“Operación Valle” El Ocaso De Sewell, 1967-1970
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Facultad de Filosofía y Humanidades. Departamento de Historia Licenciatura en Historia “Operación Valle” El Ocaso de Sewell, 1967-1970 Tesina para optar al grado de Licenciado en Historia Tesista, María José Encina Soto Profesor guía, Marcos Fernández Labbé Santiago de Chile Noviembre 2012 1 Agradecer a todos quienes me apoyaron en esto, mis amigos incondicionales y por supuesto, mi familia, mi principal apoyo y soporte siempre. Para todos quienes deambularon alguna vez por Sewell y compartieron conmigo parte importante de sus vidas, principalmente a mis abuelos y tíos, Gracias. 2 Indice Introducción Página 4 - 27 Capítulo I “Un cambio de vida”, Sewell de principio a fin. Página 28 - 85 Capítulo II La vida en el Valle: Las huellas del pasado en la nueva vida de los trabajadores de El Teniente Página 86 - 122 Conclusiones Finales Página 123- 127 Bibliografía y Fuentes Página 128 - 132 Anexos Página 133- 221 3 Introducción La investigación que a continuación me dispongo a desarrollar, si bien busca ser un aporte para los estudios que se han gestado en torno a la Historia Social del Trabajo en Chile, y en especifico, aunque mucho menos desarrollada, a la Historia de la Minería del cobre en nuestro país, nace más que nada de una necesidad personal por reconstruir parte de mi propia historia, y con ello, la de toda una generación que creció escuchando los relatos de sus abuelos, parientes o amigos que contaban acerca de lo que había sido vivir en uno de los campamentos mineros más importantes que existieron en nuestro país, y del cual hoy, como en muchos otros, solo nos quedan ruinas y narraciones que dan cuenta de un pasado rico que precisa ser investigado. Este lugar es Sewell, campamento minero emplazado en plena Cordillera de los Andes a principios del siglo XX, y que forma parte de todo un fenómeno de instalación de empresas extranjeras en Chile y Latinoamérica, las cuales impulsadas por su rápido desarrollo industrial, comenzaron a explotar de manera directa las materias primas de la región, y que en el caso de nuestro país, posicionaron al cobre como uno de los productos claves de su economía. El modelo aplicado significó un crecimiento explosivo en la producción de cobre, lo que unido al aumento continuo de la demanda cuprífera en el mundo, principalmente durante el periodo de guerras, llevó a campamentos como Sewell a convertirse en verdaderas ciudades. Esto supuso un modo de vida particular que se replicó de manera casi exacta en los distintos campamentos mineros que fueron emergiendo durante el siglo, lo que da cuenta del aporte que una investigación de este tipo puede resultar para comprender situaciones que superaron el ámbito local y se instalaron como parte de una realidad a escala nacional e internacional. Así, hurgando en libros, cortos, y otra serie de documentos que hablan acerca de Sewell, es posible darse cuenta de que la reconstrucción histórica de este campamento ha 4 ido creciendo a pasos agigantados, principalmente desde 1998, año en que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. A pesar de esto, se hace evidente que hay ciertos momentos que no se han tomado con la misma consideración que otros, restándole importancia como parte sustancial de la reconstrucción de este lugar, entendiendo que Sewell no termina con el fin del espacio como tal, sino que continúa en la historia de su gente. Frente a esto, he fijado la atención en uno de los hitos que considero menos recorridos por la disciplina histórica, pero no por ello menos importante, la “Operación Valle”; nombre con el que se denomina el proceso de desalojo del campamento de Sewell y posterior reubicación de sus habitantes en la ciudad de Rancagua, y que se enmarca dentro de los planes de modernización impulsados con motivo de la chilenización del cobre a mediados de la década de 1960. Frente a esto, las principales interrogantes que van a guiar la presente investigación tienen que ver, por un lado, con ¿Qué fue lo que llevó a considerar el cierre del campamento y posterior traslado de las familias hacia el Valle? Y principalmente ¿Cuál fue el impacto inmediato que provocó esto en la vida de quienes fueron trasladados? Ante la primera pregunta, se plantea como hipótesis de trabajo, que una de las principales motivaciones que llevaron al cierre definitivo del campamento tendría que ver con mejorar la calidad de vida de los mineros y sus familias; factor considerado clave a la hora de elevar el rendimiento laboral de los trabajadores, y con ello el progreso de la industria cuprífera. El sistema laboral establecido por la Braden Copper Company se caracterizó, entre otras cosas, por implementar una serie de reglas de comportamiento laboral y moral, tendientes a guiar a sus obreros a un modelo de “trabajador ideal”, cuyo nicho se encontraría en la conformación de núcleos familiares sólidos que sirvieran de contención social para ellos. Este fue un objetivo que por años se hizo difícil de materializar, entre otras cosas, por el déficit habitacional que existía en el campamento, y las malas condiciones de vida que se daban dentro de las construcciones emplazadas. Es por esto, que entre los proyectos de 5 modernización que se impulsaron en El Teniente, primero por la Braden Copper, a través del fracasado “Plan Codegua”, y luego por la Sociedad Minera El Teniente con motivo de la chilenización del cobre, el traslado de los mineros hacia casas definitivas en el Valle ocupó siempre un lugar importante dentro de sus planes. En cuanto al impacto que este traslado supuso para las familias de Sewell, la investigación nos conducirá a hipotetizar desde dos frentes, en primer lugar, con respecto a las expectativas de los trabajadores y sus familias frente al descenso a la ciudad, y en segundo lugar con respecto a la inserción de ellos en la comunidad rancagüina. Frente a esto, tenemos, en primera instancia, un completo plan de “promoción” por parte de la empresa para convencer a los trabajadores de los amplios beneficios que este proyecto traería a sus vidas, lo que efectivamente condujo a reacciones optimistas entre los obreros, considerando que ante todo se les abría la oportunidad de acceder de manera definitiva a la casa propia. Pero, paradójicamente, la futura vivienda era también el origen los principales temores entre la población, y que tenían que ver con las repercusiones que tendría para ellos el hecho de hacerse cargo de sus hogares sin ningún tipo de asistencia por parte de la empresa, motivo por el cual los trabajadores no dudaron en plantear ciertas exigencias a la Compañía, las que no sólo tuvieron que ver con llevar a buen puerto la materialización de sus viviendas, sino que también con que se les asegurara el acceso a los servicios con los que contaban en el campamento, como hospitales y colegios. También resulta importante destacar que para muchos el traslado fue visto como un medio de movilidad social, ya que el modelo de sociedad que se desarrolló dentro del campamento, en conjunto con temas como el aislamiento y otros, estancaron en gran medida el desarrollo social de los trabajadores y sus herederos, quienes, por ejemplo, al no poder optar por una educación distinta a la existía en Sewell, se encontraban destinados a seguir siendo obreros, o dueñas de casa en el caso de las mujeres. 6 Ahora, una vez en la ciudad, el factor que determinaría en gran medida el impacto que significó para cada una de las familias el hecho de dejar el campamento y enfrentarse a condiciones de vida completamente distintas de las que acostumbraban, tuvo que ver con la manera en que las familias hicieron frente a este proceso. En general, el hecho de haber vivido en una situación de aislamiento con respecto del sistema sociocultural chileno, dificultó parte importante de sus actividades cotidianas; no fueron pocas las veces que los trabajadores y sus familias acudieron a las autoridades comunales en búsqueda de solución para problemas que el resto de la población resolvía por sí misma, pues era algo que resultaba común dentro de Sewell, donde efectivamente la empresa se hacía cargo de remediar cualquier tipo de imprevisto que se les presentara a las familias tanto dentro como fuera del hogar. De manera conclusiva, y a modo de hipótesis general, se podría decir que la “Operación Valle” formó parte de una estrategia por sobre todo social y económica, en donde el fuerte lazo de dependencia creada entre los trabajadores y la empresa supuso que cada una de las decisiones y cambios establecidos dentro de El Teniente tuvieran un profundo impacto en la vida cotidiana de los mineros. De esta manera, se producía una suerte de “beneficio recíproco”, vale decir, la empresa mejoraba las condiciones de vida de sus trabajadores (y a su vez se desligaba en parte de las responsabilidades que originalmente había adquirido con ellos), y por su lado los obreros mejoraban su rendimiento laboral. Para poder desarrollar las hipótesis planteadas, y teniendo en cuenta el vacío historiográfico que existe en torno a la Operación Valle como hito en particular, se ha hecho necesario establecer un diálogo con trabajos de distintas disciplinas y enfoques, a través de los cuáles se pretende obtener una visión mucho más completa del fenómeno en cuestión. Frente a esto, resultaría pertinente abrir la discusión con aquellas investigaciones que de una u otra forma nos dirigen hacia los principales factores que llevaron a la conformación de este enclave minero a comienzos del siglo XX, entendiendo que su establecimiento guarda 7 completa relación con las aspiraciones económicas de la Compañía, donde surgía de manera apremiante la necesidad de construir una clase obrera industrial que diera curso a los planes y proyectos de la Empresa.