Historia Y Situación Actual De Los Mercados Semanales En Los Valles Centrales De Oaxaca [History and Current Situation of Weekl
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Artículo de Revisión ISSN: 2007-9559 Revista Mexicana de Agroecosistemas Vol. 3(2): 272-290, 2016 HISTORIA Y SITUACIÓN ACTUAL DE LOS MERCADOS SEMANALES EN LOS VALLES CENTRALES DE OAXACA1 [HISTORY AND CURRENT SITUATION OF WEEKLY MARKETS OF OAXACA’S CENTRAL VALLEYS] Nancy Gabriela Molina Luna1§, Gisela Virginia Campos Ángeles2 1Estancia Posdoctoral Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca, Ex Hacienda de Nazareno, Xoxocotlán, Oaxaca. 2Profesor-Investigador del Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca, Ex Hacienda de Nazareno, Xoxocotlán, Oaxaca. §Autor para correspondencia: ([email protected]). RESUMEN Los mercados de México constituyen una de las principales características de las sociedades mesoamericanas. La información más antigua que se conoce acerca de los estos lugares data de la época de los mexicas. El sistema de mercados del estado de Oaxaca, conserva desde la época prehispánica una organización cíclica, en donde operan una serie de mercados semanales (plazas o tianguis) a manera de rotación en distintos días de la semana y en diferentes lugares (Cook y Diskin, 1990), en los que se puede encontrar una gran cantidad de productos. El objetivo del presente trabajo fue recopilar información que aportara elementos históricos y de la situación actual de los mercados semanales de los Valles Centrales. Se realizó la búsqueda de información en documentos históricos, libros y revistas para estructurar en el presente documento. Se señalan las características de cinco mercados, ubicados en la Central de Abasto de la Cd. de Oaxaca, Etla, Ocotlán, Tlacolula y Zaachila. Además se describe la riqueza de elementos bioculturales asociados a dichos lugares, lo que les brinda características específicas en relación con otros mercados semanales del estado y del país. Se concluye que los mercados semanales de los Valles Centrales de Oaxaca son centros de intercambio cultural y de material genético. En ellos se realizan tanto transacciones monetarias como intercambios en especie, lo cual forma parte de la cultura y tradición milenarias de la región de estudio. Palabras clave: Economía campesina, intercambio, patrimonio biocultural, reciprocidad. 1 Recibido: 21 de noviembre de 2016. Aceptado: 12 de diciembre de 2016. 272 Artículo de Revisión ISSN: 2007-9559 Revista Mexicana de Agroecosistemas Vol. 3(2): 272-290, 2016 ABSTRACT Mexico's markets are one of the main characteristics of Mesoamerican societies. The oldest known information about these places dates back to the epoch of the Mexicas. The market system of the state of Oaxaca has retained a cyclical organization since the pre-Hispanic period, where a series of weekly markets (named “plazas” or “tianguis”) operate in rotation on different days of the week and in different places (Cook and Diskin, 1990), where a large number of products can be found. The aim of this study was to gather information that could bring to historical elements and of the current situation of weekly markets in Central Valleys. We searched for information ín historical documents, books and journals to structure this document. The characteristics of five markets, Central de Abasto of Oaxaca City, Etla, Ocotlán, Tlacolula and Zaachila are indicated. This research also describes the richness of biocultural elements associated with these places, which gives them specific characteristics in relation to other weekly markets of the state and country. It is concluded that the weekly markets of the Central Valleys of Oaxaca are centers of cultural exchange and genetic material. In them both monetary transactions and exchanges in kind are carried out, which is part of the millenary culture and tradition of the study region. Index words: Peasant economy, exchange, biocultural patrimony, reciprocity. INTRODUCCIÓN Diversos autores afirman que los mercados son terrenos fértiles para la realización de numerosos estudios (Bye y Linares, 1983; Giraldo et al., 2009). Las ciencias sociales son las que han realizado un mayor número de investigaciones en los mercados y tianguis de México, principalmente en el campo de la Antropología y la Economía, mientras que las investigaciones de las ciencias biológicas han sido realizadas en un menor grado (Bye y Linares, 1983). En los mercados tradicionales que se establecen en diversos lugares del país, principalmente en el área mesoamericana, se observa un reflejo del aprovechamiento de los recursos naturales (Martínez et al., 2006). Estos lugares son conocidos por su importancia en la vida económica y social de las comunidades (Whitaker y Cutler, 1966). Cook y Diskin (1990), afirman que las investigaciones realizadas en los mercados tradicionales sirven como un punto estratégico de entrada a la sociedad, la economía y las relaciones ecológicas en el área de Mesoamérica. Por lo tanto, los mercados (ya sean permanentes o semanales) representan una fuente de información para conocer los patrones de subsistencia, los cultivos, los alimentos recolectados, las formas de producción y el grado de domesticación de las especies, permiten conocer los productos de la región y aportan datos sobre su procedencia (Hernández-Xolocotzi et al., 1983; Sentíes, 1984; Nicholson y Arzeni, 1993; García, 2002). 273 Artículo de Revisión ISSN: 2007-9559 Revista Mexicana de Agroecosistemas Vol. 3(2): 272-290, 2016 Particularmente, las plantas silvestres utilizadas con fines alimentarios, medicinales, ornamentales y ceremoniales se encuentran entre los productos forestales no maderables más extraídos y comercializados en los mercados tradicionales mexicanos (Ugent, 2000; Flores y Valencia, 2007; Reuter, 2009; Monteiro et al., 2010; Munguía et al., 2010; Cabrera et al., 2012). Paré (1975) señala que los mercados tienen un papel primordial como canales centrales en la articulación de la economía campesina. Eder (1975), realizó un estudio en las plazas de la Costa Oaxaqueña en el cual revela que dichos lugares pueden considerarse como microcosmos, ya que contienen un conjunto representativo del ambiente regional y aportan una perspectiva del contexto humano y biofísico. Por lo que, el objetivo de la investigación fue recopilar información que aportara elementos históricos y de la situación actual que guardan los mercados semanales de los Valles Centrales. DESARROLLO Una aproximación al sistema de mercados de México Los mercados semanales (tianguis) de México constituyen una de las principales características de las sociedades mesoamericanas. La información más antigua que se conoce acerca de estos lugares data de la época de los mexicas. El sistema de mercado del imperio azteca fue un sistema altamente desarrollado social, política y económicamente, con un mecanismo de intercambio, integrado por diversos grupos étnicos y diferentes zonas ecológicas (Bye y Linares, 1990). Los tianguis (tianquiztli en náhuatl) tenían un papel importante en el comercio, ya que servían como espacios donde se reunían un día a la semana los productores de lugares cercanos para vender, comprar e intercambiar distintos productos (Iglesias, 2002); en los tianguis se establecían los vendedores que ofrecían tanto productos de la región como productos traídos de sus viajes, destacando frutos exóticos, diversas plumas, pieles de animales, objetos de cerámica, instrumentos líticos de lujo y ceremoniales, joyas, así como hierbas medicinales, entre otros (Bellucci, 2002). Soustelle (1970), indica que a principios del siglo XVI, una de las clases sociales que iba en ascenso era la de los comerciantes, ya que una gran cantidad de mexicas o aztecas se dedicaban al comercio, permanentemente o de manera ocasional. Clavijero (2003), señala que en esa época había una infinidad de mercaderes mexicanos que iban de mercado en mercado por todas las provincias del imperio, ya que en todos los lugares del imperio mexicano y en toda la tierra de Anáhuac había un mercado todos los días. Soustelle (1970), narra la vida de los mercados del siglo XVI de la siguiente manera: “campesinos que vendían en el mercado su maíz, sus verduras, sus aves; mujeres que, en la calle, ofrecían toda clase de platos y guisos; comerciantes en telas, en sandalias, en pieles, en bebidas, en vasijas, en cuerdas, en pipas, en utensilios diversos; pescadores que llevaban todos los días los peces, las ranas y los crustáceos del lago.” También 274 Artículo de Revisión ISSN: 2007-9559 Revista Mexicana de Agroecosistemas Vol. 3(2): 272-290, 2016 señala que el tipo de comerciantes que vendían en los tianguis eran de pequeña y mediana categoría, y por lo tanto, no formaban una clase específica de la población, ya que el título de pochteca (que significa comerciantes), estaba reservado a los miembros de las poderosas organizaciones que tenían la carga y el monopolio del comercio exterior. En aquella época existían corporaciones de comerciantes en unas diez ciudades y aldeas del centro, como son: Texcoco, Azcapotzalco, Huitzilopochco, Huexotla, Cuauhtitlán, Coatlinchan, Chalco, Otumba, Tenochtitlán y Tlatelolco. Bye y Linares (1990) mencionan que los primeros españoles que llegaron a México quedaron maravillados por la riqueza, el tamaño, la complejidad y el buen funcionamiento de los mercados de la Triple Alianza (una confederación de estados indígenas del Valle de México del siglo XV, compuesta por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan). El tianguis de Tlatelolco era considerado el más grande del mundo prehispánico, estaba fundado sobre una gran explanada rodeada de caminos y canales navegables por los cuales llegaban los usuarios a demandar los diversos productos que ahí se expendían al aire