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Una publicación semestral de la Universidad Tecnológica de Panamá

B/. 4.00

ISSN: 1018-1563 Editorial Número 65, cuarta época enero-junio 2010 Escritores iberoamericanos de Corresponsales Internacionales Cincinnati Viviane Nathan (Israel) Le c c i ó n d e a s t r o n o m í a •4 Fernando Burgos (Estados Unidos) e m e n t e r i o i n g l é s Entrevista Lauro Zavala (México) C •4 Mempo Giardinelli (Argentina) La e s t a c i ó n d e l a s ll u v i a s •5 Basilio Do b r a s •23 Julio Escoto (Honduras) María Paz Moreno Enrique Jaramillo Levi Vidaluz Meneses (Nicaragua) Magda Zavala (Costa Rica) Aparición 6 • Miscelania Mi r á n d o l a d o r m i r •7 Le e r metaficción e s u n a a c t i v i d a d r i e s g o s a •25 Director Manauel Iris Enrique Jaramillo Levi Lauro Zavala [email protected] An a c r o n í a •9 El c u e n t o a r t í s t i c o c o m o e n i g m a y r e t o •32 Eq u i n o c c i o •9 Enrique Jaramillo Levi Diseño Gráf ico y Diagramación Ca n t i n e l a •9 Silvia Fernández-Risco María Clemencia Sánchez [email protected] Jo h n Se a l •39 De s a c u e r d o definitivo•40 Le w i s Alicia Ca r r o ll •10 Annabel Miguelena Sa t u r n o •10 Diseño y dibujo de portada Paola Cadena Pardo Enrique Jaramillo Barnes Ma t a n z a •41 Henry A. Petrie técnica: pintura digital Ha s i d o u n a l o c u r a •13 [email protected] Carlos Gutiérrez Cu a t r o p o e m a s •44 Arabelle Jaramillo Ochoa El f i l ó s o f o •15 Ilustraciones interiores (tinta china y alto contraste) El a r q u i t e c t o •16 Ba i l e c o n l a m u e r t e •45 Enrique Jaramillo Barnes Lo s rinocerontes •17 El r e g a l o •47 Co n s t r u c t o r •17 Melanie Taylor La t í a Ch i n c a •17 Prohibida la reproducción total o parcial del material e l o s t r e n e s Qu i m e r a 50 impreso sin autorización escrita de los editores. Se re- D •18 • ciben colaboraciones no solicitadas con f irmas res- Armando Romero Al c a e r l a n o c h e •51 ponsables y número de cédula. No se devolverá el Rosalba Morán Tejeira material. Nos reservamos el derecho de seleccionar los Ca m i n a r e s b u e n o p a r a l a s a l u d •19 textos y material gráf ico que habrá de publicarse. Los Nicasio Urbina Tr e s p o e m a s •53 autores de los textos son los únicos responsables de las ideas que expresen. Marialicia Atencio Briñez•53

2 Tr e s p o e m a s •54 Papeles de la Maga Sección Reseñas Eyra Harbar Ja r a m i ll o Le v i r e c i b e prestigiosa b e c a Lo g r o s d e l Di p l o m a d o e n Cr e a c i ó n Literaria 2009 •84 internaciona l •73 Ariel Barría Alvarado Mi s t e r Wh i t e •57 El c h o q u e •59 Sección taller Autopresentación d e u n a e s c r i t o r a p a n a m e ñ a Raúl Leis Se r v i ll e t a d e p a p e l •74 r e s i d e n t e e n Eu r o p a •85 Sonia Ehlers Prestán Maritza López Lasso Co n f e s i o n e s d e u n p o e t a e n u n a c i u d a d q u e o d i a •60 (Ci n c o p o e m a s ) Il u s i ó n •76 Viviendo l a u t o p í a ¿Ti e n e e l i d i o m a e s p e r a n t o a l g ú n David Robinson Lissete Lanuza Sáenz v a l o r 122 a ñ o s t r a s s u c r e a c i ó n ?•88 Roberto Pérez-Franco In f r a c c i ó n •77 Cuento infantil Marco Ponce Adroher El s e m á f o r o l o c o •63 Mú s i c a d e l a s e s f e r a s •93 Silvia Fernández-Risco Hena González de Zachrisson La s a l a m a n d r a •78 Jorge Ávalos Tr e s p o e m a s •66 Información Cultural de la UTP Efraín Bartolomé ¿Pa r a q u é e s t a r c e r c a ?•83 Fa ll o d e l p r e m i o n a c i o n a l d e c u e n t o Jo s é Ma r í a Marilyn Diégues Pinto Sá n c h e z 2009 •94

As í n o f u e •71 Ni m o d o •83 Un i v e r s i d a d Te c n o l ó g i c a d e Pa n a m á Ramón Francisco Jurado Benjamín Ramón l o g r a c r e a r e n Biblioteca d e l a Un i v e r s i d a d d e Ci n c i n n a t i s e c c i ó n d e a u t o r e s p a n a m e ñ o s •95 Di p l o m a d o e n Cr e a c i ó n Literaria 2010 •95

TEXTO DE PRESENTACIÓN DE LA NOVELA “NAPASTO”, d e Basilio Do b r a s •96 (Pr e m i o Centroamericano d e Li t e r a t u r a “Ro g e l i o Si n á n ” 2008-2009)•96 Raúl Leis EDITORIAL

ntes que nada, a nombre de las au- Morán Tejeira, Marco Ponce Adroher, Sonia Ehlers toridades de la Universidad Tecno- Prestán, Ramón Francisco Jurado, Marilyn Diéguez lógica de Panamá, y en el mío propio, les deseamos Pinto, Andrés Villa y Lissete Lanuza; asimismo, ofre- a nuestros lectores un 2010 saludable, entusiasta y cemos cuentos de escritores de mayor trayectoria: Aproductivo. Benjamín Ramón, Melanie Taylor, Raúl Leis, Hena Cada nuevo número de Maga, revista paname- de Zachrisson y Annabel Miguelena; además de la ña de cultura, representa un decidido avance de las mexicana residente en Panamá y diseñadora gráfica letras panameñas hacia su mejor valoración. Divul- de Maga, Silvia Fernández-Risco. gar lo que nuestros autores han hecho, así como lo Publicamos en este número a los siguientes poe- que se está produciendo en la actualidad, es una tas panameños: Eyra Harbar, David Róbinson y Adal- forma de mantener en alto los meritorios pendones cristo Guevara; un artículo de Roberto Pérez-Franco del esfuerzo y la tenacidad, y también en no pocos y otro de Ariel Barría Alvarado, así como un ensayo casos los del logro consumado en un terreno que en de Enrique Jaramillo Levi. También, una entrevis- nuestro medio continúa siendo arduo, por decir lo ta con el nuevo novelista nacional Basilio Dobras, menos. No obstante, no deja de sorprender grata- ganador del Premio Centroamericano de Literatura mente la manera en que han seguido apareciendo “Rogelio Sinán” 2009-2010 con su obra: Napasto. nuevos creadores de talento en años recientes, sin Esta edición presenta, entre los autores de otros que muchos de los de otras generaciones hayan de- países, poemas del mexicano Efraín Bartolomé, jado de escribir con ahínco. Sin duda es un fenóme- cuentos del salvadoreño Jorge Ávalos y del nicara- no reconfortante y alentador, sobre todo en Cuento güense Henry Petrie, y fragmento de un extenso en- y Poesía, géneros que en Panamá han proliferado sayo del mexicano Lauro Zavala, quienes en diversos más y mejor que los otros. momentos han visitado nuestro país invitados por La Universidad Tecnológica de Panamá se com- la U.T.P. como jurados del Premio Sinán; asimismo, place en poder apoyar a los escritores nacionales a ofrecemos poemas de la mexicana Arabelle Jarami- través de las páginas de esta aguerrida publicación llo Ochoa, y de la venezolana Marialicia Atencio B. –la única de índole literaria que hay en Panamá- Además, hemos incluido en esta ocasión una creada en febrero de 1984, y que desde hace tres sección especial titulada Escritores Iberoameri- números es, institucionalmente, su órgano de divul- canos desde Cincinnati, que incluye cuentos del gación cultural. Y este No. 65, cien páginas pletóricas nicaragüense Nicasio Urbina, el colombiano Ar- de textos interesantes en sus planteamientos, su mando Romero y el español Carlos Gutiérrez, así forma y su gran diversidad, afianza este compromiso como poemas de la española María Paz Moreno, las e, ilustrándolo, lo sustenta. Así, como ya es tradición, colombianas Paola Cadena Pardo y María Clemencia cuentistas, poetas y ensayistas nacionales, tanto Sánchez y el mexicano Manuel Iris: todos actualmen- de reciente data como de reconocida trayectoria, te profesores o estudiantes de Maestría o Doctorado comparten aquí espacios entre sí y con destacados en Letras en la Universidad de Cincinnati (Ohio), autores de otros países quienes, como los paname- prestigiosa institución norteamericana. ños, nos han cedido generosamente sus textos para Las demás secciones, usuales en Maga, se la conformación de la presente edición. mantienen: “Noticias culturales de la UTP”, “Papeles En esta oportunidad, damos a conocer cuen- de la Maga”, “Taller” y “Reseñas”. Esperamos que este tos de los siguientes autores nacionales nuevos o número sea de su completo agrado. ¡Feliz lectura! hasta ahora poco conocidos en este género: Rosalba E .J . L . Panamá, enero de 2010

4 Es c r i t o r e s i b e r o a m e r i c a n o s d e Cin c in n at i

Lección de astronomía Po r Ma r í a Pa z Mo r e n o

Pierdo el camino de las constelaciones: Cruz del Sur, Escorpio, Casiopea… y reaprendo el dibujo del cielo acostumbrándome a su luz intacta, cada día vivido como un nuevo hallazgo. Cementerio inglés

Esta voz quebrada que aún espera A Álvaro García reconciliarse con el mundo encaja cada golpe sumida en el silencio, Escucha el rezo sostenido de la cigarra, como un boxeador que se sabe derrotado la oración del ciprés en su vuelo espigado, y resiste jadeante los embates el silencio devoto de la cal y el muro por un falso sentido de dignidad. abrazándose sedientos a las plantas.

Así yo piso esta arena y me enfrento al Aquí hay náufragos del mar y de la vida, mar, poetas, parias, amantes que buscaron como un náufrago feliz de su destino retener la brevedad de las violetas, mientras dejo que las dunas, reunidos para siempre hueso con hueso. breves flores fecundadas por el viento, me ahoguen lentamente El cielo estalla este día de agosto. Ríen las dalias y se oye el rumor y rezo con los párpados muy cerrados de la carretera cercana. para que el agua arrastre en su marea las algas que se me anudan a la garganta. Un banco a la sombra, la madera húmeda, los pájaros. A menudo el dolor se refugia en la belleza Te preguntas cuál es tu lugar en el mundo. como un fruto en la cáscara que lo protege. Sigue rezando por ti la cigarra.

(De Invernadero. Sevilla: Renacimiento, 2007) (De Invernadero. Sevilla: Renacimiento, 2007)

5 La estación de las lluvias

Hoy, esta mañana, llueve. Por fin. Abro la ventana y llueve. Respiro hondo y recuerdo que solía odiar la lluvia los días de colegio. Mi madre me obligaba a llevar unos zapatos marrones, casi ortopédicos, y me prohibía que saltara sobre los charcos.

Aquellos zapatos se quedaron pequeños hace tiempo, incluso para unos pies como los míos, diminutos y que a ti te hacen tanta gracia. que todo depende del paisaje cambiante de las nubes, y no se puede Por eso ahora trazar una vida en el momento del cuerpo. atrapo el cristal con la nube de mi respiración, y me regalo Aprendí a leer los labios un rato de felicidad evocando y su desorden me hizo seguirte las lentas tardes de lluvia allí en tu casa. hasta perder el miedo. Ante la duda, elegí la certeza del instante. Desnudos y melancólicos viendo mojarse los árboles de la avenida, combadas las hojas al beso del agua; (De Correspondencia atrasada. Valencia: Pre-Textos, 1999) yo acariciando a tu gato enroscado dócil entre las sábanas y tú hablándome de tus cosas, María Paz Moreno. Licenciada en Filología Hispánica de tus sueños de viajero insaciable por la Universidad de Alicante (España) y Doctora en Literatura Española por la Universidad de Ohio State con los ojos brillantes -qué hermoso (Estados Unidos). En la actualidad es profesora de lite- el abismo que cercan tus pestañas-... ratura española en la Universidad de Cincinnati. Como poeta ha publicado los libros La semilla bajo el asfalto (Bote- lla, 1994), Mudanza en su costumbre (Frutos del tiempo, 1996), Fue entonces cuando supe Correspondencia atrasada (Pre-Textos, 1999), Geografía enemi- del color de la lluvia en sus matices ga (edición bilingüe español/portugués, Lisboa, Ediçoes de tul gris, y comprendí Tema, 2001), Geografía enemiga. Los dones perversos (Libros del Innombrable, 2005) e Invernadero (Renacimiento, 2007). Sus poemas han aparecido en diversas revistas literarias que nada se decide para siempre, de España, México y Estados Unidos.

6 Aparición Po r Ma n a u e l Ir i s

No c r e a s q u e t e e s t o y requiriendo , Án g e l . Aú n s i l o pretendiese , n u n c a v e n d r í a s ; p u e s m i ll a m a d o q u e d a s i e m p r e l e j o s . III Rilke, Elegías, IV. in c in n at i

C Quizá estás confundida, quizá e d I perenne, el ruido de tus pies ha hecho callar las tardes r i c a nDesprecias o s destruirme. Tu carne y tu vientre al ocultarse e adquiere —frente a mí— un calor provocó la noche.

r o a m menos mortal. Afirma e i b

el corazón su doble miedo De cualquier forma, Ángel de carne s e de mirarte y de abstenerse. Temor Luz de carne, Piel de carne de ojos mortales. no puedo resistir s c r i t o r

E tu desnudez de antes Suelto la voz y después de todo: Lo eterno es demasiado. y agradezco tu vestido: que no ilumines Tu presencia, si mortal, es una flama con tu piel terrible que todo lo consume: Desnuda eres letal, mis defectos todos, que no me arrastres a morir de luz. y no me escuchas.

II IV

Deviene tu presencia, acude No estoy llamándote, flama clarísima a sílaba de carne y de lamento porque no canto en tono necesario para tocar tu oído para insinuar tus pies y porque mis palabras—las mejores— cuando te invoco se calcinan al rozarte atrevimiento y aunque sé concebido desde antes por la verdad de que sepas por la distancia —hermosa más que el Ángel por lo cruel y como él terrible— de nuestras dos naturalezas que vas a marchitarte. que este poema jamás va a llegar a ti lo arrojo hacia tu piel,

lo doy al fuego.

7 Mirándola dormir

He l e í d o e n t u o r e j a q u e l a r e c t a n o e x i s t e

Gi l b e r t o Ow e n

Como esta voz, mi lengua busca el laberinto de tu oreja y yo te escribo y sé muy bien que hay algo —hay un lugar— más bello que tu vientre aunque jamás lo he visto.

En cambio se revelan —entrega de la espuma, oseznos de la luz— tus pies de pan de dulce. Y no saber el cómo apareciste, no haber vivido en el momento que tu espalda fue la rosa, abierta luz de lo que significas.

Afuera escucho algo.

Afuera del poema algo te dice un canto más hermoso que la piel pero también más vivo: una caricia: lengua bajo lengua, sonido bajo letra en acto de buscarte. Creyente de tu forma, en mi oración ¿En qué momento me has atravesado? ¿Cuándo he decidido no ceder al verbo de tu ombligo, a la floresta tu luz—incendio, llamarada—se clavó en mi pecho? del verano en tus pezones, a todos tus aromas.

Hoy puedo hacer un verso en que no mueras nunca. Hoy no quiero morir: No quiero ver el río que se aduerme en tus muñecas. No quiero andar Un cáliz, un jarrón, un algo que contenga la forma en que te extiendes de tu piel hasta la piel vino enloquecido, danza, fruta de todo lo que existe. lenta carne en movimiento Árbol de mí, para entrar en otra carne. estoy llegando a tu región más fértil.

8 scribo un libro de diversas voces y se lo muestro a Inés, una tarde con viento. El manuscrito se titula Cuader- Eno de los sueños y resulta ser, por un azar o voluntad que no comprendo, el mismo Cuaderno de los sueños firmado por Manuel Iris que ahora el lector inútilmente descifra, lo cual confirma mis sospechas. in c in n at i C e d Inés está muy seria, silenciosa. Se ha dado cuenta de que

estamos en un libro que es un sueño que otro ser soñado lee haciendo todo aparentemente más real, por las hojas impre- r i c a n o s e sas. Me mira y dice cosas cuatro páginas atrás. La dejo hablar y observo su cabello, sus pies que amo y la imagino desnuda, r o a m e recostada. i b s e Dejo la pluma. Salgo de mi estudio por un vaso con agua. Al

s c r i t o r caminar por nuestra habitación abro la puerta: duerme con E un seno fuera de la sábana. En el estudio, sobre el escritorio descansa como un gato el Cuaderno de los sueños, que ahora corrijo y que también ahora tiene enfrente el lector. Sigo es- cribiendo y afuera suena el aire, las hojas arrastradas.

o puedo ser sino el aliento con que escribo, que ahora se detiene. Pero el aliento que declara que mi aliento se Ndetiene continúa y habla de ti, me escribe desde ti, desde ella, desde los tres, y entonces surge la revelación: hay alguien más en esto. En esta línea hay otro que nos dice. Pero ese otro, Amor Manuel Iris (1983) Lic. En Literatura el que te está buscando latinoamericana por la Universidad y queda ciego con tu luz Autónoma de Yucatán, con maestría en literatura hispanoamericana por la aún sin mirarla New Mexico State University (EEUU). el que le teme a tu cintura Premio Nacional de Poesía “Mérida” y que jamás (2009), y segundo lugar en el Premio Nacional de Poesía “Rosario Caste- alcanzará tu amor llanos” (2003). Autor de Versos robados el que te escribe cuando escribo y otros juegos (CONACULTA-PACMYC ese también 2004, UADY 2006) y de Cuaderno de los sueños (Fondo Editorial Tierra Adentro quiere morderte. 2009). Actualmente estudia el docto- rado en lenguas romances en la Uni- versity of Cincinnati.

9 Anacronía Po r Ma r í a Cl e m e n ci a Sá n c h e z

Alguna vez quise el paisaje Ocre de los otoños. Las manos de un leñador Del bosque de Inglewood Cantinela Me ofrecieron una mañana fría. Los senos descubiertos soñaron el sol La música De las canículas orientales. Es encontrar el silencio.

Supe que las nubes Es suavizar Eran la puerta del infierno Los martilleos del zapatero, Cuando ángeles terribles Su noche solitaria Amaron mi piel de reptil. De clavos y espinas. Aún escucho el llanto de los océanos Preguntar a la frágil niña Es el vaso de agua Cargada de piedras Que dejamos en la noche Dónde mueren las olas. Para los muertos El amor ha dibujado sus rostros Que regresan En una clepsidra rota de siglos A calmar Y no sé quién soy Su sed de palabras. Y no sé quién fui en tus manos. La música Es encontrar el silencio Equinoccio Y la infancia perdida.

El poema sabe Es amortiguar Por eso las palabras arden en convexo En nuestro corazón Ofreciendo su luz Los martilleos Del lado Del zapatero. Donde el cuerpo es ciego. Hubiera querido saber del poema Es encontrar ese tiempo Como especie lejana Que nos precedió, Como un perro lunático El de antes de nacer, Ladrando en una noche distante. El de antes de respirar, Supe a cambio El de antes de ver la luz. Que el sexo es un jardín desolado Donde el sol siempre llega tarde La música A calmar una sed Es encontrar el silencio. A cicatrizar un instante.

10 Lewis Alicia Carroll

La Pequeña Llave de Oro Con la que abrió la puerta del sueño Saturno in c in n at i ¿Era suya o era de él? C e No verás el tibio sol d

Ya sabe, le hablo del místico hombre De esta mañana. Que la inventó a usted una tarde extraña Tendrás acaso su polvo, r i c a n o s e En que, debo decirlo, brilló por su ausencia Lo que fue, La cordura y la sensatez. El oro fugado, r o a m

e El moribundo aleteo Porque bueno, crearla es en verdad i b

s De un suspiro. e Enloquecer con un juego infinito de abalorios. ¿O es usted Mr. Carroll con quien hablo ahora? No verás la rosa s c r i t o r

E Dígame, ¿Abrió usted la puerta? De este instante. ¿O su mano condujo la de ella? Verás de ella La ruta inconclusa Vaya mundo el que abrieron. De sus espinas, Esa liebre que pasa tentándonos La dolorosa belleza Con abismos de mermelada, me hace De su luz que Pensar cosas terribles. Por ejemplo, Se desangra. A veces me digo cosas loquísimas Tal el designio, Como: “¡que le corten la cabeza!” El influjo triste Mientras pienso en algunos tiranos Que queda cuando Del mundo. Termina diciembre, Ya sabe, no es fácil hablar sensatamente La noche solitaria Alterando el orden del mundo, De un planeta. Jugando con el poder desde La orilla invertida. Estas cosas pasan cuando Usted Señor Carroll, digo, usted Ma r í a Cl e m e n c i a Sá n c h e z . Colombia, Niña Alicia, le entrega a uno 1970. Licenciada en Idiomas de la María Clemencia Sánchez. Colom- Universidad de Antioquia. Magister bia, 1970. Licenciada en Idiomas de La Pequeña Llave Dorada, en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Antioquia. Magis- ter en Literatura Hispanoamericana La que abrió para siempre la Universidad de Cincinnati. Ha pu- blicado los libros de poesía El velorio de de la Universidad de Cincinnati. Ha El vasto territorio del sueño. la amanuense (1999) y Antes de la consuma- publicado los libros de poesía El ve- ción (2008). lorio de la amanuense (1999) y An- tes de la consumación (2008).

11 Po r Pa o l a Ca d e n a Pa r d o

Pobre de mí en esos años oscuros cuando la palabra amor era pronunciable El silencio se hizo nido en el borde de mis labios y los pájaros llegaron todos a morir allí Las uñas carcomidas como una espera impasible que siempre terminó en desdicha en angustia de tiempos huérfanos en hambre que viene como el abandono sigilosa a hurtadillas danza inservible de llantos estirados hasta la punta más lejana del vacío humano hasta la soledad más sola que ni siquiera se tiene a sí misma.

Pobre de mí con los ojos cerrados Borraste con tus brazos la existencia del abrazo

Pobre de mí que ya no soy yo ni soy en ti ni soy nadie

La vida es una pala de tierra negra que se lanzó sin resquemor sobre mis ojos ya no veo nada tengo el cadáver de las imágenes que ya murieron en mi llanto

12 Tengo el alma amordazada detrás de los ojos y el trapo de tristeza que aprieta entre los dientes posee ya un olor rancio derruido entre los olores seco de silencios in c in n at i C e Tal vez un día llegue la palabra d

que constituya el antónimo justo de la tristeza sin ser nunca felicidad liviana r i c a n o s e alegría estrepitosa o júbilo desleído en el instante r o a m e i b s e Tal vez un día la mordaza se desgaste Cadáveres que son tus manos y los ojos lloren s c r i t o r y tus piernas E Mostrándole al mundo sus instrumentos tus ojos ya cerrados su cirugía de crepúsculo angustiado Tu angustia distraída por las letras que la nombran que cada 24 horas extirpa un día del calendario Corromper la tranquilidad de tu madre y trasplanta minutos enfermos desde antes bendecir la inmovilidad de tu hermano para hacer interminable la enfermedad de la vida desgarrar el silencio

Tengo el alma amordazada detrás de los ojos en la sonrisa de tu padre todos se asoman y sonríen destrozar la vida por partes pero no la ven sin matar la vida misma… ¡pobre alma! la vida se ha parecido siempre a la vida La desnudez de harapos viejos pero solía ser entonces que ya no entibian una angustia menos angustiosa… sino marchitan la apariencia imperfecta de los cuerpos

Paola Cadena Pardo. Nacida el 28 de Marzo de 1983 en Bogotá Colombia, es Licenciada en Español e Inglés de la Universidad Pedagógica Nacional y actualmente adelanta estudios de maestría en Literatura en la Universidad de Cin- cinnati. Se ha desempeñado como docente de literatura y de lengua extranjera, colaborando simultáneamente como promotora cultural en Corpoulrika, organización que lidera el Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Publicó en el 2008 su primer libro de poemas titulado Hotel y textos suyos han aparecido en diversas revistas y antologías de su país como “Panorama Virtual de Nueva Poesía Colombiana” y “Poesía – Ciudad – Escuela: Selección poética nacidos después del 50”, entre otros.

13 Cuento

Y cuando la niebla se disipó, según indicaron los aparatos detectores Ha sido especiales, la vida siguió felizmente su curso pues todos se habían hecho saltar los ojos. Boris Vian, El amorDe es ciego una buena locura fe Omnia vincit amor, et nos cedamus amori. p o r p oJ ru aC n a A r ln o t so nGi ou tGi éó rm re z Virgilio, Bucólicas X, 69

a sido una locura. Las calles están atesta- laboral a medio y largo plazo, una vez haya aca- das de gente; el cielo, de globos obscenos: bado el período más abrupto de la fiebre goza- Hen cada barrio, en cada calle y en cada comuni- dora pero persistan en el tiempo sus consecuen- dad de vecinos se producen sueltas indiscrimi- cias benéficas: rostros mañaneros más risueños, nadas y espontáneas, que nos han dejado una menos conflictividad, más alegría y consenso... línea del cielo colorista, diversa y provocado- en suma, un ambiente más propicio. ra. Nunca se había visto nada parecido. Todos Es algo que flota en el ambiente. Esta se sonríen alborozados por las aceras, y no es misma mañana, como tantas otras veces, he co- raro ver centenares, tal vez miles de vehículos, incidido en el ascensor con la más hermosa de ensartados e inmóviles en la calzada, mientras mis vecinas, de la que ignoro hasta el nombre, sus ocupantes se abrazan con profusión, inter- pero que debe de ser estudiante de medicina cambiándose los números de teléfono, y dando o así; más que nada por los libros con que sue- lugar a unos tan eufóricos como monumentales le ilustrar su sobaco a diario. Nunca habíamos atascos que han paralizado el curso normal de pasado del saludo somero y cortés; hablar del la vida en nuestra ciudad. La radio repite incan- tiempo es de viejos. La verdad es que nunca me sablemente el mismo diagnóstico para el resto he visto hablándole del tiempo a alguien con de las ciudades del país; la televisión nos acerca minifalda. Al menos, no en un ascensor. la misma imagen mundana del puro gozo. Y no Hasta hoy nos limitábamos a rehuir el ho- es para menos. En corros, cafés y tertulias no se rizonte habitual de la mirada, aventando nues- habla de otra cosa. Los más sesudos, reflexivos y tra angustiosa claustrofobia social, bien hacia el maduros intentan poner cierto coto a la euforia, techo, bien hacia el suelo del ascensor, mientras señalando y encareciendo los inconvenientes el tiempo que tardábamos en descender los diez que pudieran acarrearnos los excesos. Los más pisos que quedan hasta abajo se hacía turbador cenizos y materialistas de entre los sociólogos e interminable. Pero hoy ha sido diferente. Aun- mediáticos hablan, y no paran, de descensos en que nada, salvo el saludo inicial, ha turbado el la producción fabril, y en general, de un ambien- silencio de tan corto desplazamiento, nuestras te menos propicio al estajanovismo. Otros, mu- miradas han convergido en un momento deter- cho más optimistas, pero también con barba y minado, y ambos hemos esbozado una sonri- aun coincidiendo a priori con tales pronósticos, sa tan cómplice como culpable. Finalmente he aventuran una mayor producción y entusiasmo avanzado un paso, he extendido la mano y le he

14 acariciado la mejilla. Ella ha reclinado su cara en lamento-algo que no ocurría desde Dios sabe mi palma, al tiempo que la besaba levemente, y cuándo-, y tras haber aprobado una moción por el desorden se ha apoderado al instante de ha- unanimidad, se ha prorrumpido en vivas tan bitáculo tan exiguo. Los libros pronto estaban espontánea como entusiásticamente. Se tiene por el suelo, desparramando y descabalando constancia ya de reyertas y atracos que, disuel- anatomías y farmacologías, según creo, y una tos en el maremágnum de la noticia, han acaba-

in c in n at i de mis manos buscaba el botón de STOP mien- do en abrazos y arrumacos: aunque no ha sido

C tras la otra se afanaba en no sé qué abotonadu- aún plenamente confirmado, el telediario de las e d ra. Nos hemos amado allí mismo. Tal y como la tres daba noticia de un atraco a una sucursal situación requería ha sido asalto breve, aunque bancaria de Almendralejo, donde la noticia, a

r i c a nsatisfactorio. o s Al cabo, ya recompuestos, he re- través de los boletines horarios radiofónicos, ha- e cogido sus libros y apuntes y se ha reiniciando bría irrumpido en medio del forcejeo entre una el descenso. Abajo, frente al portal, y con alegre vigilante jurado y un atracador armado. Según r o a m e azoramiento, nos hemos despedido a la sordina; parece, y como comentaban algunos testigos, i b s e eso sí, con una sonrisa dulce y cómplice en los el forcejeo duró más de hora y media y puede labios. acabar en boda.

s c r i t o r Por lo que he podido ver, el ambiente La nota amarga de la jornada ha resi-

E callejero no era muy diferente, aunque el pudor, dido en el elevado número de suicidios entre estoy convencido, menoscaba todavía muchos fabricantes de profilácticos, agoreros de fin de impulsos y deseos haciéndolos, por contra, cada milenio y creadores de realidad virtual. Pero ni vez más imperiosos y formidables. siquiera eso ha ensombrecido la noticia del día, Por la tele recomiendan calma a la po- del año y puede que hasta del siglo. Cuando ya blación, pero al hombre del tiempo, del que no existía ni esperanza, han aparecido a la vez sólo se veía el busto, se le ha apreciado un estre- vacuna y antídoto, y en Cádiz, por lo visto, ya mecimiento inhabitual, avergonzado, espasmó- se planea instituir el entierro del sida desde el dico e inquieto. Por la radio no hacen sino escu- próximo carnaval. Eso sí, entre chanzas, chirigo- charse voces quebradas, discursos inconexos y tas y el mayor desenfreno organizado de que se deshilvanados, gallos inquietantes y notas que tenga noticia. Estamos salvados. van y vienen despavoridas y placenteras por las ondas. El ministro de Sanidad ha aparecido ante las cámaras a las cuatro y media. Su sonrisa lobuna era suficientemente elocuente. En la universidad, en medio de un am- Carlos M. Gutiérrez (Ameyugo, España, 1965), es pro- biente acalorado, asambleario y unánime, se ha fesor de literatura en la Universidad de Cincinnati, USA, donde también sirve como coeditor de Cincinnati Roman- decidido la suspensión temporal de las clases ce Review. Anteriormente, ha sido profesor en las univer- por un tiempo prudencial, que nadie ha osado sidades de Valladolid (España), Estrasburgo (Francia) y fijar. Un amigo me ha dicho que el metro está Arizona State (USA). Ha publicado diveros ensayos, rela- colapsado, parados los convoyes en cualquier tos, artículos y reseñas en revistas de España, Latinoamé- rica y los Estados Unidos. Es autor de las colecciones de parte de su recorrido, y que el desenfreno más relatos Dejémonos de cuentos (Valladolid: Grammalea, 1994) irreprimible se ha apoderado de los vagones. y La red ciega (Lima: Hipocampo, 2008), así como de diver- Sólo los más ancianos, y no todos, se dedican a sos estudios críticos sobre el Siglo de Oro español, entre mirar. La mayoría no entienden tal trajín, pero los que destaca La espada, el rayo y la pluma: Quevedo y los campos literarios y de poder (Purdue UP, 2005). otros jalean ruidosamente las faenas. En el par-

15 Cuento6 Cuentos DeEl buena filósofo fe p o r pJou r a nA rAmna t n o d n oi o R Go mó me re o z

a poco queda del filósofo en la cantina. Pedazos, retazos. Le faltaba un pie, una Ypierna al filósofo. Un brazo, una mano. Pocas cosas: un cenicero, la huella de su uña en la madera, el rastrillar del zapato. Limitados a to como frente a un semáforo. La historia era verlo de esa forma era como un cristal en la que a cada idea que tenía el filósofo le apos- ventana descomponiendo la luz, irritándola, taba un pedazo del cuerpo. Tan convencido arañando las paredes donde el papel repro- estaba de la verdad de sus argumentos. Así, a ducía figuras borrosas, como ahora el filósofo, la idea de que el viento estaba compuesto de arriesgándose a no ser, a irse entre volutas. dos partes iguales con distinto peso y volu- Las pocas personas que prestaban atención men, la cual hacía descender de los antiguos a la presencia del filósofo, a más de nosotros, helenos, le tiró al azar la suerte de sus dedos y también desaparecieron. Luzmila, quien una por consiguiente su mano, y la perdió cuando vez le dio con el plato y su sonrisa en plena el viento del amor único le traspasó la camisa cara, se limpió las manos en el delantal, esos y le arrulló el corazón. Él decía, contento, que dedos rojos de lavar loza, y salió del cuadro, y esa vez casi apuesta la cabeza. aunque se presumía que estaba allí, ya nunca Un pie por la caída de los cuerpos como más se la pudo ver. El árabe, conocido como razón de la inmanencia del alma; toda una el turco, el libanés, el judío, el infiel, el maldito pierna por los negocios turbios de la fe y la es- que se lleva la quincena entre las telas, tam- peranza; el hígado por la transubstanciación bién se fue con los vientos, pasó el umbral, al de los cuerpos; el apéndice por la infalibilidad sol, y se perdió calle abajo, carreta en mano, del Papa. No sabemos a qué extraña razón nunca volvió. Alonso Aguado, borracho entre apostó a Luzmila y a los otros. las patas de las mesas se convirtió en tres o Poco queda del filósofo en la cantina: ceni- cuatro tapas de cerveza cuando volteamos a zas, los garabatos de su uña en la madera, el mirar. Asimismo vieron al filósofo otras perso- rastrillo de un zapato contra el suelo. Afortu- nas que encontraron la nada como un perrito nadamente no tuvo tiempo de tener una nue- amarrado al poste del alumbrado, y por ello va idea por nosotros, o tal vez supuso que no sufrieron y se desvanecieron. valíamos el hilo de su pensamiento. Y aunque Que el filósofo hubiera perdido las extre- esta reflexión es triste, nos permite saborear midades es una historia singular que uno no el gusto de una victoria. puede narrar sin detenerse en el pensamien-

16 lar pero que é1 quería ver, obstinado, como El arquitecto la esfera de Saturno, y que sin embargo no era otra cosa sino una curva cerrada, la cual resultaba al cortar un cono con su ir y venir por el plano del edificio cruzando así todas las directrices. odríamos llamarlo el Arquitecto, el Cu- in c in n at i Era la soledad de sus noches la que lo en-

C bista, el Geómetra; cualquier apelativo tretenía; soledad que un día admiraba como e d iríaP bien con Arsecio, el hombre que lo veía un coseno o una cosecante, dada su particu- todo en líneas. Al levantarse por la mañana, laridad de saber moverse en distintas direc-

r i c a nArsecio o s no veía los pliegues de sus sábanas y ciones. Nada pasaba y él hacía su ronda coti- e cobijas sino una multitud de triángulos esca- diana suponiendo que eran para siempre los lenos, isósceles, rectangulares y equiláteros; ángulos correspondientes de su vida. r o a m e en el cepillo de dientes encontraba la ley de i b Sin embargo un día oyó un extraño ruido s e las paralelas y en el dentífrico un día un hexá- desde los fondos paralelepípedos y arma en gono, otro un heptágono, todo dependiendo mano, como escuadra que traza perpendicu-

s c r i tde o r la marca y el tamaño; sus zapatos eran cu- lares, descendió a los planos inferiores. Una

E bos y sus pies poliedros de cuatro caras. Para luz que lo hizo visible como figura en el espa- llegar a la cocina tomaba una línea mediana y cio le cayó por el cuerpo y a la voz de “no te de allí al comedor y a la sala iba en triagonal, muevas, quédate quieto o te freímos”, levan- aunque al pasar de un cuarto al otro experi- tó el arma. Pero antes de que su dedo índice mentaba ese cambio de dirección que dupli- vertical se encogiera en horizontal y se cerra- caba su imagen creando una doble refracción ra en una semicurva sobre el gatillo, una bala donde el rayo incidente y el rayo refracto y la vino hacia él en línea recta. En este preciso línea normal abandonaban el plano de inci- momento es indispensable tener en cuenta dencia logrando así quebrar las imágenes en la acción de las fuerzas exteriores que obran miles de astillas, como rectas que iban de un sobre el proyectil durante su movimiento, y punto al otro por el camino más corto y que- especialmente la gravedad que lo atrae hacia daban dentro de la casa cuando Arsecio abría el suelo. Fue pues necesario, para alcanzar el el cuadrilátero de la puerta, que entre base y punto determinado en Arsecio, que el intruso altura medía las verticales de su cuerpo. dirigiera el arma según una dirección o línea Siguiendo una línea curva con puntos de tiro sensiblemente elevada sobre la hori- equidistantes a un punto fijo, el cual hacía zontal para compensar la acción de la grave- de foco, y a una recta fija, directriz, Arsecio dad sobre el proyectil. se las ingeniaba para llegar a las hipérboles Fue un solo instante por lo cual Arsecio per- paraboloides proyectadas en cinco pisos que dió la única posibilidad en su vida de saber era el banco donde trabajaba como vigilante que la línea de puntería, que unía el ojo del nocturno. Describiendo rombos perfectos en intruso con él, estaba determinada por una un ala del edificio, que era un paralelogramo, recta que pasaba por la cúspide del punto del y luego construyendo con fidelidad esa cur- arma y el fondo de la muesca del alza, y que va sin cerrar que se aleja cada vez más de su la bala daría en el centro de su corazón, en el centro, Arsecio completaba espirales que por mismo sitio donde dos triángulos equiláteros error y necesidad devenían una esfera armi- invertidos se encuentran.

17 Los rinocerontes Constructor

A Jaime García Maffla los rinocerontes los dejaron al final de s necesario que diga cómo construí el la cola. Nadie sabía dónde meterlos. mundo. Con la tijera mi madre había ATodos fuimos pasando, uno a uno, por la puer- idoE cortando esas trizas de verde que yo plan- ta estrecha, pero ellos no pudieron entrar. Ba- taba: árboles de una selva que la suerte podía jaron la puerta de sus goznes pero tampoco. desflorar de un manotazo. Hacer una cascada Quitaron el marco, imposible. ¿Qué vamos a no era el problema sino el brillo que la consu- hacer con los rinocerontes?, preguntó uno. No mía. Como ríos navegaba el papel de estaño hubo respuesta. Era obvio que no podíamos de los cigarrillos y con el cartón de las cajas seguir adelante si no pasaban los rinocerontes. se levantaban cerros que el dedo hurgaba Hacía calor en el cuarto y algunos empezamos en busca de cavernas para las hormigas. Las a sentirnos molestos. Los rinocerontes, al sol, casas tenían manos como banderas desde estaban quietos y parecían no darse cuenta. Yo las ventanas. Había puesto musgo y epífitas dije que por qué no los metíamos por el techo, como borrones de tinta entre los campos, y “al fin y al cabo un tragaluz más no importa”. en el cielo ese sol que era el bombillo de la Y así lo hicieron. Ya adentro, los rinocerontes sala. Así construí el mundo que podía recorrer nos miraban con rostro agradecido. Entonces de un solo paso, acariciar con la mirada desde nos fuimos y los dejamos allí. Todavía no se ha mi cuarto. Así pude vencer el estremecimien- inventado un buen método para sacar de ese to y dar aviso de lobo a los pastores que lo lugar a los rinocerontes. poblaban con sus ovejas de palo.

La tía Chinca al infinito. No sé cómo era su mediodía por la sala, donde voz porque nunca me dijo una toda la familia se reunía a oír A Antonio Zibara palabra de rabia ni de cariño. las canciones de Pedro Infan- Tengo memoria sí de sus ves- te, mi tía Chinca dejaba una unca hablé de mi tía tidos negros y de sus babu- estela de cenizas y escombros Chinca por miedo a su chas gastadas por un caminar como si lentamente se estu- Nsilencio. Recuerdo esas lar- de no sé dónde. Nadie me dijo viera deshaciendo. Pero nadie gas oleadas de humo que ve- qué hacía mi tía Chinca los lo notaba, o ¿era yo sólo el que nían desde la última pieza, la domingos o si tuvo amores descifraba las manchas que que daba al patio, y que eran secretos, pasiones violentas, dejaba en el espacio? Dicen producto de sus cigarros ba- encuentros fortuitos. ¿Qué ha- que murió pequeñita, como ratos. Ella los fumaba allí, en cía mi tía Chinca sentada sola una torcaza, y que con ella en- lo oscuro, como quien saluda en el patio? Cuando pasaba a terraron también su silencio.

18 De los trenes

A Diana I in c in n at i II C e d e otra cosa no podíamos hablar sino del Ya fuera en los escaños de la cocina o en tren que por el cañón del Dagua nos lle- la soledad del portón hablábamos intermi- r i c a nDvaba o s hasta el mar. Era el tren más largo que sus nablemente del tren y sus pasajeros. Pero la e pasajeros y siempre andaba como fracasando verdad era que no había más que un solo tren por las cuestas porque el humo era tan rápido y era ése el de los sueños, y nadie nos iba a r o a m e que precedía a la locomotora. Sin embargo,

i b despertar a la realidad de piedras encade- s e al enfilar por el cañón de ese río profundo ai- nadas con bejucos. Si queríamos imponer el raba sus ruedas con espantosos chirridos, y tren pitábamos con él y con toda el alma por los pájaros que dormían sobre los durmien- s c r i t o r la casa y pronto estábamos en marcha, y el E tes espantaban la yerba con el tropel de sus tren viajaba sin tropiezos por la sala y salía del alas para dar paso al meteoro. En la mañana largo túnel del pasillo a la boscosa luz del pa- dejábamos una y otra estación desierta por la tio. Viajábamos todo el día tirando carbón a lluvia y el calor, y nos enrumbábamos al hue- la caldera o repartiendo barriles de leche fría co tentador del mar y su puerto. El fin del via- desde el furgón del correo. Por la tarde regre- je era un paisaje de mujeres que desafiando sábamos como de otro mundo, bañados por el carbón encendido de la máquina, venían el sol del trópico y con los dedos ennegreci- a imponernos silencio con el estrépito de los dos por la fricción de las piedras. Habíamos frutos de sus cabezas. abandonado el tren con su destino al fondo del patio, donde empezaba el mar a cubrir de prisa y óxido sus olas.

Armando Romero (Cali, Colombia 1944). Perteneció al grupo inicial del nadaísmo en Cali. Viajó y residió en varios países de América, Europa y Asia, entre ellos México y Venezuela. En Grecia escribió su primera novela, Un día entre las cruces y el libro de poemas, Cuatro líneas (2002). Entre sus libros figuran: Poesía: El poeta de vidrio (Caracas, 1976); A rienda suelta (Buenos Aires, 1991), Hagion Oros- El Monte santo (Caracas, 2001), A vista del tiempo (Medellín, 2005); Cuentos: E l demonio y su mano (Caracas, 1975); La casa de los vespertilios (Caracas,1982); La esquina del movimiento (Caracas,1992); La raíz de las bestias (México,2005); y las novelas: Un día entre las cruces (Bogotá, 1993); La piel por la piel (Caracas, 1997) y La rueda de Chicago (Bogotá, 2004).

19 Caminar es bueno para la salud

p o r Nicasio Ur b i n a

l lunes catorce de julio Rodolfo Izcabal- antes de las nueve entró Jacinto corriendo y zeta Munain salió a caminar como lo ha- llamando a gritos a doña María, con la noti- cíaE todos los días de la vida desde que le dio cia de que un carro había atropellado a don aquel infarto cardíaco que por poco lo lleva a Rodolfo y que estaba en el hospital. La señora la tumba, pero ese día ya no regresó a su casa. salió de la cocina y sin pasar por el dormito- El doctor Martínez, su médico de cabecera, le rio ni recoger su cartera le ordenó al chofer dijo que no volviera a fumar en su vida, que co- que la llevara al hospital. Martín, el hijo ma- miera poca carne y grasas saturadas y que hi- yor estaba saliendo del baño cuando escuchó ciera ejercicio. Desde que se recuperó Rodolfo la conmoción, terminó rápido de peinarse y había seguido al pie de la letra las indicaciones salió de la habitación. En el pasillo se encon- del galeno. Todas las mañanas salía de su casa tró con Lorena, su hermana menor, quien ya frente a la iglesia de Xalteva, bajaba por la calle tenía la cartera en la mano y lágrimas en los Real, cruzaba el Parque Central, descendía por ojos. “Vamos -le dijo-, algo horrible ha sucedi- la calle La Calzada hasta el lago, y caminaba por do”. Al pasar por el comedor Martín le ordenó la costa hasta la Cabaña Amarilla. Ida y vuelta, a la empleada que avisara a Gloria y a Javier, y a buen paso, le tomaba un poco más de una continuó derecho hasta el carro. hora. Rodolfo confiaba que la disciplina que Rodolfo era un hombre alto y fuer- se había impuesto iba a extender su vida por te, con el cabello negro y un bigote grueso unos veinte años más, tiempo suficiente para e hirsuto. Era jovial y simpático, tenía la voz ver a sus hijos casados y gozar en tranquilidad grave y la mirada pícara. Había trabajado des- la fortuna que había amasado en muchos años de niño y en la juventud empezó a comerciar de trabajo. Nunca se imaginó que esa discipli- con electrodomésticos, en su mayoría de con- na era la que lo iba a llevar a una muerte pre- trabando. Luego puso la fábrica de camisas matura, y lo que nunca se hubiera imaginado Hunter que pronto fueron las más famosas es que la camioneta que lo arrolló iba conduci- del país. Trabajaba desde la mañana hasta da por Martín, su hijo mayor la noche, y cuando tuvo dinero empezó una La mañana del suceso todo parecía cría de caballos de raza que no sólo lo hizo marchar con normalidad, hasta que poco uno de los hombres más admirados del país,

20 sino que le produjo también pingües ganan- sitio donde se desharía del vehículo. Desde cias. Era generoso con sus hijos y cuando lle- que tomó la decisión empezó un luto secre- gaban a edad de trabajar les abría espacio en to y sincero por la muerte de su padre. Fue sus negocios. Aunque era un hombre queri- más puntual en sus obligaciones, conversaba do y dadivoso, no faltaban personas que lo largamente con él y se esmeraba en compla- detestaran. “Los negocios son los negocios” cerlo en las cosas que le eran importantes. solía decir con una sonrisa en los labios, “no Cuando llegó el momento de llevar a cabo el es nada personal”. Pero el que pierde general- plan, Martín estaba convencido de que le es- mente se lo toma en forma muy personal. Por taba haciendo un favor. eso, cuando María lo vio acostado en la mesa Rodolfo murió una hora después de de operaciones, conectado a cien aparatos ser atropellado. Tenía múltiples fracturas en y bañado en sangre, inmediatamente pensó todo el cuerpo, hemorragia interna, una cos- que se trataba de un asesinato. tilla le había perforado el pulmón izquierdo y El oficial de investigación que se en- el hígado se había visto comprometido por el cargó del caso visitó el lugar del incidente. Le- impacto. Los doctores hicieron todo lo posi- vantó un diagrama, observó detenidamente ble por salvarlo pero sus esfuerzos fueron in- el sitio, comprobó las condiciones climáticas, útiles. Nunca recobró el conocimiento y a las interrogó a los posibles testigos, y examinó nueve y treinta de la mañana de ese catorce todos los vehículos que habían transitado por de julio el doctor de turno en el hospital fir- la carretera esa mañana. Cuando redactó su mó la partida de defunción. El mismo día se informe concluyó que se trataba de un acci- trasladó el cadáver a la funeraria, lo limpiaron dente de tránsito, que el conductor culpable y lo compusieron para presentarlo como en se había dado a la fuga y que aún se ignoraba sus mejores días. Le recortaron el cabello y el su identidad. María y los hijos no aceptaron bigote, le pusieron maquillaje en la cara, le li- esas conclusiones. Contrataron a Carlos Ma- maron las uñas y lo vistieron con un traje ne- nuel Silva, el mejor investigador privado de la gro y corbata de seda. La vela se llevó a cabo ciudad y levantaron una lista de los clientes esa misma noche y a ella asistieron cientos de y socios que podían estar descontentos por parientes y amigos. Todos tenían algo bueno una razón o por otra. que decir del difunto y palabras de aliento Martín había soñado por meses con para los deudos. Al día siguiente fue el fune- deshacerse de su padre. A pesar de su imagen ral, con misa de cuerpo presente en Catedral jovial y amistosa Rodolfo era un jefe severo y y cortejo fúnebre hasta el cementerio. exigente. Martín cumplía con sus obligacio- La investigación no arrojó luz sobre nes al detalle, pero secretamente soñaba con el accidente. Rodolfo iba caminando a buen ser el líder de ese pequeño imperio econó- paso a un lado de la carretera, como lo hacía mico. Robó una pick up vieja y destartalada y todos los días desde la mañana del infarto. la escondió en un cobertizo que tenía desde Muchas personas que transitaban por ahí esa hacía años para guardar las motocicletas anti- mañana lo vieron pero nadie presenció el ac- guas que coleccionaba. Estudió bien la rutina cidente. Cándido Muñoz salía a pasear todas de su padre, recorrió muchas veces la ruta de las mañanas frente al lago y se detenía en el su caminata con el fin de determinar el lugar mismo lugar a observar las olas. Esa mañana apropiado para embestirlo. Calculó el tiempo vio un bulto tirado a un lado de la carretera. que le demoraría regresar a casa, y escogió el Primero pensó que se trataba de basura que

21 algún desconsiderado había tirado subrepti- traron el vehículo homicida: una camioneta ciamente. Cuando se percató que se trataba de tina, Ford del setenta y cinco, muy vieja y de una persona, pensó que era algún borra- destrozada. Pertenecía a Mario Mendoza Bo- cho irredento que hasta ahí había llegado la laños pero había sido robada tres semanas noche anterior, pero al acercarse un poco más antes del accidente y Mario no tenía ningu- notó que había mucha sangre en el suelo. na conexión con el finado. La cabina estaba Cándido siempre había tenido aversión a la destruida por el fuego, de forma que no ha- sangre y no pudo acercarse lo suficiente para bía ninguna evidencia concreta que pudiera comprobar si estaba con vida, pero llamó in- conectar al posible asesino, y nadie la había mediatamente a la ambulancia y la policía, y visto circular por la carretera del lago esa ma- esperó en el sitio hasta que se presentaron las ñana. No obstante, el guardafango derecho autoridades. tenía la abolladura exacta donde impactó el Todo había ocurrido con tanta rapidez cuerpo de Rodolfo Izcabalzeta, lanzándolo que María no alcanzaba a entender aquella varios metros en el aire hasta estrellarse en el banal fatalidad. Su marido de treinta años ha- suelo. No habían marcas de llanta en la carre- bía desaparecido en un instante, sin ningún tera por lo que el investigador supuso que el aviso o premonición, y ella quedaba viuda sin conductor ni siquiera había intentado esqui- tener idea de cómo empezar a ordenar los varlo, que no había frenado tras el impacto, ni múltiples asuntos y negocios que administra- había hecho ninguna maniobra brusca propia ba su marido. Martín que era el mayor debía de un accidente fortuito. encargarse de los negocios y manejar las em- “Lo atropellaron por gusto” le confió Carlos presas. Lorena era activa y talentosa, y podría Manuel a su amigo Róger Guadamuz, mien- hacerse cargo de las tiendas y las camiserías. tras se tomaban una Victoria en la esquina del Javier, quien gustaba más del campo y los ca- Flamingo, “el problema es saber quién y por ballos podría hacerse cargo de las tierras y la qué”. crianza de los purasangres. Gloria aún estaba “¿Y la familia?” preguntó Róger. en la universidad y debía continuar sus estu- “Todos tienen coartada. Martín estaba en dios por dos años más. “Ya tendrás tiempo de su cuarto y no salió hasta que ya habían re- ayudar” le dijo la madre abrazándola con ter- cibido la noticia. Javier y Gloria estaban en el nura. Club jugando tenis y hay gente que lo corro- El investigador Silva comprobó el pa- bora, Lorena salió de su habitación temprano radero de decenas de personas que podían y estuvo sentada en el corredor leyendo el tener razones para matar a Rodolfo. Socios periódico y tomando café. Doña María desde que no habían salido muy bien parados en al- muy temprano estuvo dando órdenes en la guna transacción. El comprador de un caballo cocina y arreglando chunches en la despen- que murió misteriosamente a los seis meses. sa. Además, no parece haber ningún motivo El campesino que tuvo que entregarle sus para que alguno de ellos quisiera matarlo”. tierras por una deuda que no pudo pagar. El “Me parece mi estimado Sherlock que este marido ofendido por la aventura que Rodolfo es un misterio que no podrás aclarar” le dijo había tenido con su mujer. La lista de posi- Róger Guadamuz levantando la cerveza en bles sospechosos no era breve, pero tampoco señal de brindis. había pruebas fehacientes contra nadie. Des- Al cabo de tres años la fábrica de ca- pués de varias semanas de búsqueda encon- misas Hunter había sido mal vendida a unos

22 inversionistas chinos, los socios que habían trabajado muy bien con Rodolfo durante años se fueron retirando, las tierras dejaron de producir como lo hacían antes, los caba- llos enfermaron, las yeguas dejaron de parir, Nicasio Urbina, poeta, cuentista, ensayista e investiga- y todo el imperio de Rodolfo Izcabalzeta Mu- dor literario nicaragüense. Reside en los Estados Unidos nain se desintegraba rápidamente. Una ma- desde 1987. Tiene un Doctorado en Literatura Hispáni- ñana, cuando Martín regresaba de firmar el ca por la Universidad de Georgetown, Washington, D.C. traspaso de la fábrica de camisas pensó que (1987). Fue Embajador de Nicaragua ante la Organi- zación de Naciones Unidas (1997-1998). Ha publicado quizás nunca debía haber planificado aquel innumerables artículos, ensayos y conferencias en revistas accidente aciago, que las cosas en realidad y periódicos. Obra poética: Sintaxis de un signo (1999); estaban mejor cuando su padre las adminis- cuentos: El libro de las palabras enajenadas (1991) y El traba, pero aún así se sintió orgulloso de su ojo del cielo perdido (1999); ensayo: La estructura de la novela nicaraguense (1996), La significación del género: talento y su habilidad; después de todo, él era estudio semiótico de los ensayos y las novelas de Ernesto ahora el jefe de familia. Sábato (1992).

23 Basilio Dobras p o r En r i q u e Ja r a mi l l o Le v i

Basilio Dobras, colonense, médico pediatra y nefrólogo, hijo del poeta Basilio Dobras Ramos, gana en 2009 el Premio Centroamericano de literatura “Rogelio Sinán” con su novela Napasto. Lo entrevisté bre- E

vemente por internet antes de que se publicara su libro. r t n e a t s i v

1. ¿Cu á n d o t e d a s c u e n t a d e q u e q u i e r e s s e r e s - bueno para que alguien lo lea. ¿Le su- acompañada de conceptos que no se c r i t o r : a n t e s o d e s p u é s d e e s c o g e r l a m e d i c i n a cede esto a otros escritores? limitan a lo artístico, de filosofía, de c o m o p r o f e s i ó n ? sociología, de algo de antropología e 3. ¿Es o s c u e n t o s f u e r o n l o p r i m e r o q u e e s c r i b i s - historia. La novela requiere de más Creo que comencé a escribir a los t e formalmente e n e l c a m p o d e l a s l e t r a s ? tiempo, no necesariamente de más once años, sólo que en esa época no trabajo. Tal vez tendría que escribir me imaginaba a mí mismo como es- Formalmente no, pues en 1986 com- más novelas para contestar satisfac- critor. Lo de querer ser escritor vino partí honores en el Premio Pablo toriamente esta pregunta. después de leer a Julio Verne, en la Neruda de cuentos de la Universidad época en que todavía ni soñaba con de Panamá con otro escritor novel de 6. ¿Qu é t e i m p u l s a a e s c r i b i r Na p a s t o , n o v e l a leer a Cortázar. El problema vino apellido creo que Reynolds que aho- c o n l a q u e g a n a s e l Pr e m i o Ce n t r o a m e r i c a n o d e cuando me dijeron que en Panamá ra es abogado. Li t e r a t u r a “Ro g e l i o Si n á n ” 2009-2010? un escritor no puede vivir de su obra, así que busqué otra profesión que 4. ¿Có m o e s e l s a l t o a l a n o v e l a ? El deseo de que otros escuchen algo también me gustara. que quiero poder compartir. También No resultó tan difícil como creí que el sentimiento aún fulgurante de ha- 2. Ti e n e s d e s d e h a c e a ñ o s m a t e r i a l d e c a l i d a d sería. Ahora creo que el crear un ber vivido junto a Napasto, lo que me p a r a u n p e q u e ñ o l i b r o d e c u e n t o s . Me p a r e c e q u e cuento es más difícil; el escribir un heredó en su pobreza económica y de u n a p r i m e r a v e r s i ó n d e a l g u n o s d e e s o s t e x t o s s e cuento es como crear un castillo de su riqueza humana. Y por supuesto, c o c i n ó e n u n t a l l e r q u e t o m a s t e c o n m i g o m u c h o s palillos y naipes, que con facilidad se el sentido de que soy colonense, y de a ñ o s a n t e s ... Re c u e r d o q u e r e v i s é u n a v e r s i ó n derrumba y cuesta volver a levantar; que aún está por verse el día en que el m á s p u l i d a d e l o s m i s m o s y e s t a b a d i s p u e s t o a en cambio escribir novela me pareció mundo y nosotros mismos le hagamos p u b l i c á r t e l o s e n l a c o l e cc i ó n “Cu a d e r n o s m a r g i - algo así como construir un castillo de justicia a la ciudad de Colón. n a l e s ” d e l a U.T.P. h a c i a 2006, p e r o a l f i n a l n o arena. t e a n i m a s t e . ¿Qu é p a s a c o n e s o s c u e n t o s ? ¿Er a 7. ¿Qu é significa e s e t í t u l o ? u n a s u n t o d e timidez l i t e r a r i a ? 5. ¿Qu é g r a d o d e c o m p l e j i d a d t i e n e p a r a t i e s t e g é n e r o e n c o m p a r a c i ó n c o n e l c u e n t o ? Se origina de una voz griega que sig- Debe de haber algún grado de perfec- nifica “vete a…” Cuando decidí este cionismo en mi decisión, ese perfec- La novela no se limita a la fantasía y a título no pensé en el significado y su cionismo que me dice que todavía lo la destreza en el manejo del lenguaje relación simbólica con la obra, sino en que he escrito no es suficientemente que requiere el cuento, la novela va el origen griego del tema. Sin embar-

24 go, ahora veo que la obra tiene que ver con el hecho de que muchos expa- triados fueron largados de sus hogares, países y tierras, aún por sus propios congéneres y familiares. Creo que el exilio no es un concepto extraño a na- die. Y la novela habla del exilio.

8. ¿Po d r í a s d e s c r i b i r l o q u e s e n t i s t e y p e n s a s - t e a l s a b e r q u e t e h a b í a s g a n a d o e s e prestigioso c e r t a m e n l i t e r a r i o r e g i o n a l q u e f u n d é e n 1996 e n l a U.T.P. p a r a h o n r a r l a m e m o r i a d e Si n á n y p r o p i c i a r l a c r e a c i ó n l i t e r a r i a e n t o d a Ce n t r o - a m é r i c a ? cia en uno mismo. Mi primera nove- la la escribí en mi adolescencia, y lue- Bueno, siempre tuve el sueño de ga- go del punto final se fue a la basura nar un certamen literario de presti- con todo y sus posibilidades. Y desde gio, y en Panamá hay muy pocos a esa época había desistido de volver a donde ir a concursar. Recibí la noti- intentarlo. Creo que no es suficien- cia con sorpresa. Es maravilloso que te tener entre manos algo bueno que este certamen sea una puerta a esta contar. Así como en el cuento, hay oportunidad y a este sueño que es- que dejar madurar un poco la idea, toy seguro que no soy el único que darle vueltas en la cabeza, y tal vez los ha tenido. Debo darle las gracias compartirla con un amigo antes de al gestor de esta iniciativa y decirle colocar los dedos sobre el teclado y que debería ser emulado por muchos dejarla salir de donde se encuentra otros en Panamá. oculta.

9. Ah o r a q u e t u p r i m e r a n o v e l a h a s i d o p u b l i c a d a 11. Ej e r c e s a c t i v a m e n t e l a m e d i c i n a y s i n d u d a p o r l a U.T.P., y e s t á e n v a r i a s l i b r e r í a l o c a l e s , e r e s u n a p e r s o n a m u y o c u p a d a , ¿e n q u é m o m e n t o s ¿q u é e s p e r a s d e l o s l e c t o r e s p a n a m e ñ o s ? e s c r i b e s y p o r q u é l o h a c e s ? Basilio Dobras Ramos. Doctor en Creo que la novela Napasto tiene Esta novela la escribí dentro de mi medicina, pediatra (maestría), nefró- aciertos estéticos, un fuerte conte- auto en el estacionamiento del hos- nido político y social y un mensaje logo pediatra (doctorado). Nace el pital donde trabajo. Pero a veces le 23 de julio de 1964, en Colón, Pana- de esperanza. Espero que los gustos robo tiempo a mi esposa, a mis hijos, má. Tomó un taller de cuento en 1996 más exigentes tengan en cuenta que y a mi sueño. Lo hago porque me en el INAC, con Enrique Jaramillo Levi es una primera novela. Espero que genera satisfacción, tal como si fuese y un curso de redacción literaria en sus lectores se encuentren un poco en una vocación u otro ser viviente. la Delegación de la Colonia Roma, ella. Pero también quisiera la lupa de Distrito Federal, México en 1995. Na- los buenos críticos literarios, que en 12.¿Ti e n e s a l g ú n n u e v o p r o y e c t o l i t e r a r i o e n t r e pasto es la primera obra completa pu- Panamá los hay. m a n o s ? blicada, pero hay varios cuentos en revista Maga, y en la antología: Hasta 10.¿Ti e n e s u n a c o n c e p c i ó n d e l o q u e e s o d e b e s e r Sí, estoy madurando una novela ba- el sol de la mañana (1998). Premio Pa- blo Neruda de cuento 1986, Verano u n a n o v e l a , q u e p u e d a s c o m p a r t i r ? sada en una de las aventuras sociales INAC 1987, y Menciones honoríficas más sorprendentes de la historia la- Me gustaría dirigirme a los que están en el Premio César Candanedo de tinoamericana, ocurrida allá por los cuentos 1994, en el Premio Ricardo comenzando en el quehacer literario. años cincuenta, y también tengo otra Miró de cuentos 1996, y José María Una novela es el resultado de una novela en ciernes que me está costan- Sanchez 2006. gran dote de perseverancia y creen- do comenzar a escribir.

25 Leer metaficción es una actividad riesgosa

p o r La u r o Za v a l a Méxicano M c s i e a i n a l La lectura de materiales metaficcio- El c u e n t o h i s p a n o a m e r i c a n o y Quijote encontramos, entre otros re- nales es una actividad riesgosa. El lec- l a n a r r a t i v a c o n t e m p o r á n e a cursos metaficcionales, personajes tor de metaficción corre el peligro de que formulan comentarios acerca de perder la seguridad en sus conviccio- la primera parte del Quijote o que se nes acerca del mundo y acerca de la Los cuentos hispanoame- divierten con un ejemplar de esta no- literatura. También corre el riesgo de ricanos de naturaleza metaficcional vela, así como la multiplicación de la modificar sus estrategias de lectura y comprenden, entre otros, toda la voz narrativa, la representación del de interpretación del mundo. Pero el obra narrativa de Jorge Luis Borges, narrador y el protagonista por medio mayor riesgo al leer estos textos es tal los textos más experimentales de Ju- del teatro guiñol, la pérdida y subsi- vez su poder para hacer dudar acer- lio Cortázar, la escritura posmoder- guiente recuperación del manuscrito ca de las fronteras entre lo que llama- na de Salvador Elizondo, las fábulas en el que se apoya la escritura, el se- mos realidad y las convenciones que paródicas de Augusto Monterroso y ñalamiento implícito de que el narra- utilizamos para representarla. algunos de los textos más complejos dor es un mentiroso (al ser de origen En las páginas que siguen escritos por Macedonio Fernández, árabe), y diversos comentarios for- ofrezco algunas consideraciones para Felisberto Hernández, Efrén Her- mulados por otros personajes acerca el estudio de un campo poco atendi- nández, Oliverio Girondo, Octavio de la narrativa escrita contemporá- do por la crítica: el carácter meta- Paz y muchos otros escritores con- neamente a la producción de esta ficcional de gran parte del cuento temporáneos, entre ellos Guillermo novela, con la cual se establece un hispanoamericano a lo largo del siglo Samperio, Ana Lydia Vega, Mempo diálogo intertextual. XX. Entiendo aquí por metaficción Giardinelli, Salvador Garmendia y Ya en el mismo Quijote pue- la escritura narrativa cuyo interés Alejandro Rossi. den observarse diversos mecanismos central consiste en poner en eviden- En la tradición novelística metaficcionales que no están directa- cia, de manera lúdica, las convencio- es posible recordar tan sólo el lugar mente relacionados con la secuencia nes del lenguaje y de la literatura.1 estratégico de Don Quijote de la Man- narrativa y las reglas genéricas res- cha, que inaugura una tradición mo- 1 En esta acepción coinciden estudiosos tan diversos pectivas: se convierten en objeto de en sus aproximaciones metodológicas como Robert derna de carácter metaficcional. La la ficción el acto de narrar, los meca- Alter (new criticism), Elizabeth Dipple (close reading), metaficción, de manera similar a la nismos de construcción del relato, la Allen Thiher (filosofía del lenguaje) y Patricia Waugh parodia y otras formas de intertex- existencia de manuscritos apócrifos (constructivismo). Cf. Robert Alter: Partial Magic. The Novel as a Self-Conscious Genre. University of California tualidad, es una forma de escritura —como el Quijote escrito por Avella- Press, 1975; Elizabeth Dipple: The Unresolvable Plot. característicamente moderna. En el neda— y la naturaleza dudosa de la Reading Contemporary Fiction. London, NY, 1988; Allen instancia narrativa.2 Thiher: Words in Reflection. Modern Language Theory fiction. The Theory and Practice of Self-Conscious Fic- and Postmodern Fiction. Chicago & London, The Uni- tion. London & NY, Methuen, 1984 2 Cf. Ulrich Wicks: “Metafiction in Don Quixote: What versity of Chicago Press, 1984; Patricia Waugh: Meta- Is the Author Up To? en Richard Bjornson, ed.: Ap-

26 Las estrategias de la escri- mismo —y en particular las conven- no se justifique— por la existencia de tura metaficcional son similares a ciones que le dan forma— lo que nos una larga tradición crítica que aún las estrategias auto-referenciales de permite construir el conocimiento.5 considera a la novela como el género otras manifestaciones de la cultura De hecho, junto con las teorías con- más ambicioso y prestigioso de la na- contemporánea. Durante los últimos temporáneas del lenguaje, parten del rrativa. años se ha desarrollado una notable supuesto de que el conocimiento (y De hecho, muchas de las tradición de auto-referencialidad en el concepto mismo de “verdad”) son formas de la escritura metaficcional distintos espacios de la cultura popu- siempre una construcción sujeta a se resisten a ésta y a muchas otras lar, de tal manera que el arte pop de sus propias condiciones de conven- convenciones de la interpretación li- los años sesenta ha derivado en los cionalidad. teraria. Un texto paradigmático de la años noventa hacia lo que podríamos La escritura metaficcional escritura metaficcional, como el Qui- llamar una tendencia meta-pop, es- parece ser una escritura sin un ob- jote, juega con los límites genéricos de pecialmente en el cine, la música po- jeto específico, lo cual significa que la novela al incorporar breves cuentos pular y la historieta.3 cada texto metaficcional construye o novellas, al estilo del Decamerón, así Estas manifestaciones cultu- su propio contexto de interpretación. como innumerables fragmentos de re- rales surgen precisamente cuando las Esto último equivale a afirmar que latos de caballerías, de viejos roman- estrategias artísticas desarrolladas a lo cada texto metaficcional construye ces y de materia arcádica o pastoril, largo del siglo han sido incorporadas su propia propuesta acerca de las po- además de refranes, juegos de pala- al sentido común, volviendo inope- sibilidades y los límites del lenguaje, y bras, diversos narradores construidos rante la distinción entre cultura de muy especialmente acerca de lo que en abismo, y diálogos dramáticos en masas y cultura de élites, e igualmente significan el acto de escribir y el acto los que se cuestionan las convenciones intrascendente la añeja polémica en- de leer textos literarios. en las que se apoya la perspectiva de tre interpretaciones apocalípticas e in- Lo que está en juego en la la voz narrativa dominante.6 terpretaciones integradas, frente a los escritura metaficcional son las posibi- De manera similar, gran cambios tecnológicos más recientes. lidades y límites de las estrategias de parte de la novela metaficcional con- La tendencia auto-referen- representación de la realidad por me- temporánea es igualmente fragmen- cial también está presente en las es- dio de las convenciones del lenguaje taria, tanto en términos de su unidad trategias de escritura de las ciencias cotidiano y de los géneros literarios. lingüística (Ulysses de James Joyce o sociales, de la semiología de la vida Es bien sabido que la novela Tres tristes tigres de Guillermo Cabre- cotidiana a la sociología de la cul- surgida durante las últimas décadas ra Infante)7 como en términos de su tura, y de la antropología cognitiva ha sido el género que ha recibido unidad narrativa (62 Modelo para ar- a la filosofía del lenguaje, en todas mayor atención por parte de la críti- mar de Julio Cortázar o Si una noche las cuales se ha incorporado lo que ca de la literatura hispanoamericana de invierno un viajero de Italo Calvino),8 podríamos llamar el Paradigma del contemporánea. Y precisamente el y muy especialmente en términos de Observador Implicado.4 Este último rasgo principal de esta escritura es su consiste en el reconocimiento explí- naturaleza de metaficción historio- 6 Vladimir Nabokov, en “Cuestiones de estructura” (en El Quijote. Barcelona, Ediciones B, 1987; traduc- cito de que todo discurso construye gráfica, ya que la novela neobarroca ción de María Luisa Balseiro, 43-74), comenta desde la a su objeto precisamente a partir de hispanoamericana se caracteriza por perspectiva de novelista, estos recursos estructurales la selección de las convenciones que ser una escritura en la que se cues- intergenéricos 7 Sobre la dimensión lingüística de Ulysses, cf. el tra- le dan coherencia. Estas disciplinas tionan simultáneamente las conven- bajo de José Antonio Álvarez Amorós: Ulysses como —a las que podríamos llamar cien- ciones del lenguaje, de la literatura y paradigma de intertextualidad. La hipótesis del narra- cias de la comunicación— compar- de la visión tradicional de la historia dor-citador. Madrid, Palas Atenea, 1991; sobre Tres ten con la escritura metaficcional la tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, véase el colectiva. trabajo de su traductora, Susan Jill Levine: “TTT: A Uni- presuposición de que es el lenguaje La comparativamente es- versal Code”, en The Subversive Scribe. Translating Latin proaches to Teaching Cervantes’ Don Quixote. New casa atención crítica recibida por el American Fiction. Saint Paul, Minnesota, Graywolf York, Modern Language Association, 1984, 69-76 cuento hispanoamericano contem- Press, 1991, 20-30 3 Cf. Michael Dunne. Metapop. Self-referentiality in 8 Acerca de la metaficción en 62 Modelo para armar, Contemporary American Popular Culture. University poráneo tal vez se explica —aunque cf. el estudio de Blanca Anderson: Julio Cortázar: la Press of Mississippi, 1992. 5 Esta perspectiva es conocida como la revolución imposibilidad de narrar. Madrid, Pliegos, 1990; sobre 4 Georges Devereaux: De la ansiedad al método en las analítica en la historia de la filosofía contemporánea. la novela de Calvino, cf. el estudio sobre “La mirada ciencias del comportamiento. México, Siglo XXI Edito- Cf. Richard Rorty: El giro lingüístico. Barcelona, Paidós, irónica” en Italo Calvino: voluntad e ironía. México, res, 1977 (1967). 1996 Fondo de Cultura Económica, 2000, 48-95

27 la posible multiplicidad de voces na- pore elementos provenientes de muy comparándolas con las estrategias rrativas coexistentes (Yo el Supremo de diversos contextos de interpretación, utilizadas convencionalmente para Augusto Roa Bastos o En Nadar-Dos- señalando así, metonímicamente, la resolver cada uno de estos momentos Pájaros de Flann O’Brien)9 o incluso especificidad de cada ficción. del proceso de la investigación. en términos de la presencia de diver- La propuesta consiste en sos mundos en su interior, ya sean efectuar diversas lecturas de con- Se l e c c i ó n , organización y de carácter axiológico (Entre Marx junto de estos textos, cada una de a n á l i s i s d e l a n a r r a t i v a m e t a - y una mujer desnuda de Jorge Enrique las cuales deberá asumir su carácter f i c c i o n a l Adoum)10 o de carácter genérico (La parcial, como parte de un proceso in- importancia de llamarse Daniel Santos de acabado e inacabable, precisamente Luis Rafael Sánchez), en los que se como una serie de lecturas conjeturales. a) Es t r a t e g i a s d e s e l e c c i ó n transgreden las fronteras entre la fic- El carácter fractal de estas ción literaria y los elementos extra- lecturas presupone, en primer lugar, En todo trabajo de inter- literarios, de carácter testimonial o que todo texto de metaficción contie- pretación que pretende abarcar una provenientes de la cultura popular. ne su propia teoría del lenguaje, de vasta región cultural (como Hispano- la lectura y de la escritura, y que esta américa) y un amplio periodo históri- n a p r o p u e s t a p a r a e l a n á l i s i s teoría es irreductible e intransferible U co (como el siglo XX), la selección de d e l a n a r r a t i v a m e taficcional a otro texto literario. Por esta razón, los materiales que serán estudiados una lectura crítica de estos materiales tradicionalmente se apoya en uno o habrá de empezar por la explicita- varios de los principios siguientes: el La propuesta de análisis ción o la glosa de esta misma teoría. principio de jerarquía (que consiste que quiero ofrecer aquí para el es- En segundo lugar, el carác- en la selección de los textos escritos tudio de la metaficción en el cuento ter fractal de estas lecturas presupone por los autores canónicos de la len- hispanoamericano aspira a propiciar que toda interpretación es arbitraria, gua, el periodo y la región elegidos), una aproximación sistemática a una lo que equivale a afirmar que toda 11 el principio de prestigio (que consiste literatura deliberadamente caótica. interpretación es válida en el contex- en la selección de los textos más estu- El método de escritura que to de una determinada comunidad diados hasta el momento de realizar propongo para el análisis de estos interpretativa. la investigación) o un principio de di- materiales deberá ser necesariamen- Por último, el carácter fractal dáctica (que consiste en la selección te fractal, al responder a una volun- de esta aproximación presupone que de los textos que mejor ejemplifican tad paratáctica de lectura. toda lectura, es decir, toda interpre- la tesis que se pretende sostener a lo La lógica de una estrate- tación textual, construye su propia largo del trabajo). gia de escritura fractal consiste en la justificación. El más mínimo gesto des- posibilidad de que el análisis de un La consecuencia general de constructivo dirigido hacia la fun- texto, de manera metonímica, incor- esta estrategia de lectura consiste en damentación epistemológica de es- 9 A partir de Roa Bastos resulta muy útil el estudio mostrar la validez relativa de las in- preliminar de Milagros Ezquerro en la edición anotada tos principios revela su naturaleza terpretaciones virtualmente posibles (“Introducción” a Yo el Supremo. Madrid, 1983, 7-90); tautológica, pues en todos los casos en cada texto particular, sin necesa- el mejor estudio en lengua española sobre la metafic- se llega tan sólo a confirmar un siste- ción en At-Swim-Two-Birds es el ensayo de Sergio Pi- riamente limitar el análisis a los pa- tol: “El infierno circular de Flann O’Brien” enLa casa de ma de interpretación pre-existente al rámetros de esta o aquella interpre- la tribu. México, Fondo de Cultura Económica, 1989, trabajo de la escritura. Este sistema tación. 116-135 puede tener un origen institucional 10 Entre los todavía pocos estudios sobre Entre Marx A su vez, esta estrategia de (los autores y los textos canonizados y una mujer desnuda, cf. Óscar Rodríguez Ruiz: “Jorge lectura tiene varias consecuencias es- Enrique Adoum: por ambas partes (A propósito de por el discurso de la crítica acadé- pecíficas en el proceso de selección, Entre Marx y una mujer desnuda)” en Sobre narradores mica) o relativamente individual (los y héroes. Caracas, Monte Ávila Editores, 1980, 113- organización y análisis de los mate- presupuestos de la misma investiga- 144 riales de trabajo. 11 Peter Stoicheff en “The Chaos of Metafiction” (en ción). Pero en el fondo se trata de la A continuación muestro al- N. Katherine Kayles, ed.: Chaos and Order. Complex puesta en práctica de estrategias dis- Dynamics in Literature and Science. Chicago, The Uni- gunas de las consecuencias de esta cursivas legitimadas y legitimadoras versity of Chicago Press, 1991, 85-99) explora la perti- propuesta de análisis en cada una de nencia de la teoría física del caos y los sistemas bioló- de determinados sistemas de poder gicos autorregulados para entender la metaficción estas tres áreas de la investigación,

28 simbólico, cuya manifestación con- organización de sus materiales, pues c) Es t r a t e g i a s d e a n á l i s i s tingente puede ser, respectivamente, de ello depende, en gran medida, la la autoridad monológica del discurso lógica misma de la interpretación. universitario12 o la autoridad paradó- En el caso del cuento metaficcio- Tal vez el área más com- jica de toda profecía que se cumple a nal hispanoamericano, un grupo de pleja de toda investigación literaria sí misma.13 100 cuentos escritos por 85 autores consiste en la selección y justifica- Una estrategia de relativi- podría ser organizado siguiendo al- ción de las estrategias de análisis de zación de estos principios de selec- guno de los siguientes principios ca- los textos, una vez seleccionados y ción consiste en la inclusión de una nónicos: un principio teórico (por la organizados. En el caso del cuento cantidad arbitraria de cuentos me- naturaleza misma de las estrategias metaficcional, las posibles estrategias taficcionales (digamos, cien) escritos metaficcionales puestas en juego en de análisis difícilmente podrían dar lo mismo por autores canonizados cada texto), un principio historiográ- cuenta de su naturaleza literaria si que por autores contemporáneos, y fico (por el contexto social y literario aquéllas se restringieran a una sola la inclusión no sólo de textos anali- en el cual fue escrito cada cuento, de las formas tradicionales de lectu- zados anteriormente de una manera especialmente teniendo en mente el ra, como el formalismo, el estructu- sistemática, sino también textos cuyo momento decisivo de la publicación ralismo, la narratología, el marxismo interés para el estudio de un campo de las Ficciones de Jorge Luis Borges o el feminismo. Ello es así porque específico (digamos, la metaficción) en 1942), un principio geográfico todas estas aproximaciones ponen en es relevante. A partir de estos prin- (por el contexto regional y literario práctica estrategias de interpretación cipios se desprende la necesidad de en el que cada texto fue escrito), o que reducen la complejidad de una otorgar a cada uno de estos textos la bien un principio genérico (por un escritura que, irónicamente, utiliza misma atención crítica que a los de- elemento tan contingente como la a la vez elementos convencionales y más, y formular ante ellos las mismas extensión de cada texto, lo cual en el experimentales de la misma narra- preguntas hermenéuticas. Para el caso del cuento está ligado a la ma- tiva, y que contiene su propia teoría estudio de la metaficción, estas pre- nera de utilizar los recursos literarios literaria y su crítica (implícita o ex- guntas podrían ser: qué es la lectu- en el mismo texto). plícita) precisamente a las estrategias ra, qué es la escritura, y cuáles son Cada una de éstas y otras tradicionales de interpretación. las posibilidades y los límites de la estrategias de organización de los Las aproximaciones más narrativa, y del lenguaje en general. materiales a estudiar implica necesa- acordes con la naturaleza de la escri- De esta manera se hará explícita la riamente un compromiso con algún tura metaficcional son el postestruc- visión que de estos problemas ofrece principio básico de interpretación, ya turalismo —en sus variantes semió- la misma narrativa metaficcional. que la misma organización privilegia tica, psicoanalítica, desconstructiva o una determinada perspectiva, desde dialógica— y las teorías de la recep- b) Es t r a t e g i a s d e o r g a n i z a - la cual se relativizan las otras, y en ción —en sus variantes fenomeno- c i ó n muchas ocasiones incluso se relegan lógica, psicoanalítica, barthesiana o indefinidamente. iseriana, entre otras.15 Una posible estrategia de A su vez, cada uno de los Por otra parte, en toda in- desconstrucción de éstas y otras for- textos metaficcionales contiene sus vestigación literaria de carácter teóri- mas de organización de los materiales propias estrategias dialógicas, car- co basada en el estudio de un corpus consiste en seguir un orden delibera- navalescas, deconstructivas, para la específico, es necesario determinar la damente arbitrario, como podría ser lectura de la tradición literaria de la 12 Gerry O’Sullivan en “The Library Is on Fire. Inter- organizar los cuentos según el título que surge, y también cada texto ex- textuality in Borges and Foucault” (en Edna Aizenberg, de cada texto, siguiendo el orden al- plicita o pone en práctica su propia ed.: Borges and His Successors. The Borgesian Impact on 14 Literature and the Arts. University of Missouri Press, fabético. teoría del lenguaje, de la narrativa, 1990, 109-121) muestra las similitudes entre el pen- de la lectura o de la escritura litera- samiento foucaultiano de crítica al poder simbólico y rias, como es el caso de “Pierre Me- las ficciones breves de Borges 13 Paul Watzlawick en La coleta del barón de Mün- 14 Roland Barthes, en Fragmentos de un discurso 15 Raman Selden, en Practicing Theory and Reading chhausen. Psicoterapia y realidad. Barcelona, Herder, amoroso. México, Siglo XXI Editores, 1982 (1977; tra- Literature. The University Press of Kentucky, 1989, ex- 1992 (traducción de J. Prado y X. García) estudia los ducción de Eduardo Molina), utiliza la estrategia des- pone brevemente el contexto de cada una de estas alcances de las profecías que se cumplen a sí mismas constructiva de seguir el orden alfabético como un propuestas teóricas en la práctica del análisis de tex- en la vida cotidiana y en otros ámbitos. orden deliberadamente arbitrario tos concretos

29 nard, autor del Quijote” (Jorge Luis terminado contexto crítico, y forma transformación de los estudios lite- Borges), “Las babas del diablo” (Julio parte de un determinado clima inte- rarios en el campo de los estudios Cortázar), “Letra para salsa y tres so- lectual. Entre las principales reflexio- culturales en la tradición europea, neos por encargo” (Ana Lidia Vega), nes teóricas sobre la metaficción y el reconocimiento de los alcances “Leopoldo (sus trabajos)” (Augusto en general, surgidas todas ellas del transdisciplinarios del pensamiento Monterroso) o “¿Quién mató a Aga- contexto europeo y norteamericano, dialógico en algunos espacios acadé- tha Christie?” (Vicente Leñero).16 De podrían mencionarse la aproxima- micos de los Estados Unidos, Europa esta manera, se presentan ante el in- ción formalista del francés Lucien y Latinoamérica. vestigador varias posibles estrategias Dällenbach,17 la estructuralista de Otras posibles estrategias para la construcción de sus interpre- Gérard Genette,18 la pragmática de de análisis para una aproximación taciones de narrativa metaficcional. Linda Hutcheon,19 la constructivista deconstructiva a los textos meta- Una posible estrategia que de Patricia Waugh20 y la dialógica ficcionales consisten en utilizar las dé cuenta de la riqueza y diversidad de de Robert Stam.21 El contexto en el propuestas (implícitas o explícitas) perspectivas contenidas en esta narra- que cada una de estas aproximacio- existentes en algunos de estos textos tiva consiste en confrontar cada texto nes ha surgido podría definirse, res- acerca de la lectura literaria, para con las teorías (post-estructuralistas) pectivamente, como: el surgimiento leer el texto mismo (o algunos otros) de la literatura y con las teorías (post- del nouveau roman en Francia y el auge desde esta perspectiva.24 O bien leer hermenéuticas) de la lectura literaria, de las aproximaciones formalista a la metaficción contemporánea y reconocer, a partir de esta confron- y estructuralista a la literatura;22 el como una variante de la narrati- tación, los paralelismos entre las for- desarrollo de la crítica posmoderna va posmoderna, y reconocer en los mulaciones literarias y las formulacio- en una cultura paradójica y dividida cuentos metaficcionales simultánea- nes teóricas, así como las divergencias como la canadiense;23 la dramática mente las estrategias de transgresión entre ambas, el enriquecimiento de ontológica puestas en juego (Brian 17 Lucien Dällenbach: Le récit spéculaire: essai sur la 25 las segundas por las primeras, y la po- mise en abyme. Paris, Seuil, 1977. (Hay traducción al McHale), la subversión de las es- sible formulación de nuevas preguntas español: El relato especular. Madrid, Visor, 1991). Las trategias de representación literaria para futuras investigaciones. principales limitaciones del estudio de Dällenbach son de la realidad (Linda Hutcheon),26 su perspectiva eurocéntrica, su total indiferencia ante Otra posible estrategia de el cuento, su limitada concepción de la mise en abyme la presencia de elementos caracte- análisis deconstructivo de textos lite- (a partir de Gide), el carácter descriptivo de su tipolo- rísticos del cuento clásico, moderno rarios, y en particular de textos me- gía, la naturaleza elíptica de su exposición (construida y posmoderno (Ihab Hassan)27 y la exclusivamente con implícitos) y la presencia de algu- taficcionales, consiste en la confron- nas contradicciones, como la exclusión de categorías utilización de estrategias formales tación entre las diversas propuestas de personajes que más tarde incluye (66/96) y la pro- propias de la cultura neobarroca en teóricas existentes para el estudio de puesta de un modelo que sólo es útil para tres de las general (Omar Calabrese),28 y en esta clase de literatura y las caracte- siete novelas incluidas en su estudio particular de la narrativa neobarroca 18 Gérard Genette: Narrative Discourse. An Essay in rísticas de cada uno de los textos estu- Method. Ithaca, Cornell University Press, 1980 Canadian Ironies. Toronto, Oxford University Press, diados. En el caso de la metaficción, 19 Linda Hutcheon: Narcissistic Narrative: The Meta- 1991 debido a que algunos de los textos li- fictional Paradox. New York, Methuen, 1984 (1980). 24 Dulce María Zúñiga, en La novela infinita de Italo Este trabajo inició la atención crítica recibida por la Calvino (México, CNCA; Fondo Editorial Tierra Adentro, terarios contienen su propia teoría de metaficción durante las siguientes décadas núm. 11, 1991), efectúa una lectura de la novela Si la lectura, la estrategia deconstructi- 20 Patricia Waugh: Metafiction. The Theory and Prac- una noche de invierno un viajero (Madrid, Bruguera, vista de las lecturas convencionales tice of Self-Conscious Fiction. New York, Methuen, 1980) a la luz de las conferencias de Calvino en Seis 1984. La principal ventaja de la propuesta de Waugh propuestas para el próximo milenio. Madrid, Ediciones podría consistir en la confrontación es que escapa de las tipologías y propone, en cambio, Siruela, 1989 entre algunas de las teorías existentes una lectura desde una perspectiva constructivista, 25 Esta tesis es desarrollada, de manera extensiva y las estrategias de representación de apoyándose en la teoría del framing, lo que permite para toda la ficción contemporánea, en Postmodern la misma reflexividad puestas en jue- vincular la metaficción con otras manifestaciones de Fiction. New York, Methuen, 1987 la producción simbólica contemporánea 26 Se trata de una visión política de la escritura, de- go en los textos metaficcionales. 21 Robert Stam: Reflexivity in Film and Literature. sarrollada en The Politics of Postmodernism. New York, Cada una de las teorías de From Don Quixote to Jean-Luc Godard. New York, Co- Methuen, 1989 la metaficción ha surgido de un de- lumbia University Press, 1992 27 La teoría de la yuxtaposición surgió, precisamen- 22 Por ejemplo, el trabajo de Jean Ricardou: Pour une te, de parte de un autor de origen no europeo, en su 16 Éstos y otros 46 cuentos metaficcionales hispano- théorie du noveau roman. Paris, Seuil, 1971, y más tar- ensayo “Towards a Concept of Postmodernism”. Cf. americanos se encuentran reunidos en la única anto- de el de Lynn Higgins: Parables of Theory. Jean Ihab Hassan: The Postmodern Turn. Ohio State Univer- logía de metaficción realizada hasta la fecha en cual- Ricardou’s Metafiction. Birmingham, Alabama, Sum- sity, 1987, 84-96 quier lengua: Cuentos sobre el cuento (L. Zavala, ed.). ma Publications, 1984 28 Omar Calabrese: La era neobarroca. Madrid, Cáte- México, UNAM, 1998 23 Linda Hutcheon: Splitting Images. Contemporary dra, 1989 (1987)

30 hispanoamericana (Severo Sarduy).29 asunción de diversas estrategias valo- la narrativa (cine, novela y cuento) en Una vez más debe señalarse rativas (como puesta en acto de un los contextos europeo y norteameri- que es la naturaleza literaria de cada sistema ético).30 cano. texto lo que determina la naturaleza Si toda decisión estética Debido a la naturaleza in- de la lectura interpretativa que resul- (interpretativa) implica un compro- tertextual de la misma escritura meta- ta relativamente menos arbitraria. El miso ético (valorativo), la puesta en ficcional, su estudio requiere aproxi- análisis individual de cada texto po- práctica de estrategias deconstruc- maciones interdisciplinarias. Una dría tener la forma de una escritura tivas de interpretación implica un herramienta para esta aproximación que retoma y glosa el impulso reflexi- compromiso activo con la diversidad sería la elaboración de un glosario, vo de la creación literaria, articulán- y relatividad de las interpretaciones que habría de contener algunos de dolo con el contexto más amplio de virtualmente posibles de todo texto los términos críticos más útiles para los materiales estudiados. literario, y en general, de toda reali- el análisis de la metaficción, así como La propuesta de lectura for- dad significativa.31 también sobre la ficción posmoder- mulada aquí surge de un contexto Una consecuencia de este na, el cuento literario y algunas ca- hispanoamericano, es decir, de un último argumento consiste en la tegorías de crítica postestructuralista, contexto en donde el concepto mis- conveniencia de ofrecer al lector la como deconstrucción, crítica dialó- mo de liminalidad, hibridez, fronte- explicitación de algunas formas al- gica, y las teorías de la recepción de ras y mesticidad cuentan con una ya ternativas para la selección y organi- Wolfgang Iser, Hans Robert Jauss y larga tradición crítica, precisamente zación de los materiales, una síntesis Stanley Fish. al integrar, en estructuras paradóji- sinóptica de las teorías de la lectura La metaficción constituye, cas, elementos propios de tradiciones contenidas en los cuentos que tratan por su propia naturaleza, una estra- aparentemente excluyentes, como la este problema, y una serie de ensayos tegia de deconstrucción de las con- cosmopolita y la regionalista, la inti- paralelos en los que se estudie algún venciones lingüísticas y literarias. mista y la épica, o la escritura en poe- aspecto específico de interés general La idea que anima estas notas es la sía y en prosa. para el tipo de literatura estudiado. posibilidad de generar una lectura Éstos son los presupuestos Cada uno de estos trabajos deberá deconstructiva de la escritura meta- específicos de la propuesta formu- tener una relativa autonomía en re- ficcional. A continuación se ofrecen, lada aquí. Ahora he de considerar el lación con el resto, y podrá ser leído a manera de conclusión, algunas tesis carácter global de la propuesta. por separado, sin seguir un orden de- deconstructivas acerca de la natura- terminado. Cada uno de estos textos leza general de la metaficción. La m e t a f i c c i ó n c o m o e s c r i t u r a es tan importante (o arbitrario) como En primer lugar, todo texto d e constructiva los análisis de los textos. de ficción puede ser leído como meta- Los temas tratados en cada ficcional, pues está construido con la uno de estos ensayos podrán ser, utilización de convenciones narrativas La idea de una propuesta para el estudio de la metaficción en y lingüísticas, como son la verosimili- crítica que se deconstruye a sí mis- el cuento hispanoamericano, la evo- tud, las reglas genéricas, el punto de ma en la medida en que tiene como lución histórica del género en esta re- vista y la organización gramatical. El objeto a una escritura que aparente- gión, las principales teorías del cuen- reconocimiento de estas convencio- mente carece de un objeto especifico, to, las teorías contemporáneas del nes, por parte del lector, puede llevar más allá del juego con las convencio- lenguaje, las teorías de la metaficción, al reconocimiento de otras convencio- nes del lenguaje y la literatura, pre- la ficción posmoderna, las teorías de nes culturales en el espacio de la reali- supone una deóntica de la lectura, es la recepción literaria, las teorías de la dad extraliteraria.32 decir, el reconocimiento de que toda ironía narrativa, la metaficción y la A su vez, todo signo cultu- interpretación de un texto literario deconstrucción, y la metaficción en ral puede ser interpretado como un (como reconocimiento de su valor texto, y todo texto extraliterario pue- estético) implica la construcción o 30 Tobin Siebers, en The Ethics of Criticism (Cornell de ser virtualmente narrativizado, es University Press, 1988) ofrece un estudio sobre la di- 29 En parte por sus filiaciones barthesianas, es impo- mensión ética de la crítica en general, y literaria en decir, incorporado a una estructura sible encasillar a Severo Sarduy bajo el conjunto de la particular, de Platón y Nietzsche a Derrida y Lacan 32 Tesis desarrollada por Wenche Ommundsen en tradición estructuralista. Cf. Ensayos generales sobre el 31 Barbara Hernstein-Smith: Contingencies of Value. Metafictions? Reflexivity in Contemporary Texts. Mel- barroco. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, Alternative Perspectives for Critical Theory. Cambridge, bourne University Press, 1993 1987 Harvard University Press, 1988

31 narrativa, y en esa medida puede ser tras convicciones, y que a la vez se releído, irónicamente, desde alguna encuentre en otro sistema de referen- perspectiva auto-referencial, ponien- cias, desde el cual puede interactuar do así en evidencia su propio sentido con nosotros y señalar el carácter convencional. convencional y relativo de esas mis- Por otra parte, todo sentido mas convicciones personales.34 es el resultado de una interpretación Por todo lo anterior, aunque contextual, personal y cultural, y por la lectura de textos metaficciona- lo tanto es una construcción de sen- les, más aún que la lectura de otras tido mediada por convenciones; en formas de literatura, podría parecer esa medida, al relativizar sus propias en primera instancia una actividad convenciones, la metaficción es una demasiado distante de las preocu- estrategia de interpretación del mun- paciones contingentes de la vida co- do y de la literatura más confiable tidiana, sin embargo incide en ella que aquella otra que utilizamos to- precisamente en el contexto en el dos los días en el lenguaje ordinario, que inevitablemente establecemos, o la que reconocemos al leer un texto confirmamos o redefinimos diversos literario, construidos ambos con el compromisos éticos y estéticos, en un objeto de hacer más habitables nues- constante ejercicio de lectura y relec- tros mundos. tura de nuestro universo individual y En la lectura de la metafic- colectivo. ción podemos reconocer las conven- Y es precisamente ahí, en ciones que hacen que un mundo (en su capacidad para jugar con diversas este caso ficcional) sea coherente, y convenciones literarias y culturales, a la vez podemos relativizar y tomar donde radica gran parte del riesgo y distancia frente a este mundo, obser- también del goce de leer la escritura vando sus posibilidades y contradic- metaficcional. ciones internas, sus fisuras y su tal vez demasiada perfección formal. Al tomar esta distancia, adoptamos una posición paradójica, a la vez dentro y fuera del mundo ficcional propuesto por el narrador. Esto se logra gracias a la instancia de un meta-narrador que se confunde con la voz del na- rrador. Este último respeta las con- venciones, mientras aquél las pone en evidencia.33 En la vida cotidiana, la exis- LAURO ZAVALA: Investigador y crítico lite- tencia de esta distancia paradójica rario mexicano. Doctor en Literatura Hispá- nos permitiría escapar de las conven- nica por El Colegio de México, es profesor ciones y creencias que nos determi- en la Universidad Autónoma Metropolita- nan, aquellas a las que por comodi- na, Xochimilco. Entre sus numerosos libros: dad llamamos “identidad”. 34 Leon F. Seltzer, en Paradoxical Strategies in Psycho- Material inflamable. Reseñas y crítica therapy. A Comprehensive Overview andd Guidebook de cine (1989); Elementos del discurso Sin embargo, esta distancia (NY, John Wiley & Sons, 1986), documenta los oríge- cinematográfico (2005); Cartografías nes y alcances de las estrategias paradójicas, empa- sólo se puede lograr con la participa- del cuento y la minificción (2005); La rentadas con las estrategias metaficcionales, utiliza- minificción bajo el microscopio (2006); ción de alguien que reconozca nues- das en budismo zen, terapia tántrica, aikido, judo, y 33 Esto lleva a considerar que la estrategia idónea diversas estrategias psicoanalíticas, gestálticas, exis- Manual de análisis narrativo (2007); para el estudio de la metaficción es el reconocimiento tenciales y sistémicas. Ironías de la ficción y la metaficción en de sus paradojas internas de carácter estructural cine y literatura (2008).

32 El cuento artístico como enigma y reto (Para Víctor Manuel Rodríguez Gómez, con respeto y admiración)

p o r En r i q u e Ja r a mi l l o Le v i

I Decía Mallarmé que todo existe para to, un fino y aguerrido oficio literario situaciones, personajes, atmósferas y convertirse en libro. Exageraba, cla- que más que artificio aprendido en a menudo técnicas narrativas, que ro. Pero los escritores sabemos bien batallas ajenas, sea una permanente brotan del tronco como ramas en que ese díctum del célebre poeta fran- manifestación de honda sabiduría. expansión henchidas del gozo de la cés no estaba tan lejos de la verdad; No de otra forma procede y se arti- vida. Así, el afán de síntesis que le es o al menos de la certeza que no po- cula, en su esencia, el proceso crea- consubstancial al cuento es urgencia cas veces tenemos los hacedores de tivo. de crecimiento y variedad a todos los mundos de ficción, en el sentido de A medida que va surgiendo la niveles en la novela. Ambos géneros que cualquier cosa que alimenta la obra mediante frases que irremedia- narrativos cuentan historias, pero la realidad y es percibida de cierta ma- blemente portan ciertos significados, pluralidad que al cuento le es negada nera por el creador, es susceptible de se van dando una serie de modula- por voluntad propia de su naturale- transformarse en literatura sabiendo ciones que acumulan información y, za íntima de caracol o de apretada manejar adecuadamente los ingre- a su vez la sintetizan. En un cuento, nuez, nace prendida a cada célula de dientes que, estando en el inicio de la éste sería el proceder de las secuen- la novela porque son muchas sus raí- experiencia humana, pueden llegar a cias que, una tras otra, van armando ces, como diversos serán también sus poblar también, a su manera, la obra una historia. Una historia en la que, infinitos vuelos. literaria. Pero hacerlo a la manera de lógicamente, pasan cosas. Cosas que En todo caso, quien crea ficcio- la obra misma, se entiende; que no sin duda tienen consecuencias y cu- nes –cuentos o novelas– ingresa a un es más que una mezcla imprevisible yos componentes anecdóticos ejerci- mundo no de copias o calcos, no de de la voluntad de estilo del autor y dos por ceñidos personajes habrán fotografías estáticas, no de simples de la necesidad del hecho narrado de de desembocar en algún momento reproducciones, sino de movimiento convertirse en una genuina realidad en un conflicto que, a su vez, desate, perpetuo y mutaciones y trasmuta- estética, con vida propia; autónoma más temprano que tarde, un desenla- ciones sin fin. Y, paradójicamente, se y autosuficiente. ce. En la novela, en cambio, si bien los trata de un mundo que no ocupaba Para ello, sin duda, es menes- ingredientes suelen ser similares a los antes un espacio ni un tiempo, ya ter que el escritor posea una fina que componen el cuento, los proce- que las palabras que lo nutren son intuición cercana a la capacidad de dimientos son, literalmente, otro can- generadas por el escritor imbuido de ósmosis que tienen algunas plantas, tar. Lo cual en este contexto significa una suerte de estado de gracia que así como una mentalidad forjadora en realidad “otro contar”. Porque en habrá de sostenerlo mientras dure su de ese tipo peculiar de filosofía que la novela cada suceso exige ser am- avatar artístico. Así, tanto el cuento al interpretar produce enlaces múlti- pliado, dotado de un desarrollo –que como la novela, cuando se han ples propios y derivaciones sin fin a en teoría puede ser infinito–, lo cual concluido, se añaden al mundo manera de respuestas; y, por supues- propicia una multiplicación de temas, completándolo, imprimiéndole

33 nuevas aristas, nuevos valores, de gracia intelectivo al momento de ción, siempre y cuando se logre una una manera que antes no existía crear, toma posesión del escritor y lo dosis suficiente de verosimilitud? Los de ser parte de la realidad real. va guiando por los meandros e in- imprevisibles laberintos de la escritu- Por tanto, cada nueva obra que tersticios de la experiencia humana a ra, como los de la realidad, admiten nace de las manos de un autor mol- través de la imaginación, dejándose todo lo razonable, y hasta lo irra- deada por el barro de sus palabras permear por la aventura, abierto a zonable y descabellado, siempre y convertidas no sólo en plasma semán- absolutamente todo. Hasta que poco cuando sus avatares le resulten autén- tico nutricio sino en un tipo de vida o mucho tiempo después (depen- ticos tanto a quien crea la obra como virtual que el lector absorbe como diendo de si se trata de un cuento o a quien la vive a través de la magia materia prima reconstituida hasta de una novela) el creador siente –pre- de la lectura. Además, es sabido que convertirse en una auténtica expe- siente—que su labor ha concluido. hay un punto, sutilísimo, en el que los riencia vital, es una contribución que Sólo en ese momento el auténtico grados de realidad y de irrealidad se hace el escritor al enriquecimiento escritor se siente realizado. funden y confunden, y ya no es posi- de la experiencia humana total: la Si pulir el texto es una tarea de ble diferenciarlos; y esto es aplicable sensibilidad y la imaginación se ex- resistencia, que debe ser meticulosa y a la sencillez pero también a la den- panden ampliando sus horizontes; el vasta, y que es preferible que ocurra sidad de la experiencia humana que conocimiento crece; la inteligencia se cierto tiempo después de que se han alimenta a la ficción literaria tanto consolida; el placer intelectual logra calmado las aguas de la creación; si como al acontecer cotidiano mismo un nuevo nicho en donde invernar la autocrítica debe ser lo más obje- del cual aquélla procede. indefinidamente. Y esto suele ser tiva y férrea posible, sin concesiones, Una buena novela, como todo cierto cuando la obra está bien logra- buscando sólo la perfección de la buen cuento, participa de estas pre- da, con independencia de los temas obra, la ausencia de fisuras concep- misas fundamentales; es más: éstas abordados y de que se comparta o no tuales o formales; y si en rigor habría son las reglas del juego que explican determinada visión de mundo, ideo- que tratar de hacer este trabajo casi y justifican su mismísima existencia. logía o actitud estética de su creador, como si se tratara de una obra aje- Para ello, las experiencias vividas, los pues el arte, cuando realmente lo es, na, con ojos fríos, sabios, idealmente acumulados conocimientos, la fuerza posee una cualidad didáctica encu- algo semejante espera el escritor con- de la imaginación y el dominio del bierta, una sutilísima necesidad de secuente de parte de un lector atento, oficio escritural resultan indispen- asimilación que no discrimina a sus entregado, fiel: al principio, dejarse sables, y sólo un creador de talento receptores. llevar por la emoción y el intelecto logrará combinarlos con la adecua- Pero, por supuesto, el gran di- mientras va leyendo en estado casi da dosis de eficiencia y credibilidad. lema, planteado durante siglos por virginal, en una especie, también, de De otra forma, escribir sería un acto los estudiosos, es cuándo una obra estado de gracia; pero en un segun- ocioso e intrascendente, y para el no- –literaria o de otra índole– puede en do momento –ojalá en una segunda velista o cuentista el diario vivir no verdad considerarse arte. Este tema lectura— ser mucho más exigente, pasaría de ser una experiencia ruti- no sólo es harina de otro costal, sino puntilloso, crítico, para así al final, naria y pasajera. Esto es así porque que no tiene respuesta concluyente, sin prejuicios, poner en la balanza quien crea genuinas obras lite- ya que depende en buena medida de sus gustos y las propuestas del autor, rarias en más de un sentido vive la forma en que la percibe y asimila y como si tuviera que darse a sí mis- en función de su arte y escribe el receptor, de su formación y sensi- mo un fallo o dictamen, en última en aras de interpretar a fondo la bilidad, de sus propias vivencias pa- instancia proceder en consecuencia vida y trascenderla. sadas y presentes, y de su específica con la formulación de sus propios En el reino de la ficción no hay actitud frente a cada obra. Por tanto, juicios de valor. diferencia alguna entre la sinrazón y enfrentarse a la lectura de un cuento la lucidez cuando los comportamien- o de una novela (para no hablar aquí II tos y las angustias, los ideales y las de otros géneros literarios o artísticos ¿Quién dice que no es posible que fobias, las acciones realizadas y las en general), implica un acto de fe, ocurra cualquier cosa, incluso los imaginadas, justifican que un - per una generosa entrega, que sorpren- malabarismos literarios más sorpren- sonaje oscile en su mente o con sus dentemente no es muy diferente a la dentes, una vez estamos inmersos en actos entre estos dos estados de con- entrega que, imbuido en un estado el inconmensurable ámbito de la fic- ciencia, que no siempre pueden verse

34 como polos o extremos de una ma- ven, como un ente fluido, maleable, trabazón armónica de cierta trama, nera de ser. De igual forma, la ambi- perfectible. Además, cada quien lo de gradual desenvolvimiento, con to- güedad y las contradicciones pueden vive a su manera. Exactamente como dos los demás aspectos. Quiere decir, ser parte indisoluble de situaciones viven los lectores las obras de ficción asimismo, que detrás hay un oficio, que se manifiestan en novelas y en que, con la inmediatez e intensidad una malicia, una intencionalidad de cuentos en los que el autor, creyendo de muchas de sus historias, los atra- parte del autor. manipular los hilos creativos, termi- pan y obligan a sentir y a pensar. Sin embargo –como señalé al na siendo manejado por la actuación Es fundamental entender que principio–, al igual que a menudo inconsulta de sus personajes. De ahí un buen escritor es un artista que sucede con los hechos que ocurren que no sea infrecuente escucharle a aspira a la perfección sabiendo que en la vida, no es inusual que en la los escritores la expresión “se me fue- ésta no es totalmente posible, que ficción también vayan surgiendo cir- ron de las manos” con respecto al de- siempre habrá fallas, grietas, fractu- cunstancias imprevistas; sucesos que, sarrollo de determinados personajes, ras, imperfecciones. Igual que sucede colocándose fuera del control de su quienes al igual que no pocas veces con los seres humanos en la cotidia- creador, terminan encontrando su ocurre también con sus epígonos hu- na inmersión en sus vidas. Es más, propio acomodo. La etapa final, de manos, hacen su voluntad sin medir la ficción, como la vida misma, está revisión y pulimiento del texto bus- las consecuencias. Es como si, impeli- hecha, precisamente, de una serie cando perfeccionar detalles de fondo dos por un impulso individual, único, de fisuras conceptuales y de honda o y forma, ya viene siendo en cierto unos y otros se rebelaran contra sus trivial vivencia individual o colectiva, sentido pura carpintería, aunque creadores o frente a un supuesto des- que las convierte en alteregos la una sin duda resulta indispensable para tino previamente trazado para ellos, de la otra. En este sentido, la ficción el lucimiento de la ficción literaria, y terminaran siendo, literalmente, bien entendida no es más que la otra la cual, por cierto, suele construirse como se les pega la gana. cara de la moneda de la vida; y vi- por acumulación en la novela, y por Si por definición resulta imposi- ceversa. Por eso mismo, no hay –no intensidad en el cuento. ble no vincular el término “ficción” a debe haber– demérito alguno en el En el cuento, en particular, es la idea de mentira, farsa, invención, hecho de escribir novelas o cuentos generalmente un aspecto más ceñido simulacro o engaño, esta acepción como una forma de auscultar la rea- de la experiencia humana la que un sólo puede entenderse así en relación lidad desde la ficción, ya que ésta se autor recorta y examina en profundi- a conceptos extraliterarios como crea siempre –por más imaginativa dad en su relato: una parcela, un seg- “verdad” y, a veces, “realidad”. Es que pretenda ser—desde la médula mento, una “tajada de vida”. Aquí la decir, que para el común de las perso- vital misma de la realidad. Así es, no contención anecdótica y la economía nas, frente a lo que es cierto o factual, puede ser de otro modo, ya que son del lenguaje son elementos cruciales la ficción vendría a ser una especie instancias complementarias. para que una historia tenga el efec- de falsificación, incluso de desvalori- Crear para la novela o a través to adecuado; un efecto que a veces zación de lo que se tiene por induda- del cuento un mundo que funcione resulta sorpresivo en su desenlace blemente real. Y esa verdad o reali- con reglas propias a través de ciertos e, incluso, fulminante. Cuando esto dad, como punto de comparación y ambientes y situaciones en los que ocurre, se dice que ha ocurrido una contraste, siempre está “afuera”, más estén inmersos personajes creíbles epifanía: un descubrimiento o revela- allá de la obra literaria, en un plano cuyas historias se vayan desgranando ción. Por tanto, este género exige no de certeza no sólo confirmable siem- poco a poco desde la perspectiva de andarse por las ramas; requiere una pre sino incluso paradigmático. Pero uno o varios narradores, es apenas un gran capacidad de síntesis y de suges- resulta que en la práctica, en el mun- nivel, el más obvio, de lo que entraña tión, de tal manera que la flecha del do exterior, en el mundo que se tiene la hechura de este género literario. asunto tratado viaje velozmente por por “real”, no existe “realmente” tal Pero en la práctica el conjunto de las la apretada trama, atraviese el indis- certeza, tal realidad “real”, sino una cosas que ocurren es tan importante pensable conflicto y llegue pronto e cambiante y muy personal percep- como la manera en que los sucesos impecablemente al blanco. ción de su condición o naturaleza. se van desarrollando. Esto signifi- Porque el mundo –sus infinitas mani- ca que en la obra necesariamente Los dos grandes géneros narrati- festaciones– suele ser visto, sentido y subyace determinada estrategia na- vos de la literatura universal siempre pensado, por quienes en efecto lo vi- rrativa cuya eficiencia permite la han sido la novela y el cuento, si bien

35 se han cultivado también ampliamen- te otros géneros afines: el relato, la fá- bula, la leyenda, la parábola, el cuadro de costumbres, la crónica y el testimo- nio, entre otros. En todos ellos, quié- rase que no, la ficción busca hacerse pasar por realidad y ésta por ficción. Para ello, la memoria y la imagina- ción de quien escribe se imbrican de tal forma que se vuelven complemen- tarias e inseparables. Pero es el hálito poético del autor, junto a su destreza formal, lo que le da su misterio y su encanto a las historias que se cuentan, ésas que el lector sensible habrá de descodificar metiéndose de cabeza en la obra durante el mágico proceso de la lectura. Desde sus inicios más remotos en la literatura oral, contar historias representó un hábito cotidiano y, a la vez, un placer tanto para quienes re- lataban como para quienes escucha- ban atentamente la narración. Con- tar de forma imaginativa la peripecia humana, con el lenguaje apropiado, de la forma más amena e intrigante posible, no estaba reñido con la bús- queda de una semblanza realista que pudiera ser reconocida y aceptada A menudo se piensa que la mera atmósferas y personajes verosímiles; por el receptor. La misma ecuación, narración de una anécdota, incluso de una intencionalidad determinada; que busca sembrar cierta básica ve- de una historia completa, es ya la y de una probada capacidad de sín- rosimilitud, continúa vigente hoy en transmisión de un cuento. Sin duda, tesis y sentido de lo necesario frente día cuando de crear obras de ficción podrá ser la expresión de uno de sus a aquello que no lo es, todo lo cual literaria se trata. Así, la ficción se tor- principales elementos -su contenido implica necesariamente el empleo na real cuando se la percibe como básico, principal-, más no el cuento de cierta dosis de malicia literaria y tal, pero esto a su vez depende del mismo, que además requiere un tra- de un oficio escritural altamente de- talento del autor y de la sensibilidad tamiento literario, artístico. Sólo el purado. El conjunto de todos estos del lector. genuino talento y el conocimiento ingredientes es lo que suele llamarse que únicamente otorga la experien- “estilo” cuando quien escribe domi- cia, permiten que un escritor sea ca- na sus instrumentos a tal grado que III paz de producir auténticos cuentos. lo hace con singular maestría. Por supuesto, todo el mundo puede Porque la disposición de un suceso Además, el padre del cuento mo- contar cuentos, pero muy pocas per- en la página requiere, si ha de ser un derno, Edgar Allan Poe (1809-1949), sonas pueden escribirlos y, además, verdadero cuento, de cierto orden; decía que en los cuentos de alto ca- hacerlo bien. Aunque no hay recetas de la adecuada selección de las pa- libre debe producirse una genuina para lograrlo, es posible dar por sen- labras; del tono conveniente; de una “unidad de impresión”, idea que ra- tado algunas consideraciones funda- estructura acorde a la índole de lo na- tificó un siglo más tarde el argentino mentales al respecto, resultado de la rrado; de un conocimiento amplio de Julio Cortázar (1914-1984), y que no experiencia ajena y personal. la vida que permita crear situaciones, pocos excelentes cuentistas después

36 han defendido. Así, estos creadores más inescrutables del absurdo, una palabras, con sentimientos y median- entendían que no puede haber dis- tendencia a la fragmentación, inclu- te determinadas técnicas que, bien persión en el texto; que la confusión so cierta suerte de caos interior, eso usadas, perfeccionan su oficio. Para en cuanto a lo que se busca poner de que ha dado en llamarse una “pues- ello, tanto el despliegue de la fantasía manifiesto o descubrir en lo que se ta en abismo”, como también ocurre en los sitios o momentos adecuados, relata es tan funesto como explicar a veces en el cine y, por supuesto, en como el manejo de la verosimilitud a situaciones o hechos que basta con la vida misma. lo interno del relato, son instrumen- sugerir; que debido a la brevedad Esto pareciera entonces negar tos de trabajo que tanto el novelista que le es consubstancial, el cuento toda posibilidad de evaluar de mane- como el cuentista deben dominar. necesita exponer sólo lo necesario ra definitiva los logros o fallas de un para que la verdadera historia -que cuento, ya que tal vez no existan en yace sumergida- aflore por cuenta realidad parámetros fijos y confiables IV del lector. que sirvan como referencias estables Hablar del cuento como género lite- En este sentido, todo cuento es- de lo que el texto debe o no decir o rario necesariamente supone la nece- crito -leído- debe sentirse como signi- hacer; de cómo debe ser concebido sidad de partir de una definición que ficativo y, por tanto, necesario; prin- y percibido. Probablemente. Pero eso oriente y establezca determinados cipio este que también le era caro a no niega el hecho de que el escritor parámetros o criterios valorativos. Cortázar, gran cuentista él mismo. deba someterse a una disciplina fé- Pero resulta que en materia literaria, Por tanto, el cuento debe percibirse rrea mientras echa mano de todos los y sobre todo al referirnos a un géne- como un ente autónomo, dinámico, recursos conceptuales y técnicos a su ro artístico tan proteico según se trate vibrante -acaso un verdadero ser alcance para que su creatividad no se de determinado autor, época, estilo, vivo-, cuya existencia nueva en rea- fosilice. De ahí que los principios bá- actitud o capacidad inventiva, no es lidad añade algo al mundo; algo que sicos del buen cuentista -algunos de nada fácil arribar a una definición tras haberse escrito -leído- nos haría ellos antes esbozados- sigan siendo absoluta, a un modelo único e irre- falta si no existiera. Así de impor- válidos para orientar a quienes bus- ductible que le sirva a ésta de guía tante debe considerarse la creación can en este hermoso y difícil género inalterable. Incluso resulta peligroso. literaria en general, y la de genuinos un punto de convergencia entre la Sobre todo después de los aportes cuentos artísticos en particular. Por- vida y el arte. Además, por supuesto, de las diversas vanguardias a princi- que no de otra manera podrá quien es imprescindible poseer una buena pios del siglo xx, y de la variedad de escribe ayudarse un poco a calibrar imaginación y ser un gran lector. tendencias postmodernas que aflo- el grado de eficiencia de su labor. El arte no tendría razón de ser ran en las artes a finales del mismo Por supuesto, por más experi- -sería un mero adorno desechable- si siglo. Porque resulta que en materia mentado que sea el escritor, por más no guardara estrecha y significati- artística –y la buena literatura aspira talento que tenga, no todos sus tex- va relación con la vida. Los frescos siempre a ser arte– la creatividad in- tos -cuentos o no- tendrán el mismo de Altamira y las abundantes obras dividual, que es la que siempre hace éxito artístico, intelectual, humano. artísticas de las antiguas civilizacio- la diferencia, la que rompe moldes y El cambiante gusto del lector, ade- nes demuestran que el ser humano esquemas, la que desafía a la tradi- más de no pocos factores imponde- siempre ha sentido necesidad de ción e incorpora propuestas novedo- rables implícitos en el acto creativo expresarse y dejar huella de su paso sas, siempre está cambiando, trans- mismo y, por supuesto, en la balanza por el mundo. Es su manera de con- formándose, obligando a nuevas for- de elementos que integran el texto, tar su experiencia y de dar fe de su mas de lectura e interpretación; y eso así como su lectura e interpretación, relación con su entorno. Pero su tes- siempre complica la posibilidad real a menudo determinan sus virtudes y timonio no siempre busca reproducir de arribar a definiciones estáticas o defectos, su éxito o fracaso. Y ni si- fielmente la realidad, sino que a me- permanentes. quiera el concepto de armonía es vá- nudo la interpreta transformándola lido ya para juzgar el adecuado uso o completándola a su gusto de una u Sin embargo, no cabe duda de de estos elementos, dado que desde otra manera. El escritor de todos los que existen ciertas características hace mucho tiempo se imponen en el tiempos no hace más que continuar unificadoras que, pese a las muchas ámbito del arte, junto a los demás o esa rica tradición creativa, enrique- variantes que se dan en este fascinan- sustituyéndolos, las manifestaciones ciéndola. Lo hace con ideas y con te género, contribuyen a poder com-

37 prender mejor lo que esta particular dores –además de muchos capítulos- temporaneidad estética. Sus posibili- forma de escritura creativa implica, la brevedad y gran concentración del dades lúdicas y su susceptibilidad a la así como a formar la comprensión, cuento exige que se aborde un solo experimentación son prácticamente el gusto y las expectativas del lector. tema, con pocos personajes (podría infinitas. Y sin embargo es el género Para acercarnos a tal comprensión ser solo uno) y con recursos técnicos más exigente, el que más aspira a la comenzaremos estableciendo las ver- muy selectos. perfección. Como en un buen poe- dades más generales y todavía respe- ma, no puede faltar ni sobrar nada… tadas acerca del cuento. También suele hablarse de cuen- En cualquier caso, es indudable que tos de personaje, de situación o de detrás de todo el andamiaje literario En primer lugar, es elemental atmósfera, según el énfasis focal que fabricado con esa herramienta insus- consignar que el cuento es un género prevalezca; de cuentos sumamente tituible que es el lenguaje, está siem- narrativo escrito en prosa (podría ser cortos (minicuentos), breves, media- pre el autor, quien tiene una cierta prosa poética), que relata una histo- nos o largos, según su extensión; de filosofía y, por tanto, una particular ria. Esa historia le sucede a alguien cuentos realistas, fantásticos, poli- visión de mundo; una visión que sue- (o a algo), ocurre en determinado si- cíacos, psicológicos, humorísticos, le reflejarse en el cuento (al igual que tio o atmósfera, de una cierta mane- sociales, líricos, oníricos, históricos, en la novela), ya sea de forma unila- ra, con imprevisibles consecuencias eróticos, metaficcionales, políticos, teral o dosificada. Él es quien mue- (generalmente llamadas desenlace). infantiles, de terror, entre otros, se- ve los hilos y dispone las movidas Además, es contada por alguien (una gún su temática. De acuerdo al tipo de personajes, situaciones y sucesos. voz narradora, que puede o no ser un de narrador y según la técnica em- Como un dios omnipotente, dispone personaje). Quien la narra dispone pleada, puede hablarse también de a capricho de su mundo creado. los hechos que un modo que supone cuentos escritos en tercera, primera una estrategia narrativa, un orden, (las dos más empleadas) o segunda Sin embargo, como ya se ha di- un énfasis, una selección de palabras, persona del singular, o en primera cho, no es extraño que escuchemos anécdotas, situaciones. También su- del plural. Asimismo, hay cuentos en decir a un escritor que determinado pone un “punto de vista” mediante que predomina la narración o la des- personaje en un momento dado se le el cual el narrador enfoca la realidad cripción, los pasajes expositivos, las rebeló, que una situación planeada de de determinada manera y no de otra escenas dialogadas o los monólogos cierta manera se le convirtió en otra (o bien la fantasía: en literatura toda interiores, entre otras técnicas usua- muy distinta; que en el camino surgie- realidad es fantasía y toda fantasía les, que a su vez pueden combinarse ron anécdotas o hechos imprevistos realidad, siempre y cuando se logre entre sí cuando al autor le parezca que no fue capaz de controlar; inclu- convencer de ello al lector), Por su- funcional o pertinente hacerlo para so, que el desenlace se fue dando con puesto, el narrador, al decidir cómo causar determinados efectos. Y por una rigurosa lógica propia, ajena a su va a contar su historia, elige también supuesto, a veces el autor combina voluntad creadora. Algunos escritores un cierto tono que en más de un sen- con acierto más de una modalidad –pocos, sin duda- no solemos tramar tido suele ser uno de los elementos estética, o bien más de una técni- casi nuestros cuentos, sino que más que lo caracterizan. ca narrativa (incluso -sobre todo en bien los vamos desarrollando poco a cuentos extensos-, puede mezclar poco por asociación de ideas a partir Por todo lo anterior, se deduce recursos tomados de varios géneros de una primer frase, imagen, ocurren- que una historia es mucho más que literarios) en aras de lograr en el con- cia; y en estos casos, rara vez sabe- lo que se cuenta, mucho más que la junto de la narración un efecto parti- mos cómo será el desenlace. Es más, simple anécdota. Los personajes, cular; o precisamente para denotar el la gracia de escribir, para nosotros, la trama, las técnicas narrati- grado de complejidad de la historia o es ir descubriendo cómo habrá de vas son tan importantes como del tema abordaos. terminar la historia. Se trata de una la historia misma, la cual suele manera singular de crear con mucha poder reducirse a un solo tema. En este sentido, el cuento litera- fluidez y libertad, que sin duda puede Contrario a la novela, en donde ge- rio es uno de los géneros más flexi- resultar fascinante. neralmente hay muchos personajes y bles, más dúctiles a la voluntad del puede haber muy diversos temas, si- escritor, lo cual permite más capaci- Estas cosas, misteriosas o enig- tuaciones, atmósferas y hasta narra- dad de maniobra formal, más con- máticas como probablemente deben

38 sonar a un lector que no esté meti- do personalmente en el mundo de la escritura, ocurren no obstante en el terreno literario. Aunque al respecto existen explicaciones psicologistas y de otra índole, no son definitivas. Lo importante es saber que, como todo en este mundo, también la crea- ción literaria está sujeta a paradojas y contradicciones, a sorpresas y de- safíos, a la existencia de áreas grises que nunca acaban de definirse.

El cuento es un hermoso y difícil género, una delicia para su análisis en talleres literarios, en círculos de lectu- ra o en el salón de clase, por su breve- dad y variedad temática y estilística, por sus múltiples aristas y posibilida- des de abordaje y análisis. Y desde el punto de vista pedagógico es, sin duda, el género más adecuado para la enseñanza de la literatura, para su provechosa discusión en clase, a fin de que los estudiantes comprendan por qué las buenas obras literarias son hermosas, instructivas y necesa- rias. Y por qué quienes escribimos tomamos tan en serio nuestro oficio. Y es que la literatura tiene muchísi- mo que ver con las contradicciones y certezas de la vida misma, con la imaginación, con la sensibilidad, con la inteligencia, y por ello debe ser va- en su justa dimensión, como la visión de mundo de un artista.

*Conferencia dictada en la V Feria Internacional del Libro, el 22 de agosto de 2009, en el Centro de Convenciones Atlapa de la ciudad de Panamá.

En r i q u e Ja r a m i l l o Le v i . Nacido en Colón, Panamá en 1944, es escritor, profe- sor universitario, investigador y pro- motor cultural.

39 John Seal

p o r An n a b e l Mig u e l e n a

i hermano Felipe nunca me dejó jugar eso. Era un asunto de varones. Tampoco me interesaba, pero moríaM por descubrir de dónde le salía tanta pasión por sus soldaditos. Sí, de esos verdes que vendían los buhoneros por montones. Y es que ni en sueños me los prestaba, pero sí es- taba a la orden del día para plantarse a jugar con ellos sobre mi panza. Juraba que era un campo de batalla real. Yo lo deja- ba. ¿Por qué iba a echar a perder la fantasía de mi hermanito? Aunque, a veces me fastidiaba el constante ¡Bang! ¡Bang! que gritaba, mientras combatía con sus muñecos. Así estuvo por años, hasta que un día jugando en mi vientre empezó a sollozar. -¿Que te ocurre, Felipito? Le pregunté con ternura. -¡Ha muerto John Seal! -¿Y quién es John Seal? -El soldado más valiente. ¡Un héroe! El mejor de los amigos y el guía de nuestras exploraciones. Sin él no quiero pelear con- tra los malvados Grish. Pero, ¿sabes? Ya no lloraré. Seguro que no le agradaría verme así. Yo mismo le daré cristiana sepultura en este campo de batalla y su honor será recordado para siem- pre. Desde ese día, se acabó la lucha en mi panza. No más soldadi-

An a b e l Mi g u e l e n a . Nació en Chitré, Pa- tos, ni malvados Grish. ¡Sabrá Dios quiénes eran! Y me convencí namá, 1984. Actualmente estudia Li- por años de que fue porque mi hermanito había crecido. Segui- cenciatura en Derechos en la Univer- ría creyéndolo, si no fuera porque a los veinte años me operaron sidad Santa María La Antigüa. Libros de una hernia y en plena cirugía, el doctor sustrajo una pequeña publicados: Punto Final (2005), Pedacito de luna (Panamá, 2009) calavera, desde lo más profundo de mi ombligo.

40 Noticia.

La panameña Annabel Miguelena Vásquez, obtu-

vo el primer lugar en el VII Certamen Internacional de

Microcuento Fantástico mi Natura, con su microrelato

“John Seal”

El jurado señaló en su fallo que “John Seal” fue elegi-

do “por ser un texto ágil en su lectura, con un toque de

ternura y fantasía que traslada al lector a la infancia de

una forma original cargada de misterio, lo cual despier-

ta los más antiguos temores”

En este concurso organizado por la Revista Digital

miNatura, participaron 368 autores provenientes de

casi 20 países, entre ellos: Argentina, Cuba, Colombia,

México y España.

Desacuerdo definitivo

—¡Es la luna! —¡No! ¡Es el sol! —¡Es la luna! —¡No! ¡Es el sol! —¡Es la luna! —¡No! ¡Es el sol! —¡Es la luna! ¿Es que no ves que es de noche? —¡No! ¡Es el sol! ¿Es que no ves tú que es de día? —¡Es la luna! —¡No! ¡Es el sol! —¡QUE ES LA LUNA! —¡NO! ¡QUE ES EL SOL! —¡Enough! Olvídalo y abrázame. Abrázame muy fuerte. Lo más fuerte que puedas, sin miedo a liberar tu llanto. Abrázame y que se vaya al diablo esta absurda discusión. Igual, moriremos aplastados.

41 Cuento De buenaMatanza fe p o r Jp uo ar nH Aen n t r o y nAi o. GPeó tm rei ze

Nicaragüense

espués de idearlo tanto y sin más reme- y gruñidos placenteros se confundieron en dio se decidió. movimientos. De tal manera se entregaron, DLos últimos días lo vi cadavérico y con oje- que al fin unieron sus labios en beso ardoro- ras diabólicas. No había comido ni dormido so y único, después de tantas apariciones y bien en semanas. Llegó a no distinguir la no- posesiones sexuales en la penumbra. Con el che del día. Se sintió perro vagabundo, tam- orgasmo delirante se fundieron apasionados. bién murciélago extraviado. El ente aparecido se pulverizó cuando sintió Ante su reticencia, desistí de hacerlo caer amar, dejando sus restos sobre el cuerpo de en razón, aceptando colaborar en lo que tuvo mi amigo, sudado y extenuado, sin corazón. como propósito, a fin de no abandonarlo y Este fue el primer ajuste de cuentas, y por dar constancia de mi lealtad como amigo. supuesto, Hermes resultó debilitado. Fui entonces, amanuense. Se acostó temprano. En realidad eran seis, pero al final resulta- Viajó al núcleo del sueño y lo encontró ron siete. sonriente y desafiante. Se puso frente a él y le reclamó por sus frustraciones, por las lace- Hermes simuló dormir. Eran las tres de la raciones adquiridas cuando iba en busca de madrugada y esperaba ansioso. lo prometido, del ideal. Odió cada retorno a Llegó, anunciándose con gruñidos lujurio- la realidad. sos. Recorrió suavemente el cuerpo humano Ya no deseó ir más allá de su punto, sólo con sus garras, lo envolvió con sus formas acabar con todo. Los argumentos esgrimidos femeninas, copulando. Una vez más, mi ami- confluyeron en hostilidad. Un fuerte senti- go disfrutó la conjugación de dolor y placer, miento de pesimismo lo cobijó y se lanzó en- entregándose como quien se despide de la cima del habitante de aquel núcleo, y pese a amante para siempre. su resistencia, lo acribilló. Las manos de Hermes acariciaron las es- Mi amigo, iracundo, liquidó hasta la última camas del cuerpo azufroso, moldearon sus imagen positiva que encontró a su paso. Tras senos erectos y jugaron con la cola. Quejidos aquella aparatosa muerte, sintió, por primera

42 vez en su vida, un abismo apocalíptico en su Hermes se internó obediente en la imagen- pecho, tornándose frío. personaje, pero al poco tiempo después se Y pues, de esta manera cobró su segunda convirtió en omnisciente y, rabioso, se va en víctima. su contra hasta doblegarlo. Como no fue sufi- ciente, hecho una fiera quemó todo, incluso, Su sistema nervioso se alteró. Ya no pudo trama y lenguaje. En sus manos observó las concebir el sueño y su alma se arrugaba im- cenizas a que se redujo la creación, riéndose paciente, dando tumbos entre paredes; se a carcajadas y restregándoselas en el rostro enfrentó al momento azaroso, arrullado por descompuesto. su madrastra, la angustia. En su pecho aullaba Mi amigo cobró su quinta víctima, misma el dolor y en su cabeza giraban alborotados e que un tiempo −apenas instantes− había hirientes los recuerdos. sido uno de sus desaforados verdugos. Sólo Hermes zozobraba mordido por dentro, faltaba uno, porque al inicio así me lo expre- vociferó y tomó de los cabellos a su víctima, só. En su plan original eran seis, para los cua- hasta alcanzar su cuello que apretó con furia, les se preparó con tesón, analizando blancos, batallaron rasgándose pieles, sus miradas le- escenarios y circunstancias, ideando la estra- janas, recriminándose conflictos no resueltos tegia correcta y escogiendo los instrumentos y voluntades astilladas. La víctima se asfixió letales apropiados para liquidar, uno a uno, a después de muchos ahogos. Mi amigo, triun- aquellos entrañables personajes de su vida. fante, terminó aún más agotado, tembloroso y con sus ojos enrojecidos. Apareció cuando Hermes estaba recogido, El tercero había caído. sufriendo frío y reducido en sus fuerzas. Se le presentó, siendo tres en uno, mirándolo fijo y Ideó el procedimiento con el cuarto en la cuestionador. lista. Debió ser efectivo en el menor tiempo Mi amigo lo convidó a sentarse con amabi- posible, de demorarse fracasaría. lidad simulada. Supo del esfuerzo mayúscu- Esperó ansioso, moviéndose de un lado a lo por delante. El Cosmos estuvo frente a él otro, gesticulando. Cuando sintió que llegaba y se negó a sí mismo para liquidar al que yo se le fue encima y lucharon, casi comiéndo- suponía último en la lista. Con sus reservas se, pero Hermes comprendió que para ven- energéticas divagó en confluencias de astros, cerlo tenía que actuar con cordura y sentido etéreo, introduciéndose y saliendo de mun- común. Abrió un resquicio de mansedumbre dos paralelos, transgrediendo dimensiones, del demencial visitante y penetró atroz, redu- tomando de cada agujero negro un cuanto ciéndolo a gestos inofensivos para concluir su de sustancia contenida, y regresó poluto al faena con una estocada final. centro de su espacio para embestir la luz de Mi amigo, aún dominado por la furia, se aquel ser que no toleraba más. Llegado ese debilitó más, deshidratándose en sudores y punto en su vida, todo le resultaba irritante. sufriendo de cefalea, estremecido. Endemoniado mi amigo, provocó laberintos y remolinos como si fuera un inmenso hueco, Frente al tiempo blanco simuló laborar en tragándose al último que tenía en la lista. algo. Apareció fluido, inundándolo todo y se lo llevó a volar lejos, abstrayéndose del mun- Hermes se desplomó, casi sin aliento. do físico.

43 Con la sexta ejecución consideré cumplido Quise intervenir y alejarlo de su empeño au- el plan, por lo que acudí a su auxilio. Aquellas todestructivo, pero me paralizó su salvajismo fueron batallas cruentas y él había quedado y desgarre. Tétrico, vi su sangre desbandarse en un estado moribundo. Pensé que de no y sus ojos en pantalla blanca. tomar providencias, vendría lo fatal. Cuando Expiró. estuve frente a mi amigo, rechazó ayuda y ordenó, en aras de mi compromiso asumido, Al final, y a pesar de haber sido el único tes- que apuntara hasta el último instante, porque tigo presencial, el amanuense de las batallas aún faltaba la batalla final. Me extrañé, por- y ejecuciones de Hermes, incluido él mismo, que todos de la lista habían sido eliminados. nadie creyó mi testimonio... y me condena- Jamás me refirió a un séptimo. ron... ¡por todos los demonios! Lo observé desencajado. Extrayendo fuer- zas desde sus entrañas, se incorporó y co- He n r y A. Pe t r i e . Managua, Nicaragua. 18 de mayo de menzó a luchar consigo mismo, como si al- 1961. Sus más recientes obras publicadas: Inevitablemente guien adherido a él lo atacara. Sorprendido humano (novela-ensayo, 2001; CAMINO); Tómame, y te conta- lo dejé continuar, pensé que se trataba de ré (Cuentos, 2005; Horizonte de Palabras); Fritongo Moron- go (Novela corta, 2007; 400 Elefantes). Miembro de la algún rito. Pronto me di cuenta que se flage- Asociación de Escritoras y Escritores de Centro América laba con la furia concentrada de sus víctimas. (ADECA).

44 4 poemas de Arabelle Jaramillo

Soledad

A veces Ella esta aquí Por todas partes está Somos uno cuando amanece No me deja Somos como sol naciente Me asfixia El aire que circula Me quiere llevar nos invita a latir más fuerte La necesito, pero tanto... Es solo un lujo el sentirme amada No, no lo creo Es como despertar de un sueño Aunque sin ella... Sentir para vivir Solo siento mi soledad... Amar para sentir A veces, solo a veces, Magia siento eso. Está en cada detalle Vida Cada flor, y poema El asombro de los espectadores La vida es un instante El celo de no ser ellos Ese momento en donde siento tu latir Haces magia con tu risa Te formas dentro de mí El final siempre es inesperado Dependes de mí Es única e irrepetible Soy tu cueva, tu sustento Solo es tuya El momento se aproxima La conozco bien Pronto llegará el milagro Me hace sentir viva Soy creadora de vida El aleteo del colibrí Tu vida no lo escucho... Y la mía ya valió la pena vivirla Pero también es magia Aunque sea solo un instante Como las mariposas que revolotean en mí Porque ya estas aquí. cuando haces magia.

ARABELLE JARAMILLO OCHOA DE MONTOYA. Nació en México, D.F. en 1978. Reside en la ciudad de Querétaro, México. Madre de dos hijos, es hija del escritor Enrique Jaramillo Levi.

45 Cuento 2 Cuentos Baile con Dela buena muerte fe

os hombres ocupan una mesa frente a la p o r Jpuo a rn MAne tl oa n i eo TGaó ym l oe rz pista de baile. Se sientan al unísono, sin Dhacer ruido, en unas sillas de aluminio y el que viste camisa negra, entallada al cuerpo, pide dos tragos. El bar está vacío pues son acaso las nueve de las noche de un miércoles, un día flojo que a las meseras y al bartender reacciona con una torcedura de boca. Las chi- se les desliza como arena húmeda y espesa. cas intercambian miradas y también tuercen Los hombres miran a las pocas parejas que se la boca, a la vez que se tocan nerviosamente mueven en la pista. Ambos son de estatura el cabello. Miran la pista casi vacía, las mesas mediana y piel clara. El de camisa negra tiene y sillas nítidamente ordenadas y se pregun- ojos pequeños y hundidos que parecen ob- tan si no están perdiendo el tiempo. Media servarlo todo, nariz discreta y labios carnosos. hora más tarde regresan los dos hombres, se El otro tiene ojos grises enmarcados por es- sientan y ordenan otra vez. Beben y miran de pesas pestañas, nariz achatada y labios muy reojo a las chicas sentadas a su lado quienes delgados. Al llegar la mesera con los tragos, comparten una soda. Al de camisa negra, la cada cual agarra su vaso sin mirar. El de ojos chica de pelo rojo le parece bien y al de los pequeños toma whisky en las rocas y el de los ojos grises, la alta de pelo rubio atado en un ojos grises, ron con limón. Sorben un poco, moño le despierta algún interés. El de cami- se levantan y salen del bar dejando los vasos sa negra exhala desesperado y el otro mira el sobre la mesa. El de la camisa negra le dice reloj. Aún no pueden distraerse pues han de algo a la mesera. Ella asiente con la cabeza. salir una vez más para terminar esta primera Mientras los hombres se alejan, dos chicas etapa. Una vez concluyan el trabajo deben de escasos veinte años entran al bar vestidas desaparecer lo más rápido posible de escena. con unas camisitas sin mangas de las que se A la chica bajita le parece simpático el de ca- desbordan sus senos juveniles y unos jeans misa negra pues su boca se tuerce levemente que permiten ver unos tatuajes en la parte hacia la derecha y parece que sonríe aunque baja de la espalda. Una arrastra los pies al ca- no es así. A la alta también le parece simpáti- minar, pues se siente demasiado alta; la otra co el de negro pues es más alto que el otro. camina dando saltos ya que lleva unos taco- Tocan una bachata y la chica alta se mueve nes enormes para disimular su corta estatura. rítmicamente en su silla entrecerrando los Mientras la mesera retira el ron con limón y ojos, mientras la pelirroja canta en voz baja la el whisky en las rocas, las chicas le piden una letra. Los hombres se levantan una vez más. soda y un vaso con hielo, a lo que la mesera Las chicas los observan mientras se alejan y

46 dejan escapar juntas un suspiro. El bar les pa- tarse. El de ojos grises lleva a la rubia de la rece aun más vacío y piden una cerveza y otro mano pero luego de intentar un rato bailar vaso con hielo. Los hombres manejan una agarrados se dejan el uno al otro y ella em- camioneta cuatro por cuatro vieja, azul oscu- pieza a mover las caderas cadenciosamente ro, con placa robada, vidrio ahumados y sin con tildes y asincopaciones que él admira. La señas visibles. Manejan hasta un edificio en pieza termina, llevan a sus parejas de regreso Paitilla llamado Roca Vieja y se estacionan en a la mesa y dejan el bar, esta vez para no vol- la acera opuesta. El guardia del edificio está ver. A las 11:15 de la noche del día siguiente distraído pues conversa con una empleada unos motorizados pasan veloces frente al edi- doméstica que pasea un perro. Finalmente ficio Roca Vieja. Dan una vuelta hasta atisbar llega un auto rojo, un Audi A4 que entra al un Audi rojo y regresan rociando el auto con área de estacionamiento. Los hombres se ha- balas de una mini Uzi despareciendo en la cen una nota mental: 11:20. La primera eta- noche mientras el guardia del edificio y una pa ha finalizado. El hombre a quien vigilan empleada doméstica que pasea un perro co- hace exactamente lo mismo cuatro días a la rren hacia el auto que se ha estrellado contra semana. Saldrá del área de estacionamiento una fila de carros aparcados. El que conduce pero no irá por el ascensor directo a su apar- la moto piensa que debieron haber esperado tamento sino que caminará hasta el frente del a que el hombre se fumara el cigarrillo y ma- edificio para fumarse un cigarrillo. Una manía tarlo de un disparo pero el de la mini Uzi se muy conveniente. ¿Será que su mujer le pro- opuso y al final el que dispara es el que man- híbe fumar en casa?—pregunta el de los ojos da. Ahora han de dejar la moto y salir en un grises. ¿Y a quién le importa?—responde el auto donde tienen todo preparado. A las 11: otro. El de ojos grises no dice nada. Le parece 30 la pelirroja sale de su turno como depen- que el otro es arrogante y pretende no tener dienta en un restaurante de comida rápida, se curiosidad. Enciende el auto manejando de calza sus tacones y con su particular caminar vuelta al bar. Entran y, sin mediar palabras, se dirige a una de las mesas del negocio para cada quien invita a bailar a la chica que le ha saborear un café antes de tomar el bus a casa. parecido simpática. Ellas se levantan sin mi- Mientras el café negro humea en su rostro su rarlos directamente al rostro y los siguen a mirada se pierde rememorando el baile de la la pista sincronizando sus pasos con los de noche anterior, la mano cálida que la guiaba ellos aun antes de empezar a bailar. El de ne- y la otra que se posaba en sus caderas, el per- gro agarra a su pareja firmemente con una fume... Se pregunta si el hombre va con fre- mano que le parece a ella cálida y suave. El cuencia al bar y desea regresar otra noche a la lleva con propiedad, como si hubiese baila- ver si se lo encuentra. A las 11:45 la rubia se do con ella siempre y pudiera dictarle cuando levanta pues su hijo más chico, de apenas seis dar una vuelta, cuando girar su cadera hacia meses, despierta llorando a gritos. Con el sue- la derecha o hacia la izquierda, cuando des- ño fastidiado y un calor insoportable, que el plazarse sobre la pista. El logra todo esto con abanico no logra disipar, enciende el televisor una leve presión de su mano derecha pues su y mientras prepara un biberón escucha el no- mano izquierda se posa sobre la cadera de la ticiario de medianoche donde se anuncia que pelirroja, justo en la corva, haciéndola sentir un importante empresario ha sido asesinado un cosquilleo interior y ella, mientras gira, se por sicarios en su auto frente al edificio Roca memoriza el perfume del hombre sin perca- Vieja.

47 El regalo

iró a su alrededor. Estaba tirada so- bre una banca del parque cercano aM su casa con una botella de vino sin abrir y un gato que le lamía los pies descalzos y adolori- dos. Trató de recordar cómo había llegado al parque, pero le era imposible. El sol brillaba. Se levantó mareada. Una familia pasó cerca con algunos regalos que sobresalían de una bolsa de papel. Los padres apuraron el paso, los niños volvían la cabeza para mirarla con extrañeza a medida que se alejaban. Inició torpemente la marcha a casa botella en mano. Encontró la puerta de su apartamento abierta y al revisar su cartera supo que le habían sus- traído todas sus tarjetas y el efectivo. También faltaban otras cosas. Quizás el mayor regalo les, las felicitaciones de mamá, las quejas de que había recibido en estas fiestas era estar papá, los holas de las hermanas, los quihubo viva. Abrió la botella de vino, la vació entera de los amigos. Esa vida permanecía inmóvil y en el fregadero y brindó por eso.¡Salud! eterna en las fotos del álbum, pero su vida ac- Inició el ritual hacia las tres de la mañana tual, la que se movía en tiempo real, en donde del 25 de diciembre. Se puso un vestido rojo no se podía apretar el botón de rebobinar ni y largo que no había usado en mucho tiem- el de adelantar, donde se está atrapada en el po, pues no tenía una vida social muy mo- ahora aunque se intente asirse al pasado con vida. Mientras encendía las velas en el altar todas las fuerzas, en esta vida las últimas Na- que había armado para la ocasión, rememo- vidades eran silenciosas y largas. Los brazos ró tiempos pasados. No siempre estuvo sola masculinos ahora rodeaban a otra; el perro, en estas fechas. Podía sentir aún el abrazo de luego de ambular entre ambos litigantes, ter- Eric, las risas que resonaban en los bordes de minó en casa de una prima; mamá y papá se las copas de cristal donde se sirvió champa- ocupaban de unos nietos recién estrenados, ña, el crujir del papel de regalo, los ladridos cortesía de su hermana menor; y los amigos del perro al unísono con los fuegos artificia- eran luces tan fluctuantes como luciérnagas.

48 En el altar había tres velas: una azul, una el horno vio una imagen de terror: una pier- roja y una blanca. Encendió la vela azul, que na de jamón carbonizada. Cerró el horno de representaba el elemento aire, y se tomó una golpe. Yo...pero no podía proseguir. La familia copa de vino tinto de un solo sorbo. Respiró la miraba con ojos acusadores. Abrió sus ojos profundamente, despejó su mente de pensa- y la vela azul parpadeaba ante ellos. Se sirvió mientos aleatorios y se concentró en la llama otra copa de vino. Quizás no era tan malo es- mientras clamaba por Céfiro, viento benéfi- tar sola. Que el aire se lleve aquellos deseos que co, para que le trajese visiones de futuros no no han de ser. Sentía las orejas calientes. Con- vividos. Pronto, como si estuviese ante una templó el nacimiento, a María y a José ante el pantalla de cine, se vio a sí misma rodeada de niño Jesús. Se postró ante el mismo: quizás no tres niños que seguramente debían ser sus todas tenemos vocación de María. hijos. Éstos, dos varones y una niña, la mira- Se persignó y encendió la segunda vela, ban con expectación. Se atrevió a sonreírles la vela roja. Que el fuego atice la llama de mis tímidamente. —Tengo hambre—dijo en voz sentidos, que los avive y me permita ver otra alta el mayor. La niña empezó a lloriquear Navidad posible. Se tomó otro sorbo de vino pues el mayor, mientras se quejaba del ham- antes de concentrarse en la llama. A medida bre, golpeaba una muñeca contra la mesa. El que entraba en el trance, dejó de sentir sus benjamín, un bebé que apenas se sostenía brazos y piernas. Tuvo una visión en la que sobre sus dos piernitas, caminaba de aquí corría mucho, estaba fatigada, deseaba parar, para allá esparciendo un olor abominable pero algo le decía que su vida corría peligro. que ameritaba cambio de pañal inmediato. Veía su imagen reflejada en las vidrieras de Beatriz no sabía hacia donde correr, el estre- los negocios que relucían entre luces rojas y no de madre se le hacía súbito y en demasía. verdes, lazos y bastones, San Nicolás y renos. Decidió correr hacia el bebé quien se resistió Deseó no ser estos huesos y carnes que co- a que lo colocase sobre la mesa del comedor. rrían sin zapatos por una calle que se le hacía —¿Y el jamón, mamá? —preguntó el mayor. larguísima. Estaba escasamente vestida. El Jamón, ¿qué jamón?, pensó Beatriz mientras hombre detrás de ella le gritaba que era una le limpiaba el traserito al bebé, botaba el pa- ladrona, que le devolviese el dinero o que hi- ñal desechable al tacho de la basura y le po- ciera su trabajo. Tomó un callejón a su dere- nía uno nuevo. Ahora sí estamos bien, se dijo cha y se vio rodeada de adictos que parecían mientras cargaba al bebé. Alguien la jalaba de cuerpos inertes entremezclados con cajetas y la basta del pantalón, era el mayor que hacía basureros. Una leve llama iluminó brevemen- una pataleta en el piso. El llanto ya era mucho te la oscuridad. Sintió que una mano le hala- cuando apareció de sopetón el marido: ella ba el vestido. Soltó un grito pero no paró de supuso que debía serlo por el parecido con correr. El callejón tenía una salida sumamente los llorosos. Éste agarró al de la pataleta y lo angosta, la mano volvió a halarle el vestido, levantó por la solapa del suéter. La niña paró pero se quedó con un hilacho y un insulto de llorar inmediatamente y se pegó a las pier- atravesado en la garganta porque ella logra- nas del padre. El chiquitín le alzaba los brazos. ba salir por el otro lado y cruzar la calle sin ver. —¿Y el jamón?—inquirió el hombre. Beatriz Sin ver que un auto venía a toda marcha y la no sabía qué responder. Se levantó como una levantaba por los aires y mientras caía le pa- autómata poniendo al bebé en brazos del recía recordar la estrella iluminada de una de padre y se dirigió a la cocina donde al abrir las vidrieras. La llama de la vela roja titilaba y

49 Beatriz abrió sus ojos con dificultad. Verdade- casa, obtenidos en asaltos a mano armada. ramente que a algunos le iba peor que a ella. Fueron a la cocina donde, con disgusto, cons- Cabe preguntarse que hacen los adictos y las tataron que la dueña poco le metía a lo culi- prostitutas durante estas fiestas...Tomó direc- nario por lo que no hubo jamón ni pavo, ni tamente de la botella hasta vaciarla. uvas ni nueces, ni pastel de fruta, ni siquiera Puso la vela roja al lado de la azul en el pe- una rosca de pan de huevo. Esto enervó un queño altar y tomó la vela blanca. La encendió poco a Caso y mucho a Reincidente, quien te- y se concentró en la llama. Que del agua más nía poco aguante para pocas cosas. Hallaron pura surjan mis pensamientos mas cristalinos. una botella de vino intacta. Ahora iban de sa- Se concentró tanto que empezó a sentir que lida. Se detuvieron en la sala y observaron a su cuerpo flotaba. Se tumbó sobre la alfom- Beatriz quien dormía. De forma sincronizada, bra de la sala. Flotaba en una barca solitaria bastó una mirada, la agarraron y se la llevaron llevada por la corriente de un río tan amplío con ellos escaleras abajo. Beatriz protestaba como un mar. El cielo era demasiado brillante, pero entre el sueño y el vino que se había to- tanto que le cegaba y todo era luz, dentro y mado sus palabras salían a trompicones y sus fuera de sí. Hacia donde se dirigía o de donde brazos no lograban soltarse de los brazos ex- venía parecía irrelevante. Sintió que ella era la traños. Abrieron la puerta de entrada al edifi- luz, el río y la balsa. cio de una patada y salieron los tres al amane- Mientras Beatriz se adentraba en la tercera cer navideño donde todos parecían haberse meditación, dos sujetos, casi unos adolescen- recogido luego de tanto celebrar. Cargaron tes, se introducían furtivamente a su edificio con ella un rato sin un claro deseo de qué ha- de apartamentos. Conocidos en el mundo del cerle, y pensaron muchas cosas, algunas más hampa y en varias estaciones de policía como macabras que otras, pero finalmente Caso se Caso y Reincidente, subieron las escaleras dio por vencido y la soltó por lo que Reinci- furtivamente cerciorándose si las puertas es- dente casi se cae con el peso de Beatriz. Coño, taban ajustadas, las ventanas cerradas o las yo no cargo a esta ni un paso más. Ya es casi de alarmas funcionando. La puerta del aparta- día y no tenemos un auto. Reincidente avistó mento de Beatriz no sólo no tenía alarma sino la banca del parque justo frente a sus ojos. tampoco estaba bien ajustada y cedió fácil- Arrastró a Beatriz como quien lleva un fardo y mente. Al entrar quedaron pasmados al con- debido al esfuerzo no se percató que dejaba templar a una mujer tumbada en la alfombra la botella de vino en la banca junto a la mujer. de la sala frente a un pequeño altar. Retomaron su rumbo rápidamente sin mirar —Entonces—dijo Caso que no tenía mu- atrás, más livianos y sin dirigirse la palabra. cha experiencia y aún titubeaba ante los inci- dentes inesperados. Reincidente lo miró mo- lesto mientras le indicaba que lo siguiera a las habitaciones. Entraron al dormitorio de Bea- triz y de manera rápida pero silenciosa fueron revisando las carteras y joyeros de modo que Me l a n i e Ta y l o r . Ganadora del V Concurso Centroameri- pronto se habían hecho de todo lo de valor, cano “Rafaela Contreras” en Cuento Escrito por Mujeres 2009 que organiza la Asociación de Escritoras de Nica- tarjetas de crédito y efectivo. Caso se metió ragüa (ANIDE) y del Concurso de Cuento Infantil “Medio un mp3 en el bolsillo del pantalón, un hurto Pollito” 2006, sección de adultos. Libros publicados: Micro- puramente romántico pues tenía ya dos en cosmos (Panamá, 2008), Amables predicciones (Panamá, 2005) y Tiempos acuáticos (Panamá, 2000).

50 2 Cuentos Quimera p o r Ro s a l b a Mo r á n Te j e i r a

ún no había amanecido. La bruma, La madrugada cedió, rápidamente, el paso que cubría todo y le daba al paisaje a la luz del sol. María, a su corta edad, se sen- Aun aire fantasmal, dejaba filtrar a duras penas tía cansada, como si ya hubiera vivido mu- delgados hilillos dorados que como lluvia de chos años. Todos los días eran iguales: cuidar oro caían sobre el gallinero. Las aves, con gran los animales, lavar la ropa, recoger la leña, alboroto, corrían levantando una polvareda y buscar agua en el río, hacer el café… Debía picoteaban el suelo insistentemente. María, apurarse. Dejar de pensar. Su madre no de- somnolienta, restregándose los ojos con una moraba en llamarla y aún tenía que poner- mano y con la otra sosteniendo la lata con los les agua y maíz a las gallinas y a los patos. A desperdicios, cruzó la cerca de ciruelos por veces creía que su mamá no la quería. Por su aquel estrecho espacio que había entre el sue- parte, ella la quería pero a la vez sentía un do- lo y el alambre de púas que, no sabía por qué, loroso rencor. Era un sentimiento vago, que su madre insistía en usar como puerta de en- la llenaba de ansiedad y temor. Su padre las trada al chiquero de los puercos. Una vez del había abandonado al nacer ella. No le tenía otro lado el fuerte olor a orine y a excremento miedo al trabajo, pero creía, como le decía su penetró hasta su cerebro ¿desde cuándo esos amiga Juanita, que tenía derecho a divertirse: olores formaban parte de su vida? Hundió en a tener novio, a casarse. Quizás algún día no el lodazal, hasta el tobillo, sus pequeños pies aguantaría más y… descalzos, volteó las latas que los puercos ha- El grito de su madre, llamándola desde la bían desparramado por todo el lugar y una a puerta trasera del rancho, la hizo volver a la una las fue llenando. Los animales, que ya la realidad. Con paso apresurado, se dirigió al esperaban, la seguían como perros falderos corral de las aves que cacareaban y grazna- metiendo el hocico, voraces, en cada lata. Le- ban enloquecidas. Seguro que las había oído. vantó la mirada y suspiró. Tengo que decírselo No sabía como hacía para saberlo todo. Les a mi mamá. Algo me está pasando. Esa sangre echó maíz y llenó de agua los bebederos. que me sale de allá abajo debe ser algo malo. Buscó entre los trapos y papeles algún huevo. Mi abuela lo decía… cuando la mujer sangra No había ninguno. ¡Gallinas del diablo, tanto el diablo la ronda. trabajo para nada! Ahora su mamá no dejaría

51 de quejarse. ¿De qué vamos a vivir?, ¡qué vida más, ella esperaba que le permitiera comprar más desgraciada la mía! Eran su letanía. ¿Por aquellas sandalias tan lindas que tanto le qué no vendía los puercos? Estaban más gor- gustaban, y que había visto en la tienda del dos y mejor alimentados que ella y, sin em- pueblo. Era evidente, su madre se había des- bargo, su madre insistía en esperar… ¿qué? pertado ese día de buen humor. El corazón se — ¡María!, ¡qué pasa con el café! volvió a le quería salir del pecho. gritar la madre. —Diga, mamá, balbuceó María — ¡Ya voy, ya voy! Gritó igualmente María —Recoja sus trapos. El Sr. Alejo se la lleva. apretando el paso. A su madre le gustaba tomar el café, ni bien se levantaba. María entró corriendo, jadeante, a la pequeña cocina, atizó el fogón y puso la olla para el café. Su madre, desde el viejo ta- Al caer la noche burete la miró diferente, casi complacida, eso le pareció. ¡Qué extraño! Lo normal, ante su atraso, era recibir un insulto o un azote con la ada noche era lo mismo. Despacio y arras- fusta, único objeto que, según su finada abue- trando sus pesados y agrietados pies co- la, había quedado de su padre. Él la usaba con Cgió uno a uno los cajones que escondía de- el mismo propósito. Nunca había recibido un trás de un montón de desperdicios y apartó halago de nadie. los sacos de maíz y ñame que formaban un —Apúrate y tómate tu café. Yo me sirvo el semicírculo y los colocó en ese metro y me- mío. Ve a tender la ropa. Hay que aprovechar dio que era su espacio vital. Arriba, con sumo el sol. cuidado, puso sobre ellos un estrecho y sucio María la miró sin comprender, incrédula, y tablón, exactamente de su tamaño. Su cama. a grandes sorbos vació la totuma. Lo palpó; todavía sirve, pensó. Se detuvo. Le Los trapos, que llamaban ropa, se mecían costaba mucho moverse. El reuma la estaba al son del viento despidiendo diminutas go- matando. Todo le dolía, especialmente los días titas de agua que salpicaban la risueña cara de lluvia. ¡Qué diera por echar marcha atrás de María, produciéndole un agradable cos- y volver a tener ese cuerpo y belleza negra quilleo. A lo lejos, una silueta se dibujó por el que volvió loco a más de uno! Ganó mucho camino. María, que se empinaba para colgar dinero. No era justo. ¿En qué momento cam- una desteñida camisa, se detuvo y miró bien. bió su vida? A veces, cuando pasaba frente a Su madre salió al paso del visitante. Los veía alguna vidriera veía sus formas voluptuosas hablar y gesticular pegados a la cerca. Reco- y sensuales reflejadas y se detenía sonriente, noció al viejo Alejo. Sus miradas se dirigían moviéndose como en una pasarela hasta que insistentemente hacia el chiquero. Sonrió. Ya algún transeúnte la miraba con sorna... ¡loca! era tiempo, se dijo. grito que la devolvía a la realidad. El largo sus- —¡María, venga acá!, le gritó con una voz piró que brotó de su desdentada boca se tor- extraña. nó en una extraña mueca. Ella corrió feliz. Por fin su madre había de- Sabía que la estaban fisgoneando. Sentía cidido vender un puerco o quizá más de uno. la fuerza de aquellas burlonas miradas. Ese Necesitaban tanto ese dinero para comprar había sido un buen día, pensó. Pudo darse un algunos alimentos y cosas para la casa. Ade- baño, ¿cuánto tiempo hacía que no llovía?, el

52 verano había sido largo, hizo su mejor sopa sabes lo que me gusta y como me gusta! El de huesos, pues había tenido suerte, ¡bendito palabrerío de gritos roncos, que brotaron de sea Dios! que encontró unos con algo de car- la oscuridad, la sobresalto. No se acostumbra- nita cerca al tinaco de la esquina y así pudo ba. vender algunos platos a sus clientes; vaya — ¡Hijoeeepúuuta…. acuéstate con tu clientes: indigentes, alcoholitos, gentes olvi- madre, desgraciado¡ gritó sin aliento. dadas. Están peor que yo, se dijo. Recogió los …Y un reguero de carcajadas estalló por el periódicos que encontró sobre un montón de lugar. sacos de arroz y buscó su cartucho, del cual sacó sus cachivaches favoritos: unas cuantas latas, un par de zapatos de diferentes tama- ños y modelos, con más agujeros que un co- Ro s a l b a Mo r á n Te j e i r a . (Penonomé, Panamá). Maestra de lador, papeles de toda clase, vasos, un par de Enseñanza Primaria. Fonoaudióloga (Argentina). Egresa- da del Diplomado en Creación Literaria, Universidad Tec- cucharitas plásticas y un gran trapo sucio, que nológica, 2006. Seminario taller “Estrategias narrativas era lo que buscaba, y que colocó como carpa del cuento” Universidad Latina 2008. Decoradora. Pinta sobre aquel estrecho lugar. al óleo y porcelana. Libros publicados: Hato Ambo, lecturas — ¡Vamos, mami, sacude bien la cama, que selectas para niños (Editorial Norma, Colombia, 1990), Gira y gira, hacia la expresión manuscrita (Editorial Trillas, Méjico, no quede ningún bicho, pronto voy para allá, 1991), Actividades de aprestamiento para la lectura (Editorial Tri- ya estoy listo, bañadito y todo… ¿y tú?... ya llas, México, 1993), Vidas clandestinas (Panamá, 2009).

53 3 poemas de Marialicia Atencio Briñez

Venezolana

A plenitud Primera P del tiempo

No digas nada Cicatriz que de mi corazón brotan mariposas sigue abriéndote a pedazos inmortales en el ilustre cuadro y me canso de la cama solitaria que he puesto en el sillón. que me aguarda cada noche. Créeme fantasía tonta Desconozco los trazos que las migajas son solo destellos de tu pluma que salen de la noche pero siempre caben pensamientos los escorpiones no te pican en tu tinta ya constante. cuando escribes poesía. Escúchame al ocaso A los mártires y vive tus momentos sin ansiarlos no se les ve sentados canta lindo y los rojos múltiples saltando de mi dame hambre de vacios exquisitos. boca no son más que menudas voces brotando de la noche. Tan lejos es nada

Vuelve pequeña tristeza y tumba las cometas que mis ojos han reemplazado por tu ausencia. Aguarda mi llegada hermosa primavera Ma r i a l i c i a At e n c i o Br i ñ e z [Maracaibo, Venezuela 1983] luz de luna radiante silencio. Ha publicado sus textos en diversas revistas interna- cionales y suplementos culturales en periódicos vene- Que si he de partir de nuevo zolanos. Participó en el III Congreso Internacional de me tengas toda Metapoesía en la ciudad de Maracay, Venezuela; IV Encuentro de Poetas llevado a cabo en varias ciuda- me recuerdes des chilenas y en el I Encuentro de Poetas del Mundo como un grito a lo lejos. realizado en la ciudad de Lima, Perú en agosto de 2009. Publicó el poemario Luz de Fondo en 2008.

54 3 poemas de Eyra Harbar

Fotografía

No encuentro aquella imagen tomada hace años con calles de polvo y porquerizas; esa fotografía que va poniéndose vieja conmigo, con su recuerdo pequeño y tan sobado, porque es acaso mi propia serenidad un espejo que a veces carga en su vientre la irreductible ceniza que todo ha consumido.

Esa fotografía que hace falta para no confirmarme extranjera cuando miro las casas que cuestan 9 millones de dólares, las fincas en el interior de la república habitadas con cifras que tienen un inmenso jardín colgante y un auto hermoso asegurado contra robos, su portal de lujo, su ventana francesa y su cubo rubbermaid para lavar el piso.

Yo tenía la fotografía guardada con cuidado, dispuesta entre mis cosas como quien guarda el color de la tarde en que fue feliz, su escena que acontece tiernamente cuando miro el minúsculo retazo de la historia convertido en esa polaroid tomada cuando las calles eran de polvo.

Yo tenía la foto de mi casa que hoy cuesta 9 millones de dólares y tiene su ventana francesa y su cubo rubbermaid para lavar el piso.

La familia que ahora vive allí no la recuerda.

55 De un poema que vine a buscar a Granada

c a r t a d e m a r z o c o n u n l i b r o y u n a r o s a

Vine a Granada para buscarte hojas y hojas de papel impreso, para andar por la ciudad vieja diciendo tu nombre. Hay un volcán despierto donde duermo y mi cama funde las noches con el fuego bajo tierra. Mi piel proclama el sol al mediodía atado al torno en que giran los días de Nicaragua.

Me desvisto, porque no hay otra forma de enfrentar el tiempo del amor y aquellos que aman van creyendo que el cuerpo es su único vestido.

Traigo a cuestas la bolsa donde guardo la llave del hotel, mis libros heridos de felicidad, la tumba de una poeta ausente, la tinta que se escribe lejos de casa y en la ciudad se abren las puertas cuando paso como si aquello estuviese listo para una cena que espera en los patios de sombra y en los portales mecidos por abuelas que vieron a Sandino. tómalo como al pan caliente Cuando las miro pierdo el tiempo -con una mano, con dos-, echándolo por las alcantarillas, toca su boca con tu boca llena, porque un carruaje galopa aún porque puede ser que a eso he venido: con su caballo invencible hojas y hojas de papel impreso y no sé dónde estoy no me sirven ni de dónde he venido. si están vivas las alarmas de incendio Presiento que nunca he salido del solar y las reglas de guardar, amamantado con plática, sus páginas son como aquella triste indiferencia de las ferias donde encontré máscaras antiguas con que miran los señores de orgasmos secos. y la cruz de colores y campesinos. Voy por el café de 3 córdobas que vende Doña Erica Aquí está el volcán y el algodón de azúcar que pasea por la plaza, -digo señalando el corazón- y este volcán me patea el útero y la rodilla. y suele salirse de su sitio. Sabe que caeré confinada a escribir este verano Tiene la emoción en el cuello y estás con él y a veces llora con la calle de perros flacos. en estas páginas y páginas de papel impreso, Aquí está el volcán, conmigo.

56 Cine

1990: p a r a e l c i n e universitario q u e m e s a l v ó d e l a c a t á s t r o f e

Cuando era estudiante y vivía en las afueras, iba al cine de la universidad.

No importa qué proyectaran, buscaba otra película de cine ruso o Fassbinder. Monsieur Houlot me hizo reir un domingo.

Y no comprometía amantes en la sala oscura.

Éramos el filme y yo.

Con la carilla asombrada por la lengua inentendible apenas cuestionaba un detalle técnico, porque miraba cada imagen haciéndose nieve o Cuba. Preguntaba ¿quién era este que me ha tomado del brazo por la tarde? Sin saberlo el cochecito del mimo, Gutiérrez Alea y Passolini construían el largometraje de mi estación adolescente, de niña en ciudad sitiada.

Tomé las manos que ofrecían mostrarme un lugar que estaba en otra parte, como decía Kundera, con mi asiento pagado a precio de estudiante y el deseo de tener la boca abierta por otro motivo que no fuera el asco.

Ey r a Ha r b a r . Escribe poesía y (a veces) cuentos. Estos textos pertenecen a: Poemas (in)justificados, Cada cierto tiempo y otros que aún mantiene inéditos. Dos libros de poesía preceden de manera impresa: Donde habita el escarabajo (2002) y Espejos (2003).

57 2 Cuentos Mister White

p o r Ra ú l Le i s

ister Jonathan Stephen White reco- navidad pasada. O el colibrí tornasolado sus- rre diariamente los quinientos me- pendido sobre una flor amarilla. O el congo trosM de calle que separan su casa de la tienda de avispas en el tronco del guayacán. O como del chino, sin que necesariamente tenga algo maduran los mangos del vecino de aquí, los que comprar. akee del vecino de allá o la cabeza de guineo Lo hace muy lentamente pues no tiene al- patriota del vecino de acullá. ternativa. Mister White, después de jubilarse Por ir tan despacio, a Mister White le alcan- de la Compañía del Canal, sufrió un derrame za más fácilmente la nube de los recuerdos. cerebral que le paralizó el lado derecho de su Saborea los años de trabajo en el manteni- cuerpo, fatigado y erosionado por el trabajo miento de las compuertas monumentales y rudo. Él mismo talló con su mano sana su los miles de remaches que colocó en su vida. rústico bastón de palo de guayaba, que aho- Tiene siempre presente a su mujer que se le ra es el apoyo imprescindible para moverse adelantó en el viaje postrero. A sus hijos que pulgada a pulgada, esquivando los huecos reviven en dos postales y tres tarjetas al año, o de la calle. A su lado pasan raudos a distintas de vez en cuando surgen como voces lejanas velocidades, pero siempre más rápido que él, que le hablan por el hilo telefónico, acerca del los caminantes, bicicletas, patines, patinetas, frío que hace en los “states”. Siempre finalizan perros, autos y buses que le arrojan nubes de la llamada con promesas de pronto retorno, polvo o ráfagas de barro, según sea la esta- que nunca se cumplen. ción del año. Un día, el muchacho más deportista del ba- Pero a él no le importa eso. Él sale y siem- rrio, pero también el más atrevido y vanidoso, pre llega a donde va, luego regresa a su casa lo rebasa mientras pica una bola de balon- al mismo paso, y el otro día es lo mismo de lo cesto. Se da vuelta e imita el paso de Mister mismo. En su caminar se mueve muy lenta- White. Le invita socarronamente a una com- mente el paisaje de la calle, lo que le permite petencia: a ver quién llega primero a la tienda observar los detalles que se perderían con la del chino, y le apuesta una cerveza bien fría. velocidad. Él aprecia como la lluvia decolora Mister White espanta la nube de recuerdos; cada día esas bardas tan bien pintadas en la le hacen apretar los dientes. Murmura que

58 acepta aunque ya no toma cerveza. Varios vecinos escuchan desde sus casas la conver- sación y se ríen de un duelo tan desigual. El muchacho se adelanta de un salto, con una piedra marca en la calle el punto de partida, espera a Mister White y cuando está junto a él, grita: En sus marcas. ¡Ya! … En dos trancadas el joven se pone diez me- tros adelante. Aburrido del lento paso del anciano se desvía más adelante. Se detiene en el portal de la casa de una amiga, a la que le prometió enseñarle sus trofeos deportivos. Luego se estaciona en otra casa y compra un duro de coco. Mientras saborea el refrescan- te, se junta con un par de amigos para aquí, de un salto, con una piedra marca en la calle los akee del vecino de allá o la cabeza de gui- el punto de partida, espera a Mister White y neo patriota del vecino de acullá. Por ir tan cuando está junto a él, grita:— En sus marcas. despacio, a Mister White le alcanza más fá- ¡Ya! … En dos trancadas el joven se pone diez cilmente la nube de los recuerdos. Saborea metros adelante. Aburrido del lento paso del los años de trabajo en el mantenimiento de anciano se desvía más adelante. Se detiene las compuertas monumentales y los miles de en el portal de la casa de una amiga, a la que remaches que colocó en su vida. Tiene siem- le prometió enseñarle sus trofeos deportivos. pre presente a su mujer que se le adelantó en Luego se estaciona en otra casa y compra un el viaje postrero. A sus hijos que reviven en duro de coco. Mientras saborea el refrescan- dos postales y tres tarjetas al año, o de vez en te, se junta con un par de amigos para hacer cuando surgen como voces lejanas que le ha- práctica de enceste, en un aro colgado en lo blan por el hilo telefónico, acerca del frío que alto de un garaje. hace en los “states”. Siempre finalizan la lla- Al rato recuerda la competencia y acom- mada con promesas de pronto retorno, que pañado por sus amigos corre a la tienda. En nunca se cumplen. Un día, el muchacho más medio de un coro de risotadas de los presen- deportista del barrio, pero también el más tes, encuentra a Mister White sentado donde atrevido y vanidoso, lo rebasa mientras pica siempre, sobre una caja de sodas vacía con un una bola de baloncesto. Se da vuelta e imita refresco a medio consumir en la mano y una el paso de Mister White. Le invita socarrona- sonrisa de oreja a oreja. El muchacho paga mente a una competencia: a ver quién llega sin chistar la cuenta, obedece la señal que el primero a la tienda del chino, y le apuesta viejo le hace para que se siente en otra caja una cerveza bien fría. Mister White espanta junto a él, y escucha en silencio, al igual que la nube de recuerdos; le hacen apretar los los otros parroquianos, cómo Mister White dientes. Murmura que acepta aunque ya no – negro impedido jubilado de la Zona – les toma cerveza. Varios vecinos escuchan des- cuenta muy lentamente, subrayando las pa- de sus casas la conversación y se ríen de un labras con su bastón de palo de guayaba, la duelo tan desigual. El muchacho se adelanta fábula de la tortuga y la liebre.

59 El choque

esde que la vio la primera vez se le me- si moldeara una vasija de barro en un torno, tió entre ceja y ceja y le ganó el corazón hasta que una idea le iluminó el rostro y lo Dpara siempre. Su vida ya no sería igual y sólo hizo saltar de la cama. Debería esperarla fren- tendría sentido vivirla junto a ella. te a la mansión y seguirla de cerca. La única Todo ocurrió cuando sus autos coincidie- forma de conocerla era provocar un acciden- ron en el alto del semáforo, y desde su sedán te. Ambos pasarían las largas horas de espe- color gris ratón pudo apreciar por treinta ra por el policía de tránsito, los trámites del segundos todo el esplendor de la chica que seguro y el juicio. Él lograría en ese tiempo, conducía el lujoso descapotable rojo. Luego, asumiendo toda la culpa por el choque, que en los días siguientes la encontró en su ruta ella pasara del disgusto al agrado, cautivada habitual. Una vez pudo seguirla hasta una por su encanto masculino… enorme mansión, donde el descapotable Aturdido abrió los ojos, en medio de pitos atravesó un portón automático y se perdió y gritos, sólo para ver cómo las gotas de la entre la floresta de un jardín principesco. sangre de la muerta formaban un charco en Averiguó quién era ella y se sintió ano- la avenida, cayendo del descapotable como nadado por las referencias a la fortuna de la lágrimas carmelitas. chica, en comparación con su exiguo sueldo de contador. No se rindió, sino que mirando Ra ú l Le i s . Nació en 1947. Sociólogo, egresado de la Uni- el cielorraso de su apartamentito de soltero, versidad Santa María La Antigua. Profesor en la Uni- no dejó de preguntarse cómo hablar con ella, versidad de Panamá. Dramaturgo, cuentista, ensayista, cómo abordarla, pues era consciente de que poeta y comunicador social. Dirigió por 10 años la re- vista “Diálogo Social”. Fundó y dirigió por 10 años el las distancias sociales los separaban y el úni- Centro de Comunicación Popular. En 1985 obtuvo el Pre- co espacio de fugaz encuentro era su mutua mio “Plural” de México como ensayista. Ha obtenido en condición de automovilistas. Premio Nacional de Literatura “Ricardo Miró” en cuatro Una madrugada lo despertaron los tiros ocasiones como dramaturgo y una vez como ensayista. Libros de cuentos: Viaje alrededor del patio (1987), Remedio para de una refriega entre bandas juveniles, a una la congoja (2005) y ¿Quieres que te lo cuente otra vez? (2005). En- cuadra de su casa, y al no poder conciliar el tre sus obras de teatro: El nido de Macuá (1982) y El puente sueño le dio nuevas vueltas al asunto, como (2001). Entre sus muchos libros de ensayo: Panamá: luces y sombras hacia el siglo XXI (2000).

60 Confesiones de un poeta en una ciudad que odia

p o r Da v i d Ro b i n s o n

Hoy no quiero cantarte mis metáforas Su nombre es Joaquín Se me antojan patéticas Y vive en los suburbios Repletas de caries y arrugadas De una ciudad que no lo quiere

No quiero que escuches mi poética Su nombre es Joaquín Es sólo un discurso Y camina receloso Y fue concebido en el silencio del cómplice Entre las esquinas de sombras En la soledad del descomprometido Y los colores de un semáforo Lejos de la belleza de un corazón que late De dos pulmones que inhalan y exhalan Su nombre es Joaquín De un hígado que se estruja con cada desengaño Y a veces se divierte Poniendo a pelear a las hormigas Hoy no quiero que me veas O tirándole piedras Como ese poeta encerrado tras los barrotes de una pose A ese árbol de mangos Deseo que mires a un hombre Que dejó de contemplarse el ombligo Su nombre es Joaquín Que levantó la vista Y no conoce el significado Que se abrió el alma De la palabra pedofilia Que conoció a un niño Le suena a dolor en las tripas Huérfano de un padre vivo Pero sí sabe Que vive Que de acercarse mucho al viejo de la panza gris En alguna parte del país Será acariciado entre las piernas Criado por una madre Y eso Que es madre No le gusta En alguna parte de su ser

61 Joaquín nació Y si a Joaquín le crece el bozo En una ciudad Y le cambia la voz Que parece odiarlo Y ya no pide permiso para salir a pasear Y sólo dice voy y vengo En esa urbe Y ya no lustra zapatos porque tiene una beca Quien lo educa Y el final del bachillerato no está lejos Es el fracaso Y el padrastro de turno hasta se siente orgulloso Quien lo entretiene Y la madre y su maquila se preparan para el evento Es el pánico ¿En ese día Y quien lo quiere La ciudad que parece odiarlo Lo quiere Dejará de hacerlo? Tranquilito y estúpido ¿O tendrá Joaquín Frente al televisor Que olvidarse del diploma Y armarse ¡Todo tiempo pasado fue mejor! Con un hierro cargado de plomo? ¡Nada por venir será agradable! Así piensan los adultos Que le toca sufrir

Así piensan los adultos De la ciudad donde le tocó vivir Una metrópoli Que no sólo parece odiarlo Una metrópoli Que en verdad lo odia

62 Espero no haberte defraudado Hoy quise abandonar mi torre oxidada Salir a la calle y tropezarme con el más bello pétalo de hibisco Oler el aliento de los héroes del que tanto hablan mis poemas Escuchar el trotar de la vida por las aceras de la ciudad

No estoy seguro si buscaba un espejismo Confirmar la retórica del café y el vino tinto De los coloquios donde resuelvo todos los males del mundo Donde toda miseria desaparece Hablar es tan sencillo Condolerse con la barriga llena es tan simple En las tertulias qué lindos versos escribo DAVID ROBINSON. Panamá, 1960. Ha publicado en la revistas Maga y Um- bral y en periódicos locales. Obras Pero la poesía se vuelve estatua de sal al ver a un niño limpiabotas publicadas: Cuentos: En las cosa del amor ... Que juega al fútbol descalzo y atento a los carros que vienen (Panamá, INAC 1991); Vértigo (Univer- sidad Tecnológica de Panamá, 2001), Lejos de la ternura de una madre a tiempo completo Resistencia -maldiciones al desparpajo- (Edito- El trabajo en la maquila no le permite ese lujo rial Casa de las Orquídeas, Panamá, Tampoco el padrastro de turno 2005). Poesía: Soledades pariendo (Pana- má, 1994); Soledades pariendo - nueva edición - (Editorial Casa de las Orquídeas, Pa- Hoy salí a la calle y dejé de verme el ombligo namá, 2003), La canción atrevida (Panamá, Ahora me parece un espectáculo grotesco 1999). Compilación: Soles de papel y tinta (Alfaguara, Cali, 2003), Heurísticas -del Hoy salí a la calle y vi el arte poética del universo: instinto al oficio- (Ediciones 400 Elefantes, El rostro brillante Nicaragua, 2007). De un niño llamado Joaquín

63 Cuento infantil El semáforo loco

p o r Hena González de Zachrisson

l semáforo lo acababan de instalar en Vía bían colocado en ese lugar para establecer el EBrasil y Calle 50 y estaba contento de orden. ¡Ya verían como largaba de la calle a poder mantener el orden del tránsito en tan esos harapientos! importante calle. Sin embargo, pronto des- Sin embargo, no era posible permane- cubrió que su tarea no era fácil. Su territorio cer en un mismo sitio día tras día, sin ente- estaba atestado de muchachos que vendían rarse de todo. El semáforo descubrió que si frutas y vegetales y para escapar de ellos, bien su luz verde favorecía a los conducto- los conductores hacían regatas para cruzar la res, en cambio, perjudicaba a los muchachos calle antes de que la luz cambiara a rojo. de la calle. —Todo a un dólar! —gritaban los chicos —Es que con luz verde los carros se mostrando su bolsa de guineo, naranja, me- alejan y los pobres muchachos no pueden lón, maíz, papaya, chayote, pan, flores— en vender su mercancía. Esto significa no llevar fin, de todo! plata a sus casas— le contaron las torcazas Pegando las sudadas caras a las ven- que revoloteaban a su alrededor. tanas, gritaban para hacerse escuchar. Los —Algunos de ellos ni siquiera tienen conductores dibujaban con sus dedos un ro- papá —le susurró al oído un dulce azulejo. — tundo “¡NO!”, pero los muchachos no se daban Y la mamá tiene que cuidar a los pequeños y por vencidos: golpeaban insistentemente las si ellos no venden lo que traen, no tienen a ventanas, o se paraban desafiantes frente al nadie que les dé de comer. vehículo, sin importarles que el carro se les —Otros tienen un padre alcohólico y viniera encima. cuando vuelven a casa con las manos vacías, Los conductores mantenían una fría mi- éste les insulta y les pega —le informó un rada en el semáforo y un pie en el acelerador petirrojo. atentos a la luz verde, para alejarse lo más —La mamá de aquel chiquitín es droga- rápido de aquellos chicos impertinentes. dicta — le susurró un talingo— y ése chico es El semáforo también se alegraba cuan- el único sustento de su familia. do se prendía la luz verde y los conductores El semáforo no se había imaginado nun- podían continuar sin interrupción. A él lo ha- ca esas tristes historias. Observó que en lu-

64 gar de descansar cuando se prendía su luz que está funcionando. Sin embargo, al poco verde, los chicos miraban con ansiedad hacia tiempo de irse, el semáforo volvía a trabarse el cielo. en rojo. Ese semáforo anda loco— dijeron – ¿Será para rogar a Dios?— le preguntó Trabaja cuando le da la gana. a un lorito parlanchín que se había recostado ¡A nadie le dio por pensar que lo que a un árbol próximo a él — ¿o será para obser- tenía el semáforo era un corazón muy gran- var las figuritas que forman las nubes...? de..! Siguió estancándose en rojo y los con- —¡Ojala así fuera — le contestó el lori- ductores se cansaron de quejarse. A falta to.— Lo que hacen es mirar por si aparecen de otra forma de ocupar su tiempo mientras nubes oscuras anunciando un fuerte aguace- esperaban que cambiara la luz, se pusieron a ro. Ellos le temen a la lluvia porque significa comprar las frutas que llevaban los mucha- que ya nadie les comprará. chos de la calle. A su familia no le hizo nin- O miran para ver si se acerca la noche, gún daño volver a disfrutar de la fragancia que les anuncia que se está acabando su de un mango fresco, de palpar la piel de una tiempo para vender—añadió un picaflor. naranja, saborear el rico jugo de un trozo de El semáforo ya no estaba contento sandía… cuando se prendía la luz verde. Ahora sabía En una ocasión fue tanto el tiempo que que por su culpa se quedaban muchas manos el semáforo se detuvo en rojo, que el con- extendidas sin completar una venta. ¡Qué ductor de uno de los vehículos tuvo tiempo vida más dura la de estos chicos! para observar a un lindo mulatito que todos El corazón del semáforo no era duro los días le mostraba unas estampitas de San- como el material con que fue fabricado. tos y que él siempre había ignorado. Ante esta situación se decía: —Ese mocoso debe tener tu misma ¡Si pudiera en alguna forma ayudarlos! edad, Juanchín— le dijo al nieto que lo acom- ¡Ojalá la luz verde tardara más en llegar! pañaba, y sacando la cara por la venta gritó: ¡Ojalá la luz roja se quedara por más tiempo! —Oye, chiquillo, ¿cuantos años tienes? ¡Cómo quería el semáforo que esto ocurrie- —Siete, respondió el mulatito, mos- ra! trando una blanca dentadura — ¿Me compra ¿Has oído alguna vez decir que “QUE- una medallita del Divino Niño para su niño? RER ES PODER”? Pues es cierto. Si no, ¿cómo El conductor temblaba a la sola idea de explicar las cosas extrañas que empezaron ver a su nieto en el centro de la calle como a ocurrir? ese niñito, expuesto a cien mil peligros. El Sin previo aviso el semáforo comenzó semáforo, que tantas veces vio a ese señor por trabarse en la luz roja. Los conducto- insultar a los chicos de la calle, hizo lo que res pitaban en protesta o lanzaban toda cla- tenía que hacer: se mantuvo más tiempo en se de palabrotas para demostrar su enojo. luz roja. Esto le dio tiempo al señor a fijar- Hubo hasta quien le tiró un guineo podrido se en la ropa rota del pequeño, mirar sus al semáforo, ¡vaya grosería! Pero pese a todo pies curtidos y descalzos. Entonces el viejo esto, el semáforo siguió trabándose!! cascarrabias tomó algunas de las estampitas Se trajeron a muchos técnicos para re- que le mostraba el niño y depositó en sus ma- pararlo y quedaban perplejos. Es raro— de- nos un billete de diez dólares. cían después de revisarlo,— no encontramos ningún desperfecto técnico. Miren lo bien

65 —Anda, chiquillo, llévale eso a tu familia —le dijo son- riendo.— Y vete ya a tu casa que es muy tarde para que un niño de tu edad ande suelto por las calles. La próxima vez te traeré alguna ropa de mi nieto. El tiene tu misma edad. Este fue sólo el principio de muchos cambios en la gen- te que, por causa del semáforo loco, pudo conocer mejor a los muchachos de la calle. Llegó el día en que los mismos gober- nantes se enteraron de la vida dura de los muchachos de la calle y buscaron y encontraron soluciones para ayudarles. * * * * * La gente es buena, — co- mentó una tarde el semáforo con sus pájaros amigos. — Lo que ocurre es que trabaja mu- He n a Go n z á l e z d e Za c h r i ss o n . Colón, Panamá. Coordina- cho y está siempre muy ocupa- dora por Panamá del PIALI (Programa Internacional de Acercamiento a la Literatura Infantil) con sede en Méxi- da. Necesita de alguna opor- co. Representante por Panamá de la Sección Nacional tunidad para enterarse de las de IBBY (International Board of Books for the Young) con cosas tristes que ocurren a su sede en Suiza. Tiene más de diez libros publicados. Entre alrededor. ¡Del resto se encar- ellos: Cuentos con duende. Ediciones A.U.L.I., Uruguay (2002), Diario de un perro bilingüe.Corona del Sur, Malaga, España ga el corazón! (1999), Risa. EDIESCO (para escuelas). Editora Escolar, S.A. (1998).

66 3 poesías Efraín Bartolomé

3 poemas

INVOCACIÓN (De Partes un verso a la mitad y sangra)

Lengua de mis abuelos habla por mí No me dejes mentir No me permitas nunca ofrecer gato por liebre sobre los movimientos de mi sangre Nunca un verso permíteme insistir sobre las variaciones de mi corazón que no haya despepitado la almeja oscura de mi corazón En ti confío En tu sabiduría pulida por el tiempo Habla por mí lengua de mis abuelos como el oro en pepita bajo el agua paciente del claro río Madre y mujer

Permíteme dudar para creer: No me dejes faltarte permíteme encender unas palabras para caminar de noche No me dejes mentir No me dejes caer No me dejes hablar de lo que no he mirado No me dejes de lo que no he tocado con los ojos del alma No. de lo que no he vivido de lo que no he palpado de lo que no he mordido

No permitas que salga por mi boca o mis dedos una música falsa una música que no haya venido por el aire hasta tocar mi oreja una música que antes no haya tañido el arpa ciega de mi corazón EFRAÍN BARTOLOMÉ (Ocosingo, Chiapas, 1950). LIBROS: Ojo de jaguar, Ciudad bajo el relámpago, Música solar, Cuadernos contra el No me dejes zumbar en el vacío ángel, Música lunar, Corazón del monte, Partes un verso a la mitad y sangra, como los abejorros ante el vidrio nocturno y Fogata con tres piedras, entre otros. Su obra ha sido reunida en los volúmenes AGUA LUSTRAL (CNCA, 1994), OFICIO: ARDER No me dejes callar cuando sienta el peligro (UNAM, 1999) y EL SER QUE SOMOS (Editorial Renacimiento, Sevilla, 2006). DISCOS: La palabra del poeta Efraín Bar- o cuando encuentre oro tolomé y Efraín Bartolomé: Música lunar (La voz del poeta y el canto extático de los Derviches).

67 CIELO Y TIERRA (De Partes un verso a la mitad y sangra)

Y las aguas de Arriba amaron a las de Abajo y eran las aguas de Abajo femeninas y las de arriba masculinas... Y aunque digas que sí tal parece que no porque ahora Tierra

¿Has oído, amada? cabalgas sobre mí (en el lecho que es el Universo) y eres tú el Cielo y tu amor se derrama sobre el mío

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo como una lluvia fina Tú eres el lecho de los ríos y el asiento del mar y el continente de las aguas dulces Y yo era la Tierra hasta hace unos instantes pero ya no lo sé y el origen de las plantas y de los tiernos o duros o feroces animales porque hemos girado y descansamos sobre nuestro costado de pluma o pelo o sin pluma ni pelo y los dos somos Tierra durante unos minutos deleitosos

Yo soy la lluvia que te fertiliza Y ahora estoy de pie con los pies en la tierra y los ojos en el cielo y tú no eres ni Tierra ni Cielo porque te hago girar

En ti se cuecen las flores y los frutos con los muslos unidos ferozmente a mi cintura y en mi el poder de fecundar y eres el ecuador o yo soy el planeta Saturno y tú eres los anillos que aprendimos en la escuela

¿Has oído, amada? y giras

Nuestro lecho es el Universo que nos contiene Y ahora somos Cielo los dos y volamos elevándonos más allá del Universo

¿Has oído bien? Y en lo más alto del vuelo algo estalla en nosotros y caemos

Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo vencidos por la fuerza de nuestro propio ecuador que se ha quebrado Y mi amor se derrama sobre ti como la lluvia o como una cascada que cae del sol Pero seguimos siendo Cielo aunque yazgamos en tierra rompiendo entre nubes como entre peñascos Derrumbados en tierra pero Cielo y entre los colores del arco iris y entre las alas de los ángeles Tierra revuelta y dulce pero Cielo como entre las ramas espesas de una vegetación inverosímil Cielo vencido cielo revolcado pero Tierra Pero Cielo. Tú eres la Tierra y yo soy el Cielo ¿No lo escuchas?

68 CUADERNOS CONTRA EL ÁNGEL Tú me conoces (De Cuadernos contra el ángel) Soy un poco de sombra herida por un alambre tenso Soy mis sentidos como un pozo en que la luz desciende La luz es un panal que gotea sol Este cuaderno pesa un sol que gotea luz Es pura luz un árbol derramando su follaje cuajado de sentidos como un ave sus plumas Es pura sombra: es mi sangre total cargada de sentido. Digo “tú me conoces” # 2 # y una pluma brillante de pavo real desliza su silencio sobre mi piel Escribo este desorden desnuda Soplo este polvo estéril esta hojarasca esta ceniza sucia como quien escupe una brasa un alacrán un trago de vitriolo En mi sangre navega un río de palomas En mi sangre navega un río de palabras Los hombres pasan movidos por el viento de la preocupación En mi sangre navega tu voz densa Pasa un largo silencio como un aguacero que ilumina el relámpago Pasa un dolor como un recuerdo oscuro Pasan las palabras iluminando la noche dolorosamente Tú me conoces A veces soy un bronco tropel de potros negros Abro este verso para que entre por él todo el aire nocturno Soy un cuchillo de diamante atravesando el pecho de la ternura Para que entre por él la palabra que no se ha dicho aún la Soy un lamento lamido por el mal bienvenida Soy el sol de la dicha derramado en tu piel la palabra de seda neblinosa y caliente Soy un largo torrente de terrores que un día atravesara un territorio hostil de ademanes y ruidos y Soy un alado escalofrío en la columna vertebral del diablo palabras ajenas Soy la guanábana goteando en la boca reseca de la Sed y unió tu mano con mi piel Soy la lanza en el hombro de este verso mis labios con tu cuello

(Me sabe a verso el beso de la mujer que amo Bienvenida la palabra que no se ha dicho aún: Me sabe a verso el vaso en que me bebo la tenue lluvia cálida Me sabe a verso el vicio de mi vaso que comienza a caer Me sabe a vicio el vaso en que buceo) aquí: # 3 # Vuela en el espejismo de la tarde soleada una ligera sal Tú me conoces ya como la palma de tu mano :un leve olor marino Soy esta acumulación lenta de imágenes este puño de tierra húmeda en que palpita un breve corazón de oro limpio Un aliento marino me atrofia la garganta Sale un alarido alargándose hasta el hastío

69 Por mis manos escapa el estilete del verso en el pozo de los iracundos Por mis manos escupe la Poesía su espumarajo negro ante el cuchillo de los asesinos ante la baba fóbica de los intolerantes Un aliento marino me levanta frente a la sangre agusanada de los corruptos Aletea en mi olfato Tensa mi piel frente a la mansedumbre Pone alas en la ola frente a la podredumbre frente a la muchedumbre En las islas flotantes de los lirios yo te beso de frente hace su nido el sol de la blancura y el día empieza a caminar con la frente muy alta. Tú me conoces: sólo el lirio es capaz de ahogar el agua # 5 # Un tropel de bisontes en mi sangre rojísima Tú me conoces Un aguardiente ronco me rasga la garganta Soy la feliz fatiga de mi fruto Cruje revienta derrama sus rotas letras turbias tibias amargas Amo y amo y amo y el alma se adelgaza hasta la flama Agua dolorida de todos los días Amo y amo Trago de vinagre hasta que el alma lame lumbre Tronco derribado por el más estúpido rayo kamikaze y amo hasta el alma del hambre El rayo más brutal estalla en mis costillas: hasta que el alma alumbre astillas hasta que el alma herrumbre Me pone alas en la frente enferma los alambres del hombre. Ensombrece mi turbio corazón que suena # 4 # Que sueña Yo te beso que tenía un hermoso vergel y dos serrallos un ejército enorme de estúpidos vasallos Frente a la destrucción y el aire sucio y una infinita colección de casullas para ornar sus caballos te beso El corazón en sombras el sombrío el sembrado de asombros En el estruendo de los automóviles el desnudo el pobre corazón como un puño aplastado -la migraña del día- como un perro sin patria te beso atropellado roto tajado destazado por los dientes rojizos de la calle : el perro destrozado En el festín de los ladrones

70 Un hervor inhumano me sube a la garganta # 6 # Rumio trozos de carne como espesas palabras ¿Y por qué no? El sol cae a plomo sobre mi cabeza rota que golpea la roca del aire El agua se enciende Yo quiero ser la célula que siente todo el dolor humano Arroyos cercanos ensayan cascadas Todo el dolor que hierve en el oscuro corazón terrenal El sol cae a plomo Todo el dolor que ahora quema mi boca Desmaya su aplomo :larva de palabras Se desploma el pomo de su espada rubia :enjambre de conceptos ululando Hace una fogata verde sobre el árbol temblando y suben por dentro del tallo los rayos Mas de la tierra viene el remolino oscuro cargados de palabras densas los verbos amados la sangre la tierra Soy la raíz que capta las raíces del hombre humo de cigarros alcohol y relámpagos encendidas venas de amoroso hierro Asciende por mis venas como una savia espesa torrentes rabiosos ríos de puñales que hieren un torrente de rayos escarlata

un río de sentidos que rompen el rojo lumbre que encienden la furia de su fuego negro: el rojo sangre el aire apesta el rojo dolor hombre la mujer sonríe el hombre bala el rojo humano que revienta en mi grito el tigre pía el gusano relincha Asciende por mis venas el burro toca la flauta por el mapa hidrográfico de mis venas azules el poeta escupe a las horas amargas sus cuchillos ágiles el dolor líquido de todos todo el amor de todos Un carbón ardiendo le quema la aorta todo el asco de todos el cansancio de todos Sube por su pecho un río de luz roja la luz de todos

Un rugido destroza su garganta Toda la sombra hermanos

Y en una bocanada de diamantes O lo que es lo mismo el poeta pronuncia su palabra. no puedo más.

71 ondujo su automóvil por la rampa de acceso que descendía al lote de estacionamientos y de inmediato tuvo que encender los faros delanteros,C a pesar de que era pleno día afuera. Avanzó al segundo ni- vel y no halló ni un solo vehículo. Era como una gran caverna llena de penumbra. Aún así siguió recto y giró a la izquierda, detrás de la isla de cemento por la cual se ingresaba al ascensor, y detuvo el vehículo entre dos columnas, ocultándolo de la vista de cualquiera que inopor- tunamente apareciera. Apagó el motor y se dejó invadir del espeso silencio. Miró su reloj y soltó un suspiro, resignándose a una espera Así no fue larga. Afortunadamente no fue así; minutos más tarde unos nudillos tocaron al cristal de su puerta. p o r Ra m ó n Fr a n ci s c o Ju r a d o “Aquí está lo prometido,” dijo el hombre en la gabardina tan pron- to bajó la ventana, y le entregó un grueso sobre de manila. “¿Son todos los documentos que prueban la conspiración?” pre- guntó. “Por supuesto. Pero tienes que publicarlos rápido. En cualquier los brazos sobre su cabeza permitiendo que él la despojara de la blusa momento se darán cuenta de que faltan.” de seda, revelando un escaso sostén negro con encaje. Se apenó de “‘Todavía no sé tu nombre. ¿Cómo denomino a mi fuente en el cuánto tuvo que luchar con el cierre, pero ella enmarcó su perfecta artículo?” dentadura en una sonrisa, sus manos desaparecieron tras su espalda El hombre de la gabardina lo pensó por menos de un minuto. por un segundo y acto seguido arrojó la pieza de ropa interior al asien- “Puedes llamarme ‘Garganta Profunda’.” to trasero. Él suavemente acercó su boca al pezón izquierdo, mientras No, así no fue que sucedió... ella gemía y sus manos soltaban su correa y desabrochaban sus kakis. Condujo su automóvil por la rampa de acceso que descendía al Él descifró la acción sólo por el movimiento, pues lo único que veía lote de estacionamientos y de inmediato tuvo que encender los faros eran las montañas doradas en las cuales se hundía su cara. delanteros, a pesar de que era pleno día afuera. Avanzó al segundo No, no fue así que ocurrió... nivel y se alegró al no hallar ni un solo vehículo. Era como una gran Soltó el pedal del embrague muy rápido y el automóvil se le apagó caverna llena de penumbra. Ansioso, siguió recto y giró a la izquier- en primera. Lo volvió a encender mientras avanzaba por la rampa de da, detrás de la isla de cemento por la cual se ingresaba al ascensor, acceso que descendía al lote de estacionamientos. Inclinó la cabeza y detuvo el vehículo entre dos columnas, ocultándolo de la vista de hacia delante para ver en la oscuridad, pero no se le ocurrió encender cualquiera que inoportunamente apareciera. No apagó el motor; ne- los faros delanteros. Descendió al segundo nivel, y se tranquilizó al cesitarían el aire acondicionado. no hallar ni un vehículo, sólo una gran caverna llena de penumbra. Ella era rubia y audaz. Una fantasía no la habría concebido mejor. Desesperado, siguió recto y giró a la izquierda, al rincón detrás del as- Su cabello brillante y lacio llovía sobre sus hombros que debían ser censor. Le preocupaba no encontrarlo. Como no había activado las sumamente blancos pero que, al igual que el resto de su cuerpo, lucían luces, golpeó la defensa contra la isla de concreto al aparcarse entre un fenomenal bronceado; no aquel que deja la piel sonrosada sino el las dos columnas. deliberado que la hace ver dorada. Una blusa descaradamente escota- El hombre al cual buscaba era una sombra más; sólo pudo divisar- da exhibía un simétrico par de senos abundantes y omnipresentes. Él lo gracias a la punta escarlata de su cigarrillo. Bajó del carro, dejó el tuvo que retirar su mano del interior de la mini falda negra para poner motor en marcha y caminó hacia él. el freno manual. “¿Trajiste el dinero esta vez?” le preguntó sin inmutarse en inter- La rubia no desperdiciaba el tiempo ni requería que él tomara cambiar saludos primero. la iniciativa; cruzó una elegante pierna por encima de su cuerpo y se “Claro, no te preocupes;” él balbuceó, y del bolsillo de sus vaque- sentó sobre él. La cálida punta de su lengua recorrió el contorno de su ros extrajo un puñado de dólares arrugados que su palma sudorosa oreja mientras que su cabellera acariciaba su rostro. entregó sin vacilar. Él deslizó ambas manos debajo de la blusa roja para alcanzar un “¿Eso es todo lo que trajiste?” seno con cada una. Eran suaves y calientes. Cien por ciento libres de “Es que pensé que el resto te lo podía pagar mañana, sin falta. Tú cirugía. Prueba de la existencia de un Dios. Cooperadora, ella irguió ya me conoces. Sabes que no te voy a quedar mal.”

72 “¿Te parece que me veo como una hermana de la caridad?” Una figura escultural de piel deliciosamente bronceada. Senos Él soltó un suspiro y resignado propuso, “Dame lo que puedas abundantes y omnipresentes, que rezó porque fueran naturales. Y con esa plata, pues.” El fumador extendió una mano y le entregó un par de pozos celestes en lugar de ojos. una bolsita. Mientras caminaba de vuelta a su vehículo se sintió “¡No sé ni cómo agradecerle de la que me salvó!”,exclamó ella profundamente decepcionado por la poca cantidad de polvo blanco desconsolada. que contenía. Pero al menos eso le resolvería la noche. “Nada más me alegro de haber llegado a tiempo,” replicó procu- No, así tampoco fue... rando sonar muy varonil. “¿Cuál es tu nombre?” Condujo su automóvil por la rampa de acceso que descendía al La policía llegó demasiado rápido. “Ciudadano,” le dijo uno de lote de estacionamientos y activó los faros delanteros, malhumora- ellos, pero él lo ignoró y continuó concentrado en ella. “¡Ciudada- do por su descuido. Avanzó al segundo nivel y no reparó en la au- no!” Él hizo una mueca de exasperación. ¿No se daban cuenta de sencia de vehículos. Era como una gran caverna llena de penumbra. que estaba en el delicado proceso de obtener el nombre y el número Se estacionó frente a la isla de cemento por la cual se ingresaba al de teléfono de la rubia? “¡Ciudadano!” ascensor, y dejó el motor en marcha mientras buscaba en el asiento Abrió los ojos, pero la luz era demasiado intensa y los cerró por trasero la tarjeta de acceso a su oficina, en donde había olvidado reflejo. Al instante volvió a abrirlos y la misma luz fue tomando for- un informe que tenía que haber analizado para primera hora de la ma concreta hasta revelarse como el haz de una linterna portátil mañana siguiente. en manos de un policía de tránsito que lo iluminaba a través de la En eso sintió un golpecito en la ventana, y lo primero que vio al puerta abierta de su auto. Pero, ¿dónde estaba su carro? voltear fue el cañón del revólver que le apuntaba, empuñado por un El lote de estacionamientos subterráneo había desaparecido. negro gigantesco que le modelaba sus dientes de oro. “Bájate del En su lugar había una calle abierta, una gélida brisa nocturna, y un carro y deja tu cartera adentro,” le ordenó. poste de iluminación demasiado cercano. “¡Hey, no me hagas esto, por favor!” le imploró, pensando en su “¡Está consciente!” El oficial le gritó a su compañero, que impar- Lexus último modelo que apenas había comprado dos meses atrás. tía instrucciones por la radio de la patrulla detenida a unos cuantos “¡Bájate que no quiero que los asientos de cuero se manchen metros de distancia, a la orilla de la calle. de sangre!” Una inspección ocular bastó para delatar al escenario: Tras una Él miró fijamente al atracador y, desconcertado, le dijo, “Pero así larga noche de estudios, rumbo a su casa se había quedado dormi- no fue que pasó...” do al volante. Afortunadamente su pie se debió haber deslizado del Condujo su automóvil por la rampa de acceso que descendía al acelerador y con poca inercia no hubo mayor daño cuando condujo lote de estacionamientos, encendió los faros delanteros y avanzó al el automóvil por la acera directo al poste en el cual concluyó el tra- segundo nivel, en donde sólo había un vehículo. Apenas se veía en- yecto somnoliento. Gracias a eso sólo su defensa y su radiador esta- tre las dos columnas de la isla de cemento por la cual se ingresaba al ban torcidos, y él sólo había sufrido un ligero golpe en la cabeza. ascensor, pero el movimiento atrajo su mirada, y aún en la penum- Esa misma versión le relató a los policías de tránsito cuando lo bra logró divisar dos figuras: Una mujer forcejeaba con un individuo cuestionaron acerca del accidente, y cuando insistieron vehemente- que intentaba meterla al asiento trasero del sedán. mente en un examen de alcoholemia él les insistió sin titubear: “¡De Activó las luces altas e hizo chillar los neumáticos al dirigirse verdad, oficiales, así fue que pasó!” directo a ellos. Su aparición inoportuna alarmó al asaltante, quien liberó a la mujer corrió hacia el elevador. Él se bajó del carro en marcha, sintiéndose un tanto intrépido, y la mujer de inmediato se lanzó a sus brazos. “¡Me iba a violar!” Ella sollozó en su hombro. “¡Gracias! ¡Gra- cias!” Un vistazo al asiento trasero al cual ella casi fue introducida re- veló la presencia de una cuerda, una mordaza, un puñal, y un galón de gasolina. Precavido como siempre, tomó su celular y convocó a la policía. “Mejor salimos de aquí mientras llegan,” le propuso a la seño- Ra m ó n Fr a n c i sc o Ju r a d o . Nace en la ciudad de Panamá en rita, y sólo entonces reparó en ella: Cabello rubio, brillante y lacio. 1979. Abogado. Novelas: Mirada siniestra (2002); La niebla (2005) y Veritas liberabit (2009).

73 Pa pe l e s d e l a M a g a - - - - - de litera de

Este proyecto se logró de universidades cercanas. Para Para cercanas. universidades de

de Panamá (de donde se - jubi ló en 2007), expresó antes de partir a Cincinnati: “Es un alto e inesperado honor. Esta beca no- solicitada la han tenido selectos es- critores del Continente. Pienso - apro Universidad la en estancia mi vechar cosas, otras entre para, Cincinnati de tratar de lograr que, con el apoyo de en interese se Biblioteca su U.T.P., la sección buena una ahí crear tura panameña, y para relacionarme para y panameña, tura con críticos de ése y otros Departa Hispanoameri Literatura de mentos cana ello sólo dispongo de varios meses, haré mi mejor esfuerzo.” pero posteriormente con el apoyo de el la INAC, la UTP, Edito Biblioteca la Universitaria, rial Nacional y varias otras edito la con de además locales, riales - numero de libros de donación panameños. sos escritores - (Premio 74 En un instante y Jaramillo Jaramillo Levi viajó a de de Stefano (venezolana), Claudio Cinti (italiano/español), (chileno) y Pacheco Carlos Mario Valdés otros. entre (venezolano), Cincinnati Cincinnati a fines de septiem otras eternidades Nacional Ricardo Miró 2005), Cultural Asesor es ahora quien de la Universidad Tecnológica bre bre del presente año. Sus fun- ciones consistían en dar con- ferencias, impartir una clase semanal sobre cuento - centro americano actual (incluido el cuento panameño) y asesorar a estudiantes graduandos del Doctorado en Letras Hispa- noamericanas, así como dis- frutar de múltiples facilidades de investigación literaria e in- tercambio en la biblioteca de dicha universidad. - Entrevista do sobre este singular logro, el autor de - , al ser ser al ”, RECIBE RECIBE JARAMILLO LEVI LEVI JARAMILLO

INTERNACIONAL

”, Visitante durante tres meses

PRESTIGIOSA BECA BECA PRESTIGIOSA y medio, por la Universidad de Cincinnati (Ohio, Estados Uni- dos), a través del Departamento - Literatu y Romances Lenguas de las de una institución, dicha de ras más antiguas del país. Se trata de un honor para Panamá y para la literatura nacional, ya que dicha a un solamente universidad invita destacado escritor o investigador literario hispanoamericano por año. Anteriormente esta beca le ha sido otorgada por la - excelen cia de su trabajo a escritores tales como Roberto Sosa (hondureño), , Pedro Lastra (chileno), Victoria invitado invitado como “Escritor e Investiga dor Al escritor Enrique Jaramillo Levi Levi Jaramillo Enrique escritor Al Beca prestigiosa la otorgada fue le Taft Phelps “Charles Servilleta de papel p o r So n i a Eh l e r s Pr e s t á n r e t a l l

f!, ¡qué frío! Era una típica tarde parisina. arte se vislumbra en cada rincón, donde las c c i ó n luces brillan hasta el amanecer, donde las e Le apetecía un chocolate caliente.

s ¡ USe dirigió al bistrot de la esquina de la calle musas están por doquier. La he recorrido de de George V. En la esquina de enfrente esta- cabo a rabo, sin embargo, me siento vacío. ban estacionados algunos taxistas sentados Me faltan los ruidos domésticos, el llanto de en Mercedes Benz esperando por clientes. los niños, el abrazo del amigo, la carcajada es- En uno de los autos, estaba muy sentado un pontánea de algún comensal. Los museos, los perro viendo a través de la ventana, mientras teatros, los monumentos, todos, los he visita- que su dueño, parado a un costado, fumaba do una y otra vez. un cigarrillo. El mesero se acercó con un humeante cho- Caminó despreocupado hasta el bistrot; colate. la mayoría de las mesas estaban ocupadas —Voilà, monsieur. como de costumbre. Se sentó en la única —Merci, monsieur. mesita disponible de la esquina, ¡qué suerte!, Dejó de un lado la servilleta garabateada; era su rincón favorito; era una mesita con una se dedicó a beber su chocolate. sola silla. Mejor, así no se sentaría nadie a su Los clientes entraban y salían con caras lado. Pidió un chocolate al mesero que ya lo inexpresivas o ceños fruncidos. Al terminar, reconocía, pero que no se permitía hacer más se levantó, canceló su consumo, y abandonó que un gesto ligero evitando intimar. Así era el bistrot. la gente de ciudades grandes. Iba cavilando por aquellas calles bien tra- Mientras esperaba, sintió la necesidad im- zadas, evitaba pisar algún recuerdo olvidado periosa de escribir. Lo único que tenía a la por algún perro. De pronto, recordó que ha- mano para hacerlo era una servilleta de papel bía dejado la servilleta con sus notas. Bueno, que estaba dentro de una copa en el centro pensó, nadie la notará, seguramente el mese- de la mesita. ro la recogerá y la botará. Es lo normal. La cogió y sacando su lápiz comenzó a es- Pasó aquella noche recorriendo las calles cribir en aquel pedazo de papel: estoy en esta cercanas al Folie Berger. Siempre le gustó ver la ciudad …que dicen es de las luces, donde el gente que hacía filas para entrar a ver a aque-

75 llas mujeres de anatomías perfectas quienes, realzadas por la fantasía del juego de luces, danzaban acompañadas por músicos profe- sionales. Al día siguiente, como acostumbraba, se di- rigió a su bistrot predilecto; se sentó en aquel rincón de costumbre. En esta ocasión, pidió un capuchino. Miraba aburrido a su alrededor. De pronto, posó su mirada en el servilletero: había una servilleta con algo escrito. Decía: “Leí tu nota; veo que no soy la única perso- na aburrida en esta ciudad de las luces. Vine a estudiar filosofía a París, estoy contemplando la posibilidad de irme a España. No sé, es una idea que estoy sopesando”. Salvador estaba intrigado. ¿De quién sería la nota? Observó las mesas circundantes, to- dos parecían concentrados en conversacio- nes con sus acompañantes o mirando al va- cío. Había uno que otro comensal, parqueado como él, con cara inexpresiva. Metió la servilleta en su bolsillo. Sacó su bolígrafo y escribió en otra servilleta: “Anoche corresponsal, si ya podía considerarlo su ami- al salir de acá, me fui a deambular por el área go o amiga. Comenzó a ir varias veces al día al de Folie Berger. Había mucha gente. Bajaban bistrot para ver si podía encontrarse con esa buses de turistas bien y mal vestidos. No sé persona. Estaba sintiendo la presión, la curio- cuánto tiempo llevas por acá, pero ya mis tres sidad; necesitaba respuestas para sus notas. años me están pidiendo un cambio. Viene el Temiendo perder la razón, decidió un día, fin de semana y siento desde ya el peso de las de buenas a primeras, suspender las visitas a horas…” ese lugar y cualquier contacto. El Capuchino se enfriaba. Estaba entreteni- Se fue al otro bistrot ubicado tres cuadras do con aquella nueva nota y la de su corres- más arriba. Se sentó en una mesita redonda. ponsal. Jugueteaba con ella entre sus dedos Vio el servilletero. Estaba anonadado... ¡No po- al tocarla en su bolsillo. día ser! Había una nota escrita en la servilleta. Pensó que era un tonto, analizaba si dejar o Salgo para España de la estación Central. Te es- no la nueva nota. Decidió que no le hacía daño pero hoy a las 2 p.m. en el andén número 4. a nadie y la colocó entre las otras servilletas, por si volvía a suceder. Seguramente, fue una broma de alguien al que le hizo gracia la pri- mera nota que dejó olvidada. Se levantó y se fue luego de dar un vistazo por las mesas. So n i a Eh l e r s Pr e s t á n . Panameña nacida en México D:F:, en Así fueron pasando los días. Él escribía y 1949. Libros: Presencia de Pedro Prestán (1999); Concepción para recibía respuestas. Quería saber quién era su cuentos (2005); Concepción para cuentos II (2008).

76 e levanto cada día más temprano y me toma cada vez más decidir qué Ilusión ponerme.M La esperanza me ayuda a flotar a clases media hora antes, por si acaso. El supli- cio comienza (o termina, depende de cómo lo mire) cuando sus ojos café hacen su aparición p o r Li s s e t e La n u z a Sá e n z (nunca tan temprano como me espero). Casi no hablo (porque mi garganta se ha quedado seca), pero aun así, no soy lo suficien- mejilla. temente fuerte como para resistir la tentación Durante clases, sueño con un abrazo, sola- de voltearme a mirarlo. Cuento las veces. Una. mente. Un abrazo verdadero, de esos ‘te abra- Dos. Siete. Veintitrés. Soy triste y patética, lo zo como si nunca fuera a soltarte’. O a veces, sé. Me pregunto qué hice para convertirme mi fantasía cambia. Sólo un beso. ¿Es eso mu- en esta persona. Nunca quise ser así. cho pedir? Siento un ardor en el estómago. Cosqui- No me contesto a mí misma, quizás porque llas en los pies, además de un picor extraño sé la respuesta. Quizás porque la razón por la en los dedos de las manos. Se me ocurren las que sus ojos todavía se iluminan cuando me cosas más ridículas y por alguna razón, me ven y de vez en cuando consigo una sonrisa parece que son las que más sentido tienen en dirigida a mí, es que soy la única que actúa el mundo. Ganas de ponerme un trajecito y como si entendiera. Que parece haber com- dejarme el cabello suelto. Aprender a cocinar prendido la realidad. y cantar en voz alta. Él hace de mí un cliché. Ciertos días, hasta me dan ganas de comer Y con cada día mi corazón se rompe un chocolate, y nada más. poco más. Yo soy la que comprende, al final. Es curioso, pero las ganas parecen ser di- Soy yo la que sabe. Las opciones parecen cla- rectamente proporcionales a las horas que ras, las reglas escritas a simple vista. No es mi han pasado desde que te vi. Desde la última culpa que otras no las hayan querido ver. Yo vez que, con el pretexto de algo en tu cabello, puedo ver claramente. pude acariciar tu cabeza. De la última vez que Es tenerlo por un rato y perderlo para siem- tus ojos se posaron en mí y una sonrisa brilló pre, o no tenerlo nunca. en tu cara. Cada mañana tomo de nuevo la decisión. Quiero… tantas cosas. A veces sólo tomar- te de la mano sería suficiente para hacerme Lissete Lanuza Sáenz (Panamá, 1984) Abogada por feliz. Sólo sentarme en cualquier lugar, tu la Universidad de Panamá. Maestría en Globalización, mano en la mía. Mis deseos se vuelven más Comercio Internacional y Mercados Emergentes en la Universidad de Barcelona. Egresada del Diplomado en carnales con la sobre-exposición a ti, después Creación Literaria 2004 de la Universidad Tecnológi- de pasar mucho tiempo en tu compañía me ca de Panamá. Sus cuentos han aparecido en la revista asalta el deseo de morder la suave piel de tu Maga, y en los libros colectivos “Soñar despiertos” (2006), y cuello y sentir tu incipiente barba contra mi “Taller de Escapistas” (2007). En 2010 publicará su libro de cuentos: Destinos circulares.

77 Cuento DeInfracción buena fe p poo r r M Jau r c ao n APno tn oc ne i oA dG ró om h e rz

currió en los años ochenta. El camino Las botas del policía ya no brillaban; el ofi- estaba vacío y se acercaba la hora del cial las mira: al inicio del turno eran un espejo Ocrepúsculo. El polvo se levantaba detrás de la y ahora el teniente seguro le pondría un cua- camioneta. Una Ford F-100, con vagón largo. El dro. Se sacudió la chaqueta y limpió los lentes. hombre manejaba encorvado cerca del volan- El sol le daba en la espalda y proyectaba una te. Los anteojos llenos de polvo; polvo que lle- sombra alargada delante de la camioneta. naba la cabina y los asientos. La radio despedía —Son cincuenta dola. Infracción número los sonidos de la última canción de Dorindo. El quince, aquí está marcada en la boleta —dijo camino: un camino transversal a la Panameri- el guardia mientras tomaba nota de la matrí- cana, un lugar rodeado de campo. El invierno cula y verificaba la calcomanía de circulación. no tardaba en llegar y apenas hubo amenaza —Diez treinta y cinco, reportarse a central de aguaceros en aquella época. Los campos —repicó el transmisor. secos, los cielos turbios, el olor a tierra. El policía bajó el volumen y revisó las luces Las luces se colaron por el espejo, entre el traseras de la camioneta: funcionaban. polvo. Luego se escuchó la sirena. Finalmente El campo mostraba los rastrojos de caña de la moto al lado de la puerta y el policía que le azúcar; la tierra en espera de la próxima siem- hacía señas. El hombre detuvo la camioneta a bra. Más allá un molino. El hombre pensaba un costado del camino y esperó. en la faena del día siguiente: ordeñar a las —Exceso de velocidad, sesenta y cinco cuatro y dejar los tarros para el camión de la kilómetros. Puede comprobarlo en la panta- leche, repartir forraje al ganado, sacrificar dos lla del radar —indicó el policía señalando el cerdos para la fiesta de la parroquia, reparar equipo—. La máxima es sesenta. la bomba de agua y cambiar las poleas de la El polvo se había disipado. Ningún cartel, desgranadora. ninguna señal de tránsito. Miles de hectáreas —A ver, bájese… y deme su licencia. La de campo en soledad. El hombre consultó el multa la paga dentro de tres meses, entonces reloj y miró a lo lejos, a los galpones que ape- le devuelven la licencia —dijo el policía. nas mostraban los techos rojos; quería llegar La música se escapaba de la cabina y el antes de la noche. hombre puso las manos en los bolsillos. La

78 hembra del baile seguro estaría en la fiesta del sábado. Esa era su hembra. Necesitaba llegarle, arremeter, tumbarla como el ganado, La hacerla suya. —Usted sabe que estamos cuidando su vida, y que todo eso lo hacemos por la Patria salamandra y por mi general. Pero bueno, tú ves, ¿no le molesta que te tutee?; esto lo podemos arre- glar con diez dola, así te ayudo. Y quedamos p o r Jo r g e Áv a l o s como amigos, por supuesto. Eso sí, a mane- Salvadoreño jar más despacio, porque ibas volado, coño, y otro colega no será tan suave. El hombre miró con ojos achicados. Escu- a primera vez que vi a la salamandra comprendí chaba las palabras lejanas, la multa, la Patria, que la suerte me ofrecía una joya íntima y furtiva. LMe había inclinado sobre la llama de un encendedor el general, los diez dola. Sacó la cartera del bolsillo izquierdo del pantalón y caminó ha- cuando noté la espalda de una joven que se sentaba cia el costado de la camioneta. Alzó la cabeza a dos mesas de la mía, en el jardín de La Luna. Este es y vio algunas aves revoloteando sobre el pro- el raro preludio de mi historia: una gota de sudor cae montorio de una finca cercana. por el fino surco de una espalda y me sorprende con La hoja del machete brilló con el último un enigma. San Salvador de noche era mi campo de juego. El resplandor de la tarde. El chirrido de las ciga- calor de abril era inclemente y yo tenía tanta sed como rras llenó el ambiente. Un hilo de sangre se un cazador al acecho, pero el ron había dejado de sur- abrió paso con dificultad entre las piedras del tir su prodigioso efecto: ya no acaramelaba la lengua ni camino. El hombre recogió la cartera y volvió enardecía la garganta, lo cual es una forma muy discre- a la cabina. El motor bramó con fuerza y las ta de decir que yo estaba tan ebrio como una cuba. Mis llantas patinaron un instante en el polvo. Re- amigos me habían dejado solo y bailaban en la pista cordó el baile, la hembra y sonrió por antici- una versión muy latina de Ne me quitte pas de . La voz masculina era tersa; la percusión, incons- pado. El viento trajo una brisa que refrescó los tante. Me pareció que interpretarla así era una confir- sentidos. Atrás, la oscuridad inundó otra vez mación más de que Consuelo Velásquez tenía razón y los campos. que un “bésame mucho” era el verdadero destino de —Diez treinta y cinco, reportarse a central. toda noche de amor en el trópico: una invitación a ir más allá de los besos, una conversión a la fe de nues- tros padres —la idea de que el sexo es un largo rito y que comienza así, al compás de un bolero, con un fuerte abrazo al calor de los tragos, con una letra que nos dice que todo amor es imposible, pero que vivirlo mientras se puede es lo que le da un sentido último a la existencia. “Ne me quitte pas”, susurré, mientras pen- saba: “¡Carajo!”. Abandoné el ron y me llevé un cigarrillo a la boca. Empuñé el encendedor, percutí el pedernal y *Tomado de “Entonces percibo el silencio”, coleccion de cuentos me incliné sobre la llama. Entonces la vi. que obtuvo Primera Mención Honorífica en el Premio Na- La gota de sudor resbaló por el fino surco de una es- cional de Cuento “José María Sánchez” 2009, de la UTP. palda y me reveló a la salamandra: un tatuaje perfecto, Egresado del Diplomado en Creación Literaria de la UTP, una bella ilusión sobre la piel de una belleza, una bes- es diseñador gráfico en la Autoridad del Canal de Pana- tia con los ojos encarnados como brasas. La joven es- má. Publicará su primer libro de cuentos en 2010.

79 taba sentaba como se sientan las mujeres con amplias había pasado y toqué la puerta con discreción. Ésta caderas, como si quisiera desbordar la silla. Acentuaba se abrió a un cuarto oscuro y estrecho. Encendí la luz. así el sentido musical de sus curvas: el sensual declive No había nadie. Era imposible que hubiera salido por de la espalda, la angosta cintura y el torso que se al- otra parte; no por la ventana, tan pequeña. ¿Qué había zaba como una copa desde la generosa redondez de sucedido? Ella no había tenido ni la oportunidad ni el los muslos. Mi cigarrillo evadía la llama, o yo movía la tiempo para salir sin que yo la viera. Sabía que el ha- llama en busca del cigarrillo, lo cierto es que la sala- berla conocido no había sido un sueño, porque toda- mandra me distraía, mirándome como me miraba, des- vía me rodeaba el intenso rastro de su perfume; y sabía de el profundo valle de aquella espalda. Estaba embe- que tampoco me había dominado el sueño velando lesado en esa visión cuando noté que una llama ardía mis ojos mientras ella me abandonaba, porque desde en la punta de mi cigarrillo. Soplé hasta extinguirla; así lo más profundo de la noche la voz de un hombre to- obtuve mi propia brasa para desafiar a la salamandra, davía conjuraba la irresistible balada de Jacques Brel. que no dejaba de contemplarme, celosa de la zona en- cantada que protegía como el dragón de un cuento y de su embrujo. Perdón, quise decir: como el dragón de Tres meses después de aquél encuentro casual, un embrujo y de su cuento. mientras recorría la Alameda Roosevelt, vi a Diana cru- De pronto, la salamandra se ocultó detrás de la pre- zar una calle. Antes de ver su cara reconocí su estilo de tina del pantalón, los muslos se elevaron del asiento, la gitana de clubes nocturnos y domingos en la playa: la silla fue arrastrada en dirección a mi mesa y la joven se piel bronceada, el cabello rubio a fuerza de peróxido, puso de pie y se dio la vuelta. Hacia mí. Nuestras mira- los ceñidos pantalones blancos y las joyas artesanales. das se cruzaron por un segundo, y vi la luz de su sem- Di un giro al volante y entré a la gasolinera que estaba blante. Me asombró descubrir en los suaves rasgos de a mi lado. Me ubiqué al fondo, cerca de la tienda. La vi su rostro mi concepto definitivo de la belleza, algo de caminar distraídamente en dirección a mí. Luego do- lo que sólo tenía una vaga noción hasta ese instante. bló a la izquierda con un giro súbito y se perdió de mi Caminó a mi lado en dirección a los baños. Me levanté vista. Apagué el motor y salí del auto. Corrí a buscarla. y la seguí, no sin un par de tropiezos con las sillas in- Ella entraba a un centro comercial cuando la alcan- quietas que encontré en el camino. Descansé contra cé de nuevo. La seguí con cautela. Desapareció en una la pared, a su lado, electrizado por la intensidad de su tienda llamada La Casita. Me detuve, intrigado, ante las perfume. La vi con atención bajo la luz azul del pasillo: amplias vitrinas. Peces tropicales nadaban plácidamen- su boca entreabierta, sus largas pestañas, su perfil de te en una pecera; alrededor de ellos: miles de libros. niña triste. En el arco de su oreja se ajustaban aretes Entré. El lugar me pareció un laberinto de estantes; de plata con pequeñas gemas verdes, rojas y amarillas. predominaba un olor a papel y tinta frescos. Me sentí Conté cuatro perforaciones. Un zarcillo con una larga intimidado, más que eso, paralizado por una fobia a los lágrima turquesa pendía del lóbulo acariciando su libros nuevos que se remontaba a mis años universi- cuello. tarios. Poco importaron mis temores cuando vi su ca- Traté de hablarle. Apretaba el cigarrillo entre mis bello rubio moverse con rapidez entre los anaqueles. dientes mientras mascullaba no sé que cosas sobre su La seguí. Ella se detuvo ante un estante, tomó un libro atractivo. Ella me miró y me sonrió. O quizás se rió de y lo abrió. Yo elegí otro al azar, lo abrí como si me in- mí, que en este caso era lo mismo. A veces es un deber teresara y me acerqué a ella. La miré de reojo y noté heroico del hombre comportarse como un idiota, así el tatuaje de una salamandra sobre su pie derecho. La que sonreí y seguí balbuceando no sé que cosas sobre cola rodeaba la parte inferior del tobillo y el cuerpo se su belleza, con el cigarrillo colgando de entre mis la- extendía sobre el empeine. Me preguntaba a qué reli- bios, hasta que ella estalló en carcajadas y yo me arran- gión podría pertenecer una mujer que amaba tanto los qué la colilla de la boca y la tiré al jardín para concluir anfibios cuando escuché su voz. Ella me había recono- mi improvisado acto de carpa. Así llegó la ocasión para cido, había recordado mi nombre y ahora me miraba conocernos: Manuel y Diana. Creo que ella dijo “Es un con un genuino interés. placer”, y cuando yo debí haber dicho “El placer es todo “¡Diana!”, dije, como si estuviera sorprendido de ver- mío” una mujer dudosamente pintarrajeada salió del la allí, y en lugar de responder, ella ladeó la cabeza para baño y Diana entró en su lugar. leer el título del libro que yo sostenía. Me preguntó por Después de un rato de esperar pensé que algo le qué me interesaba la lactancia materna. Miré la por-

80 tada y caí en la cuenta de que, en efecto, tenía en mis con un hombre de traje negro y pelo gris. No era claro manos un ejemplar de El arte de amamantar. Le dije que lo conocía de antemano. Había algo de esfuerzo, que a veces me sobrecogía la nostalgia por mi madre. de tanteo y exploración, en el intercambio de gestos Su espontánea risa me hizo saber que si no me creía, y palabras. Él la observaba embelesado mientras ella al menos sí me comprendía, que estaba bien que yo hablaba. De pronto lo vi levantar su brazo y acariciar fuera un idiota siempre y cuando la hiciera reír. el pelo de Diana; ajustó un mechón sobre su oreja. Almorzamos juntos, y antes de recibir la cuenta ya Ella dijo algo decisivo, una frase tajante o una simple había obtenido su teléfono y una cita con ella en la provocación, y ambos se levantaron, él puso un billete Zona Rosa. Ese encuentro ocurrió dos días después, en sobre la mesa y juntos se encaminaron hacia la salida. un lugar llamado Diva. Me pareció ideal porque podía Diana no se despidió de mí ni de sus amigas. Yo estaba perderme con Diana en el balcón que se hallaba al fon- demasiado perturbado para seguirla. Pretendí que no do del restaurante. Tomamos cerveza y comimos un la había visto partir. Coloqué un cigarrillo entre mis la- platillo exótico, trozos de carne atravesados por largos bios pero no lo encendí. Las manos me temblaban. palitos si mal no recuerdo. Yo estaba deslumbrado por Diana, por su compañía y porque, milagrosamente, Cuando a un hombre le gusta una mujer, la inventa. todo encajaba: los gustos, la conversación, la química. Ella es la belleza en sí, y la belleza es el refugio del alma En ocasiones tan raras como ésta, el ahora se desvane- nómada y salvaje de un hombre. En la medida en que ce y se transforma en otra cosa, el sentido de la reali- esto es verdad, estamos condenados. Qué estúpidos, dad se exalta y el presente es el futuro en busca de su qué estúpidos somos los hombres. memoria; hay un destello en la conciencia: la vida se afirma en su razón de ser. Ese destello es la semilla del La busqué, desquiciadamente. La llamé a su teléfo- amor. Mi ser florecía. Diana reía por todas mis ocurren- no, abandonado a sonar sin fin los primeros días, inac- cias y se sorprendía de todas mis historias. En algún tivo después. La busqué en los bares del Barrio y de la momento ella levantó la pierna izquierda y colocó su Zona Rosa, en cada uno de ellos, en busca de su cabe- pie contra el asiento de mi silla, entre mis rodillas. Bajé llo blanqueado por el peróxido, de sus cuentas sonoras mi mano y hundí mis dedos bajo su pronunciado arco. como los cascabeles de una víbora, de sus pantalones Su pie era angosto y de finos huesos. Bajé los ojos y ajustados como una segunda piel a su piel cobriza, de noté, sobre la curva del empeine, la cabeza y las patas sus pies de huesos finos. La busqué para no encontrar- delanteras de la salamandra. Moví el pie a un lado y vi la, para no descubrirla sola, para no hallarla en un rin- que la cola de la salamandra se arqueaba por encima cón, iluminada por la llama frágil de una candela sobre del hueso del tobillo. Miré bajo la mesa y examiné el una mesa, esperándome. La busqué por tres meses de pie derecho, donde recordaba haber visto el tatuaje de callada desesperación. Y de pronto pensé, sin resen- la salamandra dos días antes, pero la piel estaba intac- timiento ni amargura: “Es sólo una mujer, como cual- ta. quier otra”. Eso bastó. Bastó decirlo, y su espectro se A partir de ese instante nada más encajó. Ella dijo desvaneció de mi mente. Y con toda seguridad habría algo dramático y extraño: “No estoy lista para una nue- continuado así de no ser porque una tarde me topé va relación”. ¿Por qué? “Porque aún llevo a un hombre con ella en un café. O más bien, ella me encontró. bajo la piel”. Ne me quitte pas. ¿Por qué las mujeres di- Yo me había sentado a la barra de La Ventana y cen cosas así? ¿Cómo aprenden a darle vida a los cli- había pedido un ron cuando ella apareció a mi lado chés? Caminamos por la calle hasta Xibalbá, un bar a y posó su mano sobre mi hombro y dijo “¡Hola!” y se- la vuelta de la esquina. Y mientras descendíamos las lló mi sorpresa con un dulce beso en mis labios y se escaleras de caracol sentí que ella cambiaba, que la sentó a mi lado y pidió “Lo mismo que Manuel”. No perdía, que descendíamos a un mundo subterráneo dije nada por un rato. Ella comenzó a hablar como si dónde mis fuerzas eran inútiles. Le dije que me sen- fuésemos amigos de siempre y como si nada hubiese tía débil y le pregunté si había kryptonita en ese lugar. pasado entre nosotros. Y a mí me hervía la sangre por O no comprendió la alusión a mi superhéroe favorito el ron tan cruel y despiadado, o por su ardiente y aca- o no le hizo gracia ese vuelco infantil en mi humor y ramelada desfachatez, y me di vuelta para decir no sé prefirió ignorarme. En una de las mesas encontró a un qué cosa cuando algo muy raro me enmudeció. Bajo grupo de amigas, y me presentó y me abandonó a mi su hombro expuesto por la camisa sin mangas estaba suerte mientras ella se retiró a un rincón para conversar ella, la salamandra. Serpentina, con el gris carbón que

81 asume la tinta negra de los tatuajes, la salamandra se do por los tambores. Diana se perdió en la sombra del ensortijaba en el brazo derecho de Diana. El mismo pasillo. La seguí. Vi cuando cerró la puerta del baño de diseño, el mismo tamaño, la misma perfección en el las mujeres. No encendió la luz. Puse mi mano sobre la trazado. Miré por debajo de la barra y busqué los pies puerta y ésta se abrió. Apreté el interruptor. Vacilante, de Diana. Enlazados con finas cintas de cuero a un par la bujía se encendió. Ella no estaba adentro. La peque- de zapatos que no eran más que un alto tacón y una ña ventana al fondo estaba abierta. “Imposible”, pensé. suela, sus pies se apoyaban sobre Salí y la busqué, en el pasillo, los soportes de su banco, desnudos en el jardín, en el bar, en la pis- y limpios, sin el más leve trazo de ta de baile. Salí a la calle, y miré un tatuaje. Acaricié el hombro de alrededor. Numerosos árboles Diana y ella me miró con divertida bordeaban la calle y la anega- curiosidad. Le pregunté si su tatua- ban de negras sombras; no veía je era falso. “¡No!”, respondió con nada. Mi ansiedad aumentó. un tono enfático, y a decir verdad, ¿Qué estaba sucediendo? Un yo no veía como era posible que sonido metálico me alarmó, no fuera nada sino un tatuaje. Allí se encendió la lámpara al in- donde la tinta se oscurecía, la piel terior de un auto, se abrió la adquiría un fino relieve, como una otra puerta. Un hombre obeso ligera cicatriz oculta por el arte y entraba y ocupaba el lado del el color. Me senté y sorbí la última conductor, Diana se preparaba gota de mi ron, elevando mi peque- para entrar al otro lado. Grité ño vaso e introduciendo la lengua su nombre. Ella se volvió hacia hasta lamer el fondo. Después gol- mí y me miró como si no me peé el vaso sobre la barra. “La vida conociera. La salamandra atra- es cara”, dije. Ella rió. vesaba su cuello, con los ojos Esa tarde obtuve su nuevo teléfono y una cita para encendidos como dos pequeñas brasas. encontrarnos esa misma noche en La Luna. Y ella apa- reció, tal y como lo había prometido. Y yo olvidé todo ¿Adónde vas? Yo cavaré la tierra hasta después de mi el rencor que sin saber había acumulado. Y ella era tan muerte para cubrir tu cuerpo de oro y luz. La llamé duran- bella como yo siempre lo había creído, con su cami- te tres días, día y noche. Haré un ámbito donde el amor sa roja y su pantalón negro, con el tintineo infantil de será rey donde el amor será ley. Finalmente contestó. Te sus cuentas y con el aura rubia de su pelo enmarcando inventaré de las palabras absurdas. “¿Manuel?”, dijo ella la gracia de su semblante. Bebí como una cuba el ron con ternura, “Mi niño… ¿Quieres verme?”. No voy a llo- vertido sobre el hielo humeante y seco. Reímos como rar más yo no voy a hablar más. ¿Cuál es mi canción de niños y ella me besó en los labios y me susurró pala- amor? Yo me ocultaré allí a observarte bailar y sonreír y a bras dulces al oído. escucharte cantar y luego reír. “No me dejes más”, le dije, Cerca de la medianoche, bajo la luna llena, ella dijo llorando. “No me dejes más”. algo dramático y extraño: “Podemos ser amigos”. Yo salté sobre mi silla. “¡No!”, dije, “¡No podemos ser ami- En la medida en que este amor es mi verdad, estoy gos! Yo tengo amigos, no necesito más de los que ten- condenado. Diana me llamó una noche y me dijo que go, necesito una amante, una mujer a la que le pueda la encontraría caminando por el Paseo Escalón. No dijo besar el lindo coñito, contarle los once deditos del pie dónde exactamente. Circulé por un rato, observando y lamer ron de su ombligo como un buen gatito”. Ella uno y otro lado de la calle hasta que la hallé. Caminaba rió. Me preguntó si no hacía esas cosas con mis ami- con rápidos pasos, decidida, como si supiese a dón- gos. “Ni con el mejor de ellos”, respondí. Su carcajada de iba. Me detuve a su lado. Grité su nombre. Ella se de niña resonó sobre las bataholas metálicas de la mú- dio vuelta y vi su cuello limpio, su limpio semblante, sica. Me besó en los labios y dijo: “Ya regreso”. Se levan- su mirada tan limpia. Salí del auto y me acerqué a ella. tó y caminó entre el desorden de las sillas. Yo me puse “¿Adónde vas?”, pregunté. No iba a ninguna parte, me de pie, ebrio pero resuelto. En la pista la gente bailaba aseguró. Dijo que me esperaba, tan sólo. Rodeó mi apretujada. La banda tocaba salsa en un trance induci- cuello con sus brazos y me besó en la boca. Dijo que

82 lo sabía, que sabía que yo la amaba. Guardé silencio. toqué la punta del pezón, la salamandra me mordió. Entramos al carro. “Sólo hago el amor con los hombres Vi las pequeñas quijadas abiertas por un segundo. La más despreciables”, dijo. Las lágrimas corrían por sus cabeza se sacudió y se retractó en el seno, hasta que mejillas. Encendí el motor. Tomé su mano, la apreté. sólo permaneció la plácida imagen del tatuaje. Diana ¿Por qué haces eso? Ella giró su cabeza y su cara estaba gemía de placer. Sacudía su cabeza y lloraba. Mi dedo iluminada por la ternura. “Esa es mi historia”, dijo, “no sangraba. Ella cogió mi mano y la llevó hasta mi boca. la puedes cambiar”. No comprendí esas palabras, pero Chupé mi sangre. “No tomará más que un minuto”, dijo. sentí lo que decía en lo más profundo de mi ser. De Se detuvo. Sentía su embriagador aliento, y escuchaba alguna manera mi historia era otra, y comenzaba con su respiración profunda y urgente. Se separó de mí y se su llegada a mi vida. Lo demás no importaba, lo demás bajó de la cama. Se tocó el pubis y examinó la hume- era el pasado. dad de sus dedos. “Sé que me amas”, dijo, y luego pre- La llevé a mi apartamento. Una sola lámpara, una guntó: “¿Valió la pena?”. Un escalofrío recorrió mi cuer- tenue luz. Dos hielos en cada vaso, un poco de ron po, no sentía mis piernas. Ella se agachó y acarició mi añejo para dar especie y dulzura a las bocas. Cuando cara y besó mi frente. Me aseguró que no me dolería, me di vuelta, con los vasos en ambas manos, ella ya se porque la potente toxina de la salamandra era también había desvestido. De pie ante mí, extendió sus brazos un narcótico. “Debo hacerlo para vivir”, dijo. “Mi último y se ofreció. “Es esto lo que quieres”, dijo. No era una amor aún yace bajo mi piel y no me dejará en libertad pregunta. Yo era la pregunta: Mi ser interrogante ante mientras viva. Hacer el amor sin amor y sin sosiego, de su cuerpo desnudo. Y ella era mi respuesta: El enigma luna a luna, es mi castigo, pero esa es mi historia, y no de su belleza ante mi deseo. Aquí se hacía real mi his- la puedes cambiar”. Le pedí un cigarrillo. Ella salió del toria. El futuro había llegado en busca de su memoria. cuarto y yo traté de levantarme. Mis piernas no respon- Bebí de mi vaso y le ofrecí el otro. Ella lo tomó y bebió dieron y caí al suelo, apoyado contra la cama. Había su ron, lentamente. Examiné su cuerpo, tan perfecto; perdido el control de la mitad inferior de mi cuerpo. poseía la forma exacta de mi alma. Extendí mi brazo Sentí un hormigueo en los dedos de mi mano y muy y acaricié con las yemas de mis dedos su suave piel. pronto ya no pude moverlos. Mis brazos se relajaron. Descubrí a la salamandra sobre su vientre, arqueada Escuchaba mi propio corazón, su laboriosa lucha por alrededor del ombligo, la punta de la cola señalando latir. Diana regresó con un cigarrillo encendido y lo co- su hocico. Dejamos caer los vasos al suelo. El cristal es- locó entre mis labios. Salió del cuarto sin despedirse. talló y los cubos de hielo saltaron como dados en un La escuché vestirse en la sala. Oí sus pasos, el crujir del juego donde el azar ya se había resuelto. La besé y la cristal, la puerta que se abría y cerraba. Escuché su au- abracé con fuerza. La levanté del piso y ella apresó mi sencia y me dije que si esto era posible, el amor era una cintura con sus piernas. La llevé a mi cuarto. La acosté vil mentira, el señuelo de una estafa, y yo, un perfecto sobre la cama y me desnudé. Se hizo a un lado y me idiota. ¿Así que esta es mi historia? Al menos conseguí pidió que me acostara junto a ella. Cuando lo hice, ella la chica al final. Y dado que la muerte es un lugar de- tomó el control y se ubicó a horcajadas sobre mí, in- masiado común para terminar un cuento, lo termino trodujo mi sexo en el suyo y se asentó con un delibe- así, aquí y ahora, segundos antes de mi muerte, a los rado y lento descenso. Apretó los párpados y abrió la pies de mi cama, donde fumo un cigarrillo y murmu- boca, y movió su cuerpo como si al hacerlo dibujase la ro la irresistible canción de Jacques Brel: Déjame ser la pauta creciente y sigilosa de una espiral. Yo sentía las sombra de tu sombra la sombra de tu mano la sombra de firmes contracciones de su pelvis. Acaricié su cintura, tu perro. No me dejes más. No me dejes más. Ne me quitte el ánfora de su torso, su tatuaje. El cuerpo de la sala- pas. ¡Carajo! mandra estaba húmedo y frío. Bajo mi tacto, despertó. Abrió los ojos, encendidos como brasas, y recorrió el Jo r g e Áv a l o s . Nació en Salvador, en 1964. Poeta, cuen- abdomen de Diana hasta su pecho. Ella continuaba el tista, dramaturgo, periodista investigativo. En 2004 movimiento circular de su sexo acoplado al mío. La sa- gana el Premio Centroamericano “Rogelio Sinán” por su lamandra rodeó su seno derecho, arqueando el cuerpo libro de cuentos: La ciudad del deseo (Panamá, 2005). Poe- alrededor de la aureola, y movió la cabeza hasta que el sía: El cuerpo vulnerado (1984); El coleccionista de almas (1996); pequeño hocico coincidió con la forma del pezón erec- El espejo hechizado (2001). Teatro: Ángel de la guarda (2005); to y dorado. Acaricié el seno, siguiendo la línea circular La canción de nuestros días (2008); Lo que no se dice (2009); La del tatuaje. Rodeé la aureola con un dedo y cuando balada de Jimmy Rosa.

83 NI MODO p o r Be n j a m í n Ra m ó n

iete treintaicinco. Cuando bajé del bus ca- miné hasta la librería. SAllí me senté un rato a tomarme una taza de té de aniz. El médico en la clínica a la vuel- ta de la esquina acababa de decirme que sí, ¿Para qué que era verdad y muy, pero muy serio, que la tenía alta y que además la arritmia (bigeme- estar cerca? nismo o extrasístole, dijo ) era grave, que me p o r Ma r i l y n Di é g u e s Pi n t o cuidara, que si estaba tomando las pastillas

( norvacs, 1 y 2 en la noche ) que con suerte o muchas ganas o amor y oraciones, duraba un par de meses, dijo. a convivencia entre los dos era un ejem- Fue el último té de aniz y el último viaje en plo de antagonismo superlativo. En diablorojo. Pude leer el cuento La mujer en el Ltiempos de paz, sin guerra en la cual batallar, jardín de Isabel, qué bueno!, de verdad, bue- regresaba a casa y armaba su lucha personal. nísimo! No pude llamar a casa. Cuando miré Juntos, hacían la guerra, su hostilidad alcanza- el reloj eran las 7:37 de la noche, que empeza- ba la máxima expresión. Ella rezaba para que ba, mientras yo me iba. se declarase algún nuevo conflicto bélico en cualquier parte del mundo, y luego para que su diosito se lo mantuviera con vida y le per- mitiera volver a su lado. Lejos, el idilio alcan- zaba su clímax, la relación crecía en la espera, y ambos se idealizaban en un conjuro que era directamente proporcional a la distancia que los separaba.

Ma r i l y n Di é g u e z Pi n t o . Bióloga con maestría en Ciencias Bio- Be n j a m í n Ra m ó n . Nació en Colón, Panamá, en 1939. Obra lógicas por la Universidad de bucarest (Rumanía). Docto- poética: Esta ciudad que mata y otras alegrías (1969); Puta vida y ra en Ciencias por la Universidad de Panamá, trabaja en otros poemas (1969); Camión (1972); No trespassing (1974); El la Autoridad del Canal de Panamá. Obras: Poemas que pare- mundo es más que el hombre (1977); Árbol mediodía (1983); No olvi- cen amor... amor que parece poema (2003); Aroma de rosas y almendras demos y otros poemas (1997); Música sabida (2001); Otro territorio (2005); Entre la realidad perdida y la realidad mágica (2007); Vasos (2007). Cuento: Contra reloj (1992). comunicantes, añoranzas (2007).

84 Logros del Diplomado en Creación Literaria 2009

p o r Ar i e l Ba r r í a Alv a r a d o ñ a s e s e

R añana lunes 18 de tando que el camino por delan- to (un hampón no habla como

c c i ó n mayo, a las 7:00 p.m., te es largo. Y en efecto, lo es: en poeta, pero el entorno sí puede e S Men el aula 306 de la UTP, se lle- literatura, quien se detenga cre- ser descrito por la voz de un poe- vará a cabo la graduación de la yendo que ha alcanzado la cima, ta); la precisión de la trama (nada séptima versión del Diplomado corre el riesgo de que alguno de sobra, nada falta); el logro en el en Creación Literaria, evento en los que viene detrás lo empuje al planteamiento de la tensión (se el que 13 noveles escritores han abismo. siente la urgencia del protago- estado adquiriendo los rudimen- Hablamos de la necesidad de nista, se visualiza el pozo oscuro tos necesarios para emprender la permanecer en contacto, quizás en que se encuentra), y esa frac- tarea de escribir literariamente. como generación, compartiendo tura fantástica que al final, cual Como lo han hecho otros diplo- pasos, colaborando mutuamen- vertiente, hizo del posible buen mados desde 2001, estos llega- te en los empeños individuales, relato un cuento excelente, me- ron de diversos lados, de épocas perfeccionando un trabajo que morable, aleccionador (los hay diferentes, de varios ámbitos algún día deberá salir a la luz. Les estructuralmente perfectos, pero profesionales, emparentados por recalqué que si bien un escritor carentes de emociones, o al re- su talento y deseos de escribir. es solitario por necesidad, está vés; no es este el caso, ambos Hoy son distintos, se les nota; ese llamado a ser solidario, también factores se añadieron en las pro- cambio es una condición sine qua por necesidad. porciones justas). Sirvió como es- non de los procesos educaciona- A manera de reto, y de espal- tímulo, como buen estímulo. les, y cada uno de sus profesores darazo, llevé copia del cuento Desde esta columna, les de- procuramos lograrlo. “Parada”, de Luigi Lescure, egre- seo éxitos, diplomados. Ya están El martes, en el taller de no- sado de un diplomado anterior, en la carrera; ahora avancen y vela, hicimos una pausa para au- publicado en Día D el domingo distínganse entre los primeros. toevaluar los logros alcanzados 10 de mayo. Encomié la calidad o por alcanzar a partir de esta de las descripciones y del lengua- experiencia. En general, coinci- je, apegados en todo momento *Tomado de la columna “Desde mi biblio- teca”, de Ariel Barría Alvarado, en el su- dieron en que ahora ven el oficio al contexto, sin dejar de ceder plemento “díaD”, diario Panamá América, de escribir con otros ojos, consta- terreno al tono literario del escri- 17 de mayo de 2009. El autor es novelis- ta y cuentista panameño.

85 s e c c i ó n les unasolución. buscar de trataba y personales preocupaciones sus escuchaba veces muchas comprensión, su mejorar para problemas nando seleccio estudiantes, mis para Disfrutaba preparando las clases mi lugar como en aquella época. en tan sentí me Nunca zada… sentía feliz de enseñar, útil, reali- más satisfactorios de mi vida. Me Civil.niería Inge de Facultad la de técnicas carreras algunas en Suelos” de tica”.también Enseñé “Mecánica Está- y Mecánica de “Elementos son: como carrera la de básicas materias algunas enseñar de y Panamá de Tecnológica sidad Univer la en civil ingeniera de graduarme de privilegio el tuve nacimiento, de país mi de partir de Antes escritora. panameña. Y soy Europa, en viviendo años veintitrés de cerca tengo que M Aquel período fue uno de los de uno fue período Aquel e llamo Maritza Maritza aun- y López-Lasso llamo e - - - - o hnrs ua asra en maestría una honores, con postgrado enFrancia. mi estudiar de tratar y casarme decidí hijos, e marido salvo do, la vida todo cuanto había desea- de obtenido había que de vista para fundar mi propia familia. En país mi dejar o mío, el era como futuro profesional bien definido, un seguir vida: mi toda de difícil más decisión la entonces tomar Debí trabajo. de colega francés, dos, conocí y me enamoré de un de postgrado en los Estados Uni- una beca para continuar estudios obtener Tras sentido. de mente el lugarquemecorrespondía. buyó a que sintiera que estaba en contri - también espiritual plano el en semejantes mis a ayudar El como lo eran las zonas indígenas. marginales, zonas a viajar mitía per Bahá’í,me Enseñanza cual lo de Nacional Comité del parte ba impartía en la Universidad, forma- En París, además de obtener, de además París, En En 1986 mi vida cambió total - que cursos los a paralelo En residente enEuropa 86 Autopresentación de unaescritora - nica que nada tenía que ver con ver que tenía nada que nica había estudiado una carrera téc pobre.Yo muy literarias cidades siado grande y la fe en mis capa- dema - era franceses escritores admiraciónseguida. Mi por esos bargo, no comencé a escribir en- em- Sin pluma. la de medio por expresarme de anhelo el mí en Imperio.el Segundo natural y historia social de una familia en la Rougon-Macquart, los de genealogía la de menes volú- veinte los leí Zola De Zola. Émile fue cautivó me ramente verdade que autor el embargo, Sin Flaubert. a Maupassant de y Stendhal a Hugo Víctor de leite de mismo el con siglo Pasaba, XIX. del clásicos autores de los novelas las devoré medio y años tres de espacio el En ra. - lectu la de placer el descubrí Chaussées), et Ponts país des (École del prestigiosas más res superio escuelas las de una en Edificios de Técnicas y Ciencias p Este autor parisino despertó despertó parisino autor Este r o M panameña r a i a z t L ó p z e L o s s a - - - - la literatura. ¿Para qué soñar? El primer nivel estaba consti- que comenzaría el desarrollo de Por motivos ligados al trabajo tuido por tres familias de clase mi obra cuando mi hijo pequeño de mi marido, nos trasladamos a humilde, las cuales cohabitaban comenzara la escuela. Italia, donde nacieron nuestros en un barrio pobre de las afueras Cuando finalmente estaba hijos. Mi tiempo pasó a ser ínte- de la capital. En esta parte desa- preparada para tomar la pluma, gramente propiedad de mi fami- rrollaría los problemas ligados a mi marido me anunció que, otra lia. De vez en cuando salía a flote la pobreza extrema. vez, cambiábamos de país. La el recuerdo de Émile Zola siguiente etapa era Suiza. Aco- y, con él, mi no confesa- gí la noticia de buen grado, sin do deseo de escribir pero embargo, cuando llegamos a trataba de ahogarlo. Ginebra, supe que, a diferencia En 1994, cuando mi de Milán, donde la escuela ma- hijo menor tenía dos terna comienza a los tres años, ñ a s e años, sentí la necesidad en Suiza los niños comenzaban s e profunda de escribir. Era estudios un año más tarde. Esto R una necesidad que pa- significaba que debía diferir

c c i ó n recía provenir del centro mi proyecto de escritura de un e S mismo de mi alma. Algo año. vital. Supe que debía Por fin, comencé a escribir re- tomar la pluma, y así lo gularmente cuando mi hijo pe- hice. queño inició la escuela materna, Mis primeros escritos en septiembre de 1996, y, desde fueron intentos fallidos entonces, no he parado. por expresar experiencias pasa- Para mostrar otra capa de la En febrero de 2001 terminé das. Ahora lo veo como los pini- sociedad panameña tomaría una de escribir la trilogía antes des- tos de un niño que se prepara a de estas familias, la que hubiera crita. La primera de estas tres caminar. Lo bueno de estos en- demostrado mayor voluntad de obras, “El rescate de Jacinto”, sayos malogrados fue que me superación, y la llevaría a vivir en no ha sido publicada todavía. di cuenta que no tenía ninguna un barrio de más prestigio. Decidí “Ajuste de cuentas” y “Pasión y técnica y que si quería avanzar, presentar los problemas ligados Fe”, segunda y tercera novela del tenía que hacerlo con método. a este nivel social por medio de la conjunto, fueron publicadas en Comenzó entonces para mí vida de dos hermanas manteni- 2002 y 2007 por Editorial Ver- un período de documentación. das por hombres casados. Final- bum (Madrid). Busqué libros de técnicas de es- mente, una de las dos hermanas Luego de escribir la trilogía critura, cómo crear la trama en dejaría la vida de mujer mante- que muestra un sector de la so- una historia, los personajes, los nida y tras realizar destacados ciedad panameña y, tal vez para diálogos. Mientras los estudia- estudios universitarios, pasaría demostrarme a mí misma que ba vi con claridad lo que quería a formar parte de un nivel más podía concebir una novela to- contar. Quería mostrar mi país y elevado. En esta parte mostraría talmente de ficción, escribí, en la sociedad panameña por me- los problemas ligados a la discri- 2002, “Bajo el cielo de Toscana”, dio de mi propia experiencia. minación profesional y religiosa. una obra de suspenso que se Para hacerlo decidí analizar tres Una vez detallado mi plan, que desarrolla en Italia. Ésta perma- niveles de esta sociedad. daría lugar a una trilogía, decidí nece inédita.

87 Por aquel tiempo (2002-2003) las distintas opciones religiosas, este mundo y la dirección de la me inquietaban las ideas pre- las aparentemente primitivas y siguiente etapa en este gratifi- concebidas del europeo hacia el las más elaboradas, no son más cante viaje. En 2008 recogí al- latinoamericano. Tenía la impre- que los rayos de un mismo sol gunos de estos poemas en un sión de que éramos vistos por y con cada uno de ellos, según volumen y publiqué “El corazón aquéllos como ciudadanos de nuestro nivel de evolución espi- con que vivo” (Editorial Verbum, segunda clase. Esa idea me ob- ritual, podemos llegar al centro Madrid), mi primer poemario. sesionaba. Escribí entonces “El de nosotros mismos. También Además de novelas y poesías juego del por qué”, mi quin- he escrito una veintena de ta novela, donde plasmo el cuentos, algunos de los cua- resultado de mis observa- les han sido publicados en ciones de las actitudes de revistas literarias de España y unos con respecto a otros América Latina. Actualmente recogidos pacientemente me ejercito en la escritura de durante mis primeros diez cortometrajes basados en años de vida en Europa. Esta estos cuentos. obra también permanece El siguiente paso es la es- inédita. critura de una serie de tele- Entre septiembre y oc- visión inspirándome en mis tubre de 2003 escribí, de tres primeros libros, cuya un tirón, “Contrato de cinco historia se desarrolla en Pa- años”, una novela que pone namá. en tela de juicio las conven- Vivir fuera de Panamá ciones sociales del matri- tiene ventajas y desventajas monio. En ella propongo evidentes. Lo importante es como medida para anular el no dejar nunca de amar la divorcio, un contrato de ma- tierra de uno, y creer en lo trimonio de una duración que uno hace. Me enorgulle- de cinco años, prorrogables. No- ésta la conservo inédita. ce ser escritora panameña aun- vela igualmente inédita. En los meses de julio y agosto que resida en otros lares. Desde principios de 2004 se de 2007, tras el lanzamiento de inició en mí un extraordinario “Pasión y Fe” en España, Suiza y despertar espiritual. Después la Feria del libro de Panamá, es- de toda una vida de cuestiona- cribí “Le jeu du pourquoi”, mi pri- mientos y de continua búsque- mera pieza de teatro, en francés. da, finalmente comenzaba a en- Se trata de una obra dramática contrar respuestas. Durante este sobre el racismo y la xenofobia año tomó forma “La Chamana Ur- inspirada en “El juego del por bana”, la cual escribí, también de qué”, mi quinta novela. Ma r i t z a Ló p e z La ss o . Coclé, Panamá, un tirón, durante un retiro de es- En algunos momentos cru- 1957. Ingeniera civil egresada de la critura realizado en la tierra que ciales de mi vida escribí poemas Universidad Tecnológica de Panamá. Ha publicado dos novelas: Ajuste de me vio nacer. Con esta novela, la que me ayudaron a comprender cuentas (2002); Pasión y fe (2007) y el séptima, trato de demostrar que mejor la razón de mi paso por poemario El corazón con que vivo (2009)

88 Viviendo la utopía ¿Tiene el idioma esperanto algún valor 122 años tras su creación?

p o r Ro b e r t o Pé r e z -Fr a n c o

n estudio realizado en 2004 a la lista del yodo en la dieta y la los panameños de la calle para ser por el University College de leche materna. Los niños tienen realmente bilingües? Por un lado, ULondres, y divulgado en la revista una sed lingüística insaciable: pueden invertir grandes sumas Nature corroboró científicamente pueden aprender hasta cinco de dinero para aprender inglés u lo que muchos sospechábamos: el idiomas simultáneamente, si cada otro idioma tradicional, en insti- aprendizaje de un segundo idio- uno es hablado siempre por el tuciones generalmente privadas. ma ayuda a desarrollar la parte mismo miembro de su familia in- Por otro lado, pueden aprender del cerebro encargada de la flui- mediata (o provisto por el entor- un idioma no tradicional, en par- dez verbal. Se descubrió que las no), y si el aprendizaje comienza ticular el idioma esperanto. personas bilingües poseen más desde el nacimiento. materia gris en cierta parte del ce- No sólo los niños se benefi- ¿Qu é e s e l e s p e r a n t o ? rebro, y que éstos sufrieron cam- cian de aprender nuevos idiomas. bios estructurales por la experien- En su libro “Saving your brain” La mayoría de la gente no cia de aprender un nuevo idioma. (Salvando su cerebro), el Dr. Jeff sabe lo que es el esperanto. Los Este hallazgo podría ayudarnos Victoroff, un neurólogo educado pocos que han oído hablar de él a entender por qué aprender un en Harvard, ha descrito los bene- generalmente lo consideran un nuevo idioma resulta más fácil ficios que aprender un nuevo idio- proyecto fallido o, si son caritati- a las personas que son bilingües ma ofrece a un adulto maduro. vos, el “patito feo” de los idiomas que a las personas monolingües. Lo describe como un maravillo- internacionales. Sin embargo, El estudio encontró que la so ejercicio para el cerebro, pues quienes lo conocemos a fondo magnitud de los cambios en el ce- ayuda a preservar la salud men- sabemos que el esperanto es un rebro es inversamente proporcio- tal a medida que envejecemos, idioma vivo y maravilloso. Es re- nal a la edad en que se aprende reduciendo el riesgo de padecer gular y flexible, expresivo y poéti- el segundo idioma: si se adquiere enfermedades mentales como el co. Aún más importante, se pue- antes de los 5 años, por ejemplo, Alzheimer. En Panamá, con la de aprender por cuenta propia los cambios son mayores a los que excepción de los indígenas que se con una inversión mínima en un se dan si se adquiere después de ven forzados a ser bilingües para libro de texto y un diccionario. El los 10 años. Diría que hay que interactuar con la sociedad crio- porcentaje de autodidactas, como agregar el bilingualismo a la lista lla, pocas personas de clase media yo, es alto entre los parlantes del de regalos que los padres pueden y baja son bilingües. Hablar con esperanto. En mi caso, a pesar de legar a los hijos. Para mejorar el fluidez más de una lengua es casi haber vivido más de cinco años nivel de desempeño de sus cere- siempre un privilegio reservado en Estados Unidos, el conversar bros, hay que agregar los idiomas para la élite. ¿Qué pueden hacer en esperanto me resulta una ex-

89 periencia gratificante a un nivel 6,800 lenguajes (es decir: idiomas por los hablantes de idiomas mi- más profundo que el conversar y dialectos) que existen actual- noritarios no es la misma en todas en inglés, debido principalmente mente en el mundo desaparece- partes del mundo, la solución de a los ideales humanistas que el rán para siempre. La razón es hoy será el problema de mañana. primero representa y el carácter simple y brutal: la globalización Con los años, la globalización se- impositivo que el segundo ha ad- económica. Buscando mejores guirá derrumbando las barreras quirido en la actualidad globali- prospectos de trabajo, los hablan- culturales con sus bulldozers econó- zada. tes de idiomas minoritarios aban- micos. Ya no serán los países los El esperanto es un idioma donan o relegan a segundo plano que se agrupen en bloques regio- planificado, cuyo objetivo prin- sus lenguas nativas para estudiar nales: serán los bloques regiona- cipal es servir a la comunicación uno de los grandes idiomas nacio- les los que se agrupen en una sola neutral entre personas que no nales que se emplean como inter- economía mundial. En ese pun- comparten el mismo idioma, de nacionales en diferentes regiones to, la dominancia regional de los tal forma que se respeten las di- del mundo, entre los cuales se idiomas que hoy son considerados ferencias culturales entre los seres cuentan el inglés, español, man- internacionales en sus respectivas humanos y se garantice en forma darín, francés, árabe, alemán, regiones perderá fuerza, y surgirá clara y sencilla la comprensión ruso, hindi y portugués, depen- la necesidad de utilizar una terce- internacional. Fue iniciado en diendo de la región geográfica en ra lengua. Es decir, en el futuro, el 1887 por el oftalmólogo y lingüis- que nos encontremos. efecto omnipresente y unificador ta polaco Ludovico Zamenhof, y La extinción lingüística pre- de la globalización será tal que desarrollado en las décadas sub- ocupa no solamente a los lingüis- para un habitante de Kazakistán siguientes por una activa comu- tas, sino a los científicos de mu- ya no será suficiente aprender nidad de parlantes. Zamenhof, chas ramas, pues cada idioma tie- ruso, para un indio Kuna ya no quien empezó a trabajar en el ne peculiaridades que nos mues- será suficiente aprender español, idioma desde los quince años de tran las complejas estructuras que y para un chino ya no será sufi- edad con el objetivo explícito de la mente humana puede producir. ciente aprender mandarín. eliminar la incomprensión que De acuerdo a algunos expertos, el Dado que el trilingualismo - en su opinión de adolescente - valor de estudiar estas peculiari- requiere una cantidad prohibiti- causaba las guerras de su tiempo, dades radica precisamente en la va de tiempo y dinero, las múlti- dedicó su vida entera al desarro- posibilidad de aumentar la com- ples antiguas “segundas lenguas” llo del Esperanto, destacándose prensión de la mente y el pensa- deberán ser desechadas en favor por sus altos ideales humanistas. miento humano. Según Financial de una nueva segunda lengua co- Por ser judía, su familia fue per- Times, la mayoría de los lingüis- mún a todos. Si se deja la decisión seguida durante el Holocausto, y tas creen que para salvar las len- de esta lengua a las fuerzas de varios hijos suyos murieron en los guas en peligro de extinción hace oferta y demanda, el mecanismo campos de concentración Nazi. falta promover un “bilingualismo de aceptación de la lengua más Hacia un bilingualismo es- estable”. En otras palabras, hay poderosa convertirá la elección table que promover la conservación de en una competencia de fuerza, Financial Times publicó la lengua nativa y al mismo tiem- donde el idioma con más poderío hace unos años un artículo sobre po el aprendizaje de una lengua económico y militar se impondrá la extinción lingüística, tema que internacional. sobre los demás. Bajo el escenario está recibiendo recientemente El artículo omitió men- actual, parece claro que el inglés más atención que nunca, pero cionar, sin embargo, cuál lengua será el idioma que permanezca al todavía menos de la que se me- debe ser aprendida como segun- final, impuesto mediante fuerzas rece. Según lingüistas expertos en da. Este punto no es trivial: si la económicas a todos los países me- el tema, entre 40% y 90% de los lengua internacional aprendida nos poderosos.

90 La s d e s v e n t a j a s d e l i n g l é s tudios privados de inglés tendrán El v a l o r p e d a g ó g i c o d e l e s p e r a n t o ofertas de trabajo de menor cali- Pero el inglés no nos llevará dad y en menor cantidad que los Investigaciones realizadas a un bilingualismo estable. Inclu- jóvenes que sí tuvieron esta opor- en países como Alemania, Aus- so si el inglés fuese seleccionado tunidad. Esta condición no es ex- tralia, Nueva Zelanda, Francia y hoy como la segunda lengua ofi- clusiva de la realidad panameña, Estados Unidos han demostrado cial para todo el mundo, el bilin- pues se repite en otros países. que el estudio del esperanto tiene gualismo resultante sería más una Curiosamente, la razón por la propiedad de facilitar la adquisi- ilusión que una realidad, porque la cual los estudiantes panameños ción de otras lenguas. Por ejemplo, la complejidad del inglés (inclu- encuentran difícil aprender el in- niños que han estudiado esperanto yendo su irregular pronunciación glés es la misma razón por la cual durante un año y luego otro idio- y sus infinitas frases idiomáticas) nunca llegan a perfeccionar su ma durante dos años, demuestran precisaría sacrificios en recursos manejo del español: simplemen- un mejor dominio de ese idioma que de otra forma serían dedica- te desconocen el funcionamiento que los que dedicaron tres años dos al estudio de la lengua nativa básico de los idiomas. Esta de- al aprendizaje del segundo idio- o a la adquisición de conocimien- ficiencia se debe a que idiomas ma. En comparación con otros tos más útiles. Así, el resultado se- como el inglés y el español no son idiomas, el esperanto es fácil de ría el reemplazo progresivo de las totalmente regulares y lógicos. aprender, pues se basa en las raíces lenguas minoritarias por el inglés, Por ello, aprender una segunda más comunes de los idiomas indo- no un bilingualismo estable que lengua es tan difícil que aún tras europeos y posee una gramática evite la extinción de las mismas. un período de seis años de estudio lógica sin excepciones que sigue el Tomemos el ejemplo de a razón de cuatro horas semana- camino natural de la expresión del Panamá, que enfrenta un gran les, el alumno promedio no es ca- pensamiento humano. El esperan- obstáculo para cosechar los fru- paz de comunicarse, en igualdad to combina sencillez, flexibilidad, tos de su potencial en el sector de condiciones, con un nativo de musicalidad fonética, vivacidad y del transporte, la logística y los dicha lengua. riqueza de expresión. Su literatu- servicios internacionales, por la Recientemente han surgido ra, la cual incluye más de treinta razón de que los panameños, en en Panamá iniciativas guberna- mil volúmenes sobre temas diver- su mayoría, no dominan el inglés. mentales para promover el apren- sos, es una prueba de ello. Hoy Paradójicamente, los estudiantes dizaje del inglés como una herra- en día, después de un siglo de uso panameños reciben clases de in- mienta de progreso para nuestro práctico en todos los campos, el glés durante seis, o incluso doce pueblo. Aplaudo estas iniciativas esperanto es utilizado por más de años. La mayoría culmina incluso orientadas a mejorar la educa- cien mil de personas en 165 países sus estudios universitarios con un ción del inglés de nuestra juven- del mundo. dominio pobrísimo del inglés y de tud, e invito a los responsables a El efecto benéfico del es- paso un manejo pobre de su pro- que consideren el uso de una he- peranto para mejorar el dominio pia lengua, el español. La excep- rramienta pedagógica que ya ha que un estudiante tiene sobre su ción a la regla la constituyen los demostrado en otras latitudes su lengua materna se verificó en un pocos privilegiados que pueden capacidad de estimular y facilitar estudio realizado en Roma por costear una educación privada o el aprendizaje posterior del inglés, el Dr. Renato Corsetti, en el cual cursos particulares de inglés para y de paso mejorar el dominio de los estudiantes de secundaria que adquirir un buen nivel de compe- la lengua nativa. Esta herramien- estudiaron esperanto mostraron tencia. Esta diferencia de oportu- ta es el idioma esperanto, el cual – mejor dominio del italiano que nidades contribuye a aumentar como dijo Albert Einstein – “es la los estudiantes del grupo de con- la brecha entre ricos y pobres en mejor solución al problema de la lengua trol que no estudiaron esperanto. nuestro país, pues los estudiantes internacional”. Por otra parte, el valor pe- que no pueden financiar sus es- dagógico del esperanto para faci-

91 litar el aprendizaje de otras len- cionan una ventaja del 30% en el El tercer estudio científico guas se ha verificado en tres es- aprendizaje del inglés. que verificó el valor propedéutico tudios científicos, que describo a En otro experimento en del esperanto fue un experimento continuación. El primer estudio Paderborn, cierto conjunto de esloveno-croata-austriaco dirigido es una investigación conducida estudiantes fue dividido en dos por Zlatko Tishljar entre 1993 y en Hungría por el Dr. I. Szerda- grupos competidores. El grupo A 1995. Éste mostró que una inver- helyi de la Universidad de Cien- inició el aprendizaje del inglés en sión de setenta horas en el estudio cias de Budapest. Un grupo de tercer grado de primaria; mien- del esperanto antes de estudiar in- estudiantes con el húngaro como tras que el grupo B tomó cursos glés o alemán, produce una reduc- idioma nativo, estudió esperanto de esperanto como preparación ción superior a ciento veinte horas durante dos años en tercer y cuar- durante tercer y cuarto grado de en el tiempo requerido para alcan- to grado de primaria, y luego fue primaria e inició la enseñanza del zar un nivel determinado de com- dividido para analizar su apren- inglés solamente a partir del quin- petencia en el idioma objetivo. dizaje del idioma ruso, alemán, to grado. El programa del grupo En base al estudio de Pader- inglés y francés. De acuerdo a B invirtió en el esperanto 160 ho- born, se recomienda que el estudio los resultados, estudiar esperanto ras en total, lo cual podría pare- de lenguas extranjeras se inicie en produjo una mejora de 25% en cer una gran pérdida de tiempo. la educación primaria, empezando el aprendizaje del ruso, de 30% Sin embargo, de acuerdo a los a los 8 años de edad con dos años para el alemán, de 40% para el resultados finales, en el séptimo de enseñanza del esperanto. Para inglés y de 50% para el francés. grado (lo que en Panamá solía lla- aprovechar esta herramienta en el En otras palabras, los niños que marse primer año de secundaria) escenario panameño, el Ministerio habían estudiado esperanto con el grupo B ya había alcanzado el de Educación, las escuelas prima- antelación, aprendieron otras mismo nivel de aprendizaje del rias y los padres de familia deben lenguas notablemente más rá- inglés que mostraba el grupo A. considerar seriamente la posibili- pido que los estudiantes que no Sorprendentemente, en el octavo dad de introducir la enseñanza del habían tenido esta instrucción grado (que en Panamá solíamos esperanto como preparación pe- previa. llamar segundo año de secunda- dagógica para un posterior estudio El segundo estudio fue rea- ria) el grupo B tenía un nivel de del inglés, pues se ha demostrado lizado en Alemania en 1982 por inglés muy superior al del grupo científicamente que su estudio en el Dr. Helmar Frank, director del A. En otras palabras, aquellos es- los años de la niñez estimula y fa- Departamento de Pedagogía del tudiantes que se beneficiaron del cilita el aprendizaje posterior de Instituto de Cibernética de la Uni- estudio del esperanto ganaron otras lenguas. versidad de Paderborn. Este estu- más tiempo del que invirtieron en dio demostró que ciento sesenta esa preparación. El e s p e r a n t o h o y horas de estudio de esperanto tie- Otro estudio en Paderborn nen el mismo valor propedéutico encontró que para un hispanopar- Un porcentaje importante que setecientas cuarenta horas lante hacen falta mil setecientas de los diputados del Parlamento de estudio de inglés. Este estudio horas de estudio para conseguir Europeo apoya seriamente la po- utilizó el esperanto como mode- un manejo medio del alemán, mil sibilidad de que el esperanto se lo de las características esenciales quinientas horas para el inglés, convierta en lengua de trabajo de de los idiomas, con el propósito mil trecientas para el francés y so- la Unión Europea. El esperanto de encontrar una manera para lamente ciento sesenta para el es- ha sido oficialmente reconocido facilitar el aprendizaje del inglés. peranto. Y esto a pesar de que el y apoyado por la UNESCO en Los resultados mostraron que dos esperanto es un idioma poderoso, varias resoluciones, pues ha de- años de orientación lingüística capaz de expresar todos los mati- mostrado ser un idioma eficaz utilizando el esperanto propor- ces del pensamiento humano. como vehículo de comunicación y cultura. Compañías del calibre

92 de Fiat, KLM, Petrobras y Bosch Zamenhof: Juan XXIII y Pío XII Patrio hacen uso de información comer- la elogiaron entusiastamente. Sin cial y publicitaria en esperanto. embargo, fue Juan Pablo II quien Patrio tiom eta, sur la istmo kuŝanta: Las principales universidades del con mayor frecuencia la empleó same ol maro sonas en la konka helik’, mundo, incluyendo la mía, el Ins- de viva voz, como herramienta de tituto Tecnológico de Massachus- paz y hermandad. pro via vibra suno kaj ĉielo vivanta sets, ofrecen clubes de esperanto. Muchos otros han elogiado en mi tiel resonas via tuta muzik’ En Japón, algunas empresas en- el idioma esperanto, incluyendo a Turnigas mi okulojn kaj teruron eksentas señan esperanto a sus emplea- Pelé, Tolkien (autor de El Señor ĉar mi ne vidas vojon por reiri al vi... dos. Radio China Internacional, de los Anillos) y, como ya hemos Mi eble ne konscius, vin kiom mi amegas Radio Polonia, Radio Vaticano mencionado, Einstein. se fato ne decidus, ke mi forigu vin! y Radio Roma tienen programas Patri’ estas memoroj... la spertoj travivitaj, regulares en idioma esperanto. El mundo como patria Estudios pedagógicos han demos- Hace unos años atrás, tra- kovritaj de ŝiraĵoj el amo aŭ dolor’; trado que el esperanto es hasta duje dos poemas al esperanto. El la palmo murmurema, muziko elkonita, diez veces más fácil de aprender primero es mi poema favorito, ĝardeno jam sen fruktoj, folioj aŭ kolor’ que cualquier otro idioma, y que escrito hace más de un siglo por Patri’ estas antikvaj padetoj sinuantaj sus excepcionales cualidades faci- mi bisabuelo, en un barco azota- senĉese trairitaj ekde la infanec’, litan y acortan el estudio posterior do por una tormenta en el mar, la arboj antaŭ longe elkore nin konantaj de otras lenguas. camino al destierro político en Juan Pablo II – quien ten- Bocas del Toro. El segundo fue silente parolantaj pri kara pasintec’ drá siempre un lugar especial Patria, de Ricardo Miró, el cual Anstataŭ fremdaj turoj orgojle elstarantaj en el corazón de los millones de quiero compartir con los lectores sur kies orsaĝetojn por morti venas sun’ amigos del Esperanto – utilizó de Maga. al mi lasu la arbon, sub kiu ekrevanta el idioma de Zamenhof en mu- Termino este vistazo al es- mi ŝtelis ŝian kison kaj skribis sur la trunk’ chas formas durante más de una peranto hoy diciendo lo siguiente. Ho, miaj karaj turoj, kadukaj kaj lontanaj década, incluyendo sus saludos El español es mi idioma, el que de incontables ocasiones y las me enseñó mi madre. El inglés mi sentas nostalgion pri via resonad’! transmisiones de Radio Vaticano. es una herramienta que uso en Mi vidis multajn turojn, kun sonoriloj vanaj; Durante su papado se tradujo la el mundo de hoy. El Esperanto es neniu tamen sciis, ho ve, turoj lontanaj! misa al Esperanto. En el tradicio- mi esperanza de que el mundo de kanti kiel vi adis, kanti per singultad’ nal Urbi et Orbi era típico que Juan mañana será más justo. El hecho Patri’ estas memoroj... la spertoj travivitaj, Pablo II utilizase el Esperanto de que exista una comunidad de kovritaj de ŝiraĵoj el amo aŭ dolor’; para enviar su saludo de Navidad esperanto-parlantes esparcida por la palmo murmurema, muziko elkonita, y Año Nuevo a los cristianos del la tierra, quienes ven a los otros mundo, mientras que un grupo como hermanos, no como extra- ĝardeno jam sen fruktoj, folioj aŭ kolor’ de esperantistas, esparcidos entre ños, es para mí una prueba de que Patrio tiom eta, se vi restus kuŝante los fieles reunidos en la Plaza de todavía hay quienes responden al sub la ombro de flago, nenio restus for; San Pedro, portaran cartelones utópico llamado de igualdad, en eble vi estis tiel malgranda pretigante en donde se leía la palabra ESPE- este mundo marcado por el mie- por ke mi vin kunportu metitan en la kor’! RANTO, para agradecerle al Pon- do y la guerra. tífice – nacido en Polonia, como dicha lengua – su buena voluntad Ro b e r t o Pé r e z -Fr a n c o . Chitré, Panamá, 1976. Ingeniero electromecánico por la hacia el centenario idioma puen- UTP. Maestría en Logística en MIT (Cambridge). Estudia doctorado en Estrate- te. Otros papas del pasado vieron gia Logística en MIT. Libros de cuentos: Cuando florece el macano (1993); Confesiones con buenos ojos a la lengua de en el cautiverio (1996); Cierra tus ojos (2000); Cenizas de ángel (2006); Catarsis (2008); Cuentos selectos (2008).

93 n susurro, cálido como el vaho de un aman- Cuentote, le produjo un cosquilleo en el oído dere- cho.U Estaba sola, pero esa sensación le hizo recor- Música dar aquel domingo en casa de su abuela, cuando soltó el libro que estaba leyendo para rascarse la oreja y preguntó a la anciana: –¿Escuchaste, abuela?– y metió el dedo índice de las esferas en la cavidad de su oído para tratar de limpiarloDe y buena fe mejorar aún más su audición. –¿Qué cosa? p op o r r S ilvJuia a nF Ae rn n t á o n n di o e z G-Rói ms ceo z –Ese murmullo, como de palabras envueltas en susurros. –No oí nada. Debe ser que alguien está pen- producen sonidos que al combinarse forman la sando en ti, hijita. llamada música de las esferas. ¡Ding, dong!, ¡Ding, dong! Aquel lejano día no pudo comprobarlo, ni le dio El timbre la sacó abruptamente de sus reflexio- importancia, pero esta vez decidió poner atención nes. Al abrir se sorprendió de ver a Enrique. al susurro y tratar de descifrar su mensaje. ¿Sería –Estaba pensando en ti y quise venir a saludar- Enrique? Cerró los ojos y en su afán de identificar te. aquel runrún, escuchó detenidamente todos los –¡Vaya, tal vez mi abuela tenía razón! sonidos que la rodeaban. Se maravilló al detectar –¿A qué te refieres? la variedad inmensa de timbres, de ritmos, de fre- –Shhh…pasa. cuencias que podía registrar y que por lo general Él no intenta comprender. Entra y la sigue muy no era consciente de ellos. Imaginó su proceden- de cerca por el pasillo hacia la sala. Da un paso cia y la distancia, el tamaño y las características de largo y la abraza por la espalda. Comienza a acari- quién o qué lo originaba. Era un enorme radar y ciar su cuerpo y con la lengua recorre los valles y eso la mantuvo entretenida mucho rato. cordilleras de su oreja. Ella siente que el universo Identificó los que más le gustaban. Pensó en el se posa ahí para comenzar una fiesta de luces, de misterio de los sonidos ordenados que producían cometas, de astros celestiales girando en torno música deliciosa para su alma. Ese pensamiento del placer. Su oreja, otrora miniatura de esponja la llevó a aquel baile de secundaria iluminado por comprimida, crece con su saliva fértil y todo él, suaves melodías en que bailó abrazada al mucha- cabe en ella. Con voz tenue lanza palabras sueltas cho que la hizo despertar al amor. Sólo bailó esa en la catedral de su intimidad sonora, esa que mi- pieza, pero el efecto embriagador, aparecería cada nutos antes había estado afinando al capturar el vez que a sus oídos llegaba la melodía. ¡MMmm! torrente de sonidos a su alrededor. El eco se con- Volvió a concentrarse para tratar de percibir vierte en un concierto de adoración a Eros y poco nuevamente aquellas palabras casi impercepti- después escucha la música de las esferas, la armo- bles que le produjeron comezón en el oído pero nía del cosmos, los sonidos divinos que conducen el silbido de una ráfaga de viento la llevó a pensar a Dios y Esther se pregunta ¿Qué estaría haciendo en los sonidos propios de la naturaleza: el mar, las Pitágoras cuando la oyó por primera vez? tormentas, las cascadas, las erupciones ¿Cómo sería la voz del mundo? ¿Cuál la base rítmica del Silvia Fernández-Risco. Mexicana radicada en Panamá. Egresada del Diplomado en Creación Literaria de la UTP universo? Según Pitágoras, los cuerpos celestes en 2004. Libros publicados: Volar y otros cuentos,(2009).

94 Sección Información Cultural de la UTP P UT l a El primero de ellos contiene Con esas consideraciones en

e Fallo del premio d nacional de cuento cuentos cargados de humani- mente y tras un interesante de- José María Sánchez dad, escritos por una persona en bate, hemos decidido otorgarle

u l t u r a l 2009 la que se nota la cultura literaria, el premio del Concurso Nacional C sobre todo la contemporánea de Cuento “José María Sánchez” de la región centroamericana. 2009 a la colección de cuentos uego de leer las 28 obras Además de tratar temas univer- “De todos en mi familia” y el ac- inscritas y haber dialo- n f o r m a c i ó n

I sales, de tener una búsqueda in- césit a la obra “Entonces perci- Lgado sobre el asunto a través trospectiva y el ojo analítico con bo el silencio”. Adicionalmente, de medios electrónicos durante el que el artista mira al mundo, hemos considerado que la obra algunos días, los miembros del es alguien que sabe cómo tra- “Alrededor del fuego” presenta- jurado del Concurso Nacional mar una historia y, alimentada o do por Della Calabaza, se me- de Cuento “José María Sánchez” alimentado de buena literatura, rece ganar la segunda Mención 2009 nos hemos reunido en la nos entrega un libro contempo- Honorífica, pues tiene un sabor cafetería de una librería de la ráneo y universal. urbano atractivo y valioso, con ciudad de Panamá para elegir El segundo, se trata de nue- algunas historias muy buenas. al ganador o ganadora de este ve cuentos que componen un Muy contentos con la impor- prestigioso premio organizado cuaderno bien construido. El tante labor que realiza la Univer- por la Universidad Tecnológica autor o autora conoce el mane- sidad Tecnológica de Panamá en de Panamá. jo de los elementos del cuento: beneficio de literatura panameña, No ha sido una tarea sencilla argumento, personajes, intriga, pues, aunque el nivel de las obras JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ PITTÍ tensión, densidad. Son cuentos ha sido desigual, algunas de las CARLOS FONG que tocan lo local y lo no local colecciones de cuentos presen- CARLOS WYNTER MELO con habilidad. El uso de distin- tadas se destacaron sobre las de- tos puntos de vista del narrador Los nombres de los galardo- más. Especialmente los libros “De y la construcción de personajes nados correponden a Fernan- todos en mi familia”, presentado es fino y cuidadoso. Lo espontá- do Penna por De todos en mi por Elia Etilvia Enriqueta y “En- neo, lo directo, lo comunicativo, familia; Marco Ponce Adroher tonces percibo el silencio”, pre- lo expresivo, priman en estas por Entonces percibo el silencio y sentado por Tejedor. historias que hacen que sean Mariafeli Domínguez por Alre- cuentos puros. dedor del fuego.

95 UNIVERSIDAD Letras que cursan la Licenciatu- tulos, que fueron enviados en el TECNOLÓGICA DE PANAMÁ ra, la Maestría y el Doctorado mes de diciembre a la Biblioteca en la Universidad de Cincinna- “Langsan” de la Universidad de LOGRA CREAR ti. Precisamente, Jaramillo Levi Cincinnati por una empresa pa- EN BIBLIOTECA DE participó en un seminario que, trocinadora que prefirió perma- UNIVERSIDAD DE en torno al cuento centroameri- necer anónima. Hoy existe en CINCINNATI cano actual, incluido el paname- dicha biblioteca la sección: SECCIÓN DE AUTORES ño, se impartió. Panama Collection. PANAMEÑOS La Universidad Tecnológi- ca de Panamá fungió en Pana- a Rectoría de la Universi- má como entidad promotora y dad Tecnológica de Pana- coordinadora, y como centro de Diplomado máL informa a la comunidad que, acopio local de esta iniciativa. gracias a gestiones realizadas En este sentido, se invitó a escri- por su Asesor Cultural, Prof. Enri- en Creación tores, editoriales e instituciones que Jaramillo Levi, en la Universi- culturales panameñas para que dad de Cincinnati (Ohio, Estados a más tardar el 20 de noviembre Literaria Unidos), institución en donde se de 2009, hicieran llegar a la Rec- encontraba becado como escri- toría de la UTP (Campus “Víctor tor visitante entre septiembre y 2010 Levi Sasso”), todos los libros de diciembre de 2009, se ha logra- autores nacionales que se tuvie- do que la Biblioteca de aquella ra a bien donar a la Biblioteca universidad, una de las más an- de la Universidad de Cincinnati tiguas del país, aceptara crear para la feliz realización de esta l Diplomado en Creación una Sección Especializada de iniciativa. Literaria 2010, de la UTP, Autores Panameños. Esta inicia- Las instituciones que acep- llevóE a cabo exitosamente su tiva seria posible en la medida taron de inmediato donar obras octava versión del 22 de febrero en que los libros fueran dona- de autores panameños fueron: al 6 de mayo, con 22 entusiastas dos por sus propios autores, edi- la Biblioteca Nacional “Ernesto personas. Los profesores siguen toriales e instituciones paname- J. Castillero R.”, el Instituto Nacio- siendo los destacados escrito- ñas en el mes de noviembre de nal de Cultura, la Editora Gémi- res: Ariel Barría Alvarado, Héctor 2009, y enviados en conjunto, nis, S.A., la Editorial Universitaria M. Collado, Rodolfo de Gracia, en el mes de diciembre, lo cual (Universidad de Panamá), la em- Alex Mariscal, Juan Antonio Gó- se logró. presa 9 Signos Grupo Editorial mez y Enrique Jaramillo Levi, y Supermercados Riba Smith, quien además lo coordina. Este Esta iniciativa, una vez im- además de la propia Universidad Diplomado consta de 9 asigna- plementada y catalogados los Tecnológica de Panamá, además turas que se imparten una vez libros en dicha Biblioteca, facili- de numerosos autores nacio- por año, a diario, durante 10 se- tará a mediano plazo la lectura nales. Los libros, lógicamente, manas consecutivas. El 32% del directa de obras literarias pa- debían estar nuevos, y solo se total de egresados desde 2001 nameñas en los diversos cursos aceptaba un ejemplar de cada ha publcado al menos un libro de literatura hispanoamericana título. Llegaron en total 321 tí- posteriormente. que toman los estudiantes de

96 TEXTO DE PRESENTACIÓN DE LA NOVELA “NAPASTO”, de Basilio Dobras (Premio Centroamericano de Literatura “Rogelio Sinán” 2008-2009)

p o r Ra ú l Le i s

1. Palabras para los Ba- escritor Basilio Dobras, el que está armada de variadas identi- silios, familia y amigos nos entrega una obra que me dades pues Panamá es un país cautivó desde que la empecé a multiétnico y pluricultural, pero o puedo acompañarlos leer. Confieso que el título me al mismo tiempo es crisol étnico esta noche y lo lamento. desconcertó al principio, pero de un amplio y creciente mes- RazonesN de trabajo me llevan a de inmediato el texto lo aclaró. tizaje. Esto se advierte desde la estar en Guadalajara, México. El gran tema de la obra es la in- genética en los estudios del Dr. Tomás Arias, director del Insti- Mucho agradezco la distinción migración griega entre los años veinte y noventa del siglo pa- tuto del Genoma Humano de la que me otorgó el autor de esta sado centrado en la ciudad de Universidad de Panamá al afir- obra literaria, de poder expresar Colón. No me es extraña la situa- mar que la mezcla genética del algunas ideas sobre NAPASTO, ción pues de parte de padre soy país está compuesta por 38% de más como escritor y sociólogo, hijo de un inmigrante español genes indígenas, 33% de origen pues como saben no soy crítico luego nacionalizado panameño, negro y 31% de genes blancos o literario ni nada que se le parez- y de una colombiana. Cuando caucásicos. ca. joven mis amigos eran muestra La presencia de grupos defi- Con Basilio Dobras padre, me de la multiculturalidad reinante nidos como el hispano - indíge- une una antigua y valiosa amis- por ser descendientes de anti- na campesinos, negro colonial, tad fraguada en Colón, donde llanos, asiáticos, kunas, italianos, negro antillano, pueblos indíge- nos tocó vivir intensamente las griegos, árabes caminando por nas originarios, minorías étnicas luces y sombras de una ciudad una ciudad donde convivía la multinacionales, y el mestizaje por la cual no se pasa impune- iglesia ortodoxa, la católica, la multiétnico donde se funden mente. Está muy vivo el recuerdo evangélica, la mezquita, el tem- y combinan los anteriores dan -como si fuera una de las fotos plo chino y las logias a pocas a Colón, y también al área de preferidas de un álbum familiar- cuadras unas de otras. tránsito, las características de un de las jornadas literarias en las crisol de mestizaje multiétnico y mesas del café Patricia junto al 2. GENTES Y ESCENARIOS multicultural, pero atravesados teatro Colón, donde encendía- por desigualdades sociales y te- mos el fuego de la tertulia lite- La afirmación del escritor rritoriales producto de nuestro raria, en la cual Basilio cocinaba peruano Santiago Roncagliolo subdesarrollo. sus buenos versos y sus opinio- que “un país es un montón de Recordemos que en 1855 em- nes sabias. países” se aplica intensamente pieza funcionar el primer ferroca- Hoy es el hijo del poeta, el en Panamá. Lo que podemos rril que une las costas de Améri- también colonense médico y llamar la identidad panameña ca. La vía férrea sirvió de vínculo

97 fundamental entre las costas Este en el punto más bajo en la divi- quien afirma que la presencia de y Oeste de los Estados Unidos soria de aguas del Istmo. griegos en el país se registra des- por la ausencia de comunicación Así se abre el siglo veinte, y a de 1890. Llegaron por diversas en el territorio continental norte- Panamá acuden poblaciones in- razones. Para trabajar en la cons- americano, pero al mismo tiem- migrantes con una presencia sig- trucción del Canal, en búsqueda po unió las costas Norte y Sur nificativa, especialmente en as- de nuevos campos de trabajo de Panamá, surgiendo además pectos económicos y culturales. debido a guerras en el viejo con- la Ciudad de Colón como urbe De ellas la más antigua y la mayor tinente, inestabilidad política en terminal. Luego la aventura del es el del grupo chino y su papel Grecia, hambruna en Europa, canal francés emprendido por en el comercio y en la industria deseos de mejoramiento social, el Conde Ferdinand De Lesseps, es de gran importancia, al mismo económico, profesional,... Sin que no logró abrir esta gargan- tiempo que cobran presencia embargo, es importante resaltar ta estratégica. Fueron períodos en la vida política y en el campo que, según algunos historiado- intensos que se nutre del aporte profesional. Las otras minorías res, varios griegos participantes de hombres y mujeres de todo étnicas que migraron desde los de los viajes que concretaron el el mundo que le abren brecha a confines del mundo, tales como encuentro de dos mundos tran- los barcos. El Chagres descansa los indostaníes, árabes, hebreos, sitaron por el territorio nacional reemplazado por el camino de griegos, italianos y españoles, co- en el siglo XVI y que incluso es hierro (ferrocarril), y luego por el lombianos que llegaron atraídos probable que un encomendero canal. Lo cierto es que el Istmo inicialmente por el auge comer- de nombre Nicola Griego parti- panameño se va incorpora a la cial de la construcción del Canal cipara en la fundación de la Ciu- dinámica del mercado mundial y su mantenimiento, luego por la dad de Panamá en 1519. como un corredor estructurado presencia de la Zona Libre y otras La construcción del Canal fue para el tránsito interoceánico de inversiones, constituyen activos una atracción significativa para mercancías, capitales y grupos grupos humanos con perfiles lin- los griegos, así como lo fue para humanos. güísticos, religiosos y culturales otros extranjeros. Hasta la dé- Nace el siglo veinte y con él la presentes en Colón. cada de 1930, la mayoría de los nueva nación y el Canal que abre Éstos entran en contacto con inmigrantes griegos vivieron en las entrañas a la tierra. El Canal los grupos humanos que pue- Colón y gradualmente traslada- ensilla al río, que nunca antes blan la provincia y que son his- ron su residencia a Panamá. Para había sido apresado. Se crea la tóricamente expresión de exclu- la segunda etapa de la construc- Zona del Canal, una especie de sión social, política y económica ción del Canal por los france- Estado dentro otro Estado con con rasgos que perduran aun en ses, llegaron alrededor de 2,000 su propia estructura civil, militar la actualidad. Ejemplo, grupos griegos... Posteriormente otros económica y sociocultural con que son productos de una triple más entre 1903 a 1914, para la un norte primordial, estructurar segregación como los negros construcción del Canal por los un espacio para crear y garan- antillanos; o los que lograron le- norteamericanos. Si bien es cier- tizar las condiciones indispen- vantarse contra el poder español to que todavía hoy en día llegan sables para aprovechar el agua como los negros coloniales, o los griegos para vivir en Panamá, el para el transito naval por la vía que nunca fueron totalmente último grupo numéricamente canalera. Treinta mil obreros de inculturizados como los kunas y representativo se establece en- las Antillas británicas y la cuen- emberás, o los interioranos que tre 1946-47. ca del Mediterráneo, durante migraron hacia la frontera agrí- En este marco histórico, la catorce años, represaron el río cola buscando un sueño. novela Napasto logra estable- Chagres cerca de su desembo- Betty Ann de Casambanis, cer un contrapunteo entre la cadura, y abrieron una brecha cita a Anastasio Athanasópulos realidad del drama del otro lado

98 del océano que generó y selló dad. Pero la construcción de la ción de pluralidad de razas y una de recuerdos agridulces la mi- cultura propia, no desprecia la conciencia étnica que valorice gración, y la realidad del país re- ajena sino que sabe apropiársela lo propio y también lo ajeno, ceptor (Panamá) con toda su sa- y también manejar la impuesta y y sepa convivir y enriquecerse zón y particularidades. La obra enajenada. mutuamente. nos conduce a lo largo del siglo La identidad también requie- Napasto expresa vigorosa- veinte reconstruyendo temas re una visión pluricultural de la mente la interculturalidad, al fundamentales de nuestra his- nación, pues corremos el peligro lograr la interacción y sincretis- toria hasta lo contemporáneo de ver a la cultura solo como fol- mos propios de la sociedad pa- con capítulos tan impactantes clore, o como la expresión abso- nameña, y nos invita a encontrar como el que inicia así “El silencio luta de una región, generando las claves de nuevos escenarios absoluto fue el primer indicio una especie de colonialismo que vivimos, pues la globaliza- del comienzo de la guerra. Pero cultural interno. Un caso común ción y los movimientos migrato- a ese silencio negro y desgarra- es el de los indígenas, pues para rios están generando acelerados dor nadie le prestó importancia. un sector de los no indígenas se procesos de interculturalidad in- Luego vino el estallido de los trata de integrarlos exigiéndole ternos y externos, muchas veces primeros misiles…” que se ubica que pierdan sus valores propios, poseen características de des- en la traumática invasión norte- en función de la “civilización”. territorialidad y descolección. americana de 1989. La identidad es un espacio Es decir la pérdida del territorio pluricultural, donde se transita y de sus colecciones de monu- 3. identidades y con ojos abiertos y oídos recep- mentos, rituales y objetos que culturas tivos en la interacción de dina- eran parte de la identidad de mismos culturales pletóricos de muchos grupos humanos. Hoy La identidad está ligada a la complicidades y seducciones. las migraciones, los cambios tec- capacidad de decisión sobre la Este reconocimiento de la plu- nológicos, la eficacia de las co- sociedad, los recursos humanos riculturalidad no es suficiente si municaciones generan una radi- y materiales, sobre lo que he- no va haciendo expedita la con- cal reorganización de las formas mos sido, somos y queremos ser. fluencia, la convergencia de las de producción y circulación de Es bueno tener presente que “El distintas facetas étnicas, idiosin- bienes simbólicos. Las culturas subdesarrollo ha significado no crásicas, cognoscitivas, cultura- son cada vez más híbridas e in- solo pobreza sino, lo que para les, es decir, la interculturalidad, terculturales y al mismo tiempo muchos es más importante to- que recoge, retoma y proyecta muchas culturas desterritoriali- davía, una pérdida de identidad una síntesis que no es fusión zadas como los latinos en EEUU, y de capacidades que impide la sino encuentro contradictorio encuentran identidades a través puesta en marcha de un proce- de posibilidades y experiencia. de 250 estaciones de radio y TV, so endógeno de desarrollo, que La necesidad de revalorizar 1,500 publicaciones en español podemos traducirlo como un lo local, lo propio, lo diferente, y la posibilidad de recrear terri- proceso basado en la tranquila la identidad de los sujetos no torios y colecciones en su nuevo aceptación y uso corriente (e in- es opuesto a la interculturalidad hábitat, lo que se convierte en consciente) de la propia cultura. sino por el contrario son com- una implosión del tercer mundo (Javier Iguiñez, 1991) plementarios y en esa medida en el primero que hace excla- La cultura autónoma y la cul- potencialmente humanizadores. mar a Rouse la necesidad de una tura apropiada conforman el Un caso es el racismo horizontal “cartografía alternativa del espa- universo de la cultura propia, presente entre los sectores po- cio social” basada en nociones que es la capacidad de producir pulares que puede superarse en como frontera o circuito. cultura como aporte a la identi- la construcción de una concep-

99 4. NAPASTO COMO SOCIO- pues en la tragedia griega, el en el proceso de recuperación LITERATURA centro del escenario lo ocupan crítica y devolución sistemática. los héroes (los únicos en contac- 6. Otro elemento es el hecho Me atrevo a ubicar a esta no- to con los dioses). La vida coti- de que lo real es discontinuo, vela como parte de la socio-lite- diana tiene un espacio marginal está compuesto de elementos ratura, por acercase al siguiente a través del coro de mujeres, de diferentes y muchas veces yux- perfil: niños, de esclavos, pordiose- tapuestos sin una causalidad 1. Se trata de escribir la his- ros, inválidos, ancianos. Pero el única. Estos elementos son difí- toria de gente “sin historia”. Re- ciles de captar, pues surgen sú- constituir vivencias, costumbres, bitamente e incluso son influi- valores, cotidianidad que atra- dos por el azar. Por ello uno de viesa procesos de cambio. los riesgos es imponer la lógica 2. Se parte del hecho de que o fabricar un paradigma que no la vida es una historia con senti- existe. Hay que estar muy cons- do que por algún motivo es im- cientes de que la socio-literatura portante conocer y considerar. solo recoge fragmentos (es más Es decir, la vida es cognoscible lo que se escapa que lo aprehen- y portadora de conocimiento sible), pedazos de la realidad, relevante. pues ella toda es irrecuperable e 3. Se trata de revalorizar per- irreproducible. La metodología sonas, más que personajes. El lleva a encontrar, construir e in- personaje es el sobresaliente, terpretar imágenes con sentido. el héroe, el gran dirigente. Es 7. Todo esto ayuda a establecer un elemento público que vive a una relación adulta y libre entre el través de los ojos de los demás. texto y el lector, para que éste le Su vida es ejemplar y lógica. Es dé significación al relato extrayen- transparente y coherente en do sus conclusiones. Es decir la so- sus pensamientos y acciones. cio-literatura no plantea un texto Las personas comunes son los que solo admita una lectura, diri- que no hacen noticia, no dirigen coro tiene significado y senti- gida al convencido de antemano. ejércitos, ni gobiernos, ni pue- do, pues son parte de la trama, Va dirigida a afectar a un público blos, no han realizado descubri- son protagonistas colectivos. Se amplio no propagandizándolo, mientos fundacionales, y tam- trata, pues, de fijar la mirada en publicitándolo o agitándolo, sino poco son referentes ideológicos el coro. Los que son parte de la invitándolo a pensar y reflexionar de ninguna elite ni clase social. masa, y desde allí hacen su parte una realidad, y avanzar su con- Es decir son personas con una de la historia. Se trata de que las ciencia por caminos diferentes a vida interior, con coherencia e personas sean de carne y hueso, los estereotipados. incoherencias, absurdos y fraca- hablen de sí mismos, y sean pro- 8. La socio-literatura en cuan- sos. Su conducta no siempre es fundamente humanos. to a su forma es un punto equi- concordante con su contexto, ni 5. La socio-literatura tiene distante entre el testimonio y la son lineales. una metodología, un conjun- literatura. Hay cabida para el es- 4. Pero al mismo tiempo se to de métodos y técnicas. Los critor. Una historia nunca es lite- trata de una historia con sentido, llamados métodos cualitativos ral, la reinventa el que la cuenta pero heterogénea, contradicto- como el testimonio, historias de y la reinventa en que la escucha. ria y espontánea. Es lo que José vida, observación participante, Eso nada tiene que ver con la Nun llama la rebelión del coro, estudios de caso, proyectados verdad o con la mentira.

100 9. La socio-literatura usa mucho material del testimonio directo en la dialéctica de lo anecdótico y lo reflexivo que la anécdota suscita en relación a la experiencia. 10. La socio-literatura puede tener un protagonista central que es realmente el punto re- colector, el lugar de articulación de una o varias experiencias o situaciones. Ejemplo de textos de socio- literatura lo son La canción de Rachea, De la vida real, Galle- go y Biografía de un cimarrón del cubano Miguel Barnet; Ma- chí, un Kuna en la ciudad de Raúl Leis; Crónicas de la otra ciudad del chileno Carlos Piña e Historias de Racamandaca del colombiano David Sánchez Juliao. Los 29 episodios y casi 300 pá- ginas de Napasto del Dr. Basilio Dobras, meritoriamente Premio Centroamericano Rogelio Sinán en novela, constituyen una vi- gorosa expresión socio-literaria que se suma al acervo cultural de la bibliografía literaria nacio- nal y universal con originalidad y fuerza expresiva, destinada a cautivar a los lectores con las historias y andanzas de colecti- vidades aunque la obra lleve el nombre de un hombre.

¡Gracias, Basilio Dobras!

Muchas gracias a todos y to- das

Panamá, 28 de octubre 2009

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