University of South Florida Scholar Commons

World Languages Faculty Publications World Languages

12-2008 Siento Que Tambien Yo Podria Borrarme Con Facilidad: Epistolaridad Y Constitucion Del(os) Sujeto(s) En Querido Diego, Te Abraza Quiela Pablo A.J. Brescia University of South Florida, [email protected]

Follow this and additional works at: http://scholarcommons.usf.edu/wle_facpub Part of the Modern Languages Commons

Scholar Commons Citation Brescia, Pablo A.J., "Siento Que Tambien Yo Podria Borrarme Con Facilidad: Epistolaridad Y Constitucion Del(os) Sujeto(s) En Querido Diego, Te Abraza Quiela" (2008). World Languages Faculty Publications. Paper 7. http://scholarcommons.usf.edu/wle_facpub/7

This Article is brought to you for free and open access by the World Languages at Scholar Commons. It has been accepted for inclusion in World Languages Faculty Publications by an authorized administrator of Scholar Commons. For more information, please contact [email protected]. Pablo Brescia Profesor de Español en la Univer- sidad de South Florida. Coeditor de obras como El cuento mexica- no (México, 1996), Sor Juana y Vieira, trescientos años después (México-USA, 1998), Borges múl- tiple: cuentos y ensayos de cuentis- tas (México, 1999) o El ojo en el caleidoscopio: las colecciones de textos integrados en la literatura latinoamericana (México, 2006). Ha publicado en diversas revistas «SIENTO QUE TAMBIÉN YO PODRÍA de América (Iberoamericana, Hos- tos Review, Variaciones Borges) y Europa (Quimera, Caravelle, etc). BORRARME CON FACILIDAD»: Licenciado en filosofía, su interés se centra en las relaciones entre la EPISTOLARIDAD Y CONSTITUCIÓN literatura y el arte.

DEL(OS) SUJETO(S) EN QUERIDO los otros tengan para decir y registrarlo con precisión, incor- 1 porando ese material en una DIEGO, TE ABRAZA QUIELA obra refinada que combina ar- tísticamente oralidad y escritura] PABLO BRESCIA (Latin American Writers 433). La misma Poot Herrera comenta University of South Florida en otro artículo: «Su posición discursiva … ha ido marcando cambios en algunos espacios de expresión, por ejemplo los destinados a las mujeres. Ha rescatado para la memoria lite- raria de la Revolución Mexicana los relatos de Nellie Campobello; Nadie puede librarte, ni a mí, ni tampoco cruce voz-margen-mujer representa la marca ha rendido tributo literario a a los demás allegados tuyos, de los sufrimientos de estilo que distingue su obra en el campo de Rosario Castellanos; se ha re- que padecemos, a no ser tú misma. ferido a las escritoras chicanas la literatura latinoamericana. … y ha traducido … The House Carta de León Tolstoi a Sofía Andreivna Tolstaia on Mango Street dede S Sandraandra Cisneros» («Elena(moramiento) Para Adriana y para Madeline de México: Poniatowska» 123). 1 Querido Diego, te abraza Todas las traducciones del inglés Agradezco a mis estudiantes Quiela aparece en primer lu- son mías a menos que se indique del curso de literatura y cul- gar de las dieciséis novelas lo contrario. La polifonía en la obra de Elena Ponia- tura mexicanas que impartí mencionadas y por él rese- en la primavera del 2008 sus ñadas. Véase: http://www. towska está situada casi siempre en el margen 3 de los discursos y de las instituciones domi- estimulantes presentaciones elpais.com/articulo/narrati- Este último factor sugeriría una y comentarios sobre el texto va/Cronica/imaginario/lati- relectura de la obra de Ponia- nantes, privilegiando, en muchas ocasiones, la de Poniatowska, los cuales noamericano/elpepuculbab/ towska a la luz de las tensiones palabra de la mujer2. Puede especularse sobre me sirvieron de aliciente para 20080524elpbabnar_1/Tes/ presentes en la representación confeccionar el ensayo. Cabe las diversas causas de esta preferencia por del Otro y la posibilidad del mencionar también que en 2 habla en el subalterno, tópico lo oral-marginal-femenino en su producción la misma primavera (sába- La crítica sobre su obra ha re- explorado por Gayatri Chakra- do 24 de mayo de 2008) conocido estos tres componen- periodística y literaria. Por un lado, como vorty Spivak y otros teóricos en el suplemento Babelia (El tes. Beth Jörgensen indica que de los estudios poscoloniales. señala Jean Franco, Poniatowska parece haber País.com) apareció el artículo la escritora mexicana «pays Juan Bruce-Novoa aclara: «We hecho un pacto implícito con «las clases sub- «Crónica del imaginario lati- careful attention to the silenced should avoid one-to-one correla- noamericano» donde Alberto voices and the marginalized tions that might lead us to dismiss Manguel hizo acompañar su lives that constitute the disen- alternas» (25). También es de notar el interés Querido Diego as the repressed de la escritora por la variada pirotecnia verbal declaración –«Dieciséis nove- franchised majority in the vast sign of bad consciousness, and las posteriores al Boom refle- human landscape of Mexico» de los idiolectos de México ligado a su larga practice instead a dialogical, jan la vertiginosa inspiración, [presta cuidadosa atención a palimpsestic reading» [debemos labor como entrevistadora, oficio que la hace la extraordinaria experimen- las voces silenciadas y a las evitar correlaciones que nos tación y la visión precisa y vidas marginadas que consti- lleven a caracterizar Querido estar siempre atenta a la palabra del otro. Hay, estremecedora de la historia tuyen la mayoría desclasada Diego como un símbolo repri- además, un firme compromiso solidario con de América Latina»– de una en la vasta geografía humana mido de la mala conciencia; en los procesos históricos y sociales de su géne- nota referida a Querido Die- de México] (xvii), mientras que cambio, debemos ejecutar una go, te abraza Quiela: «Fue Sara Poot Herrera subraya: lectura dialógica y palimpsésti- ro. Finalmente, podría aventurarse una cierta con esta brevísima y perfecta «Her love affair with word ca] (118). fascinación por lo real y auténtico –entendido novela que Elena Poniatowska constantly renews her desire se hizo conocer en el mundo to listen to what others have como aquellos lugares, seres y discursos don- literario» (recordemos que to say and to record them de la vida parece habitar con más urgencias antes de esta novela ya Po- accurately, incorporating them niatowska había marcado su into a refined work of literature «Siento que también yo podría y carencias que en otros– de alguien que lugar en dicho mundo con, that artfully fuses orality and borrarme con facilidad»: epistolaridad y constitución del(os) proviene de una familia aristocrática europea, por ejemplo, Hasta no verte writing» [su amor por la pa- sujeto(s) en Querido Diego, te 3 Jesús mío y La noche de Tlate- labra renueva constantemente abraza Quiela si bien empobrecida . Lo cierto es que este ). En la lista de Manguel su deseo de escuchar lo que lolco PABLO BRESCIA

59 En ese contexto, releemos partir del uso de la forma epistolar de comu- Querido Diego, te abraza nicación, para proponer que la grafía en Que- Quiela, de 1978. Novela corta rido Diego, te abraza Quiela es precisamente compuesta por doce cartas fic- la actividad que produce la metamorfosis en ticias que la pintora y grabado- la protagonista. ra rusa Angelina «Quiela» Be- ¿Cuáles son los elementos que llevan a loff4 (1879-1969) escribe entre esta configuración compleja de un discurso octubre de 1921 y julio de 1922 en apariencia directo? En una lectura secuen- al reconocido artista mexicano cial de la novela, nos encontraríamos ante la Diego Rivera, en ella se narra creación ficticia de cartas dirigidas por un per- una historia de amor que comu- sonaje real a otro también real, usufructuando nica los vaivenes emocionales la estrategia literaria que imagina una historia 4 de la protagonista junto a las circunstancias alternativa para determinados hechos históri- En una entrevista, Poniatowska aclara que Rivera no llamaba históricas de su existencia. Ahora bien, la cos. Sin embargo, la posdata final de la novela a Beloff «Quiela» sino «Gela» voz que habla en sus páginas es distinta de realiza un doble anuncio. Dice Poniatowska (Ratkowski Carmona 38). la narradora con ojos de niña de Lilus Kikus (ya no la Quiela de las cartas): «Bertram Wol- 5 (1954), o de la fuerte entonación de Jesusa fe, a quien estas cartas le deben mucho de su Hace algunos años, la crítica Palancares captada por la grabadora de Ponia- información, consigna en La fabulosa vida de reparaba en la supuesta falta de atención crítica sobre Que- towska en Hasta no verte, Jesús mío (1969), o Diego Rivera…» (72). Esta revelación no sólo rido Diego, te abraza Quiela de los testimonios de historia oral de La noche apunta el intertexto principal de la novela –la comparación con otros textos de 5 Poniatowska. Así por ejemplo, de Tlatelolco (1971) . La palabra escrita de biografía de Wolfe sobre Rivera, de 1963, re- John Berry dice que la novela Quiela se dirige a un destinatario ausente en el escritura de una anterior de 1939– sino que «has been somewhat overshado- wed» [ha sido algo relegada]» momento de la escritura. Este discurso busca además desestabiliza e interroga la relación (47) y José Otero manifiesta su producir un efecto de sencillez, intimidad y entre verdad y ficción en el texto6. Poniatows- sorpresa ante la «poca aten- autenticidad, pero actúa como camouflage ka se nutre sobre todo del capítulo del libro ción crítica» de una novela, «a nuestro juicio … bien lograda» de una operación mucho más compleja que Wolfe titulado «Angelina Waits» [Angelina (75). Bruce-Novoa va más allá se lleva a cabo a través de la configuración de espera] donde sólo hay un par de cartas de la e intenta explicar que los críticos «prefer Jesusa, the lower class diversos sujetos. El propósito de estas páginas pintora rusa; la autora de la novela hace uso Mexican mestiza protagonist es indagar cómo se constituyen estos sujetos a de otros sectores del libro del biógrafo de of Hasta no verte, Jesús mío, who is capable of personifying Rivera donde se habla de Beloff para inventar the nacional infrahistory from en cambio, sostiene que «the 7 las cartas de Quiela a Diego. Investigaciones a popular and semi-subversive note at the end invites us to Cf. los artículos de García recientes demuestran hasta qué punto Ponia- stance» [prefieren a Jesusa, la go back over what we have Serrano, Hortensia Morell y, mexicana mestiza protagonista read, interpreting the letters sobre todo, Schaffer. towska trabajó con el libro de Wolfe y, a pesar de Hasta no verte, Jesús mío, no longer as purely fictional, de que la escritora mexicana no lo reconoce capaz de personificar la intrahis- but also as ‘real’, since their 8 toria nacional desde una postu- content is now understood to John Berry señala, por ejem- conscientemente, con otras biografías y tes- ra popular y semi-subversiva] have partially originated from plo, que «the creation of the timonios sobre el muralista mexicano (los de (118). Una mirada a la biblio- Beloff’s own words» [la nota title is to a large extent emble- Loló de la Torriente y Gladys March) y con grafía reciente nos demuestra del final nos invita a volver matic of the process by which que la novela continúa siendo sobre lo leído y a interpretar the entire text was composed» su propia entrevista a Rivera en 19567. Esta analizada. las cartas ya no solamente co- [la creación del título es em- particularidad en la obra de Poniatowska de mo ficción sino también como blemática del proceso me- 6 «reales», ya que entendemos diante el cual se compuso el combinar material documental y ficción se Como dice Carmen Perilli es- que su contenido se originó texto entero] (51), indicando halla aun más problematizada aquí, ya que tamos ante «una ficción que al menos en parte de las pro- que el título combina una cita exige ser leída como verdad: uso pias palabras de Beloff] (50). de una carta con una frase la biografía de Wolfe se basa en las «inven- de la verdad, sujeto histórico, Susan C. Schaffer señala que de otra carta de Beloff. Mo- ciones» de Rivera (recordemos el adjetivo etc.». Pero Perilli se equivoca «Poniatowska’s act of credi- rell habla del efecto peculiar «fabulosa» en el título del libro). La novela al decir que la novela «sólo al ting Wolfe is thus recast as an de la ficción de la no-ficción final expone su carácter iluso- effort to discredit» [el crédito de la ficción (51). García de Poniatowska sería una ficción basada en rio». El proceso es exactamen- que Poniatowska le da Wolfe Serrano indica que «la fusión un documento que, al menos en parte, es te al revés. Querido Diego, te es en realidad un descrédito], de estas voces [Wolfe-Beloff] abraza Quiela no presenta su ya que la anécdota final del parece haber obliterado los también ficción o invención o exageración. tenor testimonial sino hasta el encuentro Rivera-Beloff en rasgos masculinos, ya que el Luego de una primera lectura como texto cierre, si bien a medias, y, al México en la cual el pintor no lenguaje con que se expresa hacerlo, cuestiona la relación la reconoce es, según varias la protagonista posee un ca- literario, la posdata nos hace considerar su verdad-ficción en el texto. Berry, fuentes, espuria (93), aunque rácter marcadamente feme- carácter «verdadero», para luego, con las M. Victoria García Serrano nino» (100). Ana Bundgard lecturas de los intertextos que documentan el defiende erróneamente su declara que «la razón de que veracidad (101). Bruce-No- una obra en apariencia tan libro, cuestionar el carácter auténtico de los voa indica que los intereses sencilla como la que aquí nos mismos. Todos estos movimientos de lectura temáticos y las estrategias ocupa se adhiera a la piel «Siento que también yo podría llaman la atención sobre las estrategias de borrarme con facilidad»: literarias de Poniatowska la del lector, habría quizá que epistolaridad y constitución del(os) acercan a la escuela antro- buscarla en todos los recursos composición de la novela y la manipulación sujeto(s) en Querido Diego, te pológica de Oscar Lewis y a lingüísticos de los que se vale abraza Quiela algunos principios del «New la enunciación implícita…» que hace Poniatowska de las voces de Beloff 8 PABLO BRESCIA Journalism». (371-372). y de Wolfe .

60 Derivada de esta dinámica polaridad rea- es quizás, paradojalmente, más verosímil para 9 Dice Susan Lucas Dobrian: «A lidad-ficción, la complejidad del discurso en el público contemporáneo que la de las cartas double signature appears on the Querido Diego, te abraza Quiela también verdaderas, ya que se advierten en la novela novel, Quiela (Angelina’s nick- name), who slides between the se hace manifiesta cuando se considera el esporádicas tendencias hacia la autorebeldía planes of a fictional character sujeto que enuncia en el texto. No solamen- y la autoafirmación que discrepan en cierta and a real one, and Ponia- te aparece una Angelina Beloff sola y con medida de las tendencias autodestructivas que towska, who has aesthetically articulated the shift between rea- dolor escribiendo y reclamando atención a notamos en las cartas que Poniatowska leyó lity and illusion. The slippage su gran amor Diego Rivera, sino que Elena en la biografía de Wolfe» (18-19). between the aesthetic and the real emphasizes the central pro- Poniatowska «encarna» en la pintora rusa y El aspecto final de la constitución del blematic of the representation of toma la palabra «por» ella. Se identifica con el sujeto escribiente en la novela es el tipo the self, both in literature and in art…» [una doble firma aparece Otro (otra) y habla por él (ella). Poniatowska textual con el que nos encontramos. Los en la novela, Quiela (el apodo explicó el proceso de génesis de la novela al vaivenes entre el documento y la ficción y el de Angelina), que se desplaza iniciar la lectura de la biografía de Wolfe: «I posicionamiento de la narración mediante un entre el plano ficticio y el real, y Poniatowska, que ha articulado read as far as the chapter on Angelina Beloff, personaje histórico que habla por medio de estéticamente el desplazamiento and there I could go no further. I so much una interlocutora que lo (re)construye hacen entre realidad y ficción. Este res- balamiento entre lo estético y lo identified with her … after reading a letter in más evidente la pregunta: ¿a qué género per- real enfatiza el problema central the chapter, from Angelina to Diego, I started tenece Querido Diego, te abraza Quiela? Las de la representación del sujeto, tanto en la literatura como en el to write Angelina’s letters to Diego, letters marcas del discurso, claro está, apuntan hacia arte] (36). that were based on the historical facts that una novela epistolar sobre un doloroso amor, Bertram Wolfe included in the chapter» [Leí tanto desde algunos de los protocolos de lec- 10 Seguimos en cierta medida la hasta el capítulo sobre Angelina Beloff y no tura que proponen las cartas (e.g. los cierres, idea de Berry aquí, quien indica pude seguir. Me identifiqué tanto con ella… «te cubre de besos tu Quiela» 14; «Se despide que Poniatowska escribe simultá- neamente una novela, una carta, después de leer una carta en ese capítulo de de ti y te besa tristemente tu Quiela» 26) co- una biografía y una autobiogra- Angelina a Diego que empecé a escribir las mo desde su contenido («Me haces falta, mi fía (50). cartas de Angelina a Diego, cartas basadas en chatito, levanto en el aire mi boceto y te lo hechos históricos que Bertram Wolfe incluyó muestro, me pregunto si comerás bien, quién en el capítulo] («A Feminist Affinity» 28). te atiende…» 31). Pero esta respuesta no es La crítica ha reparado en la similitud entre suficiente; ya vimos la dificultad en establecer Angelina y Elena: son mujeres europeas que cuál es su grado de ficcionalidad. Así, el texto recalan en México, son mujeres artistas, son hecho de cartas se abre hacia otros géneros y mujeres en relación con personajes masculi- modos de escritura10. nos de alta visibilidad pública (el esposo de Por una parte, es una biografía/autobio- Poniatowska, Guillermo Haro, fue un astró- grafía y también un diario, a partir del relato nomo y militante de la izquierda muy recono- que hace Quiela desde la pluma de Ponia- cido) y son mujeres en busca de la articulación towska acerca de sus sentimientos durante de una identidad femenina. John Berry narra la relación con Diego en París («… el frío no una anécdota curiosa respecto a esta homolo- ceja en su intento de congelarnos. Se inicia gación: «In 1985 an art gallery in New York un invierno crudísimo y me recuerda a otro invited ‘Angelina Poniatowska’ to exhibit her que tú y yo quisiéramos olvidar» 11), sus paintings there …» [en 1985 una galería de primeros pasos totalmente dedicada Quiela a arte en Nueva York invitó a «Angelina Po- la pintura en San Petersburgo («Comía pen- niatowska» a exhibir sus pinturas] (47). Hay sando en cómo lograr las sombras del rostro cambio de nombres y hasta de profesión, pero que acababa de dejar, cenaba a toda velocidad ciertamente este gaffe puede verse como una recordando el cuadro en el caballete…» 34) y contribución más al continuum entre ellas9. los rasgos de su personalidad ligados a la his- ¿Más confusión de sujeto enunciador y sujeto toria familiar y nacional («Desde que salí de enunciado? Cuando Quiela dice en la carta San Petersburgo, siempre supe arreglármelas del 2 de enero de 1922 «me mexicanicé terri- sola … Mis padres me enseñaron a bastarme blemente y me siento ligada par procuration a mí misma; les debo este inmenso regalo y a tu idioma, a tu patria…» (46), Poniatowska nunca acabaré de agradecérselo. Pertenecí a parece hablar por Quiela y de ella misma en una de esas familias de la clase media que son cuanto a su visión y a sus lazos con México. la fuente del liberalismo y del radicalismo en El efecto total del discurso construido por las Rusia y mis propios padres me obligaron a cartas es, sin embargo, singular. Como explica tener una profesión» 65-66). Poniatowska «Siento que también yo podría borrarme con facilidad»: Cynthia Steele, la Angelina de Poniatowska es redacta una especie inusual de biografía que epistolaridad y constitución del(os) sujeto(s) en Querido Diego, te un personaje femenino a la medida de nues- no apunta necesariamente a la veracidad sino abraza Quiela tros tiempos: «La autora crea una figura que a la subversión de la imagen que Wolfe había PABLO BRESCIA

61 plasmado de Beloff; al hacer que Quiela (la guno de los dos creíamos en las instituciones Quiela ficticia/real de Poniatowska) sea la que burguesas. Juntos afrontamos la vida y así escriba las cartas, también plasma un relato pasaron diez años, los mejores de mi vida. autobiográfico que, bajo el manto de la co- Si se me concediera volver a nacer, volvería rrespondencia, se acerca mucho a la tipología a escoger esos diez años llenos de dolor y de del diario íntimo, sobre todo a partir de la no- felicidad que pasé contigo, Diego» 68) como respuesta del receptor de los mensajes. sobre su relación con la pintura, por ejemplo El texto también aparece como una cróni- («Yo creo que la pintura es así, se le olvida a ca, en tanto registro de fechas, datos y hechos uno todo, pierde uno la noción del tiempo, de a partir de una secuencia de cartas –una en los demás, de las obligaciones, de la vida diaria octubre de 1921, dos en noviembre, cuatro que gira en torno a uno sin advertirla siquie- en diciembre, tres en enero de 1922, una en ra» 37). Esta tendencia a monologar, que se febrero y una en julio–, pero se diferencia de acentúa ante la ausencia de reciprocidad, va a esta tipología discursiva en cuanto a los saltos establecer pasajes autorreflexivos en el discur- temporales y a los retornos a algunos temas so y, con cada vez más firmeza, la subjetividad La Noche de los ricos, por Die- como la historia del hijo de Diego y Angelina del sujeto que escribe. go Rivera. (en carta del 15 de noviembre de 1921: «¡Po- Finalmente, este texto es una novela y, 11 bre hijo mío! Una noche empezó a quejarse como tal, relata. Es decir, las cartas no sólo se Schaffer agrega: «By shuffling horriblemente. En París, en 1917, había una dirigen con súplicas, reclamos o preguntas al past, present and future, Ponia- towska allows the psychological epidemia de meningitis», y en carta del 2 de amado sino que Angelina recuerda desde su to occupy the same authorized febrero de 1922: «… y luego explotando en posición de testigo presencial y agente prota- space as the ‘factual’» [al yuxta- poner pasado, presente y futuro, cólera como explotaste cuando te dije que gonista circunstancias que tienen que ver con Poniatowska permite que lo psi- estaba embarazada y vociferaste, amenazaste su historia pre-Diego («hace ya muchos años cológico ocupe el mismo espacio tirarte desde el séptimo piso, enloqueciste y que pinto; asombraba yo a los profesores en de autoridad que los denomina- dos «hechos»] (87-88). me gritaste abriendo los dos batientes: ‘Si este la Academia Imperial de Bellas Artes de San niño me molesta, lo arrojaré por la ventana’» Petersburgo, decían que estaba yo muy por 12 Algunos trabajos sobre la novela 17, 60). Este registro pone a funcionar el encima de la moyenne, que debería continuar enfocan sobre todo en la manera tiempo en la novela de una manera particular; en París ...» 24), con los acaecimientos en su en que Poniatowska cuestiona y reelabora la imagen de Quie- Schaffer ha destacado que Poniatowska usa lo relación con el pintor en la estancia en París la a partir de la biografía de que Julia Kristeva denomina «women’s time» («lo compartimos todo, Diego, cuando había Wolfe (Berry, García Serrano, [tiempo femenino], es decir, un tiempo que un queso una hogaza de pan, una botella de Schaffer); otros examinan la evo- lución el personaje Quiela desde acentúa lo personal y lo privado en oposición vino llamábamos a los amigos para gozar un ángulo descriptivo-temático a lo público (87)11. de estos manjares. ¿Recuerdas el salchichón (Berry, Otero) o psicoanalítico con base en la articulación de La voz de Quiela, producto del silencio al que conseguí en el mercado negro y cómo y género sexual (Steele, Bruce- que se enfrenta una y otra vez, en ocasiones por poco se lo acaba Modigliani?» 57) y con Novoa, Ben Sifuentes Jáuregui), o en términos de discursos es- se transforma de diálogo con el ausente en sin Diego, tanto el presente de la pecíficos como el amoroso y monólogo sobre su situación y su subjetivi- escritura de las cartas y la dura cotidianidad el epistolar (Bundgard, Lucas dad. Este monólogo puede ser tanto sobre su de la vida en París («Gracias a Monsieur Vi- Dobrian) o más generales co- mo la «indeterminación de la relación con Diego («De una manera natural, cent tendré con qué comprar carbón, cuatro escritura» con sustrato bajtiniano sin votos, sin dote, sin convenio económico, o cinco papas pesarán en mi filet à provisions. (Cróquer). Otros estudios tra- bajan con intertextos y com- sin escritura, sin contrato, nos unimos. Nin- En estos últimos meses mis finanzas se dete- paraciones más allá de Wolfe rioraron tanto que asistí a la Pascua Rusa sólo (Claudia Schaefer con Gaby intelectual mexicana hacia la vida burguesa, sería más por los huevos duros y el enorme pan que Brimmer; ElisabethElisabeth GuerreroGuerrero la despolitización del sujeto lógico verlo como un recono- con Tina Modotti; Lucas Dobrian colectivo y la reivindicación cimiento de espíritus afines a reparten» 28) cuanto el presente del reclamo con Frida Kahlo y Morell con de los derechos del individuo través del acto desesperado de Quiela para que Diego mande a buscar por «Añil y carne humana», entre- y esto explicaría por qué Po- de la escritura] (128). Bruce- ella («Aquí en París, nuestra vida fue muy vista de Poniatowska con Rivera, niatoswka elige escribir sobre Novoa no explica por qué y con Lettres portugaises). El Brimmer y Beloff (cf. con los sería más lógico). Guerrero dura; allá bajo el sol mexicano, quizá lo sería sugerente trabajo de Schaefer conceptos de Bruce-Novoa: estudia la topografía cultural menos y yo trataría de ser una buena mujer examina el contexto cultural en «Instead of interpreting this que Beloff reconstruye e indi- el que se mueven Poniatowska y [la identificación de la escri- ca: «Poniatowska represents para ti» 65). El texto se transforma así, no sólo Beloff y arguye, siguiendo a Car- tora mexicana con Beloff] to Beloff as a flâneuse, making en la versión de la vida de Quiela inventada los Monsiváis, que en los años indicate some persistent nos- transit through the urban geo- subsiguientes a Tlatelolco, hay talgia for the bourgeois life, it graphy and creating works of por Poniatowska, sino en la autoexploración un movimiento en la burguesía would be more logical to take art to represent the people of de una conciencia individual que atraviesa una it as a recognition of kindred the metropolis» [Poniatows- metamorfosis. spirits through the desperate ka representa a Beloff como «Siento que también yo podría act of writing» [en vez de una flâneuse, transitando la Éstas son algunas de las complejidades borrarme con facilidad»: epistolaridad y constitución del(os) interpretar la identificación geografía urbana y creando del discurso de Querido Diego, te abraza sujeto(s) en Querido Diego, te de la escritora mexicana con obras de arte para represen- abraza Quiela Beloff como una señal de tar la gente de la metrópolis] Quiela, revisado por la crítica desde diversos 12 PABLO BRESCIA una nostalgia persistente por (196). ángulos . Sin embargo, no ha habido un aná-

62 lisis sistemático y continuo sobre la actividad los de su compañero («Siempre de la escritura epistolar de Beloff en tanto quise tener otro [hijo], tú fuiste personaje, actividad que, según proponemos, el que me lo negaste», 18; «hoy la constituye en sujeto. Como dice Linda no quiero ser dulce, tranquila, Kaufmann en Discourses of Desire: Gender, decente, sumisa, comprensiva, Genre and Epistolary Fictions, «if the belo- resignada, las cualidades que ved were present, there would be no need siempre ponderan los amigos» to write» [si el amado estuviera presente, 41). no habría necesidad de escribir] (17). En lo Dentro de las constantes que sigue, parto de algunos de los conceptos temáticas de las cartas relacio- que se proponen en el seminal libro de Janet nadas con la conformación del Mural del Mercado de Tenochtitlan, por Diego Rivera. Gurkin Altman, Epistolarity: Approaches to sujeto femenino hay dos que a Form13 para examinar el sujeto femenino, el son fundamentales: la identifi- sujeto artístico y, por último, el sujeto escri- cación con Rivera (que adquiere proporciones for a lost love. Yet this type of biente que es producido por el texto y que, insospechadas en lo que refiere a la pintura, limited interpretation is possi- ble only if we read with those englobando a los otros dos, permite a Quiela como veremos más adelante) y la maternidad. patriarchal expectations…» [La despegarse de Diego Rivera y adquirir con- Sobre la primera, Quiela escribe: «Mi valor lo recreación de Poniatowska y la publicación de las cartas pueden ciencia de su ser. determina el amor que me tengas y existo para ser vistas como un ambiguo acto Al discutir las New Portuguese Letters los demás en la medida que tú me quieras» que abre un medio de comunica- (1972), Kaufmann comenta que «like so many (17). La ausencia física de Diego y la falta de ción a la voz de una mujer des- pechada que parece comprobar previous amorous epistolary discourses … respuestas a las cartas, paradójicamente, pare- el estereotipo sobre la conducta they are filled with … contradictions and cen solidificar su presencia para Angelina, que femenina … en realidad su texto recrea exitosamente el proceso paradoxes» [como tantos otros discursos dice conservar el estudio tal como lo dejara de duelo por el amor perdido. amorosos epistolares… están llenas de … Rivera («En el estudio, todo ha quedado igual, Mas este tipo limitado de in- terpretación sólo es posible si contradicciones y paradojas] (285), rasgo que querido Diego, tus pinceles se yerguen en el leemos el texto únicamente desde se aplica sin duda a Querido Diego, te abraza vaso como a ti te gusta» 9; «Hoy como nunca aquellas expectativas patriarca- Quiela. Casi todos los críticos reparan en lo te extraño y te deseo Diego, tu gran corpachón les] (121). que menciona Kaufmann y que Susan Lucas llenaba todo el estudio» 15). Paulatinamente, 15 Dobrin sintetiza de esta manera en el contex- sin embargo, hay un reconocimiento de la Steele indica que «aunque Diego sigue vivo en México, algo en to de la novela: «Although Quiela proudly ausencia y la separación («Diego definitiva- la conciencia de Quiela le dice asserts herself as one of the first independent mente no está, pienso que no vendrá nunca y que para ella él está tan muerto como su hijo. Desde este punto modern women … ironically, she depends on giro en el cuarto como alguien que ha perdido de vista, su problema es alejarse Diego to valorize her worth and to define her la razón», 41) hasta las primeras dudas («¿Ya emocionalmente de él, de la mis- identity» [a pesar de que Quiela se afirma co- no me quieres, Diego?» 42) y la inevitable ma manera en que una viuda –o una madre doliente– lo haría de mo una de las primeras mujeres independien- certeza («Lo que duele es pensar que ya no me su marido o de su hijo difunto. tes, irónicamente depende de Diego para que necesitas para nada» 71). Como lo ha anotado Sólo una separación total puede permitirle reorganizar su vida in- se valorice y para que se defina su identidad] la crítica, el sujeto femenino se constituye, de terior y su concepto de sí misma (37). Las señales de debilidad y sometimiento esta manera, mediante el proceso de duelo15. como ser autosuficiente» (19). Sifuentes Jáuregui señala que a la mirada masculina son frecuentes desde las Ligado íntimamente a este proceso aparece «the text is a struggle to articula- primeras cartas («perdona la debilidad de tu la maternidad representada en las cartas con te a loss, or rather, many losses» mujer» 9-10; «soy rusa, soy sentimental y soy la mezcla similar de atracción/repulsión y [el texto es el intento de articular una pérdida o, más bien, varias mujer», 14) hasta las últimas («Sigo siendo tu vitalidad/melancolía que definía la identifi- pérdidas], que serían la pérdida pájaro azul, sigo siendo simplemente azul co- cación con Diego. Quiela entrega el niño al del yo, la pérdida de Diego, y la pérdida del hijo (72). Bruce-No- mo solías llamarme, ladeo la cabeza, mi cabe- matrimonio Zetting para que pueda tener voa comenta que Poniatowska za herida definitivamente y la pongo sobre tu calefacción central; habla de la expectativa («el «creates the possibility of rea- ding the letters as a recuperative hombro y te beso en el cuello, Diego, Diego, corazón me latía muy fuerte ante la perspec- healing process» [crea la posibi- Diego, Diego, a quién tanto amo» 68)14. La lidad de leer las cartas como un tendencia a implantar la imagen tradicional proceso curativo] (125). 13 14 de la mujer desde esa mirada se reafirma en la Altman identifica seis aproxi- Bruce-Novoa ofrece es- carta del 28 de enero de 1922, donde Quiela maciones al género epistolar: te comentario al respecto: anuncia que conoce la relación de Diego con la expresiva, la pragmática, «Poniatowska’s re-creation la semántica, la estructural, and publication of the letters Marievna Vorobiev Stebelska, mujer con la la histórica y la subgenérica. can be seen, then, as an cual el pintor mexicano tiene una hija. Quiela En este caso, enfocamos en la ambiguous act of opening the semántica, aquella que iden- print media to the voice of a «Siento que también yo podría declara, segura: «Ella era la amante, yo la wronged woman who seems tifica constantes temáticas, borrarme con facilidad»: esposa» (56). Por otra parte, algunos pasajes y en la estructural, aquella to prove the stereotypical rule epistolaridad y constitución del(os) que trabaja con las diferen- about female behaviour… in sujeto(s) en Querido Diego, te señalan la emergencia de un sujeto consciente tes partes del texto y sus fact her text re-creates succe- abraza Quiela de sus deseos y pensamientos separados de relaciones. ssfully the process of grieving PABLO BRESCIA

63 tiva de ver a mi hijo») y de su histórico del personaje y el intermediario que incomodidad ante la situación habla por él: ¿Poniatowska censura o libera a («Ella [María Zetting] parecía Quiela? Poniendo entre paréntesis la dinámi- la madre, yo la visita» 12). La ca escritor-lector –que analizaremos al hablar narración de la muerte de Die- del sujeto escribiente–, destaquemos además guito por meningitis está ligada que en las cartas hay también un esfuerzo por directamente a la percepción igualar en un mismo plano el aquí/allá, aho- que Diego tiene del episodio: ra/antes de la conciencia. Por eso, Angelina «El niño, cuya cabeza antes se recurre constantemente a su presente de París, perdía entre las sábanas llegó a pero también intenta adivinar el presente de ser todo cabeza y a ti te horro- Diego en México («¿Qué harás en México, rizaba ese cráneo inflado como Diego, qué estarás pintando?» 42) y hurga en Retrato de A. Beloff, 1918, por Diego Rivera. globo a punto de estallar. No la memoria felices y tristes para podías verlo, no querías verlo» paliar la distancia («¡Qué tiempo aquellos, (17)16. Para la protagonista, en chatito! ¡Nos reíamos en medio del horror!» 16 cambio, en esta etapa de su constitución como 57) y conservar la esperanza del amor a partir Steele comenta ante las acusa- sujeto femenino, Dieguito representaba otra de replicar la situación inicial de la pareja en ciones de Diego a Quiela con respecto al hijo: «Todo ello apun- oportunidad de encontrarse en otro: «Me un futuro («Tampoco en México te pesaría ta a que los temores de Diego duele mucho Diego que te hayas negado a Diego, te lo aseguro» 65). Por último, la cues- radican en un complejo de cas- tración: en el temor de que, al darme un hijo. El tenerlo habría empeorado tión del cierre-espacio abierto del género epis- dar vida a su hijo, Quiela está mi situación pero ¡Dios mío cuánto sentido tolar, donde cada carta cierra el discurso pero desvitalizándolo a él» (23). habría dado a mi vida!» (18). abre simultáneamente el diálogo, se relaciona 17 ¿Cómo funciona la epistolaridad en la no- con las polaridades de la continuidad/discon- Perilli declara: «Todo discurso vela para la constitución del sujeto femenino? tinuidad de la escritura. El título del libro amoroso es palabra vacía y re- glamentada; expresa y significa Evidentemente, estamos ante el discurso amo- funciona como metonimia de cada uno de los el deseo al intentar construir y roso del que hablara Roland Barthes: «Que- encabezados de las cartas, que no aparecen. poseer el cuerpo ajeno». Bund- gard elabora: «El sujeto respon- rer escribir el amor es afrontar el embrollo En los cierres, por otra parte, surge con vigor sable del discurso del amor se del lenguaje: esa región de enloquecimiento la transformación del sujeto femenino, en un aparta de toda posibilidad de donde el lenguaje es a la vez demasiado y trayecto que va de despedidas como «Diego, evolución dialéctica pues este sujeto no desea cambio en re- demasiado poco, excesivo (por la expansión te abrazo con toda mi alma, tanto como te lación con el objeto amoroso ilimitada del yo, por la sumersión emotiva) y quiero» (53) hasta la última carta, con la es- con el cual se identifica narcisís- ticamente. El discurso amoroso pobre (por los códigos sobre los que el amor cueta despedida «Quiela» (71). En cuanto a la borra las diferencias, elimina lo doblega y lo aplana)» (121)17. Siguiendo las continuidad/ discontinuidad, cada carta narra la evidencia de los conflictos, deniega y reprime, olvida, pro- propuestas de Gurkin Altman, las cartas in- estados de ánimos y eventos específicos; no cede en círculos concéntricos, se tentan ser en principio un puente que conecte obstante, conforman un discurso mayor de cierra frente al entorno cultural a Quiela con su amado. Pero esta mediación autoexploración y transformación y el dis- y social…» (373). Curiosamen- te, Morell habla de «an almost no logra su primer objetivo –la intimidad curso aparentemente fragmentario cobra una disconcertingly lyrical tone» [un de la respuesta– produciendo, en cambio, el coherencia insospechada. casi desconcertante tono lírico] en las cartas (37). establecimiento de una distancia que trasunta Querido Diego, te abraza Quiela no ter- indiferencia del lado del receptor y paraliza mina con un saludo final y un nombre, sino al emisor («mientras no tenga noticias tuyas con una posdata: «¿Qué opinas de mis graba- estoy paralizada. Unas cuantas líneas me dos?», pregunta Angelina (71). La conforma- ahorrarían días y noches de zozobra» 32). La ción de un sujeto artístico es un componente carta para Gurkin Altman, tiene un potencial esencial que «noveliza» la vida de la pintora, doble: «for transparency (portrait of soul, en contraposición a la imagen que Wolfe confession, vehicle of narrative) and opacity había propuesto de ella: «Her life was not (mask, weapon, event within narrative)» [el de centered in painting as his was, with all else la transparencia (retrato del alma, confesión, subordinate» [su vida no estaba centrada en vehículo de la narrativa) y opacidad (máscara, la pintura como la de él [Rivera], con todo lo arma, evento dentro de la narrativa] (186). La demás subordinado a esa actividad] (128). Es supuesta no-censura en la forma epistolar da- en este aspecto donde la mayor parte de la crí- da la ausencia física del Otro apoya esta idea tica ha demostrado los diversos modos en los de volcar los sentimientos en la página y mo- que Poniatowska abre la vida de Beloff a una «Siento que también yo podría torizar la narrativa; por otra parte, veremos interpretación más amplia, buscando proveer borrarme con facilidad»: epistolaridad y constitución del(os) cómo la escritura se transforma en arma y fi- mediante la ficción una imagen alternativa de sujeto(s) en Querido Diego, te abraza Quiela nalmente «dispara» el evento central de la na- un sujeto que se reconoce a sí mismo; en este PABLO BRESCIA rración. Un detalle a considerar es el sustrato proceso, los fragmentos en los que Quiela

64 habla del arte están ligados al sujeto femenino …» No es casualidad que a esta mención de 18 Schaffer resume apropiadamen- sobre el cual discurrimos pero muestran con obstáculos para su realización como artista te: «In Querido Diego, Ponia- mayor vigor un criterio autónomo, si bien aparezca, además de las circunstancias his- towska does not merely exact re- 18 venge on patriarchy’s depiction aún vacilante . Es este último elemento el tóricas de su vida cotidiana, el fantasma del of women, she also opens up for fundamental para entender nuestra propuesta hijo: «en estos días me he removido en mi her subject a new dispersive spa- de constitución del(os) sujeto(os). cama torturada por el recuerdo de la muerte ce in which room is allowed for complexity, contradiction, and En este contexto, la identificación con de mi hijo …» (25). En las cartas de Quiela, evolution» [en Querido Diego, Diego y la maternidad vuelven como constan- Dieguito es un estorbo para la creatividad del Poniatowska no sólo se toma revancha de la representación tes temáticas, ahora dentro de la constitución padre; paradójicamente, en ella el dolor por patriarcal de las mujeres, sino del sujeto artístico. La identificación con la pérdida transforma su arte. Antes, Quiela que también abre un espacio disperso donde hay lugar para Diego aparece en dos cartas consecutivas –2 veía a los niños «como el trazo sobre el papel: la complejidad, la contradicción de diciembre de 1921 y 17 de diciembre de debía yo captar exactamente la pureza de la y la evolución] (86). 1921–, que son reveladoras de las tensiones barbilla, la redondez de la cabecita … Ahora 19 que cruzan al incipiente sujeto artístico. En todo ha cambiado y veo con tristeza a los Otero comenta que el viaje «de el Louvre, a diferencia de otras visitas en las niños que cruzan la calle para ir a la escuela. retorno a su ser» de Quiela comienza en estas visitas (80). que «escuchaba admirativamente» a Rivera, No son dibujos, son niños de carne y hueso» Schaffer aclara que Poniatowska esta vez así dice Quiela: «sentí Diego». Luego (39). Beloff se humaniza ante la muerte de se apropia de la anécdota que cuenta Wolfe en su libro y le de visitar el famoso museo parisino, se dirige Dieguito y, en un principio, cree haber per- cambia el protagonismo (Beloff a la galería Vollard para ver los Cézanne; allí dido su don artístico: «No sólo he perdido a por Rivera) para realzar el perfil se pone a llorar. Al volver al departamento, mi hijo, he perdido mi capacidad creadora; ya artístico de la rusa (87). escribe Quiela, «me puse a pintar, estaba no sé pintar, ya no quiero pintar» (39). Pero 20 carburada». Al día siguiente, con «la cabeza más adelante, el recuerdo de la maternidad Bruce-Novoa lo llama «mystical possession» [posesión mística] caliente» se sienta frente al caballete de Diego, perdida se traslada a su arte: «sin más pasé a y argumenta que Angelina, al baja la tela de él y coloca la de ella –un gesto hacer cabezas y caritas de niños que son, a mi encontrarse con su imagen de- 19 formada en el espejo, inicia el de sustitución importante –, donde pinta juicio, las mejor logradas. Es mi hijo el que se primer paso hacia la autocon- la cabeza de una mujer que vio en la calle. me viene a la yema de los dedos». Finalmente, ciencia (126). Steele indica que Escribe: «Por primera vez a lo largo de estos logra plasmar en arte sus emociones, aunando «el estado de Quiela en este momento comparte la posesión cuatro largos años siento que no estás lejos, sujeto femenino y artístico: «Dibujé a un niño demoníaca con la divina» (25). estoy llena de ti, es decir de pintura». Frente de año y medio, dolido, y con la cabeza de Sifuentes Jáuregui lee la esce- 21 na como un «orgasmo cubista» a esta venia a Rivera como símbolo del arte, lado, casi transparente» (50) . y explica: «Quiela acquires a Quiela abre un espacio para su propia con- La epistolaridad es estrategia fundamental new form, when she incorporates Diego in what may be read as a vicción: «Siento que he vuelto a nacer, tantos en la construcción del sujeto artístico. Es nota- scene of (auto)arousal» [Quiela años de entregarme a la pintura, tantas horas ble que, en el inicio de la novela, Quiela hable adquiere una nueva forma cuan- en el taller, tanto ir y venir contigo y sólo ayer de los pinceles de Diego, pero también men- do incorpora a Diego en lo que puede leerse como una escena tuve la revelación» (20-21). Angelina escribe cione su trabajo y su derrotero como artista de autoexcitación] (78). la siguiente carta dos semanas después. La («en la mañana, como si estuvieras presente, 21 enferma el arte: «A consecuencia de mi visita me siento a preparar las ilustraciones para Flo- Bungard explica este proceso al Louvre, en medio de la mayor exaltación real. He abandonado las formas geométricas y las tendencias artísticas que representa: «… Angelina en- me puse a manchar una tela … Pensé que tu y me encuentro más bien haciendo pasajes un contrará una estética propia y espíritu se había posesionado de mí, que eras tanto dolientes y grises, borrosos y solitarios» femenina que le permita simbo- tú y no yo el que estaba dentro de mí … Me 9). En los círculos concéntricos de escritura lizar su doloroso sentimiento de pérdida. Por oposición a una volví hasta gorda Diego, me desbordaba, no que Poniatowska propone para Quiela, en el estética en función de la socie- cabía en el estudio, era alta como tú, combatía principio está el fin: la pintora se separa de las dad, es decir, de arte por una causa, Angelina formula indi- en contra de los espíritus …» Angelina termi- formas geométricas (del Diego que represen- rectamente la necesidad ética de na inconsciente tirada junto al caballete con ta esas formas cubistas que él mismo luego un arte ‘humanizado’» (377). Perilli dice que «Beloff apuesta a la ventana abierta (22-23). En la carta subsi- rechazará) e intenta buscar su propio estilo un arte en el que el subjetivismo guiente, confiesa que contrajo pulmonía. Este (ser) e incluso se encuentra bien haciéndolo. romántico se entrecruza con la episodio de creatividad y arrebato casi místico Si, como dice Gurkin Altman, «the letter is vanguardia». aparece ligado a la imagen apabullante del ta- both a reflection of the gap and an instrument lento de Rivera («eran tus manos y no las mías for gap closing» [la carta es un reflejo del las que se movían» 23)20, pero da lugar a la hueco y un instrumento para cerrarlo] (189), reflexión de Quiela sobre la pintura y, en ese la insistencia epistolar de Quiela es evidencia momento de la constitución del sujeto artís- de que el puente que intenta construir no sólo tico, de su fracaso: «Soy todavía una promesa es amoroso sino también artístico. De hecho, «Siento que también yo podría borrarme con facilidad»: … Necesitaría mucha libertad de espíritu, la novela comienza y termina hablando de epistolaridad y constitución del(os) sujeto(s) en Querido Diego, te mucha tranquilidad para iniciar la obra maes- pintura. Quiela seguramente piensa que esto abraza Quiela tra, y tu recuerdo me atenaza constantemente acercará a emisor y remitente y, aun cuando PABLO BRESCIA

65 22 no es así, no ceja en su discurso sobre su ofi- Hacia la mitad del primer párrafo de la Cróquer explica: «El discurso se teje entre dos entidades en- cio. Las tribulaciones de Beloff con respecto primera carta de Querido Diego, el sujeto frentadas: Quiela es emisora in- a su arte se convierten en método para su escribiente expresa: «Siento que también yo cansable, primera persona que nombra su deseo, reclama su metamorfosis, y la ausencia de respuesta hace podría borrarme con facilidad» (9). Quiela realización y, ante la ausencia que la novela tenga fragmentos donde Quie- dice que se borra, y cuando lo enuncia, es- de una respuesta, proyecta en la la se expande y monologa; así, el puente se cribe. Esta característica es notable dentro de página en blanco las imágenes que le permite llenar progresi- convierte en barrera, mas ésta facilita la emer- la producción literaria de Poniatowska, más vamente su propio vacío. Die- gencia del sujeto artístico, que se transforma proclive a capturar el vuelo oral de la palabra, go es receptor pasivo, «otro» del discurso amoroso y «otro» en evento de la narrativa. La experiencia del como privilegiando la supuesta preeminencia creado desde la memoria del Louvre y de la galería Vollard afirman la voca- de lo oral sobre la escritura, principio que personaje» (125). ción de la artista rusa: «Es imposible no llegar Jacques Derrida ha tratado de rebatir. En a tener talento cuando se tienen revelaciones este caso, la supuesta polaridad que plantea el como las que experimenté ayer» (21). El aquí/ borrar/escribir funciona de un modo singu- allá, ahora/antes de las cartas relacionados con lar: borrar significa escribir, escribir significa la pintura se anuda a la polaridad continui- borrar. ¿Qué se borra? La identidad anterior dad/discontinuidad de manera tal que aparece de Quiela, ligada a su objeto de deseo. ¿Qué en las rememoraciones de Quiela sobre su se escribe? Una nueva identidad de un suje- estancia en la academia de arte («cuando gané to autoconsciente, femenino y artístico, que la beca para ir a la Academia Imperial de San va adquiriendo paulatinamente sus nuevas Petersburgo ¡ay Diego, entonces pensé que facultades mediante la grafía de las cartas. Al- yo tenía en mí algo maravilloso …!» 24); en tman comenta con respecto a la epistolaridad: las menciones a la disciplina para el trabajo «epistolary language and letters are marked («me impuse un horario que sólo tú podrías by hiatuses of all types: spatial separation bet- considerar aceptable, de ocho a doce y media ween writer and addressee; time lags between del día, de una y media a cinco en la tarde, y event and recording, between message trans- todavía de ocho a diez en la noche. Nueve mission and message reception; blank spaces horas de pintura al día» (33); y en las referen- and lacunae in the manuscript» [el lenguaje cias al arte como centro de su vida en diversos epistolar y las cartas están marcadas por hia- momentos, tanto en el pasado en la academia tos de todo tipo: separación entre escritor y («entonces estaba poseída Diego, y tenía sólo receptor; lapsos entre el evento y su registro, veinte años. Nunca me sentí cansada, al con- entre la transmisión y la recepción; vacíos y trario, me hubiera muerto si alguien me obliga lagunas en el manuscrito] (189). Quiela es- a dejar esa vida» 34). Sigue apareciendo en el cribe cartas a alguien que sólo contesta unas presente de París («la pintura es el tema cen- líneas escuetas; es un ejercicio en soledad que tral de mis meditaciones» 24) y en alusiones implica la invención del destinatario. ¿No es concretas a diversos aspectos relacionados ésta la condición sine qua non de la epistola- con la economía y el oficio («ahora ya salí y ridad? Quiela se constituye en sujeto a partir esta visita a Floreal me ha dado nuevos bríos. de la escritura y la propia lectura de sus cartas; Me abre la posibilidad de ganarme algo de así, la escritura intenta rellenar esos hiatos, dinero para reunirme contigo…» 28) o a pro- esos lapsos, esos vacíos y el silencio22. cedimientos técnicos del grabado o la pintura En la dinámica escritor-lector que pone a («para la encáustica, fundí mi propia cera, con funcionar el género epistolar, son varios los un soplete, para después ponerle esencia de momentos de la escritura y de la lectura en espliego y pigmentos …» 34). Dentro de la la novela. Quiela quiere que Diego le res- dinámica cierre-apertura del género epistolar ponda, quiere leerlo, quiere saberse leída. Sin en relación con la constitución del sujeto embargo, el sujeto deseante de respuesta no artístico, el final de la novela funciona como la obtiene y expresa su frustración: «ni una quiebre con Diego, ya que hay una renuncia línea tuya» (11); «no me atrevo a decir que no a la escritura a pesar de un nuevo pedido de he recibido una línea tuya … esto es lo que respuesta («Sobre todo, contéstame esta carta me duele, querido Diego, su silencio [de los que será la última con la que te importune…» amigos] aunado al tuyo» (15-16); «mi mayor 71) y un inicio de la independencia artística alegría sería ver entre mi escasa correspon- con la pregunta sobre los grabados, que ya no dencia una carta con un timbre de México, «Siento que también yo podría se cobija bajo el tutelaje de Rivera, sino que pero éste sería un milagro y tú no crees en borrarme con facilidad»: epistolaridad y constitución del(os) coloca al pintor y a la pintora en un nivel de los milagros» (24); «mientras no tengas no- sujeto(s) en Querido Diego, te abraza Quiela pares, al solicitar ella un juicio de valor sobre ticias tuyas estoy paralizada» (32); «La cosa PABLO BRESCIA una obra. es que no me escribes, que me escribirás cada

66 vez menos si dejamos correr el tiempo…» sumisión y la independencia. A pesar de los 23 Otero comenta que «la organi- (42); «recibo de vez en cuando las remesas círculos concéntricos del proceso de rememo- zación de las cartas en nueve de dinero, pero tus recados son cada vez más ración en Querido Diego, te abraza Quiela, meses no es casual sino pensa- da. Con ella se refuerza simbó- cortos, más impersonales y en la última no hay un paulatino desplazamiento hacia la au- licamente la idea de gestación, venía ni un una sola línea tuya» (43); «no me torreflexión y el análisis en las últimas cartas, desarrollo y renacimiento, el has mandado a decir nada de los bocetos» las que se inician en 1922. En este proceso, abandono del nido y la ruptura umbilical» (82). En tanto Sifuen- (50); «te mandé, eso sí, los nuevos grabados las líneas de la pintura van y vienen, y Quiela tes Jáuregui señala: «Quiela’s aparecidos en Floreal, pero ni una línea tuya sufre por Diego, por Dieguito y por su arte. illusions for a child are not figu- rative, but uncannily literal: this al respecto. Tampoco una sola línea en las Pero necesita comunicar(se). Y escribe, mar- last letter ends nine months and remesas de dinero» (69); «no necesitas darme cando momentos puntuales en su reflexión three days after the first one. The text is her child. Thus, the real muchas explicaciones, unas cuantas palabras («hoy en la mañana al alimentar nuestra es- child is replaced by a ‘literary’ serán suficientes, un cable, la cosa es que me tufita pienso en nuestro hijo» 11), incluyendo child» [las ilusiones de Quiela las digas» (71). Es la propia Angelina la que a los otros personajes que compartían la vida de tener un hijo no son figu- radas sino sobrecogedoramente trata de llenar esos vacíos incluso imaginando de la pareja en París («Élie Faure estuvo un literales: la última carta termina las actividades por las cuales Diego no escribe poco enfermo y se queja de tu silencio» 16), nueve meses y tres días después de la primera. El texto es su hijo. y especulando sobre su presente: «contesto [a intentando recuperar el momento del éxtasis Así, el niño de carne y hueso es los amigos] con evasivas, estás bien, trabajas artístico en la letra («te escribo todavía con el reemplazado por su hijo «lite- rario»] (77), apreciación con la …» (16); «me pregunto si sólo vives para la temblor de la emoción …» (21). que coincidimos. pintura como lo hiciste aquí en París, si amas Las descripciones sobre la pintura po- a una nueva mujer, qué rumbo has tomado. drían homologarse con el conflicto interno 24 Steele comenta: «Las descrip- Si así fuera, Diego, dímelo, yo sabría com- en Quiela y relacionarse a la escritura: «al ciones que Quiela hace de sus prenderlo» (32); «me nutro indefinidamente poco rato tomé un lápiz y deseché un bo- esfuerzos artísticos se valen de la metáfora de la hoja: virgen, con un ‘estoy bien, espero que tú lo mismo, ceto tras otro, y como se me había acabado rota o manchada por la pluma saludos, Diego’» (43). ¿Cuándo escribe Diego el papel, recogí las hojas para dibujar tras de o la brocha». Aunque Steele 24 reconoce que las cartas «sir- algo más que una salutación? Cuando envía ellas» (22) . El sujeto escribiente comienza a ven como su primer vehículo de 300 francos a Quiela para a su amante Marie- reconstruir el sujeto femenino y el artístico. autoexpresión», se equivoca, a vna, «rogándome con tu letra presurosa que Este último es el que va cobrando más fuerza: nuestro juicio, al interpretar la posdata del final como «una se los hiciera llegar porque según tú, yo soy con vaivenes en la pintura, pero con insis- continuidad de su dependencia la persona más cumplida y más responsable tencia en la escritura («voy a mandarte por artística» (26). Al contrario, es su primer paso firme hacia la sobre la tierra» (54). Mas la frase iterativa –«ni correo en sobre de cartón, uno por uno, los independencia de criterio. una sola línea tuya»–, el rasgo que define a la bocetos de los grabados para que los apruebes escritura como algo capaz de reproducirse o hagas alguna sugerencia» 32). La escritura (y por tanto leerse) en contextos diferentes hurga en la memoria para reflexionar sobre el al de su producción, transforma el asombro auto-cuestionamiento del artista, por ejemplo o perplejidad ante la sordera de Rivera en la («¿Y si de pronto fuera yo a perder esa facili- consolidación final de uno de los principales dad», se pregunta la Quiela joven pre-Diego, eventos narrativos del texto: la máscara pro- «¿Si de pronto me estancara consciente de tectora que Quiela ha ayudado a colocarle que no sé nada? ¿Si de pronto me paralizara a Diego se cae; Diego no escribe/pinta más la autocrítica o llegara al agotamiento de mi a/con/para Quiela. facultad?» 38). Cuando inicia enero de 1922, Algunos críticos ven en el lapso de escri- hay una Quiela que está siendo abandonada, tura de las cartas (octubre de 1921 a julio de aquella que aparece en cartas anteriores: «he 1922) un período de gestación, un nacimien- escrito con una letra que no reconozco: ‘Son to23. Desde nuestra perspectiva, lo que se las seis de la mañana y Diego no está aquí’». gesta ya en el inicio del proceso es el sujeto Asombrada, Quiela escribe: «En otra hoja escribiente. La primera carta muestra a Quiela blanca que nunca me atrevería a emplear si practicando el español en una foto que envía no es para un dibujo, miro con sorpresa mi dentro del sobre; esto indica que se busca garabato: ‘Son las ocho de la mañana, no la aprobación y el reconocimiento del Otro oigo a Diego hacer ruido, ir al baño, recorrer escribiendo, en este caso apelando al apren- el tramo de la entrada y ver el cielo en un dizaje de su idioma. A partir de allí, hay una movimiento lento como acostumbra hacerlo sola actividad en la que Quiela es constante: la y creo que voy a volverme loca’» (41; énfasis escritura. Beloff –ahora sí, la Beloff ficticia de nuestro). En la locura que aparece canalizada Poniatowska– se fabula, se fragua a sí misma a en el escribir, el sujeto escribiente engloba al «Siento que también yo podría borrarme con facilidad»: partir de la palabra, entre el amor, y la memo- artístico y permite la expresión del femenino: epistolaridad y constitución del(os) sujeto(s) en Querido Diego, te ria-olvido (Bundgard 374), entre el reclamo «hoy no quiero ser dulce, tranquila…» (41). abraza Quiela y la búsqueda del objeto del deseo, entre la Hay una autorreflexión y autorreconoci- PABLO BRESCIA

67 25 miento de un sujeto que sólo puede aflorar seguir en las mismas, con tal de dedicarme a la Es interesante volver a la anécdo- ta del desconocimiento de Rivera cuando el «anterior» queda en la página: «Las pintura y aceptar las consecuencias: la pobre- cuando ve a Quiela en México, últimas palabras están trazadas con violencia, za, las aflicciones y tus pesos mexicanos» (70). anécdota supuestamente espuria que relata Wolfe. En sus memo- casi rompen el papel y lloro ante la puerilidad Aunque dice que «podría seguir escribiendo rias, Beloff dice: «Muchas veces de mi desahogo. ¿Cuándo lo escribí? ¿Ayer? indefinidamente …» (71) en verdad ya no encontraba a Diego en México; ¿Antier?...» (42). lo necesita. La grafía ha dado lugar al sujeto no le reproché nada pero siem- pre me burlaba un poco de él Arribamos así a la paradoja central del Angelina Beloff. A Diego le sigue reclamando –esa era mi venganza. Ahora género epistolar: el primer destinatario de escritura, como si necesitara un documento lo siento, pero la vida de Diego en México era ajena a la mía; una carta es uno mismo; el escritor le habla legal con la firma Rivera. En las Memorias él siempre estaba rodeado de siempre a otro porque, como dice Mijaíl Ba- de Beloff aparece transcrita una de sus cartas gente que le alababan, mujeres que codiciaban llevar su apelli- jtín, «this orientation toward the listener is –la que Poniatowska «saquea» creativamente do y yo luchaba trabajando y usually considered the basic constitutive fea- para la novela– y en ella dice: ‘Lo necesito por pintando» (91). Esta declaración ture of rhetorical discourse» [esta orientación escrito …» (97)25. de Beloff parece validar toda la empresa de Poniatowska. hacia el receptor es comúnmente considerada La escritura, y en este caso el género el rasgo constitutivo básico de todo discurso epistolar, interroga sobre los procesos de retórico] (280), pero, también, ese otro en creación, transmisión y recepción pero, so- una carta, es, en mayor o menor medida, uno bre todo, sobre nuestra condiciones como mismo. Es el grado máximo de las escrituras sujetos y sobre las maneras de construirlas. del yo. La oralidad de la carta es fingida, lo En sus memorias, Angelina declara en el que hay es soledad y escritura (cf. Cartas inicio: «Escribo por escribir, simplemente marcadas). La escritura entonces se articulará para recordar, sin ningún plan preconcebi- entre el sujeto anterior a la escritura, el que do» (17). Testimonio o ficción, la escritura cree todavía poder establecer una relación no se agota en el acto mismo, aunque sea con Rivera («podría hasta serte útil, moler tus sólo para recordar, aunque no tenga plan, colores…»), y el naciente sujeto de la escritura aunque la idea sea contar la otra vida de una que expresa convicción («te pido Diego que vida como se propone en Querido Diego, te seas claro en cuanto a tus intenciones» 46) y abraza Quiela. hasta se atreve a establecer diferencias («nunca he podido manifestarme en la forma que tú lo haces …») y a citar testimonios críticos, como OBRAS CITADAS de su amigo Bakst quien le dice a Quiela («ten cuidado porque [los salvajes como Diego] M. M. Bakhtin, The Dialogic Imagination: suelen tragarse de un bocado a las mujeres Four Essays, ed. Michael Holquist, trans. pequeñas y blancas» 47-48). Para las últimas Caryl Emerson and Michael Holquist, cartas, Quiela escribe desde la certeza: Diego Austin, University of Texas Press, 1981. tiene otra mujer; Diego no va a volver («lo Roland Barthes, Fragmentos de un discurso único que quizá te hubiera retenido era tu hijo amoroso, trad. E. Molina, México, Siglo y él yacía bajo la nieve» 62). La memoria del XXI, 1989. primer encuentro («te conocí en La Rotonde, Angelina Beloff, Memorias, México, UNAM, Diego, y fue amor a primera vista» 67) es el 1986. preludio de la despedida. En este proceso de John Berry, «Invention, Convention and Au- gestación del sujeto que escribe, no se ha re- tobiography in Elena Poniatowska’s Que- parado lo suficiente en el hecho que entre las ridoDiego, te abraza Quiela», Confluencia primeras once cartas y la última hay un lapso 3.2 (1988): 47-56. de cinco meses. ¿Ha muerto la Quiela de y Juan Bruce-Novoa, «Subverting the Domi- para Diego y ha nacido la Quiela de y para nant Text: Elena Poniatowska’s Querido siempre Quiela? De ser así, los cinco meses Diego, te abraza Quiela», Knives & An- de duelo no precisan ya de la escritura. Para gels. Women Writers in Latin America, ed. cuando Angelina redacta la última carta, el Susan Bassnett, London and New Jersey, tono es otro y la necesidad de escribir tam- Zed Books, 1990, pp. 115-131. bién: «no había querido escribirte … Tomo Ana Bundgard, «Identidad e historicidad. Los la pluma sólo porque juzgaría descortés no discursos del amor y la memoria en Queri- darte las gracias por el dinero enviado» (69). do Diego, te abraza Quiela», Sin imágenes «Siento que también yo podría El dinero reemplaza ahora a las líneas de Die- falsas, sin falsos espejos. Narradoras mexi- borrarme con facilidad»: epistolaridad y constitución del(os) go que tanto anhelaba. Quiela, ya no sujeto canas del siglo XX, coord. Aralia López sujeto(s) en Querido Diego, te abraza Quiela escribiente, pero sí femenino y artístico, ha González, México, El Colegio de México, PABLO BRESCIA encontrado una dirección: «Estoy dispuesta a 1995, pp. 369-378.

68 Cartas marcadas. Antología del género episto- Carmen Perilli, «Historia de amor de un lar, sel. Mara L. Bannon y Eduard Muslip, pájaro azul: Querido Diego, te abraza Buenos Aires, Colihue, 1999. Quiela», Telar 1.1 (2001): s.p. Eleonora Cróquer, «Artificios del deseo: la Elena Poniatowska, «A Feminist Affinity», formación de sujeto en Querido Diego, Texas Observer 10, October 1986, 28- te abraza Quiela», Estudios. Revista de 29.—. Querido Diego, te abraza Quiela, Investigaciones Literarias 2:3 (1994), pp. México, Era, 1978. 111-134. Sara Poot Herrera, «Elena Poniatowska», La- Jean Franco, Las conspiradoras. La represen- tin American Writers. Supplement I, eds. tación de la mujer en México, trad. M. Carlos A. Solé and Klaus Müller-Bergh, Córdoba. México, El Colegio de México; eds., New York, Charles Scribner’s Sons, Fondo de Cultura Económica, 1994. 2002, pp. 433-462. M. Victoria García Serrano, «Apropiación y —. «Elena(moramiento) de México: Ponia- transgresión en Querido Diego, te abraza towska», Si Cuento lejos de ti (La ficción Quiela, de Elena Poniatowska», Letras en México), ed. Alfredo Pavón, Tlaxcala, femeninas 17.1-2 (1991): 99-106. México, Universidad Autónoma de Tlax- Elisabeth Guerrero, «Urban Legends: Tina cala, pp. 115-133. Modotti and Angelina Beloff as Flâneuses Krista Ratkowski Carmona, «Entrevista a in Elena Poniatowska’s Mexico City», Elena Poniatowska», Mester 15 (1986), Unfolding the City. Women Write the City pp. 37-42. in Latin America, eds. Anne Lambrig- Claudia Schaefer, «Updating the Epistolary ht and Elisabeth Guerrero, Minneapolis, Canon: Bodies and Letters, Bodies of University of Minnesota Press, 2007, pp. Letters in Elena Poniatowska’s Queri- 189-206. do Diego, te abraza Quiela and Gaby Jane Gurkin Altman, Epistolarity: Approaches Brimmer», Textured Lives. Women, Art to a Form, Columbus, Ohio State Univer- and Representation in Modern Mexico, sity Press, 1982. Tucson, University of Arizona Pres, 1992, Beth Jörgensen, The Writing of Elena Ponia- pp. 61-87. towska, Austin, University of Texas Press, Susan Schaffer, «Elena Poniatowska’s Queri- 1994. do Diego, te abraza Quiela: A Re-vision Linda Kaufmann, Discourses of Desire: Gen- of Her Story», The Effects of the Nation: der, Genre and Epistolary Fictions, Ithaca Mexican Art in an Age of Globalization, and London, Cornell University Press, eds. Carl Good and John V. Waldron, 1986. Philadelphia, Temple University Press, Susan Lucas Dobrian, «Querido Diego: The 2001, pp. 73-97. Feminine Epistle in Writing and Art», Re- Ben Sifuentes Jáuregui, «Loss, Identifica- vista Canadiense de Estudios Hispánicos tion and Heterosexual Tendencies in 22:1 (1997), pp. 33-44. Poniatowska’s Querido Diego, te abraza Hortensia Morell, «Crossed Words Between Quiela», Latin American Literary Review the Lines: The Confusion of Voices in the 29.57 (2001), pp. 71-85. Love Soliloquy of Elena Poniatowska’s Cynthia Steele, «La creatividad y el deseo en Querido Diego, te abraza Quiela», Jour- Querido Diego, te abraza Quiela, de Ele- nal of Modern Literature 25:1 (2001), pp. na Poniatowska», Hispamérica 41 (1985), 35-51. pp. 17-28. José Otero, «Querido Diego, te abraza Quie- Bertram Wolfe, The Fabulous Life of Die- la, destrucción y reconstrucción de la per- go Rivera. Chelsea, Scarborough House, sonalidad: lengua, estructura y símbolos 1963. del proceso», Confluencia 7.2 (1992), pp. 75-83.

«Siento que también yo podría borrarme con facilidad»: epistolaridad y constitución del(os) sujeto(s) en Querido Diego, te abraza Quiela PABLO BRESCIA

69