ASTURIAS SIGLO XXI

CUDILLERO La presión del cambio metropolitano

Cudillero en un concejo bajo fuertes presiones de cambio: de accesibilidad, actividades, empleo, funciones…que necesita apoyarse en las políticas de ordenación del territorio para encauzar los procesos de crecimiento abiertos

Cudillero en un concejo en proceso de integración metropolitana, en los flujos y procesos económicos que caracterizan al espacio urbano central de , el que concentra población, actividad económica y crecimiento. El fuerte proceso de cambio de este territorio, antes pesquero y rural, en las dos últimas décadas apunta hacia una diversificación de la producción económica y del empleo. El efecto de las expectativas de crecimiento futuro, abierto por las nuevas comunicaciones que permitirán su integración definitiva en el área metropolitana, ya es bien visible en la actualidad. El empleo en la ganadería y la pesca, que aún suponía hace diez años el 50% del total y más de 1.000 activos ha pasado a la mitad y a representar un 27%. La ganadería lechera se reduce hoy a solo 50 explotaciones, modernizadas y redimensionadas, con una producción que supera las 7.000 Tm, menos que hace diez años. Producción, cabezas y explotaciones han descendido en la última década. En cambio se mantienen las explotaciones (150) y la cabaña ganadera de producción cárnica, algunas reconvertidas de anterior producción láctea. El sector pesquero mantiene una importancia que va más allá de lo económico y enlaza con la identidad y la propia imagen del concejo. El papel predominante en la actividad económica local, ha pasado, como en casi todos los concejos costeros asturianos, al sector terciario, que mantiene unos 800 empleos, que son hoy la mitad del total. Ha aumentado también el empleo industrial, de forma notable (15% del empleo) y mantiene su importancia la construcción, ligada al reforzamiento de la función residencial. La futura autovía y la localización de sus enlaces junto a la política de suelo empresarial permite pensar en una tendencia al aumento de la actividad en estos sectores. El concejo destaca hoy, en Asturias, como el de mayor presencia porcentual de viviendas de segunda residencia (más del 40%) al oeste del Cabo Peñas, un fenómeno en el que también destacan Gozón y Tapia. La mejora de las comunicaciones por carretera, aún inconclusa, ha permitido el refuerzo y la puesta en valor del atractivo paisajístico de la rasa de Cudillero para la función residencial. El reto del próximo futuro, del proceso de integración metropolitana y de la finalización de la autovía del Cantábrico es la atracción de población de primera residencia que dé continuidad y aumente el sentido positivo del saldo migratorio de la última década, que no alcanza aún a compensar el desfase entre defunciones y nacimientos, ni la continuidad del declive en las parroquias y pueblos altos del concejo, en el extenso territorio de San Martín de Luiña y Faedo. El concejo se ha dotado de equipamientos e infraestructura turística de notable dimensión: 50 establecimientos hoteleros y 800 plazas de alojamiento, más 1.400 de acampada hablan claramente de la apuesta por el sector turístico. Sin embargo las características físicas de la capital (1.700 habitantes) no han permitido su crecimiento, que se localiza, sobre todo, en la vecina parroquia de San Juan de Piñera, sobre la rasa, donde está buena parte de la construcción de segunda residencia (Villademar). En menor medida sobre la de Piñera, en la que los núcleos tradicionales de La Atalaya y Aroncés aún muestran una tendencia declinante, como la propia capital. En general las nuevas expectativas hacen que los principales pueblos de la rasa muestren hoy leves crecimientos recientes. Es el caso de Santa Marina, , Oviñana, Soto de Luiña, Lamuño o Salamir. El papel de las comunicaciones y el atractivo paisajístico juegan aquí a favor de la continuidad de este crecimiento. Esta difusión del crecimiento sobre varios núcleos costeros presenta también riesgos: la superación del marco normativo de ordenación del territorio y la urbanización lineal de la rasa, con acotación de espacios litorales, que es necesario evitar para asentar el crecimiento y vincularlo a los pueblos y al poblamiento ya existentes. La potenciación del poblamiento, evitando nuevas urbanizaciones segregadas, debe apoyar también la mejora de los equipamientos y servicios públicos y en el caso de la capital, la mejora de la relación entre las grandes infraestructuras existentes y las actividades terciarias y turísticas. Sobre todo para evitar disfunciones, pérdida de calidad en los servicios fundamentales y efectos negativos sobre la capacidad de crecimiento futuro. En la capital, la potenciación de usos portuarios tradicionales y deportivos, el desarrollo de áreas empresariales vinculadas al puerto y los enlaces de la autovía, la habilitación de un espacio de playa y la ordenación de su crecimiento sobre las parroquias vecinas suponen hoy retos de primer orden. Cudillero es hoy, como el conjunto de concejos costeros donde el fenómeno turístico y residencial muestra un mayor dinamismo (Ribadedeva, Llanes, Ribadesella, Colunga, Villaviciosa, Gozón, Tapia), un espacio en fuerte dinámica de cambio, ante el que se han abierto expectativas de crecimiento y riesgos a evitar, a partir del ejemplo de otros territorios costeros españoles. La base económica diversificada, la articulación de Cudillero en la red de comunicaciones terrestres y en el ámbito metropolitano, su potencial residencial, la potencia del equipamiento portuario y turístico, el crecimiento moderado de los pueblos de la rasa, invitan a pensar en una continuidad del aumento de la actividad y del empleo. De la propia sociedad local depende que este crecimiento aumente el valor del territorio o lo derive a procesos de desorden y degradación. Las condiciones de partida son buenas y las posibilidades muchas si se siguen criterios de crecimiento ordenado y sostenible.