Reflexiones Sobre El Arte Escultórico Y El Culto a Quetzalcóatl En El Coyoacán Posclásico
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Reflexiones sobre el arte escultórico y el culto a Quetzalcóatl en el Coyoacán posclásico Reflections on the Sculptural Art and the cult of Quetzalcoatl at Postclassic Coyoacan LEONARDO LÓPEZ LUJÁN Doctor en arqueología por la Université de Paris X-Nanterre. Profesor-investigador del Museo del Templo Mayor, INAH. Integrante del Proyecto Templo Mayor desde 1980 y su director a partir de 1991. Miembro de la Academia Mexicana de la Historia, la British Academy y la Society of Antiquaries of London. Véase www.mesoweb.com/about/leonardo.html. RESUMEN Del poblado de Coyoacán proceden dos esculturas de gran formato que representan al dios Quetzalcóatl en su aspecto de Serpiente Emplumada. Ambas tallas en basalto de gran calidad datan del periodo Posclásico tardío y pueden adscribirse a la cultura tepaneca. La primera fue registrada por el capitán Guillermo Dupaix; hoy forma parte de las colecciones del Museo Nacional de Antropología. La segunda fue dibujada y adquirida por el pintor Édouard Pingret; actualmente integra las colecciones de la Smithsonian Institution de Washington. En este artículo se discute la importancia del culto al dios Quetzalcóatl en la región. Finalmente, se reconstruye la biografía cultural de ambos objetos. PALABRAS CLAVE Cuenca de México, tepanecas, Coyoacán, escultura, juego de pelota, Serpiente Emplumada ABSTRACT From the community of Coyoacán come two large-format sculptures that depict the deity Quetzalcoatl in his Feathered Serpent avocation. The two sculptures, carved in a high quality basalt, date from the Late Postclassic period and may be ascribed to the Tepanec culture. The first was recorded by captain Guillermo Dupaix; today, it is conserved at the Museo Nacional de Antropología. The second was acquired and portrayed by painter Édouard Pingret, and currently resides at the Smithsonian Institution of Washington. This article discusses the importance in the region of the deity Quetzal- coatl. Finally, the cultural biography of both objects is recons- tructed. KEYWORDS Basin of Mexico, Tepanecs, Coyoacan, sculpture, ballgame, Feathered Serpent ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL 51, ENERO-JUNIO 2016, P. 43-65 Estudios de Cultura Náhuatl, 51 • enero-junio 2016 • http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/nahuatl.html ECNáhuatl-51_FINAL.indd 43 16/05/2017 07:56:25 p.m. Reflexiones sobre el arte escultórico y el culto a Quetzalcóatl en el Coyoacán posclásico1 Leonardo López Luján A Bertrand Lobjois DOS MENCIONES HISTÓRICAS A mediados del siglo XV, según lo narra el historiador Hernando Alvarado Tezozómoc (1987: 318-320, 355-358), Motecuhzoma Ilhuicamina convocó en un par de ocasiones a los célebres escultores de Coyoacán para participar en las obras de remodelación del Templo Mayor de Tenochtitlan. Los mandó llamar primeramente, junto con un grupo de artistas de Azcapotzalco, para encomendarles la elaboración de un gran cuauhxicalli de piedra que debía coronar la renovada pirámide. Y, como signo de su poderío, les ordenó labrar en el canto de este cilindro sacrificial la derrota infringida por los tenochcas en 1430 a los coyohuaque y los azcapotzalcas comandados por Maxtla.2 A la postre, el flamante cuauhxicalli fue consagrado con la sangre y los corazones 1 Quisiera reconocer aquí la ayuda de varios colegas y amigos en la elaboración de esta investigación, entre ellos Jaime Abundis, Fernando Carrizosa Montfort, Michelle De Anda Rogel, Stan Declercq, Marie-France Fauvet-Berthelot, Cecile Ganteaume, Rubén Haro, Patricia Nietfeld, Bertina Olmedo, Sonia Arlette Pérez, Fabienne de Pierrebourg, Paul Schmidt, Eric Taladoire y Tomás Villa. También deseo agradecer el apoyo del Pro- yecto Templo Mayor, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, la Smithsonian Institution, el Musée du quai Branly y la Biblioteca José Lorenzo Cossío Cosío. 2 Alvarado Tezozómoc (1987: 319) registra las palabras que supuestamente dirigió en esa ocasión el cihuacóatl Tlacaélel a Motecuhzoma Ilhuicamina: “y que esta piedra no la labrasen los huastecas, sino los de Atzcaputzalco y Cuyuacan excelentes albañiles, labran- do en dicha piedra la guerra de sus pueblos cuando por vosotros fueron vencidos y muertos y sugetados á este nuestro imperio mexicano…”. ESTUDIOS DE CULTURA NÁHUATL 51, ENERO-JUNIO 2016, P. 43-65 Estudios de Cultura Náhuatl, 51 • enero-junio 2016 • http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/nahuatl.html ECNáhuatl-51_FINAL.indd 44 16/05/2017 07:56:25 p.m. REFLEXIONES SOBRE EL ARTE ESCULTÓRICO Y EL CULTO A QUETZALCÓATL 45 de guerreros huastecas de Cuextlan y Tuxpan, cuyos señoríos habían sido recién anexados a los dominios de la Triple Alianza. Pocos años después se vivió una escena semejante, cuando el mismo Motecuhzoma hizo regresar a la capital imperial a los escultores de Co- yoacán y Azcapotzalco, aunque ahora acompañados por los de Tlacopan, Texcoco, Xochimilco y Chalco. En esta ocasión, la misión de los artífices sería más compleja, pues, en términos de Alvarado Tezozómoc, habrían de tallar, “con muy subtil artificio”, “los bultos de cada dios sugeto á Huitzilo- pochtli”. El historiador nos aclara que dichos “bultos” eran las imágenes que “llamaban Tzitzimimec, Ilhuicatzitziquique, ángeles de aire sostenedores del cielo: otro nombre que les ponían à estos ídolos Petlacotzitzquique, te- nedores del tapete de caña”. Se trataba, en otros términos, de seis de los monolitos que ocupaban la cima del Templo Mayor: por un lado, la serie de cuatro efigies de la que formaban parte la Coatlicue y la Yollotlicue del Museo Nacional de Antropología y, por el otro, la pareja de portaestandartes antro- pomorfos donde se insertaban las banderas con que se anunciaba la realiza- ción de los sacrificios (vid. López Austin y López Luján, 2009: 455-463). Llegado el día de la ceremonia, la nueva ampliación de la pirámide y las seis imágenes en cuestión fueron dedicadas con la sangre de los cautivos de gue- rra traídos desde la lejana Huaxaca. La lectura de estos dos breves pasajes no parece dejar dudas acerca de la gran destreza de los escultores de Coyoacán, al tiempo que nos hace vis- lumbrar la presencia en esa ciudad tepaneca de una escuela plástica de altí- simo nivel y con carácter propio, como las hubo al oriente de la Cuenca de México, en Texcoco, y también al sur, en Xochimilco, Tláhuac, Chalco y Tlalmanalco (López Luján y Fauvet-Berthelot, 2012: 97-98). Por desgracia, es tal la pobreza del corpus de estatuaria coyoacanense que ha sobrevivido hasta nuestros días que nos resulta imposible corroborar arqueológicamente dicha presunción. Aun así, en este artículo deseamos abonar el terreno en esa precisa dirección, analizando dos espectaculares esculturas que represen- tan a Quetzalcóatl en su advocación de Serpiente Emplumada, y que hemos podido documentar como originarias de Coyoacán gracias al descubrimiento de varios manuscritos de los siglos XVIII y XIX. Estudios de Cultura Náhuatl, 51 • enero-junio 2016 • http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/nahuatl.html ECNáhuatl-51_FINAL.indd 45 16/05/2017 07:56:25 p.m. 46 LEONARDO LÓPEZ LUJÁN LA ESTATUARIA COYOACANENSE Las escasas esculturas que hoy se saben procedentes de Coyoacán y sus al- rededores pueden dividirse grosso modo en dos grupos, dependiendo de sus funciones, significados y cualidades estéticas. Por una parte, tenemos aquellas imágenes de formas sumarias que figuran a las divinidades del agua y la vegetación, y que eran propias de los cultos populares sufragados por las comunidades agrarias. Buenos ejemplos de este grupo son las efigies de Tlá- loc y Chalchiuhtlicue extraídas del manantial de Hueytlílatl (fig. 1), las cua- les se resguardan en la actualidad en el museo y la iglesia de Los Reyes; estas obras fueron reportadas por César Lizardi Ramos (1954: 232) en los años cincuenta del siglo pasado y, muchas décadas después, analizadas con detalle por Stan Declerq (2013).3 En este mismo grupo es igualmente interesante la figura pétrea de Chicomecóatl publicada por Carlos Navarrete (1991: fig. 8) como oriunda de San Pablo Tepetlapa y que actualmente integra las colec- ciones del Museo Anahuacalli. Completemos esta magra lista con el tepetla- calli o cofre de piedra decorado con mazorcas que hoy hace las veces de pila bautismal en la capilla del Cuadrante San Francisco (fig. 2; López Luján y López Austin, 2011); la efigie de una deidad masculina en posición sedente que fue recuperada en la huerta de la Casa de los padres Camilos, frente a la Plaza de la Conchita (fig. 3; Schmidt 2012),4 así como con las dos tallas en forma de cráneos humanos y la lápida con la fecha 7-Serpiente5 exhuma- das del sitio de El Coroco, adscrito al barrio churubusca de Pochtlan (fig. 4; López Palacios et al., 2000; Villa, 2014: 318). El segundo grupo escultórico está integrado por tallas más refinadas que se consagraban expresamente a los cultos estatales auspiciados por el gobier- no supremo. Algunas de ellas representan a los númenes protectores de la 3 En 1499, debido a la inundación de la isla de Tenochtitlan ocasionada por la intempestiva llegada de las aguas de Coyoacán, Ahuítzotl mandó cegar los ojos de agua con ofrendas de plumas, chalchihuites y “muchas piezas grandes hechas ídolos, especialmente una hecha a la figura de la diosa de las aguas” (Durán, 1984, 2: 380; Sosa, 1890: 19-20). 4 Se trata de una escultura de basalto de 45 cm de altura. Fue hallada hacia 1950 y hoy es propiedad de un coleccionista privado de los Estados Unidos (Paul Schmidt, comunicación personal, septiembre de 2015). Hay que recordar que en tiempos prehispánicos había en este lugar un ojo de agua y varios templos piramidales (Barba, 2012: 21; Schmidt, 2012). 5 Puede hacer alusión al nombre calendárico de la diosa del maíz Chicomecóatl. Estudios de Cultura Náhuatl, 51 • enero-junio 2016 • http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/nahuatl.html ECNáhuatl-51_FINAL.indd 46 16/05/2017 07:56:25 p.m. REFLEXIONES SOBRE EL ARTE ESCULTÓRICO Y EL CULTO A QUETZALCÓATL 47 ciudad y sus comunidades periféricas, mientras que otras eran utilizadas en la liturgia para perpetuar los grandes ciclos cósmicos.