Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, 27-29 enero 2005, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz, 2005. Evolución histórica de la morfología urbana y la tipología constructiva en el altiplano granadino

Francisco Javier Suárez Medina Francisco Antonio Navarro Valverde Ana Isabel Ortiz Serrano

Se presenta un resumen de nuestro trabajo en la cata- INTRODUCCIÓN logación y estudio de los elementos constructivos y arquitectónicos representativos de las distintas etapas La comarca del Altiplano se sitúa en el nordeste de la históricas en la formación de los núcleos urbanos de provincia de . Como su propio nombre indi- la comarca granadina conocida como «El Altiplano», ca, se identifica por su elevada altitud y su carácter publicado en septiembre de 2001 por la Diputación llano, estando constituida por la Hoya de Baza, como de Granada. zona más deprimida, rodeada esta por ramblas y ba- Se presenta el estudio de los núcleos urbanos del rranqueras que la ponen en contacto con el altiplano altiplano granadino, atendiendo a su emplazamiento, propiamente dicho, que a su vez esta bordeado por evolución histórica y formación de barrios, morfolo- una serie de sierras. Conforman el altiplano los mu- gía urbana y tipologías constructivas. nicipios de Baza, , , Castilléjar, Se establecen características generales de la , , , Cúllar, zona, mediante el análisis de las distintas morfolo- , Galera, Gor, , Huéscar, , Puebla gías urbanas (área troglodita, trazado medieval y de Don Fadrique y Zújar. morisco, trama moderna, ensanches del siglo Se pueden considerar como factores condicionan- XIX...), tipologías constructivas (la cueva, la casa- tes de la ubicación de los núcleos de la comarca los cueva, la casa morisca, la casa de pueblo, la casa siguientes: el ser zona de paso entre el levante y el hidalga, el cortijo, la posada...), y construcciones sur peninsular, como en el caso de Baza, Gor, Cú- singulares (fuentes, lavaderos, baños, balsas, ace- llar...; la proximidad a ríos que presentan corrientes quias, aljibes, eras, molinos, palomares, caleras,...), continuas todo el año permitiendo el riego de vegas, previamente catalogadas, incluyendo una descrip- como Benamaurel y Cortes de Baza; así como el tra- ción de los distintos elementos constructivos, y re- tarse de una antigua «zona de frontera», lo que deter- lacionadas con las distintas etapas y acontecimien- minó la ubicación en zonas de altura y serranía para tos históricos. favorecer una actitud defensiva, como es el caso de La ponencia incluye la representación cartográfica Castril de la Peña. de las distintas etapas de formación de los núcleos y Las margas, yesos y conglomerados de las ramblas de las distintas áreas según su morfología urbana, así y barranqueras, junto con la aridez y el contraste de como un reportaje fotográfico de los elementos cata- temperaturas diurnas y anuales, han contribuido al logados. desarrollo en la comarca de un hábitat muy peculiar, el troglodita. La climatología ha influido igualmente 1030 F. J. Suárez, F. A. Navarro, A. I. Ortiz en el desarrollo de una tipología edificatoria específi- ca, la vivienda serrana, aislada del exterior mediante reducción de vanos y huecos, y provista de comple- jos sistemas de canalización y almacenamiento de agua, algunos de ellos existentes ya en la época de los antiguos poblados ibéricos. La historia ha sido un factor decisivo en la confi- guración de la trama urbana de los pueblos de la co- marca. Con la llegada de la cultura musulmana en el siglo VIII, los asentamientos adoptan gran parte de su morfología actual, con calles tortuosas y estre- chas, y manzanas pequeñas, proliferando las cons- trucciones relacionadas con la cultura del agua, baños, balsas, acequias, pozos, fuentes..., constitu- yéndose la mezquita como centro del poder religioso y la alcazaba como centro del poder político y mili- Figura 1 tar, este último de mayor importancia, al situarnos en El altiplano granadino el medioevo en una «zona de frontera».1 La conquis- ta castellana, en un primer momento, y la expulsión de los moriscos, después, hace que aparezcan nuevos época medieval cuando comiencen a trazarse los nú- elementos constructivos, conviviendo o sustituyendo cleos urbanos tal y como hoy se conocen. De esta a los existentes; así la iglesia y los conventos sustitu- época son características las callejuelas estrechas y yen a la mezquita, la casa consistorial y la casa seño- sinuosas, formando manzanas pequeñas. Se trata de rial a la fortaleza; muchas acequias, balsas y baños un crecimiento en yuxtaposición sin orden ni lógica árabes se abandonan y destruyen, y se construyen pó- aparente, pero obedeciendo en realidad a un propósi- sitos, y abrevaderos, pozos y majadas trogloditas to consciente de intimidad y lucha contra el calor. El para el nuevo ganado castellano (la oveja segureña); principal exponente de este plan es el «adarve» o la población morisca se asienta en un primer momen- «azucaque», introduciéndose en las manzanas para to en las periferias de los núcleos, surgiendo el tro- dar acceso a las numerosas y pequeñas viviendas que gloditismo; el plano en cuadrícula se establece junto las forman, y a los que se accede con frecuencia me- al irregular musulmán, aunque con poca incidencia a diante pasadizos. En los núcleos de Baza y Zújar se causa del nulo crecimiento poblacional en estos si- encuentran numerosos ejemplos de adarves o azuca- glos. Las desamortizaciones decimonónicas aumen- ques. tan las tierras en cultivo, incrementando la población La ciudad medieval musulmana se estructura en y el trogloditismo, y generando los «ensanches» en medina y arrabales. La medina, ciudad amurallada, Baza, Caniles y Huéscar. La población burguesa abarca el núcleo político-militar (alcazaba), comer- construye los caserones mientras que la población cial (zoco), religioso (mezquita) y administrativo, jornalera se refugia en las cuevas. En el siglo XX, la con diversas puertas de acceso, nombradas según el emigración que padece la comarca en las décadas de camino al que se orientan, como la Puerta o Arco de los 60 y 70, provoca el abandono de gran cantidad de Baza, en Orce. Ejemplos de medinas se encuentran aldeas y barrios trogloditas. en Baza y Orce, conservándose restos de la alcazaba en todos los asentamientos urbanos de la comarca. Así, por ejemplo, los fosos de la alcazaba de Baza, EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA MORFOLOGÍA URBANA actualmente vías, se denominan Cava Alta y Cava Baja. Las torres y murallas se aprovecharon poste- Morfología medieval musulmana riormente para apoyar en ellas casas o para realizar en su interior viviendas. Los arrabales, o barrios a Aunque se conoce el origen ibérico o romano de to- extramuros, como los de Baza, Orce y Caniles, dis- das las poblaciones de la comarca, será a partir de la ponen de su propia mezquita o rábita, que era el pun- Evolución histórica de la morfología urbana 1031 to de confluencia, y que posteriormente se convirtie- ventos de religiosos (franciscanos, jerónimos, etcéte- ron en iglesias o ermitas, además de sus propios co- ra). Presentan numerosos elementos mudéjares,3 gó- mercios. ticos, renacentistas y en algunas de ellas se constru- En el urbanismo medieval musulmán, los barrios yen posteriores capillas para albergar imágenes tienen una gran importancia, configurándose como barrocas. Las ermitas, muchas de ellas antiguos mo- entes autónomos en los que habitan cada uno de los rabitos, y las que no lo eran, realizadas durante el diferentes clanes o etnias; los barrios de la medina fervor religioso del período barroco, se ubican en las son normalmente ocupados por las familias musul- afueras de los pueblos, junto a los caminos principa- manas que ostentan el poder económico, político y les, constituyéndose en lugares de reunión. Las pla- religioso; los barrios de los arrabales, son con fre- zas en las que se ubican las iglesias, conforman el cuencia mozárabes y judíos, como los situados en elemento central del barrio y del núcleo urbano, al Baza y Gor, con su aljama o sinagoga, o de nueva celebrarse en ellas los mercados, las fiestas e incluso población. las corridas de toros, además de establecerse la Casa señorial y la Casa Consistorial. Mientras que las pla- zas de las ciudades mayores se amplían, como es el Superposición urbanística cristiana caso de la Plaza Mayor de Baza, en los pequeños pueblos o aldeas se configuran nuevas, como las de La conquista castellana y la posterior expulsión de Orce, Galera o Cúllar, bien por no poseerlas anterior- los moriscos, genera un vacío urbano en el núcleo mente, o para diferenciar en mayor medida el viejo medieval, que es aprovechado por los repobladores. poblado medieval-musulmán del nuevo poblado re- No se produce por tanto la yuxtaposición de una nue- nacentista-cristiano. va ciudad renacentista, sino la superposición de ele- mentos urbanísticos como consecuencia del cambio de civilización; aparecen nuevos edificios religiosos Ensanche contemporáneo (iglesias) y civiles (ayuntamientos y casas señoria- les), y nuevos espacios públicos (la plaza mayor o la El desarrollo industrial experimentado en la comarca plaza del pueblo), que se insertan en el antiguo traza- durante el siglo XIX, origina en los núcleos la apari- do medieval, sustituyendo a los existentes, y centrali- ción del «ensanche urbano», a partir de la creación zando la vida de los nuevos habitantes. Por otro lado, de un viario más ancho y regular, y la disposición de se disponen vías y manzanas más amplias, viviendas avenidas y alamedas, y otros elementos estructuran- de mayor tamaño, y una red viaria más regular, aun- que en la mayoría de los núcleos, la pendiente del te- rreno y lo irregular del trazado existente impida la to- tal regularidad de calles y manzanas. La segregación de las etnias no dominantes a las periferias, genera los barrios de la morería2 en los antiguos arrabales medievales, que se tratan de castellanizar y cristiani- zar. Por tanto, la trama ortogonal se presenta poco desarrollada en los núcleos del altiplano granadino, con la bella excepción del núcleo urbano de Galera, en él que debido a su trágica historia de aquellos años, el núcleo medieval fue despoblado por comple- to, yuxtaponiéndose a él un trazado nuevo, en él que se pueden observar en toda su pureza las característi- cas de la ciudad renacentista. Las iglesias, edificadas todas ellas sobre las anti- guas mezquitas, estructuran la ciudad y los barrios de arrabales, cristianizando a la población morisca, a lo Figura 2 que contribuye igualmente el establecimiento de con- Iglesia mudéjar de Santiago en Baza 1032 F. J. Suárez, F. A. Navarro, A. I. Ortiz tes de la época como las fábricas, por ejemplo la re- molachera de Zújar, o las estaciones de ferrocarril, como en Baza. Igualmente, la desamortización de te- rrenos eclesiásticos, supone la edificación de vivien- das nuevas, de mayor altura, en los huertos existentes en el interior del casco urbano. Es un caso singular en la comarca el ensanche de Caniles, consistente en un trazado en cuadrícula de calles largas, anchas y rectas, que recorren el núcleo de norte a sur, conse- cuencia del crecimiento económico del pueblo du- rante el siglo XIX, a causa, en un primer momento, del auge del cultivo de la vid, y posteriormente, del cultivo de la remolacha azucarera.

Figura 3 El hábitat troglodita Trama urbana en Galera

La trama urbana en los barrios trogloditas aprovecha la topografía abarrancada de las laderas, presentando una estructura anárquica e irregular, utilizando las ramblas y cañadas como vías de acceso. General- mente el hábitat troglodita se asienta en la periferia del núcleo urbano, con la excepción de pueblos como Cuevas del Campo y Castilléjar, totalmente excavados. La toponimia de los barrios trogloditas, en nume- rosas ocasiones, ofrece indicios de que hubo cuevas en la comarca ya en época medieval, o si acaso, du- rante el siglo XVI. Los asentamientos trogloditas medievales, por su proximidad a las zonas de cultivo, están muy vinculados a las labores agrarias. Es en la Figura 4 segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del si- Trama urbana en Huéscar glo XX, cuando se desarrolla plenamente el hábitat troglodita, debido a la puesta en cultivo de tierras en los diferentes municipios, favorecida por las sucesi- vas desamortizaciones, junto a las épocas de sequía especialmente intensas en el Levante peninsular, lo que genera en la comarca una fuerte inmigración.

Desarrollo urbano en el siglo XX

Durante el siglo XX se incorporan al desarrollo ur- bano nuevos elementos constructivos, como la casa-cueva, las viviendas adosadas de una planta de las décadas 50 a 70, las viviendas unifamiliares aisladas y adosadas de finales del siglo, los bloques plurifamiliares, y las naves agroganaderas e indus- Figura 5 triales. Trama urbana en Caniles Evolución histórica de la morfología urbana 1033

Figura 7 Trama urbana en Zújar

sólidas. Actualmente se conservan algunos de estos elementos, si bien no todos se construyeron en época árabe, ni siquiera morisca. Ejemplos de vivienda mo- risca se encuentran aún hoy día en Baza y en Zújar. En Baza, en las antiguas Carnicerías (1568), con grandes y bien trabajadas zapatas de madera que sos- Figura 6 tienen el suelo de la galería, cubierta con teja árabe y Trama urbana en Castilléjar dos columnas de madera en la parte abierta a la calle. En Zújar se conservan aún muchas de las 480 vivien- das existentes en 1571 correspondientes a familias moriscas. TIPOLOGÍAS CONSTRUCTIVAS

La vivienda morisca La casa señorial

La vivienda morisca es de dimensiones reducidas, Se trata de la residencia de las familias aristocráticas generalmente de una o dos plantas, con pocos huecos que acompañaban a los Reyes Católicos durante la en su fachada. Se distribuye en torno a un patio cen- Reconquista. Se configura como el edificio que cen- tral, con galería en la planta alta que se abre con ba- traliza el poder político del pueblo, residencia del laustrada de madera y comunica con habitaciones de noble que vela por los pobladores del lugar. Se sitúa cielo raso en forma de artesonado. Su estructura es en la plaza o vía principal, siempre próxima a la de ladrillo, posteriormente enfoscado y blanqueado. Iglesia, y cuando no, con oratorio propio en el inte- Elementos constructivos frecuentes en la vivienda rior de su recinto. Es una construcción de gran solar, morisca son el «saledizo» y las «algorfas». El saledi- que se asemeja a un palacio, aunque con marcada in- zo es un balcón de gran dimensión en voladizo, cuyo fluencia rústica y local. Dispone de dos o tres plan- objeto es el de aumentar el reducido espacio de las tas de altura. La fachada principal suele presentar viviendas, llegando casi a unirse en la parte alta de portada clasicista, con vanos de considerable tama- las estrechas callejas. Las «algorfas», llamadas «so- ño, decorados con figuras geométricas, distribuidos brados» por los cristianos, son cámaras altas o, más de forma regular, variando su proporción de una frecuentemente, habitaciones sobre arcos entre dos planta a otra. La puerta principal de entrada es un casas, que a veces servían de apoyo a paredes poco gran portalón de madera. Los materiales empleados 1034 F. J. Suárez, F. A. Navarro, A. I. Ortiz en su construcción son fundamentalmente el sillar La vivienda troglodita pétreo o el ladrillo para los muros, la madera para la carpintería exterior, y la forja para los cerramientos La excavación de la cueva, se realizaba por los de ventanas. miembros de la familia que la habitaría posterior- La casa señorial dispone de un gran número de de- mente. En primer lugar se excavaba un gran túnel en pendencias, muchas de ellas de marcado carácter in- profundidad, perpendicular a la ladera, aprovechando dividual; en la planta baja presenta una amplia coci- los niveles litológicos más coherentes como techo. A na con horno y gran chimenea; una escalera de continuación se realizaba un túnel en paralelo a la la- grandes proporciones da acceso a la planta primera dera. El material que se extraía se iba aposentando donde se distribuyen numerosos dormitorios; en la delante de la excavación, allanando el terreno para planta superior suele presentarse una cámara. Algu- realizar la futura placeta, con funciones de era. La nas poseen también un torreón lateral de considera- cueva es una construcción nunca terminada, y sus- bles proporciones; por la parte trasera dispone de un ceptible de ampliación, mediante la excavación de gran corral, con caballerizas, y aposentos para los nuevas habitaciones, si las necesidades familiares así sirvientes. Constituyen ejemplos de casas señoriales lo requieren. Al techo se le da forma cimbreada bus- en la comarca, la casa de los Enríquez en Baza, y la cando un mejor comportamiento estructural, con la Casa del Duque de Abrantes y de los Marqueses de excepción de las cuevas de Galera, en las que debido Dos Fuentes en Orce. a la presencia de estratos yesíferos de gran compe- tencia, el techo se deja totalmente plano. A continua- ción, se elaboraba la fachada, y más tarde se excava- ba la chimenea, a la que se daba forma serpenteante para evitar que piedras u otros objetos pudieran caer en la comida. También se excavaban pequeños va- nos, situados anárquicamente en la fachada, que se completaban con una puerta de doble hoja en altura funcionando la superior como ventana. No existían puertas interiores, tan solo cortinas. En el «tejado na- tural» de la cueva se realizaban pequeños surcos que canalizaban el agua de lluvia hacia los lados, evitan- do la formación de goteras y derrumbes. En el rella- no que antecedía a la entrada se solían instalar «tina- os» de esparto, aleros de ramas o tejas, que preservaran un poco la fachada de las inclemencias del tiempo. La fachada se pintaba con cal mezclada con tierra. El suelo era variado (tierra, yeso, cemento, losetas, empedrados ó mosaicos), dependiendo de los recur- sos económicos de la familia. En las cuevas de fami- lias económicamente más pudientes, se colocaban contrafuertes en la fachada principal, y los vanos y ventanas se hacían más amplios y con mayor decora- ción, estando el interior «enlucido».4 En muchas de estas cuevas, las mejor elaboradas, aparecen dos plantas, destinándose la inferior para bodega, y ex- cepcionalmente en Galera, la parte superior se desti- naba a pajar o granero. La distribución interior de la cueva, a grandes ras- Figura 8 gos, es la siguiente: en la entrada aparece el distribui- Palacio de los Marqueses de Dos Fuentes en Orce dor o dependencia principal, en la que la familia pa- Evolución histórica de la morfología urbana 1035 saba la mayor parte del tiempo, que hacía también fortísima emigración padecida por los pueblos de la función de cocina, con chimenea de grandes dimen- comarca, generó recientemente un claro proceso de siones, en cuyo interior era frecuente ubicar el horno abandono de aquéllas, al que ha seguido en la actua- de pan; a medida que nos adentramos en la cueva, las lidad, un proceso de transformación de la cueva en habitaciones son más pequeñas y más bajas; general- casa-cueva mediante el añadido de pequeñas edifica- mente frente a la entrada y al fondo de la cueva, se ciones adosadas en las que se ubican los aseos, en- situaban las cuadras y el pajar;5 a ambos lados de la foscado de paramentos, disposición de solería... etcé- cocina, se disponen los dormitorios; y por último, tera, constituyéndose en segunda vivienda familiar. existía algún pequeño cuarto de «enreos». El no responder la cueva a las exigencias de higie- ne y confort actuales, (luz eléctrica, agua potable, al- cantarillado, tráfico rodado, etcétera), además de la

Figura 11 Fachada de vivienda troglodita en Cortes de Baza

Figura 9 Proceso de elaboración de vivienda troglodita La vivienda serrana

En las aldeas y cortijos de la Sierra de Baza, hoy convertidos en ruinas en la mayor parte de los casos, existe un tipo de arquitectura popular rica en valores estéticos y soluciones constructivas, con profundas raíces históricas y culturales, ya que se originan tras el refugio de la población morisca en la sierra tras la conquista castellana. Emplea materiales como la pie- dra del lugar para sus muros, la madera, y la «launa» (filitas), o las lajas de esquisto (pizarras) para sus cu- biertas, integrándose de una forma perfecta en el pai- saje serrano. Se distinguen hasta dos tipos de varian- tes: a) las construcciones de zonas en las que dominan los micasquistos, que poseen cubiertas de «pizarra»; y b) en las zonas en las que predominan calizas, dolomías y filitas, los terrados o cubiertas se hacen de launa o «tierra roja»(filitas trituradas), aprovechando su poder impermeabilizante. Figura 10 Los muros de estas casas serranas son muy grue- Distribución interior en vivienda troglodita sos, con las piedras trabadas de barro y sin cimenta- 1036 F. J. Suárez, F. A. Navarro, A. I. Ortiz ción. En sus esquinas se colocaban unas piedras lar- ocupación, en doble o triple crujía, tiende a colmatar gas y del mayor canto posible, que recibían el nom- toda la parcela, no existiendo patios, que en todo bre de «trabas». En estos muros se iban dejando los caso se disponen en la parte trasera de la misma, jun- huecos de puertas y ventanas, a medida que se levan- to con las cuadras y otras dependencias. La edifica- taban, y en la coronación se apoyaba el forjado, reali- ción se desarrolla en dos o tres plantas de altura, con zado con madera y «asfalgias» (rollizo de gran diá- cubierta a dos aguas, siendo la última planta de me- metro, partido diametralmente por la mitad), nor altura en fachada y constituyendo el altillo. A ve- continuando con el «teillo» (listón de madera o trozo ces, disponen de una bodega en el sótano. Con res- de pizarra) y terminando con el «malhecho» (capa de pecto a los materiales empleados, destacan la piedra barro de unos diez centímetros de espesor), que ser- (caliza, piedras de cantera, fragmentos rodados, etcé- vía como solería para el piso superior o como apoyo tera) y el yeso, estando los muros cubiertos de cal, del faldón de cubierta. Las ventanas que se abren en excepto un pequeño zócalo. Presentan disposición estos muros son de dimensiones muy reducidas, y es- formal de huecos y gradación de tamaños según altu- casas en número, tanto para evitar las pérdidas de ca- ras, diferenciándose el tipo de huecos según la plan- lor del interior de las viviendas, como para salvar la ta, siendo representativos los grandes y numerosos dificultad técnica de tratarse de muros de carga con balcones en la planta primera. Empleo abundante de fuertes presiones verticales. Las puertas, también de madera en la carpintería interior: puertas, barandas dimensiones reducidas, se presentan divididas en dos de escaleras, lacenas, etcétera. Los huecos llevan ce- mitades. En algunas viviendas es característico el rramientos de forja como elemento decorativo. Se «mirador» o «tinado», especie de terraza de baja al- empleaba teja árabe con tablazón y vigas de madera tura, techada y abierta en su frente, protegida con una en tejado y techos. balaustrada de madera, aprovechándose como seca- dero. Para las vigas se empleaban troncos de álamo negro sin desbastar, aunque también se empleaban Construcciones derivadas de la cultura del agua para éste y otros usos el álamo blanco, el pino o la encina. Los «teillos» de los techos y cubiertas se ha- Como consecuencia de la desarrollada cultura del cían de listones o varas de chopo y de cañizo. Los agua propia en la civilización musulmana, se encuen- suelos eran de tierra apisonada, de lajas de piedra, y tran en la comarca numerosas construcciones deriva- sólo en algunos casos de losetas de barro o de plan- das de ella. Se pueden resaltar: a) las fuentes o caños; chas de madera. hay que mencionar que en Zújar cada barrio poseía La estancia principal la constituye la cocina con chimenea, a la que solía estar adosado el horno. Los dormitorios se sitúan alrededor de la cocina, y cuan- do existe una segunda planta se dedica a granero y solana. Con frecuencia, la cuadra también estaba en el interior de la vivienda. Otras veces, cuadras y co- rrales forman construcciones algo alejadas de la pro- pia vivienda: marranera para los cerdos; gallinero y corraliza para el ganado; cuadra para las caballerías y cuarto para los aperos de labor.

El caserón burgués

Situados en las principales vías de los pueblos, los caserones burgueses se remontan a la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, conse- cuencia de la desamortización de Mendizábal y el Figura 12 acopio de tierras por una nueva clase burguesa. La Caserón burgués en Galera Evolución histórica de la morfología urbana 1037

piedras del molino y que encerraba las «maquina- rias» de madera, y la vivienda del molinero; b) las eras de dos tipos: de piedra, en las que sus construc- tores, además de las grandes lajas planas, necesarias para rodar el trillo, empleaban pequeños cantos de cuarcitas de diversos colores para crear un bello efecto visual de círculos concéntricos; o de tierra, si- tuadas estas últimas en las poblaciones de la depre- sión de Baza, donde la piedra escasea; c) los paloma- res, de tres tipos: los palomares que ocupan los remates de los edificios y sus huecos exteriores; los palomares con nichos o celdillas hechas mediante pe- queñas lajas de piedra, habituales en la Sierra de Baza; y los que ocupaban las paredes interiores de Figura 13 una cueva, de origen medieval; d) las cercas, de ori- Caserón señorial en Galera gen medieval, y realizadas con muretes de mampos- tería, predominan en la huerta de Baza, las cuales se- paran unos huertos de otros y contienen el terreno en su caño, para el aprovisionamiento de agua de los ve- las zonas de avenidas de agua de las ramblas; e) los cinos; b) los baños árabes, de los que solo queda el pósitos, como los aún existentes en Baza, Caniles, «Baño de la Judería» de Baza, de antigüedad anterior Cúllar, Huéscar, Orce, y Zú- al siglo X, representando el típico arte califal, dispo- jar, todos del siglo XVIII, cumpliendo estas naves niendo de tres salas principales; sus muros, arcos y además de la función de granero otras diferentes, pilares se realizaron con ladrillos unidos por argama- como la de teatro, o el de Baza, que albergó a la Real sa de cal y arena; las bóvedas son de cañón ilumina- Sociedad Económica de Amigos del País, empleán- das por lumbreras en forma de estrella de David (seis dose en ellos recursos de tradición mudéjar, cajones puntas); c) los aljibes; hay que mencionar el situado de mampostería dispuestos regularmente entre ma- en el Cortijo de las Fuentes de Freila, con cubiertas chones e hiladas de ladrillo y cubiertas de teja árabe, abovedadas trasdosadas, o los de Gorafe, en donde se con zócalos y portada de sillería; f) las bodegas y ja- aprovecha la gruesa capa de caliza superior permea- raiz para el vino, con un largo pasillo y cubículos la- ble, como cubierta de un recipiente en el que la base terales, en los que se colocaban las tinajas, cuyos está formada en parte por otra capa impermeable de ejemplos aún se pueden encontrar en los pueblos de material arcilloso; d) numerosas acequias, fundamen- Benamaurel (Cueva del Tío Tinajas), Caniles, o Ga- tales para el riego de las vegas; se introducían en el lera; g) los refugios de pastor trogloditas; o h) los po- viario de Baza, Gor y Orce, o se excavaban en la zos de nieve, del que solo queda un ejemplo en el roca madre, como ocurría en Zújar; e) las balsas para «Pozo de la Nieve», situado en los «Prados del Rey», el riego, como las existentes en Orce, o Valcabra construcción ligada al aprovechamiento tradicional (Caniles). de los neveros de alta montaña para la obtención de hielo.

Arquitectura de producción CONCLUSIÓN Se pueden citar otro tipo de construcciones relacio- nadas con la actividad productiva: a) los molinos de En los pueblos del altiplano granadino, las diferentes agua, de los que se encuentran numerosos ejemplos a tramas urbanas y elementos arquitectónicos, consti- lo largo de los principales cursos de agua y arroyos tuyen el reflejo de los distintos períodos históricos y serranos, con la acequia, la alberca, el recio cubo y la de las circunstancias sociales, culturales y económi- propia construcción, bajo la que se abría el «cárca- cas características de cada uno de ellos. Sobre el tra- vo» que devolvía el agua al río después de mover las zado urbano irregular generado en el período medie- 1038 F. J. Suárez, F. A. Navarro, A. I. Ortiz val-musulmán, en asentamientos divididos espacial y configuración del asentamiento urbano como un mo- socialmente en medina y arrabales, con peculiares saico de huellas de los diferentes componentes histó- elementos constructivos, religiosos (mezquitas), polí- ricos, culturales, religiosos, económicos y sociales, tico-militares (alcazaba), agrarios y/o relacionados propios de la comarca. con la cultura del agua (caños, baños, aljibes, ace- quias, balsas, palomares o cercas), y una tipología es- pecífica de vivienda, la vivienda morisca, la etapa NOTAS moderna genera una mayor diferenciación social y étnica, surgiendo los barrios de la morería y las vi- 1. De ahí, por ejemplo, proviene el topónimo de Cortes de viendas troglodita y serrana ocupadas por población Baza. morisca, cuyas casas son habitadas por repobladores, 2. Morería es un topónimo que aún pervive en barrios de sustituyéndose la mezquita por la iglesia, la alcazaba Baza, Castilléjar y Orce, seguramente procedente de por la casa señorial y la casa consistorial, el «alhori» aquella época. por el pósito, el zoco por la plaza...; es decir, se pro- 3. Son los moriscos autóctonos los encargados de cons- duce la superposición de elementos culturales caste- truir las iglesias, por sus elevadas cualidades para todos llano-cristianos sobre la antigua estructura medieval- los oficios, su extremada laboriosidad y su coste labo- musulmana, con la excepción del núcleo de Galera, ral reducido. De su excelente trabajo han quedado como huella los bellos y artísticos artesonados. que debido a su trágica historia desarrolla una trama 4. Cuando en paredes y techo se observan los cortes de ortogonal yuxtapuesta. los picos, se dice que todavía la cueva está sin enlucir, El tímido desarrollo industrial comarcal del y cuando se han ocultado tales señales se dice que está siglo XIX, queda plasmado en la evolución de la tra- «enlucía». ma urbana, por el desarrollo en toda su magnitud del 5. En algunas cuevas, existían pequeños conductos entre fenómeno troglodita, y la modesta aparición del «en- la cuadra y los dormitorios que permitían aprovechar el sanche urbano», con proliferación del caserón bur- calor de los animales domésticos. gués y la incorporación de nuevos elementos estruc- turantes del asentamiento, como avenidas, parques y jardines, fábricas, estaciones de tren..., redundando LISTA DE REFERENCIAS de nuevo, en la división socioeconómica de la ciu- dad. La incorporación de elementos constructivos y Suárez Medina, F. J.; et al. 2001. Estudio de los asenta- morfológicos actuales como viviendas unifamiliares mientos urbanos en la provincia de Granada. Volumen o plurifamiliares, polígonos industriales... ultima la 1: El Altiplano. Granada: Diputación de Granada.