Simbolismo Y Ritual En La Política Mexicana
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
VI Congreso Chileno de Antropología. Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Valdivia, 2007. Simbolismo y Ritual en la Política Mexicana. Larissa Adler-Lomnitz. Cita: Larissa Adler-Lomnitz (2007). Simbolismo y Ritual en la Política Mexicana. VI Congreso Chileno de Antropología. Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Valdivia. Dirección estable: https://www.aacademica.org/vi.congreso.chileno.de.antropologia/1 Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite: https://www.aacademica.org. CONFERENCIA Simbolismo y Ritual en la Política Mexicana Larissa Adler-Lomnitz* Cada comunidad política dispone de reglas que orien- veles, siendo además observado en cada paso por el tan el comportamiento de sus actores relevantes hacia país entero a través de los medios de comunicación. patrones estables que garantizan la reproducción de Una perspectiva que únicamente atendiera los aspec- las características fundamentales de las relaciones de tos formales del sistema tendría que explicar esta acti- poder. Las reglas a las que nos referimos, las que si- vidad en términos democráticos, de un candidato que guen los sujetos efectivamente, tienen dos fuentes. Una busca convencer a sus potenciales electores de que de ellas, la legal-constitucional, remite a las leyes es- su programa es mejor que el de sus adversarios. Sin critas mediante procedimientos preestablecidos y san- embargo, la ausencia de una competencia electoral real, cionadas en última instancia por la fuerza del Estado. la certeza del triunfo del PRI, era un dato compartido y La otra, de carácter informal, remite a los intercambios que prácticamente todos los miembros de la comuni- que los actores realizan al margen, paralelamente o en dad política daban por descontado. Pero, siendo así, los intersticios del sistema legal. Estas reglas depen- no tendríamos forma de explicar la efervescencia na- den de la distancia social entre quienes entablan rela- cional en la que se sumía México con motivo de la cam- ciones informales y su cumplimiento es sancionado por paña por la presidencia. una mezcla de moralidad compartida e interés perso- En este trabajo intentaremos demostrar que, una vez nal. De esta forma, al evaluar los mecanismos de per- que se toman en cuenta las reglas informales propias petuación de un orden político dado, el mero análisis de la cultura política mexicana (las que regulan las re- de las estructuras formales deviene insuficiente si éste laciones patrón-cliente, como se verá más adelante), no incorpora su relación con la dimensión informal del la campaña electoral cobra un sentido pleno. Aunque comportamiento específico de la cultura política nacio- no tuviera como motivación la obtención de votos, re- nal (Adler Lomnitz, 1994). sultaba crucial para refrendar la continuidad del siste- El presente trabajo muestra la manera en que la com- ma político, a pesar de la perturbación producida por el binación de ambos tipos de reglas explica un fenóme- cambio de individuos en el poder. Esto permitiría al can- no aparentemente paradójico de la política mexicana didato llegar con la aceptación voluntaria de los acto- de buena parte del siglo XX. El régimen político que res políticos y sociales formalmente habilitados para operó entre 1929 y 2000, caracterizado por la hegemo- subvertir las relaciones de poder. En este trabajo nía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), in- obviaremos la descripción del sistema de poder formal cluía la celebración puntual de elecciones presidencia- de México para concentrarnos en la lógica simbólica les. Dichas elecciones tenían, desde el punto de vista informal que se desprende de su cultura. de sus resultados, un carácter ocioso: de antemano se Para ello, utilizaremos información etnográfica obteni- sabía con total certeza que el ganador sería el candi- da durante la campaña electoral de Carlos Salinas de dato del PRI. Sin embargo, en cada una de esas oca- Gortari (1987-1988). Si bien aquellas elecciones termi- siones dicho candidato realizaba una campaña electo- naron por transformar la naturaleza del régimen políti- ral por todo el territorio nacional, movilizando a un ejér- co, y en el corto plazo representaron los peores resul- cito de militantes, activistas y políticos de todos los ni- tados que un candidato priista había obtenido hasta * Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas – UNAM. Tomo I Actas del 6º Congreso Chileno de Antropología Conferencias 17 entonces, es posible afirmar que la campaña se realizó Por otro lado, el mismo PRI se integraba, a la manera bajo la idea de que las elecciones no pondrían en ries- de un labour party, por tres poderosas confederacio- go la dominación del PRI (aunque tal idea haya proba- nes de trabajadores que incluían a la mayor parte de la do ser falsa), y por lo tanto siguió el formato que había clase obrera organizada, la totalidad de los campesi- prevalecido durante décadas. nos con propiedad colectiva de la tierra, y a un gran El trabajo inicia describiendo las características forma- número de sindicatos de las «clases medias», como les del sistema político mexicano, que lo asemejaban los de maestros, médicos del seguro social y burócra- al modelo norteamericano de limitación del poder tas. En principio, este alto grado de organización per- (checks and balances); continúa con una caracteriza- mitía a los intereses así representados hacer valer sus ción de la cultura política clientelar prevaleciente y cómo derechos desde una posición privilegiada. ésta conducía en los hechos a un resultado contrario al A pesar de estas características, en los hechos el siste- prescrito por la norma formal: esto es, la concentración ma político operaba de manera autoritaria, destacando del poder en la figura del presidente (el Gran Patrón de el enorme poder concentrado por el presidente de la la estructura política). A continuación, se presenta la República, cuyo mandato se ejercía sin la resistencia importancia que, en términos sistémicos, tenía la cam- permitida por la división de poderes ni la oposición so- paña electoral, a partir de los hallazgos obtenidos la cial esperable durante los períodos críticos de las dis- investigación de campo. tintas etapas del desarrollo. Buena parte de la distan- cia observable entre el país FORMAL y el país REAL Sistema formal: Democracia con se debe a los comportamientos informales que ocurren por debajo de la estructura formal y que a la vez la división de poderes transforman y la adaptan a las características de la cul- Desde el punto de vista de las reglas constitucionales, tura mexicana. durante todo el período que va de la fundación del Par- tido Nacional Revolucionario (antecedente del PRI) en Sistema de partido hegemónico 1929, hasta que el PRI perdiera por primera vez la pre- sidencia en 2000, el sistema político mexicano tiene Aunque las elecciones tenían una apariencia competi- algunas de las características de toda democracia pre- tiva, con varios partidos apareciendo en la papeleta, en sidencial. En particular, existía un sistema multipartidista la realidad sólo el PRI, tenía garantizado el triunfo. En- con elecciones periódicas ininterrumpidas y una estruc- tre 1946 y 1985, adjudicándose solo unas pocas tura de división de poderes que separaba a los órga- senaturias en favor de la oposición y siempre había nos ejecutivo, legislativo y judicial. La diferencia más triunfado en todas las elecciones para gobernador y importante con respecto al modelo democrático era la presidente del país. La oposición tenía un lugar subsi- imposibilidad de que ocurriera una alternancia del par- diario, además de estar dividida entre partidos anti ré- 2 tido en el poder. gimen y partidos aliados al PRI. La Constitución política de 1917 establece una forma Esta particularidad hizo de México una especie de hí- de gobierno presidencial «pura» en la conformación del brido conformado por instituciones democráticas y prác- 3 poder Ejecutivo. Esto significa que 1) la población elige ticas autoritarias. Lo importante a este respecto es que, al presidente y al Congreso por separado; 2) ambos a pesar de la presencia de partidos de oposición, la son electos para un período fijo, de tal forma que el posibilidad de alternancia en el poder no era una posi- Legislativo no puede interrumpir el período presiden- bilidad contemplada por los actores políticos relevan- cial con un voto de desconfianza ni el presidente pue- tes. Para efectos de la política práctica, los partidos de de disolver al Congreso para convocar a elecciones oposición no tenían incidencia alguna. La política «im- anticipadas, y 3) el presidente tiene total libertad para portante» no ocurría, como en una democracia, en la nombrar y remover a los miembros del gabinete política interpartidista, sino en la intrapartidista. Desde (Shugart y Carey, 1992: 19). Ajustándose a este mode- la fundación del partido oficial, y hasta la elección de lo, el presidente mexicano es electo cada seis años por 1988, los principales factores de perturbación habían voto popular directo y designaba y removía a discre- sido producto de escisiones al interior del bloque en el 4 ción a los secretarios de Estado, los jefes de Departa- poder. El PRI tenía control sobre los gobiernos estata- mento Administrativo1 y el procurador general de la les y las cámaras del Congreso, a la vez que las gran- República (Carpizo, 1978: 117-8). des organizaciones de trabajadores estaban integra- 18 Tomo I Actas del 6º Congreso Chileno de Antropología Conferencias das. Esto daba al partido y a sus diversos líderes la mientras que recibe de sus clientes trabajo y adhesión capacidad para resistirse a las decisiones que, en de- política. Para las personas involucradas en la relación terminado momento, fueran en contra de sus intere- patrón-cliente, este intercambio es una suerte de me- ses.