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Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 1 Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 2 Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 3 Indios y cristianos • Cómo en México el Santiago español se hizo indio Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 4 Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 5 ARACELI CAMPOS LOUIS CARDAILLAC Indios y cristianos • Cómo en México el Santiago español se hizo indio EL COLEGIO DE JALISCO UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO EDITORIAL ITACA México, 2007 Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 6 INDIOS Y CRISTIANOS Cómo el Santiago español se hizo indio © D. R. Araceli Campos, 2007 © D. R. Louis Cardaillac, 2007 © D. R. Araceli Campos, por las fotografías © El Colegio de Jalisco, A. C. 5 de Mayo 321 45100, Zapopan, Jalisco © Universidad Nacional Autónoma de México, 2006 Coordinación de Difusión Cultural Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F. © David Moreno Soto / Editorial Itaca Piraña 16, Colonia del Mar 13270, México, D. F. Diseño de portada y de láminas interiores: Alejandra Torales Formación: Adriana Cataño / Alfavit ISBN 13: (El Colegio de Jalisco) ISBN: 10: (El Colegio de Jalisco) ISBN: 13: (Universidad Nacional Autónoma de México) ISBN: 10: (Universidad Nacional Autónoma de México) ISBN: 13: (Editorial Itaca) ISBN: 10: (Editorial Itaca) Impreso y hecho en México Printed in Mexico Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 7 Prólogo n lo que se conoce desde el V Centenario del Descubrimiento como “el Eencuentro de dos mundos”, importaron más la sexualidad y las creencias que las batallas campales, teatro de las apariciones prodigiosas de Santiago Matamoros. Aunque, bien pensado, el Apóstol sí ha tenido que ver con todos estos aspectos de las conquistas españolas en los muchos Méxicos indígenas preexistentes. Desde sir William Prescott y don Manuel Orozco y Berra, hasta Salvador de Madariega, José Luis Martínez y otros más recientes, la conquis- ta de México y la figura de Hernán Cortés han sido objeto de valiosos libros. El mestizaje biológico también ha sido explorado primero por don Angel Rosen- blat y después, contradictoriamente, por Woodrow Borah y su equipo, Aguirre Beltrán, Magnus Moerner, Guillermo Bonfil... Al estudio del sincretismo reli- gioso, un veterano de los estudios islámicos y santiaguinos, Cardaillac, aporta una piedra blanca. El libro que presentamos (más por amistad que por nece- sidad) viene a colmar una laguna, inexplicable laguna, dado que Rojas Garci- dueñas, Fernando Horcasitas, Roberto Ricard, López Austin y el autor de estas líneas, ya señalaron la importancia de la devoción a Santiago en México. Cre- cido número de historiadores ha estudiado la imagen sincrética de la Virgen de Guadalupe, desde Francisco de la Maza y Ernesto de la Torre. Como es natural, los conquistadores, el mismo Cortés y sus tenientes, oriundos de Ex- tremadura, tuvieron una devoción por la imagen “de bulto” de sierra de las Vi- lluercas. Pero como veteranos (o hijos de éstos) de la Reconquista peninsular sobre los moros, veneran por igual a Santiago Matamoros. El apóstol había sido nombrado por Jesucristo: Boanarges, esto es Hijo del trueno; así aparecía en su caballo blanco, blandiendo su espada fulminante, socorriendo las huestes • 7 • Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 8 8 INDIOS Y CRISTIANOS cristianas, según una tenaz leyenda que dejó incrédulo a un Bernal Díaz del Castillo. Los indios mexicanos no fueron menos desconcertados por los usos y las creencias de sus conquistadores españoles, que éstos en presencia de los mitotes, las pirámides, los tzompantli, la etiqueta del tlatoani, la homosexualidad institucio- nalizada, los baños rituales y los sacrificios humanos... Pasado el terror inicial, los indios empezaron a razonar y experimentar; se dieron cuenta de que los españo- les no eran de raza inmortal, de que sus venados (caballos) no eran dioses, de que las armas de fuego eran como cerbatanas, etcétera... Igual que los vencedo- res, los vencidos intentaron reducir la absoluta novedad mediante analogías; en el aspecto religioso también vieron significativos parecidos. Los indios mexicas, politeístas, tenían un panteón abierto, en el que incorporaban dioses nuevos cuya eficacia se había hecho patente en sus vencedores. En Santiago vieron a un Huitzilopochtli de procedencia oriental, un guerrero mítico venido de donde el sol sale al amanecer; pensaron que si lo naturalizaran se haría también invenci- ble. Así hicieron igualmente los incas del Perú, al identificarlo con su dios del trueno, Illapa, de donde nació la creencia híbrida en Santiago-Illapa. En las gran- des cosmogonías amerindias había una divinidad común, la diosa-madre, la Pa- chamama de los andinos, la Tonantzin de los mexicanos. Pero, igual que en el judeocristianismo, en la religión azteca había una pareja originaria, el principio dual, Ometéotl, el padre y la madre del género humano, esto es de los indios yuto- aztecas. Las sociedades humanas razonan en conformidad con sus propios mo- delos lógicos y míticos, proyectándolos sobre las otras culturas. El padre Sahagún ha comparado a Quetzalcóatl con “otro Hércules”; un anónimo Sahagún ha aso- ciado a Santiago con Huitzilopochtli. Y, según testimonio del cronista dominico Remesal, los indios, agudos observadores de las devociones de los conquistado- res, se persuadieron de que éstos adoraban al padre y la madre de la humanidad, “Santiago y María, su mujer”, a los que confundieron con Adán y Eva; si bien otros ignoraban “si Santiago era hombre o mujer”, según el mismo cronista. Con este malentendido fue planteado el escenario de “la conquista espi- ritual”, como la llamaron los primeros misioneros de las órdenes mendicantes, encargados por la monarquía española de esta ambigua misión, misionera e imperialista. Pero se inició subrepticia y simultáneamente, otro proceso, no pro- gramado, de “resistencia espiritual”. Sería poco equitativo decir que la evange- lización de México ha sido un fracaso, pero sería confiar demasiado en la propaganda fide afirmar que se ha “extirpado la idolatría”, usando el vocabulario de la época, en el Perú y la Nueva España. El sigiloso proceso de apropiación de las devociones cristianas por parte de los indios es un perfecto ejemplo de lo que ha llamado Roger Bastide, en sus estudios de sincretismos afro-brasileños, “la antropofagia cultural”. La correspondencia entre santos cristianos y dioses Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 9 PRÓLOGO 9 indígenas les permitió adoptar las creencias del grupo dominante hispano- criollo, sin renunciar a sus creencias ancestrales. El libro de Cardaillac es el estudio magistral de este fenómeno. Al usar la palabra “magistral” no cedo a una convención encomiástica, de rigor en un prefacio. La verdad es que parecía imposible, después de la publicación de Santiago Apóstol, el santo de los dos mundos (El Colegio de Jalisco, 2002), que Car- daillac pudiera escribir otro libro, más extenso, dedicado al mismo apóstol. Con todo lo tenemos a la vista y en manos, y además es la demostración de otra metodología, que combina la historiografía con la antropología religiosa. Indios y cristianos. Cómo en México el Santiago español se hizo indio (UNAM-El Co- legio de Jalisco, 2006) es obra conjunta de Louis Cardaillac y Araceli Campos. Como suele ocurrir en tales casos, es difícil apreciar con justeza y justicia la aportación respectiva de cada uno de los coautores. Me atrevo a suponer, con escaso margen de error por lo que sé de los trabajos anteriores de ambos, que el historiador santiaguista es Cardaillac y la encuestadora de campo es Araceli Campos (¡como lo declara su apellido!). Incansables peregrinos de Santiago son los autores de este libro. Quien no se ha dedicado a este tipo de investiga- ción no puede apreciar los tesoros de paciencia, los viajes, los gastos y las miles de molestias que supone juntar documentos, testimonios innumerables, fotos (tomas inteligentes y artísticas de Araceli Campos). Entrar en las capillas de pueblos dispersos, de norte a sur y de este a oeste del inmenso y accidentado territorio mexicano; presenciar las danzas y procesiones del 25 de julio, fiesta del apóstol, supone un don de movilidad y ubicuidad que superan la de un candidato en la campaña presidencial. El maratón santiaguista de los autores los ha llevado de Compostela a Jerusalén, de Santiago de Chile a Santiago del Estero, sin pasar por alto Santiago Tlatelolco, Santiaguito Itzcatlán, Santiago de Mazatlán, de Tingambato, de Sahuayo, de Jalpan en la Sierra Gorda, etcé- tera. No ha descansado hasta acotar la lista completa de imágenes, leyendas y danzas, y relacionarlas: la danza de los tastoanes, el teatro evangelizador y el arte tequitqui, el nagualismo subyacente... todo se anuda y se aclara en este pe- netrante análisis: una obra en la que la sensibilidad compite con una erudi- ción nunca aburrida. Por no cansar más la atención del lector y no frustrar más tiempo su im- paciencia de leer el libro que sigue, lo quiero citar; así se resume su propósito: Iconografía y arquitectura corren parejas para crear aquí un nuevo fenómeno nacional de raigambre hispánica, pero de libre evolución. En cuanto al culto que se tributa a Santiago, bien se puede considerar que es un caso análogo de mude- jarismo mexicano. Los frailes evangelizadores españoles lo aportaron, pero los nativos se lo apropiaron (cap. I). Indios y cristianos 1.qxd 3/21/07 6:03 PM Página 10 10 INDIOS Y CRISTIANOS La alusión a los mudéjares de la España medieval nos recuerda la obra y la experiencia islamista de Cardaillac, mejor preparado que cualquiera para estudiar las danzas de moros y cristianos de los indios mexicanos, estrecha- mente ligadas a la devoción a Santiago y sus avatares sincréticos.