La Política Armada
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Julio Carreras La política armada Una historia de los movimientos revolucionarios argentinos, desde los Uturuncos y el FRIP, hasta el ERP y Montoneros (1959-1976) Quipu Editorial 1 2003 Quipu Editorial [email protected] Santiago del Estero Argentina 2 Índice Introducción. Capítulo 1 - Uturuncos: la primera guerrilla Capítulo 2 - Tacuara Capítulo 3 - El trotskismo Capítulo 4 - Francisco Santucho: “el Negro” Capítulo 5 - Cristianismo y lucha armada Capítulo 6 - La guerrilla del Ché Capítulo 7 - Situación en Santiago del Estero Capítulo 8 - La “revolución” militar Capítulo 9 - La represión se especializa Capítulo 10 - El mundo en los 60 y 70 Capítulo 11 - La noche de los bastones largos Capítulo 12 - Faz económica de la nueva dictadura Capítulo 13 - Foquismo guevarista Capítulo 14 - Dictadura cursillista en Santiago Capítulo 15 - Guerrilla de Taco Ralo Capítulo 16 - De la represión a la insurrección Capítulo 17 - Asesinato de Pampillón Capítulo 18 - Córdoba se mueve Capítulo 19 - Obreros y estudiantes Capítulo 20 - El Cordobazo Capítulo 21 - Crónica de una jornada de fuego Capítulo 22 - El día después del Cordobazo Capítulo 23 - Nacimiento de Montoneros Capítulo 24 - La ejecución de Aramburu Capítulo 25 - Nacimiento del ERP Capítulo 26 - Otros grupos revolucionarios Capítulo 27 - Estudiantes, obreros y curas Capítulo 28 - Los Rosariazos 3 Capítulo 29 - Discípulos del pueblo Capítulo 30 - Tupamaros en el subconsciente argentino Capítulo 31 - ¿Perón mata a Vandor? Capítulo 32 - Una iglesia para los pobres Capítulo 33 - ERP, FAR, Montoneros Capítulo 34 - Tucumán en marcha Capítulo 35 - El clasismo cordobés Capítulo 36 - Más desgaste para el militarismo cursillista Capítulo 37 - El Viborazo Capítulo 38 - Una juventud con grandes proyectos Capítulo 39 - La vanguardia universitaria Capítulo 40 - El Cordobazo en Santiago Capítulo 41 - El GAN Capítulo 42 - Prensa revolucionaria, arte, cine, música, amor... Capítulo 43 - Las Ligas Agrarias Capítulo 44 - Guerrilla en los 71 y 72 Capítulo 45 - Fusilamiento en Trelew Capítulo 46 - Primer regreso de Perón Capítulo 47 - El activismo prudente de Franja Morada Capítulo 48 - Cámpora al gobierno Capítulo 49 - Porteños versus santiagueños Capítulo 50 - La masacre de Ezeiza Capítulo 51 - Operativo Dorrego Capítulo 52 - La era López Rega Capítulo 53 - El ERP patea el tablero Capítulo 54 - Ejecución de Rucci Capítulo 55 - Izquierda y curas del Tercer Mundo en Santiago Capítulo 56 - El FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo) 4 Capítulo 57 - Acciones de la guerrilla Capítulo 58 - La Triple A Capítulo 59 - Ruptura entre Perón y Montoneros Capítulo 60 - Muerte de Perón Capítulo 61 - Villa María y Catamarca Capítulo 62 - Muerte en las calles Capítulo 63 - Ejecución del comisario Villar Capítulo 64 - Final de El Brujo Capítulo 65 - Todo termina mal Capítulo 66 - El golpe más sangriento de la historia Referencias Entrevistas y documentos INTRODUCCIÓN Reconstruir la historia a partir de documentos oficiales es sin duda tarea meritoria. Pero corre un 5 elevado riesgo de convertirse en involuntariamente parcial. Igual afirmación puede aplicarse a los documentos emanados de la prensa escrita, por lo general proclives a favorecer la opinión oficial, especialmente en períodos de gobiernos autoritarios. Reconstruir, entonces, la historia de los años 60 y 70 en la Argentina, se vuelve por esa causa un ejercicio sumamente azaroso. Aunque en lo referido a la información puede dividirse en cuatro períodos: El primero, desde 1955 hasta 1963, en la cual desde una férrea censura de prensa se van abriendo canales informativos más amplios. El segundo, desde 1963 a 1976, período que va desde el interregno democrático de Arturo Illia hasta el golpe militar de Videla, Massera y Agosti. Aquí, luego de la apertura permitida por Illia, se atraviesan situaciones de represión a la prensa o censura abierta o encubierta, pero pueden obtenerse informaciones de múltiples campos sin demasiados inconvenientes, hasta la etapa 1973-1976, pródiga en documentos provenientes de los sectores revolucionarios, antes de ese momento constantemente obstaculizados o censurados. El tercer período, señoreado por la dictadura militar - 1976-1983-, es de casi absoluta oscuridad, dado que toda información que no coincide con el discurso oficial totalitario es reprimida ferozmente. Incluso con el encarcelamiento, tortura o desaparición de quienes la producen. Estos ocultamientos o distorsiones no hubieran sido posibles, por cierto, sin la complicidad abierta o encubierta de los grandes medios informativos, cuyos propietarios frecuentemente se convirtieron en copartícipes de miles de homicidios, cometidos por la 6 dictadura militar en la Argentina, debido a su colaboración para difundir falsas noticias. Del mismo modo la iglesia Católica, cuyos prelados manejaban información de primera mano, a través de sus vicarios castrenses, por lo cual conocían la existencia de campos de concentración y exterminio de jóvenes -hombres y mujeres- indefensos. Sin embargo, prefirieron el silencio, esto es la complicidad, contentándose con una tardía autocrítica muchos años después. Es decir, cuando esta actitud tiene sólo el valor de un gesto, mientras que de haberlo hecho durante la vigencia de aquella sangrienta dictadura militar, la palabra de los obispos hubiera sido útil para salvar vidas humanas (en la abrumadora mayoría de los casos vidas cristianas). El cuarto período, a partir del gobierno de Alfonsín hasta el presente, es de paulatina apertura y revisión de los documentos obtenibles. Pese a ser muy rica, debido a la sobrevivencia de testigos numerosos del periodo anterior, aún se hace difícil desentrañar ciertos aspectos de los sucesos. El terrorismo estatal ejercido durante el periodo del gobierno peronista y la dictadura militar, ha sido tan cruel, que con frecuencia los testigos se niegan a hablar. Muchísimos documentos han sido destruidos (con frecuencia por sus propios dueños, por causa del miedo que les infundió la criminal represión de las décadas anteriores) y subsiste una tensa enemistad entre los sectores en pugna, debido a lo cual no es fácil recuperar información objetiva. Esta historia, entonces, se basará principalmente en los testimonios o memorias de quienes han tenido participación activa, directa o indirecta, de las luchas desarrolladas durante el período estudiado. 7 LOS SECTORES EN PUGNA Desde la caída del peronismo en 1955 comenzaron a definirse en la Argentina con mucha claridad los polos de esta contradicción social que iba a concluir con la tragedia del enfrentamiento armado sucedido entre los años 1968-1980 aproximadamente. Estos sectores eran, por un lado lo que genéricamente podríamos llamar la izquierda ilegalizada, y por el otro la derecha institucional. La primera fue constituyéndose con los sectores combatientes del peronismo y los movimientos guerrilleros o foquistas como núcleo principal activo. La segunda, la derecha argentina, tenía como núcleo catalizador a lo que luego fuese denominado el Partido Militar, es decir, las Fuerzas Armadas. En la izquierda confluyeron movimientos nacionalistas, trotskistas y el peronismo “de la resistencia”, con variable apoyo de los sectores políticos tradicionales de este movimiento. Desde 1958 comenzaron a surgir en el Norte de la Argentina movimientos civiles revolucionarios armados, como los Uturuncos, el Foco de Taco Ralo (Fuerzas Armadas Peronistas) o “la guerrilla del Ché”, impulsada por el periodista Massetti en Salta ya durante los años 60. El Partido Militar, se basa en el ejército como referencia principal alrededor de la cual giran la Armada, Fuerza Aérea, fuerzas policiales y algunos partidos liberales menores como la Democracia Cristiana, o construidos ad-hoc, como Nueva Fuerza, de Álvaro Alzogaray o el Partido Federal del capitán Manrique. Durante sus períodos de máximo poder, 8 asumido a través de golpes de estado, gobierna abiertamente colocando a militares en los puestos clave de la administración política nacional. En los periodos de resurgimiento democrático, se presenta como una alianza multisectorial que jamás logra controlar una porción importante del electorado. La izquierda coincide básicamente en su diagnóstico: un país al que se debe liberar de la dependencia de sus clases dirigentes del imperialismo mundial capitalista, liderado por EEUU. Para lograr ese objetivo, toda alianza con sus enemigos o competidores se ve posible, desde la búsqueda de apoyo en los países comunistas, como China, la URSS o más frecuentemente Cuba, hasta el establecimiento de pactos económicos estratégicos con los países de Europa, de acuerdo a las teorías de un sector del peronismo. Su objetivo es derrotar o aniquilar a la “burguesía dependiente argentina”. La derecha militar y sus aliados por el contrario, ven en el comunismo su principal enemigo, aceptan para ello dócilmente las orientaciones ideológicas -también la preparación militar y un constante apoyo económico- de los Estados Unidos y su estructura militar, canalizada a través del Pentágono. Su objetivo es aniquilar “al enemigo comunista infiltrado entre la juventud Argentina”. LA SITUACIÓN EN SANTIAGO DEL ESTERO Estos polos mortalmente contrapuestos tienen sus versiones locales, a través de diferentes nucleamientos políticos legales o clandestinos. Durante el período que va desde la caída del peronismo en 1955 hasta 1976, la militancia local y sus 9 enemigos tienen variado protagonismo en la escena política. Desde la creación de la primera guerrilla en 1959 (Los Uturuncos, comandada por el bandeño Seravalle e integrada