URVIO, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad ISSN: 1390-3691 [email protected] Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Ecuador

Montoya Prada, Alexander Asalariados de la muerte: sicariato y criminalidad en Colombia URVIO, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad, núm. 8, septiembre, 2009, pp. 61-74 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Quito, Ecuador

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Alexander Montoya Prada1

Fecha de recepción: junio 2009

Fecha de aceptación y versión final: septiembre 2009 LatinoamericanaRevista de Seguridad Ciudadana.

Resumen W@

El sicariato es un recurso utilizado en el desarrollo de conflictos sociales desde el ámbito público estatal hasta el privado íntimo. En este artículo hacemos un recorrido de los últimos 30 años en la historia de Colombia, para estudiar la manera como se relaciona con diferentes actores y pro- cesos, como los del narcotráfico y el paramilitarismo, describiendo la trayectoria de los sicarios, modus operandi, niveles de organización, móviles de los contratantes y tarifas. De igual manera abordamos la relación y la reacción del Estado ante el sicariato, con políticas de justicia, seguridad y rehabilitación. Palabras clave: sicarios, conflicto, conflicto armado, cultura, violencia, narcotráfico, parami- litarismo, oficinas de cobro, justicia, políticas de seguridad.

The sicariato is a resource used in the development of social conflicts from the public state area up to the private intimate. In this article we do a tour of last 30 years in the history of Colombia, to study the way as it relates to different actors and processes as those of the drug trafficking and the paramilitarism, describing the path of the assassins, modus operandi, levels of organization, mobiles of the contractors and tariffs. In the same way we approach the relation and the reaction of the State in front of the sicariato with policies of justice, safety and rehabilitation. Key words: assassins, conflict, armed conflict, culture, violence, drug trafficking, paramili- tarism, offices of collection, justice, safety policies.

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studiar los procesos de $# cambio en las dinámicas del conflicto en Colombia En Colombia el uso de la palabra sicario se permite analizar sus rela- generalizó con el asesinato del ministro de ciones, actores y acciones. justicia Rodrigo Lara Bonilla, en 1984. No Esto implica definir las obstante, el sicariato operaba en la década de característicasE de fenómenos como el del 1970 para narcotraficantes, esmeralderos y sicariato, estableciendo las diferencias terratenientes, incluyendo algunos “pájaros”, que tiene de otras formas, en el desarrollo matones a sueldo que actuaron durante la del conflicto que deriva en acciones vio- Violencia, el período de conflicto bipartidista lentas. Asimismo, es necesario ampliar de mediados del siglo XX. A Griselda Blanco, la imagen de la sicaresca literaria o cine- la “Reina de la Coca”, se le atribuye el inicio matográfica, que si bien puede coincidir en el país de la modalidad de sicarios motori- con ciertos rasgos de esta actividad en zados, pero es el Cartel de Medellín quien los algunos momentos y lugares, tiende a consolida, con el entrenamiento brindado en convertirse en un lugar común que limita algunas escuelas ubicadas en la ciudad y sus el análisis de un tema complejo, diverso cercanías. Con la instrucción del israelí Isaac en la relación entre contratantes, contra- Guttnan Esternbergef se especializaron en tistas y víctimas, con variaciones en sus hurto, conducción y acondicionamiento de procesos regionales, organización y modus automóviles y motocicletas, manejo de armas, operandi2. tiro al blanco, maniobras de seguimiento y Los textos analíticos que abordan vigilancia (Castillo, 1987: 193). específicamente el tema del sicariato son Las primeras bandas asociadas con el escasos, y los que se encuentran, en su Cartel de Medellín fueron “Los Guantes mayoría son de principios de la década de Blancos”, “Los Magníficos”, “Los Quesitos” 1990, que enfatizan el caso de Medellín, y “Los Priscos”. La banda de “Los Priscos” en una vertiente etnográfica. En general era la guardia pretoriana de , y el tema se diluye en los trabajos dedicados la dirigían cinco hermanos; operaban desde al conflicto armado, la delincuencia orga- el barrio Aranjuez de Medellín, un sector nizada y el narcotráfico. En cuanto a las donde los únicos que patrullaban eran los fuentes de información, nos basamos en militares de la IV Brigada. A finales de la informes institucionales, agregados de década de 1980, en plena época de la guerra mortalidad y prensa3. de Pablo Escobar contra el Estado, David Ricardo Prisco Lopera reclutó a más de 300 hombres para realizar secuestros, atentados terroristas y asesinatos. Asimismo, entre los ''&1 '&&'&0A>& sicarios más reconocidos se encuentra John ;@,1@E,&F@X@ Jairo Arias Tascón “Pinina”, un niño pobre 417@B de los barrios marginales de Medellín, /7' ' 1 '& ladrón a los 12, pandillero a los 14 y sicario 6&)7-&1;+ a los 15. Entrenado en las escuelas del 2'&'''& Cartel, reclutaba con facilidad gracias a su &F'&6A1&B@ conocimiento de las comunas. Esa capa- AB@VA<B1- cidad le permitió organizar el asesinato &@ ' '&1 & de Lara Bonilla, ser el enviado de Escobar R/7' '7;+2@/& a desatar la guerra con el Cartel de Cali y luego instalar carrobombas en diferentes &'& >16)&&'2

62 Asalariados de la muerte. Sicariato y criminalidad en Colombia W@,6&'&&@[@ED ()6/X@' lugares del país, que mataron a 262 civiles. de 1993, cuando anunciaba la creación del Además se le atribuyó el asesinato de 129 grupo armado “Antioquia Rebelde”. policías en Medellín. “Pinina” fue dado de La organización de Pablo Escobar se baja en 1990, a sus 29 años. debilitó tras su fuga de la cárcel en julio de Escobar pagaba en 1990 USD 3.500 por 1992, debido al cerco de las autoridades y un policía uniformado, USD 8.800 por uno “Los Pepes”, perseguidos por Pablo Escobar, de civil y USD 880.000 por un general4. que detuvieron y eliminaron a sus hombres Los acusaba de ser “sicarios oficiales” que de confianza, de manera que recurrió a tenían grupos de limpieza. Algunos sectores novatos y oficinas de cobro (Duncan, 2005: de la Policía al parecer realizaron este tipo 18-19). Estos venían de las bandas barriales de acciones, ante la inoperancia de la jus- compuestas por 20 pandilleros, de los cuales ticia que dejaba libres a los sicarios. Encapu- dos o tres se contactaban con “las oficinas” chados armados con mini-ingram iniciaron y uno se convertía en un sicario de impor- recorridos por las zonas donde vivían los tancia. Los demás se dedicaban a trabajar sicarios. Acribillaban en especial a jóvenes, por cuenta propia, improvisando y buscando entre 16 y 30 años, algunos de ellos estu- mejores oportunidades, en muchos casos diantes, trabajadores y habitantes inocentes. parados en las calles de Bello, en el sector de Este era parte del tratamiento policial que se Guayaquil o en el Barrio Antioquia, como le daba al sicariato en el contexto de guerra si fueran músicos o prostitutas a la espera de a muerte entre el Gobierno y el narcotráfico, maridos celosos o comerciantes estafados. sin que mostrara resultados en la reducción En 1990 con el cerco a Pablo Escobar, de la violencia (Ortiz, 1991: 72) el miedo de los intermediarios y la organi- Escobar confrontó al Estado con zación infiltrada por los organismos de segu- bombas, secuestros y el asesinato de perso- ridad, más de 3.000 sicarios se encontraban najes públicos; desde aquellos que lo per- desempleados. Esto motivó una reunión seguían, como ministros, jueces y policías, en el municipio de La Estrella (Antioquia) hasta candidatos presidenciales y familiares entre John Jairo Velásquez “Popeye”, mano de políticos reconocidos. Estos actos eran derecha de Escobar, y los jefes de algunas de la forma de presionar la negociación con el las 300 bandas que operaban en Medellín Estado, en la búsqueda de pasar de ser un y se dedicaban al secuestro, robo de carros, delincuente común, durante la presidencia residencias, bancos y al atraco callejero. El de Betancur (1982-1986), a su autorepre- mensaje de Escobar era que seguiría sub- sentación como un combatiente rebelde vencionando a las bandas mientras pasaban con Barco (1986-1990) (Orozco, 1991: las dificultades. No obstante, con la muerte 31-32). Este intento se logró parcialmente de “Los Priscos” en 1991, y la ausencia con Gaviria (1990-1994), a partir de la de un control hegemónico, aumentaron entrega de Escobar y sus lugartenientes en las masacres entre bandas de trayectoria y 1991, tras garantizarle el gobierno un trato grupos emergentes. Tras la muerte de Pablo jurídico especial, pero se desdibujó con su Escobar en 1993, disminuyeron los homi- fuga, a pesar de intentos como el de enero cidios en Medellín, pero se incrementó el hurto de vehículos y los robos a entidades D /'& financieras se cuadruplicaron. Además pro- & @ . '&& & liferaron los capos, traquetos y sicarios, '7'& '& '@ ante la posibilidad de un rápido ascenso en '&AR@B@ las estructuras de las pequeñas y medianas AR@EB@ AEE@B@ AE@EEB@ A@B@AD@EB@RAD@B@ organizaciones criminales.

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;# senadora Piedad Córdoba (1999), el ase- sinato de los investigadores del CINEP, Elsa En la década de 1980 la Alvarado y Mario Calderón (1997), del y La Terraza eran utilizadas por Escobar en periodista Jaime Garzón (1999), del profesor labores de control, fiscalización y cobro de un Hernán Henao (1999) y de los defensores porcentaje de sus ganancias a narcotraficantes, de derechos humanos, Jesús María Ovalle secuestradores, extorsionistas y asaltantes de (1998) y Eduardo Umaña Mendoza (1998). bancos. La Oficina de Envigado estaba a cargo No obstante, la relación con los paramilitares de los hermanos Moncada y Galeano, que en se debilitó con el asesinato, en el 2000, de 1992 fueron asesinados por Escobar bajo la varios miembros de La Terraza a manos de sospecha de robarle 20 millones de dólares. Carlos Castaño, acusados de ser delincuentes Diego Fernando Murillo, “Don Berna”, que comunes, cuando la lucha de los paramili- venía de la guerrilla del EPL y era el jefe de tares era política y contra la subversión. En seguridad de Fernando Galeano, formó parte la actualidad, la banda opera con un grupo de “Los Pepes”, para aniquilar al capo y sus de hombres que hacen los contactos con los hombres. Tras la muerte de Escobar y con el más de 250 combos de Medellín que cuentan, dominio de la oficina, “Don Berna” se con- entre otros, con sicarios, apartamenteros y virtió en el nuevo hombre fuerte de Medellín, ladrones de carros. sirviendo de árbitro en el negocio del narco- En 1989 existían en Medellín 300 bandas tráfico y recibiendo el 30% de todo asalto, que se redujeron a 20 en 1993, dedicándose robo o asesinato cometido en la ciudad, que a la delincuencia común y en algunos casos, sólo se realizaban bajo su consentimiento. En a trabajar con el narcotráfico. Gran parte de el 2000 se desplazó al Valle del Sinú y se con- las bandas desparecieron y otras se integraron virtió en el comandante paramilitar “Adolfo a las milicias de las FARC y el ELN. La pre- Paz”, incluyendo a La Terraza y la Oficina de sencia de las milicias populares en Medellín Envigado en el Bloque Cacique Nutibara, con se afianzó tras la rendición de los capos del el que se desmovilizó en 2003. Cartel de Medellín, en 1991, actuando con En la actualidad, la Oficina de Envigado cerca de 8.000 hombres que buscaban exter- es una organización que opera con más de minar a drogadictos, ladrones, expendedores 360 combos y funciona como un holding que de drogas y sicarios (Pérez, 2007: 347). A estos protege rutas del narcotráfico, más de 3.000 últimos, distribuidos en 60 bandas y con más expendios de drogas que producen USD 5.3 de 3.000 hombres, les daban primero la opor- millones mensualmente, la extorsión a tras- tunidad de retirarse de la zona o dedicarse a portadores de 4.600 buses por USD 160 labores que no atentaran contra la seguridad y mil, las máquinas tragamonedas USD 2.6 la tranquilidad. En 1997 operaba en Medellín, millones, pagos de seguridad, desde comer- el Bloque Popular Miliciano con seis organi- ciantes ambulantes hasta grandes almacenes zaciones cercanas a las FARC y tres al ELN, e incluso el manejo de desechos tóxicos. dedicadas a la extorsión y el asesinato de delin- Después de la extradición de “Don Berna” en cuentes, además de 80 bandas de sicarios, 2008, se generó una fuerte confrontación por ladrones de carros, secuestradores, el Frente el control de la oficina, en la que se involucran Armado Anticomunista y los narcotraficantes. jefes paramilitares y narcotraficantes. Este era el escenario en que, tres años después, En el caso de La Terraza, también quedó el frente José María Córdoba y los paramili- bajo las órdenes de los Castaño y de “Don tares, en un intento de urbanizar la guerra, Berna” para enfrentarse a Escobar. Entre pretendían el reclutamiento de 8.600 sicarios, las acciones realizadas al servicio del para- los mismos que cada 3 horas mataban a una militarismo se destacan el secuestro de la persona en Medellín y a los que les ofrecían &'&

64 Asalariados de la muerte. Sicariato y criminalidad en Colombia W@,6&'&&@[@ED ()6/X@' dinero, armas e incluso estufas de cocina. a controlar más del 50% de la producción de A finales de la década de 1990 “Don Berna” cocaína del país, con un promedio de 300 aniquiló a las milicias del ELN y las FARC, toneladas al año. Con el nuevo siglo se enfren- expulsó a Carlos Castaño de la comandancia taron dos de su miembros, Diego Montoya, de las AUC, por su oposición a la relación “Don Diego” y Wilber Varela, “Jabón”, entre narcotraficantes y paramilitares, además creando respectivamente a “Los Machos” y de controlar la cárcel de Bellavista, donde se “Los Rastrojos”, que llegaron a superar los cometían hasta 50 homicidios en una semana, 1.000 hombres y que produjeron al menos y que llegó a pasar dos años sin un muerto 2.000 muertes, entre 2003 y 2008. Además, (Montoya, 2002: 150-153). Las autoridades “Don Diego” contaba con “Los Yiyos”, que asignaban la disminución de la mortalidad en cumplían labores sicariales en Cali, y con Medellín a la acción policial y a los programas tres grupos más distribuidos en el departa- sociales y de convivencia. Algunos sumaban el mento del Valle, encargados de ejecuciones y control territorial de “Don Berna”, en lo que de custodiar los cargamentos de cocaína y de se llegó a denominar la “donbernabilidad”. insumos químicos. Al final de 2003 la Policía consideraba que 662 de los 2.111 asesinatos /?#$$ cometidos en Cali eran producto de este enfrentamiento. En este escenario, el diario El El Cartel de Cali concentró sus esfuerzos en País le pidió al presidente Uribe que intervi- infiltrarse en el comercio, la política y los niera, y el mandatario ordenó a la Policía la medios, conservado un bajo perfil. El Bloque reactivación del Bloque de Búsqueda y solicitó de Búsqueda, que se formó en su persecución a la Fiscalía el apoyo con medidas judiciales durante 1994, tenía menos armas y más com- que dieran resultados, derivando en el des- putadores para rastrear propiedades y rutas de mantelamiento de “Los Yiyos”. Sin embargo, dinero. Su estructura tenía cuatro divisiones: en el Cañón del Garrapatas, un espacio que narcotráfico, política, militar y financiera5. brinda la salida de cocaína al pacífico, por el La militar incluía sicarios, inteligencia, guar- occidente del Valle, los enfrentamientos entre daespaldas y vigilancia, además de los policías “Los Rastrojos” y “Los Machos” dejaban al y militares al servicio del Cartel, que se cal- menos 600 muertos en 2004, aunque en culaba eran el 30% del pie de fuerza de Cali. este proceso los primeros se autonombraron Este carácter de empresa se afirmó con Juan Rondas Campesinas Populares (RCP) y los Carlos Ramírez Abadía “Chupeta”, uno de los segundos Autodefensas Unidas Campesinas miembros de su última generación, que al ser del Valle (AUV), para no presentarse como capturado en 2007 tenía en su computador simples bandas de sicarios. la contabilidad de rutas, embarques, caletas, En Colombia los grandes Carteles tenían sobornos, inversiones, gastos personales y grupos organizados, pero dentro de las pagos de sicarios, como la relación de USD medianas y pequeñas organizaciones que sur- 1.3 millones pagados por el homicidio de 82 gieron después, se dio el uso de las oficinas de personas, entre febrero de 2004 y marzo de cobro. En 1996 en el Valle del Cauca se reco- 2006. nocía la existencia de oficinas de sicarios como El Cartel del Norte del Valle se fortalece al empresas con organigramas, distribución tiempo que el de Cali se debilita, a mediados de funciones y venta de servicios. Estas se de la década de 1990, con la muerte o captura camuflaban en salones de belleza, panaderías, de la mayoría de sus miembros. El Norte llegó compraventas, concesionarios de automóviles y almacenes de electrodomésticos. En 1999 R '&7'& se calculaban cerca de 50 en Cali, formadas por pistoleros que hicieron parte del Cartel &'Y'&+@,&@ &'&

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de Cali y jóvenes entre los 15 y 25 años. Uti- sinato, bajo el modelo inglés y alemán, e lizaban sicarios externos si el negocio era de incluía la directriz de exterminar al enemigo poca monta. Los automóviles con los que de raíz, disparando ante cualquier sospecha. realizaban los trabajos eran robados o sacados En 1988 el jefe paramilitar, Fidel de concesionarios, donde eran devueltos Castaño ofrecía: “por el trabajo que van a tras el operativo. Sus precios oscilaban entre hacer, recibirán una paga de 150 mil pesos 1.000 y 160.000 dólares, pero se dedicaban mensuales y una bonificación de 200 mil a la extorsión a comerciantes e industriales pesos por cada h.p. guerrillero y campesino cuando la demanda era baja. torcido que maten”6 (Semana, et. al., 1993). En Cali, la oficina de “Tres Puntillas” es De esta manera, el pago y la bonificación por conocida de esta forma porque dejan como el asesinato aproximan a los paramilitares firma tres puntillas clavadas en el cráneo de al sicariato. Si bien parte de los individuos las víctimas, aunque también descuartizan los que engrosan estas organizaciones lo hacen cadáveres, los lanzan a los ríos o los desintegran fundamentalmente porque fueron víctimas en ácido cuando es necesario. La organización de los subversivos o por defender la lucha fue creada por los nuevos capos del Cartel contraguerrillera, otros ingresan como una de Cali en 1999 y heredada por “Jabón”. La forma de sobrevivir en términos económicos. banda opera en el Valle, eje cafetero y Bogotá, La diferencia entre paramilitar y sicario es pero también realizan trabajos en México, difusa, en la medida en que no se utiliza en Estados Unidos, España, Brasil, Venezuela, Colombia la palabra mercenario, que puede Ecuador y Panamá. La encabeza un ex-policía tener un sentido más adecuado, al referirse a que tiene una red de informantes en orga- la incorporación a una organización armada nismos de seguridad, que les suministran de forma temporal o permanente, pero más información privilegiada y la garantía de que prolongada que los servicios del sicario, la fuerza pública esté lejos de la escena del que establece una relación contractual en crimen. Los sicarios tienen ingresos de hasta un momento específico, por un homicidio 2.200 dólares dependiendo de la víctima, particular. Carlos Castaño consideraba en además de salud, riesgos profesionales y viajes 1996 que los sicarios no tenían principios, ni a centros vacacionales. arraigada lucha alguna y se movían como una veleta, de allí que fuera tan peligrosa la infil- 7# tración del narcotráfico en las autodefensas. Entre 2003 y 2006 se desmovilizaron En 1985, con el asesinato de Rodrigo Lara la mayoría de las autodefensas. Esto le per- Bonilla, se proclamaba la existencia de mitió a la banda de sicarios de “Los Triana” “fábricas de sicarios”. Algunos formados en su incorporación a los Bloques Mineros y las escuelas de Medellín, se perfeccionaron Héroes de Granada de las AUC, comandadas con un veterano de ETA (Euskadi Ta Aska- por “Don Berna”. Los hermanos Castaño tasuna) en la fabricación de bombas, y con vendieron el Bloque Arauca a los “Mellizos” Yair Klein, un mercenario israelí que per- Mejía Múnera, señalados narcotraficantes y teneció a los grupos especiales de asalto en “Don Diego” trató de comprar un bloque su país. Tras retirarse del ejército creó Hod para incluir a “Los Machos”. Entre los Halanit, una empresa de seguridad. Llegó y sicarios que lograron pasar como paramili- en 1988 a trabajar para Gonzalo Rodríguez tares está el Bloque Central Bolívar, liderado Gacha, “El Mexicano”, y los ganaderos de por Carlos Mario Jiménez, “Macaco”, con ACDEGAM, asediados por la guerrilla. Entrenó a sus hombres en manejo de explo- '&&DDE1RRW+@ sivos, tácticas de asalto y técnicas de ase- &'& '&

66 Asalariados de la muerte. Sicariato y criminalidad en Colombia W@,6&'&&@[@ED ()6/X@' más de 5.000 hombres, considerados tiempo al parecer sólo se resolvería en riñas y homi- después, por su mismo líder, como sicarios cidios perpetrados por los ofendidos. que nunca combatieron contra la guerrilla. La tarifa de los sicarios varía: los USD De los grupos que se desmovilizaron, algunos 22 en que se conseguía un sicario en la ciu- se reagruparon para trasformarse en unidades dadela Atalaya, un sector marginal de Cúcuta, sicariales que hoy buscan controlar pobla- para cobrar líos pasionales, una humillación ciones y entidades públicas. pública o el pago de una deuda (2001). Por el En 1991 las autoridades negaban la exis- asesinato de la liquidadora de la Corporación tencia de organizaciones de sicarios en Bogotá, Financiera de Occidente (Corfioccidente) en pero tres años más tarde reconocían su pre- Pereira, los sicarios recibieron USD 1.000 y sencia. En 2001 ya era evidente la existencia la oficina USD 35.000 (2002). En Aguachica de bandas como la de “Los Boyacos”, que (Cesar), un desmovilizado del Bloque Central operaban a tres calles del Palacio de Nariño, Bolívar le cobró a Julio César Villalobos USD en la calle del Cartucho. En 2005, y tras la 134 por matar a su esposa, los cuales entregó desmovilización del Bloque Capital de las por cuotas semanales (2006). Las formas Autodefensas, se produjo un enfrentamiento de pago cambian dependiendo del riesgo, entre los grupos de sicarios de “Jorge Pirata” y la logística y los costos de intermediación, “Martín Llanos” y la ocupación de los espacios asociados al carácter de la víctima y al nivel dejados por el Bloque. De igual forma, habían de organización del sicario, que puede ir de gatilleros en Cazucá, al sur de la ciudad, que individuos aislados a bandas organizadas. siguieron sus labores luego de trabajar para el En medio de una relación donde el agente Bloque Capital, asesinando a personas acu- material y el intelectual no requieren estar sadas de ser colaboradoras de las FARC y unidos, el sicariato es una actividad donde milicianos. De los 156 homicidios ocurridos se entrecruzan la violencia política con la no en Soacha en 2007, la Policía los acusaba del política (Ortiz, 1991: 61). Desde asuntos 85%. En 2009 operaba la oficina de Suba, un familiares y económicos particulares hasta los reducto del Bloque Capital, bajo el control magnicidios del narcotráfico, los ajustes de del “Loco” Barrera, con 2000 hombres entre cuentas y la violencia política son objeto del sicarios y pandilleros, que dividió la ciudad en sicariato, aunque los límites entre estos temas dos, a partir de la calle 72 y con satélites en pueden ser muy difusos (Pécaut, 1991: 49). Soacha y Bosa. Trayectorias Móviles y tarifas Las historias de vida de los sicarios son Los usuarios del sicariato tienen motivos muy diversas, aunque suelen trascender en los diversos. Políticos: el exterminio sistemático de medios sólo aquellos que se vuelven recono- los miembros de la UP en la década de 1980, cidos por sus acciones. En 1993 un sicario que el asesinato en medio de competencias entre se presentaba como testigo en varios procesos, los partidos políticos y al interior de estos, las narraba que se inició en el paramilitarismo con denuncias por corrupción. Limpiezas: pagadas Fidel Castaño, siendo entrenado en un prin- por comerciantes, paramilitares y narcos. Eco- cipio por militares, a mediados de la década nómicos: narcotráfico, asesinato de prestamistas de 1980, y por Yair Klein. Después pasó al de dinero, disputas por empresas, herencias, servicio de “El Mexicano”, participando en propiedades, juegos de azar y deudas. Pasio- los homicidios de Carlos Mauro Hoyos y nales: celos e infidelidades. Además de pugnas Luís Carlos Galán. Cuando se entregó Pablo personales, que junto a las pasionales suelen Escobar disminuyó el dinero y los contratos, asociarse a un tipo de violencia impulsiva que así que se incorporó al Cartel de la Costa, que &'&

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necesitaba ayuda en el cobro de cuentas. Entre José Robayo, “Guacamayo”, empezó como los homicidios que cometió estaba el del can- sicario de Elmer “Pacho” Herrera a mediados tante de vallenato Rafael Orozco y el de los de la década de 1990, escalando posiciones hermanos Durán, miembros del Cartel. El gracias a su frialdad y eficiencia. Llegó a sicario desertó porque la organización decidió dirigir una oficina de cobro en Jamundí matarlo, asesinaron a su esposa embarazada y conocida como “Los Pachos”, pasando al a su hijo de tres años. servicio de “Don Diego”, convirtiéndose José Ever Rueda se inició en el frente 22 en su hombre clave para el manejo de rutas de las FARC, luego pasó a las autodefensas, de droga y fortaleciéndose aún más con la al mando de Henry Pérez y “El Mexicano”, guerra entre “Don Diego” y Varela, creando participando en el homicidio de Luis Carlos “Los Machos”, hasta que fue capturado en Galán, Teófilo Forero y José Antequera, marzo de 2005. además de la bomba al diario El Espectador, “Pescador” mató en 2006 a un narcotra- como lo relató en una carta que dejó a su ficante en medio de una decena de sus guar- madre, en mayo de 1992, un mes antes de despaldas, tras 90 días detenido, un grupo que lo asesinaran en el pabellón de máxima de ocho jóvenes lo sacaron del reformatorio seguridad de La Modelo. Eliécer Ordóñez después de reducir a los guardias. Se dice Vivas, “Pirri”, nació en 1975 en los llanos que la banda de “La Cordillera” pagó USD orientales de Colombia, comenzó con las 13.500 para liberarlo, conservar sus servicios, Autodefensas Campesinas de Casanare y su carácter de inimputable y los secretos que después se dedicó a cometer asesinatos selec- nunca confesó. “Pescador” tenía 13 años, tivos en Villavicencio, desde limpiezas de menos de 30 kilos de peso y sin alcanzar los delincuentes hasta crímenes pasionales, por 1,50 de altura, era uno de los asesinos más precios que oscilaban entre los 45 y los 135 temidos de Pereira. En 2003, Yenith Licet dólares en 2006. de 20 años y Luisa María de 24, asesinaron Algunos ascienden de sicarios a narco- a dos hombres en Bogotá. Eran dos sicarias traficantes. Entre los sicarios de Escobar profesionales que integraban una banda de se encontraban hombres que probaron mujeres en Pereira, comandada por la hija su lealtad, como John Jairo Velásquez, de un narcotraficante. Además, Luisa María “Popeye”, que le entregó su novia al capo, estaba sentenciada a 36 años por secuestro bajo la sospecha de ser informante de la extorsivo agravado, tráfico de armas y hurto Policía. Era experto en explosivos, secuestros calificado y agravado, adicional a un proceso y asesinatos selectivos, con más de 700 víc- por fuga de presos e intento de homicidio. timas y el pago por más de 500 policías La demanda de sicarios se surte constan- muertos. Aunque se encuentra en la cárcel temente de las bandas barriales, de la misma desde 1992, se afirma que tiene rutas del nar- forma que lo hace de personas de niveles cotráfico y maneja pabellones en varias cár- socioeconómicos bajos y medios, entre ellas, celes del país. En 2007, de las 600 personas menores de los que se aprovecha su carácter que ocupaban la primera línea de sicarios del de inimputables y de mujeres que han incre- Cartel de Medellín, sobrevivían cinco. mentado su presencia en las organizaciones El paramilitar Rodrigo Pelufo, “Cadena”, sicariales, aunque ya lo hacían desde la época se inició como sicario con la banda “La de Pablo Escobar. Asimismo, los sicarios no Cascona”, pasando luego a las autodefensas. son sólo jóvenes dispuestos a jugarse la vida, En 2004, después de múltiples asesinatos sino que también se incorporan mayores y masacres, se consolidó como el hombre de 25 años, en especial los que vienen del fuerte en el golfo de Morrosquillo, área de paramilitarismo y los desempleados del nar- salida de cocaína e ingreso de armas. Carlos cotráfico. &'&

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/# que ejecuta el homicidio. Un juicio que tienen incluso las mismas víctimas, como el Las explicaciones del origen de los sicarios líder sindical Wilson Borja, que en el año se enfocan en la falta de adaptación a 2000 salió gravemente herido de un ataque normas, pérdida de valores familiares, ordenado por Carlos Castaño, y quien sos- drogas, alcohol y delincuencia, que pro- tenía que perdonaba a los sicarios, pero que mueven la agresividad y aniquilan el miedo. nunca se reuniría con los jefes paramilitares Este era el diagnóstico de psiquiatras, tera- en un diálogo de paz. Una reacción similar peutas y jerarcas de la Iglesia católica en a la de una mujer que declaraba: “Mi papá, Medellín. Su arzobispo, Alfonso López Tru- Jorge Darío Hoyos Franco, cayó víctima jillo, afirmaba en 1990, que el sicariato no de dos sicarios el 31 de marzo de 2001... se originaba en la pobreza y el desempleo, Los responsables fueron condenados, y los sus causas primordiales las encontraba en la perdono porque eran jóvenes sin dinero” pérdida de los valores familiares, en la falta (Semana, et. al., 2009). de la figura paterna. No obstante, los sacer- El sicariato se inscribe en la noción de dotes bendecían las motos de los sicarios que Colombia es un país asesino e indolente, en la década de 1980, en una relación per- donde existe una “cultura de la muerte”, al misiva, aceptando las generosas donaciones menos desde el período de la Violencia, que de los narcotraficantes y acompañándolos a se agudiza con el surgimiento del sicariato. los barrios de los sicarios. Es una idea que se afirma desde la reiteración A pesar del sentimiento religioso que de las estadísticas y detalles escabrosos, expresa una gran parte de los sicarios, ligando la violencia familiar con la guerri- también se cometen homicidios al interior llera, paramilitar o delincuencial, como si de las iglesias, y lo que antes era un mal fuera una sola unidad, a la que se añaden agüero, terminó por convertirse en una explicaciones que muestran la historia práctica común en Colombia; el asesinato de colombiana en una suma interminable de sacerdotes. Entre 1980 y 1987 fueron asesi- violencias y parte de la identidad nacional nados 18 sacerdotes, a los que se sumarían (Jimeno, 1998: 44). La violencia surge 45 sacerdotes y 54 pastores entre 1992 y como un ente, la misma de siempre: “De 2002, víctimas de guerrilleros, paramili- esta manera lo que está ocurriendo ahora tares, narcotraficantes, políticos corruptos sería lo mismo de hace 40 años, lo mismo y delincuentes comunes. Entre ellos se de los años treinta, lo mismo de la guerra encontraban tres obispos y el arzobispo de de los mil días, lo mismo del siglo XIX. Este Cali, Isaías Duarte Cancino, el mismo que es el gran mito colombiano” (Pécaut, 1994: en la Semana Santa de 1999 pedía que se 12). Sin embargo, no podemos ignorar que desterrara de Cali y del Valle del Cauca el vivimos en medio de una sociedad en la que negocio del narcotráfico, que traía a la gue- el homicidio es una experiencia cotidiana rrilla y los paramilitares para custodiar sus que suele asumirse como un posible costo laboratorios, de donde salía el dinero para de la vinculación con actividades ilegales, financiar a los sicarios. en la lucha político-militar e incluso por la La culpa se atempera en el sicario que inseguridad que puede afectar a cualquier se confiesa, y considera que es malo matar ciudadano. Pero en el reconocimiento de la personas buenas, pero no cuando son malas; muerte como consecuencia de algunos tipos de la misma forma que se siente culpable de relaciones entre actores sociales, se deben por matar a 10 personas y no por el simple distinguir los vínculos que pueden desenca- hecho de matar. La culpa se difiere, quien denar acciones violentas, sin diluirlas en la paga por asesinar es el responsable, no el noción de una “cultura de la violencia”. &'&

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@&0# jaron a 19 años y cinco meses (234 meses). mecanismo de control Por sentencia anticipada, la tercera parte de la condena; nueve años y nueve meses (117 En algunos casos, las acciones frente al sica- meses). Por el principio de favorabilidad, un riato se plantean desde la rehabilitación, con juez revocó la sentencia anterior, y aumentó aportes de cooperación internacional, ONG, el descuento inicial a la mitad de la pena por iglesias y líderes locales. Entre las iniciativas sentencia anticipada, de acuerdo con el nuevo estatales, una de las más conocidas fue la Con- Sistema Penal Acusatorio. La condena quedó sejería de Paz de Medellín, presentada por el en 14 años y siete meses (175 meses). Por presidente Gaviria (1990-1994) el día de su Justicia y Paz, un juez de Tunja le otorgó 17 posesión, y que fue recibida en Medellín como meses y 15 días de redención. Por estudio y una expresión de solidaridad del Gobierno trabajo le descontaron 21 meses. Finalmente central con la ciudad, para comprometer la condena se redujo a 106 meses, el sicario recursos destinados a la rehabilitación de las pasó 67 meses y 24 días de cárcel, desde el 30 comunas agobiadas por graves problemas de enero de 2002 hasta el 30 de septiembre de socioeconómicos que generaban violencia. 2007. Meses más tarde fue dado de baja por Tres años después, su directora María Emma la Policía tras disparar contra un comerciante Mejía dejaba el cargo, afirmando que se había en la ciudad de Cali. Este sistema de rebaja de dado el primer paso para rehabilitar a un penas en Colombia se deriva, en buena parte, sector de la población que vivía en la “cultura de las reformas al Código Penal realizadas de la violencia”. Consideraba “reinsertados” a en medio de las negociaciones con el narco- 1.700 jóvenes, con proyectos de educación, tráfico, durante el gobierno Gaviria. empleo, salud y desarrollo urbano, que podían En 1987 se dictan disposiciones para el ser una solución a la miseria y violencia de control de motocicletas como una forma de Medellín. Aunque las acciones de la admi- disminuir el sicariato. Una de estas medidas nistración metropolitana de Medellín no se era la obligación de dar aviso a la Policía de las limitaron a medidas represivas y aumento del unidades vendidas y los datos del comprador, pie de fuerza, se veían con escepticismo ante además de la prohibición de vender motoci- las necesidades que sobrepasaban los recursos cletas de más de 125 centímetros cúbicos. Para disponibles. Sin embargo, el que se diera esta algunos, estas medidas eran absurdas, porque inversión no extinguiría el sicariato, al per- un sicario no iba a comprar una moto horas sistir la separación entre el norte y el sur de antes del asesinato, y el problema no era el la ciudad, las propuestas integradoras paterna- cilindraje sino la habilidad del conductor. El listas, la movilidad social ilegal, la demanda presidente de Asopartes (Asociación del sector de sicarios por todos los estratos sociales y la automotor y sus partes), 22 años después, rei- negligencia de la justicia, que requería de pro- teraba que en Colombia todo parrillero era puestas a corto, mediano y largo plazo (Ortiz, considerado como un posible sicario y que 1991: 73). las restricciones afectaban el mercado de las El ex-procurador Jaime Bernal Cuellar motos, en un país donde circulan 2.600.000 y afirmaba en 2004, que no había una ver- el 70% son utilizadas para laborar. dadera política criminal, por la discrecio- El control de armas es otro mecanismo nalidad del legislador para determinar las recurrente para tratar de disminuir la vio- condenas, sin tener en cuenta la gravedad de lencia en general y el sicariato en particular. los hechos y su impacto social. Un ejemplo En el caso de Medellín, las armas que se uti- es el asesino del periodista Orlando Sierra, lizaban en la década de 1990 venían en un que salió de prisión tras reducir el 80% de su 80% de Estados Unidos, renovándose rápida- condena de 29 años; por confesión le reba- mente, para depreciarse y pasar de la guerrilla &'&

70 Asalariados de la muerte. Sicariato y criminalidad en Colombia W@,6&'&&@[@ED ()6/X@' a las milicias, luego a pandilleros y sicarios, ciudades del país. Estos últimos hacen parte hasta terminar entre delincuentes secun- de los intentos de fortalecer la iniciativa en darios. En la actualidad existen lugares para seguridad de las autoridades departamentales alquiler de motos, carros y armas. Las armas y municipales, en el contexto de la política de se consiguen desde USD 90 por un revólver, Seguridad Democrática del presidente Álvaro USD 220 por una pistola, USD 440 con Uribe (2002-2010), que promueve desde silenciador, hasta rifles con mira telescópica 2004 la gobernabilidad local en materia de láser. Después de usarlas les cambian las convivencia y seguridad ciudadana (Gómez y características que las puedan asociar con los Baracaldo, 2007: 104-106). proyectiles disparados, como los cañones o los percutores. El tipo de armas que se usa es & cada vez más sofisticado, en especial cuando #( se trata de organizaciones bien estructuradas, aunque también se dan casos de sicarios que, En el período 1958-2007 murieron en a falta de medios, asesinan con cuchillos y se Colombia 725.140 personas, sin contar los desplazan en bicicletas. cuerpos que no se recuperaron, en especial El Estatuto Antiterrorista expedido en entre 1998 y 2003, cuando muchas de las víc- medio de la confrontación con Pablo Escobar timas de los grupos armados fueron descuarti- en 1988, fortalecía las funciones de Policía zadas, enterradas en fosas comunes o arrojadas Judicial de los organismos del Estado, incre- a los ríos. Las tasas más bajas se encuentran mentaba las penas a los delitos cometidos entre 1969 y 1975, que eran inferiores a 25, con fines terroristas, castigaba las formas de y las más altas en 1991 (78.0), 1992 (76.4) y justicia privada, promovía la colaboración 1993 (74.8), entre 2007 (39.2) y 2008 (33.0) ciudadana para la captura de delincuentes y se ubican las más bajas de los últimos 30 años creaba el Comité Antisicarial. En 2001 seguía (Melo, 2008)7. operando y estaba integrado, entre otros, por El análisis de la fluctuación en la morta- el ministro de Justicia, el ministro Defensa, el lidad violenta nos permite asociar una parte Fiscal y el Procurador, con la función de pro- significativa a la presencia de grupos armados, mover en los consejos de seguridad medidas narcotraficantes y delincuencia organizada, efectivas para el control de armas, vehículos en la medida en que aumenta hasta en un y comunicaciones, en procura de capturar a 500% con la presencia de este tipo de actores, los organizadores, dirigentes y promotores de y disminuye en la misma proporción cuando autodefensa, bandas de sicarios y escuadrones se consolida un poder hegemónico ilegal, se de la muerte, a sus financiadores y a quienes le desplazan o son reducidos por el Estado. En suministraban las armas. este escenario el sicariato es un recurso fun- De igual manera se han formado conjuntos damental, en medio de acciones organizadas e especializados, desde el Cuerpo Élite de la instrumentales con fines específicos de intimi- Policía (1988), el Bloque de Búsqueda (1989) dación, aniquilamiento y control. y el de búsqueda de los grupos de justicia Las acciones para enfrentar el sicariato privada (1997), hasta la Fuerza de Control suelen asociarse directamente a la confron- Urbano (FUCUR) que desarrollan acciones tación con el narcotráfico y la lucha general de inteligencia, infiltraciones y operaciones contra la delincuencia cuando se incrementan de comando, evitando la entrada masiva de las muertes violentas, excepto cuando se iden- efectivos (2007) y las brigadas contra homi- tifican oficinas de cobro organizadas y recono- cidios conformadas por la Fiscalía, Policía, Ejército y DAS, que surgen cuando se incre- E /&F'&* mentan las tasas de homicidio en las diferentes &''& &'&

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cidas. Así, en esta confrontación prima la idea y que incluso se esgrime como el modelo de que la seguridad del Estado es la seguridad para atacar organizaciones complejas, como que la ciudadanía requiere para defenderse de la Oficina de Envigado. No obstante, esta las “clases peligrosas”, que incluye a la delin- política de seguridad, basada en el aumento cuencia, la subversión y los grupos de justicia del gasto militar y el despliegue de tropas, privada (Camacho, 1994: 70). En el mandato tiende a ser ineficaz e ineficiente en contextos de Álvaro Uribe esta asociación se profundizó, urbanos, ante grupos fragmentados y frente a con énfasis en la guerrilla y el control de las la violencia impulsiva, que suelen atacarse con bandas organizadas por las nuevas genera- medidas como el control de vehículos, armas y ciones de narcotraficantes, además de los alcohol. Cuando se producen reducciones en grupos de sicarios más reconocidos. Entre la mortalidad violenta suelen asociarse a estas estas, la Oficina de Envigado, a la que se medidas y al aumento del pie de fuerza policial refería en sendas intervenciones en septiembre y militar, sin que se discrimine el impacto de y noviembre de 2008: cada medida en los diferentes escenarios de conflicto que afectan, fusionando la violencia A uno le dicen que todavía queda en la Oficina impulsiva y la delincuencia organizada en el de Envigado ‘El Yiyo’, que queda ‘El Memín’, que discurso de la inseguridad. quedan unos bandidos de esos. Acábelos por cuenta mía, no se preocupe mi general (…) Yo vengo a ( decirles que no tendría sentido que hubiéramos pasado ocho años en la Presidencia y que esto no Hemos tratado de mostrar las condiciones estuviera resuelto aquí. Uno necesita toda la auto- en las que surge y se desarrolla el sicariato en ridad. Mi general, si hay que mantener el Ejército a Colombia, los conflictos en que se demandan toda hora en las calles de Medellín, manténgalo. Yo le sus servicios, los grupos e individuos que lo pido, dijo refiriéndose al general Dagoberto García, utilizan y la dinámica en que se da la relación. Comandante de la Policía Metropolitana del Valle de El período es de tres décadas para adquirir Aburrá, que todos los días se avance para acabar esos una dimensión histórica mínima que permita bandidos (Semana, et. al., 2008). identificar algunos cambios estructurales, con el propósito de mostrar su complejidad. Al igual que en otras regiones de Latinoa- El sicariato organizado, desde las bandas mérica, en nombre de la seguridad, el delito hasta las oficinas, puede ser parcialmente se enfrenta con mayores penas y más Policía, controlado a través de los recursos de los con- que reduce la inversión social en beneficio de tratantes o de la diversificación de sus acti- la represión y el control, donde los carteles de vidades, como la extorsión y el narcotráfico. la droga, las pandillas y los habitantes de los Sin embargo, los asesinos del narcotráfico des- barrios pobres surgen como enemigos internos empleados, la fragmentación de las bandas, (Carrión, 2007: 6, 9). No obstante, en el caso grupos y oficinas, además de la desmovili- colombiano, las penas no son un mecanismo zación de paramilitares y guerrilleros, dejan eficiente para disuadir a los sicarios, ante los sicarios cualificados que pueden terminar en beneficios que la Ley otorga, y por el mismo nuevas organizaciones o en la venta de ser- hecho que es una actividad que viene acom- vicios individuales. pañada de la posibilidad de su propia muerte Los programas de rehabilitación se rea- violenta, que a muchos se les cumple. lizan al asociar la violencia a los procesos de Los mecanismos policiales tienden a mez- urbanización, industrialización y redistri- clarse en el umbral difuso de la política de bución de la riqueza, de manera que buscan Seguridad Democrática, que logró disminuir la inclusión de los sectores marginados, en las acciones de la guerrilla en las zonas rurales especial en momentos críticos de violencia y &'&

72 Asalariados de la muerte. Sicariato y criminalidad en Colombia W@,6&'&&@[@ED ()6/X@' criminalidad, sin que en general se constituya cocaína. Editorial Documentos Periodís- en una política permanente. Sin embargo, ticos, Bogotá. el origen de los sicarios como individuos Dombois, Rainer (1998). “Dilemas orga- se liga a su entorno privado, excluyendo en nizacionales de las economías ilegales. buena parte las discusiones sobre lo público Aproximaciones sociológicas a propósito y en especial de lo público estatal. Esto frente de la industria de la cocaína”, en Análisis a un Estado que no propicia la instituciona- Político, No. 33, IEPRI, Universidad lización de los conflictos en el ámbito legal, Nacional, Bogotá, pp. 14-30. que derivan en la privatización de la justicia Duncan, Gustavo (2005). “Del campo a a través del sicariato. El mismo Estado que la ciudad en Colombia. La infiltración genera políticas de seguridad basadas en el urbana de los señores de la guerra”, en aumento de pie de fuerza, el control de armas Documento CEDE, Enero 2, Univer- y vehículos, sin que logren controlar efectiva- sidad de Los Andes, Bogotá, pp. 1-74. mente el narcotráfico y las mafias dedicadas a Gómez Rojas, Claudia Patricia y Estela la extorsión, el secuestro y la venta de segu- Baracaldo Méndez (2007). “La corres- ridad, que demandan del sicariato para actuar ponsabilidad: una estrategia para la y regularse, al tiempo que velan el uso de los convivencia y la seguridad ciudadana sicarios para resolver conflictos derivados de en la Policía Nacional de Colombia”, actividades legales y personales. en URVIO, No. 2, Flacso, Quito, pp. Los actores que en medio de un conflicto 99-111. acuden a la violencia lo hacen entorno a un Jáuregui, Carlos y Juana Suárez (2002). conjunto de intereses colectivos o indivi- “Profilaxis, traducción y ética: la huma- duales, que en el caso del sicariato deriva en la nidad “desechable” en Rodrigo D. No presencia de terceros para ejecutar una acción. futuro, La vendedora de rosas y La El sicariato tiene la particularidad de ser un virgen de los sicarios”, en Revista Ibe- recurso que media en el desarrollo de con- roamericana, Vol. LXVIII, Núm. 199, flictos de diversa índole, desde políticos hasta University of Pittsburgh, Pittsburgh, pp. pasionales, que involucran desde al ámbito 367-392. público estatal hasta el íntimo privado. Así, Jimeno, Myriam (1998). “Identidad y expe- los móviles de los contratantes son diversos riencias cotidianas de violencia”, en pero se unifican por la mediación del pago y la Análisis Político, No. 33, IEPRI, Univer- separación que existe entre el autor intelectual, sidad Nacional, Bogotá, pp. 32- 46. el material y la víctima. En el momento en el Melo, Jorge Orlando (2008). “Cincuenta que priman intereses distintos a la mediación años de homicidios: tendencias y pers- del pago, el sicario pierde su carácter. pectivas”, en: Razón Pública, http:// www.razonpublica.org.co/?p=124. 8, (Visitada el 9 de mayo de 2009). Montoya Prada, Alexander (2002). “La casa Camacho Guizado, Álvaro (1994). “Segu- de los espejos. Un recorrido por la cárcel ridad: ¿para la gente o para el Estado?”, de Bellavista en Medellín”, en La Prisión en Análisis Político, No. 21, IEPRI, Uni- de San Isidro. Incidencia física, psicológica versidad Nacional, Bogotá, pp. 70-81. y social de la reclusión, Franklyn Fajardo Carrión, Fernando (2007).“Reforma Sandoval, Zamantha Correa Correa policial: ¿Realidad ineludible de una y Alexander Montoya Prada, pp.125- nueva doctrina de seguridad?”, en 158. Editorial Universidad del Cauca, URVIO, No. 2, Flacso, Quito, pp. 5-22. Popayán. Castillo, Fabio (1987). Los jinetes de la Orozco Abad, Iván (1990). “Los diálogos &'&

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