Biblioteca Oliverio Girondo
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LA BIBLIOTECA DE OLIVERIO GIRONDO por Patricia M. Artundo con la colaboración de Sofía Frigerio y Susana Lange Buenos Aires Fundación Pan Klub - Museo Xul Solar 2008 Índice Introducción: claves para una reconstrucción (parcial) de la Biblioteca de Oliverio Girondo 4 Patricia M. Artundo I. Catálogo de la venta de la Biblioteca de Oliverio Girondo 11 II. Listado de libros donados al Museo de Arte Hispanoamericano por Norah Lange 118 III. Intento de reconstrucción: breve catálogo de los libros que pertenecieron a Oliverio Girondo 153 Patricia M. Artundo IV. Colección Susana Lange 158 Claves para una reconstrucción (parcial) de la Biblioteca de Oliverio Girondo Patricia M. Artundo A lo largo de su vida, Oliverio Girondo (1890-1967) reunió en su biblioteca más de 6.000 libros. Una biblioteca de la que sólo ha quedado un registro parcial en algunos documentos de la década de 1970. Esta “Biblioteca de Oliverio Girondo” es, precisamente, una reconstrucción que se basa en el catálogo de la venta realizada por la firma Adolfo Bullrich y Cía. Ltda. en 19731 y en el listado de la donación realizada por Norah Lange (1905-1972) hacia 1970 al Museo de Arte Hispanoamericano “Isaac Fernández Blanco”.2 A ellos se suma el listado de libros que Norah conservó consigo luego del fallecimiento de Oliverio y que hoy son propiedad de su sobrina Susana Lange. En su conjunto, este nuevo corpus sólo llega a representar un 25% del total de su biblioteca. Un porcentaje sin duda menor pero que posee singular relevancia a la hora de abordar a Girondo desde otros lugares, en especial, la bibliofilia, independientemente de que su biblioteca aporte datos invalorables acerca de muchos otros de sus intereses. Entre los meses de mayo y julio de 1973 la firma Bullrich sacó a la venta la colección de Oliverio Girondo, venta que se realizó en dos etapas. La primera de ellas, destinada a su colección de arte, mobiliario y platería; la segunda, específicamente a su Biblioteca. En el origen de estas ventas estaba, sin lugar a dudas, la voluntad de Norah Lange. En 1970, decidida a abandonar la casa de la calle Suipacha 1444, Norah realizó una primera selección tanto de libros como de la colección de arte de Oliverio, destinando la primera al museo porteño y, la segunda, a su venta por Bullrich. Esta última incluyó 98 piezas de su colección en un remate más amplio con obras de diversa procedencia realizado entre los días 24 a 28 de agosto de ese mismo año, en el que se destacaba el conjunto de piezas de arte precolombino. En el caso de la selección destinada al Museo, se trató de un conjunto de 490 libros indicados en el Listado ya citado, aunque sabemos que en la casa permanecieron otros libros que luego se incorporaron al acervo del mismo Museo. Es probable también que en 1970 Norah haya decidido desprenderse de los ejemplares más valiosos existentes en la 1 Cf. Remate especial: libros antiguos, modernos, historia, arte, viajes poesía, literatura, documentos, primeras ediciones [Catalogación a cargo de Carlos Bullrich con la asistencia Cristina Miranda], Buenos Aires, Bullrich Arte y Antigüedades, los días 11 y 12 de julio de 1973. 2 Se trata de “Libros donados a la Biblioteca del Museo de Arte Hispanoamericano ‘Isaac Fernández Blanco’ por la Señora Norah Lange de Girondo”, [ca. 1970]. biblioteca, requiriendo para ello asistencia a la Familia Bullrich, con quienes existía una antigua amistad, en particular con Eduardo Juan Bullrich (1895-?), también bibliófilo y experto en la materia. Esta suposición se basa en el hecho de que la catalogación realizada para la venta de 1973 –600 lotes que comprendían 947 títulos de libros– resulta difícil que pudiese haber sido realizada en los escasos doce meses que mediaron entre el fallecimiento de Norah –el 4 de agosto de 1972– y la efectiva realización de la venta en el mes de julio del año siguiente. Por cierto, la catalogación realizada por Carlos Bullrich –hijo de Eduardo Juan– con la asistencia de Cristina Miranda, era un tipo de catalogación reservada sólo a las grandes bibliotecas, con una descripción de cada ejemplar que debe haber demandado un intensivo trabajo previo. Esto se puede ver en la descripción de algunos de los lotes, como por ejemplo: 155 DESBORDES VALMORE, Mme.: “UNE RAILLERIE DE L´AMOUR…”. París, Edit. Charpentier - Imp, Auffray, 1833. In-8°. 2 ff. s/n° + 14 pp. (prefacio) + 327 pp. + 12 pp. (Cat. de Edit.). Caract. romanos. Edición original rara, precedida de un prefacio de Alejandro DUMAS, también en edic. orig., sobre “Les Fleurs” de Mme. Desbordes Valmore. Este ejem. proviene de la bibliot. de la Reina Gobernadora de España María Cristina de Borbón y Parma, figurando en su cat. y Ex-Colec. Eduardo J. Bullrich. Muy raro en esta condición. Buen estado, salvo manchas. Enc. romántica, pleno cuero violeta, platos c/punt. dor., lomo c/decor. dor., cantos dor., cortes dor., frotada y c/tiros de polilla en el lomo. (Carteret 1-210 - Escoffier 976). A la descripción material y física de cada ejemplar, además de su estado de condición, se sumó el cotejo con la bibliografía respectiva, esto es, los libros de referencia clásicos para obras de colección, entre los que se contaban los de Léopold Carteret, Pedro Salvá y Mallén y Jacques-Charles Brunet, por mencionar algunos de los más referenciados.3 El catálogo de la venta constituye claramente el registro más importante de una biblioteca escasamente mencionada por los contemporáneos de Girondo, aun cuando estuvieran muy próximos en amistad a él.4 Una biblioteca cuyo disfrute debe hacer sido 3 Aunque la lista no es completa, algunos de los títulos referenciados para la catalogación de la biblioteca de Girondo, fueron: Hans Bohatta, Liturgische bibliographie des XV. Jahrdunderts mit Ausnahme der Missale und Livres d’heures (Wien, 1911); Jacques-Charles Brunet, Manuel du libraire et de l’amateur des livres (1860-1965); Léopold Carteret, Le trésor du bibliophile romantique et moderne (1801-1875) (París, 1924-1298); Bartolomé José Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos (Madrid, 1863-1889); Jean George Thèodore Graesse, Trésor des livres rares et precieux (1859-1869) (Dresden, 1859-1869); Gumuchian & Cie., Catalogue de reliures du XVe au XIXe siècle, en vente à la Librairie Gumuchian & Cie (París, [1930]); Ricardo Heredia, Catalogue de la bibliothèque de M. R Heredia, comte de Berrahais (Paris, 1891-1894); Antonio Palau y Dulcet, Manual del librero hispano-americano: bibliografía general española e hispano-americana desde la invención de la imprenta hasta nuestros tiempos con el valor comercial de los impresos descriptos (Barcelona, 1948-1953); Pedro Salvá i Mallén, Catálogo de la biblioteca de Salvá (Valencia, 1872); George Ticknor, History of Spanish Literature (London, 1ª edición: 1849); Francisco Vindel, El arte tipográfico en España durante el siglo XV (Madrid, 1945-1954). 4 Al respecto, puede leerse la descripción de la casa de la calle Suipacha realizada por Enrique Molina y recogida por Jorge Schwartz en Oliverio: nuevo homenaje a Girondo (Rosario, Beatriz Viterbo, 2007). Allí el poeta se preguntaba “Qué había en la casa? Muebles de la colonia, nubes, zonas fluviales, desvanes con astrolabios y compartido con aquellos iniciados en la bibliofilia, además del mismo Bullrich, Matías Errázuriz, Alfredo y Alejo González Garaño, Teodoro Becú, Carlos M. Mayer, Domingo Viau o Jorge Martín Furt, entre otros tantos. ¿Cuál fue el origen de esta biblioteca y cómo se fue configurando en el tiempo? Es indudable que para 1922, año en que Oliverio publicó Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, él ya se había iniciado en la bibliofilia. Su libro –en una edición de semilujo– respondía a aquellos aspectos básicos que definen al livre d’art: papel especial, ilustraciones y tirada limitada.5 Pero resulta difícil responder a la pregunta básica de si a los 32 años de edad ya tenía una biblioteca conformada. En este sentido, ignoramos todo lo concerniente a su padre, Juan Girondo (1846-1927), coleccionista de arte. Sólo en un par de casos sabemos que algunos libros pertenecieron a la biblioteca familiar, como lo es el libro de Giulio de Frenzi, Ignacio Zuloaga (1912, Bullrich: 565) o el ejemplar de Salammbó de Flaubert, en su traducción al español de 1896, que perteneció a Emilia Girondo (Bullrich: 193). Por otra parte, a mediados de la década de 1920 Eduardo J. Bullrich dedicó un conjunto de notas en Martín Fierro a la sociedad recién constituida, Zona y Viau. Estas notas aparecieron durante el año 1925 Martín Fierro. Periódico quincenal de arte y crítica libre – año clave en la relación de Girondo con dicho periódico– ubicándola directamente en el campo de la bibliofilia y en ese primer momento, dedicándose a la importación de obras.6 La amistad con Bullrich es, sin duda, un dato a retener, en tanto con él compartió su pasión por la bibliofilia y al igual que él fue uno de los suscriptores de las ediciones de la Agrupación Amigos del Libro de Arte, junto a Mayer, Alfredo González Garaño y Marcelo Torcuato de Alvear. Esta agrupación, presidida por Adelia de Acevedo, se mantuvo activa por lo menos durante el período 1927-1935 y estuvo destinada a la publicación de libros en ediciones de lujo situando el radio de su actividad en Madrid, París y Buenos Aires. La pipas de opio, cajas de compases, alfombras persas y folletines de otro siglo. Faroles de barco, vías férreas que cruzaban la sala, piedras totémicas, inmensos roperos de caoba, arañas de murano, piezas diaguitas, un ombú en uno de los ángulos del comedor, y el ídolo polinésico, de madera negra como la puerta, presidiendo todo desde lo alto, sentado en cuclillas, con un aire extrañamente meditativo para un dios nacido de las olas,los tatuajes maoríes, dios del olvido, quizás, de una sabiduría remota extraída de la vanidad del mundo, dios de mirar solo un horizonte sumergido por la lejanía.” (p.