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Nosferatu. Revista de cine (Donostia Kultura)

Título: El canalla que reescribió a F. Scott Fitzgerald. Joseph L. Mankiewicz, productor

Autor/es: Gallagher, Tag

Citar como: Gallagher, T. (2001). El canalla que reescribió a F. Scott Fitzgerald. Joseph L. Mankiewicz, productor. Nosferatu. Revista de cine. (38):15-23. Documento descargado de: http://hdl.handle.net/10251/41246

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Entidades colaboradoras:

El canalla quereescrihió a F Scott Fitzgerald

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NOSFERATU 38 ómo se puede escribi r ell os a las órdenes del dictador in­ con ) era el jefe de acerca de un produc­ discutible del. estudio, Louis B. la sección de guiones de la Para­ tor? Mayer. El cometido de Man­ mount. A los 18 al'ios, Joe cobra­ kiewicz era seleccionar materi al, ba por traducir al alemán los in­ !mente, lo que escri be la desarrollar guiones y decorados, tertítulos de las pelícu las mudas, gente es una serie de títulos de pe­ contratar al director, los actores y y a los 20 fue nombrado ayudante lículas e historias divertidas y unos técni cos, mantener el programa de guionista. Su sueldo entonces cuantos deta ll es comerciales. de trabajo y presupuesto iniciales era de 60 dólares por semana. El ¿Pero qué pasa con un productor y montar el resultado, todo ello de Herman, 1.250 dólares. que qu izá sea también el autor de bajo la estrecha supervisión del sus películas? ¿Qué me di cen de esrudio. En la MGM, para la que Siete anos y más de treinta pelí• Joseph L. Mankiewicz, productor Mankiewicz produjo veinte filmes culas más tarde, Joe se dirigió a de la Metro Goldwyn Mayer, que entre 1936 y 1944, ni las estrellas, Louis B. Mayer y le pidió que le no sólo escribía la totalidad o parte ni los directores, ni los gui onistas hiciera director. "Antes de poder de los ·guiones de sus películas (ni siquiera los productores, se­ caminar, tienes que aprender a (s in créditos en pantalla) sino que gún Mankiewicz) tenían demasia­ arrastrarte", le contestó Mayer, también, como responsable de la do control sobre su trabajo; eran según Mankiewicz, quien añad ió Metro, estaba encima de todos los simplemente empleados. Sin em­ que ésta era la mejor descripción aspectos del diseño, casting, roda­ bargo, la MGM animaba a sus que él conocía de la postura de un je y montaje de sus películ as? ¿Y empleados a imponerse. El mismo productor. "[Durante estos] aiios que además siguió dirigiendo sus Mayer sirvió de ejemplo al elegir oscuros (. ..) produje cantidad de propias películas? ¿Cómo pode­ como ayudantes a personas que películas que me avergiienza ha­ mos saber qué es Mankiewicz en sabía que le apuñalarían por la es­ ber asociado a mi nombre" ( 1). estas películas, en contraposición palda a la mínima oportunidad. a lo que es Borzage o Lang, o el Así, a pesar de que muchas de las Esta pose de autodesprecio la en­ resto de directores qu e Man­ películas de la Metro se confundan contramos en la mayoría de los kiewicz contrató? irremediablemente con la prosaica personajes de Mankiewicz, en la identidad del estudio, y aunque fue mayoría de las películas que diri­ Para responder a estas preguntas, precisamente durante la pem1anen­ gió. Pero htvo que "gatear" du­ podríamos seguir la pista de la cia de Mankiewicz cuando más re­ rante diez afias antes de estrenar­ hi storia de la producción de cada presivos fueron tanto el poder de se como director con El castillo película, estudiar los memorán­ Mayer como la autocensura de la de Dragonwyck (Dragomvyck), du ms de las distintas oficinas y industria cinematográfica, algunos en 1946. E incluso entonces tuvo entrevistar a todas aquellas perso­ directores resueltos fueron capa­ que conseguir primero que Mayer nas imp licadas. ces de realizar ocasionalmente fil ­ lo despidiera por una aventura mes que eran mucho más "suyos" amorosa con Judy Garland. Pero no he hecho nada de esto. que de la Metro. Ni yo ni nadie. Lo que he hecho Éstas son las películas producidas ha sido consultar unos cuantos li ­ Mankiewicz no quería el trabaj o por Mankiewicz: Tres desalma­ bros. Pero, sobre todo, he visto de Mayer. Pero las nociones de dos (Three Godfathers; Richard las películas, además de otros fil ­ Mankiewicz de lo que él pensaba Boleslawski, 1936), con Chester mes rea lizados por los mismos di­ que deberían ser las películas son Morris; Furia (Fwy; Fritz Lang, rectores, y he tratado de sacar casi tan evidentes en las películas 1936), con Sylvia Sidney y Spen­ conclusiones a partir de mis ex­ que produjo para Mayer como en cer Tracy; T he Gorgeous H ussy periencias con estas películas. aquéllas que él mismo escribió y (C iarence Brown, 1936), con dirigió más tarde. Lo que Man­ y Robert Taylor; En teoría, el trabajo de un pro­ kiewicz amaba eran las palabras, Love on the R un (vV. S. Van ductor de en los aílos los actores y el teatro. Él era es­ Dyke, 1936), con Joan Crawford 30 y 40 era hacer de conexión critor, hermano de escritor e hijo y Clark Gable; T he Bride Wore entre el estudio y la producción de un catedráti co de literatura. Red (Dorothy Arzner, 1937), con individual. A veces, el productor Aunque más que un hombre de Joan Crawford y ; era el que tenía que hacerse cargo letras, fu e un famoso donjuán. Doble boda (Double Wedding; de los "marrones" del estudi o. Ri chard Thorpe, 1937), con Myr­ Otras, era el san Jorge del artista. Joseph L. Mankiewicz entró en el na Loy y William Powell; Manne­ Y, a menudo, trataba de ser am­ mundo del cine porque su herma­ quin (, 1938), con bas cosas a la vez. En aquell a no Hennan (que póstumamente se Joan Crawford y Speucer Tracy; época, la Metro contaba con va­ haría fa moso por escribir Ciuda­ Tln·ee Cornrades (Frank Borza­ rios productores ejecutivos, todos dano Kane - Citizen Kane, 1941- ge, 1938), con Margare! Sullavan

····(~·-· NOSF ER ATU 38 Woman of the Yenr

y Roberl Taylor; E l ángel negro ge Stevens, 1942) , con Katharine cia", la fuerza y la claridad a la hora (TI1e Shopwom Angel; H. C. Poi­ Hepburn y Spencer Tracy; Cairo de expresar emociones. Los críti­ ter, 1938), con (W . S. Van Dyke, 194 2), con cos seiialaban constantemente que, y James S tewart; La hora ra­ Jeanette MacDonald y R obe rt mientras el resto de actores tenían dimtte (; Frank Young; Reunion in France (Ju­ que "trabajárselo", a Tracy "le sa­ Borzage, 1938), con Joan Craw­ les Dassiu, 1942), con Joan lía sin más, de forma natural". ford, Margaret Sullavan y Robert Crawford y John Wayne; Las lla­ Young; C uento de Navidad (A ves del reino (Tiie Keys of rile Sin embargo, lo que los críticos Christmas Caro/; Edwin L. Marin, Kingdom; John M. Stah l, 1944), no dicen es que Tracy también 1938), con Reginald Owen; The con Greg01y Peck. podía ser un actor tremendamente A d ven tu r es of Hu cldeb en y hi striónico. Tenía un repertorio de Finn (The Adventures of Huckle­ La película ideal de Mankiewicz, ya trucos de actor malo que no du­ berry Finn; R icha rd Thorpe, fuera como director o como pro­ daba en utilizar para robar esce­ 1939), con M ickey Rooney; ductor, era lo que yo denominaré nas a cualquiera que compartiera Strange C argo (Frank Borzage, un " foto-teatro", un tipo de cine su fotograma, como tirarse de la 1940), con Joan C rawford y que se acercaba más a una obra de oreja mientras el otro hablaba. En Clark Gable; H istorias d e Fila­ teatro filmada que a una película, W oman of the Ycar (George delfia (The Philadelphia St01y; más a un documento de actores Stevens, 1942), el truco utilizado , 1940), con Katha­ para cuya ach~ac i ón la mímica o el fue la reacción silenciosa de Tra­ rine Hepburn, Cary Grant y Ja­ diálogo es continuo e inevitable, que cy al cotorreo incesante de Katha­ mes Stewart; The Wild Man of a una historia con personajes. ri ne Hepburn y, aunque se supone Borneo (Robert B . S inclair, que el gag es la pasividad de Tra­ 194 1), con Frank Morgan; Hue­ Acuérdense de Spencer Tracy en cy frente a la actividad de Hep­ llas femeninas (Th e Feminine Mannequin. Tracy contaba con burn, como Hulot en Playtime Toucli; W . S. Van Dyke, 194 1), cantidades impresionantes de la (Jacques Tati, 1967), lo cierto es con Rosalind Russell y Don Ame­ más esencial (y misteriosa) cua lidad que las muecas de Tracy hacen che; Woman of the Year (Geor- para un actor de cine: la "presen- que su papel sea mucho más acti-

NOSFE RATU 38 vo que el de ella. De hecho, la cepcionalmente entrañables. Des­ Wyler, 1936) y El bazar de las borra de la pantalla, convirtiéndola pués ele todo, todo arte es un su­ sorpresas (The Sl10p Around the en un o de sus atrezzos. Después cedáneo, pues, de lo contrari o, Com er; Ernst Lubitsch, 1940), de diez minutos, el foto-teatro se sería la vida misma. Pero lo que porque tanto Wyler como Lu­ hace pesado, fa tuo y repetitivo. es sucedáneo en la Sullavan de bitsch subordinaban su presencia Con todo, en Woman of the Three Com rades (su " actua­ a la historia de sus películas. De Year Tracy está relativamente ción") no es lo mismo que lo que la mi sma forma, Borzage, sin conten ido y sut il bajo la (m uy es auténtico (su presencia). M ien­ Mankiewicz, hacía "películas". frustrada) dirección de George tras que la primera cuali dad ador­ En su ¿Y ahora, qué? (Lit/le Stevens (q ui en, tras rechazar sa­ na el foto-teatro, la segunda es el Man, what now?, 1934), Sullavan biamente trabajar para Man­ alma de toda película. está casi natural, con energía, jo­ kiewi cz en "im estudio de produc­ ven y guapa; en el ex tremo tores", cambió desacertadamente Hace vei ntitrés años pregunté a opuesto, en de opinión). En comparación, una ele las "compañeras de reper­ (1940) ésta es un icono utilizado Frank Borzage no parece haberse torio" de , Ruth Cli f­ con moderación y cuidadosamen­ resistido en Mannequin. Un ac­ fo rd, por qué Ford no había utili­ te controlado. Pero en Three tor histri óni co como Wallace zado nunca a Lillian Gish en uua Comrades el juego ya no está en Beery podría salirse con la suya película. Ella me miró con horror. manos de Borzage, sino de Man­ pasándose lentamente la mano No había caído en lo obvio, lo kiewicz, que estaba siempre ahí, abierta por la cara co mo hace fundamental: "¡011, no! Es dema­ en el plató, siempre dispuesto a Tracy, porque en el fondo todos siado sintética pam éf'. ayudar, y Sullavan no es más que pensamos que Beery es el mismo una actriz que devora escenas zoquete fuera y dentro de la pan­ Desde entonces, he tratado de con un cálculo agresivo y desca­ ta lla; pero Tracy nunca nos deja comprender qué es lo que Ruth rado, exprime al máx imo un pe­ olvidarnos de que él es más inteli­ Clifford quería decir. La heroína queilo repertorio de poses sintéti­ gente que el pobre tipo al que está de La culpa ajena (Broken Blos­ cas, tmcos de escenario y gestos imitando. soms, 1919), de D. W. Griffi th, robóticos. Y se muestra casi igual ¿"sintéti ca"? de mecánica, aunque encantado­ Para algunos espectadores es pre­ ra, en La hora radiante, de Bor­ cisamente este sucedáneo la esen­ Margare! Sullavan, en las pelícu­ zage-Mankiewicz, en la ,que inter­ cia de la buena actuación: la técni­ las qu e no produjo Maukiewicz, preta un papel más breve. "Su ac­ ca "visible" de un virt uoso, como parece a menudo menos fuera de tuación es casi insoportablemente en música, pintura, ball et o gim­ lugar, incluso en papeles inverosí­ cautivadom", escri bió Frank Nu­ nasia. Curiosamente, un crítico miles como el de Una chica an­ gent acerca de Three Comrades señala que la "in(raactuación" de gelical (The Good FaÍI J'; William en The New York Times, lo cual Tracy ayuda a Mannequin. Te­ nemos una visión diferente de las cosas, él y yo.

Probablemente, tambi én veamos de forma diferente a Margare! Su­ ll avan. He aquí otra adorada "pre­ sencia" con fo rmación teatral. En T hree Comradcs, no cabe duda de que está "actuando", una de­ mostración sucedánea adecuada­ mente ap laudida con una nomina­ ción a los Osear - y seguida, un ar'io más tarde, con la entrega de un Osear al Spencer Tracy más melodramáti co por su papel de un pescador portugués en Capitanes intrépidos (Captains Coura­ geous, 1937) . Ambas actuaciones res pondían perfectamente al gus­ to de la época por el foto-teatro, provocaron montones de lágrimas y fueron consideradas como ex- Mannequin

••••ei:II NOSFER ATU 38 Three Comrades era bastante cierto. Pero el con­ traste es increíble cuando se comparan estos foto-teatros de Borzage-Mauki ewicz con la pro­ ducción independiente de Borzage Cena de medianoche (Hist01y ls Made at Night, 1937). Jean Art hur y Charles Boyer, actores conside­ rados generalmente mucho más "superficiales" que la "luminosa" Marga re! Sullavan, nunca parecen tan fraguados como ella.

El amor de Maukiewicz por el teatro impuso unas actuaciones en las que los actores están fuera de sus papeles. Parece haber equiparado la inteligencia con la refl exión sobre uno mismo, moti­ vo por el que Jean-Luc Godard lo adoraba. Sus películas son siem­ pre comedias de costumbres o, quizás, comedias basadas en co­ mentarios sobre uno mismo.

Y de la misma manera que el "diá­ logo inteligente, escueto" de un guión "culto" puede termi nar sus­ tituyendo los conceptos intelec­ tual izados de un drama turgo por una visión más global e indigesta de un personaje, también puede una "actuación" sustituir la acti­ tud hacia un personaje por el per­ sonaje mi smo. Una "actri z" como Margare! Sullavan, tentadora, casi un ser humano multifacético, jo­ ven y guapo en ¿Y ahora, qué?, su verdadero yo aflora; viendo a ki ew icz -que-han-encont rado-un­ no muestra nada de su rea li dad en Ethan Edwards en Centauros del au tor son todo un derroche. Para los foto- teatros de Mankiewicz, desierto (The Searchers; .l o l111 mí, sus alegrías y penas no tienen películas que casi la fosilizan, de­ Ford, 1956), sabemos que puede peso, ya que ell os mismos no tie­ fi niéndola (como acostum braba a derrumbarse en cua lquier momen­ nen ni nguna credibi li dad. El pro­ hacer la Metro) como un manojo to. No así Sullava n. Como todos blema no es que normalmente se de pucheros y ri sitas para el resto los actores que trabajaron con les dé un papel que no les va (Su­ de su carrera. Fuera de la pantall a Mankiewicz, Sullava n derivó en la ll avan no parece más una mante­ era tempestuosa, rencorosa, auto­ fórmula: él nunca qu iso que los nida elegante en Three Comra­ destructiva, adorable, encantado­ personajes transcendieran su con­ des que Joan Crawford una de­ ra, rapaz y promiscua; en la pan­ cepto, lo mejor para simbolizar la pend ienta del Lower East Side en talla es Shirley Temple. tragicomedia de la vida. Así, en Mannequin, una puta barata en Eva al desnudo (A l/ About Eve, The Bride Wore Red o una reina Muchos actores son en su vida 1950), Bette Davis se hace pasar jacksoniana del bai le en T he Gor­ privada lo contrario a lo que re­ por Bette Davis. A menudo, los geous H ussy; Robert Yo ung, Ro­ presentan en la pantalla. John personajes de Mankiewicz se vuel­ bert Taylor y Franchot Tone, om­ Wayne era una persona confusa; ven locos de furia, pero nunca ni presentes en estas películas, Rock Hudson, gay; Tngrid Berg­ abandonan la urbanidad, nunca nunca parecen encajar en sus pa­ man, la fea del baile; Spencer dejan de recitar. Para aquéll os a peles). El problema es que los ac­ Tracy, un borracho asqueroso. Y los que les gusta el teatro de este tores de Manki ewicz son maní• es en sus mejores películas donde tipo, los personajes-de-Man- guíes.

NOSFERATU 38 Historias de Filadelfiu pasión que perduraría hasta la m uerte de Tracy, vein ticinco at"\os más tarde, pero que nunca se adi­ vina ría por sus escenas. Por el contrario, Hepburn parece verda­ deramente desnudar su alma (y cuerpo, aunque sólo tenga las ma­ nos y la cabeza descu bi e rtas) mientras caía enamorada de John Ford (fuera de la pantall a) en Ma­ ría Estua rdo (Mmy of Scotland, 1936), películ a de la que los inte­ lectua les nunca dejarán de burlar­ se pero que, sin embargo, y en su mayor parte, es una "película", con una riqueza emocional infini­ tamen te superior a la de los foto­ teatros de Mankiewicz. Una pelí­ cula son "imágenes"; con Man­ kiewicz, es siempre una cuestión de " imágenes de ... ", de " docu­ mentales" de lo que pasó en los platós de la MGM, independiente­ mente del director, con una única excepción: Fritz Lang.

En Furia ( 1936), Spencer Tracy no sobreactúa; sus movimientos están totalmente controlados y son mínimos. La cámara dirige constantemente la atención sobre sí misma, adopta ndo unos puntos de vista pecul iares, encadenando ángulos que a menudo no riman Borzage-con-Mankiewicz es a Bor­ Dos de los mayores éxitos de como uno espera, deleitándonos zage-sin-Mankiewicz lo que el ne­ Mank iewicz como p roductor, con unos montajes elaborados gro al blanco. En Cena de media­ H istorias d e Fil ad elfi a y W o­ que pertenecen a un mundo com­ noche, los oj os nos deslumbran, el man of the Year, deben su éxi to pletamente distinto al del discreto montaje es fascinante y los ángulos no a él, sino a Katharine Hepburn, foto-teatro de la Metro. F uria de la cámara hacen vibrar las emo­ que contaba con las c ualidades está compuesta de imágenes; el ciones. Esto es una película. Un necesari as y se las vendía a la resto de películas de Mankiewicz mundo de cuentos. Por el contra­ MGM, el igiendo ell a misma los están representadas. ri o, en un fo to-teatro de Man­ repartos y directores y supervi­ kiewicz la cámara es casi invisible, sando los guiones. Fue ell a, y no Mankiewicz se sentía intimidado restándole deliberadamente al realis­ Mankiewicz, quien tuvo la idea de por Lang. Era un ardiente germa­ mo cinematográfico lo mejor para formar equipo con Speneer Tracy nófilo que hablaba bien el idioma, resaltar las actuaciones. Los ángu­ ( harían nueve películas juntos). y tanto su padre como su madre los nunca ll aman la atención sobre S in embargo, prevalecería la esté­ habían venido de Alemania. Lang sí mismos. Se prefiere fotografiar a tica del foto-teatro de Mankie­ se había alejado de su camino dos personas a una distancia neu­ wicz. Mankewicz fij ó los guiones para dar con un estercolero en la tra. Los oj os nunca saltan a la vista. y estuvo, como de costumbre, Metro, productora que lo había Los seres humanos nunca amena­ omnipresente. traído desde Alemania pero que zan con violar el decoro de sus pa­ ahora estaba a punto de dejarlo peles. Nunca sale nadie al exterior: S tevens a bando nó dos veces, escapar sin haber hecho una sola abundan las retroproyecciones, con frustrado, el plató de W oma n of pe lí cula. S in e mbargo, Ma n­ las mati onetas iluminadas si n con-. the Year . Realmente, sus actores kiewicz consiguió que se lo asig­ traste alguno. Esto es teatro fi lma­ se estaban enamorando durante el naran a él y a Furia, un proyecto do. Una grabación. rodaje de \ Voman of the Year , que Mankiewicz había desarrolla-

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do a partir de una idea de Norman con entusiasmo; la MCM la ha ma independie nte (con Man­ Krasna. También rescató a Spen­ e.\plotado magn(flcamente; y con ki ewicz compartiendo el gui ón)- . cer Tracy; la Fox se había deshe­ mucha suerte y el viento a su fa­ cho de él tras mil y una borrache­ vor, la i\1/CM podrá finalmente Mientras que Mankiewicz, des­ ras. Juntos crearían una obra recuperar su dinero" (3). pués de semejante debut y con maestra. ¿Por qué no? Man­ tan sólo 26 af'tos, sigui ó con una kiewicz tenía 26 años. Furia era Lang no le devolvió las gracias. larga seri e de foto-teatros, sólo su primera producción de verdad Éste se abstuvo durante décadas resei1 ables por su convencionalis­ e n la MGM. Apoyó constante­ de estrecha rl e la mano porque mo banal y por un artificio que mente a Lang fi·ente al odio impla­ Mankiewicz, siguiendo las órde­ borraba cualquier indicio de vida, cable, no sólo de los ejecutivos de nes de la Metro, había cortado al­ Lang, gracias a Furia (y a una la Metro, sino también ele prácti ­ gunas escenas de fantasmas de petición de Sylvia Sidney), siguió camente todo el reparto y el equi­ las que el público del preestreno dirigiendo con una mayor autori­ po ele fil mación, con la notable se había reído. Y, a pesar de que dad Sólo se vive una vez (>'ou excepción de Sylvia Sidney. Tra­ Furia arrojara finalmente un be­ Only Live Once, 1937) para Wal­ cy se amotinó, un electricista es­ neficio de $248.000 sobre un ter Wanger, el productor indepen­ tuvo a punto de dejar caer una coste de $604.000, tampoco reci­ diente de Cena de medianoche. lámpara de arco sobre Lang, casi bió las gracias de Louis B. Mayer Joe se convirtió en el chico bueno todo el mundo trataba de que lo porque éste, que parecía haber to­ de la empresa. echaran. Lang era "mezquino, 1/11 lerado la película para darle una alemán arrogante y dominante", lección a Mankiewicz, estaba dis­ ¿Por qué? ¿Fue un retroceso ante recordaba el cámara Joseph Rut­ gustado porque Furia fuera tan el rechazo de Lang? ¿Un abrazo tenberg (2). contraria al estil o fo to-teatro de la de Loui s B. Mayer? ¿Los proble­ MGM -y por su conteni do social: mas del matrimonio y una suce­ Poco después del estreno de la éste seguía siendo el mismo estu­ sión de mujeres? Quizá, las tres p elíc ula, Mank iewicz hizo un dio que dos at1 os antes había obli­ cosas. anuncio: "Mi primem produc­ gado a su primer director a hipo­ ción, destinada a revolucionar tecar la casa y a producir El pan E ntre las muje res esta ba J oan toda la industria, ha sido Furia ", nuestro de cada día ( Our Daily C rawford, "la estrella de cine dijo. "La prensa la ha recibido Bread; King Vicia r, 1934) de fo r- prototípica" en palabras de Man-

NOS FERATU 38 Ell····· kiewicz, cuya habi 1idad para ma­ Ira mejor trabajo juntos en Stran­ se sa li ó con la suya: incluso me­ nejar el t e rro~· temperamental ge Cargo. Siempre habíamos esta­ nos que en \Voman of the constituía tmo de sus valores para do unidos, a veces incluso dema­ Yea r , no hay nada en esta pelí• el estudio. "Yo podía manejar a siado unidos, pero ahora nos re­ cula que sugiera emociones rea­ Joan ". Ya había escrito el guión conocíamos como personas adul­ les, ni dentro ni fuera de la pan­ de dos de las películas de tas y la química estaba todavía talla. La Legión de la Decencia Crawford y ahora produciría tres ahí, poniendo el resto. Los dos cond enó Strange Cargo por más seguidas, a cada cua l más teníamos buenos papeles, de ésos una fi gura de Cristo interpretada aburrida. Love on the Run, una que los críticos llaman "comple­ por lan Hunter, dándole así una imitación de Sucedió una noche tamente realizados". El argumen­ ma yo r repercusión a la pelícu la. (She lvfarried Her Boss; Frank to era potente y el guión espléndi­ Strange Cargo se deleita en la Capra, 1936), fue el éxito popular do, y Frank Borzage 110s dejó co­ poesía y las pretensiones litera­ de las tres primeras, probable­ gerlo y salir corriendo. ¡ }~ chico, rias de la misma manera que La mente porque W. S. Van Dyke se cómo corrimos!" ( 4). patntlla perdida (The Los! Pa­ deshace, como de costumbre, de Iro/; Jolm Ford, 1934) y Hom­ todo lo superfluo. Mankiewicz, De hecho, la mayor parte de la bres intrépidos (Tite Long Vo­ impertérrito, produjo seis foto­ película están sentados en un yage Home; John Ford, 1940), teatros más con Crawford, siem­ barco varado en el mar, muri én­ pero nunca va más allá de los pre tratando de "adaptar" sus dose de sed, demasiado lenta­ conceptos y la actuación teatral. guiones para ell a, y la fal li da mente, tras caminar trabajosa­ U na vez más, uno cree cierto Crawford siempre ahí, aunque mente a través de una ciénaga. que el director Frank Borzage, Strange Cargo tiene sus defen­ La censura prohibió cualquier con más autoridad, hubiera sido sores. "[Fue} realmente maravi­ indicio de que los amantes man­ mu cho más desmesurado, di so­ lloso ... Clark y yo hicimos nues- tu vieran relaciones sexuales, y luto, agudo y animado.

Strunye Cargo

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Dos años después de Furia, Man­ recordemos al joven de 26 at1os kiewicz volvió a intentar hacer que sa lvó a Fritz Lang. arte con F. Scott Fitzgerald como su único crédito en Three Com­ rades. Margare! Sullavan se que­ NOTAS jaba de que los diá logos eran irre­ producibles, el eshtdi o no quería l . Geist,. Kenneth L.: Pictures ll'i/1 las prostitutas, las amantes solte­ Tolk: Tfle Lije and Times o.f Josepfl L. ras, los nazis o al san Pedro tele­ ,lfankiell'ic=. Scribner's. Nueva York, fonista de Fitzgerald , aunque, cu­ 1978. Pág. 73. riosamente, no pusieron objecio­ 2. Geist, op. cit. , pág. 79. nes a consagrar el asesinato por venganza con la ventana de una 3. Tfle De/tan, diciembre de 1936. Cita­ iglesia y el estribi llo del Aleluya ele do en Geist, op. cit.. pág. 80. Hiindel, porque la víctima lo me­ recía. Como dij o Mankiewicz, ''si 4. 'ewquist, R .. Com ·er.w tiom ll'itfl alguna vez aparezco en alg1111a Joan Crrlll{orcl, Secaucus, Citade l Press. Nueva Jc::rsey, 1980, pág. 85. historia de la literatura, en una nota a pie de página, será con/O 5. Geist. op. cit., pág. 90. el canalla que reescribió o F. Scott Fitzgerald" (5).

El tono de autoburl a es típico, como reconocerá cualqui era que haya visto una película de Man­ kiewicz. Pero más que al canalla,

NOSFERATU aalf~.¡c~~····