Reseñas

La perspectiva tepaneca

Rodrigo Martínez Baracs*

María Castañeda de la Paz, Con- ellas muy poco estudiadas, sino en mino el gran libro de Pedro Carras- flictos y alianzas en tiempos de analizarlas de manera a la vez crí- co sobre el Imperio tenochca. cambio: Azcapotzalco, , tica y creativa para aprovecharlas Cuando llegaron los españoles, Tenochtitlan y (siglos al máximo, con el fin de aproximar- dominaba en Mesoamérica el im- xii-xvi), México, unam-Instituto de nos a la historia de estos cuatro im- perio de la Triple Alianza, a veces Investigaciones Antropológicas, portantes reinos o llamada Excan Tlatoloyan en ná- 2013, 504 pp. de la cuenca de México durante los huatl; en ésta, Tenochtitlan ocupaba últimos cuatro siglos antes de la el primer sitio, un lugar dominante conquista y el primer siglo de pre- y de modales altamente militaristas. sencia hispánica en América. En segundo lugar quedó Tezcoco y en Como podrá suponerse, de los tercero Tlacopan. Esta diferencia po- El libro de María Castañeda de cuatro señoríos analizados, Tenoch- lítica-militar se reflejó en las fuen- la Paz titulado Conflictos y alian- titlan es el más conocido, sobre todo tes. Y si los tepanecas de Tlacopan zas en tiempos de cambio: Azcapot- porque era el que dominaba cuando son relativamente poco conocidos, zalco, Tlacopan, Tenochtitlan y llegaron los españoles, y por lo tanto los de Azcapotzalco lo son todavía Tlatelolco (siglos xii-xvi), editado predominó su versión (o más bien, menos, pues la Triple Alianza se por el Instituto de Investigaciones sus versiones) de su historia y de los constituyó precisamente con el fin Antropológicas de la unam, es un conflictos y alianzas con los otros de combatir la supuesta “tiranía” estudio denso, riguroso, erudito y tres señoríos. La mayor parte de los de , llamado con sorna Max- muy valioso sobre un tema difícil. documentos que nos han llegado tlaton, tlatoani del poderoso alté- La dificultad no consiste tanto en dan la versión tenochca de los acon- petl tepaneca de Azcapotzalco, ubicar y acopiar las fuentes, ma- tecimientos, y las versiones azcapot- derrotado en 1428-1431, de modo nuscritas y pintadas, muchas de zalcas, tlacopanecas y tlatelolcas que la historiografía tepaneca fue han sido de más difícil acceso y han igualmente castigada, se perdió la sido menos atendidas. Abrió el ca- visión de estos vencidos (para usar * Dirección de Estudios Históricos, inah.

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el fructífero concepto de Miguel ban allí cuando llegaron los espa- der qué desgarramientos de la León-Portilla). En el caso de los ñoles) impide conocer las versiones realidad hicieron necesaria la pro- mexicas tlatelolcas que compar- de los vencidos, sino que la versión ducción social de las historias de tían la isla de Mexico con los mexi- que dan de sí mismos los mexicas dioses y antepasados. cas tenochcas, y que compartieron es una versión alterada, como lo De modo que en su libro María una historia de migraciones, asen- mostró Miguel León-Portilla, y Castañeda no sólo trata de resti- tamientos y conflictos que condu- además no es una sola versión, sino tuir la complejidad de una historia jeron a la victoria tenochca en varias: la tradición de la Crónica X, entreverada, que abarca no sólo a 1473, la versión tlatelolca de los bautizada por Robert H. Barlow, la los vencedores tenochcas sino tam- hechos se vio también opacada, del Códice Y, bautizado por María bién a los vencidos azcapotzalcas, pese a la relativa abundancia, ri- Castañeda de la Paz, y otras tradi- tlacopanecas y tlatelolcas, sino que queza e interés de las fuentes tla- ciones orales, pintadas y escritas. la incorporación de las versiones telolcas. Cada una de estas fue hecha en di- de los vencidos es un componente Durante mucho tiempo la ver- ferentes momentos y circunstan- fundamental y decisivo para resti- sión mexica tenochca y tenochca- cias que en el mejor de los casos tuir ciertas verdades de la historia céntrica de los hechos predominó, conocemos mal. Tal versión o rees- de los vencedores tenochcas, ven- en primer lugar porque casi sólo se critura de la historia mexica se co- cidos por los españoles. Se ciñe su estudiaban documentos en espa- menzó en tiempos de Itzcóatl y de historia con las otras historias, en ñol, y porque el nacionalismo mexi- Moteuczoma Ilhuicamina, y su ci- los “tiempos de cambio” marcados cano se definió como continuación huacóatl Tlacaélel, y siguió en por las fechas de 1428 (la derrota de la historia mexica tenochca. tiempos de Moteuczoma Xocoyo- de Azcapotzalco por Tenochtitlan), Esta fue la versión oficial de la his- tzin, como lo señala Michel Grau- 1473 (la derrota de Tlatelolco por toria de México, dominante de la lich, y en otros momentos que no Tenochtitlan) y 1521 (la derrota de educación primaria en adelante, en conocemos. todos por los españoles), después los medios académicos, letrados y De modo que ahora que más sa- de lo cual continúa una historia de aun políticos de oposición (el Par- bemos sobre la historia mexica te- “conflictos y alianzas” entre los tido del Sol Azteca). Pero la situa- nochca, descubrimos que es cuando cuatro altépetl. ción comenzó a cambiar con el menos sabemos, porque relativiza- En Conflictos y alianzas en estudio creciente de los documen- mos todo lo que creíamos saber y tiempos de cambio se iluminan en- tos en lengua náhuatl y con la con- se abren profundas dudas. Ya no tre sí las historias azcapotzalcas, ciencia de que México es muchos creemos en las antiguas historias, tlacopanecas, tenochcas y tlatelol- Méxicos, de que la historia mexica- como la de los mexitin dirigidos por cas, y se incorporan también otras na es la conjunción de muchas his- Mexi que se transforman en mexi- versiones y tradiciones, la tezcoca- torias, y de que particularmente en cah antes de llegar al lugar al que na y la chalca, entre otras. Surge el periodo prehispánico el marco de bautizaron Mexico, puesto que sa- entonces la duda de por qué, si Ma- la vida de la gente era su altépetl, bemos que la isla ya se llamaba ría Castañeda estudia con tanta reino o señorío, cada uno de los Mexico antes de la llegada de los atención las fuentes acolhuas tez- cuales tenía su propia historia ofi- españoles, Amadetzana en otomí, cocanas, no incorpora el estudio de cial, que era una historia estatal, y en el Ombligo de la Luna. Pero al Tezcoco al libro. Una primera ra- en buena medida propagandística menos sabemos ya que estas anti- zón es la densidad y el volumen de y altamente ideológica. Al patrio- guas historias se fabricaban. Sabe- la información: si de por sí el libro tismo del altépetl corresponde una mos, sin embargo, que algo de esto es denso y voluminoso, se haría in- historiografía de cada altépetl. sucedió, que el mito expresa de manejable e ilegible incluyendo a Ahora sabemos, entonces, que manera más o menos indirecta la Tezcoco, pues la historiografía tez- no sólo la versión de los vencedo- realidad. Y como lo expresó Karl cocana es aun más amplia que la res, de los mexicas tenochcas (los Marx en sus “Tesis sobre Feuer- tepaneca y también es bastante vencedores provisionales que esta- bach” de 1845, es necesario enten- complicada. Pero una razón de fon-

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do para restringir el análisis a la los recién venidos establecieron nador de Tlatelolco en 1524-1527 historia de los cuatro señoríos, es vínculos familiares con los linajes o después; María Castañeda sugie- la interesante cuestión del común toltecas, algunos de los cuales se re que su nombre, Martín Écatl, origen tepaneca que compartían toltequizaron más, como el altépetl Ecatzin, Ehécatl es un error, pues no solamente Azcapotzalco, Tlaco- de Azcapotzalco, fundado por Acol- en un “Memorial de los indios prin- pan y Mexico Tlatelolco, sino tam- hua, cuyo hijo Tezozómoc creó el cipales de la ciudad de Mexico Tla- bién Mexico Tenochtitlan. Esta imperio tepaneca de Azcapotzalco, telolco” de 1537 (del Archivo hipótesis es la contribución más que dominaba a Tlacopan, Tlatelol- General de Indias, de Sevilla), apa- importante del libro de María Cas- co y Tenochtitlan. A resultas de la rece como tlacatecatl (tlacateccatl), tañeda, quien cuestiona la historia derrota de Azcapotzalco en 1428- y en las referencias posteriores del oficial mexica tenochca según la 1431 los tenochcas vencedores bus- siglo xvi se le llamó Écatl, que se- cual ellos son antiguos chichime- caron romper el recuerdo de su ría una abreviatura (pp. 200-201). cas emparentados con los civiliza- origen tepaneca e hicieron de Aca- No estoy muy seguro, porque el dos, toltequizados, colhuas de mapichtli descendiente de la casa tlacateccatl es un cargo militar, . La vencida Azcapot- real de Colhuacan, y por eso se hi- que don Martín Écatl tenía, junto zalco es la gran vencedora de este cieron llamar colhuas (por lo que, con el de otómitl, y el nombre de libro defensor del origen tepaneca comento, no debe pronunciarse Écatl, que tenía su peso religioso y del linaje mexica. Culúa, Ulúa, sino Colua, Ulua, calendárico, aparece de manera Otra dimensión de la dificultad como lo registra fray Bartolomé de unánime en las fuentes. de este estudio es que ante la esca- las Casas). Y observa María Casta- María Castañeda sigue a Jorge sez de narrativas históricas anti- ñeda que sólo la tradición tezcocana Gurría Lacroix en su desconfianza guas de estos altépetl subordinados acolhua recuerda que Acamapicht- ante la narrativa de los Anales de o vencidos, se hace necesario com- li, primer tlatoani de Tenochtitlan, Tlatelolco, recientemente traducidos plementarlas con información de era hermano del tlatoani tepaneca por Rafael Tena, sobre don Pedro Te- sucesos y pleitos judiciales del si- Tezozómoc. milotzin y don Martín Écatl, como glo xvi, incluidos a menudo en plei- borró la tradición producto de rumores sensacionalis- tos de los siglos xvii y xviii. El historiográfico-política de Azcapot- tas. Con igual espíritu crítico habría periodo posterior ilumina al ante- zalco para reforzar su frágil poder. que incorporar la interesante refe- rior, y viceversa, y ésta es otra de Cambió la capital tepaneca de rencia a don Martín Écatl en el Có- las riquezas del libro, el manteni- Azcapotzalco a Tlacopan, que in- dice Aubin, en el que advierte a los miento de las alianzas matrimo- corporó a la Triple Alianza, y esta- mexicas que no se vaya a repetir la niales entre los antiguos linajes bleció un gobierno mexica en la matanza de Cholula en Tenochtit- décadas después de la Conquista. parcialidad de Mexicapan de Azca- lan. En el Códice florentino aparece Es rico el aporte de María Cas- potzalco. Pronto, además, el alté- como bravo capitán en la Conquista, tañeda sobre los tepanecas prehis- petl tepaneca de Tlatelolco fue y por ello requiere explicación que pánicos. Cuestiona la visión que sometido a los tenochcas en la haya sido promovido como goberna- dan las historias de la llegada de guerra de 1473. Se imbricaron los dor de Mexico Tlatelolco, para lo cual migrantes norteños a zonas que su- vínculos entre Tenochtitlan y Tla- debió ser decisivo su viaje a España puestamente estaban deshabita- telolco, expresados por la figura te- que refieren los Anales de Tlatelolco. das, aunque ciertamente no lo nochca y tlatelolca de Cuauhtémoc. También merece atención la estaban. Escribe María Castañeda La parte del libro sobre el siglo cuestión de los matrimonios de que “desde el punto de vista de es- xvi incluye valiosas reconstruccio- doña Isabel de Moctezuma, Te- tos pueblos, la historia de estos al- nes de datos sobre muchos nobles cuichpo, hija de Moteuczoma, con tepetl tenía su comienzo con la y gobernantes, hombres y mujeres. tres prominentes miembros de la llegada de nuevos linajes al poder, Las fuentes son escasas y compli- familia real tenochca, antes de ca- soterrando cualquier otro evento cadas. Es el caso de don Martín sarse con tres españoles. En un histórico del pasado”. Ya asentados, Écatl, guerrero tlatelolca y gober- estudio sobre ella, puse en cues-

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tión los dos primeros supuestos (acaso provenía de su abuela ma- éxito literario y político de Valeria- matrimonios con Atlixcatzin y con terna). no, según María Castañeda, quien Cui tlahuatzin, pero acepté el ma- Respecto a su carácter como en- documentó que era hijo de don trimonio con Cuauhtémoc, aunque comendera de Tlacopan, debe te- Francisco de Alvarado Matlac- observé que la mayor parte de las nerse presente que en ningún cóhuatl, y por lo tanto, nieto de Te- fuentes que lo mencionan están momento ella fue propiamente la zozómoc Acolnahuácatl y bisnieto vinculados a los intereses historio- encomendera de Tlacopan, pues lo del hueytlatoani Axayácatl. Así se gráfico-jurídicos de Juan Cano, es- fueron siendo sus sucesivos mari- explica que Valeriano ingresara al poso español de doña Isabel, quien dos españoles, Alonso de Grado, Colegio de Santa Cruz de Tlate- mencionó su matrimonio con Pedro Gallego y Juan Cano, aun- lolco, destinado a los hijos de los Cuauhtémoc en su “Entrevista” de que su propiedad siguiera en sus nobles, y que se casara con doña 1544 con el cronista Gonzalo Fer- manos, como lo establecía la legis- Isabel de Alvarado, hija de don Die- nández de Oviedo. María Castañe- lación española sobre la dote y las go de Alvarado Huanitzin y descen- da de la Paz niega rápidamente el arras, gracias a lo cual doña Isabel diente por líneas paterna y materna matrimonio de doña Isabel con dictó en 1550 en su testamento que del mismo Axayácatl. Y respecto a Cuauhtémoc, cuestión que merece heredó la encomienda de Tlacopan su proveniencia de Azcapotzalco, mantenerse abierta. Me viene a la no a sus hijos con Juan Cano, sino María Castañeda precisa que na- memoria la explicación prudente a su primogénito, el joven don ció en Mexicapan, la parcialidad de algunos historiadores que acla- Juan de Andrada, su hijo con Pe- mexica de Azcapotzalco, no en Te- raron que el matrimonio se realizó dro Gallego, lo cual ocasionó inter- panecapan, la parcialidad tepane- pero no se “consumó”, debido a la minables pleitos sucesorios. ca. Se enriquece la figura de don juventud de Tecuichpo. Respecto a Juan Cano y doña Antonio Valeriano, el probable au- Hay varios asuntos relativos a Isabel Moctezuma, un aporte del tor o coautor de la versión original doña Isabel de Moctezuma que se- libro de María Castañeda es el del Nican mopohua, primera ver- guirán requiriendo el escrutinio de análisis diferenciado de las dos Re- sión en lengua náhuatl de las apa- las fuentes, con la esperanza de laciones franciscanas de 1532, una riciones de la Virgen de Guadalupe que aparezcan nuevas. Menciono de las cuales, la Relación de la ge- a Juan Diego en Tepeyácac algunos: la identidad de su madre: nealogía..., es la primera, mientras Lamento no poder mencionar la tlacopaneca Tayhualcan, según que Origen de los mexicanos sería más historias prehispánicas e his- las fuentes judiciales vinculadas a posterior y expresa diferentes ne- pánicas de las que narra y entre- la encomienda de Tlacopan, que le cesidades. vera con erudición y sentido crítico habría otorgado Cortés en 1526, o Menciono otra aportación de María Castañeda. Su libro es un la mexica tenochca Tecalco, según María Castañeda, referida a Anto- gran concierto y una gran síntesis las fuentes judiciales vinculadas nio Valeriano, el ilustre nahua de sobre la perspectiva tepaneca del con la lucha de Juan Cano, por Azcapotzalco colaborador de fray México antiguo y colonial, pero no apropiarse de las tierras que le de- Bernardino de Sahagún en sus es una síntesis cerrada, pues está bían corresponder a su esposa doña obras sobre el México antiguo y de abierta a los aportes de los histo- Isabel, por ser bienes patrimonia- evangelización, que fue juez-gober- riadores interesados en meterse en les de su padre el hueytlatoani nador de la ciudad india de Mexico el estudio, cuestionamiento y pleno Moteuczoma Xocoyotzin. Puede Tenochtitlan entre 1573 y 1605. aprovechamiento de las insuficien- que tenga razón María Castañeda Hasta la fecha se había aceptado tes fuentes existentes sobre nues- al defender el linaje materno que no era noble, siguiendo al cro- tras historias fundacionales. mexica de doña Isabel, aunque nista mexica don Hernando Alva- debe mantenerse la duda sobre su rado Tezozómoc (àmo pilli), quien Tenochtitlan, sábado, 27 de relación con el linaje tlacopaneco lo escribió por envidia debido al septiembre de 2014

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