La Utopía De La Resistencia En Los Filmes De Adolfo Aristarain1
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Al menos una batalla: la utopía de la resistencia en los filmes de Adolfo Aristarain1 Bértold Salas Murillo Escuela de Estudios Generales Universidad de Costa Rica Resumen Se examina la propuesta política que subyace en la cinematografía de Adolfo Aristarain (Buenos Aires, 1943), uno de los más importantes rea- lizadores latinoamericanos en los años 80 y 90. Sus filmes tratan sobre la sobrevivencia de la utopía en América Latina durante los últimos años de las dictaduras y el comienzo de la posguerra fría, ahora expresada como resistencia. Directa o indirectamente cita una serie de problemas característicos de la región, como el desempleo y la exclusión social, las relaciones familiares, las dictaduras, las empresas trasnacionales y el exilio, entre otros. Palabras claves: utopía, América Latina, exilio, violencia, cine Abstract This article analyzes the political proposal of Adolfo Aristirain’s (Bue- nos Aires, 1943) cinematographic work, one of the most important film producers from the 80’s and 90’s years. His films deal with the remai- ning of utopia in Latin America during the last dictatorships and the beginning of the cold post-war, now expressed as resistance. Aristarain presents directly or indirectly a series of problems that characterizes the region, like unemployment and social exclusión, family relationships, dictatorships, multinational enterprises, and exile. Key words: utopia, Latin America, exile, violence, cinema 1. Una primera versión de este artículo apareció en el suplemento Áncora, de La Nación, el 22 de agosto del 2010. REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 115 Bértold Salas Murillo Los que se quedaron en la utopía diligente hormiga con los criadores de ovejas del pobre y marginado Valle ueño de los negocios y de las Bermejo. No está solo en sus esfuerzos: mejores tierras de Valle Ber- lo acompañan en la lid su esposa Ana Dmejo, Andrada (Rodolfo Ran- (Cecilia Roth), una médica que como ni) parece estar detrás de la compra de él prefirió abandonar la expectativa propiedades de los pequeños produc- de una mediocre y acomodada vida tores de lana de la región. Esto intriga de clase media en Buenos Aires, y a Mario Dominici (Federico Luppi), su hijo Ernesto (Gastón Batyi), quien educador y líder cooperativista, anti- lo asiste en la escuela donde niños guo profesor universitario de Socio- y adultos aprenden a leer y escribir. logía, quien visita su hacienda para También cuenta con la compañía de enterarse de que la operación se debe sus amigos, la monja Nelda (Leonor a que, tarde o temprano, estas tierras Benedetto), quien no usa hábito serán expropiadas para construir una porque no quiere que haya diferencia represa y tendrán un precio muy supe- entre ella y los fieles que asisten a rior al que hoy ofrece a los propieta- la ermita, y el geólogo Hans (José rios. Indignado, Mario está dispuesto Sacristán), quien ha llegado al valle a hacer público el negocio de Andra- contratado por Andrada, aunque da; mientras parte, este le espeta: “Se sintoniza mejor con el compromiso me quedó en la utopía, maestro”. La de Mario, Ana, Ernesto y Nelda. Se elocuencia es un rasgo de los persona- trata de personajes aristainianos, en jes de Adolfo Aristarain: dan a sus in- la más aristainiana de las historias: terlocutores respuestas certeras como sobrevivientes del naufragio de los dardos, solemnes, elegantes e incluso proyectos de izquierda, no renuncian ingeniosas. Sin embargo, esta vez la a la utopía en medio del tsunami del réplica no posee tales características, capitalismo salvaje de la especulación es más bien rabiosa, pero se ajusta a y las grandes corporaciones, y expresan Andrada como un guante: “También su convicción en pequeñas luchas, le voy a decir que es usted un reve- reconstrucciones o, simplemente, rendo hijueputa”, sentencia Dominici. en el gesto rabioso y resistente de llamar ‘hijueputa’ a un terrateniente. En otro pasaje de Un lugar en el Los personajes de Aristarain intuyen mundo (1992), Mario asegura que que la guerra está perdida, pero no si la guerra por la justicia social se por ello es menos justa y necesaria: ha perdido, “por lo menos podemos con sus escasos recursos, se oponen a darnos el lujo de decir que ganamos la ley del más fuerte y hacen de esa una batalla”. Por ello volvió desde su resistencia su razón de ser. Mario libra exilio europeo, y trabaja como una su batalla al formar una cooperativa 116 REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 Al menos una batalla: la utopía de la resistencia en los filmes deAdolfo Aristarain de pequeños productores de lana, la Un texto fílmico de ficción no puede cual pretende competir con grandes ser leído como una trasposición de la propietarios como Andrada, quien realidad: en su producción entran en especula con el premio de manera juego factores de naturaleza artística, vergonzosa. También es una valiente cultural, económica, ideológica, so- batalla eso de preferir un juicio antes cial e incluso política. Sin embargo, que un arreglo económico, para así es innegable que tanto en la gestación de una película, como en su posterior poner en aprietos a una trasnacional, divulgación, esta entra en relación con como hace Pedro Bengoa (Federico la sociedad que es su entorno. Explica Luppi), el personaje protagonista Sorlin que el proceso de producción de Tiempo de revancha (1981). Y es cinematográfica consiste en una doble resistencia volver al Buenos Aires mediación, con un equipo que posee deshecho por el desencanto y la intereses y una posición particular en corrupción, a buscar razones por las la industria cinematográfica y la so- que luchar o vivir, como es el caso ciedad, y una política que este mismo de Martín (Juan Diego Botto), este equipo adopta ante el público. De esta joven de 19 años, hijo de un amargado manera, la producción de un filme exmilitante de izquierda, en Martín (Hache) (1997). Batallan Fernando es una operación activa, a través (nuevamente, Luppi) y Lily (Mercedes de la cual un grupo se sitúa y Sampietro), quienes responden a las define sus objetivos: culmina al penurias económicas de un forzoso lanzar a los circuitos comerciales retiro con la fundación de una utópica una imagen (…) del mundo en finca en el campo argentino, en función de la cual los espectadores Lugares comunes (2002). Incluso hay van a revaluar su propia posición. una suerte de resistencia en la actitud Cada expresión ideológica es así una contribución al conjunto, cínica del sicario Raul Mendizabal nunca totalmente realizado, ya (también Luppi), quien no escatima que sin cesar es desplazado por insultos para los plutócratas que lo nuevas iniciativas, que es la contratan, en Los últimos días de la ideología propia de un período. víctima (1982), así como un profundo (Sorlin, 1985: 170) dolor por la utopía, perdida pero nunca olvidada, en la extravagante En este ensayo se procura reconocer autobiografía que dicta el escritor la expresión ideológica que subyace Joaquín Goñez (José Sacristán) en como operación activa en los filmes de Roma (2004), testamento vital y Adolfo Aristarain y que brindan luces cinematográfico de Aristarain. respecto al fin de siglo latinoamericano: REPERTORIO AMERICANO. Segunda nueva época N° 24, Enero-Diciembre, 2014 117 Bértold Salas Murillo esa operación que va del cineasta, formal, justamente notables por su preocupado por una serie de asuntos, al sencillez y precisión; en especial a público, que reconoce en los filmes una partir de los 90, son películas cargadas parte de sus propias inquietudes. Según de palabras e ideas, con actuaciones aclara Sorlin, la ideología es el conjunto soberbias al servicio de guiones de de las posibilidades de simbolización intrigas simplísimas. concebibles en un momento dado, y de la que toda expresión ideológica particular Más que sobre un estilo narrativo, los es una modalidad; es un marco y no filmes de Aristarain insisten sobre una un edificio rigurosamente concebido; serie de motivos argumentales y temas, textos cinematográficos como Tiempo que pueden reunirse en un solo asunto: de revancha, Un lugar en el mundo o la resistencia como una forma de re- el resto de la filmografía de Aristarain, construir la utopía en América Latina. son ejemplo de esas posibilidades de En estas narraciones, la utopía tiene simbolización y representan “un acto la función orientadora y crítica que le por el que un grupo de individuos, al ha caracterizado desde los tiempos de escoger y reorganizar materiales visuales Platón, y contribuye a la esperanza, y sonoros, al hacerles circular entre el como lo fue para la izquierda latinoa- público, contribuye a la interferencia de mericana durante la segunda mitad del relaciones simbólicas sobre las relaciones siglo XX. En el discurso aristainiano la concretas” (Sorlin, 1985: 171). resistencia se da frente al capitalismo, según puede descubrirse en las pelí- La filmografía del argentino Adolfo culas mencionadas: Tiempo de revan- Aristarain fue una de las más cha (1981), Últimos días de la víctima significativas de América Latina en (1982), Un lugar en el mundo (1992), las décadas de los 80 y 90, cuando Martín (Hache) (1997), Lugares comu- sintonizó con los problemas y nes (2002) y Roma (2004). expectativas de la región, y tuvo eco en los mercados estadounidense y El precio de un hombre europeo, con reconocimientos como la Concha de Oro en el Festival de San El gobierno atroz de las juntas Sebastián y la candidatura al Oscar a la militares (cuatro, entre marzo de Mejor Película en Lengua Extranjera. 1976 y diciembre de 1983) despojó En España la repercusión fue tal que, al pueblo argentino de un horizonte según González Acevedo, Un lugar utópico y de su voluntad de resistencia. en el mundo marcó la relación entre Tiempo de revancha lo retrata a través argentinos y españoles a finales del del personaje Pedro Bengoa, quien siglo XX (2005: 169).