Introducción al cine latinoamericano

Paper-16 || Module-23 Arturo Ripstein (1943). Parte I

Content writer Dr. Carlos Izquierdo Tobías Former Visiting Faculty JMI, Central University New Delhi

Language reviewer Dr. Murad Ahmad Khan Aligarh Muslim University

Content reviewer Prof. Mini Sawhney University of Delhi

Módulo 23. Arturo Ripstein (1943). Parte I

CONTENIDOS

1. Objetivos 2. Introducción 3. Arturo Ripstein y su cine 4. Primeras películas 5. Los setenta y su consolidación como director 6. Conclusiones

Arturo Ripstein

1. Objetivos

Los objetivos principales de este módulo son:

- presentar al alumno la figura y obra del realizador cinematográfico mexicano Arturo Ripstein. - ofrecer al alumno una descripción de las características principales que definen su obra. - destacar las primeras películas de Arturo Ripstein y situarlas en el contexto cultural en el que surgieron. - reflexionar sobre las películas que Ripstein realizó en los años setenta con especial atención a las obras que consolidaron su carrera como director.

2. Introducción

Arturo Ripstein es uno de los realizadores cinematográficos latinoamericanos más prolíficos y personales. Su obra explora la cultura popular mexicana a la vez que personaliza géneros tradicionales como el melodrama y cuestiona la masculinidad y el machismo de la sociedad mexicana. Aunque ha realizado también, a lo largo de su carrera, cortometrajes y documentales, este módulo y el siguiente están dedicados a sus largometrajes. La gran cantidad y calidad de filmes de ficción creados por Ripstein justifican que dediquemos dos módulos a su obra. Este módulo alcanza hasta finales de los setenta cuando el mexicano ya se ha consolidado como director y antes de su encuentro profesional con , guionista que dotará a la obra de Ripstein de nueva energía.

Comenzamos realizando con una breve reseña biográfica de Arturo Ripstein y resaltamos algunas de las características principales de su cine. Continuamos destacando las primeras obras del director donde ya podemos observar algunas de las preocupaciones que recorrerán su obra posterior. Continuamos con los años setenta y las películas que consolidaron la carrera de Ripstein como realizador cinematográfico como El castillo de la pureza, El lugar sin límites y Cadena perpetua.

3. Arturo Ripstein y su cine

Arturo Ripstein y Rosen nació en el seno de una familia judía en Ciudad de México el 13 de diciembre de 1943. Su padre era el productor cinematográfico Alfredo Ripstein, que trabajó con muchos de los actores de la época dorada del cine mexicano y que creó en 1950 la productora Alameda Films que más tarde financiaría obras tan relevantes como Principio y fin (1993). Gracias a la profesión de su padre, Arturo entró pronto en contacto con el mundo del cine y en especial con el de los muchos exiliados españoles que se habían instalado en México y que se dedicaban al cine como su admirado Luis Buñuel. Arturo Ripstein pudo asistir al rodaje de algunas de las películas del director aragonés como Nazarín (1958) o El ángel exterminador (1962).

Se desentiende de sus estudios de Derecho en la UNAM para estudiar Historia en el Colegio de México y luego Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana. Pero los estudios universitarios no pudieron competir con su vocación cinematográfica y pronto los abandonó para dedicarse al cine.

Tras dos cortometrajes, Ripstein realizó en 1965, a la edad de veintiún años, el chili western Tiempo de morir en el que ya daba muestras de su interés por reflexionar sobre la masculinidad y el machismo en la cultura mexicana. Descontento con la experiencia del rodaje de Los recuerdos del porvenir en 1968, que había producido su padre, Ripstein decidió adentrarse en el cine más underground del grupo Cine independiente de México. Como resultado de esta experiencia estrenó en 1969 La hora de los niños obra minimalista que explora uno de sus temas favoritos, el encierro. Los setenta supusieron su consolidación como director cinematográfico con obras tan relevantes como El castillo de la pureza (1972), El lugar sin límites (1977) y Cadena perpetua (1978) entre otras. En 1985 se estrena la primera película de Ripstein con guión de Paz Alicia Garciadiego El imperio de la fortuna. La intervención de Garciadiego fue fundamental para hacer del cine de Ripstein un referente del cine mundial. Películas como Principio y fin (1993), premiada en el Festival de San Sebastián, La reina de la noche (1994), El evangelio de las maravillas (1998), El coronel no tiene quien le escribe (1999), etc. llevan la marca de una colaboración tan estrecha como fructífera.

Arturo Ripstein es quizá el director mexicano más consistente y original. Su obra se alza como un compendio de historias que interrogan tanto los géneros del cine mexicano como la cultura popular mexicana: las peleas de gallos y las casas de apuestas en El impero de la fortuna o la turbulenta vida de la cantante de rancheras Lucha Reyes en la biografía imaginaria de la misma en La reina de la noche, por citar dos ejemplos. El encierro y la familia, la fatalidad, la religiosidad y la presión de las normas sociales son algunos de los temas que recorren su obra que ha sido definida como sombría y depresiva. Con el plano- secuencia como su arma narrativa más prevalente, sus filmes transforman géneros populares como la family-movie, el melodrama o el western en diatribas contra los prejuicios de la cultura mexicana.

Se ha dicho que el género del melodrama desempeña un papel fundamental en la concepción cinematográfica del realizador, especialmente a partir de su colaboración con la guionista Paz Alicia Garciadiego. El cine mexicano abundaba en melodramas de familias y amores rotos que, sin embargo, siempre desembocaban en un final feliz. Mientras que algunos autores consideran que Ripstein toma del melodrama la materia prima de sus filmes pero apartándose de los filtros del género, el propio realizador opina que su cine explora el lado oscuro del melodrama. Isaac León Farías define la obra de Arturo Ripstein de la siguiente manera:

“[…] Ripstein construye submundos, a veces verdaderos micromundos, en los que se ventilan sin reservas debilidades o miserias humanas vistas con una cierta indolencia o distancia, pero de las que no se excluye una voluntad de comprensión o conocimiento.” (1997: 125)

4. Primeras películas

A los veintiún años y habiendo realizado dos cortometrajes, se atrevió con su primer largometraje, originalmente titulado El charro, y que produciría su propio padre. El guión corrió a cargo de Gabriel García Márquez y los diálogos mexicanizados fueron obra de . Alfredo Ripstein confió la dirección del filme a su hijo con la condición de que éste siguiese las convenciones del cine del oeste made in Mexico o chili western que hasta entonces había cosechado grandes éxitos. Con el título final de Tiempo de morir, la película de 1965 habla de una venganza familiar y recuerda a Crónica de una muerte anunciada de García Márquez ya que la muerte aparece como un hecho inevitable a pesar de los esfuerzos los personajes. En este filme Ripstein muestra un gran interés, que luego continuará en su obra posterior, por reflexionar sobre la masculinidad y el machismo como perniciosas señas identitarias de la cultura mexicana.

Si en Tiempo de morir la voz única de Arturo Ripstein consigue alzarse entre las convenciones del género del chili western, ésta parece, sin embargo, perderse en las de la comedia ligera en la coproducción entre México y Brasil HO, primer episodio de dos que forman Juego peligroso (1966). La experiencia de rodar esta película, todavía anclada en las tradiciones del cine mexicano, Tiempo de morir (1965) en un país como Brasil donde el cinema novo ya había comenzado su renovadora vocación, hizo que Ripstein se hiciera más consciente del desfase estético del cine mexicano con respecto al del resto de países latinoamericanos.

Su siguiente largometraje, Los recuerdos del porvenir (1968), adapta la novela homónima de la escritora Elena Garro. Narra la historia de un coronel federal que llega a un pueblo para reprimir a los revolucionarios y se ve envuelto en una pasión amorosa. No fue este filme tampoco uno que satisficiera al realizador mexicano ya que el guión sufrió ciertas imposiciones por parte de la censura y el montaje final sucumbió a los recortes impuestos por el productor Alfredo Ripstein, lo que además provocó el fin de la colaboración entre padre e hijo.

Apartarse profesionalmente de su padre significaba apartarse de la industria cinematográfica mexicana. Durante dos o tres años, Ripstein aprovechó esta ruptura para formar parte del grupo Cine independiente de México, una formación underground que, sin apoyos sindicales ni de la industria, buscó en festivales y cineclubes un público más interesado en estéticas no tradicionales. También formaron parte de esta agrupación Felipe Cazals, Rafael Castanedo, Tomás Pérez Turrent y Pedro Miret.

La hora de los niños (1969) es el resultado de esta colaboración. Escrito junto a Pedro Miret, el filme da muestras de la búsqueda de Ripstein, más allá de la tradición industrial y narrativa, por un lenguaje propio en el que la expresión minimalista ocupa el lugar de la contextualización histórica. En el filme un matrimonio decide salir por la noche y deja a su hijo al cuidado de un payaso. Éste sólo espera recibir sus honorarios y trata al niño con desgana y desafecto. En La hora de los niños podemos ver ya algunas de las preferencias del director como la narrativa del encierro y de angustia y los espacios claustrofóbicos.

5. Los setenta y su consolidación como director

La década de los setenta fue testigo del afianzamiento de Arturo Ripstein no sólo como realizador cinematográfico sino también como cineasta con un estilo tremendamente personal. Su primer largometraje de ficción de la década supone además su regreso a la industria. Inscrito en el ambiente ideológico de los años que siguieron a 1968 y a la masacre de estudiantes en Tlatelolco, El castillo de la pureza (1972) reflexiona sobre la familia tradicional, la relación entre hombres y mujeres y la sexualidad. Con un título tomado de un ensayo de Octavio Paz sobre Marcel Duchamp, el filme narra la historia de un hombre que, convencido de que el mundo exterior es funesto para su familia, mantiene a su mujer y a sus tres hijos encerrados en su casa durante años. La familia vive el día a día de una cotidianidad marcada por las leyes rígidas del padre y en la que no hay espacio para la crítica. El castillo de la pureza (1972) Ripstein nos presenta aquí una estructura social cuya base ideológica y moral nos recuerda al funcionamiento de instituciones tradicionales como el Estado, la escuela y la Iglesia. Asimismo el director reflexiona sobre la masculinidad y el machismo en las dubitaciones entre la paranoia y la esquizofrenia del padre, que no duda en acostarse con otras mujeres fuera de la casa y que, a su vez, culpa injustificadamente a su mujer de infidelidad.

Tras El castillo de la pureza Ripstein rodó El Santo Oficio (1973) y Foxtrot (1975). La primera está ambientada en el siglo XVI y narra la persecución, juicio y ejecución por la Inquisición, recientemente instaurada en Nueva España, de una familia de cristianos nuevos o judíos conversos. El Santo Oficio cuestiona las versiones oficiales de la historia y de esta manera hace referencia indirecta al ambiente represivo del México en torno a 1968. Foxtrot fue una coproducción con Suiza y Gran Bretaña con actores conocidos internacionalmente como Peter O'Toole y Charlotte Rampling

En 1977 se estrena una de las grandes obras del realizador mexicano, El lugar sin límites, basada en la novela del mismo nombre de José Donoso y que se ha convertido con los años en una película de culto. El filme es una muestra desprejuiciada y sin precedentes de la homosexualidad y la homofobia en México. Se trata además de una reflexión original y valiente sobre la masculinidad y el machismo como señas identitarias de la sociedad mexicana. Roberto Cobo, el actor que en su juventud había interpretado a Jaibo en Los olvidados (1950) de Buñuel, es aquí la Manuela, una travestí que regenta junto con su hija un prostíbulo en un pueblo en decadencia. El latifundista Don Alejo pretende comprar todas las propiedades de la localidad para venderlas en su conjunto a un consorcio. Cuando el bruto Pancho Vega regresa al pueblo, la Manuela intenta evitarlo a toda costa ya que el año anterior, aquel la había maltratado. Pancho es un personaje débil cuya masculinidad parece estar siempre cuestionada. Una noche, Pancho termina en el prostíbulo y besa a la Manuela, su inconfesado objeto de deseo. Violentado por su cuñado Octavio, Pancho culpa a la Manuela del beso. Pancho y Octavio persiguen al travestí y lo golpean hasta la muerte.

Al igual que la novela en la que se basa, el filme muestra la crisis de los valores del patriarcado comenzando con una representación tremendamente subversiva del concepto de hogar, entendido éste tradicionalmente como el espacio de aserción del patriarcado. El núcleo familiar que ofrece la película está formado por un padre travestí y su hija prostituta cuyo hogar es un prostíbulo. El filme continúa así con la crítica al espacio doméstico burgués que el director comenzó en El castillo de la pureza y que continúa más adelante en la relación incestuosa, también en un burdel, en La mujer del puerto (1991) o en la corrosiva relación entre madre e hija en La reina de la noche (1994), por mencionar algunos ejemplos. Los críticos que configuraron la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano para la revista somos en julio de 1994 colocaron El lugar sin límites en el puesto noveno. El filme recibió asimismo el Ariel de Oro a la mejor película mexicana en 1978.

Tras La viuda negra (1977), sobre la relación de un sacerdote con su huérfana asistenta, el realizador mexicano rodó otra de sus obras más reconocidas, Cadena perpetua (1978) que también recibió el Ariel de Oro al año siguiente de su estreno. Cuenta la historia del Tarzán, un delincuente de poca monta que lucha por liberarse de un pasado que le persigue. Siguiendo algunas de las convenciones del filme policial, Ripstein cuenta las tribulaciones del protagonista en el trascurso de un solo día en el que se entremezclan flashbacks que presentan los recuerdos del protagonista. Los temas de la fatalidad y la masculinidad se enlazan en este filme en el que los personajes viven abocados a perpetuar su pasado sin ninguna oportunidad de cambiar de vida. Este thriller sobre la corrupción policial mexicana “encubre el trasfondo de un universo masculino cuestionado, ensimismado, encerrado, hermético, superado, angustiado” (Paranaguá, 1997: 145).

En 1979 estrenó el realizador mexicano La tía Alejandra y La ilegal. La primera combina la family-movie que tanto apasiona a Ripstein con elementos del cine fantástico y de terror a la mexicana. El personaje de la tía Alejandra es presentado en una escena en la que se deja ver la influencia de Ciudadano Kane (1941) de Orson Welles y Ensayo de un crimen (1955) de Luis Buñuel. En palabras de Paulo Antonio Paranaguá:

“Una anciana está sentada frente a un juguete mecánico en forma de bailarina, en una habitación a oscuras. La vieja expira y la caja de música se cae, se rompe y para de sonar. Una mujer de edad entra y le cierra los ojos sin demostrar la menor sombra de dolor, después de haber repuesto la bailarina sobre la mesa.” (Ibid, 160). La mujer de edad que entra y le cierra los ojos a la anciana es la misteriosa tía Alejandra. La historia continúa con la tía mudándose a la casa de su sobrino Rodolfo en la que también vive Lucía, la esposa de éste, y los tres hijos de ambos. Si la tía Alejandra se presenta al principio como la salvación económica para una familia con dificultades, ya que aquella dispone de una pequeña fortuna, pronto los cambios de La tía Alejandra (1979) humor de la recién llegada comenzarán a enrarecer el ambiente de la casa. Poco a poco, los miembros de la familiar comenzarán a sucumbir al ansia asesina de una mujer que conoce los secretos de saberes arcaicos. En el último enfrentamiento entre Lucía y la tía Alejandra ha visto Casimiro Torreiro una lucha entre una idea de orden aceptada socialmente y el caos de los saberes antiguos y sus tabúes excluidos del cuerpo social (1996).

Como en El castillo de la pureza, la mayor parte de la acción sucede en una casa con un gran patio. Este hecho que bien corresponde con convenciones del cine de terror, también se deriva del interés del director por presentar a personajes en una suerte de encierro, tanto físico como psicológico.

6. Conclusiones

En este módulo hemos hablado del director mexicano Arturo Ripstein, creador de una obra extensa y original. Hijo del productor de cine Alfredo Ripstein, Arturo tuvo la oportunidad de asistir a rodajes desde muy niño, como los de su admirado Luis Buñuel. Su primer largometraje, un chili western con el título de Tiempo de morir, muestra ya a un cineasta preocupado por reflexionar sobre la masculinidad y el machismo en la cultura mexicana y por interrogar los géneros del cine mexicano. El encierro, otro de los temas preferidos del artista, aparece en La hora de los niños, sobre un infante que se queda una noche a cargo de un payaso que lo maltrata. La temática del encierro continúa en El castillo de la pureza, donde el director reflexiona sobre la represión y la intolerancia por medio de la historia de un hombre que mantiene a su familia encerrada en casa.

Con este filme comienza Ripstein la década de los setenta en la que se afianza como director de cine y como el autor de una obra cada vez más personal. Si El Santo Oficio parece referirse al ambiente de intolerancia y represión estatal del México de 1968, El lugar sin límites, una de las obras maestras del cineasta, presenta una compleja reflexión sobre la masculinidad, la homosexualidad y la homofobia en la cultura y sociedad mexicanas. En La tía Alejandra, Ripstein retoma la tradición mexicana de cine fantástico y de terror en una obra que dramatiza el conflicto entre la familia tradicional y los tabúes sociales. En el siguiente módulo continuamos hablando sobre la obra de Arturo Ripstein.

Bibliografía

Castells, Isabel (abril 2003). “Versiones y subversiones en el cine de Ripstein-Garciadiego.” Revista Latente, 1, pp. 57-71

León Farias, Isaac (1997). “Las estaciones del infierno. El cine de Arturo Ripstein.” La Gran Ilusión, núm. 7, primer semestre.

Torreiro, Casimiro (septiembre, 1996). “Años de desconcierto, años de penitencia.” San Sebastián: Nosferatu, núm. 22,

Paranaguá, Paulo Antonio (1997). Arturo Ripstein. Madrid: Ediciones Cátedra, Signo e Imagen, Cineastas Latinoamericanos.

Fuentes de las imágenes

Arturo Ripstein https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e9/Ripstein-2.jpg

Tiempo de morir (1965) http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/tiempo_morir.html

El castillo de la pureza (1972) https://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/b/b2/The_Castle_of_Purity_Poster.jpg La tía Alejandra (1979) http://2.bp.blogspot.com/- 0i1IIPJx7w4/UKKu46viITI/AAAAAAAAIkw/iYzPDDfwjco/s1600/La_Tia_Alejandra.rmvb. part_000440399.jpg

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