154PSICOANÁLISIS XXI (1); 154-167, 2009 HILDA BOTERO C.

EN EL CENTENARIO DE LA PUBLICACIÓN DE “EL PEQUEÑO HANS”

Con motivo de cumplir 100 años la publicación del Análisis de la fobia de un niño de cinco años (caso “El pequeño Hans”), de , primera aplicación en un niño de las teorías freu- dianas del Psicoanálisis, la revista digital de Psicoanálisis con niños “ Fort-da” www.fort-da.org, en su décimo número de noviembre de 2008, celebró el evento con una enorme producción in- ternacional en torno a “Juanito”, sus datos histórico-biográfi cos, y la conceptualización teórica referida a la función de las fobias en la infancia.

Ariel Pernicone, psicoanalista, y director de la revista, escribió varios ensayos sobre la familia Graf, tres de los cuales generosamente ha cedido a nuestra publicación. Psicoanálisis, Revista de la Asociación Psicoanalítica Colombiana, agradece esta espléndida contribución a nuestro homenaje a Juanito y sus 100 años de historia.

Herbert Graf, nombre real del protagonista, su madre Olga Hoenig, su padre Max Graf y su hija Ann- Kathrin, con testimonios, algunos directos y otros indirectos, nos hablan de los recuerdos e impre- siones que guardan, tanto de aquellos acontecimientos en la Viena de principios del siglo XX, como del desarrollo posterior de sus vidas. Un relato biográfi co con una diversidad de datos novedosos sobre la familia Graf que nos permite comprender el contexto en el que fue gestada esa magnífi ca publicación freudiana del año 1909, que hoy a la distancia podemos considerar el escrito fundante del Psicoanálisis con niños y uno de los más bellos historiales que surgiera de la pluma de Freud.

I DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y ANN-KATHRIN GRAF

ARIEL PERNICONE1

1. VIDA Y OBRA DE MAX GRAF COMENTARIOS BIOGRÁFICOS SOBRE EL PADRE DE “EL PEQUEÑO HANS”

Mi padre fue un hombre extraordinario, el más extraordinario que he conocido.

Así recordaba Herbert Graf, a sus 69 años, a su padre, Max Graf, un año antes de falle- cer, en el reportaje concedido a Francis Rizzo en 1972, y que fuera publicado por la revista Opera News, bajo el título Memorias de un Hombre Invisible. Max Graf 2

1 Lic. en Psicología. Psicoanalista. - Director de la Revista digital de Psicoanálisis con niños “Fort-da”. www.fort-da.org ( Psicomundo) [email protected] 3 Tomado de Fort-da .org DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 155

En un párrafo posterior agregará: Graf, un escritor y redactor político, oriundo

de Pilsen, en la región de Bohemia, y que se- Mi padre fue también uno de los prime- gún confesión del propio Max, era adepto a ros terapeutas freudianos. Cuando yo era viejos métodos educativos, que incluían la muy pequeño, desarrollé un miedo neuró- paliza como forma correctiva. Recuerda ha- tico a los caballos. Freud hizo un examen berle tenido miedo a su padre, y por tal ra- preliminar y luego dirigió el tratamiento, zón, no haber logrado mantener una buena con mi padre como intermediario, utili- relación con él, motivo por el cual incursionó zando una especie de juego de preguntas en un modo de educar a sus propios hijos y respuestas que luego se convirtió en una diferente al que vivió, probablemente propi- práctica estándar de la psiquiatría infan- ciando, a partir de ese deseo, una forma de til. Freud documentó mi cura en su artícu- vínculo paterno que estuviera exento de ese lo de 1909, Análisis de la fobia de un niño temor en la crianza que él mismo padeció. de cinco años, y como primera aplicación de la técnica psicoanalítica a la neurosis En este sentido podríamos aventurar, que infantil. El caso ‘pequeño Hans’, como se quizás Max Graf fue el representante pionero lo conoce popularmente, es aún un estu- de una nueva forma de ejercer la paternidad, dio clásico en este campo. y de pensar la niñez que, al hacerse extensiva a lo largo del siglo XX con la infl uencia del Gracias a esta declaración, realizada Psicoanálisis, resultará paradigmática de un por Herbert en el fi nal de su vida, llegamos cambio sustancial en la estructura de la or- a conocer cuál era el verdadero nombre de ganización familiar. nuestro querido “pequeño Hans”, y quién su Sus padres, Josef y Regina, que eran pri- famoso padre, sobre quienes tanto se ha es- mos, tuvieron cinco hijos; Max era el mayor crito desde 1908. del grupo, le seguían tres hermanos varones Creo que podremos coincidir en que, tal y una mujer, la menor. Su abuelo paterno, como se expresa aquí, su padre Max Graf también de nombre Josef Graf, falleció el 3 tuvo, sin ninguna duda, un papel fundamen- de junio de 1908, es decir, exactamente un tal y fundacional en la Historia del Psicoa- mes después del 2 de mayo, fecha consig- nálisis, al aportar la letra que le posibilitó a nada en el Historial como la de la conclusión Freud la escritura de uno de sus cinco his- de la consulta. Por su parte, Regina Lede- toriales. Quizás podríamos agregar, además, rer, conocida en el relato freudiano como la que al ingresar el discurso de su hijo, con su abuela de Lainz, y a la que Hans y su padre síntoma fóbico, en el dispositivo analítico, visitaban todos los domingos, falleció el 27 esgrimiendo, como padre, su deseo de ayu- de noviembre de 1909, fecha casualmente darlo, y dirigiendo sus preguntas hacia Freud, coincidente con el año de la publicación del ha tenido también el mérito de dar por inicia- texto de Freud. da la práctica del psicoanálisis con niños. Según el relato de Herbert, en 1972, a su ¿Pero quién fue Max Graf? ¿Cómo fue su padre se lo recuerda principalmente como vida? ¿Qué podemos decir hoy, a la distancia, musicólogo y crítico musical, pero sus intere- acerca de él, a la luz de las investigaciones de los ses y logros intelectuales abarcaron campos últimos años, y con la lectura de los nuevos do- muy diversos: cumentos a los que hemos podido acceder? Max Graf nació en Viena el 1 de octubre Mi padre obtuvo su doctorado en le- de 1873. Fue hijo de Regina Lederer y de Josef yes, pero fue un formidable erudito en 156 ARIEL PERNICONE

literatura y estética, y enseñó ambas co- con la otra su libro más preciado, una co- sas, tanto en la academia de Viena, como pia muy usada, llena de anotaciones, de la en EE.UU. También fue un sagaz analista Crítica de la razón pura de Kant. político, y durante años escribió artículos de fondo sobre este tema en la Neue Freie Ahora bien, ¿Cómo llegó Max Graf a cono- Presse. Se sentía cómodo en la fi losofía y cer a Freud y cuál fue su primer acercamiento en la ciencia, y estaba perfectamente ca- al Psicoanálisis? Según él mismo menciona pacitado para hablar de matemática con en un relato posterior, alrededor de 1900, Einstein, lo cual hizo cuando vino a Esta- cuando aún era estudiante en la Universi- dos Unidos. Fue un hombre universal, pero dad de Viena, conoció a una joven con la que al mismo tiempo, un auténtico vienés que solía pasear cada día, quien le relataba ani- sabía disfrutar de un vaso de vino (o más) madamente acerca de su tratamiento con un y de la compañía de mujeres bonitas. ignoto profesor de nombre Sigmund Freud. Fueron los comentarios cautivantes de esta La formación intelectual de Max fue muy joven, llamada Olga Hoenig, quien se conver- amplia; concluyó sus primeros estudios es- tiría luego en su primer esposa y madre de colares en Praga, y luego en el Gymnasium sus hijos Herbert y Hanna, los que producirían académico en Viena. Se inscribió en la Facul- en él un gran interés intelectual por conocer tad de Derecho de la Universidad de Viena, a ese “Profesor” y sus novedosas ideas, con- recibiéndose en 1896 a la edad de 23 años. curriendo a su consultorio para establecer, a En seguida se dedicó, principalmente, a la es- partir de allí, un intenso lazo que gestaría ese critura en torno a investigaciones sobre los histórico escrito de 1909, que tanto debate procesos de composición y crítica musical, ha generado y sigue generando hoy. que era su verdadera pasión, dado que había A partir de ese momento mantuvo con publicado gran cantidad de trabajos en los Freud, a lo largo de más de diez años, un diarios vieneses Der Tag y Neuen Wiener Jo- fuerte vínculo transferencial, probablemente urnal. También, participaba de reuniones de de tipo paterno, que estuvo signado sin du- un grupo conocido como ‘Joven Viena’ que das por una fuerte idealización y respeto in- se reunía en el café Grienstedl, donde desa- telectual, aunque también por una estrecha y rrolló sus intereses por la literatura. Desde cálida amistad, según su propio relato. Segu- 1902 hasta 1938 estudió y enseñó Historia ramente, fue esta particular combinación la de la música y Estética del Arte Sonoro en la que lo llevó a consultar a Freud en muchos de Academia Musical de Viena, materias de las los momentos claves y decisivos de su vida. cuales fue profesor a partir de 1909, hasta Max solicitó su opinión en cuestiones vitales que emigró de su país. y muy personales, tales como la conveniencia Herbert Graf, en su entrevista, rescata un o no de casarse con su novia Olga, o la posi- magnífi co recuerdo de infancia referido a su bilidad de divorciarse de ella tan sólo al año padre, que dibuja una particular imagen de de casados en medio de grandes confl ictos su personalidad: conyugales, y también, posteriormente, sobre Una de mis memorias infantiles más ví- el intento de sostener el vínculo matrimonial vidas es la de verlo en el estribo atestado y resolver sus problemas de pareja teniendo de gente del tranvía, yendo al partido de hijos. fútbol del domingo, al Hohe Warte, con Luego, una vez nacidos sus hijos, en parti- una mano en la barandilla y empuñando cular su primer varón, lo consultaría, además, DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 157 sobre múltiples cuestiones decisivas referen- Max tuvo muchas intervenciones su- tes a su crianza, incluso llegando a plantearle mamente valiosas, entre las que podemos inquietudes, tales como la posibilidad de, en destacar su conferencia del día 11 de diciem- un intento por ahorrarle cierto sufrimiento, bre de 1907, Metodología psicológica de los modifi car su condición de judío para bauti- poetas, presentada pocos días antes de la zarlo como cristiano (a Herbert), y así evitarle consulta por el síntoma fóbico de su hijo, en el enfrentarse con el antisemitismo reinante enero de 1908, y tan sólo unos días después en su país, decisión que Freud desaconsejó de que Freud leyera por primera vez El poeta tajantemente, así: y el fantaseo, en consonancia con un interés intelectual del que Max no fue ajeno. Por otra Si usted no deja que su hijo sea educado parte, la relación entre ambos también estu- como un judío, lo privará de esas fuentes de vo matizada por muy diversas situaciones de energía que no pueden ser reemplazadas por índole afectiva, que no han sido refl ejadas en nada. Él tendrá que luchar como judío y us- el Historial. ted debería desarrollar en él toda la energía Según él mismo recuerda, por ciertos de la que tendrá necesidad en esta lucha. No períodos mantenían un cordial intercambio lo prive de este benefi cio”. (Reminiscencias familiar que evocaría así: “Un contacto per- del Profesor Freud - Max Graf - 1942) sonal que se había desarrollado entre mi fa- Sobre todas estas decisiones intervino milia y la suya, generando que su calidez hu- Freud, ya que era permanentemente consul- mana me resultara particularmente valiosa” tado por Max, y fue en el terreno de dicho (Max Graf-1942). Estos intercambios fami- contexto transferencial que se produciría, liares afectuosos incluyeron su asistencia a también, la decisiva consulta por el síntoma la fi esta que Freud realizara en su casa como fóbico de su hijo que precedió a la escritura festejo del casamiento de su hijo Martin, o del texto freudiano. bien que Freud mismo concurriera en algu- Es importante señalar, y aclarar además a nas ocasiones al hogar de los Graf en la calle partir de allí, que hoy sabemos que Graf no fue Untere Viaduktgasse 35, “aunque estuviera un casual consultante de Freud, ni un miem- cansado al concluir su largo día de trabajo”. bro periférico de su grupo, sino que participó Graf rescató de su memoria esta imagen, es- muy activamente en el primer círculo de dis- pecialmente, para indicar ese estrecho inter- cípulos cercanos, ya que formaba parte de él, cambio: desde los comienzos mismos, en las ‘Reunio- Freud tenía un papel entusiasta en to- nes de los miércoles’ que se desarrollaban en la Bergasse 19 desde 19023. Allí, un pequeño dos los acontecimientos familiares de grupo de audaces intelectuales discutieron, mi casa; esto, a pesar de que yo era un en la casa de Freud, los primeros esbozos del hombre joven y Freud era ya de edad Psicoanálisis; aquí se formó y aportó lo suyo, avanzada y sus cabellos maravillosa- a la vez que presenciaba el nacimiento de los mente negros comenzaban a encane- nuevos conceptos y contribuyó además, con cer. Con ocasión del tercer cumpleaños sus opiniones e ideas, a los intensos debates de mi hijo, Freud le trajo de regalo un de ese tiempo de gestación. caballo de balanceo que por sí mismo

3 Nota: La fecha de incorporación de Max a las reuniones no es precisa, pero se infi ere de sus comentarios y sus recuerdos que se incorporó en un tiempo muy cercano a los inicios de las Reuniones convocadas por Freud. 158 ARIEL PERNICONE

llevó hasta arriba por los cuatro tramos en acérrima partidaria de Alfred Adler hasta de escalera que conducían a mi casa el fi nal de su vida. (Graf-1942). Según recordaba Max en 1952 y lue- go, Herbert y su primera esposa, Liselotte Particular recuerdo que ha generado las Austerlitz, lo confi rmarían en sus propios más diversas conjeturas entre los biógrafos, reportajes con Kurt Eissler (1959 y 1960- quienes no han podido dejar de considerar y Archives Freud), Olga consideró fi nalmente elaborar hipótesis, ante la curiosa coinciden- que “el Profesor” había sido “un mal conse- cia entre este especial regalo mencionado jero” de su marido, lo cual probablemente por Max y su posible relación con el objeto formó parte de un confl icto conyugal, que zoofóbico descrito en el historial de ‘El pe- sin dudas, debió contribuir de algún modo queño Hans’. al alejamiento mencionado, luego de tantos Por otra parte, también podemos men- años de un lazo de confi anza sostenido con cionar que esa relación, cálidamente amisto- Freud. sa, estuvo jalonada por algunas importantes Podemos ubicar, quizás aquí, el trasfondo tensiones, que probablemente fueron la cau- no explicitado de ese distanciamiento, que sa que condujo al distanciamiento fi nal entre fuera hecho público por el propio de Freud ellos. Todo parece indicar que esas tensiones del año 1922, como relato agregado al fi nal estuvieron particularmente vinculadas a los de su Historial, cuando realiza esa enigmáti- confl ictos desatados por las intervenciones ca referencia acerca de su propio descono- de Alfred Adler en las Reuniones de los miér- cimiento sobre lo sucedido con “El pequeño coles, y los graves desacuerdos teóricos que Hans” y su familia a lo largo de diez años, es éstas generaron y concluyeron con la expul- decir desde 1912, lo que se mantuvo hasta sión de Adler de la Sociedad Psicoanalíticas ese bello y emotivo reencuentro con el ahora de Viena por parte de Freud. joven de diecinueve años que se presentó es- Como él y su esposa Olga mantenían una pontáneamente en su consultorio declaran- relación amistosa con Adler, Max, en conver- do ser “El pequeño Hans”. saciones personales, hizo intentos por acer- Respecto de la historia de cómo se produ- car las posiciones teóricas de Freud y Adler, jo ese inesperado reencuentro, hoy además incluso en algunas de las visitas que Freud le podemos agregar, con base en el relato del hiciera a su hogar, pero se encontró con una mismo joven protagonista ya de adulto, que posición terminante y tajante por parte del Herbert Graf tuvo conocimiento por primera creador del Psicoanálisis, quien por último vez acerca de su pseudónimo de “El pequeño lo confrontó con cierta exigencia de toma Hans”, luego de haber descubierto y leído, ca- de posición, la que él no estuvo dispuesto sualmente, el escrito de su propio análisis en a asumir; éste fue uno de los motivos que la biblioteca de su padre, Max Graf, mientras lo hicieron partir de las “Reuniones de los lo ayudaba a mudarse, tras su separación de miércoles”, distanciándose de Freud desde Olga Hoenig. entonces, alrededor del año 1912. Hoy sabe- Herbert recordaría que fue ese descubri- mos que su esposa Olga no fue ajena a tal miento sorpresivo y la explicación posterior alejamiento, ya que ella terminó muy pelea- que le diera su padre acerca del historial de da interiormente y sumamente enojada con 1909, lo que motivó su deseo de concurrir al Freud, y mantuvo con él, a lo largo del tiem- consultorio para encontrase con el Profesor po, un ánimo querellante, hasta convertirse Freud, ocasión que evocó de esta manera: DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 159

Me encontré por casualidad con un artí- de 1938, desarrolló su actividad docente, y culo en el estudio de mi padre y recono- continuó como escritor y crítico musical aun cí algunos de los nombres y lugares que al fi nal de su vida, cuando regresó a Austria. Freud había conservado sin modifi cación. En un estado altamente emotivo, visité al gran doctor en su consultorio de Bergas- se y me presenté como “El pequeño Hans”. Detrás del escrito, Freud se asemejaba a los bustos de los fi lósofos griegos con bar- ba que había visto en la escuela. Se levan- tó y me abrazó afectuosamente diciendo que no podía desear mayor vindicación de sus teorías que el ver al alegre y saludable joven de diecinueve años en que me había convertido. (Herbert Graf, 1972). Herbert también mencionaría, en su en- trevista privada de 1959 con Kurt Eissler, que mantuvo en ese momento un intenso diálo- go con su padre -de quien declaró estar muy agradecido por haber ‘tomado en sus manos’ Herbert Graf (OperaNews)4 dicha situación y ayudarlo cuando niño-, con Tras su separación de Olga, volvió a ca- respecto a los detalles de su ‘tratamiento’, sarse en dos ocasiones. La primera alrededor para expresarle que, en lo personal, era muy del año 1920, con Rosa Zetner, y posterior- crítico respecto de que su historia hubiera mente, en 1929, con Poly Bastic, una joven sido publicada. cantante nacida el 28 de diciembre de 1906, Max Graf se divorció de Olga Hoenig es decir, de la misma edad que su hija menor. cuando sus hijos fueron adolescentes; según Entre tanto, la hermana de Herbert, la peque- él mismo explica, permaneció en un matri- ña Hanna, se suicidó en la década de 1940; monio sumamente confl ictivo durante die- esta dolorosa muerte constituyó otra pérdida ciocho años de inestable relación conyugal, más en la serie de tragedias en la historia de debido a su pretensión de no perturbar el la familia Graf. desarrollo emocional de Herbert y Hanna con Es importante mencionar aquí que Olga una separación prematura. Hoenig, ‘la bella madre del pequeño Hans’, En la década de 1930, tanto Max como perdió dos hermanos mayores en su juven- Herbert emigraron a los EE.UU., donde ambos tud, quienes se suicidaron pegándose un tiro, desarrollaron una intensa actividad profesio- lo cual es probable que haya sido una de las nal; Herbert, por su parte, se convertiría en causas que la condujeron a su tratamiento una gran Règisseur, Director de escena y Pro- con Freud, bastante tiempo previo al de su ductor de Ópera en el reconocido Metropoli- hijo, tal como fue consignado en el Historial. tan Opera House of New York, donde trabajó Según el rastreo que pude realizar, dicho tra- por más de 30 años. Por la suya, Max, quien tamiento ocurrió en el año 1897, a sus die- al igual que Freud emigró de Viena a partir cinueve años; Freud realizó solamente una 4 Tomado de Fort-da .org 160 ARIEL PERNICONE mención privada de éste en una carta dirigida • Leyenda de una ciudad musical. La histo- a Fliess, escrita el 22 de junio de 1897, donde ria de Viena (1945). también consigna que su joven paciente ha- • Compositor y Crítico: Doscientos Años de bía perdido a su padre a los once meses de Crítica Musical (1946). vida, y padecía ‘ideas obsesivas casi puras’. • De Beethoven a Shostakovich. La psicolo- Max Graf retornó a Viena en el año gía del proceso de composición (1947). 1947, donde permaneció hasta su muerte • Finalmente, “Cada hora fue satisfacto- el 24 de junio de 1958. Siempre recordó a ria”, un libro autobiográfi co escrito poco Freud con respeto y admiración, citando sus tiempo antes de morir. enseñanzas y basándose en la conceptuali- De sus recuerdos sobre Freud, quedó pú- zación psicoanalítica en múltiples ocasiones blico testimonio en el artículo Reminiscencias a lo largo de su extensa obra escrita. En su del Profesor Freud, del año 1942, editado por reportaje de 1952, recordaría con bastante The Psychoanalytic Quarterly XI, que prologó pesar su último encuentro: una vez que su la presentación del escrito “Personajes Psi- hijo Herbert concurrió a su consultorio en copáticos en el escenario”, cuyo manuscrito 1922, decidió visitarlo también posterior- Freud le había entregado en 1905 y que Max mente para conversar sobre el estado salu- conservó hasta entonces. En ese texto, que dable de “El pequeño Hans”. En esta ocasión, contiene muchísimos recuerdos de los prime- según relata, se encontró con un Freud que ros tiempos del Psicoanálisis y de su estrecho no estaba dispuesto a retomar el diálogo lazo con Freud, Max Graf no hace referencia sobre la base amistosa que habían mante- alguna en forma abierta a su hijo Herbert y nido durante los inicios del Psicoanálisis y su relación con el pseudónimo de “El pequeño en los tiempos de la escritura del historial. Hans”, por obvias razones de confi dencialidad, Según su evocación, al preguntarle acerca aunque sí evocaría fugazmente ese cumplea- de esta actitud hacia él, Freud le reclamó su ños número tres en el que Freud concurrió a partida de la Sociedad Psicoanalítica, y que su casa y regaló a su hijo un caballito de ba- hubiera dejado sus cuotas impagas desde lanceo que cargó personalmente por las esca- aquel tiempo. leras, dejando allí un sutil comentario que no De ese último encuentro, Max se alejó pro- pasaría desapercibido tiempo después. bablemente herido, recordando que tan sólo Diez años más tarde, exactamente en di- volvió a cruzarse con Freud ocasionalmente en ciembre de 1952, en una entrevista privada las calles de Viena; él lo saludaba a la distancia con Kurt Eissler, documento que ha perma- y “mirando de costado”. Publicó alrededor de 15 necido guardado hasta hace muy poco en los libros íntegramente referidos a temas vincula- “Archivos Freud”, en la Biblioteca del Congreso dos a la historia, composición y crítica musical. de los EE.UU. en Washington, restringido a la Algunos de sus principales títulos son: lectura siguiendo una política indicada por la • El problema Wagner y otros estudios (1900). familia Freud, Max Graf estuvo dispuesto a re- • La música en la época del renacimiento ferirse abiertamente a muchas cuestiones de (1905). la historia que habían permanecido veladas • El taller interior del músico (1910) hasta entonces; mencionó sin reparo la iden- • Richard Wagner en "Fliegenden Hollän- tidad de su hijo Herbert en relación con ‘El pe- der," una contribución a la psicología de queño Hans’ y describió detalles desconocidos la creación artística (1911). sobre su historia, su síntoma, su vida, la trama DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 161 familiar que lo rodeaba y el trasfondo personal que relataba su tratamiento” y luego primera en torno al cual fue escrito el texto freudiano esposa de Max Graf, era Olga Hoenig, madre Análisis de la fobia de un niño de cinco años (El de nuestro conocido Herbert Graf (“El peque- pequeño Hans) de 1909. ño Hans”). -¿Pero cuándo, exactamente, fue paciente 2. REFERENCIA A OLGA HOENIG, de Freud? ¿Habría hecho alguna vez referen- MADRE DE HERBERT GRAF, EN UNA cia, en sus escritos, a ella como paciente? En CARTA DE FREUD A FLIESS5 cuyo caso… ¿En qué lugar podría ser ubicada dentro de su monumental obra? A su bella madre, que en un confl icto de su Ciertamente, la búsqueda de este dato juventud había contraído neurosis, hube yo ha desvelado a los biógrafos durante años, de atenderla en aquella época, y de ahí na- quienes han arribado a las más diversas cieron mis vínculos con los padres de Hans. y descabelladas conjeturas en su anhelo Con esta frase, escrita por Sigmund Freud de situar a Olga Hoenig como paciente de en el punto tres de la Epicrisis del Análisis de Freud. Los investigadores de la historia del la fobia de un niño de cinco años (el peque- Psicoanálisis intentaron ubicarla, muchas ño Hans) (1909), llegamos a conocer, en un veces uniendo fechas e informaciones no comienzo, este importante antecedente del coincidentes en lo más mínimo, y errando vínculo previo entre él y la madre del prota- fatalmente en sus aseveraciones, tal como gonista del historial. podemos inferirlo hoy a la luz de los datos Muchos años después, cuando ya fue de más precisos de que disponemos luego de público conocimiento que Herbert Graf era acceder a documentos inéditos, como el re- “El pequeño Hans” y que su padre Max había portaje a Max Graf, de 1952, realizado por sido un discípulo cercano a Freud desde los Kurt Eissler. inicios del Psicoanálisis, resultó muy valioso Por dar tan solo un ejemplo, Jean Berge- leer sus Reminiscencias del Profesor Freud ret ha conjeturado que Olga Hoenig podría escritas en 1942, a partir de las cuales fue ser Katherina, la joven abusada por su “Tío/ posible saber que en verdad, originariamen- Padre” y que Freud analizara en la montaña, te, el padre de Herbert llegó a interesarse y descrita en Estudios sobre la Histeria. Nada presentarse ante Freud a través de una no- más alejado de la verdad, considerando que via con la que paseaba habitualmente por ese encuentro casual en una posada con esa las calles de Viena, quien le relataba, cada joven de dieciocho años que le relató el epi- día, acerca del novedoso tratamiento que sodio, habría trascurrido en una fecha previa estaba realizando en sesiones diarias, en las a 1893-95, fecha de publicación de ese es- que hablaba con este extraño Profesor. tudio conjunto de Freud con Breuer, lo que Avanzadas las investigaciones biográfi cas, hace imposible esa temporalidad, y sus refe- hoy sabemos que la “bella paciente”, “novia rencias, con la historia real de Olga.

5 Agradezco especialmente a Josiane Praz (Suiza) quien en comunicación personal me brindó la información certera sobre la carta a Fliess aquí mencionada. También agradezco a Jerome Wakefi eld (USA) quien me reafi rmó el dato luego de una comunicación vía E-Mail. Por otra parte, Jerome Wakefi eld me comunicó que dicha información le fue a su vez referida y confi rmada en forma personal por Harold Blum, director de los Archivos Freud, quien por su función tiene acceso directo a los documentos originales allí guardados, incluida esta carta a Fliess que aquí hemos reproducido. Los tres autores mencionados coinciden en confi rmar la exactitud del dato que aquí publicamos, respecto de que Olga Hoenig es la joven paciente aludida por Freud en la carta del 22 de junio de 1897. 162 ARIEL PERNICONE

Olga Hoenig, nació el 2 de octubre de encontró con un Freud en plena revolución 1877 y perdió a su padre siendo muy peque- interna tanto en su situación personal, como ña, apenas a los once meses de edad. Tam- en su transformación conceptual, y en con- bién sabemos que, además, tenía seis herma- secuencia, seguramente, en su forma de nos, de los cuales dos, mayores que ella, se abordaje en los tratamientos. suicidaron. Desde ya, no podemos mensurar los efec- Esta biografía tan particular, por cierto tos sobre ella al ser testigo directo, de prime- bastante trágica, y que revela probablemente ra mano, de ese enorme cambio freudiano, una importante patología en los miembros como tampoco cuánto habrá incidido el re- de su grupo familiar, cuyos efectos quizás lato y tratamiento de Olga en Freud, consi- fueran parte de la causa que la condujo a derando que se produjo en forma coinciden- consultar tempranamente al “Profesor”, nos te en ese año tan decisivo para su vida y su aporta datos muy singulares y coordenadas teorización psicoanalítica; pero sin duda, no muy precisas, desde las cuales resulta facti- deja de ser un dato interesante y atractivo el ble ubicar ahora, con exactitud, en qué sitio hecho de que la “bella madre” del “pequeño ha escrito Freud algo al respecto. Hans” haya sido tratada en esa época fun- Ese dato aparece tan sólo en un párra- damental en la que dio ese gran paso en la fo de una Carta de Freud a Fliess del día 22 construcción de sus conceptos. de Junio de 1897, en la que le escribe, a su Lo cierto es que podemos leer, en su Car- principal amigo y confi dente de ese tiempo, ta a Fliess del mes de Junio, una referencia que ha tenido que tomar en tratamiento, irónica a “la amabilidad de Dios” por la muer- durante el verano, dos casos nuevos, uno de te temprana del padre en la vida de su joven los cuales es “ una muchacha de 19 años con paciente, y una velada alusión a la probable representaciones obsesivas casi puras que me seducción por parte de sus hermanos mayo- intriga mucho (Sic / Freud). res suicidas; tal vez había escrito esto cuando Los datos familiares que allí describe aún creía en esa hipótesis sobre la histeria, (muerte del padre a los once meses, y dos misma que pronto modifi caría radicalmente. hermanos mayores que se suicidaron) coin- Resulta mucho más interesante aun, la co- ciden en forma completa con la historia de incidencia en ese mismo año, del principal Olga, y no dejan dudas respecto de que se período de su autoanálisis con la atención de trate de ella. Olga; tras bucear agitadamente en su interior Es importante consignar que 1897 no fue a través de sus sueños durante esos meses, cualquier año para Freud. “1897”, fue el año Freud descubre los rastros del Edipo en su clave de su autoanálisis, y también el año en propia historia, tal como es posible ubicar en el que abandona la Teoría de la seducción, las referencias de la carta del quince de octu- fuerte hipótesis de sus primeras explicacio- bre de 1897, cuando afi rma: nes sobre la causa de la histeria. Una difícil Ser enteramente sincero consigo mismo renuncia que podemos leer en su importante es un buen ejercicio. También en mí he ha- Carta a Fliess del 21 de septiembre, donde le llado el enamoramiento de la madre y los confi esa abiertamente: “Quiero confi arte sin celos hacia el padre, y ahora lo considero dilación el gran secreto que se me puso en un suceso universal de la niñez temprana. claro lentamente en los últimos meses. No […] Si esto es así, se comprende el poder creo más en mi neurótica.” Podemos conje- cautivador de Edipo Rey. turar así, que la “paciente” Olga Hoenig, se DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 163

Magnífi ca coincidencia de esta historia, sos; en lo creadores, menos. Nunca había en la cual Olga no sólo habría asistido como conocido algo semejante a este período paciente al abandono de la Teoría de la se- de parálisis intelectual. Y cada línea se ducción durante el transcurso de su trata- me convierte en un martirio. En cambio tú miento, sino que también y sin saberlo, habría ahora fl oreces de nuevo, yo abro todas las presenciado ese enorme paso interior dado puertas de los sentidos y no capto abso- por Freud en ese año fundamental del descu- lutamente nada, pero me congratulo con brimiento de su propio Edipo, para tan sólo el próximo Congreso. En Aussee, espero, y unos pocos años más tarde, además, aportar- [en] agosto; septiembre queda para nues- le al “Profesor”, al realizar la consulta por su tro viaje a Italia (que alguna vez debe ser hijo Herbert, la prueba más valorada por él en el nuestro). su comprobación de dos piezas fundamen- En Aussee conozco un bosque encantado tales de la construcción del Psicoanálisis: el con helechos7 y hongos donde me revelarás Complejo de Edipo y la sexualidad infantil. los secretos del mundo sublunar animal e Llamativamente, la historia de Olga infantil8. Nunca había estado tan esperan- Hoenig es la menos documentada, la menos zadamente lelo en vísperas de tus comuni- conocida, y sobre la que los biógrafos menos caciones, pero espero que el mundo no se información han podido ubicar. Quizás con el entere antes que yo y que en lugar de un avance de las investigaciones y ante la po- breve artículo nos obsequies dentro del año sibilidad de contar con nuevos documentos, un pequeño libro que resuelva los enigmas antes restringidos, tengamos que otorgarle, orgánicos en series de 28 y de 23. en algún momento, un papel protagónico Me ha capturado con el imperio de lo que mucho mayor del que habíamos sospecha- se anticipa como correcto la observación do, o hasta ahora hemos estado dispuestos sobre el desaparecer temporario de los a escuchar y reconocer. Lo que sigue es la períodos y su reemergencia a la superfi cie. transcripción completa de la Carta de Freud A mí me ha sucedido exactamente eso. a Fliess, del 22 de junio de 18976:

He pasado además por alguna cosa Martes ´22´6.97 neurótica, estados cómicos que no son Caro Wilhelm: aprehensibles para la conciencia. Pensa- Tu carta me ha divertido mucho, sobre mientos crepusculares, duda envolvente, todo la observación sobre el título. En el apenas aquí y allí un rayo de luz9. próximo congreso llámame “Señor Profe- Tanto más me alegra que vuelvas a traba- sor”; quiero ser un cortesano como otros jar. Nos repartimos como los dos mendi- cortesanos. La verdad [es] que andamos gos, uno de los cuales recibió la provincia maravillosamente acordes en lo achaco- de Posen; tú lo biológico, yo lo psíquico.

6 Versión: “ Sigmund Freud: Cartas a Wilhelm Fliess (1887-1904)” - Editadas por Jeffrey Masson, y traducidas del alemán al Español por José Luis Etcheverry- Amorrortu Editores). 7 Se refi ere sin duda a helechos (Farnen), no a toros jóvenes (Farren). (S) 8 Es evidente que en ese momento Fliess empezaba a someter a un análisis de períodos no sólo el desarrollo de los niños, sino también procesos en la vida de los más diversos animales, en parte basado en indicaciones de Tierleben de Brehm (véase 1906a: 259 y ss.). (S) 9 Se puede ver en este pasaje la primera referencia al comienzo de un autoanálisis o, mejor, a la preparación para este. En las cartas que siguen, este tema se destaca con más nitidez, p. ej. en la carta 136, donde se dice de manera expresa: “El análisis es más difícil que cualquier otro”. Véase Gris (1950a, infra pág. 545 y ss.). (K) Cf. empero ya la carta 109 con la nota 1. (S) 164 ARIEL PERNICONE

Carta de Freud a Fliess del 21 de septiembre de 1897. “Ya no creo en mi neurótica”. Sigmund Freud. 10

Tengo que confesar que este último tiem- En lo demás, estoy lelo y me encomiendo po he iniciado una recopilación de histo- a tu merced. Creo estar en un capullo, Dios rias judías de profundo sentido.11 sabe la clase de animal que ha de salir de él. Debí tomar todavía en el verano dos ca- Cordiales saludos y hasta pronto sos nuevos que andan muy bien. El último [es] una muchacha de 19 años con repre- Tu Sigm. sentaciones obsesivas casi puras, que me intriga mucho. Porque representaciones 3. DIÁLOGO CON obsesivas, según mi especulación, se re- ANN-KATHRIN GRAF montan a una edad psíquica más avanza- APUNTES SOBRE LA VIDA da, y por lo tanto en principio no señalan DE HERBERT GRAF al padre, porque este preserva más al hijo cuanta más edad tiene, sino a los herma- -Padre: Sólo una señora puede tener hijos. nos poco mayores, para quienes la niña -Hans: Yo consigo una nenita. tiene que haber aparecido por primera -Padre: ¿te gustaría tener una nena? vez como una mujercita. Ahora bien, Dios -Hans: Si, el año que viene me consigo Padre ha tenido la amabilidad de hacer una, también se llamará Hanna.. morir en este caso al padre antes que la Del “pequeño Hans” 1909. niña tuviera once meses, pero dos herma- Mucho se ha hipotetizado sobre el des- nos, uno de ellos tres años mayor que [la] tino posible, y la probable vida futura que paciente, se pegaron un tiro. tendría el pequeño Hans, a partir de la lectura

10 Tomado de Fort-da .org 11 Evidentemente, el primer trabajo previo para el posterior libro sobre el chiste (Freud (1905c); esta misma “colección” es citada después también en la carta 139. (S) DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 165 de su historial. En dicho sentido, ha habido Pankejeff, otro famoso paciente de Freud, infi nidad de conjeturas a lo largo de los años: conocido popularmente como el “Hombre Desde las vociferadas con indignación por de los Lobos”, no se ha mostrado dispuesto a los más próximos contemporáneos a Freud y dar a conocer públicamente su vida personal. Graf, quienes pronosticaron escandalizados De todos modos, con base en el rastreo bio- todo tipo de males para ese niño al que se gráfi co, y en los datos disponibles, podemos había osado psicoanalizar y hacer hablar pro- asegurar que Herbert Graf se ha casado en cázmente sobre temas sexuales siendo tan dos oportunidades. Su primer matrimonio se pequeño, hasta las vertidas sarcásticamente, produjo en 1927 con Liselotte Austeritz, con muchos años después, por un minucioso Jac- quien tuvo un primer hijo de nombre Werner, ques Lacan, quien en su seminario IV, del año nacido en el año 1933. Todo parece indicar 1956-57, tras un cuidadoso trabajo de lectu- que su matrimonio con Lisselotte fue bas- ra del texto freudiano, sentenciara que en el tante confl ictivo, y ella terminó su vida de porvenir de Hans avizoraba una posición he- un modo trágico: se suicidó en 1961, luego terosexual pasivizada, poco viril, asegurando de un extenso período de abuso en el con- que en el destino de este niño veía dibujarse sumo de drogas y alcohol. En dicho matri- un caballero identifi cado con el ideal mater- monio, Herbert parece haber repetido ciertos no y carente de padre, tal como dispara por elementos confl ictivos de la pareja de sus último en sus palabras brutalmente irónicas: padres, quienes se divorciaron cuando él era adolescente, aunque también estuvo signado Un estilo no ajeno a nuestra época, el de por la perturbación emocional de su mujer y la generación de los años 1945, esa gente por prolongados affairs extramatrimoniales encantadora que espera que las iniciati- que formaron parte de sus disputas conyu- vas vengan del otro lado, esperan, por de- gales del último período. cirlo todo, que les quiten los pantalones. Como dato adicional, es posible comen- Lo cierto es que, más allá del valor real, tar que Lisselotte también fue entrevistada acertado o desacertado, que podrían tener por Kurt Eissler en 1960, y en su reportaje dicho tipo de predicciones o conjeturas, que realizó algunos comentarios sustanciosos exceden el trabajo del texto mismo, el debate y sorprendentes referidos a la madre de continúa y sigue produciendo interrogantes Herbert, mencionando que Olga Hoenig era e interés. Ahora bien, ¿Qué hemos podido una mujer con una importante alteración saber, con mayor precisión, con base en la nerviosa (Herbert’s mother’s nerves are not investigación de los datos concretos con los so good and never were), que mantuvo una que contamos hoy, y a la luz de los nuevos actitud muy querellante en su discurso hacia documentos a los que hemos tenido acceso? Freud, haciéndose partidaria de Alfred Adler, … En particular ¿Qué podemos saber acerca con quien estableció un vínculo amistoso de la vida posterior de quien fuera conocido desde que fuera expulsado de la Sociedad y nombrado bajo el pseudónimo del “peque- psicoanalítica de Viena en 1912. También ño Hans”, sobre su vida personal, sexual, o llegó a comentar en su entrevista que, tanto acerca del destino de sus síntomas, y de su ella como Herbert, preferían mantener cierta vida en general? distancia respecto de esta actitud, un rencor En verdad es muy poco, porque Herbert tenaz que aquélla sostuvo hasta el fi nal de su Graf, como ya señalamos, ha sido extrema- vida, por considerar que Freud no había sido damente reservado, y a diferencia de Sergei “un buen consejero de su esposo Max”. 166 ARIEL PERNICONE

Liselotte llegará a afi rmar, alejándose memorables obras clásicas como Otelo, Don de esta prolongada actitud de enojo de su Giovanni, y Las Bodas de Fígaro, y dirigido a suegra, que tanto ella misma como Herbert muchísimos de los más renombrados músi- preferían no participar de estos comentarios cos del siglo XX. reiterativos de Olga porque ambos se consi- Avanzando con el rastreo biográfi co, y a deraban freudianos de corazón (We are Freu- partir de la investigación que realicé, pude dians to our core). A pesar de esto que afi rma comunicarme con su segunda hija, Ann-Ka- su primera esposa, Herbert, en su propia en- thrin Graf, vía e-mail, y mantener un diálogo trevista planteará, ante una pregunta de Kurt muy amable y generoso de su parte durante Eissler, que el tratamiento de su madre con alrededor de tres meses, entre fi nales del año Freud, en su opinión y a juzgar por ese rencor 2007 y comienzos del 2008. Al momento, tiene superviviente, no parecía haberle ayudado 42 años, vive en Ginebra, Suiza, donde residió demasiado; más bien no le hizo ningún bien su padre desde que emigrara de EEUU, asu- en absoluto (It didn`t help my mother at all). miera la dirección del principal teatro de ópera Por otro lado, Herbert comentará, respecto de Ginebra, y permaneciera hasta el fi nal de su de la ayuda recibida por él mismo a sus cinco vida, en 1973, cuando falleció por un cáncer años, que si bien se sentía agradecido porque de riñón. Allí trabaja también, ligada de alguna su padre se hubiera hecho cargo de su pro- forma, al campo del arte, como lo hicieran su blema, en verdad no tenía recuerdo alguno al padre y su abuelo paterno. Ella en verdad está respecto, ni era consciente de lo que le había más vinculada a la Dirección en Televisión, al sucedido (I was not aware of anything); ade- Teatro independiente y ha realizado también más, se mostró muy crítico y en total des- cortos cinematográfi cos como Le temps du acuerdo con relación a que hubieran publi- cigarretes en el año 2002, uno de sus traba- cado su cura en el historial de 1909. jos que trata el dilema de una hija que se ve Herbert Graf tuvo un segundo matrimo- confrontada con la última petición de su pa- nio en 1966 con Margrit Thuering, con quien dre, quien, interno en un Hospital víctima del vivió en Suiza y mantuvo probablemente una cáncer, le pide que ponga fi n a su vida, y que relación mucho más estable y menos con- ha tenido más difusión en ese país. fl ictiva. De dicha relación nació su segunda Durante varios meses Ann-Kathrin acep- hija, de nombre Ann-Kathrin Graf, cuando tó establecer un diálogo y un intercambio de él ya contaba con 63 años y luego de haber ideas, y se mostró sumamente abierta a mis asumido como Director general del Zurich preguntas, a la vez que muy cautelosa y re- Opera y del Gran Thèatre de Ginebra; a esa servada, como lo hizo su padre, al responder altura de su vida, tras 30 años de trabajo en respecto de temas de la historia familiar. Por el prestigioso Metropolitan de New York, era ejemplo, cuando intenté preguntarle sobre su ya un reconocido Productor y Director de es- abuela Olga, madre de Herbert, cuya historia cena en el mundo de la Ópera, había publi- personal ha permanecido más inaccesible para cado tres libros sobre su especialidad y era los investigadores biográfi cos que la de Max o dueño de una exitosa carrera profesional que la del mismo Herbert, respondió tajantemente lo llevó a compartir escenarios con grandes que no sabia nada en absoluto sobre la vida cantantes como , , de su abuela, simplemente porque no la había Marian Anderson, o Reri Grist; además, ha- conocido. De todos modos, aunque por mo- bía tenido a su cargo la Dirección escénica de mentos reticente, aceptó la comunicación y DATOS BIOGRÁFICOS DE LA FAMILIA: MAX GRAF, OLGA HOENIG Y HERBERT GRAF 167 un intenso intercambio de ideas, bajo la con- del Historial. Tan sólo me permito comuni- dición de que no publicara sus opiniones. car ese bello recuerdo de la hija de Herbert, Por otro lado, además, en una parte de porque, en mi opinión, quizás resuma y sin- nuestro diálogo, también aclaró que en ver- tetice un aspecto sustancial del destino su- dad ella tenía escasos recuerdos de su padre, mamente creativo de la vida de quien llevara, ya que contaba con apenas seis años cuan- a sus cinco años, ese histórico pseudónimo do él murió. Sin embargo, expresó con cierta de “pequeño Hans”, cuya prolífi ca imagina- emoción que tenía aún una imagen vívida en ción de entonces, al parecer, prosiguió acti- su memoria, que me parece valioso comuni- vamente su curso para gestar los escenarios car aquí: su principal recuerdo es ver a su pa- y producciones de cientos de Óperas, hasta dre, siempre en su ofi cina, enteramente en- convertirse en uno de los más respetados y tregado a la preparación de sus obras como reconocidos Règiseurs del siglo XX. Director de escena y Productor de Óperas en Tal como lo describiera, probablemente en toda Europa. Lamentablemente, no puedo co- forma acertada, Lacan, al fi nalizar su comen- municar, por su expreso pedido, nada respec- tario sobre el historial: De niño, un hombre to de sus ideas y opiniones, ni otros datos y en potencia, capaz de engendrarse indefi ni- comentarios que realizó sobre su propia lec- damente en su imaginación y de satisfacerse tura del caso Hans, el Psicoanálisis y los Psi- por completo en sus creaciones. coanalistas, o en relación a Herbert Graf, así Imaginación creativa a la que, a juzgar por como tampoco puedo comunicar su opinión el recuerdo más preciado de su hija, dedicó sobre el valor y la incidencia de los vínculos enteramente su existencia, desde los albores entre Freud y Max Graf en la construcción del Psicoanálisis hasta el fi nal de sus días.