Brais D. Outes-León Yale University
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REVISTA DE CRÍTICA LITERARIA LATINOAMERICANA Año XLI, No 82. Lima-Boston, 2do semestre de 2015, pp. 95-116 LA GLORIA DEL SIMULACRO: ENRIQUE RODRÍGUEZ LARRETA Y LA TRADICIÓN CASTELLANA EN ARGENTINA Brais D. Outes-León Yale University Resumen Este ensayo analiza el importante papel desempeñado por el escritor modernis- ta argentino Enrique Rodríguez Larreta en la reivindicación de la herencia cul- tural castellana en el seno de la ola de simpatía hispanófila que produjeron el Desastre del 98 y los debates identitarios vinculados a la celebración del Cente- nario de la Revolución de Mayo. Larreta se propone crear una nueva argentini- dad de filiación castellana a partir de la reconstrucción de la herencia cultural española del Siglo de Oro. Este ambicioso proyecto estético de naturaleza pro- fundamente conservadora se plasma en su exitosa novela histórica La gloria de don Ramiro, concebida como un simulacro textual de naturaleza arcaizante que reconstruye la realidad histórica del reinado de Felipe II. Palabras clave: Larreta, modernismo, simulacro, identidad nacional, Argentina. Abstract This paper analyzes the central role played by Argentinian modernista writer En- rique Rodríguez Larreta in the vindication of the Castilian cultural heritage in early 20th-century Argentina. As part of the wave of hispanophile sentiment produced by the Spanish-American War and the debates on identity linked to the celebration of Argentina’s Independence Centenary, Larreta aims to create a new Argentinian identity of Castilian filiation based on the Spanish cultural heritage epitomized by Golden Age. This profoundly conservative aesthetic project finds expression in his successful historic novel La gloria de don Ramiro, conceived as an archaist textual simulacrum that reconstructs the historical real- ity of Phillip II’s reign. Keywords: Larreta, Modernismo, simulacrum, national identity, Argentina. “Todos los hombres son más o menos simuladores” José Ingenieros, La simulación en la lucha por la vida 174. 96 BRAIS D. OUTES-LEÓN “Y es que nosotros, a pesar de las aparentes diferencias, somos en el fondo es- pañoles” Manuel Gálvez, El solar de la raza 16. En 1933, la revista Caras y Caretas publicó un sugerente retrato conmemorativo del novelista Enrique Rodríguez Larreta como par- te de la celebración del vigésimo quinto aniversario de la publica- ción de La gloria de don Ramiro: una vida en tiempos de Felipe II (1908, ver imagen 1). Adornado con un elaborado marco arcaizante y bla- sonado con un rimbombante escudo de armas flanqueado por dos espadas de su propiedad que –supuestamente– habían servido de inspiración durante la escritura de su novela histórica sobre la Espa- ña de finales del siglo XVI, este retrato del escritor argentino nos recuerda enfáticamente que el autor de La gloria era en los años 1930 una de las figuras literarias más prestigiosas del panorama literario latinoamericano1. El prestigio del que disfrutaba este antiguo profe- sor de historia del Colegio Nacional de Buenos Aires perteneciente a la más selecta oligarquía bonaerense, estaba cimentado mayormen- te en la publicación en Madrid en 1908 de su famosa novela históri- ca. Aunque hoy en día la obra de Larreta es apenas estudiada por la crítica, La gloria fue acogida con entusiasmo por la intelectualidad española –como demuestran las positivas recensiones de Emilia Pardo Bazán, Miguel de Unamuno y Ramiro de Maeztu (Homenaje 27-32, 66-79, 153-156)–, y se convirtió rápidamente en la novela modernista más exitosa y en una de las primeras novelas latinoame- ricanas en alcanzar fama internacional. Su traducción al francés a cargo de Remy de Gourmont en 1910, gracias a la amistad de Larre- ta con el escritor francés Maurice Barrès, permitió su difusión litera- ria desde París al resto del continente, siendo traducida al holandés, portugués, ruso, inglés, alemán, italiano y serbio entre 1911 y 1932. 1 La bibliografía crítica sobre La gloria es bastante limitada. Cabe destacar los estudios históricos de Raimundo Lida (1936), Amado Alonso (1984) y An- dré Jansen (85-141); el excelente ensayo de Juan Carlos Ghiano (1968); el tra- tamiento crítico de la novela en el contexto de la novela modernista por parte de Aníbal González (41-52, 165-175); los ensayos publicados con motivo del primer centenario de su publicación compilados por Barcia; y la discusión de la novela por parte de Alejandro Mejías-López en el contexto de la recuperación de la tradición del Siglo de Oro en el modernismo (175-179). LA GLORIA DEL SIMULACRO: ENRIQUE RODRÍGUEZ LARRETA 97 Figura 1. Retrato de Enrique Larreta en “La tierra de don Ramiro”. Caras y Caretas (14/10/1933). Sin paginación. Aunque en primera instancia pueda parecer una frivolidad, este retrato marcadamente arcaizante, publicado en una de las revistas contemporáneas de mayor difusión, nos desvela la importancia que adquiere Larreta en la revalorización de la tradición y cultura caste- llanas en el imaginario colectivo argentino de los años 1930. Inmer- so en la ola de simpatía hispanófila que produjo en toda América Latina la derrota de España en el Desastre del 98 y los debates iden- 98 BRAIS D. OUTES-LEÓN titarios a que dio pie la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo en 1910, Larreta se embarcó, con la publicación de La glo- ria, en una particular cruzada personal en pos de la recreación de la tradición española como cimiento de una nueva identidad nacional argentina de filiación castellana. Larreta va, sin embargo, más allá de una simple vindicación discursiva de la tradición castellana. Partien- do del concepto del simulacro, en este ensayo analizaré cómo, ani- mado por proyecto estético-ideológico profundamente conservador, Larreta se propuso fundar una nueva argentinidad a partir de la re- construcción discursiva y material de la tradición castellana del Siglo de Oro en la Argentina del siglo XX. Con la publicación de La glo- ria, Larreta recreó discursivamente la España del siglo XVI con un simulacro textual de naturaleza claramente arcaizante. Sin embargo, no contento con capturar el imaginario colectivo de su época con su novela histórica, Larreta aspiró a convertir su propia vida en una ex- tensión performativa de su proyecto estético. Concentrando mi aná- lisis en la representación de Larreta en Caras y Caretas, mostraré có- mo a través de su labor como coleccionista de arte y mecenas de la arquitectura neo-hispánica, Larreta aspiró a transformar performati- vamente su propia vida en una encarnación quijotesca de la nueva argentinidad por él propugnada, en un simulacro de carne y hueso de la tradición castellana. Basada en importantes investigaciones historiográficas y docu- mentales, Larreta concibió La gloria de don Ramiro como una recons- trucción meticulosa y virtuosamente erudita del ambiente y la vida de la España de los Habsburgo. A partir de un detallado conoci- miento histórico de las condiciones sociales, económicas y religiosas que determinaron el reinado de Felipe II, la novela narra las tribula- ciones y aventuras de don Ramiro, un hidalgo castellano de origen mestizo y oriundo de Ávila que se debate constantemente entre su vocación militar y religiosa. Sumido en un continuo estado de pos- tración meditabunda, don Ramiro es una suerte de héroe diletante finisecular traspuesto al universo histórico del siglo XVI, continua- mente suspendido entre la carnalidad y la espiritualidad, la tradición cristiana y musulmana, las armas y las letras, la renuncia al mundo y LA GLORIA DEL SIMULACRO: ENRIQUE RODRÍGUEZ LARRETA 99 la gloria, etc.2. Tras observar, desengañado, el fracaso de todos sus proyectos vitales, don Ramiro acabará por emigrar a América. En el Perú, será salteador de caminos antes de alcanzar la redención tras un fugaz encuentro con Santa Rosa de Lima y morir como un már- tir al sustituir a un indio en los trabajos forzados de una mina. En esta sinuosa narración de tintes folletinescos llena de personajes ar- quetípicos de clara dimensión simbólica, Larreta tematiza los pro- fundos conflictos sociales y religiosos que bullían en el seno de una sociedad aquejada de una profunda crisis económica que resultaría en la quiebra técnica de la Corona y la pérdida gradual de la hege- monía militar española bajo el reinado de Felipe III. Encuadrada dentro de lo que Aníbal González ha definido como el germen de una “‘teología nacional’ pan-hispánica” (167) en el seno del modernismo, la novela de Larreta muestra claras conexio- nes con la visión de la tradición española expuesta por Rubén Darío en sus crónicas sobre España para La Nación de Buenos Aires (1899) recopiladas posteriormente en España contemporánea (1901). Aunque existían antecedentes modernistas anteriores, en esta bri- llante colección de textos periodísticos, el poeta nicaragüense elabo- ra una programática recuperación de la tradición cultural española y del Siglo de Oro como el fundamento histórico de una tradición e idealismo panhispánicos capaces de contrarrestar la pujanza mate- rialista y geopolítica de los EEUU en América Latina3. Aún recono- ciendo la base histórica de la llamada “leyenda negra,” en su para- digmática crónica “La Pardo Bazán, en París” (10 de abril, 1899), Rubén Darío reivindica fervorosamente la “leyenda áurea” de una 2 González interpreta la dimensión diletante de don Ramiro como la marca del intelectual finisecular y su evolución del hombre de letras al intelectual de corte americanista (44), mientras que Ghiano ha sugerido la conexión entre don Ramiro y los protagonistas de la novela decadentista latinoamericana (41). 3 Con anterioridad a España contemporánea, entre los textos modernistas que vindican el Siglo de Oro español destacan los artículos de José Martí sobre el centenario de Calderón (“Homenaje a Calderón” y “Centenario de Calderón”, 1881) y el ensayo histórico-literario de Julio Herrera y Reissig “Conceptos de crítica” y su vindicación de Góngora en la genealogía de la modernidad (1899). En el caso de Darío, ya en su ensayo “La literatura en Centro América” (1888) subraya la importancia de la literatura barroca como fuente de expresión litera- ria hispánica (208).