Hacia Una Revisión De La Poesía Posmodernista Femenina En El Uruguay (En Su Primera Época)
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‘1<? * 5 3~9 6587 86 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE Carlos María Murciano Mainez Hacia una revisión de la poesía posmodernista femenina en el Uruguay (en su primera época) Arcbiñ Tesis dirigida por la Doctora D’ Rocío Oviedo Pérez de Tudela ‘E A mis padres. A Carmen. Por su fe de siempre. Una mujer que escribe poesia sabe más de los hombres que de amor. LAURA DE COLLOVI PARTE 1 Memoria 2 1. En el presente estudio, nos proponemos abordar una serie de referentes propios de la lírica uruguaya escrita por mujeres desde los albores del novecientos. En principio, el feminismo de estas poetisas resulta paradi~ático. Maria Eugenia Vaz Ferreira, Luisa Luisi, Delmira Agustini y Juana de Tbarbourou, enfrentan su esto personal y literario a un mundo dominado por ]~ ‘eterno varonil”. Son las primeras en hacerlo, y, a la postre, ninguna de elias va a salir indemne de su presunta rebeldía. Son cuatro espíritus aislados, a pesar del forzado reconocimiento que les han de profesar sus coetáneos, y ese mismo aislamiento es el que las lleva a crear un mundo persona] y restringido, a] margen de convenciones sociales o de tendencias literarias propias de la época. En este mundo personal e intimo solamente tiene cabido el Yo de cada una de ellas, transido de sus convicciones y de sus circunstancias intimas. Este principio conlleva un segundo motivo diferenciador, y es el de que ellas se tienen por raza aparte, superior a los que comparten su cotidianeidad. Como vamos a constatar a lo largo del presente estudio, todas ellas toman conciencia de su identidad, la cual va a aconvertirse en raíz y origen de su producción global.2 Tal sentimiento de superioridad, las conduce al desprecio del varón como ser preponderante por decreto atávico. Elias necesitan a] hombre como instrumento para satisfacer sus afanes mmediatos, su legítima vanidad. En la actitud exterior que manifiestan, alcanzamos a adivinar su displicencia insita, cuya consecuencia es el drama compartido: En efecto, sólo una de nuestras cuatro poetisas, Juana de Ibarbonrou, permite entrever en su canto un amor humano, real, tangible, cotidiano, yno en toda su extensión, puesto que en ningún momento ese ser se perfila como individual y exclusivo, sino genérico y transitorio. Por su parte, Delmira Agustiní ~ura unos cuantos meses de matrimonio antes de volver a refligiarse en la casa materna. Semanas después de la En este sentido. ~‘ teniendo en cuenta la cronología de nuestras cuatro poetisas y de su obra, buena parte de ésta podría haberse encuadrado bajoel epígrafe de “paramodemista”, dado queel modernismo como tal, silo tocan, es siempretangencialmenle. 2 A este respecto, vid, prólogo de Magdalena Gardas Pinto en su edición de las Poesias Completas de Delmira Agustini. Editorial Cátedra, Madrid, 1993. pp.. 25v ss, 3 separación, morirá asesinadapor el que aún es su marido. Y María Eugenia Vaz Ferreira y Luisa Luisi mueren sin haber merecido siquiera el desengaño del conocimiento. En consecuencia, la tragedia de estas poetisas toma cuerpo. Es la hora de la maternidad frustrada, de la estirpe imposible.3 De nuevo, Juana de Ibarbourou es la única excepción, puesto que habrá de concebir un hijo. Las otras tres fecundan lo mejor de su literatura por su imposibilidad de fecundar una estirpe sublime, reflejo de sus más íntimas ensofiaciones. El contenido natural de esta poesía, pues, es espontaneo y ciertamente preciso en cuanto a su pretensión. La aptitud expresiva, en cambio, no se corresponde. Tengamos en cuenta la dificultad de nuestras escritoras en su propósito de alcanzar un nivel académico conveniente. Su calidad literaria contrastada con el paso de las décadas no proviene tanto de la maestría adquirida, a todas luces insuficiente, como de esa potente intuición creadora que suele cifrarse en la inspiracion. Ellas prueban a ejercitarse en el verso, la dma y el ritmo que auspicia la escuela modernista, si con resultados, algunas de las veces, toscos e indefinidos. Hijas de su ingenio intenso y desmedido, no les resulta sencillo aprender el comedimiento formal de una u otra índole. Y necesanamente estas imperfecciones sellan de modo indeleble su destino de poetisas epocales, paradigmáticas, engendradoras de una cadena de generaciones cuyas componentes aprenderán de todos sus desaciertos, pero también de la actitud que adoptaron ante si mismas y ante los condicionantes adversos en que hubieron de crear y sobrevivir. Esta es la orientación que proponemos en la presente tesis, motivo por el cual hemos obviado, salvo en momentos puntuales, los aspectos formalesy rítmicas inherentes a nuestras poetisas, ya tratados previamente por otros estudiosos Gabriela Mistral, poetisa de la maternidad ymujer infecunda, acepta el drama con matices más amables que sus contemporáneas uruguayas. ‘4 2. “Escuche el mundo la voz de esta tribu indoamericana”3, escribió Emilia Ayarza, una poetisa colombiana nacidaen 1924 Resueltas, decididas, contrarias a] encorsetamiento que unas rígidas normas entonces no superadas y una época concreta imponian, ¿cómo aceptarían las escritoras que en el presente estudio tratamos esa denominación de su colega: “tribu indoamericana’? ¿Tribu Maria Eugenia Vaz Ferreíra, Delmira Agustini, Luisa Luisi. Juana de Jbarbourou? ¿Y por qué no? Querían ellas que el mundo escuchase su voz: poderosa, indócil, perturbadora, pero enamorada. Era otro temperamento el suyo, otra actitud, aunque a veces el afán de insurrección contra la pusilanimidad y la mojigatez se plasmara en el mero deseo de instalarse a solas en la tenaza de un café. “Si estuviera en Europa...”, diría Delmira Agusdni4. Ella adoró la locura del amante y le encanté su descaro; el mismo con que Juana de Ibarbourou se proclamaba libre, sana, alegre> juvenil y morena, e incitaba al varón a que la tomara en la hora temprana, acaso para que el tiempo no contase ni cortase su apasionada entrega. Dice Dolores Koch que estas mujeres irrumpen en las letras americanas como un torrente de agua clara.”5 Y es cierto: clara por lo espontáneo de su impulso, pero turbia porque en ella van sus anhelos inconfesables, sus deseos más hondos. “Y a mis manos largas se enrosca el deseo”, dice una de ellas6. No se trata sólo del deseo amoroso: lo es también de libertad, de lucha, de participación en lo que les corresponde debido a su condición de mujeres tocadas por la gracia de la creatividad. Volvemos al poema de Emilia Ayarza con el propósito de enlazar a nuestras poetisas: Nace Emilia Ayarza cuando muere María Eugenia Vaz Ferreira dicho queda: 1924. Y susversos nos valen, les valen. ‘AYARZA, Emilia. en su poema ‘Ambrosio Maíz, campesino de América India’. recogido por Ramiro Lagos en su antología Mester de Rebedia de la Poesia HispanoameriCana. Ediciones Dos Mundos. Madrid/Bogotá, 1973. pEZ La cita coinpleta y referencia sobre tal. imprecación implicita, la hemos transcrito en cl úttuno capitulo del presente estudio, “Síntesis integradora”. KOCH. Dolores: ‘Delmira. Alfonsina. Juana y Gabriela’. en Revista Iberomnericcma. nos. 132-133.julio-dicieinbre 1985, p.724. 6 IBARBOUROU, Juana de. “La Cita”, en Las Lenguas de Diamante. Recogemos el verso de sus Obras Completas. Editorial Aguilar. Madrid, 1953. p.29. 5 Querernos unimos confhndirnos repartirnos asimos, queremos besarnos apretarnos fornicamos estrecharnos.. Seguramente ellas los hubieran fimiado y aceptado como bandera. Una bandera al viento de los años, en la que se lee todo eso y mucho más. El impulso vitalizador de Rubén Darlo va a sacudir unos posos que amenazaban con estancar el fluir de la lírica hispánica. Europa, y más concretamente Francia, llega a América -y a España- a través de un verso privilegiado, en el que no cuentan las caldas que su propia abundancia, y aun su generosidad, provocan a lo largo de una obra que encierra titulos capitales, libros determinantes capaces de hacer girar la aguja de la poesía. La invitación del mexicano González Martinez a cambiar el cisne por el búho, la retórica bella por la profhnda serenidad, no altera la trayectoria del nicaragdense, capaz de colocar al búho en el lago y al cisne en la rama, con sólo proponérselo. El fúe de lo lúdico a lo fatal, a través de una senda por la que se adentraron los que le siguieron, aunque luego ellos mismos hicieran al andar caminos diferentes (Sirva, por único ejemplo, Juan Ramón Jiménez). La poesía posmodernista que escribieron estas cuatro mujeres uruguayas, tuvo en Rubén semilla, cuando no espejo, sin que en ningún caso se quedase en sus temas y en sus modos; antes al contrario, evolucionó al dúno vital de sus hacedoras, que le insuflaron su aliento, ya cálido y vibrante, ya apagado y nostálgico. Poesía, pues, la suya, una y diversa, tanto más cuanto más se prolongara su estar sobre la tierra. De los veintiocho ai3os de Delmira Agustini a los ochenta y siete de Juana de Ibarbourou, hay un largo tramo creacional que en el artista vivo suele desembocar en un proceso transformador y, naturalmente, cambiante, en el que nunca falta, cuando se AYARZA, Emilia. Op. cit.pp.112-l13. 6 trata de un auténtico creador, el hilo conductor que define y anuda y distingue, al cabo. Uno y diverso, sin duda alguna. Así el quehacer de estas cuatro mujeres con sitio cierto ya, si más o menos delantero, en la historia de la poesía de lengua espafiola. PARTE II El drama del ego, clave en la poética de María Eugenia Vaz Ferreira 8 1.- VIDA Y OBRA DE MARIA ELJGENL4 YAZ FERREIRA La vida y la obra de María Eugenia Yaz Ferreira discurren en una simbiosis constante y paradójica. Ambas confluyen en una sucesión de puntos delimitados por un inicio y un final diáfanos, dos composiciones distantes en el tiempo: “Triunfal” y “Unico poema”. La primera de ellas no sería recogida en La isla de los Cánticos,su antología esencial; lasegunda, si.