Escuela Internacional de Doctorado
Luis Alfredo Espinoza Espinoza
TESIS DOCTORAL Formulación de un helado de leche y castaña (Castanea sativa Miller) y valoración de alternativas para mejorar sus características de salubridad
Dirigida por los doctores Francisco Javier Carballo García y Juan Antonio Centeno Domínguez
Año 2017
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Escuela Internacional de Doctorado
Francisco Javier Carballo García y Juan Antonio Centeno Domínguez, Catedrático y Profesor Titular del Área de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Vigo,
HACEN CONSTAR que el presente trabajo, titulado “Formulación de un helado de leche y castaña (Castanea sativa Miller) y valoración de alternativas para mejorar sus características de salubridad”, que presenta Don Luis Alfredo Espinoza Espinoza, fue elaborado bajo su dirección en el programa de doctorado en “Ciencia y Tecnología Agroalimentaria” y cumple los requisitos para optar al título de Doctor por la Universidad de Vigo.
Ourense, 25 de septiembre de 2017.
Los Directores de la tesis de Doctorado
Francisco Javier Carballo García Juan Antonio Centeno Domínguez
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AGRADECIMIENTOS
Agradezco profundamente a los Doctores Francisco Javier Carballo García y Juan Antonio Centeno Domínguez, ya no solo por haber sido mis directores de tesis y responsable de un grupo de trabajo, sino más bien por sus cualidades humanas y su disposición en apoyarme en los momentos más importantes, y compartir sus experiencias.
A Francisco, Jorge, Noemí, Miriam, Lucía, Alda y demás compañeros del laboratorio, en verdad les agradezco por todo su apoyo durante mi estancia, así como los buenos momentos que hemos compartido durante estos años.
A los colaboradores del Centro Tecnológico de la Carne, en especial a José Manuel Lorenzo y su equipo de trabajo, por su ayuda durante las pruebas sensoriales y determinación de compuestos volátiles de los productos en estudio.
A mi familia, A ti luz Moreno quien junto a Laia tuvieron que pasar por momentos difíciles cuando yo no estuve junto a ustedes durante este tiempo, A mi Madre Santa Teresa y mi hermana Rosalía por darme ánimos permanentemente, quiero hacer mención también al tío Elías a quien debo una parte importante de mi formación, quien junto a los abuelos Víctor y María me enseñaron que con valores y esfuerzo se superan todo tipo de dificultades en nuestro paso por esta vida terrenal. Con mucho aprecio y dedicación para todos ustedes…
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ÍNDICE
Página
RESUMEN 7
I. INTRODUCCIÓN 12
I.1. EL HELADO, NATURALEZA, ORÍGENES E IMPORTANCIA .13
I.1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS 14
I.1. 2. DEFINICIÓN GENERAL Y CLASIFICACIÓN DE LOS HELADOS 16
I.1.2.1. Helado de crema 16
I.1.2.2. Helado de leche 17
I.1.2.3. Helado de leche desnatada 17
I.1.2.4. Helado 17
I.1.3. PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE HELADOS 18
I.1.4. PROCESO TECNOLÓGICO DE LA ELABORACIÓN DEL HELADO 22
I.1.4.1. Formulación 22
I.1.4.2. Recepción de las materias primas e ingredientes 25
I.1.4.3. Preparación de la mezcla de helado 25
I.1.4.4. Pasteurización y homogeneización de la mezcla 25
I.1.4.5. Maduración de la mezcla 26
I.1.4.6. Batido de la mezcla en frío con incorporación de aire 27
I.1.4.7. Moldeado del helado 28
I.1.4.8. Congelación del helado 28
I.1.4.9. Envasado – congelado del helado 29
I.1.4.10. Almacenamiento y distribución del helado 29
I.2. MATERIAS PRIMAS E INGREDIENTES DEL HELADO 30
I.2.1. LA LECHE 30
I.2.1.1. Producción y consumo de leche 31
I.2.2. LA CASTAÑA 35
I.2.2.1. Principales características de castañas en Galicia 36
I.2.3. LA GRASA VEGETAL EN LE HELADO 37
I.2.4. LOS EDULCORANES 38
I.2.4.1. Los edulcorantes sacáridos 39
4
I.2.4.2. Los edulcorantes no sacáridos 46
I.2.5. LOS EMULSIONANTES 49
I.2.5.1. Los fosfolípidos 50
I.2.5.2. Las proteínas 51
I.2.5.3. Los polisacáridos 52
I.2.5.4. Los biosurfactantes y bioemulsionantes 53
II. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS DE LA TESIS DOCTORAL 56
II.1. OBJETIVOS 58
II.1.1. OBEJTIVO GENERAL 58
II.1.2. OJETIVOS ESPECÍFICOS 58
III. MATERIALES Y MÉTODOS 60
III.1. PRODUCTOS QUÍMICOS Y MEDIOS DE CULTIVO 61
III.2. MATERIAL DE LABORATORIO 61
III.3. METODOLOGÍA GENERAL 64
III.3.1. SELECCIÓN DE LA FÓRMULA BASE PARA UN HELADO
DE LECHE ENTERA Y CASTAÑA (Castanea Sativa, Miller) 64
III.3.1.1 Determinación del tipo de castaña a emplear en las
formulaciones del helado 64
III.3.1.2. Tratamiento de las castañas para obtener los tropiezos 65
III.3.1.3. Preparación de las mezclas de helado 65
III.3.1.4. Análisis sensorial de las diferentes formulaciones
del helado 66
III.3.2. ELABORACIÓN DE UN HELADO MÁS SALUDABLE (SIN COLESTEROL (GRASA DE ORIGEN ANIMAL), SIN AZÚCARES (CON EDULCORANTES HIPOCALÓRICOS), SIN GOMAS SINTÉTICAS (CON GOMA DE TARA – Caesalpinia Spinosa)) EMPLEANDO UNA BASE DE HELADO DE CASTAÑA 66 III.3.2.1. Elaboración de las formulaciones 66
III.3.2.2. Elaboración de los helados 68
III.3.3. DETERMINACIÓN DE LA COMPOSICIÓN QUÍMICA (EXTRACTO SECO, MATERIA GRASA, PROTEÍNAS, CENIZAS Y CARBOHIDRATOS) Y PARÁMETROS FISICOQUÍMICOS (pH, ACIDEZ TITULABLE, COLOR, % DE DERRETIMIENTO) DE LAS FÓRMULAS DE HELADOS 71
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Página IIII.3.3.1. Determinación de la composición química del helado de castañas 72 III.3.3.2. Determinación de los parámetros físico-químicos 81 III.3.4. DETERMINACIÓN DEL PERFIL DE ÁCIDOS GRASOS TOTALES DE LAS FÓRMULAS DE HELADO 83 III.3.4.1. Metilación de los ácidos grasos del helado 83 III.3.4.2. Separación, identificación y cuantificación de los ácidos grasos 84 III.3.5. DETERMINACIÓN DE LOS COMPUESTOS VOLÁTILES DE LAS FÓRMULAS DE HELADO 86 III.3.5.1. Extracción de compuestos volátiles 87 III.3.5.2. Análisis cromatográfico (GC/MS) 88 III.3.5.3. Identificación 90 III.3.6. ANÁLISIS MICROBIOLÓGICO DE LAS FÓRMULAS DE HELADO 92 III.3.6.1. Homogeneización de las muestras y preparación de las diluciones 92 III.3.6.2. Recuento e investigación de los diferentes grupos microbianos 92 III.3.7. MÉTODOS PARA EL ANÁLISIS SENSORIAL DE LOS HELADOS 95 III.3.7.1. Materiales 95 III.3.7.2. Elección del preparado de castaña a emplear en la formulación de los helados 97 III.3.7.3. Evaluación sensorial de las formulaciones de helado control y de las preparadas con diferentes ingredientes saludables 101 III.3.8. ANÁLISIS ESTADÍSTICO 104
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 105
IV.1. ELECCIÓN DEL PREPARADO DE CASTAÑA A EMPLEAR EN LA FORMULACIÓN DE LOS HELADOS 106 IV.2. ELABORACIÓN DE UN HELADO SIN COLESTEROL (GRASA DE ORIGEN ANIMAL), SIN AZÚCARES (CON EDULCORANTES HIPOCALÓRICOS), SIN GOMAS SINTÉTICAS (CON GOMA DE TARA – CAESALPINIA SPINOSA) EMPLEANDO UNA BASE DE HELADO DE CASTAÑA 109 IV.3 COMPOSICIÓN QUÍMICA PROXIMAL (EXTRACTO SECO, MATERIA GRASA, PROTEÍNAS, CENIZAS Y CARBOHIDRATOS) Y PARÁMETROS FISICOQUÍMICOS (pH, ACIDEZ TITULABLE, COLOR, % DE DERRETIMIENTO) DE LAS FÓRMULAS DE HELADOS DESARTOLLADAS 115 IV.3.1. COMPOSICIÓN QUÍMICA PROXIMAL DE LAS FOMULACIONES DE HELADOS 115
IV.3.2. PARÁMETROS FISICOQUÍMICOS 128 IV.4. DETERMINACIÓN DEL PERFIL DE ÁCIDOS GRASOS TOTALES DE LAS FORMULACIONES DE HELADO 134
IV.5. PERFIL DE COMPUESTOS AROMÁTICOS VOLÁTILES DE LAS FORMULACIONES DE HELADO 142
IV.6. CALIDAD MICROBIOLÓGICA DE LAS FORMULACIONES DE HELADO DESARROLLADAS 157 6
Página IV.7. EVALUACIÓN SENSORIAL DE LAS FORMULACIONES DE HELADO CONTROL Y DE LAS PREPARADAS CON DIFERENTES INGREDIENTES SALUDABLES 165 IV.7.1. PRUEBA DE PREFERENCIA CON ORDENACIÓN 165 IV.7.2. ANÁLISIS DESCRIPTIVO 168
CONCLUSIONES 172
BIBLIOGRAFÍA 175
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RESUMEN
En la Comunidad Autónoma de Galicia, existe una elevada producción de leche, con entregas totales de 2,6 millones de toneladas anuales, representando el 37,6% de la producción nacional de España. Los precios de mercado al productor, no obstante, son bajos, situándose en valores medios de 29,8 céntimos de euro el litro. La castaña (Castanea sativa, Miller), de la que Galicia es un productor también destacado, es un fruto de carácter estacional, de buenas cualidades nutritivas que se consume de modo directo o se transforma en harina, castaña en almíbar, y marrón glacé. No obstante, se encuentra escasamente valorizada, y una parte importante de la producción no se recoge y queda en los castañares como pasto para la fauna salvaje. Una posibilidad de dotar de mayor valor añadido a estos productos podría ser la elaboración de un alimento que incorporase ambos, y que gozase de gran aceptación entre los consumidores. El helado parece ser un producto que cumple tales requisitos. Por otra parte, los problemas de salud ligados a una incorrecta alimentación son verdaderamente preocupantes en los países industrializados; el índice de obesidad en niños se ha triplicado en los últimos años, y hay cada vez más evidencias científicas de la relación entre la alimentación y algunas dolencias como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Los consumidores son progresivamente más exigentes y buscan alimentos diferentes, nuevos, más impactantes y sorprendentes, pero también cada vez más seguros y saludables.
Con estos antecedentes, el objetivo de este estudio fue formular un helado de leche y castaña y valorar alternativas en sus ingredientes para obtener un producto más saludable. El estudio se desarrolló en dos etapas, la primera consistió en formular un tipo de helado de leche y castañas, con buenas características organolépticas; sobre una base de helado comercial, se incorporaron cinco presentaciones diferentes de castaña (harina de castaña, castaña en tropiezos, una mezcla de ambos, castaña en almíbar, y glasé de castañas). En la segunda etapa, tomando como base la formulación mejor valorada en la primera fase, se elaboraron 8 formulaciones distintas, aplicando un diseño factorial de 2x2x2, habiéndose considerado tres variables principales de sustitución (materia grasa, edulcorantes y estabilizantes) con
8 dos alternativas para cada una. Para la variable materia grasa, se emplearon como alternativas nata láctea con el 35% en grasa láctea y grasa vegetal (aceite de oliva); para la variable edulcorante se emplearon como alternativas sacarosa y una mezcla de eritritol (E-968) y glucósidos de steviol (E-960) al 2,4%; finalmente, para la variable de estabilizante se emplearon como opciones carboximetilcelulosa (CMC) y goma de tara (Caesalpinia spinosa). Seguidamente se caracterizaron las 8 fórmulas de helado y se compararon entre ellas. En cada fórmula se analizó la composición química proximal, los parámetros fisicoquímicos más relevantes, los contenidos en ácidos grasos y compuestos volátiles, la calidad microbiológica y la calidad sensorial.
Como resultado se han obtenido 8 formulaciones distintas de helado de leche y castaña, variando desde un helado comercial hasta uno sin grasa de origen animal, con la goma de tara como estabilizante y sin azúcar. El extracto seco muestra valores semejantes para todas las formulaciones, entre 37,1 y 39,8%, por lo que se concluye que las fórmulas han sido adecuadamente equilibradas en relación al porcentaje de sólidos, grasa y agua. Las fórmulas que no contienen sacarosa presentan valores proteicos superiores (10-12%), mientras que aquellas formulaciones que contienen sacarosa tienen contenidos que oscilan entre 4 y 5%; esta circunstancia es debida a la cantidad adicional de leche en polvo que se empleó para sustituir el porcentaje de sólidos que suponía la diferencia entre el uso de azúcar y una mezcla de estevia y eritritol al 2 %. Similar fenómeno se observa en relación a las cenizas, cuyos valores para las formulaciones que no contienen azúcar se situaron alrededor del 2,1 y 2,3%, mientras que en las fórmulas que contienen sacarosa estos valores oscilaron entre el 0,75% y el 1,1%. El contenido de grasa total se mantuvo en las distintas formulaciones entre el 4,2 y el 6,4%. Se ha observado que los helados muestran un pH cercano a la neutralidad, y la coloración es bastante semejante entre todas las formulaciones; el porcentaje de derretimiento es superior al 90% en las formulaciones que contienen sacarosa, mientras que los helados elaborados con estevia como edulcorante alcanzaron porcentajes de derretimiento menores a 16%, siendo aparentemente más estables.
El perfil de ácidos grasos de las fórmulas de helado refleja la naturaleza de la grasa mayoritaria utilizada en su elaboración, con ligeras modificaciones provocadas por la presencia de la grasa aportada por la castaña. Las muestras
9 de helados cuya formulación contiene grasa láctea, muestran como principales ácidos grasos el ácido palmítico, oleico, mirístico, esteárico y linoleico. Los helados formulados empleando aceite de oliva presentan el ácido oleico como ácido graso mayoritario, seguido de los ácidos palmítico y linoleico.
Los compuestos volátiles detectados en todas las formulaciones que presentaron las mayores abundancias fueron el éter anetol y el aldehído hexanal. El origen del anetol ha de atribuirse al aroma de anís empleado en la preparación de las mezclas, en tanto que el hexanal procede probablemente del ácido linoleico presente en la grasa láctea, en la castaña y en su harina, o en el aceite de oliva empleado como ingrediente saludable.
El alcohol 1-octen-3-ol, generado a partir de la degradación oxidativa del ácido oleico, se detectó únicamente en los helados preparados con aceite de oliva, mientras que las abundancias de las metilcetonas 2-heptanona y 2- nonanona fueron significativamente mayores en los helados elaborados con grasa láctea. Los monoterpenos α-pineno, D-limoneno y β-ocimeno, procedentes de las castañas o de la leche, estuvieron presentes en la mayoría de las formulaciones.
En todas las formulaciones se determinaron los recuentos de bacterias aerobias mesófilas totales, bacterias aerobias psicrótrofas totales, bacterias halotolerantes, bacterias lácticas, enterobacterias y mohos y levaduras, observándose recuentos bajos de todos los grupos microbianos en todas las fórmulaciones. Todas ellas mostraron ausencia de Salmonella spp. y de Listeria monocytogenes. En razón de los resultados observados, todas las formulaciones desarrolladas cumplen con lo establecido en la normativa vigente sobre calidad microbiológica de helados (Reglamento (CE) No 1441/2007).
En relación con los resultados del análisis sensorial, se observó una preferencia general de los evaluadores por las formulaciones que contienen sacarosa frente a aquellas elaboradas con el edulcorante acalórico. La formulación preparada con aceite de oliva, sacarosa y goma de tara fue valorada con puntuaciones similares a las asignadas al helado control.
En la prueba de análisis descriptivo, los helados formulados con sacarosa presentaron puntuaciones más altas para los descriptores dulzor y
10 suavidad en boca que los preparados con el edulcorante acalórico. Los resultados parecen sugerir que los panelistas participantes en la prueba de preferencia valoraron en mayor medida los atributos específicos “suavidad en boca” y “dulzor” que el atributo “aroma a castaña”.
En vista de los resultados obtenidos, se concluye que es posible formular un helado de leche y castañas sustituyendo completamente la grasa de origen animal por aceite de oliva. También se pueden sustituir los estabilizantes convencionales por la goma de tara sin menoscabo de la calidad tecnológica y sensorial. Los helados con sustitución completa de los azúcares por una mezcla de estevia y eritritol como edulcorantes no fueron bien valorados sensorialmente, aun resultando interesante su calidad nutricional; se observa en este sentido que el helado necesariamente requiere del empleo carbohidratos en su formulación que le confieran una textura aceptable.
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I. INTRODUCCIÓN
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I.1. EL HELADO, NATURALEZA, ORÍGENES E IMPORTANCIA
El helado es una mezcla homogénea y pasteurizada de diversos ingredientes como leche, agua, edulcorantes, grasas, frutas, huevos, cacao, aromatizantes, etc. que es batida y congelada para su posterior consumo en diversas formas y tamaños. Según su forma se clasifican en polos, copas o conos, tarrinas, cortes y envases familiares, helados a granel, etc. Y según sus ingredientes se clasifican en helados de crema (su ingrediente básico es la nata láctea), helados de leche (su ingrediente básico es la leche entera), de leche desnatada, con grasa no láctea, de mantecado, etc. (Madrid, A., 2016).
El helado es un producto que consiste en la mezcla de leche en alguna de sus diversas presentaciones (leche evaporada, leche condensada o nata de leche), edulcorantes, estabilizantes frutas o saborizantes y colorantes (Graff y Johnson, 1974).
Desde el punto de vista físico, el helado es un alimento muy complejo al constituir un sistema alimentario cuadrifásico (emulsión, gel, suspensión y espuma). Se trata de una espuma parcialmente congelada conteniendo entre el 40 y 50% de aire en volumen. (Mahaut y col., 2003). Sus componentes (agua, glúcidos, lípidos, proteínas y minerales) están separados por tres interfaces: sólido/líquido, sólido/aire y aire/líquido. Cada uno de los componentes desempeña un papel esencial en la elaboración, conservación y la textura final del producto. La materia grasa, procedente de leche líquida o de nata, que son dos de los ingredientes principales, permite la obtención de helados con características organolépticas superiores. (Mahaut y col., 2003).
El helado es uno de los alimentos favoritos en grandes segmentos de la población, principalmente en los niños. Al ser un producto lácteo congelado, es bastante consumido en las estaciones calurosas del año (Sharif y col., 2005) y su aporte de nutrientes en el total de la dieta puede llegar a ser importante.
Para obtener un helado de alta calidad y con las características de sabor, viscosidad, consistencia y apariencia deseada, es necesario controlar algunos parámetros con bastante precisión durante el procesamiento (Yaman y col., 2006).
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Por otro lado, y debido a su naturaleza, elaboración y conservación, el helado puede albergar microorganismos patógenos debido a su composición y a las condiciones de manipulación y almacenamiento. Los helados resultan en su mayoría contaminados por microorganismos durante la producción, el envasado, el transporte y la conservación, pudiendo transmitir enfermedades a los potenciales consumidores especialmente a los niños, ancianos y personas inmunodeprimidas (Warke y col., 2000; Daniels y col., 2002).
Existen evidencias de que el consumo de helados contaminados ha sido en muchas ocasiones el responsable de brotes de enfermedades en diversos países de Asia, Europa y América del Norte (Djurectic y col., 1997). Debido al mayor consumo de helado entre los grupos poblacionales más vulnerables (niños), es necesario mantener un alto standard en seguridad microbiológica (Champagne y col., 1994).
La pasteurización durante la elaboración de helados junto al almacenamiento a bajas temperaturas (por debajo de 0 ºC) son dos de las bazas más importantes para eliminar la mayoría de los microorganismos patógenos. Sin embargo, la adición de ingredientes contaminados y el manejo inadecuado de las materias primas o del producto elaborado son factores que contribuyen a los riesgos potenciales de los productos terminados, especialmente si la contaminación de produce después del proceso de pasteurización (Verma y col., 1992).
La calidad bacteriológica del helado es un indicador alimentario de gran importancia sobre las prácticas de higiene durante su producción. (Ambily y Beena, 2012).
I.1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Se conoce que ya en China, el Emperador Tang, (618-697, a.C.), empleaba un método para crear mezclas de hielo con leche. Desde allí, probablemente, esta receta pasó a la India, Persia (actual Irán) y con posterioridad a Grecia y Roma. En el siglo XIII, Marco Polo, al regresar de sus viajes de Oriente, trajo consigo varias recetas de postres helados consumidos en Asia durante cientos de años, las cuales se implantaron con cierta popularidad en las cortes italianas.
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Durante la Edad Media, en las cortes de países árabes se preparaban productos azucarados con frutas y especias enfriados con hielo proveniente de las montañas. Estas mezclas se denominaban “sharbat” en árabe. Esta palabra pasó al idioma turco como "şerbet", y al término hispano “sorbete”, que aparece en la actualidad recogido en el diccionario de la Real Academia Española.
En el siglo XVI se descubrió que el nitrato de etilo mezclado con nieve generaba temperaturas muy bajas, lo cual influiría de manera importante en la fabricación de los helados.
Cuando Catalina de Médici contrajo matrimonio con Enrique II de Francia, estas recetas de helados llegan a la corte francesa. En Francia se añadió huevo a las recetas. La nieta de Catalina contrajo matrimonio con un príncipe inglés, llevando así el helado a Inglaterra. Así se difundieron estos productos en Europa, llegando a América durante la época de la colonización.
En 1686, Francesco Procopio dei Coltelli abrió en París un establecimiento, el “Café Procope”, donde se vendías helados y que alcanzó gran fama en el sector y contribuyó notablemente a la difusión de los helados y generalizó su consumo entre las clases populares. Al descubrir el efecto del descenso del punto crioscópico (descenso de la temperatura de solidificación) en las soluciones de sal (salmueras), se congelaron bebidas y zumos de frutas dulces, iniciándose así los primeros helados de textura cremosa.
En 1913 se inventó la primera máquina continua para elaborar helados, consistente en un cilindro de acero, que congelaba mediante un equipo de producción de frío, y un batidor con aspas en su interior, que impulsado por un motor eléctrico agitaba continuamente la mezcla hasta alcanzar la consistencia de una crema helada.
A partir de este momento, y hasta la actualidad, el helado ha evolucionado en distintos aspectos, tales como sus cualidades organolépticas, propiedades microbiológicas y nutricionales, y su presentación en general. Para ello se han empleado nuevos ingredientes y aditivos, se han automatizado los procesos, mejorado los envases, y optimizado las condiciones de almacenamiento y distribución al consumidor final.
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A través de la historia, los primeros productos lácteos en consumirse fueron el queso y el helado. Más recientemente, tras la revolución industrial, y como el ánimo de conservación de los alimentos perecederos, se han desarrollado diversos procedimientos y técnicas que hoy conocemos. Así por ejemplo en el siglo XIX Napoleón ofreció un premio a quien hallara el sustituto de la mantequilla; el ganador fue Mége Mouriés, patentando en 1869 su procedimiento que permitió el desarrollo de la margarina. En el año 1877, Alfa Laval presentó su primera centrífuga con la que se procedía a la separación de la nata láctea. En 1835 se patentó un aparato evaporador de leche. En 1860 se conoce la leche condensada, y es aceptada como alimento de excelente calidad microbiológica. Y en 1855, en Gran Bretaña se patentó un procedimiento para la deshidratación de la leche (Ordóñez y col., 2014).
I.1.2. DEFINICIÓN GENERAL Y CLASIFICACIÓN DE LOS HELADOS
Los helados son preparaciones alimenticias que han sido llevadas al estado sólido, semisólido o pastoso, por una congelación simultánea o posterior a la mezcla de las materias primas utilizadas y que han de mantener el grado de plasticidad y congelación suficiente, hasta el momento de su venta al consumidor. (BOE-A-1998-9963 consolidado -Real Decreto 618/1998, de 17 de abril, por el que se aprueba la Reglamentación técnico-sanitaria para la elaboración, circulación y comercio de helados y mezclas envasadas para congelar). Se clasifican del modo siguiente:
I.1.2.1. Helado de crema
Denominación reservada para un producto que, conforme a la definición general, contiene en masa como mínimo un 8 por 100 de materia grasa exclusivamente de origen lácteo y como mínimo un 2,5 por 100 de proteínas exclusivamente de origen lácteo. (BOE-A-1998-9963 consolidado).
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I.1.2.2. Helado de leche
Esta denominación está reservada para un producto que, conforme a la definición general, contiene en masa como mínimo un 2,5 por 100 de materia grasa exclusivamente de origen lácteo y como mínimo un 6 por 100 de extracto seco magro lácteo. (BOE-A-1998-9963 consolidado).
I.1.2.3. Helado de leche desnatada
Esta denominación está reservada para un producto que, conforme a la definición general, contiene en masa como máximo un 0,30 por 100 de materia grasa exclusivamente de origen lácteo y como mínimo un 6 por 100 de extracto seco magro lácteo. (BOE-A-1998-9963 consolidado).
I.1.2.4. Helado
Esta denominación está reservada a un producto que, conforme a la definición general, contiene en masa como mínimo un 5 por 100 de materia grasa alimenticia y en el que las proteínas serán exclusivamente de origen lácteo.
Podrán denominarse con su nombre específico, seguido de la preposición «con» y del nombre/s de la/s fruta/s que corresponda, siempre que se les adicionen Un 15 por 100 con carácter general y Un 10 por 100 para las frutas cítricas, ácidas, exóticas especiales, sabor muy fuerte o consistencia pastosa, y un 7 por 100 en el caso de los frutos de cáscara, se entiende por frutas la cantidad de frutas enteras, sus pulpas o su equivalente en zumo, extracto, productos concentrados y deshidratados entre otros. De no alcanzarse estos porcentajes, llevarán la mención «sabor» a continuación de la fruta que indique la clase de helado. (BOE-A-1998-9963 consolidado).
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Existen descritas en la bibliografía otras clasificaciones de los helados. Recogemos a continuación, en la tabla 1.1, la de Arbuckle (1981) que los sistematiza según sus ingredientes, definiendo las condiciones y características que deben mantener cada uno de ellos.
Tabla 1.1. Clasificación de los helados según Arbuckle (1981).
I.1.3. PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE HELADOS
Un estudio de investigación elaborado por Constanza Business & Protocol School publicado en 2016 recoge los datos estadísticos sobre la producción y el consumo de helado en España y en el resto del mundo desde el año 2010 hasta el 2015.
Se observa (Tabla 1.2) que los países que más inviertieron en el año 2015 en la producción de helados son Estados Unidos, China, Italia, Alemania y Japón, con cifras de gasto de 8,818; 7,625; 4,064; 3,754 y 2,933 millones de
18 euros respectivamente. España invierte 1,938 millones de euros, lo que supone el 3,93% de la inversión total mundial.
Tabla 1.2. Inversiones en la producción de helado en el mundo (cifras en millones de euros)
Fuente: Constanza Business & Protocol School, 2016 a partir de datos procedentes de MarketLine –Datamonitor.
En relación con el consumo, en la tabla 1.3 se observa que EEUU, China y Alemania lideran el ranking mundial de consumo de helado. España ocupa el sexto lugar con 495 millones de litros de helado consumidos durante el año 2015, lo que supone el 3,3% del consumo mundial. España es también es uno de los países donde más ha crecido el consumo de helado entre los años 2010 y 2015, ocupando el cuarto lugar, después de India, Sudáfrica y China, con incrementos del 77%, 58%, 34%, y 26%, respectivamente.
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Tabla 1.3. Consumo de helados en el mundo (millones de litros)
Fuente: Constanza Business & Protocol School, 2016 a partir de datos procedentes de MarketLine –Datamonitor.
Por lo que respecta al consumo por habitante y año, en la tabla 1.4 se aprecia que los españoles consumieron un promedio 10,67 litros de helado durante el año 2015, ocupando el cuarto lugar del ranking de países de mayor consumo, después de Australia, Italia y EE.UU.
Tabla 1.4. Países con principales índices de consumo de helados en el mundo (litros/habitante/año).
Fuente: Constanza Business & Protocol School, 2016 a partir de datos procedentes de MarketLine –Datamonitor.
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En la tabla 1.5 se presentan los datos de consumo de helado en España por comunidades autónomas. Galicia ocupa el quinto lugar con 27 millones de litros de helado consumidos durante el año 2015, situándose tras Andalucía, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana.
Tabla 1.5. Consumo de helados en España por comunidad autónoma y año (millones de litros)
Fuente: Constanza Business & Protocol School, 2016 a partir de datos procedentes de MarketLine –Datamonitor.
En la tabla 1.6 se puede apreciar el consumo promedio por habitante en los diferentes años en las comunidades autónomas españolas. En al año 2015 las cifras oscilaron entre los 8,20 litros/habitante consumidos en Melilla, hasta 11,88 litros/habitante que se consumieron en la Comunidad Valenciana. Galicia consumió un promedio de 9,78 litros/habitante.
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Tabla 1.6. Consumo de helados en litros por habitante y año en las Comunidades Autónomas de España
Fuente: Constanza Business & Protocol School, 2016 a partir de datos procedentes de MarketLine –Datamonitor.
I.1.4. PROCESO TECNOLÓGICO DE LA ELABORACIÓN DEL HELADO
I.1.4.1. Formulación
Para la formulación de un helado, se debe tener cuidado en la selección de las materias primas, ya sea los ingredientes (constituyentes esenciales e imprescindibles, mayores al 1% de su masa total) o los aditivos (empleados para mejorar o conservar el helado, menores al 1% de su masa total) (Mahaut et al, 2004). Han de ser los adecuados y presentar la máxima calidad.
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En la figura 1.1 se aprecia los porcentajes recomendados de sólidos y agua para el caso de una mezcla previo al batido, así como los porcentajes recomendados para los sólidos, agua y aire de una mezcla después del batido.
Figura 1.1. Composición de una mezcla de helado antes (a) y después (b) del batido. Fuente Madrid y Cenzano, 2003.
Existen, así pues, dos considerandos: (a) las cantidades aproximadas en (%) de una mezcla antes del proceso de batido, y (b) las cantidades aproximadas en (%) de un helado con el 50% de volumen de aire incorporado (overrun). Al incorporarse el aire, los sólidos totales pasan por término medio del 36% inicial al 18% de la mezcla final. (Madrid y Cenzano, 2003). Además, es necesario considerar que cuando se trata de un helado artesanal la ganancia de volumen es finalmente menor del 50%.
(Berger et al., 1972) recomiendan unos rangos para los diferentes ingredientes a emplear en la formulación de un helado (expresados en
23 porcentajes), según el tipo de helado considerado. Tales rangos se muestran en la tabla 1.7.
Tabla 1.7. Rangos porcentuales recomendados para una adecuada formulación de la mezcla de helado (Berger et al., 1972).
Más en concreto, Berger y col., (1972) proponen normas de formulación específicas para cada tipo de helado, según se resume en la tabla 1.8.
Tabla 1.8. Normas de formulación específica de helados y mezclas de helados según el tipo (Berger y col., 1972).
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NOTA La mezcla en polvo para helados debe presentar un máximo de 4% de humedad, y cumplir con los requisitos microbiológicos y características fisicoquímicas equivalentes a las indicadas para el helado, según el caso.
* El fabricante establece el valor de grasa vegetal, siempre y cuando se cumpla con los valores mínimos de grasa total y de grasa láctea de la Tabla 1.7.
** Solamente si se declara huevo en su fórmula de composición.
*** Se determinará “Ausencia” o “Presencia”.
I.1.4.2. Recepción de las materias primas, ingredientes y aditivos
Se seleccionan las materias primas, ingredientes y aditivos controlando que sus características físicas, químicas, y microbiológicas sean adecuadas según el tipo y la naturaleza de cada una de ellas. Seguidamente, se almacenan de manera que evite su deterioro hasta el momento de las elaboraciones.
I.1.4.3. Mezcla de los ingredientes del helado
La mezcla se realiza en un depósito adecuado empleando o no un equipo de mezcla de los ingredientes sólidos y líquidos, según el tipo de fctoría (artesanal o industrial), y luego pasan a un depósito de mezcla preparada. (Madrid, 2016).
I.1.4.4. Pasteurización y homogeneización de la mezcla
La pasteurización se efectúa generalmente a unos 83 – 85°C aplicados durante de 15 a 28 segundos. Luego la mezcla se enfría hasta 5 -6°C por diferentes procedimientos según se trate de una elaboración artesanal o industrial. En todo caso, se deben cumplir mínimamente estas condiciones para garantizar la destrucción de microorganismos patógenos. En esta línea,
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Mahaut y col. (2014) señalan que la pasteurización debe efectuarse a 85 - 90°C durante 30 segundos, de esta manera se destruye la flora patógena, se reduce la flora total contaminante y se favorece la desnaturalización de las proteínas, se mejora la hidratación, y se facilita la disolución (incorporación) de los azúcares, emulsionantes y estabilizantes.
La homogenización, al tratarse de una elaboración industrial, se lleva a cabo en aparatos a alta presión (100 a 200 k/cm2), con la finalidad de conseguir una distribución más uniforme de la grasa y evitando la tendencia a separarse, consiguiendo también una mejor coloración y una mayor resistencia a la oxidación lipídica; de este modo el helado presentará mejor cuerpo y textura (Madrid, 2016).
I.1.4.5. Maduración de la mezcla
La mezcla es almacenada en unos depósitos donde permanece durante 3 o 4 horas, a una temperatura entre 4 a 5 °C para lograr una mejor cristalización de la grasa; las proteínas y los estabilizadores añadidos tienen tiempo en esta fase para absorber el agua, mejorando la consistencia del helado, preparando a la mezcla para que absorba mejor el aire durante la operación del batido. De este modo, el helado obtenido presentará mayor resistencia a derretirse (Madrid, 2016).
I.1.4.6. Batido de la mezcla en frío con incorporación de aire
La congelación, o mantecación como usualmente se conoce esta operación, es una de las operaciones más influyentes en la calidad final del helado. En esta fase se incorpora el aire mediante agitación vigorosa de la mezcla, hasta alcanzar el overrun deseado y tiene lugar la rápida congelación del agua de la mezcla. Se ha de lograr que los cristales formados sean lo más pequeños posible, lo que le confiere una mejor textura al helado. La
26 temperatura a la que se realiza esta operación es entre -4 y -10°C. No debería bajarse demasiado la temperatura en esta etapa, pues aumentaría muy pronto la consistencia del helado antes de incorporar la suficiente cantidad de aire. Normalmente, así pues, la congelación se hace en dos fases, la primera a una temperatura entre -4 y -10°C durante el batido y la segunda a valores entre - 18 y -25 ºC en las cámaras y túneles de congelación (Madrid, 2016).
Mahaut y col. (2004) denominaron también a esta etapa como glaseado o congelación. Se puede realizar en un congelador continuo. La mezcla se espuma y congela simultáneamente, la temperatura de la pared de intercambio calórico es de-40°C y el producto se extrusiona entre -2 y -7°C con aumento porcentual del volumen, formándose los cristales de hielo (30 al 70% de la cantidad inicial del agua) y produciéndose la crio-concentración de los glóbulos grasos, azúcares, proteínas y estabilizantes.
Por efecto de la agitación, puede desestabilizarse la materia grasa, produciéndose la rotura de las membranas de algunos de los glóbulos grasos, y la materia grasa líquida así liberada se reparte en la masa formando una película que rodea parcialmente las burbujas de aire. Finalmente, esta materia grasa líquida hace de cemento aglomerante entre el resto de los glóbulos grasos, fenómeno conocido como “arracimado” y que es un efecto muy deseable debido a que mejora las características organolépticas del helado (Mahaut y col., 2004).
Tras esta fase, en cualquier caso, el helado presenta ya su estructura característica. La Figura 1.2 muestra una representación de la estructura de un helado aumentada al microscopio.
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Figura 1.2. Estructura de un helado (SKW Biosystem) (Mahaut y col., 2004).
I.1.4.7. Moldeado del helado
A la salida del batidor (entre -2 y -7°C), la masa está todavía en un estado maleable y es cuando se le da su forma definitiva al helado, antes de proceder a su congelación profunda. Las formas de moldear pueden ser mediante la puesta en molde y desmoldado, o mediante llenado directo en los envases comerciales.
I.1.4.8. Congelación del helado
La congelación final del helado se puede efectuar generalmente por 3 métodos:
- En un túnel de congelación a -40°C con una velocidad de aire de 3 a 8 m/s.
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- Por contacto, en productos que tienen al menos dos de sus caras paralelas, comprimiéndose los helados entre dos placas
huecas en cuyo interior circula NH3 o cualquier otro fluido frigorígeno a -40°C.
- Por inmersión en una salmuera a -40°C. Este método aplicable únicamente a moldes estancos y de pequeños formatos (helados con palos, tarrinas, etc).
Todos los sistemas han de permitir rebajar rápidamente la temperatura hasta -15°C en el centro térmico del producto para evitar el crecimiento excesivo de los cristales y llegar a congelar hasta un 80% del agua (Mahaut y col., 2004).
I.1.4.9. Envasado – embalaje del helado
Se realizan en líneas industriales diseñadas a tal fin y adecuadamente refrigeradas con el fin de evitar las fluctuaciones de temperatura que provocarían recristalizaciones y aumento del tamaño medio de los cristales de hielo.
I.1.4.10. Almacenamiento y distribución del helado
Durante el almacenamiento y distribución del helado, hasta su llegada al consumidor, debe mantenerse la cadena de frio. Así se evitarán no solo las recristalizaciones, sino también las fusiones superficiales que producen deformaciones, las pérdidas de volumen, y una textura arenosa, como consecuencia de la cristalización de la lactosa. Una buena conservación (DLC de 2 años) se consigue almacenando el producto a -30°C, transportando a - 25/-30°C, distribuyendo a -20/-25°C y manteniendo el producto en los domicilios de los consumidores en un congelador a -18°C (Mahaut y col., 2004).
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I.2. MATERIAS PRIMAS E INGREDIENTES DEL HELADO
Son múltiples las materias primas (ingredientes y aditivos) que pueden utilizarse en la elaboración de los helados. Repasaremos en este apartado las alternativas existentes enfatizando en las materias primas básicas (leche y castaña) utilizadas en la fabricación de los helados que van a ser objeto de nuestro estudio.
I.2.1. LA LECHE
El Código Alimentario Español la define como “el producto íntegro, no alterado ni adulterado y sin calostros, del ordeño higiénico, regular, completo e ininterrumpido de las hembras mamíferas domésticas, sanas y bien alimentadas”. El término “leche” se refiere siempre a la leche de vaca, cuando no se precisa el mamífero del que proviene (Madrid, 2016).
La leche de vaca presenta, por término medio, un 86,9% de agua, 5,1% de carbohidratos (lactosa), 3,9% de materia grasa, 3,2% de proteína y 0,9% de minerales (Riel, 1991). La leche también presenta micronutrientes importantes en las cantidades indicadas en la Tabla 1.9.
Tabla 1.9. Composición típica de micronutrientes de alimentos de origen animal (tomada de Ordóñez y col., 2014).
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Los datos de minerales y vitaminas se expresan en mg/100g, con excepción de las vitaminas A, D, B12, que se expresan en µg/100g.
I.2.1.1. Producción y consumo de leche
Entre los 28 países de la Unión europea, España es el 6º país productor de leche de vaca, con 6,8 millones de toneladas en el año 2015, aumentando en un 2,1% con respecto a 2014. Continuando con la tendencia positiva iniciada en 2009, se superó en 37.500 toneladas la cantidad máxima de referencia nacional. España produce el 4% del total europeo. Ocupa, así mismo, el 1er puesto en producción de leche de oveja, y el 2º puesto en producción de leche de cabra.
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Procucción de leche de vaca en la union europea para el año 2015
35 31,8 30 25,4 25 20 15,2 13,3 15 11,1 10,9 6,8 10 6,6 5,3 5 Millones de toneladas 0
Figura 1.3. Producción de leche de vaca en la Unión Europea en el año 2015
El sector lácteo es estratégico en España, no solo por su relevancia económica y su contribución al PIB, sino también por su contribución al desarrollo rural y a la fijación de la población en áreas no urbanas. De todos los subsectores ganaderos, el lácteo es el segundo en importancia por detrás del porcino, generando empleo, directo e indirecto, a cerca de 80.000 personas.
Producción de leche por cumundad autónoma (miles de toneladas)
3.000 2.538 2.500 2.000 1.500 828 676 1.000 557 483 446 237 214 500 168 128 63 55 54 48 28 15
Miles de toneladas 0
Comunidades autónomas de España
Figura 1.4. Producción de leche en España por Comunidades Autónomas en el año 2015. Fuente: FEGA. Información de régimen de tasa láctea
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En cuanto a la producción de leche de vaca en las diferentes Comunidades Autónomas españolas, Galicia es la comunidad con más entregas, con el 38,1% del total, muy por encima de Castilla y León, con el 12,8%, y de Cataluña, con el 10,5%. El 53% de la leche de vaca producida en España lo es en Galicia, Asturias y Cantabria.
El número de ganaderos españoles dedicados a la producción de leche de vaca ha ido disminuyendo durante los últimos años hasta situarse en la actualidad un 25% por debajo de los existentes en 2008. Galicia reúne el 56% de los productores, por delante de Asturias, con el 13%, y de Cantabria, con el 9%.
Los precios de la leche en España cerraron 2015 con 31 céntimos de euro/litro en promedio, y en Galicia con 29 céntimos de euro/litro. La caída del precio entre las campañas 2013/2014 y 2014/2015 pone de manifiesto la grave crisis de precios que se vive en toda Europa, cuyo origen ha sido la liberalización del sector, unida al veto ruso, a una menor demanda de los países asiáticos y a un incremento de la producción en toda Europa. Según los datos de FEGA, en España la bajada media del precio de la leche de vaca se cifró en un 14,6%, y en Europa la bajada media fue del 17,4%. (Datos de las declaraciones obligatorias del sector lácteo de vacuno, 2015. FEGA).
0,5 0,45 0,4 0,35 0,3 0,25 0,2 0,15
Céntimo de euro 0,1 0,05 0 Galicia Murcia Aragón Madrid La Rioja Navarra Asturias canarias Baleares Cataluña Cantabria Andalucía País Vasco Extremadura C. Valenciana Castilla y León Castilla la Mancha
Figura 1.5. Referencia de precios para el litro de leche de vaca según comunidad autónoma (Datos de las declaraciones obligatorias del sector lácteo de vacuno, 2015. FEGA)
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Según la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), la industria láctea española supone el 9,2% del sector alimentario, y emplea a más de 32.800 personas, el 7% del empleo en el sector alimentario con cierta especialización hacia la producción de leche líquida de consumo. El censo de industrias lácteas ascendía en 2015 a 1.557 empresas repartidas por todo el país, produciendo la cantidad de 7,3 millones de toneladas de productos lácteos (valor medio de los últimos 6 años). Cabe destacar que a lo largo de este periodo la producción industrial se ha incrementado en un 14,4%. (MAGRAMA).
Tabla 1.10. Producción industrial de leche y productos lácteos en España (miles de toneladas) Productos lácteos 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Leche líquida 3,518.1 3611.7 3492.1 3669.3 3521.2 3687.2 Yogures y leche fermentada 760.8 788.4 820.1 897 801.5 925.6 Queso 335.7 341.4 347 409 435.8 465.4 Nata 118.2 111.5 153.4 128.4 100.5 117.2 Mantequilla 37.9 42.1 36.7 35.1 39.8 40.1 Otros 2182.7 2132.2 2093.1 2421.7 2512.5 2721.3 Total 6,953.4 7,027.3 6,942.4 7,560.5 7,411.3 7,956.8
Fuente: Encuesta láctea anual de producción y destino de todas las clases de leche en España. Año 2015. Resultados provisionales. MAGRAMA
Producción industrial de los lácteos en España para el año 2015 3687,2 4000 2721,3 3000
2000 925,6 1000 465,4 117,2 Miles de toneladas 40,1 0 Leche líquida Yogures y Queso Nata Mantequilla Otros leche fermentada
Figura 1.6. Productos lácteos fabricados en España en el año 2015.
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En relación con el mercado exterior, a pesar de la considerable producción láctea en nuestro país, España importa mucho más de lo que vende. Entre los productos que más importa destacan los yogures, con 227 millones de euros, y los quesos, con 920,1 millones de euros. En cuanto a las exportaciones en los últimos años, el queso y la nata han aumentado considerablemente. También se aprecian incrementos en el yogur y las leches fermentadas o las leches en polvo (Tabla 1.11).
Tabla 1.11. Exportación española de leche y productos lácteos (toneladas) 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Yogurt y leches fermentadas 102,943 107,562 113,358 114,549 101,546 114,114 Queso 47,602 49,779 55,609 65,089 74,995 81,247 leche líquida granel 67,672 59,086 94,965 66,486 68,884 57,324 Nata 29,207 38,101 57,683 42,763 28,049 55,906 Leche líquida envasada 51,769 65,599 61,763 52,521 48,448 46,381 Leches en polvo 11,618 22,544 27,749 11,656 15,320 17,945 Mantequilla 30,405 14,650 13,776 13,262 12,594 14,119 Otros 28,604 26,079 32,791 29,319 57,186 31,312 Total 369,820 383,400 457,694 395,645 407,022 418,348
I.2.2. LA CASTAÑA
El castaño (Castanea sativa, Miller) pertenece a la familia de las Fagaceae y se encuentra en su mayoría en zonas tropicales del hemisferio norte, con ocho géneros y aproximadamente mil especies. El género Castanea es uno de los incluidos en esta familia y posee doce especies; la especie Castanea sativa es la especie originaria de Europa (Cobos Suárez, 1989).
Se sabe que el castaño existe en la tierra desde hace 40 millones de años, y la especie Castanea sativa, castaño común o castaño europeo desde hace aproximadamente 20 millones de años (Viéitez, 1992). El castaño se originó en Asia Menor, llegó a Grecia en el siglo V a. C. y desde allí a Italia, Francia y España en los dos o tres siglos siguientes. Al emplearse su madera
35 para múltiples usos, su explotación se extendió y alcanzó gran importancia de un modo rápido.
En la actualidad el castaño se cultiva principalmente en España (Galicia y Asturias), así como en los países meridionales de Europa, Bélgica, Alemania, Turquía, región del Cáucaso, Argelia y Marruecos (Ramos Figueras, 1979, Cobos Suárez, 1989)
El fruto del castaño, la castaña, ha gozado tradicionalmente, y de modo merecido, de una buena fama como alimento. Durante siglos ha formado parte muy importante en la alimentación humana en Europa, sobre todo antes de la llegada del maíz y la patata provenientes de América (Alcasena, 2001). Se trata de un alimento muy energético, con un alto contenido en glúcidos y sustancias nitrogenadas y unas concentraciones de minerales y vitaminas más que aceptables (Mataix y col., 2003).
La castaña se comercializa en fresco (para su consumo asada o cocida), o bien se destina a la industria de la transformación, siendo este su uso prioritario y elaborándose productos tales como purés, mermeladas, cremas, harinas, patés, licores, bombones, castañas cocidas y asadas envasadas, y “marrón glacé” (la forma más exquisita y de mayor valor añadido). Ahora bien, la utilización de la castaña para consumo humano ha descendido en las últimas décadas y ha pasado de ser un alimento básico en las zonas de producción a tratarse de un producto de alto valor añadido en sus formas industrializadas y un componente de la cocina selecta y refinada, “de pan de pobres a caviar de las montañas” (Carmona, 2005).
I.2.2.1. Principales características de la castaña en Galicia
La castaña producida en Galicia se encuentra acogida por la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) “Castaña de Galicia” (Reglamento (CE) N° 510/2006 del Consejo), que protege a “Los frutos obtenidos a partir de cultivares autóctonos gallegos del castaño europeo (Castanea sativa, Miller) destinados al consumo humano y comercializados en fresco o congelado”. Esta
36 protección no es específica para variedades de castaña concretas, e incluye al conjunto de los ecotipos locales seleccionados por los agricultores de Galicia.
En cuanto a los estudios efectuados sobre la castaña producida en Galicia, Chenlo y col. (2005) en un estudio para el procesamiento industrial de la castaña para consumo humano detreminaron ciertos parámetros composicionales de la castaña producida en Galicia y el norte de Portugal; el contenido de humedad de las castañas frescas varió entre el 49 y el 57%. De La Montaña Míguelez y col. (2003), caracterizaron la composición nutricional de 15 variedades generalizadas de castañas de la región de Verín-Monterrei (Ourense, España), estableciendo su idoneidad para la transformación industrial. Todas las variedades mostraron un contenido de humedad mayor al 50%. El almidón fue el principal nutriente. El contenido de proteínas se situó entre el 6,0 y el8,6%, la fibra entre el 2 y el 3%, los lípidos 1,3-3% y las cenizas 1,8-3%. En general, la composición de castañas en la dieta proporciona el contenido más alto en carbohidratos poliméricos y contenido aceptable en lípidos y minerales adecuados.
I.2.3. LA GRASA VEGETAL EN EL HELADO
Por razones de salud, la grasa vegetal parece ser el sustituto ideal de la grasa láctea en el helado. De todas las grasas vegetales, a su vez, el aceite de oliva es el que goza de mayor popularidad y aceptación en la Europa mediterránea.
El aceite de oliva procede únicamente de la aceituna u oliva (fruto del olivo, Olea europea L.) de la que se obtiene por distintos procedimientos y sin mezclas con aceites de otra naturaleza. (Comité Oleícola Internacional), adaptadas en las normativas de la Unión Europea (Reglamento CE n° 2568/91 y sus modificaciones).
En la industria oleícola se elaboran 3 categorías de aceite de oliva vírgen i) el aceite de oliva Virgen extra (de acidez libre, expresada en ácido oleico, menor de 8,8 g por cada 100 g, y cuya puntuación organoléptica otorgada por un panel entrenado sea de intensidad de atributos defectuosos igual a cero, ii)
37 el aceite de oliva virgen (de acidez libre menor a 2 g por cada 100 g, con defectos sensoriales inferiores a una mediana de 3,5), y iii) aceite de oliva lampante (de acidez libre superior a 2g por cada 100 g, se permite una puntuación organoléptica defectuosa mayor a 3,5). Este último debe sufrir un proceso de refinación para su consumo, sin embargo, el sabor afrutado en todas debe ser cero. Como consecuencia del refinado del aceite de oliva lampante, se obtiene el aceite de oliva refinado, un producto con características sensoriales neutras (sin gusto ni aroma), con acidez inferior a 0,3g por cada 100 g, que mezclado con una fracción de otros aceites vírgenes (extra o virgen), da lugar al producto que se consume en los hogares bajo la denominación de aceite de oliva. La calidad del aceite de oliva presenta diferentes acepciones: la calidad comercial (estabilidad oxidativa para el transporte a rutas largas), la calidad culinaria (gusto, aroma, fluidez, calor específico para las frituras, temperatura de humo), la calidad nutricional y terapéutica (elevado contenido de grasa monoinsaturada, representada por el ácido oleico, que provoca en el consumidor una disminución del contenido de colesterol total y un aumento de los niveles de colesterol ligado a las lipoproteínas de alta densidad “HDL”, siendo ello favorable a la prevención de enfermedades cardiovasculares. También se ha comprobado que su contenido en compuestos antioxidantes de naturaleza polifenólica es interesante para la reducción de fenómenos oxidativos en el organismo y la prevención, en consecuencia, de ciertos tipos de cáncer (Casp, 2014).
I.2.4. LOS EDULCORANTES
El dulce es uno de los cinco gustos básicos. Los compuestos que tienen sabor dulce se llaman edulcorantes. En la actualidad se han desarrollado compuestos químicos de síntesis con un potente poder edulcorante y que puede utilizarse como aditivos en la fabricación de alimentos. Sin embargo, habida cuenta de las modernas tendencias del mercado, y de la preferencia creciente de los consumidores por alimentos naturales, nos referiremos en este apartado únicamente a los edulcorantes naturales.
38
Las sustancias edulcorantes generalmente suponen entre el 16 y 20% de la masa del helado. El aumento en el contenido del azúcar supone un descenso en el punto crioscópico y, en consecuencia, una disminución de la proporción de agua congelada, así como el aumento de la viscosidad, lo que inhibe el crecimiento de los cristales de hielo. Para una composición del 12 al 18% de azúcar, el tamaño de los cristales, varía desde 67,5 x 51 a 48,5 x 47,3X x10¯⁶m. (Mahaut y col., 2003).
En general se distinguen dos grandes grupos de sustancias con sabor dulce, los sacáridos (hidratos de carbono) y los no sacáridos (sustancias de distintas naturalezas químicas, pero que no son carbohidratos).
I.2.4.1. Los edulcorantes sacáridos
Los sacáridos son los edulcorantes tradicionales y genuinos y los más ampliamente usados durante siglos. Los edulcorantes sacáridos son carbohidratos, monómeros, dímeros, trímeros individuales o en mezclas, bien en estado de elevada pureza o formando parte de jarabes o de preparaciones naturales.
La sacarosa, (azúcar de mesa) (α-D-glucopiranosil-(1→2)-β-D- fructofuranósido) es el edulcorante natural típico y genuino. Se obtiene generalmente a partir de la remolacha azucarera (Beta vulgaris subsp. vulgaris), que acumula este carbohidrato en las raíces, o a partir de la caña de azúcar (Saccharum officinarum), que lo acumula en los tallos. La sacarosa se obtiene a partir de estas dos fuentes utilizando complejos procesos de extracción y purificación (Clarke y Godshall, 19988; Chen y Chi-Chou, 1993) que implican el uso de tecnologías avanzadas y conllevan el consumo de grandes cantidades de energía y una cierta contaminación del entorno. Por supuesto, la sacarosa es un edulcorante natural y saludable, pero el impacto ambiental de su obtención ha provocado en tiempos recientes un creciente interés en su sustitución por edulcorantes naturales ambientalmente más sostenibles. Además, la sacarosa es una molécula con un elevado grado de pureza que solo proporciona al consumidor energía, mientras que otros edulcorantes sacáridos más modernos son productos más brutos, menos
39 refinados, que proporcionan, además, otros nutrientes tales como vitaminas, minerales y fibra. Haremos a continuación un repaso breve de estos edulcorantes sacáridos considerados como más saludables. Algunos de ellos son productos intermediarios o subproductos del proceso de obtención de la sacarosa.
Jarabe de Ágave
El jarabe de Ágave se produce a partir del jugo de la parte interna (cogollo) de varias especies del género Agave (A. americana, A. salmiana y A. tequilana), nativas de Méjico. La producción del jarabe de Ágave difiere según la especie de origen; brevemente, el jugo, tras someterlo a un proceso de filtrado, y calentado, con lo cual se concentra dando lugar al jarabe. EL jarabe se comercializa en cuatro formas diferentes (claro, ámbar, oscuro y crudo) dependiendo de las peculiaridades del proceso de obtención (grado de filtración, intensidad del tratamiento térmico aplicado, etc.). Estas formas no solo poseen un color diferente, sino que, debido a su distinta composición y también al diferente grado de caramelización de los azúcares, también difieren en su sabor y aroma. En relación con su composición, contiene fundamentalmente fructosa (47-56%) y glucosa (16-20%) (Pätzold y Bückner, 2005) y cantidades traza de minerales (Fe, Ca, K y Mg). Este jarabe es usado con frecuencia por los veganos como sustituto de la miel. Debido a su bajo índice glicémico, derivado de su bajo contenido en glucosa, se considera un edulcorante muy saludable.
Melaza
La melaza, un líquido oscuro y denso, es un subproducto de la elaboración industrial del azúcar de caña (Chen y Chi-Chou, 1993). Partiendo del jugo bruto extraído de la caña, tras la separación de los cristales de sacarosa en estado de pureza, el residuo líquido resultante, denominado melaza, contiene todavía algo de sacarosa en su composición, pero también vitaminas (B6, fundamentalmente) y minerales (Fe, Ca, Mg, Se, y, sobre todo, K). Este perfil nutricional tan particular hace que la melaza sea un suplemento dietético muy popular y ampliamente utilizado, y al que se
40 atribuyen diversos beneficios y propiedades (antioxidante; beneficioso para los huesos, corazón, piel y colon; mejora los problemas del aparato digestivo; ayuda a la pérdida de peso; fuente importante de minerales, con todas las consecuencias positivas de ello; etc.). Como edulcorante, tiene un bajo índice glicémico y constituye, por tanto, una opción muy saludable para las personas diabéticas o pre-diabéticas.
Jarabe de arroz
También denominado malta de arroz, se obtiene incubando agua de cocción de arroz con enzimas sacarificantes que degradan el almidón hasta maltosa. Para su elaboración, generalmente, el arroz cocido en agua se inocula con una pequeña cantidad de granos de cebada germinados (malta de cebada) que es la fuente de las enzimas sacarificantes (diastasa). Las enzimas suministradas por los granos de cebada degradan no solo el almidón, sino también las proteínas y los lípidos del arroz, para dar lugar a una disolución que contiene maltosa y pequeñas cantidades de aminoácidos libres, pequeños péptidos y ácidos grasos; el contenido en glucosa es muy limitado. A continuación, se eliminan los granos de cebada por filtración y la solución se somete a ebullición para evaporar el agua y obtener un jarabe concentrado En la producción moderna, se emplea una solución de almidón de arroz modificado y el proceso se lleva a cabo en dos etapas; en la primera se añaden α-amilasas de origen microbiano (Bacillus spp., Aspergillus spp.) que convierten el almidón en dextrinas (pequeños polímeros de glucosa) de diversos tamaños moleculares, y en la segunda, denominada sacarificación, se usan las enzimas β-amilasa y pululanasa (una enzima desramificante), las dos de origen microbiano, que convierten las dextrinas en otras dextrinas de menor tamaño molecular, maltosa y glucosa. La disolución se evapora finalmente por ebullición hasta alcanzar el contenido de humedad deseado finalmente.
El jarabe de arroz contiene básicamente tres tipos de azúcares, maltotriosa (52% de los azúcares totales), maltosa (45%) y glucosa (3%). Contiene, además, pequeñas cantidades de Ca y K. También se denomina con frecuencia jarabe de maltosa, haciendo referencia a su elevado contenido de maltosa.
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Azúcar de coco
El azúcar de coco, también denominado azúcar de palmera o azúcar de cocotero, es un edulcorante que se obtiene a partir de la sabia de los botones florales de la palmera Cocos nucifera. Se obtiene sobre todo por procedimientos artesanales y ha sido durante siglos el edulcorante tradicional en las regiones del sur y sudeste asiático (Islas Filipinas e Indonesia). La elaboración comienza con la recogida de la sabia de los botones florales. Esta sabia, un líquido traslúcido que tiene alrededor de un 80% de agua, se transfiere a recipientes grandes donde se hierve bajo calor moderado para eliminar el agua. La ebullición transforma la sabia en un jarabe espeso denominado “toddy”. Este jarabe puede emplearse como tal, o puede seguir concentrándose obteniendo diferentes preparaciones tales como una pasta blanda o, incluso, cristales. El color, poder edulcorante, sabor y aroma varían ampliamente dependiendo de la variedad de palmera empleada, de la edad de la palmera, estación y lugar de la recolección y, por supuesto, del grado de calentamiento de la sabia.
El azúcar de coco contiene fundamentalmente sacarosa (70-79% de los azúcares totales), glucosa (3-9%) y fructosa (3-9%). Su contenido en otros nutrientes es bajo, con la excepción del mineral potasio. Su bajo índice glicémico le convierte en un edulcorante muy saludable.
Azúcar de dátil
El denominado azúcar de dátil se elabora triturando muy finamente los dátiles (frutos de la palmera Phoenix dactylifera) previamente deshidratados. Dada su naturaleza, el azúcar de dátil con se disuelve completamente, lo cual limita sus posibilidades de uso y solamente puede emplearse como edulcorante en alimentos en lo que no se requiera una disolución completa del azúcar. Presenta, sin embargo, ventajas tales como un sabor dulce delicado, particular y sumamente agradable y, también, su bajo precio consecuencia de la simplicidad de su proceso de elaboración. Además, debido a su naturaleza (se trata en realidad de una fruta deshidratada y molida) contiene cantidades
42 apreciables de diferentes a los azúcares, tales como fibra, proteína y minerales (Ca, Fe, Mg, P, Zn, Cu, Mn y Se).
Productos obtenidos por evaporación del jugo de caña
Existen diferentes derivados del jugo de caña (jugo de caña evaporado, rapadura, azúcar turbinado) (Neacsu y Madar, 2014) que difieren básicamente unos de otros en su grado de refinado y, por lo tanto, en su color y composición. En la elaboración del azúcar de caña, inicialmente se obtiene un jugo bruto que después se clarifica y evapora para obtener la sacarosa pura cristalizada.
El jugo de caña evaporado es, así pues, un azúcar de caña parcialmente purificado. Al estar menos refinado que el azúcar de mesa (sacarosa), es más rico en nutrientes minoritarios (vitaminas y minerales), fundamentalmente la vitamina B12. En Europa este producto se conoce simplemente como "azúcar sin refinar".
La rapadura es el nombre en idioma portugués de un jugo de caña sin refinar deshidratado. La rapadura se obtiene por un proceso sencillo de ebullición del jugo de caña hasta que tiene lugar la cristalización de la sacarosa (granulación). Consiste básicamente, entonces, en el jugo de caña del que únicamente se ha retirado el agua, y por lo tanto contiene todas las vitaminas y minerales normalmente presentes en el jugo de caña. La rapadura se considera el menos refinado de todos los productos derivados de la caña de azúcar.
Existen otros productos similares a la rapadura utilizados como edulcorantes en distintos lugares del mundo. Tales son la "panela" obtenida y empleada en toda Latinoamárica, el "muscovado" de Filipinas, y el "jaggery", un jugo de caña deshidratado que se elabora y emplea en diversos lugares de África, Asia y Latinoamérica. El "sucanat", un término que resulta de la contracción de las palabras francesas que lo definen (Sucre de canne naturel) es el nombre comercial de un jugo de caña bruto similar a la rapadura y obtenido a través de un procedimiento muy similar.
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El azúcar turbinado es ligeramente diferente a todos estos productos anteriormente mencionados. Para su elaboración, se prensa la caña para obtener el jugo y este se ebulle hasta la granulación. Ahora bien, en este caso los cristales de sacarosa se refinan con posterioridad mediante un lavado de la superficie, que elimina las impurezas, seguido de una centrifugación. El turbinado tiene, así pues, una coloración más clara y contienen menos restos de melaza que la rapadura y los otros productos similares que se han mencionado.
Miel
La miel es una sustancia natural producida por las abejas (Apis mellifera) a partir del néctar de las flores o a partir de exudados de árboles y plantas, dando lugar a las mieles de néctar y a, respectivamente (Álvarez- Suárez y col., 2010). En los textos más antiguos de la humanidad aparecen ya referencias a este alimento (Crane, 1975). Dadas sus especiales propiedades físicas y químicas, tradicionalmente la miel ha sido usada por el hombre no solo como alimento, sino también como medicina en la cura de diferentes enfermedades del hombre y de los animales domésticos (Jeffrey y Echazarreta, 1996). En los últimos años se ha desarrollado incluso una medicina alternativa denominada apiterapia que hace uso de tratamientos que emplean miel y otros productos de la colmena para el tratamiento de distintas enfermedades.
Como edulcorante, durante muchísimo tiempo en la historia de la humanidad fue el único producto utilizado con este fin, hasta el inicio de la elaboración del azúcar industrial (sacarosa) que tuvo lugar alrededor del año 1800 (Crane, 1975).
La composición de la miel se conoce en profundidad y ha sido ampliamente descrita (Álvarez-Suárez y col., 2010; Missio da Silva y col., 2016). La miel contiene por término medio un 17,2% de agua, un 79,59% de azúcares totales, 0.17% de cenizas, y un 0.57% de ácidos totales expresados como ácido glucónico (Álvarez Suárez y col., 2010). Es fundamentalmente una solución sobresaturada de azúcares, sobre todo fructosa (38%) y glucosa (31%), que contiene además minerales, proteínas, aminoácidos libres, enzimas
44 y vitaminas. En la miel se han descrito más de 181 sustancias diferentes (Chow, 2002). La composición en carbohidratos de la miel es ciertamente compleja (Ruíz-Matute y col., 2010; Siddiqui, 1970); además de los azúcares mayoritarios ya comentados, se han identificado también los siguientes disacáridos y trisacáridos: maltosa, isomaltosa, nigerosa, turanosa, maltulosa, kojibiosa, α- y β-trehalosa, gentibiosa, laminaribiosa, maltotriosa, 1-kestosa, panosa, isomaltosil glucosa, erlosa, isomaltosiltriosa, theanderosa, centosa, isopanosa, isomaltosiltetraosa, e isomaltosilpentaosa (Siddiqui y Furgala, 1967; Siddiqui y Furgala, 1968). Se han descrito también en la miel una amplia variedad de constituyentes minoritarios de naturaleza no hidrocarbonada, muchos de los cuales poseen propiedades antioxidantes (por ejemplo, ácidos fenólicos y flavonoides). Desde el punto de vista de la salud, la presencia de tales sustancias antioxidantes representa un importante valor añadido. Debido a la naturaleza de la miel, su composición varía ampliamente dependiendo del área geográfica y de su origen floral (Escuredo y col., 2013)
Jarabe de arce o miel de maple
El jarabe de arce se elabora fundamentalmente en Canadá (provincias de Quebec y Manitoba) y USA (Estado de Vermont) a partir de la sabia de los árboles de diferentes especies del género Acer (arce), sobre todo Acer saccharum (arce del azúcar), Acer rubrum (arce rojo) y Acer nigrum (arce negro) (Eagleson y Asner, 2006). Estos árboles son capaces de almacenar almidón en sus troncos, ramas y raíces durante las estaciones cálidas (verano y otoño), a continuación, el almidón se convierte en sacarosa y otros azúcares que pasan a formar parte de la sabia de los árboles al final del invierno y principios de la primavera. En ese momento, se practican agujeros en los troncos de los árboles y la sabia que exuda de ellos se recoge con la ayuda de grifos o tubos de plástico. La sabia seguidamente se hierve y se concentra en recipientes abiertos hasta que se obtiene un jarabe. El jarabe que se obtiene finalmente tiene una densidad variable de alrededor de 66 ºBrix y, una vez elaborado, se filtra para eliminar los cristales de azúcar y malato cálcico que se forman durante el proceso de concentración y que confieren al jarabe una textura arenosa indeseable. El jarabe puede seguir calentándose, o ser procesado con posterioridad para generar otros productos derivados del arce diferentes, tales
45 como azúcar de arce, crema o mantequilla de arce, o caramelo o tofe de arce (Eagleson y Asner, 2006).
El jarabe de arce se encuadra en grados, siguiendo diferentes escalas y de acuerdo con su densidad y translucidez. Estos diferentes grados con sus distintas características organolépticas son función del origen botánico, el lugar geográfico de recolección, y, sobre todo, el momento de la temporada en el que se recoge del árbol; el jarabe que se recoge en momentos más tempranos tiende a presentar un color más claro.
La composición química del jarabe de arce es variable entre los diferentes grados., pero contiene un 66,5-67,9% de carbohidratos, fundamentalmente sacarosa (65,1-67,1%) y pequeñas cantidades de glucosa (0,4-0,7%) y fructosa ((0,1-0,7%) formadas como consecuencia del proceso de inversión de la sacarosa que tiene lugar durante la ebullición de la sabia para generar el jarabe (van den Berg y col., 2006). Su contenido medio de micronutrientes es bajo, sin embargo, el manganeso y la riboflavina están presentes en cantidades apreciables, y se han descrito también cantidades moderadas de zinc, calcio, conjuntamente con cantidades traza de aminoácidos (Morselli y Whalen, 1996). Incluso se generan sustancias nuevas durante el proceso de ebullición y concentración (Li y Seeram, 2011). En diferentes países del mundo, este jarabe se usa ampliamente como edulcorante en diversos productos de repostería y una amplia variedad de alimentos, y los expertos en gastronomía coinciden en señalar su aroma y sabor particular y único.
I.2.4.2. Los edulcorantes no sacáridos
Los edulcorantes hidrocarbonados tienen valor calórico y un consumo excesivo puede conducir a un aumento del peso corporal y eventualmente a obesidad. También pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre, resultando altamente perjudiciales para las personas diabéticas o pre- diabéticas. A su vez, son azúcares fermentables y su consumo, unido a una deficiente higiene dental, puede generar caries dentales (Majem y col., 1993).
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Por todas estas razones, los edulcorantes no sacáridos (no carbohidratos) han adquirido una importancia creciente en los últimos años. Los edulcorantes no sacáridos son ciertamente un grupo muy heterogéneo de sustancias de origen vegetal que tienen generalmente una capacidad edulcorante muy poderosa. Estas sustancias, su naturaleza, estabilidad y propiedades edulcorantes han sido revisadas recientemente (Priya y col., 2011). Enumeraremos en este apartado los más interesantes clasificándolos por familias químicas.
I.2.4.2.1. Terpenoides
Los terpenoides vegetales que poseen poder edulcorante son el steviosido, dulcosido, rebaudiosidos A-E y esteibiosido procedentes de las hojas de la planta Stevia rebaudiana; la glicirrizina de las raíces y estolones de las plantas Glycyrrhiza glabra, Glycyrrhiza foetida, y Glycyrrhiza inflata, y de las frutas de la planta Manilkara zapota; el polipodosido A de los rizomas de la planta Polypodium glycyrrhiza; los abrusosidos A-E de las hojas de Abrus precatorius; y la perillartina de las hojas, semillas y botones florales de la planta Perilla frutescens.
I.2.4.2.2. Dihydro isocumarinas
La dihydro isocumarina más importante es la denominada filodulcina obtenida de la planta Hydrangea macrophylla.
I.2.4.2.3. Proteínas
Algunas sustancias edulcorantes naturales tienen naturaleza proteica. Tales son las taumatinas presentes en las frutas de la planta tropical Thaumatococcus daniellii; la miraculina, una glicoproteína presente en las bayas rojas (baya mágica) de la planta Synsepalum dulcificum (Richardella dulcifica); la curculina de la planta Curculigo latifolia; la monellina de las bayas rojas de la planta Dioscoreophyllum cumminsii; la pentadina y brazeina de las
47 frutas de Pentadiplandra brazzeana; y la mabinlina, un polipéptido presente en las frutas de la planta china Capparis masaikai.
I.2.4.2.4. Dihidrochalconas
Algunas dihidrochalconas de origen vegetal presentan sabor dulce. Tales compuestos son la trilobatina de la planta Symplocos paniculata; la glicifilina presente en todas las partes de la planta Smilax glycyphilla; la neoesperidina de las frutas de Citrus aurantium; la naringina de las frutas de Citrus paradisi; y la hesperidina proveniente de Citrus sinensis y Citrus limon.
I.2.4.2.5. Polioles
Algunos polioles naturales (xilitol y eritritol) tienen poder edulcorante. El xilitol ((2R,3r,4S)-pentano-1, 2, 3, 4, 5-pentol) tiene un poder edulcorante similar al de la sacarosa. Se encuentra de modo natural en bajas concentraciones en muchas frutas y vegetales y se obtiene de diferentes bayas y plantas. La extracción comercial de xilitol se lleva a cabo habitualmente a partir de madera de abedul.
El eritritol ((2R,3S)-butano-1, 2, 3, 4-tetraol) tiene, comparativamente, el 70% del poder edulcorante de la sacarosa. Se encuentra de modo natural en algunas frutas y alimentos fermentados. A escala industrial, se obtiene por fermentación de la glucosa utilizando sobre todo la levadura Moniliella pollinis, si bien recientemente se han identificado nuevas levaduras que producen eritritol de modo muy eficiente (Deng y col., 2012).
I.2.4.2.6. Saponinas esteroideas
Algunos edulcorantes naturales son saponinas esteroideas. Tales son la estrogina presente en los extractos acuosos de las hojas de la planta Staurogyne merguensis; los ciclocariósidos I, II y III que se obtienen de las hojas de Cyclocarya paliurus; los pterocariósidos A y B de las hojas y tallos del árbol Pterocarya paliurus; la osladina de los rizomas de Polypodium vulgare; y el polipodósido A de los rizomas de la planta Polypodium glycyrrhiza.
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I.2.5. LOS EMULSIONANTES
Teniendo en cuenta la inestabilidad del sistema que constituye el helado, la adición de emulsionantes y estabilizantes es imprescindible para mejorar la textura y la resistencia a las fluctuaciones de temperatura (Mahaut y col., 2003).
Las emulsiones de grasa en agua son parte fundamental de muchos de los alimentos elaborados. Las gotitas de grasa dispersas en la fracción acuosa de estos productos contribuyen de un modo importante a sus propiedades sensoriales típicas y deseables, tales como el aspecto, aroma, estabilidad, sabor, textura y sensación en boca (McClements, 2015). Estas propiedades dependen fundamentalmente de las propiedades de las gotitas de grasa que contienen los alimentos, de su cantidad, estructura, composición, tamaño e interacciones (McClements, 2005).
Las emulsiones de grasa en agua son sistemas inestables desde el punto de vista termodinámico, y su estabilización resulta clave para facilitar los procesos de elaboración y asegurar una calidad uniforme y una vida útil prolongada en los productos basados en estas emulsiones. Esta estabilización resulta posible por el uso de sustancias llamadas genéricamente emulsionantes. Los emulsionantes son sustancias anfifílicas (hidrofílicas e hidrofóbicas al mismo tiempo) que son capaces de adsorberse en la superficie de las gotitas de grasa, reduciendo la tensión interfasial y evitando la coalescencia de las gotitas que podría desembocar en la rotura definitiva de la emulsión y en la pérdida rápida de todas las características y atributos ligadas al mantenimiento de la misma. Los emulsionantes alimentarios exhiben diversas funciones relacionada con la estabilidad de las emulsiones y con la textura de los alimentos. Pueden tanto aumentar la estabilidad de la emulsión como proporcionar una desestabilización controlada de la emulsión que en algunos casos es un efecto deseable de cara a obtener texturas concretas y particulares y sensaciones en boca diferentes e impactantes (Chen, 2015). Las propiedades y la funcionalidad de los emulsionantes han sido profundamente estudiados durante décadas, tanto en sistemas modelo como en los alimentos,
49 y la industria alimentaria tiene actualmente a su disposición sustancias muy eficientes que se hallan incluidas en las listas positivas de aditivos. Sin embargo, como acabamos de comentar en el caso de los edulcorantes, las preferencias actuales de los consumidores se inclinan hacia sustancias naturales que, si bien en algunos casos ligeramente menos efectivas, ofrecen un máximo de confianza al consumidor sin afectar a la calidad y propiedades de los alimentos en los que se emplean.
Un emulsionante natural ideal debería cumplir los siguientes requisitos (McClements y Gumus, 2016): i) adsorción rápida en la superficie de las gotitas de grasa que se generan durante la homogeneización delas mezclas, ii) descenso apreciable de la tensión en la interfase grasa-agua para facilitar la fragmentación de las gotitas de grasa, iii) generación de una película protectora en la superficie de las gotitas para evitar la agregación y posterior coalescencia de las mismas.
Las sustancias naturales que cumplen estos requisitos pertenecen a cuatro grupos fundamentales de sustancias: fosfolípidos, proteínas, polisacáridos y “biosurfactantes y bioemulionantes”.
I.2.5.1. Los fosfolípidos
Los fosfolípidos son lípidos polares ampliamente distribuidos en la naturaleza donde integran las membranas celulares de las plantas, animales y microorganismos. Desde un punto de vista químico, los fosfolípidos son acil- glicéridos en los que dos de las tres posiciones de la molécula de glicerol están esterificadas por ácidos grasos, estando la tercera posición esterificada por una molécula de ácido fosfórico. Las cadenas hidrocarbonadas de los ácidos grasos constituyen la mitad apolar (hidrofóbica) de la molécula, mientras que el ácido fosfórico es el responsable de su carácter polar (hidrofílico). Una molécula con tal estructura tiene regiones fuertemente apolares y regiones fuertemente polares, una particularidad que le confiere un carácter anfifílico muy adecuado para adsorberse en las interfases grasa-agua. Cuando los fosfolípidos se adsorben en las intefases grasa-agua, la parte apolar de la molécula (cadenas hidrocarbonadas de los ácidos grasos) se adentra en la fase oleosa, mientras que la parte polar de la molécula (ácido fosfórico) se orienta
50 hacia la fase acuosa. Los fosfolípidos pueden formar una monocapa o una capa múltiple (con los fosfolípidos alineados cabeza con cabeza) alrededor de las gotitas de grasa, dependiendo de las características de la emulsión (Pichot y col., 2013).
Los emulsionantes naturales a base de fosfolípidos utilizados en la industria alimentaria se denominan habitualmente lecitinas (Klang y Valenta, 2011). Las lecitinas pueden extraerse de numerosas fuentes naturales, siendo las más comunes las habas de soja, huevos, leche y algunas semillas (colza, canola, algodón, y girasol) (Bueschelberger y col., 2015). Sin embargo, en la actualidad el 90% de las lecitinas disponibles comercialmente proceden de la soja (Günther, 2012) debido a que pueden extraerse de un modo fácil y económico en el curso de la obtención del aceite de soja.
Las lecitinas naturales son generalmente mezclas complejas de diferentes lípidos polares (fosfo- y glicolípidos) y triglicéridos (Günther, 2012), pero habitualmente se fraccionan y purifican para obtener sustancias más puras enriquecidas en fracciones particulares (Bueschelberger y col., 2015) que poseen propiedades concretas y poderosas para usos muy concretos.
I.2.5.2. Las proteínas
Las proteínas son complejas cadenas poliméricas formadas por unidades denominadas aminoácidos que se encuentran unidas a través de enlaces peptídicos. Algunos aminoácidos (glicina, alanina, valina, leucina, isoleucina, prolina, fenilalanina, triptófano, y metionina) tienen cadenas laterales apolares, mientras que otros (serina, treonina, cisteína, tirosina, asparagina y glutamina) están provistos de cadenas laterales polares (Belitz y col., 2009). La mayoría de las proteínas presentes en la naturaleza poseen en sus moléculas una mezcla de aminoácidos apolares y polares, y por lo tanto gozan de un carácter anfifílico y poseen la capacidad de adherirse a las interfaces grasa-agua, estabilizando por lo tanto las emulsiones de grasa en agua (Dickinson, 1994; Damodaran, 2005). La relación de grupos apolares a grupos polares que quedan expuestos en la superficie determina la actividad de superficie de una proteína concreta (Dalgleish, 1996) y, para que una proteína sea un buen emulsionante, se requiere que posea un nivel de
51 hidrofobicidad superficial medio. Las proteínas rápidamente se adsorben en la superficie de las gotitas y forman membranas interfasiales cargadas eléctricamente, por lo tanto, la repulsión electrostática es el principal mecanismo que evita la coalescencia de las gotitas de grasa en las emulsiones estabilizadas por proteínas (McClements, 2004). Debido a esta circunstancia, las emulsiones estabilizadas por proteínas tienen una sensibilidad particular a las condiciones de pH y fuerza iónica, y se desestabilizan cuando el valor de pH se sitúa en torno al punto isoeléctrico de la proteína utilizada como estabilizante, y también cuando la fuerza iónica del medio alcanza un valor determinado (Dickinson, 2010). Además, las emulsiones estabilizadas por proteínas globulares son sensibles a los tratamientos térmicos, debido a la sensibilidad al calor de estas proteínas y a su fácil desnaturalización por efecto de la temperatura.
En la naturaleza hay una amplia variedad de proteínas que cumplen los requisitos necesarios para ser un buen emulsionante. Sin embargo, en la industria alimentaria las más utilizadas como emulsionantes son las proteínas lácteas, tanto las caseínas como las proteínas del suero (Wilde, 2009; Lam y Nickerson, 2013). Otras proteínas adecuadas de origen animal son las proteínas de huevo (ovoalbúmina, lisozima y las mezclas de proteínas de la clara) y la gelatina (Surh y col., 2006; Anton, 2013). Sin embargo, por varias razones que abarcan los aspectos económicos, alergenicidad, funcionalidad y etiquetado, en los últimos años existe un interés creciente por el uso de proteínas de origen animal. En este sentido, las proteínas de soja, maíz, guisante, garbanzos, alubias y lentejas han sido estudiadas y testadas en profundidad, y algunas de ellas han mostrado propiedades emulsionantes prometedoras tras ser sometidas a ligeras modificaciones estructurales (Lam y Nickerson, 2013). En cualquier caso, cada proteína tiene sus propiedades estructurales y funcionales características y su adecuación para servir como emulsionante es, como ya se ha comentado, función de los parámetros del entorno (pH, fuerza iónica, tratamientos térmicos, etc.).
I.2.5.3. Los polisacáridos
Los polisacáridos son polímeros formados por unidades (monosacáridos) unidas entre sí a través enlaces glicosídicos. Los
52 monosacáridos que integran la molécula pueden ser de uno solo (homopolisacáridos) o más tipos (heteropolisacáridos). Los polisacáridos varían ampliamente en relación con el número de unidades de monosacáridos que los integran (desde oligosacáridos hasta polisacáridos de alto peso molecular), grado de ramificación (desde lineales a muy ramificados), carga eléctrica, e hidrofobicidad/polaridad. Además, algunos polisacáridos tienen péptidos (glicoproteínas) o lípidos (glicolípidos) unidos a ellos. Todas estas particularidades estructurales confieren a los polisacáridos diferentes propiedades y capacidades para servir como emulsionantes.
La mayoría de los polisacáridos naturales son moléculas muy hidrofílicas y, al carecer de hidrofobicidad, no son buenos emulsionantes (Dickinson, 2003). Este tipo de moléculas, sin embargo, pueden estabilizar las emulsiones a través de un incremento de la viscosidad del medio, impidiendo así el desplazamiento y la coalescencia de las gotitas de grasa. Tales moléculas pueden adquirir actividad de superficie mediante una modificación química o enzimática que implique la adición de sustancias no polares. Sin embargo, las moléculas resultantes no pueden ser consideradas emulsionantes naturales. Algunos polisacáridos naturales tienen grupos no-polares en sus moléculas que les confieren un carácter anfifílico y, por consiguientes, buenas propiedades como emulsionantes. Entre estas sustancias destacan por sus propiedades emulsionantes la goma arábiga, pectinas y galactomananos. Además de estos, existen otros polisacáridos naturales de varios orígenes que recientemente han demostrado sus propiedades emulsionantes; tales son la goma de fibra de maíz, los polisacáridos de las semillas de albahaca, el mucílago de la mostaza amarilla, el kitosano del exoesqueleto de los crustáceos, la goma de tragacanto procedente de diferentes especies de Astargalus, y polisacáridos obtenidos a partir de las habas de soja y de las aceitunas.
I.2.5.4. Los biosurfactantes y bioemulionantes
Los biosurfactantes son pequeñas moléculas (glicolípidos, lipoproteínas y lipopéptidos que tienen en su molécula tanto partes hidrofílicas como hidrofóbicas, y por lo tanto poseen actividad de superficie y son capaces de estabilizar emulsiones de grasa en agua (De y col., 2015; Varvaresou e
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Iakovou, 2015). Los biosurfactantes pueden extraerse de plantas o ser producidos por microrganismos a través de procesos de fermentación controlados (De y col., 2015). Habitualmente, se obtienen en forma de mezclas complejas con otras moléculas de varias naturalezas y deben ser purificados antes de su uso como ingredientes alimentarios. Las ventajas de los biosurfactantes se basan en su carácter natural (son biodegradables, su producción es sostenible, y carecen de toxicidad), pero también en su efectividad a temperaturas y valores de pH extremos, y concentraciones de sal elevadas (Kralova y Sjoblom, 2009).
Los biosurfactantes más importantes de origen microbiano son glicolípidos y liporoteínas (Kralova y Sjoblom, 2009). Los biosurfactantes de origen vegetal son fundamentalmente las saponinas. Las saponinas glicósidos esteroides o triterpenoides que están presentes en un número elevado de vegetales de uso alimentario, fundamentalmente las legumbres (Sidhu y Oakenfull, 1986; Savage, 2016). Las saponinas son anfifílicas debido a que poseen partes hidrofílicas (azúcares) e hidrofóbicas (grupos fenólicos) en la misma molécula (Güçlü-Üstündag y Mazza, 2007). Las saponinas más interesantes para la industria alimentaria proceden de la corteza del árbol Quilaja saponaria (Stanimirova y col., 2011).
Los bioemulsionantes son sustancias de levado peso molecular de origen microbiano. Incluyen proteínas, heteropolisacáridos, lipopolisacáridos, y liporoteínas, o mezclas complejas de estos compuestos (Perfumo y col., 2012). Los bioemulsionnates son moléculas anfifílicas, pero debido a sus elevados pesos moleculares noson tan efectivos como como los biosurfactantes en la reducción de la tensión interfasial de las emulsiones (Uzoigwe y col., 2015). Al igual que los biosurfactantes, estas moléculas pueden emulsionar de manera eficiente dos líquidos inmiscibles, incluso a bajas concentraciones, pero son menos efectivos en la reducción de la tensión superficial. Así pues, los bioemulsionantes poseen solo capacidad emulsionante, y no actividad superficial (Uzoigwe y col., 2015). Los bioemulsionantes más importantes incluyen las hidrofobinas de Trichoderma reesei, manoproteínas de Saccharomyces cerevisiae o Saccharomyces uvarum, emulsan de Acinetobacter calcoaceticus, alasan de Acinetobacter radioresistens, liposan de Candida lipolytica y el lipomanan de Candida tropicales (Kralova y Sjoblom, 2009; Uzoigwe y col., 2015). Sin embargo, de todas estas sustancias solo las
54 hidrofobinas (Tchuenbou-Magaia y col., 2009) y las manoproteínas (Barbosa da Silva Araújo y col., 2014) han sido utilizadas como potenciales bioemulsionantes en sistemas alimentarios.
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II. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS DE LA PRESENTE TESIS DOCTORAL
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La ejecución de la presente tesis doctoral está en primer lugar motivada por la necesidad de elaborar un producto que valorice dos producciones excedentarias en la Comunidad Autónoma de Galicia: la leche de vaca y la castaña. Habida cuenta de la inexistencia en el mercado de helados de castaña, el helado parece ser el producto de elección a elaborar con la finalidad señalada.
Ahora bien, dada la multitud de posibilidades de incorporación de la castaña en la fórmula del helado (en tropiezos, en forma de harina, en marrón glacé, etc.) es necesario fijar inicialmente la fórmula más adecuada (los ingredientes y sus proporciones) a través de un ensayo de preferencia por parte de un panel de catadores.
Por otra parte, en el mundo actual, los consumidores son progresivamente más exigentes y buscan productos alimenticios diferentes, nuevos, más impactantes y sorprendentes, y que proporcionen sensaciones más placenteras. Al mismo tiempo, los consumidores están cada vez más informados y son más conscientes de la íntima relación entre la alimentación y salud, exigiendo productos cada vez más seguros y saludables. En este escenario, la industria alimentaria actual debe maximizar los esfuerzos para combinar la innovación, la capacidad de sorpresa, la calidad y la seguridad. La búsqueda de nuevas fórmulas con beneficios y prestaciones mejorados y la búsqueda de alternativas más naturales y saludables para los ingredientes y aditivos más sospechosos o que suscitan más dudas en los consumidores es uno de los mayores desafíos de la industria alimentaria actual.
Dado el carácter poco saludable de la grasa láctea (grasa muy saturada y con presencia de colesterol en su composición) y el contenido elevado de azúcar en las fórmulas habituales de helado, que aporta un elevado número de calorías y resulta desaconsejable para consumidores diabéticos o pre- diabéticos, sería interesante valorar, en la fórmula base inicialmente adoptada, alternativas de sustitución de la grasa láctea y del azúcar por otros ingredientes más saludables.
Dada la naturaleza física del helado, es necesario el empleo de aditivos estabilizantes en su fabricación. Existe entre los consumidores una creciente
57 animadversión hacia los aditivos químicos, por lo que también resultaría de sumo interés el valorar la sustitución de los estabilizantes habitualmente empleados en la industria heladera por otros naturales, menos sospechosos para el consumidor y que transmitan una imagen más saludable del producto final elaborado.
II.1. OBJETIVOS
II.1.1. OBJETIVO GENERAL
Dada la justificación y los antecedentes señalados, la presente Tesis Doctoral se plantea como objetivo general seleccionar la fórmula sensorialmente más satisfactoria para un helado de leche entera y castaña, y sustituir posteriormente en dicha fórmula los ingredientes y aditivos menos saludables (grasa láctea, sacarosa, aditivos estabilizantes sintéticos) por otros de mayor saludabilidad. Una vez efectuadas las sustituciones correspondientes, las fórmulas de helado resultantes se caracterizarán a nivel físico-químico, microbiológico y sensorial con la finalidad de conocer las propiedades nutricionales y la calidad microbiológica de las distintas fórmulas, así como la aceptabilidad de las mismas por parte de un panel de catadores.
II.1.1.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Los objetivos específicos de la Tesis Doctoral que nos ocupa son los siguientes:
1. Seleccionar, mediante pruebas de evaluación sensorial de preferencia, la fórmula más satisfactoria para un helado de leche entera y castaña (Castanea sativa Miller) elaborado incorporando los diferentes ingredientes y aditivos habitualmente empleados en la industria del sector.
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2. Sustituir en dicha fórmula la grasa láctea, la sacarosa y los estabilizantes sintéticos por otros ingredientes y aditivos más saludables (aceite de oliva, edulcorantes no carbohidratos y goma de tara – Caesalpinia spinosa -, respectivamente.
3. Realizar la caracterización composicional (determinación de los contenidos en extracto seco, materia grasa, proteína, cenizas y carbohidratos) y fisicoquímica (determinación de pH, acidez titulable, color y % de derretimiento) de las diferentes fórmulas de helado diseñadas, tanto de la fórmula base como de aquellas resultantes de la sustitución de los diferentes ingredientes y aditivos.
4. Determinar los perfiles de ácidos grasos y de compuestos volátiles de las fórmulas de helado diseñadas.
5. Evaluar la calidad microbiológica de las fórmulas de helado obtenidas y determinar si cumplen los estándares de calidad microbiológica fijados por la normativa.
6. Valorar, mediante análisis sensorial de preferencia, la aceptabilidad de las diferentes fórmulas de helado obtenidas.
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III. MATERIAL Y METODOS
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III.1. PRODUCTOS QUÍMICOS Y MEDIOS DE CULTIVO
Los reactivos químicos empleados en el presente trabajo fueron de calidad reactivo para análisis, suministrados por las firmas MERCK (Darmstadt, Alemania), SIGMA-ALDRICH (San Luis, Missouri, EE.UU.), SCHARLAU (Sentmenat, Barcelona, España) y PANREAC (Barcelona, España).
El agua destilada empleada para la preparación de las disoluciones acuosas fue obtenida en un equipo de filtración MILLI-RO 6 PLUS de la marca MILLIPORE (Molsheim, Francia). El agua desionizada se obtuvo del equipo de filtración MILLI-Q WATER SYSTEM de la misma marca ya indicada.
Los patrones utilizados para la cuantificación e identificación de los ácidos grasos fueron suministrados por SUPELCO (Bellefonte, EE.UU.).
Los medios de cultivo empleados para los recuentos microbianos fueron suministrados por las marcas OXOID (Cambridge, Reino Unido) y PANREAC (Barcelona, España).
Los gases utilizados en cromatografía gaseosa (aire, helio e hidrógeno) fueron suministrados por PRAXAIR (Danbury, EE.UU.).
III.2. MATERIAL DE LABORATORIO
Los equipos instrumentales utilizados en la elaboración y análisis de los helados pertenecen al laboratorio de Tecnología de los Alimentos del campus de Ourense. Para el desarrollo de las evaluaciones sensoriales y el análisis de los perfiles de compuestos volátiles de las diferentes muestras de helados formulados se emplearon las instalaciones (sala de catas) y equipamientos (cromatógrafo de gases con detector de masas) del Centro
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Tecnológico de la Carne de Galicia (Parque Tecnológico de Galicia, San Ciprián de Viñas, Ourense).
Se empleó de forma rutinaria el material de laboratorio que se describe a continuación:
• Licuadora – cortadora BLUESKY modelo BBL500-13 (BL 9292) de 500 W. De potencia y 1 litro de capacidad, en tres niveles de velocidad regulables para la trituración de las castañas. • Congelador de marca ELECTROLUX mod. EC3230A0W2/BNI325 DE 300 litros de capacidad, 230 V de potencia, 50 Hz, graduado a una temperatura de -22°C. para congelar y almacenar las muestras de helados. • Heladera UNOLD Modelo 48856 potencia 180 W, 220 – 240 V, 50 Hz de 2 litros de capacidad, equipado con un compresor automático de auto enfriamiento continuo, para el batido con incorporación de aire de las muestras de helados. • Balanza SCALITER mod. SBA 52 con sensibilidad de 0,01g (Heiligenstadt, Alemania) para realizar las pesadas ordinarias. Para las pesadas de mayor precisión, se empleó una balanza analítica PRECISA mod. 303-A con sensibilidad de 0,0001g (Dietikon, Suiza). • Homogenizador IKA mod. T25 digital ULTRA TURRAX (Staufen, Alemania), para la homogenización de las muestras durante las extracciones y otras mediciones. • Centrífugas de sobremesa SELECTA modelo MIXTASEL Y BECKHAM modeloS2-HS. • pHmetro CRISON mod. MICRO PH-2002 (Barcelona, España), calibrado con tampones fosfato (pH 7) y citrato (pH 4), para realizar las medidas de pH. • Agitadores magnéticos de la marca SELECTA mod. AGIMATIC-N 7000243 (Barcelona, España). • Pipetas automáticas de volumen variable EPPENDORF (Hamburgo, Alemania) y PIPET4OU (Nordhausen, Alemania), para la medida de volúmenes comprendidos entre 1 µL y 5000 µL. • Los baños de agua empleados para el mantenimiento en estado líquido de los medios de cultivo sólidos durante el análisis
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microbiológico de las muestras, y para la pasteurización de las mezclas de helado, fueron de la marca SELECTA modelos TECTRON 3473100, DIGITERM 100 y PRECITERM, equipados con regulador de temperatura y agitación permanente. • la marca SELECTA mod. TECTRON 3473100 (Barcelona, España), con regulador de temperatura y agitación constante. • El material de vidrio (tubos de ensayo, matraces, vasos de precipitados, etc.) fue de calidad PYREX o similar. • Equipo SOXHTEST RAYPA mod. SX-6 utilizado en la extracción de grasa. • Las estufas utilizadas para la determinación del contenido en extracto seco, y evaporación de disolventes durante la extracción de grasa, fueron de las marcas SELECTA mod. CONTERM 36L con precisión de ±1°C (Barcelona, España) y RAYPA (estufa de desecación con circulación de aire forzado) modelo DAE-J35 (Barcelona, España). • Batería de camisas calefactoras SELECTA, empleada para realizar la digestión de las muestras de helado a elevadas temperaturas y equipo de destilación VELP científica modelo UDK 127. • Olla-autoclave CERTOCLAV modelo CV-EL y Autoclave RAYPA modelo STERILMATIC-CAE-75, para esterilizar los medios de cultivo y materiales empleados en las pruebas de microbiología. • Estufas MEMMERT modelo BE-500, SANYO CLASSIC COOLED INCUBATOR mod. ICX180–XX2-C, HERAEUS KELVITON serie 6000, HERAEUS mod. 6120, HERAEUS mod. B6060 y HERAEUS mod. B6 empleadas para la incubación de las placas sembradas previa a los recuentos de los diferentes grupos de microorganismos. • Cámara de flujo laminar TELSAR mod. BV-100 para los trabajos que requirieron ambientes estériles durante la realización de los análisis microbiológicos. • Colorímetro KONICA MINOLTA CR-400, modelo AC-0305 (Konica Minolta Sesing, Inc., Osaka, Japón) para la determinación de los parámetros de color de las muestras de helado. • Cromatógrafo gases Trace GC Chromatograph (THERMO FINNIGAN, Austin, TX, USA) equipado con un inyector automático THERMO FINNIGAN mod. AI-3000, un detector de ionización de llama (FID) de
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THERMO FINNIGAN y un sistema informático para la recogida y tratamiento de datos CHROM-CARD de THERMO FINNIGAN, empleado para la separación e identificación de los ésteres metílicos de los diferentes ácidos grasos de las muestras de helado.
III.3. METODOLOGÍA GENERAL
III.3.1. SELECCIÓN DE LA FÓRMULA BASE PARA UN HELADO DE LECHE ENTERA Y CASTAÑA (Castanea Sativa, Miller)
III.3.1.1 Determinación del tipo de castaña a emplear en las formulaciones del helado
Tras evaluar los posibles ingredientes para el helado y verificar los rangos establecidos en normativas, estudios y datos que ofrecen las empresas del sector, se establecieron los principales ingredientes que se muestran en la figura 3.1.
Figura 3.1. Principales constituyentes de un helado.
El objetivo de esta primera parte del estudio fue determinar cuál era la forma más adecuada de incorporación de la castaña en el helado. Se empleó para ello un diseño experimental de 1 x 5, manteniendo constante en el helado una base de leche entera, grasa láctea y sacarosa; las 5 variables fueron cinco maneras diferentes de incorporar la castaña en la mezcla, a saber: i) harina de castaña (suministrada por Posada Marrón Glacé, S.L., Ourense, España), , ii) castaña en tropiezos (trozos de castaña), iii) mezcla de harina de castaña y tropiezos, iv) castañas en almíbar (suministradas por Cuevas y Cía, S.A.,
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Ourense, España) y v) glacé de castañas (suministrado por Cuevas y Cía, S.A., Ourense, España), según aparece recogido en la figura 3.2.
Figura 3.2. Tipos alternativos de presentación de la castaña en el helado
III.3.1.2. Tratamiento de las castañas para obtener los tropiezos
Se adquirieron castañas deshidratadas (pilongas) en un punto de venta de productos naturales de la ciudad de Ourense. Tras una selección para eliminar las defectuosas, se pesaron en cantidades de 375g cada lote y se procedió a envasarlas a vacío en bolsas de polietileno hasta el momento de su utilización.
Previamente a la elaboración del helado, se retiraron las castañas del envase de polietileno y se sometieron a tratamiento térmico a temperatura de cocción durante 35 minutos. Seguidamente se enfriaron hasta 50°C, se trituraron parcialmente con una picadora hasta lograr un tamaño uniforme y se almacenaron en refrigeración a 4°C hasta el momento de incorporar a la mezcla del helado.
III.3.1.3. Preparación de las mezclas de helado
Se procedió a pesar los ingredientes según cada formulación concreta. Se trabajó con 5 formulaciones en las que, además de la castaña en sus cinco presentaciones alternativas diferentes, fueron empleadas leche entera (leche pasteurizada suministrada por la Cooperativa Santa Mariña e Loureiro, O Irixo, Carballiño, Ourense, con un 3,5 % de materia grasa), leche en polvo
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(Sveltesse, Nestlé España, S.A., conteniendo 0,9 g/100 de grasa, 52,4 g/100 g de lactosa, 35,2 g/100 g de proteína y 1,25 g/100 g de NaCl), nata de leche con un 35 % de materia grasa (Feiraco Lácteos, S.L., A Coruña., España), sacarosa, carboximetilcelulosa (Tylo Powder, Cuenden Green Mill, PR5 5Lp, UK), aromatizante (Aroma natural de Vahiné (McCormick & Company, Inc., Sparks, MD, USA)) y colorante (Caramelina 16%, E102/124/132 (Manuel Riesgo, S.A., Madrid, España)). Se mezclaron los ingredientes, se pasteurizó la mezcla (82ºC; 30 segundos), se enfrió (4°C; 4,5 min), maduró (4ºC; 2 h), batió y congeló en máquina heladera (-6ºC; 50 min). Posteriormente se envasó y almacenó (-22ºC; 12 h) (ver la descripción más exhaustiva de estas etapas en el apartado de esta memoria).
III.3.1.4. Análisis sensorial de las diferentes formulaciones del helado
Para evaluar las cinco muestras de helado, cada una con una presentación diferente de castaña y ver cuál de las formas de incorporación de la castaña resultaba más satisfactoria, se contó con un grupo de 32 catadores semientrenados quienes evaluaron las muestras empleando una escala estructurada en el rango de 0 (me desagrada mucho) a 9 (me agrada mucho). Se utilizó para este propósito, la versión modificada de la escala hedónica sugerida por Bodyfelt et al. (1988). Las muestras de helado (aproximadamente 30g) se sirvieron a -10°C y siempre en condiciones semejantes a cada miembro del panel. En cada una de las muestras se evaluaron los siguientes parámetros: color, aroma, apariencia, textura, dulzor y aceptabilidad general.
III.3.2. ELABORACIÓN DE UN HELADO MÁS SALUDABLE (SIN COLESTEROL (GRASA DE ORIGEN ANIMAL), SIN AZÚCARES (CON EDULCORANTES HIPOCALÓRICOS), SIN GOMAS SINTÉTICAS (CON GOMA DE TARA – Caesalpinia Spinosa)) EMPLEANDO UNA BASE DE HELADO DE CASTAÑA
III.3.2.1. Elaboración de las formulaciones
Utilizando como base la fórmula mejor valorada en la fase anterior, se elaboraron ocho formulaciones de helado, modificando en cada caso sus
66 principales componentes (grasa, edulcorante y estabilizante), reemplazando los ingredientes normalmente empleados por otros más saludables. Para ello, y tomando como base el helado mejor valorado anteriormente, se elaboraron 8 formulaciones distintas de helado con un diseño factorial de 2x2x2. Se consideraron tres variables principales (materia grasa, edulcorantes y estabilizantes) con dos alternativas para cada una. Para la variable materia grasa, se empleó como alternativas a la nata láctea con el 35% en materia grasa una grasa vegetal (aceite de oliva Elosúa suave con 0,4º de acidez); para la variable edulcorante se empleó como alternativa a la sacarosa una mezcla de eritritol (E-968) y glucósidos de steviol (E-960) al 2,4%; finalmente, para la variable de estabilizante se empleó como alternativa a la carboximetilcelulosa (CMC) goma de tara (Caesalpinia spinosa) proveniente del Perú (Sosa Ingredientes, S.L., Moià, Barcelona, España)(Figura 3.3).
Figura 3.3. Diseño factorial de las 8 fórmulas de helado sometidas a estudio.
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III.3.2.2. Elaboración de los helados
Las distintas elaboraciones se han realizado según el proceso recogido en la figura 3.4 (diagrama de proceso de la elaboración de helados). Las elaboraciones se realizaron íntegramente en el laboratorio de Tecnología de los Alimentos de la Facultad de Ciencias de Ourense.
Figura 3.4. Diagrama del proceso de elaboración del helado de castañas
III.3.2.2.1. Aprovisionamiento
Antes de iniciar la preparación de las mezclas se verificó que todos los ingredientes y aditivos se encontraban en la mesa de trabajo. Entre ellos la
68 harina de castañas y los tropiezos, ambos hidratados a temperatura de cocción, los edulcorantes (sacarosa y stevia + eritritol), las grasas (nata láctea y aceite de oliva). El colorante y el aromatizante se adquirieron en una sola ocasión para todas las formulaciones a realizar.
Considerando el carácter perecedero de la leche, se programó su adquisición al momento de realizar las fabricaciones de las muestras de helado en el supermercado de la ciudad de Ourense.
Las materias primas, la leche y la castaña, junto a los otros ingredientes tales como la nata láctea, el aceite de oliva, y la sacarosa fueron adquiridos en el supermercado más cercano y almacenadas en el laboratorio hasta el momento de su empleo.
La figura 3.5 muestra la presentación de la leche y castañas empleadas en el estudio.
Figura 3.5. Materias primas empleadas en el proceso de elaboración del helado. Izq. Pruebas de acidez y densidad de la leche; Der. Harina de castaña y castañas enteras.
III.3.2.2.2. Elaboración de la mezcla de helado
Se pesaron las cantidades de castaña según formulación y se procedió a hidratarlas a temperatura de ebullición durante 35 minutos; seguidamente se enfrió y se procedió a triturarlas parcialmente.
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A continuación, en un recipiente se incorporaron la leche, las grasas, y los edulcorantes según las formulaciones establecidas. Luego se agregaron los aditivos que le confieren color y sabor al producto final (aromatizante y colorante), cumpliendo de esta manera con la etapa de saborización (Figura 3.6).
III.3.2.2.3. Pasteurización de la mezcla de helado
Tras añadir todos los ingredientes de la mezcla en un recipiente de 5 litros de capacidad, el recipiente se introdujo en un baño María adaptado con un termómetro y un cronómetro digital marca TIMER CLOCK – Lab box, y la mezcla se trató térmicamente a 82°C durante 30 segundos, manteniendo una agitación permanente.
Refrigeración y maduración de la mezcla de helado
Al concluir la pasteurización se procedió a un enfriamiento rápido hasta llegar a 5°C y la mezcla permaneció a esta temperatura durante 4 horas hasta el momento del batido. En esta fase, denominada maduración, tienen lugar los siguientes fenómenos:
- Hidratación de las proteínas y estabilizantes proporcionando un aumento en la viscosidad.
- Aumento de la capacidad de absorber el aire que se le incorpora en el proceso de batido (siguiente fase).
- Aumento de la resistencia al derretimiento.
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Figura 3.6. Preparación de la mezcla base para helado
III.3.2.2.4. Batido con incorporación de aire
A este proceso también se le conoce con el nombre de mantecación. Para llevarlo a cabo se colocó la mezcla en un batidor UNOLD de 2 litros de capacidad. El tiempo de batido fue de 45 minutos, y la temperatura de batido de -32°C. Al finalizar el batido se retiró la mezcla que a estas alturas del proceso de elaboración se encuentra parcialmente solidificada y con aspecto pastoso y habiendo aumentado notablemente su volumen a resultas de la incorporación de aire.
III.3.2.2.5. Almacenamiento del helado
Al terminar el proceso de batido, la mezcla se dispensó en alícuotas de 60 gramos aproximadamente en vasos de 100 mL de capacidad. Los vasos se cerraron a continuación herméticamente y se colocaron en el congelador a temperatura de -22°C hasta el momento de realizar las determinaciones analíticas y las pruebas sensoriales.
III.3.3. DETERMINACIÓN DE LA COMPOSICIÓN QUÍMICA (EXTRACTO SECO, MATERIA GRASA, PROTEÍNAS, CENIZAS Y CARBOHIDRATOS) Y PARÁMETROS FISICOQUÍMICOS (pH, ACIDEZ TITULABLE, COLOR, % DE DERRETIMIENTO) DE LAS FÓRMULAS DE HELADOS
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IIII.3.3.1. Determinación de la composición química del helado de castañas
Del total de muestras almacenadas de cada uno de los 8 tipos de helado, se seleccionaron en lo posible muestras de helados de diferentes filas y columnas de forma aleatoria por duplicado, con la finalidad de realizar el análisis de la composición química en el mayor número de muestras posible.
III.3.3.1.1. Determinación del contenido en extracto seco de las distintas formulaciones de helado
La determinación de extracto seco de los helados se realizó conforme a la Norma 70:2013 de la Federación Internacional de Lechería (IDF, 2013).
Reactivos y equipamiento de laboratorio
- Balanza analítica (DEVER, mod. S602, EE.UU.)
- Estufa de desecación (MEMMERT, mod. BE500, Hannover, Alemania)
- Desecador con gel de sílice
- Cápsulas de porcelana (HALDENWANGER, Alemania)
- Varillas de vidrio de 6 cm de longitud y 3 mm de diámetro
- Arena de mar fina, purificada, lavada y calcinada (PANREAC, Barcelona).
Procedimiento
Se colocaron aproximadamente 20 g de arena y una varilla en una cápsula, llevándose a estufa a 105±1°C hasta obtener un peso constante. Posteriormente se dejó enfriar la cápsula en el desecador y se pesó.
Se añadieron de manera inmediata en la cápsula aproximadamente 5±0,01 g, exactamente pesados, de la muestra de helado, pesándose de nuevo. Se mezcló cuidadosamente la masa de helado con la arena con ayuda de la
72 varilla de vidrio. El contenido de la cápsula se dejó desecar en la estufa durante 4h a 105±1ºC, dejándose enfriar posteriormente en el desecador y pesándose de nuevo. Se repitieron los ciclos de desecación (30 minutos) y pesada hasta obtener un peso constante.
Durante el tiempo de estancia en la estufa se removió de vez en cuando el contenido de la cápsula con la varilla para evitar la formación de costras que dificultasen el secado uniforme de toda la masa.
Cálculos