La “Viola Organista” Posterior Leonardo
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La “viola organista” posterior Leonardo Fig 1 Praetorius “Sintagma Musicum” (1618.1619) Cap. XLIV, Geigenwerk o viola organista de Hans Hayden. Al igual que tantas otras de sus invenciones, la viola organista no llegó, como dijimos, seguramente nunca, a ser realizada por Leonardo, teniendo que intervenir el paso del tiempo para que la genial obra del gran precursor llegara a ser de evidente necesidad en el contexto de un natural progresivo devenir musical organológico. Algunos tratadistas datan y documentan erróneamente la construcción de instrumentos de esta índole por algunos autores en una época próxima a la muerte de Leonardo, basándose en los términos tasti o tastatura aplicados a unos instrumentos de arco, siendo que Leonardo había también llamado viola a tasti (CM Fol 76 r.) a su viola organista. Tal el caso de Lanfranco (15) quien, a propósito de la afinación de la viola de seis cuerdas, habla dei violoni da tasti et da arco; o de Ganassi (16) quien en el título de la primera pare de su "Regola rubertina", menciona la viola d'arco tastada y el violone d'arco da tasti en la segunda. El error estriba en que el término tasto, su plural tasti y el colectivo tastatura se aplicaban entonces indistintamente a las teclas y a los trastes de los instrumentos y que los autores precitados llamaban viole o violoni a tasti a los instrumentos de cuerda de estos nombres que tenían trastes en su díapasón. Caso distinto es el de Vicentino de Vicenza (17) quien en su obra L´antica musica ridotta alla moderna pratica (1555) habla de su arcicembalo que producía, al parecer, tres timbres distintos de imitación de instrumentos de arco, añadiendo más tarde una Descrizione dell´ arciorgano (1561), otro instrumento de su invención. Muchos atribuyen la auténtica “reinvención” de la viola organista de Leonardo al alemán Hans Hayden (1536-1613) miembro de una familia con varias generaciones de compositores, organistas, escritores, constructores de instrumentos y mercaderes de cobre que gozaron de gran estima en Nuremberg en los siglos XVI y XVII. Además de seguir la tradición familiar, estudió problemas de perspectiva y el movimiento continuo, pero iba a ser especialmente recordado por su Geigenwerk, (Fig 1) un instrumento de cuerda en forma de clavicímbalo que sonaba con ruedas forradas de pergamino en lugar de los clásicos martinetes. Cuando se bajaba una tecla, la cuerda correspondiente entraba en contacto con una de las ruedas produciendo un sonido parecido al del arco. Terminó su prototipo en 1575, hecho para Augusto Elector de Sajonia en Dresden (18) y continuó mejorándolo hasta alcanzar su forma definitiva hacia principios de siglo. Publicó un opúsculo en alabanza del Geigenwerk, Musicale instrumentum reformatum (1599) traducido al latín como Comentatio de musicale instrumento (Nuremberg 1605) en el que, entre otras cosas, ensalzaba su capacidad para sostener notas de forma indefinida, reproducir el efecto del trémolo del órgano, imitar el eco, el laúd, la zanfona, la cornamusa, el oboe, la viola bastarda, y, lo que es más importante, realizar todo ello imprimiendo distintos grados a la dinámica del sonido. Es el instrumento del que habla Galilei (19) en su “Dialogo della Musica Antica et Moderna”, Firenze, 1581, p. 48 en una detallada y encomiástica descripción. (20) También Praetorius (21) en su Syntagma Musicum, De organographia, Cap. XLIV se refiere en términos muy elogiosos al instrumento de Hans Hayden, pero hay que señalar que, tanto su descripción como la ilustración gráfica que la acompaña difieren notablemente de la anterior: en efecto, mientras Galilei habla de cuerdas frotadas por una madeja de cerdas, Praetorius ve estas mismas cuerdas frotadas directamente por una rueda:. "Este violín de teclado tiene en todo la misma forma y proporciones que el clavicémbalo ordinario y tiene el mismo tamaño de los que pueden ser puestos sobre una mesa o transportados fácilmente de un lugar a otro. Una sola persona puede tocar en él lo que necesitaría cinco o seis violines. Este instrumento fue primero proyectado y construido por un ciudadano de Nuremberg de nombre Hans Heyden. La idea le vino, quizás, a través de la construcción de la lira común cuyas cuerdas se hacen sonar por el contacto de una rueda. Algunos constructores como Galileo, piensan que los violines de teclado como este fueron inventados antes de nuestro tiempo. Pero sea lo que fuere, mi opinión en la materia es que, incluso si parecidos instrumentos existieron con anterioridad, no pudieron ser tan excelentes como este que dicho Hans Heyden ha realizado con tanto éxito" En lugar de martinetes, este violín de teclado tiene cinco o seis ruedas de acero suavemente cubiertas con pergamino frotado con resina (igual que el arco del violín). Estas ruedas son movidas por otra gran rueda y varios rodillos que se hallan bajo la tapa armónica, y son pedaleados debajo por el propio intérprete o bombeados arriba por un entonador de forma que las ruedas no dejan de moverse. Cuando se baja una tecla, la cuerda correspondiente entra en contacto con una de las ruedas giratorias, produciendo un sonido similar al de un arco frotando la cuerda. Las cuerdas graves son de grueso latón y acero envuelto en pergamino puro. De este modo, las cuerdas más graves tienen aproximadamente el mismo grosor que las de la viola bajo, llegando algunas a alcanzar el F y el D; pero, al subir en el agudo, van, como en aquella disminuyendo su grosor en el orden del discanto, siendo utilizadas sólo simples cuerdas de duro acero sin pergamino.” Seguidamente (Ver “Documentos…Michael Praetorius”) transcribe unas palabras del propio Hans Hayden en las que hace una detallada descripción de las virtudes del instrumento en todo tipo de órdenes, sobre todo comparándolo con otros de teclado como, especialmente, el cémbalo: la posibilidad de moderar la dinámica de los sonidos, su capacidad de prolongar indefinidamente las notas, el poder realizar voces polifónicamente destacando, si se desea, cualquiera de ellas, imitar otros instrumentos, realizar vibratos y ecos, su versatilidad para la realización de muy diversos repertorios, etc., ideas, la mayoría de ellas, que, salvando las diferencias entre el arco de ida y vuelta y el continuo, estaban sin duda en la mente de Leonardo cuando proyectara su viola organista. De las violas organistas realizadas tiempos atrás, solamente una ha llegado hasta nosotros íntegramente conservada y puede contemplarse en el Museo Instrumental de Bruselas (Fig 2): es la obra en 1625 de un español del que sólo sabemos el nombre y oficio que constan en una inscripción: FRAY RAYMUNDO TRUCHADO. INVENTOR. Procedente quizás del Escorial a donde lo habría llevado Felipe III, en 1874 "Se ha encontrado en España, en el Escorial, un viejo instrumento que parece ser el prototipo de los pianos-violín y pianos quatuor (22) de nuestos días. Es un violicémbalo, especie de clavecín a arco, inventado por Johan Heyden de Nuremberg en 1606 que el Rey Felipe III trajo a San Lorenzo. Unas ruedas cilíndricas frotadas con colofonia, son puestas en movimiento por una manivela; Fig 2 Viola organista de Fray Raimundo Truchado (1625) Museo Instrumental de Bruselas. las teclas pulsadas por los dedos producen, por medio de unas láminas metálicas, el contacto de las ruedas con las cuerdas y, en consecuencia, un sonido que se parece al del violín y los instrumentos de la misma familia. (Revue et Gazette musicale de Paris, 18 de febrero de 1872) - (23) el anticuario Patricio Herencia de Toledo, lo describía en una carta dirigida a Barbieri como.. un cajón de pino sobre tres pies, de figura de piano de cola...me han dicho pudiera llamarse Piano-Violonchuelo (sic) por sus efectos músicos, pero en la realidad nadie le ha podido dar nombre seguro pues no conocen otro igual. Expuesto en Madrid en 1893 tras una restauración, aparece en Paris en 1902 donde es comprado para el Museo de Bruselas por sus actuales propietarios. (24) Un híbrido de órgano de tubos y viola organista es descrito por Kircher, (25) (Fig 3) en su "Musurgia Universali", Roma, 1650, ib. IX, Magia Phonotactica, con el apoyo de una ilustración titulada "Máquina VI. Figura de Clavicímbalo maravilloso que produce un concierto de voces cuando se pulsa." (26) Una sola gran rueda untada con resina o colofonia fricciona las Fig 3 Kircher, “Musurgia Universalis”, Roma 1650, ib IX “Magia Phonotactica”, ilustración titulada “Máquina VI, Figura de clavicímbalo maravilloso que produce un concierto de voces cuando se pulsa”, un híbrido de viola organista y órgano de tubos. “cuerdas de intestinos de tripa y no de cobre, en cantidad y grueso de las que se utilizan las arpas, de forma que la más grande produzca un Do, y "subiendo hacia el agudo proporcionalmente, como se hace en las arpas, alcance 49 notas (cuatro octavas cromáticas) que es lo que tienen los clavicímbalos ordinarios.” (27) En un inventario de la colección Médicis del 23/9/1716 seg. N. 29 realizado por Bartolomeo Cristofori (28) se recoge “un cémbalo con teclado de marfil, con la invención de cinco ruedas para tocar las cuerdas de tripa como lo hace la ghironda.” (organistrum/ zanfona). (29) El Diccionario Italiano de la Música menciona, además, estos instrumentos de tecla y cuerdas frotadas hasta principios de siglo: Bolcione de Florencia (1608); Raymundo Truchado (1625) Museo Instrumental de Bruselas; S. Pepys (1664) arched vyall; M Todini de Roma (1673) archicymbalum symphoniarca (mencionado por Burney); Cuisiné de Paris (1708) clavecin-vielle; Renaud de Orleans épinette archet (1745 y à orchestre (1750); Johan Hohffeld de Berlin (1753) Boguenflügel (adquirido hacia 1770 por Federico II de Prusia y llevado al nuevo palacio de Posdam. Fue tocado por C.Ph. E. Bach en 1753 y 1565; Le Gay de Paris (1760) Clavicordium con dos manuales, uno normal y otro y otro con cuerdas de tripa y un arco; Adam Walker de Londres (1772) Celestina; un Gambenwerk Inventariado en la Corte de Cöthen en tiempos de J.S.Bach; Carl Greiner de Wetzlar (1779) Bogen-Clavier (Una sonate fürs Bogen-Clavier fue compuesta por C.Ph Bach en 1783); C.L.