Aragones Y Castellano En El Ocaso De La Edad Media
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ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA Ma Luisa Arnal Purroy Jose Ma Enguita Utrilla Universidad de Zaragoza INTRODUCCION 1. A finales del siglo XV -seg ŭn ha resumido don Rafael Lapesa'- la unidad lingŭística del centro de la Península estaba casi consumada: mien- tras el leonés se manifestaba ŭnicamente en el habla rŭstica -y así pasaría al teatro del Siglo de Oro, convertido en sayagués-, el aragonés se encon- traba ya muy influido por el castellano y desaparecería pronto del uso lite- rario y notarial; por otra parte, la difusión del castellano como lengua lite- raria se intensificaba en las regiones catalanas y en el área gallego-portu- guesa. No es difícil descubrir las causas que explican tal expansión; y entre ellas hay que citar la preocupación por enlazar los conceptos de lengua y de unidad nacional y el prestigio que la literatura castellana -y su manifes- tación lingliística- irradiada desde el centro peninsular había adquirido en esa época2. Cierto es que en el ámbito aragonés el influjo castellano se deja sentir, aunque de manera poco perceptible, desde mucho antes de Historia de la lengua española, Madrid, Gredos, 9 ed., 1981, pp. 281-282 y 285. 2Ambos aspectos, referidos de modo específico al contexto aragonés, han sido comentados amplia- mente por J. A. Frago, "Conflicto de normas lingiiísticas en el proceso castellanizador de Aragón", Actas del I Curso de Geograffa_Lingnistica de Aragón, Zaragoza, IFC, 1991, pp. 105-126 [pp. 109-115]. Ha de tenerse erreuthfa—además la abundancia de soluciones coincidentes entre el dominio aragonés y el caste- Ilano; no hay que desestimar, por otra parte, la ayuda q ue,-en-la-penetración del castellano, pudo ejercer el advenimiento a la Corona de Aragón (en 1412) de la dinastía castellana de los Trastámara con Fernando I. 51 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA finales del siglo XV: M. Alvar ha visto, en este sentido, un temprano testi- monio de castellanización (de 1132) en la voz honsata servicio militar a caballo', ya que de Castilla se importó la reglamentación de este cuerpo del ejército, y con las instituciones migraron las palabras 3; no son descono- cidos en la antigua documentación aragonesa otros casos que revelan dicha influencia, como muestran las versiones romanceadas del Fuero de Teruel (de la segunda mitad del siglo XIII y de la centuria siguiente) 4, el Libro chantre conservado en el archivo catedralicio de Tarazona (de 1382)5, o la Colección diplomática del concejo de Zaragoza, y concreta- mente los documentos fechados entre 1276 y 12866. Pero sin duda, en los arios finales del siglo XV el proceso se acelera, como han puesto de relieve reconocidos especialistas: "La pénétration castillane, accidentalle avant le XVe silcle, a commencé réellement vers 1460, et la castillanisation était á peu prés achevée en 1500. 2. De acuerdo con lo comentado, los textos aragoneses de ese período finisecular permiten observar la desaparición de peculiarismos que carac- terizaron la expresión escrita de Aragón durante las centurias preceden- tes. Y describir de forma sistemática, dentro de dicha etapa, el estado de lengua que corresponde a los años 1490-1494 es el propósito que persi- guen estas páginas para, a través de los datos obtenidos, ariadir algunas precisiones cronológicas sobre el proceso de castellanización e insistir en las circunstancias que rigieron su desarrollo. Para llevar a cabo tal análisis nuestros materiales proceden de la mag- na colección publicada por A. San Vicente con el título de Instrumentos para una historia social y económica del trabajo en Zaragoza en los siglos XV a XVIII, aunque también haremos algunas referencias a otros textos coetáneos. La importancia de esta colección -de la que hemos selecciona- do diez documentos, concretamente los nŭmeros 45 al 548- para el análisis 3"Colonización franca en Aragón", Estudios sobre el dialecto aragonés (1), Zaragoza, IFC, 1973, pp. 165-193 [p. 1781. Se opone así a la tesis de R. Menéndez Pidal, Origenes del español. Estado lingnistico de la Peninsula Ibérica hasta el siglo XI [1926], Madrid, Espasa-Calpe, 9° ed., 1980, pp. 211-212, el cual consi- deró, a partir de tres testimonios gráficos (honsata, Hortiz, Oge ), que el paso F- > h- se habría cumplido en un estadio primitivo del aragonés. 4Vid. M. Gorosch, El Fuero de Teruel, Stockholm, 1950, pp. 40-41. 5Para estos datos, vid. J. M. Enguita, "Un vocabulario agrícola turiasonense de 1382, Turiaso, VIII (1989), pp. 139-178 [p. 1541. 6Vid. J. M. Enguita y V. Lagnéns, "El dialecto aragonés a través de algunos documentos notariales del siglo XIII: una posible interpretación de variantes", Homenaje al Profesor Etnérito Antonio Ubieto Arteta, Zaragoza, Facultad de Filosofía y Letras, 1988, pp. 383-398 [pp. 391-3931. 7Vid. B. Pottier, "L'évolution de la langue aragonaise á la fin du Moyen Age", BHi, LIV (1952), pp. 184-199 [p. 1981; vid. asimismo F. Lázaro Carreter, "Forrnas castellanas en documentos zaragozanos de los siglos XV y XVI, Argensola, 5 (1951), pp. 48-50 [p. 50], y J. A. Frago, "Determinación sociolingiiística en la castellanización del Valle del Ebro", Actas del 1 Curso sobre Lengua y Literatura en Aragón (Edad Media), Zaragoza, IFC, 1991, pp. 115-130 [p. 1231. sLos documentos 45, 46, 47 y 48 son del año 1490, el 49 es de 1492 y los restantes -50, 51, 52, 53 y 54- corresponden al año 1494. Para su consulta, vid. el vol. I de la edición de la obra Ilevada a cabo en Zarago- za por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País en 1988, pp. 43-66. 52 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA de las realizaciones lingŭísticas de la ciudad de Zaragoza, ha sido resaltada ya por varios estudiosos9, que han destacado dos aspectos: de un lado, que en dicha colección el nivel culto de la lengua notarial da paso en ocasiones a rasgos más populares, más conservadores lógicamente de las característi- cas idiomáticas propias m y, de otro, que la aparición de peculiarismos regionales, sobre todo de carácter léxico, está favorecida por el contenido social y económico (oficios, relaciones laborales, condiciones de trabajo, organización de los gremios, fiestas gremiales, etc.) que estas fuentes pre- sentan. ASPECTOS GRAFICOS 3. El sistema gráfico de los documentos seleccionados ofrece una serie de peculiaridades que constituyen hábitos ortográficos propios de los escribanos de Aragón" y que, en consecuencia, sirven por sí mismos para identificar estos textos como pertenecientes al dominio lingŭístico aragonés. Destaca, en este sentido, el empleo de una u superflua tras consonan- te velar y ante a, o (grupos qua, quo, gua, guo )". Este particular uso de u, que cabe explicar -segŭn hace M. Alvar- por ultracorrección", es rasgo constante en los textos que analizamos (las excepciones -que iremos con- signando- son escasas): acerquar 53.67, atorguada 50.117, barquas 51.90, 9Vid. J. A. Frago, "Matasanos médico y botón lestículo' en un documento aragonés de 1409. Entre la variedad y la unidad del léxico español", AFA, XLVI-XLVII (1991), pp. 13-23 [pp. 13-141, y J. M. Enguita, Reseña a A. San Vicente, Instrumentos para una historia social.... AFA, XLIV-XLV (1990), pp. 293-294. loDe ello advierte asimismo A. San Vicente, op. cit., vol. I, p. XIII: "El nivel culto de la lengua docu- mental, generalmente codificada y mantenida con firmeza por la práctica jurídica, presenta muchas veces curiosas incidencias del habla más com ŭn, sorpresa del diplomatista y flor para el filólogo, que explora con sistema los textos del pasado•. iík propósito de esta cuestión, vid. M. Alvar, El dialecto aragonés, Madrid, Gredos, 1953, pp. 22-44, y los abundantes datos que ofrece R. Menéndez Pidal, Origenes, pp. 44-70. Asimismo, contribuciones sobre documentos particulares que incluyen un capítulo dedicado a las grafías son, entre otras, las siguientes: M. Alvar, "Documentos de Jaca (1362-1502), Estudios sobre el dialecto aragonés (II), Zaragoza, IFC, 1978, pp. 140-266 [pp. 143-1501; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp. 46-50; G. Tilander, Los Fueros de Aragón, Lund, 1937, pp. 45-47, y Vidal Mayor. Traducción aragonesa de la obra "1n excelsis Dei Thesauris", 3 vols., Lund, 1956, vol. I, pp. 28-30; J. A. Frago, "El marco filológico del Vidal Mayor ", en Vidal Mayor. Esttt- dios, Huesca. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1989, pp. 83-112 [pp. 87-881; J. M. Enguita y V. Lagiiéns, "Aspectos filológicos", en Ceremonial de la consagración y coronación de los reyes de Aragón (ms. R. 14.425 de la biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano), Zaragoza, Centro de Documentación Bibliográfica Aragonesa, 1992, pp. 57-84 [pp. 69-70]. 12Acerca de esta grafía M. Alvar ha comentado que es un "rasgo característico de los escribas arago- neses de todos los tiempos y, especialmente, de los siglos XIV y XV" ("Rasgos dialectales en la Disputa del alma y del cuerpo (siglo XIV)", Estudios (I), pp. 273-281 [p. 277]). 13Es decir, derivado del hecho de que ya en latín tuviera lugar la pérdida de u [w] en los diptongos (vid. M. Alvar, Dialecto, 1953, p. 24). /4La primera cifra corresponde al nŭmero del documento y la siguiente indica el n ŭmero de la línea de ese documento. 53 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA 51.182, cariasaquos 52.3, 52.79 carriasaquos 52.17, 52.115 el que acarrea los sacos', castiguados 52.61, cerqua 50.103, 53.54, cinquo 48.62, 54.26, derroquar 53.89 (pero derrocar 53.14), descarguado 50.20 y escarguar 50.19 (sin embargo, siempre aparecen carga 51.26, 51.128 y cargar 52.20), faguan 50.140, 51.147 (pero es más frecuente fagan 49.37, 51.145), franqua- ment 54.218, guosen 50.46 se atrevan', marqua 50.117, obliguados 50.144, 54.186, paguar 54.143 y 34 veces más (frente a la variante pagar registrada ŭnicamente en 52.49 y 54.185), quada 51.190 (aunque lo constante es cada 47.14, 50.51, etc.), quatorze 51.87, 54.120, saquar 52.11 (frente a sacar 54.196), saquos 52.20 y 16 veces más, sequa 51.80, 51.103 (junto a secas 51.104), sigua 53.78, tenguan 50.141 (si bien otras veces se atestigua tenga 51.47), valgua 50.123, vaqua 54.19, 54.26, veguada 54.88 y en otras 30 oca- siones vez (frente a algŭn ejemplo esporádico de la forma vegada 54.42), vinticinquo 54.236, 54.245, vuequas 51.83 cepas de los árboles'.