado ai pais gran número de hom­ bres distinguidos: abogados, médicos, ingenieros, sa­ cerdotes, miiitares, profesores ' ' " ' máticos, escritores y personas do una carrera profesionat, han sabido taborar por su progreso. Ya se han citado tos nombres de atgu- nos que dejaron brittante huetla de su paso en ta época cotoniat y en ta época independiente. En­ tre tos primeros figura et Lic. D. José Santiago Mi­ tta, quien antes de ser Subdetegado, como se ha di­ cho, se hizo acreedor a una hermosa página en nuestra historia: a sus gestiones en Madrid, siendo Diputado a Cortes por Comayagua, en 1814, se de­ bió que ei Rey devotviera a esta Provincia tos puer­ tos de Trujitto y Omoa, que D. Matías de Gátvez pu­ so en 1782 bajo ta dependencia de ta Capitania Ge­ nera] det Reino de Cuatemata. Poeteriormente fué Diputado at Congreso de México, por Guatemata, cuando se decretó ta anexión at ]mperio, y attá, par­ ticipando de ¡as ideas independientes de) Sabio Vatte, compartió ta suerte de éste, siendo uno de tos cator­ ce que et 26 de ñgosto de 1822 fueron reducidos a prisión de orden de tturbide. En 1823 fué de tos triunviros que ejercieron et Poder Ejecutivo de Centro- ñmérica, at renunciar et Gobierno anterior a causa de — 33 -

)a asonada de ñriza y Torres. Mas tarde ejerció en El Salvador et cargo de Magistrado de ¡a Corte Su­ prema de Justicia y eí de Diputado ai Congreso. Ef señor Mitta habia estudiado en et Cotegio Tridentino de Guatemata; se recibió de ñbogado en aquella ñu- diencía en Febrero de 1807 y se incorporó en su üus- tre Colegio en Enero de 1810.

Entre los hombres que han sido gloria y honor de ta ciudad de Gracias, en ta época independiente, figura, en primer término, D. Jeremías Cisneros. 5a- tió en 1860 de una escueta superior, en !a que se enseñaba Gramática Españota y Latina, y luego, no pudiendo ir a continuar sus estudios a Et Salvador o a Guatemala, se dió a instruirse por sí solo, lle­ gando a dominar diferentes ramos del saber. Su cultura y su elevado criterio le abrieron paso en la política, y pronto se le vió en los más altos puestos públicos: Fué Ministro de Guerra y de Relaciones Exteriores en en et Gobierno que presidió e) Lic. D. Céleo ñrias, de 1872 a 1874. Posteriormente fué Gobernador Político y Comandante de ñrmas det De­ partamento y en estos puestos como en aquéllos su­ po acreditar su nombre. Pero su obra principal es la que realizó como escritor y como poeta. Sus ar­ tículos literarios, en los que señorea las materias, son moaeios de buen decir y tienen puro saber clásico. Sus cuadros de costumbres, sus estudios sobre cues­ tiones sociales, sobre el divorcio absotuto y otros puntos de Derecho Civil, Penal y Procesal; sobre po­ lítica; sobre actualidades internacionales hispano­ americanas y europeas; sobre historia nacional; sobre idioma y otros asuntos, dan a conocer su vasta ttus- tración y su afán por contribuir con e) cauda) de sus conocimientos y con sus rectas ideas a) mejoramien­ to de las condiciones de nuestra vida socia) y a) pro­ greso de ta Patria. Y en e) cuttivo de ta poesía al­ canzó inmarcesibte lauro con el poema LEMPIRñ, - 34 - que puede decirse la base para ta creación de una literatura nacional hondurena. Este poema, con el que se ha desarropado y crecido entre nosotros el culto por et famoso guerrero indígena que e) histo­ riador D. ñntonio de Herrera consagró en su monu­ mental obra sobre tos hechos de tos castettanos en ñmérica, es para Honduras lo que el poema EL CID CñMPEñDOR para España: ta perpetuación de ta memoria de un ejemplo gtorioso. Gracias cumptirá cuatrocientos años de vida en Julio de 1936. En cuatro siglos pudo Itegar a ser una ciudad opulenta, pero tuvo en contra at Oidor Ramírez primero y at Presidente López de Cerrato después. Si éste no hubiera trasladado la Audiencia a Guatemata y hubiera estimulado ta aftuencia de cotonos a Gracias, esta ciudad se habría extendido y es de suponer cuán grande habría sido su desarro­ llo como capital de) Reino, y cuánto bien se habría derivado de aquí para la Provincia de Honduras en particutar. Pero tos acontecimientos hubieron de ser otros. Sin embargo Gracias pudo taborarporsu cultu­ ra, y así togró ostentar, cuando se proclamó la inde­ pendencia, et brillante núcleo de eminentes varones que )a secundaron y que contribuyeron a organizar )a Repúbtica; y aportar a ta vida de tas nuevas insti­ tuciones et nobte espíritu, e) firme carácter y la se­ veridad de costumbres de sus hijos, virtudes con las cuates llega a su cuarto centenario, a las que sabrá corresponder un porvenir glorioso para orgulto de su nombre y para bien y feticidad de la Patria.

Rómuló E. DÍIROM.

Comayagüela, 5 de Octubre de 1935.

ERRATA:—En el renglón 14 de la página 16 donde dice Queprt- va 9 La Ceiba, debe decir Queprica q La Criba. Profesor D. Leopoldo Rguilar

La Ciudad de Gradas a Dios, !a ñudienda de !os (onfines y Fray Barto!omé dé las (asas

POR

LEOPOLDO ñ<3t]!LñR 0.

Cupo a la antiqua ciudad de Qracias la distinción de set !a primitiva capital de las vastas posesiones españolas comprendidas desde la península de IJucatán hasta et itsmo de Darién. José IMLLA, Hist. de la ^América Central

Don Juan de Chaves, ¡ugarteniente de don Pe­ dro de ñivarado, no sospechó ta) vez que e) sitio escogido para !a fundación de ia viüa que ¡lamó — 36 —

Gracias a Dios, iba a convertirse, dentro de muy po­ cos anos, en ét asiento de una de ias mejores ciuda­ des españolas det Muevo Mundo.

Cumplido el encargo por el ditigente explorador, ia pequeña vilta fue ensanchándose de manera ines­ perada. Los primeros pobladores españoles descu­ brieron pronto ricos yacimientos minerales, para cuya explotación acudieron numerosas personas proceden­ tes de otras colonias y directamente de España. El nombre de la ciudad de Gracias a Dios votó en alas déla fama y se convirtió en la principal det nuevo reino de Guatemata, ya que pocos años después de ta fundación fue totalmente destruida la ciudad de Santiago de tos Caballeros de Guatemala en el sitio de Almotonga, tardando-algún tiempo para que fuese reconstruida en e! vatte de Panchoy. De !a importancia de Gracias a Dios es prueba evidente )a determinación que tomó el ticenciado don Alonso de Matdonado de establecer en ella la Audiencia de ios Confines, para cuyo asiento se ha­ bía señalado por el monarca españot la vitta de Concepción de Comayagua, a la cual mandó que se itamase Vatladotid, en recuerdo de la ciudad españo- !a que a la sazón era residencia de )a corte. Maldo- nado Hegó a ta nutva Vatladolid, y tomando el pre­ texto de que no estaba en punto céntrico de la vasta extensión territoria! que comprendería la jurisdicción de ta Audiencia, inmediatamente fuese para Gracias a Dios, dejando una carta para los otros Oidores, excitándolos para que altá lo fuesen a buscar. Los Oidores, licenciados don Diego de Herrera, don Juan Rogel y don Pedro Ramirez de Quiñones considera­ ron como justas tas razones de Matdonado y no tar­ daron en Itegar a Gracias, siendo recibidos por e) vecindario, que era ya numeroso, con muchos rego­ cijos púbticos. De manera solemne fue abierta la Audiencia en e) tugar que ocho años atrás era un de­ — 37 - sierto apacible, a donde ¡legara Chaves jadeante, des­ pués de cruzar sierras y más sierras, y lanzara aque­ sta exclamación de tributo a Dios que pocas veces faltaba a los exploradores españoles det siglo XVt, exclamación que dió nombre a la ciudad.

Et 16 de mayo de 1.544 es una de las fechas de más honra y gloria para Gracias. Estuvieron presentes en la apertura de ta ñudiencia, además del vecindario que pudo concurrir, dos personajes céte- bres: et Obispo de Guatemala, Licenciado Francisco Marróquin, de muy grata memoria como uno de los principates civilizadores en estas tierras, y et ñde- lantado don Francisco de Montejo, auien habia vuel­ to a la gobernación de la provincia de Honduras después de la trágica muerte de don Pedro de ñl- varado. Como la ciudad era nueva—apenas tenía ocho años de fundada—no tenia edificios públicos adecuados para ta instatación de la ñudiencía ni para residencia de tos Oidores. Sirvió para lo pri­ mero ta casa cura!, y para lo segundo hubo de bus­ carse casas particulares. Los edificios apropiados iban a ser construidos dentro de breve tiempo, dada la diligencia incansable de los exploradores y conquistadores de aquel siglo. Gracias a Dios vino a ser así la capital de un reino vasto que compren­ día desde tas provincias meridionales de México has­ ta el istmo de Panamá, inclusive. Habia dado ya buenos frutos la retirada de ñndrés de Cereceda de !a gobernación de Honduras y la venida de don Pe­ dro de ñlvarado, quien, con ta fundación de San Pedro Sula y Gracias a Dios, puso las más sólidas bases para la transformación de Honduras.

Et estabtecimiento de la ñudiencia de los Con­ fines significaba ta regularización de las impetuosas tendencias de los bravos conquistadores, el principio de la obra benemérita de ia civilización española, e! - 38 — encarnamiento tegat de tos procedimientos que no pudieron ser tos más recomendables desde tos prin­ cipios de ta conquista, ta sujección a normas, etc., que habían de dar. a España ta más merecida fama en ta Historia, pese a tos devotos de ta LEVENDñ NEGRñ, aquéltos que aún no han comprendido ¡a majestuosa obra realizada desde que se verificó et descubrimiento del Nuevo Mundo. Las Leyes de tndias, entre tas cuales figuran tas ordenanzas emitidas en Barcetona en noviembre de 1.542, siendo una ta referente a la ñudiencia de los Confines, constituyen un monumento que no ha sido superado por ninguna otr& nación civilizadora. Contrasta que en ia época presente sólo haya una débi) sanción para tos funcionarios púbticos que se salen de ta órbita de la ¡ey, con la severidad es­ tablecida en tos JLttCtOS DE RESIDENCtñ durante et régimen cotonía!, habiendo sido frecuente que at- tos empteados pasaran de ta comodidad de tos pa­ lacios a tas cetdas de un presidio. Y si bien es cier­ to que la fatta de medios rápidos de comunicación impidió en no pocas ocasiones et pronto castigo de tos viotadores de tas teyes, también lo es que, aun­ que fuese tarde, casi nunca faltaron !as merecidas sanciones. La ciudad de Gracias a Dios, venida a menos por punible negtigencia de !os gobernantes de Hon­ duras desde et último tercio det sigto XtX, tuvo et atto honor de ser et asiento, durante varios años, de ta primera autoridad que vino a estabtecer la regu- taridad civitizadora que, con los defectos inherentes a la época, había de durar muy cerca de tres si- gtos. Y e! asiento de ta! autoridad—!a Audiencia de los Confines—fue en ta misma región donde tos bravos caciques LEMPtRñ y COPñN GñLEL reatizaron grandes proezas en defensa de su patria, ñtti donde fue domeñado el vator autóctono, fue levantado en - 39 — firme et estandarte de ta nueva civilización que nos venia de España. No fue ta de ésta una obra de destrucción, sino de transformación cultura), ¡enta, pero segura y eficaz.

XXX

En ei siglo XV! aparece en estas regiones, si­ multáneamente con los conquistadores, un personaje que había de llegar a lo más alto de la gloria. Alu­ dimos al varón epónimo Fray Bartolomé de las Ca­ sas, quien se enamoró de tos indios como de una deidad y consagró lo mejor de su vida a defenderlos de los malos tratamientos, llegando a trances de sacrificio por sus empeños filantrópicos. No registra la Historia el nombre de otro personaje que con tanto amor y piedad haya tomado sobre sí la defensa de una raza sometida. El aceptaba ta conquista como medio de implantar ta civilización y ia luz radiante det Evangelio, pero la quería pacifi­ ca, por tos procedimientos humanitarios de ta con­ vicción. Licenciado por ta Universidad de Sataman- ca, Bartolomé de las Casas vino al Nuevo Mundo en 1.502, acompañando al Gobernador de La Españota, don Diego de Obando. Ocho años después, presin­ tiendo una vocación de fitantropía, fue ordenado de sacerdote y en 1.511 pasó a ta isla de Cuba, como consejero del Gobernador Diego de Vetásquez. Este asignó a Las Casas UN REPARTIMIENTO DE IN­ DIOS, como recompensa por tos servicios prestados. Refiere e) cronista Remesa! que el licenciado y pa dre Las Casas ttoró amargamente aquel favor, todos tos días de su vida.

Siendo encomendero pudo darse cuenta et pa­ dre Las Casas de tos incorrectos procederes de los conquistadores con tos indios, dió de manos a aque- )to que para otros era un buen negocio y resolvió - 40 —

convertirse en defensor de la raza ¡ndigena. Volvió de regreso a Santo Domingo (La Española) y allá co­ menzó su obra humanitaria.

Obtuvo del Cardenal Jiménez de Cisneros, re­ gente de) reino españo! a la muerte de Fernando e! Católico, e) nombramiento de PROTECTOR DE LOS INDIOS, encontrándose en España de regreso de Santo Domingo. Se le ofreció e) nombramiento de Obispo de) Cuzco, en e) Perú, y se negó a aceptarlo para tener más libertad de acción en )a nobilísima campaña que ya había emprendido. Volvió a La Es­ pañola y desarrolló grandes trabajos en favor de los indios, conquistándose la aversión de los encomen­ deros. Hizo viaje al Perú, a) tener noticia de las conquistas de Pizarro y ñlmagro, a tuchar para que no se cometieran injusticias con los aborígenes. Regresó a Santo Domingo, pasando por Nicaragua, cose­ chando desprecios y aún amenazas de quienes no querían cumplir con tas órdenes dadas por el mo­ narca. Ya por entonces había profesado como frai- )e dominico y se encontraba en España e) año de 1.542. Habiendo ya empuñado el cetro de España Carlos V, nieto de )os Reyes Católicos, ante e) pode­ roso monarca, que a. ta vez era también emperador de ñtemania, hizo constantes representaciones en fa­ vor de )os indios para que diera órdenes más ter­ minantes contra ios autores de abusos y arbitrarie­ dades, alegando que habían resuttado ineficaces to­ das las medidas prudentes y conciliadoras y que ur­ gía darías radicates. Logró que el rey y em­ perador mandase reunir en Valtadolid una junta de personajes de mucho saber, la que fue presidida por el arzobispo de Sevilla don García de Loaisa, forma­ da por jurisconsultos, pretados y funcionarios de al­ ta categoría. El padre Las Casas asistió a las se­ siones de la junta, por llamamiento de la misma, ha­ biendo presentado un extenso memoria; con el titu- - 41 — to de REMEDIOS CONTRñ Lñ DESPOBLñCtON DE LñS tNDIñS OCCIDENTñLES. Pedia, al finat, "que tos indios fuesen declarados hombres libres y vasa­ llos únicamente de ta corona real, como tos demás habitantes de la monarquía; sin que pudiesen darse jamás en feudo, encomienda, depósito ni vasattaje, a persona particular alguna, por grande que fuese su mérito y muy importantes los servicios que pu­ diesen haber prestado".

Las gestiones dieron inmediato resuttado: por recomendación de la junta de Sevilla et rey expidió en Barcetona, a donde se habia trastadado temporal- mente la corte, las ordenanzas que recibieron el nom­ bre de ['KJEVñS LEYES. Esto pasó a fines de 1.542. Las Huevas Leyes eran todas para et gobierno de tas coto nias de ñmérica. Para Presidente de la ñudiencia de los Confines, a que aludia una de las ordenanzas, et padre Las Casas recomendó a un sujeto de buena cien­ cia y experiencia: et ticenciado don Átonso de Matdona­ do. Como queda dicho atrás, la ñudiencia quedó abierta et 16 de mayo de 1.542 en ta ciudad de Gra­ cias a Dios. Contento et padre Las Casas con et re­ sultado obtenido, aceptó et nombramiento de Obispo de Chiapas, una de tas provincias de ta jurisdicción de la ñudiencia, e inmediatamente se vino a ocupar su puesto. Su celo, su fervor en bien de tos indios, ocasionáronte dificuttades y peligros. Fue agredido en Ciudad Rea) y estuvo a punto de ser sacrificado, ñun personas det clero regutar y segtar estuvieron contra et Protector. Negábanse los encomenderos a dar humano tratamiento a los "indios idólatras", co­ mo les tlamaban. Querian usar, sin límites, to que etlos consideraban como derecho de conquistadores. Mas et buen fraile no se arredraba ante tas amenazas: imperturbabte y tenaz seguía el cum­ plimiento de ta sagrada misión. En presencia de tas grandes perturbaciones que produjeron tas — 42 -

nuevas leyes, no mermó en nada su amor y empeño en obtener un tratamiento humano para los aboríge­ nes. Sus redamos para que !as nuevas leyes se cumpliesen eran incesantes. La luz del Evangelio no se apagaba en su mente y en su voluntad.

Por las hostilidades de las autoridades civiles y militares de Chiapas, dispuso venir a Gracias a Dios, a presentar -redamos en la Audiencia. Acompañado de un miembro del Cabildo Eclesiástico de Ciudad Real y de otros frailes, emprendió el viaje a pie con dirección a Gracias, no habiéndole sido posible asis­ tir a la apertura de la Audiencia, como era su de­ seo. Detúvose algún tiempo en Guatemala, en la Verapaz, para observar el resultado de la conquista pacifica que años atrás había realizado y dió a) rey un informe halagador. A mediados de 1.545 llegó a Gracias, habiéndose encontrado en dicha ciudad con el obispo de Honduras, licenciado don Cristóbal de Pedraza, y con ei obispo electo de Nicaragua, fray Antonio de Valdivieso que debía ser consagrado en aquellos dias. Sin sacudirse el polvo del camino, el infatigable Protector excitó a los otros dos obispos para que presentaran memoriales a la Audiencia, ex­ poniendo "LAS INJUSTICIAS Y ABUSOS QUE LOS ENCOMENDEROS COMETIAN CON LOS INDIOS". Los otros obispos también habian recibido el nom­ bramiento de protectores y todos reclamaron el pron­ to cumplimiento de las leyes emitidas en Barcelona. El obispo de Chiapas pedía concretamente: QUE LA AUDIENCIA MANDARA TASAR LOS TRIBUTOS QUE PAGñBAN LOS INDIOS DE SU DIOCESIS, Y QUE SE REDUJERAN A LO QUE PREVENIAN LAS ORDENANZAS DE BARCELONA; LA ENTERA ABO­ LICION DE ALGUNOS DE ESTOS TRIBUTOS CO­ MO EL QUE SE PAGABA EN CUEROS DE TIGRES; Y QUE NO SE LES EXIGIESE SINO DE LOS FRU­ TOS QUE COSECHABAN; QUE NO FUERAN OCU- — 43 —

PADOS LOS INDIOS COMO BESTIAS DE CARGA; Y QUE NO SE LES EMPLEARA EN LOS INGENIOS DE AZUCAR Y SE PROHIBIERA LA PRACTICA DE ALQUILARLOS A OTROS PROPIETARIOS DE HA­ CIENDAS. Pedia, por último, la facultad de prender a los alcaldes, alguaciles mayores y demás españoles que, a su juicio, hubiesen delinquido y castigarlos con­ forme sus faltas. La Audiencia recibió con enfado los memoria­ les de los obispos y se desató la tempestad contra et más vehemente, el padre las Casas. Un dia et buen fraite presentóse en la sala de) tribunal e hizo sus reclamos con energía y valor. E) licenciado Mat­ donado satióse de sus casitlas, insuttando soezmente a) pretado. E) asunto pudo tener funestas conse­ cuencias; pero e) Protector supo sumar a su energia )a prudencia, dió una respuesta despectiva a Maldona- do y siguió haciendo sus gestiones en favor de los seres cuya defensa habia tomado a su cargo. Termi­ nada su misión, después de haber sido consagrado Vatdivieso como obispo de Nicaragua, regresó las Casas a su diócesis de Chiapas, no desperdiciando ta oportunidad det targo viaje para ir regando por tos tugares del tránsito sus tesoros de bondad, arros­ trando grandes peligros, ya que los encomenderos habían jurado deshacerse de) que llamaban frayle bo­ chinchero y entrometido.

A )a honra que recibió )a ciudad de Gracias a Dios con la instalación en su seno de la Audiencia de [os Confines, se agrega ta más insigne de haber recibido ía visita del personaje epónímo, en cuya al­ ma se habían acumulado todas tas dutzuras fitantrópi- cas como para compensar la dureza de los hombres mititantes de aquetta época. La bien amada ciudad fue asiento de )a Audiencia por varios años, presen- — 44

ciando el comienzo de la regularización de la vida colonial, del implantamiento de la civilización espa­ ñola en estas tierras; y alojó al Apóstol sublime que venía a pedir el exacto y pronto cumplimiento de las leyes que propendían a regar la nobleza de España, ya que esta nación había echado sus legiones no para destruir a íos nativos, como lo hiciera otra pos­ teriormente, sino para dar pródigamente el tesoro de su fe, de su civilización, de su sangré generosa, de su idioma, etc., etc. Todavía ha de oírse, como un eco misterioso, la voz del padre Las Casas, recla­ mando a los mal informados funcionarios españoles de los primeros tiempos, que los indios fueran tra­ tados como seres humanos que sólo necesitaban que se Ies encaminara con amor y piedad por la senda de la cultura que la Europa había alcanzado en aquellos tiempos.

Cuando se dice Gracias acude al recuerdo la Audiencia, compuesta de cuatro letrados severos y circunspectos y la figura luminosa del ilustrísimo Protector que, saliéndose de moldes muy acostum­ brados, hizo olvido del bienestar de su persona y consagró su corazón, su inteligencia y voluntad para que las generaciones futuras tuvieran sólo alabanzas para la noble nación progenitora.

Gracias a Dios fue la primera capital, en firme del reino de Guatemala y de una de las principales ciudades del Nuevo Mundo en el segundo siglo de la Edad Moderna. No habría venido a menos en los últimos tiempos si los encargados de los negocios públicos de Honduras hubieran tenido un buen sen-, tido de penetración histórica, de homenaje al pasa­ do y capacidad de estadistas. Hoy la histórica ciu­ dad, la que podemos llamar PRIMADA DE H O N D U­ RAS, encuéntrase abatida y olvidada. Una acción inteligente de parte de los gobernantes de nuestro - 45 — pais puede hacerla resurgir, reviviendo su antiguo esplendor, (i)

San Pedro Sula, 21 de junio de 1.936.

Leopoldo /VGCJILflR O.

(l) Al hacer la impresión dé este articuló, en algunos ejemplar res la palabra CONFINES, en el titulo o encabezamiento, de la páqU na 35, salió impresa faltando una o varias letras, que durante la im^ presión cayeron del renglón, sin que lo notara el prensista.

Fray Bartotomé de !as (asa$ Obispo de (hiapa y Defensor de !os indios

POR

ALVARO PEREZ ESTRñDñ

Et año de 1474 nació, en la ciudad de Sevilla, D. Bartolomé de las Casas o Casaus. La familia del que fue ilustre prelado y defensor de los indios, era originaria de Francia y pertenecía a la nobleza de aquel reino. Era el padre de D. Bartolomé, Francisco de Casaus, que vino a tas Indias, acom­ pañando at Almirante D. Cristóbal Colón, y residió, por atgún tiempo, en ta Isla Española. Don Bartolomé estudió en ta famosa universi­ dad de Satamanca, uno de los prestigiados centros del saber de la Edad Media, y obtuvo en aquella universidad et grado de tícenciado. Et año de 1502 satió de Castilla la expedición más numerosa que hasta entonces había hecho rum­ bo a las Indias; en esa expedición, venía don Nico­ - 48 — lás de Ovando, de ia orden de ñtcántara, nombrado por los reyes gobernador de la Española, en sustitu­ ción del comendador Bobadilla, <3e quien estaba que­ joso el ñlmirante D. Cristóbal Colón por los agra­ vios que de él había recibido; venía también en esa expedición, por primera vez a las Indias, el licencia­ do D. Bartolomé de las Casas, que después de su­ frir un naufragio llegó a Santo Domingo en ñbrii de aquel año y permaneció ocho años en aquella isla, tomando participación en las guerras y aprovechán­ dose también det trabajo, de tos indios, y, probable­ mente at ver los padecimientos de tos naturates de aquetla isla, se tornó en el más ardiente defensor de tos indios. En ta ciudad de Concepción de ta Ve­ ga, de ia ista de Santo Domingo, recibió ei iicencia- do tas Casas su ordenación sacerdotal y ejerció alti, por algún tiempo, su ministerio, hasta que se fué a Cuba, Mamado por Pánfilo de Narváez, con quien había hecho amistad en Santo Domingo, cuando Narváez fuera a aquelta ista, acompañando a Diego de Velázquez para combatir al cacique Hatuey.

Durante su permanencia en Cuba fué testigo et padre las Casas de las matanzas de Caonao y de otras crueldades de tos españotes y eso decidió, pro­ bablemente, a que se consagrase a la defensa de los indios. Para llevar a cabo su misión resolvió volver a Castitta, aunque consideraba que sus huma­ nitarios propósitos te atraerían muchos enemigos y odios, por to cuat, antes de marcharse para Castilta hi­ zo seguir una información, ante un alcalde, que pusie­ ra de manifiesto tos servicios que había prestado en aquetla ista, y después, hizo circutar ta noticia que iba a estudiar a París. Embarcóse para Castitla y a! ttegar a Santo Domingo comunicó a Fray Pedro de Córdoba su decisión de dedicarse a ta defensa de los indios, proyectos que aquel aprobó, no sin que a! mismo, tiempo te advirtiera que era muy proba­ ble que sus generosos propósitos le ocasionarían muchos sinsabores y que, además, tendría que lu­ char contra la oposición y dificultades que le presen­ taría et Consejo de! Rey, que tenía interés en que no cambiase el estado de los indios y que éstos con­ tinuasen en la opresión. Et padre tas Casas le dijo: «Padre, yo probaré todas las vías que pudiere y me porné a todos tos trabajos que se me ofrecerán por atcanzar el fin de lo que he comenzado, y espero que Nuestro Señor me ayudará, y cuando no lo al­ cance habré hecho !o que debía como ctistiano. Vuestra reverencia me recomiende a Dios y haga encomendar*. Desde entonces et padre ias Casas dedicó su vida a ta defensa de los indios, con una perseveran­ cia jamás vista y exponiendo su persona a los ata­ ques más enconados por cumplir con su humanita­ ria misión. A su llegada a Sevilla dispuso e! padre las Ca­ sas comenzar sus negociaciones, para lo cual fué a ver al rey y le informó de los mates que aftigían a tos indios. El rey le concedió otra audiencia para oírle con más reposo, pero esta audiencia fué inefi­ caz porque e) padre tas Casas no obtuvo !a protec­ ción del rey para tos indios. Regresó a Sevilla y at poco tiempo murió el rey. AI saber esta noticia dispuso ir a Ftandes para hablar a D. Cartos: al tlegar a Madrid comunicó su propósito al cardenal Cisneros y al embajador Adriano, que gobernaban Castilla en nombre de D. Cartos y Ies refirió los sufrimientos de los indios, con tales colores, que el cardenat Adriano quedó espan­ tado y preguntó al cardenat Cisneros si aquello po­ dría ser cierto- E) cardenal Cisneros contestó afirma­ tivamente porque ya tenia algunas noticias trasmiti­ das por los frailes de so orden. El cardenal Cisne- — 50 - ros convenció al padre tas Casas de que no era ne­ cesario su viaje a Flandes: que en Madrid podía a- rreglarse ese asunto.

El Cardenal Cisneros ordenó a las Casas que en unión de) doctor Palacios Rubios y de Fray ñntón de Montesinos formutase las reformas de tas teyes de Indias en beneficio de los naturates, obra que hi­ cieron con toda diligencia y que aprobó el Consejo. Se resotvió buscar la persona que tas pudiera ejecu­ tar, para lo cual se designó a algunos padres jeróni- mcs. El cardenal ordenó a las Casas que viniese con ellos y le diera noticia de lo que conviniera at bien de los indios.

Después de que tos jerónimos fueron despa­ chados en la Casa de Contratación, el padre las Ca­ sas fué a despedirse de) Cardenal y se embarcó rum­ bo a Santo Domingo, a donde Hegó atgunos días después de los jerónimos.

La presencia de estos frailes en nada contribu­ yó a mejorar la situación de los indios y las cruetda- des y vejaciones que sufrían continuaron como an­ tes; por )o que dos o tres meses después tas Casas hizo otro viaje a )a Penínsuta, [levando cartas para el Rey en que se le urgía la necesidad que había de remediar los sufrimientos de los indios. Llegó a ñranda del Duero donde el cardenal Cisneros se ha­ llaba moribundo; el padre las Casas conociendo que no podría obtener lo que deseaba del cardenal Cis­ neros, dispuso ir a Valladolid donde esperaban al rey D. Carlos.

Las Casas fué bien recibido por [os favoritos det rey, los flamencos, que oían con interés las in­ formaciones que Ies daba et pretado, que después fué Obispo de Chiapa. - 51

Los castetlanos que residían en ¡as Indias, ha­ bían enviado comisionados a Castiüa para entorpe­ cer ¡as negociaciones de¡ sacerdote, y cuando éste hacía gestiones para obtener ia libertad de los in­ dios, ¡os comisionados propusieron a ¡as Casas que se ta darían si en cambio se tes permitía traer ne­ gros. Este hecho, que aceptara et padre tas Casas, ha dado tugar a que se te hicieran graves acusacio­ nes por haber contribuido at estabtecimiento de ta esctavitud en tas indias. Pocos dias antes de ta reunión de las cortes de Castitta en Coruña en 1520, tas Casas, que contaba con et favor de tos vatidos fiamencos consiguió que se dedicaran atgunos dias a sus asuntos, y en una de tas sesiones et cardenat ñdriano, que después o- cupó ta siita Pontificia, pronunció un targo y eto- cuente discurso en favor de tos indios, argumentan­ do que ettos, como tos demás infietes, deberían ser ¡levados at gremio de ta Igtesia por paz, amor y vía evangélica. El cardenat ñdriano combatió, pues, tos procedimientos ernpieados hasta entonces, y como contaba con gran prestigio, ¡a causa de ¡as Casas no tropezó con más dificuttades.

Et padre ¡as Casas deseaba traer a tas tndias atgunas famitias castellanas para pobtar, y at efecto partió de San Lucar de Barrameda et año de 1520 trayendo atgunos labradores, y desembarcó en ta ista de Borinquen o Puerto Rico, donde encontró matas nuevas que dificultarían ta reatización de sus gene­ rosos proyectos.

Escribió a) rey acerca de ¡os acontecimientos de ta ista, y mientras Hegaba ¡a contestación pasaba ¡os días en et Convento de tos dominicos de Santo Do­ mingo y alü profesó en 1523, perteneciendo desde entonces a la orden ae los Predicadores. Durante e] noviciado ¡tegó una carta de) cardena! Adriano, pa­ - 52 -

ra él, llamándolo a la Corte donde sería recibido con gran favor. Esta carta no le fué entregada por los frailes porque temieron que si la recibía podía vacilar su decisión de ordenarse: así lo refiere el mismo Fray Bartolomé. En el convento se dedicó Fray Bartolomé a es­ tudiar y a escribir su historia; su talento y capacida­ des le dieron un lugar preferente en la congregación, según dice Remesa!, que también afirma que Fray Bartotomé hizo un viaje a Castilla en 1530, y vesti­ do con el hábito blanco y negro de )os dominicos, comenzó nuevamente sus luchas en favor de los in dios de) Perú y de México, recientemente conquista­ dos por tos valientes capitanes Pizarro y Cortés.

En este viaje, que duró pocos meses, consiguió obtener una cédula para tos capitanes Pizarro y Al­ magro, en que se tes mandaba que, ni ettos, ni sus subattemos, hiciesen esclavo a ningún natural de a- quellas tierras; esa cédula forma parte det primer volumen de tas Leyes de Indias. Regresó Fray Bartolomé a tas Indias y fué con otros fraites dominicos de La Española a) Perú para hacer cumplir ta céduta y a fundar conventos; los capitanes a quien iba dirigida la céduta, no solo la cumplieron sino que la hicieron pregonar en seña) de obediencia. Del Perú vino Fray Bartotomé a Trujitlo, Hon­ duras, y el año de 1534 fué a Nicaragua. Atli reci­ bió cartas det Obispo de Guatemala, D. Francisco Marroquin, en que )e pedía fuese a Guatemata, donde* te hacían falta sacerdotes para gobernar su diócesis. En Guatemala continuó su propaganda de con­ vertir a los indios a ¡a fé católica con la persuación y no por medios violentos, desplegando sus mayo­ - 53 -

res actividades de catequizacíón en la provincia de Tuzulutlán, donde convirtió muchos caciques e indios.

El Obispo de Guatemala ¡e encargó la misión de ir a Castilla, a traer sacerdotes, que hacían falta en Guatemala, para continuar la obra de conversión y para instruir a tos naturales en ias doctrinas cris­ tianas, y en seguida Fray Bartolomé de las Casas em­ prendió nuevo viaje a Castilla, por la vía de México y la Vera Cruz, el año de 1539.

El emperador D. Carlos estaba ausente de Es paña, por lo que Fray Bartolomé se dedicó a cum­ plimentar !as instrucciones del Obispo Marróquin, despachando varios frailes para Guatemala; no se embarcó con ellos porque recibió orden del Cardenal D. Fray García de Loaisa, Presidente del Consejo de indias de no abandonar Castilla, porque quería oír su parecer para hacer modificaciones a las Leyes de [ndias. Se dieron tas nuevas leyes y Fray Bartolomé fué a Barcelona para dar gracias al emperador por ellas, y allí recibió una cédula en que se le nom­ braba Obispo de Cuzco, por recomendación de Loai­ sa; Fray Bartolomé no aceptó el nombramiento, pero el cardenal Loaisa lo hizo nombrar Obispo de Ch¡a- pa, en sustitución de D. Juan de ñrteaga, que había muerto antes de tomar posesión de su cargo.

Fray Bartolomé aceptó el nombramiento y fué consagrado en Sevilla el 30 de marzo de 1544 por un sobrino deí cardenal Loaisa, que tuvo como ayu­ dante para la consagración a D. Cristóbal de Pedra- za, Obispo de TrujiHo en esta Provincia de Hondu­ ras. El 9 de julio de 1544 se embarcó rumbo a su diócesis trayendo varios padres de su orden (domíni- — 54 r- cos) por la vía de Santo Domingo y de Yucatán y llegó, después de un naufragio y de varios contra­ tiempos, a Ciudad Reai de Chiapa, cabecera de su diócesis, donde fué muy bien recibido. Soto había tres sacerdotes, de costumbres algo tibres, en toda ta diócesis. Et Obispo tos ttamó a cuentas y estable^ ció ta disciplina.

El Padre las Casas tuvo muchos sinsabores en el poco tiempo que estuvo al ícente de su diócesis, donde encontró establecida ta esctavitud. Resolvió hacer un viaje a ta ciudad de Gracias a Dios, en don­ de residia ta ñudiencia de los Confines, con et fin de exigir de ese ñlto Tribuna! et cumplimiento de tas nuevas teyes de tndias, y at efecto se puso en marcha tlevando por compañeros de viaje a varios fraites y seglares, pasando por Tuzulutlán, donde permaneció algunos dias, pues deseaba visitar ese iugar donde había traido tantos indios a la verdade­ ra fe, durante el tiempo que estuvo en Guatemata con et Obispo Marroquin. En Tuzututtán recibió e¡ Obispo de Chiapa ínnumerabtes muestras de cariño de los indios que ét había convertido por medio de ta persuaden y de su natura) bondad. Según cuen­ ta Remesa) en su Historia de Chiapa y Guatemala, tos naturates te tlevaron muchos presentes, según tos medios de que disponían.

En Octubre de Í545, después de un viaje muy penoso por tener que atravesar attas montañas y rios crecidos por ta abundancia de tiuvias, Hegó e! Obispo de Chiapa a ta ciudad de Gracias a Dios.

Los habitantes de ta ciudad de Gracias a Dios, en 1545, oyeron, por primera vez, et tlamamiento det obispo de Chiapa, en que con palabras etocuen- tes, y desde tas cátedras sagradas de tas igtesias de ciudad, soticitaba de tos españotes, que cumptieran — 55 —

]as nuevas ordenanzas de Su Majestad, y tuvieran conmiseración para los pobres naturales, que otrora, fueran los señores de aqueüa tierra. El Presidente y algunos oidores de la Audien­ cia de Gracias a Dios, recibían mal al Obispo de Chiapa, no obstante que ese tribunal había sido crea­ do y los jueces nombrados por recomendación del mismo prelado. Un día que se encontraba el Obispo de Chiapa en la Audiencia uno de los oidores gritó: "echá de allí a ese loco", y como el Obispo, que había ido a )a Audiencia a hacer sus reclamaciones, replicara a esa injuria, e) presidente Maldonado después de or­ denar que te echasen, dijo: "Estos cocinerillos, en sacándolos del convento, no hay quien se pueda ave­ riguar con ellos". El día 22 de Octubre de 1545 que presentó el Obispo de Chiapa a lá Audiencia su memorial, o re­ presentación en que pedia el auxilio del brazo real y secular, el Presidente Maldonado le dirigió las siguien­ tes palabras: «Sois un bellaco, mal hombre, mal Obispo, desvergonzado; y merecéis ser castigado^. Ai oir aquellas injurias respondió el Obispo: "Yo lo me­ rezco muy bien todo lo que V. S. dice Señor licen­ ciado Alonso Maldonado*; la amargura de estas pa­ labras daba a enténder que recibía esas injurias de un hombre que le debía el nombramiento del cargo que ejercía. El 26 de Octubre dió la Audiencia respuesta ai escrito del Obispo de Chiapa denegando las pe­ ticiones de este ilustre prelado En este libro publi­ camos !a «Representación» del Obispo de Chiapa y la respuesta de la Audiencia. Et licenciado Maldonado, que era tetrado en ambos derechos, Civil y canónico, sabia que por ha­ — 56 - ber injuriado a los Obispos de Chiapa y al de Nicara­ gua, que acompañaba a D. Fray Bartolomé, había incurrido en ia pena de excomunión, y deseaba ser perdonado por esos pretados; pero como era orgu­ lloso, no quería dar él et primer paso para ta recon citiación. Sus amigos hallaron un expediente, y con­ sistía éste en preparar un encuentro con et Obispo, que pareciera que no era intenciona). Al efecto, un día se Matlaron frente a frente et Obispo y e) ticencíado, y éste comenzó a darte satis- facciones, dictándole que te pesaba )o que )e habia dicho en la Audiencia, cuando e) Obispo te inte­ rrumpió diciéndoie: "No sigáis, que estáis descomul­ gado". Et ticencíado obtuvo de otros pretados que te tevantaran )a excomunión, e hizo que la Audiencia de Gracias a Dios escribiera at Rey refiriéndote a su modo, lo ocurrido con tos Obispos de Chiapa y de Nicaragua. Ei oidor, licenciado Herrera, se negó a firmar ta carta de ta Audiencia, y escribió personat- mente a! Rey: esta carta es una justificación para et Obispo de Chiapa. Los obispos de Chiapa y de Nicaragua escribie­ ron al Rey informándote de to que había pasado en la Audiencia de tos Confínes, y e) príncipe D. Fetipe escribió con retaciórt a este asunto, una carta para la Audiencia q^e también pubticamos en este libro. Fray Bartolomé regresó a Ciudad Real de Chia­ pa donde habían tenido algunas dificultades sus re­ presentantes: su diócesis estaba en rebellón y D. Fray Bartotomé dispuso ir a ia dudad de México, donde se iba a celebrar una junta a la que asisti­ rían también los Obispos de Guatemata, Oaxaca, Mi- choacán y México. Terminada la junta de México, después de ha­ ber dado atgunos acuerdos en favor de tos indios, 57 - resolvió el Obispo de Chiapa irse a Castilla, dejando su diócesis encomendada a su vicario de Ciudad Real, el canónigo Juan Perera, con el objeto de se­ guir trabajando para obtener resoluciones favorables a los indios.

A su llegada a España, obtuvo del principe D. Felipe, que escribiera cartas a los caciques de Tuzu- lutlán, en que el principe les decía que reconocía los esfuerzos que habían hecho en favor del esta­ blecimiento de la verdadera religión, en aquella co­ marca, y les exhortaba a que se reunieran en po­ blados.

También el obispo de Chiapa contribuyó a que se cambiara el antiguo nombre de Tuzulutlán, que significa TIERRA DE GUERRA, por el de VERAPAZ.

D. Fray Bartolomé de las Casas permaneció en Castilla por espacio de más de dos años, hasta su muerte, que acaeció en el convento de Muestra Se­ ñora de Atocha, en los alrededores de Madrid, a me­ diados del año de 1566.

Fué D. Fray Bartolomé de lás Casas un verda­ dero apóstol, que consagró su vida a proteger a ios desvalidos indios americanos. Hizo con este fin mu­ chos viajes a Castilla y arrostró toda clase de lu­ chas, intrigas, calumnias y sinsabores por cumplir con su humanitaria misión.

Et ilustre escritor hondureno Dr. D. Rómulo E. Durón, publicó un artículo en que proponía que la ciudad de Gracias, con ocasión de conmemorar el 400? aniversario de su fundación, erigiera una es­ tatua al Padre tas Casas, y, ciertamente creemos que el Dr. Durón ha tenido una feliz inspiración, pues D. Fray Bartolomé de las Casas, fué modelo de virtu­ — 58 — des cristianas y defensor de, tos indios, y ta ciudad de Gracias debe consagrarte un monumento a su memoriá.

Los fraites espanotes que fundaron conventos y catequizaron a tos indios, hicieron una verdadera o- bra cívitizadora, y, en ta oscuridad de sus conventos, fueron verdaderos héroes ignorados que contribuye­ ron a que rápidamente el gtorioso iaioma de Casti­ lla reemptazara tos dialectos indígenas.

San Pedro Suta, abril de 1936.

ERRATAS.-"Página 4á, feagtón 32. dice, ' hizo circuíar la noticia que, debe decir, hizo circular ta noticia de que. Página 48, reRqtón 36, dice provectos, debe decir provecto. Página 52¡ renglón 24, dice, a quien, debe decir, a quienes. Página 58, renglón to, dice a los obispos de. debe decir, aí obispo de. EL PRSO DE SHMURQO

{La risueña tradidón de ia beüa Tínadat!)

POR

JUUñM LOPEZ PiHEDR

En la serenidad de las horas nocturnas, !a in­ dia hermosa y arrogante, acurrucada dentro del ran­ cho pequeñíto techado de paja y con paredes de ho- ^as secas, se calentaba junto al fuego, meditativa y triste, dándole vueltas en su cerebro a una idea ob- sesora. Pensaba ella en su amado, el joven más garbo­ so y valiente de la tribu vecina. Pensaba en la suer­ te que Tohit Ies deparada a las gentes de su raza, pues se tenía noticia cierta de que los hombres blancos Negados de muy lejos se acercaban a su te- rritorio. ¿Cómo se defenderían de aquellos invasores terribles que llevaban el trueno en sus manos, que se transformaban en monstruos de dos cabezas, dos manos y cuatro patas? ¿Qué seria de! amado, gue­ - 60 -

rrero el más audaz de su tribu, quien debía enfren­ tarse pronto a los fabulosos invasores? Ella le acom­ pañaría at campo del combate. Elia correría la suer­ te del incomparabte Xotlical.

Fatigada y triste, fue a descansar sobre su ta- pesco de cañas bravas, y durmió con sueño inte­ rrumpido por negras pesadillas: ora veia a su padre con et pecho horadado por el rayo implacable que fulminaban los invasores; ora se le presentaba el amado sangriento como triturado por las patas de a- cero de los hombres que tenían dos cabezas, hipó grifos o centauros jamás vistos en las regiones tran­ quilas de Hibueras; ora se encontraba arrullada por ta musicatidad verbosa de uno de aquellos blancos hijos del Sol, que la mimaba y la hacía madre de un semidiós; ora veia su choza incendiaba, sus campos arrasados, y sus arrigos sobrevivientes llevados como esclavos al servicio del rey de España, cuya cruel­ dad cruzaba por América como un estremecimiento de horror.

Así pasó ta noche la bella Tinaclatl, india de sorprendente hermosura, de facciones ideales. Fren- fe discretamente pequeña; nariz perfilada, recta y aristocrática; ojos grandes, negros, húmedos y ardien­ tes, de una brillantez deslumbradora, como si fue­ sen dos Golcondas maravillosos incrustados en la no­ che negra de sus pupilas; mejillas morenas, casi blancas, con cierta rubicundez atenuada como si en ellas la púrpura de cañadillas se hubiera posado le­ vemente, dejando apenas una huella errátil; cabe­ llos de noche negra como boca de abismo, forman­ do sobre la espalda desnuda una cascada rutilante, en airosas guedejas onduladas como serpientes, lar­ gas, largas, targas, hasta besar ta desnudez sedeña de la opulenta pantorritla; el pecho abultado y car­ noso, exhibiendo al aire osculador la tentadora epí- - 6 1 — dermis, que relucía at So) cuai un moreno mármo) caprichosamente labrado, con sus dos eminencias mórbidas, altivas y orgullosas, tal dijéranse dos coü- rtas trémulas que ostentaran en !a cumbre ligeros copos de niebla a manera de caperuzas plúmbeas sobre conos de base circular; manos pequeñas y grá­ ciles, flores grises de cinco pétalas de atrevida orfe­ brería, manos deliciosas de carne fresca y sonrosa­ da, cuyas líneas sutiíes, cuyos delicados contornos, cuyas tonalidades vividas invitaban al beso ardoroso y sensual. Su paso era ritmico, cadencioso y altivo, como el de una princesa de las Mil y Una Noches, ñ l andar, le temblaban las piernas con cimbreo ten­ tador, ostentando ia maravillosa desnudez apenas disimulada por una especie de refajo corto pendien­ te de la cintura, tejido de fibras de plátano al pa­ recer o de mezcal teñido con achiote. (Jn primoroso conjunto de hechicería era aquella muchacha cándi­ da y dulce que soñaba junto a) fuego, en su tapes- co de varas, temerosa de! porvenir. Llegó et día de! combate, ñlonso de Cáceres destacó una columna de veinte hombres de tos más aguerridos, ai mando de) Sargento Santiago Pérez, a someter a )as tribus belicosas def Rio Grande, es decir, los pueblos indígenas situados en las márge­ nes de dicho río, en tierras de Lempira, cerca de la que hoy es Ciudad de Gracias, entonces reciente­ mente fundada por los conquistadores. Las tribus habían preparado a sus guerreros para ta defensa del territorio. Trescientos guerreros había reunido Xotticat, a quien tas cuatro tribus de ia comarca ha­ bían elegido su General. Joven de veinticinco años, Xotlícal se había distinguido como el más osado en !os combates, por cuya razón se lo disputaban las beltas de) tugar. E) indio prefería a ta encantadora Tinaclat), quien por su parte estaba profundamente enamorada de é! y no te habría cambiado por nin­ guno de jos gatanes de aqueita región privitegiada. -62 —

Preparadas sus flechas, tos guerreros se apos­ taron en ios caminos, hacia tos puntos estratégicos de )a ribera, procurando que el enemigo cayese en una emboscada. Los españoles marchaban cautelo­ sos, pero no pudieron descubrir ningún indicio det enemigo hasta que llegaron a la orilta del rio. Súbi­ tamente se vieron acometidos por una Ituvia de fle­ chas que salían de tos montes cercanos, sin que se advirtiera quiénes las dirigían. El ptan de Xotlical da­ ba un resuttado admirabte. Los españoles disparan sus arcabuces a la ventura, sin hacer blanco, ñ poco todos etlos estaban caídos en tierra atributados de flechas envenenadas.

Xotlica! apareció entonces a ta cabeza de sus guerreros, dando feroces ataridos de victoria y ulti­ mando con leños y piedras a los heridos que aun conservaban un resto de vida, Xottical iba a descar­ gar un tremendo leñazo sobre et Sargento Pérez, cuando sintió su puno detenido por una mano fuerte, ñlzó furioso la cabeza agitada, y quedó sorprendido, atetado, a! ver ante si, en actitud trágica, a su betta prometida, la divina Tinactatt, quien te decía imperio- sa: "No le mates; yo no quiero que muera este hombre blanco". El feroz guerrero te obedeció a su amada. Ella se arrojó de hinojos sobre et español, !e examinó la herida, y dirigiéndose a varios gue­ rreros de su tribu tes ordenó asi; "Llévenselo a mí rancho; con ta cabeza me responden ustedes de la vida de este hombre blanco". Los indios tomaron a! herido cuidadosamente y lo condujeron a la choza de !a muchacha. Xotticat ordenó que tes cortaran tas cabezas a tos españoles muertos para guardarlas co­ mo trofeo de aquetla gloriosa jornada. Las testas san­ grientas fueron paseadas en procesión entre tos gri­ tos de júbilo de) pueblo. Después las conservaron colgadas a las puertas de tas chozas de tos más bra­ vos guerreros. - 63 -

Pérez estaba a punto de morir, cuando Tinaclatl, arrodillándose a tos pies de su padre, con llanto en tos ojos le rogó que ¡e salvara )a vida a aquel des­ graciado. — Bueno, contestó e) anciano, porque tú ¡o quieres. Tomó en sus manos una pequeña catabaza, y extrajo de etta un tíquido obscuro de olor fuerte y acre. Con aquet tíquido frotó ta herida y fe dió a beber unas gotas al enfermo. Como por encanto, e! sargento se sintió reani­ mado, y )e dirigió a su protectora una profunda mi­ rada de gratitud. Tinactat), ruborizada, se acercó a) enfermo para decirte: "quiero que vivas, hombre btanco". No entendió é! tas patabras de ta india, pero sospechando que te dirigía atguna frase de consueto, te habió asi: —Quisiera vivir aqui siempre, para no dejar de verte ni un momento. Etta, sin haber comprendido aquetta frase de amorosa gratitud, se ruborizó otra vez, y nerviosa­ mente se puso tas manos sobre ei pecho, exclamando: —Si no fuera de Xotticat quisiera ser tuya.... Et sargento fue mejorando rápidamente, gracias a tos dulces cuidados de ta india. Ella to hacia satir todas tas mañanas de paseo por et campo, soste­ niéndote det brazo, y él, en aquetta atmósfera de ternura ingenua, se sentía fetiz como nunca to había sido en su vida agitada. . En tah deliciosa intimidad no te fue difíci! apren­ der et idioma nativo. Sus primeras palabras fueron de reconocimiento para aqueitas gentes sencillas y -6 4 - buenas a cuyas atmas generosas Íes debía ta vida.

Un día, todo tembtoroso de pasión, te.dectaró su amor a Tinactatl, Ella recibió con ategría la román­ tica declaración y le contestó francamente;

—Te amo, hombre btanco, y quisiera ser tuya, pero soy ia prometida de Xotlical, el más terrible de tus vencedores, el más hermoso y valiente de los jó- venes de la comarca.

ñqueí aventurero que jamás se había detenido ante ningún obstácuto ni toleraba que se te contra­ dijera, acostumbrado a ta viotencia y a tratar a ios indios como a semovientes, no sentía ta acometivi­ dad de otros tiempos y se dobtegaba dócilmente an­ te la voluntad suave y tierna de la amada imposible. Se resignó, confiando soto en el tiempo y en et azar,, que acaso te permitirían adueñarse de aquel tesoro, de aquetta india rozagante y airosa cuya hermosura superaba a la de tas más bettas españotas por conocidas, Y te habló así:

—Mi corazón ha amado por fa primera vez? y está deshecho en tágrimas. ñquí he de vivir pare verte siempre, aunque sea en otros brazos, * * =%

Xotlicat, ocupado en la defensa de i país, pasa*- &a recorriendo los campamentos, y sólo de vez en cuando iba a permanecer unos instantes a) lado de $u amada.

El enamorado indio siempre encontraba a Tina- ctatt eo compañía det garrido sargento español, pe­ ro, antes que ceíoso, se mostraba compíaciente y muy empeñado en hacerte agradabte ta vida al hués­ ped de su prometida. — 65 -

(Jn día et sargento te dijo a su rivat: —Pero tú, oh jefe invencibte ¿no desconfías de que yo, enemigo de tu raza, viva bajo et mismo te­ cho que tu amada? Et indio sonrió con un mohín desdeñoso, y con­ testó así: —Eres nuestro huésped, hombre btanco. Desde que te vencimos en et combate y te hicimos gracia de ta vida, dejaste de ser nuestro enemigo.

—Tienes razón—expresó et sargento. He queri­ do decirte si sientes cetos por ta intimidad en que vivo con tu prometida. Et guerrero rió con humor, y exctamó: — Bah! Qué raras cosas tiene este btanco! ¿No sabes que Tinactatt me ha dado su patabra de ser mi mujer? —¡ñh, pero podría engañarte, Xotticat!

—¿Qué has dicho? Entre nosotros nadie enga­ ña. La mentira mancha tos tabios y envitece el co­ razón. ¿Quieres convencerte de que Tinactatt no sa­ be mentir? Y dirigiéndose a ta india ta interrogó así: —Oye tú, ta divinidad de estos bosques, tú, ta bondad hecha sonrisa y amor, dime, oh mi bien amada ¿es cierto que amas a este extranjero btanco? Tinactatt, sonriendo con un mohín de candor y de sutit coquetería, contestó: —Sí, te amo. —Ya to ves, extranjero, continuó Xotticat, mi prometida te ama, y to confiesa ante mí, porque - 66 —

elta jamás mancharía sus tabíos divinos con ta odiosa mentira. — Pero tú, oh va tiente entre tos va tientes, ¿no sientes cetos? —¿Cetos? ¿Y por qué? Tinactatl es mía y no puede ser de otro mientras sea mía, mientras et So! no haya dejado de brittar para mí. —ñsí es, asintió ta hermosa. —No sé sí sea virtud o candidez, dijo e) espa- ñot. Pero vuestro modo de ver tas cosas del atma me Hena de admiración. — ¿Qué no te parece natura)? argüyó et indio. —Me parece divino. La conversación fue interrumpida por !a ¡legada de un correo portador de graves noticias. Los espa- ñotes se acercaban por diferentes rumbos, y pronto asattarían tas posiciones de tos indios. Habían regresado vencedores de Lempira, en Congotón, tas huestés de ñlonso de Cáceres, y se dirigían a tomar a sangre y fuego et úttimo reducto de ta tibertad de ta raza autóctona: iban a someter a tos rebetdes de Río Grande. Estos poseían tos veinte arcabuces que ganaron en ta primera batatla sostenida tan fetizmente contra tos blancos. Et sar­ gento Pérez tes habia enseñado e) manejo de tates armas, y tes había enseñado también to que eran en reatidad tos temibtes centauros que infundían et pá­ nico entre tos indios. [nmediatamente Xotticat partió vetoz como e) rayo a ponerse at frente de sus aguerridas huestes. Tinactatt fue de prisa a ponerse su traje de guerre­ ro, y votvió at momento a presentarse vistosamente exornada de metates bríttantes, de soguittas de cot- - 67 - mittos de coyote y de un airoso penacho de ptumas de pavo sitvestre. Su garbo marcia) y su continente animoso y varoni) fueron e! asombro det español, a quien etta te habtó asi: —Voy a combatir contra tos hombres de tu ra­ za. Si muero, sé tú un hermano para Xotticat; si ét sucumbe, yo seré tuya, para que juntos honremos su memoria. Pero prométeme una cosa: tú no vot- verás nunca a unirte a esas gentes satvajes y cruetes de tu raza; tú serás de Tinactatt, de ta tribu gtoriosa de Tinactatt, y nunca más tu fuerte brazo se pondrá at servicio de aquet monstruo a quien ttaman rey y que desde su trono de España nos envía et extermi­ nio y ta esctavitud en nombre de una civitización que nosotros despreciamos por inhumana. ¿Me pro­ metes no servir más a tos tiranos que nos asesinan sin piedad y sin razón? —Si, Tinactatt, te to prometo. No soto por tí, ante quien toda votuntad se dobtega, sino también por tas virtudes de tu raza. Tú has conquistado mi corazón. Las virtudes de tu raza han hecho una re- votución en mi espíritu. Soy tuyo, soy de ta tribu de Tinactatt. — Et combate ha comenzado. Vamos, mi que­ rido hombre btanco, ordenó etta. Y et sargento Pérez, et feroz aventurero de an­ tes, siguió a ta india de tos ojos de incendio, y con etta fue at campo donde Xotticat hacia prodigios de bravura en tid abierta contra tos hípogrifos horripi- tantes. La batatta se protongó durante tres semanas. Fue una serie de choques formidabtes y sangrientos. Los campos se cubrían de cadáveres. Y, como en !as épicas jornadas det Ramayana, un enjambre de in­ dias bettas y radiantes de exornaciones, vaporosas y - 68 —

semidesnudas. doncellas puras de la élite autóctona, iban por las praderas de la muerte, por valles y hondonadas, bailando alrededor de los guerreros caídos, y arrojando flores para cubrir con ellas la sangre de los combatientes que humeaba entre la yerba enrojecida.

Los españoles no ganaban terreno ante la resis­ tencia bravia de los indios. Habían perdido muchas vidas de hombres y de caballos. Y, desconcertados y abatidos, disponían la retirada a su cuartel general de Gracias, cuando notaron gran confusión en el campo enemigo. Entonces resolvieron hacer un es­ fuerzo más.

Aquella confusión se debía a que el héroe de los brazos infatigables, así llamado como el Raguhi- da del gran poema hindú; aquel divino Xotlical, el de esplendoroso corazón, el que comunicaba el valor a los guerreros y daba alientos a la libertad amena­ zada de muerte; el dueño de la india cuya belleza eclipsaba a las más ricas joyas de pedrería; la última esperanza de la Hibueras domeñada por el invasor implacable; aquel glorioso guerrero del Río Grande, émulo de Lempira y de Caupolicán, había sucum­ bido bajo una lluvia de proyectiles, y su sangre se derramaba sobre la yerba impasible....

El sargento Pérez y Tinadatl tomaron el cuerpo moribundo del héroe, y lo condujeron a la choza de la prometida desolada. Los guerreros abandonaron el combate, dispersándose en todas direcciones, es­ pantados de dolor, cuando vieron caído para siempre al jefe invencible. Y los españoles se adueñaron de aquella tierra codiciada donde se refugiara el último gesto de rebeldía de una raza abatida y expirante. Xotlical moribundo tinió las manos de su ama­ da a las manos del sargento Pérez. — 69 -

— Sed felices, les dijo, flquí termina el destino de una raza que fue brillante y libre, y comienza el destino de otra raza grande y fuerte, pero inhumana,

Y aquellas palabras del héroe expirante fueron como el augurio de una nueva raza y de una nueva civilización. Los vencedores destruyeron la ciudad de Kelha- khas-ke, cabecera de la región de Rio Grande, y se repartieron a las mujeres jóvenes del lugar.

Un Capitán impetuoso y garrido era el jefe de los vencedores. Se llamaba Diego López, Este gue* rrero se dirigió a la choza de Tínaclatl, y quedó des­ lumbrado ante la hermosura y la fresca juventud de aquella india incomparable.

Su asombro fue mayor cuando reconoció at sargento Santiago Pérez, vestido a la usanza indíge^ na y en traje de guerrero. ,

—¿Pero no estoy viendo al sargento Pérez, dijo, él más esforzado de mi Compañía, el mismo a quien hemos tenido por difunto desde nuestro fracaso del año pasado? —El mismo soy, le contestó el sargento. Mi vi­ da se la debo a esta hermosa joven, quien desde hoy es mi mujer. —Entonces tu has traicionado a nuestro Rey. —Te equivocas, Capitán. Yo he sido prisionero de los indios, y ahora lo soy de los encantos de Ti- naclatl, la más bella de las mujeres, la de los ojos de incendio, como la llaman las gentes de su pueblo. —Silencio, traidor, rugió el Capitán. Tú serás prisionero y ante la justicia darás cuenta de tus ac­ ciones. Tú enseñaste a estas bestias a manejar el ar- - 70 — cabuz. Tú has dirigido ia resistencia que nos ha he­ cho tantas victimas. Eres un gran crimina!. Y ordenó que et sargento fuera atado y condu­ cido a Gracias. Luego dijo; — Esta mujer me pertenece. —Quitame antes !a vida, exctamó e! sargento. Pero no me robes !o único que en ta tierra adoro, ta mujer a quien debo la existencia. Los soidados &e ttevaron a Pérez. E! Capitán mandó quemar e! cadáver de! vencido Xottical, y en seguida se dirigió a Gracias con ta infortunada Tina- ctatt, de attivo gesto y corazón indomeñabte.

Elta fue guardada bajo cerrojos; y aüí perma­ neció ¡argos días constantemente amenazada por ¡a insatisfecha ¡ujuria de¡ Capitán López, quien no ¡o- graba, ni con ruegos servites ni con iras viotentas, dob!egar ¡a resistencia y ta attivez de aqueüa virgen de ta setva. ñ tas urgencias de! Capitán, ta indomabte don- cetta respondía: — Mátame, satvaje hombre bianco. Tú no pue­ des comprender ta morat de una virgen de !a setva, porque perteneces a una civitización grosera y corrom­ pida. Soto muerta saciarás en mi tus impuros deseos, ¡oh raptor infame! — ñmame, ;oh mujer trastornadora de mis sen­ tidos, desquiciaoora de mi voiuntadi supticaba el re­ chazado. ¡Debes ser mía! Y ta bet!a contestaba como ia fiel Sita a su rap­ tor Ravana en e! poema inmortal —Yo no pertenezco más que a un hombre, co­ mo ta luz no pertenece más que ai astro de) día. - 71 -

El sargento Pérez había logrado probar su ino­ cencia, y obtuvo su libertad después de seis semanas de cárcel. Su primer empeño fue por la libertad de su Tinaclatl, y la consiguió al fin como un premio que le otorgara ñlonso de Cáceres por los sacrificios que et sargento había hecho por España, antes dé su cautiverio. La dulce amada ie dijo: —Huyamos de la corrupción, amigo mío. Vol­ vamos a la selva, a gozar de ta pureza del campo ¡ibre. Vamos a buscar un rincón oculto donde gozar podamos de nuestro amor, bajo ei azul de) cieío, a la risueña mirada de la luna y a ia luz de las estre­ nas titiladoras. Y volvieron a !as riberas de! Río Grande, ñt)í ocultaron su amor de las miradas profanadoras. Pé­ rez se hizo jefe de los indios vencidos, y a !a cabe­ za de un ejército de flecheros audaces, se dedicó a hostihzar a los españoles. Dos años duraron !as correrías de) rebelde es­ pañol, que fuera el primer revolucionario de ñmérica. ñt fin, perseguido y acosado, descendió por las ribe­ ras de) río, y fue a sostener el último combate en un sitio escabroso que hoy pertenece a ta jurisdicción de Copán. RHí ta incomparable Tinaclatl presenció e) sacrificio de su amado, que se inmoló en aquet trance por ta libertad ultrajada de tos pueblos so­ metidos at yugo de ta conquista. Y fue que Santiago Pérez, viéndose acorralado y a punto de caer en manos de sus enemigos, sattó sobre un enorme peñasco que dominaba un profun­ do recodo de) rio, y se arrojó de )o más alto como para dar un paso de gigante hacia la otra ribera. Su cuerpo cayó con estrépito sobre las piedras, y las corrientes arremotinadas con ímpetu se to tlevaron a - 72 — lo profundo de las aguas, que cerraron sus cristales como una tumba clemente, ante ta vista asombrada de la desventurada Tinactatt, ¡a de tos ojos de incendio....

En memoria de ese acontecimiento, aquet tugar de Río Grande se denomina aün EL PñSO DE SñN- TtñGO. Y cuentan tos caminantes que todavía, en tas noches de tuna y bajo el frió de las madrugadas, un fantasma de mujer recorre ta ribera y ptañe su ma! en trovas de dotor:

Generoso rio, milagroso rio, abre tus cristates, dutce río mago; dame a mi Santiago, ve que tiene frío, ve que tiene frió mi pobre Santiago....

Y va y viene por ta ribera aquetia sombra de mujer ptañendo su mal. Y cuentan que es hermosa, y que a ta tuz de ta tuna, su sonrisa se dibuja co­ mo un arco de ensueño lejano sobre unos tabios que semejan un corat tabrado con destreza....

Juüán LOPEZ PiNEDñ. LEMPiRA

Et indio Lempira dio at puebto hondureno un heroico ejemplo de cómo debe defenderse ta índe- pendenciade Montejo, go­ ia patria, lu­ bernador de chando con Higueras o gran tenaci­ de Honduras) dad y herois- ordenó at ca­ rro y con ar­ pitán ñtonso mas inferio­ de Cáceres res que no que comba­ podian con­ tiera at caci­ tener ei em­ que Lempi­ puje de las ra, que des­ huestes inva- de Cerquín soras. desafiaba a Murió vícti­ tos invasores, ma de una y que to so­ traición. D. metiera, to Francisco de que Cáceres no pudo tograr por medio de ías armas, por to cuai tos castettanos idearon un expediente, que, si bien sirvió para obtener et objetivo deseado, echó una mancha at brltiante escudo de Castitta. El historiador D. ñntonio de Herrera, en tas décadas de su «HíSTORIñ GENERñL DE LOS HE- - 74 —

CHOS DE LOS CASTELLANOS EN LAS tSLAS Y TtERRA FÍRME DEL MAR OCEANO», que escribió en ios últimos años de) sigto XV!, dice ¡o siguiente de Lempira:

"Se tevantó un vatiente indio de una provincia Mamada CERQUtN, en términos de !a ciudad de Gracias a Dios, puesta entre sierras, dificultosas pa­ ra ser conquistadas. Este indio, Mamado Lempira, que significa SEÑOR DE LA StERRA, convocó a to­ dos ios señores de ta comarca, con tos cuates y tos naturates JUNTO TREtNTA MtL HOMBRES; persua- diótos et recobrar su libertad, siendo COSA VER­ GONZOSA que tantos y tan vaterosos hombres EN SU PROPtA TtERRA se viesen en miserable servi­ dumbre de tan pocos extranjeros, aseguró QUE S) ESTABAN UNtDOS, seria cierta !a victoria paraettos y prometiendo de seguirte, unos por votuntad y o- tros por temor, se comenzó ta guerra y mataron at- gunos pocos castettanos que se hallaban descuida­ dos por ta tierra".

"Et Adetantado Montejo, sabiendo et levanta­ miento, envió desde Gracias a Dios al Capitán Alón- so de Céceres con atgunos soldados castetlanos pa­ ra que pusieran a Lempira en obediencia EL CUAL YA HABtA MANDADO A FORTALECER UN PEÑOL MUY NOMBRADO, QUE LLAMABAN DE CERQUIN y desde aHi se defendían con grave daño de ios castettanos que padeciendo en et sitio que DURO SEIS MESES, grandes trabajos por haber invernado en campaña, pudiera ser que no acabara tan fácit- mente !a jornada, si no aconteciera ta muerte de Lempira, ta cuat sucedió de esta manera: Había mu­ chos príncipates que te seguían en ta guerra, unos contra su voluntad porque no tos tuvieran por co­ bardes, otros por respeto que tenían a Lempira y otros hubo que te digeran que dejase aquella gue­ - 75 - rra y tomase por amigos a tos castettanos, pues a! cabo habia de perder; pero ét era tan animoso que jamás mostró ftaqueza ni quiso dar oídos a ios me­ dios de paz que ¡os españotes ie ofrecían, antes tos tenían en tan poco que desde su fuerte tos ttena- ban de injurias . . . . »

«ñtonso de Cáceres te envió una embajada que aceptara ta paz y obedeciese at Rey de Castitta, pro­ metiendo de tratarte bien; fue ta respuesta matar a tos mensajeros porque no quería conocer otro Se­ ñor ni saber otra tey ni tener otras costumbres de tas que tenían;.

*Visto su mucho atrevimiento y que no se ha- Haba modo de apoderarse de ét, et Capitán ordenó que un sotdado se pusiese a cabatto, tan cerca que un arcabuz te pudiese atcanzar de puntería, y que éste te habtase amonestándote QUE ñDMIHESE Lñ PñZ Q(JE SE LE OFRECtñ, y que otro sotdado a tas ancas, con et arcabuz te tirase, y ordenado de esta manera et sotdado trabó su piática y dijo sus consejos en persuaciones».

«Et cacique te respondia: que ta guerra no ha­ bía de cansar a tos sotdados ni espantados y que et que más pudiese vencería, y diciendo otras pata- bras arrogantes más que de indio, et sotdado de tas ancas te apuntó cuando vió ta ocasión y te dió en ta frente. Cayó Lempira rodando por ta sierra abajo. Con esta muerte de Lempira, que et día antes anduvo muy triste, se tevantó gran alboroto y confusión entre tos indios, porque muchos huyendo se despeñaron por aqueltas sierras y tuego otros se rindie­ ron...... » «Para esta guerra se pacificó y confederó con tos Cares, sus enemigos: juntó tos hombres de más de doscientos puebtos, y de señores y cabañe­ ros conocidos tenía más de dos mit .... & — 76 —

«Su congregación fue en la StERRñ DE LAS NEBLtNñS, en su tenguaje PtRñERñ, donde está una gran población, cuyo Señor era el ETEMPICñ, que en muriendo éste se dividió en muchos pue- btos. ñquí se concertó ta guerra y nombraron por Genera) a Lempira, e) cual muchas veces acometió a los castettanos, a tos indios mejicanos y guatemal- tecas que andaban con etlos, en tos cuates hacía m^cho daño y tos suyos to recibían, pero como eran tantos no to echaban de ver . . . . »

*Era de mediana estatura, espatdudo y de gruesos miembros, bravo, vatiente y de buena ra­ zón, nunca tuvo más de dos mujeres y murió de 38 a 40 años».

Et Adelantado D. Francisco de Montejo, escri­ bió, desde Gracias a Dios, una carta a) Rey, con fe­ cha lo. de Junio de 1539, en que te refería ¡a tu- cha con un cacique o jefe, cuyo nombre no men­ ciona, ni tampoco et det jefe de los castellanos que fue a combatido. Copiamos esa carta a continua­ ción:

«Estando haciendo et repartimiento..... estando todo de paz..... yendo tres españotes de ¡a vitla de Comayagua a ta cibdad de Guatymata, Negando a una provincia que se dice Carguin, término de esta cibdad, diez teguas delta, satiendo de un pue­ blo, satieron tos indios a ettos en et camino y los mataron, yendo descuidados; y siendo yo avisado de etto, to más sin escándato que pude, castigué a at- gunos de ettos los más culpados, detante de otros señores de ta misma provincia; y acabado de hacer justicia, imbié tos demás señores muy contentos a sus casas, Y UN SEÑOR QUE HñBtñ StDO EN ELLO, QUE NO SE PUDO HABER, JUNTO TODA LA PROViNCIA Y ENTRARONSE EN UN PEÑOL, - 77 —

ta cosa más fuerte que hay en estas partes y me­ tieron en é[ muchos bastimentos; y ta cabsa de ha­ cerse fuerte en é) fue que cuando pasó et ñdetan tado ñtvarado por aquetta provincia (1536) se me­ tieron attí y no tes acometieron, ttevando dos mi) amigos e más; y cuando votvió Joan de Chávez te puso cerco con todo et poder que ttevaba y no te pudo entrar; e de aquí se fue et dicho Joan de Chá­ vez a Guatymata*.

*Quedaron tan favorecidos que era imposible entrartes; y tuego que supe que se habían metido en et peñol, imbié un CñPtTñM sobre ettos con to­ do to mejor prevenido que yo pude, de armas e bastimentos; pusiéronle cerco, e cada día sátían tos indios a dar guerra a tos españotes y serían siem­ pre mucho: púsose en tanto estrecho ta cosa que tuve ta necesidad de imbiar por socorro a tas villas de San Pedro y Comayagua y juntáronse hasta ochenta españotes y hubo dia de matar dos espa­ ñotes, de más de tos muchos heridos; E DURO ES­ TE CERCO SEtS MESES, donde se pararon infinitos trabajos, porque tos meses postreros de noche y de día no durmieron, dando guerra, por que estaba repartido en ocho partes et cerco. Pasaron mucha hambre por estar toda ta tierra en gran necesidad".

MISTERIOS DE QRR(Iñ$

POR

F. MEJIñ MORñLES

ñtlá en tiempos anteriores a Mr. Yerex, e) sim­ pático empresario de la TñCñ, cuando de ta avia­ ción só)o se tenía idea por [as noticias de ¡a prensa americana, me tocó hacer un viaje a la Costa Nor­ te, partiendo de )a ciudad de Gracias, ia ciudad de los mil recuerdos históricos. Era yo joven y andar cincuenta ieguas en mi cabaiio favorito, era un sport sin importancia, pudiendo agregarse que ei trabajo muscuiar estaba compensado con ei interés que ofre­ ce el trayecto, ya en et estudio geográfico, ya en et reconocimiento de ias diversas riquezas naturaies. Era precisamente en los primeros días de agos­ to en que ias iiuvias decrecen y ias arroyadas son menos frecuentes. Pasando por aito muchos deta- Hes debo decir en obsequio de ia ciaridad, que al finai de ia primera jornada en que ia tarde se pre­ sentaba piácida, con cieio muy azui y una que otra nube en ios lejanos horizontes, y después de con- tempiar desde una eminencia dei camino tas rami­ - 80 — ficaciones de tos ñndes patrios, que pretenden es­ calar tos secretos de) firmamento, poniendo rocas sobre rocas y montañas sobre montañas, emboqué a un va))e de rica vejetación regado por e) Rio Pataja que ensordece con e! rumor de sus raudates y to­ rrentes. Ya e) so) de) ocaso atargaba ias sombras, de tas encinas y poderosos carretos y una brisa muy tigera, perfumada por tas clemátides y magnotias silvestres, mecia suavemente tos ramajes computan­ do e) cuadro de )a naturateza y produciendo cierta sensación de embriaguez. De distancia en distancia se veían algunas chozas de indígenas como tributa­ rias de una casa de reguiar aspecto que asomaba su tejado por entre e) tejido de ta arboteda. ñttá dirigí mi cabalgadura y al tadrido de ¡os canes, satió una joven vestida con séncitiez no exen­ ta de elegancia y al suavisarse ta desagradabte or­ questa de aquellas fieras domesticadas, saludó con gracia y preguntó lo que se ofreciese; Perdone señorita, dije, no conozco a nadie por aqui y no sé hasta que punto sea imprudente sotici- tar de Ltd. o de sus padres atojamiento por ta no­ che que ya se nos viene encima. &ues si ta quiere pasar mat, señor, contestó sonriente, desmóntese, pase adetante, que mis pa­ dres te recibirán con agrado.

Digo esto sin fattar en una coma a ia verdad, para demostrar lo contrario de to que se cree ordi­ nariamente de que ¡as gentes de) campo son ridícu- tas y satvajes, siendo como son correctas y hospita- iarias. Pronto entramos en confianza con don Pedro Muñoz, dueño de aquetta hacienda y sus contornos en ditatada extensión, me presentó a su esposa do­ ña Jutiana Moiina y a su hija adoptiva ñna María ñbogado D. Felipa Mcjía M o rales

— 81 - de !a O, la misma con quien cambiamos ¡as prime­ ras palabras al llegar. Muy atentos todos por lo de­ más, obsequiosos y discretos* Buena servidumbre hormigueaba ganosa de probar su disciplina y ia pro­ bó durante ¡a cena compuesta de platos lugareños, pero abundantes y bien sazonados.

una pregunta mía, don Pedro me explicó que el carreto es de los árboles que más crecen en aque­ lla comarca, elevando su copa a cincuenta o sesenta metros sobre el suelo y solo se deja cortar en su ju ­ ventud que dura cerca de quinientos o seiscientos años y después se convierte en fósil. Más claro, es un Matusalén vegetal que al morir se hace piedra. También observó que en las montañas de tntibucá y de Gracias y aun en los descensos hacia los va­ lles, hay magnolias que aunque más pequeñas que tas importadas, son en cambio más aromáticas. (Jn criado llevó ta pipa de don Pedro, una doncelta tos cigarriltos de doña Jutíana y un tercer sirviente puso al alcance de mi mano una cajita de puros de Copán en que nunca he sido perito, ñna María declaró que etta no gustaba de tabacos ni asi fuesen det Dutce Hombre de Jesús; pero salpicó con chistes chapines buenos minutos. Ella habia estudiado en Guatema- ta y tenia su títuto de contabitista, mostrando a ren­ glón seguido mucha deferencia por ta gente de Gra­ cias donde tenia muchos parientes y amigos.

— Hoy que se habta de Guatemata, dice don Pedro, me acuerdo de una especie que parece capí­ tulo de novela, pero que pasó en )a realidad de nuestros limitados circuios.

—¿Cómo asi, papá Pedro? Cuente, habte, dice ñna María con mucho entusiasmo.

—¡Oh María, ya vas con tas tuyas! repone do­ na Jutíana, et señor estará muy cansado. - 82 -

— No señora, argüi, valen mucho para mí las historietas centroamericanas, mucho más que las na rraciones sobre las sombras de ñna Bolena o sobre los fantasmas del Castillo de Gutenfels. —Se ha ¡do üd. muy largo, dice don Pedro, ¡o que vcy a referirles es simple y tuvo por teatro las ciudades de Guatemala y Gracias.

Seguramente ninguno de ustedes conoció a don Pío Nájera. —¿Cómo no? repone doña Juliana, yo le cono­ cí en la ciudad de La Esperanza, hace muchos años por cierto vivía e¡ anciano en un barrio que hoy ¡la­ man de Candelaria y se entretenía en vender can­ delas y confites, siendo muy popular entre la chiqui- tería. — Puede ser ei mismo, agrega don Pedro, y aca­ bó sus días en ia ciudad de Gracias quizá buscan­ do un ambiente más tibio para su vejez, y ahora que ya no le afectan ¡os particutares que rodearon su existencia, podemos decir que fue e¡ héroe 'o por lo menos ei favorecido de un misterio. Ustedes deben saber que en el siglo pasado, bajo las som­ bras del gobierno colonial, las ciudades de Guatema­ la y de Gracias tenian muchos nexos y muchas de ¡as escenas guatemattecas tenían su resonancia en Gracias, no solo en los achaques políticos sino en ¡os accidentes de ¡a vida privada: que ya ¡os emisa­ rios de una conspiración secreta, que ya un velo cu­ briendo un betlo rostro paüdecido por circunstancias de que no quiero ocuparme, todo bajo e¡ incógnito más severo, que ya una esdava negra amamantando hermosos niños de pie) blanca, siendo extremos muy salientes que muchas familias de Gracias, des­ pués de ¡a cétebre matdición de) butero, se radicaron definitivamente en Guatemata, así como se encuen' — 83 - tran en Gracias muchas familias de origen guatemat- teco. Bien. En 1801, si no mienten tas crónicas, fue llevado a Gracias, en su cuna de recién nacido, y por un caballero enmascarado, un niño de piel blan­ ca y ojos azules, de padres absolutamente descono­ cidos, sin señal ni remota de quienes fuesen ellos. Solo se supo de ciencia cierta que venía de Guate­ mala, que su nombre era Pió y su apellido Nájera. El enmascarado, que llegó de noche, solo dijo que operaba por cuenta ajena, negando toda información, y sin duda habia cierta clave con elementos de Gra­ cias, puesto que hubo quien recibiera al niño y le diera toda protección siempre dentro de la mayor reserva. El niño se crió y educó sin que jamás le faltasen recursos, pues su aya recibía una pensión mensual con una precisión de cronómetro y en can­ tidad suficiente. El niño se convirtió en hombre, épo­ ca en que la pensión ya en cantidad doble, llegaba a sus manos sin explicación* alguna. Si él pidió ex­ plicaciones, yo no lo sé. Es lo cierto que el señor Hájera envejeció sin que nunca te faltase aquel re­ curso pecuniario. Dicen que tuvo varios hijos de to cual no estoy bien enterado, pero si de que vivió un tiempo en la ciudad de La Esperanza en . compañía de un joven graciano a quien daba esmerada educa­ ción y que llegó a ser con el tiempo el pundonoro­ so y valiente General Valenzuela; pero lo curioso es que allí en su nueva estancia, seguía al señor Náje- ra la pensión de que hablo sin que él pudiese pe­ netrar et misterio de aquel favor tan apartado de to corriente. Quienes le entregaban el dinero nada sabían.

— Eso es sin duda raro, dijo ñna Marta, pero propio de aquet tiempo tan dado at romanticismo.

— ¿Qué quieres? agregó don Pedro, entonces todo estaba envuelto en las tiniebtas cotoniates, era - 84 -

[q edad media de América, y no seria aventurado pensar que ios hombres y mujeres de aquet tiem­ po se divertían con ios misterios. De mi parte escuché con mucho interés aque! retato, asi como otros de su especie a que atudió A- na María, por habertos oído en Guatemata, inctuso —et de Mariano Gátvez de quien dijo un ditecto congresat: "QUtEN EN SU NACtMtENTO FUE UN EXPOStTO Y EN SU VtDA UN DESTERRADO, HIZO MUY BIEN EN NEGAR SUS RESTOS A GUATEMA­ LA". A tos bostezos de doña Jutiana hube de reti­ rarme a mi cuarto y otro dia bajo tos amabtes rayos de un sot naciente, me despedí de aquettos nuevos y generosos amigos. GRñQñS, MHDRE QUERIDH

POR

VKTOR M. (ñ(ERE$ L.

Madre ciudad, dormida entre abruptas monta­ ñas y rodeada por dos rios que en e) plácido arrullo de sus linfas, prolongan tu sueño con su argentada sinfonía.... 'Madre ciudad, épica ciudad de! pasado glorioso, de los grandes acontecimientos legendarios y de la más noble alcurnia: madre ciudad antañosa y sober­ bia, sublime y excelsa.... En las tardes tranquilas, cuando el sol se tra­ monta desfalleciente y rendido tras el alto picacho de "El Celaque", es mi deleite ascender soñando las faldas de tu amado "San Cristóbal", ese tu fie! hijo, que, enhiesto hacia tos cietos, encierra tu pasado en sus entrañas y desafía a! futuro con su friatdad de esfinge.... — 86 —

En esos instantes mi a!ma se remonta a ¡os tiempos pasados, a los tiempos idos, a ios tiempos que tan só¡o ve ia fantasía.

Yo te contemplo, mi alma está en el seno de tu Audiencia, admirando los severos jueces, de ros­ tros venerables, cubiertos de solemnes arrugas, mien­ tras imparten justicia en nombre de su Dios y de su Rey; mi alma penetra a tus iglesias suntuosas, donde, entre músicas plañideras de órganos y armo­ nios, se percibe la cascada interminable de los ser mones eruditos o el canto melancólico de las mon­ jas ojerosas, que lamentan amores idos y espinas a- dentradas en e¡ fondo sensible de sus almas....

Es larga la ensoñación: mi alma pasea por tus calles, admira tus hermosos edificios, tus viriles poe­ mas de cal y canto que se yerguen hacia lo alto, proclamando las grandezas de Castilla.

Después....cuando la evocación llega a los con­ fines más excelsos de tu gtoria, te veo caer, te veo sumirte en ¡os sombras, ir desapareciendo, esfumán­ dote como un sueño de hadas, mientras mi alma se siente herida, doliente, casi muerta....

Entonces habla la realidad, te veo pobre, triste, meláncóüca, diciéndonos tan sólo la grandeza que encerrabas en tu seno, los múltiples episodios de tu historia y los plácidos idilios de las jóvenes pudoro­ sas con ios galanes españoles, bajo !a sombra bené­ fica de tus aleros tibios....

Siento que una gran tristeza se posesiona de mi espiritu, deseo arrancar al porvenir et secreto im­ penetrable que te tiene reservado, y pobre e impo­ tente, tan sólo dirijo mis miradas de desatiento por - 87 —

E)as cumbres enhiestas que guardan secretos de miel, ^ las calles desiertas que conservan las huellas de tos audaces españoles, ai viejo cementerio que guar­ da tos restos de apergaminados personajes y a tu hijo fiel, et altivo "San Cristóbal", que con sus mu­ dos cañones y erguido hacia tos cielos, encierra tu pasado en sus entrañas y es como una interrogación al infinito....

IRREHCIOMES Y HhECDOTRS POR

PLVRRO PEREZ ESTRRDB

UNA TRADICION

En las postrimerías de ta dominación española en Honduras, o sea en !os últimos años det siglo XVttI, ejercía et cargo de Subdetegado, en la ciudad de Gracias, D. Migue) Machado, casado con Da. Fe­ lipa Córdoba. D. Migue) Machado, después de gobernar por algún tiempo, tuvo que reatizar un viaje a la ciudad de Comayagua, capitat, entonces, de esta Provincia españota, para defenderse de varios cargos que se le hacian, retacionados con )a mata inversión de te­ soros pertenecientes a la Corona, en el juicio que se formó contra ét y e) Gobernador de la Provincia, D. ñgustin Pérez Quijano; pero el juez de residencia, encargado de seguir ese proceso, faUó declarando absueitos a) Gobernador y at Subdetegado Machado. ñntes de conctuirse et juicio, D. Miguel Macha­ do enfermó de gravedad en Comayagua e hizo avi­ - 90 - sar et mat estado de su satud a su esposa Da. Fetipa, que at recibir tates noticias resolvió irse a Comayagua. La esposa det Subdetegado, antes de salir para aquetta ciudad, hizo que un esctavo de su esposo cavara en et jardín de ta casa que ocupaban en Gra­ cias, una fosa profunda y te mandó depositar en el fondo de ta sima, et dinero que poseía, su vajilla de ptata y sus joyas, y después de hecho ésto, empren­ dió et viaje para Comayagua.

Después de algunos dias de marcha Itegó a aquetta ciudad; pero ya D. Miguel Machado había sanado de su enfermedad y también habia sido ab- suetto por et juez encargado de residenciado, por lo cual, ambos esposos regresaron a Gracias y D. Mi­ guet continuó ejerciendo su cargo de Subdetegado por varios anos.

Cuando et Presidente D. Matías de Gátvez or­ ganizó la expedición para exputsar a tos ingleses que se habían posesionado de varios tugares de ta Costa Norte de ta Provincia de Comayagua, D. Miguet Ma­ chado, con tropas que organizó en ta ciudad de Gracias, tomó participación en esa campaña, vinien­ do entre tas fuerzas gracianas, como oficiales, D. José de Battesteros y Navas y D. José ñntonio Mitta, que atgunos años después fueron Subdelegados en aque- Ha ciudad. (Jna vez togrado et objetivo det Presiden­ te Gálvez, cuando tos ingleses fueron arrojados de la Costa, D. Migue) Machado y tas milicias de Gracias, que habían combatido vatientemente por et Rey, re­ gresaron a Gracias y D. Miguel continuó ejerciendo el cargo de Subdelegado hasta que supo que se le seguiría otro juicio de residencia, por ser acusado de abusos cometidos en el ejercicio de) empleo que desempeñaba, y murió repentinamente. D. Jeremías Cisneros obtuvo datos que comprobaron que D. Mi­ gue] Machado no murió en Gracias, sino que que se — 91 - fingió su muerte y e) Subdelegado, temiendo e) nuevo proceso, se fugó para Jamaica, donde murió poco tiempo después. ñt morir o escaparse de Gracias, D. Migue! Ma­ chado, dejó como Subdetegado a su ahijado D. Mi­ gue) ñtanasio Pineda.

Et tesoro que enterrara Da. Fetipa, no fue sa­ cado ni por etta ni por su esposo D. Miguel. Da. Fetipa murió en Gracias, atgunos años después, bas­ tante pobre, ttevándose a ta tumba et secreto de! tesoro que hizo enterrar en et jardín de !a casa en que vivió, secreto que se hubiera perdido, sino fuera porque et esctavo que ejecutó et trabajo, to reveió, muchos años después y poco antes de morir, at sa­ cerdote con quien se confesó, un padre de apeltído Donaire, en un puebtecitto de) hoy departamento de Copán.

La casa en que vivieron tos Subdetegados en Gracias, vino a ser propiedad, después de )a tnde- pendencia, de )a heredera det Subdetegado D. Miguel ñtanasio Pineda, Da. Trinidad Pineda de Marín, mi bisabueta, que en 1864 vendió )a casa y una porción de) sotar at Generat D. José María Medina y ta otra porción det sotar que era ta que ocupaba et jardín, a D. Jutián Hernández; pero et tosoro que ta esposa det Subdetegado D. Miguet Machado enterró en et jardín, no ha sido hattado todavía.

Hay en ta región Occidentat det país, ta creen­ cia poputar de que tos tesoros escondidos bajo tie­ rra producen una tuz, que sirve de guía a tos busca­ dores de tates tesoros, y, aunque ta tuz ha revetado ta existencia de varios tesoros que han sido hattados por personas muy conocidas en ta ciudad de Gra­ cias, et tesoro de ta esposa det Subdetegado no se encuentra entre tos que se han descubierto. - 92 —

Hace algunos años que conversé con mi buen amigo D. Juüán Hernández Otero, muerto después en una de !aa guerras fratricidas que afiigen periódi­ camente a) país, acerca de !a existencia de ese teso­ ro que debe hattarse en et jardín de ta casa de Da. Trinidad Pineda de Marín, que fue la porción que D. Julián Hernández compró. Hernández Otero, su heredero, conocía esa tradición, pero creía que ese tesoro se hatta en e) tugar que ocupa una media agua, como dicen en Gracias, que su padre D. Ju ­ lián Hernández hizo construir en et jardín. E) azar pondrá atgún día ese tesoro ante tos asombrados ojos de atgún afortunado graciano.

Una pné^dota de! Rka!de de (otohete

Et famoso Bambita, bien conocido por sus mu­ chas fechorías, dispuso aumentar su radio de ac­ ción, viniendo a hacer una visita a ta ciudad de Gra­ das a Dios, que ofrecía un nuevo aticiente a su vi­ da aventurera.

ñt efecto, se trastadó a Honduras, acompaña­ do de un camarada apettidado Matdonado y de tos hombres de su banda que te ofrecían mayor con­ fianza, por su vator o por los hechos que habían realizado antes.

ün dia Bambita, Matdonado y tos mathechores de su famosa banda, Hegaron al puebtecitto de Co- lohete y mandaron ttamar at ñlcatde para que inme diatamente se presentara ante tos jefes. — 93 -

Cuando et ñlcalde estuvo en presencia de Bam­ bita, éste te dijo que iban para Gracias y que ha­ bían dispuesto dormir aquetta noche en Colohece: que tes abriera inmediatamente ta puerta det cabil­ do, donde habrían de pasar la noche y que, ade­ más, mandara preparar qué comer para él y para tos que le acompañaban. Et ñlcalde, con toda aten­ ción, le contestó que se cumplirian sus deseos y co­ menzó, al momento, a dar los pasos necesarios pa­ ra elto; pero como et ñtcatde era un hombre de ca rácter ategre, tuego hizo amistad con Bambita, y és­ te le comunicó tos proyectos de saqueo, que íes lle­ vaban a Gracias. Et ñtcalde se despidió de Bambita, después de haber observado cuidadosamente a los hombres de ta banda, deseándoles a todos buena noche, y con ta mayor ditigencia y con todo sigilo fue a despertar a tos habitantes del pueblo, dándotes cita, a los hom­ bres, para la media noche, en su casa de habita­ ción. ñ ta hora señatada habían Itegado como 50 hombres a ta casa det ñlcalde, que durante et tiem­ po transcurrido habia hecho vigitar a tos expedicio­ narios y que, por lo tanto, sabía que se hallaban durmiendo, a puerta cerrada, en et cabildo. Et ñl- catde ordenó a varios de sus hombres que Itevaran haces de paja y tos amontonaran en tas cuatro es­ quinas det edificio det cabítdo y también frente a ta puerta, que, deberían antes, asegurar con ttave; y que cinco hombres llevaran antorchas. Cuando se cumptieron estas órdenes, el ñtcalde, acompañado de tos vecinos se dirigió at edificio det cabildo, que era de horcones, y colocáronse frente a la puerta y ta ventana, menos los de las antorchas que se situa­ ron frente a los montones de paja. El ñtcatde Hamo a Bambita desde la ventana y te dijo que tenia a tos hombres del pueblo rodean­ do el edificio; que si obedecían sin repticar, las ór­ — 94 —

denes que iba a dartes, que, entonces, no ¡es harían ningún daño; pero que si se resistían, prenderían fuego a ¡os montones de paja y tendrían un espan­ toso fin: Bambita no tuvo más recurso que aceptar tas condiciones impuestas, que fueron: arrojar por ta ventana todas sus armas. Comenzaban a caer tas armas que arrojaban ios malhechores, y como et ñtcatde ¡os había ob­ servado anteriormente, sabía cuantas eran las armas de tos que componían ta banda, éstos no pudieron ocuttar ninguna. Cuando todas tas armas fueron re­ cogidas por tos vecinos, et ñtcatde ordenó a Bambi­ ta que sattaran uno a uno por !a ventana, y así to hicieron: a cada uno de tos que iban saliendo, to amarraban por los brazos, y formaron dos grupos con tos prisioneros. El ñtcatde tes dirigió una corta atocución, manifestándotes que por tas intenciones que ttevaban para ta ciudad de Gracias, eran mere­ cedores de un castigo ejemptar; pero que por haber- tes prometido no hacertes daño, cumptíría su pata- bra y que, únicamente, tos ttevaría prisioneros hasta ta frontera de Guatemata. El ñtcatde cumptió su pa- iabra: Bambita, Maldonado y sus hombres fueron conducidos hasta ta frontera de Gracias y Guatema­ ta, y atlí se tes dió tibertad, regresando a Cotohete et ñtcatde y los vecinos que te habian acompañado para exputsar aquettos huéspedes indeseabtes. Bam­ bita y su gente, después de este fracaso, no votvíeron a intentar otra excursión a Gracias, pues et ñtcatde de Cotohete tes dió una tección, que, de seguro, no otvidaron por et resto de su vida. - 95 —

La Locura de! Qenera! D. Betisario Vi!!e!a

Anécdota

Et Genera) D. Domingo Vázquez ejerció !a Pre­ sidencia de Honduras durante uno de )os periodos más diíicites o quizá el más difici) porque ha atrave­ sado la Repubtica. Fue en un tiempo de agitación política y de revueita, !a más tenaz y la más prolon­ gada que ha sufrido e! país en ¡os úítimos años de! Siglo pasado. El Doctor D. Policarpo Boniüa tievaba ya muchos años de tuchar, por medio de las armas, para derrocar a tos gobiernos de tos señores Leiva y ñgüero; y et Genera] Vázquez se hizo cargo de la Presidencia en días verdaderamente aciagos.

Durante ese tiempo, et graciano, General D. Be- üsario Vittela ejercía et cargo de Comandante militar de) puerto de ñmapata. Era ei Genera) Viüeta un hombre de carácter vioiento y de viotentas resolucio­ nes que no se parecía en ésto con et otro Genera! Vit!e!a, D. ñlfonso, que era un mititar muy vatiente, juicioso y uno de tos jefes en quien tenía deposita­ da su confianza et Presidente Vázquez, por su teal- tad y por su vator.

E! Genera) D. Betísario Vi)!eta recibió noticias de que en un vapor norteamericano que tocaría en e! puerto de ñmapala, viajaban varios emigrados hon- dureños, enemigos det Gobierno det Genera! Váz­ quez y amigos de! jefe de !a revo!ución que en aque- líos días combatía a! Presidente de Honduras, Gene- - 96 — rat Vázquez, Doctor D. Poticarpo Bonilla, a cuyas fi­ las marchaban a unirse esos emigrados, debiendo pe­ netrar por Nicaragua para lograr su objetivo. Cuando el vapor ftegó frente a ñmapata y fon­ deó en un tugar bastante tejano det puerto, porque en ñmapata, ta bahía es poco profunda y tos barcos no pueden acercarse mucho a !a ista, teniendo for­ zosamente que fondear bastante tejos, como en va­ rios de tos puertos de) Pacifico de Et Satvador, Gua­ temala y México, et Comandante de) puerto General Vilteta mandó un emisario para exigir det capitán det vapor ta entrega de los emigrados potíticos que viajaban en ese barco. Et capitán, como era natura), se negó a satisfacer tos deseos det Co­ mandante det puerto, y, entonces, éste, dió orden a), fuerte det Vijia que bombardeara et vapor, orden que se cumptió disparándose varios cañonazos con­ tra el buque. En aquetta época, Estados Unidos, sotamente tenia un representante diptomático para todas tas Re- púbtícas de !a ñmérica Centra), que residía en ta ciudad de Guatemata. Cuando ese diptomático tu­ vo noticia de ta fechoría de Vitteta, se trastadó con brevedad at puerto de La Unión, de Et Salvador, y, desde attí, hizo sus reclamaciones al Gobierno de Honduras, por et bombardeo a un barco mercante de su pais; pero ya el Presidente Vázquez, que ha­ bía recibido una información de lo que había hecho Vittela, te había ordenado a éste que se presentase inmediatamente en ta capitat a dar explicaciones con retación a aquetta agresión a un barco de una Na­ ción amiga. Vitteta, en cumptimiento de ta orden det Presidente Vázquez se vino inmediatamente para ta capitat, y, at ttegar, atguien te dijo que e) Presiden­ te Vázquez estaba muy disgustado con ét por ta gra­ ve responsabitidad que había traído a) pais su pro ceder injustificabte; que para catmar e) disgusto de! — 97 -

Presidente, to más conveniente sería que se fingiese, por unos pocos días, atacado de un acceso de tocura viotento. ViHeta aceptó ese expediente y at momento se revotvió et pelo con tas manos, y con extraños gestos y pronunciando palabras extravagantes, dió muestras de estar verdaderamente toco, a tal grado, que at satír a la catle y antes de presentarse at Presidente, ta autoridad io hizo rectuir en et cuartet de San Francisco, circutando rápidamente por ta capitat ta noticia de aquel súbito ataque de tocura que sufría et Genera) ViHeta, Comandante det puerto de ñmapata.

Cuando el ministro norteamericano envió su reclamación al Gobierno del General Vázquez, éste dió las explicaciones det caso, informando que aquelta agresión habia sido ordenada por e) Genera) ViHeta, que era víctima de un acceso de tocura, y, que, por ese motivo, estaba rectuido en et cuartet de San Francisco, de ta capitat. Et ministro aceptó estas expticaciones y así terminó este incidente que fue arregtado por et ingenioso medio que su amigo aconsejó at Genera) ViHeta, para que satiera de su difi- cit situación, cuando se presentara a) Genera) Vázquez.

¡illl!llllllllllltlt!llll]l)l!!l!ltlltl)l!)l!llí)tl]¡[l¡m)l!)!!tl)llt!)t)tlttl))l<)l

R LH O U M D DE QRHQHS

POR

P. (EMTEHO

Yo también tengo un tributo de simpatía y gra­ titud que ofrecer a ta ciudad de Gracias, con motivo det Cuarto Centenario de su fundación; por eso he aceptado agradecido esta generosa oportunidad ga- tantemente ofrecida por mis distinguidos y admirados amigos, tos hermanos Pérez Estrada, hijos devotos de aqueita ciudad y los primeros y quizá únicos en ttevarte su oferta espiritua), en conmemoración de! histórico acontecimiento.

En Honduras ninguna ciudad tiene un proceso histórico tan accidentado como Gracias; etta sota re­ sume capítutos enteros de ta Historia Patria; en ese departamento están escritas tas páginas más gtorio- sas de! periodo de !a conquista y cotonización, aque- Has que integran de manera tuminosa no sotamente e! Libro Nacional, sino ta Historia det Continente. Et soto gesto de Lempira, no superado por ninguno de tds Caciques de esta ñmérica rebetde, la posesión det sitio sagrado en donde la autonomía indígena tevantó sus trincheras invencibtes, det attar - 100 —

en donde se operó, en las venas de todas las gene­ raciones, la transfusión de ta sangre, ¡ibre y heroica, det viejo León autóctono, ta que había de abonar eternamente et árbot inmarcesibte de nuestra tiber- tad, son ejecutorias indiscutibtes para ocupar pues­ tos de vanguardia en las trayectorias de la vida na­ cional. Fue attí donde el arrojo de tos capitanes na­ tivos superó al arrojo de los capitanes peninsutares. Más noble, más grande y más hidalgo que el btan- co conquistador fue et "Señor de tas Sierras" ¡Padre Nuestro que estás en el cieio de nuestra Historia! Rparte de tanta grandeza, corresponde a la ciu­ dad de Gracias et mérito de haber sido en Hondu­ ras ta primera sede de ta ñudiencia de los Confines que proctamara la tibertad de tos indios; ta ciudad a donde Hegara en demandas tibertarias et recorda­ do Obispo de Chiapas, Fray Bartotoméde las Casas, amoroso y magnifico Protector de la raza indigena y de la fé cristiana; a elta tlegó también, en misión espirituat, et querido y nunca otvidado Misionero Manuel de Jesús Subirana, apóstotes ambos inmor- tatizados en el corazón de tos hondureños por sus bienhechores ministerios de amor, de paz y de man­ sedumbre. Lempira, Las Casas y Subirana son tres nom­ bres gtoriosos que tos compatriotas de Gracias de­ ben recordar con admiración y gratitud, con orgutto y con cariño como etementos que fueron de ta pro­ pia casa; nombres que se ituminan de grandeza a travez de cuatro sígtos. Nosotros, que a falta de ser gracianos somos muy hondureños, ya nos hemos de- ctarado muy solidarios con ettos en estos nobtes y justos sentimientos, iniciando actos conmemorativos en honor a estos héroes y benefactores. Con ocasión det Cuarto Centenario de ta fundación de ta ciudad de Gracias, declaramos con orgutto especia! y sin tendencias exhibitorias, que fué nuestra ¡a iniciativa — 101 — de hacer perfilar en el lienzo por la vez primera, ta silueta de nuestro rebelde Cacique, creando, por de­ cirlo así, la imagen admirada de nuestro Héroe [Ra­ ciona!; y en Salones de Honor de Centros de Ense­ ñanza de la capital de Honduras, colocamos reve­ rentes, impulsados por sentimientos de gratitud y admiración, las fotografías del Padre de Las Casas y det Misionero Manuel de Jesús Subirana, lamentan­ do haber tomado por este último al Obispo Fray Juan de Jesús Zepeda, error que aun no ha sido rectificado por la imposibilidad de encontrar en Hon­ duras o en la Madre Patria una fotografía auténtica del venerado Sacerdote. Estos actos de pequeña apariencia pero de gran significación cívíca en !a cultura de nuestro pueblo, tuvieron particular resónancia en el corazón de los gracianos por sus conexiones históricas especiales; asi lo manifestaba un compatriota de aquella ciu­ dad en 1932 para justificar la inauguracióa de una escuela primaria en un hermoso edificio municipal que ¡leva et nombre det autor de estas tíneas, ho ñor que nos enorgultece y que mucho agradecemos. ñbundosos en aspiracionos ciudadanas, deseá­ ramos para la ciudad de Gracias en el Cuarto Cen­ tenario de su Fundación, dos mármoles blancos e impecabtes para inmortatizar a tos ñpóstotes Las Casas y Subirana que derramaron sus bendiciones sobre la histórica ciudad y un bronce, soberbio y olímpico de Lempira, sobre el peñón legendario, pa­ ra ofrecer a tos siglos y a la devoción de todas las generaciones, el altar magestuoso en donde nuestros lejanos y heroicos antecesores oficiaron las misas so- temnes de la tibertad.

}lí!¡[))^"'))))!^)'''<)IIIMHIIII¡¡¡llll!¡¡'llll¡¡Hltlll¡!:!llll!N¡l]l!l!!ll)[l!¡llll!ll!lll)]l!MIIII))i!l¡lfll¡!lll]!l!!ll)l!)!l))]l)))H)))))ítl[)

RELñTOS FRHTHSTKOS POR

TiTO PEREZ ESTRUDR

Las viejas ciudades de cierta importancia his­ tórica cuentan entre sus curiosidades algunas casas de fantasmas; se convive con éstos, se conocen sus nombres y pudiéramos decir, que hasta sus costum­ bres. Para las personas de nervios bien tempiados que gustan de los retatos sobrenaturates, tienen es­ tos extraordinarios seres de uttratumba un atractivo imponderabte, pues despiertan en ettas sensaciones de una originatidad que pocos han tenido ta suerte y et vator de experimentar. Creo, que si acaso hubiera algo de verdad en tas apariciones macabras, serían éstas más úti- tes que los tratados de morat y tos más etocuentes sermones para guiarnos por ta senda det bien y pa­ ra convencernos de ta supervivencia det atma. Quedamos, pues, en que tos fantasmas serian inestimabtes reformadores de nuestra vida espirituat y que, en vez de temertes, debiéramos desear su provechosa amistad y compañía. - 104 -

Nuestra vieja ciudad de Gracias tiene e! privile­ gio de contar con un interesante surtido de !os apre­ ciabas sujetos de que venimos tratando. El fantasma anónimo de la igíesia de La Merced

Uno de tos tugares que más respetuoso temor inspira a tos habitantes de ta ciudad y sus contornos, es la catte del costado orienta) de la iglesia de La Merced que separaba ésta de) convento del mismo nombre, ya desaparecido. Por esa calle, una noche muy obscura, transitaba el a!egre juerguista que res- pondia al nombre, o mejor dicho, al apodo de Félix Bacho; probablemente venia de rendir culto a Baco y quien sabe a cuantos dioses más det festivo Panteón pagano. Verdaderamente, fué una imprudencia, des­ pués de sus borrascosas actividades, pasar por tan sagrado como terrífico tugar. Cuando se acercaba a ta puerta de la sacristía advirtió un livido resplandor que, sin ¡luminar los contornos de la puerta, dejaba vislumbrar una persona sentada en las gradas; se cubría con un targo manto negro de !a cabeza a tos pies y, a pesar de la amplitud de su vestimenta, se adivinaba en ella una delgadez inverosímit. Félix ofuscado todavía por el efecto de las libaciones, se acercó a) extraño ser que, inmóvil, parecía sumido en profundas reflexiones y tomándoto por una amiga que tenia, Mamada Higinia, dió un tirón al manto con que se envolvía el lúgubre trasnochador para con­ vencerse y descubrió con indecible espanto la marfi­ leña faz de una calavera de cuencas fosforecentes y sonrisa enloquecedora por su sarcástica fiereza. La magnitud de su terror te quitó sus faculta­ des de locomoción y vio esfumarse al fantástico personaje a través de ta puerta cerrada de ta sacristía, y como si viniera de muy tejos oyó una - 105 - voz de timbre broncíneo que )e dijo: «Matas son tus andanzas, Félixx.

Da. FeHpa Córdoba, esposa del Sub­ delegado D. Migue! Machado

Las actividades de este fantasma femenino no son ¡as de los aparecidos corrientes. Solo se presen­ ta cuando se aproxima la muerte de alguno de los que habitan ¡a antigua casa que fue de su pertenen­ cia. El destinado a dejar su envoltura terrena le ve cruzar vestido de negro (<^osa contraria a los regla­ mentos fantasmates que han decretado el traje btan- co como uniforme oficial) y cuando llega frente a él te dirige una triste mirada que da ¡a certidumbre al que la recibe de ser ésta una invitación, o mejor di­ cho, una orden de abandonar este mundo mezquino. En seguida se desüza sin ruido, como si ftotara en el aire, hasta perderse en las sombras de uno de los salones adyacentes. El Padre Lazo El caminante solitario que viaja de noche por el camino que conduce de Gracias al puebto de Be­ lén, tiene muchas probabitidades, si su recorrido no termina antes de ¡as doce, de tener el encuentro nada agradable de un reverendo ministro del Señor, de barba magestuosa, palidez ascética y hábitos som­ bríos que ciñe con una cuerda. Su aspecto es vene- rabte, pero resulta algunas veces terrible, como se verá más adelante, ñ pocos kilómetros a la vera de! camino de que hemos habtado se encuentra El Con- dadillo, finca probabiemente denominada así por al­ guno de sus propietarios det tiempo cotonía! con pre­ tensiones de nobteza. El dueño de esa propiedad, a — 106 —

fines dei sig!o pasado, tenia un criado Mamado Ma­ nuel, hombre de una religiosidad exagerada y mal entendida que martirizaba a dos sobrinitos que con­ vivían con él obligándolos a recitar resos intermina­ bles. Una noche en que su devoción había llegado a su máximun de fervor y para sus pequeños sobri­ nos a su máximun de terror porque los estimula­ ba a seguir en sus oraciones (a pesar de lo avanza­ do de la hora, pues eran las doce) con coscorrones y pellizcos. El patrón dió al devoto sujeto una fuer­ te reprimenda: indignado éste replicóle que puesto que no se le permitía educar a sus sobrinos como buenos cristianos, abandonaba su empleo y salió dando un portazo. No habían transcurrido tres minu­ tos cuando se oyó una desaforada carrera y e) ruido de una puerta que se cerraba con estruendo, que­ dando después todo en silencio. ñt siguiente dia, al ser interrogado sobre lo que te aconteciera refirió que al salir de la puerta de la finca encontró a un sacerdote con hábito monacal que, al parecer, lo estaba esperando porque lo llamó por su nombre, que ésto causóle tal espanto que hi zo a un lado su resentimiento y volvió a ta casa con una rapidez que hubiera envidiado el mejor campeón de carrera. Et señor S. ñmaya, hombre despreocupado y vatiente, caminaba a¡ paso lento de su muía con destino at pueblo de Belén, de donde era originario. La brisa fresca de la media noche hacia más grato su paseo. De vez en cuando entre et ramaje de los árbotes y la maleza que bordean el camino se oían ruidos misteriosos que simulaban suspiros, lamentos o cuchicheos, pero ét seguía impávido su marcha; atribuía todos esos murmullos a las travesuras del viento, que siempre juega esas malas pasadas a tos caminantes nocturnos. Sin embargo, no dejó de a¡- terarse ligeramente cuando al dirigir su mirada a lo - TO? —

[argo de ¡a carretera vió venir, con paso mesurado, a un monje de nobie apariencia ai que, ¡os platea­ dos rayos de ¡a ¡una daban un aspecto ultraterres­ tre. ñ) momento comprendió que e¡ personaje que tenia enfrente era un ser tibre de su envoltura car- na¡. Cuando su mirada pudo distinguir bien a¡ difun­ to peregrino vió con extrañeza que ¡as facciones de éste se contraian como si estuviera poseído de algún angustioso pesar. Detúvose e) fraile y con voz adolo­ rida rogó ai viajero que ¡o escuchara. Díjote: Estoy cansado de mi peregrinación incesante; no puedo af- canzar el reposo a que tienen derecho los que han traspasado los umbrales de ¡a eternidad; tened com­ pasión de mí y ayudadme. Mis penas provienen de haber enterrado un tesoro perteneciente a ¡a ¡glesia de Tegucigalpa al salir a un viaje del que nunca re­ gresé. En ¡a vecina ciudad terminé mi jornada terre­ na. Después diole las instrucciones para la busca del tesoro y por úttimo hizole la siguiente recomenda­ ción: Una de ¡as condiciones que debe poseer e¡ que me libre de mi doloroso castigo es e¡ estar exento de curiosidad. Nunca encontrarás e) tesoro si no cum- p)es ei ruego siguiente que te hago: sigue tu cami­ no sin votver ¡a mirada hacia donde yo voy, porque de ¡o contrario, te arrepentirás. Esta prohibición des­ pertó una imprudente curiosidad en e¡ viajero: voivió la vista en dirección al camino que e! fantasma se­ guía, y ¡a macabra visión que contempló ¡o dejó pa- ratizado de terror. E) rostro del fraile tomó un as­ pecto cadavérico horripitante, y su mirada reftejó una tristeza tan infinitamente dolorosa que quedó para siempre grabada en la imaginación det desdichado caminante que nunca votvió a sonreír, porque se lo impedia e¡ recuerdo de ¡os ojos de mirar angustioso det fraite que lo obsesionaron para siempre. - 108 -

impresiones de una (iudad Místka

Las ciudades, como !as personas, tienen un ca­ rácter que forma e) ambiente que en eflas predomi­ na, y, en confirmación de esto conocemos ciudades alegres, tristes o místicas, estando tas ideas de sus habitantes acordes a) medio en que eltos han vivido.

Gracias, ciudad histórica de quietud conventuat y de cristianas tradiciones, nos induce a rememorar tas épocas pasadas que tan gratas son a tos espíri­ tus que se han desenvuetto bajo tas inftuencias de costumbres e ideas ancestrates Menas de un misticis­ mo fervoroso, y nuestra imaginación se trastada a tos tiempos det mayor esptendor de la vieja capital Centroamericana, dándoles nueva vida y animación. Gracias, pues, soto vive en su pasado, porque, recli­ nada entre sus pinares que la embalsaman de perfu­ mes agrestes, está sumida en un pesado sueño de centurias. Quiera Dios que tenga un despertar glo­ rioso en desquite de tan largo sopor.

La serena magestad de su silencio, no turbada por el trepidar de las actividades det progreso, nos indina a ta vida contemptativa.

Es una verde Tebaida llena de esplendores na­ turales y de perfumes, pero perfumes que nos re­ cuerdan el incienso. Ciudad de paz y sosiego. (Jn Patmos para los que viven fuera de si mismos.

Ciudad para et pensamiento, para ta oración, en fin, para et Nirvana. En etla todo es sedante y tranquilo.

En los ámbitos de su horizonte de turquesa y nácar et btando susurro deí viento en el foltaje es — 109 — semejante a¡ suave murmullo en el que Elias pre­ sentía ia [legada de ñdonay.

En sus frescos atardeceres, cuando nuestra mi­ rada se complace en el contraste de colores de sus crepúsculos y nos impresiona con sus acordes selvá­ ticos la música eótica de sus pinares, nos sentimos fejos de ios hombres y cerca de Dios.

Gracias, ciudad muerta, ciudad de fantasmas, es sin embargo, bella, porque la naturaleza enmarcó, sus ruinas entre altas montañas y extensas planicies, en las que brilla un césped esmeraldino como una inimitable alfombra que contrasta con !a obscura ve- jetaclón de sus selvas y sus azules lejanías.

Es grato descansar el espíritu en tas visiones de! pasado; el presente es duro: Por eso amo los vie­ jos relatos de ta ciudad donde nací, que tan llena escá de recuerdos y de sensaciones de quietud.

BOSQUEJO BiOGRRFKO DEL QRHL. JO SE HMTONIO MtLLñ

POR

LEOPOLDO KQU!LRR O.

Explicación previa

Hace años tengo el propósito de escribir bio­ grafías completas de algunos personajes hondureños del siglo XIX, como los Generales Trinidad Cabañas, José ñntonio Milla, José ñntonio Ruíz, D. León ñt- varado, etc. La lucha incesante por ta vida no me ha permitido obtener todos tos datos necesarios, re sidiendo tejos de ta ciudad capital donde existe e! archivo nacional.

Para este tibro que con tanta diligencia como patriotismo han preparado tos estimables ciudadanos D. ñlvaro y D. Tito Pérez Estrada, he escrito el bos­ quejo biográfico que va a continuación, esperando que el Gran Arquitecto del Universo ha de conce­ derme tiempo y fuerzas para realizar el trabajo de tas biografías completas. — 112 -

1 La estirpe

Los ascendientes det General José ñntonio Miüa vinieron de España a principios de! siglo XVI!, siendo personas de distinción, tuchadores honrados. No me es posibte por e! momento formar un árbo! genealógico completo. En !as páginas fragmentarias de nuestra Historia se encuentran tos nombres det padre y tios de! Genera! Miüa, asi: SñRGENTO Mñ- YOR JOSE ñNTONIO MILLñ: Subdelegado de) parti­ do de Gracias por !os años de 1790 y héroe, al tado det Genera! Matías de Gá!vez, en !a campaña patrióti­ ca para arrojar a !os ingteses que se habían apode­ rado de las íslas de la Bahia, de La Criba y de otros lugares de nuestro territorio, habiendo sido premiado con et grado de Corone); L!CENC!ñDO JOSE SñN- TiñGO M)LLñ: Diputado a )as Cortes de España por )a provincia de Honduras allá por tos años de 1813, procer de !a Independencia después, miembro de! triunvirato que desempeñó et Poder Ejecutivo de la Repúbtica de Centroaméríca, antes de ser etegido e! primer presidente federa!, Juez de Hacienda durante et gobierno federa!, diputado a !a !egislatura de Et Sa!vador cuando el Dr. Juan Lindo ejerció ta presi­ dencia de aque! Estado, Magistrado de !a Corte de Justicia de Guatemata después; murió en 1852, a los 71 años de edad; CORONEL JUSTO M!LLñ: fue etegido Vicejefe de Honduras en 1824 y después nombrado Jefe de! Bataüón Federa! No. 2, a !a ca­ beza de) cua! invadió este país, cumpliendo órdenes det Presidente ñrce, para derrocar a! Jefe de) Estado don Dionisio de Herrera (don Justo fue e! padre de! gran üterato José Müta y Vidaurre); L!CENC!ñDO JUñN ESTEBñN MiLLñ: Diputado por Gracias a ta ñsambfea Constituyente centroamericana que se reu­ nió en Guatemala en 1823, desempeñó años mástar- Genera! D. José Hntonío Mlüa

- 113 — de et cargo de Secretario Privado det Presidente de ia Federación, Generat Morazán, habiendo muerto ase­ sinado en et tugar ttamado Guapinot det Estado de Guatemata, en 1838, cuando marchaba, at tado de su jefe y amigo, con quien tenia gran parecido fisi- co, habiendo sido apostado et asesino de orden de Rafaet Carrera para uttimar a Morazán; y DON FRñN- CtSCO MiLLñ: miembro det Consejo Representativo (Senado) en 1832, habiendo ejercido et poder por de­ pósito que te hizo et Coronet José ñntonio Márquez pocos días antes de morir; et señor Mitta con ardo­ roso patriotismo continuó la campaña contra los fac­ ciosos y reaccionarios Vicente Domínguez y Ramón Guzmán, quienes pagaron en et patibuto et delito de haber enarbotado ta bandera española en Omoa.

Don José ñntonio Mitta, padre det personaje de este bosquejo, fue casado dos veces: ta primera con Doña Feticiana ñrriaga, hermana det Licenciado Pe­ dro Notasco ñrriaga, presidente de !a primera ñsam- btea Constituyente de Honduras, de cuyo matrimonio nacieron Guadatupe, Lorenzo, Zoraida y Santiago. Zoraida hizo profesión retigiosa y murió como mon­ ja en un convento de Guatemata; ta segunda con Doña Juana Josefa Castejón, habiendo procreado a JOSE ñNTONtO, Benigno y Mariana, habiendo sido ésta la esposa det patriota don Victoriano Castettanos.

I I El nacimiento y !a educación

Nació et Genera! José ñntonio Mitta en Santa Rosa, jurisdicción de Gracias en aquet tiempo, et 25 de agosto de 1810, cuando comenzaba ta tucha gto- riosa de ta emancipación de tas cotonías españotas en ñmérica. En 1818 murió su padre, ñ tos ocho años de edad quedaba et niño y sus hermanos en — 114 -

ta orfandad. Parecía que e! doloroso suceso iba a in- ftuir en ta educación de eltos, pero ta Providencia les dió el amparo de su excetente tío et Lic. José San­ tiago Mitta, quien se hizo cargo de la educación de José ñntonio, ttevándolo a Guatemala. En los esta­ blecimientos de educación de atlá adquirió et futuro Genera! tos conocimientos y prestancia que hicieron de ét uno de tos hombres eminentes de su tiempo.

rtt La entrada en la vida pública

Sobrevino en 1832 una revolución formidable para derrocar el orden de cosas establecido en Cen- troamérica en 1829. El partido moderado, a! cual se había afitíado et Lic. José Santiago Miita, tomó ta represalia, invadiendo por Soconusco, Omoa y Tru- jílto, de acuerdo con el Jefe del Estado de Et Satva- dor, don José María Cornejo. Et Presidente de ta federación, Genera) Morazán, dió las órdenes det caso para ta defensa. Es de advertir que ta tal re­ presaba, de parte de atgunos de tos jefes, tenia et carácter ae reaccionaria, pues Ramón Guzmán enar- boló ta bandera española en el castillo de Omoa. Se trataba de un gran crimen contra ta Independencia.

Et joven José ñntonio Mitla, recién satido de tos colegios de educación, contaba entonces 22 años de edad, pareciendo que debía seguir tas ideas po­ líticas de su tío y protector, y es posibte que algo ha­ ya hecho en ta) sentido, at menos externando algu­ na opinión, pues, junto con su hermano Santiago, fue capturado de orden de) Coronel Micotás Raoul en Santa Rosa et 7 de mayo de aquet año y condu­ cido a Omoa. Sometido a proceso fue declarado ino cente en Comayagua, por sentencia de 4 de enero de - 115 -

1833. No fue, pues, halagüeña ta entrada det joven Milla en !o3 asuntos púbticos. Habiendo regresado a Santa Rosa, conoció y trató en el mismo año al Genera) Morazán, de quien quedó prendado al momento, y olvidando resenti­ mientos de la recién pasada emergencia y haciendo a un lado la cuestión de ideas de familia, con todo el ardor de su alma juvenil y con el pensamiento puesto en la grandeza de la patria, consagróse, de­ cidida y lealmente, a la causa de la república, for­ mando en las filas del partido liberal o progresista, en el cual había de ser muy pronto uno de los je­ fes de mayor importancia. En 1833 liquidó cuentas con el pasado y sentó plaza como soldado republi­ cano federalista. Lo mismo habían hecho ya otros miembros muy importantes de su familia.

¡V Luchando por !a unión

Según documentos históricos incontestables, el partido conservador, que fue el mismo de la anexión a México, desde el año de 1828 tenia e! propósito de romper la federación para establecer e¡ miserable fraccionamiento que al fin logró en ¡os años de 1838 y 1839. Don José ñntonio Milta, entrado ya en ¡a ca­ rrera militar, acompañó a su jefe y amigo, Genera) Morazán, en todas las campañas contra el separatis­ mo que había decidido hacer guerra a muerte a la patria grande organizada en ¿823. En esas cam­ pañas conoció a Trinidad Cabañas, Gerardo Barrios, Nicotás Espinoza y Joaquín Eufracio Guzmán, con quienes üegó a tratarse como hermano. En 1838 era diputado a la ñsambtea Legistativa de Honduras, habiendo sido etegido a¡ mismo tiempo que el Jefe de¡ Estado D. Justo José Herrera. La — 116 -

pérfida propaganda de] Presbítero Dr. Juan José ñy- cinena, hecha en folletos desde ¡os Estádos Unidos de! Norte, contra ¡a federación, había encontrado eco aun en personas unionistas que sinceramente i!e- garon a creer que debía romperse el pacto federa! para formar otro que ofreciera compíeta estabiüdad. E¡ Congreso Federa), reunido en San Satvador, emitió e! funesto decreto por e! cua! se dejaba a tos Estados de ta unión en tibertad para organizarse como qui­ sieran. ñycinena, que había regresado de ta expatria­ ción, era uno de tos diputados y é¡ influyó para que se diese aque) golpe morta), aprovechando la ausen­ cia dei Genera) Morazán que por entonces andaba persiguiendo a¡ faccioso Rafaet Carrera. Cuando el grito de reformas ttegó a ta ñsamblea de Honduras, don José ñntonio Milla se opuso con elocuencia y firmes razonamientos para que no se consumara el gran crimen. Dijo entonces que si ¡os funcionarios federaies no cumplían exactamente con sus obtiga- ciones, no se debia a¡ sistema establecido, sino a otras causas que era posibte remover. Su voz no fue oída: et separatismo estaba resuelto a consumar et fraccionamiento; fue convocada una ñsamblea Cons­ tituyente y ésta, en dos decretos, dectaró que e) Estado era ¡ibre, soberano e independiente de) Gobierno Federal, det de tos demás Estados y de todo otro gobierno o potencia extranjera. Vencido et patriota Mitta, junto con tos otros unionistas, aban­ donó et sueto nativo, a¡ que no debía volver sino diez años después.

V Cortando "laureles épicos". -E! ecüpse

Triunfante el separatismo en Honduras, el se­ ñor Milta se trasladó at Estado de Et Satvador, don­ de se encontraba et Vicepresidente don Diego Vijit — 117 — ejerciendo !as úttimas funciones de! poder ejecutivo nacional, después que Morazán había terminado su segundo período, no habiéndose practicado nuevas elecciones. E) leal y sincero unionista fué a unirse con sus buenos amigos Morazán, Cabañas, Gerardo Barrios, Espinpza, etc. Los separatistas de Honduras y Nicaragua ce* tebraron un tratado de alianza para quitar de El Sal­ vador el último resto del gobierno nacional. Morazán fue nombrado jefe de las armas de aquel Estado. En !a hacienda «Et Espíritu Santo», e! 6 de abril de 1839, obtuvieron una resonante victoria los paladines de la unión, ñllí el General José ñntonio Milla pro­ bó, una vez más, su devoción a la causa que había abrazado con tanto entusiasmo.

Volvieron a la carga los aliados y sufrieron otra derrota en San Pedro Perulapán el 23 de septiembre. El General Milla era uno de los jefes en aquella ac­ ción. Morazán había sido elegido Jefe de) Estado.

Estos heroicos esfuerzos no contenían el avance de) separatismo. Fue infructuosa la incursión del Ge­ neral Cabañas en tierras de Honduras con una divi­ sión del último ejército federal. Derrotado por Ma- nue) Quijano en et Daño det Potrero, tuvo que re gresar á E) Satvadoren enero de 1840. Morazán dis­ puso entonces dar un golpe al foco principal del se paratismo que era Guatemala, dominada ya por Ca­ rrera desde e) funesto 13 de abril de 1839. Con una fuerza que no llegaba a mil hombres marchó rápi­ damente sobre Guatemala, togrando tomarla el 18 de marzo de 1840. Et Genera) Mitla estaba entre aquel grupo de héroes. Contrasitiados los unionistas a) día siguiente por numerosas fuerzas de Carrera, sostuvireon una tucha desesperada, y cuando se con­ vencieron de que no llegaria el auxilio que habían ofrecido los nacionatistas de Los ñttos y otras regio­ - 718 — nes, ofrecidos con anterioridad, reaüzaron ia más pe­ ligrosa retirada que haya habido en Centroamérica, Los Generales Cabañas y Milla iban de manzana a manzana, del centro hacia afuera, rompiendo la ba­ rrera para salvar el resto de aquellos patriotas in­ mortales. El sol de la unión había entrado en ¡a zo­ na del eclipse. El Genera) Milla cast lloró de puro patriotismo al ver que caía la bandera de la Repú­ blica. Los hados fueron entonces completamente ad­ versos. Los "laureles épicos, cortados en aquella*trá­ gica cosecha*', fueron estrujados por las manos pe­ caminosas de los destructores de la patria.

Verificóse eí regreso a San Salvador. Carrera hizo una hecatombe con tos prisioneros y los heridos. El separatismo proclamó su triste victoria. El regreso de tos unionistas ya no fue como et de aquet "pío, felice, triunfador Trajano", sino et retorno Heno de tristezas, de hondas pesadumbres, de crueles desen­ gaños. Los jefes subalternos—ei Genera) Milla en­ tre ellos— no abandonaron ni recriminaron at itustre patadín. Todos io asistieron con su amor y respetos y se resotvieron a acompañado en e! exiiio que pron­ to iba a comenzar. Et puebto satvadoreño que, at decir de ñtvaro Contreras, tleva mucho tuétano de teón, recibió a tos vencidos con' muestras de sincero aprecio. Se había puesto opaco et sot de ta victoria, pero no había mermado et afecto de tos teates ami­ gos. ñque! regreso tuvo ia magestuosidad de tas grandes cosas tristes!

Tras un brevísimo descanso; y deseando evitar inútiles derramamientos de sangre, tos itustres pere­ grinos, !os devotos de) más grande ideal centroame­ ricano, se fueron a) puerto de La Libertad a buscar un barco que tos Hevara a) extranjero. E) Genera) Mitta taciturno, ¡metancótico, soto pensando en tas desgracian enormes que estaban cayendo sobre !a — 119 -

-patria, tomó un miserabte equipaje y comenzó e! éxodo......

Vi

Hacia playas extranjeras

Et día 8 de abrii de 1840 ios "Morazánidas" se -embarcaron en ta goleta "tzalco" para salir de la bien amada tierra de Ei Salvador.

Don Joaquín Rodas M., en su precioso tibro "'Morazánida" relata así aqueja despedida:

"El mar sereno a veces, y a veces encrespado, parecía entonar con sus rugidos atgo asi como un EjadiosJ de despedida a tos gloriosos morazánidas que„ pronto, muy pronto, se atejarian de sus playas; y [a goleta «tzatco*, balancéandose inquieta sobre sus on­ das, parecía también estremecerse de emoción ai ir recibiéndolos en su seno. Cuando todos esta ban ya sobre cubierta y la Bandera de ta Federación flotaba sobre et más alto de sus mástiles, dando a! viento el azut y blanco de sus franjas, una multitud sensibte y comprensible quedaba allí como retenida contemptando ta partida y ía trágica agitación de ta insignia de ta Patria, sobre aquella nave que parecía tievarse to más grande y to más iiustre de etta. Le­ vada ei anda, la nave fué virando y alejándose poco a poco de ia ptaya. ¿Hacia dónde iba y qué rumbo tomaría mientras aqueltos seres entristecidos queda­ ban attí como enctavados contemptando ta partida? Etto no se supo, sino cuando mar adentro se ie vio Virar de fijo a ¡a derecha." Los nombres de tos patriotas insignes que acompañaban a Morazán son: José ñntonio Milla, Trinidad Cabañas, Gerardo Barrios, Doroteo Vascon- - 120 —

ceios, Enrique Rivas, Isidro Menéndez, Diego Vijil, José Migue! Saravia, Migue) ñlvarez Castro, Carlos Salazar, Máximo Orellana, Nicotás ñnguto, Pedro Molina, Felipe Molina, José Molina, Manuel trunga- ray, ñntonio Rivera Cabezas, Bernardo Rivera Cabe­ zas, José Mana Silva, Máximo Cordero, tndalecio Cor­ dero, ñntonio Lazo, ñgustin Guzmán, José Rosales, Mariano Quesada, Joaquín Rivera, Cirilo Salazar, Do­ mingo ñsturias, Manuel Merino, Manuel Lara, Dáma­ so Souza, Rafaet Padilla, Manuel Romero, Felipe Ltri- bal y José ñntonio Ruiz. Este último era hijo natu­ ral de Morazán. En ninguna otra emergencia centroamericana se han juntado, después, tantas personas ilustres, ñquetlos patriotas eran la flor y nata del unionismo, los hombres incomprendidos, los ultrajados y perse­ guidos por los destructores de la unidad nacional.

La nave dirigió !a proa hacia Puntarenas, pero no pudieron desembarcar porque el gobernante don Braulio Carrillo !o prohibió de manera rotunda. Po­ cas semanas antes también se había negado asi!o a Doña Maria Josefa Lastiri de Morazán e hijos. E! General Milla no queria abandonar las playas de Cen- troamérica. Pensaba que aque! éxodo sería intermi­ nable y que faltaría en ta patria de su amor e! con­ tingente necesario para ta reorganización nacionat. Por !a prohibición de Carril!o, ta goteta siguió hacia et puerto cotombiano de Chiriquí. ñtti estaba ya ta esposa de Morazán.

Mo me ha sido posible conseguir datos de cuán­ to duró ta permanencia det Generat Mitla en Cotom- bia ni de !o que a!tá hiciera. Soto sé que ét y otros ,de )os compañeros no querían ausentarse de Centro- américa. Debe de haber regresado muy luego, pues at año siguiente— 1841—encontrábase en Nicaragua con et Generat José ñntonio Ruiz y don José Ma­ - 121 - ría Cacho, todos en caüdad de emigrados hondu- reños. v u En Nicaragua

ñ principios de 1841 había ascendido a !a pre­ sidencia de Honduras el Genera! Francisco Ferrera, jefe de! partido separatista en esta sección y ligado con Carrera. Era imposible, pues, para los proscritos volver a! suelo natal, siendo, como eran, objeto de tos mayores insultos y persecuciones. En ese tiempo fueron destruidas las valiosas haciendas de don Dio­ nisio Herrera, y e! antes opuiento señor murió diez años después en ia miseria, en ta ciudad de San Satvador.

En Nicaragua gobernaba entonces et Licenciado Pablo Buitrago, separatista, pero no negó asilo a tos itustres desterrados. En 1841 agitábase la cuestión de reunir una Convención Naciona) para restabtecer la federación, ñlgunos cándidos todavía estaban cre­ yendo en que de verdad et Dr. Juan José ñycinena había aconsejado ta ruptura det pacto federa) para reorganizar ia repúbtica sobre mejores bases. Encon­ trábanse en Nicaragua, como delegados por Hondu­ ras, tos señores Fetipe Jáuregui, Jacobo Rosa, J. Francisco Zetaya, Manuet Emigdio Vázquez y José Maria Cisneros. Se decia que estos detegados estaban gestionando para que los Generates José ñntonio Mitta, José ñntonio Ruiz y D. José Maria Cacho fueran ex­ pulsados de Nicaragua. Con tat motivo, aquéttos pubti- caron una hoja suetta, en )a cua) se encuentran estas palabras: "Como particutares sabríamos despre­ ciar la imputación; pero como representantes de) Estado soberano de Honduras, debemos desmentida para que no se crea que somos capaces de de in- — 122 - suttar a nuestro representado, interponiendo su dignidad para perseguir enemigos tan pequeños." Sí, eran enemigos pequeños aquellos patriotas que sólo ansiaban la grandeza de Centroamérica; eran pequeños porque estaban en )a desgracia y carecían de toda cíase de elementes.

En este tiempo et Genera] Milla dedicóse a la enseñanza para ganarse el sustento.

La ruptura de la Federación comenzaba a dar sus amargos frutos. Desaparecido el gobierno nacio­ nal, los ingleses comenzaron su acción oprobiosa pa­ ra apoderarse de San Juan del Norte y de la Costa Mosquitia. El gobernante señor Buitrago emitió una proclama haciendo tlamamiento at patriotismo cen­ troamericano para contener et avance contra la in­ dependencia de ta patria. La proclama fue remitida inmediatamente por el General Milla al Generat Mo­ razán que se encontraba entonces en la capital de El Perú, diciéndole que era ocasión propicia para que regresara a satvar ta nacionatídad. En igual sentido le escribieron tos otros unionistas que se ha­ bían juntado en Nicaragua. Et General Mitla, impul­ sado por su ardiente y sincero federalismo, creia que aqueltas amenazas exteriores serian un incentivo pa­ ra que reapareciera la Repúbtica, pues los ingteses estaban explotando et desgraciado fraccionamiento. Risueñas esperanzas aparecieron en la mente de los excelsos patriotas. Bien sabido es que Morazán, ai recibir tas cartas de sus amigos y compañeros, así como el llamamiento que se le hacía de Costa Rica para que viniera a derrocar al tirano Carrillo, des­ preció los honores que le ofreciera el Marisca! Ga- marra, y dispuso regresar a su patria. - 123 -

Vli!

En Costa Rica.-E! triste ocaso

Morazán, que fue un gobernante probo, tanto de varios Estados como de la Federación, encontrá­ base en el exilio falto de recursos. Consiguió un prés­ tamo con el General peruano Pedro Bermúdez y fle­ tó unas embarcaciones para acudir a los llamamien­ tos que le hacían. Vino a las costas de El Salva­ dor, llegando hasta las ciudades de San Miguel y Sonsonate. Hizo su campamento genera) en la isla «Martin Pérez» y atli llegaron el Genera) Mi)la y ios otros unionistas que estaban en Nicaragua. En cinco goletas salieron los expedicionarios, portando otra vez la bandera de la República, y se encaminaron a Costa Rica, habiendo desembarcado en el puerto de Caldera, tnmensa ategria sintió e) Genera) Milla a) abrazar de nuevo a su jefe Genera) Morazán y a tos otros compañeros. Et 11 de abril de 1842 cetebróse et convenio de Et Jocote, formando un soto cuerpo ta división invasora con ta que, a tas órdenes det Genera) Villaseñor, mandó Carrilto. Por este conve­ nio, Carrilto se retiraba de) poder y )o asumía Mo­ razán. Para derrocar al tirano no hubo necesidad de derramar una gota de sangre. Et Genera) Mi))a entró a funcionar con el nuevo gobierno en varios pues­ tos de importancia. En julio de 1842 la ñsamblea Constituyente que habia convocado Morazán, le rati­ ficó el nombramiento de Presidente Provisional. Di­ cha asamblea estaba integrada, casi en su totalidad, por ciudadanos costarricenses. El Genera) Mitta, que soto pensaba en la reor­ ganización de )a República, teniendo el mismo pen­ samiento de Morazán, instó a éste para que, sin pér­ dida de tiempo, emprendieran la cruzada unionista, temiendo que si había tardanza sobrevendrían difi-^ — 124 - cuttades y compticaciones. La ñsamblea autorizó a Morazán para hacer ios preparativos necesarios. Bui- trago no aceptó e) ofrecimiento de Morazán pata lu­ char contra tos ingteses. ñqueüos pigmeos no com­ prendían at Gran Cauditto de ta Nacionatidad. Loque sobrevino después es harto conocido. Los costarri­ censes, satisfechos con la caída de Carrítio, eran opuestos a una aventura en los otros estados. La división unionista, a ta cuat pertenecía et Genera) Mitta, fué bautizada con et nombre de LIBERTñDORñ por la ñsamblea y at General Morazán se le hicieron attisímos honores. Desde a fines de agosto et Gene­ ra) Mitta había sido enviado a) desempeño de una comisión tejos de San José. La tormenta vino cuan­ do et Genera) Saget se preparaba para zarpar de Puntarenas con una parte de la división unionista. Los agentes de Carrera y de los otros cabecillas det separatismo, prepararon una subtevacíón en septiem­ bre. ñrreció ta tormenta, se cometió un horrendo ase­ sinato. Desapareció et sol el día 15. Dice et Dr. Mon- túfar: «En los momentos en que el sot se hundía en et ocaso, desapareció la tuz que desde et cerro de ta Trinidad itumínaba a los libres».

Salvóse e) General Milla porque, como dije atrás, estaba ausente. Dotor profundo sintió al sa­ ber que había sido uttímado et más grande Capitán de Centroamérica. ñ raíz de aque) inmenso desastre, arribó a Puntarenas un barco ingtés haciendo recla­ mos injustos a) gobierno de Costa Rica. El Genera] Milla aconsejó a todos los compañeros en desgracia, estando ya reunidos en Puntarenas con Saget, que ofrecieran sus servicios para contener aquetta ame­ naza extranjera. ¡Siempre tos itustres patriotas! Con los ojos humedecidos por !a muerte de Morazán y Villaseñor, no tenían reparo en sumar sus fuerzas contra un infame rectamo extranjero. ¡Siempre et amor a ta patria! ¡Siempre !a sinceridad nacionalista! - 125 -

La amenaza no se üevó a ¡a práctica. El barco inglés se retiró. Volvieron a ser despreciados ios unionistas por el gobierno de Costa Rica, y entonces, rompien­ do el convenio que habían celebrado, dirigieron la proa de) único barco que les quedaba, después de poner en salvo a ¡a viuda de Morazán y reunir a los compañeros que se encontraban en el interior y en la Cosía Atlántica, hacía las playas de Et Satvador, de donde, menos de dos años antes, habían empren­ dido e! éxodo.

tx Los coquimbos

En una goleta llamada «Coquimbo» llegaron at puerto de La Libertad los desventurados nacionalis­ tas, poseídos de inmenso dolor por la muerte de su ilustre jefe y por el fracaso de ta tentativa de reor­ ganización de ta República. Ellos eran: "Milla (José Antonio), Saget, Cabañas, Barrios, Alvarez Castro, Espinoza, Angulo, Cordero, Asturias, Bulnes, Pardo, Bonilla, Zepeda, Ignacio y Manuel Ruiz, Lozano, Ri­ vera (Joaquín), Cacho, Souza, Orellana y otros mu­ chos, a quienes se dió la denominación de "coquim­ bos" por et nombre del buque que los trajo".

Dado el odio que se había despertado contra los "morazánidas", todo parecía indicar que no ha­ llarían asilo en El Salvador. Et Presidente Licencia­ do Juan José Guzmán estaba obtigado a respetar ios tratados celebrados. Et Generat Malespin, Coman­ dante Generat de las armas de aquel Estado, encon­ trábase en La Libertad cuando ttegó "La Coquimbo", y hay que decir en honra de este militar que tos trató con humanidad y que a él debióse que se les permitiera entrar al país, entregando previamente las armas que [levaban. Tal fué el final de la tragedia. - 128 —

San Miguel, y como no obtuviera respuesta satisfac­ toria, dispuso, de acuerdo con Ferrera, presidente de Honduras, iievar ia guerra a aquei Estado. Los ejér­ citos de E! Satvador y Honduras, capitaneados por ios dos Presidentes, invadieron a Nicaragua. Desecha­ das las propuestas de paz, los invasores pusieron si­ tio a la ciudad de León, la capital, ñl mismo tiem­ po reatizaba una incursión en Honduras e! Corone! Rivera, quien tuvo la desgracia de ser capturado cer­ ca de Danii'y fusilado después en Comayagua. E! Genere! Miüa, cuando dias después se enteró de! nuevo desastre, t!oró amargamente !a pérdida de quien había sido su tea) y constante amigo y com­ pañero, uno de ios más entusiastas federalistas. En ia defensa de la plaza ocupó el General Milla e! mis­ mo sitio de! Genera! Barrios, las fortificaciones de Subtiaba. E! Genera! Matespin en persona atacó di­ chas fortificaciones, y durante treinta horas consecu tivas tas defendió el Genera! Miüa, teniendo e! inva­ sor que buscar otro tugar para et asatto. En aquelta ocasión probó e! General Miüa su heroísmo singular.

ñntes de que !a plaza cayera en poder de !os invasores, tos Generates Mitta, Cabañas y Barrios, te­ niendo noticias de que había movimientos revotucio- naríos en E! Satvador para derrocar a Matespín, dis­ pusieron voiverse a este Estado, donde !ograron que et Vicepresidente don Joaquín Eufrasio Guzmán des­ conociera !a autoridad de Matespín. Reunidas tas Cámaras Legistativas, desaforaron ai tirano, quedan­ do consumada una evotucíón en favor det partido iibera!. E! Genera) Miüa votvió a gozar de !as deli­ cias dei hogar con su señora esposa. Comenzó en­ tonces para él un período de tranquilidad, dedicán­ dose con entera confianza a !abores ya púbücas, ya privadas. Durante varios años no salió más de E¡ Salvador. — 129 —

XI! E! regreso a la tierra hondurena

En 1847 subió a ta presidencia de Honduras ei Dr. Juan Lindo, considerado antes como conservador separatista. Este sujeto, a! tiegar a) poder, hizo un cuarto de conversión, entró de Heno en !as fitas de) uníonismo y tuvo empeños en ta reorganización de )a Repúbtica. Poco a poco etiminó de ta escena pú- biica a quienes consideraba como rivates: et Generat Ferrera, don Coronado Chávez, don Fetipe Jáuregui y et Generat Guardiota. Aprovechando esta nueva si tuación, et Generat Mitta votvió a Honduras, en 1848, después de diez años de ausencia. Reformada )a Cons­ titución por una Asambtea Constituyente que convocó Lindo, verificáronse etecciones y entonces fue etegido Diputado et Generat Mitta y desempeñó otros cargos de importancia en e) Departamento de Gracias, que entonces comprendía todo et Occidente del país. Et fue uno de tos consejeros que excitaron a Lindo pa­ ra que diera un decreto de Nacionalidad en 1850. Los esfuerzos unionistas tuvieron nuevo fracaso en La Arada, quedando consumado indefinidamente et frac­ cionamiento de ta patria.

Et Generat Mitta pudo, después de tantas tu- chas, gozar de atgunos años de tranquitidad, de­ dicado et trabajo. Et supo comprender et patriotis­ mo de Lindo, y éste te dispensó tas mejores consi­ deraciones.

X)H Ministro de Hacienda y Guerra

Además de Diputado sirvió otros destinos pú- bücos et General Mitta en )a Administración det Dr. - 126 -

El Genera! Miüa dedicóse a) trabajo, Heno de in­ finitas tristezas. Pudo continuar viviendo tranquiio en aque) Estado, contando con ¡a amistad y compañeris­ mo de los Generales Barrios, Cabañas Guzmán y Espi- noza. Residió en varias ciudades, pero más tiempo en San Miguel, de donde era nativo el General Barrios.

X El casamiento.-El hogar propio

Buscando consueto por tas desgracias sufridas,, por los empeños inutilizados, buscó una mujer para contraer matrimonio y ¡a bailó en la persona de la señorita Ester Barrios Espinoza, dama de las princi- pates de la sociedad salvadoreña. Ei matrimonio ve­ rificóse e) 3 de abrit de 1844. Doña Esterera herma­ na de Doña Petroniia Barrios de Cabañas y det Ge­ nera) Gerardo Barrios. Et iditio que et Generat Mitla deseara que fue­ ra prolongado, fue interrumpido en et mismo año. Había ascendido a ta presidencia de Et Satvador et General Malespín, quien entró en lucha con Carrera, gobernante de Guatemala. Los "morazánidas" vieron en aquetta emergencia una tuz satvadora. Pensaron que era ttegado et momento de destruir a Carrera, principa) sostenedor det separatismo, y no obstante ias no recomendabtes cualidades de Malespín, te ofrecieron sus servicios.

X) Otra vez en ía !ucha

Cabañas no queria ponerse a) servicio de Ma- ¡espín. Era demasiado honrado aquet patriota. E! Generat Mitta habtó a Cabañas, expticándote que se — 127 — trataba det magno probtema de ia unión; que derro­ cado Carrera desaparecía el mayor abstáculo, etc., etc. Entraron, pues, tos ttamados "coquimbos" en la tucha. Todo hacía esperar el mejor resultado. Et Ge neral Frutos Chamorro, presidente de ta Confedera­ ción que tenía por capital la dudad de San Vicente, estaba de parte de Matespín. Et ejército satvadoreño tlegó hasta Jutiapa; pero Matespín entró en descon­ fianzas, se acordó de que antes que todo era separatis­ ta, y ceiebtó la paz en ta hacienda de Quesada. Los unionistas se enfadaron, Cabañas dijo que é! no había tenido confianza en aquet hombre. Los tres amigos inseparables, Mitta, Cabañas y Barrios, regre­ saron a San Miguel y allá prepararon un movimiento revotucionario contra Matespín. Esta tentativa fracasó, los patriotas emigraron hacia Nicaragua. El Genera! Milla tuvo el hondo pesar de abandonar temporal­ mente a su esposa, ei mismo año det matrimonio.

Xtt

En la ciudad de León-Caída de Malespín

Nicaragua, habiendo terminado ei periodo deí Lic. Buitrago, era un asilo seguro para los proscritos de Honduras y Et Satvador. ñttá se juntaron muchos de tos antiguos compañeros. f\llá tuvieron pláticas con el Corone) Joaquín Rivera, itustre ciudadano que ha­ bía sido cuatro años gobernante de Honduras y que andaba huyendo de las persecuciones de Ferrera y su circuto. Rivera preparaba entonces una invasión a Honduras y trataba de regularizar la facción de Texí guat. Et gobierno satvadoreño redamó at de Nicara­ gua la entrega de tos jefes que habían fracasado en - 128 —

San Miguel, y como no o btuviera respuesta satisfac­ toria, dispuso, de acuerdo con Ferrera, presidente de Honduras, llevar la guerra a aquel Estado. Los ejér­ citos de El Salvador y Honduras, capitaneados por los dos Presidentes, invadieron a Nicaragua. Desecha­ das las propuestas de paz, ios invasores pusieron si­ tio a ta ciudad de León, la capital, ñl mismo tiem­ po realizaba una incursión en Honduras el Coronel Rivera, quien tuvo la desgracia de ser capturado cer- ca de Danliy fusilado después en Comayagua. E) Generel Milla, cuando días después se enteró del nuevo desastre, Horó am argam ente la pérdida de quien había sido su lea! y constante am igo y com ­ pañero, uno de los más entusiastas federalistas. En la defensa de ta ptaza ocupó el General Milla et mis­ mo sitio del General Barrios, las fortificaciones de Subtiaba. El General Malespín en persona atacó di­ chas fortificaciones, y durante treinta horas consecu­ tivas tas defendió et Generat Milla, teniendo ei inva­ sor que buscar otro lugar para el asalto. En aquetla ocasión probó et General Milla su heroísmo singular.

ñntes de que la plaza cayera en poder de los invasores, los Generates Milta, Cabañas y Barrios, te­ niendo noticias de que habia movimientos revolucio­ narios en El Salvador para derrocar a Malespín, dis­ pusieron volverse a este Estado, donde lograron que el Vicepresidente don Joaquín Eufrasio Guzmán des­ conociera ta autoridad de Matespín. Reunidas las Cámaras Legislativas, desaforaron a) tirano, quedan­ do consumada una evotucíón en favor del partido iiberal. Ei General Mitla volvió a gozar de las deli­ cias del hogar con su señora esposa. Comenzó en­ tonces para él un período de tranquilidad, dedicán­ dose con entera confianza a labores ya públicas, ya privadas. Durante varios años no salió más de E! Salvador. — 129 —

XII E! regreso a la tierra hondurena

En 1847 subió a ta presidencia de Honduras ei Dr. Juan Lindo, considerado antes como conservador separatista. Este sujeto, a! llegar a) poder, hizo un cuarto de conversión, entró de ileno en tas filas del unionismo y tuvo empeños en ta reorganización de )a Repúbtica. Poco a poco eliminó de la escena pú­ blica a quienes consideraba como rivales: et Generat Ferrera, don Coronado Chávez, don Fetipe Jáuregui y ei Generat Guardiota. Aprovechando esta nueva si tuación, el Generat Mitta volvió a Honduras, en 1848, después de diez años de ausencia. Reformada la Cons­ titución por una ñsamblea Constituyente que convocó Lindo, verificáronse etecciones y entonces fué elegido Diputado el General Mitta y desempeñó otros cargos de importancia en et Departamento de Gracias, que entonces comprendía todo el Occidente det país. Ét fue uno de tos consejeros que excitaron a Lindo pa­ ra que diera un decreto de Nacionalidad en 1850. Los esfuerzos unionistas tuvieron nuevo fracaso en La ñrada, quedando consumado indefinidamente el frac­ cionamiento de ta patria.

Et Generat Mitta pudo, después de tantas lu­ chas, gozar de algunos años de tranquitidad, de­ dicado al trabajo. El supo comprender et patriotis­ mo de Lindo, y éste te dispensó las mejores consi­ deraciones.

Xtti Ministro de Hacienda y Guerra

ñdemás de Diputado sirvió otros destinos pú­ blicos et Generat Miüa en ta Administración det Dr. — 130 —

Lindo, ñ) ascender a ta presidencia et Generat Trini­ dad Cabañas, tuvo Mitta más influencia en el gobier­ no, pues et nuevo Presidente era uno de sus más leales amigos y compañeros, seguidores det mismo idea) unionista.

E) ascenso de Cabañas fue visto por el círculo conservador dominante en Guatemala con descon­ fianza y recelos. Carrera no podía tolerar que en et primer puesto de Honduras estuviera un intimo amigo de Morazán. Los "coquimbos" estaban excomulgados por los sostenedores del separatismo y det retroceso. Desde antes que terminara Lindo su período, había habido incursiones de escottas guatemaltecas al te­ rritorio det Departamento de Gracias. Las cosas su­ bieron de punto at comenzar et periodo de Cabañas. Et empeño unionista de este jefe itustre había logra­ do que se reuniese una ñsambtea Constituyente de los Estados de Honduras, Et Salvador y Nicaragua, en Tegucigatpa en 1852. Eso era intolerable para Carrera. El Presidente Cabañas tuvo necesidad de trastadarse a Gracias para dirigir ta defensa del Es­ tado, Carrera dirigió una nota a Cabañas, fechada en Chiquimuta diciéndote que debía declarar si esta­ ba por ta guerra o por la paz y que si aceptaba to úttimo, que nombrara comisionados. Verificáronse entonces unas conferencias de paz en Esquipulas, siendo comisionados por Honduras el General José ñntonio Mitla, Dr. Juan Lindo y don Justo Rodas, y por Gnatemata et presbítero Jesús María Gutiérrez. Celebróse un convenio que no fue llevado a la prác­ tica porque Carrera to modificó substanciatmente; él no quería paz con Cabañas. Et Generat Mitla re­ gresó a juntarse con su jefe y am igo y le dijo que no ha­ bía más que declarar ta guerra de manera formal. Entonces el itustre Presidente nombróto Ministro de Hacienda y Guerra. Otra vez estaban frente a frente et uníonismo y separatismo. Desgraciadamente para - 131 —

Cabañas y su decidido Ministro, e) sol no habia satido de )a zona del eclipse. Una vez más fueron vencidos los patriotas que aspiraban a la grandeza de ia patria. Las circunstancias eran adversas en los otros Estados. Los patriotas de Honduras estaban sotos. En 1855 terminó trágicamente ta administración de Cabañas. Et General Mitta se fué a Et Satvador por breve tiempo: regresó cuando ya estaba en ta presi­ dencia et General Guardiota y sufrió persecuciones, habiendo estado preso durante unos meses. Posterior­ mente pudo vivir tranquilo en su hogar de Santa Rosa. En 1857 tuvo la inmensa desgracia de perder a su esposa. La muerte de Doña Ester recrudeció ^os dolores de aquet noble batatlador.

XIV Otra Tentativa Unionista

Cuando ascendió al poder don Victoriano Caste- Itanos, despues de la muerte trágica de! General Guar- diola, pudo et General Milla ver renacidas sus espe­ ranzas de reorganización de la República de Centro- américa. Casteüanos era, además de corretigionarío y amigo, su hermano político. Se trató entonces de una nueva tentativa de unión, para la cual pusiéronse de acuerdo Barrios, Presidente de E! Satvador, Mitla, Cabañas Jerez, etc. El presidente de Nicaragua, General Tomás Martínez, que ofreció entrar en el magno asunto, los engañó miserablemente. Nuevos desengaños vinieron a amargar el alma del patriota. Como el Gobierno de Guardiota había sido ta­ chado de nepotismo, el General Milta no ocupó puesto visible en la administración de su cuñado, ¡a cuat, por otra parte, sóto duró once meses. Castetta- nos m urió en tos primeros dias de diciembre de 1862. — 132 —

XV

Un Homenaje de !as Cámaras Legislativas

Haciendo honroso recuerdo de ios servicios pres­ tados por los miembros de la familia Milla en gene­ ral, y honor a los méritos del General José ñntonio Milla, en particular, las Cámaras Legislativas, reuni­ das en Santa Rosa, emitieron el siguiente Decreto: "La Cám ara de Diputados, en consideración a los antiguos servicios mititares que ta famitia Milla, de que hace parte el General Don José ñntonío, ha prestado al país, aun desde antes de ta tndependen- cia; a lo conveniente que es formar et gusto por la honrosa carrera de tas armas, principalmente en indi­ viduos que por sus antecedentes están en mejor aptitud para seguirla; y a LOS MÜLTtPLES TRñBñ- JOS DE DICHO JEFE POR EL TIEMPO DE Lñ NO­ BLE CñüSñ DE CENTROñMERtCñ, ha tenido a bien expedir el siguiente DECRETO: ñrticulo único.- Se concede el grado de Teniente de tas milicias del Estado al joven don José ñntonio Mitla, hijo del General det mismo nombre.— Pase a) Senado.— Dado en el satón de sesiones de ta Cámara de Dipu­ tados en Santa I^osa et 15 de Mayo de 1862.— Rafael Camilo Díaz, D. P.—José Meza, D. S..— Crescencio Gómez, D. S.—ñl Poder Ejecutivo.— Cámara del Se nado.— Santa Rosa, Mayo 19 de 1862.— B. Inestrosa, S. P.— T. Hernández, S. S.— Por tanto: ejecútese.— Lo tendrá entendido et Ministro de Hacienda y Guerra y dispondrá to necesario a su cumplimiento.—Dado en Santa Rosa, a 22 de Mayo de 1862.—Victoriano Cas tettanos.— El Ministro de Hacienda y Guerra, Francis­ co ñlvarado". 133 -

En [as Cámaras de aque! año no dominaban elementos unionistas, sin embargo el general Milla recibió publico testimonio de que se le conceptuaba como un patriota ilustre por sus múltiples trabajos en favor de la noble causa de Centroamérica. Aque­ llo fue una dosis de amable frescura para el alma encendida del constante luchador.

El General Milla hizo púbiica declaración de agradecimiento, en los términos que siguen: "Señores Editores de la Gaceta Oficial.—Sírvanse ustedes per­ mitir que en las columnas de su apreciable periódi­ co, se inserte ei VOTO DE GRACIAS que doy a los Sres. Representantes a las Cámaras del presente año, reunidas en esta ciudad, no tanto por el honor muy distinguido que hacen a mi hijo mayor, concediéndole el grado de Teniente efectivo de las rpilicias del Estado, a pesar de su menor edad, cuanto por el honroso re­ cuerdo que en los considerandos del expresado De­ creto se hace de los servicios que prestó a ¡a patria mi respetable padre.—Este Benemérito Jefe nació bajo el reinado de Carlos IV y murió en et de Fernando Vil. En uno y otro prestó servicios impor­ tantes a su Rey, y por etlos mereció et grado de Coronel, que en aquella época era un honor muy distinguido.— M andó en jefe las milicias de esta Sub- delegación y con ellas hizo que los tngleses, entonces enemigos de la metrópoli, desocuparan La Criba y Roatán, de cuyas islas se habían posesionado. Más tarde, con solo el batallón de Gracias, defendió el Castillo de Omoa, atacado por una escuadra de ta misma nación, y fatteció et año 18, después de haber llenado en esta vida todos sus deberes.— Como buen esposo, com o padre tierno, com o am igo leat y como militar de honor, su pérdida fue generatmente sen­ tida, y soto a la Representación Nacional de 1862 estaba reservada ta gtoria de hacer cumplida justicia a su mérito.— Repito mis expresivas gracias por este — 134 — acto de justicia, aunque su reminicencia venga por inci­ dente.—Mis insignificantes servicios no merecen la pena de tomarse en cuenta. Si algún mérito tienen es la de ser prestados con suma leatad a la causa det or­ den y de la libertad.—Si mi respetado padre hubie­ ra alcanzado nuestra época, estoy seguro que la pa­ tria le contarta en ei número de sus primeros defen­ sores, pero fue soldado del Rey, y sirvió con honor al Rey. YO QUE SOY SOLDADO DE LA REPUBLICA, SACRIFICARE Mt VIDA EN SU DEFENSA.-Mi hijo es muy joven, pero siendo ya un oficial del ejército, cuidaré de darle una educación militar e inculcar en su tierno corazón mis principios: LIBERTAD IGUAL­ DAD Y PROGRESO.— Si to consigo, habré probado a ios señores Representantes que he apreciado en to­ do su vator el honor que han hecho a mi familia, y muy particularmente del que se hace un deber de titularse de cada uno de eltos, reconocido servi- dor.-J. A. MILLA.

XVI Ministro de Gobernación y Relaciones Exteriores

Con fecha 16 de diciembre de 1862 el Senador Presidente don Francisco Montes emitió un acuerdo nombrando al General Milla, interinamente, Ministro de Gobernación y Relaciones Exteriores. Dos dias des­ pués contestó et nombrado aceptando y entró al ejer­ cicio de sus funciones.

Ligados los gobiernos de Honduras y El Salva­ dor por amistad personal y afinidad política de los Presidentes, se comprende desde luego que la tarea del nuevo funcionario tenia que ser de tas más difí­ ciles porque los gobiernos de Nicaragua y Guatema- — 135 —

)a habían hecho alianza para destruir las Adminis­ traciones que enarbotaban ta bandera de ta Nacio- natidad. En Nicaragua era protegida abiertamente ta fac­ ción que había aparecido en Olancho. Martínez, Pre­ sidente de Nicaragua, quería que et Generat Floren­ cio Xatruch sustituyera a Montes en Honduras. Xa- truch residía entonces en un lugar próximo a tos de­ partamentos orientales de Honduras. El gobierno de este país envió tropas a ta frontera a tas órdenes del General Francisco Lope y otros jefes.

En febrero de 1863 verificó Carrera su primera invasión a Et Salvador, siendo derrotado en Coate- peque, después de una batalla muy cruenta. ñt mismo tiempo et Generat Lope obtenía una victoria en Dantí contra tos facciosos. Se creyó entonces que sería abatido et poder de Carrera y que el partido liberal iba a triunfar en todos los Estados. Desgra­ ciadamente sucedió to contrario. Todavía fattaban ocho años para que se abriera am ptia senda a las ideas liberales.

El Ministro Mitla, contestando una nota al go­ bierno de Guatemala, después de la victoria de Coa- tepeque, decía en uno de sus párrafos: "El Gobier­ no de Honduras, pues, en las actuates circunstan­ cias, con un tratado existente de alianza con el Go­ bierno de Et Satvador, acabando de sofocar una fac­ ción interior protegida por Nicaragua, cuyo Gobier­ no, alentado por su alianza con Guatemala, insulta al de Honduras en publicaciones hechas en periódi­ cos semioficiates y te amenaza con una invasión; des­ airada su mediación, que equivatea repeler su amis­ tad, con enemigos asilados en Guatemata y Nicara­ gua, ¿qué debe hacer? Tomar la actitud que le co­ rresponde. cumptir sus compromisos con et Gobier­ no de El Salvador, y ta ley suprema de salvar a sus - 136 — pueblos y su existencia poiitica. En tal situación es­ tá colocado y protesta ante Dios y ante el mundo, que toma esta actitud obligado por las circunstan­ cias y por la necesidad de sostener y mantener incó­ lume los derechos dei pueblo hondureño".

Don Pedro ñycinena, Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, replicó que la nota del Ministro Milla se consideraba como una declaración de guerra.

La victoria de Coatepeque se malogró porque Barrios, en vez de cargar sobre Carrera en la huida de éste hacia Guatemala, de acuerdo con Jerez y otros patriotas unionistas, dispuso dar un golpe a Martínez, gobernante de Nicaragua, para no tener enemigo atrás en la próxima lucha. El Genera) Je­ rez invadió a Nicaragua y logró reunir un 'ejército de dos mil hombres. Todo parecía indicar que la victoria sonreiría a los unionistas, pero vino un de­ sastre inexplicable. Los expedicionarios tuvieron que regresar a El Salvador. Entonces Carrera preparó la nueva invasión, la que efectuó en el mes de junio. Fueron inútiles los trabajos de cancillería del Gene­ ral Milla. Sus notas, escritas con estilo elegante, se fueron al vacío.

El Genera] Vicente Cerna invadió a Honduras, trayendo al General José María Medina, destinado para ocupar la presidencia de este país. En Santa Rosa se batieron con suprem o heroísmo los Genera­ les Lucio ñlvarado y Saturnino Bográn, pero fueron derrotados. El General Medina inauguró su gobierno en aquella ciudad el 18 de junio.

El General Milla, antes de estos sucesos, dejó el Ministerio y se fué a El Salvador a ocupar un puesto al lado de su amigo y hermano, el Presiden­ - 137 - te Barrios. Quedó como Ministro Generat de Montes, don Mariano Garrigó.

Barrios opuso a Carrera un ejército de cerca de diez mit hombres, pero cuando iban a batirse otra vez tos sostenedores de tas dos tendencias que han pugnado en Centroamérica después de ta Inde­ pendencia, el Generat Santiago Gonzátez cometió una infame traición, la cuat permitió la disolución de aquel brittante ejército en la ciudad de Santa ñna. Et Generat Milta, que era uno de tos jefes, re­ gresó con Cabañas y otros a San Salvador.

Lo que sobrevino después es una verdadera epopeya. Barrios togró reorganizar unos cuantos ba- tatlones y resistir a ta avatancha de Guatemala y Nicaragua, a !a cua! se sumaba ya et contingente del nuevo gobierno de Honduras, ñquellos patriotas rea- tizaron acciones de gloria. Todavía se espera un gran poeta que los cante en versos subtímes. Las hordas de la edad media se echaron contra quienes querían justicia, libertad y progreso. El sitio de San Salva­ dor, en 1863, enatteció más a aquetlos héroes, entre quienes estaban los hondurenos: Genera) Milia, Ge­ neral ñlvarado, Generat Bográn, General Cabanas, Corone! Lic. ñdotfo Zúniga, don León ñtvarado, etc.

Rodeados por todas partes, el Genera) Barrios recibió intimaciones de Carrera para qué se rindiera; et Generat Víctor Zavata, en carta amistosa, to excitó para lo mismo, y Barrios, de acuerdo con Mitta y demás teates compañeros, contestó que antes tenían que matado, ñgotados todos los elementos, después de largos meses de lucha heroica, Barrios satió de San Salvador, y, batiéndose en e) camino, pudo to­ mar un barco en La Unión. Otra vez cayó )a más negra obscuridad sobre Centroamérica. - 138 —

Et Genera! Miüa había cumplido con su deber, ñnte aquella montaña de oprobio, no quedaba más que el descanso obligado.

XVH

El regreso a Honduras

No he podido averiguar si el General Milla emi­ gró fuera de Centroamérica aquella vez. Organizado constitucionalmente el gobierno del General Medina, el patriota volvió al terruño nativo, Heno de tristezas y decepciones. Sus más nobles empeños habían fra­ casado ante las fuerzas contrarias.

Medina no pudo llevarse en completa armonía con Carrera. El Genera! Xatruch, excitado por Carre­ ra, continuaba alentando la facción de Olancho. ñsí, pues, no es de extrañar que Milla entrara en relacio­ nes con el Presidente de Honduras. Por otra parte, el General Medina no demostró intransigencia con sus contrarios en política, pues años más tarde nom­ bró Ministros a dos jefes liberates: el Dr. Céleo ñrias y et General .

Mitla dedicóse a sus trabajos personates en el minera) de San ñndrés y en otros lugares de Occi­ dente. Ya no tuvo que votver a Et Salvador, pues habia Üquídado !a parte que le correspondía a su señora esposa en la hacienda "Espíritu Santo,, que pertenecía a la famitia Barrios.

En 1865 sufrió otro gran pesar por ta muerte det Generat Barrios, despues de haber sido entrega­ do inicuamente por el gobierno de Nicaragua. Pocos ^ años después vo!vió a ver a su am igo y herm ano Cabañas, quien, abatido y en ta mayor pobreza, ha­ bía regresado de Costa Rica. ¡Cuantos recuerdos ha­ rían tos dos patriotas itustres! - 139 —

XVIII Las úítimas funciones públicas La muerte

Ei úitimo cargo público que desempeñó el Ge­ nera) Milla fué e) de Comandante de ñrmas de) De­ partamento de Copán. Este Departamento había sido creado por el Presidente Medina en 1865, dividiendo e) de Gracias. Como funcionario correcto y distin­ guido caballero, tuvo ta estimación y respeto de sus conterráneos, aun de aquetlos que habían sido sus ad­ versarios políticos. En enero de 1871 murió en Comayagua e) General Cabañas, no habiéndole permitido la suer­ te ver )a caída del régimen de Carrera, el de tos treinta años, contra et cuat tanto había tuchado, to mismo que su amigo Milta. La cadena de sufrimien­ tos que éste venia sufriendo, tuvo un eslabón más. La muerte det inmacutado unionista fue un aconte­ cimiento que puso más brumas en et atm a det teat y generoso compañero.

Es posibte, como decía un documento público de la época, que el radicalismo det General Milla haya sufrido alguna modificación por ta edad y los desengaños. Disintió algunas veces, en sus últimos años, con antiguos corretigionarios porque él pertenecía a los liberates unionistas que soto as­ piraban a ta reconstrucción de ta Repúbtica, conside­ rando como secundarios tos problemas de otra indo- te. Mas no se crea que, por servir at Presidente Me­ dina, haya cambiado de credo, como no to cambia­ ron ñrias y Leiva que fueron Ministros det mismo Presidente.

En este úttim o año de vida del Genera) Mitta ocurrieron importantísimos sucesos en Centroaméri- — 140 - ca, los cuales realizaron un cambio tota!. Comenzaba la fuga del obscurantismo, contra el cual habían lu­ chado los rnás grandes paladines. Con el eficaz auxilio del Presidente Medina fué derrocado el go­ bierno de Francisco Dueñas en Et Salvador. Comen­ zaba la justicia para et mártir Gerardo Barrios. Et puebto salvadoreño se tardó unos años, pero ttegó at fin el día en que )os victimarios rindieran cuentas. Et Generat Martínez, et mismo que, como Presidente de Nicaragua, cometió el acto bárbaro de entregar a Barrios a sus verdugos, fue derrotado en Santa ñna, y Dueñas, después de asitarse en una tegacíón, ha­ bía pasado a guardar prisión en el Colegio Mititar de San Salvador. En abrit de 1871 reaparecía ta sotu- ción de continuidad que había sido interrumpida en 1839. Muy grande satisfacción debe de haber experi­ mentado el Generat Mitta por aqueltos sucesos. En las antiguas amarguras caia una dosis de miel. Él, como jefe de las armas en Copán, había contribui­ do at buen éxito de ta campaña. Con et Dr. Céteo ñrias, fueron precursores del más resonante triunfo de 30 de junio en Guatemala. ñunque Carrera había muerto antes del sacri­ ficio de Barrios, Cerna había continuado en aquelta vida de ñTRñS, ñTRñS Y MñS ñTRñS, como había dicho el Licenciado Manuet Francisco Pavón. En junio de 1871 et General Mitta experimentó la más grande satisfacción espirituat: el régimen de tos treinta años había caído para siempre. (Jna nue­ va vida iba a comenzar para Centroamérica. Los pocos sobreyivientes de las campañas de 1839 a !863, sintieron entonces el destetto de la luz de la más alta reivindicación. No habían sido estéri­ les sus largos padecimientos, el monstruo habia caí­ do. - 141 —

Pero et General Mitla había ttegado ya at fi­ nal de su existencia; tas victorias de abril y junio de 1871 no pudieron protongarta. Cerca de cuarenta años de batattas patrióticas, soto interrumpidas por cortos intervatos, habían mermado fuerzas y energías. Cüpo- le ta suerte de asistir— como a unos funerates— a ta caída det oprobio, pero no viendo reaparecer ta Unión, que había sido su deidad, apenas pudo decir que moriría tranquito, mas no satisfecho en sus grandes ideates de unionista.

ñunque no ostentaba enfermedad, tentamente iba cayendo como un sol en et Ocaso. Continuaba desempeñando sus funciones de Comandante de Co­ pán, gozando det reatce de su prestigio. Vino el final de aqueHa vida de acciones ejem- ptares. Et 5 de diciembre entregó su alma al Gran ñrquitecto det Universo. La Gaceta Oficial pubticó et artícuto que dice:

"En ta madrugada det 5 del mes en curso pasó a mejor vida el Generat José ñntonio Mitta, en ia ciudad de Santa Rosa, su pais natal, y en donde des­ empeñaba ta Comandancia Departamental. Et señor Mitta murió retigiosamente con todos los auxítios de ta igtesia, rodeado de sus amigos, de su notabte famitia y de las Señoras de aquet carita­ tivo vecindario, acostumbradas a prodigar toda ctase de consuetos at aftigido.

En muy sentido despacho ha participado at Gobierno el señor Gobernador de aquet Departa- menfo, ta infausta muerte det ¡lustre difunto (sic), y tos esmerados funerates que se te hicieron. ñunque el General Mitta fue bien conocido en el pais, incumbe a ta prensa oficiat hacer honrosa mención de ta vida púbtica de aquet esclarecido jefe. 142 —

Miembro de una de tas principales familias de^ país, fue educado en ¡os establecimientos literarios bajo el régimen español, viniendo a interrumpir sus estudios ta gloriosa revolución de independencia de 1821. Durante !os acontecimientos políticos de Centro- amérrca hasta el año de 1832, tue opositor a las ideas exageradas, y por esa causa fue confinado aE Castillo de Omoa como reo político.

Establecido e! Gobierno federal de Centroamé- rica fue uno de sus notables defensores, y por eso, en 1838, siendo diputado en el Congreso de esta Ca­ pital (Comayagua), protestó enérgicamente contra la reforma, manifestando que si tos empteados federa­ os no dirigían bien la marcha de) Gobierno nacio­ nal, no era esa una causa [egitima para botar e) sis­ tema establecido con infinitos sacrificios, conclusión muy tógica y patriótica que enaltece los buenos sen­ timientos del finado General. Desde entonces emigró del país, y a los diez años de ostracismo, en 1848, regresó a su patria bajo ta suave e ilustrada Admi­ nistración det Dr. Lindo, quien apreció los méritos det finado General, así como et de otros liberales de !a época federal.

E! Señor Milla discordó muchas vece:, con sus compañeros de causa, es decir con los que acogían la idea libera! sin reparar en tos medios, mientras que él deseaba la consideración det derecho, de tos hombres y las cosas, circunstancia que cotoca at fi­ nado General en ta categoría de! verdadero tiberal; y para mayor gloria, después de tan recomendabte tituio, EL PATRIOTA HA BAJADO A LA TUMBA SIN DEJAR MANCHADA SU VIDA PUBLICA NI PRtVADA. Poseía el General Milla bastante instrucción mi­ litar; y honran su va!or y pericia, entre otras accio- — 143 -

El General Milla es digno del homenaje de la posteridad. BiBLIOGRAFIA

Al terminar este bosquejo biográfico, soto résta­ me indicar las fuentes de que he podido disponer: Apuntamientos de familia, de don J- Antonio Milla G.; diversas publicaciones históricas del Dr. Rómuto E. Durón; Biografía de Morazán por et Dr. E. Martí­ nez López; Historia de Honduras por el Dr. Valtejo; Compendio de Historia de Honduras por el Dr. Félix Salgado; Biografía de Jerez por J. Dolores Gámez; Biografía de Gerardo Barrios por el mismo autor; Reseña Histórica de Centroamérica por el Dr. Loren­ zo Montúfar; Algunos números de La Gaceta de Honduras; Correspondencia inédita entre el Dr. Céleo Arias y et Coronel Francisco Cáceres; Colecciones de ias Revistas det Archivo y Biblioteca Nacionales y de la Universidad; Morazánida por Joaquín Rodas M.; La Facción de Olancho por el Dr. Francisco J. Mejía; Diccionario Histórico Enciclopédico de la Repúbtica de Et Satvador por don Miguel Angel García.

San Pedro Sula, abril de 1936.

!lllll!ll!t!IIM!!¡!il¡¡)!l!!¡ll!l!!tll!!tlllll!¡!!l!!l!!ll¡li¡!)!!!ll!!!ll]!l!]l!tll!!]!l!ll[lll!!]!!l!!!!l!!!l!!l!lll¡!l¡lill!lllll!!!ll!lll!ll]lllll!IIIM

LH CIÜDRD DE

En la celebración del cuarto centenario de Gra- das no debe faltar un acto de admiración y gratitud para e! Dr. don Juan Nepomuceno Fernández Lin­ do y Zelaya, itustre ciudadano que fue Presidente del Estado de Honduras en el' quinquenio de 1847 a 1852. Este personaje es generalmente conocido por

España, pero adhiriéndose a! Pian de Iguala, a! año siguiente lo nombró el emperador ¡turbide Jefe Su­ perior Político interino e intendente en propiedad de Honduras, habiendo tomado posesión e! 12 de oc­ tubre. Parecía tener gratitug por el país donde ha­ bía adquirido los títulos de Licenciado en Leyes y Abogado, en ta Universidad y en la Audiencia. Perteneciendo a tos criollos españoles, mostróse demócrata, sin embargo, en ia orden que dió e' 30 de octubre sobre apertura de escuelas primarias— ¡a primera orden en ta! sentido en Honduras, la pri­ mera luz!—declarando que !a asistencia de alumnos debía ser SIN DISTINCION DE CLASES.

Las funciones del Dr. Lindo fueron de corta du ración. Caido el imperio, siguió en el partido mo derado (conservador) de Centroamérica y fue adver­ sario de los federalistas, principalmente de! Genera! Morazán.

Él tenía parientes en Gracias por parte de su señora madre Doña Bárbara Zelaya, y allá buscó asito cuando fue perseguido por haber formado parte det gobierno intruso que estableció e! Coronel Justó Milla, habiendo adquirido propiedades en aque! Departamento. En Coloa! descubrió «una riquísima mina de p!ata que producía cerca de mil onzas por tonetada*, habiendo mejorado notabtemente su si­ tuación económica.

En 1838 era diputado al Congreso Federal, reu­ nido en San Satvador, y secundó al Dr. Juan José Aycinena en e! triste decreto de disotución de! pac­ to federal. Lindo seguía firme en sus ideas. En 1839 figuró cofno diputado a la primera Cámara de Re­ presentantes bajo et régimen separatista. En et mis mo año fue nombrado Jefe PoÜtico y mititar de! Dpto. de Gracias. Enredado en tos graves aconteci­ mientos de aquet tiempo, en tos cuates él puso en - .147 - juego sus artes de político astuto, fue destituido y tu­ vo que asilarse en El Salvador, ñllá fue Ministro y luego Presidente del Estado, y durante su efímera actuación fue fundada la Universidad. jEI autor de la primera disposición sobre escuelas primarias en Hon­ duras, firma el decreto de creación de una Universi­ dad en El Salvador! Perfilase entonces el civilizador, el hombre que buscaba el proqreso con la inextin- guib!e luz de ia ctencta. (Loor a él! !uz. Ya no Después fue e! polí­ de !a m uer­ tico obseca te de' Mo- do y adhe­ razán co­ rido ai tra- mienza a o- dicionalis - perarse un mo de sus cambio m a y o r e s , en las ideas sino el hom políticas de bre de cri­ Lindo, co­ terio eleva­ m o si la desa pa ri- do, transi­ ción de a- gente, hu­ quel astro, manitario, le hiciera mirando to m p ren - hacia el e- der mejor !as b o n d a ­ vangelio li­ des de la beral.

ñ) terminar el período presidencial de don Co­ ronado Chávez, el Dr. Lindo no figuraba en prjmera linea, pues no fue parte de la oligarquía que gober­ nó a Honduras de 1839 a 1847; sin embargo, com o elemento de conciliación, ajeno a las intransigencias de los bandos personalistas, fue elegido Presidente por la Cámara de Representantes. Su habilidad polí­ tica manifiéstase entonces más que nunca. Conven­ cido de las miserias de! fraccionamiento, aparece en - 148 —

él un sincero unionista, enviando delegados a ¡a Dieta de Nacaome. Fracasa el intento, pero crece el fervor nacionalista de Lindo, ligándose con Doroteo Vasconcelos, gran patriota de El Satvador.

En 1847, año de su elevación al poder, convierte en instituto oficial la humilde Academia que habían establecido e! Padre Reyes y otros civilizadores. ¡Nace entonces ta Universidad de Honduras! ¡Gloria a Lindo!

En el mismo año, con un criterio altísimo que no tuvieron otros gobernantes de Hispanoamérica, se declara en favor de México y emite una proclama que vate por una declaración de guerra a los Esta­ dos Unidos det Norte, Al año siguiente hace refor­ mar ta Constitución y piensa en dotar de Códigos a Honduras. La reforma era para auspiciar la unión y el progreso.

En 1850, más apegado a) ideal redentor, emitió un decreto sobre Nacionatidad. Desgraciadamente, sobrevino et fracaso de La Arada. En un mensaje a las Cámaras hizo especial recomendación en favor del General Cabañas. Este itustre soldado sustituyó a Lindo en ta presidencia.

AI dejar el poder se retiró a Gracias, ciudad en ta cuat había hecho tas mejores combinaciones políticas para retirar de la escena púbtica a quienes podían estorbarle gravemente en su actuación de mandatario.

Pudo volver a Tegucigatpa, quedarse tranquita- m ente en Comayagua, o dar un paseo por tos esta­ dos vecinos o por el exterior, con et producto de sus minas, pero prefirió irse a Gracias a pasar apacible­ mente sus últimos años. La ciudad de Gracias lo atraía. Era la de su predilección. AHá murió en abril — 149 - de 1857, siendo sepultados sus restos en ¡a bella co­ lina de San Cristóbal.

ñ los ilustres personajes que Gracias albergó, desde el tiempo de la ñudiencia de ¡os Confines, se agrega uno de los m ás sobresalientes gobernan­ tes que ha tenido Honduras. Civilizador con su orden de apertura de escuelas, SIN DISTINCION DE CLñ- SES entre los alum nos, en 1822; civilizador fundando la Universidad de El Salvador en 1841; civilizador fundando oficialmente ta Universidad de Honduras en 1847; hábil político que salva a Honduras de una oligarquia; eminente patriota que tanza una pro­ clama contra los Estados Unidos; civilizador que pien­ sa—el primero—en tos Códigos; unionista que pro­ clama oficialmente la restauración de la República; hábil hacendista que, con modestos recursos, amorti­ za casi toda la deuda pública; am plio pensador que deja et tradicionalismo de sus mayores y busca el camino del progreso y la civilización......

Tal fue el varón que buscó a Gracias para tra­ bajar, amar, pensar y morir.

[Honra para Lindo! ¡Honra para Gracias!

San Pedro Suta, Ju n io de 1936.

ERRATAS NOTABLES En tos dos artículos precedentes se han escapa­ do varios errores de ortografía que el lector sabrá dispensar. En las páginas 112, 113 y 114 se dice que el Lic. José Santiago Mitla era tío del General José ñn- tonio Milta, siendo lo cierto que eran hermanos de padre. Debo ta rectificación a mi muy respetado - 150 - maestro y amigo, el erudito historiador Dr. don Ró- mulo E. Durón, a quien envié una copia del bosque­ jo biográfico. E! Sargento Mayor, después Coronel, don José Antonio Milla fue el padre del Licenciado y del General. El primero de éstos era Milla Arriaga, y el segundo Milla Castejón. También consta esto en un articulo necrológico que escribió el Dr. Juan An- gel Arias en 1887, sobre la personalidad del distin­ guido patriota don Agustín Madrid, quien fué com­ pañero de estudios en Guatemala del Genera) Milla.

En )a página 139 se dice que ai Dpto. de Copán fue creado en 1865, debiendo teerse 1869.

En )a numeración de los pequeños capitutos de) «Bosquejo Biográfico», aparecen dos con e) nú­ mero XII. E) último número, pues, debía ser XIX. EL CUARTO (EMTEMRRIO DE Lñ QÜDHD DE QRñCIñS POR MK?(!M!L!ñnO TREJO

En et eterno rodar det Tiempo, Puebtos y Hom­ bres, tienen sus dias máximos que tes brindan ¡a oportunidad de efectuar un examen generat de todos sus haberes morates, intelectuates y materiates; fe­ chas jubitosas que tes marcan una etapa de ta vida, y que son a ta manera de aituras desde tas que pue­ den contemptar cuánto han caminado errónea o sa­ biamente; cuántas han sido sus caídas sangrantes y sus triunfos halagadores, pues la Vida en su vasta vítatidad es una eterna tucha, un constante ejercitar de esfuerzos por ttegar targo y aprovechar bien et vator de esa suntuosa joya que se Dama Dfñ. La ciudad de Gracias, ta vieja ciudad tranquiía, está hoy cetebrando uno de tos tantos centenarios de su fundación; y por su espíritu, catdeado por e! calor de tos sigtos, pasan en desfite estremecido de gloriosa evocación, los recuerdos de sus días próspe­ ros y brillantes cuando un sacerdote de*atma buena - 152 -

pisó el polvo de sus calles con dirección a ta ñu- diencia de los Confines a solicitar la supresión de la esclavitud de los indios; cuando su población era una de las más grandes de Honduras y su estado económico ftoreciente; cuando su nombre tenia reso­ nancias importantes de uno a otro confin centroa­ mericano; pero llegó el día fatal en que el fanatismo despiadado, levantando su puño airado, hizo rodar todo lo que era ya un exponente de civilización y de adelanto; y desde entonces, hasta la naturaleza, haciendo estremecer las vértebras de cerros y m on ­ tañas, ha sumado su acción destructora, en tos po­ cos avances de progreso, que la legendaria ciudad, ha conquistado, como gesta tardía en ei deshilvanar de los años.

El árbot fecundo dei progreso tiene que ser planta exótica en los pueblos cuya vida política está siempre amenazada por los visajes del fantasma de la guerra civil; pues únicamente al am paro de ta paz estable y de) respeto al derecho ageno, la prosperi­ dad viene a ser un premio alentador a los esfuer­ zos individuales; el espíritu del hondureno está hen­ chido de pesimismo y casi no tiene fe en su labor, porque una dolorosa experiencia te ha prodigado amargas lecciones de prudencia, cuando las conmo­ ciones civiles como un huracán han hecho temblar el cordaje .de ta vida nacional; y es asi comoet ade­ lanto de nuestros pueblos ha venido siendo una be­ lla ilusión; el territorio de Honduras es muy quebra­ do y la salida de algunos pueblos como el de Gra­ cias, a los centros comerciales, se hace muy difici! por el estado anorm al de sus cam inos y los medios anticuados de transporte. Da frío en el atma pensar que m uchos miles de pesos que se van a! exterior por compra de jarcia, frutas, productos alimenticios y varios otros artículos de inmediata necesidad, no se adquieran del productor hondureño, muchas ve­ - 153 - ces porque no se consiguen con regularidad, y otras porque no se obtienen las cantidades y calidades apetecidas para responder a las exigencias de !a de­ manda.

De los pueblos de Occidente se podría hacer un jardín; principalmente de Copán, Gracias e Inti- bucá, donde la fertilidad de sus terrenos y la benig­ nidad y diversidad de sus climas, ofrecen las condi­ ciones indispensables, para convertir aquellas tierras apacibles en zonas abastecedoras de frutas, cerea­ les, jarcia, maderas, etc., para toda la República; pe­ ro e! espíritu agrícola e industrial necesita allá, ta ac­ ción enérgica del gobierno para hacerlo despertar, fundando escuelas prácticas de agricultura e indus­ trias, antes que centros docentes para forjar maestros de Instrucción Primaria y bachilleres, que luego vie­ nen* a ser políticos con la única visión de vivir de la ubre det presupuesto nacional.

Hace mucho tiempo que producimos tabaco, sombreros, trigo, frutas, etc., etc.; pero que nosotros sepamos, la producción y manufactura de estos ar­ tículos no ha evolucionado casi nada; porque la ten­ dencia no debe ser producir para el consumo de la C ñ S ñ o del pueblo donde se vive, la visión debe de ir lejos, hacer que lo nuestro traspase las fronteras, para que nuestra independencia económica se afirme y conquiste e) país nuevos y dilatados horizontes de prosperidad. Honduras es un pais prodigiosamente rico, hasta la leyenda; con mejores ventajas naturales por su clima, que muchos otros países que en la hora actual van a la vanguardia de la civilización; lo único que hace falta para, alcanzar ese desarrollo, es una acción verdaderamente administrativa de gobierno y la tendencia por el mantenimiento de la paz. Que el hombre tranquilo del campo y el hombre de espíritu — Y54 — inquieto de la ciudad no piensen jamás en revotu ción, sino en imponer su energía espiritual sobre tas tendencias absorbentes det extranjerismo y tos apetitos concupiscentes de ta potitíquería criolla.

Hay que pensar en que ei pan que comamos^ sea hecho det trigo cosechado en ¡as montanas de Gracias e lntibucá^ en que tos duraznos y demás fru­ tas que importamos sean cosechados en aqueltos tugares que duermen una inactividad de siglos; que el sombrero que usamos sea hecho de materia prima hondurena y por manos hondurenas; que tos sacos en que empacamos et aromático café que exporta­ mos a Europa y Estados Unidos, sean hechos det henequén que produzcan nuestros cerros desolados y tristes, donde periódicamente se oye et toque de! clarín apocatíptíco y se contemptan tos resptandores det vivac como atisbando ta hora siniestra det Hes- oarre de! aima de ta Patria.

Caminos y escuetas; he aMí eí vasto programa de gobierno, que necesitan tos pueblos para su desarrotto cutturat y económico; caminos para estí- mutar ta producción y et consumo y escuetas para perfeccionar et espíritu en las attas tabores del pensa­ miento y de ta voluntad. Nuestros puebtos tristemente rezagados nada podrán tograr sin ta cooperación dei Estado, pues fattos de capitat— motor principat de la producción— de espíritu de asociación y de estimulo,, su progreso tiene que ser tentó, pero ta atención continua det Estado por dotados de vías de comu­ nicación sótidas y bien atendidas para comunicados con los puebtos de vida comercia) activa, puede hacer et mitagro de convertirlos en primeras arterias det organismo económico det país.

Los puebtos deben tener sus ojos fijos en e! porvenir que viene siempre cargado de promesas, y ojatá que ta ciudad de Gracias, a! cetebrar este — Í55 —

centenario de su fundación, vea hacia arriba y con­ temple que ¡as torres de la gtoria son muy altas y que hay muchos escalones para üegar hacia ellas, pero a golpes de acción puede clavar banderas en sus ventanas y al cerrar otro siglo de luchas, puede decir al mundo: ESTO HEMOS HECHO, ESTA HA SIDO NUESTRA LABOR DURANTE ÜN SIGLO DE PAZ Y DE TRABAJO.

RIUCOMES P!HTORESCO$ DE QRHCIRS POR

ñLVRRO PEREZ ESTRñDñ

El CastiHo de San Cristóbal

ñl Occidente de la ciudad de Gracias se levanta una pequeña colina, de m ás o menos 500 pies de elevación, a cuyo pie o base com ienza a extenderse la ciudad, que tiene por limite, al Oriente, el rio ñrcágua!.

D. Juan Lindo, que después de haber sido Pre­ sidente de El Salvador y'de Honduras, escogió como residencia la ciudad de Gracias y que terminó sus dias en la tranquila ciudad, que otrora tuviera e! honor de albergar al ¡lustre sacerdote D. Fray Barto­ lomé de las Casas, sugestionado por la belleza det paisaje, tuvo el capricho de ordenar, que, después de su muerte se le sepultase en la cima de la colina de San Cristóbal, ñsí se hizo: los restos mortales de aquel ilustre hondureño descansan en la cima d? aquella colina, así como también los de su esposa la — 158 — señora graciana Da. Josefa Pineda de Lindo. Sobre estas tumbas se construyó un monumento, en forma de una torre, de más o menos 30 pies de altura. Esa torre fue derribada por e) terremoto de 1916, y, aun ­ que ¡os Diputados gracianos obtuvieron del Congreso Nacional que decretase ¡a reconstrucción del monu­ m ento de tas tum bas de D. Ju a n Lindo y de su es­ posa, esa obra no se ha llevado a cabo.

El General D. José María Medina, otro Presi­ dente de Honduras que tenía predilección por la ciudad de Gracias, hizo construir en ta cima de la colina de San Cristóbal, un castillo, que tiene la for­ ma de una estrella de cinco puntas, cuyos ángulos, fortificados con g"andes murallas y bastiones, fueron trazados de manera que no causaran daño at monu­ mento funeral de D. Juan Lindo y su esposa.

Et Castitto de San Cristóbal es et paseo favori­ to de tos gracianos: en verdad que es un betlo lu­ gar, por et extenso panorama que puede contemplarse desde atlí: hacia et Norte se divisa una considerabte extensión de vatle, [imitado por la montaña de Puca, que culmina en un pico de figura regular, de hermo­ sa e imponente forma, comparable al Pico Bonito de La Ceiba, aunque éste no es de tanta elevación como aquél, ñi Occidente se yergue ta montaña de Celaque, que tam bién sirve de [imite al valle de Gracias, hacia aquet rumbo. Desde ta ciudad se ve una ancha cinta de plata, formada por el rio ñrcágua) al descender de la montaña: et paisaje que se con- tempta desde la ciudad no tiene igual en Centro América: se ve entre to azut de la montaña, ta faja de cotor ptateado que forma el rio al precipitarse de ta cima de Cetaque. Hacia el Sur, se domina, hasta donde alcanza )a vista, una gran extensión det valle y et puebleciHo de Mejicapa, tugar de peregrinación, donde se reúnen tos pobladores de Gracias, una vez por año, et 13 de Diciembre, día en que se celebra - 159 — en ese lugar ta fiesta de Santa Lucia: ese día et puebtecítto tiene un aspecto original y de rara y franca alegría, que te da la afluencia de casi la to­ talidad de tos pobtadores de ta ciudad de Gracias. La costumbre de asistir a ese tugar, en aquella fe­ cha, data de la época colonial, y, los gracianos, que son conservadores, no han echado en olvido esa sim­ pática costumbre de tos dias coloniales.

La sociedad de Gracias es la más conservadora de las tradiciones coloniales; posiblemente ya quede en Honduras Solamente ese lugar donde tas familias tengan, como primordial cuidado, la conservación de tas costumbres y de tas tradiciones de la época colo­ nial. ñlgunas veces hemos oído decir que en aque­ lla ciudad se vive cien años atrás de la época pre­ sente: aunque así sea, nosotros consideramos como tos mejores y deseamos que sea así por muchos años, et sistema de vida, tas costumbres sencillas y tas prácticas antiguas y coloniales de nuestra querida ciudad. Mejicapa

ñ dos kilómetros al Sur de la ciudad de Gra­ cias, m ás o menos, se halla situado el pintoresco viltorrio de Mejicapa, en una seccción del valle mismo en que está la vieja ciudad colonial, teniendo aquél, a m uy corta distancia, (cien o doscientos metros), un pequeño rio que lleva el mismo nombre.

En el centro del poblado se halla construida la iglesia de Santa Lucía teniendo a su rededor un ex­ tenso campo, cubierto de césped verde, que forma una ancha plaza, a ta qué rodean las construcciones en que viven los pobladores de aquel pintoresco lugar.

Nosotros recordamos con agrado aquel tiempo en que lo cruzamos con frecuencia, cuando íbam os a - 160 - visitar a ¡a familia Cisneros, qué en las proximidades del lugar tiene una hermosa quinta de verano, que, desde la época colonial lleva e) nombre de Los Mo­ linos, porque desde aquella época lejana ya, tiene molinos movidos por la fuerza hidráulica que le su­ ministra el rio Mejicapa, que atraviesa esa deliciosa propiedad. Durante todo el año Mejicapa es un lugar tran­ quilo y apacible pero el 13 de Diciembre, día en que se celebra allí la fiesta de Santa Lucía, cambia por completo su aspecto: ese día reina la alegría y la animación: todos tos habitantes de Gracias se trasla­ dan a Mejicapa, siguiendo una costumbre de los días de la colonia. En un lugar de la plaza, los morado­ res del pueblo^ que saben que ese día los visitarán los gracianos, construyen una amplia enramada, que está destinada para que tos visitantes puedan dedi­ carse, unos at baste y otros a conversar con sus amigos. Et perímetro del pueblecitlo, ese día, está pobla­ do de tiendas de campaña, que al rededor de la iglesia construyen los mercaderes, los vendedores de frutas, de refrescos y de otras golosinas, y también ocupado por los indios de los puebtos cercanos que lle­ gan ese dia a vender los productos de su ingeniosa habilidad manuat y los productos naturales. Hace dos años estuvimos por úitima vez en Mejicapa, de paso, al ir a Los Molinos, pero no fue en Diciembre sino en Marzo, después de 25 años de ausencia, y con la imaginación rehicimos el paisaje que vimos tantas veces en nuestros dias de !a ado­ lescencia, en que, como los demás muchachos am i­ gos, deseábamos con entusiasmo, que Hegara aquel día, esperado todo et año. €n aquetlos días, en que no existían las hon­ das divisiones que hoy ha creado ta política, el 13 VtSTAS PARCtALES DE GRACtAS

- 161 - de Diciembre, se reunían bajo la enramada de Meji- capa, todas las famitias de la sociedad graciana, que iban a esa fiesta, pues, entonces, no existían las va­ lias que hoy separan ia familia nacionat. La Altiplanicie de Las Mesas Desde la cima de la coiina en que está cons­ truido ei Castitto de San Cristóbai, puede contempiar- se la meseta que se extiende sobre el cerro que se hatia situado ai Noroeste de Gracias. Es una aitipianicie de varios kiiómetros de ex­ tensión, que pertenece a ia famitia Mitta Cisneros y es atií donde se ha establecido el aeródromo de Gra­ cias, que por su ampiitud, es uno de ios mejores de) país. Ya hace muchos años que no hemos visto ese lugar, pero )o recordamos porque es muy atractivo y de gran betteza natura). No sabemos que en Hondu­ ras exista otra aitipianicie de una extensión semejante. Cuando tuvo lugar el desgraciado suceso de) Butero, en Gracias, en tos dias de la Colonia, )a mi­ sión religiosa que se encaminaba para esa ciudad y que por aquel acontecimiento se vió obtigada a de­ tenerse en Cucuyagua, a) ser requerida por el ñyun- tamiento de Gracias, para que penetrara en )a ciu­ dad, exigió, como condición para hacerto así, que fueran incinerados tos cadáveres de tos habitantes de la ciudad, que hubieran fattecido después de aquel suceso. El Ayuntamiento aceptó esa condición y dis­ puso que fuese )a altiptanicie de Las Mesas el punto en que se Hevase a cabo aquetla cremación. Las Mesas es un lugar visitado continuamente por los estudiantes, por motivo de que al extremo Norte de ta attiptanicie existe una inagotabte mina de yeso, que, desde tiempo inmemoriat, provee de ese materia) tan necesario a tos escotares de aquetta ciudad, que con et pretexto de ir a traer yeso, hacen - 162 —

excursiones frecuentes a Las Mesas, especialmente durante ios meses de verano en que abundan en esa altiplanicie unas frutas muy agradables, llamadas allá arrayanes y que pertenecen a la familia botáni­ ca de las mirtáceas. El Río Mejocote El rio Mejocote o Río Grande, que es uno de ¡os afluentes del (Jlúa, es otro lugar de excursiones de la ciudad de Gracias, especialmente en los meses de verano, en que algunos grupos de bañistas con­ curren a aquel lugar. Próxima a ese ancho río está la aldea del mis­ mo nombre, donde se han encontrado calpules o-pe­ queñas colínas artificiales, dentro de las que se han hallado curiosas obras de alfarería indígena, entre ellas estatuillas que semejan antiguas figuras egip­ cias. Nosotros poseíamos en ese lugar un valioso te­ rreno, en las márgenes del rio, que heredamos de nuestros antepasados y que vendimos a los señores Pineda H. Hay en otra propiedad de esa familia una porción de terreno que se mantiene cercado, y don­ de se tiene cuidado de que no penetre el ganado porque es peligroso ese lugar para los animales por estar cubiert:o de innum erables agujeros, en forma de pozos, de bastante profundidad. Esa particularidad del terreno de la familia Pineda H. es muy digna de ser estudiada por los que se dedican a la Geología, pues nadie se imagina cómo se formaron esos po­ zos, que no puede haber sido por la mano del hom­ bre, pues son muy numerosos y no hay nada que pueda explicar por qué se hallan allí. Esa propiedad se conoce con el nombre de LOS HOYOS. Mejocote es un lugar de clima muy diferente al de Gracias, a pesar de que se encuentra sola­ mente a una legua de distancia de la ciudad; mien­ tras en Gracias hay una fresca y agradable tempera­ tura, Mejocote tiene un clima ardiente. ^li¡!!l[!!!!!!¡l!!'¡¡l¡l)ll)')l!)!!M)[jlll¡i!lllll¡l!llljl¡tll[¡l!i)!!j)ll)Nij!)M)ijj¡!iltl])l¡¡¡l!)ll!!!)lll¡l!¡!)¡!i!!!ll!il!lllj¡jjl¡!l)jj)!lllljj))l)l[)

Et Presbítero D. Modesto Chacón POR

Leopoldo Pguitar O.

En el recuerdo que se hace de los hombres que han contribuido al adelanto de un país, siempre de­ bía colocarse en primera linea a los héroes albos, es­ to es a los que, dedicados a la enseñanza, han derra­ mado mucha luz en ta conciencia de los pueblos. En este libro de homenaje a Gracias no debe faltar — aunque sea en breves palabras—ta exaltación del Presbitero D. Modesto Chacón, uno de tos buenos civilizadores que ha tenido Honduras en e! último medio siglo. En 1912, después de permanecer dos años en et Dpto. de ñtlántida, Itegué a !os puebtos de San Francisco y Santa Cruz de Yojoa y tuve el piacer de conocer al Padre Chacón, de quien ya tenia muy honrosas referencias. Desde ta primera conversación comprendí que aquet sujeto era de una itustración poco común. Sus ptáticas eran como conferencias instructivas, dando a conocer el dominio que tenía en varios ramos det saber. Lamentábase entonces de haber venido a me­ nos, de estar como olvidado en Santa Cruz de Yo­ joa, puebto que había entrado en lamentabte deca­ dencia, después de haber sido un centro de activi­ dades que prometía mucho para lo futuro. Refería - 164 - que había salido de su casa de Gracias bien provisto de todo, ya que disponía de recursos heredados, y que a la sazón hallábase pobre, decepcionado, incomprendi- do, entrado ya en la vejez, e) período doloroso de ta vida. Tenía una pequeña casa de huéspedes que había bautizado con el nombre de "Et Demófilo", en ta cual podía atojar cuatro personas. Como una novedad me mostró unas cuantas VERDURAS, cosechadas en una hortatiza que en persona cuttivaba, trayendo agua det rio próximo. En esto ha quedado, me decia, et IN­ MODESTO sacerdote que satíó de ta ciudad nativa Heno de ilusiones, dispuesto soto a hacer et bien, principatmente en et cumpÜmiento det deber de en­ señar al que no sabe. En conversaciones que duraban días enteros, en los puebtos referidos, me hizo relatos de sus ac­ tuaciones como sacerdote y como educador, con ta gracia y donaire que eran muy propios de él, notán­ dose los dejos de amargura que habían producido las decepciones. De un depósito de tibros y periódicos sacó un legajo que contenía tos originates de "LA BARQUI­ LLA DE SALVACION DE Mt HiJA", un coujunto de preceptos de morat y urbanidad que había sido pu- bticado en ta "Revista de ta (Jniversinad", por supli­ cas de un amigo de Tegucigatpa. En este precioso estudio proponíase ét mostrar a su hija (cuando to escribió sólo tenia una) et camino de ta satvación, temeroso det cambio que iban teniendo tas antiguas costumbres, cambio que ét consideraba comota aper­ tura de una compteta desmoralización. Sujetos de mucha ciencia y experiencia han etogiado, como lo merece, et trabajo que ét suscribió con ei nombre de CONCHA M. DE SOTO, anagrama det suyo. En et tomo I de ta Revista de ta Universidad, año de 1909, pueden admirar los amigos de buenas tecturas et estudio del Padre Chacón. — 165 —

Desde muy joven sintióse atraido por ta ense­ ñanza. Comprendiendo en toda su amplitud los pre­ ceptos del Evangetio, consideraba como una obtiga- ción dar la luz de la sabiduría a sus sem ejantes. Aunque había colegio nacional en la ciudad de Gra­ cias, él dispuso fundar uno particular, para ¡o cual solicitó la validez oficial de los estudios, en aquellos tiempos en que, por primera vez, tuvimos Código de Instrucción Publica, hijo del gran civilizador Dr. Ramón Rosa. Venciendo no pocas dificultades realizó sus nobles propósitos, estabteciendo un coiegio de enseñanza secundaria, normal y primaria. Fué aquel establecimiento un verdadero foco de luz en Gra­ cias, en el que se prepararon muchos sujetos que han prestado importantes servicios al país. Años después, en 1888, fundó un centro especial para se­ ñoritas, poniéndolo bajo la inmediata dirección de la señorita Carlota Marín, habiendo salido varias gra­ duadas en ciencias y letras y en magisterio. La se­ ñorita Marín, ya entrada en años y tlena de acha­ ques, vive aqui en San Pedro Sula, tal vez contemplan­ do con tristeza cómo suelen echarse en olvido las personas que han gastado las energías de los mejo­ res años en e) magisterio.

Cuando sobrevinieron ¡as atteraciones de la paz en los años de 1892 a 1894, e¡ Padre Chacón ausen­ tóse de Gracias y emprendió ¡o que é¡ ¡¡amaba un éxodo soto de amarguras. Degó a TrujiHo, nombra­ do cura párroco de aqueüa ciudad, y no tardó en fundar otro estabtecimíento de enseñanza, habiendo obtenido ¡a juventud ¡os mejores beneficios. A¡ cabo de atgún tiempo fué trastadado a ¡a ciudad de Otan- chito, habiendo continuado attá sus ¡abores de edu­ cador. Mucho tiempo duró e¡ estabtecimíento que tu­ vo a su cargo, togrando una transformación cutturat en la ¡ocalidad. Era incansabte e) Padre Chacón en su nobilísimo afán de hacer luz y más tuz en ¡as - 166 — conciencias. Naturalmente, ei exceso de trabajo en sus múttiples funciones iban mermándote enerqias v sa)ud. Posteriormente fué trasladado a Santa Cruz de Vojoa, en donde vivió el resto de su vida. Aunque por razones de dieta habia pensado retirarse del ma­ gisterio, no tardó— obedeciendo a los impulsos de su corazón — en abrir otro establecimiento de enseñanza. La falta de elementos, tan necesarios para algunas clases, él la sustituía con ta experiencia y destreza que habia adquirido en largos años de labor. La cla­ se de Astronomía la daba de noche, cuando el cielo estaba exento de nubes y brumas. Como tas expli­ caciones eran al aire libre, frecuentemente veiase— como el filósofo ateniense en los jardines de Acade- mus—rodeado de mucha gente, además de lo: alum­ nos. Era entonces el tiempo en que Santa Cruz de Yojoa parecía que iba a ser un gran centro agricota y ganadero, habiéndose establecido varias familias extranjeras que produjeron una saludable emulación entre tos vecinos. Desgraciadamente vino la decaden­ cia, el colegio fué clausurado, y et Padre Chacón, en­ fermo, pobre y abatido, conformábase con retatar sus targas e improductivas tabores de educador. Cuando lo conocí todavía conservaba entusiasmos, pero el pesimismo to dominaba con frecuencia, repi­ tiendo aquetta frase de Bolívar: "He arado en el mar". En las reanimaciones que tenía mostrábase de nuevo el cumplidor det Evangeiio.et amigode la juventud,el gran educador. Las personas atentas a toda observación retirábanse de su presencia con algún conocimiento nuevo. Sus ptáticas eran sapientísimas. Siendo sacerdote, profesaba ideas tiberates, por io cual debía estar excomulgado al tenor det Siltabus, si no fuera inaceptable, a los ojos de la razón, la in- falibitidad que proclamó el Concilio Vaticano de 1869- 1870. Et tiberatismo det Padre Chacón consistía en la — 167 - am plitud de criterio, en e! respeto a las creencias aje­ nas, en ia aversión a) fanatismo, en el respeto a las doctrinas científicas, en su devoción a tas libertades públicas, etc., etc. Una vez me decía, "Ltd. parece que tiende a iibrepensador, no incurra en exageraciones; mi criterio es que ¡a Ciencia sin religión no sirve, y que la Religión sin ciencia no sirve. Piense y medite". Llegó a adquirir muy apreciabies conocimien­ tos en Filología y Medtcina. Criticaba severamente en sus pláticas a los escritores y poetas que parecían estar divorciados de los buenos preceptos, lamentan­ do la pobreza de las palabras, el mal uso de las mis­ mas y el oscurantismo de las frases. Él respetaba el modernismo, pero detestaba la decadencia. Como médico liego a ser más solicitado que algunos licen­ ciados de las facultades universitarias. Sus conoci­ mientos los habia adquirido por el estudio constante. De haber sido él adicto a la publicidad en la prensa, habrían sido apreciados sus grandes conocimientos. Sus últimos años fueron tristísimos. Las dolen­ cias físicas habían llegado al período critico. Quiso salir en busca de otro ambiente, pero la pobreza no se lo permitió. Las ingratitudes y desprecios habían rebasado ta copa de la amargura. Invocando los grandes servicios prestados a la enseñanza, pidió at Congreso Nacional una pensión para atender a sus necesidades cuando ya no pudo trabajar. En 1929 fué resuelta de conformidad la solicitud, pero ¡oh cosas det m undo! el día anterior había muerto en su olvidada residencia de Santa Cruz de Yojoa. Yo tengo predilección por los héroes blancos, tos que no contribuyen a) derramamiento de sangre y tágrimas, sino que iluminan la conciencia de los pueblos por medio de ta educación. Por eso rindo este hum ilde tributo a la grata m emoria del ilustrado graciano D. Modesto Chacón, educador ejemplar. San Pedro Sula, junio de 1936.

SEGUNDA PARTE

ESCRITORES Y POETAS

DE GRACIAS

JEREM!RS (tSHEROS

Pocos hondurenos se han dedicado con tanto afán al cultivo de las letras como el señor Cisneros. Ha escrito m ucho asi en prosa com o en verso. No descansa un instante. El tiempo que no emplea en los negocios mercantiles lo consagra á importan­ tes estudios filosóficos, sociales y políticos, al estudio de los clásicos españoles y á la labor literaria.

Su poema LEMPIRA indica las tendencias del señor Cisneros á la creación de una literatura na­ cional. Ya él comenzó. Es menester que le sigan otros por ese camino. Sin el poema CELiAR de Ma- gariños Cervantes, la literatura americana no conta­ ría hoy, acaso, con TABARE de Zorrilla de San Mar­ tín. De desearse es que LEMPIRA, como ejemplo, dé origen en Honduras a un poema nacional en que resplandezcan los antiguos tiempos, ricos en episo­ dios y rasgos brillantes y heroicos, que revelan el vi­ goroso espíritu que animaba tanto á los aborígenes como á los conquistadores.

De "Honduras Literaria" 1896 Jeremías Císnero;

LEMPtRK

L A CONQUÍSTA

i

ñ q u í, sobre tas cumbres det C O N G O LO N gigante, Dominase, á lo lejos, el vasto litoral De un pueblo generoso, de vida exuberante, Do tuvo el primer templo )a patria libertad.

Dominase el grandioso, risueño panorama Que forman nuestros picos y crestas hasta el mar, Los montas y los puebtos que et patriotismo adama Cual monumentos vivos de honor tradicionat.

ñtlá, en tontananza, descuella ta eminencia De un monte celebérrimo, de histórico vator: Et gran COYOCUNTENñ, ta egregia residencia De aquét DE Lñ ñLTñ SIERRñ, magnífico SEÑOR.

Et cerro es que ha ocultado su pórMco soberbio, Las criptas y patacios que encierra en su interior, Las joyas y tesoros— ba^o un secreto impervio Quizás hoy de dificit ó vana inquisición. — 6 —

ñlli Lempira alienta, alli su reino se alza, ñllí la cruenta lucha se traba con furor, ñllí la España sienta de pérfida y de falsa Indigno un precedente de eterno deshonor.

Mirad: aun se distinguen las obras seculares Que acusan la estrategia cual fin de su erección, Com o en Cerquin, no lejos, al Oeste, los sillares, Con arte colocados, marcial destinación.

Y fué en Cuyocuntena do hubo combinado De heroica resistencia su incomparable plan Lempira, cuando supo que había traspasado El español los lindes del reino de Copán.

Entonces, con presura, sus hombres eminentes Congrega en asamblea; ya no hace distinción De clases antagónicas; de bandos disidentes Realiza, como medio supremo, la fusión.

Preciso es consignarlo: con lúcida elocuencia Lempira hace el peligro cercano conceptuar; Y todos, con respeto profundo en su presencia, No osan ni aun siquiera sus labios desplegar.

Ferviente los exhorta á defender sus lares, La integridad del suelo, su hogar, la religión, Contra una raza extraña que atravesó los mares Y trae en sus banderas el simbolo del León.

Seduce la apostura del héroe, la grandeza Que muestra en su gallardo decir y continente; Sombría es su mirada, mas habla con nobleza, Furtiva deslizando la mano por su frente.

Lo exalta el patriotismo. Por victima se ofrece Primera en el combate que apréstase a librar; Y el pueblo, que lo escucha con ansia, se enardece Jurándole su ejemplo seguir sin trepidar. - 7 —

Oh puebtos! Cuántos siglos vivisteis ignorados, Sin que del Mundo Antiguo Mamaseis !a atención, Sin que vuestra existencia tos puebtos avanzados Hubiesen presentido siquiera antes de Biorn.

(Jn genio extraordinario, que inspira ñquél que a¡ mundo Girar hace en sus ejes de eterna rotación, Ha visto en sus ensueños tu cielo rubicundo, América, tu cielo radiante de esptendor.

COLON es más que un hombre. Tan altos pensamientos En et cerebro humano no sueten ebullir Sino cuando son esos cerebros instrumentos Q ue á fines providentes e) cielo hace servir.

Mas ¡ay! cruet enseñanza será siempre en la Historia La suerte del ilustre cosmógrafo Colón: Et hombre que á Castilla cotmó de honor y gloria, La ingratitud to ootma de hierros y batdón.

Los mares atraviesa, cual mathechor, cargado De gritlos infamantes et gran descubridor; Pero un clamor de ira de) pueblo levantado De los monarcas ruge terribte en derredor.

Y tiembta )a reateza, y a reparar se apresta Una ruindad que aun hace tas tágrimas verter; Porque ta noble patria det Campeador protesta Contra una infamia, hija de un español mancer.

Por él—por el proscrito—tú, América, surgiste De) fondo de una noche de eterna oscuridad: Y aunque la triste herencia de) nauta recogiste, Tú enseñas hoy al m undo )o que es la ¡ibertad! — 8 —

III

Silencio! Se oye un vago susurro d e am enaza ñl lado de los montes que están al Septentrión; Qué es eso? Una avalancha de gente que traspasa Las cumbres elevadas del alto Merendón.

Lo ois? Por ese lado, do asoma refulgen^ E) sol, toda la esfera bañando de esplendor, Existen las naciones que llam an "d e Occidente"; De ahí son esos hombres, de allí es esa invasión.

Oíd: es com o el eco de una lejana grita, Y es sólo que acercándose ios españotes van; Ya cruzan ios ramales andinos que limita, Celake, que al Oriente se yergue cual titán.

¡ñlerta! que el hispano penetra cual torrente Que inunda la campiña voraz, devastador, Y é) es quien el silencio perturba irreverente De estos umbríos bosques do no penetra el Sol.

La atlética estatura, las formas, la rudeza, Presentan a esa raza de un tipo singular; Y e! cándido aborigene, absorto de sorpresa, Ve la extranjera planta su sueio profanar.

Ya llegan a aquel valle que silencioso baña ñrcágual con sus ondas de nítido cristal, Y exploran diligentes la próxima montaña, Que abunda en los productos del reino natural.

"¡Gracias a Dios!"--excIaman con gozo extraordinario, ñt ver una planicie capaz de la ciudad Que edificar proyectan cual punto intermediario Que ha de servir de escala del uno al otro mar. ñtti se erige un pueblo. La exclamación piadosa Que diéronte por nombre, consérvase hasta hoy; CJn puebto que fué fuego ciudad esplendorosa Por tas riquezas muchas que encierra en su redor.

IV

Montejo cree en Honduras su imperio cimentado Y, ufano, se espacia attá en Vattadotid; Mas ay! aquí de "Gracias" muy cerca un potentado Indómito se yergue de Lempa hasta Cerquín.

Piraera se declara en actitud de guerra, Y, Etempica, et Jefe, detega su poder En et campeón Lempira, que jura de esta tierra Las iuvasoras huestes vatiente repeter.

Los Cares sus enconos deponen, y a Lempira Prometen su concurso de fuerza y de opinión. Todo el poder det reino á defender conspira Los fueros de la patria, la fe, la religión.

Todo esto á tos hispanos preocupa seriamente, Y en germen el petigro propónense ahogar; Montejo ordena á Chávez que satga con su gente De Gracias, y proceda tos indios á atacar.

Lempira! La tid ttama, ta tid con inminencia Se ofrece a tus vatientes.... ñterta, en guardia estad! Cerquín ya fué invadido. Opón ta resistencia Que espera ese gran puebto de tí con ansiedad.

Son pocos tos hispanos. De una campa! batatta El éxito un problem a no puede ser jam ás; No obstante que son hijos del puebto que avasalla, Después de cruenta lucha, at fiero musulmán. - 10 —

Sagaces excogitan un medio conducente ñ eludir [a guerra que en perspectiva está, Y, a) cabo, ardid aleve !es presta un expediente Que debe e) pian inicuo, de Heno realizar.

ñvístanse tas fuerzas; Lempira, con firmeza, Les dice á sus contrarios: "Los mios tidiarán Con sobrehumano esfuerzo, con rígida entereza; Si mueren cientos, mites su puesto ocuparán.

ñbrid, pues, el combate". Sobre un peñón ctavado Contempla de sus fitas ta inmensa muttitud ñnte ta cuat se arredra et invasor osado, De quien ta altanería se torna en inquietud.

Cual bárbaras condena tas tuchas, é invoca De! íntegro aborigene ta magnanimidad: De paz un blanco !ienzo, cuat simboto, cotoca ¡Hipócrita! en una asta que empieza á tremolar.

Proponen un arregto. ¿Quién puede !a perfidia Temer de quienes ttevan por tema ta teattad? Lempira desconoce ta cábata y ¡a insidia, Y espera en e! hispano su hidatga fe encontrar.

Oh, si, porque ese puebto en su estandarte tleva La insignia soberana de! mártir de !a Cruz, Que tremotó creyente en ta tremenda prueba De que saíió rompiendo ¡a negra esctavítud.

El puebto que ocho sigtos tidió con bizarría Por sostener incótumes su sueto y religión, No puede dar !a espaida, no, nunca, á )a hidatguía Y destucir las gtorias que forman su blasón.

Mas ¡ay! que tanto tituto á garantir no atcanza De parte del hispano condigno proceder; En el egoísmo estrecho inspírase y se tanza Un atentado digno de oprobio á cometer. — 11 -

De súbito á Lempira se acerca un parlamento En cuya grupa oculta sus armas un dragón, "¿Las bases-—dice el héroe— de vuestro avenimiento?" Y atruena e) aire entonces mortal detonación.

Mortífera la bala de! arcabuz amigo, Que escuda e) blanco lienzo, va pérfida á herir El pecho del Caudilio que no llevó consigo ñrreos de defensa que inútiles cree attí.

Vacila, y luego vése caer de la eminencia, Rodando hacia el abismo, el cuerpo del Campeón. Traidores! que así insultan tan noble resistencia! Traidores! de la Historia lleváis la maldición!

V

Más de setenta lustros hará que en esa peña, Q ue existe aún en la falda del alto Congolón, Pasó la inicua escena que narro; es la reseña, Ei Haceldama eterno de un noble Paladión.

Esa es "Piedra-Pasada", testigo enmudecido Que vió de aquel suceso la negra realidad; El pueblo le conserva su nombre y su sentido, Que habrán de pasar íntegros á la posteridad.

"Ha muerto nuestro Jefe, oh hijos de Etempica; Los blancos hánle muerto sin acercarse á él"— Dicen al caer Lempira. La voz se multiplica, La confusión y alarma sembrando por doquier.

"Sabed"-la voz agrega--"que un rayo le han lanzado ñl gran Señor los blancos. ¿Debemos esperar Q ue ordenen a tas nubes abrir su seno hinchado, Y hacer sobre nosotros sus rayos estallar? - 12 —

Huyamos!". Y en desorden completo se desbandan Los indios que at hispano reputan por un Dios; Los peones que obedecen, los jefes que los mandan, Por ásperos barrancos discurren con pavor.

Del reino de Piraera concluida es la campaña, Los indios se someten. La inicua trinidad De Chávez, de ñtvarado, de Cáceres engaña ñl crédulo aborigene que explota sin piedad.

Rapaces arrebatan el oro de este suelo, Tesoros y riquezas, con bárbara avidez; Eñ tanto que los indios, con hondo desconsuelo, Se van a las cavernas y bosques á esconder.

Persíguenlos, y aquellos que aprehenden son tratados Cual seres destiuídos de espíritu y razón; Cargados como mulos; condúcelos atados del cuello con anillos de hierro el vencedor.

Sí mueren, su cerebro del tronco es separado, Guardándose para otro la argolla tutelar; (Jn indio no merece que sea sepultado, Y arrojan sus fragmentos desnudos á un can.

ñsí se olvida el hombre de todo en la victoria, Y ultraja los principios eternos de moral; Y en la embriaguez del triunfo a la impiedad por gloria ñdopta .como norma de un proceder brutal.

Dios mío! yo no quiero tantísimos horrores, Crueldades inauditas, como éstas, recordar; Circula en mi la sangre de mis progenitores...... La Historia que los juzgue, la Historia es imparcial.

Sembrando sólo ortigas, malezas y zízaña, El fruto á la semilla debió corresponder; Más ¡ay! la noble ñmérica no exige de la España Sino el que unan los lazos de una intima estrechez. — 13 -

Oh sitio venerando! No quiero en este instante Con túgubres recuerdos mi mente contristar..... Yo vine á contemptaros soticito, anhelante, (Jn infantil deseo propuesto á reatizar.

Perdona si mi plectro, no puede, desmayado, De mi laüd las cuerdas estériles vibrar, Si, at ver tanta grandeza, en vano, em ocionado (Jn himno de ventura pretendo yo entonar.

Que vengan otros bardos, con su laüd sonoro. Con ta armoniosa tira, de inimitabte son, Tu espténdida betteza, de sin iguat tesoro, En cantos inmortates, á dar á la Nación.

DESEHCRMTO

i

Cómo pasan, cuán vetoces Se destizan en ta esfera Del recóndito infinito Muestras horas placenteras; Esas horas bendecidas Que, á medida que se atejan, Tras et prisma det pasado Futgurosas reverberan; ñ t revés de tas de tuto Horas tívidas y negras Que, con paso perezoso, (Jn anciano—el tiempo— tleva.... Siempre rauda ta ventura, La desdicha siempre tenta; — 14

Las sonrisas muy fugaces, Las lágrimas duraderas...... Cómo torna el hado impío Nuestro júbilo en tristeza, Y la plácida alegría En amarga efervescencia; Y los lam pos de oro y grana, Que brillantes festonean Nuestro cielo de zafiro, En presagios de tormenta.... Cómo hiélanse en el pecho Las afecciones más tiernas, Los lánguidos sentimientos, La erótica vehemencia! C óm o las flores del alm a — Cuál en otoño hojas secas— E) cierzo del desengaño Arrastra con inclemencia! Cómo cae de las sienes De !a virgen la diadem a De rubíes, de topacios, De azahares y azucenas, Y en su faz se desvanece La aureola que semeja A querubes celestiales Las criaturas imperfectas, Cuando e! ánge! invisible Que vigila su inocencia, Sin misión ya, contristado Al empíreo se regresa.... ! C óm o el hálito de! genio Que preside las tinieblas, La natura un paroxismo De agonía experimenta; Y pátidas desparecen Los perspectivas más ledas Que e! horizonte dilatan De la esperanza risueña; - 15 -

Los mirajes encantados, Las visiones de que puebla La creadora fantasía La concavidad etérea; Los ideales más subtimes Que arrebatan y embelesan, Las imágenes radiantes De esplendor y de belleza!

II .

Dios eterno! qué infeüce Es de! hombre ¡a existencia Cuando carga con el féretro De sus ilusiones yertas; Cuando espectros pavorosos En su espíritu atetean Semejando en e! espacio ñ tas aves agoreras; Cuando no haüa en e! Sahara De su vida ni una tienda —Ya no oasis—qüe en su marcha Tormentosa !e proteja; Ni una mano que, impeiida De) cariño, )e suspenda Hacia e) borde det abismo Do to tanza su demencia! Qué desdichado es si hiere Su corazón ta saeta De )a envidia, y )e sorprende La sórdida inconsecuencia; Si en ta amistad ta perfidia, E) cátcuto vi! encuentra Y en )a virtud tas ficciones De hipocresía rastrera; Si es !a Übertad, un mito Y vanidad !a modestia, Y máscara e! patriotismo — 16 —

De ia ambición turbulenta; Si ta justicia una burta Es det derecho sangrienta, Y hasta ta sabiduna Ignorancia pedantesca; Si es ta gloria un espejismo Engañador, en que rieta De ta mente en desvarío La aspiración sempiterna; Si cuanto existe de santo —Sentimientos y creencias Det atma, tas concepciones Esptendorosas y excetsas;— La pasión, desatentada Con todo to que ta enfrena, Lo hace et blanco de sus iras. De su escarnio ó de su befaíH

HE

En vano et mísero insecto Que ttaman hombre, protesta: Contra tas teyes que rigen La hum ana naturateza; En vano mterroga at Cieto Y et universo en presencia De Espacio Y Tiempo infinitos. De ta infinita materia; En vano pregunta cómo, De dónde y por qué anatema Ét se arrastra en este vatte De tágrimas y miserias; Porqué ta desgracia todo ñvasáltato en ta tierra, Y un gemido interminabte De todo et orbe se eteva; Por qué se te dio ta vida —Dádiva cruet, funesta,— — 17 —

Sin requerir su atbedrío, Sin recabar su aquiescencia; Porqué ese duro castigo Sin existir culpa previa, Sin preceder e) detito Que justifique ¡a pena; Porqué.... pero no, es detírio La esperanza de respuesta, Si un espantoso mutismo En mares y abismos reina. No hay armonía en ta vida Universa) det planeta; Un desorden sorprendente Predomina por doquiera. La destrucción y ta muerte Todo to amargan siniestras, La catástrofe imprevista Surge, y et pánico siembra. Et crimen triunfa; tembtando Vive ocutta ta inocencia; Se ve ta honradez proscrita, La ruindad se recompensa....! Cuát es ta tey de ta vida? De ta mora! cuát ta regta? ¿Se cree posibte una justa Tardía palingenesia.....? Por todas partes at hombre Oprime una fuerza ciega Contra ta cuat reacciona Siempre en batde su ftaqueza. La súpMca fervorosa, La inverecunda btasfemia, La sacritega amenaza De una rebetión proterva; La oración que se levanta, Cuat hostia, de ia conciencia, La imprecación más impía, La ptegaria más intensa — 18 —

Son lo mismo; nada alcanzan, No consiguen que esa fuerza, Impasible, inexorable, Se desvíe ó retroceda. Existe el mal. Permanente, Terrible, fatal, sin tregua, ñzota al mundo, envidioso De que la paz prevalezca. Cual un poder que contrasta La acción de la Providencia, Labrando la desventura De la humanidad no cesa. Se dice que nada existe Sin la voluntad suprema; Que la hoja débil del árbol, Sin su permiso, no tiembia, Y no se ve que eso entraña Aterrador un dilema:— Que el mat, ó viene del Cielo —Absurdidad estupenda— O que hay de parte del Cielo, Para destruirlo, impotencia; — Absurdo peor, que el enigma Más indescifrable deja. Si es la verdad imposible, Es nugatoria la ciencia, Y la razón en un báratro De confusión se despeña.

IV

Ese es el hombre: miradlo:— Un átomo de materia Animada por un soplo De incógnita procedencia; ün eslabón desunido De la atávica cadena De vertebrados, que arranca — 19 —

De) zoófito su existencia.

Q ué es ta vida? dónde nace, Dónde muere su ota eterna? Ét to ignora, y, confundido, Mira á to atto, y se prosterna, ñctitud que un homenaje Grave y digno representa Det universo infinito ñ ta majestad severa!

Gracias, 1897.

fü Señor Genera! don Juan J. Cañas

Decano respetabte de ta ciencia Gaya, hermosa y subtime— ta poesía: Medio sigto há que et istmo se extasía De tus rimas oyendo ta cadencia.

Tú has cantado et amor que ta existencia Det hombre envuetve en ondas de armonía; La gtoria, et arte, ta betteza, et día De nuestra sacra y magna independencia.

Y por eso hoy ta juventud te adama Maestro, a! seguir tus huettas con orgutto, ñptaudiendo tus triunfos y tu fama.

Y es voz det corazón; que cuat arrutto De tu vida irá en pos, paso tras paso Y aun más attá de su briltante ocaso.

Gracias, 1896. - 20 —

¡\7! M EL PUEBLO E$PBñOL!

La grande, [a noble, la caballerosa España, fiel á sus tradiciones de gloria y de heroísmo; la mag­ nánima nación en quien el orgullo patrio es un prin­ cipio, y la lealtad y el honor una ley de su existen­ cia; el pueblo de las Navas de Tolosa, de Gerona y de Zaragoza, del 2 de mayo y de Bailen, que, aban­ donado, vendido, traicionado por sus imbéciles monar­ cas, se levanta com o un solo hombre y, con cuchi­ llos, navajas é instrumentos de labranzas hace a sus opresores una guerra de montaña, sin ejemplo en la historia, hasta romper las cadenas que alevemente se le echaron al cuello; el pueblo que tiene por repre­ sentante en las bellas letras la portentosa persona­ lidad de Emilio Castelar, el primer orador del mun­ do, ha experimentado una conm oción eléctrica de santa ira al saber que Alemania pretendía adueñarse de una de las joyas que el Tesoro Nacional posee, las Islas Carolinas.

El telégrafo llevó la infausta nueva de uno a o- tro extremo del territorio, y los hijos de la nación que prohijó la divina revelación del inmortal genovés, se yerguen com o el león de su bandera y levantan un grito supremo de indignación y de protesta. La explosión de patriótico coraje ha sido uni­ versal en todas las grandes ciudades, y en Madrid la policía ha sido impotente para impedir que el pa­ lacio de la legación alemana y su escudo fuesen ul­ trajados con harto vilipendio.

España no puede competir con la Alemania, ciertamente; pero puede perecer con gloria, como en Numancia y Sagunto, y alcanzar en su ruina la a- poteosis que siempre obtiene el derecho vencido por — 21 -

[a fuerza, tos taureles que corresponden at heroísmo, las coronas de un nobitísimo martirio. España Nevaría, en una guerra como ta que fe­ lizmente ha sido conjurada, tas simpatías de todos tos puebios civilizados, como no !os llevó ta Francia en su m alhadada guerra de 1870, porque no tenía razón para provocar á un rivat poderoso á una lu- cha injustifícabte.

ñsi es que no soto ta raza tatina estaría de parte de ta Madre-Patria en una liza con et antiguo imperio germánico, sino la raza de todos los pue­ blos en donde tas aspiraciones at predominio del de­ recho y tas protestas contra et absotutismo, los hacen dignos det renombre de civitizados.

La Francia de 1870, como et ñtto y Bajo Perú det 79, invocó en su favor las afinidades de raza, los sentimientos generosos de tos puebtos, et princi­ pio de integridad nacional; pero los grandes senti­ mientos no tienen resonancia en et corazón de ta hu­ manidad cuando tas causas que tos invocan no tie­ nen de su parte ta justicia.

Francia, después de una tremenda expiación, fué mutilada. Et Perú sufrió íguat suerte. No tes fattaron simpatías en sus grandes infortunios, pero ta opinión ímparcíat tos dectaró merecidos. ¿Q ué sería de tos puebtos, qué sería de tas fa- mitias, qué seria de ta sociedad entera, si ta voz de la justicia no se etevase det fondo de ta conciencia humana más poderosa que la de todo otro sentimiento?

Pero ta negra nube que empezaba á conden sarse en et mediodía de Europa, se ha desvanecido como tas trombas marinas. Bendita sea ta influencia de ta justicia, bendito sea et poder de ta civitizacíón, bendito sea et estímulo det egoísmo, que han aho­ — 22 — rrado á ia parte más culta de) ptaneta, una calami­ dad más desastrosa que )a piaga det cólera asiático que hoy aftige at puebto, que desde antiguo investía á sus monarcas con e) poder real, únicamente para hacer et bien púbiico, y no bajo otra condición.

Qué siga et Doctor Ferrán ensayando su BA- CILLUS VtRGULA para erigirse un pedestat más grande que et de Jenner, y et Doctor Ternet procu­ rando oscurecerlo con su poderoso profiláctico que en vez de actimatar en et organismo et terribte mi­ crobio, impedirá su funesto desarrotlo en tos vasos intestinales, cortando así tas extremidades at devas­ tador viajero de ta tndia.

Pero ¿esa explosión de patriotismo, esa conmo­ ción galvánica de entusiasmo, ese vértigo de auto­ nomía habrán pasado impunemente por el alma det puebto españo), sin despertar en elta las aspiraciones grandiosas de un porvenir mejor? No! Jamás!

Det otro tado de tos Pirineos está una monar­ quía de catorce siglos, ensayando lea! y esplendoro­ samente !a forma de gobierno que consuíta tas con­ diciones esenciates de ta naturateza humana, ta repú­ blica que, at decir de Castelar, ES LA FORMA ESEN­ CIAL DE LA DEMOCRAQA COMO EL CUERPO HU­ MANO ES LA FORMA ESENCtAL DE LA VtDA. ¿Por qué ta Peninsuta no ha de ensayar, con más cordura que ayer, ta implantación de instituciones que consagran ta gerarquia de ta virtud, la nobleza de tos sentimientos, ta aristocracia det talento?

La monarquía, aun limitada por una Constitu­ ción, es ta restricción, cuando menos, det derecho, porque anuta el sacrosanto principio de la attemabí- tidad en el gobierno, que no tiene, que no puede tener otra fuente legítima que et voto poputar; que no tiene, que no puede tener otro objeto que eí bien - 23 - general; que no reconoce, que no puede reconocer otro titulo que el del mérito individua).

E) noble pueblo español es muy apto para al­ canzar todos tos progresos humanos, muy capaz de efectuar en sus instituciones una benéfica transfor­ mación, muy idóneo para practicar la república ge- nuina. Que rompa, pues, con esa parte de sus tra­ diciones que hoy no tienen razón de ser, y que soto entrañan el atraso o el estacionarismo enervante, ñyer fué ta monarquía e) medio de su existencia; hoy debe serlo la República, porque hoy la razón ha recobrado sus fueros, ta humanidad se ha rehabili­ tado, y et espíritu humano avanza irresistibte por la senda det mejoramiento y de ta rectificación.

Et primer puebto de la tierra, en donde el de­ recho es una esplendorosa realidad, en donde la ley es una verdad m onum ental, y en donde la educación popular es un dogma sacratísimo, marcha sereno y majestuoso al cénit de su engrandecimiento, convi­ dando á todas )as razas á venir á su fecundo seno para cumptir los destinos manifiestos det hombre en el universo.

¿Qué mejor y más etocuente testimonio de ta virtud de ta democracia?

Las Repúbticas hispano-americanas, que abun­ dan en cariño hacia ta Madre-Patria, desde este lado det ñttántico tienden los brazos á sus hermanos de ultramar, invitándotos á identificar sus instituciones, como ya son idénticos sus sentimientos y su sangre.

¡Viva et nobte coraje del puebto españot! ¡Viva España repubticana! ¡Vivan Castetar y Ruiz Zorrilta!

Gracias: octubre de 1885.

DR. JUURN LOPEZ PIMEDñ

Poeta, periodista y político hondureño, que na­ ció en Gracias y que actualmente ocupa una eleva­ da posición poiítíca, como Encargado de Negocios de Honduras en París y Delegado Permanente ante la Sociedad de las Naciones.

Ha fundado varias empresas periodísticas en Honduras, El Salvador y Guatemala, entre ellas la de "El Mundo" en Guatemala, !a más bien organizada y más completa de su género en la ñmérica Cen­ tral. '

También fundó, en 1913 el "D iario de Occiden­ te", en la ciudad de Gracias, primera hoja periodís­ tica diaria de aque! departamento. Ha sido S u bsecretario de Instrucción Pública y de Relaciones Exteriores de Honduras y Profesor de 1a Universidad Nacional; y colaboró en la reforma monetaria hasta e! establecimiento de la nueva mo­ neda, ei Lempira. El doctor López Pineda ha venido desde 1910 haciendo un estudio de las diferentes'tendencias so­ cialistas y ha escrito un libro que ha titulado: Lñ REFORMñ SOClñL Y POLITICñ DE HONDURñS en el cual sienta las bases científicas para una reforma fundamental en nuestro país.

MKDRE T!ERRR

La Tierra es nuestra Madre. Ella nos da su seno. Su atma destita mietes para et mato y et bueno.

Su techo es para toda ta famitia de ñdán. Etta quiere que todos sus hijos tengan pan. ¿Porqué tan angustiada? ¡Pobre Madre querida! ¿Por qué tan duramente te atormentan ¡a vida?

Tus hijos, tos Caínes, te cubren de baldón bajo tas fratricidas cadenas de opresión. Tus ctamores se extienden de horizonte a horizont y estremecen et mar, la Hanura y el monte....

Mas Hegará ta aurora. Ya ruge et huracán: ¡Es ta airada protesta de tus hijos sin pan!

Y han de vencer pasando sobre abismos y muertes, derribando injusticias y tatadrando errores.

Son tas masas de esctavos vengadoras y fuertes, em pujadas por Cristos, tristes y soñadores!

Teguciga!pa, 1911. EL HRDR LRDROHR

En estas noches dulces y tranquilas un Hada quiso ir a robar estrellas, y a) acercar su mano a tas más beitas se bañó en el fulgor de tus pupiias,

Hilos de seda robaré, y con eltos he de tejer mis trajes deslumbrantes, dijo ei Hada. Tomó los más brillantes y se bañó en ia luz de tus cabellos.

Robaré—dijo ai fin —tas cañadillas para exornar de púrpura mis trajes, y al tocar los más vividos celajes se bañó en el rubor de tus mejillas.

Tegucigaipa, 1914.

ñMOR SHLMJE

Mi juventud es una flor silvestre, una fior de prodigio uitraterrestre que bajo et cielo de) am or revienta en pétaíos de incendio y de tormenta. Mi juventud es una flor de üamas que con el fuego de tu amor inflamas. Es mi amor para ti como un torrente impetuoso que arrastra en su corriente pedazos de montaña desgajados de tos remotos picos elevados que orgullosos reciben en su frente ta primicia oscutar det Sot naciente. - 29 -

Como una fiera de aceradas garras que—romps^ndo sus férricas amarras— a ía conquista va de! bosque espeso, mi amor saivaje a conquistar un beso

Mi amor es montañez, salvaje y fuerte, audaz y vencedor como ia Muerte; to m o ei rey de ias selvas indostánicas, de pasiones bravias y volcánicas, cuya melena en tas batatias cruentas es un nido de rayos y tormentas.

Tegucigatpa, 1 9 1 4

ROMBHZR DE ñMOR

(fl !a manera de! Rrdpresbe de H3ia)

Mi péñola triste se queja plañendo mi maL Mi cuita dijérase añeja: pintada non puede mi fabta morta!.

Hoy fagote un presente de mis rimas de ñbríí: quisiérade vivir eternamente íañende para tí m i rústico añaR'i.

La m! pena es tan grande tomo el piélago azu) de ia mar

Magüer que me maltrates a ti va este dezír. Con aquestos cantos, cuando, tú me mates, me voy a guarir.

En tu aima buscaba ta dutce techiga para et reposar de mi compañera ta pena enemiga, única fatia que he de atesorar.

¡Oh, metiftua, toda donosura! ¿Por qué me abandonar? ¿Por qué me afinojas en tanta tristura, en tanto martirio que no se acabar?

Tus tuengas pestañas, tus ojos riyentes dan mucho ptañir a mi atma que te ama como tos creyentes at Dios por quien van a morir.

ñdoro tu boca de gtoria, tus btancos dientes de marfil y tas tus mejittas donde está ta historia impresa en caricias de mi amor febri!.

ñdoro todos tus encantos encantados de amor, et !eve ritmo de tus cantos y tu divino partor.

¿Por qué me abandonades, oh ñmada? ¿Por qué me habedes de matar? ¿No ves que mi atma cuitada está próxima a se tibertar?

1914. — 31 -

!H(ERT!DUMBRE

En nuestro caique, candorosamenle, cruzábamos e) Bosforo divino del Ensueño radioso, frente a frente de ta implacabte Esfinge det Destino. Nos entregamos con amor creciente at m isterioso azu) del peregrino paisaje de aquet mar, y de repente la noche negra a visitarnos vino. Y en las tiniebtas nos dormimos. ¿Cuándo me abandonaste? Yo estaba cantando a tos acordes del divino Eoto.... ¿Te alejaste de veras? ¿O sería un sueño tu partida? Todavía no té sí estás conmigo o si estoy soto.

Tegucigatpa, 1916.

PRESEHTñaOH

(En 1917 el autor de estos versos fué en­ cargado por el ñteneo de Honduras de presentar al poeta José Santos (hocano en el Teatro Ñacional de Tegucigalpa, con ocasión de un recita) del insigne Lantor de ñmérica).

í s t e que veis aquí, este viajero tan conocido es el Rey de la Lira ñmericana. Un Mago del Ensueño. Este es aquel aeda fastuoso a quien de lejos hemos oído mucho t iempo extasiados. Viene a) suelo hondureno a ofrecernos su brazo y su abrazo, fraternalmente. Este es aquel gigante panida, aquel poeta que ae los bravos Incas es descendiente. - 32 -

Pintor eximio de alma?, ''twa er? sus manos ^na paleta donde cita 5? han dado las m aracas del toior'fdo que se panarmonizan ten las polifonías !^ka: 4c) sonide en las de;coníertar)tes sreacíon$3 det estela. Por tas setvas de ñm&rka su santo ha resonado: a veces tierno y suave, sutilmente labrado, una piedra preciosa de luz policromada, d^érase, una de perlas, un w tar de topados en ta- s?3ga corriente ¿?) Ef)9Mt8o, Mr?a dulce (arkia de Iw a sobre us tago.do^i&'oj y otras ^eces, tañante, pavoroso, cua! íusra un ríigí'd^ _ de ieóf! acosado, que espantara- el silencio de t&s cual s¡ ^uera impetu&s-íx trape! dt satvaíes ^s^ntes a cuyo paso ¡retiiemMai ¡a enmarañada sie?ra &

Es trovador gpl&nte, y exquisito y sutil ¡Punl-adsr, Pero también es hombre de su sigto, y Iracia adelante ?B¡sr3 con mirada de cóndor de ojo certero y escrutador. Es de la terrea estirpe d€ (etlims y (yranos, ¡"ue hacían madrigales, castigaban vMan&s y btandíañ tas armas por su. rey y su dama; ¡gua) ¿aban- b muerte carr puñal Morentino o- tow y t epigrarss.

Es ejemplar gloriosa ¡iel combatiente altiw que riñendo batallas se tanza pef la vida, y sabe ser M alg o y también agresivo. En tides y lomees, á ga-ne la partida, ya blandiendo' armas Wnas, ya descargando maza^, bajo et nutrido, aptamo de pueblos y de, razas. — 33 —

Sabe explorar ia (iencia, y lleva por emblema ia luz de este radioso siglo sabio y pujante. Lo mismo labra un verso que resuetve un problema. Y marcha, entre las zarzas de la vida, arrogante. Suele habitar en una torre vistosa de cristal, desde donde mira cuanto encierra el mundo terrenal, y su visión se entiende por la inmensa bóveda firmamenta!. Gusta de la poesía del trabajo. Sabe que las grandezas se conquistan abajo, que en ¡a Tierra se afianzan las escalas para ascender a ta celeste altura. Sabe que el hombre debe fabricar fuertes atas de oro con el oro que la corteza dura de la Tierra ¡es da pródigamente a los mineros. Este poeta cuya frente Se agobia de laureles no sólo habita en la altura; gusta de escudrinar del suelo los secretos, y ejercería el arte de la agricultura como el arte eximio de labrar sonetos.

Es hombre de su tiempo. Un triunfador. Os presento, hondurenos, a este divino tejedor de ensueños, a este maravilloso cincelador, dualidad prodigiosa que por la Tierra y el (ielo deja una estela luminosa, y con el mismo anhelo ve las cosas de arriba y las de abajo desde su Torre de (ristal, que se yergue en el campo de) Trabajo como una arquitectura sobrenatural,

Os presento a (hocano, hombre y poeta conocido por los rugidos de océano que la asombrada América ha oído; o por ¡a miet de sus poemas, - 34 — que el mundo ha recorrido en sonoros raudales; o por las deslumbrantes gemas aladínescas, madrigales que lucen como estrellas en el cielo'dei ñrte; o por las imborrables huellas que deja donde planta su estandarte,

Tegucigalpa, 1917.

PLEQRRIR

Señor, mi cruel destino ha sido batallar con brazo fuerte tropezando en ¡as piedras- del cam ino por las encrucijadas de tá muerte.

Y he de caer vencido en el combate, vencido siempre y siempre con la vida que me abruma y me abate por espinosa y por descolorida.

Soy en la paz la víctima propicia de los dueños de Honduras, poderosos y altivos, cuya lívida malicia me muerde con sus dientes venenosos.

En la guerra me lleva mi destino a caer com o el últim o salvaje bajo la espada de cualquier cretino en el horror del crimen y e! pillaje. - 35 -

En la paz, un doga! en mi garganta; en !a guerra, ¡a pianta del soldado; y siempre bajo alguna férrea planta a la miseria he de vivir clavado.

Ningún crimen, Señor, ningún delito he cometido para que cruelmente me castigues. Señor, aun no he escrito Odiseas m Ilíadas. Mi mente es obscura, y no intenta semejantes maravillas. No he hecho la Divina Comedia, ni el Quijote de Cervantes, ni el madrigal melifluo de Cetina.

Si acaso tu Bondad me ha concedido el genio para una obra peregrina, asombro de mi siglo, agradecido te devuelvo, Señor, mi luz divina.

Ya no quiero, Señor, tantas miserias. Quiero un hogar radioso de alegría, y que corra ta sangre en mis arterias pujante como un chorro de poesía.

No quiero ser mendigo como Homero, ni pobre y perseguido como el Dante, ni ser com o Cervantes el primero por sus harapos y su !uz radiante.

Quiero vivir, Señor, sencillamente, amado en ¡a humildad, sin.desasones, con el dutce sosiego de un creyente y la paz de los buenos corazones.

Si a la inmortalidad me has destinado, yo renuncio, Señor, a mi destino. Ya no puedo seguir. Estoy cansado. Y tiene muchas zarzas el camino. — 36 —

Cayendo y tevantando, ensangrentado, he ¡legado hasta aquí, débit y triste. Mi gratitud te rindo prosternado por eí rayo divino que me diste.

Y ampárame, Señor: por et sendero que he de seguir ahora, sin más guia que mi radiosa estrelta de viajero perdido en taberintos de armonía.

San Pedro Su!a, 1919.

INUTIL fiMOR

He sido para tí todo ternura. Bajé a tu corazón cansado y triste como se baja a una sepultura en busca de un am or que ya no existe.

Escudriñé en tas grietas rezumantes, y lo que yo creía ¡tama viva tan sólo eran unos vacitantes gusaniltos de !uz pobre y esquiva.

Quise extraer los restos bien am ados para secarlos a la ardiente lumbre de mi amor, y que ya purificados resptandecieran bajo mi techumbre.

Todo fué inútit. En aquella fosa no había sino gérmenes letates. y me atejé sintiendo una orgultosa desitusión de dias otoñaies......

1920. — 37 -

EL RETORHO DE Lñ PRIMñVERñ

Era un tiempo mi ategre poesía como una campesina rozagante que muestra la desnuda pantorrilla opulenta de carne sonrosada. Era com o un torrente que se agita desatado en topacios y diamantes chisporroteando su locura lírica bajo el temblor risueño de ios astros. Com o un trope! de potros en la vía — láctea del Ensueño, que devoran — nuevos pegasos— en radiante gira !a cerúlea extensión del Infinito.

En ta esponjada tierra de mi vida una fastuosa floración se alzaba, y un exultante tremolar de espigas saludaba la luz de cada aurora.

Y aquella lujuriante poesía fue después una novia acicalada que la blancura de su mano mística ofreciera en solemnes caneforias, sencilla o complicada, audaz o tímida, a los caprichos de su ñmado, et ñrte. Y fue como una pálida amatista que en el azur ritrrara sus fulgores; o fue sangre de amores diluida en ta blanca tersura de los símbotos; o fue una vaga profusión de líneas en el rosado mármol det Ensueño; o fue como trasunto de la Vida modelada en un bronce de tristeza, donde se eternizara la sonrisa amarga del dotor de muchos siglos fundidos en la gloria de ¡as rimas. — 38 -

En ¡a fragante tierra de mi vida fiorecian ios árboles sonoros ofreciendo sus ramas extendidas al esperado beso de la Gloria.

Y fue después mi blanda poesía como la delicada soldanella; que entre ta nieve de la cumbre alpina extiende triste su corola pálida. Era como una hoja entumecida flotando en un ICE-BERG det Poto Norte. Como un ave det trópico en la cima de ta Sierra Nevada. Como un rayo de Sot rielando en las estepas ¡impidas. Marchita y melancólica cruzaba indiferente el valle de ta vida, porque en la cumbre hay soledad y frió, y vendavales pérfidos se agitan, y el Sol esquiva su caliente beso entre tas claridades hiperbóreas.

En las heladas tierras de mi vida tas rachas devorantes det Otoño pasaron el horror de sus cuadrigas como en loca visión de Apocalipsis.

A todo anhelo indiferente y muda mi alma dejaba de vibrar. Vivía en un dulce Nirvana, sustraída a toda sensación. Sin conmoverse escuchaba tas puras melodías y los satvajes ruidos. Pero ahora ha sentido la voz estremecida de una canción que viene de m uy tejos, de tos confines de la tierra tirica, por las regiones interptanetarias, por et éter vibrante de armonías; viene de las edades más remotas, - 39 — de tas más vagas tradiciones indias, en trémolos de luz y de misterio, como fragantes alas extendidas que a mi alma rozan delicadamente con la sutilidad de sus caricias. Es ¡a nueva canción, ta canción única, )a canción de milagro que se inicia apenas barbotante en tonos leves, pero que ha de asombrar a ios panidas con e! sonoro fausto de sus ritmos.

En la agotada tierra de mi vida !a Primavera ha vuelto, y he notado que aquella rozagante campesina retorna con su lírico desgaire, mostrando !a opulenta pantorrilla, a profanar la castidad de! aire.

Guatem ata, 1922, - 40 —

TRB5 UHB SOhR¡5B

Evocaciones de una edad remota danzan en tu realeza origina); tu pupila divaga en una ignota desolación de tiempo inmemorial.

Se oye e) zumbido de una lanza rota que tiembla en el espacio sideral: de un semidiós el crúor gota a gota enrojece la ruta zodiacal.

Un gran duelo se libra en la alta esfera: el ícor de los dioses ha fulgido ante el asombro de la Primavera.

Hombres y dioses, invocando a Hera, se arrojan al combate enardecido, tras la sonrisa que me enloqueciera.

Guatem ala, 1925. ba, Lucita Estrada de Pérez y sus nietas

LtKILñ ESTRñDñ DE PEREZ

Nació en Gracias, capita! det departamento det mismo nombre, en 1856.

Es hija de don Simón Estrada y de doña Ete- na Marín de Estrada.

Et señor Estrada, que había sabido distinguir­ se por su taboriosidad y por su inmacutada conduc­ ta en et ejercicio det cargo de Intendente de Ha­ cienda de aquel departamento, falteció poco después det nacimiento de su hija, y ésta entonces fué tteva- da por su familia á la República de El Salvador, en donde creció y se educó, y en donde tam bién se m a­ nifestó su vocación por las beltas tetras.

En 1878, y con motivo de la muerte de su tío, el Coronel don Ezequíet Marín, quien habia hecho con etla las veces de padre, regresó á su ciudad na­ tiva y attí contrajo matrimonio algunos meses des­ pués con et honorabte caballero don Tito Pérez. Es la señora Estrada de Pérez, modesta, afa­ ble, espiritual, y de etevados y puros sentimientos.

De "Honduras Literaria" 1899

— 43 —

ñ ñMIQñ (OnCEPCIOñ LOUCEL EN SUS D!AS

Yo quisiera poseer, amiga mía, Det poeta ta subtime inspiración, Para cantar gozosa en este día, Que es tu natal, amabte Concepción.

Yo quisiera de ftores olorosas Una betta guirnatda cotocar Sobre tu frente pura, donde hermosas Las virtudes se miran reflejar.

Y que esas ftores, frescas, perfumadas, Con que adornara tu virgínea sien, Fueran tas gayas flores cultivadas En los jardines del perdido Edén.

Y en ptaceres y fiestas deticiosas, Que tú fueras objeto de ovaciones; Y en notas musicates, armoniosas, Que vivieras oyendo dulces sones.

Pero el destino me negó estos dones, Y en vez de un canto dutce, apasionado, Oirás, tan soto, tristes vibraciones De mi laúd, discorde y destemplado.

Mas te consagro la expresión sincera De mi amistad, sencilla y afectuosa; ñcéptala benigna y ptacentera, Y Dios te hará feliz, te hará dichosa. - 44 —

Nunca ta suerte con impía saña Vaya a secar de tu ilusión )as flores, De esa ilusión que en nuestra edad temprana Se nos muestra con fútgidos cotores.

Que yo al Eterno mi ferviente ruego ñ) cieto, á cada instante, haré subir, Para aicanzarte paz, dicha y sosiego, Q ue asi no sentirás !o que es vivir.

San Salvador: 8 de diciembre de 1878.

DESTtñO E5 5(JFR!R

¿Por qué aun en medio de! ptacer yo siento Profunda pena y amargura tanta? Cuando todo sonríe, todo encanta Mi triste corazón sufre un tormento.

Ta) vez sonrio aparentando calm a, Cuando e) dotor me hiere y me devora; Y es que ocutta mi risa engañadora E) infinito padecer de mi atma.

Como )a debí) ftor que combatida Por e! fiero aquiión dobta su tatlo, ñsí et pesar agostará mi vida, Y cumptiráse de mi suerte et fallo.

Cuando at impulso de) dotor sucumba Y á tas attas regiones mi atma ttegue, No habrá una amiga que con llanto riegue La humitde toza de mi he!ada tumba.

San Satvsdor: 31 de octubre de 1878. — 45 -

f! L ñ C!EH(!a

(omposición dedicada a tos jóvenes Redactores

de "Et Estudiante"

Como vienen de! so) ios rayos beltos Las sombras de )a noche á disipar, Y enviándonos sus fúlgidos destetos, La hermosa luz doquiera hacen brillar;

Y despertando det dormir profundo En que yacía e! hombre indiferente, Sonríe a) ver iluminado el mundo, Y al Eterno da gracias reverente; ñsí !a ciencia, emanación divina, Del mismo Dios destello misterioso, Vivifica la mente y la ilumina, Y le presenta un porvenir glorioso.

ñsí como esos rayos de luz pura Que el so) brillante por doquier derrama, Y á las tinieblas de ¡a noche oscura Les sucede ta espléndida mañana;

ñsi et atma de) hombre, adormecida Por el sueño fatal de la ignorancia, ñ su influjo despierta, y otra vida El entrevé, de gloria y venturanza.

Y sintiendo que bulle en su conciencia Ese noble deseo de la gloria, Se lanza en el terreno de ta ciencia Y hace imperecedera su memoria.

San Salvador: 1879 — 46 -

ft M¡ QUER!DB H!JR ñ M ñ D K

Como un meteoro, ángel mío, Por este m undo cruzaste, Y al Empíreo te lanzaste, Dejando en mi a¡ma e) vacío.

Los querubes, hija amada, ñ su lado te llamaron, Y en triunfo te presentaron ñ !a Virgen adorada.

Quizá e) Eterno, hija mia, En su infinita clemencia, Quiso librar tu inocencia De toda culpa y mancilla.

Por eso, hija de mi amor, Ya que á tu madre dejaste Y á la morada volaste Donde todo es esplendor,

Pide á la Virgen consuelo Para su alma dolorida, Pues es m uy triste su vida Desde que estás en el cielo.

Gracias: 13 de septiembre de 1888. - 47 — pt Ba(hit¡er Don Pedro ñores

De los poetas yo deseaba Pulsar e) arpa divina Que armoniosa y peregrina En mis oídos vibraba.

De ta inspiración sentía ñrder et fuego en mi atma, Y hasta conquistar ta patma Soñaba mi fantasía.

Por eso triste mi acento En Cuscattán exhataba, Y mi mente se extasiaba Con ta voz det sentimiento.

Desde niña tributaba Tierno cutto á ta poesía Con su amor et atma mia Enteramente ttenaba.

Me embriagaban tos cantares Que inspiran at trovador Ya et ptacer ó ya et dotor, Las ftores ó tos palmares.

De ta fuente tos rumores, De tos pájaros tos trinos, Los cetajes vespertinos O det sot tos resptandores;

Y en mi deseo anhetante De imitar su dutce acento, Lancé mis notas at viento Entusiasta y detirante; - 48 -

Mas no he nacido poetisa, Sólo soy admiradora De ta diosa arrobadora Que todo !o diviniza.

Por eso en tiernas canciones De admiración y de amor, No he dirigido a! Creador Mis humitdes ovaciones.

Ni de mi patria he cantado La betleza de su suelo, La limpidez de su cielo Ni su horizonte rosado:

Cuyucuntena, que un día Presenció tas desventuras De Lempira, en quien Honduras Valiente adalid tenía:

Celaque, de quien es fama Oculta inmensa riqueza, De cuya augusta belleza Mi patria se muestra ufana,

ñ mi alma han enardecido Con su presencia orgullosa; Su tradición portentosa Mi admiración atraído;

Y si mi numen tuviera La sublime inspiración, Como una humitde ovación Yo mis cántigas tes diera....

Dices que mis compatriotas Oir desean mis cantos; Donde hay ruiseñores tantos ¿Cómo sonarán mis notas? - 49 -

¿Cómo atreverme á pulsar La desacorde arpa mía, Si esa dulce melodía Nunca la podrá imitar?

Mas si tu arm oniosa lira Que, en concierto delicioso, Expresa et idioma hermoso Q ue en el Parnaso se inspira,

Quiere escuchar de ta mía Humilde y pobre canción, ñt com pás de triste son, Estas estrpfas te envía.

Gracias: septiembre de 1884.

fl (JHñ FLOR iHODORñ

¿De qué sirve, bella flor, Que ostentes tanta betleza, Si falta á tu gentileza El perfume embriagador?

Si la brisa que al verjel ñcaricia juguetona De tí no Heva et arom a Como de rosa ó ctavel?

Creyendo aspirar olores Se acercan a tí tas aves; Mas no haltan perfumes suaves, Soto tus bettos cotores. - 50 -

Y se alejan, y á otra f!or Humilde, pero aromada, La avecilla enamorada Da sus cantares de amor.

Eres tú, inodora ñor, Como la joven hermosa, De faz de nieve y de rosa, De aire dulce y seductor

Que, ufana con su hermosura, Lo más precioso descuida: La virtud, bien de ta vida, Perfume de una atma pura.

1890. TERE$ñ MHDRID

Poetisa, escritora y educacionista de la ciu dad de Gracias. Dedicó su vida ai Magisterio y varias gene­ raciones de niñas gracianas recibieron sus sabias en­ señanzas. En sus horas de descanso com ponía versos: pu­ blicamos una de sus poesías en tas páginas siguientes.

Pocas educacionistas en et país han sido tan instruidas como Teresita Madrid. Fué profesora det Cotegio de Señoritas que fundó el sabio sacerdote D. Modesto Chacón, en Gracias; cuando atgún día fattaba un profesor, Teresita to sustituía y daba ta ctase tan bien como et mejor maestro, ya fuese que se tratase de una ctase de átgebra, de física o de historia natura). Et primer kindergarten o escueta de párvutos que hubo en Honduras, fué fundado por elta en 1896 y muchos niños y niñas, que hoy ocupan una atta posición, recibieron tas primeras nociones de educa­ ción de Teresita Madrid. Fue muy querida y estimada por la sociedad de Gracias y por sus atumnas. Fatteció todavia joven, dejando un gran vacío en ta sociedad que no etvída su carácter bondadoso y sus virtudes.

La afición a componer versos la heredó de su ascendiente D. ñnacleto Madrid, caballero graciano de origen españot.

R !a Juventud (entro-Rmericana

Dedicado especiatmente a ¡05 s o c io s de L3 JUVEÑTÜD de San Pedro Sula, como felicitación por su valiente pro­ testa, " ¡Por ta Patria y por )a Raza"!

¡Despierta, Juventud! [Sonó ta hora....! México ve, otra vez, ta N O C H E TRtSTE, Pues su escudo de Reina y de Señora Lo ha rasgado ta garra usurpadora Del ñguita det Norte, que te embiste.

¡Despierta, Juventud! Y tos ideates De Raza y Retigión sean vuestra guia, Para emprender, con fuerzas desiguates, La lucha que, a tos buenos y a tos teates, Hoy exige ta patria autonomía.

¡ñrdiente Juventud! ñlzad ufana La bandera encarnada de ta guerra, Porque hay que defender, hoy ó mañana, De ta rapacidad americana La integridad de nuestra amada tierra.

Dejad vuestra indotencia de latinos, Jóvenes que habitáis las cinco hermanas ñprended la lección en los vecinos, Que vivieron confiados, cual vivimos, En la fé y honradez americanas. - 54 —

Y antes que ver la patria de trofeo, O presenciar, inermes su agonía, Todos sabréis morir ¡ñsí lo creo! Como murió Ricaurte en San Mateo, O nuestro indio inmortal: Santa Maria.

¡ñlmas grandes de Urraca y de Lempira, Que jamás doblegara el yugo Ibero! Encarnad en el puebto que os admira, Y hazte sentir todo et horror que inspira, ñl hombre libre el tátigo extranjero!

¡Despierta, Juventud! Sonó la hora...! México ve otra vez, ta NOCHE TRISTE, Pues su escudo de Reina y de Señora Lo ha rasgado la garra usurpadora Del ñguita del Norte, que te embiste

Gracias, 12 de Mayo de 1914. POETHS JOVENES

VICTOR M . LOPEZ

(RUTO DEL GRñQñÑO

(REGIO NRL)

Yo nací de las abruptas Montañas det sueto patrio, En ta cumbre sotitaría De un peñón cortado a tajo; Descendí por vericu etos Escondidos y escarpados; Salvé con ptanta segura Las grietas y los pantanos; Y recliné ta cabeza Con aliento fatigado, Sobre et césped siempre verde De tos hondurenos campos, Donde los pinos se mecen ñ los ósculos det ábrego, Donde las aves modulan La arm on ía de sus cantos, — 56 —

Donde los nos desbordan Chorros de plata en el Hano, Y ¡as aldeas son tórtolas Que ostentan con dulce cántico En sus lechos de esmeralda Plumajes inmaculados!

Soy el montañés altivo, Noble, hospitalario y franco, Que a) dar mi mano, con élta, Doy mi corazón de hermano; Soy ei hombre de estos bosques, E) eterno enamorado De estos valles deliciosos, De estos cerros solitarios; Soy et hijo de Lempira, Ét joven Cacique indiano Que encendido por et fuego Rodó a) fondo de) barranco Desde et picacho más atto. ñun se mira en esa Sierra Et gran peñón de basalto— Eterno testigo mudo De aquel heroísmo trágico!— C uando at ctarín de la guerra De tos sacros entusiasmos, Treinta mil indios opuso ñ tos bravos castetlanos; Y cuando et lauret del triunfo Sombreaba su rostro pálido, Fué herido cobardemente Por un pérfido disparo, Y al mirarse detenido En su camino de lauros Por ta traición y la infamia Nos grita: "ñterta muchachos!" Bajando como un torrente - 57 —

De las montañas a) llano, Calzo la espuela al momento, Subo a) caballo de un salto, ñrde la sangre en mis venas, Fulge la espada en mi mano, Junto a todos mis amigos, Y cuando al combate marcho, ¿Qué fuerza amenga la fuerza De mis audaces asaltos? ¿Qué gloria eclipsa la gloria De los soldados gracianos?

Cuentan las viejas leyendas, Que marchaban fatigados Los fuertes conquistadores De estas tierras, paso a paso, Lentamente, lentamente, El camino atravezando Por ásperas serranías Y montes jamás hollados, Cuando miraron de pronto Un fértil y virgen llano Circundado de montañas, Dulces lomas y collados, Y "gracias a Dios", dijeron Los guerreros, y en el acto La vieja ciudad de Gracias Los españoles fundaron! Hoy, la hondureña Palmira, Barrida por el estrago, Muestra al mundo conmovido Sus restos ensangrentados, Que ni piedra sobre piedra Los terremotos dejaron; Y hoy, nosotros, tristes hijos, Solemnemente juramos ñnte esas piedras dispersas — 58 —

Y esos escombros sagrados, Levantar de su sepulcro La muerta Ciudad de antaño Y librar sobre sus ruinas La hermosa lid de) trabajo, Que desde hoy, picos, azadas, Piochas, martittos y arados Serán tas armas invictas De los soldados gracianos! 1916.

VKTOR M. (RCERES L.

i Cuando en gétidas noches noviembrinas vagamos por tus barrios desotados, los espectros, de tumbas escapados nos enseñan sus caras ya cetrinas....

Mirase a don ñtonso Matdonado o a don Pedro Ramírez de Quiñónez, contemplando ¡os trágicos cañones que se encuentran en et fuerte desotado.

O vense las difuntas atcaidesas, que, cattadas, cubiertas tas cabezas, se apostan en "ta casa de tos leones".

Se miran tos espectros con bfasones, de condes o riquísimas condesas de la casta de nobles chapetones.... - 59 —

11

Cuando en noches cattadas y muy frías se pasa frente a túgubres balcones, escúchanse dolientes oraciones det "Rosario", "La Satve" y "Letanías".

En tas cattes, en tapias y tejados parece que se miran Jos "Don Juanes", que, hurtando et mirar de tos guardianes, se citan con su novia enamorados....

Y muy tarde....muy tarde en el arcano, parece que se escucha et son de un piano que dice de sus penas tos secretos; o ta gaita de un bardo que en ta quieta noche, canta a su amada, o ta discreta ftoración de románticos sonetos.

II!

En ta igtesia, m uy noche, se dituyen tas notas escapadas de viotines, y vírgenes cuat pátídos jazmines sitenciosas su Manto am argo ftuyen.

Escúchanse tamentos y canciones o rezos de ¡os fietes congregados, y miranse ¡os curas rectinados en mueites y antiquísimos sittones....

Un armonio derrama dutces notas que evocan tas quimeras, atas rotas, de una monja que canta su agonía; que evoca sus amores fenecidos, tos ensueños de su atma desprendidos y sus fatuos instantes de ategría.... — 60 -

Lñ ELEQIñ DEL )hD!0

¡Pobtecítos los indios resignados y tristes, que transitan, callados, esta vida sin fin; que caminan por siempre los horribles caminos con la carga en la espalda y en el alm a el sufrir....!

¡Pobrecitos inditos que parece que arrastran en sus toscos cacastes su pasado dolor: que en sus ¡ojos encierran las tragedias antiguas las horribles torturas del hispano invasor....!

¡Pobrecitos los indios siempre, siempre los mismos, arrastrando miserias, sin quejarse jam ás, soportando, callados, las torturas inmensas que aprisiona la vida en su droga fatal....!

¡Pobrecitos los indios, son como una elegía entonada a lo largo de su marcha tan cruel; siempre hambrientos y pobres, siempre tristes y hamildes, arrostrando la carga por tener qué comer....! — 61 -

¡Pobrecitos inditos, sin e m b argo, soberbios, sedimentos grandiosos de un Lempira inmortal; exponentes bravios del espíritu patrio y de luchas heroicas tras la gran libertad....!

ñ Gil RP05T0L

ñ Lñ MEMORIñ DEL GRñN MñESTRO

DON ñLBERTO GñLEñNO

Varón todo de amor, perfume y trino, llevaste el estandarte de la idea y diste luz excelsa en tu cam ino con el faro subíime de tu tea.

Tu nombre en nuestro cielo centellea, tu ejemplo es un destello matutino, maestro, la encantada panacea del pobre y desgraciado peregrino.

Por eso en este dia un verso labro y amante y fervoroso lo consagro a tu gloria in mortal y a tu nombre,

porque fuiste en tu vida santo y bueno y aun queriendo mancharte con el cieno siempre fuiste un apóstol, más que un hombre. - 62 —

) . O. (ACERES LñRñ

(Mi verso como é!, agreste)

Vivaz, en cotoridos indelebles en mi memoria guardo tu recuerdo. Fija está ¡a magestad impasible de tu enorme testa erguida que desprecia tempestades y se buria de relám pagos y rayos.

Majestuosos desfilan en mi mente tus pinares sempiternos, tus picos enhiestos y huraños, tus enormes precipicios infranqueables; y attá, en et fondo, límpido, susurrante y brioso ei ñrcágua! im ponente al despeñarse de tu cúspide soberbia.

Rememoro tu silueta, larga, larga, ¡Oh Cetaque majestuoso!; imagino ver tus cimas torturadas por las furias de! astro rey de astros; oir que lanzan enormes tristes gritos de dotores secutares, damando en una tengua extraña ante ta mudez impasib!e de los cietos....! — 63 —

Imagino ver e! fuego que despiden tus graníticos peñascos calentados; ver desprenderse lágrimas de lava del meta! de tus entrañas calcinadas; y sentir en crujido monstruoso, omnipotente, de tus carnes convertidas en carbones mítenarios-J

Oh, las alturas incólumes y escuetas! O h , !as m ontañas que no saben de los todos! Oh, ta mudez, ta soberbia mudez de los peñascos infranqueabtes! Oh, tos sitenciosos, tos eternos centinetas de tas épicas teyendas de Lempiras indomados! Oh, tu majestad cautivadora, Cetaque de mis hondas simpatías!

Com ayagüeta, octubre 10 de 1933. - 64 -

F R ñ n a s c O ^ 0 $E MILLO

R ETRHTO

Es un cuadro viejísimo y raido por el sordo rodar de tanto día, y en el fondo de azul descolorido, se destaca, con garbo y gallardía, por pinceles antiguos prisionero, el retrato gentil de un caballero.

Arrogante es su figura, y se diría que en la esgrima se hubiese ejercitado, pues su puño, con gracia y energía se mantiene en el sable colocado, cual si fuese a blandir su blanca espada en et choque atevoz de una emboscada.

Su m irada severa e indolente, como et frío apuntar de dos aceros, bajo et arco de nácar de su frente, entre rasgos bravios y attaneros, se ditata en tos vastos horizontes, que [imitan las crestas de los montes.

Y en ta frente de pátida btancura, con matices de fuego y vatentía, se refteja su bélica bravura, tras et diáfano prisma de hidalguía, y parece contemptar en ia bataiia et rugir de ta pólvora que estalla.

San Pedro Suta, Diciembre de 1933. - 65 — ______

MUDRE UBERTKD

Dónde estás libertad? ñ qué ribera huyó tu barca al fenecer el día? ñ qué negro confín la tiranía arrojó hecha pedazos tu bandera?

Escondes hoy tu rostro, fría, austera, mientras pasa la hora de la orgía; pero entre el fuego juvenil y la alegda has de ven ir erguida y altanera*

Vuelve a ía Patria, Madre redentora, vueíve a posarte en infranqueable cumbre, cuando a) morir la obscuridad de ahora, e! So! de un nuevo dia nos alumbre; y que al venir en alas de la aurora, abraces !a sedienta muchedu mbre*

CIUDADANOS DISTINGUIOOS

DE GRACIAS

D. JOSE SRhT!RQO M!LLñ

Hijo legítimo de D. Juan Manue! Miüa y de Da. Marta Josefa Vitla^ nació en Gracias en 1783, y era de las famitias de primera distinción de aquelia ciudad. En el Colegio Tridentino de Guatemata estudió fitosofia, cánones, teyes e instituía, y se graduó de BachiHer, haciendo un lucido examen. Hizo su pasantía en ios bufetes de varios ie- trados de ta mayor nota de aquetla capitai, y se re­ cibió de ñbogado en la Rea! ñudiencia, en Febrero de 1807. Se incorporó en su itustre Cotegio en Ene­ ro de 1810. Por nombramiento det Capitán Genera! fué F¡s cat de tos cuerpos de artillería e ingenieros en 1808 y asesor det Superior Gobierno en varios asuntos graves, cargos que desempeñó a satisfacción de sus jefes. Et Gobernador - tntendente de Honduras !o re­ comendó a la Regencia det Reino por su tatento, ce- !o y apticación, diciendo que jamás había dejado de seguir su dictamen.

Desde su recibimiento, sirvió ta ñbogacía de po­ bres, dejando de cobrar et suetdo de cien pesos fuer­ tes de su asignación, que cedió para tos gastos de la guerra contra Bonaparte todo et tiempo que ob­ tuvo aquel puesto. - 70 -

En O ctubre de 1810 se !e nom bró Sub-Delegado del partido de Gracias a Dios y supo acreditarse en e! desempeño de ese cargo, ñ u m e n tó los ramos de agricultura; distribuyó de su peculio semilla a tos po­ bres para sus siembras; administró justicia pronta, cumplida y desinteresadamente, estableció y fomentó a su costa escuelas de primeras letras en los luga­ res en donde las circunstancias lo permitían y obser­ vó en todo una conducta irreprensible, por lo que se granjeó la estimación general.

E) movimiento revolucionario ocurrido en San Salvador el 5 de Noviembre de 1811, precursor de la Independencia, conmovió algunos de los pueblos lindantes con el partido de Gracias. Con este motivo Mitla dictó eficaces providencias para evitar el con­ tagio, cortó las comunicaciones con aqueltos puebtos y dirigió proclamas a sus súbditos, exhortándolos at orden, el que logró mantener. Su conducta fué apro­ bada en términos muy honoríficos por el Goberna­ dor-Intendente y por el Capitán Genera), dándole gracias por su celo y patriotismo y ofreciéndole re­ comendar su mérito a S. M.

Cotectó en su partido el donativo de 274 pesos tres y medio reales, que entregó para la guerra, aña­ diendo de su peculio 25 pesos y ofreciendo ta mis­ ma cantidad anual mientras durase.

Etegido Diputado por la provincia de Honduras a las Cortes ordinarias de 1813 y 1814, Itegó a Es­ paña cuando ya se habían disuelto, pero desempeñó los principales objetos de su misión (1); tan cumpti- damente que S. M. le confirió el empleo de Secre-

(1) Véase en este libro de conmemoración del CD aniversario de la fundación de Gracias e¡ artículo intitulado RESERñ HtSTORtCñ, p á g in a 3 2. - 71 —

tario det Gobierno, Presidencia y Capitanía Genera! de G uatemala en 19 de Septiembre de 1814. El Capitán General le negó ta posesión cor sus ideas liberales y su decidida adhesión al régimen constitucional, de lo que informó al Rey reservada­ mente. El Rey m andó en 11 de Abril de 1816 que se le colocase en destino correspondiente a su méri­ to, lo que no había ocurrido aun en Abril de 1821. Mitta ocurrió at Rey por ésto y obtuvo dos Reales órdenes: una de 14 de Junio de 1820 y otra de 3! de Ju lio det m ism o año. Por la primera se le m a n ­ daron abonar todos los suetdos devengados desde que se presentó a tomar posesión de la Secretaria hasta aquetta fecha, satisfaciéndose la mitad de ellos por haber cedido to restante a beneficio de la Na­ ción; y en remuneración de los perjuicios sufridos, se te tuviera presente para una tntendencia u otro des­ tino. Por la segunda se m andó que se te abonara el mismo suetdo hasta obtener colocación. Pero vino et 15 de Septiembre. Milla y D. José Francisco Córdova asistieron, como Diputados por el Colegio de Abogados, a la Junta que se celebró en et Palacio de tos Capitanes Generales del Reino de Guatemala para tratar de la Independencia y ambos sostuvieron enérgicamente ta necesidad de proclamar- ta aque). mismo día, y votaron en tal concepto. Ya esta vez Milta no pensaba como en !811, cuando era Sub-Detegado del partido de Gracias. Decretada ta anexión de Centro-America a Méxi­ co, Mitta fué Diputado por Guatemala al Congreso del imperio, y el 26 de Agosto de 1822, fraternizando en ideas con D. José Cecilio del Valle, fué, con éste, de tos 14 Diputados que fueron reducidos a prisión por Iturbide. Caído et tmperio, comenzó la organización dtl Gobierno independiente de las Provincias unidas dei - 72 -

Centro de ñmérica. La ñsambtea Constituyente dictó su famosa acta de lo de Julio de 1823. Con motivo de la asonada del Capitán de Granaderos Rafael ñri* za y Torres el 14 de Septiembre, los encargados del Poder Ejecutivo renunciaron sus puestos. La ñsam- blea eligió pata el ejercicio de aquel poder a los seño­ res Valíe, ñrce y O'Horan; pero ausentes tos dos pri­ meros, se les sustituyó con D. José Santiago Milla y D . Juan Vicente Villacorta. La firma de Milta apa­ rece con la de sus colegas en et decreto No 5o de 25 de Enero de 1824, que abre am ptiam ente las puertas a la inmigración, declarando que se permite a los extranjeros venir a cuatquiera de tas provincias unidas de Centro-ñmérica, en tos términos y de ta manera que mejor tes convenga.

Mitta fué posteriormente ñuditor de Guerra de ta Federación.

Después de haber tomado Guatemata et Gene­ rat Morazán et 13 de ñbrit de 1829, Mitla, que figu­ raba en el partido vencido, saiió para Gracias. Ha- tlándose atti, fué nom brado en 1832 individuo del Tribuna) de Conjueces.

En Mayo de ese año estaba en Santa Rosa, y acusado de complicidad en e) movimiento revolucio­ nario de Domínguez, fué reducido a prisión con su hermano D. José ñntonio et 7, de orden det Coro net Nicotás Raoul. De alt! se les Itevó a O m oa y útti- mámente a Comayagua, en donde fueron absueltos por el Consejo de Guerra que conoció de ta causa, como se retata en tos rasgos biográficos de D. José ñntonio.

En 1841 era Magistrado de ta Corte Suprema det Satvador y D iputado al Congreso. Fué de tos capturados y expulsados, como Morazanistas, por e! Presidente Lindo. - 73 -

D. fiHHCLETO MBDRiD

Este caballero vivió durante la primera mitad del siglo XIX, y ejerció una influencia importante en la política local y desempeñó varios cargos pú b licos.

Entre los papeles de D . Miguel ñtanasio Pine­ da, fué encontrada una carta que le dirigió D. ñna- cleto Madrid, en 1830, en que le avisaba que le en­ viaba adjuntos unos versos que habla escrito, de los que copiamos algunos a continuación. Suprimimos otros que son un poco cáusticos para personas que tienen actualmente descendientes en la ciudad de Gracias.

E H 5 ñ L ñ D ñ

Si quieren una ensalada, de buen gusto y muy sabrosa, válganse de la Pedrosa, que la haga con Bonifacio. Corriendo viene Gervasio en busca del tío Quirino, porque dice que le vino de Comayagua un gran pliego, y precisa abrirlo luego, para tomar posesión y quedar con el bastón cuando el ñtcalde se ausente. Risa da a toda la gente ese pastel de ñguiluz; Villamil pide una luz, para seguir trabajando, y de noche despachando ¡os asuntos contenciosos. — 74 -

Hace expedientes graciosos; pero de ésto se repara en que don Manuet Guevara no da un consejo a Cortés, p ues iieva poco interés, en ei asunto que sigue.

Don ñnacteto persigue a todo et escandatóso, y ninguno está quejoso de su buen procedimiento; v que io diga ei sargento.

Los curicunques maivados, siguen a don Chico Miiía, porque Ignacio, ei chachaguato, bien toca ia guitarriüa. Isidro no es ma! herrero, pero es aigo entretenido;

Rendón se nos ha tuiiido en ese viaje a Beiiz; y te pregunta a don Luis ei remedio de sanar; éste te da et de bañar en el agua m ás hetada.

ñy, que buena es ta ensatada para comer con asado; Don Patricio y un venado, nos darán un satonsito; y sino don Santiaguito, que también sabe cazar.

Entre tos descendientes de D. ñnacteto Madrid se hatta su nieta ia distinguida educacionista, escri­ tora y poetisa, señorita Teresa Madrid, que fué maes­ tra de varias generaciones de niñas gracianas. - 75 —

D. ]. R 0 5 R DE !ZRQU!RRE

Fué Diputado por Santa Bárbara a la primera ñsamblea Constituyente de Honduras que, como se sabe, se inauguró en Cedros e! 29 de ñgosto de 1824 y se trasladó a Tegucigalpa, en donde abrió sus se­ siones et 16 de Septiembre siguiente. Fué Secretario de etfa y luego, uno de sus Pre­ sidentes. Firmó la Constitución del 11 de Diciembre de 1825. En Enero de este año había propuesto et Gobierno que se decretara un empréstito forzoso de 37.600 pesos entre los capitalistas de Tegucigalpa y Coma- yagua para la expedición que se deseaba enviar en auxilio del General Manuel ñrzú encargado de la pacificación de Nicaragua. La Comisión de Guerra fué de parecer que no se adoptase tal medida y que se representara al Gobierno Federa) que, por esta causa, la expedición no marcharía. El Diputado Iza- guirre, en la sesión del 7, apoyó este dictamen en un brillante discurso y lo hizo triunfar: el empréstito no se decretó Publicamos ese discurso a continuación: "Señor:— En sesión de 30 de diciembre próxi­ mo pasado presentó la Comisión de Hacienda su dic­ tamen retativo a no encontrar arbitrios para Henar la cantidad de treinta y siete mil seiscientos pesos, que pidió al Gobierno el C. Coronel Francisco Cáscaras, para la expedición militar sobre Nicaragua, a que fue destina­ do; pidiendo últimamente que se Hevaran a efecto las providencias antes acordadas por el Congreso, con toda la actividad que demandaba la exposición ver­ bal de) Gobierno. El ciudadano , indi­ viduo de ia misma, opinando por un empréstito forzoso, abrió la discusión en que fue de sentir que no convenía una medida tan violenta en un Gobier­ no naciente.*' — 76 -

*Nada exaspera tanto a tos hombres como tas contribuciones directas: pero siendo generales llevan et setto de ta justicia, porque todos están obtiga- dos a contribuir a proporción de sus haberes, para tos gastos de) Estado: Itevan la opinión de tos pue- btos y su convencimiento porque ellos mismos se crearon un Gobierno, que no puede subsistir sin ha­ cienda; y tienen, finatmente, el carácter de iguatdad de cargas entre los ciudadanos, to mismo que ta de tos derechos que gozan. No así los préstamos forzosos que gravitan sobre tos propietarios, que son odiosos por su naturateza y tienen en contra ta opi­ nión: aniquitan sin producir, y empobreciendo a tos particulares, empobrecen también at Gobierno. Suce­ de con los préstamos forzosos, permítaseme esta comparación, to que con et árbot cargado de fru­ tos, que por comer el m aduro )e cortan de raiz tos salvajes del Canadá. Son injustas, son impolíticas las contribuciones de esta especie, atacan la dura­ ción det sistema, pues destruyen tas m ás fuertes co- tumnas. Prescindamos de eso: en Honduras et más pobre de tos Estados, sin ramo de Hacienda, sin grandes propietarios, sin otra industria que un rate­ ro taboreo de minas; en Honduras, que custodia dos puertos, que ha de subvenir a tos gastos de su Go­ bierno interior, que ha de Itenar et cupo, en tos de la Federación, ¿se podrá exigir un préstamo de treinta y siete mit seiscientos pesos?"

«Hasta aquí, señor, había escrito mi voto, cuando oí teer et que os presentó el C. Justo Herrera en ta pasada sesión det 31 de diciembre; es ta expresión del más vivo entusiasmo; y ta generosidad con que conctuye, se saca de ta esfera común de tos hom­ bres: prueba ta escasez de) Erario, ta nutidad de arbitrios, ta pobreza det Estado; pero, no propone me­ dio alguno de enriquecerte; encarece ta necesidad de gastos, urge su inversión, protesta contra el Congre­ — 77 — so hasta tos ágenos sino se defiere a u n préstamo forzoso. Esta si es ta fuerza de) convencimiento, tam bién critica tos sentimientos det exponente sobre et giro poiitico de tas convulsiones de Nicaragua; y a u n ­ que a tos diputados garantiza sus opiniones ta tey me ttama et deber de apoyadas. Voy a hacedo, y os juro por mi honor, padres de estos puebtos, que in­ tereses particutares, ni espíritu de partido sofocó ja­ m ás tas voces de mi conciencia. Dos partidos miro en et Estado de Nicaragua, que con tas armas en ta mano se destruyen recíprocamente. Seis numero­ sas pobtaciones independientes y tibres se despeda­ zan entre si. Miro una guerra fratricida, una anar­ quía destructora; ¡hombres, casas y caudates desa­ parecieron en aquet desgraciado sueto! Busco e) origen de tantos mates, y to encuentro sin dificul­ tad en tas intrigas de atgunos hombres que, fomen­ tando ta revotución, aspiran a una fortuna, que de otro modo no tograrán. No me engaño, papeles pú- bticos han circutado por ta Repúbtica, y det m ism o Supremo Poder Ejecutivo corre un manifiesto de 7 y 11 de agosto." «ELtNICíñDOR" número 4, refiere que et 22 de junio había tevantádose ta guarnición con tas armas, y et Gobierno despojó at C. Pablo Meléndez de los mandos potitico y militar; que nombró de Generat a! Coronel Cleto Ordóñez, y de Jefe Potítico Superior al C. Ju a n ñrgüelto; que por orden de aquél se for­ mó una expedición combinada sobre Managua, fue atacado Jinotepe, y se destacaron seiscientos hom­ bres en Nagarote, a! tiempo mismo que trataban tos comisionados en Managua; que et 6 de agosto fue saqueada ta ciudad de León, hasta sus barrios. Que de Granada vino un repuesto de tropas a León y te acabaron de robar. En mayo mandó a la ñ. N. C., a consecuencia det despojo del C. Justo Milla, que se crease una Junta Generat Gubernativa, com­ puesta de los particutares de la provincia, que reu­ - 78 —

niendo los mandos de toda ella la reconcentrara, cí­ tase al Congreso y fuese preparatoria de sus traba­ jos. Se convocó, y at reunirse estaban sus diputa­ dos que debían componertos, cuando mirando próxi­ mo et término de sus esperanzas, hicieron la revo­ lución los facciosos et 22 de junio. ¿Podrá salvarse ese atentado? Tenian acaso facultades para nom­ brar tos Jefes Superiores de la provincia y éstos pa­ ra hostitizar a ¡os pueblos que no quisieron sercóm- ptices con etlos? No es desconceptuar el sistema y derribarto por sus cimientos, atentar contra tas pro­ piedades, ¡as personas y ¡as ¡ibertades públicas? Niegúelo ¡a injusticia, niéguelo ta parcialidad y et es­ píritu de partido." "C uando ¡os puebtos se encuentran en ios extre­ mos de perecer, recobran tos derechos que natura­ leza les dio; eüa m ism a les autoriza para defenderse; y ta imperiosa ¡ey de ¡a necesidad, derogando ¡as po­ sitivas, ¡es'ampara contra sus prohibiciones. Esto hi­ cieron ¡os pueblos fíeles de aquella porción benemé­ rita, que del Estado de Nicaragua supo conservar los deberes de ¡a humanidad, reÜgión y honor." "ElSupremo Gobierno, creyendo que catmarian ¡os partidos y depondrían ¡as armas, mandó at coronet ñrzú, con el carácter de conciliador e imparcialidad. Observarla perpendicular ofreció et enviado en su manifiesto de 16 de septiembre. Llega al Viejo e informa que aquetlos puebtos estaban en consonan­ cia de opiniones, guardaban et orden y obedecían a tos ñltos Poderes de ta República. ñHí fue recono­ cido y respetado com o ta); pero entra a ta ptaza de León y dice to contrario: publica un bando desco­ nociendo la Junta Generat instatada en San Juan e informa desconceptuándola, tmpreso corre et jura­ mento que prestó at constituirse; "de mantener ta independencia y tibertad, de respetar los ñttos Pode­ res de ta Repúbtica, y ofrece que será reconocido ñrzú tan ¡uego com o se hatle ¡ibre de comprometí- - 79 — mientos, y obre con el sentimiento de su conciencia.» Se trata de mandar a éste un auxilio de 500 hom­ bres, se dice que et Supremó Gobierno !o ha orde- dado, y para equipar )a expedición se encarece la necesidad de un préstamo forzoso de treinta y sie­ te mil seiscientos pesos." "Los capitalistas que tienen en los pueblos el ma­ yor influjo para desacreditar al Gobierno al exigirles un préstamo, que sabe va a empiearse en auxilio de uno de los partidos de Nicaragua, puntualmente aquel que ha reducido a la miseria a los ricos de aquella provincia: que ha cometido los más escan­ dalosos atentados; y que aunque el Gobierno Supre­ mo tal vez equivocadamente así lo haya mandado, es preciso convencerse que los gobiernos, al consti­ tuirse, deben proceder de modo que la opinión de los pueblos sea su mejor apoyo. Esta fue, señor, mi opinión, cuando discutisteis el dictamen de la co­ misión de Hacienda: ésta es ahora y será mientras la justicia sea virtud y et robo un vicio: mientras los hombres tengan derecho para hacer respetar sus propiedades y sus personas; y mientras et Gobierno tenga por bases aquellas y éstas." "Se escandalizó el C. Herrera al oirme proferir: «El Gobierno Suprem o tat vez equivocadamente así lo haya mandado.* Estas voces te hicieron tanto eco, que no atinó a interpretar. Flores Estrada, en su representación al Rey de España, dice: «Por desgra­ cia los reyes son tam bién hombres sujetos como etlos at error.» Dudo que et Supremo Gobierno mande auxitiar a un hombre que prudentemente de­ be juzgarse comprometido del partido a que se ha unido: que ha faltado a sus instrucciones de obser­ var y dar cuenta; de concitiador imparcial; dudo que el Supremo Gobierno mande auxiliar a un hom­ bre que le ha habtado en distintos lenguajes, según et partido en que se ha hallado, cuando to ha he­ cho; que ha desmentido su honor y su firma; to - 80 - dudo, porque vos, señor, tenéis decretado que et Go­ bierno os comunique ¡as órdenes supremas, antes de ejecutadas, y pues con la cita que e) C. Herrera no )a ha hecho, concibo o que no ia hay, o que e) Gobierno obra con misterio. E¡ Supremo Gobierno ordenó, es verdad, que se auxiliara a ñrzü, cuando éste no había llegado al Viejo aún. Lo pidió de San Juan, y se le negaron porque estaba ai frente de uno de los partidos. Yo fui de esta opinión: no hubo el empeño que ahora, ni se alegaron órdenes supremas. Concluyo, se­ ñor, opinando: que no debe decretarse el empréstito forzoso, como por los inconvenientes generales que tengo alegados de injusticia y odiosidad; y por los particulares a Honduras de pobreza y de grandes gastos que tiene que erogar en su administración interior, y atenciones de los puertos.—Tegucigatpa, enero 7 de 1825.—José Rosa tzaguirre." En 1830 et señor tzaguirre desempeñaba et car­ go de Gobernador det Departamento de Gracias, y en et ejercicio de sus funciones se distinguió por su ecuanimidad procurando et bien de los habitantes de aquella región y el m antenim iento de) orden, sin dar motivos de queja ni at Gobierno ni a sus con­ ciudadanos. D. José Rosa de tzaguirre fué ascendiente de tos cabatteros Dr. D. Gabriel tzaguirre y D. José de) mismo apettido.

D. JOSE PHT0H!0 MÍLLR

Hermano tegítimo del Lic. D. J. Santiago Mitla, nació en Santa Rosa en 1811. ñcusado por atribuírsele haber tomado partici­ pación con su hermano en la facción de Domínguez, se les prendió a am bos, de orden del Coronel Nico- )ás Raoul, en Santa Rosa et 7 de Mayo de 1832, y — 31 —

üuego se tes condujo a O m oa, en donde se ¡es so­ metió a enjuiciamiento.

Después se ¡es tr-as!adó a Com ayagua y aüi continuó e) proceso. E) Consejo de Guerra que de­ bía de conocer de é¡ se reunió et 4 de Enero de 1833, y estaba formado así: Presidente, e) Teniente-Coronel Trinidad Cabañas; vocales: Teniente-Corone) Concep­ ción Cardona, Capitanes Manuet López, Juan Reyes, ñndrés Montero, Pedro Chirinos y Teniente José Francisco Brito. He aquí su resolución:

"Vista la causa crimina) instruida contra San­ tiago y José ñntonio Mi))a, acusados de) deÜto de infidencia y mandada sustanciar mititarmente ^on arreglo a) decreto de 5 de Junio de) corriente año (1). Examinada ésta por e) Consejo de Guerra se encuentra que ¡os referidos Santiago y José ñntonio Miüa se han indemnizado perfectamente con docu­ mentos fehacientes, con tos que han destruido tos dichos de ¡os testigos del cargo que se ¡es hace en ia referida causa. Bien examinado todo con ¡a con­ c u s ió n y dictamen de) Juez Fisca) y ¡a defensa de su procurador, ha dado por ¡ibres y absueltos el Consejo de Guerra a ¡os referidos Santiago y José ñntonio Mitla y se ¡es ha dectarado a éstos e¡ dere­ cho para que repitan contra sus caiumniantes y fa¡- sos testigos."

E¡ Corone) Manue! Escobar, Comandante Gene­ ra!, pasó ¡a sentencia a¡ ñuditor. Este, Lic. Battazar Quiñónez en 7 de) mismo, dijo: que ¡os Mittas es­ taban inocentes de¡ detito de que se )es acusaba: que sus padecimientos habian sido injustos y que tenían un derecho amptio para repetir contra sus impostores; y por tanto era de sentir que e) Coman­ - 82 —

dante General se sirviera dar por iibres y absueltos a tos CC. Santiago y José Antonio Mitta de ta calum­ nia que se tes había inferido, dectarándotes ¡guat- mente su derecho a satvo para que repitieran con­ tra sus calum niantes. En este pedimento recayó ta resotuciónquedice^ "Comandancia Generat det Estado.—Comaya- gua, Enero 7 de 1833. "Como dice e) Auditor det Ejército; confírmase Sa sentencia pronunciada por et Consejo de Guerra en cuatro de Enero de este año: póngase en conoci­ miento det Supremo Gobierno, haciéndosetes saber a tos interesados y at Comandante de ñrmas de Gracias. MANUEL ESCOBAR PEDRO MOLiNñ, Secretario/'

D. José Antonio Miüa se incorporó después Ejército Federa) y acompañó at Generat Morazán en casi todas tas cam pañas a que asistió, a partir det año de 1833. Con ét se em barcó en ta goteta tZAL- CO en et puerto de La Libertad cuando resotvió ex­ patriarse en beneficio de )a paz; to acompañó en ta emigración y estuvo presente en tas jornadas de Septiembre de 1842 en San José de Costa Rica, en !as que habia de sucumbir et grande hombre por dar vida a ¡a Repúbtica de Centro-América.

Más tarde pudo Mitta votver a Honduras; y en 1853 fué Ministro de Hacienda y Guerra en et gobier­ no que presidia et teat amigo de Morazán, Generat D. José Trinidad Cabañas.

A fines de 1854 y principios de 1855 e! Gene­ rat Mitta estuvo defendiendo ta frontera con Guate- - 83 - mata contra tas incursiones que reatizaba el Gene­ ral Guardíota, apoyado por fuerzas de) Genera! Ca­ rrera, con et objeto de derrocar et Gobierno de] Ge­ nera) Cabañas para sustituirlo en et poder. Guar- diola fue rechazado siempre por aquel lado. En et Gobierno de D. Francisco Montes, quien -sucedió al Vice-Presidente D. Victoriano Castellanos en Diciembre de 1862, el General Mitla desempeñé 3a cartera de Retaciones Exteriores, a. t=RKM(!S(0 MÍLLK

Empezó a figurar en nuestra política como Di* putado a ta primera ñsambtea ordinaria del Estado, que se inauguro en Comayagua et 5 de abrit de 1826. En el!a se opuso a la iniciativa que et D ip u ­ tado Pabto irías hizo para que se tuviera como pro­ visional taetección del Jefe det Estado D. Dionisio de Herrera verificada en 1824 y se m andaran prac­ ticar etecciones para reponerto. Et Dr. Durón en su obra "Gobernantes de Honduras" escribió:

"FRñMCISCO MtLLñ.-Como Presidente det Consejo se hizo cargo de ta Jefatura por ta enferme­ dad det señor M árquez el 22 de marzo de 1832, y -continuó con cator y con brío ta campaña contra Domínguez hasta obtener ta captura det jefe rebet- de, a quien se fusitó en Comayagua et M de Sep­ tiembre, un día después de haber sido fusitado su segundo, Ramón Guzmán, en Omoa. Con et voto de) Consejo convocó a nuevas etecciones, y resuttó electo Jefe -D. Joaquin Rivera. E! señor Milta go­ bernó hasta e) 7 de Enero de 1833."

Véase et párrafo XtV de la Reseña Histórica de Gracias, pag. 23. — 84 —

GEHERKL D. ]OSE MED!HR

Et Generat D. José María Medina nació ern ^826, enSensenti, que en esa época pertenecía a¡¡ departamento de Gracias. En ía ciudad de este n o m ­ bre contrajo matrimonio con ta distinguida señorita Mariana* MH)a, pariente det ilustre escritor D. José MiHa.

E! Generat M edina, durante su vida, manifestó- siempre su preditección por ta ciudad de Gracias; tos habitantes de esa ciudad te correspondían con et cariño que siempre te profesaron y con eí vatcr con que combatían por é), cuando fue gobernante. Fa­ mosos eran, en ese tiempo, tos sotdados gracianos en Centro-ñmérica, donde se tes conocía con et sobre­ nombre de "tos pericos", por ta divisa que siempre Hevaban, que era una cinta de cotor verde, o una ptum a de perico, a fatta de etta.

Después de )a muerte de) Genera) Medina, e) Presidente Soto, para vengarse de ta mata votuntad que te tenían tos gracianos, suprim ió tos empteos de gobernador civi! y comandante mititar dé Gracias y puso ese departamento at m ando de un mayor de ptaza, que obedecía órdenes det Comandante de Santa Rosa, Emitió Detgado.

Et trato afabte y carácter bondadoso det Gene­ ra) Medina, ¡e habían hecho obtener et aprecio y ca­ riño de tos gracianos; atgunas veces, ta ciudad de Gracias se convertía en ta capitat de )a Repúbtica, por ta residencia continua en etta det Presidente Me­ dina, que, una vez, reunió et Congreso en aquetia ciudad.

Et Pesidente Medina, fuéet primer gobernante de Centro ñmérica, que comenzó ta construcción de un 6 RRL. D. JOSE MHRtñ

Da. Mariana Müla de Medina

— 85 - ferrocarril; ta guerra que hizo at Presidente Dueñas, de Eí Salvador, fué porque ei General Medina sabia que aque) gobernante, celoso de que Honduras cons­ truyera primero un ferrocarri) en Centro América, estaba preparando una guerra para obstaculizar aquetta gran obra de progreso del gobernante hondu- reño. Medina, pues, no hizo más que anticiparse a tos proyectos det Presidente salvadoreño, haciéndolo caer det poder.

Se ha formado en et país, una especie de te yenda negra, contra el Presidente Medina, porque, precisamente, tos escritores y periodistas hondure- ños de aquet tiempo, D. Atvaro Contreras, D. Adol­ fo Zúñiga, D. Ramón Rosa y otros, eran sus enemi­ gos potíticos, y contribuyeron a que se forjase esa leyenda, en descrédito de aquet gobernante honra­ do y progresista. Nosotros tuvimos el honor de conocer a ta viu­ da det Generat Medina, Da. Mariana Mitla, una no­ ble y distinguida señora, que si disfrutaba de un bienestar económico, era por tos bienes que había heredado de su padre D. Luciano Mitla. Et Gene­ ra) Medina murió pobre, disponiendo en su testa­ mento, que una parte de sus pocos bienes fuera en­ tregada a )a Municipatidad de Gracias, como una prueba de su afecto a la ciudad de su predilección.

Durante ta administración det General Medina ingresaron at país, grandes cantidades de oro, det empréstito, que el gobernante obtuvo en Inglaterra, para construir el ferrocarri) nacional; el genera) Me­ dina, como gobernante probo y honorable, no invir­ tió esos recursos sino para tos fines a que estaban des­ tinados, para construir et ferrocarril. La pobreza en que se hattaba, cuando murió, es ta mejor prueba de que era un gobernante honrado, como ha habido muchos en Honduras. - 86 —

E¡ Genera! Medina dió principio a una obra de progreso muy importante para ta Repübtica, como )o es ei ferrocarri) nacionat; murió pobre y víctima de un asesinato político; sinembargo tos historiado­ res nacionales, tomando como artículos de fé ta te- yenda negra de sus enemigos potiticos, to conside­ ran un ma! gobernante; pero e! pueblo graciano guarda respeto y admiración por la memoria de su ilustre presidente y querido jefe, a quien distinguió con su !ea!tad y con su cariño y a quien acompañó en ta cruzada tibertadora contra tos fitibusteros, de­ rramando su sangre generosa en tos campos de ba- tatta de Granada y de otros tugares de Nicaragua.

El Genera! D. José María Medina fue fusilado, en unión de su amigo el General D. Ezequiet Ma­ rín, en 8 de febrero de 1878, en ia ciudad de San­ ia Rosa, durante )a presidencia de Marco ñ. Soto.

Todavía, apesar det tiempo transcurrido desde .'a muerte deí General Medina, hay en San Pedro Su!a y en Puerto Cortés, muchos cabaHeros que to recuerdan con gratitud, reconociendo que et actuaf progreso de ta Costa Norte, se debe, en parte, a ta construcción det ferrocarrit nacionat, que inició aqueü gobernante. El que estas tineas escribe, ha conver­ sado acerca de este tópico, con tos cabatteros D. Jor­ ge Panting, D. Pedro Reynaud, D. Crescendo tzaguí- rre, D. Ramón Bustamante y otros ciudadanos por; teños y sampedranos, que consideran at Genera) Medina, como a uno de tos gobernantes hondure­ nos que más han contribuido at progreso de esta región; y me han dicho, además, quee) Genera) Me­ dina era un cumptido cabattero, de carácter bonda­ doso y amabte: y que se captaba, a) momento, ta amistad de tas personas con que conversaba. Hace atgunos años y con ocasión de hacer u- na visita a! tatter de mecánica de La Laguna, de — 87

Puerto Cortés, fuimos agradablemente sorprendidos por una delicada muestra de estimación de los por­ teños para la familia Medina; el caballero D. Santos Gutiérrez nos enseñó una locomotora a la que los ferrocarrileros habían bautizado con el nombre de Mariana de Medina, ñlgunas veces, e) pueblo, formado por los hombres de manos encalleci­ das por e) trabajo, hace justicia a sus benefactores, cuando los políticos o los historiadores se olvidan da hacerla.

GEMERftL p. EZEQUiEL MKR!M

El Genera) D. Ezequiel Marín, originario de ia ciudad de Gracias, desempeñó un importante papel en )a historia po)itíca y militar de la Repúbtica. Du­ rante el gobierno del General D. Santos Guardiola desempeñó el cargo de intendente de )a ñduana de O m o a, la m ás importante de la República, en aque- ))a época. Fué buen am igo de) Presidente Generas D. José María Medina y fué colaborador de su ad­ ministración, como Comandante Militar de Santa Ro sa de Copán. Su amistad con el Genera! Medina, ¡legó hasta la t umba: ambos fueron fusilados en Santa Rosa, du­ rante !a presidencia de Marco ñ. Soto, que por me­ dio de su agente Emilio Delgado, demostró un inte­ rés desmedido, porque fueran condenados a muerte. El General Marín era comandante de Santa Ro­ sa, y los partidadarios de) Doctor Marco ñ . Soto, en aqueüa ciudad, cuando supieron que ese señor ve nia para Honduras, mandaron una comisión com­ puesta de un sacerdote y de dos vecinos ancianos, para que fuera donde el General Marín a mostrarle una acta que habían levantado desconociendo al Pre­ sidente Medina y reconociendo a Soto como Presi­ dente. — 88 -

La comisión se presentó ttevando e) acta a) ge­ nera) Marín, que a) saber e) objeto de aquella visita y a) )eer e) acta, )a hizo pedazos y arrojó tos frag­ mentos at sueto, diciendo a tos comisionados, que ta edad que tenían y et carácter religioso det otro comisionado, les satvaba de sufrir e) castigo que de­ bería imponertes: que se retiraran inmediatamente, o que, de )o contrario, a su pesar tos haría encarcelar. Después de estas palabras el General Marín, dejando a tos visitantes en ta sata, se retiró a sus habitacio­ nes.

E) sacerdote recogió de) sueto tos fragmentos de! acta, para ejecutar, cuando ta ocasión se pre­ sentara, una venganza muy digna de tos discípuios de Loyola. Los otros dos enviados saüeron a ta puerta y gritaron: "et Comandante tiene preso at cu­ ra." Esas palabras sirvieron de seña! para que !a guardia, a ta que de antemano habían sobornado, se subtevase. Et Genera) Marín satió a) oir tos gritos y e) ruido que hacían tos subtevados, y un corone! de apetlido Sotís, que se había erigido en jefe de tos subtevados, descargó su pisto!a sobre e! Genera! Ma­ rín, hiriéndole una oreja.

El Genera! Marín, aunque herido, fué hecho pri sionero y Hevado a! cuarte! de Santa Rosa. Cuando !os indios de! puebto de La [guata su­ pieron que e! Genera! Marin estaba prisionero en Santa Rosa, enviaron un comisionado para que fue­ ra a decir!es a tos subtevados, que si no ponían en übertad inmediatamente a! Genera! Marin, que eüos, tos indios de La tguata, irían a Santa Rosa a Über- tar!o y a castigar a tos revoltosos. Los promotores de esa revuetta at recibir ese mensaje, abandonaron ta ciudad y se fueron para Guatemata, y como de­ jaran vacio de tropas et cuarte!, et Generat Marín se encontró en tibertad, que había obtenido, gracias a — 89 -

!os valerosos indios de La [guata, que con su ame­ naza hicieron correr a ¡os revottosos. Cuando e! presidente Soto hizo procesar a tos Generates Medina y Marin, e¡ Consejo de Guerra es­ taba formado por !os Generates D. Luis Bográn y D. Eusebio Toro, y por tos coronetes Manuet Bonitta, Betisario ViHeta, Em itió Deigado, ¡nocente Sotis y ñn- tonio Cerro. Poco antes de dictarse ta sentencia, et Generat Bográn, exhortó a ios que componían el Consejo, a que meditaran sobre e) veredicto que iban a dar: tes dijo que no se prestaran para contribuir a que se cometiese un asesinato potítico, porque tos acusados no eran cutpabtes de tos cargos que se tes hacían; queet Genera) Medina, enfermo y valetu­ dinario, en lugar de estar pensando en hacer revotu- ciones, estaba preparando su viaje para )ng)aterra, a donde iría a curarse de sus dotencias. En !a votación, tos Generates Bográn y Toro, vota­ ron por ta absotución de tos procesados; pero tos coro- netes Bonitta, Sotis, Cerro, Vitleta y Detgado, que formaban ta mayoría, votaron por ta muerte de tos acusados; y así se consumó aquet asesinato potítico. Cuando tos generates Medina y Marin fueJon puestos en capitta, ta víspera de su muerte, pudo ver el Genera) Marín, que en ta pared det aposento, estaba cotgado un cuadro en que habían pegado tos fragmentos det acta que ét desgarrara, mucho tiem­ po antes: et autor de esa disposición, muy digna de un jesuíta, demostró con eso at Generat Marin, que et haber roto aquetla acta era ta verdadera causa de su muerte.

La noticia de que tos Generates Medina y M a­ rín habian sido condenados a muerte, fue recibida con gran indignación por tos habitantes de Santa Ro­ sa. Et Doctor Fasquette, at saberta, dijo a su esposa Da. Judith y a varias personas que se hattaban en - 90 - su casa, en ese momento: "Hombres, como ésos, no se m atan en mi país". Uno de ios testigos que firmaron dectaraciones contra tos procesados Medina y Marín, hizo poner una ctáusuta en su testamento, muchos años des­ pués, en que hacía constar, que ¡a dectaración que bajo su firma, aparecía en et proceso, )e había sido presentada ya escrita, y que se te obtígó a que ta firmara, advirtiéndote, que si no to hacía, se vería é! también, envuetto en et proceso. Que por temor ha­ bía puesto su firma en esa dectaración. GEHERftL D. VEHHDCIQ P!HEM

Et Generat D. Venancio Pineda, afítiado at Par­ tido conservador, fué buen amigo del Presidente Generat D. José María Medina. Durante ta guerra que Medina hizo a Et Satvador, apoyando at Gene­ rat Gonzátez contra et Dr. Dueñas, et Generat Pineda fué nombrado segundo jefe det ejército expedicionario.

Después det combate de Santa ñna, en que el Generat Pineda con 400 gracianos derrotó compteta- mente at ejército satvadoreño, mucho más numeroso, e¡ Generat Medina to nombró primer jefe det ejérci­ to, en sustitución det Generat D. Juan López, a quien Medina retiró det mando. Et Generat Pineda murió en Gracias, a una edad avanzada y en estado vatetudinario. 5EMERRL D. LUCIO ftLM R H D O

Et Generat D. Lucio ñtvarado fué un vatiente mititar graciano que vivió durante ta primera mitad de! Sigto X)V y durante tos primeros años de ta se­ gunda mitad de ese sigío. - 91 —

Fue sotdado morazánico y acompañó en algu­ nas de sus campañas at héroe de Gualcho. También tomó parte en ¡a campaña contra ios fitibusteros y fué, con e! Genera) D. José María Medina y fas va- fientes miticias de Gracias, a combatir a ia fatan- ge de Walker en los campos de Nicaragua.

E) Genera) D. Lucio ñtvarado era uno de !os representantes de) verdadero miiitarismo graciano, hoy ya desaparecido: vatiente, nobte ycabatterosocon ios vencidos.

Cuando tas tropas guatemattecas invadieron Honduras, en 1863, tas fuerzas hondurenas que fue ron a combatidas en defensa de) gobierno de D. Francisco Montes, estaban bajo e) mando de un ge* ñera) graciano y un genera) de Santa Bárbara, D. Lu­ cio ñtvarado y D. Saturnino Bográn.

Después det com bate del 13 de Ju n io de 1863, en Santa Rosa, en que fueron vencidas tas fuerzas hondureñas, por las tropas guatemattecas de Cerna, tos generates D. José ñntonio Mitta y D. Lucio ñt­ varado se fueron para San Saivador y Hegaron a tiempo de prestar su cooperación combatiendo en de­ fensa det gobierno det Genera) don Gerardo Barrios en et sitio de San Satvador, que fué una de tas tuchas heroicas de ta ñmérica Centra): esos dos generates gracianos, Mitla y ñtvarado, tuvieron et honor de tuchar por e) heroico Generat Barrios contra tas fuer­ zas guatemattecas que iban apoyando al Dr. D. Fran­ cisco Dueñas que sustituyó en et poder at Generat Barrios.

Et Generat D. Lucio ñtvarado era un cabattero que htzo atgunas donaciones a ta ciudad de Gracias: todavía están en uso dos vatiosas y hermosas tám- paras, importadas de Europa, que e) Generat ñtva- — 92 —

rado obsequió a) tempto de Nuestra Señora de tas Mercedes. Et Generat D. Lucio ñtvarado contrajo matrimo­ nio con ta señorita Josefa ViHamit.

D. JEREMIHS (¡SU ERO S

ttustJe escritor hondureño, originario de ta ciu­ dad de Gracias y descendiente de una antigua y dis­ tinguida famitia españoía. Nació e) 11 de Noviem­ bre de 1845 y fueron sus padres D. José María Cisne- ros y Da. (Jrsuta Vitta. D. Jerem ías Cisneros se dedicó a! estudio y cul­ tivo de tas tetras, atcanzando merecida fama de buen escritor, no soto en Honduras, sino también, en mu­ chos países de ñmérica y en España.

Fué tam bién un poticíco distinguido y ocupó va­ rios cargos púbticos de importancia, entre ettos, e! de Secretario de Estado en el gobierno tiberat det Doctor D. Céteo ñrias, y et de Gobernador Civit y Mititar det departamento de Gracias, durante ta pre­ sidencia de! Genera) Dávita, que )o distinguía espe- ciatmente, y que, tanto ét como su secretario et Dr. Vattadares, en ocasiones, pedían su opinión at se­ ñor Cisneros, acerca de atgún paso potítico o pro­ yecto importante. E) que estas tíneas escribe tuvo e) honor de haber sido secretario det señor Cisneros, y tuvo oca­ sión de conocer tas muestras de consideración con que te distinguían varios escritores y títeratos de México, de Cuba, de Venezueta, det Perú y de otras naciones de Centro ñmérica y de ta ñmérica de) Sur. En 1908, durante ta presidencia det Generat Dá­ vita, en que D. Jeremías Cisneros era Gobernador det departamento de Gracias, fatteció a consecuencia — 93 -

det disgusto que !e ocasionó ta revotución que esta- )tó aquet año en ta capita! dei departamento que é! gobernaba.

Et escritorio de D. Jeremías contenía siempre una montaña de papetes: cartas, originales para im­ prenta, despachos oficiales, mezclados con billetes de banco, pilas de m onedas, etc. que a cuatquiera h u ­ biera parecido que era un escritorio desordenado; pero no era así: D. Jeremías encontraba siempre, a! momento, ei pape) que necesitaba. Por io genera! dedicaba las horas de ta mañana, hasta tas doce, a sus trabajos literarios, que comenzaba después de un corto ejercicio a caballo, que efectuaba diariamen­ te, para ir a una de sus propiedades próximas a la ciudad, a tomar un baño.

D. Jeremías estuvo en Et Salvador y Guatema­ la; pero donde verdaderamente hizo sus estudios fue en su propia casa de Gracias, donde pasaba estudian­ do ios clásicos y teyendo !a prensa de) país y de! ex­ tranjero, por lo que siempre estaba at corriente del movimiento )iterario y de tos acontecimientos que ocurrían en et mundo.

Como una curiosidad consignamos e! siguiente detalle: D. Jeremías conservaba la colección del pe­ riódico Lñ ESTRELLñ DE PñNñMñ, a que había es tado suscrito por más de 25 años; y en su archivo, podía ét encontrar, cuando to deseaba, cuatquier pe riódico, tibro o fotfeto que hubiese sido publicado en Honduras. Tenia una memoria prodigiosa, y sabía el día y e) año en que habían nacido la mayor par­ te de tos habitantes de Gracias y de los lugares próximos.

Et carácter de D. Jeremías Cisneros era un po­ co retraído y gustaba de la sotedad: nosotros guar­ damos para ét una gratitud imperecedera, porque, - 94 — cuando éramos todavía un adotescente, D. Jeremías nos concedió su amistad, tanto más vaiiosa, cuanto que no !a prodigaba; por ésto, tos habitantes de Gra­ cias, ;o consideraban como un misántropo.

DR. D. JULtPH LOPEZ PtHEDR

Literato hondureno, uno de tos actuales vatores Intetectuates de ta Repübtica, que nació en ta ciu­ dad de Gracias. Es hijo det General D. Jutián López García, que desempeñó un importante papel en la historia mititar det país y de su esposa D a. Feticia- na Pineda de López Garcta.

Siendo muy joven et Dr. López Pineda comen­ zó su carrera [iteraría, y fue especiatmente estim ado y distinguido por et Presidente Genera) D. , de quien fué Secretario Privado et año de Í902. Et año de 1903 et Dr López Pineda fué nom­ brado Secretario de )a Comandancia Generat de ta Repúbtica, con e) grado de Tenienteeorone).

A )a caída de) Genera) Sierra, et Dr. López Pi­ neda fijó su residencia en ta ciudad de San Salva­ dor, donde obtuvo, en 1905, e) tituio de Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Potiticas y Sociates y en donde atcanzó merecido renombre como iiterato de g r a n vatia. El Dr. López Pineda fué durante tos años de 1904 y 1905 redactor del DtARIO DEL SALVA­ DOR y et ano siguiente (1906) fundó en )a ciudad de Santa Ana, EL DtARtO MACtONAL, empresa que trastadó a San Salvador et mismo año, con et nombre de EL DtARtO.

Et que estas tíneas escribe, se hattaba también en San Satvador e) año de 1906, y recuerda, con orgu))o patriótico, tas muestras de aprecio y de con­ sideración que se tributaron a) Dr. López Pineda, du- — 95 -

-rante tas fiestas cervantinas, por el brillante discurso -que pronunció en toor det manco de Lepanto y de su tibro inmortal. Et año de 1908 tuvo que suspender la publi­ cación de ELDtñRtO, debido a la presión del gobier­ no y se,dedicó a ta enseñanza, siendo profesor de Castetlano y de Literatura en el instituto Nacionat de Varones, en ta Escuela Normal de Señoritas y en la Escuela Técnico-Práctica de San Salvador, publican­ do también, con el ilustre poeta hondureño Juan Ra­ m ón Molina, ta revista RITOS. E! año de 1910 compró otra imprenta y fundó EL DtñRtTO, periódico de combate, de tendencia so- ciatista. En 1911, perseguido por et Gobierno de aque- !ta República, se trasladó a Honduras y fué nombrado Juez de Letras de Choluteca, cargo que renunció en 1913 y se trasladó a la ciudad de Gracias, para es- tabtecer atli ta imprenta que dejara en San Salvador y para fundar EL DtñRtO DE OCCIDENTE, primer pe­ riódico diario que hubo en Gracias y en toda ta re­ gión Occidental de la Repúbtica y que fué suprimido por et Gobierno. La imprenta fué incautada.

El año de 1914, ttamado por el Gobierno se trasiadó a Tegucigalpa, donde se dedicó a la en­ señanza y en 1916 ft'é nombrado Director de EL NUE­ VO TtEMPO, de aquetta capital.

El Dr. Bertrand, Presidente de la Repúbtica, lo nom bró en 1917, Sub-Secretario de Estado en et Despa­ cho de tnstrucción Pública, y después de ta guerra civit de 1919 ejerció en ta ciudad de San Pedro Suta ta profesión de abogado; y el año siguiente se tras tadó a ta ciudad de Guatemala, donde trabajó co­ mo redactor det DtñRtO EXCELSIOR, siendo nom brado el siguiente año, Director del mismo diario. - 96 —

En 1924 fundó EL D tñR IO DE G U ñT E M ñL ñ, de) cuat fue Director y e) año de 1927 organizó en aquetta capita) )a gran empresa periodística Mamada EL MUNDO, con un capita! de ochenta mi) dotares, Es ta más fuerte y completa empresa periodística que haya existido en ta ñmérica Centra). ñctuatmente dicha empresa )!eva e^ hombre de EL LtPERñL PROGREStSTñ. En 1928 a causa de )a cuestión de limites entre Honduras y Guatemata, abandonó su empresa y sa- )ió de Guatemata, trasladándose a San Salvador, don­ de permaneció hasta et 28 de Noviembre, en que fué nombrado Sub-Secretario de Retaciones Exteriores de Honduras a donde se trastadó para ejercer ese cargo. En 1929 compró ta empresa periodística EL SOL y sostuvo ese periódico independiente durante tos tres primeros años det gobierno det Dr. Mejia Cotín- dres, dedicándose también a ta enseñanza como pro­ fesor de Sociotogia y de Derecho Potítico en )a Uni­ versidad de Honduras. Trabajó, durante tos años de 1931 y 1932, en ta reforma monetaria hasta e) estabtecimiento de )a nueva moneda, e) tempira. En 1932 se,hizo cargo de) diario NUEVOS TtEMPOS, órgano de) partido naciona! y dirigió ta campaña de prensa de este partido.

E) gobierno de esta Repúbtica to nombró, en K333, Encargado de Negocios y Cónsut [Genera) de Honduras en París; y en 1935 e) mismo Gobierno )e dio e) nombramiento de Detegado Permanente ante )a Sociedad de tas Naciones.

Ha pubticado varias obras, entre e))as: C O S ñ S S)N ñLMñ (Crónicas), 1904; RtTMOS D)SPERSOS DR. D. JUUñH LOPEZ PIMEDñ

— 97 —

(poesias), 1908; ALBA (novela), 1908; V ERDADERA LIBERTAD (prosa). 1906; La VIRGEN MARTIR (drama), 1917. Ha escrito una comedia; LAS CHICAS DE LA PULPERIA, representada con gran éxito en Teguci- galpa, en el Teatro Nacional. Obras inéditas: ALMAS EN LAS TINIEBLAS (drama), EL GENERAL MAR- TtNEZ (drama en verso), EL LOCO DE AJUTER1QUE (novela tegionat) y otras.

Pero ta obra más importante de López Pineda se encuentra esparcida en diarios y revistas. En el periodismo ha trabajado desde 1902. Su obra perio­ dística es ia más fecunda y extensa.

Sus estudios predilectos han sido de carácter sociai. Es López Pineda et escritor que más ha ahon­ dado en tos probtemas sociates y económicos de ta época. Desde 1910 ha venido propagando el socialis­ m o, y a causa de e!to ha sufrido p-ersecusiones.

Actualmente, después de maduro examen de las diferentes tendencias sociatistas, ha escrito un tibro titulado ta REFORMA SOCtAL Y POLÍTICA DE HONDURAS, en el cual sienta tas bases científicas para una reforma fundamenta} en nuestro país.

D. 5!M 0H ESTRKDR

Hijo de D. Pabto Estrada, originario de!a ciudad de Guatemala, y de su esposa Da. Teresa Pérez, de Gracias; nació en ta ciudad de este nombre, don­ de prestó sus servicios at Estado, en et Ramo de Ha­ cienda, durante ta administración det Presidente D. Jo­ sé Trinidad Cabañas

D. Simón Estrada ejercía et cargo de Intendente de Gracias et año de 1855 cuando ta ciudad fué ocupada - 98" —

por !as fuerzas guatemaltecas, después que vencieron, en ta batatta que se tibró en esa ciudad^ a ¡as fuer­ zas de! Genera! Cabañas. Las tropas guatemaltecas, que envió Carrera pare apoyar a! Genera) D, Juan López, después de haber derrotado a !as fuerzas de! Genera! Cabañas en Gra­ cias, quem aron tos archivos civit y ecteciástico de a- quetta ciudad; y por esa causa se perdieron muchos- documentos interesantes de ta época cotonía!. D. Simón Estrada contrajo matrimonio con ta señorita Eiena Marín y fue et padre de Da. Luciia Estrada de Pérez. Faüeció en ta misma ciudad de Gra­ cias en 1856.

D. KMSELMO PÜ1EDB

Durante muchos periodos fué Juez de Letras de Gracias y diputado at Congreso Nacionat. La úttima vez que ejerció et cargo de diputado, ya muy ancia­ no y vatetudinarro, fué en 1903. Hecho prisionero en unión de tos diputados ticenciados Pedro ñ. Trejo y Maximitiano Hernández, fuéüevado a ñmapata, duran­ te !a revoiución de aquet ano. D. ñnsetmo Pineda escribió atgunos versos y to­ davía recuerdan aigunas personas de Gracias tos que escribió en 1863, cuando et Generat Medina üegó a ta ciudad después de haber vencido en e! combate de Santa Rosa. Murió a una edad muy avanzada, ya casi cen­ tenario, después de haber servido a su país con dí- tigencia y con teattad. T)TO PEREZ M U fíO Z

Como fué nuestro padre, sotamente diremos de at que sirvió a !a Nación, por más de veinte años, en ei Ramo de Hacienda. Fué buen am igo de! Presidente Dr. D . Poiicar- po Boniüa, y se haüaba a! servicio de su gobierno, e! año de 1897, cuando ocurrió su muerte en ta ciudad de Gracias. Faüeció de 40 años de edad.

(OROHEL D. BRUMO M!LLK

Ei corone! D . Bruno Miüa fué un va ti en te m iti­ gar graciano, que acompañó a) Generat .Morazán en sus tuchas mistares por !a conso'.idación deí gobier­ no federa! en Centro-ñmérica.

Muerto e[ Genera! M orazán, éi corone! D. Bru- ¡no Miüa continuó nmütando en ias fitas unionistas centro-americanas. Nosotros tuvimos ocasión de ha- üar, entre unos viejos pape!es hondurenos, un infor­ me det Generat Quijano, en que daba parte de un combate que había tibrado en tas proximidades de 3 a ciudad de Santa Bárbara, en que hacía constar, que at exptorar e! campo, después de! combate, se había reconocido a! corone! O. Bruno Mi!¡a, que ha­ bía sido gravemente herido en ese combate.

Et corone! D. Bruno Milta murió a una avanza­ da edad, y fue padre det cabaüero D. Horacio Miüa y abuelo de! Dr. D. Horacio Miüa G. - 100 -

GEHERñL D. JGLiñfl LOPEZ QñRQñ

Et Generat López García tomó participación en los sucesos mititares q ue tuvieron tugar en et país durante tos años det üttimo cuarto det sigto XtX: pe­ ro donde verdaderamente se distinguió com o miti- tar vaiiente y esforzado fué defendiendo, contra ta revotución tiberat det Dr. D. Poticarpo Bonitta, at go­ bierno det Generat D. Domingo Vázquez, que te dió pruebas de que te apreciaba y estimaba, por tos méritos de mititar vatiente y tea).

Durante et sitio de Tegucigatpa, en 1894, e) et Generat López García tuvo ta defensa de tas posi­ ciones mititares de Et Picacho: et General Vázquez visitaba cou. frecuencia tas posiciones de cuya defen­ sa había encargado at Generat López García; todavía recuerdan varios mititares de aquetta época, entre ettos et Corone) D. D om ingo Sagastum e, que me to ha referido, tas frases oportunas con que et Generat López García contestó a ta pregunta que te hizo e) Presidente Vázquez, acerca det^espíritu de ta fuerza que estaba bajo su mando en aquetta attura, y sí ta creía capaz de resistir et empuje de tas tropas tibe- rates, que continuamente trataban de tomar por a- satto aquettas posiciones.

Et General López García contestó en un rapto de entusiasmo: 'Mientras esta posición esté bajo et mando de este hijo de Lempira, ¡os tiberates, prime­ ro subirán at cieto, que at Picacho".

Después de ta caída de) poder det Generat Váz­ quez, sus sucesores, et Dr. D. Poticarpo Bonitta y el Generat D. Terencio Sierra, distinguieron con su amis­ tad at Generat López García y to nombraron cotabo- rador de sus respectivos gobiernos, reconociendo tos méritos de ese mititar vatiente y tea!. Qenera) D. Htfonso Vittcla

- 101 -

Ei Generat López García acompañó a¡ Presiden­ te Generat Sierra, combatiendo bajo sus órdenes, la revotución que encabezó et Generat D. Manuet Boni- tla et ano de 1903.

Después que el General Sierra fué vencido por el General Bonilla, et General López García emigró a la Repúbtica de Et Salvador.

Entre los hijos det Generat López García se ha- ttan, el ilustre escritor Dr. Jutián López Pineda; et Co­ rone! D. Car!os R. López y e! Dr. D. Tito López Pi­ neda, bien conocidos en ta potitica det pais.

GEMERñL D. fTLF0n50 VILLELñ

Et Generat D. ñlfonso Viltela nació en ta ciu­ dad de Ocotepeque, que en ta primera mitad det si- gto XtX pertenecía at departamento de Gracias. En ta ciudad de este nombre contrajo matrimonio con ia señorita Rosa Otero, y estabteció allí, definitivamen­ te, su residencia. E! Generat Vitteta fué un mititar vatiente y con un alto concepto de lo que es e! honor militar. Nun­ ca tomó parte en revoluciones contra el régimen le­ gal; sus servicios siempre fueron para el Gobierno na- ciona!. Tomó parte, siempre en defensa de! Gobier­ no, en tas guerras de! últim o cuarto det Sigto pasa­ do, desde et tiempo que fué Presidente el Genera! D. José María Medina, de quien fué mititar de con­ fianza.

Combatió con vaior y decisión, tas revotucíones que e! Dr. D. Polícarpo Bonilta hizo al Presidente Vázquez, y después de !a caída de este gobernante, sus sucesores e) Dr. Boniüa y e! Genera) Sierra, uti- tizaron tos servicios det Genera! Vilteta, que en toda — 102 — ocasión, demostró su leattad y su va!or, en defensa de) Gobierno. En ta revolución que hizo el Genera) D. Manuel Bonilta, en 1903, el Genera) ViHela, que era partidario de ese político, combatió contra él, a) servicio del General Sierra.

El Genera) Viilela fué nombrado Comandante de ñrmas de la ciudad de Ocotepeque, por el Pre­ sidente Bonilla que reconocia los altos méritos de aquel militar valiente y lea). Fatteció en ta cabecera de) departamento que estaba bajo su mando, en 1906.

La lealtad de los mititares gracianos de) Siglo X)X era proverviat. Las milicias gracianas de aquella época combatieron siempre én defensa del gobierno tegitimo y et vator de tos gracianos era tegendario en la ñmérica Centra). Hay una anécdota titulada "EL GRñCIñNO DE POLiCñRPO", escrita por e) distinguido iiterato nicaragüense Dr. D. Salvador Mendieta, que copia magistralmente et carácter del soldado graciano de aquella época.

Ja m á s se dió el caso de que tos jefes o solda­ dos de aquella región insuttaran a ios adversarios vencidos y mucho menos que Íes fusilaran at hacer­ los prisioneros como después se ha acostumbrado hacer, en que, por io general, et vencido es ejecuta­ do inmediatamente, sin más iey que ia voluntad de los vencedores.

D. JO SE M ñ R tn VILLH

D. José María Vilta fué un ciudadano distingui­ do de la ciudad de Gracias, at progreso de cuya ciudad dedicó sus esfuerzos y actividades en tas mu­ chas ocasiones en que tuvo a su cargo ia adminis­ tración de ios intereses de ia comunidad, que admi- D. José María Villa

- 103 —

nistró con integridad y con ta buena voluntad de una persona que tiene verdadero interés por et ade- tanto de su ciudad nata!. Era descendiente de una antigua y distinguida famitia españota, ta misma de tos connotados gra­ cianos D, Jesús y D. Jeremías Cisneros. D. José María Vitta se dedicó al comercio y tu­ vo especiat cuidado en proporcionar a sus hijos una buena y sólida instrucción que también procuró para tos niños de Gracias, pues siempre que tuvo ocasión protegió y fomentó ta instrucción popular en aquetta ciudad. Son hijos de D. José Maria Vilta los Doctores D. ñntonjo López Villa y D. José María Villa, h., muerto éste prematuramente.

Et Dr. López Villa es recordado por su espíritu justiciero y por la decidida actitud con que defen­ dió a su adversario político et Dr. D. Juan ñngel ñrias, en 1903, y por tas frases con que censuró los reatos actos det gobierno del General D. , a cuyo triunfo había contribuido el Dr. Ló­ pez Villa; y desde et momento en que ese gobernan­ te dió et gotpe de Estado de 1904 se separó defini­ tivamente del partido a que pertecía et General Bo- nilta. D. HLBERTO QRLEñNO

Dedicó toda su vida at apostolado de ta ense­ ñanza, que practicó, no soto en la ciudad de Gracias, sino también en tos ciudades de Marcala y de Santa Bárbara, donde se le recuerda con gra titud. Fué, además, un cumplido caballero, de espí­ ritu amptio y amigo del progreso, y contribuyó con sus esfuerzos y con su influencia a muchas obras de — 104 — carácter social y de utitidad publica, y especíatmente en dotar a ta ciudad de Gracias de un buen edificio para cotegio, que ét decoró con cuadros y pinturas que dieron renombre at edificio y at difector det es- tabtecimiento.

Fué maestro de varias generaciones de jóvenes gracianos, que te tributaban cariño especial, por su carácter amabte, y por su deseo constante de coope­ rar a cualquiera obra que se relacionara con ta ins­ trucción púbtica o con el progreso de ta ciudad de Gracias, por ta que siempre estaba dispuesto a ha­ cer cuatquier sacrificio.

Cuando se trataba de atguna obra de progreso, et señor Gateano siempre tenia tiempo disponible para ocuparse de etla, ét, que estaba continuamen­ te dedicado a ta enseñanza; fué también et ini­ ciador det proyecto de construcción de! jardín públi­ co o parque centra) de Gracias; y, apesar de sus mú)tip)es ocupaciones, podía dedicar un rato a) cui­ dado de su jardin botánico, que, en su época, era uno de tos mejores o e) mejor de) país, por )a varie­ dad de ptantas que había togrado reunir, contándose, entre e)tas, como una especiatidad, su notabte cotec- ción de orquídeas, que personalmente había recogido en )as montañas de Ceiaque y en otros tugares de) país, en )as frecuentes excursiones que hacía

ñdemás de ser el Sr. Gateano un buen botáni­ co, era así mismo cuttivador de tas beüas artes, es- peciatmente de )a pintura y de ta música, a ta que dedicaba gran parte de sus horas de descanso. Fué ñ)ca)de de )a ciudad de Gracias y Diputado a) Con­ greso Naciona), por su departamento, en varias oca­ siones, y cuando ejerció esos cargos, siempre hizo oír su voz en favor de tas causas justas y det progre­ so de su pais. Gra!. D. Ramón Octavio Marín

- 105 - QRRL. D. RUMOH O CKM O MBR!M

Originario de )a ciudad de Gracias, fué uno de !os coiaboradores det Presidente Genera! D. Terencio Sierra en et ramo de ingenieria y de caminos; et Generat Marin construyó muchos kiiómetros de ta Carretera det Sur, durante ¡os años de 1901 y 1902. E) Generat Marin, como buen amigo del Gene­ ra) Sierra, te acompañó en )a guerra que este gober­ nante sostuvo contra e) Genera) D. Manuéi BoniUa, asistiendo a tas acciones guerreras que se Übraron en varios tugares de) Sur de ta Repúbtica, hasta que ias fuerzas det Genera] Sierra fueron vencidas por las det Generat Bonitta en ta bataiia de Coray. Después de ta caída det Genera! Sierra, e! Ge­ nerat Marín emigró a. !a Repúbtica de E! Sa!vador, donde tuvo a su cargo, por atgún tiempo, tos traba­ jos de construcción de un ferrocarrii que serviría para comunicar dos haciendas de D. Cartos Meiéndez, que después fué Presidente de aque! país. Ei año de 1907, se hatiaba en ia ciudad de Managua y como en aquei año se organizara una revoiución contra ei Presidente Boniiia, de Honduras, et Generat Marin, que tenía graves resentimientos contra aquei gobernante, por haber formado parte, e! Genera) Boniiia, dei Consejo de Guerra que condenó a muerte a su deudo e) Genera) D. Ezequiei Marin, tomó participación en esa revoiución y fué designa­ do tercer jefe dei ejército revoiucionario, dei que eran primero y segundo jefes, ios Generates D. Dionisio Gutiérrez y D. Nicolás Flores. Et Generat Marín tomó parte en tos terribtes combates de Gateras, Lizapa y Maraita, que se Übraron en aqueiia época.

Fué muerto en una acción de armas que tuvo íugar en Puerto Cortés, ei 22 de juiio de 1910. - 106 —

Et General Marín viajó mucho por todas !as re- púbticas de Centro América, por México y por tos Estados Unidos, y durante ta mayor parte de su vida residió en las ciudades de Puerto Cortés y San Pedro Suta, en la Costa Norte det país. Durante ta admi­ nistración det Presidente Generat D. Domingo Váz­ quez, ejerció et cargo de Administrador de Rentas det Departamento de Cortés. Et Generat Marin habtaba, con facitidad y corrección, ta tengua ingtesa.

DR. D. JEHRRO MUÑOZ HERHRMDEZ

Distinguido médico y cirujano hondureño, ori­ ginario de Gracias y considerado como una verdade­ ra auroridad en su profesión.

Estudió en et Cotegio de Gracias, donde obtu­ vo et tituto de Bachitter, trasudándose después a San Satvador para seguir sus estudios profesionates en !a Escueta de Medicina de aquetta ciudad.

Tuvo como profesores a eminentes facultativos satvadoreños, que conocieron sus excepcionates apti­ tudes y le auguraron muchos triunfos en su nobte carrera profesionat, que comenzó a ejercer desde et año de 1896, habiendo practicado, desde aquetta fe­ cha, con el mayor de tos éxitos, innumerabtes ope­ raciones quirúrgicas, en tas distintas poblaciones de la Repúbtica, que cimentaron su fama de buen pro­ fesionat. Contrajo matrimonio con ta señorita Laura Pi­ neda, descendiente det Subdetegado D . Migue) A . Pineda, y perteneciente a tas famitias de primera distinción de Gracias. Et Dr. Muñoz Hernández ha sido Director dei Hospitat Genera! y Profesor de ta Escueta de Medí- - 107 — ciña de Tegucigatpa, ciudad donde estabteció su re­ sidencia por muchos años y donde, é) y su famitia, gozan de una prominente posición sociai.

La ñsamblea Legistativa de 1936, en una de sus sesiones, hizo merecidos elogios de ta actuación patriótica, humanitaria y eficaz, de este distinguido profesionat greciano.

DR. a. M fm ns M ounn MiLLn

Descendiente de una antigua famitia españota y pariente del ilustre escritor guatematteco D. José Mi- ita, fue et Doctor Molina Mitta un verdadero apóstoi en su profesión, ta medicina, que ejercía, únicamen­ te por hacer ei bien, pues nunca supimos que cobra­ se algo a alguien por sus servicios profesionates. No vivía él de su profesión, pues com o ya dijimos, sus servicios eran gratuitos; y para atender a tas necesi­ dades de su vida, tenía trabajos de agricuttura y ha- ciendas^ que le permitían hacer el bien por solo et placer de hacerlo.

Obtuvo e! titulo de médico y cirujano en ta Es­ cuela de Medicina de Guatemata; pero ejerció su pro­ fesión en ta ciudad de Gracias, su tierra nata).

Fué diputado a! Congreso Nacionat durante la presidencia det Genera! Dávila, pues e! Dr. Motina Milla estaba afiliado at partido liberal.

Murió relativamente joven, y su muerte fue muy sentida por ta sociedad de Gracias, que le guardaba gran estimación. Era sobrino de ta respetabte matro­ na doña Mariana Mitta de Medina, a quien et puebto y ta sociedad distinguían con su respetuosa venera­ ción, porque la vida de esta itustre dama estaba con­ sagrada a ta caridad y a !a oración. - 108 — CORONEL D. LtKtñHO MILLñ

Hijo de don Manuel Müla y de doña Aurelia O. de Mitla, n ació en Gracias en 1853 y contrajo matri­ m onio con la distinguida y bella señorita Concep ción Cisneros, herm a na de) ilustre escritor don Jere- m ías Cisneros. Fué don Luciano un ciudadano amigo de) pro­ greso de la ciudad, y aunque en las luchas cívicas su actuación era conciliadora, procurando evitar !as violencias que ahora se acostumbran, m urió víctima de la intransigencia y de las luchas enconadas de tos partidos, en una em boscada que prepararon tos indios de upos pueblecillos cercanos a la ciudad de Gracias, em boscada en que tam bién perdieron la vi­ da, el corone) don Indatecio Rendón y ta distinguida señora doña Francisca Otero, a quien ettos iban acompañando en un viaje que hacía esa distinguida señora.

Tuvo el corone) don Luciano Miüa una nume­ rosa familia, que cuenta entre sus miembros a los cabatteros, don Juan Mitta Cisneros, et gobernador civi) de Gracias que más ha contribuido a) progreso de la ciudad; el licenciado don Octavio Mitta Cisne- ros, diputado at Congreso Nacional; y tos Doctores Luciano y Jeremías Mitta Cisneros, bien conocidos por su actuación en ta política y administración de ia repúbtica. D. JESUS (¡SUEROS VILLH

Descendiente de una antigua y distinguida fa­ mitia españota, hermano det ilustre y castizo escritor don Jeremías Cisneros. — 109 —

Nació en Gracias e! 21 de Febrero de 1860 y fueron sus padres D. José Mana Cisneros y Da. (Jr- suta Vitta.

D. Jesús Cisneros es recordado con cariño en ia ciudad de Gracias y en {as comarcas vecinas, por las innumerabtes obras de beneficencia que reaiizó durante su vida, muy pródiga en obras de esta na- turateza.

Estuvo afitiado al partido libera!, y fué, como su hermano D. Jerem ías, am igo distinguido de ios ilustres hondurenos D. Céteo y D. Juan ñnget ñrias.

D. Jesús Cisneros ejerció diferentes cargos pü- bticos, en ios que se hizo notar por su taboriosidad, por su carácter amable y por su progresista activi­ dad; y era, además, un ciudadano tan querido y apreciado en ta localidad, que bastaba que e) pue­ blo supiera que D. Jesús tenia simpatías por un candidato para que éste tuviera el triunfo en !os comicios.

Murió todavía joven, rodeado del afecto de su hermana Da. Concha y de sus sobrinos, que te tri­ butaban especia) cariño.

DR. p. M W M unno HERnnn D EZ

Fué hijo de D. Jutián Hernández y de su espo­ sa Da. ñurelia Otero. Nació en Gracias en 1872.

Se graduó de abogado en ía Universidad de ta ciudad de Guatemata y regresó a Honduras poco después det triunfo de ta revotución tiberat det Dr. D. Poticarpo Bonitta, durante ta presidencia det cuat, et Dr. Hernández, ejerció tos cargos de Juez de Le­ tras y de Diputado a) Congreso Nacional. Et año de 1903, en que ejerció este cargo por úttima vez, fue - no — hecho prisionero y Hevado a f\mapata en unión de su hermano político et ticenciado Pedro ñ. Trejo y det d ip utado D. Rnsetmo Pineda.

Ei Dr. Maximiliano Hernández contrajo matrimo nio con ta distinguida y tatentosa señorita Manueta Trejo, hija de) cabattero D. Manuet Tre)o y de su es­ posa Da. /Agustina Muñoz.

Et Dr. Maximitiano Hernández, fatteció en ta ciu­ dad de Gracias, después de una vida laboriosa en¡ servicio de su pais. D. BEhJñMtM MtLLH

Pocos hombres han gozado de ta estimación de! puebio graciano como e! cabattero D. Benjamín Mi- Ha, conocido en ta ciudad de Gracias por su fitan- tropia y por su deseo constante de ayudar a quien necesitaba de apoyo o protección.

Nació en Gracias et 3 de junio de 1856.

Fueron sus padres D. Juan Manuet Mitta y su esposa Da. ñuretia Otero.

Era un hombre amplio y dispuesto siempre a hacer un favor a quien ¡o necesitaba. De carácter ategre y amabte, gustaba de tas reuniones sociates y en muchas ocasiones contribuía a fomentartas, por ta necesidad que tenia su espíritu inquieto, joviat y ami­ go de ta sociedad.

Durante ta administración übera) det Dr. D. Po- ficarpo Bonitta, de 1894 a 1898, desempeñó et car­ go de gobernador civít det departam ento de Gracias y en su administración se construyó ta Ñamada casa penat, una de tas buenas construcciones modernas de ta ciudad. Benjamín Benjamín Mitta, su espo;a e hijos. ¿3

- 1 1 1 —

Tam bién ayudó a la reparación de !a iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, algún tiempo des­ pués, cuando fué elegido alcalde de la ciudad. L!(. D. HñZRR!0 PH1EDK H.

El licenciado D. Nazario Pineda H., nació en !a ciudad de Gracias. Es hijo del caballero D. Francisco Pineda H. y de su esposa la distinguida señora Da, Sara Vitlamil de Pineda, descendiente de una antigua fa­ milia española.

Los siguientes datos biográficos del licenciada Pineda H. los tomamos de ía revista LUX.

"E l m ejor m érito que puede ostentar un ciuda­ dano en estas incipientes democracias istmeñas, es et de haber conquistado palmo a palmo, por el pro pió esfuerzo y por el milagro de una voluntad teso ñera, un puesto sobresaliente en la sociedad y en los círculos profesionales. Para lo primero se requie­ re la rara exquisitez de la cultura, y para lo segun­ do atesorar un sólido talento, cultivado con el estu dio incesante y con el análisis profundo de los ar dúos problemas de la vida. Es indudable que la zona occidental del país ha dado a la nación personajes que tá han enalteci­ do; valores morales, intelectuales y políticos, que han sido factores de peso en el desarrollo progresivo de la República. En la actualidad despunta en aquella región privilegiada un núcleo de juventudes vigorosas, lle­ nas de saludable optimismo y de fe inquebrantable en el resurgimiento de esta pobre patria, tan an gus­ tiada por ta turbulencia de sus hijos y tan digna de mejor suerte por sus virtudes de sufrimiento y de heroísmo. — 112 -

En ese núcteo figura et Lic. Nazario Pineda h.„ abogado distinguido, legislador de nota y titerato de una superior cuttura.

ñpenas tenia 2? años et Dr. Pineda b. cuando recibió en la Universidad de Guatemala e) tituto de Abogado y Notario Publico, y desde esa época ha ejercido su profesión con britiantez en ta Repübtica, tanto en tas contiendas de i Foro com o en et desem­ peño de judicaturas, en donde ha sabido hacerse no­ tar por su honradez y por la claridad de su criterio jurídico.

En varias ocasiones ha sido diputado a las Asambleas Legislativas, representando at departamen­ to de Copán; y en Santa Rosa, como Alcatde Muni­ cipal, ha encontrado un campo amplísimo para el desarrotto de sus energías y de sus tendencias pro­ gresistas. En las serías e incomprendídas tareas de la prensa ha trabajado también con éxito. Su nombre ha figurado en los cuerpos de redacción de revistas y periódicos prestigiosos, entre tos cuates recorda­ mos LA JUVENTUD LtTERARtA Y EL PROGRESO, de Guatemata; y EL TRABAJO, EL OCCtDENTAL, EL PUEBLO y LA SEMANA, en esta Repúbtica. Tam­ bién ostenta, con justa satisfacción y sin vanidades, et tituto de socio correspondiente de los Ateneos de El Satvador y Honduras", D. ROSH MUÑOZ

Hi¡o de D. José María Muñoz, fué Gobernador, Atcatde y Administrador de Rentas del Departamento de Gracias, su tierra natal. Como empteado fué uno de tos que más contribuyeron al progreso de ta ciu­ dad, Fundó el primer Cotegio de Varones que hubo UCEMORDO D. MHZRRtO PIMEDH H.

D. Jacobo Pineda Batres en Gracias y apoyó decididamente et cotegio de se­ ñoritas que fundó e! inteligente y sabio sacerdote don Modesto Chacón.

Contrajo matrimonio con doña Sotedad Caba­ ñas, hija de don Urbano Cabañas, herm ano de) Pre­ sidente don Trinidad Cabañas, y falleció en Gracias el año de 1903. Dejó una numerosa fam ilia en la que se halla su hijo ei Dr. Rafae) Muñoz Cabañas, bien conocido en la política del país. D. JHCOBO P. BHTRES

Fué un cabaHero de carácter amable, que po­ seía como sus otros hermanos, un ingenio agudo que hacía que su presencia fuera deseada en las reuniones sociales a las que daba animación con su charla, amena, culta y carácter jovial.

Fueron sus padres D. Tiburcío Pineda y su es­ posa Da. Fidetia Batres, pertenecientes a tas fami !ias distinguidas de Gracias.

Contrajo matrimonio con ta señorita Ramona Rodezno, con la que tuvo varios hijos, y murió rela­ tivamente joven, después de haber servido a su pais, tanto en el orden civil, como en et ramo militar, en e) que tenía el grado de coronel.

DR. D. RHFftEL MUÑOZ CRBHÑHS

Hizo sus estudios para Bachítter en CC. y LL, en e) Cotegio de Segunda enseñanza de Gracias y después se trasladó a ta ciudad de G uatem ala, y en ¡a Escuela de Medicina de aquetta ciudad hizo sus estudios profesionates, obteniendo el título de Médi­ co y Cirujano. —114-

Ejerció su profesión en ta ciudad de Gracias y también en San Pedro Suta, donde residió muchos años y donde ejerció varios cargos púbticos.

Ha sido Gobernador Político del Departamento de Gracias y Diputado a) Congreso Nacional, en va­ rías ocasiones, por el mismo departamento, donde es generalmente querido y apreciado. Fué hijo det cabattero D. Rosa Muñoz, y de su esposa Da. Sotedad Cabañas y pertenece a una de tas famitias distinguidas de Gracias.

D. SURT OS ESTRRDñ

Nació el año de 1868 y es hijo de D. José Estrada y de su esposa Da. María Muñoz. Estudió en el Colegio de Segunda enseñanza de Gracias, donde obtuvo et titulo de Bachitter en CC. y LL., dedicándose posteriormente a estudios ju­ rídicos, en que ha obtenido una vasta erudición. Consagró varios años de su vida a [a enseñan za, como Profesor det Cotegio de su ciudad nativa y ha ejercido varios cargos públicos, entre eüos et de Gobernador civit det Departamento de Gracias, y en varias ocasiones et de Diputado a! Congreso Nacional. Cuando ocurrieron tos terremotos qüe causaron graves daños a ta ciudad de Gracias, se hatlaba en Tegucígatpa como Diputado por su Departamento, y en unión de su colega et Licenciado D . ñ d á n Pi­ neda H., presentó una moción soiicitando un subsi­ dio de 100.000 pesos para ta reconstrucción de ta ciudad, suma que concedió et Congreso; pero que nunca fué pagada por et Ejecutivo. Pubticamos a continuación esa moción: - 115 -

"MOCION

& C. N. Gracias, ¡a ciudad heroica, ta ciudad de ta tra^ dición y ta ieyenda, ha desaparecido de ta faz de Hondufas a consecuencia de tos terremotos det 26 y 29 de diciembre úttimo, como bien io sabéis por tas pubücaciones que ha hecho ta prensa. Los cora­ zones todos de Honduras han sentido en estos mo­ mentos de angustia et peso de una horribte desgra­ cia, desgracia nacionat; y es porque nuestros herma­ nos, ayer retativameute fetices, se encuentran hoy sin hogares y muchos reducidos a ta miseria.

Víctima de todos tos infortunios, con ta maldi­ ción de su decadencia, Gracias, no obstante su his­ toria gloriosa, ha sido un puebto pobre, de escaso patrimonio; que no ha podido cimentar su feticidad a pesar de! interés patriótico de atgunos de sus hi­ jos. En tanto que otros puebtos han marchado ha­ cia ei progreso, bajo auspicios hatagadores, et nues­ tro, sin imputsos vigorosos, ha sido victima de su propio destino, agravado hoy por ta catástrofe a que nos referimos. Deber de! Estado y de todos !os hon­ durenos es remediar en estas tristes circunstancias, esta anormal situación, que ha consternado profun­ damente et atma de ta Patria; y bajo ta!es impresio­ nes, nosotros, como Representantes de aque! depar­ tamento, grande no sóio por su pobiación, sino por sus cívicas enterezas que han puesto siempre en muy alto et nombre de Honduras, pedimos eroguéis la Cantidad de cien mi! pesos a favor de tos damnifi­ cados. Porque Gracias, como se ha dicho ya, puede resurgir de sus propias cenizas, mediante e! apoyo mora! y materia! que se ie preste; y quizás sobre mejores bases y con nuevas orientaciones que asegu­ ren su porvenir; siendo éstos tos deseos que nos a- nirnan ai hacer esta moción, que por et interés pa­ - 116 —

triótico que entraña, no dudamos será acogida por unanimidad y con simpatía por ta Honorabte ñsamblea.

ñcompañamos et respectivo proyecto de decreto. S. C. N. ADAN PINEDA H. SANTOS ESTRADA Tegucigatpa, 3 de enero de 1916".

LK. D. QCTUVIQ MILLO CISMEROS

Hijo det cabattero don Luciano Miita y de su esposa ta distinguida señora Da. Concepción Cisneros y sobrino det itustre escritor D. Jeremias Cisneros. Nació en Gracias et 7 de Marzo de 1886.

En et cotegio de Gracias obtuvo et títuto de Ba- chiiier en CC. y LL. et año de 1909, trasudándose ese m ism o año a Tegucigatpa, para comenzar sus estudios en ta Universidad Nacionat, donde se distin­ guió por su tatento y ta dedicación at estudio. Nosotros, que fuimos buenos amigos det ticen- ciado Mitta Cisneros, conocimos su fondo de ieattad y de honradez y su espíritu cabalterezco, que rendía un cuito exagerado at honor y a ta patabra empe­ ñada. Et iicenciado Mitla Cisneros pertenecía a tos hombres de otra época, de ta edad cabatterezca, y todos sus actos siempre fueron regidos por tas nor­ mas de ta teattad y según ei código det honor. Después de haber obtenido et titulo de aboga­ do fué nombrado Juez de Letras de Gracias, en cuyo cargo se hizo notar por su dedicación ai traba­ jo, que éi continuaba cuando habían pasado tas ho­ ras de oficina. Nosotros oímos decir at ticenciado ñdán Pineda rL, Magistrado de ía Corte de Santa Bárbara, que Lic. [). Octavio Miüa Cisneros

— 117 — siempre )eía con gusto tas sentencias det Juez Mitla Cisneros, porque estaban dictadas con un alto espí­ ritu de justicia; y, que la Corte, por to generat, siem­ pre tas confirmaba.

Ejerció también su profesión en tas ciudades de San Pedro y deTrujiilo, en ta Costa Norte, y contra­ jo matrimonio en !918en ta ciudad de Santa Bárba­ ra, con ta señorita G uadalupe Paz.

Et Licenciado Mitta Cisneros era m uy apreciado por et pueblo graciano, que le dió una stta prueba de su estimación cuando, en 1928, se presentó su can­ didatura para diputado por el departamento, eligién­ dolo con una votación de más de 7000 sufragios c; fra que no habia obtenido antes ningún candidato en a q uet departamento. El año de 1930, siendo todavía diputado ei licen­ ciado Milla Cisneros, faileció, victima de una fiebre violenta, rodeado del cariño de tos suyos y de sus a- migos, que todavía tamentan ¡a pérdida de ta vida de un caballero que puede servir de modelo, como patriota, como magistrado y como amigo.

LK. D. PDRH PIHEDñ H .

Et ticenciado don ñdán Pineda H. era hijo de don Francisco Pineda H. y de doña Sara Villamil de Pineda.' Hizo sus estudios de abogado en ta Univer­ sidad de la capitat de ta República, donde se distin­ guió por su tatento y por su dedicación at estudie.

Cuando fué un profesionat se fué a vivir a ta ciudad de Santa Bárbara, donde contrajo matrimonio con ta betla señorita Josefa Vidaurreta; y en esa ciu­ dad fué por muchos años, magistrado de la Corte de ñpetaciones. - 118 —

Fué, también diputado a! Congreso Maciona!„ por so departamento, y en et año de 1916, que ejer­ ció ese cargo? presentó en unión de su cotega D. Santos Estrada, una moción para que se concediese un subsidio de cien mit pesos para reconstruir ta ciu­ dad de Gracias, cantidad que fué concedida por et Congreso, pero que nunca mandó pagar et Poder Ejecutivo^

Eitkencíado Pineda H.faltecio joven todavfa,des-? pués de uua vida dedicada at estudio y at ejercicio de su nobie profesión,

GRHL. D. JERONtMO ZELHYH

Pertenecía a una distinguida fam iüa de origen? gspañot. Era Mjo de D, Tiburcio Zetaya y nieto de 0. José de Zetaya,

E) Genera! D. Jerónimo Zetaya desempeñó un im­ portante pape) en ta potítica det pais, tomando parte en varias contiendas cívicas y en operaciones mitita- ?es. Era un cabattero am able, cuito? y de gran pres­ agio en et país,

Fué, en varias ocasiones, comandante militar y gobernador Civit det Departamento de Gracia^ y, en esos cargos, protegió ia instrucción popui^ar con deci­ dido empeño.

Murió a una avanzada edad, en su Hacienda Et Trapiche, en tas proximidades de Gracias, et año ce $902, después desuna vida Laboriosa en beneficio de au país. — 119 -

PRESBITERO D. MODESTO j(HH( OH

Talentoso sacerdote graciano, de familias origi- ¡nanas de España y de Bélgica, que ejerció una im portante y benéfica influencia en la ciudad de Gracias, -especiaimente en la enseñanza, a la que dedicó los mejores años de su vida, con un entusiasmo y dedi cación que le granjearon el aprecio y la gratitud de ¡tos gracianos.

f undó y sostuvo e3 primer Colegio de señoritas que hubo en aquella ciudad, que puso bajo la direc­ ción de ia señorita Carlota Marin, y sostuvo ese co- !egio por varios años hasta que tuvo que ausentarse de Gracias.

Residió durante ios últimos años de su vida en varias poblaciones situadas en las márgenes del her­ moso lago de Yojoa, de donde era cura párroco, y murió hace varios años en Santa Cruz de Yo]oa, en el departamento de Cortés, que era la cabecera de su parroquia. D. BEMIGHO ESTRñDH

Fué hijo de D. José Estrada y de Da. María Mu ños y nieto de D. Pablo Estrada, originario de ia ciu- dad de Guatemala. Nació el año de 1860.

Consagró su vida a ia enseñanza y fué por m u­ chos años Profesor del Colegio de Enseñanza Secun­ daria de Gracias.

Ocupó tatnbién varios cargos públicos, entre ellos ei de Gobernador Político y Comandante de ñr- - 120 — mas det Departamento de Gracias, durante la admi­ nistración de) Dr, D. , habiéndole tocado combatir la revolución que estalló en 1919 y que derrocó a aquel gobernante. D. Benigno Estrada combatió por dos veces a ias fuerzas revolucionarias del General D. Vicente Tos­ ía, a las que derrotó en ei primer combate; pero e! General Tosta recibió refuerzos considerables por ha­ bérsele sumado el General D. Gregorio Ferrera y sus valientes intibucanos y volvió por segunda vez al com ­ bate y entonces derrotó las fuerzas del Comandante D. Benigno Estrada, quien después de sufrir aquella derrota, fijó su residencia en la ciudad de Puerto Cor tés; donde falleció el año de 1928.

DR. D. ). MKSUEL ZRCHPR

Es hijo de D. ñurelio Zacapa y de su esposa Da. Camila Pineda, sobrina de Da. Josefa de Lindo,, que fué esposa del ilustre hondureno D. Juan Lindo. Eí Dr. Zacapa, durante ía guerra de 1902 acom­ pañó ai General D^ Ezequíel Ferrera y tomó partici­ pación en la batalla de Talgua en q u e perdió la vida este distinguido y valiente militar hondureno combatiendo la revolución del General D. Manuel Bo­ nilla,

Esa batalla en que el Doctor Zacapa combatió con valentia, le dió renombre en ta región Occidenta! de la República. Ha sido, et Dr. Zacapa, Comandante de ñrmas y Gobernador Político det Departamento de Gracias., Profesor de! Colegio de Segunda Enseñanza de aque- Ma ciuded y Diputado at Congreso Nacional, en varias ocasiones, empleos en que procuró contribuir Al adelanto de su tierra nativa. &ottor D. Hntonio López ViHa

— 121 -

DR. Lugano M!LLR CSMEROS

El Dr. Milla Cisneros nació en Gracias en 1888 y es hijo det Coronel D. Luciano Milla y de su espo­ sa Da. Concepción Cisneros; hizo sus estudios profe­ sionales en la Escuela de Medicina de San Salva­ dor, donde obtuvo el titulo de Médico-Cirujano, fijan­ do posteriormente su residencia en la ciudad de Santa Rosa de Copan, donde contrajo matrimonio con lo bella y distinguida señorita Celia Castejón.

Es el Dr. Milla Cisneros uno de los leaders po­ líticos de la región Occidental dé la República, en cuyos departamentos ejerce una influencia importan­ te, social y políticamente.

El Presidente Dr. Paz Barahona lo nombró En­ viado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Honduras ante el Gobieno de la República Mexicana, cargo que ejerció por varios años, residiendo duran­ te ese tiempo en ¡a ciudad de México.

Durante los últim os tres años (1933 a 1935), el Dr. Milla Cisneros ha tenido a su cargo ta repre­ sentación oficial del Gobierno de Honduras en Gua­ temala.

Pertenece et Dr. Milla Cisneros a ta actuat generación de hondurenos distinguidos y labora con su tatento en favor del engrandecimiento de la patria hondurena.

DR. D. ñrtTOntQ LOPEZ VILLR

Distinguido profesional hondureño, originario de Gracias, donde ejerció su profesión, la medicina, por algunos años, fijando después definitivamente su — 122 — residencia, en et puerto de La Ceiba, donde goza de una prominente posición.

Durante ta campaña potitica de 1902, el Dr. López Vilta figuró en las fitas del partido que pro- ctamó ta candidatura del General D. Manuel Bonilla, y contribuyó eficazmente ai triunfo que ese político obtuvo en los comicios.

Fué D iputado a! Congreso de 1903, y allí se hizo notar por su gran valor moral y por su espiri tu justiciero, al defender, de manera decidida, a su adversario potítico et Dr. D. Juan Angel Arias, y a! censurar, con frases inolvidables, los malos actos det gobierno del General Bonilla, declarando desde la tribuna, que por et golpe de estado que este man­ datario dio en 1904, se separaba definitivamente det partido a que pertenecía dicho Presidente.

D. J u a n MiLLM aS H E R O S

Nadó en ta ciudad de Gracias el año de 1880 y es hijo del Coronel D. Luciano Mitta y de su esposa Da. Concepción Cisneros.

Por espacio de tres años D. Juan Mitla Cisneros ejerció et cargo de Gobernador Político del Departa­ mento de Gracias, y procuró y to consiguió, que sd período administrativo fuese recordado por tos habi­ tantes de ta histórica ciudad, portas obras de utilidad púbtica en que puso todo su empeño y tas cuates ¡ogro ver terminadas durante et tiempo que ejerció sus funciones: esas obras fueron, la construcción de un hermoso edificio para mercado municípat de ta ciudad, que es, en su género, uno de tos mejores, o quizá el mejor, de la región Occidental de la Repú­ blica, por ta elegancia de su construcción, por su am-

- 123 —

plitud y por ¡a acertada disposición de ¡as ¡ocatidades y de ¡os servicios auxiliares. La otra obra de) gober­ nador Miüa Cisneros, fué !a instalación del a!umbrado eléctrico en ia ciudad de Gracias, para io cua! hizo construir un edificio de cemento y !as obras necesa­ rias para [levar las aguas del río ñrcágual al iugar donde se halta instaiada la maquinaria que produce la energía eléctrica, entre cuya obra citaremos un acueducto de 1250 metros que conduce tas aguas de) río que mueven el dínam o.

E) Gobernador Miüa Cisneros, inició su adminis­ tración pública, trasladándose de orden de) Ejecutivo a ta villa de Guarita, en donde con buen tino y ener­ gía logró, en cabildo abierto, conciliar a tas municipa- tidades de Guarita y San Juan Guarita, para hacer ta división y servidumbre de aguas, maderas y terre­ nos, habiendo suscrito en unión de ambas m unicipa­ lidades y varios vecinos, un acta que fué aprobada por e) Gobierno y que obra como un documento pú­ blico; documento que hace honra a) Sr. Mí))a Cisne- ros, porque ya habían fracasado dos visitas de otros gobernadores sin que tograran su objeto. Este es, pues, otro de tos triunfos de que justamente puede enorgutlecerse e) gobernador Mitta Cisneros.

ñdemás, el citado cabaltero Mitla Cisneros, du­ rante et ejercicio de su cargo, demostró ser un fun­ cionario correcto y dedicó su atención a procurar et progreso de ta ciudad de Gracias y a que fuesen cumptidas tas teyes y regtamentos dictados en bene­ ficio de los hondureños, lo que díó iugar a que se te considerase como un empteado respetuoso a la tey y siempre dispuesto a cooperar en toda obra be­ neficiosa para )os habitantes de ¡a vieja ciudad cotonlai. - 124 — D. FEDERICO P. BRTRE$

Cabattero de claro talento y de agudo ingenio, que desempeñó varios cargos públicos con habilidad y honradez. En las reuniones sociales era apreciado por su vivo ingenio que le hacia sobresalir por la oportunidad con que io hacía brillar. Durante ia presidencia del General D. Domingo Vázquez, desempeñó el cargo de Administrador de Rentas del Departamento de Gracias. Contrajo matrimonio con la señorita Dolores Bueso y fué padre de una numerosa familia. Fué hijo del caballero D. Tiburcio Pineda y de Da. Fidelia Batres. LK. D. PEDRO K, TREJO

Distinguido abogado originario de la ciudad de Gracias. Fueron sus padres D. Manuel Trejo y su es­ posa Da. /Agustina Muñoz. Ejerció su profesión en Gracias y principalmente en Santa Bárbara, ciudad en donde residió por mu­ chos años y donde contrajo matrimonio con la seño­ rita Concepción España. Fué Diputado por el Departamento de Gracias, en varias ocasiones, y tomó participación activa, de manera decidida, en la cam paña política de 1902, lo que fué causa de su muerte. Et año de 1903, una noche en que paseaba por las cattes de Santa Bárbara, en com pañía det Coro­ ne) D. Ezequiet Romero, ambos fueron muertos por una escolta mititar. En esa época et Lic. Trejo era Diputado y su muerte produjo viotentas discusiones en la ñsamblea Legislativa de 1904 y fue, esa discu­ sión, una de tas causas que motivaron la disolución de aquetta ñsambtea, por la fuerza armada, )o que dió tugar al gotpe de Estado de 1904. Mons. finge! María Navarro

Actúa! Obispo de Occidente

— 125 —

ÍAOHS. RMQEL MRRtñ MRVñRRO

Registrando tas páginas de !a historia de tos gra­ cianos, nos encontramos con ta figura de Monseñor Anget María Navarro. Este digno Representante de Cristo, y Jefe ac­ túa) de ta tgtesia Católica de Occidente de Honduras, nació en Guarita et 2 de agosto de 1870. Fueron sus padres tos catóticos esposos don Sixto Navarro y do­ ña Juana de Dios Navarro. Hizo sus estudios primarios en ta Escueta Ele­ menta] de su pueblo nata) y tos de Seminario, en San Satvador. Su investidura sacerdotal ta recibió de! Mustí­ simo Obispo Presbítero Manuet Francisco Vétez, en Siguatepeque et 28 de mayo de 1889, cuando é! con­ taba con 28 años cumptidos; regresando en et mis­ mo año a Guarita donde cantó su Misa nueva en jutio; pasando tuego en octubre det citado año a Erandique a hacerse cargo de ta Parroquia que fue hasta entonces, regida por su virtuoso hermano el Presbítero Martín Navarro, quien pasó a desempeñar et cargo de Vicario Capitutar de ta Diócesis de Co­ m ayagua, ta que adm inistró hasta el año de 1907. En 1907 con motivo de haber fallecido el vir­ tuoso y bien recordado Presbítero don Francisco Na­ varro que ejercía et sacerdocio en ta Parroquia de Guarita, fue trasladado a esta villa donde permaneció hasta et año de 1911, año en que por orden del Se­ ñor Obispo Martínez y Cabañas, pasó a recibir et asiento Parroquia! de esta ciudad ya con et nom­ bramiento de Vicario. Cetoso et Padre ñnget María Navarro de su apostotado, atento, caritativo, humilde, constante y emprendedor, te fueron reconocidos sus altos méritos, Dios mediante, conquistándose por doquiera la ad­ miración, et cariño y ta gratitud de tos fieles. - 1 2 6 -

En diciembre de 1928 fue preconizado por Santidad e! Papa Pió Xt, Obispo de Santa Rosa de Copán, no obstante de no figurar entre tos posibtes candidatos de attos vatores morales para asumir )a Mitra dei Obispado de la Diócesis, habiendo susti­ tuido at Mustrisimo Señor Obispo Monseñor Claudica María Volio y Jiménez quien renunció. Su consagra­ ción sotemne tuvo tugar en Tegucigalpa, et domin­ go 7 de abri! de 1929, habiendo sido consagrante e!¡ Sr, ñrzobispo Monseñor ñgustin Hombach, con asis­ tencia det Excelentísimo Señor ñrzobispo de Guate- mata Monseñor Luis Darou y Sure y át Señor Obis­ po de San Pedro Sula, Monseñor Juan Sastre, sien­ do padrinos en dicha consagración e! entonces Presi­ dente de !a Repübtica de Honduras et ilustre Dr. don Vicente Mejía Colindres y et Vicepresidente, et honrado y cuito ciudadano ingeniero don Rafaet Díaz Chávez. Hicieron acto de presencia en tan so­ temne consagración et Gabinete, Ctero Metropolitano, algunos sacerdotes de Copán y numeroso pueblo catótico. ñ su paso por esta ciudad, cuando regresaba de Tegucigalpa, et pueblo graciano batió palmas de júbito, haciéndote un recibimiento nunca visto, po­ niendo a prueba su amor, admiración y cariño, ñquí, como en todos los tugares donde tas personas lo han tratado, to quieren con delirio. Tom ó posesión de tan atto puesto et 28 de abrit del mismo año en donde ta sociedad de Santa Rosa de Copán lo recibió con los brazos abiertos. Ha sido y es un sacerdote de vida ejemptar. * Et puebto graciano en 1931, quiso una vez más hacerte presente su reconocimiento y gratitud obse­ quiándote un precioso bácuto, detegando ta comisión de entregarlo en sus manos a tos distinguidos pro­ fesores don ñlberto Gateano T., don Jesús B. Membreño y Lic. Marco ñ. Batres, quienes fueron - 1 2 7 - a Santa Rosa de Copán, haciéndoio en un acto, que tuve ocasión de presenciar en e! augusto templo ca­ tólico de aquella bella Sultana. Monseñor ñngel María Navarro no descansa en su nobte labor, es fie) cumplidor de sus deberes, atendiendo no soto la mora) y la instrucción religio- sa de sus ovejas a é! confiadas sino que ha elabora- do con paciencia una obrita titu!ada "Devocionario Popular" que ha sido muy elogiada y ha tenido ge­ nera! aceptación así como un Catecismo de ¡a doc­ trina cristiana para uso de ¡os hogares. . Sin ostentaciones y en silencio tabora incesan­ temente por la construcción de templos en su juris­ dicción, teniendo a ta vista uno de ellos, que es ta Iglesia de San Sebastián en esta ciudad; se han re­ formado varios altares y en Santa Rosa de Copán ha levantado e! Palacio Episcopal, que será un recuerdo imperecedero. Se propone, todavía, !a erección de otros tem­ plos en lugares donde no existen. Sus constantes visitas pastorales que hace a to­ das las poblaciones y lugares de su comprensión, contribuyen a mantener siempre viva la fe y la devo­ ción de ios feligreses, administrando en ellas, ei sa­ cramento de la confirmación a los niños. Su vida está llena de actos bondadosos, que son de justicia reconocerlos, viviendo actualmente en Santa Rosa consagrado a las enseñanzas de Cristo. — JESUS MEJIñ PñZ.— Gracias, 1933. SRLVHDOR HiDHLQO h. (PBMCHO PICRFLOR)

Estoy al frente de uno de los jóvenes de Van­ guardia que enorguilecen a nuestro Departamento y en especial a esta histórica ciudad, ñnte un m odelo de energías, un perfecto batallador que, huérfano, - 1 2 8 - cuando aún era niño, há podido abrirse campo con el alfange de su energía a través de tas )¡anas de la vida. Ha podido, después de tenaces trabajos, reali­ zar su ideat y seguirá seguramente cosechando triun­ fos puesto que mantiene izado et estandarte de ¡a lucha, en la cual triunfará mañana, como triunfó hoy. Hidatgo nació en esta ciudad ei 2 de septiembre de 1902, siendo hijo legítimo de don Salvador Hi­ dalgo y de doña Ramona Cerna de Hidalgo. Hizo hasta el tercer grado primario en esta ciudad y des­ pués se trasladó a San Salvador, en donde, apoyado por su tío don Pedro Pérez Cerna, concluyó sus es­ tudios etementates. Sus estudios secundarios tos hizo en la Escuela de Comercio de Tegucigalpa, obteniendo et tiiuto de Perito Mercantil y Contador Púbtico en el mes de marzo de 1928. Poco tiempo después ingresó a ta Sociedad de Peritos Mercantites y en e! mes de agosto de 1929, se te designó Detegado de dicha ñsociación ante el Congreso tnternacionat de Contabilidad, que tuvo lu­ gar en Mueva York en ta semana det 9 ai 14 de sep­ tiembre de dicho año. En et mes de marzo de 1930, ta misma Socie­ dad !o etigió para hacer estudios de Finanzas y Eco­ nomía Potítíca en Fitadetfia. En ta actuatidad es Více Presidente y Miembro de ta Comisión de Legistación de la Sociedad de Pe­ ritos Mercantites de Tegucigalpa. Ha sido Jefe de la Sección de Estado Mayor det Ministerio de !a Guerra y Contador de Glosa det Tribuna) Superior de Cuentas. Dada ta intetigencia tuminosa y !a moraiidad ¡n- tachabte de este joven virit, fácil es predecir que segui­ rá triunfando y conquistando tauretes para ét y para ta tierra que to vió nacer.— X. X.— Gracias, 1933. — 125 —

TERESñ MHDRID (')

MñQhIFDCñT

Mi alma engrandece, alaba y giorífica ñ su Dios y Señor, Y gozoso mi espíritu publica Su bondad y su amor. Pues, en su sierva, con amor profundo Su mirada posó: Y para dar la salvación al mundo, Mi bajeza exaltó.

Por eso, las naciones a porfia, Mis glorias cantarán: Cielos y tierra Henos de alegría Feliz me llamarán. Pues cosas grandes, dignas de su Diestra, Ha obrado en Mí et Señor, Y entre todas las obras, ta Obra Maestra M e tlama el H a ced c.

Et mismo, que tos ejes de ta tierra En et aire afirmó, Et que hizo et Cieto y cuanto et mundo encierra ñt formarme sonrió.

(1) Cuando ya ta impresión de este tibro se ha­ llaba muy adetantada, recibimos copia de algunos versos de Teresita Madrid, que nos fueron enviados por nuestro distinguido amigo et periodista catótico D. Cetso Reyes. Por ese motivo ocupan este lugar en vez de seguir a la poesía de ta señorita Madrid que aparece en ta página 55. - 126 -

Todos los que te temen y te invocan Su piedad sentirán, Y aquetlos que le insultan y provocan ñt abismo caerán. Ha extendido su brazo Omnipotente, Y ahuyentó en su furor ñl orgutlpso de attanera frente, ñudaz dominador: ñ) humitde, benéfica su mano, Desde el polvo exaltó: ñ) soberbio, del solio soberano ñirado te arrojó. ñbundancia de bienes y grandezas ñl mendigo dará, Y el que ufano confiaba en sus riquezas Despojado será. Se acordó ya de tsraet, su puebto amado Con gran predilección, Y piadoso, sobre él ha derramado Copiosa bendición.

Que todo lo que a ñbraham fue prometido Cumplimiento tendrá, Y por siglos eternos bendecidos Et Dios de Israel será.

Gracias, 2 de Octubre de 1912.

MENDIGO DE PMOR

(JESUS EN LH EUCRRtSTIñ )

{Misterio de bondad incomprensible! Tat exceso de amor no tiene nombre.... Que el Rey de lo visibte e invisible Súbdito se haga por amor del hombre! - 127 -

¡Súbdito! jñún más...! Mendigo, pordiosero, Que a tas puertas de todos va ¡[amando Y con aspecto dulce y lastimero ¡(Jn poquito de amor queda esperando! {Dios mendigando amor, cuando entre tanto, ñnte su Sotio de esplendentes nubes, ñbrasados de amor, e) Santo, Santo, Entonan reverentes ios querubes!

Sí, ¡Dios mendiga amor! El Dios Eterno, Que de nada formó Mundos y Cielos, El que encendió tos fuegos det infierno Y dio caior ai So), y at polo hietos.

Et que a su pueblo hablara entre mi! truenos f\Há en et monte célebre en [a Historia, Y que cietos y tierra tiene Henos De su grandeza, majestad y gtoria.

Y por amor, su gtoria y su grandeza, En ta estrechez oculta det Sagrario, Mientras et hombre paga su fineza con ta hiet y baldones det Caivario,

Para mostrar amor a tu Criatura ¿No bastaba morir en duro teño, Carecer de mortajg y sepultura Siendo del cielo y de ta tierra dueño?

¿Ser con tos mathechores confundido, Morir hasta det Padre abandonapo, Y más de amor, que por ta tanza herido. Mostrar tu corazón atravesado?

¡Fue preciso humiltarte, hasta ta nada....! Hacerte, menos aún que et hombre mismo, Y a é), pedir de limosna una posada ;Que te niega, mit veces, con cinismo! — Í28 —

Harrias a un corazón y ¡está cerrado! ñ mi! requieres, ínadie te responde! {Que tanto ta soberbia ha trastornado Ei miserabie corazón de) hombre!

[Mo pudiste dar más....! Siendo infinito En poder y en amor, te diste todo, !Y et mundo encenegado en e) deiito, Te cambia por un idoto de todoi

ñgotaste, Señor, tu Omnipotencia Por encender de Caridad ia Hama. Soto una cosa excede tu clemencia: íLa ingratitud det hombre que no te ama!

19 de Mayo de 1914, DOCUMENTOS DE LA EPOCA COLONIAL

Repartimiento de la ciudad de Gracias a Dios y su fundación por Pedro de Alvarado.—(Año de 1536) (1)

Yo, Gerónimo de San Martin, Escribano de Su Majestad y su Notario púbtico en ta su corte y en todos tos sus reynos é señoríos, doy fée é verdade­ ro testimonio á todos tos señores que ta presente vieren como et muy magnífico señor Don Pedro de ñtvarado, ñdelantado de tas provincias de Guatema- !a é Capitán Genera) é Justicia Mayor en esta Go­ bernación de Higueras y Honduras y sus tierras é provincias por Su Majestad; por ante mi, et dicho Escribano, su señoría hizo repartimiento genera) de ios puebtos é indios naturates de )a dicha provincia de Higueras, que su señoría ha conquistado, de ta juredición de ta ciudad de Gracias á Dios; que, su señoria nuevamente ha fundado é pobtado en nom­ bre de Su Majestad, á tos vecinos é conquistadores y pobtadores détta, et cua) dicho repartimiento que su señoria hizo, es este que sigue:

En ta vitla de San Pedro de Puerto Cabattos, veinte días det mes de jutio, año det Nasimiento de

(1)—ñrchivos de iridias.—Simancas. - 132 -

Nuestro Salvador Jesucristo, de mi)i é quinientos é treinta y seis años, el muy magnifico Señor Don Pe­ dro de ñtvarado, ñdetantado de ias provincias de Guatemala, é Capitán Generaí é Justicia Mayor en esta Gobernación de Higueras é Honduras é sus tie- tras é provincias por Su Majestad, en presencia de mi, Gerónimo de San Martín, Escribano de Su Ma­ jestad é su notario púbiico en ta su Corte y en to dos tos reynos y señoríos, dixo: que habiendo con­ quistado y pacificado esta provincia de Higueras ha­ cia ta parte de ¡as Sierras ha pobíado para su M a ­ jestad una ciudad que se ttama !a ciudad de Gra­ cias á Dios, para que esté pobtada de españotes, y ta tierra se ennobtezca, y tos señores y naturales de ta dicha tierra, que están debajo de la obediencia de Su Majestad, como ¡os que de hoy en adelante vinieren, sirvan en étta á ¡os vecinos é pobladores conquistadores de ta dicha tierra, conforme como Su Majestad to manda, por ende, conformándome con ta provisión de Su Majestad en que manda que tos señores é naturaies destas partes, se han repartido por tos conquistadores é pobiadores détta, conforme á to que en etta sirviere é por su persona mereciere; teniendo respeto á ta calidad y persona de cada uno, hacia é hizo repartimiento genera) de todos tos pue- btos y jurisdición que tiene señatados á ¡a dicha ciu­ dad de Gracias á Dios, por tos vecinos é pobladores détta en ta forma é manera siguiente:

Señató para sí, et dicho señor ñdetantado, por su repartimiento, et pueb¡o de Tomatá con todos sus barrios y estancias, sacado e) barrio de Posta que su señoría dió á Hernando Datmao, y tos cuatro barrios de Temoaques, et de Mayantepa y de Lepachíchi, y de Congos con et puebto de Matán y et puebto de Care, que son tos dichos puebtos en ¡a jurisdición de ta dicha ciudad, con todos sus señores, indios é na­ borías y barrios y estancias é pueblos á eüas sujetos, — 133 — según é de ta manera que dichos puebtos se sir­ ven. 0 ñndrés de Cereceda, Contador de Su Majes­ tad en esta Gobernación, señató y dió de repartimien­ to, su señoría, et puebto de Tomatá con ios puebles á é! sujetos; y et puebto de Coanítagozyatax, con to­ dos sus señores é indios é barrióse estancias de tos dichos puebtos, de que ttevó cedria de repartimiento.

ñ Diego García de Cetis, Tesorero de Su Majes­ tad, señató y dió de repatimiento, su señoría, et pue bío de Macoioa, y et puebto de Bytutagá, que por otro nómbrese ttama Chotoy, con todos tos señores, indios, barrios y estancias de los dichos puebtos, de que ttevó céduta de repartimiento.

ñ Juan de Chávez, vecino de ta dicha ciudad y ñtcatde Mayor y Capitán, en nombre de Su Majes­ tad, dió y señató su señoría, de repartimiento, tos puebtos de Opoa é Mabotena, ,con todos tos pueblos sugetos, y estancias y barrios y señores principates de tos dichos puebtos, de que tievó cédula.

ñ Hernán Sánchez de ñtvarado, vecino de ta dicha ciudad, dió y señató su señona, de repartimiento, tos puebtos de Lepaera y Guaquenconte y Vocoyuco, con todos sus sugetos y señores indios de tos dichos puebtos; de que iievó céduta.

ñ Gonzato de ñtvarado, vecino y ñtcalde de Su Majestad de ta dicha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimiento, tos puebtos de Toloa y Pirraera, con todos sus sugetos y señores é indios; de tos que tte­ vó céduta. ñ Gaspar Suárez, vecino y regidor de ta dicha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimiento, ta mitad det puebto de Carquin, é Yacirque, é ta mitad det puebto de Tecomattepet, con ta mitad de todos - 1 3 4 -

!os pueblos á ettos sugetos, é señores é principates é indios, é más e! puebto de Moneaba con sus ba­ rrios y estancias, ques en ta jurisdicción de ta dicha ciudad; de que llevó céduta.

ñ ñlonso de Cáceres vecino de ¡a dicha ciudad, dió y señaló su señoría, de repartimiento, ta mitad de) pueblo de ñrquín é Yucerquin, y ta mitad det pueblo de Tecomat—Tepet, con la mitad de los pue­ blos á ellos sugetos, é señores é indios, de tos dichos puebtos, en compañía det dicho Gaspar Cáceres, de que Hevó cédula.

ñ Juan López de García, vecino é regidor de !a dicha ciudad, dió y señaló su señoría, de reparti­ miento, tos pueblos de Cazactica y Prerocotelaga, con todos sus barrios y estancias, señores é princi­ pales indios, de tos dichos puebtos, de que Hevó cé­ dula. f\ Juan de ta Puebta, vecino é regidor de la dicha ciudad, dió y señaló su señoría, de repartimien­ to, tos Pueblos de Cátcamo é [stacapa, con todos tos pueblos á ettos sujetos, y barrios y estancias, señores é indios; de los de que Hevó céduta.

ñ ñlonso de Montatbán, vecino é regidor de ta dicha ciudad, dió y señaló su señoria, de repartimien­ to, tos puebtos de Cabattepeque y Cuxongerique y Bayaquera, con todos tos señores é indios, barrios y estancias de tos dichos puebtos, de que ttevó céduta.

ñ Diego de Ribera, vecino é regidor de ta di­ cha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimien­ to, tos puebtos de Guayguata y Quero con todos ios señores é indios, barrios y estancias de tos dichos pueblos; de que tlevó cédula.

ñ Pedro de Oreüana, vecino é regidor de ¡a dicha ciudad, dió y señaló su señoría, de repartí- - 135 -

miento, tos puebtos de Sambizambique y Cotx, con todos sus barrios y estancias, señores é indios; de ta que Hevó céduia.

ñ Hernando Datmao, ñlguacit Mayor, dió y se­ ñató su señoría de repartimiento ¡os puebtos de Poo- taques, por cima de Yamata y Congera y Seloaraez y Catepet y Voxolca, con todos los señores, indios, barrios y estancias de ¡os dichos puebtos; de que Hevó cédula.

ñ García de ñlvarado, vecino de la dicha ciu­ dad, dió y señató su señoría, de repartimiento, ¡os pueb¡os de ñguacha é Yuquihurtega, con todos los señores é indios, barrios y estancias de ¡os dichos puebtos, de que üevó céduta.

ñ ñtonso Ruiz, vecino de ¡a dicha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimiento ¡os puebtos de Chattepet y Suchípetet y Btoncingo, con todos ¡os señores, indios é barrios, estancias, de ¡os dichos puebtos, de que ttevó céduta.

ñ Perafán de Ribera, vecino de ¡a dicha ciudad, dió é señató su señoría, de repartimiento, los pue­ blos de Yaguaquira y Conquera con todos sus ba­ rrios y estancias, señores, indios, barrios y estancias, de los dichos pueblos, de que Hevó céduta.

ñ¡ padre bachiüer, dió y señaló su señoría, de repartimiento, los puebtos de ñheguera y Cazayte, con todos ¡os señores é indios, de tos dichos pue­ btos, de que ttevó céduta.

ñt Contador Francisco CoriHa, Contador de Su Majestad, de ¡a provincia de Guatemaia, porque ha servido á Su Majestad en estas partes, dió y señaló, de repartimiento, et puebto de Eoa, con todos sus barrios y estancias é señores e indios dé¡. - 136 —

ñ Juan de Cereceda, vecino de !a dicha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimiento, et pueblo de Cotocua, con todos sus barrios y estancias y se­ ñores é indios, dei dicho pueblo, de que tievó céduta. ñ Juan de ürbina, vecino de )a dicha ciudad, dió y señato su señoría, de repartimiento, tos puebtos de CocuyaguayLepaguatacon todos tos barrios y estan­ cias, señores é indios déttos; de que ttevó cédula. ñ ñtonso Rodríguez Picado, vecino de ta di­ cha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimiento, tos puebtos de ñtamaní y Barechecuit, con todos sus barrios y estancias, señores é indios; de tos que i!e- vó céduta.

ñ Pedro Sánchez, vecino de ta dicha ciudad, dió y señató su señoría, de repartimiento, et puebto de ñrcato, con todos sus indios é señores, é barrios y estancias de dicho puebto; de que ttevó céduta. ñ don Pedro Catderón, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató su señoría, de repartimiento, tos puebtos de) ñsistente y de Yeuralapa, con todos sus sugetos é señores é indios; de tos que ttevó céduta. ñ Gabriet de Mendoza, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió y señató su señoria, de repartimiento, et puebto de Guaymicaguata, con todos sus señores é indios, barrios y estancias det dicho puebto, de que ttevó céduta.

ñ Sotomayor, vecino de ta dicha ciudad, dió y señató, su señoria, de repartimiento, tos puebtos de Chocoera y Otistasmaya, con todos sus señores é in­ dios, barrios y estancias; det que Hevó céduta.

ñ Gabriet de Cabrera, vecino de la dicha ciudad, dió é señató, su señoria, de repartimiento, tos pue­ btos de Toniagex, y Egraronqui, con todos sus seño­ res, barrios y estancias é indios; de los que ttevó céduta. - 137 —

ñ Martin de ViHarubia, vecino de )a dicha ciu­ dad, dió é señató su señoria, de repartimiento, ¡os puebtos de Conquira y Mettoqui, con todos ¡os se­ ñores é indios, é principales de ios dichos puebtos; de que Hevó céduta*

ñ Hernán Bravo, vecino de ta dicha ciudad dié é señaló su señoría, de repartimiento, tos puebles de Guabacapa y Leyamane y Tenconera, con todos sus señores é indios é principates é barrios y estan­ cias de tos dichos puebtos, de que ttevó céduta.

ñ Francisco det Ojo, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló su señoría, de repartimiento, tes pue­ btos de Láyagua y Gualmoaca y Carcata, con todos ios señores é indios, barrios y estancias de ¡os di­ chos puebtos, de que ttevó céduta-, ñ Gasparin, vecino de la dicha ciudad, dió é señaló, su señoría, de repartimiento, et puebto de Cutquin, con todos tos señores é indios, barrios y estancias de dicho puebto, de que ttevó céduta.

ñ ñlvaro Gil, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló su señoría, de repartimiento, tos puebtos de Cetapa! y Teguycegatpa, con todos ¡os señores, in­ dios, barrios y estancias; de tos que üevó céduta. ñ Francisco Mexía, vecino de ¡a dicha ciudad, dió é señató, su señoria, de repartimiento, tos pue­ blos de Malera y Conquera, con todos ¡os señores, estancias é barrios de ¡os dichos pueblos; de que itevó céduta-

ñ Francisco de Tego, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató su señoría, de repartimiento, e¡ puebto de Chotmoa, con todos sus barrios y estancias, se­ ñores é indios, de que Mevó céduta. ñ Francisco de Castro, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señaló, su señoria, de repartimiento, ei — 138 — puebto de Yoynca, con todos sus señores é indios', barrios y estancias de dicho puebto, de que ttevó céduta. ñ Martin Sánchez Merino, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, su señoría, de repartimiento, et puebto de Yocongora, con todos sus barrios y es­ tancias y señores é indios de dicho puebto, de que Hevó céduta. ñ Cristóbat Romo, vecino de ta dicha ciudad, dió y señaló, su señoría, de repartimiento, tos pue­ btos de ¡ndepuca y Lautique, con todos sus barrios y estancias, señores é indios, de ¡os ^dichos pueblos, de que ttevó céduta. ñ Bartotomé Sánchez, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Chamalgui, con todos sus señores é indios é barrios y estancias de dicho puebto; de que ttevó cédula. ñ Juan Hiño, vecino de ta dicha ciudad, dió y señaló, de repartimiento, el pueblo de Nyaguategad, con todos sus barrios y estancias é señores é indios, de que Hevó céduta. ñ Pedro de Paz, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló su señoría, de repartimiento, el pueblo de Guatiataga, con todos los señores é indios, estancias é barrios det dicho puebto, de que Hevó cédula.

ñ Francisco Pérez Gattego, vecino de la dicha ciudad, dió é señaló de repartimiento et puebto de Comunerencha, cort todos tos señores, barrios y es tandas é indios; de que Hevó cédula.

ñ ñnaya, vecino de ta dicha ciudad, dió é se­ ñató, de repartimiento, et puebto de Cara, con todos sus señores é indios y estancias, de que Hevó céduta. ñ Ortiz, vecino de la dicha ciudad, dió é seña­ ló, de repartimiento, el pueblo de Guatintaga, que es — 139 otro de questá dado a Pedro de Paz, y es e¡ más cercano á ta ciudad, con todos tos señores é indios é barrios, estancias de dicho puebto; de que ttevó céduta.

ñ ñtonso Polo, vecino de dicha ciudad dió é señató su señoria, de repartimiento et puebto de Eguaenpe, con todos tos señores é indios é barrios,

ñ Cristoba) infante, vecino de dicba ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Bíto, con todos tos señores é indios de dicho puebto, barrios é estancias; de que ttevó céduta.

ñ Juan de tttescas, vecino de !a dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, tos puebtos de Ceyta- tescata, Pachigua, -con todos tos señores é indios é barrios, é estancias déttos, de que ttevó céduta.

ñ Pedro de ñtgaba, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató su señoria, de repartimiento, et puebto de Cotecota, con todos tos señores é indios é barrios, é estancias de dicho puebto; de que ttevó céduta. ñ Diego Licaño, vecino de la dicha ciudad, dió é señató de repartimiento, et puebto de Quetiqueo- rán, con todos tos señores é indios é barrios y estan­ cias dét; de que ttevó céduta. ñ Espíndota, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató de repartimiento, et puebto de Chacata, con todos tos señores é indios é barrios y estancias; de que ttevó céduta. ñ ñtonso García, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de ñrapoca, con todos tos señores é indios é barrios, é estancias dét; de que ttevó céduta. ñ Juan de Rojas, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Yocote- - 140 —

¡ín con todos !os señores é indios é barrios, é están cías de dicho puebto; de que Hevó céduta.

ñ Francisco Gattego, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató su señoria, de repartimiento, el pueblo de Oraya y Guaiceque con todos tos señores é in­ dios, barrios y estancias détlos; de que Hevó cédula.

ñ Juan ñntonio, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, tos puebtos de Lepatoa y Escayotapa, eon todos tos señores é indios, é barrios y estancias déltos; de que tievó céduta.

ñ Martin det ñtameda, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató, de repartimiento, tos puebtos de Orotega y Guacabasqueque, con todos tos señores é' indios é barrios y estancias déttos; de que ttevó céduta.

ñ Juan ñtonso, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Cituytique, con todos tos señores é indios é barrios y estancias det dicho puebto; de que ttevó céduta.

ñ Cristoba) de Vittatobos, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Congotón, con todos tos señores é indios, barrios y estancias det dicho puebto, de que ttevó céduta.

ñ ñndrés García, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Otonte- pén, con todos tos señores é indios é barrios, é es­ tancias de dicho puebto; de que ttevó céduta.

ñ Bartotomé Sánchez, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Tengrugón, con todos tos señores é indios é barrios, é estancias de dicho puebto; de que se dió céduta.

ñ Hernando de ñvita, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató de repartimiento, et puebto de — 141 —

ÍLantenán, con todos tos señores é indios é barrios -de dicho puebto y estancias; de que se dió cédula.

ñ fUonso García, vecino de ta dicha ciudad, dio é señaló de repartimiento, et puebto de Tiquixima,

ñ Francisco Paniago, vecino de la dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, et pueblo de Lacan- tiquen, con todos tos señores é indios é barrios y estancias de dicho pueblo; de que Hevó cédula. f\ Luis de Rivera, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, et pueblo de Potope- !e, con todos tos señores é indios, estancias é ba­ rrios, de dicho puebto; de que ttevó cédula. ñ /Alonso Pérez Portugués, vecino de dicha ciu­ dad, dió é señaló, de repartimiento, e! pueblo de Gualmoca, con todos tos señores é indios, estancias é barrios de dicho pueblo; de que Hevó céduta. ñ Pesquera, vecino de )a dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, el puebto de hitibogana,, con todos los señores é indios, barrios y estancias de dicho pueb^ de que Heve céduta,

ñ Martín López, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, et puebto de Quexomala- ca, con todos los señores é indios é barrios y estan­ cias de dicho pueblo; de que ttevó céduta,

ñ Diego Román, vecino de $a dicha ciudad, se dió é señató de repartimiento, et puebto de -ñcha- pta con todos tos señores é indios é barrios y es­ cancias de dicho puebto; de que tievó céduta.

ñ Juan Román, su hermano, veemo de ta di cha ciudad, dió é señató, de repartimiento, ei pue­ blo de Yambalaquira, con todos sus señores é indios, barrios y estancias de dicho puebio; de que ttevó* íéduta, ñ ñntón Sánchez, vecino de la dicha cíudad„ dió é señaló de repartimiento et puebto de ¡cauta,, con todos ios señores é indios é barrios y estancias det dicho pueblo; de que ttevó céduta.

ñ Juan Bautista, vecino de fa dicha ciudad, se dió é señaló de repartimiento, et pueblo de Huana, con todos tos señores é indios ér barrios y estancias det dicho puebto; de qus Hevó céduta,

ñ Juan Quintero, vecino de ta dicha ciudad, se dió é señaló de repartimiento, et puebto de Cotapa, con todos tos señores é rndios é barrios y estancias de dicho puebto; de que Hevó céduta. ^ ñ Juan de Bayona, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Gualio- SMi, con todos los señores é indios y estancias de di^ cho puebto; de que Hevó céctuta, — 143 -

ñ Rodrigo Portugués, vecino de ¡a dicha ciu­ dad, dió é señaló de repartimiento, ei pueblo de Le- pacaiaca, con todos los señores é indios é barrios y -estancias de dicho pueblo; de que ttevó cédula.

ñ Nicoiás Cara goces, vecino de la dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, el pueblo de Tepo- queli, con todos tos señores é indios é barrios y es­ tancias de dicho pueblo, de que Hevó céduta.

ñ Juan Ferrel, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, el pueblo de Yelaquine, con todos tos señores é indios, barrios y estancias de dicho puebto; de que ttevó cédula.

Juan de Zamora, vecino de ta dicha ciudad, dió é señaió de repartimiento, e! pueblo de Xoyolca- ce, con todos tos señores é indios, barrios y estan­ cias de dicho puebto; de que ttevó cédula.

ñ Zuazo, vecino de ta dicha ciudad, dió é se­ ñaló, de repartimiento, et pueblo de Nagala, con to­ dos los señores é naturales é indios é barrios y es­ tancias de dicho puebto; de que ttevó cédula.

ñ Francisco Enriquez, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató, de repartimiento, et pueblo de Otrasabutepeteconalco, con todos los señores é indios, é barrios y estancias de dicho puebto; de que Heve céduta. ñ Hernando de tllescas, vecino de la dicha ciu­ dad, dió é señató de repartimiento, el pueblo de Va- tabaguera, con todos los señores é indios é barrios y estancias de dicho pueblo; de que ttevó cédula.

ñ ñlexos Rodrigo, vecino de ta dicha ciudad, dióé señaló, de repartimiento, et pueblo deEtquece, con todos los señores é indios, barrios y estancias de dicho pueblo; de que Hevó cédula. - Í44 —

ñ Gi) Sánchez Cotmenares, cecino de ta dicha ciudad, dió é señaló, de repartimiento, et puebto de Ciguatepe, con todos tos señores é indios y estan­ cias de dicho puebto; de que Hevó céduta,

ñ Paz, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató,. de repartimiento, el puebto de Vaxatota, con todos ios señores, é indios é barreos de dicho puebto; de que Hevó' céduta,

ñ ñndrés de FraJes, vecino d*e ta dicha $iudad„ dio é señató, de repartimiento, tos puebtos de Yus- maqwn y Testace y Guaquecingo y Xitoasguatetan^ con todos tos señores, é indios é barrios y estancias de dicho puebto; de que Hevó céduta,

ñ Pedro de Ondansar, vecino de ta décha ciu­ dad, se dió é señató, de repartimiento, et puebto de Quinpes, con todos tos señorea é indios é barrios de dicho puebto; y estancias; de que ttevó céduta,

ñ Juan Rodríguez Cabritto, vecino de dicha ciu­ dad, dió é señató de repartimiento, et puebto de Teota é Coteta, con tedos fes señores, indios, barrios y estancias de dicho puebto; de que Hevó céduta.

ñ Juan Ramírez, vecino de ta dicha ciudad, se dió é señató de repartimiento, et pueblo de Rece- butquin, con todos tos señores é indios é barrios y estancias de dicho puebto, de que ttevó cédula.

ñ Juan Camaeho, page de su señoría y vecino de ^a dicha ciudad, se dió é señató, de repartimien­ to, e] puebío de Tuquintaca, con todos Tos señores é indios é barrios y estancias de dicho pueblo, de que Hevó céduta, ñ Diego Rodrigo Portugués, vecino de ta dicha íiudad, se dió é señató de repartimiento, et puebto de Guancepta, con todos los señores, indios é be- - 145 - rrios y estancias de dicho pueblo; de que Hevó céduta.

ñ Gerónimo de Satinas, vecino de ta dicha ciu­ dad, dió é señató de repartimiento, et puebto de Yoconeras, con todos tos señores indios é barrios y estancias de dicho puebto; de que Hevó céduta.

ñ Tunencia, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató de repartimiento, tos puebtos de Chinchen y Huasca, con todos tos señores é indios é barrios y estancias de dicho puebto; de que ttevó cédula.

ñ Carritto, vecino de ta dicha ciudad, dió é se­ ñaló, de repartimiento, et puebto de ñguaeroa, con todos tos señores é indios é barrios y estancias de dicho puebto; de que ttevó céduta.

ñ Muño Leat, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Comorchacata- pa, con todos tos señores, indios é barrios y estan­ cias de dicho puebto; de ¡o que ttevó céduta.

ñ Motina, vecino de ta dicha ciudad, dió é se­ ñató de repartimiento, et puebto d.e Otoacinaquin, con todos tos señores é indios é barrios y estancias de dicho puebto; de que ttevó céduta.

ñ Migue) García, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató de repartimiento, et puebto de Coroijuco- roayastexet, con todos tos señores é indios, barrios y estancias de dicho puebto; de que Hevó céduta.

ñ Metchor Manso, vecino de )a dicha ciudad, dió é señató de repartimiento, et puebto de Chacare, con todos tos señores, indios é barrios y estancias de di­ cho puebto; de to que Hevó céduta.

ñ Francisco López, portugués, vecino de ta di­ cha ciudad, dió é señató de repartimiento, et puebto - 146 - de Guaicán, con todos tos señores, indios é barricsy estancias de dicho puebto; de que ttevó céduta. ñ Francisco Piñón, vecino de ta dicha ciudad, dió é señató, de repartimiento, et puebto de Caunana, con todos tos señores, indios é barrios y estancias det dicho puebto; de que ttevó céduta. Y así acabado, su señoría to firmó de su nom­ bre en et registro.—Et ñdetantado Pedro de ñtvara- do.—En fé de io cuat, segund que antes pasó de mandamiento de Su Señoria, ¡o fice expedir, segund que antes pasó.— En fé de to cuat, fice aquí este mió signo á tat.— Hay un signo, en testimonio de verdad. — Gerónimo de San Martin; Escribano de Su Majes­ tad.— Entre dos rúbricas.

Ei Obispo de Chiapa D. Frai Bartoiomé de ias Casas representa á ta Audiencia de ios Confínes que re­ sidía en ia ciudad de Gracias á Dios, sobre ios asuntos que espone en que pide ei auxiiio dei brazo reai y secuiar (1)

Muy poderosos Señores:—Et obispo de la ciu­ dad rea) de Chiapa D. Fray Barthotomé de tas Casas, por cumptir con mi 'oficio pastora) y con mi con­ ciencia, haciendo y cumptiendo to que está ordena­ do y estabtecido por tos sacros cánones, en especia) con et cánon det capituto ñdmínistratores 23, q. cu­ yo cumptimiento y observancia juré en mi consagra­ ción, amonesto y requiero á tos muy magníficos se-

(1) Esta representación fue leída en ta dicha ñudiencia el día 22 de Octubre de 1545.— Respuesta de la ñudiencia en 26 de di­ cho mes y año. — 147 -

ñores presidentes y oydores desta Tea! audiencia de tos confines que está y reside en esta ciudad de gra­ cias a Dios, )as cosas siguientes:

Lo primero, que porque mi ygtesia está opresa, y mi jurisdicion ectesiástica impedida y ocupada, que no puedo tibremente usarta y excercitarta por ¡a ino­ bediencia y rebeiion de tas justicias hordinarias de aqueüa ciudad, que vuestra aiteza me ta tiberten y den manera para que en todo to que á ta dicha ju­ risdicion ectesiástica pertenece, y en especia) á tos casos de inquisición, ta pueda tibremente húsar y exercitar como á etto de derecho vuestra atteza son obtigados.

Lo segundo, que vuestra atteza me impartan et auxitio det brazo rea), dado é impartido, sin patabras equívocas, sino muy ctaras y eficaces, simptementey como quien to ha gana de hacer para que haya efec­ to, para que yo pueda castigar conforme á derecho, á todas tas personas detinquentes, ansí segtares co­ mo eciesiásticas que an ofendido en muchos sacri- tegios y desobediencia y desacatos que an hecho y cometido contra ta reverencia que se debe á ta ygte- sia y á ta dignidad episcopa!, y en otras cosas to- cántes á ta onra de Dios y de su fee en aquet obis­ pado y en ta dicha ciudad, porque ta desobediencia y ninguna reverencia y poca ó ninguna cristiandad de tos atcatdes hordinarios y otras justicias y perso­ nas yo no puedo castigados ni exercitar mi oficio pastora!.

Lo tercero, que vuestra aiteza remedie con efec­ to tas tiranías y opresiones, fuerzas y agravios que padecen mis ovejas, tos yndios naturates de todo aquet obispado de tos, españotes, en especia) de tos excesivos tributos y vexaciones y en )os servicios per- sonates y en cargarüos como á bestias noches y días, y en tener muchos ombres y mugeres Ubres por - 148 — esclavos, y en otras muchas injustas vexaciones que tes hacen contra iey divina y razón natura! y en di­ minución y acabamiento de todas aquettas gentes, porque atiende de perecer en tos cuerpos, perecen en tas ánimas, porque como tos tienen tos españo- tes siempre en tas dichas sus tiranías ocupados, no pueden ios retigiosos avertos para tes predicar ta tey de Dios y convertirtos, y para esto es necesario que vuestra alteza tes dé ta tibertad que su magestad manda por sus nuevas ordenanzas com o á vasattos suyos y tibres que son.

Lo quarto, que vra. atteza dectare pertenecer e) conocimiento y protección de tas causas de tas mi- serabtes personas como son estas gentes yndianas at juicio ectesiástico y envíe sus provisiones reates so­ bre etto á tos atcatdes y justicias de los puebtos, ciu­ dades, vitias y tugares para evitar escándato, porque como son ydiotas y saben poco ó nada de to que deben á dios y á su ygtesia, pensarán que yo me entrometo en usurpar ¡a jurisdición reaf; to quat, yo defiendo y entiendo defender y reverenciar en quan- to yo pudiere, y avrá escándato é incurrirán en ta descomunión questá en et capituto Nominus de in- munitate ectesiariun, y en et capituto Quonian det mismo títuto en et tibro 6o., y la de) proceso de )a curia romana, ques papat, y todo esto escusará vra. atteza haciendo ta dicha dectaracion como ya tes he­ mos pedido y requerido tos tres obispos que aqui at presente estamos en Guatimata y Chiapa y Nica­ ragua.

Lo quinto, que vra. atteza estorve é impida que en las provincias de yucatan no se haga guerra ni conquista, ni entrada ni ranchería por tos españotes, como agora se hace: é ya por otras peticiones mías e supticado y requerido enesta reat audiencia, y no to an querido proveer, agora to torno á requerir y — 149 - amonestar, porque demás de destruir aqueltas gen­ tes naturales de aquel reino de yucatan, alborotarán y harán atzar á los yndios y matar !os frailes ques- tán en !a provincia de tecuíutan, questán de paz, y las están convertiendo y apaciguando los religiosos de Santo Domingo, y perderse a la mayor obra y conversión que oy ay en la yglesia de dios, como consta ya á esta rea! audiencia, por la provanza quenetta, por parte de los dichos religiosos se pre sentó hecha ante mí y ante el obispo de guatimata, dentro de las dichas provincias, y desta manera por paz y amor y buenos exempto's, com o an com enza­ do los dichos religiosos de Santo Domingo, asegura­ rán y convertirán todas aquellas provincias que que­ dan que son muy grandes.

Lo sesto, que vra. alteza mande tratar bien !os yndios y pueblos que están encorporados en ta co­ rona real, aunque son muy pocos, y esto que sea mandado con efecto de manera que se haga con­ forme á las nuevas ordenanzas que su magestadhizo, y sexecuten tas penas deltas y otras mayores, en los oficiales del Rey, que de industria y propósito se di­ ce que oprimen y aflixen á tos caciques y yndios que tiene el Rey, para que pidan y renieguen de ser del Rey, y blasfemen de su servicio y los den á perso­ nas particulares para que nunca salgan de infernal captiverio.

Lo sétimo, porque et auxifio de) brazo ectesiás- tico es obligado á socorrer y ayudar con sus armas espirituales al brazo segtar, quanto )o a menester, como e) segtar a) eciesiástico con tas suyas materia- tes, y también, por lo que toca a mi oficio pastoral que to tengo de usar en ambas á dos provincias, como obispo de tas de yucatan y teculuttan, por en­ de amonesto y requiero á tos dichos señores presi­ dente é oidores desta dicha real audiencia de los - 150 — confines, que pongan en cabeza y corona de su ma­ gestad todos [osyndios y puebtos que su magestad manda por sus dichas ordenanzas, que en ta dicha su rea) corona sean incorporados porque su mages­ tad es y a sido muy deservido y ta tierra muy da- ñificada en no averse hecho, porque con parte de tos tributos dettos se puede dar de comer á muchos españotes que puebtan ta tierra, y por no tener de comer se van de)ta y áun á juntarse con tos tiranos y traidores questán atzados contra et Rey en los rei­ nos de) Perú; y porque de quitar tos yndios á quien su magestad manda no se sigue escándato ni turba­ ción atguna, porque no son en cada ciudad sino cua­ tro ó cinco ó diez persodas a tos que su magestad tos manda quitar, ántes de to contrario se a seguido grande escándato y turbación y se a infamado su magestad y hecho ma! quistó, porque le an )evan- tado que quita á todos tos yndios porque como an­ dan muchos españotes batdios, y en especia) en ni­ caragua, quando ay atboroto y necesidad de hacer justicia, no acuden á favorecer )a justicia rea) y ectesiástica, ni á ¡as cosas de! Rey, sino á quien tes da de comer como estotro dia acaeció en ta dicha provincia de nicaragua, que habiendo ciertos detitos !a justicia se hattó sofá, y Rodrigo de Contreras, que era e) delinquente se hattó con cinquenta hombres, y ansi no pudo xecutarse justicia, y si et Rey tuviera tos tributos que Contreras tiene, que son tas tres partes de quatro de ta tierra, tuviera con quedar de comer á aquettos que Contreras tiene por suyos, pues acuden a é) quando quiere, y ansi está claro to que pido que es no quitar tos yndios á tos particutares, porque et Rey no to manda sino á tos oficiates pa­ ra dar de comer á quien no tiene, y si esto huviera entendido et puebto, no huviera ávido tanto daño, ni pensaran tos españotes que las teyes de su ma­ gestad )es eran dañosas y que tes quitavan ia sus- tencion. — 151 —

Todas tas quates siete cosas con aqueHas que yo más he pedido en esta rea! audiencia toncantes á )a libertad y jurisdicción eclesiástica y execucion detta, y á ta tibertad y remedios de tas injusticias y agra­ vios de los yndios de todo e! dicho mi obispado, y !as que juntamente hemos pedido tos dichos tres obispos de guatimata y chiapa y nicaragua, pido y amonesto y requiero á tos dichos señores presidente é oidores que tas cumptan y provean y manden con efecto cumptir y proveer y remediar como son obti- gados de derecho, y como también su magestad lo manda por tas dichas sus ordenanzas y tiene man­ dado por sus muchas reates provisiones áun ántes de agora, para io qua!, cumptir, proveer y mandar con efecto,, les asigno y señato tres meses primeros si­ guientes por tres ptazos y tres canónicas moniciones, conforme a) dicho capituto ñdminístratores; et pri­ mero mes por primera monicion, y et segundo mes por segunda monición, y et tercero mes por tercera monicion canónica, ptaso y término perentorio, den­ tro de los quates sean y estén por [os dichos seño­ res presidente y oidores proveídas, cumpiidas y re­ mediadas con efecto tas cosas susodichas por mí pe­ didas, requeridas y amonestadas como tes manda la santa madre ygtesia por et dicho capituto ñdmi- nistratores, tos quales dichos tres meses y términos^ pasados y cumptidos, no tas aviendo cumpUdo, pro­ veído y mandado de manera que alcancen remedio y efecto, como tas tengo pedidas, requeridas y amo­ nestadas, protesto que en toda mi diócesis y obis­ pado y por todas tas ygtesias dét denunciaré y de- ctararé á tos dichos señores presidente y oidores des­ ta dicha rea) audiencia de tos confines aver incurri­ do en sentencia de escomunion mayor ipso jure contenido en el dicho capituto Rdministratores, y por púbticos descomutgados, y por tates los mandaré evi­ tar á todos mis fetigreses vecinos y moradores del dicho mi obispado, y también dectararé aver incurrí - 152 -r do en [as otras censuras edesiásticas en que incurren ios que usurpan, impiden, viotan )a libertad é juris- dicion ectesiástica en ét caso ó casos que viere tos dichos señores averia incurrido; de todo to quat ansí como lo pido, requiero y amonesto como obispo y pertado de aquettas dichas provincias, pido y requiero á tos secretarios questán presentes me to den por fee y testimonio en púbtica forma, y ansí mesmo como primero questa carta de amonestación y amo­ nestaciones canónicas se leyese !ei yo mismo á ¡os dichos señores presidente é oidores et dicho capituto ñdministratores, pido et dicho testimonio; y á tos presentes ruego que sean de todo etlo testigos y que me den á !a tetra toda esta carta de amonestación, sin fattar una tota y de muy buena tetra, que se se­ pa muy bien teer; presentada y teida á tos dichos señores presidente é oidores, estando en su acuerdo, jueves á veintidós de octubre de mit é quinientos é quarenta é cinco años.— Fray Bartotomé de tas Casas, obispo de Chiapa.

Respuesta de la Audiencia

E despues de lo susodicho, en veintiséis días det dicho mes de Octubre det dicho año, tos dichos señores presidente é oidores, respondiendo á ta di­ cha petición se proveyó to siguiente:

Quanto al primer capituto, qué) tiene libre su jurisdición eclesiástica y para que libremente se ¡a dejen usar y ejercer, se te darán tas provisiones ne­ cesarias.

Quanto at segundo, quenesta real audiencia se a dado provision para que en tos casos que de de­ recho a tugar, ¡e impartan las justicias seglares su auxitío, siendo requeridos, y para este efecto se te darán las provisiones necesarias. - 153 -

Quanto a! tercero, que! licenciado Rogé), oidor desta rea! audiencia, se te a dado provision para que torne á tasar tos yndios que en aqueita provincia estuvieren agraviados en ta tasación que se hizo, y se an dado provisiones para que tos yndios tengan ta tibertad que su magestad manda, y se te darán todas tas que más fuesen necesarias.

ñt quarto, que ya está proveído que no a tugar. ñt quinto, que se dará provision insertas tas nuevas ordenanzas de su magestad que en este ca­ so habtan. ñt sesto, que en esta audiencia no se tiene no­ ticia det mat tratamiento que tos oficiates de su ma­ gestad hacen á tos yndios questán en su rea) coro­ na, que esta audiencia se informará y proveerá co­ mo no sean ma)tratados.

ñ) sétimo, que todo to que dice en este capí- tuto, se a dado noticia a su magestad, y de to que eneste caso, enesta reat audiencia se ha hecho su magestad a sido muy servido, y de to contrarío pu­ diera ser muy deservido. ñ otavo, que enesta audiencia siempre se ha respondido á to que et dicho obispo de Chiapa y tos demás obispos an pedido y en todo se a proveido to que a parecido que convenia á ta buena governa- cion, teniendo respeto at buen tratamiento, conserva­ ción é instrucción de tos naturates, y en ninguna co­ sa se a impedido ni impedirá ta tibertad de ta yg!e- sia ni perturbado su jurisdicción, ántes et dicho obis­ po de Chiapa a procurado usurpar ta de su mages­ tad, como parece por to que en esta audiencia a pedido y procurado y a ecedido, y desto y de! desa­ cato que a tenido se dará noticia á su magestad pa­ ra que mande proveer como' sea castigado; y en to que más dice en sus requerimientos y amonestacio­ - 154 -

nes, ansí por defeto de jurisdicción como por otras causas, es ninguno y de ningún valor y efeto, y á cautela y á mayor abondancia apelaban detto y de todos y qúatesquier autos que cerca dello hicieren para ante su santidad y para ante quien y con derecho devian y pedian tos apóstoles desta supticacion, una y dos y tres veces y tas que de derecho devian y to pedian por testimonio y m andaban á mi et dicho secretario que notifyque to susodicho at dicho obispo.

Este dicho dia mes y año susodicho, yo, et dicho Diego de Robtedo, escribano de ta dicha reai audiencia, teí ta dicha respuesta at dicho obispo de Chiapa, D. Fray Bartotomé de tas Casas, en su per­ sona misma, y todo to proveído por tos dichos se­ ñores presidente é oidores de ta dicha reat audiencia, estando presente por testigo et eteto é confirmado obispo de nicaragua é Juan de ñstroqui y Diego de Carabajat, portero de ta dicha reat audiencia.— Diego de Robtedo.

Reates Ordenes

Et Principe.— Presidente é oidores de ta nuestra audienciá é Chanchería rea) de tos confines, sabed, que et Emperador Rey, m i señor, presentó at obisr pado de !a ciudad de Ciudad Rea) de tos Manos de Chiapa, at ticenciado arteaga, y su Sanctidad, por virtud de ta dicha presentación te hizo gracia dét, et quat fatteció, y por su fin y muerte ha su magestad presentado at dicho obispado á fray bartotomé de tas casas, at quat nos te hemos mandado que sin aguardar sus butas se parta por et fruto que espe­ ramos que hará en tos naturalesdet dicho obispado, y porque ét sepa tos tímites que et dicho su obis­ pado ha de tener, y este distinguido de tos obispados de guatimata y hondurap y tascata y guaxaca, yo os mando que, tuégo que esta veays, señateys tos timi- — 155 — tes que e) dicho obispado de Chiapa ha de tener, teniendo respecto á to que et dicho fray bartotomé de ¡as casas nos ha servido y puede servir, y e! mu­ cho fruto que puede hazer en la conversión de ¡os naturales det dicho su obispado, y tos timites que así le señatárdes proveays que los tenga distinctos y apartados de ios otros obispados de !a comarca por e¡ tiempo que nuestra voíuntad fuere.—fecha en ¡a viita de Vattadotid á X¡)¡ dias de febrero de mi) qui­ nientos quarenta y quatro.— yo e¡ príncipe, &c.

Et Príncipe.—Presidentes é oidores de ta nues­ tra audiencia é Chancittería reat de tos confines, sa­ bed que et Emperador y Rey, mi señor, por ¡a buena relación que ha tenido de ¡a persona, vida y costum­ bre det reverendo padre fray bartotomé de tas casas, te ha presentado at obispado de ¡a ciudad de Ciudad Reat de Sos Manos de Chiapa: ai qua), por e) fruto que espera­ mos que hará en su obispado en ¡a instrucción y conversión de ¡os naturates dét, )e hemos mandado que sin aguardar sus butas se parta, y por ser ta persona que es y tener tanta esperiencia de ¡as co­ sas de esas partes, te hemos encargado que os yn- forme de tas cosas que hubiere, que conviene que proveáis en servicio de Dios, nuestro señor y nues­ tro, y bien de esa tierra y naturates detta; por ende yo vos encargo y mando que todas ¡as veces que e¡ dicho etecto obispo tuviese cosas de que os avisar !e oygays- y proveays en etto to que viérdes que con­ viene at servicio de Dios, nuestro señor y nuestro, y en todo to que se te ofreciere te ayudéis y favo- rezcays y honreys y trateys como su dignidad to re­ quiere.— de Vattadotid á X!H dias det mes de febrero^ de mit é quinientos y quarenta y quatro.—yo e¡ prin­ cipe.— por mandado de su atteza, Juan de Samano; señatoda de) obispo de Cuenca y ticenciado Gutié­ rrez Vetazquez, Gregorio López Satmeron. - 156 —

Buia

Pautus 3. Ditecte fiti (habta con Fray Bartoto- Mé de tas Casas, á quien nuper civitatis regatis prov. de Chiapa... certo modo vacanti de psona tuo i quan Cartus !mp... proesentavit... duxerimus providendum). Condesciende con et deseo que muestra á S. S. i ha recomendado et Principe D. Fetipe, de ttevar consigo á Indias á Fr. Rodrigo de ñndrada i otros cinco Do­ minicos que et obispo nombre, eximiéndotes de obe­ diencia á Prior, coro y campana, mientras estuvieren con ét en Indias para Misioneros, i tes concede quan- tas indutgencias gocen tos Fraites Dominicos i de quatquier orden Mendincante que vivan en sus con­ ventos, i cuatesquier Misioneros que haya por et mundo, ñl obispo te exime de visitar ta tgtesia de San Pedro.— Rom ae 14, Febrero, 1544.

Testimonio de ia consagración Testimonio de ta consagración de Fr. Bartotomé de tas Casas, por D. Diego de Loaisa Epum Mudni- siemsen, asistiéndote D. Pedro de Torres, Epum ñr- bensen; i D. Cristóbat de Pedraza Epo Tragittensi; es­ tos dos obispos in regione de cabo de Honduras Hispati commorontibus. Fué consagrado para obispo de Ciudad Rea), en ta provincia de Chiapa, en ta ca- pitta mayor det convento de San Pabto de Sevitta, orden de predicadores, Domingo de Pasión, 30 de Marzo, 1544. En et dia se dió este testimonio que autoriza Franciscus Ferdinandi, cterius presb. ñpost. not. Va inserto et Breve de Pauto 3. dirigido a Casas, do te da ta fórmuta det juramento.—Dat. Romae, 1543. XHt. Kal. tanuar. Cartas del presidente y de ios oidores de i. audiencia ai emperador En carta det Licenciado Herrera at Emperador, fecha en Gracias á Dios á 24 de diciembre de 1545. - 157 —

*La que esta audiencia escribe á vra. mag. no firmé porque me pareció apasionada contra et Obispo de chiapa y nicaragua, y un padre, Fray Vi­ cente, y yo no ios tengo en !a posesion que escriben; aunque a) obispo de chíaba tengo por muy tibre, [os toe excesos que ettos hizieron, los dieron por escrito que se envia á vra. mag. por esta audiencia el ceto creo que a sido bueno aunque ayan excedido; sé que los naturates son muy m altratados y que no )a defendemos, vra. mag. tas pone nombre de libres., y pluguiese á dios que fuesen tratados como son los esclavos, porque no tos cargarían y curarlos yan en sus enfermedades, y darles yan de comer quando vienen á servir á casa de sus encomenderos».

En carta al Emperador el ticenciado maldonado dice, desde Gracias á Dios, á último de Diciembre de 1545.

«Por la carta de la audiencia mandará vra. mag. ver lo que aquí a pasado con el obispo de Chiapa, tiene tanta sobervia despues que vino desos Reinos y es obispo, que no ay nadie que pueda con él; á )o que acá nos paresce é! estuviera m ejor en castitia en un monesterio que en las yndias siendo obispo; vra. mag. mande proveer en ello lo que fuese servido; no seria malo que diese cuenta personatmente en el Reat consejo de yndias de como los yndios son de la jurisdición ectesiástica. Y por no aver proveído esto com o to pidió excomutga esta audiencias.

«En to de Yucatan conbiene que vra. mag. man­ de proveer obispo, y Si fray toribio mototinea, de la horden de S. Francisco, que es de tos primeros reti- gíosos que vinieron á México quisiese encargarse de aquello estaría muy bien en ét, que es hombre para todo de buena vida y gran tengua, por to que creo haría bien su oficio». - 15S —

En carta de! audiencia de Gracias á Dios, fecha en esta ciudad á XXX de Diciembre de 1545,y firma­ da por tos dos Matdonados, Herrera, Ramírez y Ru­ ge), y en sus primeros párrafos se apoyan tas supti* caciones, sontra las ordenanzas que disponían ta ti- bertad de tos indios, ategando que no se podría jus- t Mficar por ningún poseedor de esclavos ta ¡egitimidad de su posesion. Et ticenciado Cerrato, en carta at Emperador, d e Gracias á Dios, á 28 de Setiembre de 1545, se queja de que to insultan y motejan tos españotes porque trata de cumptirtas teyes, dicen que despuebta ta tierra.

Carta dei iicenciado MaMonado, de 20 de Setiembre de 1547. He sido informado que por parte de! obispo de Chiapa y otras personas se hicieron ciertas informa­ ciones contra mí, y estas se presentaron en consejo reat d e yndias: suptico á V. M. me mande dar tras- Sado de ettas para que yo responda y me descargue de tas cutpas que por ettas se me imputan, que á mi parecer he servido á V. M. con tanta voluntad y tanta timpieza como todos cuantqs acá han pasado, y á ios que quieren acá hacer informaciones no tes fattan testigos para provar to que quieren; por mi parte se supticará á V. M. to que te digo, será para mi muy gran merced se me dé to que pido; y tam­ bién he sabido que estando aquí et Obispo de Chia­ pa, y habiendo pasado en esta ñud. con ét, to que á V. M. se ha escrito se juntó con tos Obispos de esta provincia y et de Nicaragua, y et Licenciado Herrera, Oidor de esta ñud. con ettos, y escribieron á V. M. to que tes pareció de mi; seria para mi muy gran merced si se me mandase responder áetto y dar tos descargos que tuviese; porque de esta ma­ nera V. M. seria informado de ta verdad y yo que­ daría sin tas cutpas que se me imputan. — 159 -

Una declamación contra !as nuevas ordenanzas

ñ! Emperador, ciudad i Justicia de Guetamaia. — Juan Perez Dardon.—Sancho Barahona.— ñntonio d e Sa¡asar.—Bartotomé Becerra.— Frattcísco López.— fMonso Pra.—Bartolomé Marroquin.— Juan León Es­ cribano.—Santiago, 10, Setiembre, 543.

üna declamación contra las nuevas ordenanzas. — Hablan ai Emperador con suma tibertad requirién- dote sea agradecido á tos que 25 i 30 anos te han servido, conquistándote tantas tierras y tan remotas á costa de sus vidas i haciendas, sin costar nada á !a corona. Quéjanse de ta dura suerte de sus hijos, que no sucediendo en tos repartimentos perecerán; -que jamás pudieran esperar tat galardón de príncipe cristiano. Que están atónitos de ver que, tejos de au­ mentares tas mercedes fechas, se quite ta esperanza de que sus hijos gozen ¡as que aquettos tienen. Que si S. M. queria tograr tos dos fines de descargar su conciencia i aumentar tas rentas reates otros medios havia sin este por et quai se agravia á tos Españoles, se les hace c)amar hasta poner el grito en et cieto pidiendo justicia á Dios, i se desharán ¡os pechos deüos. «Porqu é S. M. (dicen) no ha sido servido de mandar hacer liamamiento de tas ciudades, villas i tugares de todas estas partes para fenecimiento de cuentas de tantos servicios? Porqué nos fue mandado nos' casásemos? casados y cargados de hijos, qué renta, si se cumple lo que se dice (pues aún no ha- vian llegado las ordenanzas aiü) sino que muchos mueran desesperados?"

Dicen que tes certifican haver sido parte para sentencia tan cruel Frai Bartolomé de las casas, i muestran admirarse que cosa tan antigua, tan mira­ da por muchos hermanos doctisimos, se trastorne «por un Fraiie no íetrado, no santo, envidioso, vana - 160 — glorioso, apasionado, inquieto i no falto de invtdia;.., escandaloso, i tanto, que en parte de todas estas Yn- áias no ha estado que no ¡o hayan hechado, ni en Monesterio ¡o pueden sofrir, ni él espera obedecer á naide, i por eso nunca para. En solo esta ciudad i governacion cupo por contemplación de nuestro Per- iado, i )e sufrimos, i !e embiamos á esos reinos con copia de dineros.... para que tragese Religiosos: ¿ha tenido más cuidado de darse á conocer mostrando sus pasiones, i hasiendo ma) á todos en genera) por se vengar de particutares, que no de nos proveer de !o que Hevó á cargo? Dice haver estado en estas partes 30 y tantos años. Los 30 estuvo en La Espa- ño)a i Cuba, do en breve se acabaron los yndios, i é) áyudó en parte á matar... en esta tierra é) no hi­ zo sino pasar de camino hasta México, y como aHá no haHó aparejo para sus escándatos y voceamien- tos, botvióse para nosotros que nos tenia por bobos... El no puede dar testimonio de Yndias, que es )a Nueva España... i en esta )o que é) vió por tos ca­ minos que pasó fué mucha doctrina en tos natura­ les..., Ptuguiera á Dios que viniera et P. Fr. Bartoto­ mé con tos sotdados á ta conquista que dicen que pidió... é) diera testimonio 2a. vez de su vanidad y poco saber, y atcanzáramos venganza por sus pro­ pias manos de ta pasión que á todos ha mostrado».

íibiioteta de )a Real Psademia de !a Historia. L A TRADICION DEL BULERO

RUINA DE GRACIAS gn¡n¡¡¡¡ní¡n^

En !os primeros años de mi infancia, allá por ios de 1855 á 1859, oía conversar á mis padres con algunas personas ancianas de esta ciudad, sobre te­ mas de constante disquisición, á saber: el esplendor primitivo de esta ciudad de Gracias y su ruina sub­ siguiente. Las conclusiones eran siempre las mismas, con una uniformidad tal, que ¡lena sobradamente ías condiciones que se han menester para que !a versión de un hecho se tenga por una tradición cons­ tante y verosímil.

. El espiendor de ta ciudad se debía á sus minas de plata y oro.

La ruina de !a misma, a) suceso de! Bu!ero. Digamos io que es esto ultimo, invirtiendo e! or­ den regular.

Corrían tos años del últim o cuarto de! sig!o XVI!.

E! 25 de abri! de uno de esos años, día de San Marcos, patrón titular de Gracias, !a ciudad estaba de gata y cetebraba !a primera de sus fiestas re!igio- sas, la mayor de sus ferias industriales.

Como en igua! fecha de todos !os años, se ha- ! aban en su recinto congregados !os mercaderes de ías Repúbticas vecinas (entonces provincias) de Gua- temata, E! Salvador y Nicaragua; tos turistas de esos mismos lugares y de Comayagua y Chotuteca; tos - 164 — holgazanes de todas partes; una población transeún­ te com o de 10 mi) aimas sobre ias 40 mii que con­ taba ia ciudad.

Ei sitio desierto y Hano, at ver e) cuat Juan de Chaves había exciamado: "Gracias á Dios", el terri­ torio yermo, en el cual el conquistador don Pedro de ñtvarado (e) Sol) hubo dictado las primeras me­ didas de colonización; la ciudad incipiente, desde cu­ yo asiento et Veedor Barquillo habia dado al Empe­ rador Carios V sus primeros informes acerca de la riqueza y producciones de estas nuevas tierras, era á ía sazón una grande y ñermosa ciudad, quizás igual á la ñntigua, por la masa de su población, por la extensión de su perímetro, por sus grandes edificios a! estilo de la época, por su movimiento y conexión con los principales centros det reino y por su rique­ za minera). Los escombros de esos edificios, los ci­ mientos de tos templos derruidos, tas catzadas ate­ rradas de sus caites

La riqueza metatifera de los ornamentos y me­ naje de tos temptos, reveta en el distrito la existen­ cia originaria de ricas minas de plata, no sólo por afirmado así insistentemente ta tradición, sino por­ que era imposibte que esa riqueza fuese importada por tos conquistadores, que venían á extraer tesoros de ta ñmérica, no á prodígársetos.

Apuntamientos tomados de tos archivos de Se- vitta y pubticados en la prensa de España y ñmérica, anotan que et incentivo de ta repoblación de Gracias en 1534, fué et de sus ricas minas de oro y plata; y aunque en esa época, remota ya, parece que esta ciudad debió estar en construcción, no abandonada por tos primeros pobladores y en vía de repobtación, — 165 — e! hecho así está consignado y no podemos contra­ decirlo sin datos.

Pero votviendo á !ó del Bulero, diremos que* éste se hallaba entre ta multitud de mercaderes, tu­ ristas y curiosos que divagaban por la ciudad, por sus tiendas y bazares el día áque nos hemos referido. Ét había venido con motivo del gran concurso que tenía tugar á ta sazón, á vender Butas; esto es, auto­ rizaciones dé ta Curia romana para servirse de la carne com o alimento en días en que la tgtesía, com o madre tierna, lo prohíbe....por razones dé higiene moral, ñt fin, también era ésta una mercancía y la ocasión era propicia para ofrecerla.

Et Bulero, como los demás extranjeros (chape­ tones), era por acá; en aquellos tiempos, un PERSO­ NAJE, que tenía preferente acceso á todas las mora­ das y cuya presencia honraba las reuniones.

En áque) día de fiesta, aparte de ta multitud de tiendas de comercio provisionalmente levantadas en los flancos de ta plaza pública como se acostum­ braba hasta tos primeros años de la segunda mitad de este siglo, había grandes mesas de juego de azar y de envite, que hoy no se consienten públicamente, aunque el juego no por eso deja de tener lugar. f\ esas mesas se sentaban tai primeras personas de es­ ta ciudad y en úna de etlas tenía asiento el Bulero, lo mismo que et Subdelegado y demás autoridades y hasta ta esposa det ñtcatde de la ciudad. ñ medida quee) juego adetantaba, e! interés y )a excitación eran más vivos, y, en un momento da­ do, e)Bu)ero tanzó úna interjección terrible, que en trañaba un redamo violento contra un fraude de la ñtcatdesa, (una JñRñNñdice la tradición). La con­ testación de ésta debió de ser acto provocativo, pues­ to qué el Bulero le asentó súbitamente un bofetón en e) rostro. — 166 —

ñtti fue Troya.

La concurrencia, prorrumpiendo en una impre­ cación estentórea, se puso de pie para aprehenderá) audaz Butero y éste echó a correr desaforadamente por )a via que encontró más expedita, perseguido por ¡a muttitud que se precipitó en pos de é). U eg a d o a ) atrio de )a tgtesia de )a Merced, y viendo que ta tur­ ba te daba atcance, penetró en el tempto que, como era dia de fiesta, estaba abierto, y at^i te siguió ta muttitud ensordeciendo et aire con sus gritos de mat- dición y ámenaza.

En aquet punto, tos fraites mercedarios, cuyo Convento se hattaba situado en et ánguto SE. de ta plazoteta del tempto, satieron de su recinto y en cuer­ po se encaminaron presurosamente a ta tgtesia, prosternándose á su entrada y extendiendo tos bra­ zos en cruz, como para impedir ta invasión de aquet lugar sagrado, por la muchedumbre, y después de gritar con toda ta fuerza de sus putmones: "¡Miseri­ cordia, insensatos, deteneos!» y después de votverse á unos y otros prometiéndotes ta pacifica extradición det que reputaban detincuente, y después de conju­ rar en nombre det cieto á ta turba dementada á que no profanase ta casa dat Señor, fueron envuettos en et torbettino y derribados por et fórrente de la mu­ chedumbre, que, ciega de ira, perseguía at Butero, arrojando sobre ét, piedras, patos y ios objetos que encontraban at paso, ñcosado et perseguido, sattó á )a mesa det attar, y, com o tampoco atti encontraba ta inmunidad que buscaba afanoso, se apoyó en et batdaquíno y se cotocó detrás de ta estatua de ta Virgen de ta Merced, patrona det tempto, creyendo de este modo parar tos tiros de sus perseguidores, aunque en vano, porque éstos, implacabtes, sin aten­ der á tas súpticas de tos fraites que se atravesaban entre ettos y el camarín de ta Virgen, exhortando de­ morosamente á todos á guardar et respeto debido - 167 —

á aquel sitio, continuaron lanzando proyectiles a) lu­ gar en que se escudaba el Bulero y no se detuvie­ ron ni ante e) hecho de haber roto la frente de la sagrada imagen con una pequeña piedra. ñi fin, parte de ta multitud subió sobre la me­ sa del altar, y sacó á tirones a) Butero y lo condu­ jo arrastrado hasta la ptaza púbtica, en donde, sin juicio alguno, sin oir siquiera á ta victima de su fu­ ror, le dieron TORTOL, tormento que consistió en ceñir ta cabeza de ta victima con una cuerda, hori- zontatmente sobre et entrecejo, y torcer esa cuerda por detrás con un mandil para aumentar indefinida­ mente ta presión; operación que cesó hasta que tos ojos de aquet desgraciado sattaron de sus órbitas. Cuando este tormento pareció suficientemente pro­ longado, se acabó de uttimar at Bulero con et histó­ rico garrote, y en seguida, separando ta cabeza de) tronco, se arrastró á éste con una soga por tas caites. Dícese que en et batcón de un edificio que hoy hace esquina diagonal con el Cuartel y Casa Consistoriat, se asomó ta dueña de ét presentando una bandeja de ptata con bastante aceite, para que dentro de e)!a se hirviese ta cabeza det Butero, cosa que se Hevó á efecto con ta cruetdad que tos ante­ riores actos. Entre tanto, los frailes mercedarios hacían en el templo profanado et dueto de este hecho y et det desacato con la Virgen. Cubrieron á ésta con un ve­ to negro at són det toque de agonía de tas campa­ nas, cerraron luego ta iglesia y salieron por tas ca­ ites, hincándose en medio de eltas, haciendo que mordían ta tierra y regando de distancia en distan­ cia porciones de sal, cantando et oficio de difuntos y maldiciendo la ciudad hasta la última generación. (1)

(1) Los frailes mercedarios abandonaron ta ciudad emigrando para Guatemata, pero at satir, saMeron descalzos porque sacudieron tas sandalias, diciendo que ni el potvo querían llevar de Gracias.— Ñota del autor. - 168 —

Dicen que á !os tres dias de este suceso, una epidemia desconocida y terrible cundió entre tos mo­ fadores, ttenando de pavor e! vecindario y causando cada vez mayores estragos. Pocos días después, y en medio de ta intensidad de aquet aterrador flajeto, se supo que en ¡a Vitta de Cucuyagua, 14 teguas at occidente, se hattaba una Misión retigiosa que, diri­ gida para Gracias, se había detenido at saber et su­ ceso det Butero, protestando regresar de atti. La Mu­ nicipalidad se apresuró á enviar cerca de esa Misión una comisión, suptícándote que viniese á ta ciudad y te impusiese e) castigo que creyera justo. Los mi­ sioneros prometieron venir tan tuego como ta Muni- cipatidad, exhumando tos cadáveres de todos tos que hubiesen muerto después det desacato, tos quemase fuera det perímetro. La condición se cumptió,,for­ mando ta pira en Las Mesas, hermosa attipianicie á media mitta at occidente de ta ciudad; v se ategó que tos cadáveres, tejos de estar putrefactos, tenían tas orejas endurecidas como tas asas de un cántaro de arcitta. Empero, ta peste siguió asotando ta ciudad, y sus habitantes se vieron precisados, tos que sobrevi­ vían, á emigrar sin dirección determinada, dejando abandonados sus intereses y tos que pudieron, seput- tado et metático. Parece que ninguno de tos emigra­ dos togró votver á recoger sus tesoros, que de tiem­ po en tiempo pone de manifiesto ta casuatidad ó Lñ LUZ de que habtaremos más adetante. Esta es, constante é invariabte, ta TRñDtCtON det Butero, trasmitida con seguridad desde mediados det sigto pasado, por personas y famitias que aun tienen representantes, y, según tos cuates, et hecho debió de ocurrir como medio sigto antes de ta épo­ ca en que personas conocidas empezaron á trasmi­ tido á sus sucesores. JEREMlñS CtSMEROS. — 169 -

Información para esclarecer, si en esta ciudad, la de Gracias, dieron muerte a un fraile Bulero, y que por és­ to maldijeron !á población

Juzgado lo Constitucional de Gracias Secretaría Municipal

D. ü. L.

Gracias, febrero 8 de 1849. Señor ñtcatde lo de esta Municipalidad.

En virtud de !a com unicación que por la Secre­ taria Episcopal se ha dirigido a esta de mi cargo, fecha 23 del pasado, para que en unión de! Padre Cura de esta ciudad ia Municipaüdad siga !a averi­ guación de! suceso ocurrido en tiempos pasados, y de que se ha dado cuenta a su Su Señoría [tustrisi- ma, del anatema de que se cree es participe este vecindario; y no pudíendo esta Corporación seguir tas diügencias de! caso, espera que se haga por medio de üd. y e! Padre Cura, para lo cual se le facutta, deseando sea con el mejor esclarecimiento que se requiere; y después de evacuado todo !o ex­ puesto, espero dará cuenta a aquel Gobierno Epis­ copal— Soy de Ud. atento servidor.-EZEQüIEL MñRIN.

Secretaría Episcopa! de !a Diócesis de Hondu­ ras.— D. (J. L.— Gracias, enero 23 de 1849.— Señor Secretario de esta Municipaüdad.— He recibido la atenta nota de Od. con Ta adjunta exposición hecha por e! respetabte Cuerpo Municipal, cuyo contenido puse en conocimiento de nuestro dignísim o diocesa­ - 170 — no, y Su Señoría tlustrísima, enterado de todos los puntos que abrazan, me ordena diga a! respetabte Cuerpo Municipal que le es muy satisfactorio, y ad­ mite gustosísimo ta felicitación que le hacen, dándo­ les a) mismo tiempo las gracias más expresivas por su generoso ofrecimiento. Con respecto a) acontecimiento que de tiempo atrás viene perturbando los ánimos de este ilustre vecindario, dice Su Señoría Hustrisima, que e) respe­ tabte Cuerpo Municipal en unión del señor Cura Pá­ rroco, proceda a ta averiguación det hecho det me- ¡or modo que tes fuere posibte, para en su vista, tomar tas providencias más convenientes at sosiego y tranquitidad de este vecindario, quien para su con­ sueto, recibirá en et entre tanto, *en et mismo sitio donde se cometió et atentado, ta santa episcopat bendición, at tiempo de ta partida de Su Señoría Hustrísima. Lo comunico a üd. de orden superior pa­ ra que se sirva etevarto at conocimiento de esa res- petabie Municipatidad.

Esta ocasión me ofrece et ptacer, señor Secre­ tario, de suscribirme de (Jd. su muy atento y S. S.— MANUEL ALCAINE, Secretario.

Juzgado lo Constitucionat de ta ciudad de Gra­ cias.— Febrero 8 de mit ochocientos cuarenta y nue- ve.^Como a consecuencia det pedimento hecho por este vecindario y Municipatidad ante et ttustrisimo Señor Obispo sobre que se tevante ta excomunión que fulminaron unos fraítes en esta ciudad, según tradición que se tiene mucho tiempo ha, por haber ahorcado a un Comisario de Su Santidad y apedrea­ do a nuestra Señora de Mercedes, para que de esta manera se ateje de dentro de nosotros esta triste presunción y progrese este vecindario, acordó a aque- ita soticitud et dignísimo Diocesano que ta Municipa­ tidad que se presentaba y Cura Párroco, investigasen — 171 - de su certeza, según ¡a comunicación dirigida por conducto de ta Secretaría Episcopat que se acompa­ ña a estos autos; y como ¡a propia Municipatidad facutta a) que suscribe por medio de la nota que también se acompaña para que haga et esctareci- miento debido. En tai virtud, tramítese la informa­ ción det caso, de acuerdo con ta autoridad ectesiás­ tica (según se manda) de ¡os testigos que tengan datos det anatema, de que se hace mérito, y con to que resutte se dará cuenta a quien corresponde. Proveído con testigos.— J. MñRtñ MUÑOZ.— R. TtJE- RtNO.—V. PINEDñ.-CLIMñCO MUÑOZ.

Juzgado 1

Teniéndose noticia que tos ancianos de edad señores Btas Chavarría y Tiburcia Espinosa, vecinos de esta ciudad, pueden saber atgo de ta excomunión de que se hace mención en et auto que antecede, pásese a recibirtes su dectaración jurada a sus respec­ tivas casas, acompañados de testigos de asistencia. —J. MRRlñ MÜÑOZ.-R. TtJERtMO.-V. PtNEDñ.- CLtMñCO MUÑOZ. En seguida y en cumptimiento det auto que an­ tecede, y acompañados de testigos de asistencia, nos constituimos en !a casa morada de ta señora Tiburcia Espinosa, nosotros tos insfrascritos Rtcatde lo y Cura Párroco de este beneficio, y se recibió su juramento conforme a derecho, et que hizo por Dios Nuestro Señor y una señat de su Santa Cruz, bajo cuya gra­ vedad y ta de tas penas del perjurio que se te han teido, prometió decir verdad en cuanto supiere y fuese interrogada; y siéndoto sobre que diga qué sabe acerca det acontecimiento que sucedió en sigtos pasados en esta ciudad de haber ahorcado a un fraile butero, contesta: que su suegra Rosatia Peña !e contó a ta exponente que ta señora Lucía Catián te había contado - 172 — que élta misma vió ahorcar al fraile buiero, at cua) pusieron en un taburete, te pusieron un torto) y to ahorcaron, y que un Cristo fue enterrado at pié de una ceiba que habia junto at Convento; y que como en aquet tiempo había Conventos de fraites, salieron todos ettos a su defensa y no pudieron conseguido; y que irritados aquetlos por aquet atentado, regaron sat por tas catles, mordiendo at mismo tiempo ta tierra, añadiendo que también quiso escaparse tras de la imagen de Nuestra Señora de Mercedes, a la cual tampoco respetaron, pues manciparon su santi­ dad dándote una pedrada por pegarte at Buiero, Que et motivo de aquet procedimiento to ignora, pues que nunca lo oyó decir, manifestando que ha­ ce mucho tiempo que esto sucedió, pues por tradi­ ción to sabe ta que deciara. Que cuanto ha expues­ to es ta verdad en fuerza det juramento que ha prestado, en que se afirma y ratifica. Leida que te fue dijo ser ta misma, expresando ser mayor de no­ venta años de ednd y no firmó por no saber y se hizo con tos de asistencia.—J. MñRIñ MUÑOZ.— R. TIJERtNO.-VICTOR PINEDñ.— MñZñRlO PINEDñ.

Incontinenti, estando presente et señor Btas Cha- varría, nosotros tos infrascritos por ante tos de asis­ tencia, se le recibió su juramento en forma de dere­ cho, bajo cuya gravedad y ta de tas penas del per­ jurio que se le han teido, prometió decir verdad en cuanto supiese y fuese interrogado; y siéndóto sobre que diga qué sabe acerca det acontecimiento habido en esta ciudad, en siglos anteriores, de haber ahor­ cado a un fraite buiero, contesta: que oyó decir a los viejos antiguos que habían ahorcado at fraite de que se hace mérito, al cual pusieron en un tabure­ te, le pusieron un torto) en et pescuezo y to ahor­ caron; y después te advirtieron ei setto de Su Santi­ dad, por lo cuat se arrepintieron los autores de aquet — 173 - procedimiento. Que antes de que to ahorcaran corrió et fraile bulero a ampararse detrás de Nuestra Señora de Mercedes, y como los que ¡o perseguían, no tuvie­ ron recato y te tiraron una pedrada, errándoseta a ét y pegándosela a Muestra Señora de Mercedes; y mi­ rando aquelto los fraites conventuales, concurrieron a su defensa y no ta pudieron conseguir, e irritados por este hecho imperdonabte, regaron sal por tas cattes, anatematizando ta ciudad y mordiendo la tie­ rra; pero añade que no sabe e! motivo que dió tu- <¡ar a la muerte de aquet Comisario Romano, pues hace mucho tiempo que sucedió, y que sobre e! particular no. sabe más que to expuesto que afir­ ma y ratifica en fe del juramento que ha prestado. Leida que le fué dijo ser la misma, expresando ser mayor de setenta años de edad y vecino de esta t il­ dad, y no firmó por no saber y to hacen con los de asistencia.-J. MñRlñ MUÑOZ.— R. TUERIMO.-V. PtÑEDñ.-NRZñRiO PtNEDñ.

Juzgado 1o Constitucionat.—Gracias, Febrero veinte de mil ochocientos cuarenta y nueve-— Tenien­ do noticia que ei señor Miguet Batres tiene tradicio­ nes acerca del anatema futminado en esta ciudad, según ta voz que cunde hace muchos años, tómese­ te dectaración conforme a derecho sin perjuicio de evacuar algotras, en caso se crea conveniente. Es proveído con testigos.—J. MñRtñ MUÑOZ.— R„ TIJE- RtNO.— CñUXTO OVIEDO.—NñZñRIO PtNEDñ.

En ta ciudad de Gracias a ios veintidós dias de febrero de mil ochocientos cuarenta y nueve, compareció et ciudadano Miguet Batres, a quien cer­ tificamos conocer, y por ante tos testigos de asisten­ cia se le tomó juramento con arreglo a derecho y bajo cuya gravedad ofreció decir verdad en cuanto se te preguntare y supiese; y siéndoto con arreglo a - Í74 —

^a materia de que se trata, dijo: que desde que em­ pezó a venir a esta ciudad oia el cuento de que des­ de que se había ahorcado at buiero, había empezá- dose a asolar ésta por las matdicíones que le habíarp echado tos muy Reverendos Padres Mercedarios: que después, y muchas veces, tes oyó contar et cuento a tos señores curas finados Faustino Rrriaga y Miguel ñntonio Pineda: que éstos, aunque no !o presencia­ ron, se fundaban en haberío oído de sus ma­ yores, y et modo en que se tes oyó, es: que habien­ do venido un buiero a esta ciudad, se presentó af Subdelegado, y no se supo por qué razones entra­ ron en materia y tuvieron un choque fuerte: que et Subdetegado, según dicen, era hombre muy exatta- do y fuego trató de proceder contra et butero: que muchas personas de tas principales que había, em­ pezaron a mediar a fin de evitar la disputa, perc que et Subdelegado, sin atender, convocó at pueblo- y formó un gran tumutto con ei objeto de ejecutar al buiero: que en tales circunstancias, et Reverendo Padre Comendador y los conventuaies que habia, ha­ bían sacado una procesión trayendo ta Virgen de Mercedes, para ver si podían por este medio favore­ cer at que iban a ajusticiar: pero que et Subdetegado Íes echó el pueblo encima, tirándoles de pedradas, hasta pon erles en escape, habiendo sufrido en este combate ta propia Virgen de Mercedes una pedrada en ta frente, y el butero ta muerte de ahorcado en ana reja interior del Cabiido: que ésto dió mérito- para qi&e !os Religiosos en su Iglesia dijeran; que esta ciudad quedaría err escombros: que sus habi­ tantes quedarían errantes por todo el mundo: que la ínjurpa hecha a la Virgen Santísima, Dios ta había de vengar. Que los justos temores que se Ies in­ fundieron á los habitantes de esta ciudad, porque no querían ver cumplidas aquetlas pa¡abras de los muy Reverendos Padres, Ies obtigó a emigrar para distintos puntos: que á pocos años, después de aque^ — 175 —

acontecimiento, ya había quedado la ciudad asotada: que por más esfuerzos que se han hecho no se ha podido progresar, ñ ésto confiesa el declarante ha- íber presenciado el que el año de veintidós estaba é! en esta dudad y que a muchas personas oyó el cuen­ to de que estaban retocando a la Virgen del golpe sque en aquel tiempo recibió: que él fué llevado de '!a curiosidad á ver á ta Virgen, y que efectivamente tenía sumido et gotpe en ta frente y que ta retocaba et escultor señor Sebastián Garin. Que cuanto ha di­ cho, es la verdad: que en ella se afirma y ratifica, y teida que le fué esta su declaración, expuso se" ta misma que tiene dada, y que cuenta cincuenta años de edad y firmó con nosotros y los testigos de asis- tencia.-J. MñRIR MUÑOZ.—MIGUEL BñTRES.—R. TtJERlNO.—CñLtXTO OVIEDO.— V. PtHEDñ. Juzgado lo Constitucional.— Gracias, marzo cin­ co de mil ochocientos cuarenta y nueve. ñparedendo de ta información que antecede a ¡nuestro juicio justificado et anatema fulminado en esta dudad en sigios pasados por los padres Merce- darios a consecuencia de haber ahorcado á ufr bu- 9ero, pásese esta información por et conducto corres­ pondiente, á Su Señoria Hustrísima, en virtud de estar cumptimentado lo que se sirvió ordenarnos ^n obsequio de pedimento del puebto y respectiva Mu­ nicipalidad. Proveído con tos de asistencia.—J. Mñ- Rtñ MUÑOZ.— R. TUER1NO.—VICTOR PiMEDñ.- EZEQUtEL MñRtN.

Actas de desagravio por !a muerte de! Bulero. Dice don Jeremías Cisneros

ñ) tevantamiento de la maldición precedió ta procesión de desagravio, en que todos los concurren­ tes, sin distinción de sexo ni de edad, hicieron peni­ 176 — tencia, consistiendo ésta, ya en ttevar en !a cabeza o en et hombro una piedra más o menos grande, ya cadenas de presidiarios en ta garganta de uno de los pies, o bien en arrastrar trozos de madera, pen­ dientes de una cnerda que se ataba a la cintura.- Esta última forma de mortificación era ta más penosa, dado )o accidentado det terreno, en cuyos relieves- tropezaba et trozo y causaba una brusca interrupción de ta marcha det penitente, En ta procesión trian de 8 a 10,000 personas, con una compunción y fervor como jamás se han visto, Toda esa gente había fre­ cuentado previamente tos sacramentos. En ta pobla­ ción sóto cuatro individuos, rehacios o escépticos, dej&ron de ttens!? este deber espiritual

La crónica referente a ta procesión de desagra­ vio; registra algunos pecados veníales contra ta gra­ mática, quizás#en mayor número que tos que resul­ tan de ta copia qne va á continuación. Héta aquí:

"Por tradición que se tiene en esta ciudad, de que en et siglo pasado se hizo un gran uttraje á ta imagen de Marra Santísima, Nuestra Señora de Mer­ cedes, dándote una pedrada en ta frente, cuyo infa­ me atentado justifica hasta hoy, ta cicatriz que se ie advierte (la hendidura en ta frente), aunque tam­ bién se asegura que con la mayor eficacia se ha procurado borrar et testimonio de tan horroroso su­ ceso, (con tos retoques que se han hecho á la esta­ tua). Considerando ta presente Corporación Munici- pat, en unión de varios vecinos, que por tan atta ofensa hecha á ta imagen de ta Madre de Dios, de­ be haber caído maldición á esta ciudad, asi como cayó á todas !as generaciones por ei pecado de ñdán y Eva; at puebto de ísraet por et de David, y á tas ciudades de Sodoma^y Qomorra por tos de sus ha­ bitantes? y aunque ta divina justicia no se ha deja­ do ver aquí con aqueltos espantosos castigos, á to menos se afirma que desde aquet funesto atentado, - 177 —

[a población ha ¡do en decadencia, emigrando unos vecinos y muriendo otros, y, por consiguiente, arrui­ nándose y desapareciendo ios edificios de adoración, conventos y casas particuiares. Deseando, pues, sa­ tisfacer de algún modo aquelia ofensa .hecha á Dios, y á su Santísima Madre, y aptacar ta cótera ceteste, como la apiacó e) Santo Rey con su penitencia. Se acordó á tos nueve días det mes de abrit det año del Señor de m¡[ ochocientos cincuenta y nueve, y á tos diez y seis de ta Santa Misión (cuando se con­ sideraba que todos tos cristianos de este vecindario se habían confesado, y comutgado), que de ta Igtesia de ta Merced satiese ^una procesión de penitencia púbtica, Nevando en etta á ta imagen uttrajada con et mayor respeto y veneración: que se hiciese un vo­ to de cetebrar á ia Virgen una sotemne función todos los años et día de su Revetacióa (24 de septiembre) sin ninguna pompa mundana, y que las autoridades presentes y venideras vigiten y ceten cuanto tes sea posible para que no hayan amancebamientos púbti- cos en esta ciudad. En consecuencia, se celebró et acta de ta materia, y de etta se pasó una copia a! Ministro Misionero, quien, impuesto de sus concep­ tos, acogió benigno tos retigiosos fines de ta Corpo­ ración y vecinos, según to expresó en ta comedida contestación, y-señató para la procesión et Viernes de Dotores, quince det mismo mes y veinte y dos de ta Santa Misión. Enterados tos fieles de aquetta cita, ocurrieron el día señalado á la Igtesia de ta Merced, en donde se ordenó, y satió una numerosa y tucida procesión de penitencia, aumentada con ta grande concurrencia de personas que de todas partes han Itegado ansiosas de recibir tos Santos Sacramentos de la penitencia y comunión. En elta se Itevaba ta imagen que en aquettos tiempos fué uttrajada, con la mayor reverencia, y todos, sin ninguna excepción, haciendo penitencia púbtica, cada cuat como mejor te pareció. En et tránsito de ta estación, adornado — 178 — con arcos vestidos y colgaduras en las puertas y ven­ tanas, se observó e) mejor orden, y devoción; unos rezaban en alta voz, otros, meditaban silenciosos, imptórando de la Misericordia divina-el perdón de aquetia infamja. Cuando la procesión entraba en ta Parroquia, satió á recibida et R. P. Misionero, y des­ pués de haber entrado aquet grandioso número de penitentes dé ambos sexos, et Ministro del Señor, colocado en ta cátedra det Espíritu Santo, - pronunció un discurso propio de aquet acto, y a! fin de ét, con una imagen de Cristo Crucificado, en tas manos, exhortó al auditorio y presenció el votó que se ex­ presa arriba, que én áita voz "Rizó et pueblo congre­ gado, por st y,á hombre de las venideras genera­ ciones; y en memoria de tan retigioso pasaje, para que ta posteridad se entere y cumpta retigiosamenr fe eLVoto, dispuso et Reverendo Padre Misionero, fi­ jar este monumento á tos pies de la imageñ de ta Virgen, quedando la copia del actá citada en - el .f\r- chivo Éctesiástico. Fecha en Gracias, á los veinte y cuatro días det mes de abrit de mit ochocientos cin­ cuenta y nueve. "Doy fe de lo expuesto. "MWIUEL SüBIRñÑñ, Pbro. Misionero.

"Me consta cuanto se expresa. "MtGÜEELEIVñ, Cura Párroco. "Como Gobernador de este departamento^ doy "testimonio de esta verdad.

"MñXIMO CORDON ".

FIN