Héctor R. Olea Andanzas Del Marqués De San Basilio
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de muchos prototipos mexicanos, El historiador Héctor R. Olea, que ha prendidos en el cañamazo de los hecho una especialización estudiando sucesos nacionales de mayor gravedad y personajes y sucesos que en alguna trascendencia. El individuo que, al orge Carmona tuvo, como Gil Blas de Santillana, su forma tienen relación —así sea amparo de no importa qué bandera, va Jhada madrina, su Mencía de Mosquera, que lo colmó tangencial— con los estados del más allá de donde los románticos se de riquezas, después del encuentro con la dama noroeste de México, después de quedan; aquel que salta sobre los enlutada, al descender del carruaje para penetrar al entregarnos, en su libro anterior, el sucesos sin que lleguen a envolverlo; ese templo de San Francisco, en la calle de Plateros. Su magnífico relato de las Infidencias de que vive sin querer entender nada de boda con la bella horchatera, viuda y heredera de Fray Bernardo del Espíritu Santo, nos todo eso que son “planes” y “principios” Béistegui. Su título nobiliario comprado en algunos ofrece una nueva y amenísima crónica miles de francos, en París. Él sabía que era tan en que otros se ahogan, es un tipo de con las andanzas de un personaje que aristócrata como Periquillo doctor. Pero hacía gala de mayor efectividad en nuestra historia de reclama colocarse —por derecho sus blasones mostrencos como desquite irrisorio de lo que estamos acostumbrados a su turbio y tormentoso pasado. Héctor R. Olea propio— entre los más populares de la reconocer. Hay que leer El periquillo Héctor R. Olea ha sabido engarzar en el oro vida mexicana. sarniento para saber algo del auténtico macizo de sus joyeles esta ruidosa trama de una vida Andanzas Las Andanzas del marqués de mexicano de principios del XIX. tan jugosa que parece fantasía desmesurada, un del marqués San Basilio pintan, en efecto, la figura de El recorrido del aventurero poema rutilante que se desgrana sobre el abismo todo un carácter mexicano, más “Camonina”, que de simple arrapiezo, verde de Caribdis, entre un tumulto de espumas. de San Basilio propiamente del mexicano que se hijo del inmigrado “Caramocha”, llega a La vida del marqués de San Basilio es la forjaba en el pasado siglo XIX, envuelto “marqués” y se acerca a un trono, está justificación más rotunda del famoso apotegma de La en mil contradicciones y vicisitudes. Bruyere: “Se vale en este mundo lo que se quiere lleno de colorido novelesco. Hasta dónde Parece arrancado de una gran novela valer”. era invención su vida, según unas picaresca y en esto reside su principal En esta pujante reconstrucción de la época memorias apócrifas aparecidas en el más trascendental y fecunda de nuestra vida literaria valor; porque no toda nuestra historia siglo pasado, y hasta dónde se tocaba y artística, Héctor R. Olea cumple airosamente con el ha de ser muestrario de gestos con la verdad, ha sido el tema de esta Evangelio estético de don Benito Pérez Galdós; el gran dramáticos, lindando siempre con lo acuciosa investigación, sabrosamente solitario, el demiurgo del esfuerzo, el coloso del patético y lo grotesco. Los historiadores contada por Héctor R. Olea, que labra pensamiento: “La literatura debe ser siempre nos tienen acostumbrados a la mueca una faceta más de nuestra fábula enseñanza, ejemplo. Yo escribí siempre, excepto en de lo heroico, y por eso nos llenan la mexicana. algunos momentos de lirismo, con el propósito de historia de héroes y villanos. El equilibrio marcar huella”. exige la otra cara: la de la farsa y la Jesús Sotelo Inclán. Colección picaresca. Picaresca pura ha sido la vida Bachiller 1951. Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa Colección Bachiller Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa Rescate histórico Héctor R. Olea Andanzas del marqués de San Basilio Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa LIC. QUIRINO ORDAZ COPPEL Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa LIC. GONZALO GÓMEZ FLORES Secretario General de Gobierno DR. JOSÉ ENRIQUE VILLA RIVERA Secretario de Educación Pública y Cultura MC. SERGIO MARIO ARREDONDO SALAS Director General de Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa PROFRA. LETICIA SERRANO SÁINZ Secretaria General de Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa LIC. YAHAIRA SHANTAL LÓPEZ ÁLVAREZ Directora de Extensión de la Cultura Andanzas del marqués de San Basilio Héctor R. Olea Segunda edición © 2017 Derechos Reservados. Edición. Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa Av. Independencia No.2142 Sur. Col. Centro Sinaloa, C.P.80129, Culiacán, Sin. Tel. 01(667)758-68-30 Culiacán Rosales, Sinaloa, Octubre de 2017 ISBN Edición a cargo de la Dirección de Extensión de la Cultura Edición con fines culturales, no lucrativos Cuidado de la edición: Jesús Hidalgo Mendoza Maquetación: Gilberto Cobarrubias Rodríguez Diseño: Ito Contreras Hecho en México / Printed in Mexico Versión digital en www.cobaes.edu.mx El marqués de San Basilio 5 6 Cayó de pie Jorge Carmona en el pitayal erdone, don Héctor, pero su libro me lo robaron. PNo me enojé, porque cuando se roba un libro es por algo. Me dejaron sin mi Marqués de San Basilio y durante años navegué con las arremetidas del recuerdo cuando alguien me preguntaba sobre ese simpático vaquetón que fue Jorge Carmona. Fue entonces que el mito fue creciendo con las deformaciones, cuando la memoria se empieza a erosionar por el efecto corrosivo de los años. Válgame Dios, qué hermosa estampa: el presbítero don José de Jesús Espinosa de los Monteros, “Cura Interino y Vicario Foráneo”, de la iglesia parroquial de Culiacán, oyó a la pareja formada por Manuel Carmona y Dolores Liencles, que quieren darle calidad de cristiano a un pequeño niño gordezuelo y de mirada esquiva y juguetona. 7 Don Rafael de la Vega y Rábago exclama con honesta admiración. “¡Este niño será un gran hombre!”. Y tuvo razón: fue un gran hombre. Corrió la vida rápido y Jorge de la Paz Carmona se fue haciendo visible. Ligó fortuna de viudas, hizo negocios sin tener capital, se revolvió con políticos y aristócratas en decadencia, y compró el título de marqués en una tienda de antigüedades. Y aquel hijo del Caramocha Manuel Carmona, famoso en la Villa de San Miguel de Culiacán por sus sabrosas carnitas de puerco, cobró fama. En el análisis de la literatura nacional se dice que Jorge de la Paz y el Periquillo Sarniento tienen mucho parentesco. Tal vez. Leí el libro de don Héctor cuando no se leían libros sinaloenses, simplemente porque no los había. El de don Héctor fue editado gracias al apoyo económico del general Macías, gobernador, en 1951. Cayó el libro en manos avaras y se fue haciendo raro, deviniendo en joya de biblioteca. Vuelve a editarse las Andanzas del Marqués de San Basilio, cuando el ingeniero José Antonio Malacón Díaz, director general del Colegio de Bachilleres de Sinaloa, decide darle una segunda vida. Ningún favor más esclarecido a la cultura sinaloense que esta plausible decisión. Bienvenida sea esta obra que instala la picaresca en la literatura sinaloense. No es fácil escribir un libro tan sangre liviana como Andanzas del marqués de San Basilio éste. Generalmente, en Sinaloa se escriben libros muy solemnes y acartonados. 8 Que esta savia rejuvenecedora alivie los malestares de nuestra literatura, y que don Héctor R. Olea insiste en cuál es el camino para llegar temprano y con sol al rancho. Herberto Sinagawa Montoya Héctor R. Olea 9 10 Engarce éctor R. Olea ha realizado una biografía novelada, de tan subidos quilates, comentando los pasajes Hmás salientes de las Memorias del que fuera precoz degollador de borregos en el rastro improvisado de su padre, en Culiacán; monaguillo después, buhonero incansable y espía gandarista en Sonora; mayordomo de haciendas, oficial en las tropas liberales del Gral. Pesqueira, en las que tiene su bautismo de fuego en el reñido encuentro de Los Mimbres, ha hecho una obra, decíamos, de los mismo alcances morales, en la filosofía de la acción, que la Vida de Don Quijote y Sancho, de Unamuno, en la que el irreductible bilbaíno corporificó las epopeyas de la voluntad y las conquistas del ensueño logradas por la fe de un visionario. El autor va glosando los párrafos del memorialista con una prosa rítmica, de opulencias musicales de giros elegantes y castizos, expresando su emoción con la gracia metafórica de un poeta y con las líneas armoniosas que deja el escultor en la tersura del mármol. Olea, ha cultivado la historia, desde sus mocedades, 11 para la que exigía Grimm, un genio profundo y grave, que es lo que conviene a su dignidad y grandeza, con dedicación absoluta, concretando lo pasado en muchos siglos en una admirable síntesis. Dentro del escenario apocalíptico de la guerra de Reforma y del Imperio, mueve la figura de un aventurero codicioso de gloria que parece escapado por un capricho de Cronos, de la República de los vagabundos, de Panteleev, por los sedimentos de regeneración que lleva en el fondo de su espíritu y que lo transforman en hombre de garra que se va elevando con sus hechos heroicos en los campos de batalla, en las algaradas políticas, en las intrigas palaciegas y en la comedia amorosa en la que priva con la misma astucia y fanfarrona arrogancia del burlador de Zorrilla. Altivo, contradictorio, tenaz, tras del rapto novelesco de Marta, y de mil lances adulterinos con maritornes, figoneras y barraganas que se le rinden en el diario trajín de las carretas trashumantes de pintorescos titiriteros, vive en el exilio, durmiendo bajo los muelles de un puerto yanqui, sirviendo de cochero, pasándose las horas en el grotesco mundo de los hampones, y regresando al país, para vestir el uniforme de los jenízaros del Archiduque, escoltando a la comitiva imperial en sus frecuentes viajes de México a Cuernavaca.