ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

Ma Luisa Arnal Purroy Jose Ma Enguita Utrilla Universidad de

INTRODUCCION

1. A finales del siglo XV -seg ŭn ha resumido don Rafael Lapesa'- la unidad lingŭística del centro de la Península estaba casi consumada: mien- tras el leonés se manifestaba ŭnicamente en el habla rŭstica -y así pasaría al teatro del Siglo de Oro, convertido en sayagués-, el aragonés se encon- traba ya muy influido por el castellano y desaparecería pronto del uso lite- rario y notarial; por otra parte, la difusión del castellano como lengua lite- raria se intensificaba en las regiones catalanas y en el área gallego-portu- guesa. No es difícil descubrir las causas que explican tal expansión; y entre ellas hay que citar la preocupación por enlazar los conceptos de lengua y de unidad nacional y el prestigio que la literatura castellana -y su manifes- tación lingliística- irradiada desde el centro peninsular había adquirido en esa época2. Cierto es que en el ámbito aragonés el influjo castellano se deja sentir, aunque de manera poco perceptible, desde mucho antes de

Historia de la lengua española, Madrid, Gredos, 9 ed., 1981, pp. 281-282 y 285. 2Ambos aspectos, referidos de modo específico al contexto aragonés, han sido comentados amplia- mente por J. A. Frago, "Conflicto de normas lingiiísticas en el proceso castellanizador de Aragón", Actas del I Curso de Geograffa_Lingnistica de Aragón, Zaragoza, IFC, 1991, pp. 105-126 [pp. 109-115]. Ha de tenerse erreuthfa—además la abundancia de soluciones coincidentes entre el dominio aragonés y el caste- Ilano; no hay que desestimar, por otra parte, la ayuda q ue,-en-la-penetración del castellano, pudo ejercer el advenimiento a la Corona de Aragón (en 1412) de la dinastía castellana de los Trastámara con Fernando I.

51 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA finales del siglo XV: M. Alvar ha visto, en este sentido, un temprano testi- monio de castellanización (de 1132) en la voz honsata servicio militar a caballo', ya que de Castilla se importó la reglamentación de este cuerpo del ejército, y con las instituciones migraron las palabras 3; no son descono- cidos en la antigua documentación aragonesa otros casos que revelan dicha influencia, como muestran las versiones romanceadas del Fuero de Teruel (de la segunda mitad del siglo XIII y de la centuria siguiente) 4, el Libro chantre conservado en el archivo catedralicio de (de 1382)5, o la Colección diplomática del concejo de Zaragoza, y concreta- mente los documentos fechados entre 1276 y 12866. Pero sin duda, en los arios finales del siglo XV el proceso se acelera, como han puesto de relieve reconocidos especialistas: "La pénétration castillane, accidentalle avant le XVe silcle, a commencé réellement vers 1460, et la castillanisation était á peu prés achevée en 1500. 2. De acuerdo con lo comentado, los textos aragoneses de ese período finisecular permiten observar la desaparición de peculiarismos que carac- terizaron la expresión escrita de Aragón durante las centurias preceden- tes. Y describir de forma sistemática, dentro de dicha etapa, el estado de lengua que corresponde a los años 1490-1494 es el propósito que persi- guen estas páginas para, a través de los datos obtenidos, ariadir algunas precisiones cronológicas sobre el proceso de castellanización e insistir en las circunstancias que rigieron su desarrollo. Para llevar a cabo tal análisis nuestros materiales proceden de la mag- na colección publicada por A. San Vicente con el título de Instrumentos para una historia social y económica del trabajo en Zaragoza en los siglos XV a XVIII, aunque también haremos algunas referencias a otros textos coetáneos. La importancia de esta colección -de la que hemos selecciona- do diez documentos, concretamente los nŭmeros 45 al 548- para el análisis

3"Colonización franca en Aragón", Estudios sobre el dialecto aragonés (1), Zaragoza, IFC, 1973, pp. 165-193 [p. 1781. Se opone así a la tesis de R. Menéndez Pidal, Origenes del español. Estado lingnistico de la Peninsula Ibérica hasta el siglo XI [1926], Madrid, Espasa-Calpe, 9° ed., 1980, pp. 211-212, el cual consi- deró, a partir de tres testimonios gráficos (honsata, Hortiz, Oge ), que el paso F- > h- se habría cumplido en un estadio primitivo del aragonés. 4Vid. M. Gorosch, El Fuero de Teruel, Stockholm, 1950, pp. 40-41. 5Para estos datos, vid. J. M. Enguita, "Un vocabulario agrícola turiasonense de 1382, Turiaso, VIII (1989), pp. 139-178 [p. 1541. 6Vid. J. M. Enguita y V. Lagnéns, "El dialecto aragonés a través de algunos documentos notariales del siglo XIII: una posible interpretación de variantes", Homenaje al Profesor Etnérito Antonio Ubieto Arteta, Zaragoza, Facultad de Filosofía y Letras, 1988, pp. 383-398 [pp. 391-3931. 7Vid. B. Pottier, "L'évolution de la langue aragonaise á la fin du Moyen Age", BHi, LIV (1952), pp. 184-199 [p. 1981; vid. asimismo F. Lázaro Carreter, "Forrnas castellanas en documentos zaragozanos de los siglos XV y XVI, Argensola, 5 (1951), pp. 48-50 [p. 50], y J. A. Frago, "Determinación sociolingiiística en la castellanización del Valle del Ebro", Actas del 1 Curso sobre Lengua y Literatura en Aragón (Edad Media), Zaragoza, IFC, 1991, pp. 115-130 [p. 1231. sLos documentos 45, 46, 47 y 48 son del año 1490, el 49 es de 1492 y los restantes -50, 51, 52, 53 y 54- corresponden al año 1494. Para su consulta, vid. el vol. I de la edición de la obra Ilevada a cabo en Zarago- za por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País en 1988, pp. 43-66.

52 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA de las realizaciones lingŭísticas de la ciudad de Zaragoza, ha sido resaltada ya por varios estudiosos9, que han destacado dos aspectos: de un lado, que en dicha colección el nivel culto de la lengua notarial da paso en ocasiones a rasgos más populares, más conservadores lógicamente de las característi- cas idiomáticas propias m y, de otro, que la aparición de peculiarismos regionales, sobre todo de carácter léxico, está favorecida por el contenido social y económico (oficios, relaciones laborales, condiciones de trabajo, organización de los gremios, fiestas gremiales, etc.) que estas fuentes pre- sentan.

ASPECTOS GRAFICOS

3. El sistema gráfico de los documentos seleccionados ofrece una serie de peculiaridades que constituyen hábitos ortográficos propios de los escribanos de Aragón" y que, en consecuencia, sirven por sí mismos para identificar estos textos como pertenecientes al dominio lingŭístico aragonés. Destaca, en este sentido, el empleo de una u superflua tras consonan- te velar y ante a, o (grupos qua, quo, gua, guo )". Este particular uso de u, que cabe explicar -segŭn hace M. Alvar- por ultracorrección", es rasgo constante en los textos que analizamos (las excepciones -que iremos con- signando- son escasas): acerquar 53.67, atorguada 50.117, barquas 51.90,

9Vid. J. A. Frago, "Matasanos médico y botón lestículo' en un documento aragonés de 1409. Entre la variedad y la unidad del léxico español", AFA, XLVI-XLVII (1991), pp. 13-23 [pp. 13-141, y J. M. Enguita, Reseña a A. San Vicente, Instrumentos para una historia social.... AFA, XLIV-XLV (1990), pp. 293-294. loDe ello advierte asimismo A. San Vicente, op. cit., vol. I, p. XIII: "El nivel culto de la lengua docu- mental, generalmente codificada y mantenida con firmeza por la práctica jurídica, presenta muchas veces curiosas incidencias del habla más com ŭn, sorpresa del diplomatista y flor para el filólogo, que explora con sistema los textos del pasado•. iík propósito de esta cuestión, vid. M. Alvar, El dialecto aragonés, Madrid, Gredos, 1953, pp. 22-44, y los abundantes datos que ofrece R. Menéndez Pidal, Origenes, pp. 44-70. Asimismo, contribuciones sobre documentos particulares que incluyen un capítulo dedicado a las grafías son, entre otras, las siguientes: M. Alvar, "Documentos de (1362-1502), Estudios sobre el dialecto aragonés (II), Zaragoza, IFC, 1978, pp. 140-266 [pp. 143-1501; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp. 46-50; G. Tilander, Los Fueros de Aragón, Lund, 1937, pp. 45-47, y Vidal Mayor. Traducción aragonesa de la obra "1n excelsis Dei Thesauris", 3 vols., Lund, 1956, vol. I, pp. 28-30; J. A. Frago, "El marco filológico del Vidal Mayor ", en Vidal Mayor. Esttt- dios, Huesca. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1989, pp. 83-112 [pp. 87-881; J. M. Enguita y V. Lagiiéns, "Aspectos filológicos", en Ceremonial de la consagración y coronación de los reyes de Aragón (ms. R. 14.425 de la biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano), Zaragoza, Centro de Documentación Bibliográfica Aragonesa, 1992, pp. 57-84 [pp. 69-70]. 12Acerca de esta grafía M. Alvar ha comentado que es un "rasgo característico de los escribas arago- neses de todos los tiempos y, especialmente, de los siglos XIV y XV" ("Rasgos dialectales en la Disputa del alma y del cuerpo (siglo XIV)", Estudios (I), pp. 273-281 [p. 277]). 13Es decir, derivado del hecho de que ya en latín tuviera lugar la pérdida de u [w] en los diptongos (vid. M. Alvar, Dialecto, 1953, p. 24). /4La primera cifra corresponde al nŭmero del documento y la siguiente indica el n ŭmero de la línea de ese documento.

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51.182, cariasaquos 52.3, 52.79 carriasaquos 52.17, 52.115 el que acarrea los sacos', castiguados 52.61, cerqua 50.103, 53.54, cinquo 48.62, 54.26, derroquar 53.89 (pero derrocar 53.14), descarguado 50.20 y escarguar 50.19 (sin embargo, siempre aparecen carga 51.26, 51.128 y cargar 52.20), faguan 50.140, 51.147 (pero es más frecuente fagan 49.37, 51.145), franqua- ment 54.218, guosen 50.46 se atrevan', marqua 50.117, obliguados 50.144, 54.186, paguar 54.143 y 34 veces más (frente a la variante pagar registrada ŭnicamente en 52.49 y 54.185), quada 51.190 (aunque lo constante es cada 47.14, 50.51, etc.), quatorze 51.87, 54.120, saquar 52.11 (frente a sacar 54.196), saquos 52.20 y 16 veces más, sequa 51.80, 51.103 (junto a secas 51.104), sigua 53.78, tenguan 50.141 (si bien otras veces se atestigua tenga 51.47), valgua 50.123, vaqua 54.19, 54.26, veguada 54.88 y en otras 30 oca- siones vez (frente a algŭn ejemplo esporádico de la forma vegada 54.42), vinticinquo 54.236, 54.245, vuequas 51.83 cepas de los árboles'. Prácticamente sistemático es, asimismo, el uso de ny para representar al fonema lnl. Como ejemplos de este signo ortográfico -limitado, al menos en su origen, a Aragón y Cataluña15- pueden citarse: anyadiendo 48.5, anyo 51.148 y 38 veces más, canya 50.98, 51.80, conpanyia 54.205, danyo 53.64, 54.63, lenya 51.4 y en otras 42 ocasiones, penyorados 54.77 `pignorados', senyales 54.105, senyor(es) 54.154 y 25 veces más (se regis- tra, no obstante, serior(es) 52.8, 53.17, etc. hasta 37 testimonios, siendo éste el ŭnico vocablo en que aparece la grafía ri), senyorias 49.30, tamanyo 47.25, vinyas 51.9916. Tampoco escasean los ejemplos de grafía c ante vocal no palatal en lugar del signo p : cabeca 54.33, 54.120, calmedinas 49.33 magistrados que había antiguamente en Aragón', Caragoca 49.47, 50.6, 54.233, comencaron 54.61, fiancas 50.131, 51.211, firmancas 54.249 consolidaciones, apoyos', pieca 54.189, placas 51.129, trancada 50.145 y trancara 54.248 rematar en venta o arrendamiento p ŭblico', usanca 54.172. No obstante, junto a c° también se registran frecuentes casos de cabeva 50.135, 54.119, Cara- gova 47.4, comenpara 47.37, corraliva 53.7, 53.14, fianvas 52.130, plapa 51.37, poval 47.28, traneada 51.209, 52.129, etc. La vacilación entre c y p puede darse incluso en el interior de un mismo vocablo, como ocurre en Caragova 49.47.

I5Vid. M. Alvar, "Grafías navarro-aragonesas", Estudios (I), pp. 13-46 [p. 24]. Sobre la cronología de ny, F. Lázaro Carreter (Formas castellanas, p. 49) señala que, en los documentos del siglo XV correspon- dientes a la Recopilación de los Estatutos de la ciudad de Zaragoza, dicha grafía coexiste exclusivamente con ni, mientras que a partir de 1521 se impone totalmente el signo 16Estos diplomas no aportan, sin embargo, ning ŭn registro de la grafía paralela ly

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Más abundante es, en cambio, la presencia de la llamada h expletiva o inorgánica, tan frecuente en textos medievales aragoneses, que cabe inter- pretar -segŭn hace J. A. Frago- como expresión de un prurito cultista des- de el que resulta fácil caer en la ultracorrección'7; en el corpus que exami- namos esta h adventicia aparece -aunque no de forma sistemática- tanto en posición inicial de palabra (habundantment 54.148, havenir(se) 51.68, 54.109 ponerse de acuerdo', heras 51.24, hir 50.38, 51.97, hobra 50.22, honze 54.30, hosado 47.7, hotro 51.48, hun 48.62, 50.135, 54.93 y huna 50.132, 51.32, 54.93, etc.) como en interior (cahera 48.59, exhigir 51.162, loharon 48.74, 48.77 dieron por buena una cosa', thomar 54.43, etc.). Igualmente expletiva es la grafía p utilizada para separar consonantes nasales en contacto: solempne 51.145, solempnement 54.69, 54.194. Hay que afiadir, por ŭltimo, el empleo latinizante del signo 11 con el valor de 1 simple, confusión -frecuente en la documentación medieval ara- gonesa- que en estos diplomas zaragozanos se atestigua en un buen n ŭme- ro de ejemplos: allegada 49.49, 53.71, anullar 49.19, apellacion 54.158, con- pellir 54.86, illuminaria 48.65, 48.67 iluminación', illustres 49.30, illustrisi- mo 49.2, 49.29, nullas 49.22, pielles 54.114; otros registros de 11 en lugar de 1 son: adellant 54.20, 54.62, corralles 51.186, 53.7, encorallar 53.7, estillo 49.9, privillegiada 54.156, 54.177, privillegio 54.158, salle 53.34, sallido 53.85, salliendo 53.29, 53.30, salliran 52.92. El caso contrario, es decir, el uso de la grafía 1 como representante de /I/ sólo se observa en balesta 53.10, 53.55 y madrilas 50.6 bogas, peces de río'.

RASGOS FONETICOS

V ocales 4. Los documentos seleccionados presentan a ŭn -con distintos grados de vitalidad- las peculiaridades fonéticas que, en el tránsito del latín a las variedades romances, diferencian al aragonés del castellano. En lo que concierne a las vocales 18, cabe mencionar en primer lugar -aunque con escasos representantes- la falta de inflexión que, frente al castellano, se observa ante determinados tipos de yod en aragonés: guello 51.4 (< OC

17 Vid. J. A. Frago y J. A. García-Diego, Un autor aragonés para los «Veinti ŭn libros de los ingenios y de las máquinas», Zaragoza, D.G.A., 1988, p. 39. 18V id. M. Alvar, Dialecto, pp. 146-156; G. W. Umphrey, "El dialecto aragonés" [1911], A FA, XXX1X (1987), pp. 163-201 [pp. 168-1741; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp. 36-40; G. Tilander, Los Fueros de Aragón, pp. 39-41, y Vidal Mayor, vol. I, pp. 21-24 y 30-32; M. Alvar, Documentos de Jaca, pp. 151-158; J. M. Enguita y V. Lagnéns, Aspectos filológicos, pp. 70-71; vid. además los numerosos datos que aporta R. Menéndez Pidal, Origenes, pp. 70-198.

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ŬLU), ruello 47.7 rulo del molino de aceite (< RÓT(JLU), viella 54.233 (< V ETULA) / noche 52.25 (< NOCTE),' ocho 48.61 (< ÓCTO), ojo 51.13, ordio 52.5 (< H ÓRDEU); además, se produce diptongación en regient 49.46 (< REGENTE), ejemplo que puede interpretarse como con- secuencia del entrecruzamiento de tendencias cultasy populares. También se atestigua bimatización en la forma verbal yes (< EST)'9, aunque sólo se han computado dos testimonios (yes publicada 49.4, yes a saber 49.24) frente a los abundantísimos casos de es (50.3, 50.145, etc.), siendo además el resultado castellano exclusivo en formas verbales frecuentemente dip- tongadas en aragonés medieval (tenga 51.47, etc.). Otras veces, si bien esporádicamente, no se cumple la diptongación regular; así ocurre en arrendament 51.127, 51.166 (< -MENTU), conto 52.19 cuenta' (< CÓMPŬTU) y grosas 51.102, 51.103 (< GRÓSSAS), que podrían explicarse por presión cultista o acaso por influjo catalán, presen- te asimismo en otros rasgos de los diplomas examinados. 5. La apócope extrema se manifiesta todavía con una vigencia notoria" a través de ejemplos de pérdida de /-e/ en sustantivos (cort 48.10, 49.19, 49.24 Icorte 43.39 < COHORTE, leyt 54.29, 54.30 Ileche 54.93, 54.148 < LACTE, part 48.40, 49.2, 53.15, 54.56 Iparte 51.43, 52.112, 53.47 < PARTE, peix 50.1 pex 50.3, 50.24, 50.94, 50.134 < PISCE, puent 50.22, 51.38, 52.12, 52.99 < PÓNTE), numerales (vint 50.43, 51.61, 54.156 Ivinte 54.184 veynte 50.95 < VIGINTI), distintas formas adverbiales derivadas de INANTE (adelant 47.2, 49.3, 50.57 adellant 54.20 / adelan- te 49.40, 53.30, avant 54.204, en delant 54.8, devant 54.74) y, sobre todo, participios de presente basados en el morfema latino -NTE (acusant 54.127, bullent 47.19 que hierve', compendient 49.8 que compendia', con- tradizient 48.41, discrepant 48.56, fazient 50.1, 51.1, 52.1 facient 54.1, havient 54.150 que tiene', instant 45.2 que apremia', mordient 47.19, 47.20, patent 49.44, precedient 54.177, present 49.22, 50.79, 54.79 / presen- te 47.2, 48.39, regient 49.46, siguient 48.7, 50.45, 52.58, 53.84, vinient

19Frente a la homonimia molesta entre las soluciones romances de las formas latinas ÉS y EST, el castellano optó por la sustitución de la segunda persona, menos utilizada, por la correspondiente de futuro (ERIS > eres ) que había quedado libre, pues el futuro romance responde -como es sabido- a una cons- trucción perifrástica. El aragonés venció la aludida homonimia con la evolución regular de la segunda per- sona (ES > yes ) y con la pérdida de -s en la tercera gST > yes > ye), formas vivas en las hablas aragone- sas actuales; pero este proceso es tardío, pues yes con valor de tercera persona se registra en la documen- tación aragonesa -también en los textos analizados- durante los siglos XIII al XVI; vid. M. Alvar, Dialecto, pp. 227-228; R. Menéndez Pidal, Orígenes, pp. 358-359; M. Alvar y B. Pottier, Morfología histórica del español, Madrid, Gredos, 1983, pp. 225-226. 20Se recordará que su uso declina en el dominio castellano en la segunda mitad del siglo XIII; para un cmhaustivo análisis de este fenómeno, vid. R. Lapesa, "La apócope de la vocal en castellano antiguo. Intento de explicación histórica" [19511, Estudios de historia lingidstica española, Madrid, Paraninfo, 1985, pp. 167-197, y "De nuevo sobre la apócope vocálica en castellano medieval" [1975], ibíd., pp. 198-208.

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54.234; con valor sustantivo: ayudant 54.152, contrafazient 49.36, lugarte- nient 49.26, 49.42, tallant 54.152 que corta'; con valor adverbial: de conti- nent 52.66, 54.162 en continent 54.223, 54.226 prontamente, al instante'; con valor preposicional: durant 50.120, 51.28, 52.2, 54.15, mediant 51.52, 54.134; como nexo interoracional: no obstant 51.64, 54.157) y adverbios modales en -MENTE (abundantment 54.21 habundantment 54.148, com- plidament 54.161, continuament 52.63, 54.8, directament 52.113, 54.195, escondidament 50.30, franquament 54.18, inviolablement 49.37, irremisi- blement 51.10, largament 49.43, lealment 51.53, 52.52, liberament 54.97, particularment 51.70, perpetualment 48.58, personalment 52.49, 52.50, pri- merament 47.3, 50.2, 51.2, 54.10, publicament 54.52, rigidament 54.156, solament 54.153, solempnement 54.69, vulgarment 53.3, 54.151; sin embargo, se mantiene /-e/ final en buenamente 52.39). Los testimonios de pérdida de /-o/ son muy esporádicos y alguno de ellos podría estar infklido por el catalán: capitol 46.6, 48.15, 50.141, 51.6, 52.45, 54.2 (< CAPITULU), cieny 53.68 (< CENTU), Lop 53.29 (< LŬPU), Pinsech 53.25 (< PINU SICCU), así como varios derivados en -ARIU (Ferrer 46.11, 48.23, Panizer 48.20 / panicero 52.102 panadero') y

-MENTU (arrendament 52.66, jurament 47.48, 51.52, 54.71, sagrament 51.145, 51.147). 6. Todavía pueden enumerarse otros rasgos de fonética vocálica que se atestiguan en voces aisladas; así: la síncopa que, de modo sistemático, se aprecia en los resultados del lat. vg . DÉRÉCTU (drecho 50.8, 51.140, 52.127, 53.26 dreyto 52.86, endrevera 53.30, 53.31) y, frecuentemente, en el paradigma de futuro (devra 51.125, metran 47.14, 50.105, molran 52.41 y, con epéntesis consonántica, moldran 47.7, 52.6, permetran 50.84, 50.134, pora 51.62, 51.127 y poran 52.47, 54.12 podrán', con pérdida de -d- interior, tenra 51.16 tenrra 53.89 y, con metátesis, ternan 54.144, vendra 51.34 -junto a vendera 51.32 y venderan 51.36-, venrran 51.90); la epéntesis vocálica que se encuentra en perjurios 51.198, 52.21, 52.117, 54.221 perjuros (der. de JURARE); la alternancia, que llega hasta la actualidad, entre carneceria 54.3, 54.172 y la forma más frecuente carnice- ria 54„6, 54.53; el resultado meytat" 50.64, 51.10, 52.97, 54. 237 (< MEDIETÁTE); la deshiatización observada en carriasaquos 52.3, 52.115 (< carrear + saquos ), mialla 51.56, 52.6, 54.27 (< lat. vg. MEDALIA), olio 47.1, 47.25 (< OLEU) y trayran 50.104, 51.141, 52.78 (< TRAHÈRE + *HANT); y, en fin, la variante frau 50.102, 51.97 fraus

21 Posiblemente sea la variante genuina del navarroaragonés o, al menos, la más difundida durante gran parte del periodo medieval; vid. J. A. Frago, "Precisiones documentales navarroaragonesas a la histo- ria del esp. mitad", Estudios ofrecidos a Emilio Alarcos Llorach, Oviedo, Universidad de Oviedo, 1983, vol. IV, pp. 33-39 [p. 39].

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52.58 (< FRAUDE), relacionada con el catalán, que es general en los

documentos analizados 22 . Es por otra parte notoria la falta del prefijo a- en algunas voces que lo han adoptado en castellano:carriasaquos 52.3, 52.115, mojonar 53.71 (der. del hispano-lat. *MUTULONE), rancar 53.21, 53.46 (acaso procedente del germ. HRING) y rova 47.51, 52.6, 54.81 (< hispanoár. rŭba' ).

Consonantes

7. En lo relativo a las consonantes 24 , los textos que analizamos ofrecen datos diferenciadores algo más abundantes. En posición inicial hay que señalar, en primer lugar, el mantenimiento de F-, sin que se hayan anota- do ejemplos de pérdida; muy numerosos son los testimonios procedentes de FACERE: fazer 46.6, 47.1, 48.34, 49.41, 50.63, 51.14, 52.57, 53.22, 54.43 façer 54.76 fer25 50.38, 50.112, 50.127, fecho 48.5, 49.27, 50.48, 52.59, 53.15 feytas 51.160, faciendo 54.75, fazient 50.1, fazederas 54.95, fazen 48.12, 49.1, 50.103, fagan 49.37, 51.145 faguan 50.140, 51.204, faran 50.21, 51.10, 52.13, 54.79, fazian 54.126, fizieron 48.41, fiziessen 46.5, con- trafazient 49.35 contrafazientes 54.55, desffazer 53.14, 53.92 desfer 54.142, desfara 53.17; asimismo constan las siguientes formas: se falla

53.93, fallaran 50.39 (< AFFLARE) 26 , farina 52.1, 52.40, 52.78, 52.106, faxina 51.13, faxos 51.30, Ferrer 48.23, forno 53.23 fornos 51.107, batifullas 46.1, 46.10 batihojas' (< FOLIA) y, además, la adaptación del ár. háttá (fasta 53.26, 53.31, 53.40); en posición intervocálica se ha anota- do iieffesa 53.26 defesa 54.5, 54.233 dehesa' (< DEFENSA). Cierto es que if-/ subsiste también en los textos castellanos de la Edad Media, pero los topónimos y las cacograffas que se observan en dicho dominio demues- tran la transformación de este fonema, irradiada desde la Castilla norte- ña 27 , frente a los escasisimos ejemplos de pérdida que, hasta el ŭltimo ter- cio del siglo XV, y no en todos los textos -como se deduce de la documen-

22También se lee frao en textos aragoneses de la Edad Media, segŭn indica J. Corominas (con la cola- boración de J. A. Pascual), Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, 6 vols., Madrid, Gredos, 1980-1991(en adelante DCECH). 23 De todos modos, tanto rancar como carrear y mojonar son formas que constan como anticuadas en el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, Madrid, Espasa-Calpe, 21' ed., 1992 (en adelante DRAE). zwid. M. Alvar, Dialecto, pp. 157-207; G. W. Umphrey, El dialecto aragonés, pp. 174-185; M. Gorosch, El Fuero de Terttel, pp. 41-46; G. Tilander, Los Fueros de Aragón, pp. 41-44, y Vidal Mayor, vol. I, pp. 24-27; R. Menéndez Pidal, Orígenes, pp. 198-326; M. Alvar, Documentos de Jaca, pp. 158-173; J. M. Enguita y V. Lagiiéns, Aspectos filológicos, pp. 71-72. 25 Forma también atestiguada en el castellano medieval desde las Glosas emilianenses al Rimado de Palacio, que el DCECH justifica a través de una variante *FAGÉRE, analógica de AGERE, LEGERE, etc. (> fay(e)re > faire > fer ). • • 26La f- inicial procede de una metátesis de la -F- interna de AFFLARE, seg ŭn explica J. Corominas, DCECH, s.v. hallar. 27Vid. R. Menéndez Pidal, Orígenes, pp. 209-211 y 222-226.

58 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA tación que examinamos- ofrece el área aragonesa 28. Además, el valor foné- tico de esta articulación, en el aludido período cronológico, queda clara- mente serialado, para el castellano, en la Gramática de Nebrija" y, para las realizaciones aragonesas, por los casos que han pervivido hasta nuestros días3°. El resultado aragonés de Ge,i, J- también da muestras de vitalidad en los diplomas que estudiamos, aunque no resulta fácil descubrir los ras- gos fónicos que hubieron de caracterizarlo"; aunque exceptuemos los vocablos junio 52.97, 54.236 (< JUNIU) o jurar 51.191 (< JURARE), por coincidir gráficamente con_el castellano, así como el topónimo Los Her- manillos 53.29 (< GERMANU), con solución igualmente castellanizada, otros términos pueden confirmar lo que acabamos de serialar: janero 52.26 _`enero (< lat. vg . JENUARIU), ginebro 51.86 enebro' (< lat. vg. JINIPERU), ginesta 51.99, 53.22 hiniesta' (< lat. vg. GENESTA). 8. Respecto a los grupos consonánticos iniciales, hay que destacar asi- mismo el mantenimiento, en todos los casos posibles, de CL- y PL-: clama- da 53.3, 54.15 (< CLAMATA), plano 53.24, planos 53.30 (< PLANU), plegar 48.17, 48.36, plegado 48.15, plegados 48.40 reunir, recoger', empleguados 51.111 en junto, en total' (< PLICARE). Tal con- servación, a juicio de F. Lázaro Carreter, debió de perdurar en las clases populares zaragozanas hasta finales del siglo XVI32. Preciso es mencionar, además, la prótesis consonántica, con represen- tación gráfica, que se observa en algunos vocablos con diptongo [wé] ini- cial, como guello 51.4 (< OCULU), guerta 51.13, 53.27

pp. 49-50), en 1468 aparece la pri- 28Segŭn los recuentos de F. Lázaro Carreter (Formas castellanas, mera muestra de h- registrada y la desaparición de f- comienza a ser regular desde 1518, existiendo una etapa previa de variantes en lucha desde 1481. Otros casos de h- medievales son interpretados como influ- jo castellano por M. Alvar (Dialecto, p. 164) o como errores gráficos por B. Pottier (L'évolution de la lan- gue aragonaise, p. 190), autor que, por otra parte, considera que el influjo definitivo del castellano en lo que concierne a este fenómeno se produce, en los Inventarios aragoneses de los siglos XIV y XV que ana- liza, en 1490 (art. cit., p. 199). 29 "La f corrómpese en h, como nos otros la pronunciamos, dándole fuerga de letra" (vid. A. de Nebrija, Gramática de la lengua castellana. Ed. preparada por A. Quilis, Madrid, Editora Nacional, 1980, p. 124). nobre la conservación de f- en Aragón, vid. J. M. Enguita, "Geografía ling ŭística de F- inicial en las hablas altoaragonesas", Argensola, 93 (1982), pp. 91-112, y "Pervivencia de F- en las hablas aragonesas y - otros fenómenos conexos", AFA, XXXIX (1989), pp. 9-53. 31Las soluciones regionales que hoy descubrimos apuntan en dos direcciones: por un lado, I (chine- bro enebro', que se atestigua, por ejemplo, en Alloza -en la provincia de Teruel-, , Berd ŭn, Bro- to, Campo de Jaca, ciudad de Huesca, Angŭés, Almudévar y Alberuela de Tubo -en la provincia de Hues- ca-, así como la variante chinipro, recogida en Sos del Rey Católico, y Salvatierra de Esca -en la provincia de Zaragoza-) y, por otro, lx1 (ginebro ginebre, con 15 localizaciones en el territorio aragonés); para estos datos, que pertenecen a las áreas castellanizadas de Aragón, vid. J. M. Enguita, "Modalidades lingliísticas del interior de Aragón", Actas del I Congreso de Lingiiistas Aragoneses, Zaragoza, Departa- mento de Cultura y Educación de la D.G.A., 1991, pp. 103-151 [pp. 111-1121 32Formas castellanas, p. 50; B. Pottier (L'évolution de la langue aragonaise, p. 199) considera tardío -hacia 1495- el influjo del castellano.

59 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA

(< HÖRTA), en el topónimo la Guerva 52.90, 53.38, y que incluso se extiende a la forma verbal gosen 50.38 guosen 50.46 (< lat. vg . *AUSÁRE) / ossen 49.40, hosado 47.7, ossado 52.24, 53.59, osada 51.168, osados 45.8. 9. En posición interior de palabra destaca el resultado aragonés de los grupos -LY-, -C'L-, -G'L-, -T'L- (> 111), todavía predominante en las fuentes analizadas, aunque se observan también grafías que corresponden al influjo castellano (x, j ), que se impondría a partirde 151833; he aquí los ejemplos hallados: abelleros 53.3 (der. de APICULA), acullir 50.74, 54.205, acolliran 52.114, collidor 52.108, cullir 50.3 coger' CÓLLIGERE), batifullas 46.1, 46.10 ,batihojas' (compuesto con FOLIA), Cascallo 53.33 (< lat. vg. *QUASS ICARE + -ALIU), Castellon de Valdejassa 53.35 (< CASTILIÓNE), conselleros 50.56, consello 46.8, 50.141, 51.211, 52.45, 54.2 (< CONSILIU), (robre) coscollo 51.83 (< CŬSCŬLIU), a estallos 51.24 por un tanto' y retallo 54.123, 54.225 `retajo' (der. de TALEARE), guello 51.100 (<ÓCULU), maddlas 50.6 `bogas' (< MATRICULA) 34, mallada 53.8 majada' (< *MACULATA), millores 54.12 (< MELIORES), Ovella 52.89, término empleado en una designación de lugar (< OVICULA), palla 51.1,. 51.25, 51.74 (< PALEA), ruello 47.7 rulo del molino de aceite' (< ROTŬLU), tallar 54.24, 54.222, tallant 54.152, tallantes 54.68, 54.217, se tallan 54.25, talle 54.148, tallara 54.115 cortar' (< TALEARE), tella 51.107, tellar 53.41 (< TEGŬLA), treballos 54.118 (< *TRIPALIOS), vermella 52.82 (< VERM IC ŬLA), (Caragoca la) Viella 54.6, 54.233 (< V ÉT ŬLA). Frente a estos testimonios, se encuentran con evolución castellana los siguientes: abexas 53.93, abejar 53.9 abexar 53.16, 53.90, ajenos 51.181 (< ALIENOS), coxer 53.84, coxa 53.78, mejor 48.46, 53.72, ojo 51.13, paja 51.31 paia 51.59, paxar 51.31, travajo 48.49 trebajo 47.50 tre- baxos 51.55. El resultado genuino aragonés para los grupos consonánticos -KT- y -ULT- apenas da muestras de permanencia en las fuentes que comentamos": dito 45.1, 47.15, 48.5, 49.12, 50.30, sobredito 53.47 dicho'

33F. Lázaro Carreter, Formas castellanas, p. 49. En la Recopilación de los estatutos de la ciudad de Zaragoza, este autor observa que la lucha entre j y 11 transcurre en el ŭltimo cuarto del siglo XV, si bien los documentos que se sit ŭan cronológicamente entre 1493 y 1504 registran un momentáneo predominio de las formas aragonesas. B. Pottier (L'évolution de la langue aragonaise, p. 199), de acuerdo con la docu- mentación que maneja, sit ŭa el período de transformación de este rasgo entre 1485 y 1490. 34Recuérdese que se trata de un caso de grafía I por 11. 35Frente a estos datos, F. Lázaro Carreter (Formas castellanas, p. 50) ha observado el predominio de la solución -it- hacia 1490-1493, aunque como momentánea intensificación que también se anota respecto a otros fenómenos en dichos años; sin embargo, la Recopilación de estatutos ya ofrece desde 1477,sefiales de castellanización, que prácticamente anulará las soluciones aragonesas hacia 1504. Seg ŭn B. Pottier (L'évolution de la langue aragonaise, p. 198), la introducción de este rasgo castellano hubo de ocurrir entre 1468 y 1480.

60 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

(< DÍCTU), dreyto 50.31, 52.86 derecho (< lat. vg . DÉRÉCTU), feytas 51.160 hechas' (< FACTAS), (cabritos) de leyt 54.30, (corderos) de leyt 54.29 de leche' (< LACTE), muyto 51.46, 51.125 mucho' (< MULTU)36. Frente a estos pocos registros, los testimonios de /1/ se manifiestan con absoluto predominio: dicho 46.5, 47.50, 48.15, sobredicho 50.64, susodi- chas 48.49, drecho 50.143, 51.20, 52.35, 53.26, echar 48.45, 53.52, echara 53•57 (< *JÉCTÁRE), fecho 48.5, 49.27, 50.149, 51.214, 52.59, 53.15, satis- ffechos 52.65, leche 54.93, 54.148, mucho 46.3, mucha 48.72, muchos 53.64, noche 52.25 (< NÓCTE), ocho 48.61, 51.121, 52.16, 54.29 (< ÓCTO). Debe mencionarse, además, la presencia del fonema /y/, que en unas ocasiones responde a evolución etimológica (*PODIARE: puyar 47.6, puyaršm 47.17, puyaren 47.11, puyaron 47.12, puyen 47.32 subir'; SEDENDU > * sediendo >seyendo 51.116) y, en otras frecuentes-, ha de interpretarse como recurso analógico o antihiático (SEDERE: seyer 47.16, 49.21, 50.113, 51.27, 52.61, 53.72 / seer 51.11 ser 47.52, 48.60, 49.25; TRAHÉRE: trayere 51.179, trayentes 50.131 / traher 51.185, 52.34, 54.184, traheran 51.137; VÍDÉRE: veyer 50.9, 52.93, veyedores 46.4). Otro rasgo típico del aragonés, cual es el tratamiento de -SC e,i- (> /1/ > /x/) proporciona_varios ejemplos: faxos 51.30 y el sufijado faxina 51.12 (< FASCE, FASCINA) y, quizás también, la grafía x que se atesti- gua en la evolución de PISCE (peix 50.1 pex 50.3, 50.24, 50.94, 50.134, pexcar 43.5, 50.7, pexquen 50.7, pexca 50.9, pexcado 50.4 -junto a pesca- do 50.24-, pexcaderia 50.3, 50.127, pexcador 45.2, 50.18, 50.118) y de PASCÉRE (paxtos 54.5 y paxcencos 54.29, al lado de pascer 53.67 y, con solución claramente castellana, pacer 54.76). Anádase todavía que los sig- nificantes relacionados con COGNOSCERE presentan con más frecuen- cia la grafía latinizante -sc- : conoscer 52.84 (convive con conocer 52.125), conoscimiento 54.24937. 10. Todavía merece la pena señalar unas cuantas peculiaridades reco- gidas con testimonios aislados: así, el mantenimiento de -D- en piedes 54.34 pies' / piet 47.5 medida para la aceituna' pie 49.6 parte final de un escrito' (< PEDE) y en judicio 50.46 (< JUDÍCIU), si bien este ŭltimo

36En la Recopilación de estatutos, F Lázaro Carreter (Formas castellanas, p. 50) aprecia una más tem- prana generalización de /1/ para los étimos que contienen - ŬLT-, de modo que aparece regularmente des- de 1480; sin embargo, nuestras fuentes todavía permiten anotar -it- en este caso concreto, aunque alter- nando con /ĉ/. 37E1 DCECH señala que la forma antigua pexe era regular segŭn la evolución fonética del aragonés, del mozárabe y del leonés; por otro lado, la variante apajentar Ilega hasta nuestros días (vid. J. Pardo Asso, Nuevo diccionario etimológico aragonés, Zaragoza, Imprenta del Hogar Pignatelli, 1938) y conoxer aparece en textos antiguos (vid. M. Alvar, Dialecto, p. 193). Se habrá observado, de todos modos, que algunos de los significantes enumerados han de interpretarse a través de procesos analógicos.

61 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA caso podría explicarse por cultismo; la conservación de oclusiva dental sorda intervocálica en vites 51.83, 51.99_ (< VÍTES) y buytas 51.121 vací- as', buyten 47.28 vacien (< lat. vg . VOCÍTAS); la sonorización de con- sonante oclusiva sorda en voces _como sagrament 51.145 (< SACRÁMENTU) y venda 54.109 (< VENDITA), para las que el cas- tellano ha respetado la pronunciación latina38; las soluciones que ofrece el grupo -TR- en los derivados de FRATRE: frayres 48.68, confrayres 48.11 conffrayres 53.68 cofrayres 45.5, conffrayria 53.13 confraria 45.2, 48.32, 54.218 cofraria 45.1; y, en fin, el resultado /ĉ/ que se aprecia en la evolución de TAXARE: tachar 50.124, 54.134 tasar', atachado 50.123 — tachado 51.65, tacha 50.13, 54.234, tachacion 50.3439; comentaremos final- mente, junto a mayordomo 47.3, 48.3, 49.41, la curiosa forma mayordom- bre 47.8, 47.27, 48.32, 49.2, 52.129, 53.2, 54.231, que, más que por epénte- sis consonántica, habría que interpretar como una etimología popular a partir del cat. majordom, entendido como si el segundo elemento del com- puesto fuera hom hombre'". 11. En posición final, como consecuencia de la apócope extrema, pue- den aparecer, además de n, 1, r, s, d (t ) y z, las consonantes t (leyt), p (Lop), x (pex), ch /k/ (Pinsech), todas ellas de modo esporádico, y los gru- pos consonánticos en los que concurre un sonido nasal (vinient, cort ), que se presentan con mayor frecuencia. Ariádase todavía que se anota en el microtopónimo Alfaz 53.38, 53.42 (hispanoár. fásfasa ) la evolución aragonesa -1z > -z, a través de la variante regional alfalz alfalfa' , y que merce 50.31 (< MERCEDE) ha perdido la -d final, como ocurre en otros textos medievales de Aragón41.

CARACTERISTICAS MORFOSINTACTICAS

12. Los hechos morfológicos y sintácticos del corpus que examinamos ofrecen, junto a ciertos rasgos que coinciden con el castellano, otros fenó- menos que ponen de manifiesto su carácter dialectal aragonés".

38Sacramento puede deberse a cultismo; venta es explicado como probable antiguo galicismo (vid. DCECH). 39J• Corominas apunta la primera documentación de tachar en unos inventarios aragoneses de 1492, coetáneos, por tanto, a los documentos que examinamos (vid. DCECH, s.v• tasar). 40Para esta explicación, vid. DCECH, s•v. mayor. 41 Vid., por ejemplo, J. A. Frago, El marco filológico, p. 88, y J. M. Enguita y V. Lagliéns, Aspectos p. 72. 42 Vid. sobre estos rasgos M. Alvar, Dialecto, pp• 208-252; G. W. Umphrey, El dialecto aragonés, pp• 186-195; M. Gorosch, El Fuero de Teruel, pp• 50-93; G. Tilander, Los Fueros de Aragán, pp• 49•74, y Vidal Mayor, vol• I, pp• 32-104; M. Alvar, Documentos de Jaca, pp• 174-189; J. M. Enguita y V. Lagiléns, Aspec- tos filológicos, pp. 73-78. J. A. Frago comenta algunos fenómenos morfosintácticos en El marco p. 109.

62 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

Pocas particularidades presenta la morfología nominal. En cuanto al género, hay que resaltar algunas discrepancias frente a los usos del caste- llano actual (la honor 50.88, las guardas 52.84 los guardianes', la puent 50.22, los vertientes 53.34), la vacilación ret speso 45.5, 45.8 ret perdida 45.6 (nótese que se produce en el mismo documento), y la sustitución de /-e/ final por la terminación /-o/, propia de masculino, en el sustantivo limi- to (el limito 53.46, los limitos 53.21). Respecto al nŭmero, tan sólo cabe mencionar los plurales piedes 47.15, capitoles 53.57, juramentes 51.200, en los que la presencia del alomorfo /-es/ (cf. cast. pies, capítulos, juramentos) se explica porque las respectivas formas de singular acaban en consonante (piet 47.5, capitol 46.6, jurament 47.48). Hay que añadir, por otro lado, la combinación de la forma del artículo el -y no lo- con el adjetivo contra- rio (si alguno el contrario fara 51.49, que el contrario faran 52.13, etc.), lo que parece indicar que tal vocablo tenía un uso sustantivo (cf. cast. actual por el contrario ). 13. El dialectalismo es algo más acusado en lo concerniente a los cuantificadores -tanto indefinidos como numerales- y a los relativos. Hay que destacar, en este sentido: a) El habitual empleo del distributivo cada ante un,-a + sustantivo": cada un anyo 47.42 (y 19 veces más), cada una carga 50.16, cada un ciervo 54.224, cada un confrayre 48.45, 48.57, 48.59, cada un dia 47.33, cada una part 50.83, cada un piet 47.5, 47.11, 47.17, 47.19, cada un puerco montes 54.225, cada un quintal 51.56, cada un sabado 52.57, cada un salmon 50.10, 50.49, cada una saqua 51.120, cada un saquo 52.13, 52.32, cada una sema- na 52.58, cada un señor 47.51, cada una spuerta 47.14, 47.19, cada una veguada 50.26 (y en 28 ocasiones más), cada hun vendedor 51.55. Esta par- ticularidad, que ofrece muy pocas excepciones en nuestros textos", puede encontrarse incluso en construcciones de plural, como ocurre en la expre- sión todas et cada unas cosas 50.51, 51.196. b) La presencia -si bien atestiguada en una sola ocasión- del indefini- do otri otra persona', procedente del dativo latino ALTERi: devant los jurados et no devant otri 54.74.

430bsérvese que, aunque ha habido apócope de /-o/ en capitol y jurament, esta vocal no se restituye en el plural, lo que es indicio de la antigŭedad y arraigo de ambas formas en el área aragonesa. 44Se trata de un uso frecuente en los textos aragoneses del Medievo (vid. M. Alvar, Dialecto, p. 289), aunque no es desconocido en el castellano de ese período, seg ŭn señala el DCECH, s.v. cada 11, donde se explica como extensión o desarrollo a partir de la secuencia cada uno. 45Todas las registradas son éstas: cada especie 51.7, cada olio 47.18, cada sabado 48.57, cada semana 48.58, cada vegada - cada veguada 47.20, 51.9, 53.61, 54.48. 46Aunque conocido en el castellano medieval (vid., al respecto, la detallada informarción que propor- ciona Y. Malkiel, "Old Spanish nadi(e), otri(e)", Hispanic Review, XIII (1945), pp. 204-230), el indefinido otri debió de arraigar en el territorio aragonés, donde pervive hasta hoy en diversos puntos de su geogra- fía (sobre esta cuestión, vid. las referencias que aducen, entre otros, M. Alvar, Dialecto, p. 215, y M. Alvar y B. Pottier, Motfología histórica, p. 146).

63 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA

c) Los cuantificadores numerales muestran determinadas formas especiales, todas ellas características del aragonés medieval". Algunas son afines a las correspondientes del catalán: dotze 51.103, 51.106, 54.143 `doce' DUÓD ECIM), setze 47.33, 47.34, 51.84 dieciséis' (< SÉDECIM), vint" 50.43, 51.61, 54.156, etc. vinte 54.180, 54.181, 54.184, junto a veynte 50.95, 53.56 (< ViGINTi), trenta 45.6 y 13 veces más (< *TREGiNTA), y las formas en -anta (< -AGINTA con cambio de acento), cinquanta 51.148 y xixanta 47.36 (y en otros 7 casos), propias de todos los romances salvo el castellano y portugués, que, no obstante, no son regulares en las fuentes que analizamos, pues en otras ocasiones apa- recen con la terminación -enta : quarenta 53.61, cinquenta 52.21 y 5 veces más. Dignas de mención son también las formas dizisiete 51.72, 51.82 y diziocho 51.72, 51.81, 54.120 -en ambos casos con reducción del diptongo [je] a [i]-, dozientas,-os 53.79, 53.83, 53.86, 54.229 (< DUCÉNTI), y la for- mación analógica cincientos 52.47, 54.54, 54.127 quinientos'. Totalmente castellanizado se encuentra, en cambio, el numeral ocho, ya comentado en el apartado dedicado a la fonética (la solución dialectal sería hueyto, hueyt o gueyto < ÓCTO). En cuanto a los ordinales, destaca la formación típicamente aragone- sa quatorzeno 48.13 décimocuarto', así como el empleo de la forma plena primero, sin apocopar, en posición prenuclear (primero dia 54.7). d) En el paradigma de los relativos es frecuente -aunque en modo alguno sistemática- la utilización del pronombre qui con antecedente mas- culino de persona, empleo habitual en los textos medievales aragoneses": los jurados qui son 50.36, 54.46, a los conselleros et officiales de la dicha Ciudat qui son 50.57, en aquellos qui buenamente la dicha quantia puedan complir 52.39, etc. (junto a no pocos ejemplos de que: qualesquiere pexca- dores que no fuesen de la cofraria 45.4, el azemblero que tales olivas mol- dra 47.6, el arrendador o arrendadores que arrendaran el drecho de la dicha pexcaderia 50.2, al collidor que el arrendador y tendra 52.108, etc.). También aparece qui con el valor de quien, quienes', normalmente como relativo sin antecedente (los dichos arrendadores o qui ellos querran 50.70, et qui el contrario fara encorra en pena... 51.193, 53.60, etc.), o ante-

47para las particularidades que ofrecen los numerales atestiguados en la antigua documentación ara- gonesa, remitimos a los datos y comentarios que aportan M. Alvar, Dialecto, pp. 209-211, y B. Pottier, "Miscelánea de filología aragonesa", AFA, II (1947), pp. 145-149. 48Esta forma se encuentra también en el compuesto vinticinquo, que aparece en seis ocasiones en el documento 54. 49Segŭn los datos de A. Par, quien ha estudiado los usos de qui y que en 164 documentos aragoneses de la época medieval, el relativo qui referido a persona masculina persiste en la zona aragonesa hasta 1495, mientras que en las regiones castellanas es desusado ya a partir de 1240 (vid. A. Par, "Qui y que en la Península Ibérica", RFE,XVIII (1931), pp. 225-234, especialmente pp. 227 y 233).

64 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA cedido de preposición (aquellas a qui primero las demandara 51.44, sian tenidos los arrendadores a qui se trancara dar buenas seguridades 54.248); se encuentra, además, en el compuesto quiquiere (puedan vender sus corambres liberament a quiquiere que querran 54.97). Junto a qui, se ates- tigua en nuestros documentos -si bien sólo en tres ocasiones- la variante quien (en los bienes de aquellos por quien las dichas penas seran incorridas 50.113, el señor de quien son visto que son sellados 52.85, ni ahunque no hay ay quien el dicho exambre coxa 53.78). 14. La morfología verbal -como también la sintaxis, segŭn veremos más adelante- ofrece algunos fenómenos dignos de consideración. Así, son varios los infinitivos procedentes de los latinos en -ERE que se han incor- porado a una conjugación distinta de la que presentan en castellano: acu- llir 50.74, 54.205. acoyer y cullir 50.3 coger' (< COLLIGERE), admeter 54.205 (

soProcesos analógicos similares se han atestiguado en otras fuentes medievales del dominio aragonés (vid. M. Alvar, Dialecto, p. 224); cabe destacar que son muy frecuentes en catalán (vid. A. Badía, Gramáti- ca histórica catalana, Barcelona, Ed. Noguer, 1951, pp. 301-304) y no resultan desconocidos en castellano (vid. M. Alvar y B. Pottier, Morfología histárica, pp. 220-223).

65 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA la desinencia, analógicas de los verbos en los que ese formante es etimoló- gico -tipo FLOR ESCO- (excedescan 51.103, conpellescan 52.70 `obliguen)51 . Otros casos que revisten interés son las formas de presente capia 47.25 quepa'52 -afin a la correspondiente catalana cápiga- y sia,-n sea,-n' (< SÉDEAT,-NT, con evolución propia del aragonés53), ampliamente atestiguada en nuestros documentos, con más de 150 ejem- plos -50.85, 54.157, etc.-, frente a unos 50 de sea,-n 47.6, 51.56, etc.). 15. En cuanto a la sintaxis verbal, las fuentes que examinamos mues- tran varios hechos que por su notable arraigo y pujanza en el antiguo romance del Reino de Aragón se identifican como aragonesismos. De tales fenómenos hay que resaltar, en primer lugar, el recurso al empleo del futuro de indicativo en oraciones subordinadas que expresan futuridad o posibilidad, frente al castellano que, en esos mismos casos, suele utilizar el presente o futuro de subjuntivo". Dicha peculiaridad sintáctica aragonesa predomina de modo absoluto en estos textos zaragozanos de fines del siglo XV, en los que, de acuerdo con lo indicado, el futuro de indicativo aparece: en oraciones de relativo (el azemblero que tales olivas moldra no sia hosado ... 47.6, manda que en sus lugarestenencias generales que en el present regno seran sea observado lo mesmo 49.23, aquesto sia et se entien- da a los que daran el tal permiso 50.71, cada hun vendedor que las dichas pallas et lenyas vendera sea tenido dar... 51.56, encorra en pena de trenta sueldos por cada una veguada que faltaran 52.55, qui contra lo sobredito o parte de aquello venrra encorra en pena... 53.48, por cada veguada que no daran abundancia de carnes... 54.48, etc.); en la prótasis de las oraciones condicionales (pueda si querra triar su olio 47.40, el dicho jurado pueda si querra enviar a la carcel 50.93, si licencia tenra del arrendador sia teni- do darla 51.60, puedan conoscer los saquos si salliran sellados 52.92, empe- ro queremos que si alguno vendra... 53.83, el conoscimiento de las quales

51Este fenómeno, muy frecuente en catalán (vid. A. Badía, Gramática histórica, p. 306), se halla docu- mentado también en otros textos aragoneses del período medieval (vid. los ejemplos que aducen al res- pecto M. Alvar, Dialecto, p. 224 y J. M. Enguita y V. Lagnéns, Aspectos filológicos, p. 74). 52Cf. sapian sepan' que se testimonia en el Ceremonial de consagración y coronación de los reyes de Aragón, del siglo XIV (vid. J. M. Enguita y V. Lagnéns, Aspectos filológicos, p. 74). 53 Vid. M. Alvar, Dialecto, p. 228, y B. Pottier, Miscelánea, pp. 152-153. 54A propósito de este giro sintáctico aragonés, vid. el estudio de R. Lapesa, "Sobre el uso de modos y tiempos en suboraciones de acción futura o contingente. Futuro de indicativo por presente o futuro de subjuntivo", Symbolae Lvdovico Mitxelena septvagenario oblatae, Vitoria, 1985, pp. 679-692, quien explica esta construcción en Aragón ntravés de la herencia del futuro latino de indicativo, favorecida por el influ- jo catalán y occitano que, desde el siglo XII, se extiende con la reconquista del Valle del Ebro y la inmi- gración franca. Vid., asimismo, E. Ridruejo, "Tres catalanismos (y aragonesismos) sintácticos en Los doze trabajos de Hércules del Marqués de Villena", AFA, XXXIV-XXXV (1984), pp. 273-290; M. Porcar, "Las formas verbales de futuro en textos medievales aragoneses", AFA, XXXVIII (1986), pp. 9-47, "Formas de indicativo en la prótasis condicional (documentos notariales de los siglos XIII-XV)", Actas del I Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, 2 vols, Madrid, Arco/Libros, 1988, vol. I, pp. 573-582, y "Los esquemas verbales hipotéticos en textos notariales (ss. XIII-XV). Diferencias y similitudes entre navarro y aragonés", Principe de Viana, LII (1991), pp. 225-239.

66 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA carnes si seran buenas o malas sia de los dichos jurados 54.66, etc.); en ora- ciones temporales, especialmente de posterioridad (por que el señor de la averia apres qu'el maestro habra triado el cubo o poval pueda... 47.39, se hayan a instar et demandar dentro tiempo de seys dias despues que seran incorridas et no apres 50.116, sian tenidos enpues que pessadas seran levar aquellas 51.134, et quando los havran molidos 52.77, hayan de mandar derribar aquel dentro quatro dias apres que les sera notifficado 53.18, mientres el dicho mantenimiento durara sian tenidos prendar todo el dicho sevo 54.86, etc.); asimismo, encontramos futuro de indicativo en proposi- ciones modales (por que segunt sera lo pueda retachar 50.48, se pueda ven- der a guello segunt las partes se convendran o en hun plegado como se avendran las partes 51.23-25, se aya de paguar segunt pesara a los precios tachados 51.65, sian tenidos paguar cuero e menudos segunt vendidos los ternan 54.144, etc.) y comparativas (tantas como menester seran 54.22). Sólo de manera ocasional se observa -sobre todo en las oraciones de relativo- el empleo del presente de subjuntivo en lugar del futuro de indi- cativo que, como ya hemos señalado, es la norma general en estos docu- mentos: todo pex de mar o de rio que venga a la ciudat 50.34, ni otra perso- na alguna que trayga 50.119, sia tenida de dar casas, pesos et romanas en do et con que las dichas lenyas et pallas se pessen 31.164, no sea ossada [..] coxer exambre alguno que este fuera de algun abexar 53.76, etc. Otro giro sintáctico notablemente frecuente en los textos que analiza- mos es la utilización del participio de presente con su valor activo etimoló- gico, rasgo que M. Alvar considera tfpico del aragonés"; baste con aducir, de entre los numerosos ejemplos observados, los siguientes: los arrendan- tes dicha carneceria 54.10, item considerantes que algunos pexcadores... 50.102, tirara con piedra a los arrendadores o pesadores e estantes dentro la pexcaderia 50.98, arrendacion del peix fresco fazient por el honorable... 50.1, los sussoproxime nombrados havientes poder del dicho capitol 48.53, executar la dicha pena instantes et requerientes los dichos ganaderos 54.130, sus animos movientes 48.56, los sobredichos mantenedores o prendientes cargo del dicho mantenimiento 54.101, los regient el oficio de la governa- cion 49.46, si a los pexcadores trayentes aquel no plazera 50.14, sian teni- dos levar los vendientes a casa de los comprantes 51.88-89, fiesta de Todos Santos primero vinient del anyo present 54.234, officiales de qualquiere actoridat e potestat usantes en los dichos sus regnos 49.34, etc. Hay que mencionar, por otro lado, ciertos casos en los que el verbo ser aparece usado con el valor de estar (assi pareceria seria bien que stu- viesse ordenado 46.3, fue deliberado et concluydo que era bien se fiziesse

55Dialecto, p. 291.

67 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA sobr'ello algunas buenas ordinaciones 46.6-7, que la balseta sea bien et que se pueda bien barrar 47.38, los quales fueron contentos de tomar el dicho cargo e travajo 48.48, en sus lugarestenencias generales que en el present regno seran 49.23, el sillo menor que sia en poder del lugartenient 49.26, de lenya que sea sequa 51.86), si bien en alguna ocasión se observa lo contra- rio, es decir, estar en lugar de ser (hayan a estar jutges los jurados de la dicha Ciudat hayan de ser jueces...' 50.52-53). De manera esporádica, también se utiliza ser como auxiliar de verbos intransitivos (sian incorri- dos en pena [...] de cinquenta sueldos 50.49, que los dichos arrendadores sian caydos en pena de trenta sueldos 50.60). En cuanto al verbo haver, todavía se emplea -muy frecuentemente en estos documentos de fines del siglo XV- con el sentido de hayan de haver [...] un sueldo por cabeca 50.10-11, et uno no haya tantas que hotro non pudiesse haver 51.48, sin haver licencia 51.65, el comun aya su drecho 52.72, no puedan haver parte en la arrendacion 52.112, las millores que poran haver segunt los tiempos 54.12, e hayan por el desfer [...] dotze suel- dos 54.142, etc.; con todo, el uso de tener es asimismo corriente: tener algun pex fresco scondido en su casa 50.74-75, encara que alguno las tenga primero 51.47, tienen et tengan fuerpa d'estatuto 51.206, el dicho molinero que farina en el dicho Peso no tendra 52.68, sian tenidos tener en la dicha carniceria 54.18, etc. Cuando el verbo haver funciona como auxiliar en los llamados tiempos compuestos, sólo en ocasiones aisladas se establece la concordancia entre el participio y el objeto directo: que en la saca de palla o de lenya que vendido havra e pessada 51.114, puedan conoscer los saquos [...] por veyer si aquellos havran pesado et levados al dicho Peso 52.93, que todos los saquos que cargaran para levar a los molinos [...] quando los havran molidos 52.78; exceptuando estos ejemplos -los ŭnicos registrados56-, lo habitual en los documentos que analizamos es que el par- ticipio pasado permanezca invariable: corral et corralipa et assestadero et mallada que fecho havra 53.14-15, la lenya e fusta que cortado, rancado o fecho havra 53.50, etc. 16. Entre los adverbios y expresiones de carácter adverbial encontra- mos ciertas formas coincidentes o afines al catalán, que son de uso com ŭn en el aragonés medieval: apres57 47.39, 48.34, 50.20, 51.148, 53.18, 54.87,

56Nótese, además, la vacilación que muestran los primeros textos mencionados, pues de los dos parti- cipios que aparecen uno presenta concordancia y el otro no, lo que indica el declive de este uso -de singu- lar fortuna en el aragonés- en estos textos zaragozanos de finales de la Edad Media. p. 248, es forma atestiguada desde los siglos XIV al XVI tanto en 57Segŭn indica M. Alvar, Dialecto, documentos notariales zaragozanos como en textos aljamiados; vid. asimismo la documentación aragonesa que sobre apres aporta B. Pottier, Miscelanea, pp. 106 y 115.

68 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA etc. después (< AD PRESSÉ), que en estos documentos convive con las variantes de tipo castellano empues 48.39 enpues 51.134 y despues 50.116, mucho menos frecuentes; avant 54.204 adelante' (< ABANTE); devant 54.74 delante' (< DE ABANTE); encara 48.67, 48.68 aŭn, toda- vía' (< HINC AD HORAM), forma que también se encuentra en la locu- ción conjuntiva encara que 51.47, 52.121, 54.157 aunque 58; pro 46.4 bas- tante, mucho' < PRODE (cf. cat. prou); res nada' -no puedan res vender de la cabeza de vaca 54.41- (< RES), partícula negativa que suele apare- cer en la expresión no res menos 49.21, 54.67, 54.175, la cual ha adquirido el sentido afirmativo de asimismo, también'. Otros acIverbios que revisten interés son: defuera 50.14, 50.25, 50.128 `fuera' (< FORAS), con aglutinación no significativa de la preposición de; el galicismo ensemble 54.179, 54.215 juntamente' (< INS IMUL); las expresiones temporales las horas 47.43 la hora 51.167 entonces' y toda ora 52.20, 54.87 siempre'; y las diversas formas continuadoras del lat. DEORSUM (ayuso 51.8, 51.19, etc. hacia abajo', de yusso 51.6 diuso59 57.7, 57.70 abajo (escrito)') y de su contrapuesto SURSUM (de suso6° 48.40, 49.45, etc. arriba (escrito)'). Ariádase la construcción formada por dos adverbios de modo en la que el transpositor -mente va siempre con el primero de ellos (directament ni indirecta 52.113, 52.116, 54.195, publica- ment ni escondida 54.52). A propósito de los denominados "adverbios pronominales" derivados de -INDE e IBI, usuales -como es sabido- en aragonés antiguo y moderno61 , llama la atención su escasa presencia en estos textos zaragoza- nos: así, la forma ne o su variante n (< INDE) ŭnicamente se registra en cinco ocasiones, siempre como complemento de sentido partitivo: hayan de sacar todas las spuertas sin dexar ne ninguna 47.21, si alguno o algunos otros ne querran [cargas de lenya o palla] 51.43, no pueda haver mas de huna [carga de lenya o palla] si otros ne querran 51.47, el uno no haya tantas [cargas de lenya o palla] que hotro non pudiesse haver 51.48, ne puedan matar e vender [carnes] de sus paxtos 54.46; igualmente, sólo dos

58Tanto encara como encara que alternan respectivamente con ahun 4833 y ahunque 53.77. 59De acuerdo con J. Corominas, la secuencia inicial di + vocal no es, en realidad, conservacián del grupo DY latino, sino más bien contracción de la forma deyŭs o, en el caso que nos ocupa, de yusso (vid. DCECH, s.v. yuso). 60Este derivado de SURSUM se encuentra también como prefijo: susocalendado 48.39, susoproxime 48.53, susodicho 51.19. 61 vid. M. Alvar, Dialecto, pp. 294-298; A. Badia, Los complementos pronominalo-adverbiales deriva- dos de "ibi" e "inde" en la Península Ibérica, Madrid, Anejo XXXVIII de la RFE, 1947, y "Sobre ibi e inde en las lenguas de la Peninsula Ibérica", RFE, XXXV (1951), pp. 62-74; D. Gazdaru, "Hic, ibi, inde en las lenguas ibero-románicas", Filología, II (1950), pp. 29-44; G. Sachs, "Reflejos de inde en España", RFE, XXI (1934), pp. 159-160. Vid. también M.P. Benítez Marco, "El verbo haber como forma no auxi- liar en el ámbito aragonés", AFA, XLII-XLIII (1989), pp. 131-140.

69 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA

veces aparece el adverbio y (< il3i), con valor locativo: que el arrendador y tendra [en el dicho Peso] 52.108, todas aquellas taulas que menester y seran [en la dicha carniceria] 54.20. 17. Por otra parte, las preposiciones ofrecen varias peculiaridades dia- lectales dignas de consideración. Una de ellas consiste en la selección de la variante ad de la preposición a cuando la palabra siguiente comienza por /a-/; este dialectalismo, propio del aragonés antiguo 62, es regular en los tex- tos que examinamos63: ad alguna 50.50, 50.91, ad alguno 50.111, ad aquel 47.46, 51.34, 51.74, 51.76, ad aquella 52.136 (la ŭnica excepción la constitu- ye a arbitrio 50.45, 54.84). Indudable carácter aragonés tienen también: el latinismo ultram, ampliamente documentado en estos textos (50.61, 52.43, 53.14, 54.67, etc.) con el sentido de además de'; dius bajo' (en expresio- nes, muy frecuentes, del tipo dius la dita pena 45.9, dius pena 50.76, etc.) y sus variantes esporádicas dus 45.6 y jus 49.35, procedentes todas ellas del lat. DEORSUM65; sines 51.100 sin' (< SINE); entro a hasta'", que se registra una sola vez en la locución conjuntiva entro a que hasta que' (en manera que entro a que los dos piedes sian triados no calga revugar al maestro 47.26). Con respecto a sines y entro a hay que serialar que no son en estos documentos las ŭnicas formas, ni las más frecuentes, para expresar los valores de sin' y hasta' respectivamente. Junto a sines aparece la variante sin 51.65, 51.89, 54.182, coincidente con el castellano, y la más abundante, de tipo catalán, sinse 50.76, 51.27, 51.30, 51.142, 54.33 (cf. cat. sense). Asi- mismo, para el valor de hasta' encontramos la forma fasta (< ár. háttá ), que introduce siempre determinaciones locativas (fasta la guerta • 53.26, fasta el mas de Lop d'Asso 53.29, fasta en drecho al camino 53.33, etc.) y la catalana fins (a en) (< FíNE(S)), utilizada -además de en la locución

621/id., al respecto, la información que proporcionan M. Alvar, Dialecto, p. 250, y J. A. Frago, Un autor aragonés, pp. 50-51. Ambos autores reproducen el fragmento del Diálogo de la lengua de Juan de Valdés (hacia 1535), en el que se hace referencia a este uso aragonés: "/,Qué es la causa por que vos no ponéis una d entre dos aes como la ponen muchos, diziendo ad aquel, y assí en otras partes?" (pregunta Marcio); "Esso hazen solamente algunos aragoneses, lo qual, seg ŭn parece, hazen por huir el mal sonido que causan dos aes juntas" (responde Valdés). 63Puede extenderse incluso a otras preposiciones acabadas en /-a/, a juzgar por el ejemplo -aislado, eso sí- parad acusar 54.74 (lo habitual en este caso es el empleo de la forma para : para acusar 50.138, 51.202, etc., para albardas 51.77). 64A propósito de este elemento gramatical culto, especialmente frecuente en la documentación-arago- nesa de los siglos XV y XVI, J. A. Frago (Un autor aragonés, p. 50) comenta que se trata de un "evidentí- simo eco de la educación humanística de que estuvo imbuida la minoría más instruida de Aragón". 63Para otros usos no preposicionales de los derivados de DEORSUM, vid. lo indicado al tratar de los adverbios. 66Para el origen de esta preposición, que sólo se halla en textos medievales aragoneses, aunque tiene correspondencia con el catalán y occitano antiguos, se ha propuesto el étimo latino INTRO, abreviación de íNTRO USQUE hasta dentro de' (vid. DCECH, s.v. entre). Vid. asimismo M. Alvar, Dialecto, p. 251.

70 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

conjuntiva fins en tanto que (no los levaran a casa de sus señores fins en tanto que sian pesados 52.79)- para introducir una determinación tempo- ral (desd'el dia de San Miguel de mayo fins el dia de San Miguel de setiem- bre 45.9) o, con mayor frecuencia, para indicar el término hasta donde Ile- ga una cosa sin sobrepasarlo (sian tenidos dar el precio qu'el dicho pex merescera fins a las tachas de la dicha Ciudat 50.41, ni consentiran que sia sacada de la dicha ciudat moneda [..] fins en quantia de diez mil sueldos et que fins la dicha quantia puedan sacar a otras ciudades 54.197, empero que fuera del regno no puedan sacar moneda menuda sino fins en quantia de cient sueldos 54.201)67. Hay que destacar igualmente el uso preposicional de cabo 53.9, 53.67, 53.84, 53.87 cerca de, junto a'68 (< CAPUT) -que alterna, no obstan- te, con cerqua (de) 53.54, 53.89 (< CiRCA)-, la habitual omisión de la pre- posición de tras un adverbio de carácter locativo (dentro ocho dias 52.16, dentro los terminos 53.91, cerqua abejar 53.54, encima el camino 53.35, etc.), la sistemática aparición de en -y no de - en las expresiones en mane- ra que 47.26, en alguna manera 51.3, en otra manera 51.24, 52.134, en tal manera 54.106, en ninguna manera 51.135, y, en fin, la vacilación que se observa, respecto al uso de preposiciones, en algunas construcciones ver- bales perifrásticas: haver a haver de + infinitivo (hayan a parar et despa- rar 47.17, ayan a conocer et judicar 50.114, se aya a vender 50.121, haya a venir a gastarse 51.4, se hayan a pesar 51.36, hayan a tachar 54.134, lo haya a pagar 54.185 hayan de sacar 47.21, hayan de vender 51.7, aya de constar 51.120, hayan de jurar 52.51, hayan de mandar 53.17, se hayan de escrevir 54.71, se haya de matar 54.184), ser tenido (de) + infinitivo (sian tenidos servir 50.57, sian tenidos et obliguados paguar 50.143, ni sean tuvi- dos paguar 51.28, sian tenidos venir 51.144, sian tenidos levar 52.10, sia tuvido mojonar 53.71, sian tenidos tallar 54.139 sinse seyer tuvidos de pessarla 51.27, sia tenido de denunciarla 51.33, sia tenido [...] de pesar 51.141, sian tenidos de servir 54.11, sian tenidos de tallar 54.137) y ser ossado (de) + infinitivo (no sea ossado echar 53.59, no sea tan ossado entrar a pascer 53.67, no sia ossado fazer 53.87 no sea ossada de echar 53.52, no sea ossada [...] de tomar 53.75). Por ŭltimo, entre las conjunciones merece la pena señalar la presencia aislada de car 53.93 (< QUÁRE).

67Estos mismos usos son los que posee fins en catalán (vid. P. Fabra, Gramática catalana, Barcelona, Teide, 12 ed., 1986, pp. 175-177). 68Segŭn se señala en el DCECH, s.v. cabe, el empleo de cabo como preposición se conoció también en castellano antiguo y hoy pervive en Asturias.

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OBSERVACIONES SOBRE EL LEXICO

Formación de palabras 18. La sufijación es el procedimiento más productivo en estos docu- mentos para la creación de nuevas unidades léxicas. Destaca, en este senti- do, el sufijo -dero (< -TORIU) que es -con diferencia- el de mayor fre- cuencia en los textos que analizamos, donde se utiliza casi exclusivamente para formar adjetivos deverbales que indican que se puede o se ha de rea- lizar la acción expresada por la base verba1 69: aplicadera, -os 49.36, 51.20, 53.12, etc., arbitraderas 51.221, 52.131, contaderos 54.9, 54.204, despacha- deras 49.42, diputadera,-s 50.55, 50.59 que se puede o ha de elegir', dividi- dero, -a, -os, -as 50.21 (y, al menos, 50 veces más), executaderos 54.177, fazederas 54.95, havederos 51.10, levadera, -os 51.175, 54.54, 54.88, paguaderos 52.47, selladeras 49.42; sólo en una ocasión se atestigua -dero con el valor locativo que hoy es habitual en las hablas dialectales aragone- sas": se trata del sustantivo deverbal assestadero 53.8, 53.14 lugar donde sestea el ganado'. También se muestra productivo el morfema derivativo -era (< -ARIA), utilizado para la formación de nombres de árboles fruta- les, segŭn la norma aragonesa (olivera, -s 51.80, 51.83, 51.98, 51.99 olivo) y para la creación de sustantivos deverbales, indicando el lugar por donde se realiza la acción verbal (endrepera 53.30, 53.31 atajo') o el instrumento con que se ejecuta (taponera 47.38 tapón'); la correspondiente forma del masculino, -ero (< -ARIU), designa ocupación u oficio en los nombres denominales azemblero 47.6 acemilero', calpeteros 48.3, 48.4, 48.10, 48.16 y paniceros 52.102, 52.105 panaderos', mientras que indica acción en el deverbal loguero 54.231 arriendo, alquiler'. Cierta vitalidad manifiesta, asimismo, el sufijo -dor (<-TORE) que forma nombres de agente: arren- dadores 54.18, 54.24, 54.45, 54.53, habitador,-es 53.58, 53.66, 54.104, 54.132, 54.140 habitante, -s' (cf. comprantes, vendientes, antes examina- dos), mantenedores 54.18, 54.68. Otros sufijos que merece la pena mencionar, aunque sólo se atesti- guan en casos aislados, son: -ada (< -ATA), que se prefiere a -azo en la designación de golpe', a juzgar por el ejemplo garochadas 54.185 garro- chazos'7'; -anpa (< -ANTIA), registrado en el vocablo firmancas 54.249

69Gon este mismo valor, conocido en el castellano actual (cf. Ilevadero, pagadero, etc.), es frecuente también en gascón (vid. G. Rohlfs, "Los sufijos en los dialectos pirenaicos" [1933], AFA, XL (1988), pp. 115-170 [pp. 140-141]). 70Vid. M. Alvar, Dialecto, p. 281. 7[En la lengua catalana se emplea exclusivamente -ada (y no -azo) para designar golpe' (vid. A. Badía, Gramática catalana, 2 vols., Madrid, Gredos, 1962, vol. 11, p. 323). A propósito de las relaciones entre ambos sufijos con el citado valor en el ámbito castellano, vid. F. Monge, "Sufijos españoles para la designación de golpe, Homenaje a Francisco Ynduráin, Zaragoza, Librería General, 1972, pp. 229-247 [pp. 246-247].

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`consolidaciones, apoyos (prácticamente sinónimo de seguridades, junto con el que se halla: seguridades et firmancas ); -enco (< germ. -ING), for- ma típicamente aragonesa que aparece en el adjetivo paxcencos 54.29 `pastencos, dicho de los animales recién destetados que se echan al pasto' (cabritos y corderos paxcencos )72; -eza atestiguado en avinente- za 50.39 ocasión, coyuntura'; -ino (< -INU), en el adjetivo mortecinas 54.62, 54.70, 54.221 muertas, dicho de la carne de animal'; añádanse a los citados los sufijos diminutivos -ete e -ico, característicos del espacio geo- gráfico aragonés, que se observan respectivamente en el sustantivo balseta 47.28, 47.38 pila para depositar el aceite en los molinos', con cierto grado de lexicalización, y en el participio compradicos 54.105, 54.142'3. 19. En cuanto a la prefijación, las fuentes analizadas ofrecen ciertas muestras de la conocida "confusión" -propia del aragonés- de prefijos des- y es-', de manera que una misma palabra puede aparecer unas veces con des- y otras con es-, como ocurre en descarguado 50.20 y escarguar 50.19, desparar 47.18, despararan 47.21 y sparar 47.12 (opuesto a parar 47.17 `preparar, disponer'); en otras ocasiones no existe alternancia, sino sólo des- (desfer 54.142 deshacer') o es-, frente al castellano que tiene des- (escorchar 54.33, 54.119, escorchadas 54.33 despellejar', esmenucen 47.18, esmenuear 54.122 esmenuzar 54.144)75. En relación con el prefijo es- hay que añadir además otros fenómenos de carácter popular, como son su aparición sin valor significativo alguno (tal es el caso del verbo esguardara 50.133, esguardaran 51.197, esguarda 54.150, junto a guardar 50.132), y su influjo o interferencia en el cambio e- > es- que se observa en esleyr 50.80 elegir, slieron 48.41 y esleydos 51.158, lexemas que ofrecen también evolución fonética popular frente al cultismo elegir. .

77Para los valores y usos de -enco en el territorio aragonés, vid. M. Alvar, Dialecto, pp. 273-274, y para lo que se refiere, más concretamente, a su empleo en las hablas pirenaicas de una y otra vertiente, vid. G. Rohlfs, Los sufijos, p. 144. 73Segŭn indica F. González 011é (Los sufijos diminutivos en castellano medieval, Madrid, Anejo LXXV de la RFE, 1962, pp. 309 y 326), -ete fue el diminutivo de mayor uso en Aragón hasta finales del siglo XV, época en que comienza el predominio de -ico. Por otro lado, en lo que concierne a la extensión actual de ambos sufijos en la región aragonesa, vid. la información que, basada en los datos del Atlas Lin- gilistico y Etnográfico de Aragán, Navarra y Rioja, aporta J. M. Enguita, "Notas sobre los diminutivos en el espacio geográfico aragonés". AFA, XXX1V-XXXV (1984), pp. 229-250 [pp. 234-2381. 74Suele considerarse el prefijo es- del dialecto aragonés como el correspondiente vulgar del castella- no des-, por pérdida de /d-/ inicial (vid. M. Alvar, Dialecto. p. 253). 75A juzgar por los ejemplos que ofrecen las fuentes analizadas, la confusión des-, es- está limitada a los casos en que el prefijo forma verbos deverbales con un valor opositivo o contrariativo (tipo parar Ides- parar ). En los verbos escorchar, esmenuzar, en cambio, no parece haber confusián des- > es- por vulgaris- mo, sino que se trata más bien de una especialización -ocurrida en aragonés y no en castellano- del prefljo es- para crear verbos parasintéticos con el valor de privación, separación o disgregación de algo en partes; estos hechos confirmartan, al menos en parte, la tesis sostenida por J. Neira ("Los prefijos es-, des- en ara- gonés", Archivum, XIX (1969), pp. 331-341, especialmente p. 341), quien defiende la no confluencia de ambos morfemas derivativos en aragonés.

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Hay que mencionar asimismo el mantenimiento del valor opositivo etimológico de contra- en contrafazientes 54.55, 54.88 que actŭan en con- tra', la presencia del elemento griego protho-, evidente cultismo, en prot- honotario 49.8, 49.42 primero y principal de los notarios y jefe de ellos', y los prefijos soti- (resultado popular -por probable influjo catalán- del lat. SUBTUS 76) y sub- (forma culta procedente de SUB), que denotan cargo u oficio inmediatamente inferior al designado por la base léxica en sotibay- les 49.32 y subbeguer 49.32 (para el significado de bayle y veguer, véase lo indicado más adelante). La composición, por otro lado, es un procedimiento poco fructífero en estos textos y apenas ofrece particularidades dignas de consideración. Cabe aludir ŭnicamente a dos compuestos del tipo verbo + sustantivo que denotan oficios: batifullas 46.1, 46.2, 46.10 batihojas (de batir y fullas `hojas') y carriasaquos 52.17, 52.23, 52.59 -- cariasaquos 52.3, 52.10, 52.73 `acarreador de sacos' (de carriar acarrear' + kaquos ).

Tipología léxica

20. En cuanto al vocabulario propiamente dicho, las peculiaridades léxicas que ofrecen los diplomas examinados obedecen esencialmente a tres razones: de una parte, a la situación geográfica del área aragonesa, que recibe a lo largo de su historia influjos, no sólo de la vecina Castilla, sino también del galorrománico meridional y del catalán", hecho ya com- probado en algunos de los rasgos fonéticos y morfosintácticos comenta- dos; de otra, al carácter notarial de los textos considerados, que permite atestiguar tecnicismos jurídicos y voces cultas -incluso latinismos- a ellos atingentes, a pesar de la factura poco esmerada que, con frecuencia, mani- fiestan; además, no hay que olvidar que las fuentes analizadas aportan voces que en los repertorios lexicográficos se consideran propias de Ara- gón, no por su genuina evolución fonética, sino "por ser especialmente abundantes en la documentación del dialecto [o] por aludir a alguna insti- tución característica de la historia o del derecho aragonés"78.

76Vid. DCECH, s.v. so. 77M. Alvar, Dialecto, pp. 302-321, comenta pormenorizadamente estos aspectos. 78vid. J. M. Enguita y V. Lagtiéns, Aspectos filológicos, p. 79.

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21. En este ŭltimo grupo podrían clasificarse los siguientes términos": brosquil 54.14 redil (< brusca, de origen incierto, acaso céltico) 8°, crida 49.1 pregón en sitio pŭblico de un asunto que interesa a muchos' (< QUIRITARE, por derivación)", cheto 53.53 colmena vacía, untada con aguamiel, para que acudan a ella los enjambres' (de jetar < EXAFTARE), exerique 54.103 aparcero o arrendatario moro que pagaba una renta pro- porcional a los frutos de la cosecha' (< ár. sarik), forano 52.40 (< lat. tar- dío FOR ÁNU)°,8 madrila 50.6 boga, pez de río' (< MATRIC ŬLA)", meter 47.10, 50.80, 51.115 poner' y meso 52.46 puesto' (< M iTTÉRE)8°, oliva 47.5, 54.76 aceituna' (< OLiVA)", ordio 52.5 cebada' (< HÓRDEU), partida 53.28, 53.33, 53.37 cada una de las partes en que se divide el término municipal, un vedado, pardina, etc.' (der. de PART IRI)", plegar 48.15, 48.51 juntar, reunir', 48.36 recoger' (< PLÍCÁRE, con man- tenimiento de PL- y cambio de significado) y la expresión en plegado 51.25 empleguado 51.111 en junto, en total' 87, poval 47.24, 47.38, 47.40 `cubo' (< PŬTEALE), puyar 47.6, 47.17, 47.3.2 subir' (< *PÓDIARE)", ruello 47.7 rulo del molino de aceite' (< ROTULU), sinyular 50.139, 51.12, 52.4, 53.5, 54.73 particular, individuo, vecino' (< S INGULARE), tirar 48.72, 50.90 sacar, hacer salir a uno de algŭn sitio' (de origen incier- to)89, tranvar 51.209, 52.129 trancar 50.145, 54.248 rematar en venta o

79Además de los estudios medievales sobre el dialecto aragonés ya citados, se han revisado, en rela- ción con las formas léxicas que comentamos a continuación, las obras siguientes: DCECH y DRAE, ya citados; IS/P Moliner, Diccionario de uso del español, 2 vols., Madrid, Gredos, 1971; J. A. Sesma y A. Liba- no, Léxico del comercio medieval en Aragón (siglo XV), Zaragoza, IFC, 1982; M. Peralta, Ensayo de un diccionario aragonés-castellano [1836], reimpreso en Palma de Mallorca por P. J. Gelabert, 1853; J. Borao, Diccionario de voces aragonesas [18531, Zaragoza, 2" ed., Diputación Provincial, 1908; J. Pardo Asso, Nue- vo diccionario, ya citado; R. Andolz, Diccionario aragonés, Zaragoza, Librería General, 2" ed., 1988; G. Rohlfs, Diccionario dialectal del Pirineo aragonés, Zaragoza, IFC, 1985; A. M. Alcover y F. de B. Moll, Diccionari cataló-valenciá-balear, 10 vols., Palma de Mallorca-Barcelona, 2 ed., 1968-1969; J. Corominas, Diccionari etimológic i complementari de la Ilengua catalana, 9 vols., Barcelona, Curial Edicions, 1980- 1991; F. Mistral, Lou Trésor dóu Félibrige ou Dictionnaire proverwal-frangais, 2 vols., Genéve-Paris, Slat- kine, 1979. °Vocablo8 cjue en el DCECH se documenta ŭnicamente a partir del Diccionario de Autoridades. 81En el DRAE el término figura como anticuado y no se registra tampoco en los vocabularios regio- nales; el DCECH le concede, sin embargo, origen aragonés. 87En el DRAE la palabra consta como anticuada y en el DCECH sin matizaciones regionales; hoy, desde luego, su uso se encuentra muy arraigado en el castellano de Aragón. 83Se conoce también en el catalán occidental, seg ŭn se señala en el DCECH. 84 Con este significado se encuentra también en castellano medieval y en catalán antiguo, seg ŭn el DCECH; no aparece como regionalismo aragonés en el DRAE, aunque sí en los diccionarios de G. Rohlfs y R. Andolz. 85Esta forma léxica se ha conservado también en Andalucía hasta la actualidad (vid. el DCECH). 86E1 DRAE, en su acepción 15, define escuetamente partida como parte' o lugar, sin las explicacio- nes complementarias que aportan los lexicógrafos aragoneses (vid. J. Pardo Asso, R. Andolz y G. Rohlfs). 87Así explica la expresión J. Pardo Asso, y es significado que conviene a nuestros ejemplos. 88Se conoce también en el dominio leonés, seg ŭn el DCECH. 89Esta acepción inició su decadencia en castellano durante el siglo XV (vid. el DCECH); se ha conser- vado hasta la actualidad, no obstante, en algunas hablas altoaragonesas: así en Echo, Embŭn y Siresa, segŭn indica R. Andolz.

75 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA arrendamiento pŭblico (< posiblemente del céltico *trenco- )90, calmedina 49.33 magistrado que había antiguamente en Aragón con jurisdicción civil y criminal' (< hispanoár. sáhib al-madina). También el microtopónimo La Torrezilla 53.29 podría remitir al significado aragonés de casa de campo o de recreo, o granja con huerta' (< TURRE). Hay que mencionar, además, algunas otras voces de uso general cuyo aragonesismo viene dado por representar instituciones del reino o por constituir denominaciones de pesos, medidas y monedas: en el primer caso encontramos, por ejemplo, justicia de 49.47 magistrado supremo del reino que, con el consejo de cinco lugartenientes togados, hacía justicia entre el rey y los vasallos y entre eclesiásticos y seculares', o privillegio de los vint 54.128 autorización real a los pobladores de la ciudad de Zarago- za para que, si alguien les inflige un daño puedan pignorarlo y castigarlo, prendándole donde mejor puedan y sin esperar ninguna otra justicia"'; en el segundo, podemos enumerar los siguientes representantes: cafiz 47.5 `medida de capacidad para áridos, equivalente en Aragón a 20280 litros' (< ár. qafiz ), carga 50.3, 50.103 unidad de medida de lerias, carbones, fru- tos, etc.'92 (der. del lat. vg. CARR ICARE), livra 54.26, 54.30 peso anti- guo, que en Aragón, Baleares, Cataluria y Valencia tenía 12 onzas: (< LíBRA), piet 47.11 piedes 47.15 medida para la aceituna'" (< P EDE), quintal 51.15,_51.56, 51.190 peso de cien libras' (ár. quintár, toma- do del lat. CENTENARIU), rova 47.51, 52.6, 54.81 peso de 36 libras' (< hispanoár. rŭba`r, florin (de oro) 54.189, 54.199 moneda de oro manda- da acuriar por los reyes de Aragón copiando los florines o ducados de Flo- rencia, que fueron moneda internacional en la Edad Media' (< it. fiorino, der. de FLORE)", dineros jaqueses 48.59, 54.26, 54.37 moneda imaginaria de 266 maravedíes, o la decimosexta parte de un sueldo', sueldos 53.48, 54.197, 54.234 solidos 53.69, 53.80 -también con la especificación fre- cuente de jaqueses, dineros jaqueses o moneda de jaqueses- moneda ima- ginaria igual a la vigésima parte de la libra correspondiente seg ŭn tiempos y países' (< SOLÍDU).

90Con esta acepción se conoce asimismo en Cataluña, Murcia y Navarra; con el valor de 'cortar, tron- char' se registra en cast. antiguo, fr. antiguo trenchier, oc. y cat. trencar (vid. el DCECH). 91 Fue otorgado por Alfonso I a Zaragoza el 5 de febrero de 1129, y recibe esta denominación porque se prevé que la ciudad elija o jure a los veinte mejores hombres para ejecutarlo; para éstos y otros datos de interés, vid. Gran Enciclopedia Aragonesa, Zaragoza, UNALI, 1982, vol. X, s.v. 92En nuestros textos, "carga de qualquiere pex fresco", "tres cargas de pex"; J. Pardo Asso da la equivalencia de tres quintales o, para líquidos, de 16 cántaros. 93Compárese esta acepción con la que el DRAE ofrece para aceite de pie : `el que se saca con sólo pisar las aceitunas metidas en una talega'. 94 Vid., para algunas de las definiciones aducidas, P. Lara Izquierdo, Sistema aragonés de pesos y medi- das. La metrología histórica aragonesa y sus relaciones con la castellana, Zaragonza, Ed. Guara, 1984, espe- cialmente pp. 196-198. 95E1 DCECH considera, de todos modos, que desde el catalán florí pasó el italianismo a otras áreas peninsulares; de hecho, se atestigua en catalán en 1346, mientras que el primer registro aragonés data de 1374; J. Pardo Asso señala que el florin equivalía a 20 sueldos a mediados del siglo XV.

76 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

22. Aparte de estos aragonesismos, se registran otras voces cuya foné- tica o cuyo significado guardan estrecha relación con el catalán: azemblero 47.6 el que cuida o conduce mulas o machos de carga (der. del ár. zámi- la ; cf. cat. atzembla ), bestiar 53.67 ganado' de BESTIA), buyto 51.121 vacío' y buytar 47.28 vaciar' (< lat. vg. VOCITU), caler 47.26 ser necesario' (< CALERE)", jutge 50.53 juez' (< JUDiCE), mas 53.29 casa de campo' (< MANSU), micer 46.11, 48.2 título antiguo de la Corona de Aragón que se aplicó también a los letrados de las islas Baleares' (< cat. misser, que lo tomó del it. messer < MEU SENIORE), panicero 52.102 -también como onomástico Panizer 48.20- panadero' (< der. de PANE; cf. cat. panisser), recosirar 47.8 registrar, examinar' (< RECONS IDE- RÁRE), regola 51.107 ladrillo, teja' (< ár. lakura ), tanda 54.168, 54.235 `cada una de las partes en que se va pagando periódicamente una cantidad de dinero' (< acaso del ár. tanzim)97, veguer y subbeguer 49.32 magistra- do que en Aragón, Cataluria .y Mallorca ejercía, con poca diferencia, la misma jurisdicción que el corregidor en Castilla' (< VICARIU). 23. Se observan, además, numerosos casos que muestran los vínculos idiomáticos existentes entre Aragón, Cataluria, el sur de Francia" y, a veces, otras modalidades románicas occidentales: bayle 49.32 y su deriva- do sotibayle 43.32 juez ordinario, en la Corona de Aragón, en ciertos pueblos de seriorío' (< oc. baile < BAI ULU), dubdo 51.150 duda' (< DUB íTU) 99, fusta 52.135, 53.50 madera' (< FUSTA)'"°, logar (luegan) 54.3 arrendar' y loguero 54.231 alquiler: (< LOCARE)", mesage 52.24, 52.74 muchacho ya mozo' (< *MISSAT ICU)°2, Nadal 54.168 Navidad' (< DIE NATALE), pervenir 49.16 'llegar' (< PERVÉNIRE), posar 51.152, 53.83, 54.213 possar 52.46 colocar, poner' (< PAUSARE, que

96En realidad, el verbo fue general en los romances hispánicos: ya se presentaba de forma esporádica en el castellano del siglo XIV, pero ha conservado su vitalidad hasta nuestros días en catalán y en algunas hablas aragonesas (para estos datos, vid. el DCECH). 97Del catalán el vocablo pudo difundirse a Aragón y Castilla, área ésta ŭltima en la que se documenta desde mediados del siglo XVI, seg ŭn indica el DCECH, donde se desecha la etimología quechua que pro- ponen algunos autores para esta palabra. 98Sobre los factores que han hecho posible la persistencia, en dichas áreas, de rasgos léxicos comunes, vid. T. Buesa, "Apuntes para un panorama ling ŭístico de los Pirineos", Homenaje a Luis Flórez, Bogotá, ICC, 1984, pp. 93-116 [pp. 95-96]. 99E1 postverbal masculino es muy escaso en cast., frente al cat. dttbte, oc. dopte, fr. doute (vid. el DCECH); con estas variantes coincide el testimonio aragonés recogido en la colección documental edita- da por A. San Vicente. looDel significado latino bastón, garrote' pasó al de madera', predominante en cat. y oc. y propio también del área aragonesa hasta el Siglo de Oro; en el DRAE consta la acepción, pero sin localización regional. Para otros datos relativos a esta palabra en Aragón, vid. J. M. Enguita, "Léxico aragonés en documentación zaragozana de los Siglos de Oro", Actas del 11 Curso sobre Lengua y Literatura en Aragán, Zaragoza, IFC, 1993, pp. 227-254. imSegŭn el DCECH, mientras que loguero parece forma procedente de modo directo del cat. lloguer (< LOCARIU), los resultados de LOCARE se documentan no sólo en oc., cat. y arag., sino también en fr. louer, it. allogare, siendo además el vocablo frecuente en castellano antiguo, sobre todo en textos orienta- les y de carácter jurídico. iceCf. oc. messatge, cat. misatge.

77 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA sustituye con esta acepción a PONÉRE), prender 50.133, 54.117, 54.129 `tomar, coger', prendientes 54.11, 54.101 los que toman' y presos 50.120 `tomados' _(< lat. vg . PRENDÉRE)'", proposar 48.31, 48.55 _proponer' (< PAUSARE, por prefijación), punir 52.61 castigar' (< PUNIRE)°°, semblant 50.40, 50.148 senblant 51.64, 52.133 _semejante' (< S IMILARE), servar 47.2, 51.196, 54.162 observar' (< SERVARE)'", sitiado 52.6, 53.85 situado' (der. de SITUARE, con adaptación occitana), taula 54.3, 54.10, 54.148, 54.238, 54.246 mesa' (< TABULA), triar 47.26, 47.39 seleccionar' (< *TRIÁRE), trobar 49.10, 51.114, 52.54, 54.47 encontrar' (< lat. vg. *TRÓPÁRE)'', veguada 50.95, 54.229 vez' (< *VICATAr, vuegua 51.83, 51.102 cepa de un árbol' (< galo *tsucca). 24. El carácter notarial de los textos examinados hace posible, por otra parte, la presencia de cultismos e incluso de fórmulas jurídicas latinas; entre los primeros podemos enumerar apellacion 54.158 acto de recurrir al juez o tribunal superior para que revoque, enmiende o anule la senten- cia que se supone injustamente dada', espectables 49.30, tratamiento dado a personas ilustres, infrascriptos 51.103 dicho abajo o después de un escrito', intimar 45.4 requerir, exigir el cumplimiento de algo, especial- mente con autoridad o fuerza para obligar a hacerlo', item 46.1, adverbio latino que se usa para hacer distinción de artículos o capítulos en una escritura u otro instrumento, o como señal de adición, pracmatica 49.18 — precmatica 49.37 y la variante más popular preumatica 49.3 ley emanada de competente autoridad, que se diferenciaba de los reales decretos y órdenes generales en las fórmulas de su publicación', exceptado 51.12, 54.117 exceptuado', interposita persona 50.66 persona que, aparentando obrar por cuenta propia, interviene en un acto jurídico por encargo y en provecho de otro', iusta 48.54 iuxta 45.54 juxta 52.133, 54.246 junta- mente con', judicar 50.36, 50.114 juzgar', obtemperar 49.12 obedecer', ordinacion 46.5, 47.1, 47.45, 48.5, 49.37 conjunto de preceptos correspon-

103En el siglo XIV, segŭn el DCECH, este significado ya se encontraba en retroceso en castellano, pero se conservó en cat., fr., it. y, como observamos a través de los testimonios aducidos, en el área arago- nesa. Todavía hoy, en el Valle de Bielsa, prender significa tomar (algo de alimento)', segŭn R. Andolz. 104Ha sido siempre palabra rara en castellano, segŭn el DCECH. m5E1 DCECH señala que en hispano-portugués y francés su desaparición se produjo ya en fecha pre- literaria, pero se mantuvo vivo en otros dominios románicos: cat. servar, oc. servar, it. serbare, lo que tam- bién se constata en los textos aragoneses examinados. 106E1 verbo fue conocido -aunque con representantes escasos- en el centro y en el oeste de lengua cas- tellana; su empleo fue más frecuente en la obra de Berceo y en textos de la zona oriental de la Península. Hoy trovar se conserva en las hablas pirenaicas; vid. en este sentido los datos que proporciona G. Rohlfs en su Diccionario dialectal del Pirineo aragonés. 107Si bien fue muy usual en castellano, la voz apenas se empleaba ya hacia 1535, seg ŭn el testimonio de J. de Valdés recogido por el DCECH.

78 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA dientes a una materia'", presumir 49.40 atreverse', testes 48.80 testigos', vacacion 51.55 período de tiempo en el que deja de realizarse una activi- dad habitual'. Asimismo, se encuentran sintagmas latinos como a Nativita- te Domini 54.7 desde la Natividad del Señor', cives Cesarauguste 48.80 `ciudadano de Zaragoza', Eadem die 45.1 el mismo día', fori declinatoria 54.159 petición a un juez para que decline su fuero y se inhiba en favor del juez competente', ut supra 51.136 y ut supra proxime 50.68, para hacer referencia a datos consignados anteriormente. 25. Pero el carácter formal del lenguaje jurídico no impide que, con frecuencia, afloren rasgos más populares, en correspondencia con la pre- paración -no siempre esmerada- de los escribanos y con las mismas activi- dades que regulan los documentos. Desde tales planteamientos, que expli- can en buena medida las variantes gráficas, así como las peculiaridades lingiiísticas aragonesas que hemos ido comentando, añadiremos, en lo que concierne al léxico, un ejemplo muy ilustrativo, cual es el de la rica gama de posibilidades con que tienen lugar en la vida diaria las operaciones de compra y venta de artículos en la ciudad de Zaragoza: vender a cargas 51.24, vender a estallos 51.24 por un tanto', vender a faxos 51.30, vender a guello 51.4, 51.22, 51.100 vender a ojo 51.27, 51.62 comprar a ojo 51.13, vender a juntas 51.23 vender junta 51.32 en total', vender media junta 51.32 'la mitad", vender a manadas 51.110, vender a precio 51.4, vender en hun plegado 51.25 comprar empleguado 51.111 en junto, en total', vender por menudo 51.109, 54.122 vender menuda 51.23 por mínimas partes'.

CONCLUSIONES

26. A través de los datos enumerados se descubre sin dificultad que el habla de Zaragoza se encontraba, a finales del siglo XV, en un proceso de sustitución lingñística que introducía en Aragón rasgos pertenecientes al castellano en detrimento de los autóctonos, así como de los particularis- mos llegados a su territorio desde el catalán que, aunque en escasa pro- porción, dejan su huella en los textos analizados.

108Con este significado se cita como aragonesismo en el DRAE, el DCECH y en los vocabularios regionales. 109En el texto se alude a la venta de paja, y se establece la venta "junta" en treinta sacas

79 M.° LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M.' ENGUITA UTRILLA

Aŭn se mantenían con notable vigencia, ciertamente, características propias del aragonés: así, en lo que atarie a la grafía, destaca el empleo de qua, quo, gua, guo (acerquar, saquos, valgua, guosen) para la representa- ción de /ka, ko, ga, go/, el uso de ny (canya ) para /9/, de c (cabeca ) en lugar de p, o de la llamada h expletiva (habundantment ). En fonética, se atestigua de modo regular en participios de presente y adverbios modales la apócope- extrema (precedient, particularment ), que no es desconocida en otras muestras léxicas aisladas (cort, peix, Pinsech ); también es siste- mática la conservación de f- (fazer, farina, batifullas ), de cl- y pl- (clama- ba, plano ), y muy abundante la solución palatalizada de (janero, gine- bro, ginesta I Hermanillo ), lo mismo que el desarrollo etimológico o antihiático de -y- (puyar, seyendo, trayere ). En morfosintaxis se registra constantemente la construcción del distributivo cada ante un,-a seguido de sustantivo (cada un ciervo ); asimismo, conservan todavía gran vigencia algunas formas correspondientes a los cuantificadores numerales (dotze, setze, trenta, sixanta, cincientos, aunque se anotan alternancias entre vint y veynte, cinquanta y cinquenta ) y el pronombre relativo qui ; hay infiniti- vos incorporados a conjugaciones distintas de las que presenta el castella- no (acullir, admeter, conpellir ) y las formas de subjuntivo sia, sian propor- cionan numerosos testimonios; entre los adverbios y expresiones de carác- ter adverbial cabe citar encara, ensemble, las horas, toda ora; se observa también plena utilización de las preposiciones ad, ante palabra que comienza por /a-/, y ultra. Desde el punto de vista sintáctico, hay que men- cionar la regularidad -con pocas excepciones- que presenta la construcción de futuro en oraciones subordinadas que expresan futuridad o posibilidad (el azemblero que tales olivas moldra no sia osado ), lo mismo que el empleo del participio de presente con su valor activo etimológico (los arrendantes dicha carneceria ) y la aparición del transpositor -mente, cuan- do se utilizan agrupados dos adverbios de modo, con el primero de ellos (directament ni indirecta). Encontramos asimismo, con bastante frecuencia, el sufijo -dero para la formación de adjetivos deverbales que indican que se puede o ha de realizarse la acción expresada por la base verbal (aplicadera, arbitraderas, paguaderos); es abundante la confusión de prefijos des- y es- (descargua- do escarguar ). En lo que concierne al vocabulario, hay que destacar la presencia de algunos aragonesismos -a veces compartidos con áreas lin- griísticas próximas- repetidamente testimoniados en los documentos: fusta `madera', micer título antiguo de la Corona de Aragón', meter poner' , ordinacion conjunto de preceptos correspondientes a una materia', plegar `juntar', recoger', semblant semejante' , singular individuo', taula `mesa', tranpar rematar en venta o arrendamiento', veguada vez' , pue- qua cepa de un árbol'.

80 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

27. La impronta castellana es, no obstante lo serialado, claramente perceptible. Algunas peculiaridades fonéticas autóctonas se encuentran ya en decadencia: esporádicas son las muestras de diptongación ante yod (guello, ruello, xes I noche, ocho, ojo, ordio, es) y escasos los testimonios de -it- < -KT-, -ULT- (dito, dreyto, feytas, leyt I dicho, drecho, echar, fecho, leche, noche, ocho ); el resultado /1/ < -LY- y grupos latinos afines a ŭn se manifiesta con cierta vitalidad, per-o también es cierto que la articulación castellanizada resulta bastante frecuente (abelleros, acullir, consello, cos- collo, estallos, palla I abejar, ajenos, coxer, mejor, oio ). Porotra parte, es reducida la presencia de los adverbios derivados de INDE e IBI (hayan de sacar todas las spuertas sin dexar ne ninguna, que el arrendador y tendrá) y de la construcción haver + participio concordado con el objeto directo (havran levados ), y lo mismo puede serialarse en relación con algunas for- mas verbales (comprenga, calga, culga o excedescan) que, si bien no pose- ían vigencia general en los siglos medievales, eran de empleo más frecuen- te que en los diplomas examinados. Cabe mencionar asimismo algunas alternancias entre formas aragonesas y castellanas observadas en el empleo de adverbios (apres depues, encara ahun), de preposiciones (sines sin, con las que convive sinse, de raigambre catalana), de conjun- ciones (encara que ahunque) y, sobre todo, en la presencia de duplica- dos léxicos, en los cuales -seg ŭn serialan C. Saralegui y C. Pérez Salazar"°- "uno de los términos tiene la función de complementar significativamente al otro, del que se encuentra apartado por circunstancias de orden crono- lógico, cultural, geográfico, social": ni acerquar ganado ni bestiar alguno 53.67, echar bassos siquiere chetos 53.53, 53.61, luegan e arriendan 54.3, ordenamos que el cubo o pocal 47.24, stando plegados e congregados 48.40, se posara o sentara 53.83, puedan seyer punidos y castiguados 52.61, haya visto y recosirado 47.82, singular, vezino o habitador de la dicha ciu- dat 50.139. 28. Sorprende, sin duda, encontrar todavía en estos años finales del siglo XV la pervivencia de tan nutrida colección de peculiarismos idiomá- ticos aragoneses: el jurista micer Gonzalo García de Santa María, antes que Antonio de Nebrija, aunque precedido por el humanista italiano Lorenzo Valla (Elegantiarum libri VI, 1444), escribía por esas mismas

lIOVjd. "Coordinación de sinónimos en textos jurídicos". RILCE, 8 (1992), pp. 112-133 [p. 1321; véase asimismo J. A. Frago, "La sinonimia textual y el proceso castellanizador de Aragón", La Corona de Ara- gón y las lenguas románicas. Miscelánea de homenaje para Germ.án Colón, Tiibingen, Gunter Narr Verlag, 1989, pp. 215-225. in Los ejemplos anotados ilustran, sobre todo, acerca de circunstancias de orden geográfico; pero en los textos que comentamos también se reflejan algunos otros de los aspectos que hemos mencionado: los almtterzos y jantares 47.47, loharon y aprovaron 48.77, no sian obedecidos ni obtemperados 49.12, no ossen ni presuman 49.40.

81 M. LUISA ARNAL PURROY Y JOSE M. ENGUITA UTRILLA fechas sobre la conveniencia de que los aragoneses adoptaran el castella- no: "Y porque el real imperio que oy tenemos es castellano y los muy exgelentes rey e reyna nuestros seriores an escogido como por assiento e silla de todos sus reynos el reyno de Castilla, deliberé de poner la obra presente en lengua castellana, porque la habla com ŭnmente más que todas las otras cosas sigue al imperio, y quando los príncipes que reynan tienen muy esmerada y perfecta la habla, los s ŭbditos esso mismo la tienen"'"; y castellano es el vehículo expresivo, matizado con unos pocos aragonesis- mos, del que se sirve Pedro Marcuello para redactar su Cancionero (1482- 1502); castellana es también la lengua que se descubre en los textos impresos en Zaragoza durante el ŭltimo cuarto del siglo XV, y sólo en algŭn caso aislado -como el Libro de albeitería, de Manuel Díaz (1495)- se manifiesta una relativa impronta aragonesa114. Sin embargo, si se analizan todos estos datos desde un punto de vista sociolingtiístico -y lo ha hecho ya con acierto J. A. Frago m- pueden deli- mitarse con gran coherencia los caminos a través de los cuales se llevó a cabo el proceso de sustitución lingiiística: las mentes instruidas del Reino asumieron voluntariamente una "cultura lingiiística ajena, más prestigiosa y uniforme que la propia"; de los estratos sociales más cultos el castellano pasó a los más populares, primero en los grandes n ŭcleos urbanos, des- pués en las zonas rurales del Aragón medio y bajo, quedando las varieda- des autóctonas constreriidas a los territorios más septentrionales del Rei- no, donde -cada vez más mermadas idiomática y geográficamente- han logrado subsistir hasta nuestros días; precisamente los estratos sociales populares son los mejor representados en nuestros documentos a través de ordenanzas como la de 25 de febrero de 1490, en la que se prohíbe pes- car con redes, la del 1 de diciembre de ese mismo ario, en la que se regula la fabricación de aceite, o la del 7 de febrero de 1494, en la que el concejo zaragozano arrienda los impuestos sobre la paja y la leria. Los formalismos

112EI texto, que aparece al frente de la traducción de Las vidas de los sanctos padres religiosos (Zara- goza, 1486-1491), es reproducido por J. A. Frago, Conflicto de normas lingidsticas, p. 110, el cual lo ha tomado de una edición valenciana de 1529 que se conserva en la biblioteca universitaria de Zaragoza. Sobre el tema, vid. además E. Asensio, "La lengua, compañera del imperio", RFE, XLIII (1960), pp. 399- 419 [p. 4111, y M. Alvar, "La lengua y la creación de las nacionalidades modernas", RFE, LXIV (1984), pp. 205-238 [pp. 210-2111. ii3vid. la edición Ilevada a cabo por J. M. Blecua, Zaragoza, IFC, 1987, p. 13; en sus versos figura, no obstante, la tantas veces aducida diferenciación entre los usos lingiiísticos de Castilla y Aragón: "Este tal en Aragón / ffenojo Ilaman, señores, / su primera letra es flores. / Y eso mesmo acá en Castilla / ynojo Ila- man, nombralda / su letra fina esmeralda" (p. 90). Para algunas precisiones cronológicas sobre el Cancio- nero, vid. M° C. Marín, "Composición y cronología del Cancionero de Pedro Marcuello", AFA, XLIV- XLV (1990), pp. 161-176. 114Vid. J. A. Frago, "Literatura navarro-aragonesa", en Historia de las literaturas hispánicas no caste- llanas. Coordinada por J. M° Díez Borque, Madrid, Taurus, 1980, pp. 221-276 [p. 2721. 115Vid. Conflicto de normas lingilisticas, especialmente p. 107.

82 ARAGONES Y CASTELLANO EN EL OCASO DE LA EDAD MEDIA

jurídicos no impiden la presencia de usos lingñísticos propios de la vida diaria en concomitancia con las actividades que se describen. Pero ade- más, los diplomas examinados informan sobre una sustitución lingñística que se produce de modo lento y gradual: mientras que algunos rasgos autóctonos se mantienen con vigor, otros se encuentran ya en franca deca- dencia, y en numerosos casos se observa una coexistencia de usos lingñísti- cos, en la que acabarán prevaleciendo los propios del castellanolt6. De tal predominio daba cuenta ya, en 1535, Juan de Valdés en el Diá- logo de la lengua, aunque de sus afirmaciones hay que excluir, sin duda, el Aragón septentrional y, lógicamente, la franja oriental de habla catalana: "Si me avéis de preguntar de las diversidades que ay en el hablar castella- no entre unas tierras y otras, será nunca acabar, porque como la lengua castellana se habla no solamente por toda Castilla, pero en el reino de Aragón, en el de Murcia con toda el Andaluzia, y en Galizia, Asturias y Navarra, y esto aun hasta entre la gente vulgar, porque entre la gente noble tanto bien se habla en todo el resto de Spaña, cada provincia tiene sus vocablos propios y sus maneras de dezir, y es assí que el aragonés tiene unos vocablos propios y unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y otras [...], y otros y otras en el reino de Toledo, de manera que, como digo, nunca acabaríamos7.

116Ha estudiado este tema J. A. Frago a través de varios diplomas de la colección editada por A. San Vicente, situados cronológicamente desde 1409 a 1513: "No es ruptura lo que se descubre. sino transición gradual, aunque en las piezas analizadas el proceso se vea sensiblemente acelerado en el ŭltimo tercio del siglo considerado"; advierte asimismo sobre las posibles razones que explican las diferencias observadas en los distintos diplomas respecto al mantenimiento de rasgos autóctonos (vid. Determinación sociolin- gidstica, pp. 123 y 121). 7Diálogo de la lengua [1535]. Edición de J. M. Lope Blanch, Madrid, Castalia, 1969, p. 62.

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