Los Origenes De Casilda
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ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA PUBLICACIONES DE LA FILIAL F3DSAR1D A. L LOS ORIGENES DE CASILDA NOTAS BIOGRAFICAS DE DON CARLOS CASADO DEL ALISAL POR FAUSTINO INFANTE ROSARIO 19 4 4- ACADEMIA NACIONAL DE LA HIBTDRIA PUBLICACIONES DE LA FILIAL ROSARIO N0. 1 4- LOS ORIGENES DE CASILDA NOTAS BIOGRAFICAS DE DON CARLOS CASADO DEL ALISAL POR FAUSTINO INFANTE ROSARIO 19 4-4 ACADEMIA NACI• NAL DE LA HISTORIA MIEMBROS DE LA FILIAL RDSARID PRESIDENTE Doctor CALIXTO LASSAGA VICEPRESIDENTE Doctor JULIO MARC SECRETARIO-TESORERO Señor JUAN JORGE GSCHWIND Doctor NICOLAS R. AM UCHASTEGUI Doctor JOSE LUIS BUSANICHE Arquitecto ANGEL GUIDO Monseñor Doctor ANTONIO CAGGIANO Doctor FAUSTINO INFANTE Profesor FRANCISCO M. SANTILLAN Teniente General FEDERICO J. ZEBALLOS 11 Don GARLOS CASADO DEL ALISAL * En Villada (España) 16 de marzo de 1833 t En Rosario (Rep. Argentina) 29 de junio de 1899 Los orígenes de Casilda (a) NOTAS BIOGRAFICAS DE DON CARLOS' CASADO DEL ALISAL En todos los países la parte más noble de su historia no la forman las hazañas guerreras con sus gloriosos com• bates y sus ejércitos victoriosos, que en real ¡(huí solo son fuerzas negativas que agotan y destruyen, sino los espíri• tus emprendedores y constructivos, los estudiosos y traba• jadores, (pie humildes y olvidados amasan sin brillo de espadas y estruendo de tambores el pan del progreso. Entre esos héroes admirables de la civilización, se des• tacan vigorosamente en la historia de nuestro país, como en la de toda América. Jas figuras de sus colonizadores, esos hombres infatigables (pie Judiando tesoneramente, abrieron en Ja tierra fértil y acogedora eJ surco en eJ (pie había (Je florecer nuestra grandeza. En la Provincia de Santa Fe, Ja colonización ha tenido una importancia tan extraordinaria (pie toda investigación (a) Conferencia leída por el profesor doctor Faustino Infante mitmbro de la Filial Rosario de la Junta de Historia y Numismática Americana, en la Biblioteca Argentina del Rosario, el día 30 de noviembre de 1935. Al iniciar el acto el Señor Presidente de la Junta Doctor Don Calixto Lassaga, pronunció las siguientes palabras: Señoras, Señores: va a incorporanae a etsa Filial de la Junta de Historia y Numismática Americana el talentoso doctor Faustino Infante, y con ese motivo, siguiendo la práctica de ritual, va también a darnofi una conferencia que ha de resultar interesante tanto por la autorizada palabra del nuevo académico como cuanto por el tema elegido: Casilda y eu fundador. El doctor Infante fué a España allá en su juventud, estuvo en Madrid y después de cursar primer año en el Instituto Cardenal Cisneros, regresa a la patria y estudia el bachillerato en nuestro viejo e histórico Colegio Nacional, para marchar en seguida a :jOS ORIGENES DE CASILDA que se realice sobre ella, representará siempre, por modes• ta que sea, un esfuerzo digno de ser realizado. En el año 1872, cuando el Inspector Nacional de las Colonias Agrícolas, Don Guillermo Wilcken, elevó al Pre• sidente de la Comsilón Central de Inmigración su infontne sobre el estado de las colonias de la Provincia de Santa Fe, existían en la misma treinta y una colonias con una po- Buenos Aires, en cuya prestigiosa Universidad, después de rígidas pruebas, recibe sus diplomas de abogado y de doctor en leyes: su tesis que versó sobre el arbitraje, es un trabajo interesante, y más tarde, 1916, obtiene la alta distinción del diploma de honor que le discierne la miema Universidad. Su labor fué en todo momento continua, intensa y fecunda. Son de verdadero interés las notas, a veces, en colaboración, que tomó de las conferencias que daban los profesores sobre tópicos diversos, como las relativas al contrato en el derecho romano y en la legis• lación argentina; a las falsedades en la legislación penal, asi como a la tierra pública y a la filosofía del derecho procesal. Hizo tam• bién trabajos sobre el Código de Procedimientos Criminales en la Provincia de Buenos Aires, sobre los tratados argentinos de arbi• traje permanente, sobre la ley de seguros de vida y otros más. Ha desempeñado también diversos cargos públicos en los que puso de relieve su contracción al trabajo y sus, notorias dotes per• sonales: fué Secretario privado, allá por 1913, del Ministro de Jus• ticia e Instrucción Pública de la Nación, Juez en lo Civil y Comer• cial en Corrientes, Asesor Letrado de la Municipalidad del Rosario en 'períodos diversos, y Secretario de Gobierno de la misma. Con• sejero de la Pacultad de Ciencias Económicas, Delegado al Concejo Superior de la Universidad, profesor de Historia de la Civilización e Instrucción Cívica en el míjsmo Colegio Nacional de que fuera aventajado alumno; encargado de trabajos prácticos de la Facultad de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas, profesor adjunto de la propia Facultad, profesor de Derecho Civil de la misma y Pre- fidente de la Convención Constituyente Municipal. He ahí, a grandes rasgos perfilada, la prestigiosa personalidad del nuevo académico, quien pasa en seguida a hacernos escuchar su disertación que desarrollará con la competencia que le es habitual: ella va a versar como queda dicho acerca de los orígenes de Casilda, de esa ciudad surgida, no ha mucho, en plena pampa, y que hoy, pictórica de vida, marcha con paso firme y seguro en el sendero del progreso. Nos hablará también de Don Carlos Casado del Alisal, de ese tenaz hombre de empresa que junto con Aarón Castellanos y Carlog Beck Bernard, fué de loe más grandes propulsores del pro• greso agrícola del país, así como de la colonización de nuestras feraces tierras. El Doictor Faustino Infante contestó al Señor Presidente en los siguientes términos: Si las amables frases que el señor Presidente acaba de pronun• ciar a mi respecto, tuvieran siquiera un viso de verdad, bastaría con que me limitara a agradecerlas profundamente y con que for- LOS ORIGENES DE CASILDA blaeión total de trece rail setecientos treinta y siete luí- bit antes. La más antigua, la Colonia '*Esperanza", fué fundada en el año 1856. Estaba situada sobre la margen derecha del Río Salado y a unas siete leguas al Nor-Este de la Ca• pital. A pesar de haber sido la fundada en primer ter• mino, el expresado año, ocupaba el tercer lugar por su mulara ferviente promesa de cumplir con el mayor celo todas las tareas que me correspondieran en el carácter de miembro de la Junta a la que acabo de incorporarme oficialmente; pero como no es así, como evidentemente la bondad ingénita y el afecto defor• man las personalidades al extremo de atribuir méritos a quien no los tiene, debo insistir en manifestar que be sido sorprendido por el discernimiento de este bonor que sinceramente confieso no baber merecido. Cuando mi Padre terminaba sus estudios de abogacía, tenía diez y nueve años, fué a visitar a «u profesor de bistoria, el señor Ortega y Rubio, y al preguntarle éste qué iba a bacer, le contestó que estudiar filosofía y letras. De inmediato Ortega y Rubio le re• plicó: "Para qué, para se rprofesor de historia. Ni se le ocurra La historia no se acaba nunca. Cuando sabe Vd. la historia del mundo quiere saber ia de cada nación y después la de cada comarca, cada ciudad, cada pueblo, cada familia, cada individuo. Sea Vd. profesor de cualquier otra cosa. De metafísica, que al fin se acaba algún día". lEfectivamente Ortega y Rubio terminó siendo profesor de metafí• sica. Pero mi Padre fué profesor de historia, y yo soy profesor de historia. Alguna razón, sin embargo, había de tener ipara aceptar este cargo. No es el hecho de hacer diez y filete años que dicto la cátedra de Historia de la civilización, en el Colegio Nacional N" 1, de ésta Ciudad, donde terminé el bachillerato. No es tampoco la de mis esca• sos y modestos trabajos y publicaciones, porque la necesidad de vi• vir la vida no me ha dado tiempo para escribirla. Ni tampoco el que haya podido considerar que, más que una consagración, era un estímulo, ya que mi edad, si bien descarta la primera, hace muy poco verosímil la segunda. Es que he tenido en cuenta que, en todo elenco, no todas han de ser primeras figuras y que al ser marco del digno cuadro que constituyen los que desde hoy tengo derecho a llamar mis colegas, es también gran bonor e intima satisfacción. Además un he sido designado .para llenar una vacante. Se ha creado un cai'go más, del que soy ocupante originario; y si bien esto me priva de la agradable obligación de hacer el elogio de mi ante• cesor, me acuerda la inestimable ventaja de evitar parangón en el que seguramente habría resultado perdiendo. Por último, me lia parecido ver en esta .designación una prueba palmaria de la sagacidad de uno de mis colegas que ha sabido atis- bar en mi espíritu, donde mis, diversas actuaciones rivalizaban pug• nando cada una de ellas por primar sobre las otras, ta supremacía de la historia sobre las demás. A cierta altura de la vida se plasma 10 LÍOS ORIGENES DE CASILDA población. Eji el primero estaba la Colonia "Bernstandt", que había sido fundada ei año 1870, en las proximidades de la estación Roldan, del P. C. C. A., por la Cía. de Tie• rras del Central Argentino, y tenía dos mil habitantes. El segundo lugar lo ocupaba la Colonia "San Carlos", fun• dada en 1858, a diez leguas de la ciudad de Santa Fe, que tenía mil novecientos noventa y dos habitantes. El pro• medio de miembros de cada familia de ésta última era de seis un (plinto, el más elevado en aquél entonces, y tan alto1 que se puede afirmar, sin lugar a duda, que no habrá si• do superado (1).