Redes Y Organizaciones Sociales En El Proceso De Ocupación Del Gran Chaco1
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Revista de Indias, 2007, vol. LXVII, núm. 240 Págs. 485-520, ISSN: 0034-8341 REDES Y ORGANIZACIONES SOCIALES EN EL PROCESO DE OCUPACIÓN DEL GRAN CHACO1 POR GABRIELA DALLA CORTE TEIAA / Universitat de Barcelona El proceso de privatización y concentración territorial es objeto de estudio de este trabajo que analiza la ocupación del Gran Chaco durante las décadas previas a la guerra sostenida por los go- biernos paraguayo y boliviano entre 1932 y 1935, conflicto que supuso, finalmente, su definitiva nacionalización. La adquisición de tierras chaqueñas por parte del español Carlos Casado del Ali- sal, uno de los más polémicos y, a la vez, uno de los más importantes latifundistas del Chaco para- guayo, permitirá entender la manera en que aquella privatización de tierras se articuló en la década de 1880 con redes sociales, políticas y empresariales construidas en la Argentina, en particular con una entidad creada en la capital del país a finales de la centuria, la Asociación Patriótica Española. PALABRAS CLAVE: Gran Chaco, red social, asociación, Carlos Casado, siglo XIX, Bolivia, Pa- raguay. INTRODUCCIÓN El proyecto económico latinoamericano de la segunda mitad del siglo XIX conjugó la centralización del Estado y la conformación de mercados internos ligados al nuevo orden capitalista. En esa época, los grupos locales y regionales latinoamericanos desarrollaron diversas estrategias para hacer efectivo el control del territorio, incorporar al mercado a una población heterogénea, y vincularse, al ———— 1 Este trabajo, cuya versión preliminar fue presentado en el Simposio «Organización social y representación política en el ámbito local y regional latinoamericano, 1850-1945» coordinado por Pilar García Jordán y Marta Bonaudo en el 52 Congreso ICA (Sevilla, julio 2006) se inscribe en el proyecto de investigación del Ministerio de Educación y Ciencia (BHA2003-03268). Las siglas y equivalencias utilizadas aquí son: $ = peso moneda nacional argentina de curso legal; L/c = legua cuadrada de 5.000 varas por costado; L/c en el Chaco paraguayo = 1.875 ha; L/c en el Chaco argen- tino = 2.500 ha; Ha = hectárea equivalente a una manzana. 486 GABRIELA DALLA CORTE mismo tiempo, a las redes asociativas y mercantiles internacionales2. Los empre- sarios jugaron un rol central ya que ese proyecto exigió la sujeción y/o extermi- nio de poblaciones indígenas no sometidas hasta entonces, por un lado, y, por el otro, la «nacionalización» de territorios periféricos hasta entonces, considerados, en algunos casos, «desérticos» o «marginales»3. Una de esas regiones del Cono Sur, la que más tarde se incorporó a la disputa territorial de los estados nacionales que se construían en su seno, fue el Gran Chaco4. El proyecto político de los estados nacionales paraguayo, boliviano y argentino —en los que en la actualidad está distribuido el Gran Chaco— se inte- resó gradualmente en esta región desde la segunda mitad del siglo XIX al compás de la radicación de inmigrantes europeos y de la integración a la economía capi- talista. Impulsado este interés por los grupos económicos, una de las consecuen- cias más evidentes fue la entrega de tierra fiscal a propietarios particulares que en pocos años asumirían el control de las riquezas de la región, entre ellas la explo- tación de los quebrachales y la extracción de tanino. El hecho que más incidió en este despertar del interés por el territorio chaqueño fue, sin lugar a dudas, como demostraré en este trabajo, el desarrollo del conflicto bélico sostenido por las fuerzas argentina, brasilera y uruguaya contra el pueblo paraguayo, conocido popularmente como guerra de la Triple Alianza. La guerra de la Triple Alianza (1865 - 1870) produjo un importante descenso poblacional, particularmente mas- culino, y destruyó a su vez la organización socio-económica paraguaya haciendo de este país uno de los más pobres de América Latina5. Concluido el conflicto, casi la totalidad del territorio que actualmente está bajo jurisdicción paraguaya era propiedad del Estado, pero la política desde entonces buscó implantar el sis- tema latifundista a través de un particular proceso de adjudicación de tierra pú- blica: la contratación de empréstitos en Londres utilizando el Chaco como mone- da de cambio. Esta fue, como veremos, una de las salidas adoptadas por el go- bierno paraguayo para enfrentar la crisis generalizada producida por la guerra de la Triple Alianza así como la enorme presión ejercida por uno de los vencedores del conflicto bélico, el gobierno argentino, interesado en expandir su jurisdicción soberana más al norte del río Pilcomayo. En efecto, acabada la guerra, el gobierno argentino procuró reforzar su sobe- ranía en el Chaco Boreal y extender sus fronteras al norte del río Pilcomayo hasta el río Verde. Argentina ocupó militarmente Villa Occidental (hasta entonces Nueva Burdeos) y en 1872 la proclamó capital de la Gobernación del Chaco (en- tonces formada por las actuales provincias argentinas de Chaco y Formosa), ins- talando allí al gobernador Julio de Vedia6. Esta situación duró pocos años, los ———— 2 DALLA CORTE, 2005. 3 GARCÍA JORDÁN, 2006. 4 WRIGHT, 1998: 35-56. GORDILLO, 41/162 (Buenos Aires julio-setiembre 2001): 261-280. 5 POTTHAST, 2001. Pomer, 1987. 6 BORRINI, 1997. OLIVERA, 1987. MAEDER, 1977. Revista de Indias, 2007, vol. LXVII, n.º 240, 485-520, ISSN: 0034-8341 REDES Y ORGANIZACIONES SOCIALES EN EL PROCESO DE OCUPACIÓN DEL GRAN CHACO 487 necesarios para demostrar el interés que despertaba una región hasta entonces prácticamente «virgen» en cuanto a la ocupación económica y territorial, y que tenía como puerta de acceso la Villa Occidental, convertida en 1879 en Villa Hayes en honor al presidente estadounidense que falló en ese momento la entrega de la ciudad al Paraguay y obligó al gobierno argentino a reducir su ambición territorial al río Pilcomayo. En los hechos, la posguerra demostró que práctica- mente ninguno de los Estados en cuestión ejercía el dominio directo —entendido como sinónimo de ocupación— en las tierras chaqueñas. La Constitución dictada por el gobierno paraguayo procuró, desde ese preciso momento, garantizar la seguridad jurídica privada sobre los territorios ubicados al oeste del río Paraguay, protegiendo la iniciativa de los particulares y consolidando, al mismo tiempo, su presencia soberana. Esta estrategia de ocupación (simbolizada en la figura de Carlos Casado del Alisal y en la empresa taninera fundada a finales de la década de 1880) sería, en los cuarenta años siguientes, el argumento fundamental utili- zado por el Paraguay en su disputa con Bolivia para sostener y defender sus dere- chos jurisdiccionales7. En el primer Centenario de la independencia del Paraguay, diversos especialis- tas publicaron escritos refiriéndose a la distribución de la propiedad chaqueña y a su concentración en pocas manos, efectuada en la década de 1880, como un ele- mento clave del progreso nacional. Ramón Monte Domecq, en colaboración con Carlos y Augusto Cálcena, por ejemplo, intentó mostrar «la potencial productora y económica de nuestro país, destruyendo el prejuicio existente que lo hace aparecer como una región despoblada y en que aún no ha penetrado la nota civilizadora»8. Tiempo después Cornelio Ríos afirmaría que «durante la guerra de la independen- cia nadie se preocupó de la conquista del desierto, porque estaba por encima de todo la conquista de la libertad»9. La conquista del desierto chaqueño aludida por Ríos, en realidad, tomaba tardíamente como modelo de progreso la «conquista del desierto» que había implementado el gobierno argentino en su territorio y que había permitido, mediando la eliminación física de las poblaciones originarias pa- tagónicas, la consolidación del estado nacional. El verdadero problema que aca- rreaba para el Paraguay el hecho de haber favorecido la latifundización del Chaco fue analizado, por primera vez, por Eligio Ayala en dos ensayos que el autor escri- bió en 1915 en Berna, titulados Evolución de la economía agraria en el Paraguay, el primero, y Política Agraria, el segundo. En estos textos, Ayala argumentó que la venta indiscriminada de la tierra fiscal, y su consecuente monopolio, era la causa real de las cruentas luchas sociales y de las agudas crisis agrarias que afectaron al Paraguay en esas décadas previas a la guerra del Chaco10. ———— 7 MORENO, 1925, 1927. 8 MONTE DOMECQ, 1911. 9 RÍOS, 1925: 29. 10 Para Ayala, «la extensión de las tierras fiscales era relativamente considerable en el Para- guay. La guerra diezmó la población, destrozó todos los instrumentos de la producción, extinguió el Revista de Indias, 2007, vol. LXVII, n.º 240, 485-520, ISSN: 0034-8341 488 GABRIELA DALLA CORTE Sobre esas tierras vírgenes, que contrastaban con la mutilación de la pobla- ción paraguaya, se alzaría un proyecto económico peculiar. Uno de los empresa- rios con mayor presencia en este proceso de «recuperación» económica paragua- ya a costa del desprendimiento de sus tierras fiscales fue el español Carlos Casa- do del Alisal. Nacido en 1833 en Villada, una pequeña ciudad española de Palencia, Casado decidió establecerse a mediados de la década de 1850 en la Argentina. En 1857 se radicó en Buenos Aires para trasladarse poco después a Rosario, ciudad portuaria de creciente importancia ligada al proyecto agroexpor- tador, a la producción cerealera del área pampeana y a los quebrachales chaque- ños. En Rosario comenzó a enriquecerse gracias al comercio de importación y exportación, así como al control financiero, bancario y corporativo regional. En 1864, Casado integró como tesorero el directorio provisional que llevaría adelante la construcción del Ferrocarril Central Argentino. Aprovechó también la favora- ble coyuntura propiciada por la orden dada por el gobierno santafesino de habili- tar a individuos y sociedades a establecer bancos de emisión en todo el territorio provincial con un capital inicial de $100.000. En ese momento fundó una entidad bancaria que bautizó con su propio nombre, el Banco Carlos Casado, que se con- vertiría en poco tiempo en la sucursal argentina del Banco de Londres y América del Sur11.