SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

DANIEL SANTILLANA*

INTRODUCCIÓN LA LITOGRAFÍA EN MÉXICO A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX

La litografía nacional decimonónica jugó Mi objetivo en el presente trabajo un papel fundamental en el proceso de es destacar los nexos entre la géne- construcción del cuerpo del mexicano: sis de la litografía nacional y el proceso su tez, sus actitudes peculiares, su dieta, de construcción del perfil de México y sus bebidas, sus comportamientos: en fin, lo mexicano. todo lo concerniente al tipo individual Para lograr mi objetivo utilizaré dos del mexicano se definió a través de su trabajos de Claudio Linati (1790-1832). representación gráfica. Asimismo, comentaré Los mexicanos pin- La litografía es un método de impresión tados por sí mismos (1854), obra en la que que, por su bajo costo, se transformó, a los problemas de identidad, la litografía y principios del siglo XIX, en una forma de la narración se fusionan para conformar expresión popular, aunque también fue una visión singular sobre los mexicanos. utilizada por la élite liberal mexicana para También dedicaré algunas líneas al pro- difundir su programa político. blema de la mímesis1 en el arte. Claudio Linati y Prevost noble italiano, liberal, bonapartista, carbonario, perse- guido político, sentenciado a muerte, pró- * Profesor de Filosofía Novohispana en la Maes- tría en Cultura Virreinal, UCSJ. fugo, masón, enemigo de la Europa de la 1 El término mímesis posee un sentido complejo; Santa Alianza, romántico, artista, que amó en estas líneas asumiremos la postura de Aristó- estos territorios y murió en ellos, fue quien teles quien (según Francisco de P. Samaranch) la define como: “reproducción, representación, trajo a México la litografía en 1825. imitación, expresión, acaso “re-creación”. En to- do caso, agrega, implica algo más que una mera copia, y parece connotar una iteración produc- tiva de algo, pero con alguna adición específica en definitiva, la acción de hacer una cosa que distingue la segunda producción de la pri- semejante a otra; con todas las connotaciones que mitiva –la imitada—. Supone, por lo mismo, la lleva consigo la semejanza o analogía”. Prólogo de intervención de un hacer artesano, que a veces Francisco de P. Samaranch a: Aristóteles, Poética, puede llegar a ser “creador” en algún grado. Es, p. 23.

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Durante su estancia en México, Linati tensa o la falta absoluta de ocupación. y otros dos exiliados políticos: José María Lejos de nosotros la idea orgullosa de Heredia (1803-1839) y Florencio Galli, se levantar en El Iris un monumento a comprometieron en un proyecto cultu- la gloria literaria, a la nación o a noso- 2 ral común. Linati y Galli, recién llegados tros mismos . del viejo continente, miraron con pasmo En ese primer número, se incluyó una imágenes de la singular realidad mexica- 3 na –en muchos sentidos diferente a la eu- litografía a color de Linati . Se trata de ropea– a la que, no obstante, tenían que una figura femenina dibujada de cuerpo suponer occidental. Sin embargo, el asom- entero y puesta en pie. El dibujo de esta bro no fue menor en Heredia, que, aun- joven mujer está de frente; aunque el que oriundo de Cuba, volvía de su des- rostro se encuentra vuelto en tres cuar- tierro en los Estados Unidos de América. tos. La figura es rígida y sin fondo. En Linati, Heredia y Galli compartían dog- la mano derecha la joven sostiene un mas occidentales tales como la necesi- abanico y en la izquierda un pañuelo. El dad de promover el desarrollo económi- color es tenue. Ante este figurín, el autor co de las naciones. Creían, aunque cada se pregunta: “¿quién será la ninfa que se uno de ellos anteponía ciertos matices, alza en él? —Es la Moda”. Y añade: “El en el valor positivo de la creciente parti- figurín [lleva] sombrero de paja con guar- cipación de los ciudadanos en su propio nición del mismo color y algunas flores. gobierno. Confiaban en las bondades Traje de crespón color de rosa, sobre un viso de tafetán blanco, mangote y guarni- de la ciencia, la civilización y la lucha 4 por la libertad. Por último, debido a su ción de lo mismo, manga larga de punto” . adhesión al ideario masónico, los tres se Arturo Aguilar Ochoa da cuenta de una oponían a los modelos de pensamiento, litografía de Linati (la figura del Papa León XII) anterior al figurín de la muchacha comportamiento, instituciones y gobier- 5 no originados y defendidos por el catoli- del traje rosa . Sin embargo, mientras no cismo romano. aparezca la mencionada litografía –ac- Durante su estancia en México, Linati, tualmente extraviada–, seguiré conside- Heredia y Florencio Galli editaron el rando que, según apunta Justino Fernán- periódico El Iris, que fue la primera revista literaria del México independiente y apareció del 4 de febrero al 2 de agosto 2 Claudio Linati; Florencio Galli; y José María de 1826. En la exposición de motivos, Heredia, El Iris. Periódico crítico y literario, p. 1. redactada por Heredia, se afirma que: 3 Ibid., p. 9. 4 Ibid., p. 8. 5 el único objeto de [este] periódico es En el periódico El Águila Mexicana del 16 de enero de 1826, apareció el aviso de la próxima ofrecer a las personas de buen gusto publicación de esta litografía realizada por Linati. en general y en particular al bello sexo, Impreso que, de existir, constituiría en efecto una una distracción agradable para aquellos litografía previa a la del figurín; sin embargo, has- momentos en que el espíritu se siente ta el momento, ésta no ha sido localizada. V. Arturo Aguilar Ochoa, “Los inicios de la lito- desfallecido bajo el peso de atenciones grafía en México”, p. 69. (15 de octubre es consiguiente a una aplicación in- de 2008).

70 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS dez6, el figurín en rosa fue la primera Cae allí prisionero, apunta Justino Fer- litografía ejecutada en México. nández, mas logra huir [y] se refugia en Francia. En 1824 se le abre juicio, se le condena a diez años de cárcel, senten- cia cambiada después, gracias a su an- CARBONARIOS Y MASONES tiguo preceptor [Giuseppe] Caderini, por la de pena de muerte y se le con- Diseñado por Linati, El Iris daría expresión fiscan sus bienes. a sus ideales como miembro de La Car- Fue en esas circunstancias cuando pasó bonería. La Carbonería fue una sociedad a Bruselas. Allí conoció a don Manuel secreta fundada en Nápoles a principios Eduardo de Gorostiza, encargado de los del siglo XIX. Los carbonarios sostenían negocios de México en Bélgica9. un ideal republicano y constitucionalista, por lo que se levantaron en contra de Joa- Con la ayuda de Gorostiza y de José Ma- quín Murat, rey de Nápoles por volun- riano Michelena, Ministro de México en tad de Napoleón Bonaparte. Londres, Linati y su socio Gaspar Franchi- En 1819, Linati se integra a la Logia ni se trasladaron a México en septiembre Masónica de la Sociedad del Sublime de 1825. En la carta de motivos que en- Maestro Perfecto7. Dedicará los años viaron al ministro Michelena leemos: siguientes a difundir los postulados de la masonería8. Claudio Linati y Prevost, y Gaspar Fran- Después de la caída de Murat, los car- chini, hallándose en circunstancias y bonarios protagonizan la revolución de con los conocimientos necesarios para 1820 contra el gobierno liberal modera- establecer una imprenta litográfica y do implantado por las potencias de la oficinas de Calcografía para mapas to- Santa Alianza. Abortada la revolución en pográficos, Arquitectura civil y militar, etc., irían gustosos a llevar sus cortos 1821, Linati y Fiorenzo Galli se refugian conocimientos en la Capital de la Con- en Cataluña donde organizan una ban- federación Mexicana, ofreciéndose tam- da armada que hostiga a las fuerzas bién a poner escuelas gratuitas de las de Fernando VII. diferentes artes que ellos practican: como para el acopio de los muchos ins- trumentos, máquinas, etc., necesario a 6 Justino Fernández, “Estudio preliminar”, en Ed- dichos establecimientos, debe necesa- mundo O’ Gorman (recopilación), Documentos riamente agotar los recursos que han para la historia de la litografía en México, p. 37. quedado a los Intralos (sic), después de 7 “La masonería es una fraternidad filosófica y altruista a nivel internacional [cuyos] orígenes se las desgracias de Piamonte y de Espa- remontan a principios del siglo XVIII en Inglaterra ña, desearían que V. E. Se interesase y desde entonces ha crecido hasta establecerse en nuestra posición, dignándose alcan- en casi todos los países del planeta. Sus miem- zarnos: 1° medios de transporte [...]; 2° bros, los masones, se reúnen en privado para es- en caso de que no existiesen todavía tudiar y discutir temas muy variados y organizar labores de beneficencia en su comunidad.” imprentas litográficas en México, la Centro Latinoamericano de Información Masó- preferencia en los trabajos que necesite nica (CLIMA), “La Masonería”.

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el Gobierno [...] y por último un local en Diferentes artículos y la famosa litogra- llegando a México [...]10. fía de Linati –una alegoría crítica del despotismo– muestran el paralelismo ideológico que mantenía [El Iris] con el Además de sus ideales carbonarios, El Iris, Águila Mexicana, El Mercurio Veracru- desde su primer número, sostuvo postu- zano y la publicación, también vera- ras que lo acercaron al ideario masónico cruzana, titulada La Euterpe [todas ellas] tenían una ligazón estrecha con del rito York11. Con respecto a la ideolo- los yorkinos. Estas publicaciones forma- gía yorkina de El Iris, la profesora Àngels ban un frente común ante El Sol, por- Solà afirma: tavoz de los escoceses12.

10 Ibid., pp. 69 y 70. Escoceses y yorkinos protagonizaban en 11 “En México, la masonería inició sus actividades a fines del siglo XVIII cuando llegó a nuestro México una lucha por el control del po- país un nutrido grupo de súbditos franceses […] der político a través de la cooptación de huyendo de la persecución contra los jacobinos personalidades de la clase gobernante [...] La Inquisición detuvo a Juan Laussel, coci- nero del Virrey, y por sus confesiones se supo que, según sus planes, tenían que formar que en la relojería de Juan Estrada Laroche ha- parte de una u otra cofradía. Por ejemplo, bía conocido al Dr. Durrey y a los peluqueros Lorenzo de Zavala (1788-1836) que fue Luly y Du Roy identificándolos „por las señas estatuidas por la fraternidad“. Con ellos celebró gobernador del Estado de México, llegó el solsticio de verano de 1791. La primera logia a ser la cabeza del grupo yorkino, mien- formal, sin embargo, la fundó Enrique Muñiz tras que Miguel Ramos Arizpe (1775-1843), en la Calle de las Ratas (hoy Bolívar) número 5, domicilio del regidor Manuel Luyando.” una de las personalidades que más de- [...] cisivo apoyo prestó a la causa de la Repú- “En 1806 fue fundada [la primera] L[ogia], blica durante la presidencia de Guada- que tenía sus reuniones en la calle de las Ratas número 4, en la casa del regidor Manuel Luyan- lupe Victoria (1786-1843), perteneció al do. Esta L. establecida por D. Enrique Muñiz de los escoceses. a la cual pertenecían algunos regidores entre los que se contaban el […] Lic. Verdad y otros, hace comprender bien, la parte activa que el Ayuntamiento tomó a favor de la independen- IDEARIO POLÍTICO Y ESTÉTICO DE EL IRIS cia […] D. Miguel Hidalgo y Costilla y D. Ignacio Allende […] vinieron expresamente a recibirse masones y posaron en la casa núm. 5 de la mis- El Iris, como publicación afín a las posturas ma calle de las Ratas, en la que vivía un señor de los yorkinos, defendió los ideales de llamado Lindo.” José María Mateos, Historia libertad, república y democracia. Compar- de la Masonería en México. Desde 1806 hasta 1884, pp. 8-9. tía, también, con los yorkinos el temor que “En 1812 Ramón Cerdeña y Gallardo fundó la inspiraba la beligerancia de la Santa Alian- primera logia veracruzana, la de los “Caballeros za contra las revoluciones de indepen- Racionales”. Más tarde, en 1821 se fundaría, en la ciudad de México la logia de “El Sol”. La ten- dencia en cualquier parte del mundo. dencia de las primeras logias mexicanas fue política por lo que sus prosélitos eran básica- mente militares y políticos emigrados como 12 Àngels Solà, Escoceses, yorkinos y carbonarios (La Linati y como Orazio de Attelis marqués de obra de O. de Attellis, marqués de Santangelo, Santangelo.”Centro Latinoamericano de Infor- Claudio Linati y Florencio Galli en México en mación Masónica, Loc. cit. Centro Latinoameri- 1826), pp. 211-212. (9 de Octubre de 2008).

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El Iris estableció el panteón de los hé- comparte con los Ilustrados del siglo roes de nuestra independencia. En él apa- XVIII la fe en el poder emancipador de recieron las primeras representaciones la educación. del general y del cura El Iris supuso, pues, todo un programa Morelos (litografías realizadas por Linati), didáctico a través del cual Linati preten- así como del cura Hidalgo (realizada por día enseñarnos normas de comporta- José Gracida, discípulo de Linati). miento, estilos de vida, estructuras ideoló- La militancia liberal de Linati, explica- gicas, gustos gastronómicos, artísticos y ría, a mi entender, la deliberada elimina- literarios propios de la modernidad euro- ción de la figura de Agustín de Iturbide de pea, de ahí la importancia que adquiere la galería de héroes patrios. Iturbide tam- el asunto de la moda. bién fue excluido del libro Trajes religio- Para Linati, la moda no sólo tenía que sos, civiles y militares de México (1828) ver con una industria próspera en Europa. que fue la siguiente publicación de Lina- Significaba, en el contexto mexicano, un ti, quien, sin embargo, en esta obra vuelve paradigma modernizador, todo un cam- sobre los retratos de Hidalgo, Morelos, bio de estructuras. Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria. A través de El Iris, Linati nos enseñó En El Iris, como su nombre lo expresa, a mirarnos desde la perspectiva del ex- hay una voluntad de observar, de descu- tranjero, en consecuencia, surgió un mo- brir y de describir visualmente, la realidad delo de autocomprensión en el cual los que aquellos extranjeros contemplaban, mexicanos nos aparecíamos (y aún suce- a ratos con asombro, por momentos in- de así) como seres extraños a nosotros crédulos, pero, fundamentalmente, con mismos. Esa imagen inquietantemente ex- gestos de magíster. El motivo de aquel di- traña a nosotros mismos ha constituido dactismo de Linati aparece expresado en una parte fundamental del ser nacional. la siguiente frase de una carta que escri- bió a su amigo el Conde Stavoli, en ella, Linati afirma: “decidido a civilizar a estos TRAJES RELIGIOSOS, CIVILES Y MILITARES semi-bárbaros, estoy masticando la pu- DE MÉXICO blicación de un periódico a mi modo”13, el cual era, evidentemente, El Iris. Expulsado de México, entre otros moti- En esta publicación destaca la mirada vos por su crítica a la tortilla, que no le colonialista del europeo que vuelve, una gustaba, Linati regresó a Europa. En 1828, vez más, a descubrir nuestro continente y mientras vivía en Bélgica, publicó su obra desde ella nos define como ajenos a los titulada Trajes religiosos, civiles y militares valores de la civilización. Civilización que de México, que contiene 48 litografías a corre sólo por un cauce, desde el cual nos color y una en blanco y negro, realizadas insta, de nueva cuenta, a unirnos a él y sobre las acuarelas y apuntes hechos a su realidad. Realidad cuyo valor estri- en México, a las que añadió textos ex- ba, fundamentalmente, en su racionali- plicativos. De ellas destaca la litografía dad. Por eso el didactismo de Linati que

13 O’ Gorman, op. cit., p. 25.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 73 DANIEL SANTILLANA del “Lépero”14, que constituye la primera litografías, en el período que va de 1826 representación gráfica del mestizo mexi- a 188815, dato que cobra significación si cano. La litografía en cuestión represen- tomamos en cuenta que, en París, en el ta a un joven semidesnudo y robusto de mismo lapso, sólo se editaron cinco pu- piel muy blanca y rasgos faciales indíge- blicaciones dedicadas a este menester. nas, que se encuentra recargado en una Del caudal de diarios mexicanos que, pared. A sus pies hay un sombrero ajado influenciados por El Iris incluyeron lito- y un perro que clava su mirada en el jo- grafías en sus páginas, destaca Don Bu- ven. El lépero dirige su mirada hacia el llebulle, periódico publicado en Mérida exterior del cuadro, en una actitud de en 1847. Lo que confiere importancia a solapada astucia. Don Bullebulle son las caricaturas de En las litografías de la obra de referen- Gabriel Vicente Gahona “Picheta”. A tra- cia podemos constatar el alejamiento vés de las páginas de Don Bullebulle, con el que Linati consideraba el estilo de “Picheta” retrató con fidelidad artística y vida mexicano. Su extrañamiento se hace profundo tono crítico a la sociedad yuca- evidente en las explicaciones que añadió teca, y dejó un modelo de caricatura so- a los testimonios gráficos que confor- cial y política que habría de influir en la man el álbum. segunda mitad del siglo XIX. Los Trajes religiosos… constituyeron, pues, un programa de exploración a partir del cual, fueron considerados objetos de LA LITOGRAFÍA COMO ESPEJO un estudio científico según una metodo- logía que era desbordada a cada instante La litografía, como dije anteriormente, fue por la realidad de nuestro entorno. Rea- un medio de expresión popular, no aca- lidad que Linati censuraba y trataba de démica. Los editores de la época supieron transformar. A él, tal como rezaba el le- convertir esta expresión gráfica en una ma que animó a los revolucionarios deci- industria rentable, que satisfacía un mer- monónicos, no le bastaba conocer: él te- cado de masas en expansión. nía que transformar dicha realidad. El cliente buscaba la litografía para re- Después del éxito europeo de la obra conocerse en ella. Buscaba en ella, los de Linati, establece Guadalupe Jiménez espacios propios de su cotidianidad, des- Codinach –siguiendo en esto a Manuel cripciones de los sucesos que lo con- Toussaint– aparecieron en México, más movían, su geografía, sus montes, sus ríos, de 25 periódicos, revistas, calendarios y etc. Ignacio Cumplido, quizá uno de los almanaques dedicados a la difusión de editores más importantes del siglo XIX, ponderó, en 1837, la litografía en los si- guientes términos:

14 En la explicación que acompaña a esta litogra- fía, Linati afirma: “Lépero-vago es el nombre que se da en México a un hombre de la clase baja del pueblo, de raza mezclada de indio y 15 Guadalupe Jiménez Codinach, “La litografía me- español”. Ibid., p. 30. Es decir, a principios del xicana del siglo XIX: piedra de toque de una siglo XIX, el término “lépero” remitía a una cuestión época y de un pueblo”, en Nación de Imágenes, racial y no a lo que connota en la actualidad. la litografía mexicana del siglo XIX, p. 142.

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La litografía es [el] arte más apropósito resto de los mismos (reserva pudorosa para representar los campos, los ríos, de aquellos tiempos) ostenta, al final del las montañas, las florestas y toda suer- capítulo, no un pseudónimo, sino un te de paisajes, no siendo menos suscep- signo ortográfico o bien una inicial, que tible de aplicarse a retratos y otras no es, ciertamente, la del nombre o exposiciones16. apellido del escritor18.

UN SUCESO FUNDAMENTAL Y ALGUNOS Sin embargo, Fernández Ledesma, con la PORMENORES asistencia del bibliógrafo Juan B. Iguínez, identifica a los autores de los diferentes La publicación de Los mexicanos pintados textos y puede, por lo tanto, por sí mismos en 1854 no constituye so- lamente un acontecimiento primordial para la industria editorial mexicana, co- estampar aquí (por primera vez dentro mo afirma María Esther Pérez Salas17. Su del volumen) algunos flamantes nom- carácter de síntesis entre narración y bres de nuestras letras de mediados representación gráfica en torno a un de siglo: Juan de Dios Arias, Dr. [sic] punto tan importante como la identidad Hilarión Frías y Soto, Pantaleón Tovar, José María Rivera, Niceto de Zamacois e del mexicano, señala el momento en el Ignacio Ramírez, “El Nigromante”19. que se puede vislumbrar ya un acuerdo, siquiera sea provisional, acerca del perfil A continuación, Fernández Ledesma pre- que pueden asumir los protagonistas de senta el “Índice clasificador de autores esta nación. y títulos”; en el cual se asienta que los Con respecto a la dificultad para iden- textos provenientes de la pluma de José tificar a los autores que dispusieron Los María Rivera son: “El músico de cuer- mexicanos pintados por sí mismos, Enri- da”, “El vendutero”, “El arriero”, “El ca- que Fernández Ledesma en el prólogo jista”, “El ranchero”, “El maestro de es- de la edición de 1935 (reproducido en cuela”, “El mercero”, “La chiera”, “El pul- la de Editorial Símbolo de 1946) afirma quero”, “El barbero”, “El cómico de la lo siguiente: legua”, “El sereno”, “La china” y “El escri- biente”; además de ser coautor de “El La obra, como es sabido, fue compuesta Poetastro”, junto con Hilarión Frías y So- por una sociedad de famosos literatos de mediados de siglo, que no firmaron, to, quien escribió además: “El Aguador”, con excepción de uno, sus trabajos. El “El Cochero” y “La Costurera”.

16 Cit. en Clementina Díaz y de Ovando, “El grabado comercial en México 1830-1856” en Historia del Arte Mexicano, t. VII, p. 168. 18 Prólogo de Enrique Fernández Ledesma a Hilarión 17 María Esther Pérez Salas, “Genealogía de los Frías y Soto (et. al.), Los mexicanos pintados por sí mexicanos pintados por sí mismos”, p. 167. mismos. Obra escrita por una sociedad de literatos, (30 de Septiembre de paginación). 2008). 19 Loc. cit.

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De Juan de Dios Arias son: “El cajero”, SOBRE EL CAMBIO EN EL CONCEPTO “El evangelista”, “La partera”, “El minis- DE MÍMESIS EN EL SIGLO XIX tro”, “El tocinero”, “El cargador” y “El mi- nistro ejecutor”. Ignacio Ramírez aportó: En el siglo XIX, con la consolidación del “El alacenero”, “La coqueta”, “El aboga- predominio económico-político de la do”, “El jugador de ajedrez” y “La estan- burguesía, se trastocaron los paráme- quillera”. Mientras que Pantaleón Tovar tros tanto de la mímesis de lo real, como contribuyó con “La recamarera”; y Niceto de la representación corporal en el ar- de Zamacois con: “La casera” y “El criado”. te occidental. Los mexicanos pintados por sí mismos En dicho siglo, se definió con mayor sigue el modelo inglés establecido por: nitidez lo que Pierre Barbéris ha deno- Heads of the People, el cual, tras ser minado costumbrismo bourgeois21 –al adaptado a la realidad francesa, originó que es menester distinguir del “realismo una copia española y otra cubana, además crítico”22–, y que implica que, a partir de de la publicación mexicana denomina- entonces y hasta nuestros días, los cuer- da: Los niños pintados por ellos mismos20. pos que se estructuran como la parte No obstante los modelos en que se medular de la representación gráfica o inspiró, Los mexicanos pintados por sí mis- como protagonistas del relato literario se- mos tiene el mérito de ser el primer libro rán extraídos de la cotidianidad y desa- de tipos elaborado por artistas mexica- parece la reproducción de los actos he- nos y no por extranjeros. La relevancia de roicos del caballero, la idealización del este hecho consiste en que, por primera personaje de las obras pastoriles y los ca- ocasión, son los mexicanos en busca de racteres óptimos de los galanes del Siglo identidad, los que proponen una etopeya de Oro. Por tal motivo, los autores se es- de sí mismos. Este hecho, que implica un conocimiento más profundo del per- 21 sonaje en cuestión, es más complejo que Cit. p. José Escobar Arronis, “La mímesis cos- tumbrista”, p. 1, los bordes de su genealogía europea y (24 de Septiembre de 2008). 22 convierte a esta obra en un documen- Discrepo de Barbéris quien, al contrario de Georg Lukács, supone un proceso evolutivo que to singular. conduce del primero al segundo. Lukács, por Así pues, la publicación de Los mexicanos su parte, señala dos diferencias básicas entre el pintados por sí mismos es la culminación «costumbrismo bourgeois» y el “realismo crítico” las cuales consisten, en primer lugar, en que el de un largo proceso interno de reflexión «costumbrismo…», a pesar de retratar individuos y autoconocimiento. Y, simultáneamente, comunes en circunstancias cotidianas, es in- es resultado de un proceso externo de capaz de derivar los comportamientos indivi- duales de los personajes, de la singularidad globalización capitalista que requiere histórica de la época. En segundo lugar, el «cos- de una breve reflexión sobre los cambios tumbrismo bourgeois» se distingue del realismo que sufrió el concepto de mímesis en el crítico, porque este último no absolutiza ni el pasado ni el presente, sino que ejerce la crítica siglo XIX, como a continuación se explica. sobre ambos momentos, con el fin de mostrar los nexos internos de las realidades sociales y de- velar la armazón temporal de las mismas. Cf. Escobar Arronis, loc. cit; y Georg Lukács, La 20 Pérez Salas, op. cit., p. 187. novela histórica, p. 252 y ss.

76 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS forzarán por definir con exactitud el ta- Los relatos dejarán de disponerse, por lo lante de sus protagonistas, el medio donde tanto, en la corte, la selva (como epónimo viven, las ropas que utilizan. Se esforza- de la Naturaleza) y el locus ideal; desde rán, asimismo, por establecer las diversas entonces se ubicarán en la ciudad, en sus normas lingüísticas tanto regionales como calles, sus mercados, sus negocios, sus ras- nacionales. En México, este acercamiento tros, sus burdeles, sus alcantarillas, los in- a la vida cotidiana se concretará en Los teriores de sus casas, sus cuarteles y sus mexicanos pintados por sí mismos, obra hospitales. En la nueva mímesis se descri- en cuya factura intervinieron tanto los li- birá al ciudadano común, su indumentaria, tógrafos como las plumas más destacadas sus costumbres alimenticias y sus formas de aquel momento. de asumir la sexualidad. Todo ello condu- En Los mexicanos…, se hace patente cirá en la novela, al «costumbrismo bour- ya, una nueva forma de comprender el geois» y al realismo que, sin embargo, se realismo en relación con la verosimilitud. mantendrán ajenos a la comprensión de A partir de su publicación, el público me- los grandes movimientos históricos y so- xicano del siglo XIX exigirá que la vero- ciales de su época. similitud en la obra de arte se limite al Es menester hacer énfasis, como dije retrato de la verdad a secas. en la nota 22, que la situación histórica El «costumbrismo bourgeois», al que se de la generación de 1830 no da pie al refiere Barbéris, había surgido alrededor realismo crítico en el sentido de que en de 1830, cuando el público empezó a su novelística, el pasado o el presente son demandar que el arte se ocupara de he- considerados de forma absoluta. Es por chos cotidianos. En esta nueva mímesis ello que, según apunta Georg Lukács, aún burguesa, la representación del medio ambiente también sufrirá transformacio- la novela histórica de escritores tan des- nes. La nueva representación ideológica tacados como son Flaubert y Maupassant de la realidad contenida en la literatura degeneró en un episodismo, [en el cual] moderna se realizará, afirma el profesor las experiencias puramente privadas, Escobar Arronis, exclusivamente individuales de los per- sonajes no están vinculadas ni con un solo lazo a los acontecimientos históri- como mímesis de lo local y circunstancial cos, por lo que han perdido su verdadero mediante la observación minuciosa de carácter histórico. Y los acontecimientos rasgos y detalles de ambiente y de com- históricos mismos son rebajados debido portamiento colectivo diferenciadores a esta separación a algo meramente ex- de una fisonomía social particularizada terior, exótico, a un trasfondo puramen- y en analogía con la verdad histórica. El te decorativo24. nuevo objeto de mímesis es la sociedad, referente cultural e ideológico de la lite- ratura surgida al amparo institucional de Así, aun cuando las definiciones estéticas la vida pública burguesa23. de los primeros tres cuartos del siglo XIX, enfatizan que sólo “lo local y temporal- mente limitado” es digno de “reconocerse

23 Escobar Arronis, loc. cit. 24 Lukács, loc. cit.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 77 DANIEL SANTILLANA como objeto de imitación poética”25, los LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS novelistas de la época no se libran, por COMO PROGRAMA POLÍTICO-SOCIAL ello, de comprender lo cronológicamente limitado como absoluto. Los tipos de Los mexicanos pintados por A pesar de lo anterior, la demanda de sí mismos constituyeron un programa de objetividad material en sentido burgués exploración, de forma similar al que con modernizó el concepto de representa- anterioridad había realizado Linati. A tra- ción de la realidad en la novela. Ahora vés de Los mexicanos pintados por sí bien, ¿en qué consiste tal modernización? mismos la élite intelectual criolla liberal Escobar Arronis contesta, citando a Ma- mexicana observó y plasmó gráficamen- riano José de Larra (1809-1837), que, en te su programa político, al que concretó sentido moderno, la mímesis surge cuan- en un imaginario físico del cuerpo del do aparecen escritores a quienes ya no “mexicano” dotado de tez, índole, habla les interesa “el hombre en general […] si- y complexión particulares. no [el] hombre en combinación, en jue- El grupo de intelectuales que dio a la go con las nuevas y especiales formas de imprenta Los mexicanos… definió, des- la sociedad en que lo observan”26. de su muy singular visión de élite, lo que Así pues, a partir de la instauración de habría de entenderse bajo el rubro “pue- la mímesis perspectivista, surge un nue- blo de México”. vo tipo de literatura “contraria a la doc- La voluntad de clasificar y conocer trina literaria clásica sobre imitación de al otro, al pobre, al que “no soy yo” es la naturaleza y verosimilitud según crite- evidente a lo largo de la obra. Desde rios basados en la razón y en lo que la so- los primeros renglones, una de las voces ciedad culta y aristocrática consideraba narrativas asegura desconocer los tipos aceptable”27, y que, por el contrario, en- a los que ahora se propone estudiar. fatiza la conformación de un nuevo Así afirma, por ejemplo: concepto de “buen gusto” para lo cual utiliza, precisamente, los argumentos, Me preparaba a escribir mi artículo in- personajes, lenguajes y ambientes que la titulado el Aguador, cuando me encon- literatura de alta prosapia dejaba fuera tré, mísero de mí, que sabía tanto de los de sus consideraciones estéticas: aque- modismos y lenguaje de mi héroe, como llos en los que edifica su cotidianeidad el del chino. Por fortuna oí el paso lento y grave que me anunciaba la llegada de hombre de clase media y baja. El presen- mi Neptuno. […] Esperé [por tanto] con te, entonces, se convierte, según expre- impaciencia que concluyera su acuátil sión de Pérez Galdós, en materia nove- trabajo, y cuando pasó […] lo llamé: lable y los autores se transforman en — Ven acá, Trinidad. cronistas de su época. — Mándeme su mercé. — Siéntate en esa silla y cuéntame la vida que llevas. — […] no sé pa qué le pueda servir a su mercé. 25 Escobar Arronis, op. cit., p. 2. — De mucho, Trinidad. Calcula hijo, 26 Cit. en Escobar Arronis, loc. cit. que hoy los mexicanos hemos dado 27 Ibid., p. 3.

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en pintarnos a nosotros mismos: En cuarto lugar, en relación con la inca- ¿comprendes? pacidad del aguador para autocompren- — No señor. derse, me llama la atención la frase: “hoy — Pues ni lo comprendas. Lo que te los mexicanos hemos dado en pintarnos atañe saber es que tú, como mexicano, a nosotros mismos: ¿comprendes?”, pues tienes que dar al público tus costum- lo que revela la respuesta del aguador: “no bres, tus hábitos, tus vicios, tus cualida- des, todo, en fin, lo que te es peculiar o señor”, sólo puede significar su exclusión propio […] para que todos te conozcan. de la geografía nacional y la necesidad Ahora bien, como tú no puedes escribir histórica de obligarlo a formar parte de o hacer tu retrato yo me he apropiado la misma, de ahí el tajante: “Pues ni lo esa obligación pero necesito que me comprendas. Lo que te atañe saber es que des datos, que me informes de todo lo tú, como mexicano”, etc. Lo que importa, que te concierna, para poder escribir tu entonces, en esta definición de roles artículo e imprimirle28. es establecer quién debe dirigir a quién. Quién puede hablar. Quién puede esta- Es menester destacar, de la nota anterior, blecer el rumbo del país. Quién puede varios puntos relevantes. En primer lugar, caricaturizar a quién (esto desde luego, la relación empleado-patrón, en la que porque no ha llegado hasta nosotros un este último confiesa su desconocimien- documento en el que, desde su perspecti- to del primero. El patrón no sabe quién va, el aguador haya definido a su patrón). es su empleado, cómo y dónde vive, a Así pues, en Los mexicanos pintados qué se dedica. por sí mismos los narradores miran al En segundo lugar, las diferencias en el pueblo desde la óptica de la civilización habla de ambos sujetos: el aguador no europea. Rescatan su habla, la desnu- usa “correctamente” el castellano (re- dan para hacer reír a sus lectores. La risa curso habitual en México para marcar ha de marcar los límites del extrañamien- distancias jerárquicas y raciales). La figu- to. Simultáneamente, el extrañamiento ra del aguador es sarcásticamente abor- ha de señalar su ubicación en la socie- dada al utilizar el sustantivo “Neptuno”, dad. La risa tiene como propósito mos- que señala un extrañamiento irónico en- trar la razón por la que la élite liberal tre significante y significado. criolla mexicana debe dirigir al país. En En tercer lugar, en relación con la in- Los mexicanos pintados por sí mismos las ferioridad léxica del mexicano pobre, costumbres de los mexicanos son consi- el silencio del empleado a quien le ha deradas desde una perspectiva lejana, de sido expropiada la capacidad de hablar, ahí la picardía y el humor con la que se de autoformulación. Al trabajador no le trata a los personajes. Desde tal punto concierne comprenderse. Para eso está de vista, unos mexicanos tendrían la ca- su señor. pacidad para clasificar y considerar ex- traños a otros mexicanos.

28 Frías y Soto, op. cit., pp. 1 y 2.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 79 DANIEL SANTILLANA

CONCLUSIÓN Escobar Arronis, José. La mímesis costum- brista, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel A partir de El Iris, de Trajes religiosos, civi- de Cervantes. (2006). En línea. (24 de una imagen inquietante y singularmente Septiembre de 2008). dividida de nosotros que ha constituido Frías y Soto, Hilarión (et. al.). Los mexicanos una parte fundamental del ser nacional. pintados por sí mismos. Obra escrita A los autores de estas obras les llamaba por una sociedad de literatos. Introd. la atención la vida de los “otros” mexica- Enrique Fernández Ledesma, México, nos. En El Iris el distanciamiento origina Símbolo, 1946. la vocación didáctica. En los Trajes civi- Jiménez Codinach, Guadalupe. “La lito- les… y Los mexicanos pintados por… el grafía mexicana del siglo XIX: piedra de extrañamiento se hace patente en las no- toque de una época y de un pueblo”, en tas que acompañan las litografías de am- Museo Nacional de Arte (ed.). Nación bos libros. En todos ellos existe la voluntad de Imágenes, la litografía mexicana del de establecer la identidad del mexicano! siglo XIX. México, El equilibrista, 1994. Linati, Claudio; Galli, Florencio; y Heredia, José María. El Iris. Periódico crítico y BIBLIOGRAFÍA literario. Tomo I, edición facsimilar, introd. María del Carmen Ruiz Cas- Aguilar Ochoa, Arturo. “Los inicios de la tañeda, índice Luis Mario Schneider, litografía en México”, , Anales del México, UNAM, 1986. (Facsímiles de la instituto de investigaciones estéticas. 90 Hemeroteca Nacional de México). (2007). En línea. (15 de N. Iturriaga de la Fuente, trad. David Octubre de Huerta, México, Bursátil, 1993. 2008). Lukács, Georg. La novela histórica. Trad. Aristóteles. Poética. Trad. y notas Francis- Jasmin Reuter, 3ª ed., México, Era, co de P. Samaranch. 3ª ed. Madrid, 1977. Aguilar, 1979. (Biblioteca de Iniciación Mateos, José María. Historia de la Masone- al Humanismo). ría en México. Desde 1806 hasta 1884. Centro Latinoamericano de Información México, La Tolerancia, 1884. Masónica, Breve historia de la Masonería O’ Gorman, Edmundo. Documentos para mexicana. En línea. (10 de octubre tes del arte en México, 1). de 2008). Pérez Salas, María Esther. Genealogía de Díaz y de Ovando, Clementina. “El los mexicanos pintados por sí mismos, grabado comercial en México 1830- Instituto Dr. José María Luis Mora, 2, 1856”, en Historia del Arte Mexicano. t. XLVIII, (1998). En línea.

80 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

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