Rock Al Parque
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Fotorreportaje Rock al Parque María isabEl Garcés FotoGraFías dE luis carlos cElis caldErón En El Xii FEstival dE rock al ParquE l Festival Rock al Parque acoge cada año a un grueso número de personas provenientes de varias regiones del país y el exterior, que du- rante tres o más días –generalmente pasa- dosE por agua y frío– se reúnen bajo un mismo cielo. La pasión por este género musical y el acceso gratuito a los conciertos, lograron que cerca de 320.000 espectadores (la segunda cifra de asistencia más alta en la historia del Festi- val, según el idct) presenciaran en vivo a 43 bandas de siete países y 350 artistas en la décimo segunda versión (2006). Metal, punk, blues, ska, reggae y rock, con fusiones electrónicas en un mismo escenario, se presentan frente a un público de esta- dos cambiantes; un público de sábado que no se parece al del do- mingo y menos al del lunes, pero que espera ansioso ver en ta- rima a sus ídolos, a los que tocan justo antes, a la banda del amigo y a los que se llevan todos los chiflidos de desaproba- ción. Una forma sincera y desprevenida de entender el com- portamiento, los gustos y las reacciones del público es desde la experiencia. Por eso, éste es un fotorreportaje 222 de recuerdos, opiniones, descripciones y anécdo- 5. Aunque la profesión y el oficio le otorguen tas valiosas –por lo menos en el momento en que “ciertas ventajas” a la hora de asistir a un con- fueron vividas– de algunos periodistas y músicos, cierto (boleta doble, pases vip y de prensa, acce- que trabajan para acercar a la audiencia al senti- so a los músicos y detrás del escenario), ¿conside- miento que genera el rock. Con generosidad, los ra que sigue siendo público? ¿Qué extraña de ser entrevistados respondieron a cinco interrogan- público? tes, mientras que los artistas intervinieron con frases desde los camerinos dispuestos por la or- Respuestas ganización de Rock al Parque. Eduardo Arias Preguntas Editor cultural de la revista Semana. Fue la pri- 1. ¿Cuál fue el primer concierto al que asistió mera persona que contestó; por eso el primer turno es como público? ¿Qué edad tenía? ¿Fue en compa- para él, y según este mismo criterio siguen los otros. ñía de alguien más? ¿Dónde fue el concierto? 2. ¿Existe alguna anécdota o vivencia como 1. Dejando de lado los de la Sinfónica en el público, fanático o groupie que quiera compar- Colón, creo que fue una presentación de Piero tir? ¿Qué tan lejos ha llegado para obtener lo que quiere de la banda o el artista preferido? 3. Antes desempeñarse en su oficio, cuando el contacto que tenía con los artistas consistía en ir a los conciertos, bailar, sudar en medio de mi- les de personas más, que como usted coreaban las canciones al unísono con los músicos en el esce- nario, ¿vislumbraba la posibilidad de tener una aproximación o, incluso, una relación cercana con dichos personajes? ¿“Soñaba” con conocer a quie- nes ahora, incluso, lo reconocen a usted y hasta le agradecen por su gestión? 4. ¿Cómo describe al público asistente a Rock al Parque? 223 en Guaduas (Cundinamarca), en 1975. Tenía 16 4. El público de ahora me parece respetuoso, años y asistí en compañía de la familia (bastante entusiasta, dispuesto a oír, conocer nuevas pro- numerosa por cierto) de mi amigo de colegio Ga- puestas. Creo que se ha vuelto ecléctico, ya no es briel Hernández. Fue en una cancha de tan radical, es decir, los que sólo oyen básquet que todavía existe, al lado de la thrash, los que sólo oyen punk, los que carretera, como tres cuadras antes de sólo oyen hardcore… quedarán por ahí, las bombas y los paraderos de flota. pero percibo que la tendencia es abrirse 2. En realidad, muy poco. Voy a a nuevos horizontes, a las ganas de co- los conciertos, trato de oír nocer. pero nunca he sentido ga- 5. Sí, por lo nas de tocar a los músi- general en un cos ni nada de esas co- concierto asumo sas. siempre, de ma- 3. Sí y no. Diga- nera natural y espontá- mos que imaginaba nea, la actitud de un especta- hablar con ellos. Pero dor común. A medida que me irme en plan de fan hago más viejo le tengo más detrás de una banda, pereza a las filas, las aglomera- que recuerde, jamás ciones. Prefiero ir a conciertos en me llamó la atención. sitios pequeños, estar cerca de los Digamos que llevo como músicos, como a la misma altura, 24 años en esto (desde no tenerlos 10 1982), así que antes de metros arriba ser periodista muchos en una tarima. de los que hoy triunfan El plan estadio eran niños o no habían me parece emo- nacido. cionante como 224 experiencia colectiva (y más en eventos con un 4. Públicos hay de todas las clases, desde el trasfondo cultural y social como Rock al Parque), fanático ortodoxo hasta el gozón. Me gusta más pero es un tanto artificial. La mayoría de la gen- el segundo que el primero, porque puede disfru- te no ve a los músicos, sino unas pantallas de vi- tar Zoe, Panda, Telefunka o La Pestilencia sin deo. amargarse la vida por las diferencias musicales e ideológicas que puedan tener. Es una posibilidad Andrés Zambrano de democratizar la música, pues concurre gen- Editor cultural de El Tiempo. te de todos los estratos y eso es bueno, la músi- ca es el lenguaje común. Obviamente es gente jo- 1. Aunque de niño mis padres me llevaron a ven, aunque hay un porcentaje de “treintañeros” algunos conciertos de la Sinfónica y en el colegio que se lo gozan sin problemas; al fin y al cabo una recuerdo que alguna vez tocaron Los Carrangue- buena banda es superior al tiempo. ros de Ráquira, mi primer concierto con todas las de la ley fue el Concierto de Conciertos, en el estadio El Campín. Tenía 22 años. 2. Estudiar periodismo es lo más sensato que he hecho como fan. Gracias a eso, pude conocer a varios artistas que eran y son mis ídolos. Com- partir un whisky con Joaquín Sabina hace unos diez años es lo mejor que me ha pasado. 3. Me gusta la música pero siempre he detes- tado el comportamiento fanático. No creo que sea bueno hipotecar las aspiraciones propias en otras personas, por ilustres que sean. Para mí los ídolos son amigos a los que les celebro sus acier- tos y les perdono sus errores porque soy cons- ciente de que no son infalibles. 225 5. Claro que sigo siendo público. De mi situa- vez fui a recoger a Joe Arroyo al aeropuerto para ción anterior no extraño nada, porque siento que tomarle unas fotos para la revista Rolling Stone, y en esencia, además de estar en las primeras filas, cuando lo vi llegar, me pareció mentira tenerlo al todo lo demás es igual. Ahora, el hecho de estar frente. Me miró, me cantó algo improvisado y me más informado puede convertirse en una desven- dio un beso y un abrazo como si hubiéramos sido taja, porque uno conoce intimidades que a veces amigos desde siempre. Yo era consciente del figu- echan por tierra la imagen impoluta de algunas rón que tenía delante de mí. Semejante compo- estrellas de la música. sitor, semejante personaje. Todo el camino hasta el hotel nos la pasamos conversando sobre co- Marta Orrantia sas cotidianas, historias, cuentos. Tal vez he de- Editora general de la revista Rolling Stone para la bido aprovechar y ponerlo a firmar un autógra- zona andina y Panamá, durante dos fo o pedirle que me cantara o algo años. Se retiró para escribir un libro. así, pero yo sólo manejaba mien- Es un público exigente, tras que él hablaba de sus cuen- 1. Siempre fui muy consenti- un público que siem- tos de otras épocas. Fue precioso, da y no me dejaban ir a conciertos pre quiere más, que pero por pura timidez no pregunté sola. El primero al que recuerdo ha- más. Otra cosa que me pasa y que ber asistido fue un recital de Gilber- no traga entero, que es muy graciosa, aunque más per- to Gil en un bar de Sao Paulo. Tenía no se deslumbra por sonal, es que sueño con relativa once o doce años y fui con mis pa- cualquier acorde. frecuencia con Mick Jagger. Sueño pás. Flipé de la felicidad, aunque no Pero al mismo tiem- que voy a sus conciertos, que or- sabía quién era Gilberto Gil, pero ganizamos un jam aquí con artis- me pareció fantástico. po, se entrega a los tas locales, cosas rarísimas. Aho- 2. Nunca he sido una fan, ni una artistas, es un pú- ra, si viera a Jagger en la calle, o a groupie, ni he sentido una particu- blico enamorado y cualquiera de los Stones, no tengo lar atracción hacia los ídolos (can- generoso. idea de cuál sería mi reacción. Pro- tantes, escritores, actores), pero una bablemente no les diría nada y se- 226 guiría derecho. Quién sabe. Pero con ellos sí que 4. Me encanta. Es un público exigente, un pú- me pondría nerviosa, porque para mí los Stones blico que siempre quiere más, que no traga en- ya dejaron de ser artistas y se convirtieron en le- tero, que no se deslumbra por cualquier acorde. yendas. Pero al mismo tiempo, se entrega a los artis- 3. Nunca. No pensaba en eso. tas, es un público enamorado y generoso. Me impresiona mucho ver lo que Nunca he visto una pelea en el Festival, produce un artista en la gente, esa nunca he visto violencia ni problemas especie de histeria incontenible.