Belgrano, Arquetipo De La Patria Belgrano Arquetipo De La Patria
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Belgrano Arquetipo Escuela Superior de la patria de Guerra Conjunta Belgrano, arquetipo de la patria Belgrano Arquetipo de la patria Claudio Morales Gorleri Gabriel Aníbal Camilli Sebastián Miranda Eliana de Arrascaeta Fabián Brown Patricio Justo Trejo Belgrano arquetipo de la patria / Camilli, G.A. et al. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, 2020. 120 p. ; 23 x 16 cm. ISBN 978-987-26086-3-7 1. Historia. I. Camilli, Gabriel A. CDD 980 Editor y propietario Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas Secretaría de Extensión Edición y corrección Eliana de Arrascaeta Diseño y diagramación Juan Santiago Gallelli Índice Presentación Por CY Gabriel A. Camilli, director de la ESGC 7 1. La formación académica de Manuel Belgrano Claudio Morales Gorleri 9 2. El General Belgrano y la campaña al Paraguay Gabriel Aníbal Camilli 19 3. Belgrano, la segunda Campaña al Alto Perú y las batallas de Tucumán y Salta Sebastián Miranda 39 4. Belgrano y el proyecto de coronar a un Inca. Exposición y fundamentos Eliana de Arrascaeta 55 5. Próceres de la emancipación americana: los generales Belgrano y Güemes Fabián Brown 69 6. El vínculo entre Manuel Belgrano y José de San Martín Sebastián Miranda 85 7. Manuel Belgrano, Comandante Estratégico del Norte Patricio Justo del Niño Jesús Trejo 107 Sobre los autores 119 Belgrano, arquetipo de la patria Presentación l General Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano constituye la en- carnación histórica de la figura del prócer, como ejemplo a seguir y referencia E ineludible de las etapas fundacionales de nuestra nación. En el 2020, a doscientos cincuenta años de su nacimiento y doscientos años de su paso a la inmortalidad, esta casa de altos estudios honró al insigne general mediante una serie de eventos académicos, entre los cuales se llevó a cabo un ciclo de seis conferencias desarrolladas entre mayo y junio que se denominó “General Manuel Belgrano, Arquetipo de la Patria”. En esa expresión con la que se tituló este ciclo, los dos términos cuentan: arque- tipo y Patria. En cada uno de ellos está la significación que hace que volvamos una y otra vez la mirada hacia el general Belgrano, no solamente en los aniversarios que lo recuerdan. Un arquetipo es un paradigma, un modelo y, etimológicamente, el modelo original, primigenio, la fuente de la que surge el camino a seguir. En nuestro caso, esto signifi- ca sin más, el hombre argentino esencial. Las figuras arquetípicas en la historia son las de varones y mujeres singulares que, pese a su apariencia común, muchas veces son el motor de los sucesos, quienes marchan a la cabeza de los hechos históricos, a veces en tal silencio y con tanta naturalidad y abnegación que, paradójicamente, parecen no merecer el recuerdo sostenido. Varones y mujeres ordinarios, comunes, que acometen empresas extraordinarias. Pero no basta el empuje. En sus obras, principalmente, plasman un ideario, resumen un destino y un propósito común, y convencen porque están convencidos y enamoran porque están enamorados. Lo otro es la Patria. Y si de amor se trata, la Patria es lo amado. La Amada. A ella va el que la ama, de ella se ocupa; sus sueños son con ella; sus dolores, los de la Patria; sus batallas, son por ella; sus heridas son también de ella. Sus alegrías son verla a ella triunfante, sana, gloriosa, limpia. La convicción en los verdaderos patriotas se llama amor a la Patria. A pesar de que hayamos gastado esta palabra en tantas co- 7 sas que no se la merecen, que nos cuesta decir honda y sólidamente que amamos a nuestra Patria. Amor es entrega, generosidad, abnegación, buscar el bien de lo ama- do más que nada, sostener y alegrar a quien amamos, regalar nuestro tiempo, nues- tro esfuerzo, compartir sus dichas y sus gozos, acompañar sus dolores y sus heridas, estar a su lado y querer estar siempre a su lado. Por eso hay héroes y arquetipos, eso es lo que los distingue y los exalta: su amor a la Patria. Y esa es la razón por la que el recuerdo y la memoria vuelven al general Manuel Belgrano una y otra vez. No solamente en los aniversarios que lo recuerdan. Busca- mos en él a uno que nos enseñe el amor a la Patria. Para el desarrollo del ciclo aludido fueron convocados destacados profesionales – docentes y académicos– que dieron cuenta de las distintas facetas y etapas de la vida de Manuel Belgrano: su formación, primer cargo como funcionario del Real Consu- lado de Buenos Aires, como miembro de la Primera Junta y, fundamentalmente sus campañas militares en las que se desempeñó como “el mejor militar que tenemos”, según las palabras del General José de San Martín. En tiempos de pandemia, la Escuela de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas afrontó el desafío al organizar de manera virtual el dictado de las respectivas con- ferencias, mediante el esforzado aporte de su Secretaría de Extensión Universitaria y del equipo técnico de dicha institución, captando la atención de un público, tan ávido como diverso, dispuesto a escuchar la palabra de los distinguidos oradores. El éxito fue rotundo y, por ello, se decidió dar formato de libro a los diferentes ensayos, para memoria y como material de consulta, de los aspectos sobresalientes a los que cada disertante se abocó. Vaya entonces este sencillo pero sentido homenaje a esta figura señera, a quien una única conducta distinguió a lo largo de su vida: sus ideales y su convicción para la formación y la defensa de la patria. CY Gabriel Aníbal Camilli Director de la ESGC 8 Belgrano, arquetipo de la patria La formación académica de Manuel Belgrano Por Claudio Morales Gorleri omenico Francesco María Cayetano Belgrano Peri contaba con 26 años cuan- do contrajo matrimonio con la porteña de origen santiagueño, María Josefa D González Casero el 4 de noviembre de 1757 en la iglesia Nuestra Señora de la Merced, en Buenos Aires. Era Domenico natural de la Liguria, más precisamente, de Costa d’Oneglia, don- de actualmente se mantiene su casa en ese pequeño pueblo de 450 habitantes, gran parte de los cuales se llama Belgrano; incluso existe el Circolo Manuel Belgrano que año tras año organiza la Festa dalla Bandiera Argentina, oportunidad en la que allí se reúnen más de 5.000 personas para saludar a nuestra enseña patria. En la capital de esa parte de la Liguria, Imperia, hay un enorme mural en la alcaldía, en el que sobresalen el mítico almirante Andrea Doria y Manuel Belgrano, montado y con la bandera argentina en el brazo. Domenico trocó su nombre por Domingo y su segundo apellido por Pérez y de ese matrimonio nacieron 16 hijos, el octavo fue Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús quien vio la luz el 3 de junio de 1770. Es muy probable que iniciara sus estudios en el convento de Santo Domingo ya que la casa de sus padres quedaba a media cuadra (sobre la actual Avenida Belgra- no) y su padre era devoto dominico. Luego ingresó para hacer sus estudios prepara- torios en el Real Colegio de San Carlos, donde se encuentra hoy el Colegio Nacional de Buenos Aires que creó varios años después Bartolomé Mitre. Durante el año 1785, Manuel Belgrano cursó en San Carlos el 3° año de estudios que se llamaba Metafísica y estaba a cargo del doctor Luis José de Chorroarín, a quien ya había tenido como profesor de Lógica en 1° año. En 1786 debía cursar el 4º año, conocido como Teología, pero Manuel lo hizo como oyente, es decir, asistía a las clases y no permanecía pupilo. No completó el 4° año porque viajó a España. Domenico había dispuesto que su hijo Manuel, de clara inteligencia, se formara en el área del derecho y el comercio en las mejores universidades de la Península. 9 Claudio Morales Gorleri Daniel Balmaceda (Manuel Belgrano. El gran patriota argentino. 2019) aclara una discusión historiográfica que se planteó a raíz de un certificado extendido por la Universidad de Oviedo que da fe de los estudios de Manuel, desde 1782 (¿a los 12 años de edad?) hasta 1786 en sus claustros. En su obra demuestra cómo inició sus estudios en la Universidad de Salamanca y los finalizó en la de Valladolid. Como Manuel no había rendido en Buenos Aires Filosofía Moral de 4° año, el 18 de junio de 1787, después de distintas apelaciones ante el vicerrector de la Universidad de Sa- lamanca, fue citado a exponer ante una mesa examinadora de tres profesores. Allí estaba el joven de apenas 17 años jugándose su destino en la universidad de mayor prestigio de España y el celoso tribunal lo aprobó por unanimidad. Universidad de Salamanca (USAL) Filosofía y política El Príncipe de los Ingenios, Miguel de Cervantes, escribió en el Licenciado Vidriera: “Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”. Enhechiza el Lazarillo de Tormes sobre el río, el huerto de Calixto y Melibea, la casa de Unamuno y especialmente su universidad que acaba de cumplir 800 años desde que la fundó Alfonso IX de Aragón en 1218. En esa oportunidad, con ese imponente marco de tiempo y erudición fui invitado el 20 de junio a hablar sobre el ex alumno argentino Manuel Belgrano en el día de su muerte y de la bandera nacional. Omnium scientarum princeps Salamantica docet (Los principios de todas las ciencias se enseñan en Salamanca). En las paredes de gran parte de la ciudad se observan los víctores de todos los doctores salmantinos pintados con sangre de toro hasta hoy.