Espacios Públicos ISSN: 1665-8140 [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México México

Cardoso Vargas, Hugo Arturo La Oración Cívica de Barreda. Primer análisis sociológico de la sociedad mexicana Espacios Públicos, vol. 8, núm. 16, agosto, 2005, pp. 171-190 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México

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La Oración Cívica de Barreda. Primer análisis sociológico de la sociedad mexicana

Fecha de recepción: 22 de septiembre de 2003. Fecha de aprobación: 27 de abril de 2005. Hugo Arturo Cardoso Vargas*

RESUMEN El propósito de este ensayo es describir la perspectiva de Gabino Barreda expresada a través de su Oración Cívica del 16 de septiembre de 1867 pronunciada en la Ciudad de ; donde realiza un análisis de la sociedad mexicana y de la historia de México. Al realizar este traba- jo, no olvida aplicar las enseñanzas y a los postulados básico del fun- dador del Positivismo: Augusto Comte, en especial a partir de la Ley de los Tres Estados. Sin duda este primer análisis de la sociedad mexi- cana, realizado desde una perspectiva sociológica, no sólo es un docu- mento interesante e importante; sino además esencial en la creación de una de las más importantes Ciencias Sociales como es la Sociología en México. Además se señalan algunas de las consecuencias que esta in- tervención tuvo tanto para Barreda en lo personal como para la histo- ria de las ideas y de las instituciones educativas en México.

INTRODUCCIÓN La historia de México ha sido abordada desde distintas ópticas y desde diversos marcos teóricos, pero en el caso que se presenta, a través de una oración cívica, su autor, Gabino Barreda realiza el primer análisis de la sociedad mexicana desde una perspectiva sociológica. En este caso es a partir de los postulados de Augusto Comte, en especial la llamada Ley de los Tres Estados, desde donde se realiza ese análisis.

* Profesor investigador de la ENEP Acatlán UNAM en el área de periodismos científico en el siglo XIX. Docente de la Unidad Académica Profesional Zumpango de la UAEM. Co-responsable del PAIIT IN 402102- 3: Espacios públicos y privados y vida cotidiana en la Ciudad de México durante los siglos XVII y XVIII. Candidato a Maestro por el ISCEEM.

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El objetivo de este trabajo es recuperar, para nización política y de la vida social en ge- la historia de la Sociología como discipli- neral. Pero una de las acciones más impor- na y ciencia en México, este análisis que tantes y que no se pueden delegar ni en el además de apegarse a los postulados tiempo ni en el espacio es la necesidad de comteanos, sin duda, impactó la vida cul- propiciar la aparición del sentimiento de tural de México toda vez que se realiza en patria y la construcción de la nación como un momento histórico en que la sociedad una entidad que emplea como elemento mexicana buscaba opciones para salir tan- esencial a la educación y más concretamen- to de ese pasado revuelto y agitado hasta te al sistema educativo de esa flamante na- proyectar a futuro un nuevo mapa social, ción. Así, pues, no es de extrañar que una donde —aparentemente— el positivismo vez alcanzada la independencia nacional fue el instrumento apropiado para realizar Un pueblo nuevo, por lo menos políticamen- esa labor. te (como lo era a partir de ese momento, el En este sentido hay que señalar que el do- mexicano) requiere que sus miembros co- cumento se organiza en tres grandes blo- bren plena conciencia de los ideales que le ques, cada uno con una finalidad evidente. han llevado a conseguir la independencia, a ser libre, a tener el derecho de labrarse des- El primero, necesariamente breve, habla de tino y derrotero, a fijar por sí mismo sus fi- la oración cívica como una actividad en los nalidades, a organizarse política y jurídica- festejos del mes de septiembre. El segun- mente (De la Torre, 1988). do, describe con mayor detalle el análisis que Barreda realiza en esta Oración Cívi- Así que por distintas disposiciones se trató ca. La tercera y última describe algunas de de rendir culto a los héroes nacionales que las consecuencias que se derivan de este habían luchado por la independencia de análisis, tanto para el orador, Gabino México. Primero fue la invitación del li- Barreda, como para la sociedad mexicana cenciado Ignacio López Rayón quien en sus en su conjunto. Elementos o Puntos de la Constitución del 7 de noviembre de 1812 proponía en el punto 33 un calendario cívico con los días LA ORACIÓN CÍVICA 16 (en que se proclama nuestra feliz inde- pendencia), 29 de septiembre, 12 de di- De acuerdo a la historia de las ideas, es ciembre (Consagrado a nuestra amabilísi- evidente que la independencia nacional es ma protectora Nuestra Señora de un proceso que no sólo pasa por la inevita- Guadalupe) y 31 de julio (cumpleaños de ble etapa bélica con todas su implicaciones nuestros Generalísimos Hidalgo y Allen- de pérdidas de vidas humanas y deterioro de) para remembrar; pues "serán de la actividad económica. Una vez con- solemnizados como los más augustos de cluida esa época, con la derrota de unos y nuestra Nación" (López, 1979: 239 y ss). consecuentemente, la victoria de otros, co- mienza el reto de la construcción o recons- Después fue Morelos quien en Sentimien- trucción de la vida económica, de la orga- tos de la Nación propone, en el artículo 14

172 Hugo Arturo Cardoso Vargas como día de celebración nacional el 12 de dependencia definitiva de España, el So- diciembre y en el artículo 23, el 16 de sep- berano Congreso Constituyente, en decre- tiembre para recordar a Hidalgo y Allen- to del 1 de marzo de 1822 siguiendo la pro- de. En consecuencia puesta presentada por la Junta Provisional Gubernativa, proclamó como días de fies- A partir de 1812 los jefes insurgentes (en pueblos y villas ocupados, en los vivaques ta nacional el 24 de marzo (proclama del serranoso de la tierra caliente) festejaban con Plan de Iguala), 2 de marzo (firma de di- un discurso y una misa, salvas de fusilería, cho plan), 16 de septiembre (inicio de la quema de cohetes y regocijo popular el gri- Guerra) y 27 de septiembre (entrada del to septembrino que quedó cono fecha de ini- Ejército Trigarante). El mismo congreso cio del desarrollo nacional (De la Torre, emitió otro decreto del 19 de julio de 1823 1988: 10). que dice declarar: De esta época arranca la celebración a los Buenos y meritorios los servicios hechos a héroes insurgentes: la patria en los once primeros años de la De esos remotos años, de esas sencillas, es- guerra de independencia, y beneméritos en pontáneas y vibrantes conmemoraciones, grado heroico a Hidalgo, Allende, D. Juan arranca la formación de la conciencia polí- Aldama, Abasolo, Morelos, Matamoros, D. tica mexicana que empezó a tener el pue- Leonardo y D. Miguel Bravo, D. blo. La reunión de sencillos labradores, los Hermenegildo Galeana, Jiménez, Mina, Mo- trabajadores de las minas y de los talleres, reno y Rosales (también se indicaba) escribir de valientes y esforzados vecinos de los pue- su nombres en letras de oro en el salón de las blos mexicanos; hombres, mujeres, niños y sesiones del congreso (Plasencia,1991:20). ancianos, partidarios de las fuerzas insurgen- Fue al amparo del decreto del 27 de no- tes, en las cuales siempre tenían familiares viembre de 1824 expedido por el Congre- y amigos, los 16 de septiembre hizo que so Constituyente, cuando se realizó comenzara a sentirse esa fecha como fiesta de la unidad y fraternidad nacional, como La primera celebración oficial de 16 de sep- día de comunión cívica de la sociedad mexi- tiembre se llevó a cabo de acuerdo con el cana, de plebiscito a favor de la libertad de decreto de noviembre de 1824 y en medio la nueva patria que sentían ya suya y que del entusiasmo del primer año en que los trataban de engrandecer fortaleciéndola, a mexicanos poseían una constitución propia. la vez que en mente y corazón se engarzaba Esa fiesta del 16 de septiembre de 1825 fue el anhelo de una patria libre y el recuerdo promovida por un destacado periodista, de sus caudillos más venerables (De la To- exinsurgente, y miembro de la logia de York, rre, 1988: 10). Juan Wenceslao Barquera, quien por supues- to, preveía un mañana sobresaliente para el Como prueba de la eficiencia de esta dis- país, si se contaba con la colaboración de posición se puede afirmar que todavía en todos los mexicanos (Plasencia,1991:24). 1815 en algunos pueblos dominados por los insurgentes se continuaba celebrando Estas celebraciones fueron organizadas el 16 de septiembre como fecha del naci- más que por las autoridades estatales o fe- miento de México.Una vez lograda la in-

173 La Oración Cívica de Barreda derales, por los ayuntamientos, quienes a como el inicio de la libertad de los mexica- su vez delegaban en las juntas patrióticas nos y el nacimiento de un país independien- la responsabilidad de organizar todas las te. Las reflexiones políticas más profundas ceremonias propias del calendario cívico —según la calidad de los oradores— y el nacional: En efecto, las juntas patrióticas empleo de los ditirambos y elogios en ho- nor de los héroes y sus hechos formaban un elaboraban el programa de las festivida- todo armónico destinado a grabar en las con- des septembrinas, entre las que sobresalía ciencias de los mexicanos el mérito de los el discurso cívico. próceres. Las calidades literarias y de recons- Para lograr este objetivo, puede afirmarse trucción histórica de que hacían gala los que las juntas patrióticas eligieron correc- oradores, representaba uno de los aspectos sobresalientes de las piezas oratorias. Otra ta y acertadamente a los oradores, a los parte del discurso septembrino, y esto es lo difusores de las verdades cívicas y del de- que da valor a los que presentamos, radica- sarrollo histórico: ba en que ese discurso servía para presentar Seleccionaban la persona idónea –político a los mexicanos un informe y comentario y orador de fuste-. Invitándole a hacerse car- en torno al desarrollo político del país, a los go de la perorata oficial, para ello problemas políticos, nacionales e internacio- extendíanle atenta misiva y visitándole una nales que se presentaban en esos años, a las comisión especialmente nombrada. En la diferencias existentes entre los diversos gru- esquela que le dirigían, le indicaban que pos políticos, a la oposición entre ideologías ‘para que tenga todo el decoro y lucimiento encontradas que surgían. Es importante su- debido las funciones cívicas que ha acorda- brayar este aspecto, ya que permite advertir do la junta para solemnizar el aniversario cómo desde el inicio de nuestra vida nacio- del glorioso grito de libertad’, se le invita- nal se dio un enfrentamiento necesario y útil ba, ‘esperando de su patriotismo se encar- entre hombres de diversas tendencias, entre gará gustoso de la comisión que se le con- grupos que no compartían puntos de vista fía, desempeñándola con la eficacia y esmero similares ni tenían una posición social y eco- que exige el noble objeto a que se dirige...’ nómica homogénea. La discusión, el con- Aceptada la encomienda, el elegido vencimiento razonable, la libre exposición preparábase con toda anticipación al cum- de las ideas, significaba el medio adecuado plimiento de su encargo (De la Torre, 1988: de hacer prevalecer los criterios y no la in- 15). tolerancia, la cerrazón a las ideas opuestas, a las innovaciones justas e imprescindibles Una vez elegido al nuevo Demóstenes, al (De la Torre, 1988:10). pico de oro ese orador debería ajustarse a Todo esto hacía posible que las cualidades del discurso: Licenciados, capellanes castrenses, en en- Los discursos en general contaban con las cendidos discursos y animados sermones siguientes partes: una rememoración de los cultivaban la conciencia, el espíritu cívico hombres y hechos sobresalientes del movi- del pueblo; infundíanles amor a la libertad, miento emancipador, exaltando sus virtudes a los principios jurídico-políticos que sus- cívicas, su patriotismo, su valor como polí- tentaban nuestra independencia y conforma- ticos y militares y encareciendo su acción ban nuestra organización autónoma y, prin-

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cipalmente, el reconocimiento a sus crea- 1837 y rescata la figura de Agustín de dores, a los héroes que ofrendando la vida Iturbide, como contrapeso a la de Hidalgo. nos habían otorgado una patria (De la To- El último se caracteriza por el predominio, rre, 1988:10) nuevamente, de Hidalgo; lo que supone su- Cada uno de los distintos oradores repre- perar la visión integral de la guerra de Inde- sentan la oportunidad de reorientar el én- pendencia. fasis en el proceso histórico de México y En las festividades del 16 de septiembre sus protagonistas; y así a través de la pieza no podían faltar todos los elementos que oratoria se describen hechos pero también desde 1812 se han unido a la celebración. se seleccionan y privilegian a algunos hé- Lo cual quiere decir que además de la aren- roes. En consecuencia, a través de la ora- ga cívica, se agrega la quema de cohetes, ción cívica se hace un recuento de la histo- la salva de fusilería, la misa y la algarabía ria de México tanto desde su origen como general de la población. En este entorno en su resultado (la situación del país); pero festivo, de fiesta, aparecen los discursos se insiste desde luego en la celebración de la guerra de Independencia y de los héroes En estos discursos, arengas, oraciones, elo- que participan. gios patrióticos, pues tantas eran las mane- ras de llamarlos, encontramos expresadas las Esto quiere decir que a pesar de las dife- ilusiones, las esperanzas, los temores, los rencias no sólo personales, sino ideológi- complejos, las desilusiones y, en el extre- cas e incluso de compromiso partidista en- mo, el deseo de expiación y holocausto de tre los distintos oradores todos tenían en varias generaciones de mexicanos que veían común —casi como obligación— referir- cómo la nación se enfrentaba a problemas se a la Guerra de Independencia y a sus pro- de enorme magnitud (Plasencia,1991: 9). tagonistas. Aunque cada uno estaba en total Desde luego que esta nueva forma oratoria libertad para elegir cómo abordar esta cele- tenía sus antecedentes en lo que durante la bración y por ende, qué personajes de la in- Colonia, por su contenido esencialmente dependencia debería erigirse en el protohéroe. religioso, fue llamada oratoria sagrada. Desde luego, el orador tenía total libertad para (Cfr. Cardoso, 2002) En el siglo XIX fue la organizar y construir su discurso. época de la oratoria laica, que no sólo en las tribunas parlamentarias tuvo ocasión de Al respecto es interesante el estudio que rea- abordar cuestiones de índole social, jurídi- liza Plasencia de la Parra (1991), porque cas y políticas. En las oraciones cívicas, señala que la oración cívica —o elogio pa- triótico, oración patriótica, discurso patrió- tico y arenga cívica como también se le lla- LA ORACIÓN CÍVICA DE BARREDA maba— tiene tres grandes momentos. El primero de 1925 a 1836 que se centra en Los usos y abusos de esta libertad, expli- Miguel Hidalgo y todos los demás héroes can porque Gabino Barreda decidió orga- iniciadores, continuadores y consumadores nizar su argumentación según los postula- de la independencia. El segundo empieza en dos básicos de Augusto Comte.

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El primer aspecto a destacar de la Oración Ahora bien, al emplear el enfoque positi- —dirigida a los habitantes de Guanajuato vista, es imperioso no eludir una doble ta- en tan memorable fecha es el objetivo que rea del historiador —aunque en su repre- el doctor Gabino Barreda persigue con esta sentación como orador en las festividades disertación. Por ende, al respecto— se in- de la patria— cuya responsabilidad es ma- dica que de esta Oración son la mayoría yor al reconocerla. La primera es que un de referencias que se emplean en este apar- deber sagrado y apremiante surge para tado —dice Barreda que: todo aquel que no vea en la historia un con- junto de hechos incoherentes y El orador a quien se le ha impuesto el hon- roso deber de dirigiros la palabra en esta estrambóticos, propios sólo para preocu- solemne ocasión siente, como el que más, par a los novelistas y a los curiosos. La el vehemente deseo de examinar, con ese segunda, no menos importante, es espíritu y bajo ese aspecto, el terrible perío- Una necesidad que se hace sentir por todas do que acabamos de recorrer y que políticos partes, para todos aquellos que no quieren, mezquinos o de mala fe, pretenden arrojar- que no pueden dejar la historia entregada al nos al rostro como cieno para mancillar así capricho de influencias providenciales, ni al nuestro espíritu y nuestro corazón, nuestra azar de fortuitos accidentes, sino que traba- inteligencia y nuestra moralidad, presentán- jan por ver en ella una ciencia, más difícil dolo maliciosamente como una triste excep- sin duda, pero sujeta, como las demás, a le- ción de la evolución progresiva de la huma- yes que la dominan y que hacen posible la nidad; pero que, examinada a la luz de la previsión de los hechos por venir y la expli- razón y de la filosofía vendrá a presentarse cación de los que ya han pasado (Barreda, como un intenso drama, cuyo desenlace será 1967: 83). la sublime apoteosis de los gigantes de 1810 y de la continuada falange de héroes que se Es decir, por un lado hay que romper con han sucedido, desde Hidalgo y Morelos, la idea de la historia como hechos sin sen- hasta Guerrero e lturbide; desde Zaragoza y tido, promotora de mitos y leyendas que Ocampo, hasta Salazar y Arteaga y desde nada tiene que ver con la realidad; pero al éstos hasta los vencedores de la hiena de mismo tiempo se debe concebir a la histo- Tacubaya y del aventurero de Miramar ria como una ciencia que estudia, median- (Barreda, 1967: 85). te leyes, los hechos pasados y futuros. En El espíritu y aspecto que le interesa a el caso del autor dice que: Barreda se refiere a Este deber y esta necesidad es la de hallar Sacar, conforme al consejo de Comte, las el hilo que pueda servirnos de guía y permi- grandes lecciones sociales que deben ofre- tirnos recorrer, sin peligro de extraviarnos, cer a todas esas dolorosas colisiones que la este intrincado dédalo de luchas y de resis- anarquía (...) provoca por todas partes y que tencias, de avances y de retrogradaciones, no puede cesar hasta que una doctrina ver- que se han sucedido sin tregua en este terri- daderamente universal reúna todas las inte- ble pero fecundo período de nuestra vida ligencias en una síntesis común (Barreda, nacional (Barreda, 1967:83). 1967: 85).

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Así, surge la primera tarea del orador para EL PASADO COLONIAL. LA ETAPA lograr su objetivo que es: TEOLÓGICA El de presentar esta serie de hechos al pare- Conforme a los postulados que nada es cer extraños y excepcionales como un con- heterogéneo y todo es solidario, conforme junto compacto y homogéneo, como el de- a la enseñanza de Comte, Barreda da ini- sarrollo necesario y fatal de un programa cio a una revisión retrospectiva de la histo- latente, i pudo expresarme así, que nadie ria de México. Así es casual que esta labor había formulado con precisión pero que el sea abordada a partir de la Ley de los Tres buen sentido popular había sabido adivinar con su perspicacia y natural empirismo Estados, formulada por el autor del Curso (Barreda, 1967:83). de Filosofía Positiva, Augusto Comte. Des- de esta perspectiva el pasado colonial es La historia de México es así concebida equiparado a la etapa teológica comteana; como un conjunto compacto y homogéneo consecuentemente, el objetivo del período de un plan latente. Descubrir ese plan la- colonial es claro: tente es, justamente, la segunda tarea, esto quiere decir que el autor pretende Después de tres siglos de pacífica domina- ción y de un sistema perfectamente combi- Hacer ver que durante todo el tiempo en que nado para prolongar sin término una situa- parecía que navegábamos sin brújula y sin ción que por todas partes se procuraba norte, el partido progresista, al través de mil mantener estacionaria, haciendo que la edu- escollos y de inmensas y obstinadas resis- cación, las creencias religiosas, la política y tencias, ha caminado siempre en buen rum- la administración convergiesen hacia un bo, hasta lograr después de la más dolorosa mismo fin bien determinado y bien claro, la y la más fecunda de nuestras luchas, el gran- prolongación indefinida de una dominación dioso resultado que hoy palpamos, admira- y de una explotación continua (Barreda, dos y sorprendidos casi de nuestra propia 1967: 85-86). obra (Barreda, 1967: 83-85). En este objetivo se destaca la labor desem- Con estas consideraciones el objetivo pro- peñada por el clero —ese clero armado a la puesto por Barreda se modifica; puesto que: vez con los rayos del cielo y las penas de la En la rápida mirada retrospectiva que el de- tierra, que se convirtió en el jefe supremo seo de cumplir con ese sagrado deber nos de la educación— que parecía tener cogi- obliga a echar sobre los acontecimientos del das todas las avenidas para no dejar pene- pasado, habrá que tocar no sólo aquellos que trar al enemigo. Por ende, parece inexpli- directamente atañen a los sucesos políticos, cable y hasta digno de fábula el que: sino también aunque muy someramente, otros hechos que a primera vista pudieran Después de tres siglos de una situación se- parecer extraños a este sitio y a esta festivi- mejante, imposible parece que súbitamente dad. Pero en el dominio de la inteligencia y y a la voz de un párroco obscuro y sin fortu- en el campo de la verdadera filosofía, nada na, ese pueblo antes sumiso y aletargado se es heterogéneo y todo es solidario (Barreda, hubiese levantado como movido por un re- 1967: 83-85). sorte y sin organización y sin armas, sin ves-

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tidos y sin recursos, se hubiese puesto fren- La emancipación mental, formidable y de- te a frente de un ejército valiente y discipli- cisiva, se conformaba por el triple venero nado, arrancándole la victoria sin más tácti- de ese poderoso torrente; es decir, eman- ca que la de presentar su pecho desnudo al cipación científica, emancipación religio- plomo y al acero de sus terribles adversa- sa y emancipación política. Estas tres di- rios, que antes lo dominaban con la mirada mensiones de la emancipación mental, son (Barreda, 1967: 85-86). los factores que permiten explicar como es La explicación sólo puede encontrarse en que gracias a la decisión del párroco de Do- que: lores Miguel Hidalgo, cambió la actitud Si tan importante acontecimiento no hubie- del pueblo antes sometido. se sido preparado de antemano por el con- Ahora bien cada una de ellas tuvieron un curso de influencias lentas y sordas, pero papel diferente en este proceso. Además, reales y poderosas, él sería inexplicable de cada una de ellas son hijas de la Europa todo punto y no sería ya un hecho histórico sino un romance fabuloso; no hubiera sido previa al descubrimiento y conquista del una heroicidad sino un milagro el haberlo Nuevo Mundo que realizó España; puesto llevado a cabo (Barreda, 1967: 85-86). que: En esa época, los principales gérmenes de la renovación moderna estaban en plena efer- Emancipación científica y religiosa vescencia en el mundo antiguo y era preci- Pero al amparo de la verdadera ciencia fi- so que los conquistadores, impregnados ya losófica —el positivismo— este acto del de ellas, los inoculasen, aun a su pesar, en la párroco es un hecho histórico libre de toda nueva población que de la mezcla de ambas razas iba a resultar (Barreda, 1967: 88). influencia sobrenatural. Así que la respon- sabilidad del orador, es responder al Pero no sólo era producto, esa emancipa- cuestionamiento. ¿Cuáles fueron, pues, ción mental, del traslado de las ideas de esas influencias insensibles cuya acción Europa a América, como un simple reflejo acumulada por el transcurso del tiempo, del nivel de cultura alcanzado; porque no pudo en un momento oportuno luchar pri- debe olvidarse que la relación entre Espa- mero y más tarde salir vencedora de resis- ña y sus colonias fue constante y perma- tencias que parecían incontrastables? nente durante los trescientos años de do- minación: La respuesta se condensa en dos palabras emancipación mental; que se caracteriza Era imposible que, en continua relación con la metrópoli, México y toda la América es- Por la gradual decadencia de las doctrinas pañola no percibiese, aunque confusamen- antiguas y su progresiva substitución por las te, el fuego de emancipación que ardía por modernas; decadencia y substitución que, todas partes, y de que en lo político España marchando sin cesar y de continuo, acaban misma había dado el noble ejemplo lanzado por producir una completa transformación de su seno a los moros que, siete siglos an- antes que hayan podido siquiera notarse sus tes y en mejores circunstancias, habían in- avances (Barreda, 1967: 87).

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tentado hacer de la península lo que ella, a Si el clero hubiera podido ver en aquel tiem- su vez, se propuso en América (Barreda, po, con la claridad que hoy percibimos noso- 1967: 88). tros, la funesta brecha que esas investigacio- nes científicas, al parecer tan indiferentes e En emancipación científica el espíritu po- inofensivas, iban abriendo en el complicado sitivo está presente; se pregunta el autor: edificio que a tanta costa había logrado le- ¿Cómo impedir que la luz que emana de las vantar, y que con tanto empeño procuraba ciencias inferiores penetrase a su vez en las conservar; si él hubiera llegado a compren- ciencias superiores? ¿Cómo lograr que los der la íntima y necesaria relación que liga mismos para quienes los más sorprendentes entre sí todos los progresos de la inteligencia fenómenos astronómicos quedaban explica- humana, y que haciéndolos todos solidarios dos como una ley de la naturaleza, es decir, no permite que por una parte se avance y por con la enunciación de un hecho general, que otra se retroceda, o siquiera se permanezca él mismo no es otra cosa que una propiedad estacionario, sino que comunicando el im- inseparable de la materia, pudiese no tratar pulso a todas partes, hace que todas anden, de introducir este mismo espíritu de expli- aunque con desigual velocidad según el gra- caciones positivas en las demás ciencias, y do de complicación de los conocimientos por consiguiente en la política? (Barreda, correspondientes (Barreda, 1967: 87-88). 1967: 87). La situación es evidente: la triple emanci- Pero además, insiste Barreda pación no podía resolverse aún pese a la dubitante posición del clero; puesto que: ¿Cómo pudieron no ver que a medida que las explicaciones sobrenaturales iban sien- La triple evolución científica, política y re- do substituidas por leyes naturales, y la in- ligiosa, que debía dar por resultado la te- tervención humana creciendo en proporción rrible crisis por que atravesamos, puede de- en todas las ciencias, la ciencia de la políti- cirse, no ya que era evidente, sino que estaba ca iría también emancipándose, cada vez efectuada en aquélla época y el clero católi- más, de la teología? (Barreda, 1967: 87). co que, nacido él mismo de la discusión, se había propuesto después sofocarla, había Estas dos cualidades correspondientes a visto a sus expensas lo irrealizable de sus la etapa positiva —me refiero tanto a la ex- pretensiones, pues por una dichosa fatalidad, plicación mediante leyes naturales de los el irresistible atractivo de lo cierto y de lo fenómenos así como de la autonomía de la útil, de lo bueno y de lo bello, sedujo a su ciencia social de la teología— constituye- pesar a los mismos a quienes su propio inte- ron las bases a partir de las cuales se confi- rés aconsejaba desecharlo y, semejantes al guró el proceso de producción de un cono- Cervero de la fábula, se dejaron adormecer cimiento científico cada vez más autónomo por el encanto de las nuevas ideas y dejaron e independiente de la religión. penetrar en el recinto vedado al enemigo que debieran ahuyentar (Barreda, 1967: 88-89).1 Pero al mismo tiempo este progreso, im- Esta es una referencia directa al papel des- plicó el atacar y destruir el sistema teoló- empeñado por las órdenes religiosas en gico. Esto a pesar de la evidente -e inefi- particular por la Compañía de Jesús: a quie- caz- vigilancia del clero:

179 La Oración Cívica de Barreda nes se les reconoce como los introductores enfrentarse en este gran combate promovían de las nuevas corrientes del pensamiento cada una las fases de la historia de la huma- conocidas con varios nombres como ilus- nidad. En otras palabras este conflicto en- tración, iluminismo o filosofía moderna. tre ciencia y religión constituía y caracteri- zaba a las etapas teológica y metafísica. Así que a pesar del control de la Iglesia, poco a poco el grandioso palacio del alma Además existen en esa historia de enfren- fue invadido de luz (referencia directa a la tamiento, momentos de gran valor porque Ilustración) hasta permitir que verdades ejemplifican los recursos de que se valían inesperadas que una impenetrable oscuri- tanto la una como la otra. El prototipo de dad podía sólo mantener ocultas, pero que uno de los instantes es el de la condena- una vez vislumbradas por algunos, irían ción de Galileo por la iglesia católica, pero cultivando las miradas de la multitud. es evidente que también ahí se reconoce ese "espléndido triunfo del espíritu de de- Estas verdades fueron promotoras de nue- mostración sobre el espíritu de autoridad" vas verdades; por ende, al clero sólo le que- (Barreda, 1967: 90).2 Esta situación de lenta daba actuar: apresurado para matar esas y paulatina substitución del principio de luces. Pero este plan concebido por las an- autoridad para dar lugar al principio de tiguas teocracias, no era ni racional ni dis- demostración, dice Barreda, culpable en los tiempos ni en la circuns- tancia en que España se apoderó del Es que tal era el estado de la emancipación continente de Colón. Así que quedaba el científica en Europa, cuando la corporación recurso de retardar y enmascarar el resul- que se encargó aquí de la instrucción públi- tado final; pero éste fue fatal e inevitable. ca, por orden del gobierno de España, so- En conclusión, durante la época colonial: metió la titánica empresa de parar el curso de este torrente que sus predecesores no ha- La ciencia, progresando y creciendo como bían podido contener (Barreda, 1967: 90- un débil niño, debía primero ensayar y acre- 91). centar sus fuerzas en los caminos llanos y La consecuencia de toda esta etapa de sin obstáculos, hasta que poco a poco y a medida que ellas iban aumentando, fuese emancipación científica consiste en que los sucesivamente entrando en combate con las papeles se trocaron y el que antes impera- preocupaciones y con la superstición, de las ba sin contradicción y decidía sin réplica, que al final debía salir triunfante y victorio- marcha hoy detrás de su rival. Todo esto sa, después de una lucha terrible pero deci- en evidente menoscabo de la religión y sus siva (Barreda, 1967: 87-89). ministros; por ende, la emancipación cien- Pero la ciencia, que ha logrado abrazar a tífica implicaba la paulatina sustitución y la política y sujetarla a leyes, tiene que en- la necesaria destrucción de la lglesia como frentar a la superstición. La superstición organización rectora de la vida civil y reli- sentía su debilidad, evitaba encontrarse giosa de la sociedad. con su adversario y cediendo palmo a pal- Por lo tanto, la cuestión de la emancipa- mo el terreno. Así la religión y la ciencia al ción científica que se logró en la Nueva

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España, a pesar del evidente control que haciendo perder la unidad y la veneración trata de imponer sobre la sociedad, Barreda hacia los superiores, espirituales, echó por tiene presente que sólo en estas condicio- tierra la obra que, fundada por San Pablo, se nes era posible la superación del Estado había elaborado lentamente en la Edad Me- teológico tal y como pregonaba Augusto dia; este cisma, cuya bandera fue la del de- recho del libre examen, nació precisamente Comte. Dicho de otra forma, acabar con el en el tiempo en que los conquistadores mar- Estado teológico, cuya cualidad esencial chaban a apoderarse de su presa (Barreda, era el que 1967: 91). Las ideas sobrenaturales sirven para ligar el Así que no debe extrañar, que con los es- pequeño número de observaciones aisladas pañoles se trasladara a América el germen de que entonces se compone la ciencia, en del elemento que contribuiría a la destruc- otros términos, los hechos observados son ción, trescientos años más tarde, del edifi- explicados, es decir, vistos a priori, según hechos inventados (Comte, 1990: 22). cio colonial: Esto porque, dice más adelante en otro texto No sólo en sus relaciones con la ciencia, Comte: propiamente dicha, fue como los conquista- dores trajeron una doctrina en decadencia, En el estado teológico, el espíritu humano incapaz de fundar, de otro modo que no fue- dirigiendo esencialmente sus búsquedas ha- ra por la fuerza y la opresión, un gobierno cia la naturaleza íntima de los seres, las cau- estable y respetado; también entre los que sas primeras y finales de todos los hechos habían pertenecido al mismo campo había que percibe, dicho brevemente, hacia los estallado la división (Barreda, 1967: 91). conocimientos absolutos, se imagina los fe- Aunque en principio parece lejana la posi- nómenos como provocados por la acción directa y permanente de agentes sobrenatu- bilidad de que España sea infectada con rales más o menos copiosos, cuya arbitraria estas ideas, no hay que olvidar que gran influencia explica las aparentes irregulari- parte de la llamada Contrarreforma fue un dades del universo (Comte, 1990: 34). movimiento tendiente a reducir la difusión de las ideas protestantes en la Península Pero no era suficiente con la emancipación Ibérica. Por ende, científica y religiosa para, por sí misma, promover la cruenta etapa iniciado por el España en apariencia, quedado libre del con- padre Hidalgo. tagio, lo cierto es que el verdadero veneno se había inoculado de tiempo atrás en todos los cerebros (...) todos los llamados católi- Emancipación política cos, eran ya, y cada día se hicieron más y más protestantes, porque todos, a su vez, El otro aspecto a describir en Barreda es el apelaban a su razón particular, como árbitro relativo a la emancipación política. Esta se supremo en las cuestiones más trascenden- inicia con tales y se erigieron en jueces competentes, en las mismas materias que antes no se hu- El famoso cisma que bien pronto dividió la bieran atrevido a tocar (Barreda, 1967: 91). Europa, en dos partes irreconciliables y que

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El ejemplo más evidente es la propia em- plícita y precisa, sino durante la guerra de presa conquistadora y evangelizadora en independencia que la Holanda sostuvo con el Nuevo Mundo que emprendieron a pe- tanto heroísmo como cordura, contra la ti- sar de las razones en contrario de su mo- ranía española (Barreda, 1967: 92).4 mento. Así que la soberanía popular primer artí- De lo anterior se desprende que "nada hay culo del credo político de todos los países más contrario al verdadero espíritu católi- civilizados se opuso al derecho divino: co, que esa supremacía de la razón sobre la El buen uso que la Holanda supo hacer de autoridad". Por eso es justificable que las este principio, al cual puede decirse que fue autoridades religiosas tomaran una decisión gran parte deudora de su independencia y inevitable: "sostener con la razón o con la de su libertad, a la vez política y religiosa y fuerza, lo que sólo hubiera debido apoyar la aquiesencia tácita o expresa de todos los con la fe". Por consiguiente, tanto el libre gobiernos, hizo pasar muy pronto al domi- nio universal este dogma radicalmente in- examen como las nociones de ciencia pro- compatible con el principio del derecho di- movidas por la religión obligó a que éstas vino en que hasta entonces se habían se transformaran de "piedras angulares del fundado los gobiernos (Barreda, 1967: 92). edificio de la Conquista", en el "principal elemento disolvente (que) vino con sus fun- Pero otro nuevo elemento se vino a sumar a la autodeterminación y a la soberanía dadores" (Barreda, 1967: 91).3 popular, con todo y que ésta era contraria El resultado de este proceso acumulativo al derecho divino de la autoridad regia y de fuerzas contrarias a la cosmovisión ca- al derecho de conquista. Ese nuevo com- tólica, apostólica y romana no podía ser ponente era incompatible con los privile- otro que su crecimiento hasta dar, por fin, gios del clero y del ejército y su nombre en tierra, con una construcción cuyos fun- era igualdad de los derechos: Este nuevo damentos estaban ya corroídos y minados dogma era una consecuencia tan natural y de antemano. un complemento tan indispensable del an- España misma se presenta como el mejor terior. Ante todo esta compleja situación, ejemplo de ese espíritu de su tiempo, cuan- era evidente que el resultado no podía ser do ejerciendo su derecho a la autodetermi- otro que: nación expulsa a los árabes. Ese espíritu Todos los veneros de ese poderoso raudal fue, desde los primeros momentos, su gran de la insurrección estaban abiertos; todos los enemigo porque los pueblos de Holanda elementos de esa combustión general esta- hasta las colonias americanas se opusieron ban hacinados; la compresión continúa y a que España las sometiera argumentando cada vez mayor que se ejercía sobre éstos y el principio de la soberanía popular. Al res- el asilamiento en que se quiso tener siempre pecto dice Barreda que a México, para impedir la corriente de aqué- llos, no podían producir y no produjeron otro El dogma político de la soberanía popular resultado que el de hacer más terrible la ex- no se formuló, en efecto, de una manera ex- plosión (Barreda, 1967: 93).

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Ahora bien, aunque se recomendaba a Es- cadena de trescientos años. Con lo cual el paña una actitud más prudente con respec- pabellón mexicano ondeó en el Palacio to a la Nueva España, gracias a la cual se Nacional, lo que parecía "augurar una paz percibiera "una gradual disminución de los definitiva" (Barreda, 1967: 94-95). Esto vínculos de dependencia entre México y la no se logró, por dos razones esenciales. metrópoli"; no se deja de reconocer que Por un lado los errores de los gobernantes "sería injusto echar en cara a España una y por el otro, los elementos poderosos de conducta que cualesquiera otra nación en anarquía y de división que como el resto su caso habría seguido y que, la falta de del antiguo régimen, quedaban en el seno una doctrina social positiva y completa, mismo de la nueva nación y se opusieron hacía tal vez necesaria en aquella época" a esa paz. (Barreda, 1967: 93-94). Es evidente situación de progreso —con Así que con todos los elementos de la respecto a la situación de dependencia de combustión estaban ya reunidos y en ple- México respecto a España— se sucede otra na efervescencia, por lo que sólo faltaba etapa de anarquía. Podría decirse que al una chispa: lograr México su independencia se consi- guió el orden, la paz; pero no el progreso. Esta chispa fue lanzada por fin la memora- ble noche del 15 al 16 de septiembre de 1810, Como a la Colonia se le puede concebir por un hombre de genio y de corazón, de como la etapa de orden aunque con escaso genio para escoger el momento en que de- y controlado progreso, el siglo XIX es ex- bía dar principio a la grandiosa obra que plicado como una etapa de inusitado pro- meditaba; de corazón, para decidirse a sa- greso y escaso orden. Esta situación de crificar su vida y su reputación en favor de anarquía y guerras civiles es iniciada por una causa que su inspiración le hacía ver lturbide, quien se dejó seducir y que pagó triunfante y gloriosa en un lejano porvenir con la vida sus errores. Respecto a la gue- (Barreda, 1967: 93-94). rra civil dice Barreda: A partir de este momento –16 de septiem- Esta pudo tal vez evitarse; pero una vez ini- bre– la historia cambia para dar paso a la ciada, no debía esperarse que concluyese por siguiente etapa, la etapa en que México se una transacción; los elementos que se agita- lanza a la búsqueda de su propia identidad. ban y se combatían eran demasiado contra- dictorios para que una combinación fuese posible; era necesario que uno de los dos ce- LA ÉPOCA INDEPENDIENTE. LA ETAPA diese radicalmente de sus pretensiones; era METAFÍSICA preciso que uno de los dos, reconociendo su impotencia, se resignase a ceder el campo a El resultado de este incendio fueron "once su contrario y a seguir, aunque con trabajo y años de continua lucha y de sufrimientos sólo pasivamente, una corriente que no po- sin cuento", hasta que "el virtuoso e infati- día contrarrestar (Barreda, 1967: 95). gable Guerrero" y "el valiente y después Los enemigos que así se enfrentaban era mal aconsejado lturbide" rompieron la por un lado, el partido liberal que era "el

183 La Oración Cívica de Barreda partido a quien el conjunto de las leyes rea- Barreda describe en detalle las actitudes y les de la civilización llamaba a predomi- posturas que adoptaron el ejército y la Igle- nar", aunque en esos momentos era el más sia como por ejemplo la vanidad, el orgu- débil, "pero, con la fe ardiente del porve- llo, el interés y hasta el terror, todo se en- nir, con esa fe que inspiran todas las creen- sayó, de todo se echó mano para lograr un cias que constituyen un progreso real en la resultado al que con razón se daba tanto evolución humana, él se sentía fuerte para precio. emprender y sostener una lucha y ésta de- El conflicto que enfrentó a estos dos parti- bía continuar encarnizada y a muerte" dos fue constante, aunque siempre con nue- (Barreda, 1967: 95). El otro era vos argumentos. El partido conservador se "Un partido animado, tal vez de buena fe opone no sólo a la independencia sino que pero esencialmente inconsecuente, (que) más tarde impone a Santa Anna como pre- pretendió extinguir esta lucha y de hecho sidente y después promueve la instauración no logró otra cosa que prolongarla; pues, del tratamiento a Su Alteza Serenísima. por falta de una doctrina que le sea propia, Más tarde se pronuncia en contra de la ese partido toma por sistema de conducta Constitución de 1857 y consecuentemente la inconsecuencia; y tan pronto acepta los contra las Leyes de Reforma. Ese mismo principios retrógrados como los progresis- partido promueve la campaña que conclu- tas, para oponer constantemente unos a ye con la conjura de Miramar, al ofrecerle otros y nulificar entrambos" (Barreda, la corona de México a Maximiliano. 1967: 95-96). Por su parte, el partido liberal se mantiene Este último era el partido conservador que en una actitud de defensa y cuando logra al pretender dominar el plano político, defiende con la pluma y las armas su autoridad. Nuevamen- Conciliar el orden con el progreso, los hace en realidad aparecer incompatibles, porque te el combate a partir de 1862 se hace más jamás ha podido comprender el orden sino evidente e inevitable. Al respecto dice con el tipo retrógrado, ni concebir el pro- Barreda: greso sino emanado de la anarquía, tenien- Las clases privilegiadas que en 1857 se ha- do que pasar mientras gobierna, alternati- bían visto privadas de sus fueros y preemi- vamente y sin intermedio, de unos partidos nencias, que en 1861 vieron por fin sancio- a otros (Barreda, 1967: 95-96). nada con espléndido triunfo esta conquista Este partido que era el fuerte en las prime- del siglo y ratificada irrevocablemente la ras décadas del siglo contaba con el apoyo medida de alta política que arrancaba de del clero, el ejército y las inteligencias manos de la más poderosa de dichas clases, emancipadas e impacientes por acelerar el arma que le había servido para sembrar la desunión y prolongar la anarquía, derribado el provenir. Pero el valor e interés de este por medio de la corrupción de la tropa a los partido se manifiesta más evidentemente gobiernos que trataban de sustraerse a su de- con la llegada de Maximiliano y la confor- gradante tutela; esas clases privilegiadas, mación del Segundo lmperio, porque

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repito, llegaron por fin a persuadirse de su men; en manos de ese verdugo de la Repú- completa impotencia (Barreda, 1967: 97). blica francesa una independencia y unas ins- tituciones que habían costado ríos de san- Esa conquista del siglo es el hecho de se- gre y medio siglo de sacrificios y de parar enteramente la iglesia del Estado; combates (Barreda, 1967: 98). porque como explica Barreda: La consecuencia de esta decisión fue la Al emancipar el poder temporal de la pre- creación del Segundo Imperio y una nueva sión degradante del poder temporal, Méxi- intervención francesa. Esta nueva etapa, se co dio el paso más avanzado que nación al- inicia con el combate en las llanuras de guna ha sabido dar en el camino de la verdadera civilización y del progreso moral entre un puñado de patriotas arma- (Barreda, 1967: 97-98). dos de improviso, bisoños en la guerra pero resueltos a sacrificarlo todo por su inde- Pero aún, el antiguo ejército brazo armado pendencia, al mando de un jefe que no era de los conservadores, habiéndose visto ven- un general envejecido en los campos de cido y derrotado por soldados noveles y combate pero que se iguala a Temístocles generales improvisados perdió el prestigio al pretender salvar a su patria y salvar con y —consecuentemente— la influencia que ella unas instituciones que un audaz extran- por costumbre había conservado. Por su jero quería destruir y que contenían en sí parte, el clero elemento esencial de ese todo el porvenir de la humanidad. partido Ignacio Zaragoza, ese Temístocles Comprendió su desprestigio y decadencia, mexicano,"se ligó para siempre con la idea al ver que había hecho uso sin éxito alguno, de independencia, de civilización, de liber- de todas sus armas espirituales para comba- tir a quienes se atrevían a reclamar los bie- tad y de progreso, no sólo de su patria sino nes que creía poseer por derecho divino de la humanidad" (Barreda, 1967: 100). (Barreda, 1967: 97). Porque, enfatiza Barreda (1967: 100): "¡Los que habían alcanzado la primera victoria En estas condiciones no es extraño que tan- debían también obtener la última!"5 to el clero como el ejército así como algu- nos seguidores que "se vieron privados de Las consecuencias de este batalla, fueron todas sus ilusiones, se acogieron con más diversas. Los conservadores recurrieron a ahínco al único medio que parecía quedar- "todo lo que la intriga, la hipocresía y la les, para prolongar aún por algún tiempo fuerza pueden sugerir"; pero los liberales su dominación o, al menos, ver a sus ven- "multiplicaban las honrosas repulsas de cedores sepultados también en las ruinas mexicanos dignos que preferían la oscuri- de la nación" (Barreda, 1967: 98). Ese úni- dad, la miseria o el ostracismo, al brillo y co medio era Napoleón; puesto que la opulencia comprados al precio de su con- ciencia y de su patriotismo"; por eso "el A este hombre recurrieron, de este soberano gran partido nacional se mantuvo inflexi- advenedizo se hicieron cómplices los mexi- canos extraviados que, en el vértigo del des- ble y se abstuvo de toda participación que pecho, no vieron tal vez el tamaño de su cri- pudiera sancionar de algún modo los actos

185 La Oración Cívica de Barreda de la intervención y del gobierno intruso" pectos político, científico y religiosa la na- (Barreda, 1967: 106). ción mexicana entra a la tercera etapa —la positivista— según el modelo teleológico Esta actitud de los liberales provocó que de Augusto Comte. Esta tercera etapa es la Maximiliano quedara atrapado entre libe- relativa al estado positivo, en donde pre- rales —a los cuales no podía atraer, a nin- domina la explicación científica; ahora gún precio— y conservadores —a quienes bien, este período no surge porque si, como consideraba indignos de estar a su lado. A se puede ver desde una perspectiva fatalis- pesar de la salida de los soldados - ta y/o mecanicista. ses, la avanzada intervencionista no cedía. Ahora eran esa "falange de ministros di- La primera situación que destaca el autor plomáticos y sus respectivos gabinetes, que es que: "hemos visto que ni una sola de esas prontos a calumniar a México cuando para luchas (desde 1810), ni una sola de esas ello media un interés, han tenido voto de- crisis ha dejado de eliminar algunos de los cisivo en nuestras cuestiones" hasta cons- elementos deletéreos que envenenaban la tituirse en "el padrastro de todos los go- constitución social" (Barreda, 1967: 109). biernos fundados en unos tratados Aún más, Barreda señala que: leoninos" (Barreda, 1967: 107). Del conjunto de esas crisis, dolorosas pero A pesar de estas y otras maniobras no tan necesarias, ha resultado también, como por evidentes, México, a través de la inquebran- un programa que se desarrolla, el conjunto table voluntad de Juárez, al ejecutar la pena de nuestra plena emancipación y que es una de muerte a que fue condenado Maximiliano aserción tan malévola como irracional, la de "ha cortado la última cabeza a la hiedra ve- aquellos políticos de mala ley, que dema- nenosa que por tantos años había empon- siado miopes o demasiado perversos, no zoñado su existencia y ha asegurado su fu- quieren ver en esas guerras de progreso y de turo reposo" (Barreda, 1967: 107). Porque incesante evolución, otra cosa que aberra- no debe olvidarse que: ciones criminales o delirios inexplicables (Barreda, 1967: 109). En este conflicto entre el retroceso europeo Lo que es un hecho definitivo es que la la- y la civilización americana; en esta lucha del principio monárquico contra el principio bor de renovación y preparación de recons- republicano; en este último esfuerzo del fa- trucción está concluida; porque "todos los natismo contra la emancipación, los repu- obstáculos se encuentran allanados; todas blicanos de México se encontraban solos las fuerzas morales, intelectuales o políti- contra el orbe todo (Barreda, 1967: 100). cas que deben concurrir con su coopera- ción, han surgido ya" (Barreda, 1967: 110). Consecuentemente, en este caso, el resul- EL FUTURO INMEDIATO. LA ETAPA tado se hace evidente: hoy la paz y el or- POSITIVA den, conservados por algún tiempo, harán Así que una vez lograda la emancipación por sí solos todo lo que resta. Para con- en sus tres vertientes; es decir, en sus as- cluir, Barreda envía un mensaje -no sólo

186 Hugo Arturo Cardoso Vargas político- a su auditorio. Mensaje que es toda los gobernados, sea el garante cierto y el una consigna que rebasa el ámbito de lo modo seguro de caminar siempre por el sen- político, porque es un lema que impactará dero florido del progreso y de la civiliza- a la sociedad en su totalidad. Esta recomen- ción (Barreda, 1967: 110). dación es clara: En esta tercer etapa, como se deduce de Ciudadanos: que en lo de adelante sea nues- todo lo anterior, las condiciones básicas tra divisa libertad, orden y progreso; la li- para la creación y consolidación del esta- bertad como medio; el orden como base y el do positivo están ya dadas, una vez conse- progreso como fin" (Barreda, 1967: 110).6 guida la emancipación mental que no es casual coincidan con el año 1867. Esto significaría: En este año se logra reafirmar la independen- Que en lo sucesivo una plena libertad de conciencia, una absoluta libertad de exposi- cia política toda vez que Maximiliano es de- ción y de discusión, dando espacio todas las rrotado y fusilado en el Cerro de las Campa- ideas y campo a todas las inspiraciones, deje nas, con lo cual concluye también el proyecto esparcir la luz por todas partes y haga inne- de expansión francesa en América. cesaria e imposible toda conmoción que no La emancipación religiosa se logra con las sea puramente espiritual, toda revolución que no sea meramente intelectual (Barreda, Leyes de Reforma, gracias a las cuales se 1967: 110). consigue el predominio del poder tempo- ral sobre la Iglesia, como se puede ilustrar Aquí se encuentra un claro tinte conserva- con la desaparición de la propiedad de la dor en Barreda —que corresponde a la con- institución hierocrática. Situación que se cepción que tiene Comte al respecto— confirma ante la derrota absoluta del clero cuando afirma que: por su alianza con los intervensionistas Tenemos una Constitución que ha sido el franceses, en 1867. faro luminoso al que, en medio de este tem- La emancipación científica, desde luego, pestuoso mar de la invasión, se han vuelto todas las miradas y ha servido a la vez de según el paradigma comtiano consiste en consuelo y de guía a todos los patriotas que la creación e instauración del estado posi- luchaban aislados y sin otro centro hacia el tivo. Este estado implica la conciliación cual pudiesen gravitar sus esfuerzos; una entre el orden y el progreso; pero, además, Constitución que, abriendo la puerta a las la solidez de la ciencia para poder no sólo innovaciones que la experiencia llegue a explicar el pasado sino prever el futuro. demostrar necesarias, hace inútil e impru- dente, por no decir criminal, toda tentativa En esta labor, se hace evidente que el pa- de reforma constitucional por la vía revolu- pel desempeñado por la educación es vi- cionaria (Barreda, 1967: 110). tal. La educación una vez desvinculada del clero podría asumir una actividad mayor Por eso se hace necesario: por la difusión de la ciencia. Porque tal vez Que el orden material, conservado a todo Barreda tenía ya preparado un proyecto trance por los gobernantes y respetado por

187 La Oración Cívica de Barreda educativo que seguiría el mismo modelo La cuarta consiste en que con motivo de creado por Comte. esta oración, Barreda fue invitado por el presidente Benito Juárez para integrarse a la Comisión encargada de proponer una LAS CONSECUENCIAS nueva Ley de Educación. Dicha comisión La conclusión a la cual se llega, una vez estaba integrada entre otros por Elizalde conocido este primer análisis sociológico de Contreras, los hermanos Díaz Covarrubias la sociedad mexicana, es que la Ley de los y el secretario del ramo. Tres Estados se aplica a la historia de la na- La quinta, que interesa destacar, es que re- ción de manera –casi– natural. No es ni for- sultado de los trabajos de esa Comisión fue zosa ni apresurada la relación, mediante la la creación de la Ley Orgánica de Instruc- cual se explica el pasado inmediato del país. ción Pública para el Distrito Federal del 2 Y se tienen dos fechas para promover no de diciembre de 1867 y su respectiva Ley sólo la emoción popular sino el sentido se Reglamentaria, mediante las cuales se crea- integración y emancipación –en sus tres di- ba, como aporte al sistema educativo mexi- mensiones. La primera es el año de 1810 y cano, la Escuela Nacional Preparatoria. la segunda es 1867, aunque no necesaria- En la Escuela Nacional Preparatoria se pon- mente coincidan en los meses y los días. dría en práctica la propuesta didáctica de Aunque en 1867 se pueden identificar tres Comte, según los criterios para la momentos, el primero la toma de la ciudad jerarquización de las Ciencias. (hipótesis de México por los liberales, la segunda la de la investigación actualmente en desa- "capitulación" de Querétaro y la tercera la rrollo en torno a Los modelos pedagógicos entrada del presidente Juárez a la capital del bachillerato universitario) (Cfr. de la república. Pero pueden reconocer Cardoso, s/f). otras consecuencias más importantes. Aunque por razones que obligan a hacer La primera es ese primer intento de expli- conjeturar la Comisión no aceptó la inclu- car —científicamente— el pasado de Méxi- sión de la Sociología como parte del plan co a partir de un marco conceptual socioló- de estudios que se aprobó. La Sociología, gico. como disciplina académica, debió esperar treinta años para que se le incorporara al plan La segunda es buscar hacer una apología de estudios de la Nacional Preparatoria. de dos hechos esenciales para la evolución del país que consisten en la emancipación La sexta consiste que a partir de este análi- en 1810 y su reafirmación en 1867. sis sociológico de la sociedad mexicana se inició formalmente el llamado período po- La tercera es la configuración de un futuro sitivista del pensamiento social; designa- derivado primero de una educación con- ción que rebasa esta asignación. Sin duda, forme a principios científicos y también la este periodo positivista se apoyó en otros creación de un código básico de conducta, autores que desde luego no coincidieron según los postulados positivistas.

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con los postulados de Comte, ni de Spencer NOTAS menos aún de Durkheim. 1 El subrayado es propio. Las pretensiones de hablar del positivismo 2 El subrayado es propio. como un proceso único homogéneo y con- secuente, no pueden ser aceptadas ante la 3 El subrayado es propio. contundencia de los hechos. Así que debe 4 Subrayado del autor. tenerse mucha precaución cuando se habla 5 El subrayado es propio. desde, distintas ópticas, de la etapa positi- vista de la historia de México; porque en 6 El subrayado es propio. realidad no hay tal predominio ni consis- tencia en cuanto a esta teoría sociológica, REFERENCIAS esto a pesar de lo que afirman autores como Zea (1981). Barreda, Gabino (1967) "La Oración cívica" en Jorge L Tamayo (introducción) Ley orgáni- La séptima y última, consiste en ser el punto ca de instrucción pública en el Distrito Fe- inicial para el arranque del desarrollo de la deral. Reglamento/Oración cívica, México, disciplina y de la profesión de la Sociolo- UNAM. gía en México. Para el arranque de la So- Cardoso Vargas, Hugo Arturo (1991) "La Fun- ciología en México debieron pasar 30 años dación de la Escuela Nacional de Ciencias porque en 1896 se impartió el primer cur- Políticas y Sociales" en Acta Sociológica, so de Sociología en la Escuela Nacional vol. IV, núms. 2-3, México, UNAM, Coordi- Preparatoria; y más de medio siglo después, nación de Sociología Facultad de Ciencias se inició la profesionalización del sociólo- Políticas y sociales. go con la fundación de la Escuela Nacio- Cardoso Vargas, Hugo Arturo (1999), "El de- nal de Ciencias Políticas y Sociales en la cálogo del sociólogo" en Revista Espacios Universidad Nacional Autónoma de Méxi- Públicos, año 2, núm. 4, Toluca, UAEM, Fa- co y por ende, de la institucionalización de cultad de Ciencias Políticas y Administra- la Sociología (Cfr. Cardoso, 1991:185 y ss). ción Pública, pp. 74-80. Pero, sin duda, a partir de la Oración Cívi- Cardoso Vargas, Hugo Arturo (2002), "Las eta- ca y la labor desarrollada por Gabino pas del pensamiento social en México" en Barreda en distintas instituciones educati- Revista Espacios Públicos, año 5, núm. 9, vas (la Escuela Nacional Preparatoria, la Toluca, UAEM, Facultad de Ciencias Políti- Sociedad Metodófila Gabino Barreda, en- cas y Administración Pública, pp. 193-224. tre otras) es factible asegurar que se cons- Cardoso Vargas, Hugo Arturo (s/f a), El mode- tituye no sólo la sociología positivista, ade- lo pedagógico del bachillerato universita- más de la sociología académica. rio: la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades, Tesis para alcanzar el grado de Maestro en Cien- cias de la Educación por el Instituto Supe-

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rior de Ciencias de la Educación del Estado Lemoine, Ernesto (1970), La Escuela Nacio- de México. nal Preparatoria en el periodo de Gabino Barreda 1867-1878 Estudio histórico, Do- Cardoso Vargas, Hugo Arturo, (s/f b), La So- cumentos, col. Ediciones del Centenario de ciología en México, México, (obra inédita). la Escuela Nacional Preparatoria, México, Comte, Augusto (1978), La teoría social del UNAM. positivismo, col. Cuadernos de Causa, núm. López Rayón, Ignacio (1979), "Elementos de 10, México, Centro de Documentación Po- nuestra constitución" en Cárdenas Barrios, lítica A. C. René, 1810-1821 Documentos básicos de la Comte, Augusto (1984), Discurso sobre el es- independencia, núm. 5, México, Ediciones píritu positivo, (Tr. Consuelo Berges), col. del Sector Eléctrico. Los grandes pensadores, núm. 53, Madrid, Plasencia de la Parra, Enrique (1991), Indepen- Ediciones SARPE. dencia y nacionalismo a la luz del discurso Comte, Augusto (1990), La filosofía positiva, conmemorativo (1825-1867), col. Regiones, (Tr. y selección de Francisco Larroyo), col. México, CONACULTA. Sepan cuántos, núm. 34, México, Porrúa. Zea, Leopoldo (1981), El Positivismo en Méxi- De la Torre Villar, Ernesto (1988), La concien- co, origen, desarrollo y decadencia, Méxi- cia nacional y su formación. Discursos cí- co, FCE. vicos septembrinos (1825-1871), México, UNAM-Coordinación de Humanidades. De Moraes Filho, Evaristo (1957), La Sociolo- gía de los opúsculos de Augusto Comte, Bi- blioteca de Ensayos Sociológicos. Cuader- nos de Sociología, México, Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

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