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Nosferatu. Revista de cine (Donostia Kultura)

Título: En busca de la magia perdida: las películas de George Pal

Autor/es: Palacios, Jesús

Citar como: Palacios, J. (1994). En busca de la magia perdida: las películas de George Pal. Nosferatu. Revista de cine. (14):90-99. Documento descargado de: http://hdl.handle.net/10251/40893

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Entidades colaboradoras:

C 011 destino a la Luna (D estinarion Moon, 1950), de frl'ing Pichel

i :t En busca 1 ' de la magia perdida: las películas de George Pal Jesús Palacios

veces me pregunto por culto, nos ciegan a veces ante Jo Su sello, que implicaba también qué los aficionados al evidente. Desde que, en 1950, una clara fi losofia del género Acine fantástico somos tan George Pal se hiciera cargo de la fantástico, competía con el de injustos. Llevamos años erigien- producción de Con destino a Ja y tan sólo le hacía do altares a , a Luna (Destination Moon, Ir­ sombra el del mismísimo Cecil , a Jos filmes ving Pichel), hasta fmales de los B. DeMille. ¿Es quizá por eso de la Hammer, y hasta a extrañas años 60, algunos de los mejores por lo que fanzines y revistas es­ figuras como los temibles Bert l. filmes de fantasía y S. F. de to­ pecializadas le han desterrado de Gordon o Bruno VeSota, y no dos los tiempos se debieron a su sus páginas, en beneficio de las hemos dedicado ni una sola línea propio y personal concepto del más oscuras B-Movies? No lo sé, al que quizá sea el verdadero pa­ cine fantástico. Durante más de pero una cosa está bien clara: dre del cine moderno de ciencia­ una década, el nombre de Pal en todo panorama del cine fantásti­ ficción. Nuestras ansias inconfe­ la producción de una película co que no tome en consideración sas de elitismo, de pescadores de significó calidad, sentido de la la importancia de George Pal y perlas en el basurero de la Serie maravilla, espectacularidad y sus producciones, estará tan in­ B, de creadores de películas de sorprendentes efectos especiales. completo como si en el futuro el nombre de Spielberg -qUiza, tando con cerca de doscientos nos filmes con muñecos o ma­ como veremos, su más directo colaboradores y técnicos, Pal rionetas, George Pal iba a ser heredero- quedara enterrado comienza su imparable canera prácticamente el ptimer anima­ bajo los de Charles Band, Stuart como animador, convirtiéndose dor tridimensional en América, Gordon o la Troma. Sin querer en el realizador de publirepmta­ capaz de hacer la competencia a faltar a nadie. jes más solicitado de Europa. las Silly Symphonies de Disney o a los cartoons de Tex Avety, con Y George Pal podría haber sido, A esta época pertenecen cotto­ sus entrañables . Esta simplemente, un actor húngaro metrajes tan sofisticados como capacidad para competir e inclu­ de seg¡.mda fila, de no ser porque La nave de éter (1934), realiza­ so superar al dibujo animado era la tradición familiar no llegó a do a base de miniaturas de vi­ producto directo del innovador influirle lo suficiente. De hecho, drio y cristal; El programa de esfuerzo técnico de Pal, que ha­ trató de apartarse lo más posible radio de Philips ( 1938) y La bía cristalizado en su peculiar de las bambalinas teatrales -las cabalgata de Philips ( 1939), sistema, patentado y conocido mismas que sedujeron a su com­ o su exquisita versión de La Be­ como Dynamation Pal (1). Este patriota Bela Blaskó, alias Bela Ua Durmiente ( 1939). Poco a sistema, muy similar en sus pre­ Lugosi-, licenciándose en Arqui­ poco, Europa se va quedando supuestos básicos a la Stop Mo­ tectura por la Academia de las pequeña para George Pal, quien, tion utilizada por Willis O'Brien Artes de . Su habilidad jtmto a su esposa, decide dar el y, posterionnente, por su alum­ en el dibujo, así como en el dise­ salto a Hollywood, donde su no Ray Harryhausen, consistía ño de planos y edificios, no le fama como animador es ya bien en animar los mui'iecos fotogra­ iba a proporcionar ningún traba­ conocida. ma a fotograma, haciendo una jo como arquitecto, pero sí iba a toma de cada movimiento, pa­ influir notablemente en su pos­ A finales de 1939, y sólo dos rando, moviendo de nuevo el terior producción cinematográ­ meses antes de que Holanda sea muñeco, y volviendo a filmar. Y e :J , fica, en su obsesión por el deta­ invadida por las tropas alema­ así, sucesivamente. Pero a este 1 1 lle, por dibujarlo todo, y por di­ nas, el matrimonio Pal se instala procedimiento, trabajoso y len­ L:rJ señar personalmente máquinas y en Hollywood, donde Pal es fi­ to, Pal añadió una innovación 1~ edificios. chado por la Paramount para crucial: después de dibujar pre­ producir una serie de cortome­ viamente cada movimiento de e :J Empleado en una importante trajes protagonizados por muñe­ un personaje, hacía fabricar las ;:e-- agencia publicitmia, se inicia en cos tridimensionales, siguiendo partes móviles del mismo en to­ el mundo del cine a través de la el estilo de los que ya había rea­ das y cada una de sus posiciones :rj confección de anuncios para las lizado en Europa, pero ahora correspondientes, y así, entre fo­ salas de exhibición. Pero pronto bajo una denominación común tograma y fotograma, iba susti­ e :J se aburre de emplear las técnicas para todos sus personajes, un tuyendo unas por otras, en su or­ e :J convencionales del dibujo ani­ nombre que les haga más popu­ den lógico, consiguiendo aho­ e ~ lares entre el público. Después rrar tiempo y acrecentando el mado y, tras pedir el permiso de 1~ sus jefes, introduce objetos tridi­ de varios intentos -entre ellos al­ realismo de los movimientos. mensionales, animados fotogra­ gunos tan desafortunados como Naturalmente, esto exigía tam­ ma a fotograma, y dotados de el nombre de los Tarambaras-, bién un trabajo asombroso, pues características humanas e indivi­ nacen por fin los Puppetoons, cada personaje tenia más de cien duales. Su famoso anuncio de destinados a fascinar a toda una cabezas con expresiones ligera­ cigarrillos, en el que éstos bai­ generación de niños y adultos mente distintas, más de cien pa­ lan, se retuercen y se convier­ entre 1941 y 1947. res de piernas en posiciones di­ ten literalmente en personajes, ferentes, etc., etc. Posteriormen­ obtiene un éxito sin preceden­ Llegados a este punto, conviene te, para sus películas de "imagen tes, y le decide a dedicarse de añadir algo sobre el estado del real", Pal añadiría efectos espe­ lleno a la animación, realizando cine de animación en Holly­ ciales a base de miniaturas y ma­ cortometrajes de muñecos cada wood, por aquellas fechas. Con quetas filmadas, con cámaras es­ vez más y más complejos. Al Walt Disney a la cabeza, seguido peciales, a velocidades superio­ poco tiempo, Pal recibe una por firmas como las de los Her­ res a la normal, convirtiéndose oferta imposible de rechazar: manos Fleischer, Walter Lanzo en un verdadero maestro en el trasladarse a Eindhoven, en Ho­ el vanguardista Stephen Bosus­ empleo de la fotografia ultrará­ landa, donde podrá disponer de tow, el dibujo animado predo­ pida, superando las 78 imágenes un estudio exclusivo para él. En minaba abiettamente sobre cual­ por segundo, infundiendo así a una vieja carnicería convertida quier otra técnica de animación. sus escenas de catástrofes y des­ en taller de animación, y con- Aunque se habían hecho algu- trucción un realismo nunca visto antes en el cine fantástico y de para lanzarse a la aventura del rados de la superficie lunar. Y es ciencia-ficción. largometraje. The Great Ru­ que lo que nunca dejará de sor­ pert (1949) mezclaba imagen prender de Con destino a la El caso es que, gracias a su Dy­ real con una simpática ardilla, Luna es el hecho de que, al con­ namation, los Puppetoons se estrella de circo y bailatina, con­ trario que en ocasiones posterio­ transformaron en todo un fenó• cebida enteramente como un pu­ res, George Pal sólo contaba meno nacional, con títulos ppetoon, y que llevaba la f011una para hacerla con un muy redu­ como Jasper and the Choo­ a Jimmy Durante dentro de la cido presupuesto. Así, todo el Choo (1942) y Jasper in a Jam tónica amable de una comedia equipo de producción tuvo que (1946); con el personaje de Mr. "a lo ", dirigida por agudizar su imaginación en bus­ Strauss, un simpático director de -quien interpreta­ ca de soluciones baratas y senci­ orquesta convertido en símbolo ba un pequeño papel en el filme­ llas a grandes problemas. Por de la resistencia europea antina­ y recibida con simpatía por pú­ ejemplo, la superficie de la zi, en Mr. Strauss Take a Walk blico y cótica. Un año después, Luna, que vemos en la última (1942) -como todos los cartoo­ el propio Pichel dirigía la pri­ pm1e del filme, era tan sólo un nistas de su tiempo, Pal colaboró mera incursión de George Pal en pequeño plató, y para crear el en el esfuerzo bélico con filmes la ciencia-ficción. necesario efecto de perspectiva, de propaganda como el citado, y Bonestell, a sabiendas de que en­ otros como Volverán a crecer Con destino a la Luna (Desti­ gañaba al público, diseñó un los tulipanes (1942), dedicado a nation Moon, lrving Pichel, suelo completamente agrietado, su patria adoptiva, Holanda-; 1950), marca una nueva etapa pintando las grietas -en realidad, con and the lnky no sólo para el cine de Pal, sino inexistentes sobre suelo lunar, Poo (1946), según la leyenda también para el género de cien­ como todos sabían muy bien­ afroamericana del hombre que cia-fi cción, que hasta entonces que se iban a ver en primer pla­ desafió a una máquina de vapor; no se había atrevido a ofrecer un no muy grandes, y haciéndolas y con Tubyy the Tuba (1947), intento serio de realismo en sus cada vez más pequeñas según se que sería una de sus creaciones conceptos y pretensiones. Te­ alejaban hacia el extremo del más populares; además de mu­ niendo a la lejana La mujer en plató, sobre cuya pared más leja­ chos otros cm1os animados, pro­ la Luna (Frau im Mond, 1928) na se colocaron pinturas mattes yectados como complemento de de Fritz Lang casi como único de grandes rocas, redondeando los grandes estrenos cinemato­ antecedente, Con destino a la el efecto de profundidad y dis­ gráficos. Luna pondrá de moda el tema tancia deseado. de los viajes espaciales y convie­ A finales de los años 40, apoyán­ ne recordar, especialmente para Para Pal, Pichel y Heinlein, Con dose en el éxito de sus puppe­ aquellos que piensan que 2001, destino a la Luna no era cine toons, que le habían propor­ una odisea del espacio (2001: fantástico, sino un género nuevo cionado un Osear Especial de A Space Odissey, Stanley Ku­ a medio camino entre la ciencia­ la Academia en 1943, "por el brick, 1968) es la primera pelí• ficción y e l docume ntal , el desarrollo de nuevos métodos y cula que contó con la directa Science Fact, y gracias a un fé­ técnicas cinematográficos", colaboración de un escritor de rreo control del diseño de pro­ George Pal estaba ya preparado S. F. , que Pal contrataría al ducción, un guión sobrio y propio Robert A. Heinlein para conciso, y un cuidado realismo colaborar en la adaptación de su en los detalles técnicos, la pelí­ relato Rocketship Galileo, con la cula no sólo conquistó a los afi­ consiguiente satisfacción de los cionados al cine de S. F., sino aficionados que, casi por vez que acaparó las primeras pági­ primera, se encontraban con un nas de re vistas científicas filme serio y digno dentro de su como Popular Mechanics o género favorito. Popular Science, influyó pode­ rosamente en el look de filmes Fue precisamente Robe rt A. posteriores con ínfulas de serie­ Heinlein quien presentó a Pal al dad, como Ultimátum a la Tie­ pintor e ilustrador Chesley Bo­ rra (The Day the Earth Stood nestell, uno de los primeros "ar­ Sti/1, Robert Wise, 1951) -por no tistas espaciales", que se conver­ hablar de la secuencia animada tiría en habitual colaborador de en la que el "Pájaro Loco" de MUNDOS CH Pal y quien se iba a encargar de Walter Lanz explica los princi­ &lor¡rar71élrnJmhr diseñar los impresionantes deco- pios básicos del viaje espacial, -~·-.. ··-· como cuarenta años después La guerra de los mundos unos simpáticos ADNs anima­ (The War of the Worlds. 1953 ). de Byron Haskín dos explicarán los principios de la clonación a los espectadores del Parque Jurásico (Jurassic Park, 1993) de Spielberg-, de­ mostró su carisma visionario cuando el hombre puso final­ mente su pie en la Luna, obtuvo el Osear a los mejores efectos es­ peciales -fim1ados por Lee Za­ vitz-, y lanzó definitivamente a Pal por los caminos de la cien­ cia-ficción durante los diez años siguientes.

Así, 1951 significa la consagra­ ción absoluta de Pal dentro del género con Cuando los mundos chocan ( When Worlds Collide, Rudolph Maté), para la que echó mano de nuevo de un clásico de la S. F. de la Era Pulp, publicado por vez p1imera en 1932 y escri­ to por y el astróno• mo Edwin Balmer. Aquí se con­ e ~ firman ya perfectamente las que L:r:J serán las constantes del "sello Pal" dentro del cine fantásti co y, ·~ especialmente, del de ciencia­ e ~ ficción: espectacularidad y "rea­ tal/ Total Recall, Paul Ver­ G. W ells antes que por Julio lismo", un empleo del technico­ hoeven, 1990. La influencia de Veme -los dos autores clásicos ::e---- lor siempre brillante y, sobre Pal en el género está aún muy del género que más veces serían :r:J todo, una visión humanista y lejos de haber sido calibrada en llevados a la pantalla en los años cristiana del género, que trata, su totalidad). Por otra parte, 50 y 60-; pero, sobre todo, es el e ~ con desigual fortuna, de congra­ Cuando los mundos chocan único filme de "invasores extra­ e ~ ciar Ciencia y Religión, Tecno­ sigue conformando el concepto ten·estres" que se planteó desde e ~ · logía y Naturaleza. La historia de "producto Pal", quien se jun­ la perspectiva de una superpro­ de la destrucción del mundo por ta aquí de nuevo con el artista ducción dirigida al público adul­ ·~ el choque con la estrella Bellus, como asesor to, abriendo el camino a las in­ y la lucha de unos cuantos técnico, y comienza su fructífera nun1erables Series B y Z que se­ cientos de supervivientes elegi­ relación con colaboradores que guirían explotando el tema du­ dos por llegar hasta el satélite llegarán a ser habituales durante rante el resto de la década. Si­ Zyra a bordo de un "Arca espa­ todo su periodo en la Para­ guiendo el ejemplo radiofónico cial", está llena de resonancias mount, como de , que tan buen bíblicas y teológicas, que alcan­ (cuyos efectos especiales, crea­ resultado le diera con la emisión zan su apoteosis final con el dos junto a Harry Bamdollar, de su célebre La guerra de los aterrizaje en el nuevo planeta obtend!ían un nuevo Osear) o mundos en 1938, Pal trasladó la destinado a la humanidad, un los disefíadores Hal Pereira y acción de la novela a su época y verdadero Edén, un Paraíso te­ Albert Nozaki. al escenario de California, con­ rrenal de colores pastel que po­ tando con un presupuesto de see todo el tono ineal de una La Guerra de los Mundos unos dos millones de dólares, la vieja estampa religiosa (los ma­ (The War of the Worlds, Byron cifra más alta invertida hasta niáticos de la iconografia de la Haskin, 1953), reincidirá nueva­ entonces en un filme de S. F., S. F. pueden comparar la últi­ mente en la visión filoreligiosa para conseguir los increíbles re­ ma escena de esta obra maestra que Pal tiene de la S. F., además sultados finales, que maravilla­ de Pal y el director Rudolph de ser la primera muestra de su ron al público de entonces y si­ Maté con el final de Desafio to- preferencia por el socialista H. guen haciéndolo hoy. Albert Nozaki se encargó de diseñar las la agonía final de éstos, víctimas ligrosas como la inmersión bajo impresionantes naves de guerra de "las más pequeñas criaturas hielo o el encadenamiento en lo marcianas (2), inspirándose en de Dios". El propio Pal se per­ al to de tm rascacielos. Los nú­ las formas amenazadoras y be­ mitió un pequeño "cameo" en meros de magia fueron rodados llas de la manta-raya marina, su más taquillera superproduc­ casi todos en tma sola toma, y mientras Maree! Delgado, que ción que es, a la vez, uno de Pal se negó a emplear efectos es­ había trabajado junto a Willis sus filmes de S. F. más clara­ peciales cinematográficos, con­ O'Brien en King-Kong (King­ mente "religiosos". fiando plenamente en la pura Kong, Emest B. Schoedsack y magia circense. Con todo, lo Merian C. Cooper, 1933), se Algo cansado, quizá, del género más impresionante de este entre­ ocupaba de conve1tirlas en con­ al que había dedicado sus tres tenido biopic son las últimas pa­ vincentes miniaturas, que se mo­ últimas producciones, en el mis­ labras de Houdini, en el momen­ vieran con realismo por entre la mo 1953 George Pal sorprende to de su trágica muerte: "volveré, impresionante y exacta maqueta al público con una alegre y fan­ si existe alguna forma de volver, del centro de . Pal tasiosa biografía del mítico volveré". Una vez más asoma el seguía contando con Bonestell Houdini, protagonizada por el sentimiento religioso y espiri­ para los "dibujos astronómicos" matrimonio de moda en Ho­ tual de Pal, que en tantos as­ y con Gordon Jetmings, quien, al llywood: Tony Curtís y Janet pectos coincidía con el del pro­ frente de un mm1eroso equipo Leigh. Como cabía suponer, Pal pio Houdini. de colaboradores, obtuvo un era un verdadero fanático del nuevo Osear a los efectos espe­ ilusionismo y la magia blanca La siguiente colaboración entre ciales. La eficaz dirección de -¿no son magia los FX, la anima­ Pal y el director Byron Haskin, en la que era su ción y el propio cine?-, y como iba a tener lugar, también, fuera primera colaboración con Pal, se tal, un enamorado del personi.Úe del cine fantástico propiamente v io reforzada por el brillante bigger than lije de Houdini, dicho, aunque, en honor a la ver­ empleo del sonido -comparable quien, además de ilusionista y dad, no se puede olvidar que al desatTollado años después por experto en las más increíbles Cuando ruge la marabunta Hitchcock y Bemard Herm1am1 fugas, fue a su vez amigo de H. (, 1954) fue en Los Pájaros (The Birds, A l­ P. Lovecraft, y un inquieto es­ realizada el mismo año que La fred Hitchcock, 1963)-, que ob­ píritu, relacionado personalmen­ humanidad en peligro (Tizem!, tendrian tan1bién su correspon­ te con el mundo del Ocultismo y Gordon Douglas, 1954), y en ple­ diente Osear, y de la música, el espiritismo. El gran Houdini no apogeo del cine de monstruos. compuesta por un habitual del (Houdini, 1953), fue dirigida Tomando como base un popular "equipo Pal", Leith Stevens. con agradable corrección por relato de aventuras de Carl Ste­ Aunque se usó parte del material George Marshall, poniendo én­ phenson, y combinándolo con desechado en Cuando los mun­ fasis en los aspectos más aventu­ una trama romántica y exótica dos chocan para las escenas de reros, arriesgados y sentimenta­ con ecos góticos a lo Bronte y Du masas, pocas veces consiguió les de la vida del gran mago, in­ Maurier, Haskin y Pal, ayudados Pal momentos tan escalofriantes terpretado con absoluta convic­ por la atractiva pareja protago­ como la visión de ese Los Ange­ ción por T ony Curtís, quien tra­ nista compuesta por Charlton les destruido por los invasores, o bajó sin doble en escenas tan pe- Heston y , consi­ guieron todo un clásico del cine de aventuras en technicolor, cu­ yas escenas con miles de honni­ gas arrasando y devorándolo todo, hombres incluidos, no pue­ den ser ignoradas por ningún buen aficionado al cine fantástico y de terror.

Pero se iba acercando el mo­ mento de volver a la ciencia-fic­ ción. En el mismo 1954, mien­ tras se gestaba la epopeya de Charlton Heston contra las hor­ migas caníbales, Pal se empe­ 1 conquista del espacio •1quesr of Space, 1955 ), zaba a mostrar interesado en de Bywn Haskin ___, _., llevar a la pantalla su novela fa- rita de Julio V eme: 20.000 Le- vo . . b . p as de vwje su maruzo. ero guWalt Qisney tamb"' 1en. R eum" dos varias veces en intimidad, Dis- ey y pal, que al parecer se pro­ ~e sabafl una sincera amistad des­ de la llegada a Hollywood del animador húngaro, llegaron a un acuerdo entre caballeros por el cual Disney, que había invertido ya y comenzado el rodaje del filme, terminaría su versión del clásico de V eme, mientras Pal se dedicaba a otros proyectos, sin celos ni rencor alguno. Algo que en estos tiempos, como recuerda el propio hijo de Walt Disney, Roy, parece imposible.

Olvidado, pues, Julio Verne -aunque la versión cinematográ­ fica de Disney y Richard Fleis­ cher se convertía mientras en todo un clásico, y conseguía el Osear a los FX que solía llevarse siempre Pal-, el productor hún­ e :::2 , garo decide transformarse él L::r:J mismo en un V eme de su tiempo, ·~ con una nueva incursión en el e :l Science Fact, que pretende reto­ • e mar el camino abierto cinco años antes por su propia Con destino grafía de Pal, y que perjudica americana de la serie televisiva ::r==- a la Luna. La conquista del es­ aquí la visión actual del filme, de­ Star Trek se retitulara como La pacio (Conquest ofSpace, Byron masiado naif en ocasiones (3). conquista del espacio; se trataba c---~:::2.... Haskin, 1955) tomaba su título Aún así, La conquista del espa­ de una maniobra comercial enfo­ de un libro de Willy Ley y Ches­ cio resulta, iconográficamente, cada a que el público identificara e :l ley Bonestell, y su fundamento un verdadero disfmte para el afi­ la serie con el éxito cinematográ­ • e del ensayo The Mars Project de cionado, pues sus imágenes y fico de Pal y By ron Haskin. Wemer von Braun, e intentaba efectos especiales, concebidos ser un retrato realista de la vida en por el mítico Jolm P. Fulton, re­ Tres años tardaría Pal en dar su si­ una estación espacial y de la lle­ sumen toda la ciencia-ficción es­ guiente paso decisivo. Por vez gada del hombre a Marte. Pronto pacial de la Era Pulp, pasando re­ primera, el productor decide aparece nuevamente el conflicto vista a todos los motivos clásicos convertirse en director de largo­ entre Ciencia y Religión, perso­ del género -lluvia de meteoritos metrajes, pero Jo hace con un tipo nificado ahora por la presencia de incluida-, y resultando especial­ de filme con el que está familiari­ un fanático religioso, de nombre mente memorable la escena del zado desde sus primeros tiempos Samuel, que intenta sabotear el entierro espacial, que, curiosa­ como puppeteer artesano: El pe­ viaje al Planeta Rojo, afmtunada­ mente, recuerda al entieiTO sub­ queño gigante (Tom Thumb, mente sin conseguirlo. Pal sigue marino de 20.000 leguas de via­ 1958), una versión animada del intentando el milagro humanista je submarino (20.000 Leagues Pulgarcito de los Hermanos de conciliar Técnica y Religiosi­ Under the Sea, Richard Fleischer, Grimm. Y lo hace también, en dad, planteando la aventura espa­ 1954 ), e inspiraría mucho des­ parte, por la dificultad que en­ cial como una forma de extender pués a Ni cholas Meyer el entieiTo cuentra para conseguir el respal­ la gloria divina, personificada en galáctico de Star Trek 11. La ira do económico necesario para ro­ el propio ser humano, por todo el de Khan (StarTrek JJ. The Wrath darla, pues ningún estudio se Sistema Solar. Una visión tan of Khan, 1982), según su propia atreve a hacer frente a los costes y blanca e ingenua como entraña­ confesión. No es casualidad, por riesgos de una producción pensa­ ble, que planea por toda la filmo- cierto, que la versión hispano- da, en un principio, sólo para m u- ñecos animados. Contrariado por más significativa para el cine duradera amistad entre actor y la falta de confianza de sus ami­ fantástico. La idea de Pal con director. gos de Paramount, Pal se traslada respecto al original de Wells es a Inglaterra, bajo los auspicios de muy clara: si La guerra de los Rodeado de su nuevo equipo de la MGM, con un presupuesto mundos había sido un filme colaboradores, entre ellos Gene muy bajo, y decidiéndose por la prácticamente de terror, El Warren, Wah Chang y Tim Barr combinación de animación e tiempo en sus manos iba a serlo (cuyos efectos especiales con­ imagen real. Con partitura de de aventuras, con una pizca de quistarían otro Osear para el "se­ Peggy Lee y Sonny Burke, con­ parábola social, respetando algo ll o Pal"), Pal se volcó plena­ tando con la jovial presencia de del carácter critico y pesimista mente en esta producción, ocu­ un perfecto como de la novela, aunque suavizando pándose personalmente de su­ Pulgarcito, y con la de los cómi• el cinismo de W ells hasta casi pervisar decorados, vestuario, cos británicos y Te­ hacerlo desaparecer. Para lograr color y guión, dibujando el rry-Thomas, pero gracias sobre su enfoque, en lugar de trasladar storyboard completo, usando de todo a los geniales muñecos crea­ la acción a la actualidad como nuevo viejas técnicas de fotogra­ dos y animados por sus nuevos hiciera en 1953, Pal conservó fía ultrarápida, y consultando colaboradores Gene Warren y una ambientación totalmente cada detalle tanto con el equipo Wah Chang, siempre bajo la di­ victoriana, incluyendo el diseño de FX como con el propio Ta­ recta supervisión de Pal, El pe­ Art Nouveau de la propia máqui­ ylor, viejo fan de la novela de queño gigante resulta todo un na. Por otro lado, para Pal el Wells, quien trataba, en sus pro­ éxito artístico y comercial, que verdadero protagonista de El pias palabras, de combinar el ca­ pennite a su director y productor tiempo en sus manos no era rácter altamente intelectual de reencontrarse con su papel de otro que el mismo Wells, lo que un brillante científico con el de animador, y desarrollar su afi­ insinúa de fonna sutil e indirecta un tipo atlético, fuerte y román­ ción al cine musical y a la come­ al colocar una placa metálica en tico, a la contra del clásico cien­ dia. Después de haber montado la máquina que reza "manzifac­ tífico despistado. satisfactoriamente todas las com­ tured by H. G. Wells", y de plicadas escenas de animación e acuerdo con esto su primera El siguiente filme de Pal es, sin imagen real conjunta -el pobre elección de actores se dirigió ha­ duda, una obra menor, pero tam­ Tamblyn se pasó todo el rodaje cia nombres como los de Paul bién un divertido peplum fantás­ hablando y bailando solo, para Scofield, Michael Rennie y Ja­ tico, basado en una novela de Ge­ ser después sobreimpreso junto a mes Mason. Fue sin embargo rald Hargreaves. El continente muñecos y personas-, Pal está quien, fascinado por perdido (Atlantis, the Lost Con­ dispuesto ahora a dirigir una nue­ los dibujos de Pal, aceptaria fi­ tinent, 1961 ), contaba práctica­ va aventura de ciencia-ficción. nalmente la película, imponien­ mente con el mismo equipo téc­ do su presencia mucho más ju­ nico que El tiempo en sus ma­ El tiempo en sus manos (The venil y atlética al reflexivo per­ nos, en el que destacaba nueva­ Time Machine, George Pal, sonaje "wellsiano". Todo un mente la presencia del jefe de ma­ 1960), marca el retomo de Pal a acierto del que naceria no sólo quillaje de la Metro, William la obra de Wells y el final de su gran parte del éxito del filme en­ Tuttle, cuyas criaturas animales­ etapa de los años 50, la mejor y tre el público, sino también una cas son lo mejor de este filme, en el que volvemos a encontrar el tema recurrente de Pal por exce­ lencia: Ciencia versus Natura, atmque en esta ocasión, el plan­ teamiento claramente B de la pe­ lícula, y su ambientación de puro peplum, eliminan cualquier in­ tento de dialéctica o ambigüedad, y la Naturaleza -léase Dios- casti­ gará duramente aJ malvado im­ perio tecnicista de Atlantis. A destacar el inconfeso homenaje a Wells y su La isla del Dr. Moreau, y el no muy logrado empleo de descattes remontados proceden­ 'El tiempO en Sli S IIIUIIOS (. tes del Quo Vadis? (Quo Vadis?, 1960). de George Pal Mervyn LeRoy) de 1951. El continente perdido (Atlt.mti s. tite Lo.H Comine/11, 1961 ), de George Pal

Era ya el momento de una nueva olvidables, como la del "temi­ gó nuevamente de la dirección• obra maestra. Una vez más, Pal ble" dragón al que se enfrenta y uno de los mejor acogidos por abandona la ciencia-ficción para Terry-'Thomas en El hueso can­ la crítica, resultó un fracaso tal volver al mundo de las hadas y tante, se deben casi por comple­ de taquilla que la MGM no vol­ de sus puppetoons, realizando to al talento de Chang, quien se vió a confiar nunca más en Pal, e ~ un proyecto con el que ya so­ esforzó en el diseño de un mons­ y ni siquiera llegó a estrenar la L:r:J ñaba diecisiete años antes de truo que resultara feroz pero sin película en algunos países -entre emigrar a Hollywood: fi lmar la llegar a asustar a los niños, Jo ellos España, claro-, enterrándo­ ·~ vida y obra de los hem1anos que solucionó cubriendo a la la en el baúl de los recuerdos de e ~ Grimm. Apoyado ahora por la bestia de fantásticos diamantes. la televisión. Basada en la dificil, MGM a nivel de superproduc­ satírica y extraña novela de >==--- ción, Pal escogió a Henry Levin Rodada en gran parte en escena­ Charles G. Fümey, El circo del :r::J -experto en cine fantástico que rios naturales alemanes, El ma­ Dr. Lao -por cierto, uno de los había trabajado ya junto a Ha­ ravilloso mundo de los herma­ clásicos de la literatura fantásti­ e ~ rryhausen e Irwin Allen- como nos Grimm (The Wonde1:ful ca moderna peor vendidos en ~ e1 e director de la parte biográfica, World of the Brothers Grimm, España, por si sirve el dato-, Pal reservándose para sí el dirigir y Henry Levin y George Pal, suavizó, como era su costumbre, supervisar los tres cuentos de 1962), sería el último éxito de la historia original, dotándola de hadas introducidos a lo largo Pal, la última ocasión en que el su propia filosofia del fantásti­ del filme. Si Con destino a la mago de la animación iba a po­ co, pero esta vez sin evitar al­ Luna había sido el primer filme der trabajar a sus anchas en el gunas escenas escabrosas que de S. F. realizado en technico­ cine, contando además con estre­ quizá no jugaron mucho en su lor, Pal vuelve a hacer historia llas internacionales como Lau­ favor, como el baile del dios del cine, con la primera película rence Harvey, Karl Boehm, Pan ante la recatada profesora rodada y proyectada en Cinera­ Claire Bloom, Osear Homolka y de escuela rural. El caso es que ma. Nuevamente nos encontra­ con viejos amigos como Terry­ esta sofisticada fábula, protago­ mos con los nombres de Gene Thomas, Russ Tamblyn e Yvette nizada por un inmenso Tony WaJTen y Wah Chang (este últi­ Mimieux; y dando rienda suelta Randall, que interpretaba a siete mo encargado de dirigir el cuen­ a su imaginación, su humor personajes distintos bajo el in­ to de El zapatero y los duendes, blanco y su pasión por el musi­ creíble maquillaje de Tuttle, en el que reaparecerían triunfal­ cal. quien dibujó cada personaje mo­ mente los viejos pero no olvida­ delando después el maquillaje dos puppetoons, en cuya anima­ Todo ello debido a un hecho tan sobre la afeitada cabeza de Ran­ ción colaboró esta vez el propio lamentable como incomprensi­ dall; apoyada por los efectos y David Pal, hijo de George) y ble: The Seven Faces of Dr. criaturas de Wah Chang y Tün Tim Barr, además del maquilla­ Lao (1964), quizá el filme más Barr, rodada en los escenarios dar William Tuttle. Escenas in- personal de Pal -quien se encar- naturales de Culver City, y en j cuya campaña de publicidad la monstruo del Lago Ness -que se ción de un maduro Byron Has­ Metro invirtió varios millones, convierte de inofensivo pececillo kin, resultan totalmente adultos, resultó total y absolutamente in­ en gigantesco sauiio al contacto violentos y terroríficos, sin con­ comprendida por un público con el aire, para volver a encoger­ cesión alguna. La historia de los acostumbrado a esperar de Pal se bajo la lluvia- o escuchado el dos telépatas -uno de ellos (Mi­ tan sólo agradables fantasías in­ discurso final del viejo doctor, chael Rennie) prácticamente un fantiles o grandiosos espectácu­ puede deducir por sí mismo de Serial Killer, y el otro miembro los de S. F. , en las que no había dónde han salido los famosos de un pequeño grupo científico que preocuparse por segundas Gremlins del dúo Spielberg/Joe (, aunque el lecturas o metáfora alguna. Dante. papel estaba pensado para Rod Taylor)- enfrentados a muerte, Sin embargo, aquí está el "todo Cuatro largos años tendrían que usando sus poderes psíquicos el Pal": magia, mitología, crítica pasar para que Pal volviera a uno contra el otro, no parecía humanista, una profunda religio­ contar con la MGM para un nue­ propia del viejo George. Con un sidad panteísta, humor blanco -y vo filme, esta vez de pura cien­ estilo de thriller implacable y no tan blanco-, conformando un cia-ficción sin concesiones, lejos lleno de suspense, la última cola­ retrato de su autor inequívoco y de los presupuestos futuristas y boración Haskin/Pal parecía preciso. Bajo las máscaras de Lao, optimistas de los años 50, de la mostrar la amargura y el pesi­ el sabio y maliciosamente bonda­ ingenuidad de sus años dorados mismo que se había adueñado doso doctor amarillo, se esconde como productor, de la especta­ del viejo maestro de la anima­ el rostro del propio Pal, siempre cularidad de sus superproduc­ ción. Naturalmente, el filme re­ dispuesto a ver la magia inteiior ciones efectistas. Y no es que El sultó un relativo fracaso, en gran en todo y en todos. Quizá, entre poder (The Power, Byron Has­ parte debido a la insuficiente los pocos niños que captaran al kin, 1968) carezca de los habi­ distribución que la desconfiada verdadero Dr. Lao estuviera Ste­ tuales y excelentes FX de la ca­ MGM hizo de él, y sólo el paso ven Spielberg, pues cualquiera sa, sino que su guión y enfo­ del tiempo acabaría elevándolo que haya visto las escenas del que, apoyados en la eficaz direc- a obra de culto, especialmente a partir de su "redescubrimiento" como antecedente más que di­ recto del Scanners (Scanners, T 1980) de David Cronenberg.

Los años que siguieron a este úl­ timo fracaso comerc ial serían amargos para Pal. Considerado por los gigantes de la industria hollywoodiense como un hom­ bre de otro tiempo, anticuado y capaz tan sólo de producir un fracaso tras otro, ninguno de sus proyectos posteriores a El po­ der sería tomado en serio. En el tintero, o en sus carpetas de di­ bujos, quedaron historias como la de una especie de Howard Hugues instalado en Las Vegas del futuro próximo o una segun­ da parte de El tiempo en sus manos, en la que quería reunir de nuevo a Rod Taylor y a Yvet­ te Mimieux interpretando a sus viejos personajes. Sólo pocos años antes de su muerte, en El maravilloso mundo 1975, la Wamer Bros. confió en ~e los hermanos Grimm George Pal y en su proyecto de rhe WondeJful World of llevar al cine las aventuras de the Brothers Grimm, 1962), de Hemy Levin Doc Savage, el héroe pulp crea­ y George Paf do en los años 30 por bajo el pseudónimo de The Seve11 Faces Kenneth Robeson, iniciando una of Dr. Lao (1964). prometedora serie cinematográ­ de George Pal fica -o televisiva, según se ter­ ciara- similar a la de James Bond. Doc Savage: The Man of Bronze, dirigida por Michael Anderson, adaptaba con fideli­ dad la primera novela de la serie, respetando su época y ambiente. Doc estaba interpretado por el entonces popular Ron Ely, que había encamado a Tarzán para la televisión durante años; los efec­ tos especiales eran sencillos pero eficaces... pero de nuevo Pal no aceitó en su enfoque hacia el es­ pectador. Si The Seven Faces of Dr. Lao y El poder habían sor­ prendido -desagradablemente a los estudios y al público mayori­ nitivo fracaso de Doc Savage: gión mistérica que ambos han tario- por su profundidad y se­ The Man of Bronze. Y después profesado siempre en secreto, riedad, y hasta por cierto pesi­ de muerto, los aficionados, los cada uno en su propio tiempo. mismo, Doc Savage: The Man faneditores y críticos especiali­ of Bronze decepcionó por utili­ zados, le condenamos a una se­ zar un sentido del humor abier­ gunda mue rte, sin dedicarle NOTAS e J tamente ingenuo y camp, en una prácticamente ni una sola línea. L:rJ línea muy próxima a la del Bat­ Quizá tan sólo porque hacía un l. La patemidad del sistema Dynama­ man televisivo de los 60, cuan­ cine blanco, espectacular, lleno rion provocó numerosas discusiones '...... ---: do los aficionados -excitados de color, inocencia y pura ma­ en su tiempo, y aun hoy sigue sin e J estar del todo clara. Motivo por el que • t por la gran campaña publicitaria gia. Un cine de S. F., fantasía y Pal patentó su propia versión perso­ :.:r--==- desplegada a través de los co­ animación, inteligente, adulto y nal del mismo, aunque eliérmino Dy­ mics y revistas Marvel- espera­ hasta irónico, pero nunca per­ namation siguió siendo utilizado por :rj ban algo así como un fi lme­ verso, siniestro u oscuro -como otros animadores como Harryhausen. 1 Bond en toda regla. Aunque vis­ lo eran el de Corman o Jack Ar­ En cualquier caso, como se indica c,.--J.... ta hoy Doc Savage: The Man nold-, y por lo tanto, condenado con anterioridad, el fundamento de J todas estas escuelas de animación y e of Bronze sea perfectamente a la incomprensión de muchos FX no dejó de ser la llamada Stop e ~ disfrutable, con su estil o autopa­ aficionados actuales, como al fi­ Morion. ródico, su humor -una vez más, nal de su vida lo estuvo por los '...... ---: blanco-, su banda sonora a base nuevos magnates de un Ho­ 2. El diseño de las naves de La gue­ de marchas de Sousa, y su estilo ll ywood menos enamorado de la rra de los mundos resultó tan afortu­ inequívocamente Pal, hay que fantasía y de la magia. Y, sin nado que éstas volverían a ser utiliza­ das por la Paramount. reconocer que en su día en·ó por embargo, no puedo dejar de completo de dirección, abortan­ pensar que, apenas seis años des­ 3. En honor a la verdad, la subtrama do la proyectada serie -en cuyo pués de Doc Savage: The Man que lastra gran parte de La conquista segundo título se anunciaba ya of Bronze, Steven Spielberg ga­ del espacio le fue impuesta a Pal por alegremente la colaboración de naría millones con En busca del la Paramount, contrariando sus de­ Philip J. Farmer en el guión- y arca perdida (Raiders of the seos de realismo y rigor científico. Pal nunca perdonaría a la Paramount Lost Ark, 1981 ), su propia ver­ dando el golpe de gracia a la ca­ esta intromisión y a raíz de ello aca­ rrera de Pal (4 ). sión de Doc, confirmando, a baría pasando a trabajar con la MGM. quien haya visto y sepa ver, que George Pal murió en 1980, a la Spielberg no se lo debe todo a 4. De hecho, el fracaso de Doc Sava­ edad de 72 años. Desde El ma­ Walt Disney, a quien tantas ve­ ge: The Man of Bronze fue tan gran­ ravilloso mundo de los herma­ ces se le compara, sino a George de que, durante años, los aficionados fuera de los USA no supieron si el Pal, de quien aprendió no solo a nos Grimm no había vuelto a filme había llegado a estrenarse, ni si tener ningún éxito en pantalla, y sorprender y maravillar, sino había sido realizado para el cine o la desde El poder, en 1968, no ha­ también a ejercer y mostrar la TV, caso de haber llegado siquiera a bía vuelto a rodar hasta el defi- verdadera magia del cine, la reli- terminarse.