Homenaje a La Ciudad De Gracias a Dios En El CD Aniversario De Su
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- A - , , HOMEMRJEH LBCiUDBE) DEQRRCUBS A LVARO, HECTOR Y TtTO PEREZ ESTRADA HOMENAJE A LA OUDAD DE GRAO AS A DtOS EN EL CD ANtVERSARtO DE SU FUNDACtÓN 1 5 3 6 - 1 9 3 6 TtPOGRAFtA PEREZ ESTRADA. -SAN SULA, HONDURAS INDICE PRIMERA PARTE La Ciudad de Gracias a Dios en el CD Ani versario de su Fundación I La Ciudad de Gracias, Reseña Histórica, por Rómulo E. Durón 1 La Ciudad de Gracias a Dios, ta Audiencia de los Confines y Fray Bartolomé de tas Casas, por Leopoldo Aguilar O. 35 Fray Bartotomé de las Casas, Obispo de Chia pa y Defensor de los Indios, por Alvaro Pérez Estrada 47 El Paso de Santiago (La risueña tradición de la bella Tinactatt) por Julián López Pineda 59 Lempira 73 Misterios de Gracias, por F. Mejia Morales 79 Gracias, Madre Querida, por Víctor M. Cáceres Lara 85 Tradiciones y Anécdotas, por Alvaro Pérez Estrada 89 A la Ciudad de Gracias, por P. Centeno 99 Relatos Fantásticos, por Tito Pérez Estrada 103 Bosquejo Biográfico del Gral. José Antonio Milla, por Leopotdo Aguilar O. 111 La Ciudad de Gracias y el Dr. D. Juan Lindo, por Leopoldo Aguilar O. 145 El Cuarto Centenario de ta Ciudad de Gracias, por Maximiliano Trejo 151 Rincones Pintorescos de Gracias, por Alvaro Pérez Estrada 157 El Presbítero D. Modesto Chacón, por Leopol do Aguilar O. 163 SEGUNDA PARTE Escritores y poetas de Gracias 1 Ciudadanos Distinguidos de Gracias 66 Documentos de la Epoca Cptonial 121 La Tradición del Butero 161 PREMERA PARTE La Ciudad de Qradas a Dios En e! (D Pniversario de su Fundadón r*)ñRñ conmemorar e! Cuarto Centenario de ¡a fun- dación de ia ciudad de Gracias a Dios, nuestra querida tierra nata), pubiicamos este tibro, ai que han dado realce e importancia ias vatiosas coiabora- ciones de ios distinguidos titeratos e historiadores nacionaies, Doctores D. Rómuio E. Durón y D. Ju- iián López Pineda y D. Leopoldo ñguiiar O., que con la mayor buena voiuntad y por e) cariño que guardan para ia histórica ciudad de D. Pedro de ñi- varado y de D. Fray Bartoiomé de ias Casas, nos han enviado sus interesantes y valiosos trabajos, que comprometen de manera absoiuta nuestra gratitud y ia dei puebio graciano. Deben sentirse aitamente complacidos tos mo radores de ia histórica ciudad, a la que cupo el ho nor de aibergar, por algún tiempo, a D. Fray Barto lomé de ias Casas, una de las figuras más intere santes de ia época cotoniai, ai ver que ias giorias pasadas de ia nobie ciudad española, son rememo radas por ias bien cortadas piumas de ios señores Durón, ñguiiar O. y López Pineda. — IV - Los pobladores de la ciudad de Gracias a Dios, en 1545, pudieron admirar, ambulando por las ca lles de la ciudad, entre los caballeros de capa y es pada, la silueta evangélica del Obispo de Chiapa, y pudieron oir, que desde las sagradas cátedras de las iglesias de San Marcos y de Nuestra Señora de las Mercedes, la palabra elocuente de) Aposto) pedía la conmiseración de los caballeros españoles para los pobres y desventurados indios. También los moradores de la histórica ciudad, en aque) año, conocieron tos esfuerzos del Obispo de Chiapa para obtener del Presidente y de los Oido res de la Audiencia y ChanciDería Rea) de los Confi nes que pusieran en vigencia y ordenaran que fue sen cumptidas )as nuevas Leyes de Indias, que habia dado et Rey D. Carlos en favor de tos aborígenes, a la emisión de cuyas leyes habían contribuido et pro pio Obispo de Chiapa y e) Cardenal Adriano, que entonces gozaba de gran inftuencia en ta Corte de D. Cartos, y que, después, ocupó )a Silta Pontificia. Las gestiones det Obispo de Chiapa, ante ta Au diencia de Gracias a Dios, dieron por resultado )as injurias que, en pleno tribunal, dirigiera el Presidente Matdonado a los Obispos de Chiapa y de Nicaragua, por las que, IPSO FACTO, el propio licenciado Mal- donado, que era letrado en ambos derechos, civit y canónico, se creyera excomulgado, e hiciera, poste riormente, ditigencias para que otros pretados, y, aun el mismo Obispo de Chiapa, te tevantaran ese ana tema. La ciudad de Gracias a Dios fue escogida para que fuera e) asiento de )a Rea) Audiencia que gobernaba tas Provincias de )a América Central, por su posición geográfica, por haHarse situada en tos confines de las Provincias de Honduras y Guatemata y cercana a ta de Nicaragua, por to cual, este Alto Tribunal fué — v - designado con e) nombre de Audiencia de los Confines. La Audiencia de Gracias a Dios, pues, ejercía jurisdicción desde et territorio que es ac tualmente e! Estado de Chiapas, en México, hasta la República de Panamá, y asi se explica por qué el Obispo de Chiapa, Fray Bartolomé de las Casas, en vez de recurrir a la Audiencia de México, hizo sus instancias ante la Audiencia de Gracias a Dios para que este alto tribunal diera las disposi ciones necesarias para que tas nuevas Leyes de In dias fueran cumplidas en et territorio que estaba ba jo su mando. E! ticenciado Matdonado, primer Presidente de ta Audiencia de Gracias a Dios, es recordado por tas frases injuriosas con que increpó al Obis po de Chiapa y a) Obispo de Nicaragua, que acompañaba al primero en sus gestiones para que aquet Atto Tribuna), que representaba justicia de) Rey, en la América Centra), diera cum- ptimiento a las nuevas Ordenanzas de S. M. E) edificio que ocupó la Reat Audiencia de tos Confines, en ta ciudad de Gracias á Dios, se halta situado frente a! costado Sur de la iglesia de San Marcos, y se conoce en aquetta ciudad, con et nom bre de Casa de tos Leones, porque tiene grabado, en retieve, en el pórtico, et escudo de CastiMa. Contigua a ta casa de la Audiencia hay otra casa espaciosa y de una curiosa disposición o cons trucción, conocida en Gracias con et nombre de LA FACTORtA. En esa casa trabajaban, durante la épo ca colonia), en ta fabricación de cigarros-puros, tas mujeres gracianas, que por atguna falta o detito, habían sido condenadas por las justicias del Rey. Es posible también que esa casa haya sido des tinada para otros fines: ta parte de la construcción, que da a) Sur, tiene el suelo det piso a bastante al - VI — tura, notándose que debe haber sido rellenado con tierra, pues se halla a varios pies de etevación so bre et nive! de ta catle; en cambio, para bajar a una espaciosa sata, que da a) Norte, hay que pasar por una escatera de cat y canto, de varios petda- ños, pues esa sata queda a un nivet mucho más bajo que ta otra. Esta úttima sata creemos que debe haber sido utitízada como sata de tormento, a juz gar por su extraña posición y por estar contigua a la casa que servía de residencia a ta Reat Audiencia de tos Confines. La ciudad de Gracias a Dios fue escenario de algunos acontecimientos importantes durante et pe riodo cotoniat, uno de etlos se hatta retatado en ta TRñDtCtON DEL BOLERO, que escribió, en años pasados, et itustre y castizo escritor graciano D. Je remías Cisneros, y que se inctuye en este tibro. D. Jeremías Cisneros escribió, además, varias leyendas y tradiciones gracianas, de ta época coto niat, que dejó inéditas y que deben hattarse entre sus papetes; pero hace fatta una persona que tenga interés en tos asuntos cotoniates, se dedique espe- ciatmente a buscados entre et gran número de ma nuscritos que quedaron en poder de D. Jesús Cis neros, que como vatiosas retiquias de su itustre her mano debe ét hpber conservado, con retigíoso respeto. En Gracias funcionó et Tribuna) det Santo Oficio: nosotros tuvimos ocasión de )eer, cuando éramos es tudiante, un curioso expediente que nuestro recor dado maestro D, ñtberto Gateano Trejo había halta- do entre un montón de viejos papetes que existía en una de tas dependencias de )a [gíesia de San Mar cos. Ese expediente, en et que vimos )a firma de uno de los famitiares de nuestros ascendientes, como miembro det Tribunal de la Inquisición, era un pro - VII — ceso que se habia formado contra un graciano es céptico, por desacato, el año de 1657. La sentencia era bastante origina!; el reo fue condenado a asistir, diariamente, por espacio de 30 días, a la segunda misa de la Iglesia de San Marcos, debiendo tener puesto en la cabeza un gorro de color rojo y por tar, durante toda la misa, una vela encendida. La ciudad de Gracias a Dios, como todas las ciudades que fundaron los españoles, en Honduras, está situada en una localidad admirablemente esco gida, teniendo hacia el Occidente, como un fondo magnífico, la azulada montaña de Celaque, una de las más altas de la Nación, y en la cual tiene su origen el río ñrcágua!, uno de los dos rios a cuyas orillas descansa la ciudad. También at Occidente y a orillas de la ciudad se levanta la colina de San Cristóbal, a la que los gra- cianos designan con el nombre de El Castillo, porque en la cima de esa colina e! Genera) D. José María Medina construyó un castitto, que es e) paseo favorito de las señoritas y de )os jóvenes gracíanos. Un poco al Noroeste de la colina de San Cris tóbal, se halla la altiptanicie de Las Mesas, que tiene varios kilómetros de extensión: allí se haüa estable cido e) Aeródromo de Gracias. Los españotes construyeron un acueducto para llevar el agua potable a la ciudad; algunas veces, a) hacer trabajos de reparación en tas caites, se han descubierto tubos de barro, enlozados.