Costa Verde Y Costa Do Sol En Brasil
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H4 HOTdestination COSTA VERDE Y COSTA DO SOL EN BRASIL DESDE SÃO PAULO HASTA BÚZIOS De montañas en bahías, de playas en islas, paraíso de lujurias en cas- cadas que refrescan la selva, la costa que va de Santos a Búzios es un goce que navega por aguas cristalinas donde se clava la vegetación tropical. Descubrirla implica explorar las dos ciudades más grandes de Brasil —São Paulo y Río de Janeiro—, saborear un paseo por una ca- rretera costera que serpentea por mil curvas, navegar por las islas, dejarse intrigar por pueblos mágicos con rastros del pasado colonial. São Paulo Megalópolis tentacular entre todas partes se respira la fiebre muy elegante con su hermosa montes pintados de vegetación, del Mundial de futbol. Es una playa, muy concurrido los fines protegida del mar por la Serra ciudad fascinante, cosmopolita, de semana. La carretera sigue do Mar, São Paulo absorbe a la intrigante, donde la gente vive la costa, descubriendo largas gente, la vuelve parte de sí para en la calle, llena los restaurantes playas de mar tranquilo, prote- crecer más, la integra para for- y las discotecas, con un cuerpo gidas por cabos y bahías, pasa talecerse. Es una ciudad viva, el listo para la aventura, que hace por lagunas y un ferry permite avión la perfora para dejarnos a vibrar la ciudad. alcanzar Bertioga donde el fuer- su puerta y uno se siente paulista te de São João (de 1557) protege la en seguida. El must es instalarse Santos, Guarujá, entrada de la laguna que sirve de en el hotel Fasano para vibrar al pequeño puerto pesquero y para ritmo del fashion way de la ciu- Bertioga yates. La montaña cubierta de dad; comer en el Emiliano, donde Una de las primeras ciudades selva adorna ese enclave de larga la cocina se vuelve un arte con fundadas en Brasil, en 1546, San- playa y alma de ocio. sabores, o en el Nonno Ruggero, en tos es uno de los puertos más Cidade Jardim; ser visto en los grandes del mundo, con sus La costa se abre con una sucesión lugares de moda, como Gero Caé manglares, a tan solo 72 km de de playas y cabos al pie de esa Mezzanino o Parigi; y correr en el São Paulo. Su centro histórico sierra donde los árboles reciben parque de Ibirapuera para disfru- conserva todavía algunos edifi- constantemente la humedad del tar del espectáculo de los bellos cios del tiempo de su gloria y su mar, hasta alcanzar São Sebas- cuerpos que vienen a lucirse. Así gran playa bordeada de elegan- tião o Ilhabela donde los acan- se vive la ciudad. En el centro, tes edificios atrae a los paulistas. tilados llegan al mar, creando junto a la catedral, descubrimos Ofrece la visita del acuario, del meandros, bahías, islas, bañados fascinantes edificios antiguos, el orquidario, sus museos, la bolsa por un mar azul que contrasta museo Pateo do Collegio; pero es del café y sus iglesias. La entra- con lo verde de las montañas. Es en los barrios modernos que se da del puerto está vigilada por un paisaje soberbio, fascinante, siente el alma del paulista, que se un antiguo fuerte y es donde se lleno de sorpresas. admira el arte contemporáneo en toma el ferry para alcanzar Gua- los museos y en las calles, y por rujá, un pequeño pueblo costero 66 Texto y fotos por: Patrick Monney 67 H7 HOTdestination Ilhabela tiempos fastuosos de la ciudad El ferry cruza el canal en quince por el empedrado inundado al que fue capital en tiempo del im- minutos para alcanzar Ilhabela, son de los cascos de los caballos. perio, algunos edificios siguen un edén depositado sobre la in- Ese momento mágico de marea desafiando el tiempo, antiguos mensidad azul del océano, una alta confiere al pueblo un efecto palacios y nuevos museos, el nave verde que navega el añil pro- hipnotizador que nos transporta ambiente es extraño, entre intri- fundo, donde las playas doradas en el tiempo o nos encierra en ga policiaca y novela de amor. se intrincan entre las rocas que una novela de Jorge Amado. brillan bajo el sol implacable y las Para cenar hay varios lugares cascadas lloran las aguas del pa- Caminar por los callejones, ad- maravillosos, el Cipriani del Copa- raíso dentro de una selva intensa. mirando las fachadas y ventanas, cabana Palace; el Porcao, clásico Es la isla para gozar de la arena, balcones e iglesias, tienditas de para los amantes de las espadas del buceo y de la navegación en artesanos y pintores, son los pla- o el Satyricon para cocina medite- velero, envuelta en un sueño que ceres de la Tierra; navegar en una rránea, un lugar delicioso y chic. surge del mar como un espejismo. de esas lanchas manejada por un Estas son solo algunas opciones; marinero con aire de pirata nos sin embargo, existe gran variedad La carretera pasa por Caragua- lleva a descubrir islas paradisia- de ambientes, cocinas, vistas… es tatuba, el gran puerto de Uba- cas, playas soñadas por el alma y una ciudad donde se come bien, tuba, descubriendo las secretas rocas que detienen la caída de la donde se ríe mucho y se vive a bahías, playas largas o peque- selva en el mar. gusto. Al ritmo de un paseo en ñas ensenadas diseñadas por el coche dentro de la ciudad, se vi- capricho de la sierra cubierta de Explorar las vecinas montañas sita los diferentes barrios, como selva que hunde sus pies en el nos introduce a la selva donde se Botafogo, donde se encuentran mar, hasta alcanzar Paraty. esconden unas fascinantes casca- rincones escondidos entre los es- das que caen según los caprichos carpados montes donde se alojan de la naturaleza, creando una casas de gran lujo al lado de fa- Paraty aventura digna de películas. La velas, hundidas en la vegetación, Pueblo colonial escondido en el Pousada Casa Turquesa es el refu- un fabuloso jardín botánico y ele- fondo de un soberbio golfo, es gio ideal para alojarse en Paraty, gantes edificios neoclásicos. la imagen perfecta de un lugar vivir su ambiente novelesco, su protegido del paso del tiempo, sensualidad, y sentir el vapor del Río es el ambiente de las playas un Macondo de García Márquez sentimentalismo. Sus habitacio- donde se juega futbol, voleibol, se surgido de las páginas de una nes surgen de una novela, su pa- corre, se luce, se exhiben tatuajes, novela de amores en el tiempo tio inunda de flores el ambiente y se baila, se come algún petisco y de los piratas, un escenario de sus salones son un hogar perfecto se bebe de cerveza a agua de coco. pasiones y romanticismo. Desde para ese viaje en el tiempo. Las playas son el corazón de la el mar, al pie de las altas monta- vida carioca, una existencia den- ñas selváticas, surgen las iglesias Paraty es un verdadero cuento tro de la subsistencia. rodeadas por las casas de uno o que surge al ritmo de sus callejo- dos niveles cuyas ventanas de nes y cada ventana esconde una Río de Janeiro, colores destacan sobre los muros mirada misteriosa que inunda blancos. La iglesia Nossa Senhora el ambiente de intrigas místicas, la perla carioca Río es una fiesta aun sin carna- más expuesto de Río al igual que das Dores refleja su blancura en el reflejando la imaginación en el val, la música perfora las mira- el Cristo del Corcovado que abre sus mar y la casa atada a ella alegra mar que inunda las calles y reve- das de su gente, el ritmo balan- brazos sobre un pico a 713 metros con sus ventanales azules, mien- la el flujo de las mareas, mientras cea sus cuerpos que se quieren de altura, dominando la bahía tras la iglesia Santa Rita baila al los barcos viajan de isla en isla esculturales y se exponen en la más hermosa del planeta. Esa ritmo de las mareas que suben alrededor del pueblo mágico. casi a sus pies y reflejan su ima- playa de Copacabana, Leblon o Ipa- escultura de granito mide treinta gen en el espejo del mar. La igle- nema, al sonar de esa música que metros, está sobre un pedestal de sia Nossa Senhora do Rosário e São De Paraty a Río celebra la belleza de la bahía. El ocho metros y pesa 1145 tone- Benedito surge en un cruce como Esa inmensa bahía está protegi- hotel ideal es el Copacabana Palace, ladas, impresiona y atrae a los una sorpresa. Los barcos en for- da por Ilha Grande, gran isla que un hotel histórico y mítico que visitantes y, aunque se esconda ma de veleros antiguos desafían ofrece una serie de paradisiacas ha alojado a la gente más famosa a veces entre las nubes, es una el azul del cielo con sus mástiles, islas y algunas echadas a perder de Brasil y del mundo frente a la visita obligatoria. Al llegar a él, los callejones rectos con sus em- por la industria, otras con sabor playa igualmente famosa. Com- la selva aturde con sus pájaros, pedrados rústicos dejan pasar a paraíso. Pasamos por Mambuca- bina historia, lujo, excelencia y sus monos macacos y titís que las carretas y los peatones que se ba, Frade al pie de un intrigante una vista soberbia de la playa se acercan en busca de comida. dirigen a la Plaza da Matriz con sus cerro, Angra dos Reis y su impor- Copacabana, donde todo ocurre La vista es fascinante, la ciudad cafés y la iglesia. Poblada desde tante puerto de Mangaratiba a la y cuando el sol brilla se anima se extiende entre lagunas, playas 1533, fue el puerto exportador de orilla de una laguna abierta al con los más bellos cuerpos.