REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SUENA (1356-1375)

Regina Sainz de la Maza CSIC. Institución Milá y Fontanals

La guerra conocida como de los dos Pedros, que durante más de trece años enfrentó a Aragón y Castilla en una dura contienda desarrollada en varios frentes, tuvo repercusiones de toda índole en los diversos estamen- tos de la Corona de Aragón. Se puede afirmar que todos los sŭbditos, tan- to nobles como habitantes de villas y pueblos del reino, se vieron involu- crados en mayor o menor grado segŭn la fase o escenario de la lucha, sin olvidar a los integrantes del estamento eclesiástico, s ŭbditos igualmente de la Corona, a quienes también se exigió responsabilidad en aquella coyuntura histórica. Precisamente el objetivo del presente trabajo es dar a conocer las repercusiones que la guerra de Castilla tuvo en un particular colectivo eclesiástico, el integrado por las monjas y dueñas del monasterio hospita- lario de Sijena. La contribución humana, económica y de toda índole pres- tada por el monasterio, así como la defensa física de las integrantes de la comunidad, constituyen los puntos principales objeto de nuestro estudio, motivado por la constatación del escaso conocimiento que se tiene del devenir de Sijena durante la confrontación con Castilla.

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1. El monasterio de Sijena durante la primera fase de la contienda (1356-1361)

En el momento de estallar la guerra, en agosto de 1356, ocupaba el priorato doria Urraca Artal Cornel, si bien su fallecimiento a fines de 1357 dejaba a sus dos inmediatas sucesoras, doña Toda Pérez de Alagón y doña Sancha de , la responsabilidad de cuidar del convento en aquella coyuntura que se presentaba difícil, sobre todo para el monasterio de Sije- na que estaba atravesando por aquel entonces una gravísima situación económica. Cuando doria Urraca Artal Cornel ocupó el priorato en 1348, tras la renuncia al mismo efectuada por la infanta Blanca, encontró el monasterio "enpenyorado e endeudado" por culpa del mal regimiento Ile- vado a cabo en los arios anteriores. Un elocuente documento de agosto de 1350 da cuenta de la grave situación y de las disposiciones del rey para intentar superarla, encaminadas especialmente a evitar gastos, a colocar oficiales idóneos y, sobre todo, a pedir un préstamo de 10.000 a 12.000 sueldos jaqueses, que confiaba le otorgaría Nicolás Rosell, prior de los Predicadores de Aragón. El rey consideraba que el préstamo era la ŭnica vía posible para salir de la situación'. Pero las medidas del monarca y la protección que tanto él como su segunda esposa Leonor de Sicilia dispensaron a Sijena en todo momento, apenas lograron superar la crisis que padecía el monasterio, a la que no iba precisamente a favorecer el estallido de la guerra en aquel agosto de- 1356. Desde el momento en que comenzó el conflicto, el Ceremonioso, que buscó la alianza del pretendiente al trono de Castilla Enrique de Trastá- mara, se afanó en obtener ayuda militar y económica de sus sŭbditos, peti- ción que también alcanzó a los vasallos del monasterio de Sijena. Sin embargo, parece ser que a comienzos de noviembre, apenas iniciada la guerra, la priora estableció un acuerdo con el rey por el que, a cambio de un servicio de 7000 sueldos jaqueses, se eximía a los hombres de los luga- res del monasterio de acudir al ejército2. Tal vez el acuerdo se firmara durante la breve estancia del monarca en Sijena, pues nos consta que se encontraba en el monasterio los días 1 y 2 de noviembre 3 . Consecuencia del acuerdo fue la orden que dió el Ceremonioso al sobrejuntero de Hues- ca y de que, por aquella vez, no obligara a los hombres del monaste-

ACA, C, reg. 1134, fol. 124r.-v. (1350, agosto, 1). 2 Conocemos este acuerdo por la orden que dió el rey al baile de Aragón de que, en pago de lo que debía a la reina Leonor, entregara a ésta 5000 sueldos jaqueses, obteniéndolos "ex illis septem mille solidis eiusdem monete, pro quibus facta fuit compositio et avinentia cum priorissa monasterii de Xixena pro hominibus suis dicti monasterii": ACA, C, reg. 1327, fol. 203r. (1356, noviembre, 10). 3 ACA, C, reg. 689, fols. 8r.-13v.

794 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA rio a ir al ejército, eximiendo asimismo a ruegos de la priora a alg ŭn vasa- llo en particular, por ser de gran utilidad el servicio que prest aba al monasterio; fue el caso de los escuderos Martín, Salvador y Juan Peregrín Dalfaro, habitantes de Monesba, y Jimeno de Murillo, habitante de Lana- ja4. Los indicios documentales nos indican que el acuerdo tuvo vigor hasta comienzos del siguiente año. En efecto, en enero de 1357 el Ceremonioso pidió a sus s ŭbditos una subvención, "la ayuda de guerra", para soportar los gastos ocasionados por el pago a las caballerías y por la defensa del reino; la cantidad solicita- da a los jurados y prohombres del monasterio de Sijena fue de 15.000 suel- dos jaqueses5. Pero, aparte de esta demanda de tipo económico, en el mes de marzo el rey envió a la frontera, amenazada por el castellano, 500 peo- nes de la castellanía de Amposta y 150 de la honor del monasterio de Sije- na; sin embargo, escribió a su consejero Juan Martínez de Luna, diciéndo- le que si consideraba que estos 150 vasallos de Sijena no eran necesarios, los hiciera volver al lugar de La Almunia 6. Uno de ellos era el baile de Ontiñena Guillermo de Castellón, a quien relevó del servicio por ser muy necesaria su presencia en la población para ejercer el gobierno. Lo mismo hizo con Ramón de Castellón, el cual, pese a haberse presentado en la frontera, recibió la orden del monarca de regresar a Ontiriena y cuidar de su custodia, aunque, en su lugar, debía enviar a otros infanzones de la villa.' La intervención militar de los 150 peones de Sijena se consideró nece- saria, ya que el 7 de junio el rey ordenó a sus oficiales no procedieran con- tra el resto de los hombres de los lugares del monasterio por no haber acu- dido a la frontera, pero sí contra aquellos de los 150 que, sin licencia real, se diera el caso que la abandonarans. El trato de deferencia y protección dispensado por el Ceremonioso a Sijena no era secundado, sin embargo, por los oficiales del reino, muchos de los cuales agraviaban al monasterio por varios motivos, lo que forzó a la priora a presentar por dos veces querella ante el rey. La primera, en octubre de 1358, contra el gobernador y oficiales de Aragón por obligar a

4 ACA, C, reg. 1379, fol. 78r.-v. (1356, noviembre, 3). Pese a la orden del rey, los oficiales reales requi- rieron a los vasallos eximidos su presencia en la frontera, por lo que el rey tuvo que mandarles observaran sus instrucciones y no contraviniesen la gracia de exención por ninguna razán: ACA, C, reg. 1379, fol. 140r. (1357, enero, 30). 5 ACA, C, reg. 1473, fol. 193r. (1357, enero, 30). Sobre la contribución económica solicitada al reino para la guerra, ver A. GUTIERREZ DE VELASCO, La financiación aragonesa de la "guerra de los dos Pedros","Hispania" , XIX, (1959) págs. 3-43, artículo que no contiene noticia alguna sobre Sijena. ACA, C, reg. 1381, fol. 4v. (1357, marzo, 25). 7 ACA, C, reg. 1152, fol. 113r. (1357, marzo, 27) y reg. 982, fol. 45v. (1357, marzo, 24). 8 ACA, C, reg. 692, fol. 124v. (1357, junio, 7).

795 REGINA SAINZ DE LA MAZA los hombres del monasterio a tener 31 peones en una parte de la frontera y 25 en otra, así como a acudir a la hueste general contra la forma exigida a otros eclesiásticos9. La segunda querella, presentada en septiembre de 1359, fue motivada por un asunto mucho más grave y de peores consecuencias. La priora se quejaba de que, bajo pretexto de la guerra entablada contra Castilla, se estaban causando muchas más opresiones y vejaciones al monasterio y a sus hombres que a otros sŭbditos del reino, lo que había originado que la mayor parte de los vasallos de Sijena, no pudiendo soportar semejante tra- to, transfiriesen su domicilio a otros lugares, lo que suponía un gravísimo perjuicio para el monasterio. A raíz de esta querella, el monarca quiso cer- tificar el estado del convento de Sijena, y al constatar que en verdad éste era muy pobre y se hallaba gravemente endeudado, y que sus vasallos se encontraban muy agobiados a causa de la guerra, dictó dos disposiciones. Por una parte, ordenó a sus oficiales trataran favorablemente a los vasa- llos de Sijena y, por otra, ordenó a Guerau de Montbr ŭ, encargado de efectuar la demanda a este monasterio, que no pidiera a la priora, tal como le había encargado la reina Leonor, 100 libras por sus rentas y 10 sueldos por cada hogar de sus vasallos, sino ŭnicamente 100 libras barcelo- nesas por ella y sus vasallos, lo que suponía una rebaja en la imposiciónm. No tenemos constancia de que se produjeran durante los años siguientes nuevos tratos vejatorios, aunque sí discriminatorios en alguna ocasión. Fue, por ejemplo, a raíz de las peticiones que el rey hizo a los hombres de Sijena para la defensa del reino, en la curia celebrada en Cari- riena, que se produjo una fricción con el monasterio, que trajo como con- secuencia los capítulos que a comienzos de 1361 fueron,firmados entre Jai- me de Rocafort, distribuidor de las ayudas de Aragón, y el procurador de la honor de Sijena Sancho Fontova. Este se quejaba de que en la contribu- ción para sostener a los 700 caballeros otorgados en Cortes, fue pedido al monasterio por razón de 900 vasallos, cuando en realidad sólo tenía 410; certificado este alegato por los comisarios del arzobispo de Zaragoza, éstos contabilizaron, en efecto, 410 vasallos, y no más, Ilegándose al acuer- do por un primer capítulo de que los lugares de la honor de Sijena contri- buyesen por 500 vasallos al sostenimiento de 1000 caballeros. Se acordó por un segundo capítulo que la cantidad correspondiente fuese abonada por el procurador de Sijena cada dos meses. El tercer capítulo serialaba que se empezara el pago, no desde mayo pasado, sino desde julio, y, final- mente, el cuarto y ŭltimo acuerdo establecía que, a pesar de que la ayuda se había concertado por dos años, en caso de que la guerra cesara por paz

9 Apéndice, n m. 1. io ŭ midem, nŭms. 2 y 3. 796 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA

o tregua, los lugares de Sijena cesarían de contribuir, al igual que otros del estamento eclesiástico. El rey, el 1 de febrero de 1361, confirmó estos acuerdos, puntualizando que, si en un futuro otros vasallos del brazo ecle- siástico llegasen a pagar más, también los de Sijena quedarían obligados a contribuir con una mayor cantidad, como los demás". Pocos días después de firmarse estos capítulos, el rey, al necesitar las acémilas que estaban en los lugares del monasterio para llevar el pan des- de La Almolda a Osera, con el fin de abastecer las poblaciones de la fron- tera con Castilla, ordenó al procurador de los vasallos de Sijena entregara al portero real Pedro de Manyas todas aquellas acén ŭlas que éste precisa- ra para efectuar el transporte". - Y es que las amenazas por parte de Pedro el Cruel no cesaban, difun- diéndose la noticia de que, con grandes compañías, se aproximaba a las fronteras de Aragón. El Ceremonioso hizo entonces un llamamiento gene- ral a los ricos hombres y caballeros para que acudiesen a Borja, por donde se temía la entrada. Ante esta convocatoria, que alcanzó también a los vasallos de Sijena, la priora pidió al rey que como los hombres de sus luga- res, obligados en m ŭltiples ocasiones a contribuir económicamente al sos- tenimiento de las caballerías con ocasión de la guerra contra Castilla y a otros gastos en relación con este conflicto, apenas podían sostenerse, tuviera a bien de escusar su presencia en el ejército que acababa de convo- car o, al menos, eximiera a los ancianos, débiles y pobres; el rey dejó este asunto en manos de su consejero Bernat de Cabrera". Con toda seguridad los vasallos de Sijena pudieron, por aquella vez, abstenerse de participar en la lucha, ya que la paz de Terrer, firmada el 14 de mayo de aquel ario de 1361, dió un respiro a los contendientes, si bien las hostilidades no tardarían en reanudarse. Pese a la tregua, los males que los arios de guerra ya transcurridos habían provocado en algŭn lugar del monasterio de Sijena fueron enor- mes. Éste fue el caso de , centro de actuación de las compañías del infante don Fernando, el cual desde enero de 1361 había tomado el mando de la guerra. Consciente el monarca del daño que la presencia de estas compañías estaba ocasionando en la población, ordenó a los caballe- ros que las integraban su traslado a Perialba, Ballobar o a otro lugar del infante, dándoles la orden tajante de no provocar daños a las personas y bienes de Candasnos, pues de lo contrario el sobrejuntero de y

ACA, C, reg. 1383, fols 243v.-244r. (1361, febrero, 1). 12 ACA, C, reg. 1177, fol. 30r. (1361, febrero, 23). 13 ACA, C, reg. 1384, fol. 3r. (1361, marzo, 14).

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Barbatro tenía instrucciones de echarles del lugar". Parecida situación se dió en Lanaja, para cuya población, así como para Candasnos, la priora de Sijena y los propios habitantes suplicaron ayuda al rey. Éste, el 2 de junio, reiteró la orden a los capitanes de las compariías del infante Fernando de que, en vista a los graves darios que estaban provocando en ambas pobla- ciones, las hicieran salir de ellas y las llevaran a otros lugares donde hubie- ra agua, pues de lo contrario la priora y sus vasallos, por mandato suyo, no recibirían en sus casas a las compariías ni les venderían pan, vino, carne, cebada ni nada que pudieran precisar". En julio de aquel ario los prelados otorgaron nuevamente al rey el sueldo de 4 meses y medio por razón de los gastos sostenidos en la guerra contra Castilla, y sabemos que tanto el obispo de Lérida como la abadesa de Sijena fueron requeridos por el monarca a efectuar el pago, la mitad durante aquel mes de julio, y la otra mitad en agosto, entregando la canti- dad que les correspondía, y que el documento no cita, al consejero real Jaime de Rocafort'6.

La reina Leonor y Sijena

Llegados a este punto queremos destacar la solicitud mostrada por la reina Leonor hacia el monasterio de Sijena durante la primera fase de la confrontación con Castilla. Si ya a principios,de 1357 dispuso que en Sije- na se construyera un hospital para los pobres de la comunidad, siendo varias las cantidades que entregó para este fin'7, fue al cabo de dos cuando, en relación con la guerra de Castilla, la reina pudo mosirar la devoción y afecto que sentía por Sijena, aprovechando su estancia en el monasterio. En efecto, nos consta documentalmente que desde el 30 de marzo hasta el 7 de mayo de 1361 la reina sé h5spedó--en Sijena hecho que favoreció a varios vasallos del monasterio al ser eximidos de acudii a-la frontera en defensa del reino; fueron, concretamente, los hombres de Sena, Villanueva y Ontiriena, los cuales le pidieron que hiciese constar en una carta la exención otorgada. Así lo hizo la reina, manifestando que por la devoción que sentía hacia el monasterio y por los servicios que estos hombres le habían prestado mientras se había hospedado en él, proveyén- dola de vituallas, los declaraba, por aquella vez, exentos de acudir a la batalla's.

14 ACA, C, reg. 1384, fol. 15r. (1361, mayo, 31). 15 Apéndice, nŭm. 4. 16 ACA, C, reg. 1384, fol. 32v. (1361, julio, 3 ). 17 Sobre la construcción de este hospital tenemos muchas noticias que en su día daremos a conocer. 18 ACA, C, reg. 1570, fols. 102v.-103r. (1361, mayo, 7).

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Pero quizá la ayuda más valiosa otorgada por la reina al monasterio de Sijena tuvo lugar el 6 de mayo de aquel ario, es decir, el día antes de abandonarlo, cuando, ante el capítulo integrado por toda la comunidad, le concedió 75.000 sueldos jaqueses, bajo una serie de condiciones cuyo comentario sobrepasa los límites de este trabajo. La priora doña Toda Pérez de Alagón, en nombre de toda la comunidad, agradeció este donati- vo que le iba a permitir saldar las muchas deudas que tenía, confesando pŭblicamente que, de no ser por este dinero que la reina le entregaba, el monasterio "quasi ad desolationis articulum evenisset", palabras que reflejan la triste situación por la que atravesaba el convento durante aque- llos arios de guerra'9. El documento que contiene esta interesante donación nos ha permiti- do conocer los nombres de las integrantes de la comunidad de Sijena en aquel momento, al menos, de las que se reunieron en capítulo, a las que les tocó sufrir las vicisitudes de la confrontación bélica. Así pues, el 6 de mayo de 1361 el convento de Sijena estaba constituido por las siguientes religiosas:

Priora Toda Pérez de Alagón Subpriora Jaima de Alagón Sacristana Sancha de Lauro Cantora Guillerma de Malan

Monjas Sancha Jiménez de Uncastillo Sibila de Clariana Galbors de Copons Leonor de Biure Marquesa de Pueyo Sibila de Puigfarner Toda Jiménez de Castellar Violante de Ribelles Sancha Amata de Blanca de Cruilles Margarita Cornel --Francisca de Castellet Constanza de Clariana Sibila de Teresa Pérez de Cabañas Catarina Caydon Elisenda de Cru'illes Berengaria Cornel Juana Cornel Catarina d'Alanyá Urraca de Alcolea María Cornel Blanca de Llorac Leonor de Jorba

19 ACA, C, reg. 1577, fols. 50r.-53v.

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Alamanda de Vilardida María de Alagón Leonor de Luna Esclarmunda de Peguera Teresa Pérez Zapata Arnaldona Calbet Teresa de Urrea Francisca Urtiz Estefanía de Pueyo María Fernández Astor Blanca de Biure Elvira Pérez Duarriz Francisca de Rexac Isabel de Alagón Sibila de Jorba Elvira de Castellot Beatriz de Santapau María Jiménez de Urrea

Lugarteniente del prior fray Juan de Salas Lugarteniente del clavero fray Pedro Monroy Procuradores fray Fortaner de Glera fray Ramón de Cardiell Sin especificar cargo fray Martín de Montenegro

2. Sijena durante la segunda fase de la guerra (1362-1367)

Por el mes de mayo de 1362 Pedro el Cruel de Castilla, aliado con los monarcas de Portugal, Navarra y Granada y con varios seriores franceses, se acercó a la frontera aragonesa para atacar a las compañías del conde de Trastámara. Este comportamiento ponía fin a la tregua de Terrer, y Ara- gón, desprevenida ante el ataque, vió caer en manos castellanas varias fortalezas fronterizas. El Ceremonioso encargó al infante Fernando el mando de las tropas para hacer frente al enemigo, al tiempo que se preocupó de la defensa de los lugares y estamentos que podían correr mayor peligro2°. Pronto se per- cató de que era necesario salvaguardar a la comunidad del monasterio de Sijena, para lo cual, el 1 de julio de 1362, estableció que la priora y monjas se ocultaran en el castillo de Lérida, donde podrían disponer de vituallas y otras provisiones que necesitaran; el alcaide de la fortaleza recibió el man- dato real de acojer a la priora, a las monjas y a sus familias hasta nueva orden2'.

20 Sobre la organización y defensa de las poblaciones aragonesas ante el ataque castellano, ver A. GUTIERREZ DE VELASCO, Las fortalezas aragonesas ante la gran ofensiva castellana en la guerra de los dos Pedros, "Jerónimo Zurita. Cuadernos de Historia", 12-13 (Zaragoza, 1961), págs. 7-39. 21 Apéndice, nŭm. 5. 800 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CAST1LLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA

Esta segunda fase de la guerra creó una situación económica y militar gravísima, que obligó al Ceremonioso a solicitar todos los recursos econó- micos posibles para afrontarla. A este respecto, sabemos que el 30 de diciembre envió a su consejero Pedro Jordán de Urriés para recabar ayu- da de muchos de sus sŭbditos, entre ellos la priora y hombres de la honor de Sijena22. Pero éste u otros oficiales siguieron presionando indebidamen- te al monasterio, al igual como vimos ya había ocurrido al principio de la guerra, obligando a sus vasallos, mucho más que a los hombres de otras Ordenes, a acudir a las fronteras, lo que motivó la queja de la priora. De poco sirvió, sin embargo, la orden del monarca a sus oficiales de no pedir a los hombres de Sijena mayor servicio que a los otros eclesiásticos de igual condición, ya que las presiones continuaron 23. Así nos consta que, a pesar de que por privilegio concedido a Sijena por Alfonso el Benigno y confirmado por el Ceremonioso, algunos hombres de Aguas y Paul, vasa- llos del monasterio, eran inmunes de todo servicio, al igual que otros vasa- llos del obispo de Huesca, del abad de Montearagón y de otras personas eclesiásticas que cohabitaban en los mismos lugares, sin embargo, el sobrejuntero de Huesca y Jaca forzaba a los de Sijena a ir a la frontera de Aragón por razón de la guerra contra Castilla24. Durante el curso de la confrontación el rey necesitó obtener ayudas de todo tipo, viéndose implicado el monasterio en alguna ocasión, como cuando los hombres de Lanaja, vasallos de Sijena, fueron obligados a entregar 200 cahíces de trigo y 300 de cebada para contribuir al sueldo del conde de Trastámara; el monarca, como compensación por tener que efec- tuar el traslado del grano a Zaragoza, los dispensó en aquel momento de acudir a la batalla y quiso, además, que el grano fuera recibido por los diputados a cuenta de la contribución que los de Lanaja tenían que dar, en socorro de la guerra, por fogaje u otra razón 25. Sin embargo, a raíz de esta ayuda, las presiones sobre Sijena se manifestaron una vez más, ya que el baile y demás comisarios reales, no contentos con la entrega de grano efectuada por los de Lanaja, pretendieron obtener la décima parte de todo el ganado de la priora y sus vasallos. El rey, al enterarse, les recriminó por no haber tenido en consideración la extrema penuria de estos hombres, que les impedía atender esta provisión, por lo que les ordenó cesaran en su exigencia y les restituyeran todo lo que, sin contar estos 500 cahices de trigo, hubiesen recibido de los hombres del monasterio 26. Seguramente el baile cumplió la orden, pero quienes no lo hicieron fueron los consejeros

ACA, C, reg. 1473, fol. 236v. (1362, diciembre, 30). 23 ACA, C, reg. 711, fols. 122v.-123r. (1363, enero, 9). 24 ACA, C, reg. 711, fols. 195v.-196r. (1363, abril, 13). 25 ACA, C, reg. 1184, fol. 106v. (1363, abriI, 17) y reg. 1191, fol. 473v. (1363, septiembre, 5). 26 Apéndice, n ŭm. 6. 801 REGINA SAINZ DE LA MAZA reales Ramón Pérez de Pisa y Domingo López Sarnes, éste ŭltimo merino de Zaragoza, los cuales, a comienzos de 1364 y para poder pagar al conde de Trastámara, tomaron pan y otras viandas del monasterio que la priora necesitaba para mantenimiento del mismo. Como es natural ésta elevó su queja al rey, quien mandó a los responsables no tocaran nada de aquello que la priora precisara para ella y el convento27. Y es que, en general, todo el reino de Aragón sufría una grave crisis económica que propiciaba situaciones de abuso, como el señalado, por la necesidad de obtener recursos de la manera que fuera. Por lo que respecta a los lugares del monasterio, nos consta que fue tal el estado de penuria al que llegó la población de Candasnos por los gastos que había tenido que afrontar a consecuencia de la guerra, y tan graves los darios perpetrados por el conde de Trastámara y sus compañías, que el Ceremonioso, aten- diendo la sŭplica que le elevó la priora, concedió a sus habitantes una moratoria de siete años para el pago de sus deudas 28. Parecida situación se dió en Bujaraloz, y por ello el monarca ordenó al sobrejuntero de Huesca y Jaca que, pese a haberle mandado que convocara a todas las huestes de su junta para estar con él en la batalla que pensaba hacer contra el rey cas- tellano, eximiera a los de Candasnos y Bujaraloz por hallarse muy daña- dos, como le había suplicado la propia priora29. A finales de agosto de 1364 el Ceremonioso solicitó una vez más la ayuda de Sijena, cuando con la intención de recobrar algunos lugares ocu- pados por el rey de Castilla, se dispuso a acudir a ellos con las máquinas de guerra necesarias, para cuyo transporte precisaba muchos carros y bue- yes. Para ello rogó a la priora le mandara todos los que tuviera en sus lugares, y le indicara su valor para podérselo satisfacer; le anunciaba la lle- gada de su enviado, el portero real Alvaro de Ferrera, a quien ella debía hacer entrega de los carros y animales solicitados". En cuanto al curso de la guerra, en aquellos momentos Castilla domi- naba gran parte de las provincias de Zaragoza y Teruel. Fue entonces cuando el Ceremonioso, a fines de 1365, buscó la alianza con Francia para recuperar las tierras invadidas y deponer a Pedro el Cruel de Castilla, sus- tituyéndolo por Enrique de Trastámara. Esta alianza, de gran interés para el reino, iba a traer consigo, sin embargo, un factor desencadenante de más de un conflicto, ya que el instrumento principal de la alianza iba a estar constituido por las compañías militares que operaban en el sur de

27 Ibidem, nŭm. 7. 28 ACA, C, reg. 1203, fols. 165v.-166r. (1364, agosto, 17). 29 ACA, C, reg. 1202, fols. 32v.-33r. (1364, septiembre, 12). 3° ACA, C, reg. 1202, fol. 2r. (1364, agosto, 26).

802 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA

Francia. Estas compañías, cuyo cálculo se estima en más de 10.000 solda- dos, estaban formadas por mercenarios cuyo signo diferenciador era la crueldad y brutalidad que los caracterizaba. El Ceremonioso los recibió con gran honor, entregando a su principal dirigente Dugesclin, más de 100.000 florines. Pero el rey era consciente de que, pese a la ayuda que podían proporcionar en la contienda, su paso por tierras de Aragón en su camino hacia Castilla podía representar un grave peligro para la población civil; de ahí la serie de medidas que tomó durante aquellos meses para proteger los lugares más indefensos. La comunidad de monjas de Sijena se convirtió enseguida en motivo de especial preocupación, por lo que el 6 de diciembre de 1365 dispuso su traslado al castillo de Lérida y su permanen- cia en el mismo hasta que las compañías hubieran ya pasado por aquellos territorios". Con el fin de proveer a ello, ordenó a su portero Arnau Des- pujol que en cualquier momento que la priora y duerias quisieran acudir al castillo, las acojiera y proporcionara las habitaciones y cuánto precisaran; además, para asegurar su traslado, ordenó al noble Guillermo de Abella que si las monjas necesitaban caballeros o peones para acompariarlas, se los proporcionara". Las medidas que tomó el Ceremonioso en defensa de la comunidad de Sijena parece que lograron el fin perseguido, pues no nos consta que las monjas sufrieran en sus personas ningŭn tipo de dario. No ocurrió lo mismo con muchos lugares de su propiedad, que sufrieron las consecuen- cias de la brutalidad de que hacían gala los integrantes de aquellas compa- ñías. Al rey debieron llegarle noticias de ello, ya que un documento fecha- do el 10 de septiembre de 1366 contiene la orden que dió a Guillermo de Avellana, prior de Santa María de Monzón, para que se informara de los daños provocados por el conde de Trastámara y sus compañías a los luga- res y vasallos de Sijena, y transmitiera las noticias que recabara a los dipu- tados de Cataluria o a quienes correspondiera". Pero fue la propia priora la que, en marzo de 1367, comunicó al monarca que por los grandes daños que las compañías de Enrique de Trastámara, "agora rey de Castiella", y sus compañías francesas habían hecho en todos los lugares de la honor de Sijena, estos estaban despoblados y prácticamente destruidos; la priora se quejaba de que, pese a ello, el gobernador de Aragón, el sobrejuntero de Huesca y sus lugartenientes obligaban a los vasallos a acudir en hueste al lugar fronterizo de Sos, y a otras partidas del reino, lo que no podían cum- plir. El rey aceptó la sŭplica de la priora y el 23 de aquel mes de marzo

31 Apéndice, nŭm. 8. 32 ACA, C, reg. 1386, fols. 182r.-v. (1365, diciembre, 6 y 8). 33 ACA, C, reg. 1388, fol. 62v.

803 REGINA SAINZ DE LA MAZA estableció que los habitantes de todos los lugares de Sijena fuesen escusa- dos de ir a la frontera, lo que comunicó al gobernador y oficiales para su cump1imiento34. Pero, a pesar de las repercusiones negativas de estas compariías fran- cesas en la población civil, su intervención fue decisiva para lograr la reti- rada del ejército castellano y el avance aragonés más allá de las líneas ene- migas. Ello permitió al Ceremonioso, a partir de mediados de 1366, ocu- parse de la defensa de sus plazas fronterizas en un ambiente de buena vecindad entre aragoneses y castellanos. Pero esta situación iba a durar poco tiempo, ya que Pedro el Cruel, con el gran ejército del principe de Gales que le ofreció su ayuda, derrotó a Enrique de Trastámara en los campos de Nájera, el 3 de abril de 1367.

3. Sijena durante la ŭltima fase de la contienda

La situación creada tras la batalla de Nájera obligó al monarca arago- nés a extremar sus precauciones en toda la frontera para evitar una posi- ble invasión, puesto que, a pesar de las treguas firmadas entre los dos rei- nos, Enrique de Trastámara, ahora Enrique II de Castilla, demoraba la entrega de las tierras que prometió al Ceremonioso por su ayuda. La con- tienda se reanudó en otorio de 1367, con una clara ventaja para el Trastá- mara, que poco a poco iba ganando terreno en tierra castellana frente a su rival Pedro I. El tratado de Toledo, firmado entre el Trastámara y Francia en noviembre de 1368, trajo como consecuencia el envío a la península por parte de Carlos V de Francia de las tropas al mando de Beltrán de Duguesclin y del mariscal d'Audrehem. El paso nuevamente de estas com- pañías por tierra aragonesa reavivó el peligro vivido a fines de 1365, cuan- do, como ya comentamos, los soldados que las integraban sembraron de pánico los lugares por donde avanzaban. Si entonces fue el Ceremonioso quien proveyó la defensa de la comunidad de Sijena, en 1368 fue también el infante Juan quien, enterado de la inminente entrada de las compariías, dió instrucciones a la priora de Sijena para que dispusiese de forma que las viandas y bienes de sus lugares se colocaran en las fortalezas más pró- ximas a aquellas zonas que debieran defenderse 35. En cuanto a la comuni- dad de Sijena, sabemos que para protegerse del peligro que suponía la nueva entrada de las tropas francesas, se trasladó al castillo de don- de permaneció al menos hasta febrero del nuevo ario de 1369, ya que el 5

34 Apéndice, nŭm. 9. 35 ACA, C, reg. 1390, fol. 8v. (1368, diciembre, 10).

804 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA de aquel mes el Ceremonioso aconsejó a la priora que se marchara de Fra- ga hasta que Beltrán de Duguesclin volviera a pasar por allí, lo que no sucedería hasta al cabo de tres meses o antes36. Pero no fueron solamente las monjas, sino también los vasallos de Sijena, los que abandonaron sus lugares a consecuencia de los darios cau- sados por las compañías, las cuales habían "lexado inhabitable el dito monasterio". Seguramente, el intento de evitar el continuo y obligado traslado de las monjas de Sijena a otros lugares en los momentos de peli- gro, con todas las dificultades que esto entrariaba, fue lo que movió a la priora a solicitar al rey la construcción de una fortaleza en Sijena o en sus alrededores, en donde ella, las monjas y sus vasallos pudieran resguardar- se en caso de peligro. Al rey le gustó la idea, así como al infante Juan, el cual el 1 de marzo de 1369 encargó al consejero García Lopez de Sessé y a fray Fortaner de Glera, comendador del monasterio, que reconocieran el lugar donde poder construir la fortaleza, obligando a las personas de los lugares de la honor de Sijena a trabajar en su construcción". Pero, mientras se tomaban estas medidas para salvaguardar a la comunidad de Sijena, se produjo un hecho decisivo para el devenir de la confrontación bélica: Pedro el Cruel fue asesinado por su propio herma- nastro en la noche del 22 a 23 de marzo de aquel año, en el castillo de Montiel. Este suceso ponía fin, teóricamente, a la guerra de los dos Pedros al consagrarse el triunfo definitivo de Enrique II en el trono de Castilla, sin embargo, la inestabilidad de la frontera y los continuos conflictos entre los pueblos de ambos lados perduraron todavía durante varios años. Por lo que respecta a Sijena, es evidente que las obras para la fortale- za no se llevaron a cabo, pues nos consta que en julio de 1370 todavía no se había elegido el lugar donde ubicarla. Por ello el Ceremonioso ordenó a Fortaner de Glera, comendador de Sijena, y a Ramon Pérez de Pisa, alguacil real, acudieran personalmente al monasterio y decidieran el lugar donde aquella debía construirse, concediéndoles licencia para obligar, mediante penas de todo tipo, a los vasallos de la honor de Sijena que se beneficiarían de la fortaleza, a pagar la obra. Además, para que pudieran ocuparse mejor de este encargo, asignó a cada uno 20 sueldos jaqueses por cada día que dedicasen a e11o38. Pero, por razones que aŭn no hemos podido determinar, las obras no se llevaron a cabo, ya que cuando en octubre de 1374 se dió la noticia de que gentes de armas habían entrado en el reino, el rey concedió licencia a

36 ACA, C, reg. 1082, fol. 20v. (1369, febrero, 5). 37 Apéndice, nŭm. 10. 38 ACA, C, reg. 1391, fols. 30v.-31r. (1370, julio, 23).

805 REGINA SAINZ DE LA MAZA la priora y monjas para resguardarse una vez más en el castillo de Fraga, con sus viandas y muebles39; ello demuestra que la comunidad de Sijena todavía no disponía de la torre o fortaleza proyectada donde resguardarse. El tratado de Almazán, firmado entre Aragón y Castilla el 12 de abril de 1375, puso fin definitivamente al conflicto bélico de tan graves conse- cuencias para la población de Aragón. Las monjas hospitalarias de Sijena regresaron al monasterio, donde, con el transcurso de los arios, fueron superando las secuelas que la guerra había dejado en sus personas y bienes.

APÉNDICE DOCUMENTAL

1 1358, octubre, 3. Barcelona.

Pedro el Ceremonioso, ante la queja de la priora de Sijena, ordena al goberna- dor y oficiales de Aragón dejen de agraviar a los hombres el monasterio, al obligar- les a tener varios peones en defensa de la frontera y prescribirles la hueste general, contra la forma impuesta a otros.

ACA, C, reg. 696, fol. 106v.

Petrus et cetera, dilecto et fidelibus gubernatori, iustitie, comissariis et aliis officialibus nostris in regno Aragonum constitutis vel locatenentibus eorumdem, salutem et dilectionem. Religiosa atque dilecta nostra priorissa monasterii de Sexena querule nobis suis litteris intimavit quod vos seu aliqui vestrum gravastis homines suos et monas- terii antedicti, faciendo eos tenere triginta unum peditem in deffensionem fronta- rie Aragonum, ex una parte, et viginti quinque, ex altera, et ultra hec indixistis generalem hostem eisdem indebite et iniuste et contra modum et ordinem aliorum. Quocirca vos inde, si ita sit, nec inmerito arguentes, vobis et singulis vestrum dici- mus et mandamus, firmiter et expresse, quatenus homines locorum priorisse pre- dicte seu monasterii sui contra formam seu generalem regulam aliorum nullatenus amodo agravetis, quinimo, si contrafactum existat, id ad debitum ac pristinum reducatis statum. Datum Barchinone, tertia die octobris, anno a nativitate Domini millesimo CCC° quinquagesimo octavo. P. cancellarius. Petrus de Tarrega, mandato regio facto per Matheum Mercer, consiliarium et camerarium.

39 ACA, C, reg. 1392, fols. 90v.-91r. (1374, octubre, 27).

806 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA

2 1359, septiembre, 2. Barcelona.

Pedro el Ceremonioso recibe la querella de la priora y convento de Sijena con- tra los oficiales del reino, los cuales, bajo pretexto de la guerra entablada contra Castilla, causan al convento y hombres del monasterio muchas más vejaciones que a otros sŭbditos, por cuya razón la mayor parte de los vasallos de Szjena se han trasla- dado a otros lugares. El monarca ordena a sus oficiales traten favorablemente a los vasallos de Sijena, de forma que la priora no tenga que querellarse de nuevo. ACA, C, reg. 1383, fol. 72r.-v.

Petrus et cetera, dilectis et fidelibus gerentivices gubernatoris in regno Arago- num aliisque officialibus ordinariis vel delegatis aut subdelegatis in dicto regno, ad quos presentes pervenerint, salutem et dilectionem. Cum ex parte priorisse et conventus monasterii de Sixena, non sine gravi que- rela, fuerit expositum coram nobis quod per vos aut aliquos vestrum, sub colore guerre vigentis inter nos et regem Castelle, sibi et hominibus ipsius monasterii plu- res oppressiones, vexationes et novitates inferuntur cotidie longe plusquam aliis hominibus dicti regni, in tantum, quod vassalli eiusdem monasterii pro maiori par- te, non valentes sustinere oppressiones et vexationes huiusmodi, ad alia loca baro- num et militum transferre se et eorum domicilia, derelictis propriis laribus, compe- lluntur, ideo ad suplicationem humilem super hoc nobis factam pro parte dictorum priorisse et conventus, asserentium talia cedere in eorumdem grande preiudicium et iacturam, vobis et unicuique vestrum dicimus et mandamus, sub ire et indigna- tionis nostre incursu, quatenus a talibus oppressionibus et vexationibus indebitis penitus desistendo, vassallos dicti monasterii erga quod eiusque indempnitatem nos et illustris regina, consors nostra carissima, cum de predictis similis querela fuit exposita, singularis gerimus dilectionis afectum, humanitate qua decet et modis favorabilibus pertractetis, taliter quod dictos priorissam et conventum non audia- mus de vobis ulterius querelantes, alias imputabitur vobis in personis pariter et in bonis. Datum Barchinone, IIa die septembris, anno a nativitate Domini M° CCC° IX°. Subscripsit Eximenus. Domina regina mandavit mihi, Jacobo Conesa. Probata.

3 1359, septiembre, 2. Barcelona.

Pedro el Ceremonioso, tras certificar que el monasterio de S ijena es muy pobre y se halla endeudado y que sus vasallos se hallan muy afligidos a consecuen- cia de la guerra, ordena a Guerau de Montbr ŭ, encargado de efectuar la demanda a la priora de dicho monasterio, no pida a ésta, segŭn le encargó la reina Leonor, 100 libras por sus rentas y 10 sueldos por cada hogar de sus vasallos, sino ŭnicamente 100 libras barcelonesas por ella y sus vasallos.

807 REGINA SAINZ DE LA MAZA

ACA, C, reg. 1383, fol. 72v. En Pere et cetera, al amat conseller nostre en Gerau de Muntbr ŭ, ardiacha de Cuyla, diputat a fer demanda a la prioressa e covent de Sixena e als hórnens e vas- salls del dit monestir, salut e dilecció. Jassia que l'altre dia vos fos comanat per l'alta dona Elionor, reyna d'Aragó, muller nostra molt cara, axi com a lochtinent nostre, ladonchs, nós estant en Mallorques, que demanássets entresl. altres al monestir de Sixena C Iliures per lurs rendes própries e X sous per cascun foch dels vassalls del dit monestir en ajuda de nostres affers, segons que pus largament és contengut en letres e capítols per la dita reyna a vós liurats, e la dita demanda hajats feta a la prioressa e convent del dit monastir, emperó nos certificats anaprés que.1 dit monastir és fort pobre e encarregat e axi matex que.ls vassalls del dit monastir són molt conguxats per los affers de la guerra d'Aragó. Per go volem e manam a vós e a tot altre qui a agó sia deputat que la dita prioressa e convent, pagants tan solament C libras barcelonesas per sí e per lurs vassalls, no demanets ni hajats d'ells més avant, ans, si contra lo dit monastir o vassalls d'aquell en res haviets per aquesta rahó enantat, volem que ho tornets al estament primer. Dada en Barcelona, a II dies de setembre, en l'any de la nativitat de Nostre Senyor M CCC LIX. Subscripsit Eximenus. Domina regina mandavit mihi, Jacobo de Conesa. Probata.

4 1361, junio, 2. Cariñena. Pedro el Ceremonioso ordena a los capitanes de las compariías del infante Fer- nando hagan salir a éstas de los lugares de Lanaja y Candasnos, del monasterio de Sijena, por los muchos darios que les están provocando, y las trasladen a otros luga- res donde haya agua, pues de lo contrario, los oficiales y vasallos de la priora, por orden suya, no los recibirán en sus casas ni les venderán pan, vino, carne, cebada ni otras cosas que precisen. ACA, C, reg. 1384, fols. 15v.-16r.

Don Pedro et cetera, a los fieles nuestros, capitanes e regidores de las com- panyas del alto inffant don Ferrando, marqués de Tortosa e senyor de Albarrazín, ermano nuestro muyt caro, que fincan en los lugares de la Naya e de Campdasnos, salut e gracia. Como por part de la prioressa del monasterio de Sixena e de los jurados e homnes buenos de los ditos lugares nos sea con devida reverencia demostrado que las ditas companyas les siegan lures panes e les fan muytos danyos, en grand preiu- dicio de la dita prioressa e del dito monasterio que han de bivir en los lugares sobreditos, por esto, a lur humil supplicación e por deudo de justicia, mandamos a vosotros e a cada uno de vos que luego fagades sallir las ditas companyas de los lugares sobreditos e aquellas mudar fagades en otros lugares, assín del dito inffant

808 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA como d'otros, hon haya agua, compartiéndolos segunt bien vos será visto, en otra manera, si esto fer non curades, con esta misma carta mandamos a los officiales e vassallos de la dita prioressa que no reciban ni recollir lexen en sus casas las ditas companyas, ni a ellos vendan pan, vino, carne, cevada ni otras cosas a ellos neces- sarias. Dada en Caranyena, a II días de junyo, en el anyo de la natividat de Nuestro Senyor M.CCC.LXI. Vidit Rodericus. Dominus rex mandato Bertrando çamuntada.

5

1362, julio, 1. Perpiñan. Pedro el Ceremonioso, habiendo dispuesto que la priora y monjas de Sijena se recojan en el castillo de Lérida para protegerse ante la guerra entablada contra Cas- tilla, ordena al alcaide del castillo las acoja en el mismo hasta nueva disposición.

ACA, C, reg. 1463, fol. 175r.

Petrus et cetera, fideli nostro alcaydo seu tenenti pro nobis castrum nostrum civitatis Ilerde, salutem et gratiam. Cum nos, urgente guerra quam rex Castelle contra nos inique noviter intenta- vit, pro salute priorisse et monialium monasterii Sancte Marie de Sexena, quod valde devotum habemus, providerimus et velimus quod dicta priorissa, una cum monialibus dicti monasterii et alia qualibet familia sua, recolligantur et collocentur in castro prefato, ubi victualia et alia provisioni earum necessaria recondere inten- dunt, eapropter vobis dicimus et mandamus quatenus dictam priorissam et eius moniales, una cum familiis suis, recolligatis in castro predicto, per ipsas in eodem castro, dum nobis placuerit, moram trahi libere permittendo. Datum Perpiniani, prima die julii, anno a nativitate Domini M° CCC"' LX° secundo. P., cancellarius. Dominus rex, ex petitione domini regis, mandavit mihi, Ferrario Sayolli. Probata.

6 1363, septiembre, 11. Zaragoza.

Pedro el Ceremonioso, enterado de que el baile de Aragón Jaime de Rocafort, no contento con los 500 cahices de trigo que los hombres del monasterio de Sijena han entregado para contribuir al sueldo del conde de Trastámara, pretende obtener la décima parte de todo el ganado de la priora y sus vasallos, ordena al baile y a sus oficiales cesen en su exigencia, que los vasallos de Sijena no pueden cumplir a causa de su extrema pobreza, y les restituya todo lo que, aparte del trigo, han recibido de ellos. ACA, C, reg. 1386, fol. 40r.

809 REGINA SAINZ DE LA MAZA

Petrus et cetera, fideli consiliario Jacobo de Rochafort, baiulo regni Arago- num generali, aliisque officialibus, comissariis et portariis nostris, ad quos seu quem subscripta spectare quomodolibet dinoscantur, salutem et gratiam. Intelleximus pro parte priorisse monasterii de Xixena quod, licet homines sui prioratus quingenta caficia bladi in auxilium stipendii sive solidi comitis Trestama- re et eius familie vobis dicto Jacobo seu alteri pro vobis ex ordinatione nostra tra- diderint, sicut fertur, attamen vos adhuc, hiis non contenti, decimam partem totius ganati sive bestiarii quod priorissa et homines dicti sui prioratus habent, ab ipsis nitimini habere, de quibus, si ita est, et non inmerito cogimur admirari, nam cer- tum est nobis, sicuti vobis non ambigimus esse notum, quod homines supradicti ad tantam iam propterea devenerunt inopiam, quod ipsorum provisioni eorum non suppetunt facultates. Quare, prefatis hominibus et eius necessitatibus debite com- patientes, vobis et cuilibet vestrum dicimus et expresse mandamus quatenus, in exigendo a dictis priorissa et hominibus aliqua bestiaria sive ganatum omnimodo supersedeatis et supersederi curetis donec a nobis speciale super hiis habueritis mandamentum, certifficantes vos quod quitquid a dictis hominibus ultra quingenta caficia bladi habueritis vel extorseritis, illud prefatis hominibus et unicuique ipso- rum de bonis vestris restitui et resarciri absque remissione aliqua integre faciemus vosque, velut nostrorum mandamentorum transgressores, nichilominus puniemus. Datum Cesarauguste, XP die septembris, anno a nativitate Domini millesimo CCC° LX° tertio. P., cancellarius. Dominus rex mandato Bertrando de Pinos.

7 1364, enero, 18. Zaragoza.

Pedro el Ceremonioso, al enterarse por la priora de Sijena de que los conseje- ros reales Ramón Pérez de Pisa y Domingo López Sames, para pagar al conde de Trastámara han tomado pan y otras viandas del monasterio, que necesita la priora para provisión del mismo, ordena a aquellos no toquen nada de aquello que la prio- ra precisa para ella y el convento.

ACA, C, reg. 1201, fols. 23v.-24r.

Don Pedro et cetera, a los amados conselleros e alguatzir nuestros Ramón Péreg de Pisa e Domingo López Sarnes, merino de Saragoca, cavalleros, e a otros qualesquiere a las cosas deiuso scriptas deputados, salut e dilección. Segunt por part de la prioresa de Sexena hemos entendido, vos prendedes, por fazer paga al comte de Trastámara, pan e otras viandas del monasterio de Sexena, las quales la dita prioresa ha menester por provisión del dito monasterio. Et como no sea nuestra intención que del pan o otras vittualas que la dita priores- sa haya menester por servicio del dito monasterio sea alguna cosa prendida, por aquesto a vos dezimos e mandamos que en aquello que la dita prioressa haurá menester para provisión suya e de su conviento no toquedes.

810 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA

Dada en Saragola, dius nuestro siello secreto, a XVIII días de janero, en el anyo de la natividat de Nuestro Senyor MCCCLXIIII. Raimundus Nepotis. Dominus rex mandavit mihi, Bernardo Michaelis.

8 1365, diciembre, 6. Barcelona.

Pedro el Ceremonioso, considerando que la priora y dueñas de Sijena no podri- an permanecer en el monasterio sin peligro, ante la inminente entrada de las compa- ñías francesas, establece que en cuanto se enteren de que éstas han Ilegado, se trasla- den al castillo de Lérida y permanezcan en él hasta que aquellas hayan pasado. ACA, C, reg. 1386, fol. 182r.

El rey. Prioressa, porque vos ne las otras duenyas del vuestro monasterio por razón destas companyas de Francia que vienen en nuestra ayuda e son en gran multitud, no podríades, tanto como las ditas companyas tardarán a passar, sin periglo fincar en el dito monasterio, tenemos por bien e queremos que logo que sepades que sean aquellas companyas en nuestro senyorío, lo qui no pueda muytos días tardar, vos en vingades a Lérida e vos metades en el castiello e hi romangades tanto que las ditas companyas sean passadas, porque vos mandamos por otra nuestra letra a Arnau dez Pujol, portero nuestro, qui tiene el dito castiello, que vos lexe estar e finquar en aquello. E por otra letra escrivimos a fray Guillem d'Abella, que si hau- redes menester companyas por acompanyar a vos e las otras duenyas del dito monasterio tro a Lérida, que las vos faga luego liurar. Dada en Barcelona, a VI días de deziembre, en el anyo de la natividat de Nuestro Senyor MCCCLXV. Visa Rodericus. Petrus de Gostemps, mandato regio facto per dominum Ilerdensem episco- pum, consiliarium.

9 1367, marzo, 23. Zaragoza.

Pedro el Ceremonioso, enterado de los grandes daños provocados por las compañías francesas del conde de Trastámara en todos los lugares de la honor de Sijena, los cuales se encuentran despoblados y en su mayor parte destruidos, y ente- rado asimismo de que el gobernador y oficiales de Aragón obligan a los vasallos del monasterio a presentarse en la frontera de Sos, lo que no pueden cumplir, exime a los habitantes de de toda la honor de Sijena de acudir a la frontera, y ordena al gobernador y oficiales cumplan esta disposición.

ACA, C, reg. 1388, fols. 119v.-120r.

811 REGINA SAINZ DE LA MAZA

Don Pedro et cetera, a los amados e fieles nuestros el governedor d'Aragón e sobreiuntero de Huesca o a sus lugarestenientes e qualesquiere porteros e officia- les nuestros del regno de Aragón, a los quales las presentes pervendran, salut e dilección. Como per part de la prioressa del monasterio de Sexena a nos humilment sea demostrado que, como por los grandes danyos que por occasión de la guerra de Castiella las companyes de don Enrich, la hora conte de Trestamara e agora rey de Castiella, e encara las companyas francesas que venieron en nuestro servicio han feyto en todos los lugares de la honor del dito monasterio, sean aquellos espobla- dos e quasi del todo estruytos, así que son venidos a poco n ŭmero, e vos o alguno de vos por mandamiento nuestro los costrengades a hir en huest e a tenir frontera al lugar de Sos e en otras partidas del dito regno, lo que los vassallos de la dita prioressa no pueden complir ni fazer oppressos por las ditas razones, si quiere por los cavallatges agora nuevament atorgados, han supplicado a nos que en aquesto queramos proveyr de nuestra benignidat reyal. On nos, condescendiendo a la dita nuestra suplicación como ad aquella que yes consonant a razón, por reparación de los ditos lugares havemos proveydo e queremos que a present los homnes de los lugares de toda la honor del dito monasterio de Sexena sean e finquen de las ditas cosas escusados de andar a la dita frontera. E por esto a vos e a cada uno de vos expressament e de cierta sciencia dezimos e mandamos que, observando la dita provesión, los homnes de los lugares de la dita honor de Sexena o singulares de aquellos a hir en host o a tener frontera al dito lugar de Sos ni a otras partidas por vigor de algunas convocaciones o mandamientos spaciales o generales por nos o oficiales nuestros feytos o fazaderos, no costrengades ni costrenyer fagades, ante la present nuestra provisión los observedes e observar fagades entro que por letra nuestra, en la qual de la present especial mención sea feyta, mandamiento contra- rio recibades. E esto por res non mudedes, si la indignación nuestra queredes esquivar. Dada en Saragoo, a XXIII días de marlo, en el anyo de la natividat de Nues- tro Senyor M.CCC.LXVII. Episcopus Oscensis. Michael de Bordello, mandato regio facto per episcopum Oscensem. R., can- cellarius. Probata.

10 1369, marzo, 1. Daroca.

El infante Juan, en vistas a que la priora y monjas de Sijena, así como sus vasa- llos, por causa de las gentes que han entrado en el reino han abandonado el monas- terio, trasladándose a otros lugares para salvar sus personas y bienes, encarga al consejero García López de Sesé y al comendador fray Fortaner de Glera la elección del lugar donde construir una fortaleza, que sirva de cobijo para la comunidad en los momentos de peligro, obligando a las personas de la honor de Sijena a trabajar en las obras.

812 REPERCUSIONES DE LA GUERRA DE CASTILLA EN EL MONASTERIO DE SIJENA

ACA, C, reg. 1390, fol. 35r.

Nos, infant don Johan et cetera, attendientes las religiosas prioressa e monjas del monasterio de Xixena de grandes tiempos acá, por razón de gentes stranyas que son entradas en el regno d'Aragón, ellas, lexado inhabitable el dito monaste- rio, haver ydo a diversos lugares por salvar sus personas e bienes mobles, et sem- blantment los vassallos del dito monasterio de los lugares clamados de la honor de Xixena, por la qual cosa eflas e los ditos sus vassallos han recebido inportables dampnatges, ultra el periglo de sus personas. E nos, querientes proveyr devida- ment sobre aquesto e a la indempnidat de las personas e bienes sobraditas e que en el tiempo avenidero se pueda el dito periglo e danyo scusar, a humil supplica- ción per part de las ditas prioressa e monjas a nos por la dita razón fecha, por tenor de la present comendamos e mandamos a vos, amado e fiel consellero del senyor rey e nuestro, mossén García Lóppez de Sesse, portantvezes por nos en el regno d'Aragón, e fray Fortaner de Glera, comendador de Xixena, e a cada uno de vos que, reconosido e huello el dito monasterio o otro lugar o cabego do fuerga tuta e segura se pueda fazer, en el qual las ditas prioressa e monjas, con los ditos sus vassallos e bienes mobles se pueden salvar e de gentes estranyas deffender, costrinyendo por manera devidas e cerca aquesto convenientes todas e cada unas personas de los lugares de la dita honor a obrar en la fuerga que por vos o el otro de vos será esleyda fazer por la dita razón. Porque nos a vos e a qualquiere de vos sobre las ditas cosas e dependientes de aquellas e que negessarias conesceredes cerca las sobreditas cosas seer fazederes con la present nuestras vezes planerament comendamos, mandantes a todos e a cada unos officiales del senyor rey e nuestros que a vos e al otro de vos sobre las anteditas cosas den favor e ayuda como reque- ridos ens serán. Dada en Darocha, primero día de margo, en el anyo de la natividat de Nues- tro Senyor M CCC LX° nou. Vidit Ponte. Brunus Descahues, mandato domini ducis facto per Luppum de Gorrea, con- siliarium et camerarium. Vidit eam dominus dux. Probata.

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