© 2019 - Juan Manuel Gómez Encarnación

Impreso en México - Printed in

Concepto de portada, diseño y diagramación: Daniel Argil Ramírez

Fotografías: Varios Página 214, cortesía Club Atlas de . Página 250, cortesía Club Deportivo Guadalajara.

Impresión y encuadernación: Hospital del Libro Guatemala 494, Col. 5 de Diciembre, Puerto Vallarta, .

AGRADECIMIENTOS: Al Ing. Arturo Dávalos Peña, a la Lic. Marina de los Santos Álvarez y al Lic. José Amador Hernández Madrigal por la publicación de este libro. De la patada... [Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región]

Profr. Juan Manuel Gómez Encarnación Presidente Municipal Ing. Arturo Dávalos Peña

Directora del Instituto Vallartense de la Cultura Lic. Marina de los Santos Álvarez

Director del Consejo Municipal del Deporte Lic. José Amador Hernández Madrigal Índice

7 Una mirada antropológica, a manera de Introducción. 185 Luis Reyes Brambila.

15 DE LA PORRA 189 Juan Rincón Flores.

19 El Club Deportivo Social Vallarta. 197 Ricardo “Siete” Macedo Baumgarten.

43 Guillermo “Guille” Rodríguez Cruz y El Imperial. 209 Alejandro Gómez Encarnación.

53 Manuel Ruiz Jiménez. 215 José Curiel Madero.

61 El Valle. 233 Pedro “Bucerías” Guerrero Flores.

75 Nicolás Curiel Madero. 243 Alejandro Silverio “Bonavena” Barragán Ríos.

89 La Colonia. 251 Demetrio Madero García.

105 Manuel “El Posi” Beltrán Ponce. 269 Enrique Alfaro Rojas.

113 Ascención Ramos Najar “El Pispi”. 283 Ernesto “Neto” Quintero Pérez

121 Antonio Vega Fregoso, “el gran Capitán”. 295 Jorge Castillón Peña.

133 Andrés “Chivato” Mendoza Rohn. 303 Gerardo Gay Meza.

147 Abel Cruz Verde “Tomates”. 311 Enrique Guzmán Peña “El Chory”.

165 Esteban “Chori” Tovar Tapia. 321 Carlos Elizondo Ramos y Consuelo Elipe Ramos.

177 Ceferino López Solís.

Una mirada antropológica, a manera de Introducción.

En el principio Dios dijo: “hágase Don futbol mexicano siguió evolucionando con la Poncho” y el balón apareció en Puerto aparición de nuevos clubes y competencias. Vallarta. (Versión popular). En 1916 nacen los clubes América y Atlante, y en 1923 ve la luz el Necaxa. En 1927 nace Es del dominio público que el futbol asocia- la Federación Mexicana de Futbol, afiliada a ción, con sus reglas básicas, nace en Inglate- la FIFA. rra a mediados del siglo XIX, en plena revolu- ción industrial. En Jalisco se habían fundado el Club Depor- tivo Guadalajara en 1906, la Federación De- De Inglaterra llega a México por la vía de los portiva de Occidente de Aficionados en Jalis- trabajadores ingleses de las compañías mi- co en 1908 y los clubes Atlas y Nacional en neras asentadas en nuestro país, así como 1916. Creando en La Perla Tapatía y alrede- por influencia de algunos empresarios eu- dores gran efervescencia futbolera. ropeos radicados en aquí. En los primeros años el futbol era practicado por extranjeros En 1936 llega a Puerto Vallarta don Alfonso y mexicanos adinerados. Este deporte pau- Díaz Santos, y con él el primer balón de fut- latinamente fue tomando vuelo. Se dice que bol. Don Poncho, como cariñosamente se le el primer club deportivo fundado en México conocía, llegó a estos lares a ejercer su comi- fue el Orizaba Athletic Club, en 1898, cuya sión como titular de la Subdelegación Federal actividad principal era el cricket, pero ya en de Hacienda. Encontró entonces una región 1901 se empezó a jugar futbol ahí. En 1901 escasamente poblada, mal comunicada pero la compañía minera inglesa Real del Monte en la que todo mundo se conocía. Una región funda el Pachuca Athletic Club y un año más cuya economía se fincaba en la agricultura tarde, en 1902, se organiza la primera com- principalmente. Encontró una veintena de po- petencia nacional de futbol, con estos clubes blaciones pequeñas girando en torno de la y el Reforma, el México Cricket y el British. El cabecera municipal, Puerto Vallarta, centro de acopio y distribución de mercancías, que Años después, a finales de la década de los daban impulso a una interesante actividad cuarenta, un aliado de su afición, el profesor comercial. Octavio Chavira Cervantes, director de la es- cuela primaria “20 de Noviembre”, lo invitó Don Alfonso advirtió que en el Puerto y al- a que formase un equipo de futbol entre los rededores el calendario agrícola dejaba mu- jovencitos del puerto. Esto, para que con- cho tiempo libre a los jóvenes. Luego de las tendiera con el recién formado equipo de la cosechas del maíz, frijol y tabaco, quedaban escuela, al que el docente había bautizado meses suficientes para la práctica del depor- con el nombre de “Revolución”. Don Alfonso te. Así es que empezó a tirar las redes con aceptó el reto, pensando en que al fin habían su rústico balón de cuero, pero su empeño llegado los tiempos de su entrañable deporte no permeó lo suficiente durante los primeros en el Puerto. Fundó el “Club Atlante”, nombre que obedeció a la intención de pedirle patro- años. El corazón de los muchachos vallarten- cinio al legendario General Núñez, amigo de ses estaba ocupado con la práctica de otro don Poncho por supuesto, y dueño de “Los deporte, el béisbol, inseminado hacía algunos Potros de Hierro del Atlante” del Distrito Fe- años por los empleados de confianza y técni- deral. El general Núñez correspondió el hala- cos de la Montgomery & Company, empresa go, y luego de un mes, don Alfonso tenía los norteamericana cultivadora y exportadora de uniformes para sus chicos. plátanos, asentada en la región desde 1924. Pero el futbol no prendía del todo entre los Dicen que don Poncho no se amilanó, al con- jóvenes y adultos. Tuvo que esperar otra dé- trario, tomó las cosas con filosofía y también cada para florecer. En tanto don Alfonso en- el bate y la manilla y se puso a jugar béisbol causaba sus ímpetus deportivos coadyuvan- con los costeños. Mientras, esperaba vientos do a la fundación del Club Deportivo Social favorables al deporte de sus amores. Vallarta, en mayo de 1943. En éste se impul- saban actividades sociales y los deportes del cipación de los tres equipos vallartenses, y volibol y el basquetbol, principalmente. los representativos de El Pitillal, Ixtapa, Las Juntas, San Vicente y El Valle de Banderas. Por otro lado, en los pueblos aledaños la afi- Este primer campeonato lo ganaría el equipo ción al futbol se incrementaba merced a la de El Valle, que contaba entre sus filas va- influencia de algunos maestros de escuela, rios refuerzos de la Perla Tapatía, entre ellos, seminaristas o artesanos venidos de lugares el legendario Arturo “Cura” Chaires, quien al donde ya se practicaba este deporte. En Ix- poco tiempo ya jugaba en Las Chivas Raya- tapa, fue el caso del maestro Francisco Javier das del Guadalajara, y más delante, con la Montes Damián, en 1953. En San Vicente, Selección Mexicana, en el Mundial de Futbol el profesor Guadalupe Becerra, también por Chile 1962. 1953. En las Juntas, el panadero don Manuel Rocha. En El Valle, Cecilio Dávila y hermanos, Los equipos de futbol empezaron a permear al parecer venidos de algún pueblo serrano en el pueblo. A formar parte de un sentimien- del occidente de Jalisco. to de identidad. A crear una afición apasiona- da que acompañaba a su escuadra durante En la cabecera municipal, los niños del otrora los encuentros locales y foráneos. Una porra equipo “Revolución” tuvieron que crecer para entregada que durante los partidos animaba fundar el Club de Futbol Imperial, en 1955. a su equipo y se “peleaba de lengua” con la Don Alfonso responde con la formación del porra contraria, intercambiando frases inge- equipo de futbol del Social Vallarta y el Club niosas que en ocasiones desataban las car- de Leones local crea su equipo, El León. Estas cajadas del respetable o la bilis de a quien tres escuadras vallartenses impulsan la fun- iban dirigidas. Llegaron a refinarse tanto las dación de la primera Liga Regional de Futbol, porras que aquello se convirtió en un espec- en 1958. En ese año se juega el primer cam- táculo paralelo a la práctica deportiva y en peonato de futbol de la región, con la parti- una razón más para asistir al encuentro. Las porras de Las Juntas y de San Vicente “saca- Pero todo cambió con el crecimiento acele- ban la patita del cercado” en tratándose de rado de la población de Vallarta y la región. frases ingeniosas y buscapiés verbales. Al- Entrada la década de los ochenta surgen gunas expresiones porristas eran auténticos otras ligas: la Liga Interzonas número 4, afi- “cuetes quebrados de la varilla”. liada a la Asociación de Futbol del Estado de Jalisco, que se escindiera de la Liga Regio- Los jóvenes locales empezaron a aprender de nal, llevándose a los equipos de la periferia, los jóvenes que venían de afuera, de Guada- desde El Tule y Gargantillo, en el municipio lajara, de Ameca, de Tepic… Aprendieron sus de Tomatlán, hasta Las Varas, del municipio jugadas, sus gambetas, su manera de pegarle de Compostela, Nayarit. En la cabecera mu- al balón, de dominarlo, de protegerlo. Des- nicipal, Puerto Vallarta, surgieron las ligas pués, desplegaron su propia inventiva, su in- Hotelera y Restaurantera, con partidos entre genio y sus habilidades. Se dieron cuenta de semana. Muchos jugadores de la liga domini- que también podían, de que en la región ha- cal, mediante ofrecimiento de trabajo, fueron bía mucho talento y recursos físicos. Se elevó reclutados por hoteles y restaurantes para sus respectivos equipos. Se daba entonces la su autoestima y seguridad en las canchas. Y situación de que algunos jugadores que eran un sentimiento de orgullo por sí empezó a compañeros de equipo en los juegos domini- crecer al igual que el amor a los colores del cales, resultaran contrarios en los juegos de rancho. Se jugaba entonces sin ningún otro entre semana. Además, con tantos partidos, interés que por el gusto de jugar, por amor los jugadores se saturaban. Empezaron a sur- a la camiseta, por amor al rancho. Se jugaba gir entre ellos otros intereses diferentes a los sólo un partido por semana, los domingos. deportivos. Intereses económicos o de traba- Los muchachos entonces no estaban satura- jo. Se empezó a perder el amor a la camiseta. dos de futbol. Aquello se convirtió en un “puño de ligas”, como en alguna ocasión expresara cierto afi- Otros, más prudentes, aprovecharon su etapa cionado vallartense. de bonanza, para ahorrar, establecer una fa- Sin embargo, ser buen futbolista, tener ta- milia, construir su casa o establecer su propia lento para jugar este deporte, significó en empresa, ya fuera fundar un restaurante, un Puerto Vallarta y la región, garantía de ob- complejo de apartamentos para renta u otro tener un buen trabajo. Un empleo bien remu- negocio. Para algunos, jugar bien al futbol nerado. Así como buenas relaciones, dentro significó una buena paga por partido, y a ve- de aquella sociedad pujante. Ser reconocido, ces jugando en diferentes ligas, participaban ser apreciado. Sobre todo desde la década de en varios partidos durante la semana. A los los ochenta, cuando surgen las ligas hotele- más prudentes, los más disciplinados y con ra y restaurantera. Los hoteles y restaurantes aspiraciones de altos vuelos, ser buen juga- competían entre sí para llevar a sus filas lo dor les permitió ser observados por visores mejor de la baraja futbolística regional. Así, del futbol profesional, y acceder a una opor- vimos surgir verdaderos trabucos en los re- tunidad inmejorable para cambiar su vida y presentativos de los restaurantes Carlos O’ la de su familia. Para salir del entorno de ca- Brian’s, Montecarlo, Chico’s Paradise; o de los rencias económicas, accediendo al futbol de hoteles Las Palmas, Holiday Inn y Sheraton, Primera División Profesional, como fueron los entre otros. Los buenos jugadores, de esta manera, accedían a puestos de trabajo en las casos, entre otros, de Enrique Alfaro Rojas, empresas turísticas. Puesto relevantes en lo José Curiel Madero, Demetrio Madero García, económico, como meseros, cocineros y can- Ernesto Quintero y Ricardo Cruz Verde. A es- tineros. Donde las propinas fluían en ciertas tos afortunados vallartenses, el futbol les dio épocas, como el catarro en enero. Muchos de “hasta para llevar”. Dieron gran salto en su ellos ganaron bastante dinero. Algunos, lo promoción económica y social. Fueron reco- derrocharon. Así como les llegaba, se les iba. nocidos internacionalmente. Se rozaron con grandes personalidades del ámbito nacional Vallarta, durante la segunda mitad del siglo y conocieron varios países del mundo. pasado y las primeras décadas del siglo XXI. Una mirada antropológica, en tanto que nos Mención aparte merece la llegada del futbol desvela cómo hemos sido en este lapso de profesional a Puerto Vallarta. En 1981, mer- tiempo. ced a la iniciativa de un grupo de personas, entre las que destacaban Heleno “El Chino” Y hasta aquí con la breve introducción al dis- Guzmán, Luis Reyes Brambila y Juan José Lo- currir de esta práctica deportiva en Puerto redo León, nace el Club Deportivo “Pelícanos” Vallarta y la región. Del deporte más popular de Tercera División Profesional. Equipo que del mundo. Baste sólo agregar que el presen- durante cuatro temporadas vino a refrescar te volumen no tiene la intención de escribir la el gusto por el futbol, expresado en la gran historia del futbol regional, sino la de presen- afición que llenaba al tope las graderías de la tar el testimonio vivo de algunos protagonis- Cancha Uno de la Unidad Deportiva “Agustín tas. Su título, “De la Patada”, alude al nombre Flores Contreras”. que los rancheros de la región le pusieron al En el presente volumen se presentan las vo- entonces recién llegado deporte: “el juego de ces de algunos protagonistas del devenir del la patada”. El título alude también a la suer- futbol amateur en la región. Los testimonios te que sufrieran algunos jugadores locales en también de promotores y aficionados de este su intento por acceder al futbol profesional. popular deporte. Voces que aluden al origen Pocos lograron realizar su sueño. Muchos no. de esta práctica deportiva, a los pioneros, a “Les fue de la patada”, por diferentes circuns- los espacios deportivos, a los diversos clubes tancias. Algunas ajenas a su voluntad. Desde surgidos a través de los años. Una relación de luego, no están todos los que son, ni son to- anécdotas deportivas, inmersas en el contex- dos los que están, mas, sirva este modesto to social y económico de la región de Puerto esfuerzo como antecedente para un estudio más profundo del tema, por parte de los in- vestigadores que vendrán en el futuro.

P.D. El autor ofrece una disculpa por la publi- cación de expresiones y palabras folclóricas, manifiestas por parte de los entrevistados, y que para ciertas conciencias pudieran parecer inapropiadas. Se ha querido transcribir las en- trevistas lo más natural posible, para que así conserven su sabor auténtico. Se asume que al habitante de la costa le gustan “el pulpo en su tinta” y “los camarones en su jugo”. Aclarando que el “menudo” no es un platillo regional, sino que fue importado, al parecer, de Sayula; la tierra donde el ánima ésa, se le apareció al tal Apolonio Aguilar. Porfr. Juan Manuel Gómez Encarnación. Puerto Vallarta, Jalisco. Mayo de 2019.

DE LA PORRA

¡Y no les pedimos chichiii…! gritaba Sal- El empate reencendió los ánimos del muje- vador López “El Guáguaras”, encarando río de la porra de Jarretaderas, que ahora al a las féminas de la porra brava de Jarre- fin se reponían de las burlas del “Guáguaras”, taderas, al tiempo que se arriscaba hasta para gritarle ¡Cállese, viejo tripón; panza de el cuello la camiseta blanca de algodón guitarrón desafinado! ¡Aprenda! ¡Ése si fue que lo vestía, y les mostraba uno de sus gol legítimo! ¡No como el penal que les re- galó “El Garabato” durante el primer tiempo! pectorales, largo, pronunciado, casi como el de una mujer, el cual sostenía con su El partido allá abajo se volvía más ríspido. mano izquierda, mientras que con la de- Tuvo que venir una genialidad de Andrés recha dibujaba ademanes en el aire. Mendoza “El Chivato”, que con pase desde la media cancha hacia la banda izquierda gana- El escenario, en lo alto de las graderías del ra las espaldas de la defensa de Jarretaderas, “Estadio” Agustín Flores Contreras, duran- poniéndole a modo el balón al “Caloris”. Ni te una de tantas tardes de domingo futbo- tardo ni perezoso, el delantero extremo del lero, en la década de los setenta. Mientras equipo azul lanzó un centro al corazón del allá abajo, en la cancha número uno, el centro área, tan exacto, cual si calculado con teo- delantero de Jarretaderas hacía cera y pabilo dolito, hacia el alcance de Nacho “El Patita” de la defensa del de Las Juntas, Fletes, quien se lanzó de palomita para des- clavándoles el gol de la igualada; luego de empatar el encuentro. que, con quiebre centelleante de cadera, le ¡Te juites horcón de en medio con todo y tus volteara el ombligo hasta el espinazo al Trujo, orilleras! Arremetió de nuevo “El Guáguaras” defensa central, y fusilara a placer a Juan José contra la porra del equipo rival, asumiendo Venegas “El Cuarras”, porterazo titular de los que el encuentro estaba ganado, pues falta- junteños. ban cinco minutos para el pitazo final. ¡Eh, pinche viejo panza de calabaza atravesa- y mustio, se replegó un instante, sintiéndose da! ¡No cante victoria todavía, que no por mu- burlado. Pero, un minuto después, otro gola- cho madrugar amanece más temprano! ¡Me- zo de Jarretaderas vino a rescatar de la igno- jor váyase al escusado, viejo malo pa` cagar! minia a las féminas de la porra nayarita. Gritaban las de Jarretaderas. ¡Ayjajá, ayjajá! ¡Ajúa! ¡Viejo tripón! ¡Ahora si Esta última frase arrancó la carcajada general chingates a tu madre! ¿No que el horcón de del respetable, que ahora hacía caso omiso en medio? del partido, para atender el pleito de lenguas Y el de Las Juntas, sintiéndose acorrala- en las graderías. do, sólo acertó a gritar ¡Cállense, viejas del El viejón de la porra de Las Juntas no se inti- “Garras”! midó y, sin soltarse la chichi larga que agarra- La frase, alusiva al lenón de Jarretaderas, al ba con el puño izquierdo, hizo un ademán con dueño del bule de Jarretaderas, encendió, puso los dedos pulgar e índice de la mano derecha, como agua hirviente al mujerío. Entonces, un cual si atenazara una moneda, y les gritó: alud de chanclas y mentadas de madre sepul- taron al “Guáguaras”, irremediablemente. ¡Eh, viejas jodidas! ¡Aprendan de mi herma- na… que tiene así, miren, así…! ¡Ay, viejo lonjas de tonina, viejo presumido! ¿Pues quién está hablando de dinero? ¡Así tiene las patas de güilitas, jajajá! comple- tó la frase el de Las Juntas. “El Guáguaras” re-enverdeció la carcajada ge- neral del auditorio. El mujerío, apachurrado

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región El Club Deportivo Social Vallarta.

Pasaron los minutos, y el equipo contrin- to conquistó la amistad de los comerciantes, cante calentaba ya, frente a una de las empresarios, agricultores y demás sectores porterías. Y don Poncho, aceleraba en su de la pequeña pero próspera población de desesperación. Uno de nosotros, no re- entonces. cuerdo quien, le dijo: Como deportista apasionado, miró con tris- —Don Poncho, no llega el portero ¿Qué teza que el deporte de sus amores, el futbol, hacemos? Y don Poncho volvió a excla- no se jugara en el paraíso. Guardó su balón mar: bajo la cama y se puso a jugar béisbol, en sus —Si no llega Felipe, va a atajar el más ratos libres, con los muchachos locales, allá feo de ustedes. en el lote baldío que era “El Campito”, frente al ahora hotel Río. Pasaron cinco minutos y el de Ixtapa no llegó. Entonces, don Poncho tronó: Cuenta la leyenda que, de vez en cuando, el entonces joven Alfonso interrumpía los bos- — ¡Con una chingada, Matanchén! ¿Lue- tezos de su balón, para acariciarlo y predis- go no me oíste que el más feo? ¡Ponte las ponerlo a la espera de mejores tiempos. rodilleras, no te hagas pendejo! El conocimiento y la práctica del béisbol los Don Alfonso Díaz Santos, contador público, habían traído a la región los trabajadores llegó a Puerto Vallarta a mediados de la dé- de la empresa norteamericana plantadora y cada de los treinta del siglo pasado, con un exportadora de plátanos Montgomery Com- oficio de comisión como titular de la Oficina pany, asentada en la hoy Delegación Munici- Subalterna Federal de Hacienda y un balón pal de Ixtapa, desde 1924 hasta 1936. de futbol bajo el brazo. Líder por naturaleza y porque las circunstancias lo hubieron entroni- Cuando don Poncho llegó había tres equipos zado como “el señor de los impuestos”, pron- de béisbol: Las Águilas de la CROM, El Pacífico 19 De la patada...

y el 17 Regimiento de Caballería del Ejército estuvo presente. Al fin le había hecho justicia Mexicano. Jugaban entre ellos partidos do- la vida a don Poncho en el paraíso. Dejó el minicales. Con el tiempo el 17 Regimiento se garrote de béisbol y sacó su balón, que ya retiró de Vallarta. Las dos oncenas restantes invernaba bajo la cama. siguieron contendiendo, pero poco a poco el Impulsor del deporte durante varias décadas apasionamiento hizo presa de los partidarios del siglo XX, la sociedad y el gobierno local de ambos conjuntos, llegando a las ofensas le honraron la memoria, poniendo su nombre e incluso hasta a conatos de bronca. Visio- a una importante Unidad Deportiva en la De- nario, don Alfonso, con la autoridad moral de legación Municipal de El Pitillal. que gozaba, convocó no sólo a los deportis- tas sino a la sociedad entera para plantearles La figura del hoy extinto don Alfonso Díaz la necesidad de crear un club social y depor- Santos se ha tornado legendaria en la región. tivo que diera cohesión a la comunidad. Los Y aquí se ofrecen testimonios varios acerca comerciantes respaldaron la idea. Así nació del personaje y del equipo de sus amores, el el “Club Deportivo Social Vallarta”, el día 5 Deportivo Social Vallarta. de febrero de 1943, incluyente y multidisci- Xóchitl Guadalupe Díaz Santos Rivera, plinario. Arropó en sus colores no sólo a los hija de don Alfonso, dice: beisbolistas, sino que también a las mucha- chas, muchachos y personas casadas. Impulsó Mi papá nació en Ameca, Jalisco, el 6 de eventos sociales como bailes de Año Nuevo y agosto de 1910. Era contador público. Lo festejos varios. En lo deportivo, las activida- nombraron Jefe de la Oficina Sub-alterna Fe- des se diversificaron, impulsándose también deral de Hacienda en Puerto Vallarta. Por ese las prácticas del basquetbol y el volibol. En motivo vino a ejercer a este lugar en 1935, 1958, cuando se creó la Liga Regional de aproximadamente. Aquí conoció a mi mamá, 20 Futbol, el Deportivo Social Vallarta también la señora Esperanza Rivera Peña. Con ella Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

procreó a sus hijos Carlos Alfonso, Xóchitl puje titánico el de mi papá por impulsar el Guadalupe, Patricia, Cuauhtémoc y Luis Jalol- deporte en todos los sentidos. Me acuerdo co. Entonces Vallarta era un pueblito pinto- que yo tenía trece o catorce años, cuando me resco, de agricultores y pescadores, en donde mandaba con todos los balones desinflados todos nos conocíamos. Recuerdo que él te- en un costal, a la gasolinera que estaba en nía su propio equipo de futbol, conformado contra esquina del hotel Rosita, para que los por sus hijos. También impulsaba el volibol inflara. A mí me daba vergüenza. Ya estaba femenil. Cuando yo estaba en la secundaria, la ETI 49, nos llevaba a las muchachas a ju- medio señoritinga y renegaba ¿Por qué no gar a Ixtapa, Las Palmas y El Pitillal. Era muy mandaba a Temoc, a Jalito o a Carlos? Tenía entusiasta en promover el deporte en gene- que ser yo, con la válvula, para que le inflara ral. Mi papá se compaginaba muy bien con el los balones. “Papá, mande a Temoc”. “No, ve profesor Pablito López Joya. Cuando mi papá tú”. Así es que tenía que ir yo, cargando los no podía asistir, el profesor Pablito le apoya- balones. Me daba vergüenza. ba acompañándonos. La cara oscura del futbol me tocó sufrirla a Llegó el tiempo en que no había quien lo mí, porque cuando mis hermanos llegaban apoyara económicamente. Mi papá hacía los lastimados de los partidos, mi papá me or- gastos de su bolsillo. Me acuerdo que cuan- denaba: “Xóchitl, ponle árnica a Juan Carlos”. do estaba chiquilla, llegaba él de Guadalajara “Xóchitl, aplícale el iodex a Cuauhtémoc”. Que con aquellas cajas de cartón. Yo no sé cómo se las traía. No tenía ni vehículo. Y cuando inflar los balones, que las vendas…Entonces, abría las cajas, aparecían los uniformes, que yo odiaba el futbol y, aún lo sigo odiando. Mi él mandaba a hacer y pagaba de su bolsillo. mamá estaba muy ocupada en el restaurante. Porque no había quien lo apoyara aquí, nin- A mí me tocaba restañar los estropicios de gún comerciante. Prácticamente fue un em- ese deporte “de la patada”. 21 De la patada...

Sin embargo, a mi padre lo recuerdo honesto. hermano Carlos Alfonso, entre muchos otros. Con sus hijos un amor. Muy cariñoso. Nos que- Yo fui jugador del Social de la segunda gene- ría mucho. Fue Presidente Municipal suplente ración. Cuando ya tenía 25 años y estudiaba de don José Vázquez Galván. Cuando éste se en Guadalajara, venía los domingos a jugar enfermó, mi papá cubrió el interinato por al- en la primera fuerza. Yo siempre jugué en el gunos meses. Entonces yo lo acompañaba a Social mientras existió. Mi hermano Jalolco, las inauguraciones de los eventos deportivos. en algún tiempo se fue a jugar al Imperial, al Me sentía la Primera Dama de Vallarta. acérrimo rival, para berrinches de mi papá; Cuauhtémoc Díaz Santos Rivera, químico —¿Cómo es posible que mi hijo, teniendo yo farmacobiólogo, también hijo de don Al- mi equipo, se haya ido a jugar con Guillermo? fonso, dice que: Mis compañeros de esa generación fueron “El Cuando era un niño me tocó ver jugar a la Garri” Carrillo, José de Jesús Carrillo Flores, primera del Social Vallarta. Recuerdo a Sal- “Matanchén” todavía, Armando García Bernal vador Gutiérrez, mejor conocido como “Cha- “El Chato”. Éste, de los jugadores fuertes; de va Mamadas”. Era empleado de obras públi- hecho mi papá impulsó y cooperó para que cas del Gobierno Municipal. Ver también al fuera a probarse a Chivas. Jalolco, mi herma- “Popo” Gómez, a “El Cuadrado”, al “Candan- no; Ángel “El Espátula” Gómez, hermano de duy”, a los parientes del “Che” Rodríguez, al Joaquín “El Jau Meny”. El uniforme del Social doctor Juan Meza y sus hermanos Eduardo y era parecido al del Monterrey, camiseta a ra- Miguel, hermanos de Alejandro Meza, el fun- yas azules y blancas, pero con pantaloncillo dador de “La Surtidora”, primera tienda de- blanco. Nos inclinamos, como mi papá, por el partamental en Vallarta. También jugaban en deporte del futbol. Nos heredó el cariño por el primer equipo de futbol del Social el por- Las Chivas Rayadas del Guadalajara. Yo me 22 tero Rubén Gómez Bernal “Matanchén” y mi emocionaba con los jugadores mayores que Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

yo, “El Chatillo”, Rigoberto Cruz Verde, “El —¡Ah, bueno, entonces no presto mi balón! Espátula”… Hubo un tiempo en que mi papá — Y recogió el único balón que había en ese empezó a traer jugadores de afuera, sobre momento. — ¡No, no. Espere, don Poncho! todo de Ameca. Así como Gonzalo Delgado ¿En qué posición quiere jugar? lo hacía en La Colonia. Costeaba los gastos Desde entonces, durante las cascaritas, mi del pasaje, les daba uniformes. En ese tiempo padre hacía la alineación: “Yo y diez más”. no se acostumbraba pagarles a los jugado- Bueno, eso se decía. res, como ahora, pero los gastos era consi- Mi papá era de carácter fuerte, pero amoroso. derables. Todos los que jugábamos en ese Por su honestidad, por su entrega al depor- tiempo, lo hacíamos por amor al deporte. No te, era mi ídolo. Nunca aprovechó su puesto había la necesidad de que nos pagaran. La en la Federal de Hacienda para hacerse in- mayoría ingresaba por gusto a los equipos. debidamente de propiedades. Recuerdo que También los padres de los muchachos les da- tan sólo tenía una motocicleta. Yamaha, por ban para sus gastos. cierto. Él se entregó a Vallarta por la vía del deporte. Se cuenta de una ocasión, cuando mi papá ya era mayor, a la hora de iniciar el partido El Club Social Vallarta no sólo impulsaba el de cascarita, luego del entrenamiento, quiso deporte, sino que también organizaba even- jugar. Pero los jóvenes le decían: tos sociales, bailes, convivios, etc. Me acuerdo de algunos eventos que se realizaban en “Las — No, don Alfonso, usted no… Quédese sen- Margaritas”, para recabar fondos y sostener tadito ahí en la banca. a los equipos deportivos. Yo todo el tiempo jugué en la media cancha. Mi hermano Jalol- — ¡Es que yo quiero jugar! co, en la defensa. Mi hermano Carlos, en la — No, mejor siéntese. delantera, de extremo derecho. 23 De la patada...

“La Tía”, “El Choya”, Manuel, eran tres juga- Colonia. Me retiré hace cinco años, siendo ju- dores muy buenos que mi papá traía de Ame- gador de La Colonia Emiliano Zapata. ca; cuando yo apenas andaba haciendo mis La alineación ideal del Social Vallarta de to- pininos en la Segunda. Era cuando el Social dos los tiempos pudiera ser: Manuel, un por- Vallarta estaba fuerte, con jugadores forá- tero alto, de Ameca. Defensas: “Chicho” Pé- neos. Recuerdo que en una ocasión mi papá rez, Ángel “El Espátula” y Armando “Chatillo” trajo al primer equipo del Guadalajara, en los García Bernal, que también jugó en la Colo- tiempos del “Willy” Gómez, a jugar contra un nia. En la media, el urólogo Raúl Meza, Felipe combinado vallartense. García el contador, Francisco Ávalos, Chava Pero el Social Vallarta empezó a decaer. No Guerra, “El Garry” Carrillo, Eduardo Meza y había patrocinios. Mi papá estaba cansado y “El Chispi” Ávalos. Delanteros, José de Jesús Carrillo Flores, el Ingeniero Rafael Gómez, el le dejaban a él solo el paquete. Poco a poco doctor Juan Meza como extremo izquierdo y el club empezó a declinar. Y aunque jugaban “La Coneja”, que siempre andaba disputando varios profesionistas en el equipo, nadie qui- el campeonato de goleo con Nico Curiel, del so echárselo al hombro. Yo creo que el fin del Imperial. Social fue en 1982, aproximadamente. Para mí los rivales a vencer eran Colonia Emi- Después de que desapareció El Social, me fui liano Zapata e Imperial. a jugar con la familia Curiel, al Motorautos. Luego de dos o tres temporadas de jugar Rubén “Matanchén” Gómez Bernal dice: ahí, Miguel “El Camarón” me invitó a jugar Me acuerdo que cuando se inauguraba el a La Colonia Emiliano Zapata. Me sentí bien campeonato, todos los clubes querían lu- jugando en La Colonia. Era un buen equipo, cirse, llevando como madrinas a las mucha- 24 con grandes amigos. De hecho sigo siendo chas más guapas. Los ramos de flores más Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

bonitos. Había desfile de equipos, desfile de buen portero, livianito. Se llama, porque to- muchachas hermosas, desfiles de políticos, davía vive, Felipe Melchor Tovar. Cuando éste de líderes sindicales. En esas ocasiones se se vino a estudiar secundaria a la ETI 49, don ponía la gente sus mejores trapos. Aque- Poncho lo vio jugar con el equipo de la es- llo era una pasarela en todos los sentidos. cuela. El muchacho le gustó para que fuera Había mujeres que iban al “Estadio” hasta portero del Social Vallarta. Don Alfonso tuvo de tacón alto. Hasta el líder estatal de la que ir a Ixtapa a hablar del asunto con el doc- CTM, don Heliodoro Hernández Loza, llegó tor Ignacio Guillén Arriola, quien manejaba el a venir a la inauguración de algún torneo. equipo Olímpico. Ya no se diga de los Presidentes Municipa- — Doctor, quiero que Felipe juegue con no- les. Candidatos y aspirantes no se perdían sotros ¿Cómo ves? aquel escaparate, aquel “baño de pueblo”. — ¡Ah! ¿Sí? Pues háblele a su cartera Rubén “Matanchén” Gómez Bernal es descen- don Alfonso, porque nosotros necesitamos diente de dos de las familias más arraigadas balones. en la historia de esta región. Por azares del destino fue portero del Social Vallarta desde Entonces, hicieron la transacción. Fue en ese mediados de la década de los sesentas del primer “draft” ranchero de la región que don siglo pasado. También, por esos motivos, fue Poncho entregó cinco balones al doctor Gui- periodista de varios medios de comunicación llén y Felipe Melchor pasó a engrosar las filas impresos locales, desde 1971. Nos cuenta así del Social Vallarta. Jugó uno o dos partidos con nosotros, pero al tercer partido ya no se su experiencia: presentó. Recuerdo que un domingo, en la Allá por 1964 o 1965, no lo tengo muy pre- Unidad Deportiva, ya casi para iniciar el par- ciso, había un muchacho delgado, alto, chini- tido, Felipe no llegaba. Don Poncho, que era to, que jugaba en el Olímpico de Ixtapa. Muy muy renegado, despotricaba: 25 De la patada...

— Ah jijo de la chin…, éste muchacho cabe- Desde entonces fui portero. Yo que amaba zón no aparece y no tarda en pitar el árbitro. ser defensa lateral derecho. Don Poncho era una chispa, una chulada de viejo. Lo mirábamos pasearse de un lado para otro, desesperado, porque Felipe no llegaba. Y al Me acuerdo que en aquellos tiempos había fin nos dijo: un equipo de la ACJM, Asociación Católica de Jóvenes Mexicanos, por parte de la Iglesia. —¡Si no viene este muchacho cabrón, voy a Cerca del templo de Guadalupe había un lote poner de portero al más feo de ustedes! baldío donde se hacía ladrillo. Ahí estaba Chi- Pasaron los minutos, y el equipo contrincante co “El Ladrillero”. Me parece que él fundó ese calentaba ya, frente a una de las porterías. Y equipo. Pero los cimientos del futbol vallar- don Poncho, aceleraba en su desesperación. tense son Imperial y Social. Uno de nosotros, no recuerdo quien, le dijo: En algún tiempo “El Guille” me invitó a su — Don Poncho, no llega el portero ¿Qué equipo y estuve jugando también en el Impe- hacemos? rial. El imperial sigue vigente. Tiene equipos en la liga dominical, en la Master y también Y don Poncho volvió a exclamar: trabaja con niños. — Si no llega Felipe, va a atajar el más feo Hubo una época, la época dorada, en que era de ustedes. tal el pique con El Imperial que, los del Social Pasaron cinco minutos y el de Ixtapa no llegó. hacían su vaquita para traer jugadores de fue- ra, principalmente de Guadalajara y Ameca. Entonces, don Poncho tronó: Después surge, como tercero en discordia, el —¡Con una chingada, Matanchén! ¿Luego no club de La Colonia Emiliano Zapata. Pero al me oíste que el más feo? ¡Ponte las rodilleras, principio los agarrones eran con El Imperial. 26 no te hagas pendejo! El Social Vallarta era un equipo más abierto. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Cuando venían jóvenes fuereños a trabajar a nía de la playa, borracho como casi siempre, Vallarta, si les veían “patas de gallo”, inme- y al cruzar la carretera alguien lo atropelló. diatamente los jalaban a las filas de don Pon- En mis inicios jugué varios años con el Social cho. En aquellos tiempos había otros buenos Vallarta, como portero de la primera. Con el equipos, el Azteca y el Cruz Blanca, ambos de tiempo, éramos muchos. Empezó a ingresar la colonia del Cerro. Llegué a jugar con ellos, gente más joven. Ya no me daban chance de junto con Ludgerio López, porterazo. Muy jugar. Entonces me invito “Guille” a la segun- fumador, hasta en los partidos. Estaba en la da del Imperial. Jugué cerca de dos años ahí. portería y con su cajetilla de Raleigh, al pie “Guille” era muy inteligente, sabía de futbol. A del poste. Cuando el balón andaba en el área él le aprendí muchas cosas de la portería. Me contraria, encendía su cigarrito, “para contro- tocó jugar aquellos clásicos. La semana pre- lar el nervio”, decía. Por cierto que su her- via, pensabas en el encuentro del domingo. mano, Benjamín López, era un buen jugador, El sábado te ibas a acostar temprano. Otro goleador del Imperial, ambidiestro, hábil en el día, antes del partido, sentías la adrenalina manejo del balón, no se lo despegaba mucho hirviendo en tu cuerpo. No había televisión, de los pies. Pero a mi ver, el jugador más toda la gente se volcaba a la Unidad Depor- completo que ha habido aquí en Vallarta, in- tiva. Era muy bonito aquello, la familia, los cluso material para la selección mexicana, fue adultos, los niños… Terminado el partido, ya “El Pato”. Flaco, alto, elegante para jugar, de en la tarde, nos íbamos a bañar al río. Ropa las filas del Imperial. Con el tiempo se hizo al- limpia y a la plaza, a comentar el partido con cohólico. Pero fíjate el físico que tenía: se iba los amigos o mirar a las muchachas. También, a bañar a la playa Las Glorias, se metía al mar, a tomarnos una “Superior”, al bar “Punto Ne- “pedo”. Y nosotros decíamos “ya se ahogó gro”, que estaba en contra esquina de la plaza este cabezón”; pero como a la hora u hora y principal. Me acuerdo que “Guille” se sentaba media salía. Y su muerte fue que, una vez ve- en una banca de la plaza. Era su costumbre. 27 De la patada...

Luego llegábamos hasta él a hacer bolita y a goleadores, y más cuando el balón se moja- platicar, comentar el partido. Era muy querido ba. No sólo te peinaba sino hasta las greñas Guillermo Rodríguez. Para mí fue el impulsor te arrancaba. Ah! Pues te cuento una cosa in- del futbol regional por excelencia. Era inte- creíble. En una ocasión, en un partido de en- ligente y visionario. Siempre insistió en que trenamiento, alguien cabeceó en el área y yo el futbol se dividiera por edades. Él creó las me lancé sobre el balón, con tanta suerte que diferentes categorías. En las asambleas de la lo agarré de la punta de la antes dicha correa, liga no había quien le ganara. Él dirigió la Liga Regional por mucho tiempo. Como ju- causando la admiración de los presentes y la gador no se distinguió, pero era técnico, te- propia por aquella chiripa que nunca se vol- nía visión de campo, jugó mucho en la media vería a repetir. cancha. Su fuerte era ser entrenador. Fue el Había un personaje muy conocido aquí en director técnico del Imperial por toda la vida. Vallarta. Le decían “El Güero Gorradas”. En Falleció en 2006, de cáncer de colon. una ocasión que no había árbitro, le pidieron En aquellos primeros tiempos los balones que él fungiera como tal. Éste tomó el silbato eran de cuero. Estaban cubiertos con gajos y se encaminó al centro de la cancha. Desde de cuero. Tan pesados y duros que cuando ahí estuvo pitando. Y el balón ya se iba hacia llovía no les metías la cabeza ni a mentadas una portería y hacia la otra, y “El Güero” en de madre. Sobre todo cuando habían sido re- el centro, arbitrando a distancia. Y allá en las parados. Cuando se ponchaban, se les rajaba un gajo con navaja para sacarles el blader, áreas, los jugadores se tumbaban, se zancadi- la cámara interna de hule, y parcharlo con lleaban y nada. — Oye, Güero cabrón; muéve- material de bicicletas. Después, se cerraba la te, corre hacia las porterías—, le reclamába- herida, hilvanándola con una correa. Aquello mos los jugadores. Él contestaba — ¿Y para 28 quedaba muy áspero para la cabeza de los qué? Al cabo por aquí van a pasar. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Mi papá era don Rodolfo Gómez Sánchez. —¡Es penal larga, cabrones! ¡No discutan! Fue tres veces presidente municipal. Él trajo Me acuerdo que cuando se inauguraba el la masonería a Vallarta. Por eso no lo quisie- campeonato, todos los clubes querían lucirse ron casar aquí, por la iglesia. Se tuvo que ir a llevando como madrinas a las muchachas más casar a Guadalajara. Entonces la gente estaba guapas. Los ramos de flores más bonitos. Ha- muy cerrada. Él fundó aquí, junto con otros bía desfile de equipos, desfile de muchachas compañeros, una delegación de la CROM, en hermosas, desfiles de políticos, de líderes sin- 1925. Su fuerte eran los estibadores. Los que dicales. En esas ocasiones se ponía la gente cargaban y descargaban los barcos. sus mejores trapos. Aquello era una pasare- Aquí había tres buenos rematadores de cabe- la en todos los sentidos. Había mujeres que za: Norberto “La Coneja” Joya, Nicolás Curiel iban al “Estadio” hasta de tacón alto. Hasta el y mi hermano Rodolfo “Popo” Gómez. Los líder estatal de la CTM, don Heliodoro Her- dos primeros del Imperial y el último del So- nández Loza, llegó a venir a la inauguración cial Vallarta. Estamos hablando de jugadores de algún torneo. Ya no se diga de los Presi- de Vallarta. Pero los mejores futbolistas ve- dentes Municipales. Candidatos y aspirantes nían de Las Juntas: “Caloris”, Andrés “Chiva- no se perdían aquel escaparate, aquel “baño to” Mendoza, el profe Juan José “Cuarras” Ve- de pueblo”. negas, “El Patita” Fletes… Por cierto que en En los tiempos de Marcelo Alcaraz Güereña una ocasión, en Las Juntas, jugando contra el como Presidente Municipal, en 1971, en la Cruz Azul, pitaba un árbitro medio flojo. Pitó Isla del Cuale habitaba mucha gente. Había una penal desde la media cancha. Enojados, varias chozas frente al mercado del río. De- fuimos y le reclamamos: bido al huracán Lily, se vino la inundación y —¿Cómo puedes marcar una penal desde la el agua casi rebalsaba el puente. Había unas media cancha, si no estás en la jugada? familias en La Isla. Llegó Marcelo, agarró una 29 De la patada...

soga, se metió y empezó a sacar a la gente. — ¡Ah bueno! —Se la escribí en manuscrito. Y muchos, entre ellos yo, ahí de mitoteros, Desde ahí, como periodista, duré quince años viendo aquella acción tan valiente de nues- escribiendo las notas a mano. Se me hizo una tro Presidente Municipal. En ese tiempo, don bola en el dedo de tanto escribir a lápiz sobre Pedro Cortés Parra era dueño del periódico un block de hojas blancas. Pasó cerca de un El Guardián. Él venía del malecón y me escu- mes de mi primera nota, y un día me dijo don chó que yo estaba platicando los hechos a mi Pedro: mamá. Se detuvo en la esquina, interesado. Me llamó: —Veo que tienes mucha relación con el fut- bol ¿No te gustaría escribir en el periódico? — ¡Eih, ven joven! — ¡Sí! — ¿Cómo está, don Pedro? — Bien, ve mañana a mi casa, para que reci- — Bien, muchacho. Escuché lo que hablabas bas unas clasecitas de periodismo. de la inundación ¿Por qué no me haces una notita? Así empecé. Me gustaba que en la porta- da aparecieran “Resultados del futbol, por — A ver don Pedro ¿De qué se trata? Matanchén”. — Mira, veo que tú eres un muchacho instrui- Escribí primero en El Guardián. Luego cola- do, por la forma en que platicabas a tu mamá. boré con Mariquita Sandoval, en el “Aquí Va- Hazme la notita, para el periódico. llarta”. Después, el Lobo y yo creamos Puer- to Vallarta, Voz e Imagen. De ahí, al Vallarta —Don Pedro, pero yo nunca he escrito, no Opina; luego al Policías y Ladrones, y ya, me sé cómo. quedé en El Sol. Escribía también en el Diario 30 —Hazla, así como le platicaste a tu mamá. de la Bahía y en El Mercurio. Escribí en casi Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

todos los diarios locales. También fui corres- años y yo le cargaba la maleta deportiva. Ahí ponsal de Notisistema, de El Informador, de empezó a gustarme el futbol. De aquellos El Heraldo de México, del Esto. Yo cubrí todo años recuerdo al equipo León, donde juga- el movimiento ciudadano de “La Coalición ban Chava Macedo, “El Che” González, “El José López Portillo”, a finales de los setenta. Semi” y su hermano Poncho. En la actualidad tengo dos columnas: “Así Después jugué en el equipo de la Escuela ve Matanchén la Cascarita” y “Taxi 075”. Yo Tecnológica Industrial, la ETI 49, en mis años fui taxista por mucho tiempo y el número de de secundaria. Ahí nos entrenaba don Alfon- mi taxi era el 075, de ahí el nombre de la so Díaz Santos. Tuve como compañeros de columna. esa época, entre otros, a Beto Amézquita, Al- Testimonio de José de Jesús Carrillo. fonso Palomera, “Ticho” Bernal, Armando “El — ¡Cabrón!—me gritó— ¡Te pedí que me Borrego” y Javier Villaseñor. Después, desde pusieras el balón en la cabeza de arriba, no 1968 y hasta 1981 jugué como centro de- en la de abajo! lantero principalmente, o extremo derecho, en el Social Vallarta. Aunque llegué a jugar en Nació en Puerto Vallarta, el 15 de diciem- el medio campo o hasta en la defensa, cuan- bre de 1950. Inició a jugar futbol en 1963, en el equipo de la ACJM, la Acción Católica do la situación lo requería. El Social Vallarta de Jóvenes Mexicanos, que dirigía Inocencio desapareció cuando falleció “Don Poncho”, si Santos Sánchez “El Gamboa”. Así nos cuenta no mal recuerdo en 1981. su historia futbolera: La primera generación de futbolistas del So- Cuando yo era un niño de 9 o 10 años, acom- cial Vallarta la conformaban, entre otros mu- pañaba a un primo mío, que jugaba en el Im- chos, Felipe Palacios, el licenciado Cuéllar, perial. Él era un joven macizo, de algunos 25 “Popo” Gómez, Ángel García “El Espátula”, 31 De la patada...

Joaquín García “El Jau Meny”, “El Cuadrado”, mal al balón, el caso es que la bola le llegó “El Corcho”, don Poncho… rasa a la altura del ombligo. De la segunda generación fuimos, entre otros, — ¡Cabrón!—me gritó— ¡Te pedí que me pu- “El Chato” García, “El Flechas”, Maximiliano sieras el balón en la cabeza de arriba, no en “El Max”, “El Azulito”, Chava Guerra, Javier la de abajo! Villaseñor, “El Chino Joyero”, Saúl Bañuelos y Jesús Carrillo, su servidor. También José Cor- Todavía José Cortés y “El Kiri” Macedo recuer- tés Carrillo, “El Kiri” Macedo, David Quintero dan cuando don Poncho les instruía acerca de “El Chicuás”. Don Poncho traía jugadores de cómo atacar: — Nomás uno debe pasar, el afuera, de Guadalajara. Recuerdo a “La Tía” y balón o el mono, pero no los dos. a Manuel, dos jugadores buenísimos de Ame- Y cuando en los partidos les gritaba a sus ca. “El Choya” era un mediocampista muy defensas a la hora de despejar en una juga- bueno. da apretada: — ¡Arremanguen con todo y ca- Don Poncho era un hombre muy entusiasta. brón, mis hijos! En los entrenamientos quería que todo salie- ra perfecto. Era muy duro. Me acuerdo que Me platicaba don Poncho que él había nacido me lanzaba el balón por la banda derecha y en 1908. Que en 1928 había llegado a Puer- yo corría tras éste, simulaba recortar a un de- to Vallarta, como Subdelegado de Hacienda. fensa y tenía que mandar la bola al área, justo Así es que cuando yo inicié en el Social Va- a la cabeza del delantero. Ahí me tenía repi- llarta él era un hombre de 60 años. Pero en tiendo el ejercicio, hasta que me salía bien. En los entrenamientos él quería alinear, quería una ocasión se colocó él mismo en el filo del jugar. Aunque a veces sus hijos le decían “Oye área y me dijo: “pónmela, muertita, en la ca- papá, dales chance a los jóvenes”. Pero él era 32 beza”. Y yo, sería que me resbalé o le pegué el dueño del balón. No había lucha. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

En una ocasión llegó a los entrenamientos José Luis “Chicho” Pérez Hernández dice: Salvador “Chavita” González, hijo de los due- Me quería tanto don Poncho que… me do- ños del hotel Rosita. Traía un balón nuevecito lió mucho cuando falleció. Pero, para allá que le había traído de Guadalajara su papá. vamos todos. A la hora de hacer el partido interescuadras, Nací en Puerto Vallarta, el 24 de abril de don Poncho hizo a un lado sus balones vie- 1950. Soy el menor de cinco hermanos. Mi jos y escogió el nuevo de Chavita. Don Pon- papá se llamaba Clemente Pérez Ocampo y cho dispuso quienes jugarían en un equipo mi mamá Nicolasa Hernández de León. Mi pa- y en otro. Obviamente, él alineó en uno de dre fue pescador, de mediados del siglo pasa- ellos, como centro delantero. Iba a iniciar el do. Crecí en ese ambiente. Inclusive mi padre encuentro cuando desde fuera de la cancha, me quiso llevar con él para que me hiciera pescador, como mis hermanos mayores, pero Chavita, que había quedado fuera de la ali- mi mamá no quiso. Ella deseaba que yo estu- neación, le gritó: diara y consiguió un dinero para comprar lo — ¡Don Poncho! ¿Me puede dar mi balón? necesario y yo pudiera entrar a la secundaria. ¡Ya me voy! Soy de la primera generación de la Escuela Tecnológica Industrial, la famosa ETI 49, que — ¿Es tuyo el balón? abriera sus puertas en 1962. Gracias a mi ma- dre, porque mi padre ya me quería cargar con — ¡Si! la atarraya y la cubeta para recoger sardinas, — ¡Me lleva la chingada! A ver tú, Pedro. Sal- la carnada de entonces para la pesca. Porque te. Dale chance a Chavita. entonces había muchas sardinas en las pla- yas de Vallarta. Me acuerdo que alrededor de Así resolvió el problema. las fiestas del 5 de Mayo, que se celebraban 33 De la patada...

mucho en Vallarta, había unos cardúmenes cos a cargar frijol, él era quien dirigía la ca- enormes de sardinas que llegaban por esos noa, desde la popa, para acercarla al barco a tiempos, seguidas por tiburones. Recuerdo descargar. De los barcos salían los cabos, de haber visto sus aletas cerca de la playa. Los los winches, de las plumas y subían los cos- tiburones las perseguían hasta la orilla, hasta tales. Me acuerdo de algunos compañeros que se varaban con las olas. Entonces la gen- de mi papá en esos menesteres, “El Borrego”, te las recogía en cubetas. Unos para comer, “El Bule” Tovar, “El Chacala”… Eran hombres otros para carnada de los anzuelos. Ya no he maduros pero fuertes. Cargaban los barcos visto ese fenómeno. Creo que tuvo mucho frente al hotel Rosita. que ver la reducción de los esteros con el Llegué a pescar con cuerda, pesca de buchi- crecimiento urbano. to y desde la canoa. Mi papá sabía de varios Me gustaba ir con mi padre y mis hermanos picaderos, donde había muchos peces, inclu- a pescar, los sábados o en vacaciones. Mi pa- sive, en lugares muy adentro del mar. A mis dre tenía canoa. A puro remo nos íbamos a hermanos se los legó, pero mis hermanos ya los lugares que él ya conocía, donde había fallecieron. Traían unos meros muy grandes, picazón. Una vez sacamos un mero tan gran- de a metro, o metro y medio. Me acuerdo de de que casi nos volteaba la canoa. Pesaba los bacalaos, color cafecito pero la carne muy tal vez doscientos kilos o más. Me acuerdo blanca, eran de primera. El mero es piedrero, que se atracaba en el hotel Rosita, y uno de fondero. Había mucho pescado. No se con- mis hermanos fue a ofrecerle el mero a don sumía aquí lo que se sacaba. Lo llevaban en cuaresma para Mascota, Talpa, hacia la sierra. Salvador González, dueño del hotel. Y sí, le Llegué a sacar sierra, curbina… En tiempos vendimos el animal aquel. de frío llegaba el huachinango. Había muchas Mi padre era afiliado a la CROM, de los inicia- especies, chihuiles, pámpanos, constantinos. 34 dores. Recuerdo que cuando venían los bar- Había robalos en los esteros. Carne de pri- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

mera. Me divertía mucho con la cuerda, me para vernos jugar. Había un maleconcito por gustaba pescar. Cuando se pegaba alguno la calle Agustín Rodríguez. Cada domingo grande, que no lo podía sacar, les pasaba la se ponía lleno aquello. Las porras, los papás cuerda a mis hermanos o a mi papá. La cuer- de algunos de nosotros. Se ponía interesan- da, si no tenías cuidado, te cortaba los dedos. te. Pero era un quebradero de vidrios en las ventanas del hotel Río. El señor Marroqui nos A la edad de 14 años empecé a jugar futbol. odiaba. Era el dueño del hotel. Nosotros lo Antes, en el 63, cuando tenía 13 años, juga- consolábamos, cuando se ponía la cosa color ba con mis amigos béisbol, en “El Campito”, de hormiga. Le prometíamos que ya no íba- frente al hotel Río. Usábamos garrotes como mos a pegar fáules sino puros jonrones. Eso bates. Guantes viejos y destartalados. Un grin- me alejó temporalmente del futbol. Eran bue- go jubilado nos veía. Cuando fue a su tierra, nos bates de madera. Me acuerdo de unos a su regreso, trajo cuatro equipos completos negros, buenísima madera. Fue un estímulo de uniformes juveniles de béisbol. Pantalo- grande. Durante unas Fiestas Patrias hicimos nes, camisetas, manillas, caretas, todo, menos un torneo relámpago con los cuatro equipos. zapatos. Los repartió entre cuatro barrios de Por cierto que ganamos Los Delfines. El Ayun- Vallarta. El barrio de los Riquillos, “Los Jets”, tamiento nos dió un dinero de premio. Pero el los manejaba Carlos Robles, de la CTM. Los mánager y otros de sus amigos, que ya toma- de la colonia 5 de Diciembre eran “Los Satur- ban, se quedaron con la lana. A los chavalillos nos”, los del Parque Hidalgo, toda esa raza. nos dejaron abanicando. Estaba entonces yo “Los Roquets”, que los dirigió Manolín, el que en primero de secundaria. proyectaba las películas del Cine Morelos. Y “Los Delfines”, los hijos de pescadores, los Cuando se acabaron esos juegos de beis, no de la playa, ahí entré yo. Jugaba la segun- hubo quien hiciera de nuevo el torneo. Cada da base. Ya uniformados, parecíamos profe- quien se quedó con su uniforme. Empezaron sionales. “El Campito” se llenaba de gente, a formarse equipos de otros barrios pero no 35 De la patada...

con la misma dinámica. Entonces brotó la — ¡Pues vamos, pues! —Y ahí vamos, así le fiebre del futbol. Ahí en el Campito empezó brincamos al primer equipo. Pues no se ajus- a jugarse. La ETI también hizo su equipo de taban ya. Fue mi primer partido en la primera. futbol, para la segunda fuerza. Pero yo no ju- Esa vez ni credencial ocupé. Al siguiente cam- gué ahí. Estábamos en esas cuando nos llamó peonato la cosa era más formal. Ya íbamos a Chava “Mamadas” Gutiérrez. Por cierto que entrenar con don Poncho, miércoles y viernes. después fue mi padrino de matrimonio. Nos Dos días a la semana. Con entrenamientos invitó al Social, nos hicimos del Social Vallar- empezamos a rendir más. Entonces tendría ta. Lueguito le brinqué a la primera porque yo como 16 o 17 años. Ya había salido de la el Social se había desmantelado. Varios ju- secundaria. gadores se habían salido, “Popo” Gómez, Mi- guel Meza... Cuando entré ahí, jugaba junto Cuando estaba en la doctrina, el padre hizo a “Yayo” Meza. Éramos los dos medios de la un equipo de la ACJM. Se formaron dos equi- primera. Esto sucedió desde cierto día en que pos, “A” y “B”. El “A” estaba al mando de Mi- andábamos en los cajos, allá por Los Tules, y guel Ángel Yerena. Los otros estaban con Los pasó un volteo lleno de gente. Nos vieron y Gamboa, que vivían frente al mercado. Noso- empezaron a gritarnos: tros jugábamos en la segunda, pero éramos — ¡Órale, cabrones! ¡Súbanse! ¡Vamos a San mejores que los del “B” y que los “A”. Jugaba Vicente, a jugar! — Y nosotros le dijimos: el padre Peña con nosotros. Cuando recién llegó el padre Peña, lo agarramos lueguito de — ¡No, pues miren cómo andamos, no trae- refuerzo. Era bueno para meter goles. Jugaba mos nada! adelante, era bueno. Esto fue antes de que yo — ¡No se preocupen, ustedes ya son del So- jugara en el Social. Yo creo que ahí me ense- 36 cial, allá veremos cómo le hacemos! ñé a jugar. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

En el Social duré muy poquito. Me casé a los Nos íbamos de parranda, era muy parrandero 22 años. Gonzalo Delgado traía a La Colonia. Gonzalo. Cultivamos gran amistad, también Yo no tenía ni casa. ¿A dónde voy a meter a con sus hijos. Yo los traje a jugar con Ixtapa esta mujer? me preguntaba. Y Gonzalo, don- un 16 de septiembre. A Toto y a Juan. Vinie- de vivía, arriba tenía como un departamento. ron a reforzar a Ixtapa. Ganamos el torneo, Me lo rentó, con la condición de que me fuera me acuerdo. Se hizo un baile en el cine ese a jugar a La Colonia. Viví ahí como un año y domingo. Los metí al baile. La gente y los fracción. Hasta que sucedió que mi cuñado, jugadores de Ixtapa eran muy amigables, nos Luis García ”El Molacho”, se fue a vivir a Es- atendían bien. “El Maistrillo” era mi amigo tados Unidos. Y él le ofreció a Chela, mi mujer, número uno en Ixtapa. Él me invitó a reforzar su casa para que ahí viviéramos. Yo le dije a el equipo. Chela “pues si quieres vamos”. Esto fue en el año 1974. Nos venimos a la casa de Luis. En el Social jugué como tres años. Mis com- Pero le fue mal al “Molacho” en estados Uni- pañeros ahí fueron “El Temo” y Jalolco, que dos. Pronto regresó. Nos pidió la casa. “Oye, estaban en la segunda. Carrillo fue de mi ge- que ya se salgan, porque…” ¡Ah que cabrón! neración, también el doctor Juan Meza y su ¿Y ahora qué vamos a hacer? ¿Dónde nos hermano. vamos a meter? “Pues ahí viene ya”. Don Poncho era un amigazo mío. Me agarró Ahí frente a la plaza, fuimos a ver si nos ren- tanto afecto, que decía que yo parecía su hijo. taba una señora. Era una señora de Mascota. Me decía Beckenbauer, me volaba, me decía El mero dueño era Pablo Hurtado, compadre que jugaba casi igual que el astro alemán. de mi suegra. A través de ella se hizo el tra- Me ponía de ejemplo ante los compañeros, to. Desde entonces ahí vivimos. Pero seguí “fíjense como la toca él, cómo da los pases a jugando en La Colonia, hice gran amistad ras del pasto”. Me quería tanto don Poncho con Gonzalo y jugué mucho tiempo con ellos. que… me dolió mucho cuando falleció. Pero, 37 De la patada...

para allá vamos todos. Era buen amigo mío, y Cuando El Guille manejó la Selección Vallarta, sus hijos también. Uno de ellos era el “Flecha en la que me incluyeron, me invitó a jugar con Veloz”, que se dedicaba a la venta de mate- El Imperial. No quise. Sólo jugué con ACJM, riales para la construcción. Era la competen- Social Vallarta, La Colonia y Deportivo Vallar- cia de Nico Curiel. Ése Nico Curiel, a pesar de ta. En Ixtapa jugué con Olímpico, pero sólo en que éramos adversarios en la cancha, éramos partidos amistosos. Y, formalmente, con “El amigos. Y todavía, no perdemos la amistad. Río Grande”. Era unos 5 o 6 años mayor que yo. Lo vi en su Estuve como tres años en la Selección Vallar- apogeo y era buen delantero. Recuerdo que ta. Conocí muchos jugadores, entre los sobre- el único que lo paraba era Eduardo “Yayo” salientes, Nikita, que después jugó profesio- Meza. El hermano de Alejandro Meza. nalmente en el Atlas. Nos conocimos en la Jugué con La Colonia como dos años. El Marti ETI 49. Éramos amigos. También a Demetrio jugaba conmigo en la media. Fuimos campeo- Madero. “El Lolo” era recio y veloz. Jugamos nes. En una ocasión, con la Selección Vallarta juntos la central en ese partido del Imperial fuimos a jugar a Guadalajara. Iba de porte- contra las reservas del Guadalajara, en el es- ro “El Jeringas”, del Imperial. Fausto Gómez, tadio Jalisco. Dolores Morales, “El Cagado”, que era del Social, iba como entrenador. Allá, mi compadre por cierto, y que trabajaba en sentó al “Jeringas” y metió a su cuñado, el la tienda de autoservicio “El Gallo Marine- Meme Robles. “Jeringas” ya se moría de co- ro”, era de los delanteros que me daba tra- raje. Esa vez jugamos contra las fuerzas bási- bajo detener. Muy inteligente para jugar, con cas del Guadalajara. Entonces estaba ahí “El muchas facultades. Hubiera llegado a jugar Muelas” Peña. Jugó contra nosotros. En otra profesionalmente, si se lo hubiera propuesto. ocasión, poco tiempo después, fue el Imperial A Marti y a mí nos invitaron a probarnos al a jugar en el estadio Jalisco, y me invitaron El Jalisco, pero en mi casa no me dejaron. 38 como refuerzo. Teníamos facultades, pero en mi casa tenían Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

temores. Creo que la hubiera hecho. Fue una me había casado. Íbamos en asientos conti- vida muy bonita la época del futbol. No tengo guos, y me bromeaba “El Cuarras” ¿Quihubo nada de que arrepentirme, no me lesionaron. Chicho, ya le hiciste las orejas al muchacho? El único que me lesionó y creo que fue adre- Era buena onda. Ya falleció, fue de los que se de, porque no lo dejaba pasar, fue Pedro Bu- fueron primero. cerías. Era cuando estábamos en el Deportivo Vallarta. Elías Medero, de El Gallo Marinero, Delanteros buenos a los que enfrenté, sin armó un equipo de pura gente seleccionada. duda era mi compadre Morales “El Cagado”. Era como una selección de Vallarta. Ahí jugá- Pedro Bucerías me luxó un tobillo, y fui con bamos los mejores: “El Chatillo”, Rigo y Abel el médico Cuevas, amigo y cliente mío, pues “Tomatitos”… En un año que jugamos, sólo le llevábamos la contabilidad en el despacho. perdimos un partido. Era un equipazo que Me vio y me dijo lo que tenía. Jugaba yo en nunca lo volvimos a juntar. Era de lo mejor. El Deportivo. Me dijo: “Te voy a vendar muy Nos trajo Elías un uniforme azul con negro, bien el tobillo, para que puedas jugar la final parecido al del Internazionale de Milán. Muy el domingo, nada más no patees con la de- elegante. Jugábamos a dos vueltas. En la pri- recha. Vendado puedes correr”. Hice lo que mera sólo un equipo nos ganó, pero en la me dijo. Desde ahí me enseñé a patear con segunda nos desquitamos. Era una pachanga la izquierda, por eso sé hacerlo con las dos. cada ocho días, como no perdíamos… Me hice ambidiestro a la fuerza. Gracias a esa lesión. “El Cuarras”, portero de Las Juntas, era mi amigazo. Una vez fuimos con El Social Vallar- José Curiel era muy buen jugador. El Piro, más ta a jugar a Mazatlán y lo llevamos de re- chico que Nico, de nuestra edad, era bueno fuerzo. Jugamos contra el más perrón de allá. también. A pesar de ser adversarios en la También nos reforzó esa vez “El Pelón”, her- cancha, era mi amigo fuera de ella. “El Siete” mano del “Panfas”. Por cierto que yo recién Macedo también jugó conmigo en El Deporti- 39 De la patada...

vo. Era habilidoso, extremo delantero. “Quiri” en el lugar adecuado, nomás para empujar la Macedo también jugó en el Deportivo. bola a la red. De cabeza era muy bueno. Era fuerte. Tal vez hubiera llegado a jugar pro- Cuando le quitamos el campeonato a Las Jun- fesionalmente. Cuando yo todavía no jugaba tas, fue en un partido pendiente. Social Va- en primera, me gustaba verlo jugar, por sus llarta contra Las Juntas. El Imperial ya estaba anticipaciones. Era oportunísimo. Buen de- casi como campeón, pero necesitaba un em- lantero. Centro delantero nato. Algo así como pate de nosotros. Apolonio Robles, defensa Héctor Hernández del “Campeonísimo”. de El Imperial, nos ofreció a los jugadores del Social 40 pesos por gol. Siempre y cuando El “Siete” Macedo era un jugador habilidoso, ganáramos. Si empatábamos, no. Quedamos extremo derecho, con buen toque de balón. 2 a 1. Me tocó meterles los dos goles. Así De “El Chato García” creo que era la mejor que, me fui con la lana de “Poñoño” Robles. pata de Vallarta. Sabía pegarle al balón. Era En ese tiempo eran ochenta pesos, pero era central o medio, andaba en todos lados. Era algo. Los de Las Juntas quedaron resentidos muy solicitado para tirar los tiros libres o conmigo. A los días, jugando con Olímpico de despejes. Ixtapa, en un torneo de Fiestas Patrias, tuve “El Pato” estuvo con “Guille”, era de sus guar- la oportunidad de meterles otro gol de tiro daespaldas, junto con “El Reglas”. “Guille” los libre. Cuando lo iba a ejecutar, gritó “El Tru- quiso meter a la Marina y no quisieron. Los jo” a sus compañeros de la barrera ¡Cuidado, quiso proteger laboralmente. El Pato era un ciérrense, que va a tirar el chiripero! El Trujo defensa central alto. Moreno. jugó un tiempo con La Colonia, ahí fuimos compañeros. Es mi amigo. “El Jeringas”, “El Pata” y “El Cuarras” eran ex- celentes porteros. Nico Curiel tenía buen salto. Era oportuno, 40 era de esos delanteros que siempre están

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Guillermo “Guille” Rodríguez Cruz y El Imperial.

Desde las diez de la mañana las familias Desde 1958 a 1982 dirigió la Liga Regional copaban el estadio, mirando a los juveniles. de Futbol, primero, y después la Liga Munici- A las doce, a la reserva. Y esperando el pla- pal de Futbol. to fuerte, a las cuatro de la tarde, el partido Nos cuenta así su experiencia: de la primera fuerza. Era aquello muy bo- nito. El futbol congregaba a toda la gente. Nací en Puerto Vallarta el día 7 de enero de Gracias a ese deporte nos conocíamos los 1937. Mis padres fueron José Rodríguez To- habitantes de la región. Pero la televisión var y Beatriz Cruz Cúperton. A mi padre no lo rompió el encanto. conocí. Cuando nací, él se había perdido en Iniciativa, clara inteligencia y apasionamiento, un naufragio, allá por la Corbeteña, islote que son las palabras que definieron la persona- está frente a Vallarta, donde hay una baliza lidad de don Guillermo Rodríguez Cruz, “El para la navegación. Fuimos nueve hermanos. Guille”. Vallartense nacido en la década de Mi madre falleció a mediados de la década de los treinta del siglo pasado, fue empleado de los ochenta. Era una mujer atrabancada, pero la Capitanía de Puerto, dependiente de la Se- con mando. Nos crió a todos. En una ocasión, cretaría de Comunicaciones y Transportes del en que una mujer se quejaba de la suerte Gobierno Federal. Piedra angular, junto a don que le había tocado con sus hijos, le dijo “yo Poncho, del futbol regional. Cofundador de tuve nueve y ningún cabezón se me murió de la primera liga de este deporte, la Liga Re- hambre”. Al amparo de mi madre crecimos. gional de Futbol, en 1958. Con escolaridad Bien o mal, nos formó. A todos nos enseñó a tan sólo de educación primaria, llegó a ser leer. Cuando llegué a la escuela por primera maestro de inglés en escuelas de educación vez, a los ocho años, ya sabía leer y escribir. media y media superior. Cofundador del club Antes no había muchas oportunidades. Estu- de futbol de sus amores, El Imperial, al cual diábamos mañana y tarde. Entrábamos a las dedicó amor y esfuerzos a través de su vida. nueve de la mañana y salíamos a las doce. 43 De la patada...

Regresábamos a las tres para salir a las cinco Santos, originario de Ameca, Jalisco. Incluso de la tarde. La escuela primaria “20 de No- vi al mismo Pablo López, a Carlos Arreola, viembre” era la única y con pocos alumnos. Abelardo Arreola, a Pascual Curiel y a los her- No había mucha demanda, de mi generación manos Ríos, que eran sobrinos de Agapito salimos de sexto 12 alumnos. Medina, venido también de Ameca. También recuerdo haber visto en esa época a Antonio Hoy la ciudad ha crecido enormemente. Allá Alvarado, después gran basquetbolista, me- por 1970 no existían más que dos colo- jor que futbolista, conocido con el apodo de nias: Emiliano Zapata y 5 de Diciembre. De “El Puyo”. Él es el padre de estos muchachos la infancia recuerdo que éste era un barrio Alvarado, buenos deportistas todos, y suegro enorme. Había cantidad de casas de palapa del futbolista Juan Rincón. Yo entonces ten- hasta la desembocadura del río. Ahí vivió mu- dría unos 10 años. Tengo presente un partido cha gente que ya ha fallecido. Ya no quedan. de béisbol, porque salió una pelota rebana- Muy poquitos. No había canchas. Jugábamos da del bate, un fául, y me pegó en la pierna. en la calle y en la playa. Aquí se formaba un ¡Ay! cómo me dolió ese pelotazo. Tanto que playón y jugábamos béisbol, que fue el pri- me hizo tomar distancia del béisbol. Recuer- mer deporte. Después, el basquetbol, en el do haber visto también a Rodrigo Sánchez, que descollaron gente como Pablo López y aquel que estuvo de Secretario del Ayunta- su palomilla, que dieron vida al basquetbol miento en la administración municipal de don de Vallarta y de la región. Había un campo José Vázquez Galván. También mi hermano de béisbol, que fue también campo de fútbol, “El Che” jugaba béisbol. Era su deporte. Ju- donde ahora es la plaza Lázaro Cárdenas. gaba bien, pero el béisbol se acabó por el Ahí nos tocó iniciar el balompié. Antes hubo empuje del fútbol. fútbol en Vallarta, pero creo que no prendió. Recuerdo lejanamente haber visto gente ju- Este deporte tuvo una semilla muy fructífe- 44 gando futbol, entre ellas a don Alfonso Díaz ra en el profesor Octavio Chavira Cervantes. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Durante los seis años que estuve en la pri- vestigios del gobierno del Presidente Lázaro maria fue mi director, en la escuela “20 de Cárdenas. Nos habló: Noviembre”. Desde entonces escuchábamos —Ciudadanos, he visto que a ustedes les por radio los partidos de la Primera División gusta el fútbol. A mí también me gusta. Pero Profesional: el Guadalajara, el León, el Oro… aquí en la escuela, hoy se acabó ¿Quieren ju- La muchachada estábamos atentos a los en- gar futbol? Pues juguemos como es debido. cuentros que nos echábamos de oreja. Ahí Vamos a entrenar al campo. nació en nosotros el gusanito del fútbol. Los chiquillos cascareábamos en la cancha de bas- —Sí señor—. Contestamos nosotros. quetbol de la escuela. Cuando terminaban las —Adelante pues— nos dijo, e hizo una lista clases, nos íbamos a la calle, la que ahora es con nuestros nombres. A la siguiente sema- Paseo Díaz Ordaz. Ahí colocábamos dos pie- na había zapatos de fútbol para todos. Nos dras como portería, en la calle frente al mar, dio un corte de pantalón para que mandára- sin riesgo de que te apachurrara un carro, o mos hacer un short. Él mismo nos compró las que te fuera a reventar la pelota, porque casi playeras blancas. Entiendo que este equipi- no había carros. Ahí en el empedrado, don- to lo patrocinó en realidad don Agustín Flo- de largábamos las uñas, pero éramos felices. res Contreras, de tan buena memoria en la Como en la escuela habíamos creado proble- región, que tanto quiso a la muchachada y mas con la pelota, pues acabamos con todas se preocupó por la educación. Yo tengo muy las macetas y los vidrios de las ventanas, una buenos recuerdos de él. Cuando fuimos a en- tarde el director nos citó a la dirección. Estu- trenar éramos tantos que, hubo necesidad de vimos un rato preguntándonos por el asunto formar dos equipos. Entonces el maestro se que se traería con nosotros. El profesor Oc- puso de acuerdo con don Alfonso Díaz San- tavio era muy ceremonioso. En esos tiempos tos, para que dirigiera uno, mientras él, el todavía estaban en boga las ideas socialistas, otro. Cada domingo nos enfrentábamos. Le 45 De la patada...

pusimos el nombre de “Revolución” a nuestro con nosotros en la escuela y que habían par- equipo, por la escuela “20 de Noviembre”. El ticipado en los equipos Atlante y Revolución. de don Poncho se llamaba “Atlante”, porque Éramos muchachos de entre 18 y 20 años. él tenía amistad con el patriarca del Atlan- Durante nuestra primera práctica de entre- te de primera división, el general Núñez. Re- namientos, a la cancha de la plaza Lázaro cuerdo que en el primer encuentro nosotros Cárdenas llegó el sacerdote católico Antonio ya jugamos con zapatos y los de don Poncho García, que recién había egresado del semi- a raíz. Ni tardo ni perezoso, don Alfonso soli- nario de Tepic. Se encontraba en Vallarta, en citó el apoyo del general y a los días el Atlan- espera de instrucciones para ir a El Tuito, a te de Vallarta lucía totalmente ajuareado. Eso hacerse cargo de la parroquia. Como no tenía fue la semilla del fútbol en Vallarta. Creció nada que hacer, sacó su baloncito y se fue tanto que ahora es imposible decir cuántos también al campo. Las prácticas las realizába- equipos existen. mos los martes y jueves. Ahí entre nosotros el padre duró dos o tres meses. Nos hicimos Cierta tarde de 1955, estando en la plaza amigos, e hizo amistad con mucha gente de Adolfo “Tepo” González y yo, haciendo re- Vallarta. Cuando llegó el día de su partida, se membranzas acerca del tiempo que había- despidió de nosotros: mos compartido en la primaria, me preguntó repentinamente: —Quiero decirles que me voy al Tuito, pero allá formaré un equipo y vendré a jugar fútbol — ¿Por qué no hacemos un equipo de fútbol? contra ustedes. — ¡Órale, vamos haciéndolo! En razón de eso nos exhortó a que hiciéra- Adolfo recién había llegado de Tepic. Había mos un club. Me acuerdo que era la tarde del desertado del seminario. Nos echamos la ta- 15 de julio de 1955. Ese día nació el Club 46 rea de visitar a los amigos que habían estado Deportivo Imperial. El nombre se le ocurrió a Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Jaime Chameri, un amigo oriundo de Morelia, mos a las cuatro de la tarde. Era un pueblito Michoacán. Era muy vivaracho y entusiasta. muy bonito, lleno de naranjales. La naranja Decía “vamos a hacer un imperio”. A él se era la fruta por excelencia del lugar, así es debe el nombre del club. Muy alegre, muy di- que no había miserias en cuanto a jugos de charachero y bromista era ese amigo. naranja a la hora del almuerzo o la comida. El párroco García vino con su equipo desde El El padre nos consiguió alojamiento en la es- Tuito. No había carretera. Había que bajar a cuela primaria que está frente a la plaza. Allí Boca de Tomatlán, a pie. En Boca de Tomatlán dormimos a suelo barrido. En cobija tendida los embarcamos en canoa y a golpe de remo dormimos hechos bola porque ¡cuánto frío los trajimos hasta Puerto Vallarta. El padre hace en El Tuito! Con decir que terminando se encargó de repartir a sus muchachos en el partido, al día siguiente por supuesto y, a casas de amigos donde se les proporcionó al- la hora de bañarnos… ¡Qué bañarnos! con bergue y comida. Me acuerdo que jugamos el un trapito nos untamos el agua friísima. Dis- primer partido el 16 de septiembre de 1955. frutamos esa gira, entre otras cosas, porque Del marcador no estoy cierto, pero les gana- les ganamos de nuevo. El imperial empezó mos. Meses después les correspondimos. Les ganando desde su nacimiento. En esos tiem- pagamos la visita el 12 de enero de 1956. El pos nuestros colores eran short azul marino Tuito celebra su fiesta religiosa ese día. Así camiseta blanca. De los integrantes de ese es que por el mismo camino que ellos baja- primer equipo recuerdo a Humberto Mérida ron nosotros subimos, tres meses después. “Techi”, que era un buen jugador y muy en- ¿En esa edad quien tiene flojera para cami- trón; a Isabel Ruesga “Chabelo”; Félix López; nar? Algunos subían corriendo. Llegamos a Jaime Chameri, que no jugó porque se falseó Boca de Tomatlán a las siete de la mañana. el tobillo al cruzar el río; Rodolfo Santana… Había algunos tan buenos para caminar que Por cierto que en esa ocasión en El Tuito nos a las 12 ya estaban en El Tuito. Otros, llega- encontramos al equipo de Tomatlán. También 47 De la patada...

jugamos contra ellos y empatamos a un gol. todos rosados de las sentaderas, buscando Tengo presente que de regreso algunos nos desesperadamente la cajita de la maicena. Así venimos a caballo. Nos rentaron caballos y fue como nació el fútbol aquí. se convino con el dueño de que en Boca de En 1958, por iniciativa de Lorenzo Godínez, Tomatlán los dejaríamos. Regresamos a ca- que era el presidente del Imperial, se lanzó ballo Rodolfo Santana, Miguel Castillo, Javier una convocatoria para un campeonato regio- Romero y yo. No conocíamos el camino ni nal de fútbol. Lo iniciamos el día 12 de oc- éramos de a caballo. Recuerdo que Rodolfo tubre. Los equipos participantes fueron Im- Santana me regañó, ahí en la plaza, porque perial; Social Vallarta, de don Alfonso Díaz intenté subir al caballo por el lado derecho Santos; Leones, de Ramón Alatorre, de aquí siendo que la usanza marcaba por el lado iz- de Vallarta también; Pitillal, de Juan Rubio; quierdo y, allí estaban los de Tomatlán. Desa- Botafogo, de Las Juntas, dirigido por Manuel tó su caballo del árbol donde estaba atado Ruíz Jiménez; Ixtapa, dirigido por los maes- y lo fue estirando hasta la salida del pobla- tros de la escuela Emancipación; San Vicente, do. Yo lo seguí en la misma forma. ¿Por qué que siempre ha sido de pelea y que estuvo no montas tu caballo? le pregunté. Porque dirigido entonces por el profesor Lupe; y el allí están los de Tomatlán y no quiero que equipo del Valle, patrocinado por los ingenie- se burlen de mí si caigo. Nos venimos. Llegó ros residentes de la Secretaría de Recursos un momento en que se nos perdió el camino, Hidráulicos. Por cierto, ahí jugaba Arturo “El y dijo Rodolfo “soltémosles las riendas”. Los Cura” Chaires, tan bueno que al año siguiente caballos solitos dieron con el camino. Fue un ya jugaba con Chivas de Guadalajara y lue- recorrido hermoso. En un paisaje lleno de ár- go en la Selección Nacional. Ocho equipos en boles, de trinos, de pájaros, de guacamayas y total. Nos tocó en la primera jornada visitar chachalacas. Éstas que se pusieron de moda a San Vicente. Eran tiempos de aguas, y nos 48 ahora con Vicente Fox. Llegamos a Vallarta, fuimos en carro hasta la orilla del río Ame- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

ca, en Las juntas. En canoa cruzamos el río cial, Manuel Delgado, que jugaba de extremo crecido. De ahí fuimos caminando hasta San izquierdo, buenísimo. Vicente, por los potreros, sacándole la vuelta En ese tiempo los muchachos de Las Juntas a los charcos. Esa tarde cayó un tormentón me invitaron para que los entrenara. Me iba bárbaro en la región. Yo llegué a mi casa a en bicicleta por La Mojonera. Tenía que cru- las 12 de la noche. Pero así eran nuestras ga- zar la vena del rancho de los Ibarría. El pro- nas de jugar. El imperial ya tenía los colores fesor Benavides ya había llegado al poblado. actuales: rojo, blanco y amarillo. El short era Él impulso mucho el fútbol en Las Juntas. blanco y la camiseta a cuartos rojos y ama- Tengo presente una anécdota, en una asam- rillos, como la camiseta del Atlas, pero con blea de la liga. Como el equipo de Ixtapa era nuestros colores. El siguiente campeonato el pichón de todos, le pregunté a Benavides lo cambiamos a la temporada de secas, to- que con quién les tocaba jugar el domingo. Él mando escarmiento de las bañadas que nos contestó “voy a comer pan caliente; me toca dimos durante el primero. El segundo cam- Ixtapa”. Pero ándale que Ixtapa le salió res- peonato lo ganó Imperial. Después surgió un pondón. Creo que los goleó. Y en la siguiente nuevo club en Vallarta: La Colonia Emiliano reunión yo le hacía la burla ¿Profe, comiste Zapata. Ramón Alatorre desapareció al León pan caliente? y con muchachos de esa colonia, que estaba creciendo mucho, formó el nuevo club. Tuvo el Así fue creciendo el fútbol. Surgieron otros acierto de invitar a Gonzalo Delgado, que era equipos, como el Aztecas, que patrocinaba un maestro de obras, consentido del Ingenie- Miguel Ángel Yerena, de la colonia del Cerro. ro Guillermo Wullf, y que ganaba buen dinero. Su uniforme, camiseta a rayas negras y blan- Gonzalo se apasionaba y le metió mucho di- cas. El Cruz Blanca, que patrocinaban varios, nero a La Colonia. Además tuvo muchos hijos entre ellos Roberto Yerena y Ludgerio López. y todos jugaban. Hubo uno de ellos en espe- Por cierto que Ludgerio había sido nuestro 49 De la patada...

primer portero, allá cuando los inicios. Tengo los suyos. Él traía muchachos de Guadalajara muy presente una imagen cuando lo vi sa- para reforzarse. También Alfonso Díaz San- lir de su casa, que estaba cerca del campo, tos traía jugadores de fuera, sobre todo de con short y botines rancheros, de aquellos Ameca. Me acuerdo de uno, cuyo apodo era de resortito. Yo creo que eran de su papá, “La Tía”. Brillante ese muchacho. Entonces en don Clemente López. Ludgerio nunca había Vallarta no había televisión. La máxima diver- jugado fútbol, pero pues no había más. Y ahí sión era el fútbol. Desde las diez de la maña- me tenías entrenándolo y entrenándolo. Con na las familias copaban el estadio, mirando a el tiempo se hizo buen portero. los juveniles. A las doce, a la reserva. Y espe- rando el plato fuerte, a las cuatro de la tarde, Inicialmente jugué como defensa derecho, en el partido de la primera fuerza. Era aquello el equipo escolar Revolución. Después pasé muy bonito. El futbol congregaba a toda la a la media. Luego de extremo derecho y des- gente. Gracias a ese deporte nos conocíamos pués a todos los puestos donde se necesita- los habitantes de la región. Pero la televisión ba. También era el entrenador del equipo. rompió el encanto. De la segunda generación de jugadores del La vida es así. Se va uno acabando y se van Imperial resaltaron Nicolás y Alfredo Curiel. acabando nuestras cosas. Mientras yo estaba También Benjamín López, ambidiestro y go- muy vivo, el Imperial estaba bien vivo. Llegó leador; para mi gusto el mejor delantero. “El un momento, hace ocho años, en 1998, un Jeringas”, brillante portero, muy ágil y con domingo estando dirigiendo tuve que dejar mucha capacidad de recuperación, el mejor mi equipo. Se me presentó un problema de guardameta del Imperial. Vino otra genera- linfoma de colon. Anduve de aquí para allá ción con los hermanos Peña: “El Güero”, Gus- con los médicos. No sabían qué tenía. Yo tavo y “El Muelas”. Bueno, yo me acuerdo mismo me hice la exploración, detectándome 50 de los míos, porque Gonzalo Delgado tenía unos quistes. Al final, me tuvieron que apli- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

car quimioterapia. Es terrible. A mí me tumbó. Duré un año casi sin caminar. Llegó un mo- mento en que no pude comer. Desde enton- ces no pude hacerme cargo de los equipos. Hubo otros muchachos que le hicieron la lu- cha, como Marcelino Villaseñor. Pero hacerse cargo de un equipo es una lata. Los mucha- chos se hacen atenidos, irresponsables. Tiene uno que cargar hasta con sus problemas per- sonales. Lo peor de todo es que la quimio- terapia me alteró, me dejó incapacitado para moverme realmente. Ya no pude caminar, y la diabetes, compañera desde hace 23 años, me tiene casi ciego. Para acabarla de empeorar, en el año 2002, cuando el huracán Kenna, el mar se metió a la planta baja de mi casa y se llevó hasta las tasas de los excusados. Arras- tró también con los trofeos del Imperial; así como con la papelería y fotografías de tanta historia deportiva.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Manuel Ruiz Jiménez.

Mi deseo siempre fue que hubiera un tor- 2018, Manuel Ruiz lleva atendiendo a los ni- neo regional de niños. Anduve impulsan- ños de su comunidad, y otras, en su gusto do eso. La primera Liga Infantil Municipal por practicar el futbol. Objeto de varios re- me tocó formarla junto con el regidor de conocimientos por parte de las autoridades deportes, señor Rodolfo Santana. Tam- municipales y otras organizaciones sociales, bién con Vicente Canales, Roberto Ruiz, los deportistas de su pueblo honraron su me- otro señor de nombre Mario y otro que moria, poniendo su nombre al complejo de le decían “Kalimán”. Esto fue como en el canchas de futbol ejidales. Don Manuel ha año 1978 o 79. Al principio eran como prestado invaluables servicios a su munici- diez equipos. Bucerías tenía equipo. Sólo pio, sin remuneración alguna. Creó, junto con se jugaba en Vallarta. Una liga muy bien otros compañeros, la primera liga de futbol organizada. Llegaron a venir equipos de infantil. He aquí su testimonio: Guadalajara a jugar con los nuestro. Las Desde niño tenía yo la inquietud por el de- Chivas llegaron a venir. También fuerzas porte, aunque desgraciadamente en aquellos infantiles del Atlas. También vino el De- tiempos los papás eran muy estrictos, no nos portivo Occidente, dejaban andar en la calle jugando. Sólo que- Nació el 28 de junio de 1934 en El Refugio rían ocuparnos en el trabajo. Empecé con esto Suchitlán, del actual municipio de Cabo Co- del deporte desde la edad de 16 o 17 años, rrientes, Jalisco. A la edad de cuatro meses pero atendiendo sólo a niños. Empecé prime- fue traído por su señora madre a vivir al po- ro con el béisbol. Quien trajo aquí el béis- blado de Las Juntas, del municipio de Puerto bol fue Roberto Joya León. Yo me empeñaba Vallarta. Desde los 17 años empezó a ejer- a aprender a ser ampaller, lo que en futbol cer su vocación: ejercitar a los niños en los es el árbitro. Empecé promoviendo partidos: deportes que en esta tierra se practicaban. “los de arriba” vs “los de abajo”, dentro del Desde 1951 hasta los días del presente año pueblo. Recuerdo que me empeñaba en hacer 53 De la patada...

rústicamente manoplas, bates, pelotas y todo esto del futbol como en 1951. Siempre so- lo que se necesitaba para jugar. El campo no ñaba con balones. Siempre fue mi interés in- estaba donde hoy. Estaba hacia el extremo culcar en los niños el deporte. De Ixtapa y oeste de la población. En un encuentro de és- de otros pueblitos aledaños venían niños a tos, no recuerdo quien estaba bateando, pero que los entrenara, porque en su comunidad al cátcher le decían “El Mono”; el bateador le no había quien. En ese tiempo no había liga dio de rebane a la pelota, lo que llamamos de infantiles ni juveniles. Yo hacía pequeños “fabol”, y la pelota fue a pegarle al cátcher torneos aquí en Las Juntas. Separaba a los en la pura sien. El jugador cayó y yo fui rá- equipos, los acomodaba: “ustedes se llaman pidamente a auxiliarlo. Al levantarlo, uno de así y ustedes así”. Les hacía una competen- los niños gritó ¡sangre! Hasta entonces vi un cia entre ellos mismos. Llegaron a juntarse charquito de sangre en el suelo. Afortunada- hasta 14 equipos. En dos o tres categorías. mente sólo fue la descalabrada y el desma- Por edades, desde los ocho años. Aquí, fren- yo. Desde entonces dije ¡vaya a la fregada el te a mi casa, en el lote entonces baldío de béisbol! y me dediqué por entero al futbol. la Comunidad Agraria, tuve el primer campo de futbol. Jugaban los muchachos durante los El primer equipo de futbol de mayores que domingos. En toda esta región, sólo en Las hubo aquí se llamaba Botafogo. Lo formó don Juntas y en San Vicente había equipos de ni- Manuel Rocha, un panadero que vino a esta- ños. En los demás pueblos de alrededor era blecerse en este lugar. puro béisbol lo que se jugaba. Además de En aquellos tiempos era muy difícil que cual- volibol y basquetbol. Por eso, chamacos de algunos pueblos se venían aquí conmigo, a quier niño tuviera un balón. Recuerdo que a entrena y a jugar. Goyo Espinoza su mamá le compró un ba- loncito. En aquellos tiempos los balones eran Me gustaba ver a los adultos jugar, a los del 54 de cuero, con su blader adentro. Empecé con Botafogo, que participaron por cierto desde Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

el primer campeonato de la primera Liga Re- “Caloris” jugaba extremo derecho y por cierto gional de Futbol, a partir de 1958. Del único no sabía jugar con zapatos de futbol. Sola- jugador del Botafogo que me acuerdo es de mente con tenis. Era habilidoso, muy rápido Roberto Pérez. El campo ejidal actual nos lo y caracolero. entregó el ejido en 1953. Andrés Mendoza “El Chivato” era centro de- lantero. Muy habilidoso y muy técnico. Muy El equipo más fuerte en Las Juntas fue el Cruz limpio para jugar. Él no le golpeaba un juga- Azul. Lo organizamos Salvador López Solís dor. Me atrevo a decir que si en aquel tiempo y yo. Fue una selección que hicimos con los hubiese habido las oportunidades que hay chamacos que entrenaba. Crecieron y llegaron ahorita, “Chivato” hubiera sido jugador de a la juventud. Porque yo no dejaba de hacer Primera División Profesional. Con la cadera torneos todos los años. De liga y de Copa. se quitaba a los contrarios. Aquí mismo. Entre los mismos muchachos de En aquellos tiempos no había futbol entre se- aquí. Y se fueron desarrollando. Tantos años mana. Ahora estamos saturados. Por eso la jugando juntos, que se hallaban bien. Era un gente ya no se arrima como entonces. Antes, grupo seleccionado. Jugaban en el Cruz Azul que nada más los domingos se jugaba, se José Joya León “El Trujo”, Andrés Mendoza “El llenaba el campo de gente. Familias, grandes Chivato”, Ángel Macedo Uribe “Caloris”, Luís y chicos, hombres y mujeres. Esos partidos Salgado Ponce “El Adobe”, Margarito, “El Cha- entre “Ceguetas” y “Pelones” de veras junta- to” Salgado Ponce, Juventino Ponce, Rafael ban gente, hasta de otros pueblos. Aguilar Padilla, Crescencio Macedo, Juan José En ese tiempo, durante los entrenamientos Venegas era el portero, Ignacio Fletes “Patita”. les daba muy duro a los jugadores. En Vallar- Eran jovencitos. El uniforme, camiseta blanca ta se decía “hombre, ese equipo de Las Jun- con manga tres cuartos y calzoncillo azul. tas durante el segundo tiempo juega mejor”. 55 De la patada...

Es que tenían buena condición física, no se Pues ándele que se enfrentan. Y en ése tiempo, cansaban fácilmente. Andrés “Chivato” jugaba con el Garza Blanca, Juan José Venegas fue muy buen portero, porque en ese hotel trabajaba. Y pues… nos era muy habilidoso. Empezó conmigo desde los fregamos. Les ganó el Cruz Azul. Entonces chamaco. “El Trujo” era defensa central, muy dijeron los mazatlecos del Garza Blanca: “No bueno y fuerte. Rafael Aguilar “El Chaparro”, cabe duda que el mejor equipo de la región jugaba defensa lateral. Juventino jugaba la es el Cruz Azul”. defensa derecha. En otra ocasión, el Social Vallarta iba a jugar El Cruz Azul jalaba mucha porra. Los agarro- en Mazatlán, y nos pidieron prestado a Juan nes mejores eran con El Imperial. También Venegas. Y cuando estaban allá, los mazat- con El Social. En una ocasión nos tocaba ju- lecos del Garza Blanca, que también iban de gar con el Garza Blanca, que traía dos juga- refuerzos, les dijeron a sus paisanos: “Miren, dores muy buenos, de Mazatlán. Y a éstos, al este es el portero del Cruz Azul, el mejor preguntar que con quien les tocaría jugar, se equipo de Vallarta”. les dijo que con el Cruz Azul. De los López Solís, Ceferino fue de otra hor- — ¿Con el de Primera División? neada. Era más o menos bueno y muy entu- — No. Con el de un pueblito cercano que se siasta, muy promotor. llama Las Juntas. Hubo una época, cuando llegó el Profesor — ¡Ah! Creíamos que con el Imperial, el mejor Benavides, que formó el Club Deportivo Las equipo de Vallarta. Pero si es así, va a estar Juntas. Entonces yo formé uno de puros jóve- fácil. Esos equipos de los ranchitos por lo ge- nes, El Independiente. Los dos equipos juga- 56 neral son monótonos. ban en la Liga. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

“Chivato”, Juventino, Rafa, Chepe Naranjo, pio eran como diez equipos. Bucerías tenía fueron jugadores del Independiente. Cuando equipo. Sólo se jugaba en Vallarta. Una liga se enfrentaban, eran buenos partidos, a pesar muy bien organizada. Llegaron a venir equi- de que el Independiente estaba formado por pos de Guadalajara a jugar con los nuestro. chamacos. Las Chivas llegaron a venir. También fuerzas infantiles del Atlas. También vino el Deporti- El equipo de San Vicente siempre fue fuerte. vo Occidente, con dos categorías; a manera Había un maestro que los entrenaba, como de convivencia, para establecer relaciones de yo, desde chicos. Con equipos infantiles él y amistad entre los niños. Cada jugador de no- yo nos visitábamos frecuentemente. No había sotros se llevó a comer y a dormir a dos de otros pueblos con futbol para niños. ellos. Me tocó atender a los directivos. Fue Con el tiempo, cuando se formó la Liga Inter- una bonita experiencia. El deporte al servicio zonas Número 4, se formaron aquí dos bue- de la amistad. Fueron como tres o cuatro días nos equipos: “Los Pelones”, de Raymundo de esa experiencia deportiva. Algunos parti- Cortés y “Los Ceguetas”, de Arturo Jiménez. dos se realizaron en la cancha de Las Juntas. Mucha pasión despertaron los clásicos loca- A Canales le ganaron, a Kalimán le ganaron, les entonces. con Santana empataron y yo… ¡Me los chupé! Mi deseo siempre fue que hubiera un torneo Antes, en el futbol rifaba el amor a la camiseta. regional de niños. Anduve impulsando eso. Los gastos corrían por cuenta de los jugado- La primera Liga Infantil Municipal me tocó res. A ninguno se le pagaba o se les compra- formarla junto con el regidor de deportes, ba uniformes. Ahora es diferente. Los mucha- señor Rodolfo Santana. También con Vicente chos se hicieron muy atenidos. No juegan sin Canales, Roberto Ruiz, otro señor de nombre que les paguen y los anda uno sacando de Mario y otro que le decían “Kalimán”. Esto sus casas para ir a jugar, como si fueran cajos fue como en el año 1978 o 79. Al princi- encuevados. Me acuerdo que los muchachos 57 De la patada...

eran muy disciplinados. Los citaba a tales ho- ras y ahí los tenía. Alguno me decían “Oiga, yo no traigo para el pasaje” ¡Usted súbase y no pregunte! Yo no sé cómo le hice, porque llegué a tener siete categorías participando en Vallarta. Y de mi bolsa. El Ayuntamiento me extendió un reconocimiento por la forma- ción de la liga. Todavía sigo entrenando niños. Ahorita te- nemos tres categorías: 2004- 2005; 2006- 2007 y 2008-2009. Quiero decirle que en un principio yo no sa- bía nada de futbol. Pero fui comprando libros que mostraban como entrenar a los porteros, a los defensas, a todos los puestos. Ahí es- tudiaba y luego aplicaba lo que aprendía en el campo. Compré un libro grueso que decía cómo entrenar cada puesto. Ahí aprendí lo que sé ahora. Pero un día lo presté y nunca me lo regresaron. Desde entonces le di la razón al dicho ése que habla de prestar un libro.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región El Valle.

La gente se volcaba al campo de futbol presa Orión, que trabajara en la construcción los domingos, para ver jugar al equipo. de La Unidad de Riego de Valle de Banderas Bueno, sobre todo los dizque hombres. A desde 1954 a 1958. ver el juego y a entrarle a los chingada- Tratando de reconstruir la crónica de este de- zos, cuando había. Pero sólo los que no porte en el pueblo “anonero”, se presentan tenían flojera. Porque, como dice el di- aquí las voces de connotados vallejanos. cho, “al trabajo y a los chingadazos no cualquiera le entramos”. Cuando el equi- Miguel “Casas” Encarnación González dice: po jugaba fuera, lo acompañábamos. Ahí Nací el 29 de septiembre de 1937. Mi padre andábamos, por las orillas del pueblo, fue Gerardo Encarnación Flores y mi madre, buscando raite. Porque entonces casi no Fermina González Peña. Nací en Valle de había carros. Banderas. Soy anonero de raicita. Valle de Banderas, cabecera del novel munici- En la década de los cuarenta, aquí vivían unos pio nayarita Bahía de Banderas, ha destacado señores de apellido Dávila. Ellos fueron los desde los inicios del futbol organizado en la iniciadores del futbol en Valle. Eran origina- región. rios de La Yerbabuena, municipio de Mascota, Ganador del primer campeonato de la Liga Jalisco; o de alguno de esos pueblos serra- Regional de Futbol, en 1958; tuvo la suerte nos. Uno de ellos era Cecilio, otros León y Jesús “El Pollo”. Éste último, por cierto, fue de pocas escuadras de contar entre sus filas a portero todo el tiempo. un jugador que con el tiempo llegaría a vestir la casaca nacional: Arturo “El Cura” Chaires Ellos organizaron el primer equipo aquí. En- Rizo, oriundo de Guadalajara y traído a estas tonces se jugaba contra San Juan de Abajo, tierras por el Dr. Guillermo Esqueda y el inge- y eran unos pleitos que se hacían... Primero niero Armando Herrera, encargado de la em- jugaban y luego se liaban a trancazos. No se 61 De la patada...

mascaban muy bien los de aquí con los de de los cuarenta, como en el cuarenta y nueve. San Juan. Empezó una gran rivalidad depor- Porque han de saber que hubo aquí varios tiva, que después se heredaría a la práctica lugares donde se practicó el futbol. Se em- del basquetbol. Pero no dejaban de estar pezó jugando en el campo de aviación. Lue- haciendo encuentros. Se necesitaban. Duran- go, se habilitó una cancha frente al panteón. te los partidos, las porras se liaban a gritos. Esto, antes de que Pedroza consiguiera el te- ¡Nopaleros! los de aquí les gritaban a los de rreno ejidal donde hoy se asienta la cancha San Juan. ¡Anoneros! respondían los de San “Vadeba”. Juan a los de El Valle. Porque a la entrada En la década de los cincuenta, residía aquí de San Juan había muchos nopales, yendo el doctor Guillermo Esqueda. También en esa por el camino de Huastitán. Llegaba uno a década llegó la compañía constructora Orión, San Juan y, nopales aquí y nopales allá. Por contratada por la Secretaría de Recursos Hi- eso les gritábamos ¡nopaleros, nopaleros! Y dráulicos del gobierno federal, para hacer los a nosotros nos decía anoneros, porque todo canales de riego en las tierras de este lado alrededor de El Valle estaba lleno de árboles del río Ameca. El encargado de la obra era el de anonas. Si te ibas a la Isla, por el camino ingeniero Armando Herrera. Bueno pues, el de los Algodones, estaban los campos llenos doctor Esqueda y el ingeniero Herrera, aficio- de anonos. Cuajados de hermosas, grandes, nados del Atlas de Primera División, le die- olorosas, dulces anonas. Entonces no se em- ron fuerte impulso al futbol en Valle. Apro- plagaba la fruta. vecharon que entre los trabajadores de la Entre los primeros jugadores de futbol, es- compañía había muchachos muy buenos para taba Pedroza, que después fue promotor de jugar. También aprovecharon sus relaciones y este deporte. Por cierto que él hizo punta amistades en Guadalajara, para traer jugado- para conseguir ante el ejido el actual campo res de la Perla Tapatía. Así es que, cuando 62 “Vadeba”. Esto como a finales de la década inicia actividades la Liga Regional de Futbol, Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

en 1958, con sede en Puerto Vallarta, Valle entrenar y a jugar. El médico Esqueda y el in- armó un equipazo, que le valió conquistar ese geniero Herrera se asociaron en lo del futbol. primer campeonato. Entre los refuerzos que El médico Esqueda era futbolista, y como que llegaron de Guadalajara, estuvo Arturo “El era partidario del Atlas, porque al equipo le Cura” Chaires Riso, quien en 1960 ingresaría puso Atlas de Banderas. Eran los colores rojo a Las Chivas Rayadas del Guadalajara, y en y negro. Por cierto que hasta yo alcancé uni- 1962 jugaría con la Selección Nacional, en el forme. De los jugadores que se trajeron, uno Mundial de Chile. de ellos era Marcelino “El Dumbo”; que por cierto anduvo de novio con Martha Flores. Por eso digo que Chaires vino a jugar aquí, No perdía tiempo el cabrón. Otros eran los cuando lo de Recursos Hidráulicos. Yo traba- hermanos Federico y Enrique Pizarro. El inge- jaba en la compañía Orión. Ahí me enseñé a niero los tenía como trabajadores. El doctor manejar carros. Por eso me dieron trabajo en Esqueda era de Guadalajara. Él escogía a los Recursos Hidráulicos. Primero, al mando del jugadores. Recuerdo que un día, el ingeniero ingeniero Víctor Avendaño; luego, al mando Herrera le dijo al médico, en un partido en del ingeniero Armando Herrera. El personal Las Juntas: y enseres estaban acantonados a un lado del comercio de “El Caballito”. Después se cam- —Dile a Chaires que si puede dar una de- biaron al edificio donde ahora se encuentran mostración. Una exhibición. Burlar a todo el las oficinas de OROMAPAS. Sus alimentos los equipo contario, aunque no les meta gol. tomaban con “Techi”, frente a la plaza. Pero Chaires no aceptó. —Van a decir que soy A los jugadores de Guadalajara los trajeron un volado, que me estoy burlando de ellos—. para reforzar a Valle. Aquí vivían. Aquí pasa- Y no quiso. Tenía prohibido en su equipo del ron la temporada. Estaban dentro de la nómi- Seminario de hacer esas cosas. —Sí pudie- na de la compañía, pero sólo se dedicaban a ra— dijo, —pero no. 63 De la patada...

Le decían “El Cura”, porque estuvo en un se- Apolonio Flores Rosales dice: minario. Él me platicaba. Tiempo después, ya Ese día Chaires se lució, pero no porque se pasado eso; cuando llegaba a Vallarta, venía lo pidieran, sino porque las circunstancias a mi casa y poco antes se escondía para que del juego así lo requirieron. Traía la bola y no lo viera. Un día lo alcancé a conocer. Le se le vino uno y lo burló, se le vino otro y lo grité ¡No es aquí, allá está más adelante el burló, se le vino el tercero y lo mismo; luego restaurante! Le gustó mi amistad, seguramen- metió el gol. Don Poncho y sus amigos en la banca dijeron, “bueno, es que traen gente te porque yo era muy cabrón, muy bromista. de Guadalajara”. Pero ellos también traían. Era un poco mayor que yo, muy amable, muy correcto. Eso sí, todo mundo quería verlo ju- Nací en Valle de Banderas, Nayarit, el 8 de mayo de 1945. Mi paso por el futbol fue efí- gar futbol. Era robusto, de piernas gruesas. mero, porque luego me cautivó el basquetbol. La gente se volcaba al campo de futbol los De la época del glorioso equipo de Valle, con domingos, para ver jugar al equipo. Bueno, Chaires en la defensa, recuerdo un encuen- sobre todo los dizque hombres. A ver el juego tro contra el Social Vallarta, aquí en Valle. y a entrarle a los chingadazos, cuando había. Me acuerdo de don Poncho, con cachucha y Pero sólo los que no tenían flojera. Porque, short. Andaba que no cabía, por la orilla de como dice el dicho, “al trabajo y a los chinga- la cancha, alentando a sus pupilos. Muy acti- vo, muy apasionado el hombre. Al “Vaselino”, dazos no cualquiera le entramos”. Cuando el delantero habilidoso, refuerzo tapatío nues- equipo jugaba fuera, lo acompañábamos. Ahí tro, le mandaron un pase y se llevó el balón a andábamos, por las orillas del pueblo, bus- gran velocidad. Al salirle el portero, sólo se lo cando raite. Porque entonces casi no había bombeó, haciéndole un sombrerito. Ya atrás 64 carros. el portero vallartense, nuestro delantero sólo Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

tuvo que empujar la pelota a la portería para guel “El Pata de Fierro”, Lupe “El Sapo”, “Los anotar. Entonces don Poncho volteó con sus Tecolotlanes” de San Juan, y el portero Juan jugadores de banca y les dijo: “eso es lo que Encarnación. debe hacerse, así de fácil es el futbol”. Todo mundo seguíamos a ese equipo. Cuan- Ese día Chaires se lució, pero no porque se do jugaban fuera, nos íbamos de raite o como lo pidieran, sino porque las circunstancias del se podía, pero no fallábamos. Fue una moti- juego así lo requirieron. Traía la bola y se le vación para que los niños jugaran después. A vino uno y lo burló, se le vino otro y lo burló, raíz de eso, Valle de Banderas sigue siendo se le vino el tercero y lo mismo, luego metió el gol. Don Poncho y sus amigos en la banca una buena cantera de futbolistas. dijeron, “bueno, es que traen gente de Gua- En la siguiente generación jugábamos, entre dalajara”. Pero ellos también traían. otros, Chicho “El Violín”, Martiniano, “El Ca- Entre los refuerzos de Valle que vinieron de rrete”, Chano Flores, Gustavo Encarnación, Guadalajara, estaban los hermanos Pizarro. Nacho “El Guara”, “El Necas”, “El Conejo”, Enrique era más técnico. Federico era más re- Nacho Villanueva y yo. Íbamos a jugar a San cio, jugaba de extremo. “El Pata de Fierro” Vicente. Nos desplazábamos a caballo. Eran tampoco era de aquí, pero se avecindó por partidos amistosos. Estamos hablando de andar tras de una muchacha, Atanasia, la hija 1960. Fue una corta racha. Mi paso por el de Félix Bernal “El Culitón”. Le pegaba tan futbol fue efímero, porque luego me cautivó fuerte al balón, que le pusimos el “Pata de el basquetbol. Fierro”. Cuando estrellaba el balón en el mar- co, lo dejaba temblando por varios segundos. Juan Encarnación Ramos dice: Entre otros jugadores que recuerdo, estaban Esa vez, tuvieron que emborracharme, para Guadalupe Abundio, Atenógenes Robles, Mi- vida de meterme un gol. 65 De la patada...

Nací el 16 de junio de 1936, en Valle de Ban- chaba la cabeza. Cuando llegaba el día del deras, Nayarit. Mi papá fue Crescencio Encar- juego, estaba listo. Mis compañeros de aquel nación Carvajal y mi mamá, Ventura Ramos tiempo eran Florencio Bellares, jugaba la de- Monteagudo. Empecé jugar futbol a los ca- fensa, muy bueno; Atenógenes Robles, Narci- torce años. Pedroza fue el que inició esto. Na- so Flores, Delfino “El Culi”, el médico Santi- die quería agarrar la portería. Todos querían llán. Damiana, Pilar y Eleuteria, hijas de don andar corriendo allá afuera, querían meter Alejandro Robles, eran porra fiel. Se llenaba goles. De repente empezó a juntar raza el tal el campo cuando jugábamos aquí. Había mu- Pedroza y a jugar en las calles. cha afición. Cuando llegaron las compañías para construir los canales de riego, me retiré. Después le dio por solicitar un terreno al eji- Ya no quería jugar, porque tenía mujer. Em- do, para acondicionar una cancha. Luego, nos pezaron a traer jugadores de fuera y se hizo jodimos limpiando ese campo. Tuvimos que muy fuerte el equipo. Surgieron otros porte- echarle hacha a unos pinolillos altos y a unos ros. Pancho Arce me sustituyó en la portería. árboles de Juanpérez, gruesos. Sacarlos con Tuvo muy buena defensa que lo cubría. todo y raíz. Fui de los que se fregó más ahí. Tendría yo unos trece o catorce años. De los pocos jugadores que recuerdo fueron Santos García y Julián Parra. “El Pata de Fie- Cuando dejé el deporte, tendría algunos die- rro” pateaba tan recio que cuando pegaba el cinueve años. El campo lo abrimos tal vez en balón en la portería, la sacudía. 1949 o 1950. Quise dejar el deporte y me empecé a esconder. Primero, mi papá me re- Al principio, cuando empezamos, venían po- gañaba porque jugaba, porque tenía temor cos equipos; pero ya que nos hicimos famo- de que me fueran a golpear. “Ya te dije que el sos, venían todos. Las Juntas, Ixtapa. Nos da- día que vengas golpeado, a ver quién te va a ban duro los de Vallarta. Había un carro de 66 curar…” Yo no le decía nada. Nada más aga- Antonio Covarrubias, a veces en ése nos íba- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

mos. Después, Víctor Sahagún compró una lo dio el ejido. Pedroza hizo punta, y fuimos camioneta de redilas y en esa nos llevaba. con el comisariado. Nos lo concedieron. Los enseres los comprábamos en Vallarta. Aquí la gente, nomás pasaba la Fiesta del 2 Una vez, defendí un penal y no sé ni cómo. de Febrero, se iban a la Isla. A trabajar en las Quedé con la cabeza abajo y las patas para plantaciones de tabaco. Allá pasábamos los arriba, pero con el balón bien atenazado. meses de febrero, marzo, abril y mayo. Hasta Cuando el médico Santillán dirigía el equipo, que se terminaba la cosecha. Durante todo en algunas ocasiones, luego del partido, se ese tiempo no había chance de jugar futbol. hacían bailes en la plaza para celebrar la vic- Por eso éramos malos futbolistas. Durante los toria y reunir fondos para el equipo. Se ba- primeros años nos arrimaban unas golizas de ñaba uno y al baile. A comentar el partido. A Dios Padre y Espíritu Santo; pero después, tomarle la manita a las novias, porque enton- cuando vinieron jugadores de fuera y le aga- ces todo era muy correcto, muy respetuoso. rramos la onda a este deporte, no fácilmente Cuando yo ya no jugaba, trajeron algunos de nos aporreaban. Guadalajara. Había uno que se llamaba Enri- que, jugaba extremo derecho. En una ocasión En una ocasión estaba en La Isla, trabajando le gritaron ¡Cincuenta pesos por un gol! Y en lo del tabaco. Ya me había retirado del tomó el balón y gritó ¡Ahí les va su gol! Y deporte. Llegaron los muchachos, que iban pum, lo metió, desde lejos. Le dieron sus cin- a jugar a Las Juntas. Llegaron por mí, porque cuenta pesos, que en ese tiempo era mucho. el portero, Robledo, que era yerno de don Doce pesos ganaba un jornalero en el campo. Alejandro Robles, no los había podido acom- Ese Enrique hacía lo que quería con el balón. pañar. Era un partido importante. Yo tenía Vino también Arturo Chaires y jugó con no- mucho tiempo que no jugaba. No estaba re- sotros. De aquí se fue a las Chivas. Eran muy gistrado, pero los de Las Juntas consintieron bonitos los tiempos aquellos. Este campo nos en que jugara. Por cierto que, con tan bue- 67 De la patada...

na fortuna, que les paré un penal. El partido Yo les hice caso y tomé el segundo. Siguie- estaba parejo, pero no me podían meter un ron insistiendo hasta que me descontrolaron gol. Hasta que buscaron una manera de per- esos canijos. Así, me metieron el gol que ne- judicarme. Los de la porra de ellos, cercanos cesitaban y perdimos el partido. a mi portería, empezaron insistentemente a Juan Alberto González Flores dice: ofrecerme vino, raicilla. Yo les decía: Ese domingo de la final de futbol, entre El —Ahorita no, ya que termine el partido Valle y San Vicente, me habían mandado muy brindamos. temprano a La Isla, a espantar sanates para que no se comieran el maíz recién nacido. —Nombre, échate aunque sea un traguito, no Mucho antes de que saliera el sol, partí a ca- seas despreciativo. ballo, con mucho pesar pues yo quería ver —Ahorita no, muchachos, espérense al final. el partido. Después del mediodía, nomás es- peré a que bajara un poco el sol, ensillé mi —Qué final ni qué ocho cuartos. Para enton- caballo y me vine de prisa, en partes trotando ces ya nos acabamos la botella. Mira, aprove- y en partes a galope. Pobre caballo, casi lo cha que allá arriba van a tirar un corner. reventé, pero yo quería ver el partido. Cuan- Y ahí estuvieron chingue y chingue hasta que do llegué a la cancha de futbol empezaba el me hicieron probar el primero. segundo tiempo. Nunca había visto tantos ca- rros alrededor del campo. Puras camionetas — ¿Quihubo, que tal está? —Me preguntaron. y carro de redilas. Se habían congregado los aficionados de toda la región: Vallarta, Las —Está suavecito—, les contesté. Juntas, Pitillal, Ixtapa, San Vicente… En esa — ¿Ya ves? Este vino no emborracha. Es fino. ocasión El Valle le ganó a San Vicente, pero 68 Puro raicilla del Tuito. Échate otro. no recuerdo el marcador. Lo que sí recuerdo Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

es que los jugadores de El Valle le entrega- frente al Camposanto. Pero donde ganamos el ron el trofeo obtenido al Comisario Municipal, campeonato fue en Vadeba, el campo ejidal. que era Don Guadalupe Mejía. En cierta ocasión que estaba yo enfermo de Recuerdo también que, un año después, en gripa, el médico Guillermo llegó a la casa, juego de niños en casa del Comisario, en un pues ahí estaba el correo. Le preguntó a mi cuarto de tiliches y cal encontré arrumbado hermana: y empolvado el dicho trofeo. Recuerdo que sentí pena por aquel objeto que había sido — ¿Y Teno? obtenido con mucho esfuerzo, sudor e ilusio- —Ahí arriba, está enfermo. nes de un puñado de jóvenes deportistas de mi pueblo. — ¿Cómo que está enfermo, por qué no me avisaron?— Y subió al tapanco, donde yo es- Atenógenes Robles Camba dice: taba. Me preguntó: Nací en Valle de Banderas el 16 de julio de — ¿Qué pasó, Teno? 1934. Mis papás fueron Alejandro Robles y Ubaldina Camba. Mi madre era de El Pueblito, —Estoy malo. municipio de San Sebastián. Mi padre era de — ¿Cómo que malo, si vamos a jugar pasado San Sebastián. Fuimos siete hermanos, cua- mañana?— Y abrió su maletín, sacó una je- tro hombres y tres mujeres. Empecé a jugar ringa y ¡sopas! que me pone una inyección. Ya como a los 18 años. Aprendimos solos, vien- para el domingo estaba como nuevo. do a los demás. Cuando el médico Guillermo Esqueda conformó el equipo, claro que había Yo jugaba defensa. Entonces se jugaba con jugadores que ya sabían patear. Los gastos línea de tres abajo. Macario Anguiano y yo corrían por parte del médico, uniformes, ba- por las laterales y “El Cura” Chaires en la cen- lones. Cuando yo empecé a jugar, se jugaba tral. Así jugamos ese partido de la final que 69 De la patada...

le ganamos a San Vicente. “El Pata de Fierro” todo el día. Ya en la tarde regresaba. Por la no sé de donde sería, pero se juntó con una tarde, luego de trabajar en el campo, regresa- muchacha de Valle. Era muy buen delantero. ba al Valle en mi bicicleta, por el callejón, por Le pegaba muy fuerte a la pelota. el lado de La Casa Blanca. A veces a caballo. La gente nos quería mucho. Iban a vernos Pero el domingo estaba listo para jugar. jugar. El futbol entonces era muy atrayente. Todo el tiempo fui flaco, pero correoso, pa- Vive todavía de ese equipo por aquí, que teaba duro. Ese equipo de San Vicente era yo sepa, Macario Anguiano. Ismael Robledo pesado. El equipo de Las Juntas no se queda- ba atrás. Afortunadamente, nos tocó suerte y vive en Zamora. Mis hermanas eran Damiana, ganamos ese campeonato. Eleuteria y Pilar. Eleuteria “Tella”, estaba casa- Nuestro uniforme era verde con blanco. da con Ismael Robledo. Antes de casarse, ella atendía el correo. Aquí en Mezcales tenemos El doctor Esqueda era un hombre alto, muy amable. Le estoy agradecido. Mi madre era más de 30 años. Mi padre no era ejidatario, una mujer enferma. De la nada se estaba mu- pero tenía una tierrita, que le quedó a Damia- riendo. Llegaba él y la curaba, sin cobrar. Él na. Damiana la vendió, pero antes, donó una se encargó de trasladarla a Guadalajara, para porción para la cancha de futbol que le lla- que la operaran. Estuvo al pendiente de ella. man “Las Hachas”. A esta Damiana le dio por Por eso le tengo mucho agradecimiento. Fue muy querido en Valle. Se estableció ahí como impulsar a los grupos de rock. Tenía un grupo por unos 4 o 5 años. musical rocanrolero, “Los Locos de Damiana”. Todo el tiempo fui campesino. Siempre me Ella era buena para tocar la guitarra eléctrica. 70 iba a La Isla en caballo o bicicleta a trabajar No sé de dónde le salió lo rocanrolera. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Francisco Arce dice: novio con “La Güesos”, hermana de “Casas”. De aquí se fue a Las Chivas, luego a la Selec- Yo nomás jugué futbol una temporada. En el ción Nacional. Era alto, delgado. “El Dumbo” 58. Ganamos ese campeonato. Estaba lleno era chaparro, gordito. Chaires era un defen- alrededor del campo. Ahí andaba don Pon- són muy bueno, muy técnico. A los delanteros cho. Fueron de todos lados al Valle, a ver ese contrarios no los dejaba acercarse mucho a partido. Yo tenía 18 o 19 años. Soy de 1940. mi portería. A los 21 años me casé. San Vicente, Las Juntas y el Imperial eran Conocí a Chaires cuando llegó a Valle. Lo tra- equipos duros. Los más pesados, entonces. jeron el doctor Esqueda y el ingeniero He- Ixtapa era pichón. Nomás esa temporada rrera. A él lo recomendó otro muchacho que jugó Chaires con nosotros. Ya no regresó. nos reforzaba y jugaba en El Nacional de También yo dejé de jugar futbol. Varios nos Guadalajara, que entonces estaba en la Se- salimos y entraron nuevos jugadores. Yo me gunda División. Le habían encargado que tra- salí por la necesidad de trabajar. Éramos muy jera un compañero y se trajo a Chaires. Eran pobres. Yo estaba jugando porque el doctor tres los jugadores de refuerzo que vinieron Esqueda me apoyaba. Pero luego se fue. Me de Guadalajara. A uno le decían “El Dumbo”. daba zapatos, comida cuando salíamos, todo. Era amateur, buen delantero. El que vino de También el ingeniero Herrera se fue. Se había El Nacional, jugaba de medio. Chaires juga- terminado su chamba de los canales aquí. Se ba defensa central. Junto conmigo, que era fue la compañía. el portero, formábamos la columna vertebral del equipo. Ellos hacían lo que querían con Yo me hice del puesto porque un día llegó la pelota. Chaires estaba estudiando para sa- un equipo del Tuito a jugar contra Valle y no cerdote, por eso le decían “El Cura”. Pero se había portero. Me preguntaron ¿Te pones tú? vino para acá, y aquí perdió eso. Anduvo de ¡Si! Esa vez les paré un penal. Pero yo no sé 71 De la patada...

ni cómo, pues nunca había portereado, pero también Juan “Suelos Duros” jugó con noso- sí jugaba basquetbol. Y ese fue el comien- tros. “El Pata de Fierro” vivía en Valle, con zo. Todos me apoyaron para que yo fuera el una Atanasia, una hija del “Culitón”. portero del equipo. Desde entonces le eché El campo estaba lleno en esa ocasión. A los ganas. días, hicieron una cena baile en la plaza, en El campamento de la compañía canalera esta- honor del triunfo. Yo sentía bonito. ba cerca de la tienda de “El Caballito”. Luego Hubo después otra final, en otro campeonato, se cambiaron al edificio de don Toño Covarru- contra San Vicente, en cancha neutral, en Las bias, donde después se asentó la Secundaria Juntas. También les ganamos. Yo ya no juga- por Cooperación, y ahora está OROMAPAS . ba. Pero me tocó ver el partido. En ese tiem- Chaires se quedó todo el tiempo del campeo- po jugaban unos muchachos de Tepic con El nato. Aquí vivía, con los de la compañía, pero Valle. él no trabajaba en el campo, sólo jugaba y Después del futbol, me dediqué a jugar bas- entrenaba. Todos se asistían con doña “Te- quetbol, en el campeonato regional donde chi”. Entrenábamos martes y jueves. Se juga- participaban el Social Vallarta, San José, San ba los domingos. Juan y otros equipos. Jugué hasta 1964, cuan- Me acuerdo que el primer gol lo metió “El do me casé y nos fuimos a vivir a Ensenada. Pata de Fierro”. Fue un fierrazo. No me acuer- Allá duramos un año. Regresamos a Vallarta, do si me metieron gol, pero con ese defensón en donde durante algunos años trabajé en la que tenía, poco me los dejaban llegar. Teno y albañilería y después en la hotelería. Polencha acompañaron a Chaires en la defen- sa. Otro que jugó fue un muchacho que vivía en San Juan pero que nos reforzaba, era de 72 Tecolotlán, le decía “El Tecolotlán”. Creo que

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Nicolás Curiel Madero.

Me gustaba el Vallarta de antes, cuando plado a su favor, habría llegado al futbol pro- con un apretón de manos se sellaba un fesional y hasta la Selección Mexicana. Tenía trato, y la palabra valía. con qué. Nicolás Curiel descuella en devenir del futbol Eran los tiempos en que, poco antes de las vallartense como un centro delantero nato. cuatro de la tarde, y antes del partido estelar Con físico singular y olfato de gol a toda prue- de la primera fuerza, se anunciaba por el mi- ba, el popular “Nico” Curiel, en la década de crófono que “La Surtidora, su tienda depar- los sesenta del siglo pasado fue a su modo el tamental favorita”, premiaría al jugador del “Héctor Hernández vallartense”, el “Horacio partido o a quien metiera el primer gol de la López Salgado” costeño o el “Octavio Muci- tarde. Y sí, ya sea al medio tiempo, o al final ño” del puerto que queremos. Con los colo- del partido, vimos en diversas ocasiones al res blanco, amarillo y rojo del Imperial, hacía propio Alejandro Meza, o a Chema su cuña- ceviche de la defensa del Social Vallarta, pri- do, premiar al “Nico” con una camisa Medalla, mero, y de La Colonia, después; los odiados o un pantalón Cadena; unos tachones Quicho rivales deportivos en la cancha número uno o unos zapatos Canadá. Porque entonces ri- de la Unidad Deportiva Agustín Flores Con- faban las camisas Medalla y los pantalones treras, mejor conocida como “ El Estadio”. Lo Cadena. Y el respetable, que atestaba las gra- suyo era estar en el lugar y momento precisos derías de la cancha uno, permanecía atento a para el encuentro con el balón. Desmarcarse la premiación, entre aplausos de los parciales era su especialidad, así como los goles de del Imperial o silbidos y mentadas de los fans cabeza. Algunos tan espectaculares que nos del equipo contrario. hacían compararlo con el “Teto” Cisneros del Zacatepec o el “Chalo” Fragoso del América, Nicolás Curiel, capitán de una familia futbole- de aquella década gloriosa. Nicolás, no cabe ra típicamente vallartense, del barrio Parque duda, si los vientos del destino hubieran so- Hidalgo, cuyos miembros jugaron muy buen 75 De la patada...

futbol, y algunos incursionaron hasta el nivel un señor medio calvo y gordito, que después profesional, entre ellos José Curiel y Demetrio sería un gran amigo mío, don Alfonso Díaz Madero. Futbol recio y apasionado el de los Santos. Le pidió permiso a la maestra para Curiel, rayano a veces en lo bravío, como las platicar con el grupo. Ahí nos hizo la invita- películas de Jorge Negrete y Pedro Armen- ción para jugar futbol. Nos apuntó a los in- dáriz, que tantas veces viera “El Nico” en el teresados y nos citó en la cancha para los Cine Morelos. Porque si el futbol les apasio- días siguientes. A mí me interesó y fui. Al- naba a los Curiel, también “los trompos” en terné entonces la escuela con ese deporte. la cancha, “pa’ los trompos son las cuerdas”, Al terminar mi escuela primaria, ya no pude la resortera y las canicas, porque aquí en Va- seguir adelante con mis estudios, pues mi pa- llarta el “chiras pelas” se ha jugado desde dre enfermó gravemente y tuve que trabajar tiempos inmemoriales. para hacerme cargo de la familia, que era muy Es uno de los jugadores más recordados por grande. Aprendía a manejar su camión fletero sus contemporáneos, merced a su instinto go- y agarré las riendas de esa responsabilidad. leador. El célebre vallartense y promotor fut- Yo era el mayor y éramos once hermanos, bolero, Guillermo “El Guille” Rodríguez Cruz, muy chicos todos. Así se me dio lo del fut- afirmaba que entre los mejores jugadores del bol, me gustó. Don Poncho fue el que me ini- futbol local estaban, sin duda, Nicolás Curiel ció en este deporte. Nos decía cómo pegarle Madero y Benjamín López Mercado. a la pelota, cómo pararlo con los pies, con los muslos, con el pecho, cómo correr. Antes Dejemos que Nicolás nos cuente su había jugado basquetbol y béisbol, pero de experiencia: manera rudimentaria, estando en la primaria. Nací en Vallarta el 22 de marzo de 1945. Pero con don Poncho, el deporte para mí fue Estando en quinto de primaria, en la escuela una cosa formal. Afortunadamente salí medio 76 “20 de Noviembre”, cierto día entró al salón bueno para jugar. El me afinó, hizo los ajustes Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

necesarios y jugué en varios de los equipos el partido, pero tormentón, “de esos que ya de Vallarta. no se usan”, y nosotros muriéndonos de frío, esperando con ansias que el árbitro pitara el Sin embargo, mi primer equipo fue el Impe- final, porque hasta rayos caían. Durante el re- rial. Ese equipo lo traía Guillermo Rodríguez greso, entre el lodazal de las parcelas y moja- Cruz, “El Guille”. No sé por qué razón llegué dos como patos, llegamos a Vallarta cerca de al Imperial, y ahí jugué más o menos diez la medianoche, muertos del cansancio. años. En el Social, que yo recuerde, nunca jugué. Ellos siempre fueron mis adversarios. La región era muy hermanada. Era más comu- Contrarios en la cancha, pero amigos fuera de nidad. Había bonita amistad. Era una convi- ella. En Imperial fue donde prácticamente me vencia. Todos nos conocíamos. Los de éste y hice. Guillermo nos daba acondicionamiento del otro lado del río Ameca. Nos tocaba una físico y calistenia. Él nos entrenaba. Ganamos vez en el torneo visitar los pueblos. Los par- varios campeonatos. tidos eran a visita recíproca. Todavía recuerdo ese primer partido, me veo junto a la porte- Me tocó jugar el primer campeonato de la ría, temblando de frío, y apenas era el primer Liga Regional de Futbol, en 1958. Tenía en- tiempo. “Que lo acabe el árbitro”, decíamos, tonces 13 años. Para entonces ya sabía correr porque había relámpagos y estaban cayendo el balón, pararlo, defenderlo. Por cierto que rayos. en el primer partido visitamos al San Vicente, y como era en las aguas, nos fuimos hasta Siempre fui delgado, pero era muy corre- Las Juntas en carro. Ahí cruzamos el río creci- lón. Recuerdo a algunos de aquel Imperial: do en canoa, y luego, a pie hasta el pueblito. Humberto Vega “El Teche”, Apolonio Robles, Recuerdo bien el partido. Ahí en San Vicente Agustín Robles, “El Tejón”, “El Ñengo”, Artu- yo tenía muchos amigos que luego se hicie- ro, “El Semi”… Guillermo nos dirigía, pero de ron futbolistas. Cayó un tormentón durante vez en cuando se metía de defensa central, 77 De la patada...

cuando alguien faltaba. Antes, los equipos Eduardo “Yayo” Meza era uno de los defen- fuertes eran El Valle y San Vicente. Eran los sas férreos con los que llegué a tener buenos rivales a vencer, aunque el Social, el León y duelos deportivos. Con “Chicho” Pérez sostu- Las Juntas no se quedaban atrás. ve varios encuentros fuertes. Siempre quería bajarme. Estaba más fornido que yo, y tal vez Me acuerdo de aquellos primeros agarrones más alto, no me acuerdo. Yo era más ágil, más con el Social. Y años más tarde, con el Cruz rápido. Pero “Chicho” llegaba y barría lo que Blanca del Cerro, muy aguerridos por cierto. agarraba. Como si trajera chinchorro. El Imperial era el que imponía su ley, todo mundo quería ganarnos. Valle, San Vicente, Jugué con Imperial cerca de diez años. Me Social… Nosotros siempre nos manejábamos salí por cuestiones personales. Luego le pedí en los primeros puestos de la tabla. apoyo a Rodolfo González, que era gerente de la Chrisler. Él me patrocinó un equipo que De los jugadores buenos que recuerdo eran el se llamó Motorautos. Con ese equipo fuimos “Che” Aguilar, Benjamín López, José Luis Ruiz campeones por tres veces consecutivas. Lue- “Cheví”. El “Jeringas”, Armando Joya, Ludge- go me fui al hotel Las Palmas, con Gabriel rio López, el “Niño” Cervantes, el “Cuarras”… Igartúa. Me patrocinó y lo hice campeón. A eran muy buenos porteros. Para mi gusto, los medida que pasaban los años, fui reculando mejores fueron Ludgerio, Jeringas y Armando. en la cancha; de delantero me fui a la defensa. Siempre jugué de centro delantero. Metí mu- chos goles, pero muchos. Me hacían regalos Formé parte durante varios años de la Se- en público. Alejandro Meza, de La Surtidora, lección Vallarta. Recuerdo de una ida a ju- llegó a regalarme camisas Medalla. Medalla gar a Talpa, en un torneo de Fiestas Patrias. era la marca importante en camisas, lo máxi- Nos fuimos en un avioncito que le temblaban mo entonces. Pantalones cadena y zapatos las alas, teníamos más miedo que la madre. 78 de futbol. Tengo muchos reconocimientos. Miedo de que se fuera a caer. Una pinche Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

avionetilla que parecía que no llegaría nunca. muerte. Era un equipo fuerte y ganador. Ahí Ruidosa, las alas le titiritaban, le hacían clap, jugaban “El Panfas”, “El Niño” Cervantes y “El clap, clap… A mí me tocó frente a la línea de Karkas”. las alas, pude ver aquello, parecía pájaro que Me retiré de las canchas como a los 63 años. aleteaba. ¡Ay jodelachingada! Y era la primera vez que me subía a un avión. Encabezaba el Había ya muchas ligas, era un despiporre. grupo Guillermo Rodríguez. Nos regresamos Cada quien hacía una liga. Y luego equipos en el mismo avión. Pero ay, con ganas de lle- para allá, equipos para acá. Se abarató mu- gar pronto a Vallarta. Parecía un ave, papalo- cho el futbol en Vallarta. Ya no eran aquellos teaba las alas para poder volar. Yo creo que jugadores de calidad. Y es que, si jugábamos ahí nació el mote de “La Guajolota”. No sé. el domingo, y tenía de compañeros a unos; Porque aquel armatroste eso era, una pinche cuando jugábamos el jueves, ya eran mis con- guajolota. Después, con selección Vallarta, fui trarios. Entonces decía yo ¿De qué se trata? a Guadalajara, jugué contra Las Chivas, en el Ya no me gustó eso. Se desdibujó el futbol, estadio Jalisco, con las reservas profesiona- se perdió el amor por la camiseta. Se forma- les. En esos tiempos, cada que formaban la ron equipos a granel. Cualquiera formaba un Selección, yo era seleccionado. equipo. Como no costaba mucho sostenerlo, porque lo más costoso eran las salidas, y el En Motorautos, de mi familia jugamos Nacho, futbol se había centralizado; era en Vallarta y Pipi, José y yo. También formé el equipo de La alrededores. Ya no se salía al Valle, a San Juan, Colonia 5 de Diciembre, junto con Juan Gutié- a San Vicente. Nomás era aquí, en Vallarta. rrez el “Barbas”. Él lo dirigía. Todavía jugaba yo. En esos tiempos la rivalidad deportiva era Lo de Piratas de la Tercera División fue en ya con la Colonia Emiliano Zapata. Casi todo la década de los noventa. Los empresarios Social se cambió a Emiliano Zapata. Entonces de esta aventura futbolera fuimos el licencia- los pleitos eran contra la Emiliano Zapata, a do Tito Yerena, Arturo el del restaurante Río 79 De la patada...

Grande y yo. Fuimos a Tepic, fuimos a mu- un miedo a las vacas y a los toros, solo. Por chos lados a jugar. Apoyamos a los mucha- eso digo que yo trabajé en lo duro, solo. chos. Nos asociamos, pagábamos el camión, También ayudaba a mi familia vendiendo los alimentos. A los muchachos no les pa- gondos, aguilotes, guayabas, cocos de ruñir, gábamos. Jugamos como dos campeonatos. que los traía de allá de El Salto. Mi madre y Nos fue regular, porque para el lado de Tepic mis hermanitas los vendían. Tendría yo como había mejor futbol, mejores futbolistas. Tito y diez o doce años. También me iba a los lla- yo los entrenábamos. Más que nada era mos- nos del Coapinole donde había mucho nanchi trarles nuestra solidaridad, al acompañarlos. y guayaba. Guayabos chaparritos, guayabita Eran muchachos de Vallarta y la región. agria que le decíamos, muy buena y oloro- sa para el agua fresca o las paletas. Ciruelas De mi infancia, recuerdo muchas cosas agra- coloradas. Se cargaban los árboles. Ciruelas dables. Mi niñez transcurrió en un entorno mansas no había, esa dulce, gorda, verde y de amor familiar. Vallarta era muy pequeño y carnuda, que se daban acá para San Vicente, seguro. Sigue siendo hermoso pero era más San José y el Valle. Luego se acababa la tem- tranquilo. Todos nos conocíamos. porada de esas frutas y ahí nos tienes jun- tando pajoso para venderles a los ladrilleros. Empecé a trabajar desde los siete años, con Yo, con mis primos, Octavio Madero y Ramón mi tío Agapito Medina Olvera. Me dejaba solo Peña, empezamos a llenar costales de pajo- en un potrero sembrado de maíz para que so, porque ya teníamos el cliente. Primero espantara los sanates. Me daban mi onda y era llenar el costal. Andar juntando el pajoso una bolsita llena de piedras. Ahí me dejaba la de a uno en uno. Luego, coserle la boca con corrida y se venía hasta Vallarta. De regreso, aguja de arrias e hilillo. Finalmente cargarlo como a las cinco o seis de la tarde, me reco- y acarrearlo a las ladrilleras. Lo cargábamos 80 gían. Era un potrero cerca del Valle. Y yo con en el lomo. Después alguien se ofreció y nos Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

prestó una carretilla. Nos daban una bicoca un tío, mi tío Bruno Madero, que vivía en el por cada costal de pajoso, dos pesos, tres. Un Papayal. Tenía vacas. Ahí llegábamos, trabajá- amigo y yo, “Cachano”, se llamaba Feliciano, bamos con él, en la faena del frijol. Nos daba nos íbamos a la playa, allá por Bucerías, y de desayunar, queso, leche. De allá me traía bailando sobre la arena, sacábamos almejas. cien o ciento cincuenta tenazas de cajos. En la orilla del mar, en el reventadero de las Mi madre fue muy buena con nosotros. Una olas. Llenábamos cubetas o baldes de alme- mujer muy abnegada. Muy prolífera. Con una jas, había mucha. Yo las vendía en el restau- familia numerosa, como era antes. Dentro de rante Del Mar, que estaba frente al malecón, las carencias, fue muy buena con nosotros. cerca de con Nacho Zaragoza. También hacía Recuerdo cuando trabajé la primera semana arcos y flechas, y las vendía a los chiquillos. con mi tío Agapito. Él pagaba los domingos. Hice también resorteras. Mi tío Pancho Ma- Me habló: dero me cortaba los resortes de cámara de llanta. Arqueaba horquetas amarrándolas de —A ver, venga acá, Nicolás ¿Qué está hacien- las puntas y las ponía arriba en el techo, para do allá? que se asolearan. Quedaban bonitas, estéti- —Estoy ayudándole a mi tío Pascual, arre- cas. Las vendía a dos pesos o dos cincuenta. glando esta camioneta. Era bueno tirando con resortera. Jugábamos competencias mis amigos y yo. Pobres coco- —Aquí tiene. Lléveselos a su madre. Aquí lo sitas, pero nos alimentaban, eran muy sabro- espero a mediodía, para ir a San Juan en la sas. Mi mamá las cocinaba con pimienta, eran corrida. riquísimas. Me pagó sesenta pesos. Un dineral para mí Fui tremendo cazando cajos. De ahí del Pa- en aquel tiempo. Casi me vine corriendo de la payal, cerca de Jarretadera, traíamos talegas terminal de camionetas tropicales, en la calle llenas de cajos. Había muchísimos. Teníamos Morelos, a mi casa, por el malecón, para dár- 81 De la patada...

selos a mi mamá. Fue el primer dinero que era una oportunidad para las relaciones de le di. No se me olvida. Era un rayonón que la gente. Después de la venta del pescado, traía. Se los di completos. Al rato regresé con llegaba como a las seis de la tarde a la playa. mi tío Agapito Medina. Porque había que ir- Entregaba lo que había vendido. Y a comer. nos a San Juan o al Ranchito, en la corrida. ¡Ah bueno! Pues de los que habían sobrado. Acompañando a Pedro Peña, a mi tío “Güero” Ellos hacían una salsa de jitomate y a comer o a Magdaleno García. Son las cosas que me los pescados que habían sobrado ¡Qué sa- quedan aún grabadas en la memoria. brosos me sabían! Cuando niño, también vendía pescado asado. Cuando queríamos entrar al cine Morelos y Ahí en la playa, frente al hotel Rosita, los Va- no teníamos dinero para el boleto, le decía- llejo, los Chavarín, asaban pescado. Ellos eran mos a Ceferino, o Cristóbal Ruelas: pescadores. Traían el pescado y en varas que —Déjanos entrar. clavaban en la arena, los ponían frente a las brasas de hueso de coco de aceite. Ya listos, —Traigan dinero, cabrones. calientitos, me llenaban una batea, y con ella —No tenemos. sobre la cabeza, me iba a venderlos al male- cón, allá para con el “Maike”. Las corridas ahí —Buenos, échense tres maromas y sí. se paraban, frente a la plaza, frente a donde Teníamos que echar tres maromas para que hoy está Banamex ¡Sierras asadas! ¡A dos pe- nos dejaran entrar. Yo era muy aficionado a sos! ¡Llévelos! Y las personas de la corrida las películas de tejanos. me compraban, les ponían limoncito y salsa de chile chilpete, de Tomatlán. Todos los que Aprendía a nadar en el mar, quedaba a una venían de las rancherías se surtían de la tien- cuadra de mi casa. En el río Ameca aprendí a da de don Rafael Curiel, papá de Cayo Curiel. fuerzas porque en una ocasión íbamos en la 82 Harina, azúcar, todos los abarrotes. La corrida canoa mi primo Francisco Curiel Medina y yo, Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

cruzando hacia donde estaba la camioneta al el “Güero”. Anduve mucho tiempo con mi tío otro lado del río, para Nayarit. El canoero, un Pascual en las corridas. Pero de cobrador, de vale que tenía la boca chueca, “El Chino” de “chango”, que le decían. Colgado de las va- Bucerías, nos aventó al agua para que cruzá- rillas laterales de la corrida. Anduve también ramos nadando, según él. Pero no sabíamos de “chango” con Pedro Peña, de El Ranchito. nadar. El río estaba muy crecido. Mi tío Pascual Luego, se nos enfermó mi padre. Y quien dio estaba en la otra orilla. Él vio todo. Nos qui- la cara por él fue mi tío Agapito, porque tenía simos agarrar de la canoa, pero no pudimos, recursos. Me tuve que subir al camión de mi nos dejó. Ahí vamos. Ahí aprendimos a nadar papá, para mantener a la familia. Había em- a güevo. Cuando “El Chino” llegó a la orilla, barnecido un poco. Me iba a San Juan, al Co- mi tío le propinó una regañada de aquellas. lomo, a donde sea, a cargar maíz para traerlo Ya casi se agarraban a golpes. Éramos unos al almacén de la CEIMSA, que estaba donde chiquillos, de doce o trece años. ahora es la tienda Ley. Pero pues casi había que cargarlo uno y descargarlo también. Total Vallarta fue muy bonito. Me tocó mirar la que fue muy dura esa época porque sufría construcción del puente sobre el río Cuale, muchas malpasadas. Andabas comiendo a las obra del ingeniero Marcial Reséndiz, cuando seis o siete de la tarde. ¿Y sabes qué comía? mi madre y una de mis hermanas iban al rio Una coca cola con una pieza de pan cuadra- Cuale, a lavar la ropa. Yo les ayudaba a aca- do, con mermelada de fresa. Esa fue mi comi- rrear la batea con el tambachi de garras. da por muchas ocasiones. Entonces me tuve Cuando estaba grandecito, acompañaba a mi que hacer cargo completamente de la familia. papá en su camión carguero y a veces me Mi padre padeció una larga enfermedad. Pasó daba algunas clasecitas de manejo. Durante ese lapso en casa de mi tío Agapito. Al cui- un tiempo lo dejé y me fui a trabajar con mi dado de mis tías Soledad, Victoria y Teodora. tío Agapito. Con mis tíos Geño, Pascual y Lupe Allá en casa de los Medina, no en la casa de 83 De la patada...

nosotros. Cuando ya se alivió, y vi que no me Empezaron a crecer mis hermanos. Me fueron necesitaba tanto, me aventé por mi cuenta. dejando un poquito. A los 22 años me robé a Ya estaba más crecido y le compré un carrito mi primera mujer. Me la robé al estilo de las al “Borucas” Rodríguez, de El Pitillal. Modelo películas del cine Morelos. Me inspiré en la 1960. Empecé a manejarme por mí mismo, película de Luis Aguilar, “Se la llevó El Rémin- sin dejar de apoyar a la familia. Pero al me- gton”. Pero hice las paces con su familia. Con nos, ya traía un carrito más de verse. Por- los meses, mi suegro Adolfo Curiel Quintero, que el de mi padre era modelo 38. Empecé me prestó veinticinco mil pesos para comprar a viajar para Tepic. Estaba ya el hotel Posada un carro de volteo, porque era lo que rifaba Vallarta, me contrataron para traer alimentos, en el sindicato. Los carros de redilas y cran abarrotes de allá. Mi carro era de redilas. Le habían pasado a la historia. Fui a la ciudad colocaba su lona y todo. Me acompañaba una de México con ese propósito. Mis primos Oc- persona del hotel, quien hacía las compras tavio Madero y Ramón Peña, amigos de mi y realizaba los pagos. Íbamos al mercado de infancia, se habían ido a México junto con la abastos y otros lugares hasta que llenábamos familia, y allá trabajaban como choferes. y regresábamos. Después, le ofrecí mis ser- Ese fue mi inicio como empresario. Con esos vicios a Martiniano Trejo, de Compostela. Le 25 mil pesos. Ya en la ciudad, mis primos y empecé a traer Coca Cola y Fanta a Vallarta, yo fuimos a buscar por las calles un corralón, pues aquí tenía negocios. Luego, por medio donde vendieran camiones de volteo. Dimos de Toño López Corona, amigo mío, me die- con el lote de un gitano. Tenía dos carros, ron chamba en el aeropuerto, para acarrear casi iguales. Color rojo ambos. el combustible para los aviones desde Tepic. —Venimos buscando un camión. Porque venía en tren. Cuarenta tambores de 84 doscientos litros. — ¿Ah sí? Pues yo te lo vendo. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

— ¿Cuánto cuesta ése? nivel, en el que duré 15 o 20 años. Me tocó acarrear material para la ampliación del aero- —Veinticinco mil pesos. puerto. Me tocó la bonanza esa. Les llevamos — ¿Me los vio o le atinó? como tres millones de metros cúbicos de ma- terial. Con ello se hizo la pista del aeropuerto. Hicimos la plática. Le caí bien. Total, me dijo: Luego, hubo la oportunidad de comprar una —Mira muchacho, me vas a pagar uno, pero hectárea de terreno en el Crucero de Las Jun- te vas a llevar los dos. Me vas a deber lo de tas. Pronto compré una criba y aquí empecé. uno. Pero me lo vas a pagar. Era una criba pequeña, pero me funcionó. Me asocié con el ingeniero Víctor y con el licen- —De acuerdo—. El señor me recordó a mi ciado Raúl Estrada. Compramos un trascabo, padre. Porque mi padre me enseñó que para un M51. Éramos codueños. Pero se deshizo cerrar un trato entre hombres, basta con un la sociedad por equis motivos. Víctor se qui- apretón de manos. Hasta la fecha, yo no ne- so ir. Le dije, “quédate con la máquina, yo cesito firmar un papel. Si te doy mi palabra, me quedo con la criba”. Quedamos Raúl y yo. no me voy a rajar, así me vaya bien o mal. Así Después Raúl me dijo “Ay cabrón, ya quéda- hago mis tratos. A ese español le agradecí te tú solo; a mi esta madre no me gusta.” Y tanto. Jamás volví para allá, ni lo volví a ver, nos arreglamos, nunca dejamos de ser ami- pero le cumplí. No supe que vio en mí para gos. Llegaba a esta oficina y se acostaba en confiarme, qué le causó esa confianza. este sofá. Llegaba y aventaba las patas para Me fui feliz a la casa de mis tías. Regresé a allá, el cabrón. Le valía madre que estuviera Vallarta con los dos camiones, mi primo se mi vieja o no estuviera. Esos de Ixtapa son trajo uno, yo el otro. Con esos volteos em- cabrones. Se fue también él y seguí yo solo. Y pecé. Ingresé al sindicato, a la CTM, con Ye- vas creciendo, porque un carro te jala a otro rena. Me dieron un puesto directivo de alto carro; una máquina te jala otra cosa, y así… 85 De la patada...

Hago un paréntesis para hablar de los ca- mitoteros, se pararon para ver el pleito. An- rros cargueros de antes en Vallarta. Recuer- dábamos sobre la carretera. Ahí le di una za- do que me peleé muchas veces porque ofen- randeada al cabrón y ya no volvió a burlarse dían el camión de mi padre, pues no tenía del camión de cran de mi padre. Otro que me para arreglarlo bien. Salvador Ruiz Cuevas caía muy mal por burlesco, pero que nun- “El Trampas”, y otros de Pitillal, tenían dine- ca me peleé con él, pues era muy grandote, ro y mantenían bien arreglados sus carros. Y era “El Chino”, hermano de Alfredo Palome- los cargadores del almacén se burlaban mu- ra. Era cargador en la CEIMSA. Decía “Ei, ahí cho del camión de mi padre. Me daba coraje. viene este muchachillo que no puede ni los Y una vez me peleé frente al hotel Posada costales”. Porque había que agarrarlos de Vallarta por ese motivo. Sobre el tramo ca- las orejas y levantarlos para que él se me- rretero del aeropuerto a Vallarta. Me di un tiera debajo. Levantar el costal de las orejas, agarrón a trompadas con Jesús Rosas, hijo entre dos. El cargador metía el cuerpo y se de Jesús Rosas Barbosa, porque me echaba iba cargado por el tablón, ahí para arriba. malo por mi carro. Esa vez traía yo carga. Y Y siempre se burlaba, porque al carro de mi veía chingando, pita y pita. Aceleré un poco padre había que darle cran. Y era una chinga y me salí hacia un lado. Luego me le paré a con la carrilla ¡A qué horas va a salir éste! media carretera. Y mi padre me decía “pero, ¡Apúrate güevón! Y era lo mismo allá en la hijo, ¿qué vas a hacer? No le hagas caso”. playa. Porque en la CEIMSA cargábamos para ir a descargar junto al hotel Rosita. Donde —De una vez que truene el cuete, porque atracaban los barcos. Y también allá ¡Ándale este güey, en donde quiera que me ve, se Curiel, apúrate! Y yo dándole vuelta a la pa- anda burlando de nosotros. lanca del cran… ¡Ay cabrón, que vergüenza El vale se bajó y, ándale que nos agarramos me daba! Pero pos ni modo. Y pasaron todos 86 a trompadas. Paramos el tráfico. Los demás, esos años y me dejaron muy bonitos recuer- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

dos porque, a pesar de todo, alterné con mu- chas personas, hice amistades que después me servirían. Después vendrían amistades de otro nivel. Añoro aquel pueblo mío, lo añoro y lo quiero mucho. Porque antes era Vallarta un pueblito de pescadores.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región La Colonia.

Todos los domingos, desde muy temprano El Club Colonia Emiliano Zapata o simplemen- estaba casi llena la gradería. Poco an- te La Colonia, penetra sus raíces en la historia tes del partido estelar, llegaba más gente de Puerto Vallarta hasta el año 1965. Gon- para ponerla al tope. Me parece aún estar zalo Delgado, contratista de obra del inge- mirando la tribuna, pletórica y rumorosa, niero Guillermo Wulf, advierte el interés que poco antes del partido de las cuatro de la sus trabajadores albañiles ponen en la prác- tarde. Entonces, hacía su entrada triunfal tica del futbol, al caer la tarde, en el campito el famoso “Cariño”. Desde que la raza del oriente de la Isla del Cuale. Gonzalo pla- lo veía entrar, a la altura del puesto de tica con Ramón Alatorre, quien era entonces aguas frescas del “Güero”, le empezaban empleado de los Servicios del Agua Potable, a chiflar como si a una mujer. Y él, des- y que había avanzado ya en la organización de ahí, hasta el final de la tribuna, hacía de los jóvenes practicantes del juego de la su pasarela. Se contoneaba cual diva de patada. burlesque, cual si fuera afeminado, arran- La Colonia llega al escenario cuando en el fir- cando la rechifla del público, las carcaja- mamento futbolero del Puerto brillaban con das y las burlas del respetable. Era todo todo su esplendor El Imperial y Deportivo un espectáculo, adicional a la fiesta do- Social Vallarta. Gonzalo no quiso ser compar- minical del futbol. Era una atmósfera de sa de los dos grandes, y se dispuso a ejer- estrecha camaradería, de familiaridad, de cer dominio en la cancha número uno de la sana diversión de la gente del Vallarta de Unidad Deportiva Agustín Flores Contreras. mediados del siglo pasado. El corazón de Empezó por establecer sólidas relaciones con Vallarta latía, a esa hora, en la Cancha sus trabajadores, a los que por cierto dejaba Uno de la Unidad Deportiva Agustín Flo- salir temprano del trabajo para que fuesen a res Contreras. Y esto era cada domingo. entrenar. Consiguió algunos jugadores forá- Todos los domingos era lo mismo. neos y arropó la vocación deportiva de sus 89 De la patada...

hijos que, a la postre, resultarían ser buenos pre fiel, como a La Colonia. Cuando yo era futbolistas. chico, los sábados o en vacaciones iba con mi papá a las obras donde trabajaba. Se pa- Poco tiempo después de su surgimiento, La saba muchas horas revisando éstas, porque Colonia brillaba con luz propia, compitiendo eran varias. Siempre andaba pegado a él en de tú a tú no sólo con los dos grandes de Va- los días que no tenía clases en la escuela. llarta, sino también con los grandes de la re- Obras en la colonia de El Cerro o hacia el gión: Cruz Azul de Las Juntas, Tomatlán, Las Camino Real y otros rumbos. La mayoría es- Varas, San Vicente y El Valle. Era entonces un taban aquí, en el centro. Me acuerdo del al- gusto ver jugar a La Colonia, en el partido muerzo de los albañiles: perforaban un huevo estelar de las cuatro de la tarde, en la cancha por arriba y abajo, le echaban unos granitos número uno, cuando se enfrentaba, especial- de sal y ¡sobres! se los chupaban. No había mente, al Imperial de Guillermo Rodríguez. tiempo para más. Llegué a hacer lo mismo. Mi Gonzalo Delgado Jacobo, hijo del funda- papá tenía una moto. Tengo todavía la huella dor de La Colonia, nos dice que: de una quemada en la pierna, con la que rocé el escape. Cuando el Ingeniero Wulf estuvo Mi papá, Gonzalo Delgado García, nació el 10 a cargo de la obra del set de la película La de enero de 1927, en Los Ocotes, Municipio Noche de la Iguana, en Mismaloya, mi papá de Talpa de Allende, Jalisco. A la edad de 18 era el contratista y me iba con él por semanas años llega a Puerto Vallarta buscando nuevos enteras, a vivir allá. Hermoso y casi virgen el horizontes, buscando trabajo. Aquí conoce a lugar. Un mar cristalino, con peces y todo. En Antonia Jacobo, mi mamá, originaria de El la soledad de aquella selva, conviviendo con Tuito, con quien procreó una familia. los hijos de otros albañiles. Un paraíso. Nos Fue contratista de obra del ingeniero Guiller- íbamos en una canoa con motor. Creo que el 90 mo Wulf. Nunca se separó de él. Le fue siem- recorrido duraba cerca de una hora, desde Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

playa Los Muertos. El motor no era tan po- en todas partes. Había dos categorías, la pri- tente y la lancha cargada de material, iba al mera y la segunda. Al principio eran puros pasito. Allá había un comedor. Eran muchos albañiles. Después mi papá invitó a jugadores empleados. Era muy grande la obra, a cargo que ya habían sido de otros equipos: Raúl de mi papá. Yo tenía seis o siete años. “Reglas”, del Imperial; “El Güerón” Peña; “El Cejas”; “El Niño” Cervantes, porterazo, quien El club de futbol La Colonia se formó en los trabajaba en correos; José Luis “Chicho” Pé- años 1965-1966. En aquellos tiempos, en rez; Beto Joya y sus hermanos Armando y Ja- el extremo oriente de la Isla del Cuale, había vier. Y de Las Juntas: “El Trujo”, Andrés Men- un campito donde se hacían retas de futbol doza “El Chivato”, “El Caloris”, el Profe Juan que duraban desde las 5 de la tarde a las José Venegas, Cuco Cortés… También Hugo 9 de la noche. Desde ahí inicia La Colonia. Torres, “El Cagado” Morales, Armando “Cha- Ramón Alatorre, el famoso “Pelón”, trabajaba to” García, mi hermano Juan, “El Adobe”, “El en ese tiempo en el organismo administrativo Borrego”, Marti Tovar, “Rapidín” Palomeque, del agua potable. El organizó a la raza, en- “Buby” Joya, Esteban “El Cariño” Téllez y su tre ellos, mis hermanos. En mi papá surge la hermano Fidencio, conformaban, entre otros, inquietud porque también sus albañiles iban el cuadro de la primera fuerza durante los úl- a cascarear en La Isla. Ahí nace La Colonia. timos años de la década de los sesenta. El verde, desde el principio fue nuestro co- lor. No recuerdo quienes fueron los prime- En aquel tiempo, en la Unidad Deportiva, ros jugadores, pero eran albañiles. Y todos para los encuentros de primera fuerza había los jugadores que traía mi papá de Guada- una sola tribuna, del lado oeste. Todos los lajara los ponía a trabajar de albañiles, les domingos, desde muy temprano estaba casi daba chamba. Fue el futbol, desde entonces, llena la gradería, hasta el último partido. Los la puerta de entrada para conseguir trabajo horarios de partidos eran las diez y doce de en Vallarta. Así fue también en la hotelería, la mañana, dos y cuatro de la tarde. Siempre, 91 De la patada...

poco antes del partido estelar, llegaba más bas ahí. Yo y “El Pollo”, de segunda, éramos gente para llenarla. Me parece aún estar mi- los más solicitados. Pronto ya no pudimos rando la tribuna pletórica y rumorosa, poco regresar a la segunda y, en la primera había antes del partido de las cuatro de la tarde. un equipazo, así es que ya no jugábamos en Entonces, hacía su entrada triunfal el famoso segunda y poca oportunidad había de jugar “Cariño”. Desde que la raza lo veía entrar, a la en primera. Me moría de ganas de jugar. “El altura del puesto de aguas frescas del “Güe- Zurdo”, jugadorazo que venía de Guadala- ro”, le empezaban a chiflar como si a una mu- jara; Marti Tovar, “El Cejas” Joya Palomera y jer. Y él, desde ahí, hasta el final de la tribuna, sus hermanos, Raúl “Reglas”, buenísimos to- hacía su pasarela, contoneándose cual diva dos. No había casi oportunidad de jugar con de burlesque, cual si fuera afeminado, para aquellos jugadorazos. Mi papá trajo en aquel arrancar la rechifla del público, las carcajadas tiempo, de Guadalajara, a Julio, un lateral y burlas del respetable. Era todo un espectá- buenísimo. A Sebas “El Chino, excelente ex- culo, adicional a la fiesta dominical del futbol. tremo izquierdo. A “Pepín” Oregel, que había Era una atmósfera de estrecha camaradería, jugado en el Tepic. De Techaluta, Jalisco trajo de familiaridad, de sana diversión de la gente a Chano “Techaluta”. Larios y Juan Techaluta del Vallarta de mediados del siglo pasado. Y eran muy buenos ellos. “Meme” Robles fue esto era cada domingo. Todos los domingos también un porterazo de La Colonia. era lo mismo. Recuerdo de las giras que hacía mi papá a Toda la vida jugué en La Colonia. Cuando em- Guadalajara, a jugar contra Santa Mónica. A pecé a jugar en la primera tendría 15 o 16 ranchear a Las Palmas en una camioneta, y años. Había una regla: cuando se solicitaba a como no cabíamos todos, le puso un remol- un jugador de segunda para jugar en la pri- que. Nos llevó a jugar al estadio de Tepic, no mera, una vez que jugaba tres partidos com- recuerdo con qué equipo. En ese tiempo la 92 pletos en la máxima categoría, ya te queda- Colonia era un equipazo y se les ganó 3 a 1. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Cuando mi papá dejó el equipo, yo trabajaba ta, conformado casi por albañiles en sus ini- en Toni´s Place. Me hice cargo, con mi sueldo cios, era como “los prietitos del Atlante local” de mesero, pero era muy pesado. Mi papá o, como Las Chivas, también. Por eso su fun- era un imán para atraer jugadores y yo no. Y dador, mi papá Gonzalo Delgado, era fanático La Colonia cayó en un bache tremendo que del Guadalajara, al igual que toda su familia. a veces íbamos a jugar y no ajustábamos el Recuerdo que mi padre tenía una fábrica de equipo. Estuvimos a punto de ser descalifica- mosaicos. Casi todos los jugadores ahí traba- dos del torneo por tantos partidos que per- jaban. Y los que no, por la tarde llegaban, se díamos por de faul. Gracias a que el árbitro quitaban la ropa y en short ayudaban. Hasta Hilario “Layo” de la O, compadre de mi papá, el “Jau Meny”, que siempre andaba de tra- que nos hizo el favor en varias ocasiones, sa- jecito. Éramos una familia, existía una liga líamos avante. sentimental, éramos un equipo hasta fuera de la cancha. Recuerdo que al Imperial llegó a jugar el fa- moso extremo izquierdo del Necaxa, Agustín Es difícil establecer una alineación ideal de La Peniche, ya retirado del futbol profesional, Colonia de todos los tiempos, porque hubo cuando por un tiempo vino a ejercer a Vallar- muchos muy buenos jugadores, pero pode- ta como agente del Ministerio Público. La ma- mos intentarlo: pondría a “El Niño” Cervantes yoría de los jugadores del Imperial era gente como portero. En él, me pareciera estar vien- local, de Vallarta o los alrededores. Venían de do al “Gato”, al “Superman” Miguel Marín del abajo, de barrio. Era como “Las Chivas” local. Cruz Azul, robusto, alto, eficiente. Defensas: En cambio el Social Vallarta estaba conforma- José Luis “Chicho” Pérez, Beto Joya, “Cacha- do por profesionistas y uno que otro empre- luta” por la izquierda y Téllez por la dere- sario. Gente de mayor poder económico. Era cha. Sin dejar de reconocer al “Chato” García, la crema, eran como “los cremas del América” excelente defensa central. En la media: “El local. El equipo de La Colonia Emiliano Zapa- Zurdo” de Guadalajara, “El Marti”, Raúl Regla, 93 De la patada...

que fue imperialista pero jugó en La Colo- — ¿Quieren ir a ver jugar a Las Chivas, a nia, Juan y “Toto” Delgado, Armando Joya, de México? Jarretaderas. Delanteros: el “Meño” Delgado, —Sí, vamos. Beto Joya, “El Cagado” Morales, “El Chino” Aguirre, Raúl “El Buby” Joya, entre otros. Nos fuimos él, mi hermano Beto y yo en tren, toda la noche. Llegamos y transbordamos a Es bueno recordar que hubo un equipo muy Jasso, Hidalgo. Llegamos al estadio “10 de Di- importante, La Colonia 5 de Diciembre, que ciembre”. Era entonces la casa del Cruz Azul. se formó cuando Los Curiel salieron de El Im- Pequeño, con capacidad para diez mil aficio- perial y congeniaron con Juan Gutiérrez “El nados. Nos acomodamos tras la portería sur, Barbas”, contador, hermano de “La Araña Ne- a unos metros del “Cacho” Alatorre, entre pu- gra”. Recuerdo que la 5 de Diciembre traía ros aficionados cruzazulinos. Por cierto, ganó un portero de Tlaquepaque, “El Gringo”, alto Cruz Azul 1 a 0, con gol de Héctor Pulido. Un y muy bueno. Después, cuando Los Curiel se cabezazo al ángulo superior. Nacho Calderón van para formar Motorautos, Juan Gutiérrez era el portero de Chivas, me acuerdo. Y en se echó al hombro a la 5 de Diciembre. Hizo el segundo tiempo, exactamente donde había muy buen equipo, técnico y ganador. Des- metido el gol Pulido, cabeceó Juan Manuel pués, los Gutiérrez, Miguel y Beto “La Muer- Olague, que apenas estaba debutando, pero te”, formarían “El Posada Vallarta”, un equi- la bola rebotó en la escuadra. Al terminar, pazo también. nos dijo mi papá “vámonos a México, para de ahí tomar el camión hacia Guadalajara”. En una ocasión, cuando era chico, durante Nos fuimos caminando hasta un parquecito unas vacaciones mi papá nos llevó a Guada- pequeño y pasaban y pasaban los camiones. lajara. Estando allá, en la casa de unos pa- Y nosotros ¡Papá, ahí viene un camión! “Ese 94 rientes, nos preguntó: no”, contestaba mi papá. Y ¡Papá, ahí viene Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

otro camión! “No, ese tampoco”. Como a la También se bajó Alejándrez. Mi hermano co- media hora, dice mi papá “Ay que tonto, yo rrió a saludarlo. estoy esperando un camión que vaya a Gua- —Mira—, le dijo la Pulga a Alejándrez—, dalajara, y vamos a México. Al siguiente nos éste es don Gonzalo Delgado. Viví con él en vamos”. Estábamos platicando los tres ahí. Vallarta. Quedaba poca gente en la parada del parque. — ¡Súbanse! — dijo el defensa del Cruz Azul. De pronto vemos que venía un Super Bee, Nos subimos. Mi papá iba platicando con Ar- que en aquel tiempo era un carro deporti- mando. Nos llevaron a una hacienda, vieja y vo de lujo, color café, con negro a los lados. deteriorada. Había una comida para el equi- Y gritó mi hermano ¡Papá, ahí va Alejándrez! po Cruz Azul. Hicieron birria de chivo, para Juan Manuel Alejándrez, lateral derecho del dolor de mi papá. Y nosotros, apenados, al- Cruz Azul, iba manejando. Se detuvo el carro, ternando con el Cacho Alatorre, Marco Anto- como a 15 metros. “Ándale, ya te escuchó”. nio Ramírez, Kalimán Guzmán, Alejandrez, “El Y se dió de reversa. Se bajó el copiloto. Lo Negro” Munguía, Jesús Prado, Héctor Pulido, conocí, era Armando “La Pulga”, conocido Fernando Bustos… No creíamos lo que está- nuestro que había vivido prácticamente en la bamos viviendo. Estábamos apenados, achi- fábrica de mosaicos de mi papá; cuando tra- copalados. Ya había anochecido y… bajaba en Puentes y Caminos Federales. Por —Ya nos vamos— decía mi papá—. Vamos cierto, era de Ameca, Jalisco. a tomar un camión a Jasso. De ahí, a México. — ¡Don Gonzalo! — ¡Yo los llevo! — dijo Alejandrez. — ¡Pulga! —No ¿Cómo crees? — decía mi papá. — ¡Gonzalo! ¿Qué andas haciendo? —Yo los llevo, don Gonzalo— decía el defensa. 95 De la patada...

—Los acompaño —, decía La Pulga. Cruz Azul! — Le insistía Alejándrez. Y no qui- so irse. —No, no. Nosotros vamos al camión. Ustedes sigan gustando. —Si se va otro conmigo, me voy. — ¡Nosotros los llevamos! — ¿Por qué no te quieres ir? —le preguntaba Alejándrez. Mi papá se salió con la suya y… saliendo del lugar, iba pasando un camión. Lo tomamos, —Es que… yo juego de extremo derecho, y por cierto nos fuimos parados de Jasso hasta ahí está Fernando Bustos. ¿Cuándo lo voy a la ciudad de México. Dormimos en un hotel y desbancar? al otro día madrugamos a Guadalajara. De ahí —No vas a jugar, vas a probarte—, le decía el surgió la amistad de mi papá con Juan Ma- defensa cruzazulino. nuel Alejándrez. Mi papá lo invitaba a Vallar- —No, no ¿Pero cuándo voy a jugar, si está ta, mandaba a mi hermano Manuel “Meño” Bustos ahí? a que lo llevara a esquiar. Porque el “Meño” esquiaba desde los tiempos de la filmación —Tú vente a probar, tú vente. Aunque sea de La Noche de la Iguana, con los hijos del en otra posición. Vas a jugar en el futbol ingeniero Wulf. Con Memo, con Luis. Y se lle- profesional. vaba a Alejandrez. Éste, encantado. Pero mi hermano Manuel no quiso y no quiso. Juan Manuel Alejándrez vio jugar a mi herma- Con Alejandrez siguió la amistad. Después de no Manuel. Lo invitó a probarse al Cruz Azul, su carrera se estableció en Guadalajara, con pero mi hermano siempre fue muy corto. No una tienda de deportes y agencia de Melate, sé cómo trabajó en el Carlos O’Brian’s si era en sociedad con su mamá. De ahí eran más 96 tan corto. —¡Vámonos Manuel, vámonos a frecuentes sus venidas a Vallarta. Siempre Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

venía con mi papá. Después conmigo. Yo le de que estaban haciendo una excavación mandaba a hacer los uniformes de La Colo- en medio de la sala para reparar una fuga nia, cuando dirigía el equipo. Y yo iba con él, de agua. “No se preocupe señora”. Y así se hasta Guadalajara. pasaron ¿Les ofrezco un vaso de agua? “Si, Recuerdo también que por medio de Joa- cómo no, un vaso con agua, gracias, seño- quín, “El Jau Meny”, conocimos a Pedro He- ra”. Estuvieron como diez minutos en la casa. rrada. Jugadorazo del Guadalajara a finales Una hora después de que se fueron, llegó mi de los sesenta. En aquel tiempo Herrada me papá. invitó a probarme a Las Chivas. Pero tampoco me quise ir. Pero yo no por corto, sino por Cuando dirigía a La Colonia me sucedieron un par de balones que trabajaban donde yo cosas como esta que les contaré. En aquel trabajaba. Prefería un par de balones que uno tiempo de la Liga Dominical, había una re- sólo, aunque fuera el de Las Chivas. En aquel gla: durante la ceremonia de inauguración de tiempo me decía mi padrino, que era el due- campeonato los equipos tenían que presen- ño del Toni’s Place, “Mira hijo, vete a probar tarse completamente uniformados, con ma- a las Chivas. Yo te doy cien pesos, tu papá drinas y ramos de flores. El equipo que no lo que te dé cien pesos y el “Chino” Guzmán hacía, perdía el primer partido. Por ello, ese otros cien. Con trescientos pesos la haces día tenías que estar al cien con tu equipo. En- para todo el mes”. Ellos estaban apalabrados en darme cien pesos cada uno, pero no me tonces, hablé con Alejándrez, a Guadalajara: animé. Herrada le tomó amistad a mi papá, y —Juan Manuel ¿tendrás un uniforme bonito, una vez fue a la casa a visitarlo. En esa oca- para La Colonia? Lo necesito aquí para el sá- sión iba acompañado del “Güero” Real y del bado en la noche, a más tardar. “Willy” Gómez. Mi papá no estaba, andaba en la chamba. Mi mamá los recibió, y con la pena —Sí, cómo no, Gonzalo. Yo te lo tengo. 97 De la patada...

—No voy a poder ir yo, pero te voy a mandar Cuando llegué a la Unidad Deportiva, espe- a un amigo a recogerlos. Me los mandas por raba ver al “Diente” y al “Mono” ahí. Pero no favor. fue así. Y yo, desesperado, pues faltaba me- dia hora para la inauguración. ¡Allá vienen! —Si, yo te los mando. Escuché gritar a uno de mis jugadores. Lle- Había enviado por los uniformes a Toño “El garon rayando el caballo ¿Y luego qué pasó? Diente” y a Ramón “El Mono” Joya. Pues, lle- Le pregunté a Toño Joya. “Pos… ya ves, vale; gó el sábado por la noche y los muchachos son cosas que pasan”, me contestó, encandi- no llegaban a Vallarta. Yo estaba trabajando lando mi mortificación con su diente brilloso en el Toni’s Place, en plena temporada alta, de corcholata. atareadísimo y sin poder tomar el teléfono Y lo que había pasado, después del evento para llamar a Guadalajara ¿Dónde estarán? me platicaron, fue que en la noche del sába- ¿Qué habrá pasado? ¿Llegarán a tiempo? No do Alejándrez se los había llevado de antro habían llegado ni me hablaban por teléfono. en antro, con vino y mujeres y canto, y al fi- Saliendo de trabajar llamé a la casa ¿Ya llega- nal los había puesto en el avión, en el primer ron? “No, no han llegado”. “No puede ser, va- vuelo a Vallarta. Por eso llegaron a tiempo. mos a perder por…” Casi no dormí de la pre- Ellos felices y yo acá, haciendo changuitos. ocupación. Al otro día, de mañanita, desde el Al día siguiente me habló Juan Manuel y me teléfono de mi casa le hablé a mi amigo: ¿Oye, dijo: Juan Manuel, qué onda con los chavos, no lle- garon, qué pasó? Y me contesta Alejándrez —Gonzalo, no podía darte detalles, pues esta- ba a un lado mi vieja, rechinando de bravura. “Gonzalo, no te preocupes, llegarán a tiempo” ¿Seguro? “Sí, seguro. No te doy pormenores, —Ya considero—, le contesté. — Pero para 98 pero llegarán a tiempo” “¡Ah! Gracias”. la próxima ocasión yo iré por los uniformes, Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

aunque pierda dos días de trabajo. Espero — ¿Quihubo, ya? que me brindes el mismo trato. — ¡Ya! Habla Fidencio Téllez Hernández: —Papá, mamá, ya estoy listo. Cuando llegué a Puerto Vallarta, me dijo mi hermano — ¿Sabes qué? Te voy a llevar a —Ve pues. jugar al equipo más técnico de aquí, La Colo- Mi hermano me platicaba de Puerto Vallarta. nia—. Me llevó a la casa de Gonzalo Delgado. Me decía que era un paraíso. Por eso, a la Ahí nos presentó. En ese momento le entre- tercera vez que me propuso, decidí venirme. gué mi corazón a La Colonia. Al ver Vallarta, me di cuenta que se había Nací en el entonces llamado Distrito Federal, quedado corto en sus palabras. Me encantó en 1949. Llegué a Puerto Vallarta en 1968. Vallarta. Fue como un amor a primera vista. Tenía yo 18 años. Mi hermano Esteban “Cariño” Téllez, mayor que yo 10 años, trabajaba aquí, en el hotel Llegué a La Colonia para jugar como defen- Posada Vallarta, desde hacía tiempo. Cuando sa lateral izquierdo. Siempre fui titular. Traía iba de vacaciones a la capital, me hablaba de buen nivel porque venía de jugar en el primer este lugar y me invitaba a trabajar con él. Yo torneo de barrios patrocinado por El Heraldo le decía “Sí, pero hay que pedirle permiso a de México. En este torneo llegamos a la final, mis papás”. Mi papá me decía “Sí, pero has- que se jugó en el , después ta que hagas tu servicio militar”. Me faltaban de los encuentros respectivos de las selec- dos años. Total que hicimos los trámites para ciones de Jalisco y del Distrito Federal contra que pudiera hacer el servicio militar a los 17 el Estrella Roja de Yugoeslavia y el Botafo- años y no a los 18. Ya me andaba por venir. go de Brasil. Fue una experiencia inolvidable, Cuando tenía mi cartilla militar, llegó mi her- aunque perdimos 3 a 2 goles. Venía yo de mano y me preguntó: jugar en el Cuauhtitlán de Tercera División. Mi 99 De la patada...

primer equipo fue el de mi colonia, Mixcoac, po. O sea, era una pachangona a todo dar con los trabajadores de la fábrica de Pastas ¡Hombre! Pues todos nosotros viendo qué ju- y Galletas Lara. Ellos habían conformado el gador llegaba, saludaba. Aquello era familiar. equipo y uno de los integrantes era Rodolfo Era de un sabor excelente. Tuve la fortuna de “El Pichojos” Pérez. De la familia del Necaxa. que me invitaran, y de cultivar amistad con Ahí empezó, por influencias de su papá. Ellos Mario “Pichojos” Pérez. Él me llevaba a todos era cuatro, el penúltimo era Rodolfo, y jugaba lados. Hasta me puso el apodo de “El Cabri- con nosotros. Era medio campista buenísimo. ta”, no sé si por mi modo de jugar. Me llevaba al Necaxa, primero. Me invitaba mucho a los Empecé a jugar como a los trece años. Des- entrenamientos, en Coapa. Era yo estimado pués de ese torneo de los barrios, surge el de él. Le gustaba mucho que lo acompañara. Cuauhtitlán. Nos fuimos tres compañeros a Yo me ilusionaba en jugar junto a él, por el probar ahí. Los tres fuimos aceptados. lateral derecho, porque Mario era izquierdo. En Mixcoac conviví con jugadores profesiona- Ese era mi sueño. No se hizo. Pero conviví les. Por medio de la familia “Pichojos Pérez”, con ellos. llevaban al Necaxa de Primera División a ju- Cuando viajé por vez primera a Vallarta, se gar partiditos amistosos contra el equipo de me hizo muy largo el recorrido desde el Dis- Galletas y Pastas Lara, en los que yo alineaba trito Federal. Casi 20 horas de camino. Lle- entonces. Nos ganaban siempre, con una di- gamos como a las 4 de la tarde. Mi hermano ferencia de un gol. Pero eran unos partida- vivía frente a la escuela Nueva Era, a dos cua- zos. Ahí conocí a Mario “El Pichojos”, Antonio dras de la playa. Me dijo — Vente, vamos a Mota, Francisco Majewski, Dante Juárez, Car- bañarnos en el mar—. Fuimos, regresamos, los Albert, el Japo Magaña, el Chatito Ortiz… nos echamos un duchamos, cenamos y a dor- Un equipazo. Y después, nos íbamos a las mir. Yo estaba cansado del viaje. A las cinco 100 fiestas de “Los Pichojos”. Venía todo el equi- de la mañana me estaba hablando. — Herma- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

no, hermano; levántate y métete a la regade- como trabajador, su aportación a este bello ra. Nos vamos a trabajar—. Me quedé mudo. destino turístico. Había pensado que me daría uno o dos días Llegué en la época gloriosa del turismo. Po- para aclimatarme, para saber lo que era Puer- sada Vallarta era en ese tiempo el único ho- to Vallarta. No podía decirle nada; a eso había venido, a trabajar. Y yo que no sabía nada de tel que estaba fuera de la ciudad, retirado gastronomía. A las 7 de la mañana estaba ya del centro de la población. Entre el hotel y trabajando en el hotel Posada Vallarta. Todo el poblado no había nada; puros cangrejos fue muy rápido. Como a Juan Charrasqueado, cruzándose de un lado a otro de la brecha de mi hermano no me dio “tiempo de montar terracería. En veces el camión se descompo- a mi caballo”. Me apliqué desde entonces a nía y llegaba la noche, las once de la noche, mi trabajo. Posada Vallarta fue una magnífica nos poníamos el short y a caminar hasta el escuela en donde hice carrera para formarme pueblito, en bolita. Y ahí veníamos Miguel Gu- como hombre de bien. Desde entonces aquí tiérrez “La Araña Negra”, su hermano Rober- vivo; aquí forjé una familia. Estoy muy agra- to “La Muerte”… varios, meseros y capitanes. decido con Puerto Vallarta. Felices de la aventura. Jóvenes todos. Mi hermano era capitán de meseros. Con el En cuanto al futbol, luego de mi llegada pasa- tiempo llegó a ser sommelier, el de la copita, ron dos meses para que debutara en el equi- quien probaba antes del cliente el vino y de- po de la colonia Emiliano Zapata. Luego de cía: “ah qué buen vino”. Siempre estaba bue- que mi hermano me presentara con Gonzalo no. Después, tuvo el puesto de maitre, como Delgado. Aunque yo había ido al “Estadio” lo fuera el Sr. Ernesto, David Castellanos y En- a mirar los partidos. Había advertido la pa- rique Pérez. Hasta ese nivel llegó. Luego, se sión entre el público. Familias, mujeres, niños dedicó a los restaurantes y, al final, estuvo de que apoyaban a su equipo; pero muy decen- maestro en el CECATUR. Ahí terminó su ciclo te todo, con respeto. Me gustó el ambiente. 101 De la patada...

No había televisión aquí, en ese tiempo, y la dad de persona eres. Se acercan, te observan gente esperaba ansiosa los domingos para la cómo te pones las vendas, las espinilleras, las convivencia general en la Unidad Deportiva. medias. Algunos de mis arreos deportivos los El futbol, como diversión, entonces no tenía traía yo de México. Aquí no los había. Era una rival en la región. Todo mundo esperaba los novedad para ellos. Por ejemplo, me acuerdo partidos dominicales de la Liga Regional de que en una ocasión, acompañando a mi ami- Futbol; sobre todo, el estelar; ya fuera Impe- go “El Pichojos“ Pérez, me llevó a comprar rial-Social, Colonia-Las Juntas o Imperial-Co- unos botines de futbol de piel de perro. Él lonia. Que yo recuerde, nunca hubo un cona- usaba esos tachones, de piel de perro. Me to de broncas entre porras, se respetaban. O dijo — Vente Cabrita, vamos a comprar unos sea, te dolía perder, pero hasta ahí. zapatos—. Íbamos con quien él sabía. Ahí los conocí. Tachones tipo botita, tipo botín. De Encontré, como futbolista, que hay más sabor piel delgadita. Y en la suela, seis taquetes, y más gusto en jugar en un lugar pequeño que cuatro adelante y dos atrás. Altos ¡Ah qué en las urbes. Porque los niños, toda la gente buenos zapatos! De esos usaba yo cuando se te acerca, a todos conoces, convives con jugaba con La Colonia. Con el tiempo, en mis ellos. En los lugares grandes no sucede eso. viajes a la Capital, me traía los zapatos de Allá es como espejismo. Eres, sigues siendo, “Colmenero”, aquel que fuera defensa central pero para lo que es el público, te pierdes. No del Atlante y había registrado su propia mar- hay sabor, nada más lo que es el periodismo. ca. Ahí en su tienda compraba mis zapatos Creo que es la diferencia. de futbol; más finos, eso sí. Un gustazo ser Los niños son muy inteligentes. Ven al juga- futbolista aquí en Vallarta, ser muy conocido dor. Se les graba por algún detalle. Desde por los niños. Y no nada más a mí, a todos los que llegas al campo y te presentas. Tiene mu- de La Colonia nos seguían los niños. Luego, 102 cho que ver el cómo te presentas, qué cali- ya en el partido, te aplaudían alguna jugada Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

que les gustaba. Así empiezas a conquistar tián, Jared y Barbarita. Sólo a Jared le encanta el cariño de la gente; a ejercer tu imán, como el futbol. dice Toto. A mí la afición siempre me trató bien. Hice muchos amigos a través del futbol. Te va bien y más cuando llegas a un equipo técnico, que sabe tratar bien la pelota, y dices ¡Caramba, llegué al equipo que quería, que merecía llegar! Poco a poco fui sintiendo a Vallarta como mi casa. Y a su gente, como a mi familia. Era un gusto que vinieran a visitar- me mis amistades y familiares del D.F., para atenderlos, ofrecerles lo que yo tenía, y saber que se sentían a gusto en Vallarta, como yo lo estaba. Es hermoso, es precioso. Para mí el rival a vencer siempre fue El Impe- rial. Un equipo muy fuerte. Los encuentros contra ellos levantaban pasión desde la se- mana previa. No se diga ya en la tribuna. Y aunque el Social Vallarta era como nosotros, muy técnico; el reto era ganarle al Imperial. Me casé a los 23 años, con una vallartense, Teresa López Santana. Tengo tres hijos: Yési- ca, Irán y Chabelita. Tengo tres nietos: Sebas- 103

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Manuel “El Posi” Beltrán Ponce.

“¡Siga, siga. No hay sangre, juéguele!”. lles Matamoros y Miramar. Éramos niños de Siempre he calzado grande, del ocho ocho o diez años, aunque otros, pasaditos. atravesado. Resultado de que, desde chi- La pandilla del cerro contra “los de abajo” quillo, siempre andaba descalzo, y así o contra “los de la calle Allende”. Y cuando jugaba futbol. Y es que a los auténticos no había futbol, nos trenzábamos a flechazos, “patasalada”, de tanto andar a raíz por con arcos de guásima y varillas de carrizo. aquellas calles pedregosas de “El Cerro”, Porque en ese tiempo nos sentíamos unos in- se nos ananchó el pie como penca de dios heroicos. Porque la guerra era allá por El nopal. Se nos desbordó la pata como el Pedregoso, allá por el lado de La Cruz. Apro- río Cuale en tiempo de aguas. Así es que vechábamos para caerle a las anonas, allá es- cuando calcé aquellos primeros zapatos taba el anonal. A final la cosa se definía en de futbol, me sentí raro, como zopilote que los jefes se agarraban a latigazos. Éra- mos malditos desde chiquillos. En aquellos espinado. Nomás brincaba, como pisando partidos de futbol callejero infantil nos ba- brasas. jábamos los del cerro contra los de la Cinco Nací el 28 de noviembre de 1948, allá por la de Diciembre. Y seguido, al final, echábamos calle Iturbide, enfrente de los tanques de al- trancazo. Por cierto que Isidro “Polvos” San- macenamiento de agua, en la colonia “El Ce- doval era el más bravo de nosotros. rro”. Mis padres fueron Pedro Beltrán Flores Cuando yo estaba crecidito, como de dieci- e Irene Ponce de Alba. séis años, en casa la ley de mi mamá era de Mi primer contacto con el futbol fue cuando que “el que no trabajaba, no comía”. En ese de niños jugábamos en la calle, andábamos tiempo el municipio andaba abriendo las ca- tras una pelota remendada que nos regala- lles para el tendido de las redes del agua po- ban los grandes. Pelotas desgastadas, casi el table. “Vete a trabajar, porque si no, no vas puro blader. Jugábamos partiditos por las ca- a comer”, me dijo mi madre. No pues sí, me 105 De la patada...

dieron chamba: mi güingo y mi pala. Y ¡ay! en tiempo de aguas. Así es que cuando calcé que me toca casi frente a mi casa. Puro te- aquellos primeros zapatos de futbol, me sentí petate. Nomás rebotaba el pico. Al fregadazo raro, como zopilote espinado. Nomás brinca- me brotaron las ampollas en las manos. ¡No, ba, como pisando brasas. Y cuando algunos vamos a la fregada! Aventé los fieros y dije de mis amigos me llevaron al Social, me pre- “yo no sirvo para esto”. Me fui a la casa, pero guntó don Poncho cuando llegó mi mamá, enojada, me corrió. Yo agarré mis cuerdas y anzuelos y me bajé a — ¿Y tú de qué juegas? la playa. Y como me gustaba mucho la pesca, —Pues donde sea, donde me pongan. empecé a sacar varias lisas y robalos, mismos que vendí en el hotel Océano. Me dieron 120 —No. Donde sea no me sirves, siéntate ahí, pesos por un montón de pescados que sa- ponte a juntar balones. qué. Llegué con mi mamá y le dije ¡Ahí está el Entonces le dijo Chema —Oiga, él es portero. chivo! ¿Y esto de qué? Yo había llegado a la casa con un pargo y otros pescados más. En- —A ver. tonces había mucho pescado. Nos dábamos Y empezó a hacerme tiros. Ya que vio que me el lujo de comer lo que queríamos. aventaba, se convenció y empezó a entrenar- Un día fui a comprar unos zapatos de futbol. me. En ese tiempo había un profesionista que Siempre he calzado grande, del ocho atrave- había jugado en la reservas del Guadalajara. sado. Resultado de que siempre andaba des- Él empezó a entrenarme y rápido agarré la calzo, y así jugaba futbol. Y es que a los au- onda. Me aventaba, me ponía a volar, él me ténticos “patasalada”, de tanto andar a raíz preparó. Entonces, en categoría de segunda por aquellas calles pedregosas de “El Cerro”, el equipo fuerte era La ETI. Ahí jugaban Ticho se nos ananchó el pie como penca de nopal. Bernal, Bicho Munguía, “El Tintán”, “El Cua- 106 Se nos desbordó la pata como el río Cuale rras”… puros que no perdían. Ese día que Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

nos enfrentamos, alineamos con el Social, tó ¡Ahí vienen Los Poquianchis! Y así nos de- como ya era costumbre, don Poncho y diez cía la raza. Se nos quedó el apodito, por esa más. Pues bien era sabido quien era el dueño ocurrencia. Y es que estaban de moda Las del balón. La ETI era el equipo a vencer ¡Y Poquianchis, en la revista Alarma y en el cine que les vamos ganando! Jugaron con noso- ¡Ah pinche Espátula! tros “El Popo” Gómez, Felipe Palacios, Chava Hubo otro equipo de la colonia El Cerro, que “Mamadas” Gutiérrez, “El Viejo”, “El Cuadra- fue El Azteca, dirigido por Miguel Ángel Yere- do”, Chema, Chilo, “El Gila”... Corrimos con na. En ese mismo torneo nació el equipo de suerte ese campeonato. Le ganamos al Valle la Colonia Emiliano Zapata. y a otros. Fue en 1965. En ese tiempo acababan de llegar los herma- Al tiempo, el primer equipo del barrio lo orga- nos Espinoza Trujillo, y jugaron un tiempo con nizó Ludgerio López Mercado. El Cruz Blanca nosotros. Teníamos un patrocinador, la joyería le pusimos, por estar cerca del Cerro de La Grijalva, que estaba entre Juárez Y Guerrero. Cruz, la Cruz del Calvario. A Ludgerio le debo Era de un gringo que vivía por la Zaragoza, muchas enseñanzas como portero. Pero yo ya arriba. Cuando se repartieron los uniformes sabía algo de esto pues lo había aprendido yo no pude ir, pues trabajaba como ayudante en el Social Vallarta. Fue en 1966 que me de cantinero en el hotel Tropicana. Esa vez vine a jugar con mi barrio, con el recién for- llevaron al “Caloris”, al “Chivato”, al “Adobe” mado Cruz Blanca, dirigidos por Ludgerio. El Luis Salgado, y al “Trujo”. Todos ellos muy uniforme era camiseta y medias blancas, con buenos jugadores de Las Juntas, que ese año pantaloncillo negro. Nuestro escudo, blanco nos reforzaron. y negro, lo dibujó Salvador Quintero. Al tiempo, los Trujillo formaron El Costa Ale- Por cierto que “El Espátula”, cuando nos vio gre y se llevaron a algunos de mis amigos aparecer por primera vez en el “Estadio”, gri- a jugar con ellos. Les consiguieron chamba 107 De la patada...

en el restaurante-bar “La Isla”. Yo seguí en O Madrueño “El Garabato”. Y éste me invitó el Tropicana, pero luego me salí porque me a mí. Mi camisa de árbitro me la hizo mi se- afectó mucho el contacto del hielo y el limón ñora, el short lo compré en tienda La Lupita, en los dedos de las manos. ahí empecé. Se hizo el grupo. A mí me daban las segundas. Luego entraron Antonio Salinas Después le entré a la obra, de ayudante de Mota, José Luis Ortiz “El Ladrillero”, “El Tore- albañil. Un día estaba acostado, cuando llegó ro”, “La Leona”, Tomás Sánchez “El Pasado”. “Cachano”, del sindicato de la Comisión de Electricidad. Me invitó a trabajar ahí. Entré de Empecé como árbitro el 15 de abril de 1973. jardinero. Me pagaron 70 pesos el día. Más Justamente a los 29 años de edad. Durante que a mi maestro de albañil. Dije, “de aquí mi etapa arbitral me tocó pitarle a varias ligas. soy”. Me empiqué. La hice ahí de traidor, que De inicio, a la Liga Regional, la primera que “ve tráeme los refrescos, que tráeme el pe- hubo. Después a la Liga Municipal. Recuerdo riódico, que el café”. Luego me ascendieron a mis compañeros de arbitraje: Hilario de la a mozo de limpieza, y así… Fui ascendiendo O, don Antonio Salinas Mota, “La Leona” Ra- hasta llegar a “líneas”. En esos tiempos me mos, Tomás Sánchez, don Gregorio Fregoso, casé. Seguía jugando futbol, jugaba con el José Luis “El Ladrillero” Ortiz. Éramos líricos. equipo de la Comisión Federal de Electrici- Nadie nos preparó. Nos hicimos a hacha y ma- dad. Lo que me retiró de la portería fue que chete. Le soplábamos al pito como Dios nos en un lance, al caer se me enterró una piedra dio a entender. Guillermo Rodríguez, cuando en el codo. Me operaron. Y ya con vieja y com- me vio interés por el oficio, me regaló un li- promiso, pues dices tú, “hay que pararle”. Me bro, escrito por el mejor árbitro del Mundial retiré. Pero ya empezaba a arbitrar, aunque del 66. Me dijo “toma Manuel, veo que tienes no me había metido a fondo en eso. Había mucho interés, ponte a leerlo y sácale prove- un trabajador de tránsito que manejaba el ar- cho”. Era un libro amarillo. Ahí aprendí el ABC 108 bitraje. Ese vale invitó a Layo, a Hilario de la del arbitraje. Le doy gracias a Guillermo, pues Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

me convertí, según dice la gente, en el mejor vo Santiago, La Cruz de Loreto… Dieciocho árbitro de Puerto Vallarta. pueblos. Y Marco Antonio Montes “Vidrios” y el hermano del “Japo” me invitaron a apoyar- Cuando recién se retiró Arturo Yamasaki, pu- los también en esta liga Interzonas número 4, blicó un libro. Entonces vino un árbitro de que por cierto estaba afiliada a la Asociación Guadalajara, se llamaba Juan Manuel Álvarez. de Futbol del Estado de Jalisco, A.C. También Era muy bueno, muy estricto, aplicaba las re- por una atención a don Luis González, direc- glas del futbol al cien por ciento. Lo traían tivo del Unión Pitillal, decidí apoyar a esta para que arbitrara los partidos más difíciles. liga. Incluso, dando charlas de arbitraje a sus Inclusive, empecé a acompañarlo como aban- árbitros. Entonces Guillermo habló conmigo, derado. Él nos acercó al libro de Yamasaki, “Oye Manuel, no la friegues, yo tanto que te nos aleccionó un poco. Pero yo ya conocía he apoyado…” Y lo atendí. Siempre reconocí las reglas, por el libro que me había regalado a Guillermo como buen promotor del futbol Guillermo. en Vallarta. Me regresé a la Liga Municipal, Hubo un tiempo en que tuve desavenencias que era dominical. Tiempo después nacen las con la Liga Municipal. Según ellos, me cas- ligas Hotelera y Restaurantera, que jugaban tigaron. Entonces, recién se había formado entre semana. También ahí pité. Al tiempo, la liga de Cabo Corrientes. Me fui para allá surgió la liga de La Cascarita. Y aquello se y jalé a los mejorcitos de mis compañeros. convirtió en “un puño de ligas”, al decir del Poco antes se había formado la Liga Interzo- propio Guillermo. Casi al final de mi carrera, nas Número 4, con los equipos de los pue- surgió la Liga Master, a la cual también ofrecí mis servicios. blos que se separaron de la Liga Regional: Pi- tillal, San Miguel, Las Juntas, Ixtapa, El Valle, El trabajo de árbitro es como el del policía. Bucerías, Jarretaderas, El Colomo, San Pan- No a todo mundo le caes bien. Vuelan ma- cho, Las Varas, El Tule, El Gargantillo, Nue- dres a diestra y siniestra. Afortunadamente 109 De la patada...

para mí fue satisfactorio ser uno de los mejo- dalajara… Fueron muchas cosas bonitas. El res árbitros locales. Tuve la fortuna de haber futbol me dio muchas satisfacciones, muchos ido a Guadalajara, para prepararme como ins- amigos, todo mundo me conoce. Mis frases tructor de árbitros. quedaron plasmadas en las canchas de la re- Cuando fui a prepararme como árbitro profe- gión. ¡Siga, siga; no hay sangre; sígale! O… sional a Guadalajara, llevaba todo mi currícu- ¿Qué marcaste Posi? ¡Amontonamiento, ca- lo. Me preguntaron: brones, siga, siga! — ¿Qué estudios tienes? El 30 de mayo de 1990 inauguramos las ofi- cinas del cuerpo de árbitros de Puerto Vallar- —Pues… hasta sexto año de primaria. ta. El padrino fue Máximo Martínez. El Carlos —Oh, no, Manuel. Antes hasta albañiles reci- O’ Brian’s nos regaló un cartón de vinos: “Po- bíamos, pero ahora la Federación de Árbitros chote”, el de la Ganadera, nos regaló un puer- está pidiendo estudios académicos. co y cinco cartones de cerveza. Se le puso el nombre de “Colegio de Árbitros Máximo Mar- Casualmente estaba por ahí don Arturo Ya- masaki. Él ya me conocía, pues había venido tínez”. Fui a Guadalajara, a la Asociación de a Vallarta cuando recién se retiró. Me dijo: Futbol del Estado de Jalisco para registrarlo, pero me dijeron que ya había un colegio de —Bueno mi Posi, ni modo. Pero aquí tenemos árbitros; que lo que podíamos hacer era ad- un curso para instructores de árbitros ama- herirnos a éste, porque la Asociación no per- teurs. Aquí la vas a hacer. Pues te conozco. Te mitía otro colegio. Le pusieron Delegación de sabes las reglas mejor que yo. Árbitros Puerto Vallarta. Iba yo por los uni- Cuando regresé a Vallarta, pude pitar algu- formes, por reglamentos de arbitraje. Nuestra nos partidos amistosos de Tercera División Delegación contó desde un inicio como con 110 aquí. A un equipo juvenil de Brasil, al Gua- 16 árbitros. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Me retiré del arbitraje el 15 de abril de 2002. Después me venían a buscar de Yelapa, Boca de Tomatlán… para partidos amistosos. No les cobraba. “Ahí nomás denme para la leche de la “Chata”, les decía. Después nació el Colegio de Árbitros, patro- cinado por la CTM. Fui el primer presidente de la liga “La Casca- rita”, cuyos fundadores somos Gustavo Gon- zález Villaseñor, Manuel Galindo, Demetrio Gómez Torres, “Matanchén” y yo. En ésta, ju- gaban los árbitros y jugadores ya retirados. De 38 años en delante. Inició el 15 de abril de 1991. Desde mi punto de vista, el mejor jugador que ha salido aquí en Vallarta fue “El Pitu- rris” José Luis Pulido Casillas, centro delante- ro. Pero hubo algunos sobresalientes, como Ernesto Quintero, Pedro “Bucerías” Guerrero, Rodrigo López Joya…

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Ascención Ramos Najar “El Pispi”.

Entonces ya traíamos jugadores de Gua- largo y ancho de las canchas de futbol de la dalajara: “El Lobo”, “El Borrego” y “El región. Oso” ¡Un animalero! En ese equipo par- ticipamos mi hermano Chencho y yo. Mi Desde el nacimiento de la Liga Regional de posición era delantero, extremo izquierdo Futbol, en octubre de 1958, el equipo de San oficial, pero en cualquier lugar de la de- Vicente ha sido protagonista y varias veces lantera me desempeñaba. Le pegaba a la campeón, por su juego recio y vistoso. Por su pelota con ambos pies. Era el que ejecu- alineación han desfilado tantos excelente ju- taba los tiros de esquina. Lo mío eran los gadores, que ahora es imposible traerlos a la goles olímpicos. Por eso me reconocían memoria. Permítase tan sólo mencionar dos en Vallarta, por meterles goles olímpicos. o tres botones de muestra: Sabino Camba. Varios les hice, no digo muchos, pero sí “El Chito” Palomera Encarnación, Eduardo “El varios. Tuve esa cualidad. Guello” Tapia, Trinidad y sus hijos Enrique y Encontramos a “El Pispi” barriendo las gra- “El Pálido” Alfaro. derías de la cancha municipal en San Vicente, municipio de Bahía de Banderas, Nayarit. Buscando en el Diccionario de la Lengua Es- pañola la palabra “pispi”, encontramos “pis- Ídolo de la afición de San Vicente durante la pa”, que quiere decir “muchacha vivaracha”; segunda mitad del siglo pasado, a sus casi por lo que trasladando el término al género setenta y cinco años de edad, le resulta im- posible despegarse de los escenarios del de- masculino, “pispi” significaría “muchacho vi- porte de sus amores. De la actividad deporti- varacho”. Y eso fue “El Pispi”, un muchacho va que le ganó el cariño y reconocimiento de vivaracho a la hora de manejar el balón y re- los aficionados, por su buen desempeño a lo solver jugadas dentro de la cancha. 113 De la patada...

Dejemos el uso de la voz a nuestro personaje: Cuando inicié, jugué en Valle, porque aquí en San Vicente tenían un equipo según muy Me llamo Ascensión Ramos Najar. Nací en bueno. A mí me mandaron al Valle. El Cura Aguamilpa, Nayarit, del hoy municipio de Ba- Chaires era mi amigo, vino a jugar en el cam- hía de Banderas. Llegué a San Vicente a los 6 peonato regional. años de edad. Mi fecha de nacimiento es 25 de agosto de 1944. Voy a cumplir 75 años. El Valle entró muy mal, muy desmadejado al De mi familia jugamos futbol varios herma- principio, pero enseguida se acomodó. Fue nos, Chencho, Remigio, Chelo, Nato y yo. A campeón El Valle porque la compañía que mí me pusieron el apodo de “Pispi” y así se andaba haciendo los canales para el riego quedó en los hermanos, “Los Pispis”. de tierras trajo gente de Guadalajara. Noso- tros fuimos campeones como en el sesenta y Empecé a jugar a los 14 años. Nunca jugué tantos. en categoría infantil o juvenil, entré directa- mente a la primera. No era muy complicado Mi primer campeonato lo jugué con El Valle, entonces esto y el que tenía cualidades, pues ahí tuve de compañeros a El Pata de Fierro, se iba hasta ahí. Así es que empecé a jugar Pedroza, El Sapo, Guaralacas, Simón, El Arce, más o menos en 1958. Antes jugábamos par- Eulogio. Después nos venimos a aquí y me tiditos contra San José, El Valle…pero amis- tocó ser campeón con San Vicente. La final tosos. Pero en ese año San Vicente participó fue contra El Social Vallarta, en la cancha de Las Juntas. Entonces ya traíamos jugadores en la Liga que se formó en Vallarta. de Guadalajara: El Lobo, El Borrego y El Oso. Al principio éramos puros de aquí, pero lue- ¡Un animalero! En ese equipo participamos mi go se trajeron jugadores de Guadalajara y a hermano Chencho y yo. Mi posición era de- otros que después jugaron en el León, gente lantero, era el extremo izquierdo oficial, pero 114 que caía aquí y que traía algo ya entre los pies. en cualquier lugar de la delantera me des- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

empeñaba. Le pegaba a la pelota con ambos a patear. No había torneos entonces, aquí se pies. Era el que ejecutaba los tiros de esqui- cascareaba. Al tiempo sosteníamos partidos na, con la derecha o la izquierda. Lo mío eran con El Porvenir. los goles olímpicos. Por eso me reconocían Los colores del San Vicente siempre fueron en Vallarta, por meterles goles olímpicos. Va- verde y blanco. Al principio traíamos camise- rios les hice, no digo muchos, pero sí varios. ta a rayas blancas y verdes, con pantaloncillo Tuve esa cualidad. blanco; como “Los Pericos” de El Nacional de Me acuerdo de ese equipo campeón, nuestro Guadalajara. Así nos decían en la región, “Los portero era Ramón Flores. Defensas eran el Pericos”. Esos colores prevalecieron por mu- papá de Enrique Alfaro, y dos de sus herma- cho tiempo, hasta que ahora les dio por traer nos. Agapito, El Mero… En la media jugaba los colores de los equipos grandes, como El Pescador, mi hermano Chencho. Éste y yo el Barcelona. En la actualidad, en mis equi- nos hicimos un poco mentados porque me pos categoría Master todavía uso los colores asistía de balones y yo los metía a la puerta tradicionales. contraria. Adelante también jugaba el maes- Sabino Camba, mi sobrino, era un jugador tro Zavala, y otros que ya no me acuerdo. muy bueno, un defensa recio. No se arrugaba, El que introdujo el futbol en San Vicente fue muy fuerte, rápido. Titularazo en la defensa el maestro Guadalupe Becerra. Tendría yo al- del equipo grande. Nunca tuvo miedo. Muy gunos nueve años. Veía jugar a los grandes, querido aquí. De una familia muy futbolera, pues armaron un campo ahí donde está la sus hermanos Ponciano y Manuel “El Carioca” también jugaron buen futbol. plaza. Yo estaba en la escuela, y Guadalupe Becerra era mi maestro, nacido en Mascota. San Vicente ha tenido otros buenos jugado- Llegó al rancho como en 1953. Traía balones res, pero mi memoria ya no me alcanza. Mi de Guadalajara y empezó a enseñar a la raza compadre Ramón Flores, el portero. Ascen- 115 De la patada...

sión Nuño “El Mero”, defensa, fue un jugador Pato, Nikita, Tomatitos… Son de los que me de los que no debían de faltar. Por cierto que acuerdo. él venía de Santa Fe, de Guadalajara, y no sé Dejé de jugar en primera a los 36 años. Lue- si ya traía el apodo desde su tierra o aquí lo go me lesioné una rodilla. Después seguí ju- bautizaron. Los de la costa somos muy bue- nos para poner apodos. Trini Alfaro, que era gando en Veteranos, La Cascarita… Hace 20 defensa y su hermano Tomás. El Pescador, años que dejé de jugar. que de aquí se fue a vivir a Tala. Otros más Últimamente me he dedicado a formar equi- chicos que yo, que vinieron después, como pos: tuve infantiles, juveniles, hasta llevarlos a Eduardo “El Guello” Tapia Verde. Por cierto La Máster. De 44 años en adelante. que éste ya estaba apalabrado con “Los Co- ras” de Tepic, pero en una venida para acá, El futbol ha decaído aquí porque los jugado- entrenando se lastimó. Ya no regresó a la ca- res se van a otros lados, donde les paguen pital nayarita. mejor. Se acabó la pasión, el amor a la ca- miseta. Últimamente se han formado buenos Llegué a jugar con Las Varas y Zacualpan, equipos aquí, pero puros de afuera, descono- cuando por temporadas me iba a trabajar cidos. Los aficionados locales casi no venían a para aquella región. Jugué con el Indepen- verlos. Y han salido buenos jugadores locales, diente, de Vallarta. Llegue´ a jugar en la Se- como Carlos Chávez “El 22”, que estuvo en el lección Vallarta, como en tres ocasiones. Ju- , pero se vino; y ahora ya no juega con gué contra Tala, contra Ameca y con el San San Vicente, buscando quien le pague más. Juan Bosco. Fui convocado para jugar contra Chivas y contra América; pero me lesioné y Vengo a la cancha a barrer y a regar. Si hay no fui. Jugué entonces junto a El Mocorro- futbol, me dan chance de cobrar, pero tengo co, “El Reglas”, “El Trujo”, Juan José Venegas el compromiso de pagar el arbitraje. No me 116 “El Cuarras”, Ludgerio López, Nico Curiel, El queda nada. De mis hermanos, todos viven, Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

pero ya ni uno se arrima, se olvidaron del fut- brino mío, que es regidor, me dice “Tío, le voy bol. Hasta me regañan porque yo ando aquí. a gestionar un sueldito ahí”. Le digo, “Mira Tengo siete hijos. Unos me dicen “ya no vaya vale, si quinientos pesos me pagan a la sema- papá, nosotros nos encargamos…” Pero una na, no le hace. Pero ya sé que son seguros; de mis hijas les contradice “No, déjenlo que sin arriesgarme a que el aficionado no vaya a ande ahí. Si él quiere, si ahí acaba, pues ni venir”. modo”. Aquí juegan las ligas Máster, Supermáster, Me venía siempre a las ocho, porque tenía Cascarita y las tres categorías dominicales. bomba para regar. Me ponía a regar hasta la También infantiles. una o dos de la tarde. Y me regresaba a la En la actualidad la primera no anda muy bien, casa. Si había partido, regresaba a pintar la pero al aficionado le gusta que los jugadores cancha. Pero nos quitaron la bomba y mire ya sean de aquí. Empieza a venir la gente. que reseco está todo esto. Tenemos dos semanas que no regamos. El campo es del Antes era más bonito el futbol. Los jugadores ayuntamiento, pero creo que nunca ha teni- tenían amor a su pueblo, a su camiseta. Veía do dinero para meterle mano, por eso está yo a la gente que hasta a pie se iban a jugar así. Las autoridades nos prestaron la cancha, a Las Juntas, al Pitillal. Y ahora, si largan a un pero nos dejaron solos y que viéramos como jugador, porque no lo encuentran, ya no va a agenciábamos lo que hiciera falta. Yo aquí jugar. Antes, la pasión hacía sentir a uno dife- tengo nueve años, barriendo, pintando… Si rente. Sentía uno el orgullo de ser del pueblo no hay partido, no hay nada. Hay veces que y se esmeraba por el resultado. Era bonito saco trescientos pesos de entradas, pero ten- que te apreciara la gente. En Aquellos años go que pagar 170 o 180 a los árbitros. Vie- se llenaba la cancha por los cuatro costados. nen los del Ayuntamiento y yo les digo que Para apoyar a nuestros jugadores que venian tengo que cobrar para mantener esto. Un so- de fuera, le dabamos vuelta al campo pidien- 117 De la patada...

do cooperación y llenabamos un sombrero de dores niños, que vayan por el buen camino. billetes y monedas. Teníamos tres o cuatro re- Algunos si se cuidaron pero otros no. Ahorita fuerzos de Guadalajara. Se juntaba el dinero. nos acaban de dar la noticia que levantaron La gente ayudaba. Los refuerzos vivian aquí. a uno que jugó conmigo mucho tiempo. Y no Se terminaba el torneo y se iban. sabemos de él. Siempre les pedía a los mu- chachos que no se metieran en problemas. Estaban aquí para entrenar y jugar, esa era su chamba. El Oso era delantero, estaba fornido En San Vicente existe otro campo de futbol, pero muy bueno. El Lobo era defensa central. que es ejidal. Está por el rumbo de Las Me- El Borrego jugaba de defensa o delantero. sas. Aquel está empastado, pero no tiene gra- derías como éste. Estoy muy contento de que muy seguido me hacen homenajes, reconocimientos… A la Máster le pusieron mi nombre, también a los torneos. Me hacen un reconocimiento muy bonito, por parte de la Liga. El Presidente Municipal José Gómez me hizo también un reconocimiento. El Chori de Vallarta, de los famosos Gacelas, también me reconoció en un homenaje. Tuve siete hijos con mi esposa Silvia, que es nacida en Zacualpan. Vivo feliz y a gusto en San Vicente. La gente me estima y reconoce. Me aprecian mucho por lo que fui. Me toman de ejemplo para la juventud. Nunca me gus- 118 taron las drogas y eso les pido a mis juga-

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Antonio Vega Fregoso, “El Gran Capitán”.

Me acuerdo que íbamos a jugar al Llano. Meza Montes, Faustino “Pitas” García Cigala, El balón se ponchaba entre las espinas de Ponciano ”Bellezas” Camba, Claudio “Calaca” garabato. Parábamos el juego y corrien- Saracco Torres, José “El Cura” Almeda, Sabi- do veníamos a parcharlo a Ixtapa. Pero, no Camba, Miguel “El Palillo” Ruiz … A Toño como a los diez minutos se nos ponchaba Vega se debe el nombre de Olímpico para el otra vez ¡Chin! Me acuerdo que le decía- club deportivo de Ixtapa. mos a “Teba” Casillas: — Vale, tú no jue- gues. —¿Por qué? — Porque ponchas el Nos narra así su experiencia: balón con esa uña afilada que tienes en Nací el 9 de agosto de 1940. Hijo del señor el dedo gordo—. Y es que la mayoría ju- José Vega Peña y de la señora Carmen Fre- gábamos descalzos. Éramos muy pobres. goso Balcázar. Soy el segundo de una familia Discreto, sencillo y amable, Antonio Vega, “El de siete hermanos. Empecé a patear el balón Gran Capitán” del Club Deportivo Olímpico cuando estaba en la escuela. A la hora del re- en la década de los sesenta, es hijo de una creo o en las festividades del 20 de Noviem- de las familias más respetables de Ixtapa. bre, por ejemplo, la maestra Heriberta Torres Futbolista de la segunda generación en esta organizaba encuentros entre los alumnos de delegación municipal, fue el líder nato de la tercero, cuarto y quinto año, pues no había tercera hornada de jóvenes ixtapenses prac- ticantes de este deporte, entre ellos Manuel más. Entre aquellos chiquillos estaban Manuel Savalza Chávez, Eduardo Chávez Cibrián, Fe- Becerra, Baltazar Gay, Javier “El Güero” Gor- lipe Melchor Tovar, Juan Esteban “El Chori gonio, Antonio Mora... Ahí jugábamos revuel- Tovar, Martín Topete, José “Chepe Alvarado tos, no sabíamos nada, nos pateábamos las Briseño, José María Ávalos Pérez, Clodoal- espinillas unos a otros. Yo tenía doce años, do Rosales, Pablo “Marrasca” Castellón, Juan porque entonces empezábamos a ir a la es- Manuel “El Güero” Gómez, Cristóbal y Pedro cuela a los siete u ocho años. Yo tenía catorce 121 De la patada...

años cuando dejé de ir a la escuela, porque balón. Vino a darnos cátedra, porque todos me sentía viejo, estaba en quinto grado. corríamos detrás el balón. No sabíamos nada, Empezamos a jugar más o menos cuando vi- ni patear ni nada cuando iniciamos. Éramos nieron unos maestros interesados en la prácti- rústicos, silvestres. Entonces vino don Alfon- ca de este deporte, como el profesor Francis- so y nos dijo que quería darnos unas clase- co Javier Montes Damián. Vivía aquí entonces citas, para que aprendiéramos algo. Porque un señor que vino de Guadalajara, Antonio estábamos como el perico, muy verdes. Pero Morales, que tenía dos hijos ya grandes, Cle- con dos veces que vino aprendimos muy po- mente y Alfonso. También don Jesús Moreno quito. Después llegó a vivir temporalmente y sus hijos Daniel y Martín, Tiburcio Díaz Des- gente de fuera, que ya tenía camino recorrido iderio y su entenado Alberto “El Roca”, José en esto. De ellos aprendimos otro poco. María “Chema” Chávez… Luego llegó otro maestro, Gustavo Gil, muy buen defensa y el Me acuerdo que íbamos a jugar al Llano. Pa- director de la Escuela Primaria Emancipación, teando el balón se ponchaba entre las espi- Pedro González Camacho, que jugaba en la nas de garabato o en los cercos de alambre media. Años después llegó el Doctor Ignacio de púas. Parábamos el juego y corriendo ve- Guillén Arreola, como en 1965, que le dio níamos a parcharlo a Ixtapa. Y como a los nuevo impulso a este deporte. Han venido diez o quince minutos, que se vuelve a pon- muchos elementos a Ixtapa que enriquecie- ron al equipo y a los cuales poco a poco les char el pinche balón ¡Chin! Me acuerdo que aprendimos algo. Pero al principio, con miras le decíamos a “Teba” Casillas, el hermano de a que el futbol agarrara vuelo, vino como en Jarillas: dos ocasiones don Alfonso Díaz Santos, a dar- —Vale, tú no juegues. nos instrucción, a enseñarnos los rudimentos 122 de este deporte, las reglas y cómo golpear el — ¿Por qué? Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

— Porque ponchas el balón con esa uña afi- te el chingadazo. Inmediatamente lo llevaron lada que tienes en el dedo gordo—. Y es que hasta Vallarta, a que le arreglaran la pata. la mayoría jugábamos descalzos. Pobrecito. Tenía como unos catorce o quince años. Estaba chico, vieras como lloraba. El primer fracturado que tuvimos, ocurrió en domingo, durante un juego contra San Vicen- —Cabrón, te acuerdas que te decíamos que te. Jesús Cázares siempre jugaba la defensa no jugaras arriba. central. Antes del partido, al hacer la alinea- ción, Cázares dijo que si no le dábamos chan- Fue como en el 59. Lo llevaron en un carrito. za de jugar de centro delantero, no jugaba. Lo acompañaron el maestro Javier, don Chuy su padre y creo que también Tiburcio Díaz. —Pero Chuy, tu juego siempre ha sido en la defensa central —le decíamos—, juega mejor En los inicios jugaba de portero el profesor abajo. Francisco Javier Montes. En el cuadro los maestros Gustavo Gil y Pedro González Ca- — ¡No. Si no me dan chance adelante, no macho, Chema Chávez, Antonio Morales, Ti- juego! burcio Díaz, Onofre “El Bombillo” Joya, Martín —Ándale pues, vas a jugar de centro delantero. y Pancho Joya, Bernabé, Jesús Cázares, Mar- tín Moreno, Betín Contreras. Y como si fuera maldición, en las primeras de cambio le tronó la pata como si hubieran Me acuerdo que una vez el maestro Pedro quebrado una caña. Muy recio se oyó aque- González Camacho me regaló unos zapatos llo. Se le quebró en un encontronazo con un de futbol, acolchonados. Me vio con unas ga- jugador que le decían “La Leona”. ¡Tran! Cho- rrillas de zapatos, todos rotos, casi jugando caron las dos patas, las espinillas. Se oyó has- con las puras uñas. Me preguntó ¿No tienes ta el otro extremo de la cancha, como si se zapatos? —No, maestro; ni con qué com- hubiera quebrado un leño. Vieras que fuer- prar—, le contesté. 123 De la patada...

—Te vendo éstos. — ¿Por qué no juegas aquí? — ¿Y con qué se los compro? —No sé jugar—, le contesté—, no tengo zapatos. — ¡Te los regalo! —Te regalo unos ¿De qué número calzas? — ¿De veras? —Del ocho. Nombre, después andaba yo jugando con mi pata acojinada. — ¡Ah! También calzo del ocho, toma és- tos—. Y me regaló unos zapatos. Entonces Recuerdo a dos jugadores del San Vicente. valían baratos. Diecisiete pesos. Pero también Uno se llamaba Benjamín, aquí lo conocía- ganaba uno poco. Ganaba sesenta pesos a la mos con el mote de “El Teporochas”, pero semana ¿Tú crees? en Guadalajara su apodo era “El Gasolina”. Al otro muchacho, Nicolás, le decían “El Diablo”. A los meses, en el taller donde estaba de Los dos eran de Guadalajara, buenos para ha- aprendiz, me invitaron a jugar a un equipo cer goles. Cuando yo iba a cumplir dieciocho que se llamaba “El Juventud”. Formado por años, me fui a Guadalajara para hacer el ser- puros jóvenes. Había dos viejos nomás. Era vicio militar. Ya en la ciudad, ellos me vieron, equipo de segunda, llanero. Fueron campeo- me preguntaron: nes. Los traía un señor que se llamaba Anas- tasio Villalobos. Era panadero, oriundo de Sa- — ¿Oye, dónde te hemos visto? yula, Jalisco. Tenía cuatro hijos que jugaban: Nicolás, Ramón, Manuel y “El Chaparro”. Yo —No, pues en Ixtapa, allá en El Llanito. trabajaba con otro de sus hijos, Víctor, due- — ¡Ah, pues tú eres! —. Me dijo el “Teporo- ño de un taller eléctrico. Éste no jugaba. Un chas”, que tenía el oficio de zapatero remen- día en una junta le cambiaron el nombre al 124 dón. Y me preguntó equipo, le pusieron “Olímpico”. Ahí jugué. No Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

era titular. Me metían cuando alguien faltaba. años. Estuve en la Perla Tapatía hasta cumplir Pero sí, aprendí mucho. Los Villalobos vivían 21 años. Cuando regresé a Ixtapa, empecé a junto a las instalaciones del club Atlas, en El jugar. Guillermo Rodríguez me invitaba a ju- Paradero. Los dividía sólo la calle. Constan- gar en El Imperial. “Vente para acá, ahí en temente íbamos a ver entrenar al Atlas. Nos Ixtapa no haces nada”. Me invitó varias veces. encaramábamos en una barda de adobe que Le decía yo “no me puedo ir, porque se aca- medía como dos metros. Los Villalobos eran ba el futbol en Ixtapa”. Éramos pocos aquí, muchachos muy buenos para jugar. El Atlas íbamos a jugar a los ranchos y siempre nos los invitaba a jugar pero ellos no querían goleaban, porque no nos ajustábamos. Había porque le iban a Chivas. Cuando en los en- compañeros que no sabían nada. Llevábamos trenamientos llegaron a jugar, Ramón hacía a “Botillas”, a “Canillas”, a “Adolfillo” Rosa- mancuerna con Pistache Torres ¡Era más bue- les, no jugaban ellos, iban y nos ayudaban no que El Pistache! Era una chingonería ese sólo para ajustar los once. Unos con zapatos, cabrón, porque te jugaba la bola con las dos otros a raíz, otros con huaraches. Nos metían piernas. Le daba una vuelta al campo con la 5 o 6 goles los equipos contrarios. Y noso- bola en la cabeza sin que se le cayera. Como tros, bravos, porque nos ganaban. Mi herma- si la llevara con las manos. No quiso jugar no Raúl también jugaba, y mi cuñado Martín con el Atlas. Decía “si a mí el Guadalajara me “El Sapo” Melchor. Hasta “El Bofo” que hoy invitara a jugar, jugaría con ellos de en balde, es trompetista de mariachi jugaba con noso- no les cobraría”. Y el Atlas le ofrecía dinero tros. Llegué a los 21 años y jugué hasta los para que jugara con ellos. No quiso él. Tenía 30 años. Me retiré porque me amolé los me- como 23 años. niscos de esta pata. En cierta ocasión hubo Aprendí viendo jugar a tantos buenos juga- una asamblea que se hizo en la escuela, y se dores. Me enseñé a patear el balón con am- hablaba de ponerle un nombre al equipo de bas piernas. En Guadalajara jugué como tres Ixtapa, pues se llamaba “Águilas Negras del 125 De la patada...

Llano” ¿Tú crees? ¡No, no chinguen! Está muy Vicente y El Valle. Ganó el Valle 5 goles a 3. ranchero ese nombre. Vamos cambiándole. Este equipo traía en sus filas a “Los Cana- De por sí, malos, y con ese nombrecito. Me leros”, muchachos de Guadalajara. Algunos, suena a zopilotes. Se barajaron algunos nom- trabajadores de la compañía que le trabajaba bres, a cual más de estrafalarios. Los dejé que a la Secretaría de Recursos de Recursos Hi- hablaran. Luego les dije, —Miren, yo jugué dráulicos, cuando se hicieron los canales del en Guadalajara con un equipo que se llamaba sistema de riego en las tierras de El Colo- Olímpico—. Y algunos dijeron — Bueno, está mo, San Juan, El Valle, San José, San Vicente bien, suena bonito, vamos poniéndole así, y El Porvenir, Nayarit. Otros sólo eran invi- Olímpico. Desde entonces así se llamó y se tados, para jugar. Traía El Valle a jugadores sigue llamando. Pegó el nombre. Empezamos que después jugarían en el Club Guadalajara a hacer torneos de barrios y salieron nuevos de Primera División Profesional, entre ellos jugadores. a Arturo “Cura” Chaires. Si mal no recuerdo, Los de San Vicente llegaron a invitarme a ju- criollitos de El Valle traían sólo al portero y a gar con ellos, pero nunca quise. Ya destacaba un muchacho que le decían “Pata de Fierro”. yo a nivel regional. Y cuando se formaba un Los demás eran de Guadalajara. Eran unas combinado de la Liga Regional para enfrentar golizas que nos ponían. Me acuerdo que “El a algún equipo foráneo, me llamaban a for- Cura” Chaires, para vuelta del campeonato re- mar parte de esa selección. Nada más a Toño gional, ya estaba juagando en Chivas de Pri- Vega de Ixtapa invitaban. Yo era el único que mera División y dos años más, en la selección más o menos jugaba. Como unas dos veces nacional. “Los Canaleros” habían salido de me tocó jugar en el combinado. un seminario que estaba a media cuadra de la Recuerdo un partido de final de campeonato, Plaza de la Bandera. Se llamaba templo María en 1958 o 1959, entre los equipos de San Auxiliadora. De ahí salieron todo ese montón 126 de cabrones a las fuerzas básicas del Guada- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

lajara. Eran muy buenos. Automáticamente se rras”, a Nacho “Patita” Fletes y a “El Mocho”, fueron al primer equipo. Con decirte que el por cierto muy buen medio. Les dimos una “Cura” Chaires lueguito se fue a la selección. arrastrada a varios equipos. No ganamos el Los de la Secretaría de Recursos Hidráulicos campeonato, porque en la final, contra El Im- ya tenían relaciones con el Guadalajara. De perial, “El Garabato” nos marcó dos penales allá los mandaban a hacer garras a los equi- inexistentes. En el primer tiempo les íbamos pos de aquí. Esa final Valle contra San Vicente ganando 3 a 0. Nos marcaron esos penales fue un partidazo. Se jugó en la cancha ejidal para ganarnos. Layo “El Garabato” era par- de Las Juntas. Me acuerdo que en esa oca- cial del Imperial. Nos marcó un fuera de lu- sión alinearon con San Vicente “El Lobo”, un muchacho de Guadalajara que jugaba en Cal- gar clarísimo, con su delantero adelantado zado Canadá; “El Borrego”; “El Oso”; Nicolás como seis metros de nuestra línea defensiva. “El Zurdo” y “El Teporochas” o “El Gasolina”. “El Cuarras”, nuestro portero, como protesta Todos ellos traídos de Guadalajara. También ante aquella arbitrariedad, ni hizo por atajar- “Los Pispis”, criollitos de San Vicente. Era un lo. Se hizo a un lado para que pasara hasta equipazo. Los dos eran unos señores equipos la red. Gonzalo Delgado, directivo de La Co- de futbol. Con gente de Guadalajara ambos. lonia, que vio el partido, dijo de nosotros que Pero los del Valle traían más escuela, más téc- “para ganarle a este equipo solamente una nica. Cinco goles a tres quedaron. Fue como selección Vallarta; para que se den bonito”. en 1959. Estaba lleno el campo, con gente En ese campeonato, a todos los equipos los de toda la región. barríamos, los goleábamos. Por Ixtapa jugaba En cierta ocasión hicimos un combinado Martín Topete, Gerardo Peña, Manuel Saval- Juntas e Ixtapa y participamos en un torneo za, Leonardo Peña, Chepe Alvarado, Cristóbal septembrino en Vallarta. De las Juntas nos Meza y un servidor en la central. Fue como trajimos a “El Chivato”, al “Caloris”, al “Cua- en 1965. 127 De la patada...

Al principio de la década de los sesenta los Algunas veces íbamos a jugar a los ranchos, porteros eran Felipe Melchor y Esteban “El a pie. Un domingo que nos tocaba jugar en el Chory” Tovar. Jugaban también Manuel Ba- Valle, nos fuimos a caminando. Cerca del río rrón, Rigoberto Gómez, “Los Campanitas” nos encontramos con un carro descompues- Daniel, Lorenzo y Félix. Martín Topete, Ma- to. Yo, que había trabajado varios años en un nuel Savalza, Eduardo Chávez, Chema Ávalos, taller mecánico, en Guadalajara, le dije al vale Chepe Alvarado, Sabino Camba. Sabino era del carro: muy decidido, no tenía nervios, muy fuerte. — ¿Luego, qué tiene? Aprendió mucho en San Vicente, con el “Ga- solina”. En aquellos tiempos yo era el más —Pues sabe. De repente se apagó la carcacha. grande, el que hacía punta. Iba a las reunio- —Yo lo echo a andar—, le dije. nes de delegados a Vallarta, compraba los — ¿A poco sabes? balones. Los demás estaban chiquillos. Yo los pastoreaba. Por eso cuando me invitaban a —Pues a ver si puedo. jugar al Imperial yo no quería. Se hubiera aca- Lo hice funcionar y nos llevó hasta El Va- bado aquí el futbol. No teníamos apoyo. No lle. Ya en el partido, me dieron un puntapié había visión. A casi nadie le gustaba el futbol en esta pata, que hasta me la voltearon. Esta aquí en Ixtapa. Lo que rifaba era el béisbol. pata derecha me la hicieron para el otro lado, Para los uniformes cada quien se la ingenia- en un encontronazo. Me la acomodé y seguí ba: camiseta blanca, teñida con anilina. No jugando. Eso fue lo malo. Se me hinchó de- teníamos para más. Estábamos muy pobres. masiado el tobillo. Al término del partido, re- Los zapatos valían veinte o treinta pesos. Lu- gresamos a pie, hasta San José. Venía como cía Ortiz traía zapatos, medias, short de fut- cien metros, atrás de mis compañeros. Todos 128 bol. De ahí nos refaccionábamos. adelante y yo atrás, con la pata volteada. Lle- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

gamos a San José y con suerte nos alcanzó Ellos eran beisbolistas de hueso colorado. No un camioncito de pasajeros que venía de Tal- querían que les pisáramos la cancha. Primero pa, rodeando desde Las Palmas, por El Co- íbamos, poníamos las porterías y ellos nos lomo, San Juan, El Valle y San José. Ahí nos las quitaban. Dos veces nos las quemaron. trepamos, hasta llegar a Ixtapa. No sea por Me acuerdo una vez que fuimos a querer con- eso, no hubiera llegado. tinuar los pozos para poner las porterías y Chema Ávalos, al desazolvar un pozo, sacó la En ese tiempo El Cruz Azul de Las Juntas esta- mano llena de capirotada. Se habían cagado ba más aventajado que nosotros. Había llega- ahí los del beis. Le había tapado con tierri- do a ese pueblo un profesor que se llamaba ta. ¡Ay jos de su chin…! Gritó Chema, con la Luis Benavides. Él los enseñó. Los aventajó. mano estilando de aquella cosa tan amarilla. Empezó a pulirlos. Se hicieron muy buenos Nos ponchaban los balones con una tarecua. para jugar. Como dicen por ahí, “les dio arriba Era un problema con los del béisbol. de la rodilla”. Lueguito aprendieron. Pero el habernos cambiado a jugar acá abajo Cuando yo empezaba a jugar aquí en Ixtapa, dio como resultado que la afición poco a poco casi no iba nadie a vernos. Allá, de vez en se acercara. Empezaron a llegar jugadores de cuando, dos o tres muchachas, compañeras fuera a vivir en Ixtapa; como “El Güero” Peña y familiares. Además, estaba lejos el campo. y su hermano Gustavo, que venían de Tomat- Allá en El Llano. Esa cancha del Llano la acon- lán y vivieron en La Colonia. Ellos jugaron con dicionamos. Con mucho sacrificio la hicimos: nosotros durante dos campeonatos. Luego sacar piedras, troncones, machetear…mucho se fueron a vivir a Vallarta. Allá se enrolaron trabajo. Fue hasta que llegó el doctor Ignacio con El Imperial. Otro jugador muy bueno, que Guillén que nos bajamos a jugar al campo de llegó de Ocotlán, fue Manuel Maldonado. A él béisbol. Pero era un problema con los beisbo- le tocó jugar en el combinado Las Juntas-Ix- listas. Y tenían razón. Nosotros les invadimos. tapa. Otro muchacho, Roberto Savalza, que 129 De la patada...

vino del estado de Colima. Los Peña, Gerar- no me hago responsable por las uñas arran- do y Leonardo, que venían también del esta- cadas—. Me acuerdo que una vez jugué a raíz do de Colima, traían buena escuela. También también. Llegué a Vallarta y compré unos za- llegó Fernando “El Churpias” Ruvalcaba, que patos en La Surtidora. Me costaron cuarenta llegó a jugar futbol profesional. También José y cinco pesos, por cierto. Nomás me probé “El Cura” Almeda, un fino mediocampista de uno y lo sentí a gusto. Pues ándale que ya en Ayutla. Armando Torres “Chameco”, que sa- el campo sentía que traía herraduras en las bía jugar todos los puestos y llegó a jugar patas. Como a los diez minutos le dije al árbi- futbol profesional. Luego llegó Oscar Abar- tro — ¿Sabes qué? vale, me voy a quitar los ca, en 1975, finísimo jugador de Guadalajara, zapatos, ya no los aguanto—. Y así le seguí, que dejó escuela en el Olímpico. en puras medias. —Te van a chingar, vale, yo no me hago responsable, pero ahí verás tú—, Antes, en 1964 había llegado Antonio Men- me decía el árbitro. Así me aventé el partido. día Palomera. Panadero que me enseñó el oficio, también jugaba futbol. Con él llegó su En San Vicente había unos jugadores muy buenos, los mentados “Pispis”. Eran dos her- compadre, Fidel Suazo. Un cuarrito muy bue- manos. No me acuerdo cómo se llamaban. no para entrenar porteros. Él enseñó a nues- Eran como de mi edad. Había ahí mismo en tros porteros Felipe Melchor y Esteban Tovar San Vicente un maestro muy bueno para ju- “El Chory”. gar. Él los enseñó. Chencho, el hermano de “Caloris”, era muy bueno para jugar. Él y “El Chivato” jugaban descalzos. Cuando iban a Vallarta, le decía “El Guille” — Cabrones ¿a poco así van a jugar? — Y el árbitro los veía y les decía — Por mí 130 no hay problema que jueguen a raíz, pero yo

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Andrés “Chivato” Mendoza Rohn.

En esos tiempos casi no escuchábamos Nací en Las Juntas, municipio de Puerto Va- los partidos del futbol nacional. Había llarta, Jalisco, el 30 de noviembre de 1942. pocos aparatos y de baterías. No había Empecé a jugar desde que estaba en la es- luz eléctrica. Nomás daban las nueve de cuela primaria. Íbamos a pelotear con Manuel la noche y la gente se amontonaba a es- Ruiz. Me acuerdo del Botafogo, primer equi- cuchar las radionovelas: Chucho El Roto o po que hubo aquí. Pablo Torres Heredia era El Ojo de Vidrio. La gente estaba empica- el portero. Los defensas eran “Celote”, Ro- dísima. Dios guardara la hora en que al- berto Pérez, “El Viejo” y “El Cuadrado”. Es- guno se atreviera a insinuar siquiera que tos últimos venían de Vallarta a reforzar a los se cambiara la estación para escuchar el de aquí. Otro era “El Negro Chanduy”, que futbol. Casi lo andaban colgando de las sabe dios de dónde vino, muy recio de pata, ramas de una parota. Sin embargo, de jugaba a raíz, descalzo; delgadito y prietillo, vez en cuando se escuchaba uno que otro bueno para jugar. Felipe Robles, Margarito partido. Alejo y su hermano “Volcanes”, que también Quienes vimos jugar a Andrés Mendoza, du- era portero. No había otro deporte. Bueno, la rante las décadas de los sesenta y setenta, charreada. Todos éramos de a caballo pero nos percatamos de que en su físico y talen- no charros. Era la única diversión durante los to había material no sólo para el futbol pro- domingos. Los chiquillos íbamos a jugar a fesional sino también para la selección na- Ixtapa, al Pitillal o a San Vicente, partiditos cional, de haberse cultivado. Con relevante llaneros. Íbamos a pie o en caballos, a ma- presencia, liderazgo y técnica en la cancha, tar el gusanillo de “la patada”. Nos sentía- Andrés fue siempre elemento valioso para los mos futbolistas desde entonces. Me acuerdo equipos que lo tuvieron en sus filas. Con fino de algunos adversarios futboleros de la in- sentido del humor, nos relata su experiencia fancia en Ixtapa: Toño y Raúl Vega, Bernabé, futbolera: Martín Joya. A veces jugábamos con huara- 133 De la patada...

ches o descalzos. En esos tiempos casi no llegaba el cine ambulante del “Queo”, con su escuchábamos por la radio los partidos del acotación de mantas, o “los húngaros”. futbol nacional. Había pocos aparatos y de Por cierto que una vez la hice de árbitro en baterías; no había luz eléctrica. Nomás daban San Vicente, en un partido del equipo local las nueve de la noche y la gente se amon- contra El Valle. Ganó El Valle y… ¡Nombre, ya tonaba a escuchar las radionovelas, Chucho me andaban matando a balazos! “El Prieto” El Roto o El Ojo de Vidrio. La gente estaba Flores, padre de algunos jugadores muy bue- empicadísima. Dios guardara la hora en que nos de San Vicente, andaba borracho. Segu- alguno se atreviera a insinuar siquiera que se ramente consideró que yo había cargado los cambiase la estación para escuchar el futbol. dados a favor del visitante, sacó el arma y Casi lo andaban colgando de las ramas de se encaminó hacia mí. Uno de sus hijos, juga- una parota. Sin embargo, de vez en cuando dor entonces, lo detuvo — ¡Oye, papá! ¿Qué se escuchaba uno que otro partido. Yo era pasó? Nos ganaron a buena ley, aquí se pier- aficionado al Oro de Guadalajara, de Amaury de o se gana. — Lo calmó. Epaminondas, de lo que yo escuchaba de él en la voz de los cronistas deportivos, de lo Después del Botafogo, el equipo de Las Jun- que imaginaba del astro brasileño. Y uno, tas tuvo otros nombres: El Barcelona, El Na- pues quiere emular a sus ídolos. Los recorti- cional, El Jalisco… Los dirigentes a veces de llos del periódico “El Costero”, que de vez en enojaban, se acababa un equipo y luego re- cuando nos llegaban, los leía uno con avidez. aparecía con otro nombre, aunque con los También en el Cine Morelos pasaban a veces mismos jugadores. Con El Nacional jugué pri- un noticiero deportivo donde se proyectaban mero dos o tres partidos y luego me fractu- escenas del futbol nacional, pero aquí no ha- ré una mano. A mi papá no le gustaba que bía Cine Morelos, sólo en Vallarta, Ixtapa, San jugara. Me decía — el día que juegues ese 134 José, San Juan y El Valle. Pero aquí no. Aquí juego te voy a sacar a reatazos —. Entonces Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

yo jugaba, volteando hacia la porra, cuidando la liga: El Deportivo Las Juntas y El Indepen- que no estuviera mi papá por ahí. Distraído diente. Empezamos ganando al que recién siempre. No me podía concentrar. Ya se me había sido campeón. No, pues más volados. figuraba que llegaba cinto en mano. Total, me Luego fuimos al Valle y les ganamos 4 a 2. quebré una mano y duré mucho sin jugar. Es- Total que ganamos tres o cuatro partidos al taba yo chiquillo. Bueno, el más chiquillo era hilo y nos ensoberbecimos. Ya no queríamos Nacho Fletes; lo cuidaban mucho, era muy fla- ni hablarles a los del equipo de grandes. Nos quillo pero era muy bueno. Era habilidoso. En sentíamos en la gloria. Pero cuando sufrimos el equipo de grandes no nos daban chance el primer revés, nos fuimos de clavado hasta a los chiquillos. Sólo a Nacho Fletes, un rato, el fondo de la tabla. Entonces, todos enoja- porque era un fuera de serie. Pero otros, que dos con todos, se desorganizó feo el equipo; tenían calidad, pues les daban ganas de jugar aunque seguimos en el campeonato. Recuer- en la primera. Y platicando entre los rezaga- do que fui a Jarretaderas a conseguir a Javier dos, acordamos formar otro equipo, pero no Joya para que jugara con nosotros. Se lo fui a para campeonato, sino para divertirnos entre pedir a su papá, porque todavía era un cha- nosotros. Para jugar contra equipillos de fue- valillo. Y me lo prestó. Con el tiempo Javier ra, malones. Pero a alguien se le ocurrió bur- Joya y Nacho Fletes se enojaron conmigo y larse, decir ¡No, pa’ qué sirven estos…! O sea, ya iban a desbaratar el equipo. Pero se dio nos echaron malo. Y nosotros para demos- cuenta don Juan, el papá de Javier, y le dijo trarles que éramos iguales de buenos que la delante de todos nosotros: primera, jugamos dos partidos contra ellos. — Si no juegas por tu voluntad, cabezón, de- Les ganamos ambos. Nos volamos y dijimos lante de todos te haré que juegues a reata- “podemos registrarnos en el campeonato”. zos. Te comprometiste con éste y, acuérdate Se llamó Independiente ese equipo. Enton- que te dije que cuando un hombre se com- ces, eran dos equipos locales registrados en promete con un equipo, se quiere la camiseta. 135 De la patada...

Yo jugué béisbol en mis tiempos y abracé mis Desprecié la oferta. Estaba decidido a no ju- colores con el corazón. gar más. Al día siguiente vino gente de La Colonia a pedir que jugara con ellos. Yo les Eso le sirvió a Javier. Le puso empeño y se dije que no iba a jugar ya. Pero con ellos ve- hizo más bueno. Se allanaron las cosas en el nía Javier Joya, y me dijo: equipo y salimos hasta la orilla, hasta el últi- mo partido del campeonato. —Tú me trajiste a este rancho a jugar. Ahora quiero que me devuelvas el favor. Por cierto que, al tiempo, Javier jugaba en La Colonia Emiliano Zapata. Yo tuve dificultades Total, me sentí obligado y jugué en La Co- en ese entonces con el equipo Cruz Azul, por lonia ese torneo. Por cierto, quedamos cam- abogar por mi compadre Juan José Venegas peones durante ese año de 1968. “El Niño” “El Cuarras”, nuestro portero. En una ocasión Cervantes era el portero entonces. También que estaban hablando de él, yo les dije: jugaban los hermanos “Tomatitos”, Abel y Rigoberto Cruz Verde; “Tachaluta”, “El Zur- —No la frieguen, es compañero también. do”, “El Chino”, Javier y Palomeque. Rigo y yo — ¡No, ni a él ni a ti los queremos! jugábamos de extremos. Era un buen equipo. Durante todo el campeonato un solo partido Nos rechazaron a ambos, en una asamblea perdimos. En ese año le fue bien a La Colo- del equipo. Yo me vine, convencido de que nia. Quedó campeón en las tres categorías. ya no quería jugar. Pero, como a los tres días, Francisco Uribe y Gonzalo Delgado traían el recién llegaba yo de trabajar, llegó a mi casa equipo. Nada más ese campeonato jugué con alguien del Imperial. Me dijo: La Colonia. Al siguiente año retorné a Las —Sabemos que ya no vas a jugar aquí. Si tú Juntas. Góngora, un empleado de Caminos 136 quieres, nosotros te aceptamos. y Puentes Federales, era entonces el técnico Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

del Cruz Azul. En una ocasión me vio jugar de talón al “Pato” y lo dejé atrás. Y desde con La Colonia y me preguntó la tribuna, emocionado, un bárbaro gritó ¡Ay Pachita ya me miaste… y es mancha que no — ¿De dónde eres? se quita! Luego se me vino “Lolo”. Le hice la —De Las Juntas. misma jugada y también lo dejé atrás. Otro aficionado gritó ¡Pa´ que vean que no es chi- — ¿Y por qué no juegas allá? ripa! Mi compadre Venegas, al ver que había —Porque no me quieren. burlado a sus centrales, dudó en si salir o no. Aproveché el momento de titubeo y le mandé — ¿No quisieras jugar en Las Juntas? un chutazo cruzado con la izquierda, por arri- —Si quisiera, pero aquellos no quieren. ba, al ángulo lejano. “El Cuarras” se lanzó por el balón haciéndose arco en el aire. Yo sólo Total, hicimos las paces y me vine una o dos le vi la suela de los tachones. Se estiró como temporadas a Las Juntas nuevamente, donde resorte y en cuanto apenas logró desviar el jugaba en la media. Después, por mi trabajo, balón, el cual pegó en el larguero y chicoteó vine a jugar al Garza Blanca. en éste y en el suelo por dos ocasiones, pero Cuando me fui a jugar a La Colonia, mi com- no entró a la portería. Mi compadre se repu- padre Juan José Venegas “El Cuarras” se fue so de manera increíble y saltó sobre el balón a jugar al Imperial. Y en el encuentro de la para atenazarlo. Fue una escena como jamás gran final del campeonato 1968, Colonia vs vi otra. Mi compadre era un excelente porte- Imperial, precisamente, le vi hacer una juga- ro. Hubiera querido tomar una fotografía en da increíble. El Imperial tenía a dos grandes ese momento. Pero la cosa no paró ahí. Ja- jugadores en la defensa central, al “Pato” y vier Joya, en su afán por ir tras el balón, gol- a “Lolo”. En una jugada, me dieron un pase peó con el zapato al portero, en la frente. Mi por el extremo izquierdo. Le hice una jugada compadre sangraba pero no soltó el balón. 137 De la patada...

Entraron las asistencias, vendaron a Venegas — ¿Juegas en la primera de allá? y se ordenó el cambio de portero. Entró “El —No, soy segundilla, en la banca. Jeringas” y salía “El Cuarras”. Entonces el pú- blico empezó a gritar ¡Venegas, Venegas! Y — ¡Ay, cabrón, cuántos jugadores buenos ha- mi compadre volvió a entrar al campo para brá allá! seguir jugando. Me quedé para siempre con Y es que a quien le llevábamos el chile era esa imagen de elasticidad de Juan José. a don Leobardo Fragoso. Comerciante de La Estuve cerca de jugar en Primera División Merced. Socio del América y tío de Gonzalo Profesional. En el América, en El Oro. Yo ha- “El Chalo” Fragoso, delantero estrella enton- bía ido a México a llevar una cosecha de chi- ces de ese equipo. Y Melesio le platicó a don le gordo, al mercado de La Merced. Adjunto Leobardo, le preguntó al mercado había una canchita de futbol. Ahí — ¿Por qué no lleva a éste muchacho a pro- jugué dos partidos. Estaba jugando también barse al América? un muchacho que se llamaba Melesio. Y me preguntó — ¿Qué, juega bien? — ¡Juega rete bien, le pega con ambas patas! — ¿Dónde juegas? Tiene velocidad, altura, resistencia… — ¡Donde sea! Y me dijo don Leobardo — Te voy a llevar. —No, no ¿Eres profesional o qué? Va a jugar América contra Necaxa. Ahí en los palcos de los señorones te voy a presentar. —No. Soy changuilla. Pero no hubo partido, porque cayó un tor- — ¿De dónde vienes? mentón y se anegó el estadio olímpico de la 138 —De Vallarta. UNAM. Yo no fui y ya no supe ni qué. Tres ve- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

ces me invitó don Leobardo, y por una u otra —Si, necesitamos un central. No irías a pro- cosa no fui. Uno acá de volado, chavalillo, le barte. Vas directo, a jugar en el primer equipo. importa poco el mundo. —No, pues yo tengo 28 años ¿A qué voy? Cuando yo trabajaba en Garza Blanca, como Con una lastimadita y ahí quedo, sin jugar y en 1970, ahí se hospedó el Atlas. Yo era sal- sin trabajo. vavidas. Estaba también “Caloris”. Por cierto En otra ocasión, me llegó una carta de El Oro, que el campeón goleador del Atlas fue Ricar- donde se me invitaba a Guadalajara, a pro- do Chavarín “El Astroboy”. Ahí andaba, con barme con ellos. Pero mi papá nunca quiso los demás jugadores y directivos. Después del que yo jugara. campeonato nacional, habían venido a vaca- El día que me fracturé la mano en un partido, cionar. Jugábamos cascaritas con ellos, en la para que mi padre no me pegara, me tuvieron playa. A veces iban a ver jugar a los equipos que traer mi hermano Ramón y el profe Ro- locales, en la unidad deportiva: Brambila, los gelio de Anda. Vinieron a interceder por mí. hermanos Delgado, Berna García, Buenrostro, Le dijeron Magdaleno Mercado, Abel Verónico… y me — ¿Quiere usted verlo en los vicios? Él es cien vieron jugar a mí también. Entonces jugaba por ciento deportista, no toma, no fuma—. de defensa central, porque se lastimó el titu- Lo convencieron. Qué bueno, porque yo ya lar y nadie quería jugar el puesto. Yo le entré sentía los chicotazos. y desde entonces me quedé en la defensa. Bueno, pues luego de un partido, me habla- En ese tiempo mis compañeros y yo nos cui- ron, me preguntaron —¿No te gustaría jugar dábamos de las desveladas, de no andar to- mando. Yo creo que eso nos ayudaba mucho. profesionalmente con el Atlas? Y la juventud. Éramos apartados de la raza — ¿Cómo? vaga. 139 De la patada...

De los mejores jugadores de mi época consi- se le ofrece? ¡Pues ven, hombre! Me abrió la dero a Rigoberto “El Tomatitos”. Caracolero puerta de su carro y me metí. “Siéntate por- y driblador. Sabía mantener el balón pegado que nos vamos a ir a jugar futbol a Vallarta”. al pie. Te bailaba el balón en una moneda de “No, yo no juego”. veinte y todavía le sobraban quince centavos. Y me platicó que había arreglado con la liga También recuerdo a Toño López, jugador del para que jugara con ellos. Le dije Social. Sabía cubrir muy bien la bola. Era de lo más técnico que había. Nico Curiel era un —Váyanse, yo allá les caigo. centro delantero muy bueno. Excelente rema- —No, nosotros vamos a Ixtapa y regresamos tador de cabeza, goleador. por ti, mientras te arreglas. También jugué con Ixtapa, durante un torneo Me fui a jugar con ellos. Entonces jugaba “El septembrino, cuando traía el equipo el doctor Tóbal”, “El Chori”, Felipe Melchor, Chepe Al- Guillén. Porque a Las Juntas lo habían vetado varado… Y me acuerdo que estando en los de jugar ya que en la final del torneo anterior vestidores, al ponerse las medias, a “Tóbal” le habían participado en una bronca jugando temblaban las rodillas. Le pregunté contra El Imperial. Pero yo no había ido a ese encuentro, porque mi papá me había entrete- — ¿Qué te pasa? nido en el trabajo del campo. Mis hermanos y Me contestó — La verdad me da nervios ju- yo nos sentíamos más obligados a ayudarle a gar contra La Colonia Emiliano Zapata. mi papá que a jugar futbol. Nos tenía inculca- do el amor al trabajo. Él era ejidatario. El doc- — ¿Y luego que… qué hacen, o qué? tor Guillén fue a abogar por mí a la liga para —Pues nos van a ganar. que se me permitiera jugar con Ixtapa. Yo no sabía nada de eso. Y un domingo llegó aquí, — ¡Qué nos van a ganar, si vamos a jugar 140 estaba lloviendo. Me gritó ¡Eih, ven! ¿Qué once contra once! Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—Pero ellos son más buenos. Así es que armamos buen cuadro. Pero no fue campeón Ixtapa. — ¡Oh que cabrón, si ya vas rendido antes de entrar al campo! ¡Fíjate mi Tóbal, en mi vida El mejor partido que he visto en toda mi vida nunca he perdido contra La Colonia! fue la final de liga entre los equipos de se- gunda fuerza de La Colonia y El Imperial. Yo —Ah, pero jugando con Las Juntas. estaba emocionado viéndolos, en la gradería — ¡Nos los vamos a chingar, vas a ver! de la Unidad Deportiva. Porque a las cuatro jugaría en el estelar de la primera fuerza en- Y el doctor, que estaba oyendo, me dijo: tre los mismos clubes. No he visto partido — ¿Sabes qué? Dámeles valor a éstos, por- más disputado, ni aún en la Primera División que son muy miedosos. Es más, desde ahora Profesional, ni al Real Madrid ni al Barcelona. tú eres el capitán. Pusieron vida y corazón esa tarde los mucha- chillos. Con un amor y orgullo por la camise- Entonces les hablé, los regañé, les di ánimos. ta, los muchachos disputaron cada segundo Total, nos metimos a la cancha y le ganamos de los noventa minutos del tiempo reglamen- a La Colonia ¡N’ombre, andaban volados! Me tario. Empatados a cero, se fueron a tiempos acuerdo que el doctor nos subió a su camio- extras. Pasó el primer tiempo adicional y ce- neta, nos llevó a bañar al mar y nos dio Se- ros. Casi se acababa el segundo y seguían ven con sal para que nos hidratáramos. Nos empatados. Los muchachos se morían del fue bien, no perdimos ni un partido, pero no cansancio pero no se rendían. En el último quedó campeón Ixtapa. Traían dos refuerzos minuto, al “Marti” de La Colonia le botó cer- de Tecolotlán o de algún lugar de esos. Ade- ca la bola, y como venía la prendió de bolea. más, después la liga admitió que jugaran con El balón fue a incrustarse en un ángulo supe- nosotros Nacho Fletes, “Caloris” y Venegas. rior. Fue un golazo. Es el mejor partido que 141 De la patada...

he visto en mi vida, en la cancha número uno En otra ocasión, en partido de visita con- de la Unidad Deportiva Agustín Flores. tra San Vicente; al “Mocho” Robles, nuestro centro delantero, se le rompió el short de la Otra anécdota. En un partido del Cruz Azul parte frontal. Y ya enfilado al área, dispuesto contra El Imperial, “El Guille” y “El Garabato” a meter gol, no se dio cuenta del accidente. eran defensas centrales del equipo contrario. Con la chanfaina de fuera, ya para un lado, ya Hilario de la O “El Garabato” era un atleta para el otro, seguía driblando a cuanto adver- completo: jugaba basquetbol, fue boxeador y sario se ponía enfrente. Y el mujerío gritando hasta torero. Al final de su vida deportiva, fue ¡Viejo cochino, tápese eso! Y él emocionado, el árbitro estrella de la Liga Regional. En una ni en cuenta. Hasta que el defensa central, jugada me los llevé en velocidad a ambos. Y muerto de la risa, le dijo. “El Mocho”, aver- “El Guille” no halló más recurso para dete- gonzado, casi se arrodilló y estiró la camise- nerme y se lanzó a taclearme. Se me aventó ta hacia abajo cuanto pudo. Una viejita, que de palomita, pues no corría mucho para la estaba viendo el partido desde su casa, al edad que tenía yo. Se me prendió del short otro lado del alambrado, le gritó ¡Eit mucha- y me lo bajó hasta los tobillos. El calzón con cho, venga para coserle el calzón! ¡María trae todo y trusa, pues yo no usaba suspensorios aguja e hilo porque voy a pespuntear! Y ahí todavía. Caímos revolcados. Y el estadio lleno “El Mocho”, pegado al alambrado y la señora ¡Válgame la Virgen! No me la acababa con el del lado de su casa, remendando el trapo. Y griterío. Y todos mis compañeros se le fueron dicen los que oyeron, que al terminar la vieja al “Guille”. Yo me incorporé, levantándome le dijo ¡Vaya, para que ya no ande llamando a short y trusa y calmando a los muchachos, misa tan temprano con ese badajo sin ton ni que ya querían pelear. Eran partidos de mu- son! Mientras, “El Mocho” se metía al partido 142 cha pasión. sin pena alguna y fresco como la mañana. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

La delantera de las juntas la conformábamos Y “El Cantarito”, moqueando sangre, pues era “El Mocho”, Chencho, “Patita” y yo. Chencho a él a quien le había tocado el balonazo, gritó: pateaba muy fuerte con la derecha. Los tiros — ¡Mire don Poncho, mientras tire ese cabrón de castigo los tirábamos él o yo. En una oca- no me le vuelvo a poner enfrente! ¿Por qué sión nos cometieron un faul cerca del área grande. Me preguntó Chencho ¿lo tiras o lo no se pone usted? tiro? Le dije, “no, yo lo meto”. Me dijo, “pues — ¡Mira que cabrón, si por eso te traigo en yo no lo meto pero voy a tumbar un cabrón”. la defensa! Le gustaba tirarle a la barrera. Le gustaba meterle toda la pata. Y aquellos balones de En otro partido, disparó Chencho y le pegó entonces, como de piedra. Era un partido a nuestro compañero “El Mocho”. Lo tumbó. contra el Social, aquí en las Juntas. Don Pon- Se iba levantando cuando la prendo yo y le cho acomodó su barrera. Entonces ¿tiras o pego otra vez, en las nalgas, y lo aviento de tiro? volvió a preguntarme Chencho. ¡Tírale! panza al suelo. Y en vez de hacer por la bola, le dije. Entonces agarró viada como de cinco se lanza sobre de mí ¡Hijo de la chingada, lo pasos y ¡Pum!, le pegó con todo. El balón se hiciste adrede, ya te conozco! Y yo risa y risa, estrelló en un defensa, lo tumbó, rebotó para también la porra. Y él enojado, creyendo de donde yo estaba y… la prendí. Metió la mano veras que lo habíamos hecho a propósito. un defensa y, otro tiro libre. Se armó otra vez Así es el futbol, a veces se enoja uno hasta la barrera. Nos perfilamos otra vez los dos, con sus compañeros. Una vez me pasó con tras el balón. Y dijo Chencho “déjame tirar Rigoberto “El Tomatitos”. Fue durante el pri- de nuevo”. Retrocedió para agarrar viada. En- mer partido que jugué con La Colonia. Jugá- tonces vimos que uno del Social abandonó la bamos él y yo de extremos, y me dieron un barrera. Don Poncho, enojado, le gritó: pase que era para gol, y lo fallé. Entonces se — ¡Ei, tú Cantarito! ¿Por qué te sales? vino Rigo, diciéndome “que la chingada, que 143 De la patada...

esto y lo otro.” Y a mí que no me gusta que — ¡No, mejor que se salga el cabrón! ¡Rigo! me regañen, bueno, ni mi padre. Le dije ¡A ver, ven! —Y lo regañó. No sé si Abel era mayor o menor que Rigo, pero era líder en —Mira “Tomatitos”, por el bien del equipo el equipo. Casi siempre los centrales impo- ahora no te contesto, pero en cuanto salga- nen respeto entre el resto de los jugadores. Y mos te voy a partir tu madre. Verdad de Dios otros compañeros le dijeron: que te la voy a partir.” —Rigo, la verdad es que cuando fallas, nadie Se acabó el partido, me quité el uniforme y se te dice nada, y tú siempre nos regañas—. Y lo entregué a Gonzalo Abel le dijo: — ¿Y ahora qué? —Me preguntó Gonzalo. —Rigo, o te acomodas o te vas del equipo. —No, pues hasta aquí llego. Y ahorita le voy Le dije a Gonzalo — Mejor me voy yo; él ya a partir su madre al “Tomatitos” —. Y Abel, estaba aquí, yo apenas llegué—. Entonces Rigoberto habló: hermano de Rigo, que era defensa central, es- cuchó y me preguntó: —Les ofrezco una disculpa. Les prometo que no volverá a suceder. — ¿A quién le vas a partir la madre? Así se salvó la armonía en La Colonia, duran- —A tu hermano, cabrón. te esa temporada en que salimos campeones. — ¿Pero, por qué? Después de ese incidente, todo caminó de maravilla. Fue buen grupo, se me hacía muy —Porque me mentó la madre, y eso no se lo bonito jugar con ellos. Gonzalo Delgado era aguanto a nadie. No quise pegarle durante el buena persona, muy calmado. partido por no perjudicar al equipo—. Y dijo 144 Abel

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Abel Cruz Verde “Tomates”.

Jugar la pelota en un tostón y que te so- Hoy, pasados los años, al respecto de esta bren cuarenta centavos. familia me queda el recuerdo de una esce- na acaecida a finales de la década de los se- Abel Cruz Verde, líder de una familia de con- tenta. Estábamos mirando un partido tras la notados futbolistas locales, dejó los campos portería sur de la cancha número dos de la de cultivo de Tomatlán para emigrar al her- Unidad Deportiva en Vallarta, el profesor Je- moso y próspero Puerto Vallarta, señorear sús Zúñiga, Andrés Mendoza “El Chivato” y en las canchas del futbol regional y dejar su un servidor. En una jugada, Rigoberto Cruz impronta en la gastronomía de este destino Verde “Tomatitos”, como extremo derecho se turístico internacional. Con eficiencia y don de filtró hasta la línea defensiva del equipo rival. mando, “El Tomates”, como así lo bautizara el Con dos o tres centelleantes movimientos se legendario don Pocho, desde la defensa cen- sacudió a los defensas y anidó el esférico en tral supo imponer autoridad a los delanteros la red. Fue un momento mágico, como lo hi- rivales y conducir a sus compañeros de es- ciera años más tarde el brasileño Ronaldo en cuadra, ya sea jugando en el Social Vallarta, sus mejores tiempos con el Real Madrid. ¡Ay, cabrón! —Exclamó “El Chivato”— ¡Este bato en La Colonia o en el Holiday Inn. Impulsó a te juega la pelota en un tostón y todavía le sus hermanos menores, Rigoberto y Ricardo, sobran cuarenta centavos! hasta hacerlos llegar al futbol de Primera Divi- sión Profesional. Sensible en eso de tejer bue- Pero dejemos que Abel nos cuente su historia: nas relaciones humanas, cultivó la amistad de Nací el primero de marzo de 1948, en Tomat- los grandes del futbol nacional, Alberto Gue- lán, Jalisco. La familia emigró a Puerto Vallar- rra, Guillermo “El Tigre” Sepúlveda, Salvador ta cuando yo tenía trece años. Tuvimos que Reyes, Miguel Mejía Barón, Bora Milutinovic y viajar en avión porque no había otra manera , entre muchos otros. de llegar sino a caballo. Mi padre se llamaba 147 De la patada...

José Cruz Rodríguez. Mi madre, Elpidia Verde y otros. Todavía jugaba don Poncho. Don Al- Araiza, ambos de San Rafael de los Moreno, fonso era extremo y yo jugaba de interior, en Municipio de Tomatlán. Venimos a Vallarta aquellas alineaciones de cinco delanteros. Yo porque escuchábamos que era muy bonito le daba los balones a don Alfonso para que y porque queríamos progresar. Mi padre era buscara meter el gol. Era buena persona y músico y agricultor. Éramos once de familia, servicial. Todo mundo lo quería. Era un per- éramos muchos. Mi padre tenía que trabajar sonaje importante en todos los aspectos. Es- bastante, de noche en el mariachi y de día en timado en Vallarta y la región. Como subde- sus cultivos. Se tomó la decisión de dejar To- legado federal de hacienda ayudaba a mucha matlán y volamos a Puerto Vallarta. Soy el ter- gente. Destacado impulsor del deporte. cero de mis hermanos. Llegué cuando apenas Cuando recién entrenaba con Social Vallarta, había terminado la primaria y ya no quise es- jugaba con zapatos prestados. Llegaba a la tudiar. Quería ser futbolista profesional, pero cancha, a los entrenamientos, y en el parti- no me permitieron. A mi papá no le gustaba do interescuadras don Poncho les decía a los el futbol. A los quince años tuve que trabajar. muchachos que estaban ahí: Desde los tiempos de la escuela primaria ya era bueno para jugar. En Vallarta seguí prac- — ¿Tú, de qué número calzas? ticando mi deporte en “El Campito”, a la orilla —Del seis. del río Cuale, frente al hotel Río. Ahí jugaba con la muchachada de aquellos tiempos. De — ¿Y tú, “Tomates”, de qué número? ahí don Alfonso Díaz Santos me jaló a jugar al —Igual. Social Vallarta, cuando yo tenía catorce años. Jugábamos en la segunda, Palomeque, “Chi- —Ah, muy bien. Tú, préstale los zapatos a lisqui”, “Chandín”, Chava “Mamadas”, Carlos Abel. Luego yo te llamo y a ver cómo le hace- 148 Alfonso Gamboa, “El Semi”, don Poncho, yo mos para que entres a jugar. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Ellos, por el interés de jugar me prestaban Mi padrino Gonzalo Delgado se puso de los zapatos. La palabra de Poncho contaba acuerdo con mi padrino Chico Uribe para fun- mucho. dar La Colonia. Hicieron una reunión en casa de mi padrino Gonzalo, en la que varios ju- En Social Vallarta jugué hasta los dieciocho gadores empezamos a ponernos de acuerdo años, cuando surge la idea de formar un equi- para dejar a nuestros respectivos equipos. po representativo de la colonia Emiliano Za- pata. Nos pusimos de acuerdo varios juga- Gonzalo Delgado y Chico Uribe eran contra- dores que militábamos en el León, el Social tista de obra y trabajaban para los ingenieros Vallarta y el Imperial para tal propósito. Antes Luis Favela Icaza, Guillermo Wulff y Marcial ya se le había ocurrido la idea a mi primo Reséndiz, en la construcción de casas para Ramón Alatorre. Éste tenía un equipo que gringos en Conchas Chinas y Camino Real. jugaba en una canchita ubicada en la parte Al inicio se formó el primer equipo, la pri- oriente de la Isla del Cuale, donde hoy está mera. Después se buscó la forma de armar el Centro Cultural, llamado Verdugos. De ahí reserva y juvenil. Al principio no nos fue tan nace la idea de Ramón de hacer el equipo bien, pero a medida que nos fuimos refor- Colonia. Fue el iniciador de ese nombre. Esta- zando, poco a poco fuimos ascendiendo. En mos hablando aproximadamente de 1966. El esos tiempos los ganones, los fuertes eran primer cuadro de la Colonia estuvo integrado el Social Vallarta y el Imperial. Había otros por: Armado Joya “El Cejas”; Antonio “El Zur- equipos como Las Juntas, equipo tremendo, do”, de Guadalajara; Luis “El Niño” Cervantes, con jugadores de mucho nivel; San Vicente, portero; Abel Cruz Verde; Julio, también de un equipo muy potente a nivel de los mejo- Guadalajara; “El Chomber”; Rigoberto Cruz res, a tal grado que cuando los visitábamos, Verde; Javier Joya; El “Chino” y “El Jau Meny”, casi siempre nos derrotaban. Era un equipo de Guadalajara ambos, y “El Cacayo”. que se preocupaba por reforzarse con gen- 149 De la patada...

te de Puebla y otras partes, jugadores de ni- “El Dumbo” y Salvador Macedo. Su uniforme vel, profesionales. Me pareció escuchar de un era guinda. profesor, Zavala o algo así, que le dio gran Algunos refuerzos para La Colonia fueron traí- impulso al futbol en San Vicente. Era un ejido dos de Tachaluta, pueblo cercano a Guadala- con potencia económica para traer jugadores jara; “El Cariño” Téllez se trajo a su hermano buenos: “El Lobo”, “El Oso”, varios... era un del D.F. Con el tiempo algunos jugadores pio- animalero. neros de La Colonia desaparecimos de sus “El Chino”, Julio y Antonio “El Zurdo”, juga- filas y se renovó el equipo. Yo me fui al hotel dores que trajo mi padrino Gonzalo, pudieron Delfín, a trabajar como Chef. Me nombraron secretario de deportes de la CTM y formé el fácilmente ser jugadores profesionales. Ellos equipo Delfín CTM, que resultó muy bueno. jugaban en Guadalajara en una categoría im- Fuimos campeones. Armando García tenía el portante, nada más que se dedicaban a su equipo de la segunda y yo el de la primera. trabajo y no tenían tiempo para más. Mi pa- Armando traía varios jugadores de Ixtapa, al drino Gonzalo, por medio de sus amistades, “Palillo”, a Manuel Savalza y otros. En esos los buscó y se los trajo a trabajar con él, como tiempos surgieron otros equipos importantes albañiles. como el Motorautos, con jugadores del impe- El León, equipo del Club de Leones, era un rial, entre ellos Nicolás Curiel y sus hermanos. equipo muy fuerte, lástima que se desintegró. Ellos también formaron parte de La Cinco de Era un equipo económicamente poderoso, lo Diciembre, en la Liga Municipal. apoyaba la crema y nata de Puerto Vallarta. Cuando tenía catorce años jugaba como inte- Algunos de sus jugadores que recuerdo eran rior, en la segunda del Social. Al año siguien- Germán Gómez, Ángel “El Espátula”, Cheví, te, don Alfonso me ascendió a la primera, 150 Adán “El Memín” Mantecón, “El Jau Meny”, con Ludgerio López, en la portería y Fausto Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Gómez de suplente. Como defensas Miguel to Vallarta de aquella época. Quise aprender Meza, Eduardo Meza y Carlos González. En la rápido, aprendí lo que era desayunos. Pron- media estaban Evaristo, Rodolfo “Tepo” Gon- to sacaba cien o ciento cincuenta desayunos zález, Óscar “El Colitas” y “El Viejo”. Adelante con un ayudante. Después me fui a la cocina estaban “Cananduy”, Rigoberto Cruz Verde, caliente, donde aprendí a hacer cremas, so- “El Popo” Gómez y Luis Villaseñor. Era un pas, flanes… De ahí me fui a los postres y equipazo, fuimos campeones en el 65. aprendí todo lo que es la pastelería. Después quise aprender inglés y francés y me fui frente “Popo” Gómez era goleador, de los mejores a los clientes, a las mesas. Me quedé ahí y no delanteros para cabecear. También “El Pispis” regresé a la cocina. de San Vicente. Nicolás Curiel, del Imperial, era de lo mejor, casi todos los balones que le De Las Glorias regresé al hotel Delfín. Tra- mandaban por arriba los metía. Era un gran bajé ahí como mesero junto a Rafael Yerena. centro delantero. Benjamín López fue de los Era yo muy conocido del dueño, don Máximo primeros que jugaron en La Colonia. Cornejo. Él me invitó a trabajar al Delfín. En el delfín duré ocho años. Me tocó atender a Ro- Siempre trabajé en la gastronomía, desde los nald Reagan cuando su encuentro en Vallarta quince años. Empecé en el hotel Tropicana, con Gustavo Díaz Ordaz. Quienes los aten- con don Máximo Cornejo, como ayudante de dieron fueron mi hermano Jesús Cruz Verde cocina. Después se abrió un hotel nuevo que y Rafael Yerena, en su mesa de honor. Vino se llamaba Bungalows Las Glorias y me fui tanta gente importante que ni siquiera pudo como sub-chef. El Chef se fue a los dos meses entrar el presidente municipal de Puerto Va- y yo me quedé en su lugar. Me ascendieron llarta al comedor. Con varios días de antela- a los dos meses. Tuve en Tropicana un Chef ción nos avisaron de este evento. Nos prepa- alemán, otro español y dos mexicanos. Muy raron. Realizamos simulacros. No podíamos buenos cocineros, de los mejores del Puer- hablar. El meitre era el único, Pepe Muñoz, 151 De la patada...

el capitán general en el evento. Duró como En el Delfín permanecí ocho años y luego dos horas aquello. Mucha seguridad. El hotel emigré al Holiday Inn. Tenía amigos allá que atendió exclusivamente el evento. No hubo me invitaban a trabajar. Pero yo tenía mi equi- otros clientes ni huéspedes. Los guardias y po de futbol en el Delfín y estaba a gusto ahí. detectives, de traje, pero no dentro del come- Entonces los amigos del Holiday me dijeron dor. Los soldados acordonaron el hotel desde que tenía que emigrar y emigré. Me ofrecie- dos cuadras a la redonda. Un evento interna- ron mejores condiciones de trabajo. El hotel Delfín estaba perdiendo fuerza. El Holiday cional que difícilmente se repetirá aquí. Todo era un hotel de más prestigio y nuevo. Tuve salió perfecto. Nos felicitaron. El hotel se hizo que partir. Al llegar, empecé a jalar jugado- famoso. A don Máximo Cornejo no lo dejaban res a trabajar y formar un equipazo de futbol. entrar. Al final alguien abogó por él y pudo Llegué como mesero. Al gerente de alimentos entrar, pero a un lado de la barra, parado. y bebidas le gustaba mucho el futbol. Tenía Lo detuvieron los detectives americanos. Le como 32 años. A los buenos jugadores les preguntaron ¿Quién es usted? Alguien abo- dábamos trabajo a cambio de que jugaran gó por él: “Sí, es el dueño del hotel”. “Bue- con nosotros. A los que no trabajaban ahí, no pase, pero hasta ahí”. Don Máximo estuvo nunca les pagamos. Les regalábamos desayu- mirando desde un rincón. Ahí se tomó dos nos, comidas y cenas, incluyendo a sus novias tequilas. Pero él feliz de la vida porque esta- o esposas. ban los presidentes de México y Estados Uni- Al equipo del Holiday me jalé a Hugo Torres, dos en su hotel. Don Máximo era muy amigo a Paco Fisher, al “Carca”, que era portero de del gobernador Medina Ascencio, pero ni así la Colonia; a Carlos “El Quilili”; a Óscar Pon- pudo entrar más allá. Del presidente muni- ce; a Ricardo mi hermano, de catorce años; cipal se supo que llegó, pero no lo dejaron a Eduardo Coronado “El Aguado”, de Jarre- 152 entrar. taderas; a Raúl Bucerías; a “Guello” Torres; a Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Rigoberto Cruz Verde; a “El Varo”; al “Gallo”; Albrecht, que entonces era jugador del Atlas. al “Pollo”, al “Dumbo” y al “Siete Macedo”. Él era amigo del Sheraton Guadalajara, entre- Era un cuadrazo. Dentro de la liga hotelera. naba a su equipo. Además también era amigo mío. Me preguntaron que si podía jugar él. Yo Sobre la Liga Hotelera, “El Chino” Guzmán ha- bló conmigo. Me dijo, — hay que aprovechar les dije que sí. Se reforzaron muy bien ellos. que soy regidor. Estoy pensando en organizar Yo también me reforzaba con otros jugadores una liga hotelera. de Vallarta, como Pedro Bucerías y Juan Rin- cón. Les gané ese torneo. A Rafael Albrecht Se platicó con gente que trabajaba para los lo conocí cuando trabajaba yo en el Holiday. hoteles y así nació esa liga. Todo mundo Los trabajadores de ese hotel podíamos ir a buscó la manera de dar trabajo a jugadores. otros lugares donde hubiera hoteles de esa Empezó con fuerza. Se jugaba entre semana. cadena y hospedarnos sin pagar nada. En el Holiday, Delfín, Camino Real, Posada Vallar- Holiday Inn de Guadalajara conocí a Rafael. ta... Después entraron equipos que no repre- Yo era amigo de varios jugadores profesiona- sentaban hoteles pero se les admitió. Llegué les de esa época y se dio una relación boni- a campeonar en esa liga con el Holiday Inn. ta. Tuve amistad con muchos. A Miguel Mejía Del Holiday me fui al Sheraton. Pepe Rascón Barón, Mario Trejo y los conocí y Luis Martínez, gerente de alimentos y be- en Guadalajara. Me hice amigo de Mejía Ba- bidas y asistente, respectivamente, me jala- rón por medio de Rafael Albrecht. Una vez ron por interés de formar un buen equipo de estaba hospedado yo en Holiday Inn Guada- futbol. Me apoyaron mucho, porque Sheraton lajara y coincidió que ese fin de semana vino Puerto Vallarta participaba en torneos nacio- a jugar Pumas contra la UDG. Traían aquel nales de la marca y llegamos a ganar. Al She- trabuco con Hugo Sánchez, Manuel Negre- raton Guadalajara le ganamos dos partidos y te, Chucho Ramírez… Yo pasaba cerca de la la copa, aunque trajera en sus filas a Rafael alberca cuando alguien me gritó ¡Abel! Y le 153 De la patada...

dije a mi esposa “vete con los niños, voy a cierto número de personas de pantalón largo ver quién me habla”. Eran puros greñudos. En entraban a la cancha. — Acompañarás en el ese tiempo era la moda. Yo también usaba el palco a Mejía Barón—. Me tocó ver el partido corte de pelo a la afro. Me acerqué y vi que al lado de Miguel. Ganó la UDG 3 a 1. Los era Rafael Albrecht. Me senté con él. Me pre- Leones Negros traían aquel cuadro de lujo sentó a Mejía Barón, a Mario Velarde, a Trejo, con Nené, Eusebio, Vikingo Dávalos… Des- a Bora. Me hice amigo de Bora también. Al pués del partido, Bora me impresionó por la final de la plática me preguntó Albrecht ¿Vas manera en que animaba a sus jugadores: — a ir a ver el partido de UDG contra Pumas? Vamos, vamos, arriba cabezas, hemos perdi- Le contesté que sí. Mejía Barón venía como do una batalla pero no la guerra; nos vamos gerente del equipo y Mario Trejo como mé- a reponer—. Desde entonces fueron mis ami- dico. Bora me preguntó que si iba a llevar a gos, Bora, Mejía Barón. Mario Trejo me procu- mi familia. Le contesté que iría solo, porque raba cuando venía a Vallarta. También Mejía mis hijos estaban chicos y hacía frío. Bora le Barón. Había una amistad bonita. dijo a Albrecht que no me diera boletos, que mejor viajara yo con ellos, en el autobús que La gastronomía en los hoteles me dio la opor- los llevaría al estadio. Me citaron a las siete, tunidad de conocer a mucha gente, no sólo en el loby. Me fui en un asiento de adelan- del medio futbolístico. Conocí a un licencia- te, acompañando a Mario Velarde, secretario do, Sócrates, que trabajaba para “El Negro” técnico de Bora. Llegamos al estadio, a los Durazo. Me invitaba a trabajar a la ciudad de vestidores. Empezaron las pláticas, los masa- México. Me decía — vente conmigo, allá vas jes… y me dijo Mario Velarde — Abel, no te a ganar mucho dinero ¿Aquí cuantos ganas? metas con nosotros a la cancha, porque te No, no, te voy a dar un puesto muy importan- van a preguntar quién eres, van a decir que te en México. Te quiero dar una buena opor- 154 somos muchos—. En ese tiempo nada más tunidad—. Pero nunca quise ir. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

También me hice muy amigo de una persona liar haciendo la bola ésa, dile que se aleje, que era secretario del gobernador Francisco porque viene el ejército y los van a quitar a Medina Ascencio, El licenciado Molina. Era el la fuerza. contacto entre Máximo Cornejo y el goberna- dor. Era tan sencillo él. Una vez, cuando el A los días llegó el ejército, hicieron lo que problema de “No lo queremos” y que él era hicieron y se acabó el problema. alto funcionario del IFE, me dijo: En otra ocasión, el mismo Molina llegó a mi —Abel, vamos a ir a Puerto Vallarta —. Lle- casa, en un Maverick nuevecito. Esos coches gó con varios pistoleros al Delfín. Me pregun- estaban de moda. tó — ¿Por qué no tomas unos tres días para que nos acompañes? Rentamos una lancha y — ¡Abel! — Me gritó. Salí y lo pasé a tomar nos vamos a las Ánimas todos los días. Y en un café. la noche, si quieres salir con nosotros, nos vamos a la ciudad. Queremos ver cómo está — ¿Qué anda haciendo, licenciado? la situación política en Vallarta. Por qué los —Quiero que me acompañes al aeropuerto. puentes bloqueados por los manifestantes. En el Parque Hidalgo no se puede pasar. Dentro de unos minutos llega López Portillo, con el Secretario de Defensa. Nos fuimos los tres días a Las Ánimas, y ellos veían la ciudad por las noches. Pasados los —Sí, cómo no. tres días, me dijo: —Me acompañas, trato mi asunto y nos va- —Ya nos vamos, Abel; vamos a mandar al mos a los mariscos. ejército, van a venir diez mil soldados, van a llegar al estadio y van a caer de sorpresa En el aeropuerto habló con López Portillo y aquí. Si tienes algún conocido o algún fami- su comitiva. Fue rápido. Vino conmigo y dijo: 155 De la patada...

—Vámonos al Posada Vallarta, ahí va a ser la eso. Se dedicó a jugar aquí. Cuando ya tenía comida. Lo esperé afuera, no quise entrar. A veinte años, le dije — Ya te puedes ir, ya eres los quince minutos regresó. mayor de edad. Aunque mi padre no quiera, — ¿Qué pasó? Le pregunté. te puedes ir—. Y se fue. Yo lo apoyé econó- micamente. Fue con Sepúlveda, a su tienda —Me voy de Secretario de Turismo a Acapulco. de deportes. Sepúlveda lo llevó al club Gua- De ese tipo de cosas me pasaron. dalajara. Rigoberto empezó luego a jugar en Tercera División, en Zapopan. Traía el equi- Cuando a mi hermano Rigoberto le empecé po Villegas. Llegando y de titular. También lo a notar sus potencialidades para jugar en el invitaban los veteranos del “Campeonísimo” futbol profesional, lo llevé a Guadalajara, al a sus partidos amistosos. Ahí jugaba con el Atlas. Él tenía catorce años y conocía a Felipe “Tubo” Gómez, con Sepúlveda, Villegas… Zetter, el dueño de las marcas de ropa Meda- con todos ellos, pero como delantero. Metía lla y Mariscal. Lo había conocido por medio de Alejandro Meza, su patrón en la tienda La muchos goles. Cuando llega al equipo de la Surtidora. Mi hermano era el brazo derecho Tercera División, Villegas lo vio con mucha de Alejandro. Conocía bien al “Tigre” Sepúl- clase y técnica y lo empezó a usar de central. veda y a Felipe Zetter, proveedores de Ale- Dio resultados. En una ocasión Sepúlveda lo jandro. Fui al Atlas y Felipe, que era directivo, vio jugando de defensa central y le dijo al y lo vio. Me dijo —Déjamelo, lo meto a tra- “Jamaicón”: bajar conmigo, le voy a pagar 30 pesos dia- —Oye, compadre, ¿por qué traes al “Vallarta” rios y lo llevo y traigo a los entrenamientos, de central, si es delantero? mientras se enseña a tomar el camión—. Nos venimos a Vallarta, a pedirle permiso a mi pa- —Ahí me sirve, compadre. El muchacho tiene 156 dre, pero no quiso. Mi hermano se olvidó de mucha técnica y sale con balón dominado. Me Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

da más resultado que los cabrones que tengo amistoso que jugaron contra la primera del aquí. Por eso lo traigo en la defensa. Atlas, en el Tres de Marzo, que ganaron con —No compadre, él es delantero. Acuérdate un gol de mi hermano, Carbonel lo fracturó. que juega con nosotros, mete muchos goles. En una jugada se llevó a varios y metió el gol. Quiso hacerlo de nuevo y no vio a Carbonel —No, no compadre, lo quiero ahí. que le llegó por atrás y hasta lo levantó. Lo —Ah, pos chinga tu madre, compadre—, tro- fracturó y se vino dos o tres meses con mule- nó el “Tigre” contra Villegas. — ¡Vámonos! tas a Vallarta. Cuando regresó a Guadalajara, —Le dijo a Rigo. Y se lo llevó al Cuate Villase- le dijeron que tenía que empezar otra vez en ñor, que era técnico de la segunda de Tecos. Jaguares. En eso, Diego Malta se fue a Tepic, —Compadre, así y así ¿Te lo dejo? o no sé a dónde. Se quedó Magdaleno Mer- cado como técnico de Jaguares. No le cayó —Sí, déjamelo. Magdaleno a mi hermano, y se agüitó porque En ese tiempo, sube a Primera División Tecos se fue otra vez a la segunda. Se enojó y se y forman el equipo de Jaguares de Colima. vino. Ahí se acabó su sueño de jugar futbol Diego Malta era el técnico, e hizo titular inme- profesional. diatamente a mi hermano. Ahí jugó. Cuando terminó el campeonato y le ven un alto nivel, Don Alfonso Díaz Santos nos puso el apo- mi hermano se va a la Primera División, con do de “Los Tomatitos”. Él Había visto jugar a Tecos. Empieza a jugar partidos amistosos Ramón, mi hermano mayor, en Tomatlán. Ra- en pretemporada. A los dos o tres meses iba món Jugaba en un equipo de Tomatlán, no a debutar en Primera. En ese tiempo estaba en la primera, en otro nivel más bajo. Don Gamboa como extremo y mi hermano iba a Poncho le preguntó ¿Oye, por qué no te vas jugar por el otro extremo. Pero en un partido a Vallarta? 157 De la patada...

Pasó el tiempo y cuando la familia planeaba de avanzada y se lo llevaban los compañeros. venirse a Vallarta, mi hermano Ramón ya es- Era muy conocido. ¡Ricardo, vamos a ir a jugar taba en el puerto, hacía uno o dos años antes. a San Vicente, vente! Y lo subían a la camio- Don Alfonso luego lo registró en el Social. Le neta. Lo llevaban, andaba por todas partes consiguió trabajo con don Máximo Cornejo, el chiquillo. Mi papá no decía nada, ya se ha- en el hotel Tropicana. Don Poncho lo bautizó bía ablandado, y lo quería mucho. Cuando mi como “Tomatlán”. Cuando Llegué yo y tam- hermano estaba en la primaria, en la “20 de bién me jala al Social, me pone “Tomates”, Noviembre”, don Poncho hizo un equipo de para diferenciarnos. Después, Rigo crece y chiquillos de ocho o diez años. Una vez fui se lo jala del Campito, y le puso “Tomatitos”. a verlos, a ver jugar a mi hermano. ¡Nombre! Posteriormente a mi hermano Ricardo le puso Quedé impresionado de cómo corría. No lo “Tomatitos Chiquito”. Pero la gente después conocía jugando. Él jugaba en el barrio, en la no sabía ni que… pues los tomates y los to- playa. Yo escuchaba que era bueno; pero ese mates. Se les hizo más fácil decir “Tomatitos”, día, que se me ocurre ir a verlo. Jugaba en a cualquiera de nosotros, hasta a los que no la media cancha, les gritaba a todos, los mo- jugaban futbol. Así nos conoce la gente, o vía. Sentía la pasión. Creció y a los trece años por Cruz Verde, nuestros apellidos. ya jugaba en la Liga Hotelera. “El Tachaluta” Mi hermano Ricardo, el menor de la familia, es formó un equipo del hotel Delfín y ahí traía otra historia. Desde los cuatro años de edad a mi hermano Ricardo, puros del barrio Olas lo traía para todas partes cuando yo iba a ju- Altas. Y de repente que lo veo jugar en la liga gar futbol. Se acostumbró al trajín del futbol hotelera. Yo ya estaba casado y no sabía mu- desde chiquillo de tal manera que, a veces cho de él. Y un día nos tocó jugar contra esos que mi equipo tenía que salir a jugar a San chiquillos. Bueno pues le dio un baile a mi Vicente, a Las Juntas o a otros pueblos, y yo hermano Rigoberto y al “Siete” Macedo. Nos 158 estaba trabajando, mi hermanito quería irse metió tres goles. ¡Nombre! Yo quedé asusta- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

do. A “La Muñeca” lo bailó gacho, y la “Muñe” qué, este muchachito se queda aquí, trae mu- era bueno, era un defensa recio. Entonces le cho gas ¿Qué estudia él? dije — ¿Sabes qué Ricardo? Te voy a jalar al —Preparatoria. Holiday Inn a jugar conmigo. —Déjenlo, nosotros nos hacemos cargo de —No, no. Quiero seguir jugando en mi barrio, con mis amigos. él. —No, te vas a venir conmigo. Lo mismo que Se quedó y luego le dieron casa, le dieron co- Rigo, tú también—. Es que Rigo era muy plei- mida, lo metieron en una escuela de paga. Le tero y yo me metía a defenderlo a cada rato. vieron futuro. Nos olvidamos de él. Por eso a Nadie quería jugar en contra de él porque era temprana edad le valió madre todo. el que armaba los pleitos. Y yo era más pe- A los 19 años lo debutó en el leonero, más hecho a la chinga. Entonces me primer equipo de Chivas. Como yo era muy lo llevé a jugar conmigo. Siempre me obe- amigo de Alberto Guerra, entonces técnico decieron, toda mi familia, porque yo era el de Chivas, en una ocasión me llamó Ricardo tercero y estaba más cerca de mis hermanos. por teléfono: Me llevé Ricardo al Holiday Inn a los cator- ce años. A los quince años, ya que terminó —Oye, vino el suegro de Hugo Sánchez, “El la secundaria, lo mandé a Guadalajara. Fue Pescado Portugal”, a platicar conmigo. Me a Tecos, pero no le gustó. Entonces le dije a quiere para la selección sub-veinte. Para ju- Rigo — llévalo a Chivas —. Rigo conocía muy gar el mundial en Australia. Y ¿qué crees? Tu bien a Chuco Ponce, porqué había entrenado pinche amigo no me dejó. con él y con Tomás Balcázar. —Déjame platicar con Alberto, a ver a qué se —Déjame al muchachito aquí—, dijo El Chu- debe esto. Tú tranquilo, no te aceleres—. En- co—, a ver qué. Al mes, nos dijo — Saben tonces le hablé a Alberto, a su celular. Le dije: 159 De la patada...

—Alberto ¿Cómo estás? — ¡Cómo! — ¿Qué pasó Abel, cómo está Vallarta? —Sí ¿Qué preferirías, ir a Australia o debutar con Chivas en Primera? —Platícame cómo va mi hermano, por favor. — ¡No, pues con Chivas! —Qué crees, Abel. Vino el suegro de Hugo Sánchez queriendo llevárselo para selección —Bueno. Síguele como si nada. Échale ganas. que va a jugar en Australia. Al campeonato Que no sospeche que ya te dije. Échale ganas mundial. No quise prestárselo ¿Cómo ves? a los entrenamientos. Sé amable. Que no sos- peche que te hablé. —Bueno. Tú sabes lo que haces, Alberto. Y sí, a los quince días lo debutó. Jugó en el —Es que dentro de quince días lo voy a de- primer equipo contra Atletas Campesinos, en butar en Primera División ¿Crees que se los Querétaro. Y metió un gol. Lo vi por televi- iba a soltar? sión. Cada vez que lo metían, hacía gol. Se —Bien, amigo. Te agradezco que lo vayas a hizo popular. Jugaba extremo derecho, pero debutar. Qué bueno que no lo dejaste ir. le pegaba con ambas piernas. Podía jugar por ambas bandas. En ese tiempo el titular ex- —No le vayas a decir. Quiero que sea una tremo derecho era el “Concho” Rodríguez. El sorpresa para él. extremo izquierdo era el “Cadáver” Valdez, —No, de ninguna manera. el centro delantero era “El Yayo de la Torre”. También jugaban Néstor de la Torre y el “Pi- Pero, durante la noche le llamé a Ricardo. Le dije: llo” Dávalos. En la media jugaba Javier Agui- —¿Sabes qué? Tranquilo. Ya hablé con Al- rre, Benjamín Galindo, Arellano y el Chepo de berto Guerra. Me dijo que no te dejó ir por- la Torre. En la defensa Sergio Lugo, Deme- 160 que te va a debutar dentro de quince días. trio Madero, , el “Pelón” Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Gutiérrez, el Wendy Mendizábal. Con ellos con marcador uno a cero. Ganarle a Chivas alternaba. en aquel tiempo era un lujo. De pronto mi hermano sintió un jalón muscular y pidió su Estuvo como tres años. Le tocó cuando Chi- cambio. El Gallo Jáuregui, técnico del equipo, vas fue campeón en 1986-87. le negó el cambio, le dijo ¡Ni madres, cabrón, Y sucedió que Alberto Guerra se fue de Chi- ahí quédate! vas, porque le ofrecieron un contrato millo- —Es que ya no puedo—, le dijo Ricardo. nario en la UDG. Ricardo se quedó ahí. Hubo cambio de técnico. Lo pide prestado El Corre- Al fin lo sacó, pero al terminar el partido caminos. Se va. Ricardo como que no estaba le dijo — Pues cómo no ibas a querer salir, muy conforme, aunque le pagaban el triple estabas jugando contra tus Chivas ¿verdad que en Chivas. Sergio Orduña venía de Tigres, cabrón? había hecho pareja con Tomás Boy. Llegó Ricardo enojado, le gritó ¡Ah, chinga tu madre! también a Correcaminos. Él y Ricardo vivían en la misma casa. Durante una noche un ra- Y Sergio Orduña le dijo ¡Cálmate cabrón, es tero se metió y se robó el carro de Ricardo. A tu técnico! Ricardo le valió madre el asunto. Le pregunté — ¡Ah, que chingue a su madre! — ¿Lo tenías asegurado? A mí después me platicó Jorge Orduña. Así —No. Mañana voy a comprar otro. pasó. Se acabó el campeonato y Ricardo se tuvo Al día siguiente compró un Cougar nuevecito. que regresar a Chivas. Don Jesús Bracamon- Costaban cien mil pesos, un carrazo. Así era él. tes se lo quiso llevar al Tapatío. Alberto Gue- Durante un partido de copa jugaron de loca- rra se dio cuenta y le dijo a Ricardo —Ni ma- les contra Chivas. Iba ganando Correcaminos dres, dile que no te vas, allá te van a golpear. 161 De la patada...

Dile a Bracamontes que yo no quiero, que me Celaya, en el Tepatitlán y otros equipos de lo diga a mí —. Total que se enojó Bracamon- Primera A. Ahí terminó su carrera. tes con Ricardo. Se quedó ese resentimiento. En una ocasión los organizadores de la Selec- Cuando Alberto Guerra sale de Chivas, a Bra- ción Vallarta invitaron al Guadalajara a sos- camontes le dan el primer equipo. Deja fuera tener un partido amistoso. Los traía Alberto de sus planes a Ricardo. Luego trajeron a La- Guerra y acaban de ser campeones del 86- volpe, y yo creo que dejaron mal recomenda- 87. Vinieron a descansar, después de la pre- do a mi hermano. Entonces lo pidió prestado temporada. Se les invitó a jugar contra una El Irapuato. Troche lo pidió. Se va al Irapuato, selección de Vallarta. No vinieron Benjamín aunque en desacuerdo. En Irapuato cambian Galindo, “Chepo” ni “Yayo” de la Torre por- de técnico y llega un argentino, Pupo. En un que estaban concentrados con la Selección entrenamiento se pelean de palabra Ricardo y Mexicana. Se hospedaron en Sheraton. Ese el argentino Spíndola. Pilar Reyes, el portero partido, en el que jugué, lo ganó Vallarta 2 del equipo, era muy amigo de Ricardo. Se me- a 1, con dos goles de Rodolfo “Popo” Ma- tió a defenderlo. Pilar y Spíndola se pelearon cedo, hermano del “Siete”; ante un estadio y el portero dejó tirado en la cancha al ar- de Vallarta hasta el tope. En carrera se lle- gentino. Castigaron a los dos mandándolos a vó a Demetrio Madero y a Díaz. Después, en la segunda A. Pilar obedeció pero Ricardo no el Sheraton, Alberto Guerra platicó conmigo, se quiso ir. Ahí se le acabó. Lo liquidaron. Se me preguntó: quedó a vivir en Irapuato. Se hizo una novia — ¿Eres amigo del portero del combinado ahí, una amiga que le empezó a dar chanza Vallarta? y le dijo que se había embarazado. Mentiras. Y se casó. Ahí se quedó a vivir. Compró taxis —Sí, juega conmigo en el Holiday Inn—, le 162 y algunos permisos. Anduvo jugando en el respondí. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—Mándamelo, lo quiero allá en Guadalaja- ra—, me pidió Guerra. Y es que “El Pingüis” le había tapado todos los balonazos a mi hermano Ricardo. Casi de adentro los sacaba. Busqué al “Pingüis”. Le dije: —Alberto te quiere en Chivas. Le gustó cómo juegas. ¿Qué piensas? Porque le tengo que resolver—. Y me contestó: —No. Por ahora no puedo ir, porque me voy a casar. Dejó pasar la oportunidad. A los días supimos que se habían lastimado los dos porteros del Guadalajara, el Zuly Ledezma y Celestino Mo- rales. Ahí hubiera entrado “El Pingüis”. Dicen que a la oportunidad la pintan calva.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Esteban “Chori” Tovar Tapia.

Sobrevivíamos recolectando las semillas historia de vida, relacionada con el deporte del capomo, repepenando maíz y frijol en de sus amores: las parcelas, luego de levantadas las co- Nací en Ixtapa el 26 de diciembre de 1947. sechas, y quebrando coquitos de aceite. Mis padres fueron Salvador Tovar Ramos y Austero, sencillo y de trato amable, Esteban Santos Tapia Casillas. Desde los seis años “El Chori” Tovar, es el actual trabajador de fui huérfano de padre y desde entonces mi mantenimiento en la cancha ejidal de futbol madre todo el tiempo trabajaba para man- de Ixtapa. En su carrera futbolística se alzó tenernos. Yo, sin rienda, fui un chiquillo muy desde los primeros balonazos de su infancia, vago, travieso y andariego. Vivíamos al am- en la cancha de El Llano de su natal Ixtapa, paro de un tío, hermano de mi mamá. Fue una niñez pobre y sufrida, con poco para so- hasta la cima de la Sub- delegación de árbi- brevivir. Sobrevivíamos recolectando semillas tros profesionales de Baja California. En esta del capomo, repepenando maíz y frijol en las instancia actuó como árbitro auxiliar por diez parcelas, luego de levantadas las cosechas, y años y logró ser designado como el mejor ár- quebrando coquitos de aceite. Le hice a todo bitro central en el torneo nacional del futbol en mi infancia: juntaba y quebraba coquito de amateur “La Copa Benito Juárez”, en su edi- aceite, recolectaba nancis… Trabajando con ción 1988. Con preparación escolarizada tan José Merced “El Prieto Medina” fui paletero, sólo de primaria pero con serena fortaleza, panadero, mesero, cantinero, cartero… ¿Qué pues en él no caló el dicho que dice “infancia no fui yo con “El Prieto” Medina? Él era todo es destino”, aún a pesar de su condición de aquí en el rancho. Estoy hablando de princi- huérfano temprano y de una existencia preca- pios de la década de los sesenta. Su casa era ria en la niñez, las circunstancias no le arre- tienda de abarrotes, agencia de correos, pa- bataron la alegría y el gusto por la vida. Con letería, cantina, panadería… Sus panaderos el mayor de los agrados, acepta confiarnos su eran primero José Vega y después “El Japo”. 165 De la patada...

Tenía también una desgranadora de maíz, en al “Güero” Llamas, paletero también. Juntába- la que trabajé posteriormente, cuando yo te- mos el coco en el Llanito, en los alrededores nía como 18 años. Mis compañeros desgrana- del arroyo El Zarco y en la guinea de Pepo. dores fueron “El Canillas”, Ramón Barrón, “El Lo poníamos a secar y seco lo quebrábamos Rollo” Joya, Marcelino Cruz y otros. El chofer para vender la almendra a don Agustín Gó- y mecánico era Miguel Guzmán “Punzón”. En mez, que vivía en La Colonia y hacía jabón de un tiempo manejó la desgranadora el mismo aceite de coco. “Prieto” Medina. Estuve con él desde que yo El futbol siempre me gustó. Vivíamos al pie tenía diez años. Recuerdo que me mandaba del llano donde estaba la cancha. Ahí veía ju- a la plaza, pues tenía unos patines de renta gar a Chema Chávez, Tiburcio Díaz, Bernabé y yo se los administraba, los rentaba a cinco Cruz, a los maestros Francisco Javier Montes, centavos. A la vez, traía a sus dos nietos a pa- Jesús Figueroa, Gustavo Gil y Pedro Gonzá- sear. Estuve mucho tiempo porque mi mamá lez Camacho. De los poquitos aficionados de también con él trabajaba. Salía de la escuela aquellos tiempos, me acuerdo de “Dido”. Él y me iba a despachar paletas o a entregar siempre iba a los partidos. el pan. También la hacía de cartero. Cobraba cinco centavos por cada carta que entrega- Después entró otra generación: Toño y Raúl ba. Con eso me ayudaba para mis gastos en Vega; Daniel y Eligio Figueroa, hijos de don la escuela. En la temporada de nancis, a las Cornelio; Pancho y Martín Joya; Betín Contre- cinco de la mañana nos íbamos Ramón “El ras, que era el portero. Después de éste fue Baboxo” y yo a juntar el fruto hasta los llanos cuando entramos a la portería Felipe Melchor de San Nicolás. Llevábamos cubetas. Los ven- y yo. También Dagoberto Gómez pertenece a díamos al “Prieto” Medina o a Filiberto Rodrí- la tercera generación. Entonces, los jugado- guez, pues tenían paletería. Cuando me so- res se contaban con los dedos de la mano: 166 braban, me iba a Las Juntas para vendérselos Eduardo Chávez, Manuel Savalza, Cristóbal Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Meza, Pedro Meza, un servidor, Luis Ávalos, nos las llevaba a los potreros de San José. Martín “El Sapo” Melchor, Clodoaldo Rosales, La comida de todo el día, desayuno, comida Martín Topete, Chepe Alvarado, Pablo Caste- y cena. Le entrábamos a los tacos de frijoles llón “Marrasca”… aunque éramos más malos que era un contento. Como a las nueve o diez que hablar de la gente. Después vino Manuel de la mañana parábamos para desayunar. Maldonado, de Ocotlán. Para entonces llevábamos como cien sacos de maíz desgranados. Con el tiempo le pres- Cuando empecé a jugar no recuerdo cómo taron una casona a Luis Rodríguez para que me hice de zapatos, si apenas teníamos para en ella pasáramos la noche. Yo, como tenía comer. En ese tiempo trabajaba con Luís Ro- novia, me venía caminando a Ixtapa, después dríguez, en la desgranadora. Los domingos de trabajar, me bañaba en el rio de El Guaya- en la tarde nos íbamos a San José. Había tan- bo y quedaba al cien para echar el pegue. Me to maíz que cuando llegabas a las parcelas regresaba como a las once de la noche, a pie hasta calentura te daba de ver los montones por el callejón, con el chistar de las lechuzas enormes de mazorcas de maíz. Cuando nos y el atravesarse de los pájaros tapacaminos. decían “vamos a ir con Luis Godínez…” ¡Ave María Purísima! Cientos de sacos le desgraná- En la desgranadora trabajábamos dos costa- bamos a esa gente. Nos íbamos a San José y leros, los que capeaban el maíz desgranado. allá permanecíamos toda la semana. Ahí, bajo Seis petaqueros y el olotero. Éste capeaba los unos viejos tamarindos, cerca de la iglesia, ha- olotes y los iba amontonado a un lado, re- cíamos nuestro campamento. Ahí pasábamos tirado de la máquina. Además del operador la noche, al aire libre, al amparo tan sólo del de la máquina. Llenábamos y acomodábamos follaje. A las seis de la mañana ya andábamos los costales. Los dueños del maíz se encarga- en la refriega. Don Berna Meza nos llevaba ban de coser las bocas de los costales. Des- los lonches. Por las mañanas, las mujeres le pués, Geño “El Gallo” también tuvo desgra- llevaban las talegas a Berna y él, a caballo, nadora. También, Mamerto, que la accionaba 167 De la patada...

con un tractor y en un remolque montaba la Me quedaba más cerca el Llano que la cancha desgranadora. de beis. Recuerdo que compré una sudadera blanca, En aquellos tiempos nos arrimaban unas go- porque siempre me gustó la portería. Jugué lizas. Sobre todo cuando íbamos a San Vi- poco en Ixtapa, del 64 al 69. Jugábamos en cente. San Vicente siempre formaba trabucos. el Llano, y cuando teníamos partidos como Traía jugadores de Tepic. A uno le decían “El visitantes, me encargaba de conseguir los ca- Borrego”, “El Lobo”, “El Oso” ¡Era un pinche rros que nos llevarían al pueblo donde nos zoológico! Además de los “Pispis” Ramos, tocaría jugar. En ese tiempo Geño “El Gallo”, dos hermanos buenísimos. Era muy bonito Jesús “El Bonito” y Chava “El Varaño” tenían entonces porque no había futbol más que los domingos. Siempre esperábamos las cuatro carros de redilas. Los sábados por la noche, de la tarde para jugar. A veces nos llevaba reunidos en la plaza, a lo más catorce jugado- Agustín “El Moco” Medina en su camionetita res, decidíamos quién nos llevaría. Entonces, de tres toneladas. Una vez nos corretearon de los viejos jugadores quedaban Toño Vega, a balazos, en El Pitillal. Esa vez nos llevó el Raúl Vega y Martín Joya. Con ellos nos com- Moco. La cancha estaba en un llano, junto a pletábamos. El Cuadro estaba conformado una laguna, cerca de San Nicolás. En aque- por Marrasca, Guayo Chávez Manuel Savalza, llos años estaban abriendo una brecha por el Cristóbal Meza, Felipe Melchor, Pedro Meza, rumbo del arroyo de El Zarco, por La Cañada. Luis Ávalos, Martín Topete, Jarillas y yo. Apro- Durante ese partido hubo una jugadita media ximadamente en 1964 llegó el doctor Ignacio turbia y se hizo la remasca entre jugadores Guillén, futbolista también, y quiso que nos y porra. Salió un cabrón con una pistola, ti- bajáramos a jugar a la cancha de beis. No sé rando hacia arriba. ¡Nombre, vieras visto al por qué se le ocurrió bajarnos, si la cancha “Moco”! Allá nos dejó. Lo bueno es que por 168 del Llano estaba parejita como mesa de billar. esa brecha de El Zarco era corta la distan- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

cia a Ixtapa. En ese tiempo yo le ayudaba a terminaron la carretera. ICONSA se fue a Ciu- don Toño “El Mosca” a fabricar ladrillo, en su dad Obregón. Yo, desde 1967 trabajaba en ladrillera. Porque también le hice a eso y a ICONSA. Antes, en 1966 había estado traba- juntar pajoso. Fui ”mil usos”. A “Marrasca” jando en Mexicali pero vine y ya no regresé, lo quebraron en San José. Quedó un poco me quedé aquí con ICONSA, durante el 67, chuequito, como que no le acomodaron bien 68 y parte de 69. Mi relevo era Héctor Alva- el hueso. El maestro Ramón López Salcedo, rado. Se trabajaba día y noche, a marchas for- que trabajó en la escuela de Ixtapa, conocía zadas pues era mucho el trabajo. Cuando la a Manuel Maldonado, futbolista de Ocotlán, y ICONSA se retiró de Vallarta, nos fuimos con lo invitó a jugar al rancho. El día que jugó con ella a Ciudad Obregón como cincuenta tra- nosotros nos dimos cuenta que era un juga- bajadores de Ixtapa: Manuel Barajas, Manuel dorazo. Nos empezó a ayudar y el equipito se “El Loco”, Félix Ibáñez, Héctor Alvarado, Los levantó un poco. También se levantó cuando Campanas: Daniel, Félix, Lorenzo y yo. Nos llegó la ICONSA, la empresa constructora que fuimos y a mí no me gustó Obregón, le seguí vino a terminar el aeropuerto. La ICA lo había de frente. Fui a parar en Mexicali. En los años iniciado. De ICONSA jugaban cuatro elemen- de 1964, 65 y 66, había trabajado allá, en tos con nosotros, en 1965. En el 66 empeza- una empacadora de algodón. Me iba en mayo ron la carretera a Compostela, a mitad del 69 y me venía en diciembre o enero, ya que aca- la terminaron. Fue cuando me fui de Ixtapa. baba la temporada. Allá terminé mi servicio Trabajaba con ICONSA como checador de los militar. De Mexicali me pasé a Tijuana, y en esa ciudad me quedé por 39 años. viajes de material que acarreaban los volteos. El Material lo sacaban del río Mascota, cerca Cuando llegué a Tijuana duré varios días sin de la Desembocada. Después lo sacaron del trabajo. Llegué a casa de una hermana. Un arroyo de Santo Domingo. Había una criba señor me dio trabajo vendiendo accesorios cerca del camposanto. Como en noviembre automotrices. Ganaba 24 dólares semanales. 169 De la patada...

Le batallé para conseguir trabajo. Desde que ban, no hay otro”, le dijo Tomás. “Mándamelo llegué, cerca de donde vivía mi hermana es- el lunes”. Me fui a la embotelladora. Habían taba la unidad deportiva Reforma. Me iba con recién abierto una ruta para comercializar el la raza a jugar. Conocí ahí a Carlos Maravilla, refresco en bote en la zona del centro, por la de Tecolotlán, Jalisco. Tenía un equipo, el Ca- avenida Revolución. El refresco en bote era la chorros, integrado por su familia. Ahí empecé novedad en 1974. Metieron en esa vía alre- a jugar desde 1971. Jugué tres temporadas. dedor de cincuenta máquinas expendedoras, Mientras tanto, duré seis meses yendo diario en farmacias, misceláneas, gasolineras y de- a la embotelladora de la Pepsi Cola, querien- más negocios. Me proporcionaron una camio- do conseguir trabajo. Me acomedía con un netita panel, a la que le metía 150 a 200 car- señor adjunto a la empresa y el me daba 25 teras de 24 botes. Los sábados dejaba hasta o 50 centavos de dólar al día. Me familiari- 50 cajas a cada cliente sólo para el fin de cé poco a poco con la empresa. Eso fue en semana. En esos tiempos se veía la avenida 1971, duré ese año de acomedido. En 1972 Revolución llena de gringos que cruzaban la renunció un repartidor porque se iba a vivir frontera para venir a ver las “mexican girls”. a Estados Unidos. Él me llevó con su patrón, También se veía a la gente haciendo fila para el comisionista Tomás Varela, para recomen- sacar una Pepsi de la maquinita tragamone- darme. Varela me dijo que me presentara el das. Ahí duré como cinco años distribuyendo lunes. A partir de ese día de marzo de 1972 Pepsi Cola, Mirinda, Boing y otros productos empecé a trabajar con ese señor en entregas de la empresa. Me pagaban 24 dólares por semana. Era una buena lana. Con dos dólares a domicilio. Duré con él dos años. Yo no tenía salía la semana. vicios y eso me valió, porque me observaban. Un día fue un supervisor con el señor Vare- Cierto día de 1979 me dijo el almacenista “Te la buscando un trabajador directamente para hablan en la gerencia”. Fui. Saludé al señor 170 la empresa. “Al único que tengo es a Este- Zavala. Me propuso dos opciones para pro- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

moverme: abrir una nueva ruta en la ciudad, mos que formar por obligación una juvenil. haciéndome comisionista, o encargarme de Encargábamos los trofeos a Guadalajara, con la distribuidora de Tecate. Acepté la prime- “El Tigre” Sepúlveda. ra y me empezó a ir muy bien. Era una ruta Fui tesorero de la liga intermedia por diez generosa. Empecé a ganar dinero. Diario me años. Cada año pedíamos de cuarenta a cua- embolsaba ochocientos o mil pesos de co- renta y cinco trofeos. Entre las tres ligas se misiones. Vendí mucho desde 1979 al 2000 encargaban más de cien trofeos. como comisionistas. Si no me hice rico fue por despilfarrado. Había tantos equipos entre las ligas pero sólo un colegio de árbitros. No era suficiente. A Pero no dejé de jugar futbol. La Pepsi patro- nosotros nos dejaban como diez partidos ti- cinaba equipos. Un día le dije al supervisor rados, sin árbitro, por semana. Se le vino la que por qué no se formaba un equipo con idea al presidente de la segunda que de los los trabajadores. Le pareció buena la idea. mismos delegados sacáramos los partidos ti- Me encargué de juntar a los jugadores y él rados. Hubo quince delegados que tomamos se encargó del apoyo de la empresa. Con el el reto de pitar los partidos. Tuvimos proble- tiempo traje buenos jugadores hasta formar mas al principio por el desconocimiento del un equipazo de la Pepsi. oficio. Pasó un año y seguimos firmes. A los En el futbol de Tijuana había dos categorías: dos años de aquel grupo sólo quedábamos primera y segunda fuerzas. Eran tantos los seis. Empezamos a organizar el colegio de equipos registrados en segunda, noventa y la segunda sección. Servicio exclusivo a la tantos, que tuvimos que formar la categoría segunda fuerza. Rentamos un local. Éramos intermedia. Seleccionaron para formarla a los como veinte compañeros con un poquito más mejores equipos, entre ellos a la Pepsi. A los de conocimiento. Estudiábamos el reglamen- tres torneos ascendimos a la primera. Tuvi- to. Para nuestra suerte llegó un señor de Co- 171 De la patada...

cula, Jalisco; Rafael García Vázquez, con mu- —Bueno, ya ves que soy camarada de los de cha experiencia en arbitraje. Después de su la Asociación de futbol de Baja California. llegada se fortaleció el grupo y ascendió a se- senta miembros. Charlas, pláticas, estudio de —Sí; pero tú vas a hacer tu trabajo. Olvídate los reglamentos… Entonces se vino la pro- de la Asociación. Si te estoy designando a ti moción de la Tercera división profesional. De es porque te tengo confianza; porque sé que nuestro colegio salimos quince árbitros para vas a ser imparcial. Por eso te estoy mandan- la Tercera Profesional. Sobresalimos. El encar- do a ti. Porque hay varios, pero vas a ir tú a gado de sacar los árbitros de la Tercera era esa semifinal. nuestro instructor. Ahorita es el mero mero Nos fuimos a Ensenada en el camión de los de los árbitros de Tijuana. Es el instructor que da servicio actualmente a los árbitros de las directivos de la Asociación. Llegamos. Me fui fuerzas inferiores de los Xolos de Tijuana. al vestidor de los árbitros. Antes del partido, me dijo Rafa: A mí siempre me gustó el arbitraje y traté de superarme. En aquellos años se organizaba —Mira Esteban, serénate. Está tranquilo, cada año La Copa Benito Juárez, un torneo como si fueras a pitar un partido cualquiera. de futbol con selecciones de cada uno de los No te preocupes por la Asociación. Concén- estados de la República. En una ocasión me trate y haz tu trabajo. designaron a mí como árbitro central para pi- tar una semifinal en Ensenada: el equipo re- Empezó el partido. Terminó el primer tiem- presentativo de Baja California vs el de Coli- po con empate a cero. Faltando diez minutos ma. Entonces le dije a Rafa: para terminarse el segundo tiempo, marqué un penal en contra de Baja California. Para mí —Oye, yo no voy a pitar ese partido fue penal, pero pensaba “ojalá lo fallen”. No 172 — ¿Por qué? lo fallaron. Y los de la Asociación ahí, en las Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

graderías. Vino hasta mí uno de los abande- Duré treinta años de árbitro, de ellos, diez rados y me dijo “bien marcado, Esteban”. como profesional. Fui únicamente árbitro asis- tente. En algún momento nos dieron a elegir: Había quedado eliminado el representativo o se era árbitro central o árbitro asistente. de Baja California. Yo, como tengo una letra muy fea, no quise Ya en el vestidor, llegó Rafael y lo primero ser árbitro central. Pero tenía la capacidad de que hizo fue felicitarme. serlo. Trabajé en Segunda y Tercera División —Buen Trabajo. No hay discusión–, me dijo. Profesional. Me tocó abanderar juegos del Atlante, del Jalisco… Tuve de instructor en —Gracias, Rafa; pero yo no regresaré a Tijua- algunas ocasiones al maestro Arturo Yama- na en el camión de la Asociación. Me voy en saki. Teníamos seminarios anuales de arbitra- camión del servicio público. je de la Federación Mexicana de Futbol. Fui —Te acompaño–, dijo Rafa. a Monterrey; a Oaxtepec, Morelos; Culiacán; Guasave; Mazatlán… Como a siete. También Terminó el torneo y se coronó Nuevo León. tuvimos seminarios regionales: Nayarit, Sina- Durante el evento de clausura, se acomoda- loa, Sonora y Baja California. Conviví con figu- ron los equipo y el colegio de árbitros en me- ras como Bonifacio Núñez, Edgardo Codesal, dio. A la hora de los reconocimientos al arbi- Marco Antonio Dorantes… Recuerdo aquellas traje, el conductor por micrófono dijo: jornadas de trabajo, de 7 de la mañana a 2 —Vamos a entregar el trofeo al mejor árbi- de la tarde, en la cancha, trabajo físico. Luego tro del Torneo Nacional Copa Benito Juárez. al hotel, baño, comida y a las cuatro al aula, ¡Que pase el señor Esteban Tovar Tapia! ¿Te hasta las 9 de la noche. Se analizaban juga- imaginas lo que sentí en ese momento? Fue das, reglas, te hacían preguntas. Me tocó una uno de mis más grandes logros dentro del vez asistir a Edgardo Codesal en un partido. arbitraje profesional. También a Refugio Ramírez. Con éste debuté 173 De la patada...

en el arbitraje profesional: Tijuana contra La Piedad. En aquellos años nos pagaban muy bien ¡Un millón de pesos por partido! Cuando a la moneda nacional le habían quitado tres ceros. Eran mil pesos de los de ahora. Pero en esos años me sentía millonario. Cuando me vine de Tijuana, en el 2007, pité aquí en la liga Interzonas. También en la Mas- ter, con el Capi Franco, durante 2007 y parte del 2008. Entonces me retiré, a los 59 años. Me ofrecieron trabajo en el mantenimiento de la cancha ejidal de Ixtapa, y aquí estoy, siem- pre cerca del deporte de “la patada”.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Ceferino López Solís.

Lanzamos la convocatoria. Se inscribieron afiliada a la Asociación de Futbol del Estado en la nueva “Liga Interzonas Número 4”, de Jalisco, en 1982, de la que fue fundador, afiliada a la Asociación de Futbol del Es- junto con notables promotores del futbol en tado de Jalisco, 18 equipos. Desde Nuevo la zona rural del Municipio. Santiago hasta Las Varas. Se canalizó el Oriundo de Las Juntas, Jalisco. Fue jugador descontento de la zona rural y por ello del club de futbol “Independiente”, en su se organizó con celeridad esta nueva liga. pueblo natal. Deporte que abandonó muy Tuvimos que ir dos o tres veces a Guada- pronto pues tuvo que salir de la región para lajara para oficializar su formación. Don estudiar su carrera profesional. Tomás Ramírez, que dirigía al Unión de El Pitillal; El Cangre, que traía al San Miguel Nos comparte su testimonio: de Pitillal y Raymundo Cortés, dirigente Desde los cinco años empecé a patear un de “Los Pelones” de Las Juntas, fueron balón de futbol. Era el único, entre los chi- entusiastas impulsores de la Interzonas quillos de mi época, que tenía balón. En una número 4. ida a Guadalajara me lo había comprado mi Ceferino López Solís, profesor de educación padre. De aquellos balones duros, cubiertos elemental y media. Director por varios años de cuero. Con ése nos enseñamos todos los e impulsor de la Escuela Secundaria Técnica chiquillos de Las Juntas. Cuando se nos pon- No. 56, de Ixtapa. Goza del privilegio, único chaba, con alguna espina de jarretadera o en tal vez, de haber estado presente durante el los alambrados de púas de los solares, se lo proceso de formación de las dos primeras li- llevábamos a Manuel Ruiz. Él nos lo parcha- gas de futbol en la región de Puerto Vallar- ba. Primero le hacía una cortada en uno de ta: la Liga Regional de Futbol, en 1958, que los gajos, le sacaba el blader y le aplicaba un presenció cuando niño, en el salón ejidal de parche de bicicleta. Luego lo remendaba con Las Juntas y… la Liga Interzonas Número 4, una correa, no sin antes ponerle una corbata 177 De la patada...

de cuero. Empezamos a jugar en un campito, En el partido inaugural en Las Juntas, el pri- al lado oeste del poblado, donde ahora están mer toque de balón lo dio el Presidente del las canchas de Alfredo Cortés. Ahí se juga- Comisariado Ejidal, don Fermín Pérez. Él dio ba también béisbol. Mi palomilla futbolera la la primera patada, con sus huaraches de doble componían Juan José “El Cuarras” Venegas, suela. Muy ceremonioso el acto. Fue un acon- tecimiento en la pequeña población. Todo Andrés “El Chivato” Mendoza, “El Trujo”, “El mundo, hombres, mujeres y niños asistimos Pisto”, Flavio y Daniel Mendoza hermanos de al encuentro. Esto fue en el campo actual, en “El Chivato”, Silverio Castillo, que venía de el centro del poblado. El equipo local se lla- Talpa y traía nociones del juego. Ahí peloteá- maba Botafogo. Algunos jugadores de enton- bamos chicos y grandes, hasta que nació la ces, que yo recuerdo eran Roberto Pérez, “El Liga Regional, en 1958. Pisto”, Aurelio Uribe,” Andrés Ibarría Belloso “El Agüilote, Raymundo Cortés, Manuel Ro- Me tocó presenciar la primera asamblea para cha “El Panadero”. El portero era Jesús “Vol- constituir la Liga Regional. La hicieron en el canes” Alejo. También “Heredia”, hermano de local del Ejido. Yo estaba de mirón, escuchan- la maestra Delia Torres, que jugaba todos los do todo. Me acuerdo de don Poncho, de Gui- puestos, pero su fuerte era la portería. llermo Rodríguez Cruz, de Manuel Ruiz. Tam- Con el tiempo nació “El Independiente”, con bién estuvieron “Los Pispis” de San Vicente. puros jovencillos: Sixto Bravo, “El Chivato”, De los demás, no me acuerdo. Ahí se organi- “El Trujo”, “Caloris”, “Patita”… Inició ganando zó la liga. Quienes llevaban la voz cantante como cinco partidos al hilo. Y, como por arte eran don Poncho y Guille. Manuel Ruiz inter- de magia, se vino una perdedora. No que- venía también. Hasta que finalmente se hizo dó en los últimos lugares pero tampoco en el primer campeonato regional, ya con reglas, los primeros. Ese fue el comienzo de que en 178 arbitraje y todo. Las Juntas siempre hubiera dos equipos. Por Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

tanto jugador. Era un semillero. Se formaron De las porras, la de Las Junta era la más brava. cuatro equipos, con sus respectivas reservas. Recuerdo que cuando estaba en la secundaria El Independiente era muy querido entre el compuse unos versos, donde mencionaba a respetable, porque lo formaban puros chava- la porra de Las Juntas. En ese tiempo, al otro lillos. Siempre fue muy seguido el futbol en equipo, El Deportivo Las Juntas, lo manejaba Las Juntas. El béisbol no pegó. El Indepen- el maestro Luis Benavides. La gente era muy diente duró cuando mucho dos temporadas. apasionada, muy fanática. Segundo lugar en Después surgió El Cruz Azul. porras bravas era San Vicente. Ya no estaba yo aquí. Me había ido a estudiar, Recuerdo de una visita del Independiente a Ciudad Guzmán. Gocé poco del equipo. Yo para jugar con un equipo de Vallarta. Ya de jugaba en la media. Julián y Jesús “El Chero”, regreso, el carro sin redilas en el que viajá- hermanos míos, si jugaron mucho ahí. En va- bamos, cerca al paso del estero El Salado se caciones jugaba con ellos. Ya como maestro, ladeó de costado. Esto causó algunas luxa- me invitaban, pero yo estaba desencancha- ciones y descalabradas entre los jóvenes ju- do, no daba las medidas. Era un equipo muy gadores. Y es que el chofer, Pedro Chávez, fuerte El Cruz Azul. Llegó a ganar campeona- venía borracho. Afortunadamente no pasó a tos. Entre los fundadores de ese equipo esta- mayores. Pero llegando a las Juntas, a todos ba mi hermano Salvador “El Guáguaras”. Muy los jóvenes incrédulos, nos metieron a la igle- entusiasta. Recuerdo que yo tenía un carrito sia para dar gracias a la Virgen. Estaba yo en Volkswagen y se me ocurrió que le pintaran la secundaria, tenía catorce años, ya jugaba en la carrocería los nombres de los jugadores en la primera del Independiente. del Cruz Azul. Ahí andaba yo con la alinea- ción del equipo, para allá y para acá. Has- En 1975, me fui como maestro de secunda- ta que alguien me dijo “Ah, vale tan volado.” ria a Tecalitlan, Jalisco. Cuando me nombra- ¡Mejor lo vendí! ron director de esa escuela, formé un equipo 179 De la patada...

representativo de la institución y lo metí a la — ¿Por qué no forman ustedes una liga y se Liga Interzonas de aquella región. Allá la po- separan de Vallarta? rra era más brava. En una ocasión, después — ¿Cómo? del partido, me apedrearon el camión de la secundaria. Entonces, le dije al maestro que —Afíliense a la Asociación de Futbol del Es- se encargaba del equipo “Cuando vayan de tado de Jalisco. nuevo para allá, no se lleven el camión”. En —Pues, si nos acompañas, vamos a Guadala- Tecalitlán conocí un poco de la estructura del jara–, dijeron. futbol asociación de Jalisco, de las categorías, de las ligas Interzonas. Fuimos. Presentamos el proyecto a los diri- gentes estatales. Nos dijeron: “Organícense, En 1981 regresé al municipio de Puerto Va- pónganse a jugar, aquí tienen las puertas llarta como director de la Escuela Secunda- abiertas”. ria Técnica 56 de Ixtapa. Yo tenía la inquie- tud de formar un equipo de la secundaria, Lanzamos la convocatoria. Había mucho des- aprovechando a los muchachos de segundo contento con la sede en Vallarta. Se inscri- y tercero que habían quedado de la escuela bieron en la nueva liga Interzonas Número secundaria por cooperación. Casualmente me 4, con sede en El Pitillal, 18 equipos. Desde di cuenta de que se iban a reunir algunos de- Nuevo Santiago, en el municipio de Tomatlán, legados de los ranchos, inconformes con Gui- hasta Las Varas, en el Municipio de Compos- llermo Rodríguez y su forma de dirigir la Liga tela, Nayarit. Se canalizó el descontento re- Regional. Estaban reunidos en un restaurante gional y por ello se organizó con celeridad que se llamaba “El Pan”, en la colonia Emilia- esta nueva liga. Tuvimos que ir dos o tres ve- no Zapata. Al ver aquella inconformidad, les ces a Guadalajara para concretar la formación dije a los delegados, entre ellos a Raymundo de la Liga. Don Tomás Ramírez, que dirigía al 180 Cortés y a Luis Meléndrez del Pitillal: Unión de El Pitillal; El Cangre, que traía al San Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Miguel de Pitillal; Raymundo Cortés, dirigente parte de la directiva también Juan José Vene- de “Los Pelones” de Las Juntas; fueron entu- gas y “El Cangre”, entre otros. Las reuniones siastas impulsores de la Interzonas número eran democráticas. Nos preocupamos porque 4. Se formalizó aquello y empezaron a llegar las cosas caminaran bien. Se ponderaba la equipos: Nuevo Santiago, La Cruz de Loreto, disciplina, la moderación de las porras y aca- El Tule, del Municipio de Tomatlán. El Unión bar con los pleitos en la cancha. y El San Miguel, de El Pitillal; San Isidro, de Mojoneras; Los Pelones y Los Ceguetas, de Muy bonita la competencia. Con 18 clubes, Las Juntas; Olímpico y EST 56 de Ixtapa; to- cada uno con tres categorías: primera, segun- dos del Municipio de Puerto Vallarta. Por el da y juvenil. 54 escuadras en competencia. lado de Nayarit, del municipio de Composte- Mucho entusiasmo en las canchas, repletas la: Jarretaderas, dos equipos de Bucerías, San de aficionados. Vicente, El Valle, El Colomo, San Pancho y Las De los jugadores que recuerdo sobresalían en Varas. Las Juntas, “El Chivato”. Tenía muchos atribu- Buscando que no se repitiera la discrecionali- tos. Era un caballero en la cancha. Sobresalía dad en el manejo de la liga, se pensó apegar- por su estatura y fortaleza. Dominaba muy se al reglamente de la Asociación de Futbol bien la pelota. Era muy limpio. Jugaba de cen- Jalisco. Con los años se redactó un reglamen- tro delantero, y a veces en la media. to propio, adaptado a las condiciones locales. Otro, “El Caloris”. Era temerario. No le impor- Cada semana había reunión de delegados, en taba morir, sobre todo en las palomitas que casa de “El Cangre”, en El Pitillal. Funcionó se aventaba. Volaba. No le importaba que lo muy bien la Liga Interzonas número 4 por al- patearan. Era un goleador. Delantero extremo. rededor de 8 años. Luego desapareció. El pri- mer Presidente de la Liga fui yo. El profesor Juan José Venegas, mi compadre “El Cuarras”; Jesús Zúñiga fue el vicepresidente. Formaban buenísimo como portero. Material para selec- 181 De la patada...

ción nacional sin duda. Después surgió otro Eran términos que el inventaba. Nada se le porterazo en Las Juntas, “El Chino” Vélez. atravesaba. Todo lo resolvía. Es el padre del futbol en Las Juntas. No en balde las canchas El “Patitas” Fletes era también un creativo en ejidales llevan su nombre. la media cancha. Cuco Cortés era un extremo veloz y caracolero. Muy bueno. En una ocasión le conté el número de jugadores que burló, 14, para ponerse sólo frente al portero y ¡la echó para fuera! Y yo que le empezaba a aplaudir. Anécdotas que se dan en el futbol. “El Trujo” era un defensa central muy fuerte, sólido. Recuerdo al “Mocho” Robles, jugador que lle- gaba a la cancha una hora antes del partido. Hora que utilizaba completa para cambiarse, para ponerse las vendas, las medias… Lo que hacía era todo un ritual, previo al juego. El entrenador era Manuel Ruiz. Aprendía de los libros que leía. Se sabía de memoria todo el reglamento. Conocía todos los términos futbolísticos. Los que no conocía, los inven- taba. Cuando se ponchaba un balón en ple- no juego, suspendía éste con un silbatazo y 182 gritaba ¡bola paralizada! ¡Tiempo paralizado!

Luis Reyes Brambila.

Éramos el único equipo de Tercera Divi- níamos en el mismo día. Nos salía más barato sión que viajaba en avión. La gente hasta en el avión porque no pagábamos hotel ni pensaba que éramos el América. autobuses. Yo tenía amigos en el Atlas, Pepe Güitrón, Juan de Dios de la torre, “El Pistache” Fui el primero en traer a Puerto Vallarta el Torres… que me prestaban jugadores de las fútbol profesional, desde los años 70. Prime- ro fue El Pelícanos de Tercera División. Hasta fuerzas inferiores para reforzarnos. Nosotros, que llegó un momento en que mi contador en vez de pagar a los jugadores, les dábamos me dijo “Luis, o es el periódico o es el equipo trabajo en el restaurante-bar Carlos O`Brian’s, de fútbol”. Y es que cada gol me costaba más donde ganaban buenas propinas y se ligaban que un beso de Lucía Méndez o que un fin de unas gringas de Dios guarde la hora. Imagí- semana con Walter Mercado, en las Bahamas. nate, un chavo de la experiencia o de Tonalá, Con esto del futbol se puede escribir un li- moreno, lacio… que nunca había venido al brito, por las anécdotas que nos pasaron. No paraíso, pues se deslumbraba. Y con eso de teníamos dinero, no teníamos patrocinadores. que a las gringas siempre les ha gustado lo La gente no se interesaba en ayudarnos. El autóctono, lo natural. En Guadalajara se corría equipo se llamó primero Pelícanos, después, la voz. Los muchachos todos querían venir y El Internacional, el “Inter de Vallarta”. El úni- ya no se querían regresar. Aquí sigue aún “El co equipo de Tercera División que viajaba en Maravillas”. ¿Los árbitros? Esa es otra histo- avión. Íbamos en último lugar de la competen- ria. Los árbitros venían de Guadalajara y los cia pero viajábamos en avión, uniformados. abanderados de Tepic. A los árbitros, desde La gente pensaba que éramos el América, por la noche anterior al partido, en el Carlos O´- el uniforme azul. Viajábamos en avión gracias Brian´s los emborrachaba Jorge Aguilera “El a don Gustavo Ruelas, que nos hacía un 50% Pirata”, para que al día siguiente nos favore- de descuento. Cuando nos tocaba jugar en cieran con un par de penales. En Guadalajara plazas cercanas a Guadalajara, íbamos y ve- se peleaban los árbitros por venir a Vallarta. —Oye ¿te tocó ir a Vallarta? —Sí —Pues habla a este teléfono con estos se- ñores, Luis Reyes Brambila, Leo González, Miguel ángel Lemus…, te van a mandar el boleto de avión. Vas a llegar a un hotel que jamás en tu pinche vida has conocido. Fueron dos épocas: con Pelícanos, que lo dirigió David Meléndez; y con el Inter, que tuvo varios entrenadores, entre ellos el “Pi- pis” Felipe Ruvalcaba y Gamaliel Ramírez. Le ganamos al León de Primera División, aquí, en partido amistoso de pretemporada, con todo y Cabinho. También traje a los Pumas, al Atlas, a las Chivas, a los Tecos...

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Juan Rincón Flores.

Recuerdo que la primera vez que veni- de naturaleza sencillo, de trato amable. Ído- mos, nos dieron alojamiento con la fami- lo que fue de la afición local, tiene un lugar lia Curiel, con Nacho y José. Puerto Va- en las crónicas del futbol vallartense. Aquí su llarta era muy chico entonces. Su gente, testimonio: muy acogedora, sincera. Te daba la mano Nací en Tepic, Nayarit, el día 16 de julio de para cualquier cosa que necesitaras. Eran 1957. Empecé a patear el balón desde los muy aficionados, entregados al futbol, al cinco años. Mi papá, primero soldado y des- grado que cada vez que jugaba Pelícanos pués zapatero, era quien me hacía mis zapa- se abarrotaba la Cancha Uno de la Uni- tos de futbol. Zapatos de vaqueta, de seis dad Deportiva. Así el día estuviera solea- tacos. Una hermana, que era costurera, me do o lluvioso, se abarrotaba. No había hacía mis uniformes. Mi primer uniforme fue partido que no estuviera aquello al tope. como el del Atlas, rojo y negro. Ella lo hacía Eso me encantaba, lo disfrutaba, porque para que yo pudiera salir a jugar. Participé en había más cercanía con la gente. Sentía casi en todas las categorías, porque en Tepic el aprecio de todos. se maneja el futbol por clubes. Todos afiliados Juan Rincón Flores, ingeniero agrónomo y ex- a la Asociación de Futbol del Estado de Naya- celente jugador de futbol, oriundo de Tepic, rit. Mi primer club fue el Jauja, de allá de mi Nayarit, encontró en Puerto Vallarta una at- barrio, por Acayapan. Posteriormente jugué mósfera de afecto: el cariño y la admiración en el TERSA, Tabaco en Rama Sociedad Anó- de amigos y aficionados, así como el amor de nima. Luego, jugué en El Rodeo, que está a la su vida, Hortensia Alvarado Rubio, con quien salida hacia Mazatlán. Posteriormente jugué casó y formó una familia. Este destino turísti- en el FEUN, Federación de Estudiantes de la co también le brindó diversas oportunidades Universidad de Nayarit. Y de ahí, desde los de trabajo merced a las cuales ha vivido aquí 15 años jugué para el Club Deportivo Valdez. digna y honestamente. De origen humilde, De ese equipo casi todos salimos para jugar 189 De la patada...

en el Deportivo Tepic. A los 17 años jugaba Al día siguiente nos presentamos ante David en primera fuerza y después de un encuentro Meléndez, quien era el entrenador. Estaban de final para ascender a la primera división haciendo pretemporada. Llegamos. Se entre- amateur, me llamaron a hacer una prueba al naba a las tres o cuatro de la tarde. Entrena- Coras de Tepic. Había más de cien aspirantes mos y al entrenador le gustó mi desempeño. pero me quedé. Debuté a los 18 años en la La directiva entonces me ofreció un mejor Segunda División de Futbol Profesional. De sueldo que el que percibía en Tepic, ade- los 18 a los 23 años jugué en Coras, luego más de otras prestaciones. Yo les pedí que vine a Puerto Vallarta. me dejaran pensarlo unos días. Regresamos Llegué a Vallarta en octubre de 1981. Es- a Tepic y a los días me hablaron por teléfo- tando en Coras de Tepic. Después del últi- no. Decidí venir a probar suerte al Pelícanos, mo partido del campeonato regular, al salir primer equipo de futbol de Tercera División del vestidor del Estadio Nicolás Álvarez Or- Profesional de Puerto Vallarta. Fui uno de los tega, en Tepic, me abordaron unas personas primeros jugadores traídos de fuera para este de Puerto Vallarta. Uno de ellos era Heleno propósito. Mi puesto era medio extremo. Ca- “El Chino” Guzmán y no recuerdo quien era rrilero se le llamaba también en ese tiempo. el otro. Ofrecieron traerme a Puerto Vallar- Firmamos un contrato e inicié. La directiva me ta pues su intención era armar un equipo de ofreció departamento donde vivir, así como Tercera División en esta ciudad. Yo les dije, un lugar donde tomar mis alimentos. Se por- “pues no sé; acabo de terminar con Coras el taron muy bien conmigo. No conocía Puerto torneo regular. No sé qué decirles por ahora, Vallarta. Recuerdo que la primera vez que ve- denme tiempo”. Y platicando con un amigo, nimos, nos dieron alojamiento con la familia un compañero de equipo, “El Chiquis” Flores, Curiel, con Nacho y José. Puerto Vallarta era le pregunté ¿qué te parece si vamos a Puer- muy chico entonces. Su gente, muy acogedo- 190 to Vallarta? aceptó y nos venimos con ellos. ra, sincera, te daba la mano para cualquier Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

cosa que necesitaras. Eran muy aficionados, tra el Monterrey perdimos. Por cierto, en ese entregados al futbol, al grado que cada vez partido fallé un penal. Su portero era José Le- que jugaba Pelícanos se abarrotaba la Can- dezma. Con el León también perdimos, pero cha Uno de la Unidad Deportiva. Así el día fue un partido muy reñido, un partido muy estuviera soleado o lluvioso, se abarrotaba. disputado. En esa ocasión los directivos del No había partido que no estuviera aquello al León se interesaron por mí, pero yo ya esta- tope. Eso me encantaba, lo disfrutaba, por- ba comprometido con Vallarta y más compro- que había más cercanía con la gente. Sentía metido aún con mi novia, Hortensia Alvarado, el aprecio de todos. En ese tiempo tenía buen quien ahora es mi esposa. nivel de juego. Era el capitán del equipo. Fui el que metió el primer gol en Tercera División De aquel primer cuadro del Pelícanos recuer- en el campeonato regular, jugando de visi- do a Guadalupe, un portero de Zacatecas. tantes contra Autlán. Por cierto que me pre- También a “El Sambo”, “La Muñeca” Montes, miaron ese gol con un reloj de cuarzo de la “El Dumbo”, Arturo Lara, Cabrera, “El Fuman- marca Casio. Me lo regaló “El Chino” Guzmán. chú”, Nacho Curiel, “El Siete” Macedo, “El Pero perdimos dos goles a uno. El segundo Tundy”, de San Vicente, Alejandro Gómez, Sa- partido fue aquí en Vallarta; con inauguración las, Alejandro “El Bonavena” Barragán, “Chi- de campeonato, todo muy bien. Me acuerdo to” de la O y “El Mene”. que el uniforme era camiseta a rayas blanco Teníamos un grupo muy bueno. Hicimos de- con negro y el short blanco. coroso papel en Tercera División, a pesar de Durante algunos partidos de preparación ju- ser equipo nuevo. Nos crecíamos jugando gamos contra el León de Primera División, como locales, todos nos la rajábamos. Éra- también contra el Monterrey. Nosotros está- mos un grupo unido. Andábamos juntos por bamos muy contentos pues era un anhelo ju- doquier. Lo más bonito que sentíamos es que gar contra equipos de Primera División. Con- viajábamos en avión. Si íbamos a jugar a Gua- 191 De la patada...

dalajara, lo hacíamos en avión; a los Altos, pero para mi gusto le faltaba algo en lo tácti- a donde quiera. Ya ni los de Segunda Divi- co, en la estrategia. Recuerdo cuando fuimos sión. Nos hospedaban en el hotel Tapatío, de a jugar a Zacatecas. Meléndez había entre- lo que pocos equipos se daban lujo. No sé nado a ese equipo, La Ola Naranja. Antes del cómo lo hacían los directivos, pero lo hacían. partido nos dijo que dicha escuadra era muy Eso te hacía sentirte a gusto, mimado, bien buena, muy fuerte. Lo que no me pareció por- atendido. Te daban tu lugar. Eso es muy im- que en lugar de motivarnos nos estaba infun- portante. Estaban muy al pendiente de no- diendo inseguridad. Sus palabras me hicieron sotros, de nuestras necesidades. “El Chino” entregarme al cien y di el partido de mi vida. Guzmán, Luis Reyes Brambila, Rebollo, Juan Todos mis compañeros demostraron que sí José Loredo, el señor Mendoza, “El Pirata”, el podíamos con un equipo tan poderoso. Nos señor León. Ellos hacían el ambiente porque ganaron uno a cero pero no nos golearon. En acarreaban mucha gente al estadio. La afición Puerto Vallarta los partidos eran a morir, nos y la práctica del futbol crecieron al ver al Pe- entregábamos. Éramos jugadores de mucho lícanos. Había muchos y muy buenos jugado- corazón. res en Puerto Vallarta: “El Pingüi”, Ernesto “El Dumbo” era defensa central; también “La Quintero, Neto “La Crema” González… Muñeca”, Cabrera y Alejandro Gómez. Jugamos dos temporadas como Pelícanos, Meléndez dirigió a Pelícanos dos tempora- bajo la dirección del entrenador David Melén- das. Luego lo dirigió “El Siete” Macedo. Fue dez. Después vinieron otros técnicos y equi- cuando me invitaron a formar parte del cuer- pos: El Internacional, Piratas… con otras di- po técnico. Empecé a ayudarlos así. Después rectivas; pero Pelícanos fue el pionero. me regresé a Tepic, pues me llamaron a jugar David Meléndez era buen entrenador para su otra vez en Segunda División. Pero ya no me 192 tiempo, muy buen preparador físico, exigente; sentía bien en Tepic y regresé a Puerto Va- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

llarta. Me integré al hotel Sheraton a trabajar. con Los Coras. Y él me dijo “Ay hijo, ojalá que Empecé a jugar con el equipo del gerente de algún día juegues en los Coras del Deporti- bebidas, José Rascón. Después trabajé en el vo Tepic”. Nadie de mi familia, excepto yo, Carlos O’ Brian’s. Jugué en ese equipo, for- fue futbolista. Todos siguieron el oficio de mi mamos un cuadrazo con compañeros que ha- padre, zapateros. Yo le decía; “Pues… algún bíamos estado en Pelícanos. Después trabajé día padre, algún día”. Pero no sabía que yo en la Secretaría de Salud. Luego pusimos una entrenaba en Coras. No le quise decir nada. tienda de deportes mi esposa y yo, Deportes Cuando debuté y mi papá estaba allá con sus Rincón. amigos, prendió el radio y por ahí escucharon mi nombre y se puso contento. Se le cumplió Trabajé en el gobierno municipal por vez pri- su sueño. Mi padre era muy recio, había sido mera como presidente de la Unión Deportiva soldado y al final, zapatero. Pero sí le tocó durante el trienio del doctor Efrén Calderón. escuchar de mí en la radio. Porque iban y le También como Sub-jefe de deportes en las decían: “Oiga don Juanito, ya anda ahí su hijo administraciones de David Cuevas y de Pedro jugando”. Ruiz Higuera. Fui Director del Deporte en la Administración de Ramón Martínez Guerrero. Éramos muy pobres, mi mamá lavaba ajeno Actualmente, con Arturo Dávalos, soy jefe de para ayudarse. De lo poquito que me paga- parques y jardines del ayuntamiento. ban a mí, los ayudaba. Recuerdo que le ayu- daba a mi madre a recoger la ropa en las co- Para los futbolistas nayaritas el anhelo más lonias. Al final, salimos bien, gracias a Dios. preciado era jugar en Coras de Tepic. Me acuerdo que mi padre, en paz descanse, es- A los jugadores de Coras nos querían mucho. cuchaba por la radio ¡La lleva fulanito de tal La gente te reconocía, te saludaba, te grita- y… gol de Los Coras! Y yo a un lado de él. ban desde un camión. Para nosotros era muy Mi papá no sabía que yo estaba entrenando motivante. Toda la gente te empieza a mo- 193 De la patada...

tivar, a cobijarte con su afecto. El estadio se no eran celosos. Son especiales pero buenas llenaba cuando jugábamos, los viernes a las personas. Alberto me vacilaba, le decía a su ocho y media de la noche. Para mí eso era lo hermana delante de mí “Ah, ya vienes con ese más bonito. Yo jugaba y estudiaba. Recuerdo greñudo”. a mis compañeros de ese tiempo, a Guadalu- Soy ingeniero agrónomo, egresado de la Es- pe Zavala, que luego jugó en Tigres. A otros cuela Superior de Agricultura de Nayarit. Me compañeros, que jugaron en Chivas. A Pepino he sentido bien en el gobierno municipal. Es Oregel; Román “El Puga” Cortés, que jugó en fácil trabajar cuando confían en ti. Cuando te la UDG cuando aquel equipo grande; Gastón tratan con sencillez. Es un puesto de mucho Arenas, que venía de Cruz Azul; Ángel Men- trabajo; de mucha demanda por parte de la doza, que venía del León, y muchos más. ciudadanía, pero se hace lo humanamente A mi esposa la conocí en 1981, cuando re- posible para cumplir. cién llegaba. Recuerdo que entrenábamos en En Tepic se realizan eventos deportivos ava- la Cancha Uno, que era de tierra, como a las 2 lados por la Federación Mexicana de Futbol. de la tarde. Su hermano Jorge también iba a Torneos Pre nacionales y Nacionales. Yo re- entrenar con nosotros. Ahí la conocí, porque presenté como seleccionado a Nayarit infini- ella, muy deportista, iba a correr. Trabajaba dad de veces. Categorías infantiles y juveniles en un despacho contable, y a las dos de la y de ahí hasta llegar al Deportivo Tepic. Parti- tarde se iba a entrenar. Andaba corriendo en cipé en los torneos nacionales Benito Juárez, la pista, no nos conocíamos pero nos encon- como seleccionado de mi estado. Todavía, trábamos ¡Hola! ¡Hola! Y… lo que se da se da. hace poco, participé en un evento nacional Nos conocimos, platicamos. Afortunadamen- para jugadores de sesenta años, en Tepic. te aceptó a ser mi novia. Duramos poco tiem- po de novios porque pronto nos casamos. No 194 tuve problemas con ninguno de mis cuñados,

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Ricardo “Siete” Macedo Baumgarten.

Había en Vallarta muchos jugadores ap- Vallarta, deja la estafeta de la dirección técni- tos para jugar en el futbol profesional, ca de Pelícanos en manos de Ricardo Macedo, pero no se iban, no sé por qué, algo pa- para dos temporadas más. saba. De los años de su madurez futbolística cono- Veloz, entrón, inteligente y con depurada téc- cimos su brillante paso por las escuadras del nica individual, Ricardo “El Siete” Macedo se- Holiday Inn, en la Liga Hotelera y del Carlos ñoreó sobre la cancha del futbol vallartense O’Brian’s en la Liga Restaurantera. durante varios lustros. “Medio de contención Nos platica su experiencia futbolística así: que todos los dueños de equipos queríamos tener”, al decir de Abel Cruz Verde, Ricardo Jugué con mis amigos del barrio desde los Macedo se significó como hábil recupera- ocho años. Crecimos como veinte chiquillos dor de balones y fino constructor del avance al mismo tiempo, entre los que destacaba ofensivo de su equipo, dominando el terreno Miguel Armando “El Chato” García. Era él de que pisaba. Goleador como delantero en sus mis amigos preferidos para jugar; chaparrito inicios, pero al pasar de los años, cuando la pero con gran mentalidad ganadora. Fue a madurez y la experiencia se imponen, se con- probarse al Necaxa, pero se vino, no sé por virtió en patrón de la media cancha. qué; posiblemente le ganó la nostalgia, pues tenía sólo quince años entonces. Cuando es- Habilidoso delantero de La Colonia y del Im- tábamos en la secundaria desertó para irse a perial en sus primeros años de actividad fut- entrenar a diario, al estadio. Era zurdo, de pie bolística, fue llamado a formar parte del pri- chico pero educado, le pegaba fuerte, don- mer cuadro de la Tercera División Profesional de quería te ponía el balón. Cuando quisimos “Pelícanos de Puerto Vallarta”, allá por 1981, jugar juntos en el Social a él lo admitieron bajo la dirección de David Meléndez. Cuando pero a mí no, porque estaba muy chiquillo. Se luego de dos temporadas Meléndez se va de me adelantó jugando en la primera. Entonces 197 De la patada...

fui al Imperial, me dijeron lo mismo; tampoco del Imperial y a mí; pues habían registrado el me quisieron. Uh! dije ¿y ahora qué? Y un equipo de la escuela en la segunda fuerza. amigo me dijo, vamos a la ACJM, el equipo Entonces quedamos en segundo lugar. Cuan- de la iglesia. Ahí sí me quisieron. Me metían do tenía quince años, me invitó Imperial, me al principio por algunos minutos, después, el invitó Social Vallarta, me invitaron todos los partido entero. Cuando terminó la temporada equipos grandes. Yo dije “No. Voy a jugar con tenía trece años. Entonces me hablaron de La Colonia”. Fui campeón con ellos. Pero llegó el Colonia. Un amigo, Beto Joya, me dijo “vamos, tiempo de irme a estudiar a la Ciudad de Mé- ahí están todos los amigos del barrio”. Acep- xico, donde estudié prepa y profesional. Ve- té. Éramos un gran equipo de segunda. Con nia durante algunos fines de semana a jugar a decirte que metimos como 180 goles en esa Vallarta. En una ocasión me di cuenta de que temporada. Ganamos la final a Imperial, que ya no era de Colonia, me habían cambiado era un trabuco, pues tenía registrados en su por el “Cagado” Morales, jugador fuerte y rá- cuadro de segunda a varios que jugaban en la pido, y ahora estaba registrado con Imperial. primera, como Raúl Regla y otros. Cuando nos En aquellos tiempos para poder cambiar de íbamos a enfrentar en la final dijimos ¿pero equipo necesitabas una carta de retiro, y a qué es esto, cómo vamos a jugar contra estos mí me cambiaron al Imperial así nomás. Y así cuates? Como era la final de la segunda fuer- me traían de Colonia a Imperial y a Colonia za, Imperial metió a sus jugadores de primera otra vez; hasta que les dije ¿Saben qué? ya que tenía registrados en la segunda. Pues ju- no quiero estar cambiando de equipo, quie- gamos, le echamos muchas ganas, cada quien ro permanecer en uno solo. Además, era muy aportó lo que sabía jugar y les ganamos dos pesado jugar los domingos, después de viajar goles a uno. Yo metí los dos goles. Cuando dieciséis horas desde el D.F. Salir de jugar a entramos a la Secundaria, a todos nos exi- las seis de la tarde, darme un baño y otra vez 198 gieron jugar con el equipo de la ETI. A varios a tomar el camión a México, a las ocho de la Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

noche. Llegaba a las tres de la tarde del día También me acuerdo, tenía yo catorce años de siguiente a México. Luego hacían selecciones edad y en la Selección Vallarta, que jugamos de Vallarta y me llamaban por teléfono. Les aquí contra el Deportivo Tepic de segunda preguntaba ¿Y por qué yo, si hay muchos división. Nunca se le había ganado a equipo vallartenses estudiando en Guadalajara y de alguno de Tepic, mucho menos a los Coras. buena calidad? No, queremos que vengas tú. Ganamos dos a uno. No lo podían creer. No, Ah, bueno. Me pagaban el pasaje hasta aquí decían ¿cómo es posible…? Yo metí los dos o hasta Guadalajara cuando jugábamos con- goles. A mí me veían chiquillo y ni aprecio tra las reservas de algún equipo profesional. me hacían los defensas, pero cuando menos Para mí el triunfo que tuvimos en Vallarta acordaban el balón ya estaba adentro. En esa sobre el Guadalajara de primera división fue ocasión nos invitaron a jugar con ellos a cua- lo máximo. Lo mismo que el empate a cinco tro o cinco de nosotros. Nos daban estudio y goles que logramos contra el sub campeón creo que nos ofrecían ochocientos pesos men- UDG; con todo y el Cuate Calderón, Potrillo suales. No me animé a decirle a mi papá, no Gutiérrez, Nené, Eusebio… Era una constela- creí que me dejara ir. Entre los que jugamos ción, y no creían que les hubiésemos empata- esa vez estaba el Marti Tovar, “El Cejas” Joya, do a cinco goles. ¡No, cómo nos van a ganar Eduardo Meza… Yo creo que en ese tiempo estos cabrones! Se decían. En ese partido, la Vallarta tenía algunos cincuenta jugadores de selección Vallarta metió al “Chory” Guzmán, alta categoría. Entre ellos a Gustavo “El Pato” muchacho rapidísimo y fuerte que jugaba en González Guijarro. Jugador que estaba a la al- Gacelas, y les metió dos goles. Ahora lo ves, tura o más que Rafa Márquez. Era muy fuerte. le preguntas y te das cuenta que eso es lo Terminando el partido se iba corriendo des- máximo que le ha sucedido. Oye, meterle dos de el estadio hasta los almacenes de ANDSA, goles a aquel trabuco de Los Leones Negros doblaba hacia la playa, se quitaba la ropa y ¡Por favor…! se metía al mar a nadar. No salía sino has- 199 De la patada...

ta después de tres o cuatro horas. Nosotros cháramos. Nos exigían disciplina aquí, en el pensábamos que ya se había ahogado. Tra- Imperial; qué no sería en el futbol profesional. bajaba en Capitanía del Puerto y sabía cómo Recuerdo a algunos jugadores de esa selec- estaban las corrientes. Nunca le pasó nada. ción que empató con UDG: portero “El Jerin- Para mí él era el mejor defensa que ha dado gas”, “El Pato”, “Lolo”, “El Capi” y Alberto Vallarta. Dejó escuela, “Lolo” y Demetrio le Franco. En la media “El Güerón” Peña, Raúl aprendieron mucho. Limpio, veloz, con mucha Reglas y yo. “El Puntas” Sánchez, que llegó ubicación. Nikita Santana, que después llegó de Guadalajara, muy bueno; “El Chory”, suer- de Tomatlán, también fue escuela del “Pato”, tudo goleó al Calderón; “El Meño” Delgado y con el tiempo se fue al Atlas y al Puebla. Ha- y creo que Alfredo “El Piro” Curiel, que juga- bía mucho jugador como para jugar en profe- ba un futbol muy diferente, muy bueno, muy sional, pero no se iban porque, no sé, algo les inteligente. Él y yo nos habíamos compene- pasaba. No es tan fácil. Ricardo Cruz Verde, trado tanto que nos conocíamos bien. Cada hermano de Abel, aguantó porque sus her- uno sabía a dónde se iba mover el otro. Era manos lo llevaron y estaban al pendiente de un futbol conjuntado. Una vez tuvimos una él. Se necesita disciplina. Yo desde que juga- discusión porque yo no me quise ir a Impe- ba en Imperial, que tuve de entrenador aquí a rial. Me dijo “vente para acá, al cabo sin mí Rodrigo Ruiz, que había sido entrenador en el no puedes hacer nada”. ¡Estás loco, cabrón! Guadalajara; a Luis, “El come uñas” Sánchez, le dije ¡No tienes idea lo que puedo hacer que venía del León e igual aquí me dirigió, yo sólo! Y es que yo estaba a gusto en mi estuve hecho a la disciplina. Nos concentra- barrio, con La Colonia. Teníamos el campi- ban los sábados, en los tiempos de Don Luis to, cerca del río Cuale y el mar. Jugábamos Rojas, presidente y mecenas en un tiempo de y de ahí al baño. No teníamos que atravesar Imperial, en los almacenes de la CEIMSA. Ahí el pueblo para ir hasta el estadio. Nosotros 200 dormíamos, controlados para que no trasno- jugábamos en la playa, en el malecón y en la Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

calle. Solos, aprendimos solos, nadie nos en- la defensa del Imperial. Pasaba la bola o el señó. Para que no digan que “El Guille” o don mono pero no ambos. Por ahí vi una foto de Poncho. Lo que tuvimos de ellos fue el acon- una selección de Vallarta; están el “Guille”, dicionamiento físico, la disciplina, el apoyo. “El Garabato” y don Poncho. Me acuerdo que íbamos a jugar al Pitillal o a Nací el primero de febrero de 1952. Mi Ixtapa y ganábamos ocho a cero, diez a cero. papá, Salvador Macedo Miranda, trabajó en Ellos eran muy enjundiosos pero más nobles, la Montgomery, creo que era contador. Mi más inocentes. Nosotros sabíamos meter el mamá, Teresa Baumgarten Joya, hija de don cuerpo, teníamos malicia. Las Juntas era un José Baumgarten Escudero. Nacieron aquí mejor equipo, siempre. Yo creo que por don los dos. Vivíamos por la Morelos y Aldama, Manuel Ruiz, que bien o mal los enseñó. Me en la pura esquina. Fuimos ocho hermanos. acuerdo de “Caloris”, de “El Trujo”. Eran ma- Seis hombres y dos mujeres. Yo soy el quinto. yores que yo. Me acuerdo que les metía uno Todos los varones jugamos futbol: Salvador o dos goles y se enojaban, se venían tras de “Chava”, jugó en el Social Vallarta y luego en mí y yo escondiéndome en el camión. San Vi- el León; lo recuerdo muy poco, dicen que era cente era igual, la porra era muy apasionada un lateral muy bravo; el León tenía la playera y difícil. guinda. Rafael “El Quiri”, jugó todo el tiem- Hay que reconocer al “Guille”, que por mu- po en el Social como defensa lateral. Luego cho tiempo sostuvo al Imperial. Zapatos, uni- yo, medio, extremo, centro delantero y me- formes para cinco o seis equipos en varias dio otra vez; de repente lateral, luego central, categorías, no sé cómo le hacía. Imperial fue todo jugué. Con ACJM, La Colonia, La ETI, La semillero que abasteció de jugadores a varios Colonia, Imperial, y otra vez La Colonia y ahí equipos locales. Eso también hay que recono- me traían. Rodolfo “El Popo”, en Imperial, de cerlo. En los primeros tiempos el Guille y “El extremo. Luego vino Alejandro, “El Pirri”, cen- Garabato” Hilario de la O eran perrísimos en tro delantero; rápido, fuerte, grandote, jugó 201 De la patada...

con Imperial. Cuando me fui a Imperial, casi En cierta ocasión que íbamos a jugar contra todos mis hermanos se fueron también, me- un representativo de Ciudad Obregón, había- nos el “Quiri”. mos casi puros jugadores ofensivos. Faltaba un defensa. Nos miramos. Nadie quería ocu- Estuve varios años en la Ciudad de México. par el puesto vacante en la defensa. Hasta que Regresé a trabajar a Vallarta, en el despacho les dije “bueno, si quieren yo juego”. Pues án- contable de Chema Ibarría. Fue mi maestro dale pues. “Lolo” era el central. Le dije “A ver de la realidad en contabilidad. Me acuerdo cabrón, tú dime cómo, porque yo la verdad ni que Vallarta iba a participar en unos juegos idea tengo”. “Pues mira – me dijo–, así como campesinos en Guadalajara y no me dejó ir tú eres delantero y te marcan los defensa, a Chema. Se había negado porque había mu- pues ahora vas a hacerlo al revés ¿Qué te cho que hacer. Pero ándale que por orden del parece?” “ ¡ Ah, pues órale!” Presidente Municipal vinieron por mí, a güe- vo. “El Flechas” vino para llevarme a jugar. Le Pues ya me concentré, me olvide de todo y dije que no me habían dejado ir. Pues aquí me centré en lo que iba jugar. Me cambiaron está la orden del Presidente, dijo. Y le ense- como cinco delanteros. Me tenían cansado. ñó el papel a Chema. “Bien, pues siendo así Y a veces se me olvidaba que era defensa y ¿Qué se le va a hacer? Vete, no hay proble- me subía adelante. Y me gritaba el Lolo ¡Oye ma”. Ahí vamos como a las siete de la ma- cabrón, si eres defensa! ¡Ay jo de la chin..! Y ñana a Guadalajara. El Presidente era mi tío, ahí voy pa’ tras. Ya faltando como diez mi- José Baumgarten Joya, hermano de mamá. nutos les grité ¡Ya cámbienme, ya no puedo! El técnico en esa ocasión era Fausto Gómez. ¡Aguántate, ya va a terminar! ¡No, sáquenme, Para mí el futbol es pasión, es como trabajar. ya me cansé, ya no puedo! Total, me cam- Lo juego con gusto, con ganas y porque me biaron. Estaban viendo el partido unos en- encanta. En la cancha uno debe entregarse al trenadores del Guadalajara. Y hubo una co- 202 cien por ciento. Eso creo, así soy yo. mida para todos los jugadores, ofrecida por Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

el municipio. Yo cansadísimo, ni quería comer, co, buenos: Barragán, Cabrera... ¿Sabes qué? quería descansar; bañarme, dormir. Terminé ¿Pues qué hacemos? “No te amilanes, no te muerto. Uno de los de los presentes me dijo fijes, ponle ganas”, le decía yo a Alejandro. Él que si me quería venir a jugar al Guadalajara. estaba chico, pero muy fuerte. Yo acababa de llegar de México, estaba en David Meléndez era muy sencillo. Venía de el Carlos O’Brian´s y me pagaban ocho mil entrenar a La Naranja Mecánica de Zacate- pesos. En Guadalajara me ofrecían tres mil, y cas. Y cuando fuimos a jugar contra ellos, a ver si la hacía o no la hacía. Me puse a pen- mis respetos, puros chavos de uno ochenta, sar, les dije “No, ¿sabes qué? Me quedo en fuertes habilidosos. En Vallarta, para apren- Vallarta, gano ocho mil, diez mil pesos men- der lo que David quería, no estaba fácil con suales. Tengo todo”. los muchachos de aquí. Lara, “El Sambo”, Antes me habían invitado el Tepic, el Zamo- Gómez, Eduardo “El Aguado”… jugaban en ra, el Atlas, y no quise. Algún día voy a jugar equipos de aquí pero no tenían la experiencia profesional, me dije. Y sí, se me hizo jugar del entrenamiento, de la disciplina. Entrenar en la Tercera. Tenía 26 años cuando me invi- dos veces por día, concentrarte y todo. Por taron al Pelícanos. Los buenos ya se habían eso Meléndez trajo dos jugadores de Zaca- ido y los chavos que quedaban no tenían ni tecas, muy buenos, al portero y del D.F. trajo experiencia ni nada. Pue órale pues, acepté. a cuatro. Ese Cabrera era defensa muy duro, Ahí conocí a Alejandro Gómez. Me preguntó le sabía meter la pata. Ahí le aprendió “La ¿Cómo ves? Le dije “hay que ponerle ganas. Muñeca”, que era bueno pero noble, sin ma- Si no le ponemos ganas al entrenamiento, no licia. “El Dumbo” estaba un poquito más he- la vamos a hacer”. Éramos como treinta. “¿De cho, le cargaba la pata y el cuerpo, le valía veras? Sí, no hay de otra, está dura la com- gorro. David nos enseñó mucho, cómo hacer petencia”. Estaban “La Muñeca” Montes, “El las coberturas, los anticipos, a jugar los perfi- Dumbo”… Vinieron seis defensas de Méxi- les. Ahí creció “El Dumbo”, que jugaba en La 203 De la patada...

Colonia, pero ahí no tenían entrenamientos. en la farándula. Te cuidaba. A los chavalos lo En Imperial y Social, sí. Los que entrenaban aconsejaba. A los que venían de fuera les exi- se superaron. Después de la Tercera División, gía más, porque se les pagaba. Nacho Curiel, surgieron varias ligas: la ejidal, la hotelera, “Meño” Delgado y yo rebasábamos la edad. la restaurantera. Los jugadores jugaban aquí Nos registraron con edad más baja, veinte, y allá, varios partidos a la semana, se des- veintidós años, para poder encajar en los lí- gastaban y pronto se acabaron. Los que se mites de esa categoría. Yo no sé por qué que- aguantaron, duraron más. rían que yo jugara en Tercera. Me preguntaba Meléndez vino a aportar técnica, estrategia ¿por qué yo? Total “Queremos que tú jue- y educación deportiva. Cómo tenías que ser, gues”. Ni modo, ¡Órale pues! para jugar profesional. Hasta en tu vida per- “El Meño” y yo éramos muy amigos, admi- sonal. Llegar al juego, limpio, bañado, con los radores de Fernando Bustos, delantero de zapatos boleados. Tu uniforme impecable. aquel Cruz Azul de los setenta. Me gustaba Media hora antes de jugar te ponía hacer ca- ver a Bustos para aprenderle aquellas maravi- lentamiento. Deberías tener condición para llosas jugadas que hacía. Trataba de imitarlo. dos horas. Meléndez como acondicionador Algunas me salían, otras no. Pero de las que físico era excelente. Nos pedía que le metié- me salían, todavía algunos amigos me dicen ramos fuerte la pierna. David cultivó amis- “No, compadre, tenías unas jugadas que ¡qué tad y relaciones en el Puerto. Vive en Méxi- bárbaro! ¿Cómo le hacías?” Pues quién sabe. co. Cada que viene a visitarnos, lo llevamos a donde quiera. Aparte de ser buen acondi- “El Piturris” jugó también en Pelícanos. Un ju- cionador físico, fue un gran amigo. Muy dado gador excepcional. Para mí fue el mejor cen- a la disciplina. Nos concentraban en el hotel tro delantero de los que he visto aquí. Salió Pelícanos y estaba al pendiente de que nos a intentar jugar en primera división, pero se 204 acostáramos temprano, que no anduviéramos regresó. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

El primer partido de Pelícanos como locales — ¡Ándale, cabrón! lo jugamos bajo un aguacero. La cancha uno, —No, no. recién empastada, quedó hecha garras. Juga- mos contra Tecomán. Quedamos empatados Total, no sé cómo me convenció Reyes Bram- a cero. El estadio estaba llenísimo, no cabía bila, o más bien Nacho Curiel. Me dijo éste, un alma más. Todos querían vernos. El primer partido del campeonato lo jugamos en Ocot- —Compadre, éntrale. Tú diriges y yo me en- lán. Lo perdimos. Nuestros jugadores no es- cargo del acondicionamiento físico. taban habituados a jugar fuera. Tenían miedo —No. o inseguridad. Hasta la tercera temporada se habituaron. Sólo jugué la primera temporada. — ¡Ándale, cabrón! Cuando la segunda, me dediqué a mi trabajo, — ¡Bueno, ándale pues! pues la situación estaba dura. En Pelícanos no me pagaban. Le decía entonces a David Teníamos muy frescos los entrenamientos, “dime en qué te ayudo”. “No, juega”. “David, mejor que cualquiera. tengo que trabajar, pero dime ¿En qué te — ¡Ándale, pues! Pero una cosa te digo. Quie- ayudo? Cuentas conmigo”. ro puros chavos de Vallarta. No quiero juga- Y un día me dijo: dores de fuera. —Ya me voy. Quédate con el equipo. Dirígelo. Entonces los escogí. Les dije “Quien quiera — ¡No! ¿Cómo crees? jugar vamos a hacerlo así y así”. Empezamos bien. Era la tercera temporada de Pelícanos. —Tú eres el más indicado, el que tiene más Duramos catorce jornadas en calidad de in- coco como técnico. victos. De todo los equipo de la república fui- —Pero yo nunca he dirigido… mos los últimos en perder lo invicto. 205 De la patada...

Recuerdo de esa temporada a Parra como En la quinta temporada de Tercera División portero; al “Dumbo” y a “La Muñeca” de cen- Profesional ya no era Pelícanos, sino el In- trales. Laterales, a Lara y “El Sambo”. “Mon- ternacional de Vallarta, bajo el patrocinio de chis”, “El Sambe” y Mora. “Piturris”, “Maravi- Luis Reyes Brambila. Trajeron a Felipe “Prín- llas”, Gilberto Dávila “El Cajito”, mi hermano cipe o Pipis” Ruvalcaba y después a Gamaliel Ramírez, para dirigirlo. “El Pipis” Ruvalcaba “El Pirri”, “El Pipis”, Rafael Quintero. En la si- era una persona muy educada, un señorón. guiente temporada, que fue la cuarta de Pe- Ya nos conocíamos. Me preguntaba sobre el lícanos, me ayudó en el cuerpo técnico Juan equipo. Le decía yo “Están bien los chavos, Rincón. Traíamos ya al “Piturris”, pero más te van a responder, te van a obedecer”. Ahí maduro. A Arturo Lara una vez lo puse de jugaron “El Pingüis” como portero y el “Neto” defensa, no lo pasaba nadie, era muy inteli- Quintero, que había jugado en el Tecomán. gente. Después lo saqué de lateral para ha- Hay que reconocer la iniciativa y buena vo- cerlo medio de contención. Puros chavos de luntad de Luis Reyes Brambila y del “Chino” Vallarta. Hay dos o tres de ese equipo que Guzmán, por la presencia del futbol profesio- salieron de calidad, muy buenos. nal en Vallarta. Tuve muchos problemas con los chavos. Al- gunos se me querían ir a jugar a la liga eji- dal, donde les pagaban por partido. Tuve que apelar a su responsabilidad y amor a la cami- seta del representativo de Vallarta. Otros se me iban a probarse a equipos de Segunda o Primera Profesional. Hice dura labor de con- 206 vencimiento. Me las vi difíciles.

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Alejandro Gómez Encarnación.

Muy tarde comprendí que el box era mi saría que te vinieras con nosotros. Me gustó verdadera vocación. Y al fin aquí estoy, cómo jugaste. conduciendo a los jóvenes por los sende- —Señor, pero yo jugué mal —. Me había ago- ros del deporte. Contribuyendo de alguna tado la altitud. manera a sanear esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. —Eso no tiene la menor importancia. Me inte- resa cómo brincas, las cualidades físicas que El partido inaugural de ese torneo se jugó tienes y, sobre todo, lo entrón. Te vienes con en Ocotlán. Jugué ese día en la defensa, de nosotros. Termina la prepa ¿Tienes contrato stopper, de parador, “El Dumbo” Alejo era el con Pelícanos? líbero; Salas y Lara por los laterales. En la me- —No. Que yo recuerde, no hemos firmado dia cancha, Juan Rincón, “El Siete” Macedo, ningún contrato. “El Sambo” y “El Mene”. Adelante, “El Meño” Delgado, “El Fumanchú” y como centro de- — ¿Vas a venir a estudiar a Guadalajara? lantero no recuerdo. En la puerta estaba “El — Sí. Chale”, de la ciudad de México. Por cierto que —Bien, pues inmediatamente te vienes a la perdimos 2 a 1. Recuerdo que al finalizar el Casa Club del Atlas. Preguntas por mí. Tengo partido, nuestro entrenador, David Meléndez, un proyecto muy serio para ti. me llamó, me dijo: “el señor quiere hablar contigo”. Con él estaba Felipe “El Güero” Ze- Llegó el tiempo, pero no acudí a la cita con tter, del cuerpo técnico del Atlas, de Primera Felipe Zetter. Era yo en ese tiempo una perso- División Profesional. na inestable, no sabía lo que quería. Y perdí, posiblemente, una buena oportunidad para —Oye, tu entrenador me dice que estás en el jugar el futbol profesional. Si alguna vez soñé último semestre de la prepa; y a mí me intere- en ser futbolista profesional, por cuestiones 209 De la patada...

de carácter abandoné muy pronto mi sueño. un inquietante pantaloncillo corto. Luego de Jugué algunos siete u ocho partidos con Pelí- la foto de rigor, recuerdo que el Presidente canos y luego me retiré de la Tercera División. Municipal le dijo a Leo — Ahí te encargo el De repente sentí apatía por la práctica de ese negativo, “Leíto”. deporte, me dejé vencer muy fácil, y no seguí mi sueño, creo que no sabía lo que quería. Del equipo contendiente no recuerdo cuál era. Obviamente debió ser uno de la Zona El segundo partido lo jugamos en la cancha Occidente. Total que, durante los primeros número uno, de la Unidad Deportiva, aquí en minutos empezó a llover y jugamos en un Vallarta. Era un día densamente nublado. Re- lodazal, aunque la cancha estuviese recién cuerdo muy bien cuando nos concentramos empastada. Quedamos empatados a cero. Me en los vestidores. Era una novedad la Terce- sentí bien en ese encuentro, aunque ninguno ra División Profesional en Vallarta. La afición de los jugadores desplegamos nuestro po- acudió en forma generosa. Recuerdo que tencial, debido a la lluvia. cuando yo iba entrando a la unidad depor- tiva, la vice-presidente municipal, Alicia Gari- Los límites de edad de la categoría eran, me bay me preguntó ¿Oye, Güero, se va a jugar parece, entre los 19 y 21 años. Pero nuestro siempre el partido? —Sí—, le contesté. Se equipo lo conformaban algunos muchachos realizó el acto de inauguración con la presen- de mayor edad, a quienes tuvieron que alterar cia del entonces presidente municipal, Rafael el acta de nacimiento. Entre ellos, “El Siete” González Pimienta. Estaban los reporteros Macedo, Nacho Curiel y “El Meño” Delgado. de Vallarta Opina. En ése tiempo el fotógrafo Para aparentar menos edad, los rasuraban, estrella era Leo Maldonado. La madrina del les quitaban el bigote poco antes del encuen- equipo fue una de las hermanas de Nico Cu- tro. El cachirul estuvo entonces a la orden del riel. No recuerdo su nombre, pero era muy día. Y si no hubiera sido tan evidente, creo 210 guapa. Por cierto, vestida en esa ocasión con que hasta Reyes Brambila hubiera alineado. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

José Curiel había sido convocado al preselec- David Meléndez fue un buen entrenador. Él cionado de Pelícanos, pero pronto se lo lle- trajo la técnica al futbol vallartense. Nos en- varon al Atlas. Recuerdo que en una prácti- señó a defender, a marcar, a manejar los perfi- ca interescuadras advertí que ya descollaba les. A bien tratar el balón. Nos dio muchos re- como extremo derecho excepcional. Él jugó cursos técnicos. Incluso, algunas mañas para en el Atlas, y después en Atletas Campesinos. defendernos del futbol sucio. Recuerdo que Incluso, le llegó a anotar al América. Por “El en un partido, contra el equipo de Tala, aquí Vallarta” Curiel le conocían los medios. Él es- en Vallarta, su centro delantero trató de inti- tuvo en Primera División. Perteneciente a una midarme verbalmente desde el principio. No sabía él con quien estaba tratando. Se topó familia futbolera por tradición, los Curiel. con un peleonero de barrio, y no me le dejé, Dejé de jugar en Pelícanos y me vine al llano. contestando en los mismos términos a sus A mi equipo, Olímpico de Ixtapa. A la Liga ofensas y bravuconadas. De las ofensas ver- Interzonas número 4. El Pelícanos, si mal no bales, al ver que no me podía superar, pasó recuerdo, sólo sobrevivió por esa temporada a los golpes, discretamente, cuidándose del y otras más. Luego, desapareció. Fue el pri- árbitro. David se percató del roce y, en su mer ensayo del futbol profesional en Vallarta. oportunidad me hizo una seña. Con el dedo Años después resurgiría la Tercera División índice se tocó la oreja. Yo le entendí, y en la Profesional con el Internacional de Vallarta, siguiente disputa del balón, por alto, ahí le mejor conocido como “El Inter”. puse la frente al de Tala. El tipo se desplomó y yo alegué al árbitro que el choque había Después jugué en las ligas Hotelera y Res- sido accidental. Se ablandó el contrincante. taurantera. Merced a esa experiencia en la Tuvo que salir del partido. Se había pasado Tercera división, mis recursos futbolísticos se en su actitud agresiva. Porque hasta llegó acrecentaron. hasta mentarme la madre. Sólo en esa oca- 211 De la patada...

sión tuve necesidad de hacer eso. Nunca más lo volví a hacer. David nos enseñó algunas artimañas, pero sólo para aplicarlas a los malosos. Porque él concebía que el futbol debía ser una contien- da limpia. En la liga hotelera jugué con el JHD, de don Juan Huerta Delgadillo. En la restaurante- ra jugué con el equipo del Montecarlo, que manejaban Javier Joya y Chepe Alvarado. En 1986 me fui a trabajar a Estados Unidos, allá jugué futbol. A principios de los noventa re- gresé a Ixtapa. Me inscribí en la carrera de derecho del Centro Universitario de la Costa. Soy licenciado en derecho de la primera ge- neración de la UDG en Vallarta. No ejerzo mi profesión, sinceramente, porque no me gus- tó. Hace unos años instalé un gimnasio en mi pueblo y soy entrenador de boxeo. Muy tarde comprendí que el box era mi verdadera vocación. Pero aquí estoy, conduciendo a los jóvenes por los senderos del deporte. Con- tribuyendo de alguna manera a sanear esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. 212

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región José Curiel Madero.

Le prometí a mi mamá que no regresaría dalajara, ataviado más que nada por mi ve- a Vallarta hasta que jugara en Primera hemencia y gran confianza en mí mismo y en División. mis facultades. No conocía Guadalajara. Nun- ca nadie vino aquí por mí, algún visor como Mi nombre completo es José Francisco Curiel Madero, hijo de Ramón Curiel Medina y de hoy se estila. Simplemente me fui a probar Guadalupe Madero Flores. Él, originario de fortuna. Gracias a Dios llegué al Club Jalisco, Ameca y ella, de Tomatlán. Somos doce her- y a los seis meses ya estaba registrado en manos, todos nacidos en Puerto Vallarta. Soy reservas profesionales, antesala de la Primera el séptimo de una familia muy futbolera. El División. Ahí empieza mi historia, empiezo a mayor de mis hermanos, Nicolás, fue un mag- forjar mi carrera profesional desde los trece nífico centro delantero del futbol local. Alfre- años. Prácticamente estaba por cumplir ca- do y Nacho jugaron en Segunda División. torce. Mi primer partido profesional fue en el Crispín, en el Salamanca de Tercera División y Estadio Jalisco, contra las reservas del Guada- Chuy, el más chico, en fuerzas básicas. lajara. Un clásico, dentro del torneo de Reser- vas Profesionales. A esa edad pisé el Estadio A los ocho o nueve años empecé a practi- Jalisco, en las filas de El Jalisco. De ahí me car el futbol, entrenado por el señor Guiller- miraron y se interesaron por mí visores del mo Rodríguez, “El Guille”, martes y jueves. Club Salamanca de Segunda División, quie- Me decían mis compañeros que yo tenía mu- nes estaban interesados en ascender su equi- chas facultades y, de repente te la empiezas po a Primera División. Desprendido de eso, a creer y empiezas a entrenar más en forma, a los seis meses ya estaba con ellos, con un con mayor dedicación. contrato firmado por tres años; yo a la edad Entre los doce y trece años de edad dejé de de catorce. Cumplí los 15, 16 y 17 años de estudiar, inquieto por probar suerte en el fut- edad en ese club de Segunda División. Como bol profesional. Me fui a la ciudad de Gua- era menor de edad, conté con la tutoría de 215 De la patada...

mi hermano Nicolás. Porque, curioso, aunque la final contra Querétaro, en 1987, si mal no mis padres eran muy aficionados al futbol, recuerdo. Y el Querétaro ascendió a Primera nunca fueron a verme. Mi hermano Nico fue el División. Para mi sorpresa, el técnico del Que- que dio la venia, el permiso. Mi hermano era rétaro me pide como refuerzo. Para mí fue como nuestro papá, porque mi padre tuvo algo extraordinario porque jamás pensé salir una enfermedad que lo dejó postrado por del Salamanca, por el interés que se tenía de varios años. Y Nicolás tomó la batuta fami- ascenderlo, y con recursos, porque lo patro- liar desde entonces. Prácticamente era como cinaba Petróleos Mexicanos. Pertenecíamos a nuestro papá. El me acompañó hasta Sala- la Refinería de Salamanca. Pero, cuando me manca y ante él se hizo el contrato. Yo era sale la oportunidad de irme al Primera Divi- un chiquillo. No sabía de qué se trataba, ni sión, la verdad no lo pensé dos veces. Y me cómo era eso. Yo lo que quería era jugar. No fui. sabía que si jugando se ganaba dinero. Que En ese tiempo no sabía que tenía que termi- se hacían contratos millonarios… En mi men- nar ciclos, que tenía que cumplir contratos, te no existía eso. Yo quería solamente jugar, que habría que pasar por una serie de cues- aparecer en la tele. Cumplir la promesa que tiones administrativas. Yo ignoraba todo eso. le hice a mi mamá, de que yo no regresaría a Pensaba que si un equipo te quería, te podías Vallarta hasta que no fuera jugador de Prime- ir con la facilidad del mundo. Y no. Me fui, ra División, y salir en televisión. Fue mi meta pero me marcaron como rebelde al irme al al salir de mi pueblo. Querétaro. Tuve problemas muy fuertes, in- Pasó el tiempo. Entonces los partidos de Se- clusive, el dinero que gané en esos tres años, gunda División no se televisaban, pero du- tuve que regresarlo. Económicamente volví a rante los tres años pasamos a la Liguilla. En empezar. Pero eran tantos mis deseos por ju- el tercer año, Osos Grises, filial del Toluca, nos gar en Primera División, que el dinero no me 216 dejó afuera en semifinales. Osos Grises jugó importaba. Nunca me importó en ese tiempo. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Y el Sr. Presa, propietario del Querétaro, se abrieron las puertas y tuve una oferta para aferró mucho a mí y me ayudó muchísimo. En ir al América. fue a verme al el sentido de que, lo que perdí, la mitad me Querétaro, el fin de semana siguiente. Lue- lo recuperó. Firmé por tres años, también en go del entrenamiento, don Querétaro, que son los años que jugué ahí. me dijo “Carlos Reinoso te está esperando, Para mí fue algo extraordinario porque ahí quiere hablar contigo”. Me sorprendí. Para mí empezó mi carrera fuerte en Primera División. Carlos era un señorón entonces. Iba acompa- Debuté en esa categoría a los diecisiete años ñado de Lupita D’alessio, que estaba en su y medio. Siempre titular ahí. Empecé a hacer apogeo. Los saludé. Me senté con ellos y él las cosas tan bién que llegué a ser seleccio- me dijo “Mira hijo, yo te puedo llevar a ser nado nacional. A esa edad. El señor Matosas, muy grande. Vámonos conmigo al América. mi entrenador, me tenía en un pedestal por- No te va a faltar nada. Te va a ir muy bien. Vas que me decía que yo era muy versátil. Que te- a un equipo grande. Quiero verte ahí”. nía cualidades que muy pocas veces se le ve a Fue algo inesperado. Yo admiraba al Améri- un jugador. Que era yo rápido, que era técni- ca, en lo futbolístico, pero… me dio miedo la co, que era entrón. Esas cualidades me decía Ciudad de México. Si él me diga o yo le hubie- Matosa que yo tenía. Ya que casi siempre se ra dicho “pero concéntreme en Casa Club”, da de que, o eres técnico o eres rápido. Tenía yo me hubiera ido. Le tuve miedo a la Ciudad esas virtudes, según él, rápido, técnico y con de México, a la multitud, a mucho de esto y agallas. Por eso ahora estoy operado de las aquello. Se hablaba de secuestros, de muchas dos rodillas. Mi juego era un poco fuerte. tonterías. Y en Querétaro estaba muy cómo- Cuando estuve en Querétaro, fui selecciona- do. Me sentía seguro. La gente me conocía. do nacional en la sub-veinte. En 1981, cuan- Podía pasear a las diez u once de la noche do le anoté el “gol de la semana” a Héctor y nada pasaba; todo mundo me saludaba. Miguel Zelada, en el Estadio Azteca, se me ¡Adiós Curiel, adiós Vallarta! Y eso pasó. Si 217 De la patada...

me hubiera dicho “vas a casa club”, me hu- do en Querétaro, me pagaban muy bien y era biera dado seguridad. Era yo muy apartado, muy querido. Adonde llegaba, al mercado, a reservado, no amante de exponerme en fies- la tienda, todo me lo regalaban, todo me lo tas. Prefería la cancha y la pelota, un entorno daban. Me ovacionaban, todos querían un no tan abierto. Ver la televisión, una película. autógrafo. Estaba muy cómodo, muy a gusto Me agarró de bote pronto. Y Carlos era de en Querétaro. Pues no, no me fui al América. “ahora o nunca”. No a cualquiera se le ofre- Ahora veo que perdí una oportunidad de oro. ce jugar en América. Y aquel señorón fue a buscarme. Siento que hasta se rebajó. Con su Pero entonces vino la invitación para ir a se- presencia me estaba diciendo “estoy vinien- lección nacional, y como era menor de edad, do por ti, quiero que vayas, me interesas”. Yo estaba por cumplir los dieciocho años, fui al no lo dimensioné, me ganó la inseguridad, el mundial juvenil. Con la sub- veinte, a Aus- temor a la ciudad. Y… le dije que no. Que tralia. Como seleccionado me tocó conocer estaba muy bien en el Querétaro. No sé qué Inglaterra, España, Arabia. En Inglaterra ga- me pasó. Ahora pienso que estaba muy chico, namos un torneo. En Australia quedamos en inexperto, falto quizá de educación, no tuve la cuarto lugar, luego de ser eliminados por Ale- asesoría adecuada en el momento adecuado. mania. El campeón fue precisamente Alema- Yo jugaba, y lo que me encantaba era eso. Mi nia. Se suponía que podíamos ser campeones pasión era el juego, me entregaba al cien por tanto ellos como nosotros. Habíamos viajado ciento en cada partido. Y lo demás no me era de México a Estados Unidos y a Inglaterra. En tan importante. Y hoy te lo digo sinceramente Inglaterra, jugando un torneo, permanecimos que estoy arrepentidísimo de no haber ido al por una semana. Jugamos en el legendario América. Hubiera sido lo máximo para mí. Un estadio de Wembley. De ahí volamos a Ho- club tan grande, con tanta presencia, con tan- landa. Allí tuvimos noche libre para relajarnos 218 to prestigio. Pero como yo estaba muy cómo- pues al día siguiente partiríamos a Australia. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

A la salida de México, llegamos a Estados Uni- Y le digo “Ah, sí, mi compañero” y el árabe dos. Allí abordó la selección de ese país. Lle- casi me besaba porque Leonardo era su ído- gamos a Inglaterra por su selección, a España lo. Entonces le dije “Ok, te voy a obsequiar y a Arabia, lo mismo. A cada país participante este sombrerito por Leonardo”. Y él casi se que llegábamos, el avión bajaba por esa se- deshacía. Me regaló un pants, un par de za- lección. Era un Viaje especialmente para lle- patos tenis. Le dije no, no… En cambio los var las distintas selecciones a Australia. Puro argentinos eran muy canijos. Llevaban unas jugador y de la misma edad. Ya te imaginarás, pelotitas, como llaveros, se movían y se veía adentro, con chinos, rusos, árabes, españo- todo lo que es Argentina, muy bonitos. Pero les, uruguayos, argentinos, era una mezcla de eran bien méndigos, porque no los daban la fregada. Era un merequetengue arriba del por cualquier cosa. Negociaban: “Esto, esto avión. Nadie se sentaba. Todos andábamos y esto, por esto”. Se cotizaban. Y luego, cam- saludando. Los dirigentes nos habían dicho peones del mundo. Yo me les puse al brinco que lleváramos souvenirs, objetos de recuer- “No, no, sombrero mexicano por ese llavero, do típicos del país. “Lleven sombreritos, por- no más. que son muy codiciados”. Y nosotros lleva- Hicimos treinta y seis horas de vuelo. mos cada uno como 15 o 20 sombreritos. Sombreritos de artesanía mexicana. En cierto Empezamos ganando, luego empatamos y momento me llegó un árabe hablando, y no le pasamos a la siguiente ronda. Nos tocó en entendía nada, nada de nada ¿Qué me querrá la tercera ronda Alemania, puros grandotes. decir? Y me hacía señas. Vinieron dos intér- Dicen que tienen tal edad, pero yo creo van pretes, uno hablaba inglés y otro árabe. “Ah, algunos cachirules. Unos monstruos de ca- te pregunta que dónde está Leonardo Cué- brones. Muy grandes para nosotros. Nos ga- llar”. Y Leonardo Cuéllar era mi compañero naron por un error de Agustín Cosco. Uno a en Querétaro. Tengo amistad estrecha con él. cero perdimos. Eliminados. Fue una lloradera. 219 De la patada...

Unos encabronados, otros chillando, otros do. Lo que hice entonces fue agarrar mis ma- mentando esto… Y el sicólogo, Octavio Rivas, letas e irme a Guadalajara. nos aplicó una terapia. Nos preguntó que a El Atlas ya me esperaba. Era el torneo 81-82. quién le teníamos coraje. Unos decíamos que Firmé contrato por seis años. Ahí me que- al técnico. El técnico era Alfonso “El Pesca- dé hasta el 87. Antes los torneos eran lar- do” Portugal, junto con “El Cinco Copas”, An- gos. Empecé a ser titular. Afortunadamente, tonio “Tota” Carbajal. Llevaba fotos grandes en seis años que estuve con ellos fui titular de ellos. Las pegó en la pared. Nos decía a indiscutible. Nunca tuve una baja, nunca fui cada uno de nosotros “Diles lo que quieras, cambiado, siempre jugué los noventa minu- saca todo lo que tengas”. No, no, no... Hu- tos. Es un record que tengo, muy importante. bieras visto a todos, con esa terapia. Y esto Pero tuve problemas con un entrenador, “El es escupidas, mentadas de madre, golpes… a Pistache” Torres, jugador legendario del At- las fotos. Se acabó la terapia, nos relajamos. las, y me vi forzado a emigrar al Zacatepec de Para eso, los técnicos no se aparecieron para Segunda División. Aunque yo no quería, pues nada. Sólo mandaron avisar “A las siete de estaba a gusto en el Atlas, pero en ese lap- la mañana sale el avión y el que no llegue so, entra de entrenador el señor “Pistache” se queda”. Se nos dió esa noche libre y nos Torres, y para mi desgracia, en ese 87-88, fuimos dos que tres a dar la vuelta. Yo me su hijo jugaba la misma posición que yo. Me fui con el doctor Rivas. A día siguiente, vuelo sacó de la alineación, para meter a su hijo. para atrás. Tristes. Desilusionados porque te- Cosa que no me gustó. Ni a mis compañeros níamos con qué ser campeones. Íbamos bien les pareció. Porque, no es por nada, pero su preparados. hijo no tenía ni las cualidades ni la forma de jugar que yo tenía. Pero era su hijo… y de Cuando regresé a Querétaro, me encontré con alguna u otra manera lo entiendes cuando ya 220 la sorpresa de que el Atlas me había compra- eres papá. Yo no lo entendí entonces, cuan- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

do joven y sin hijos. Tuve un problema muy asimilarlo alrededor de dos años. No me de- fuerte con “El Pistache”, y opté por aceptar la cidía. Y el día que me decidí, me engañé a mí oferta del Zacatepec. Me fui a préstamo por mismo. Dije “me voy a Vallarta un año, me un año, a Segunda División. preparo para regresar al medio futbolístico”. Pero dejar un año inactivo y a la edad de 33 Terminé el ciclo en Zacatepec. Para entonces años, ya no era factible. No era normal. Creí ya había llegado Carlos Reinoso al Atlas, como que estando aquí en Vallarta, cuidándome, al entrenador. Y como éste ya me había querido nivel del mar, haciendo todos los días depor- para América desde años antes, me vuelve a te en playa, me iba a fortalecer para volver- pedir. Me jala de nuevo al Atlas. Hago un con- me a activar. Esos fueron mis pensamientos trato por tres años, lo que dura Carlos. Luego a la hora de decidir. Así, me vengo con mi de lo cual, me retiro en 1990. Ya enfadado y esposa. A los seis meses de llevar una vida con lesiones. conforme a lo planeado, empecé a hablarles Terminé mi ciclo futbolístico en 1990. Había a dos o tres promotores. Me di cuenta que conocido a quien hoy es mi esposa, en Zaca- ya era tarde. Te dicen “No, porque quiero al tepec. Por eso traje muy bonitos recuerdos de 25 años, al de 20”. Ya ni de 28 querían. de allá. Cuando me regreso a Vallarta, nace Menos de mi edad, que andaba en treinta y mi primer hijo. Me casé en Guadalajara. Sien- tantos. Me cayó el veinte y dije, “ya se acabó do jugador del Atlas. Me casé en 1989. Un esto”. Entonces entré en depresión. Me dio año después me retiré. Ya teníamos planea- por tomar alcohol, cosa que en mi vida no do retirarnos, ya se lo había externado. La lo había hecho. Durante mi carrera deportiva decisión del retiro no es fácil. Cuando todas fui muy disciplinado. Empecé a tener salidas las cosas que te da la vida, todo lo que co- y llegar tarde a casa. Empecé a tener amigos nociste, lo que eres, que a donde llegas te de parranda todos los días. Hasta que llegó conocen…es muy difícil dejar eso. Me llevó el momento en que dije “no, yo no soy ése”. 221 De la patada...

“No me lo permite el futbol, eso sería en con- realidad de 1990 a la fecha. Invertí mi dinero tra de lo que el deporte me dio”. Empiezo a y mi tiempo para establecer una escuela de tener un sin número de contradicciones. Era futbol. un pleito interior. Gracias a Dios, tengo una En el año de 1999 me hablaron de la Fe- familia muy unida, muy solidaria. Empezaron deración Mexicana de futbol. Me dicen que a llamarme, a platicar entre hermanos y vie- es posible que Vallarta tenga una franquicia ron mi situación. Me decían “espérate, estás para un equipo de Tercera División Profesio- mal”. “Tú, el futbolista, el número uno, no”. nal. Que han pensado en mí para que la ad- “Eso déjalo para mí, que no lo fui, pero tú…” quiera. Pero tuve un problema. En la Federa- Empecé a cambiar mi actitud. La negativa ción estaba una persona de mucha influencia. de los promotores me había desbalanceado Fue, por cierto, promotor de Hugo Sánchez. emocionalmente. Afortunadamente superé Estaba casado con una artista que vivía por ese trance de cuatro o seis meses y volví a temporadas en Puerto Vallarta, Rocío Ban- ser el mismo. quells. Él se dió cuenta y quiso comerme el mandado. Estos terrenos los adquirió mi hermano Nico, muchos años atrás. Y eran potreros, llenos Cuando voy a hacer los trámites al Ayunta- de maleza. Le pedí entrar en sociedad y que miento, me encuentro con que la persona an- me dejara rehabilitarlos. Mi ilusión, lo que me tes citada estaba con el presidente municipal, apasiona es dar oportunidad a los niños y diciendo que era el dueño de la franquicia. jóvenes de Vallarta. Que sean alguien el día Me extrañó el asunto, pero le creí; con esa de mañana. De tener la oportunidad de ser lo personalidad, promotor de Hugo Sánchez y que fui. Llegar a tener algo en la vida. Nico relacionado en algún tiempo con Diego Ma- me dijo “ahí están”, haz lo que quieras”. Hice radona… eran palabras mayores para mí. 222 lo que son ahorita, canchas engramadas, una Entonces yo me retiro. Y cuando él ve que Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

me retiro, dice: “Espera, hagamos equipo. Yo — ¿Cómo que no es cierto? Es más, ya tene- encantado. Tienes instalaciones, tienes todo. mos equipo y patrocinadores—. Le digo y le Qué mejor que contigo”. cuento todo. —Pues, adelante—, le dije. —No, no es cierto—, me dice. — ¿Qué te parece, “Vallarta”, si tú en este instante me Quedamos en que yo fungiría como entrena- haces un depósito de seis mil pesos, yo te dor y él como directivo. Convocamos a los jó- mando la papelería y una copia del permiso venes y de 200 seleccionamos a 25, que es el de la franquicia? — Me quedé frío, me pre- número que debes registrar en la FEMEXFUT. guntaba ¿qué está pasando? Hicimos todo ese proceso en mis canchas. Él empezó a hacer lo operativo, a buscar los pa- —Está bien. No te los puedo mandar en este trocinios de Corona, de Coca Cola, de los ho- instante ¿Qué te parece en dos días? Tengo teleros. A él le correspondía, según habíamos que hablar con esta persona, porque estamos convenido. A mí me tocaba lo deportivo, ar- involucrados con los patrocinios. mar el equipo, entrenar. En cierta ocasión, ya —Está bien, José, te espero. con los patrocinadores conseguidos, a mí se me ocurrió hablar a la Federación, para darles Durante el entrenamiento del día siguiente, las gracias. Cosa que tenía que haber hecho abordé al fulano y le dije: desde el principio. Le hablé al Secretario, mi —Quiero hablar contigo ¿Me podrías pro- enlace con la Federación, amigo personal. porcionar una copia del permiso de la Fe- deración? Me la está exigiendo el gobier- —Soy el Vallarta Curiel. Hablo para darles las no municipal y necesito saber en qué estoy gracias por la oportunidad que me querían respaldado. Estamos por colocar publicidad dar, pero pues ya la adquirió fulano de tal. en mi local y no tengo respaldo más que de — ¿Qué? No es cierto. palabra. 223 De la patada...

— ¿Es que no confías en mí? Al día siguiente, a los entrenamientos acudie- ron sólo la mitad de los muchachos. Al no —He confiado tanto en ti que mira, ya tene- llegar los demás, pregunté ¿Qué pasa? Y uno mos el equipo. Pero necesito un respaldo. de ellos dijo: — ¡Ah! Mañana te lo doy. —Oiga profe, yo vi a unos compañeros que Al día siguiente le pregunté ¿Qué onda, traes se fueron para el Colegio Americano. el papel? — ¿Cómo? Pero si aquí es la cita. Espérenme —Mira, veo que te estás poniendo muy difí- aquí. cil. Aquí sobras. Es más, ya investigué y hay Subía a mi carro y me dirigí al Colegio. Ahí gente que me aconseja no tenerte a mi lado. encontré a esa persona, con el resto de los —Bueno, es muy fácil. Busca otro lugar, si vas chavos y al gerente general de Coca Cola, a creer a otros lo que dicen de mí. Si crees casi entregándole el cheque del patrocinio. que estoy mintiendo de lo que tengo, de lo Quinientos mil pesos. Justo llego yo cuando que fui, de lo que he hecho, bueno, pues hazlo estaban haciendo la presentación. Mostraba por tu lado. Tan fácil como eso. él unas dos playeras que, según decía, serían el uniforme del equipo. Mostraba dónde iría —Bien, pues veo que contigo ya no—, me el nombre de Coca Cola. Era muy vivo el vale, dijo. muy listo. Por eso le fue como le fue. Llegué y le dije ¡Espérame! Estaba yo enojado. Pues —Aguántame tantito, mañana lo vamos a de- el manejo de los chavos me correspondía. Al cidir definitivamente—, le dije. verme, el gerente de la Coca Cola, se extrañó. —No tengo porqué aguantarme ni un mo- Él y yo teníamos relaciones comerciales y de 224 mento más—, concluyó y se fue. patrocinio por años. Exclamó: Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

— ¡Curiel! —En cuanto me deposites, te regreso el do- cumento—, dijo mi amigo. Luego me pregun- —Es que aquí no es ¿Por qué hacen trato en tó — ¿Cómo se va a llamar el Club? mi ausencia? —Marlines de Puerto Vallarta. Me mandas la —Bueno, es que él aquí nos citó—. Estaban a papelería con ese nombre—. Le dije. punto de darle el cheque. Me fui al banco. Pasó media hora y me llegó — ¡Espérate, espérate, así no es! el correo. Ahora sí, tenía las pruebas de la franquicia. Fui al Ayuntamiento. No me creían. No le dieron el cheque. Porque la Coca Cola Para que veas lo que son las cosas. Con pa- le estaba entrando por mis instalaciones. Ahí pel en mano y no me creían. En cambio a él, tuvimos un roce el fulano y yo. Hasta me dijo: con pura palabra, le crían. Hasta que llegó el momento en que les dije: — ¡Pero te voy a chingar, cabrón! — ¿Saben qué? No ocupo nada de ustedes. —Sabes qué…Ya tengo la franquicia. Me Lo voy a hacer sólo. Lo único que necesito de mentiste. Y delante de ellos te lo voy a decir. ustedes; que no les voy a pedir sino a exigir; El señor es un mentiroso. No tiene la franqui- es el permiso para jugar en el Estadio. Entre- cia, la tengo yo. no en mis canchas pero juego aquí. Déjenme jugar ahí. Hagan algo por la sociedad, yo es- Le piqué la cresta y me equivoqué al decir- toy haciendo algo por los jóvenes—. Hasta le que la tenía. En ese instante regresé a las eso, me dieron todas las facilidades. Permiso canchas. Suspendí el entrenamiento y hablé para jugar ahí y para vender cerveza. a la Federación. Le dije a mi amigo “en este Después de todo ese merequetengue, empe- instante te voy a depositar”. zamos a jugar. Aquello fue un éxito. Llegué a 225 De la patada...

meter hasta más de dos mil personas. Y era Pasó el tiempo, y no les di nada. Un día vino Tercera División, los que no metía el Necaxa a ver un partido cierto político vallartense. en el Azteca. Entonces, los del Ayuntamien- Me dice: to me llamaron. Me dijeron: —Me dijeron que te están cobrando un im- —Te vamos a cobrar el seis por ciento de las puesto ¿Vas a pagarlo? entradas. —No. Si insisten, me cambiaré a mis canchas, — ¿Saben qué? No les doy nada. Háganle donde no pague. como quieran ¿Es que de nada me sirve que —Pero de todos modos te lo van a aplicar, yo haga algo por Vallarta? ¿De qué les sirve por ley. Aquí tenemos que hacer algo para ese dinero? Lo poquito que les daría me sirve que te quiten ese impuesto. Una fundación, más a mí, porque a los chavos tengo que pa- qué sé yo. Hay maneras de hacerlo. Nada garles ¿Y los viajes y todo? Les doy pasajes, más te pido una cosa, me apoyes política- comida, concentraciones en el hotel Pelíca- mente, apoyes a mi partido—, dijo, y además, nos, ya sea local o visitante. me ofreció ayuda económica. Porque yo conceptualizaba el futbol en Va- —No—, le contesté—. La verdad nunca me llarta muy profesional. En la cancha y en el he vendido. No haré cosas en contra de mi trato a los muchachos. Las atenciones. No forma de pensar, jamás. Discúlpame. No pue- importaba que le metiera de mi bolsa. Nunca do mezclar el deporte con la política. Mi for- pensé que la gente iría a responder de esa ma de pensar no es así. manera, que aquello iba a ser un éxito. No pensé así. Quería que los muchachos recibie- Creí que se iba a molestar. Pero en vez de 226 ran un trato digno. decirme “eres esto o aquello”, me dijo: Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—No había conocido alguien que rechazara —No es lo mismo céntrico y cerrado que lle- esa cantidad que te estoy ofreciendo. Es muy varlos a Ixtapa al aire libre. buena. Es más de lo que vale tu franquicia. Durante la madrugada metieron las máquinas —No me importa, Va contra mi filosofía. Dis- y tumbaron las bardas. Ahí empezó la deba- cúlpame. No puedo ir ni contra ti, ni contra cle de Marlines. Me los traje para acá, pero ya aquellos. No me han hecho nada. No puedo, no fue igual. Si en el Estadio metía dos mil o discúlpame. mil quinientas personas, acá cuando mucho, trescientas o quinientas. Aguanté todo lo que —Me gusta así. Es más, yo te voy a ayudar. fue la temporada, para salir, porque me salía Del gobierno me encargo yo. la temporada como en un millón de pesos. —Ah, bueno, gracias. Entonces dije, ya no voy a estar gastando tanto dinero. Tuve problemas con mi familia, Después de eso, jamás me molestaron. Nunca mi esposa. “Oye estás gastando dinero a lo me molestaron en seis años que duré con Los tonto”. Y tenían razón. Marlines de Vallarta. En ese lapso, me salió un jugador, codiciado Todo se derrumbó cuando tumbaron las bar- por varios equipos de Primera División. Jesús das del estadio. Se empezó a rumorar que Terrones, que era nuestro goleador. Oriundo iban a tumbar las bardas. Fui con Efraín y le de San Vicente, Nayarit. Había anotado 48 dije: goles en la temporada. Rompió record a ni- vel nacional en Tercera División. Vino El Gua- —Oye, no seas cabrón, no vayas a hacer esa dalajara, vino Pumas, vino Cruz Azul, vino pendejada. Acabas con el futbol profesional Puebla y Atlas. Vinieron como ocho equipos en Vallarta. a comprármelo, pero todos ellos lo querían — ¡Ah! Llévatelos a tu cancha. regalado. 227 De la patada...

—Allá le vamos a dar la proyección. Cuan- Primera y sigue jugando. Entonces digo que, do él figure, entonces te vamos a dar—, me cuando se hacen bien las cosas… Si aquí en decían. Vallarta no hubiéramos perdido tanto tiempo, ahora tuviéramos, no uno o dos, sino cincuen- — No, él ya es una figura—, les dije. ta o cien Terrones en Primera División. Cien Después llegaron del Monterrey y me dicen: familias viviendo diferente. Porque el futbol —Queremos a este jugador. Dinos la cantidad da mucho dinero. Y máximo ahorita. ahorita. Te vamos a pagar aquí. Te hacemos Como a los tres años de inicio de Marlines, un cheque y nos lo llevamos. traje a un entrenador polaco, de nombre Al- —Si le llegas al precio ¿por qué no? delmar Vasilowski, En ese tiempo le estaba pagando diez mil pesos en efectivo, hotel y ¿Te imaginas en ese tiempo, una venta de comida. Me salía oneroso tenerlo. Lo mejor quinientos mil varos? Era un buen billete. que teníamos como técnico, por eso llegamos Quinientos mil pesos me pagaron por Jesús a semifinales. Todos los años calificábamos, Terrones. Les dije: teníamos un éxito terrible. Porque teníamos —Eso vale él, pero aparte su sueldo. Y el con- un equipo muy competitivo, que hizo historia trato yo se lo hago. Tengo que estar presen- en Vallarta. Jugábamos aquí, los viernes a las te en la firma del contrato. Que él vaya bien 7 de la noche. pagado. Cuando terminó el ciclo de Marlines, concen- Le conseguí un sueldo de 20 mil pesos men- tré mis esfuerzos y experiencia en mi escuela suales, que no se lo daban ni al mejor jugador de futbol Atlas Vallarta. Hasta la fecha aquí de Tercera División. Tres años y Casa Club. Yo estamos, realizando nuestra aportación a la revisé su contrato. En seis meses debutó en formación deportiva de niños y adolescentes 228 Primera División. Empezó su carrera. Jugó en vallartense. Aquí en la escuela de futbol, le Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

hablo a los niños acerca del daño de la dro- que hacer? Hacer ejercicio, aplicarse en el gas. Que lo más sano es el ejercicio para estar entrenamiento y nunca jamás las drogas. Eso fuertes naturalmente, sin perjuicio al organis- no va con el deportista. Y menos con el pro- mo. Tenemos mucho cuidado con eso. No lo fesional, porque allá te hacen examen cada permitimos. Que sean hábiles por lo que Dios seis meses. les dio, porque se lo ganan con el ejercicio, — ¿Serio, profe, cómo es allá? Y se empiezan con el entrenamiento. No por drogarse. Algu- a entusiasmar, empieza una cascada de pre- nos alumnos me han dicho: guntas, porque se interesan, se motivan. — Profe, yo conozco a niños que se drogan. Antes yo era muy reservado, no hablaba de Niños de la escuela, de la secundaria. estas cosas. Pero últimamente lo hago por- —No, no, hijo. No te juntes con ellos. Sepárate. que los papás me lo exigen. Ven necesario y urgente este aspecto de la formación de los —Es que a veces me invitan. chicos. —Quiero que entiendas algo: Si tú vas, por —Dígale su historia, profe. Cuénteles lo que curiosidad o por querer probar a ver qué se es el profesionalismo, para que mi hijo se siente, puedes quedarte atrapado. Y de ahí motive. no te sueltas. ¿Qué pasa? No hacen carrera, su vida es diferente, hay mucho sufrimiento. Cuando hablo con los niños, de repente me doy cuenta que ahí están todos los papás, en- Los asusto, les digo ¿Cuándo estés grande tusiasmados, escuchando mi historia. No hay piensas casarte, tener hijos? ¿Qué sangre les cosa más bonita que los niños sean sanos. vas a heredar a tus hijos si te drogas, com- prendes? Si te drogas tu hijo va a salir mal. Ser futbolista profesional significa haber sor- ¡Te gustaría un hijo incompleto en alguna for- teado un sinfín de adversidades. En Puerto ma de sus facultades? Entonces ¿qué tienes Vallarta, parece cosa rara, pero somos bien 229 De la patada...

dotados en lo físico. Cuando tú vas a Guada- yo, con trece años, pertenecer al Club Jalis- lajara y te enfrentas con los de allá, con los de co, jugar en el estadio Jalisco a esa edad. Me la capital o de cualquier ciudad; el físico que deslumbré, se deslumbra cualquiera. O sea, tenemos les impresiona. Somos fuertes por empiezas a ver que si tú sigues en ese cami- naturaleza, pero mal canalizados. No tene- no y está convencido de lo que haces, de en- mos la educación deportiva. Cuando vamos, trenar, de disciplinarte, de querer ser alguien nos enfrentamos a un medio desconocido en la vida, logras lo que quieras. y hostil. Los jugadores de allá son de otra mentalidad, más fuerte, más maliciosa que la nuestra. Te quieren humillar porque eres de rancho. Que dizque de pueblo. El que viene de la capital dice “Ah, éste es un tonto”. Me enfrenté a muchas situaciones de esas. Nunca me doblegaron. Me decían enano, chaparro, indio, pata salada… Vete a tu puerto, vete de lanchero, ése es tu lugar. Cada roce que tenía me decían ranchero, vete a tu rancho. ¿Por qué? Porque ellos ven que les está quitan- do un lugar. Les entra envidia. Tenía broncas con ellos. Nunca me dejé. No soy partícipe de provocar, jamás provoco. Sí, me defiendo. Toda la vida me he defendido. Es mi forma de ser. Cuando tienes ese arraigo tan fuerte en tu vida, tarde que temprano tienen que 230 llegar los triunfos. Y llegaron. Imagínate que

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Pedro “Bucerías” Guerrero Flores.

Me fui a , sin reparar en que ya años, Pedro “Bucerías” deja en la afición la había firmado con Chivas. Pensaba segu- imagen de un hombre decente, respetuoso, ramente que las decisiones que tomara carismático y muy querido. Una figura como acá no iban a repercutir en Guadalajara. pocas en el futbol vallartense, como jugador Pero ya había firmado y pertenecía a un y ser humano. Restaurantero en esta pobla- club. ción de Bucerías, actualmente. Con sencillez y humildad, el otrora recio “stopper” en la línea Fuerte, de imponente presencia en el área, defensiva de la Selección Vallarta o centro como defensa central o centro delantero, a delantero o… donde lo pusieran, accede con Pedro Guerrero Flores le sobraban recursos amabilidad a esta breve charla. físicos para haber arribado al futbol profesio- nal. Desplegó su talento futbolístico en varios Aquí su testimonio: de los equipos de Vallarta: El Aztecas, de Mi- Soy oriundo de San José del Valle, del muni- guel Ángel Yerena; El Imperial, de Guillermo cipio de Bahía de Banderas, Nayarit; pero ve- Rodríguez; La Colonia, de Gonzalo Delgado; cino de Bucerías desde los diez años, pobla- El Delfín, comandado por Abel Cruz Verde… ción a la que llegué con mi familia a radicar, Fue elemento recurrente de la Selección Va- desde 1963. llarta, lo que le dio oportunidad de conocer y amistar a varios jugadores del balompié na- A los doce años empezaba a darle patadas cional y extranjero. Jugó en la liga restauran- a las pelotas, no a los balones, escasos en tera, donde fue campeón con el Mismaloya. ese tiempo. Después jugué con un club de futbol local que competía con otros equipos En la liga hotelera se le recuerda jugando con de pueblos aledaños, todos de Nayarit. Em- el JHD y con el equipo del Holiday Inn. pecé a sobresalir en la categoría que jugaba Luego de haber jugado con buen nivel en y resulté campeón goleador. Alguien en Puer- categoría de primera fuerza hasta los treinta to Vallarta se dio cuenta y vino a buscarme 233 De la patada...

para jugar en un equipo de esa población. Le de primera. Era un equipo de media tabla, dije que no me mandaba solo y tuvieron que porque no teníamos estrellas. Favorecido de hablar con mi papá. Entonces nada más se la afición, por su carácter, su garra. En cada jugaba durante los domingos. Mi papá dijo partido se entregaba al cien. Tenía una po- “bueno, si él quiere y si lo llevan y lo regresan rra inmensa, toda la gente de El Cerro. Muy el mismo domingo, lo dejo ir”. Así empecé a apasionados. Cuando jugábamos iba mucha jugar con El Azteca, de la colonia El Cerro, gente, sobre todo cuando nos enfrentábamos que comandaba Miguel Ángel Yerena. Justa- a Imperial, a La Colonia o al Garza Blanca. mente fue él quien vino a pedir permiso a En ese tiempo la vida me brindó una oportu- mi padre. Era un club que participaba en la nidad, cuando Aztecas sostuvo un encuentro categoría de segunda libre. Querían registrar- contra los veteranos de Las Chivas del Guada- se en primera y andaban buscando refuerzos lajara. Jugamos, convivimos e hicimos amigos para hacerse competitivos. Tendría entonces entre algunos de ellos: Héctor Hernández, “El yo diecisiete años. Los equipos fuertes de Tigre” Sepúlveda, “Mellone” Gutiérrez, “El Bi- aquel tiempo en primera fuerza eran Imperial, gotón” Jasso, El “Cura” Chaires, Isidoro Díaz, Social, La Colonia, Garza Blanca, Las Juntas, “La Pina” Arellano, “El Tubo” Gómez. Habían San Vicente… sido en su tiempo “Los Campeonísimos”. A Recuerdo sólo a algunos jugadores de ese raíz de ese partido hicimos amistad. Durante mi primer equipo vallartense: “El Chivo” y su el partido anoté dos goles. Pude anotar más, hermano Alejandro, no recuerdo sus apelli- pero consideré que era un convivio, realmente dos. Juan, que era panadero y le apodaban me contuve. No sabía que en caso de empate “La Moto”, por veloz. “El Pitas”… Yo jalé a nos iríamos directamente a los penales. Había algunos compañeros de Bucerías, a Javier Ca- un trofeo y debía decidirse un ganador. Nos marena, mi primo, entre ellos. Duré dos o fuimos a penales y nos ganaron. Después del 234 tres años jugando en El Aztecas, en categoría partido fuimos a comer a una casa con alber- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

ca. Ahí se cocinó la idea de ir a probar suerte no, pues luego me regreso para atrás, a Gua- a Chivas. Ellos hablaron con Ángel Yerena de dalajara”. Me quedé aquí, no tomé las cosas la posibilidad de que yo fuera a probarme al con la mentalidad requerida. La Ignorancia en Guadalajara. Yo estaba muy verde, pero tenía esos tiempos. También mis compañeros de el deseo de ir a pelear por un puesto allá. Se mayor experiencia me hubieran dicho “bueno, dieron las cosas y fui. Tendría diecinueve o tú estás allá, regrésate, quédate allá”; como veinte años. Iba grandecito, pero así se usaba yo lo hice años después con jugadores más entonces. Gracias a Héctor Hernández, que jóvenes, como Demetrio Madero. Después se en paz descanse, con quien hice más amistad iría Demetrio. Él y yo llegamos a jugar de de- en esa ocasión, se me invitó. Firmé un con- fensas centrales en la Selección Vallarta. Yo trato, proporcioné mis datos personales, pero le preguntaba ¿dónde quieres jugar, atrás o no apreciaba la dimensión de lo que estaba adelante? “juega tú adelante, eres más rápido haciendo. No tomé las cosas con la debida que yo”, me decía Demetrio. Porque yo podía seriedad tal vez por mi edad, inexperiencia o jugar donde me pusieran. Afortunadamente ignorancia. Estando allá conocí la cancha del tenía ese don. Jalisco y la Tres de Marzo, pues jugué varios Durante el tiempo que estuve en Guadalajara partidos amistosos con el equipo reservas “A” hice amistad con el “Nene” Zapiain, veterano de Chivas. Tenía esperanzas de llegar. de Chivas. A Demetrio le tocó mejor suerte Durante un receso de actividades vine a Va- porque lo arropó Fernando Quirarte. Quirate llarta; vi a mis amigos y Raúl “Bucerías” me lo amparó y Demetrio iba mejor preparado invitó a jugar en el equipo del hotel Delfín. mentalmente. Demetrio se pulió porque tomó Ahí jugaban “Los Tomatitos” Abel y Rigober- más en serio las cosas. Y en una ocasión que to Cruz Verde, así como Hugo Torres. Ellos e vino a Vallarta, cuando apenas empezaba, le Ismael, hijo del gerente de ese hotel me jala- dije “No te vayas a hacer como yo; cuando ron, me prometieron trabajo. Y dije yo “bue- vengas a Vallarta por angas o mangas, aguan- 235 De la patada...

ta”. Después vimos a Demetrio crecer y hasta que yo no conocía nada del ramo de la gas- a la selección nacional. Entonces me di cuenta tronomía me tuvieron consideraciones, me ¡hijo de la mañana, esto es posible! Y es que enseñaron a trabajar. Era yo muy obediente de mi camada se dieron muchos jugadores, aunque sin mucha visión entonces. Después muy buenos, como “Lolo”, “El Siete” Macedo, me di cuenta que los del Guadalajara me vi- Raúl “Bucerías”, Rigoberto y Abel Cruz Verde. nieron a buscar. Pero yo, manejando las co- sas a mi manera de pensar, había aceptado la En el Club Guadalajara conocí al abuelo del invitación de un amigo para irnos a probar al Chicharito, don Tomás Balcázar. Él manejaba Tampico Madero, recién ascendido a primera las reservas B. Héctor Hernández manejaba división. Me fui para allá, sin reparar en que las reservas A, a las que llegué; antesala del ya había firmado con Chivas. Pensaba segu- equipo de Primera División Profesional. No ramente que las decisiones que tomara acá tuve la oportunidad de debutar en el cam- no iban a repercutir en Guadalajara. Yo había peonato nacional de reservas pero sí de ju- firmado y pertenecía a un club. Entonces me gar con ellos algunos partidos amistosos. fui a Tampico para hacer pretemporada, pero Fue pasajera mi estancia ahí, fue mi culpa, allá casi me deshidraté, empecé a enflacar y no fue responsabilidad de alguien más. Duré tuve que venirme. Me regresé a Bucerías. Co- dos meses. No iba preparado mentalmente, metí el error de no llegar a Guadalajara. Des- porque ya quería venirme a Vallarta. Añoraba graciadamente manejé las cosas a mi manera mi terruño. No valoré la oportunidad y eso y no tenía a mi lado a alguien que me ubica- se paga caro, puesto que era lo que más me ra. Después me di cuenta, por unos amigos, gustaba hacer. Debí de haberme quedado, que me vinieron a buscar. Pero yo estaba en aguantado, como muchos lo hicieron. Tampico. Sé que hice mal, porque me dejé Cuando me jalaron al hotel Delfín, me dieron guiar por mi mentalidad. En vez de guiarme, 236 trabajo, zapatos, uniforme y todo. A pesar de me confundí más. Cuando se va Demetrio y la Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

hace, me dio gusto que alguien de los nues- con el del Carlos O’Brian’s, eterno campeón tros levantara la bandera de Vallarta. Lo que de la categoría. Recuerdo que entre ellos ha- pude haber hecho yo, pero no iba preparado bía un jovencito, Juanito, que con el tiempo lo mentalmente. Y así, me quedé en el montón. veía ya en la Selección Vallarta. Me dio gusto, Después del Delfín, me contactó Heleno “El era cosecha que yo había sembrado. En ese Chino” Guzmán, mi padrino. Me propuso que primer campeonato fuimos campeones. En fi- me fuera a Mismaloya. Me ofreció buenas nales contra el Carlos O’Brian’s, en Mismaloya oportunidades de trabajo en su restaurante empatamos; pero en Vallarta, les clavé el gol de playa. Le tomé la palabra. Me fui y aprendí del triunfo. La gente de Mismaloya, cuando más en gastronomía. El equipo de los em- jugábamos en Vallarta, dejaba solo el rancho pleados del restaurante estaba registrado en para vernos jugar. Son recuerdos bonitos. segunda libre. Estaban decepcionados, ya no querían jugar porque siempre los goleaban. Una vez, cuando empezaban los torneos re- Les metían diez o más goles. Llegué, los em- lámpagos del Tuito, iba a Mismaloya a tra- pecé a entrenar y se animaron a participar bajar y me dormí en el camión, pues andaba nuevamente. “El Chino” me había jalado para desvelado. Empezaba a desviarme del de- que los enseñara a jugar. Me consideraban porte un poquito, a echarme mis cervecitas. en el trabajo. Me presentó a los muchachos, Desperté en Boca de Tomatlán. Al bajar del hablé con ellos; les dije “si le echan ganas, rá- pido vamos a tener resultados.” Empezamos camión, unos amigos futbolistas de Quimixto a entrenar y “El Chino” nos dirigía; dejaba la iban subiendo. chamba y se iba a acompañarnos a los parti- — ¡Órale Pedro! ¿A dónde vas? dos. Empecé a enseñarlos a patear el balón, a barrerse, a romper… Al poco tiempo aquello —A Mismaloya, me dormí y me pasé, voy de dio resultados. Nuestro futbol llegó a rivalizar regreso. 237 De la patada...

— ¡No, no; acompáñanos; te pagamos lo que profeta. Y me salían las cosas ¡Ahí está, ahí quieras pero acompáñanos, porque vamos tienes tu gol! Les decía. Ganamos ese torneo. incompletos! En aquellos años en un día se jugaba el tor- neo, no eran tantos equipos como ahora. La Uno de ellos, que traía cervezas, me ofreció final fue contra El Tuito. Participaban enton- un bote, me dijo: ces equipos de El Tigre, El Mapache y ran- —Pedro, acompáñanos, mira que ya son las cherías aledañas. De Vallarta iban jugadores once y entras a la diez, ya no llegas. Tómate a reforzar, nada más. Pero no iban equipos ésta. vallartenses como en estos tiempos. —Órale pues, los voy a acompañar, pero no Después de Mismaloya me fui a jugar a Yela- llevo mis cosas. pa. Vivía en Vallarta. Me llevaban y me traían. Participé en tres campeonatos consecutivos, —No te preocupes, allá conseguimos todo y ganamos los tres. Más bien que mal dejé para ti. escuela en Yelapa. Eran segundas libres. El Total, me convencieron; aunque no fue por el profesor Alfredo Velasco, mi compadre, fue dinero, porque nunca cobré por jugar. Y tocó uno de los que me jaló para Yelapa. la casualidad que llegamos, participamos y Jugué en la liga restaurantera con el equipo fuimos campeones. Me tocó tirar todos los del Tacón del Marlin y otro equipo que no penales, porque en ese tiempo un solo juga- recuerdo. En la liga hotelera jugué con el JHD, dor los tiraba. Fueron como dieciséis penales, al lado de Alejandro Gómez y Gonzalo Gay, andaba inspirado y no fallé ninguno. Había buenos jugadores de Ixtapa. camaradas entre la porra que me gritaban ¡Pedro, Pedro, bríndame ese gol! ¡Lo quiero En el futbol hice muchos amigos. Mucha gente al lado derecho! ¡Está bien, te lo brindo, a lo recuerda a uno. A veces, que estoy sentado 238 ese lado va! Yo muy seguro, como si fuera frente a la calle, pasan personas y me gri- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

tan con gusto, me saludan ¡Pedro “Bucerías”! pre jugaba en la defensa. A mi compañero Sonrío y levanto la mano, pero de algunos no Demetrio Madero le daba a escoger ¿Deme, recuerdo sus nombres. a dónde? “No, Pedro, juega adelante, tú eres más rápido que yo”. Y si era verdad, porque Jugué con Imperial algunos dos campeona- yo era así. Cuando algún delantero rival se tos, cuando estaban ahí “El Güero” Peña, “El llevaba a uno de nuestros laterales, yo salía a Muelas” su hermano, “Lolo” y muchos más. cortar a como diera lugar. “El Siete” Macedo Jugué con ellos de delantero. En una ocasión fue mi compañero en la Selección y en los se lesionó el portero y me puse la sudade- torneos de los hoteles Holiday Inn, en Gua- ra. También jugué con La Colonia Emiliano dalajara, donde los equipos se reforzaban Zapata, fueron mis equipos del alma. En ese con exjugadores profesionales, como Rafael tiempo el Social se interesó en mí, pero no Albrecht, un jugadorazo al que admiraba. De se dieron las cosas. A Colonia me jaló Gon- él aprendí mucho. En ese partido fuimos y zalo Delgado. En ese tiempo, ahí jugaba “El les ganamos uno a cero. Durante un tiro de Greñas”. esquina, subí a rematar, era un portero alto Siempre me llamaban a integrar la Selección ¿Y a éste cómo? Me preguntaba. Mandaron Vallarta. Con ella enfrenté a Leones Negros el centro, me recorrí hacia el lado contrario y de la UDG, cuando estaba “El Chícharo” Her- lo peiné. Me cayeron encima los defensas gi- nández en su apogeo, papá del “Chicharito”. gantones, unos animalotes. Cuando me levan- Jugué contra él. Recuerdo que me decía el te vi el balón adentro. Todos mis compañeros Deme ¿Qué onda con éste? Porque “El Chí- contentos. En esos torneos nos recibían bien en el hotel. Mejor que a clientes: bebidas, al- charo” era una saeta, caracolero, menudito berca alimentos… son bonitos recuerdos. pero muy bueno. Yo lo enfrentaba a barridas; era la manera en que lo paraba. Le quitaba Hace mucho que me retiré del futbol, por los balones así. En la Selección Vallarta siem- problemas de operaciones en el estómago, a 239 De la patada...

causa de un accidente automovilístico. Así de viejo como estoy vienen y me invitan a jugar: “Vamos a la Master, aunque nomás estés pa- rado ahí”. Me retiré a los 30 años, jugando a buen nivel. Fue difícil dejarlo. Al principio hasta soñaba que venían por mí y despertaba buscando mi mochila con mis cosas. Llega un momento en que tienes que retirarte. Decidí atender a mi familia al cien por ciento. De mis hijos ninguno jugó futbol. En Vallarta se han dado muchos buenos juga- dores, tantos que sería imposible recordarlos a todos: “Lolo”, “El Siete” y “Popo” Macedo, “Meño” y “Toto” Delgado, “El Greñas”, Mario Gómez del Garza Blanca… todos ellos alcan- zaron un buen nivel. Nico Curiel fue también buen jugador. Capitán de esa familia futbole- ra vallartense Los Curiel: Nacho, José, El Piro; jugadores muy apasionados. Después de El Aztecas surgió El Cruz Blanca, también de la colonia El Cerro, donde jugaba mi tocayo Pedro Salcedo; quien manejaba los equipos de ahí, de arriba. 240

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Alejandro Silverio “Bonavena” Barragán Ríos.

Aquí en Vallarta siempre se han usado Alejandro Silverio Barragán Ríos había naci- mucho los apodos. A mí me apodaron “El do en el estado de Oaxaca en 1963. Bus- Bonavena”; porque decían que me pare- cando mejores condiciones de vida, la familia cía al “Bonavena Ramírez”, un defensa se trasladó a la Ciudad de México cuando él central del Atlante. tenía 6 años de edad. Entre los 10 u 11 años Lo que el futbol profesional negó a Alejandro empezó a jugar futbol en ligas infantiles del “El Bonavena” Barragán, Puerto Vallarta se D.F. Durante la adolescencia fue a probarse lo dio generosamente. El futbol de paga le al Club . Después a Salamanca, había dado su primer portazo cuando a fina- Guanajuato. De ahí a Tepatitlán, Jalisco. Des- les de la década de los setenta, llegara a Tala de esta ciudad alteña, en 1979, fue invitado para pedir una oportunidad de jugar en el para venir a Puerto Vallarta, para probarse al equipo local de Tercera División Profesional, Equipo Pelícanos de Tercera División Profe- entonces al mando de Felipe “El Príncipe” Ru- sional, que estaba en preparación para estre- valcaba, fino jugador del Oro de Guadalaja- narse en tal categoría. En Pelícanos, dirigido ra durante la década de los sesenta. Felipe, entonces por David Meléndez, fue aceptado sin dar explicaciones, negó la oportunidad y empezó a entrenar. Jugó tan sólo algunos de que el joven de 16 años se mostrara en partidos, pues luego se sintió relegado, sus- la cancha. Alejandro tomó aquello como un tituido por algunos jugadores que el propio rechazo personal, casi como acto discrimi- entrenador trajo de la capital de la Repúbli- natorio. Un frentazo más habría de darse “El ca. Joven, de apenas 17 años, no se dio por Bonavena” con el futbol profesional, cuando vencido en su afán por ser futbolista profe- a principios de los ochenta, luego de haber sional y fue a probarse al Chalco, de Tercera jugado los primeros partidos con el equipo División. En el Estado de México demostró Pelícanos de Tercera División de Puerto Va- a directivos, a la afición y a sí mismo, que llarta, fuera relegado por el entrenador. las podía, revelándose como un recio defensa 243 De la patada...

que gustaba de irse al frente y anotar algu- Rivero, María Sorté, Tatiana, Fernando Mar- nos goles. Estando en el corazón de la Repú- cos, Fernando Schwart, Gino Marino, Maribel blica, Alejandro conoció a la que ahora es su Guardia, El Buki, Chabelo… esposa y, el amor derrotó definitivamente al futbol profesional. Sin profesión alguna y con Desde entonces, con todo el amor a la ca- toda la vida por delante, “El Bonavena” deci- miseta, nunca aceptó jugar en otro equipo dió retornar a Puerto Vallarta, donde había que no fuera el del restaurante, ya fuera en cultivado algunas amistades y cuyo ambiente partidos amistosos o los oficiales de la Liga social y físico le había cautivado. En el Car- Hotelera de Futbol. Cuando años después el los O’Brian’s, restaurante-bar de moda del Carlos O`Brian’s se vio obligado a cerrar sus Puerto, sabían de su talento futbolístico y le puertas, la fidelidad a la empresa le impidió invitaron a trabajar y a jugar con el equipo de demandarla ante las autoridades laborales en futbol amateur del mismo nombre. busca de la indemnización correspondiente. El Carlos O’Brian’s fue su tabla de salvación, “A ellos les debo todo —dijo— no puedo su fuente de trabajo y su escuela. Ahí se en- hacer eso”. Había trabajado con ellos du- señó a trabajar como mesero, a servir con rante casi 30 años. Había ahorrado, había propiedad. Aprendió algunos principios im- realizado algunas pequeñas inversiones que portantes de gastronomía, que a la postre posteriormente le permitirían crear su propio habrían de servirle para establecer su pro- restaurante. pia empresa en el ramo. El Carlos O’Brian’s le brindó también la oportunidad de conocer De buenos modales y trato amable, agradece y relacionarse con mucha gente. Locales y vi- a Puerto Vallarta lo que le ha dado. Actual- sitantes. Gente de los medios artístico, cultu- mente, con una familia y economía cimenta- ral, deportivo, de la sociedad vallartense. Ahí da, vive en la Delegación Municipal de Ixtapa. 244 conoció, por ejemplo, a Julio Iglesias, a Jorge Nos cuenta su historia así: Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Cuando llegamos a Puerto Vallarta, “El Ar- ni íbamos a entrenar, y se perdió el contacto chie” y yo nos presentamos a entrenar con con David. Luego me ofrecieron trabajo en David Meléndez. Me aceptó y nos alojaron a Carlos O’Brian’s, con tal de que jugara en el varios jugadores en la llamada “Casa Club”, equipo amateur del restaurante. Ahí llegué que estaba cerca de playa Los Muertos. Ahí desde 1982, donde conocí gente muy bue- vivíamos, todos amontonados, en dos camas. na, muy solidarios. Me abrieron las puertas La casa no tenía servicio de agua y cuando de su negocio y empecé a trabajar y a jugar se trataba de bañarse había que ir a un arro- con ellos. Jugábamos partidos amistosos, los yo cercano, por Las Pilitas, a la vuelta. En la martes, día de descanso. Después llegó mi “Casa Club” vivíamos los que veníamos de tocayo Alex Hernández. Nos apreciaban mu- fuera: Alex Hernández, Orozco, “El Sapo” y cho, por el futbol y por la chamba. Nos en- yo. señaron a trabajar, nos aconsejaban. Conocí Nos daban el desayuno y la comida en el res- mucha gente importante y conocí el negocio taurante de doña Lupita, frente al hotel Mar- de la gastronomía. Fue una escuela. Empecé lin, ahí cerca, en la misma colonia Emiliano trabajando de “pluma”, barrer, recoger, po- Zapata. Era un restaurante típico. La señora ner botanas. Empecé desde abajo y lo hacía era buena onda con nosotros. Toda la gente con gusto. Después ascendí a garrotero, lue- era muy buena. Eso notamos cuando llega- go a mesero. Duré ahí 28 años. Era el mejor mos aquí. Era muy bonito. Desde un princi- restaurante que había en Puerto Vallarta. Yo pio me gustó Vallarta, por eso algunos nos me enamoré de ese negocio. Como si fuera quedamos a vivir aquí. Empezamos a formar mi novia, mi esposa. Ahorita ni paso por ahí, parte de Pelícanos de Tercera División. Juga- porque la verdad siento muy feo que haya mos algunos partidos, pero luego David trajo desaparecido. Siempre me gustó ese lugar. algunos jugadores de Zacatecas. Empezamos Cuando veníamos de entrenar, casi anoche- a quedar fuera de la alineación. A veces ya ciendo, pasábamos por el malecón y veía el 245 De la patada...

restaura-bar, con sus lucecitas. Nunca soñé a los jugadores de Primera División profesio- que algún día iba a trabajar ahí. Era como nal de Chivas, de Tecos. “El Deme”, “Snoopy” una gran familia. Los mayores te enseñaban, Pérez, “El Zuly” Ledesma, “Pajarito”. Aquí co- te cobijaban: “Mira, esto es así. Haz esto. Esto nocí también a Fernando Quirarte, a Cami- no se hace.” Me acuerdo del “Tala”, de Is- lo Romero, al “Tilón” Chávez. Les gustaba el mael, Balám, Alex Sheridan, Conchita “La Tor- ambiente. Ahí negociábamos jugar con ellos. tillera”, Eduardo Amador, Lalo “La Tripa”, Jua- En una ocasión jugamos contra Chivas, cuan- nito Sosa, Juan López, Marco Polo, Manuel “El do ellos estaban de vacaciones. Conocí tam- Meño” Delgado, todos. Jorge Aguilera Barba bién a Carlos Enrique Da Silva “Calú”, jugaba “El Pirata” era una persona muy buena. Era y trabajaba con nosotros. como el mandamás. Después de León Rosa- les Cisneros, claro, que era el administrador. Recordando mis tiempos en Pelícanos, jugué Muy buena persona también. Me trataron contra Palmar, de Guadalajara. Por cierto que, de maravilla. Era un negocio muy exitoso. A como a los cinco o diez minutos metí un gol. veces se hacían largas colas para entrar. El Un golazo. Hasta las lágrimas se me salieron, O’Brian’s era algo especial, único. Para mí fue por demostrarle a David que sí podía jugar. el número uno de aquí de Vallarta, la ver- Que era confiable. Pero él me marginó del dad. Ahí no había discriminación, nacionales equipo, no sé por qué. Me decía “estás muy y extranjeros eran parejos. Podías entrar con gordo, muy gordo”. No me llevaba al viaje y short y chanclas, no había purrun. Era un am- me dejaba entrenando todo el día en la pla- biente informal pero el servicio era de prime- ya. También jugué en Zacatecas, contra el ra. Costillitas, camarones, filete de pescado, Zacatecas. Allá perdimos. Hizo mucho frío. molcajetes, de todo había. Ahí conocí a Julio Por cierto que todos los viajes eran en avión, Iglesia, al Buki, a Chabelo, a Maribel Guardia, a Guadalajara. Allá nos esperaban camiones 246 a don Fernando Marcos, a Fernando Schwart, especiales para llevarnos a los lugares donde Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

serían los partidos. Como si fueras el mejor eche a perder. Aprovechen las oportunidades equipo del mundo. Yo nunca me había su- que tienen ahorita. bido a un avión, hasta entonces. Antes de ir, Desde entonces me fui metiendo eso en la íbamos al arroyo a bañarnos y luego, al aero- cabeza. Pero no pensaba quedarme aquí. puerto. Todo un contraste. Cuando se jugaba Pensaba regresar a México. Pero conoces a en Vallarta, se decía que “El Pirata”, una no- quien va a ser tu mujer y ya no puedes regre- che antes del partido, en el Carlos O’Brian’s, sar. Te quedas aquí, mejor. Empecé a comprar, se conchababa a los árbitros a base de whis- a seguir el consejo del señor Estrada. El lu- kys y jaiboles. Jajajá, ya ven la gente cómo es. gar donde está mi restaurante, en Las Juntas, Cuando llegas aquí, llegas con la ilusión de es mío. Éste, donde está mi casa, también. no regresar a tu casa con las manos vacías. Después vino lo de poner el negocio, donde Quieres llevar algo para tu familia. El futbol tengo casi trece años. Me ha ido bien. Tengo profesional fue cruel conmigo, por los diri- mi familia, mi esposa, tres hijos. gentes, la suerte, no sé por qué. En Carlos La liga Restaurantera surge en 1984. Sus ini- O’Brian’s se me dio la oportunidad y la apro- ciadores fueron Antonio Vega, que trabajaba veché. Me dediqué con pasión a mi trabajo. en Las Palomas, y Arturo Rojas, que trabaja- Recuerdo que en una ocasión llegó un señor ba en El Set o era taxista. Los equipos que de Guadalajara, Raúl Estrada. Nos dijo recuerdo de la Liga Restaurantera son Carlos —Vengan muchachos. Ustedes aquí ganan O’Brian’s, El Set, Monte Carlo y otros. mucho dinero ¿Saben cómo le van a hacer El Carlos O’Brian’s, en la liga Restaurante- para conservarlo? No lo metan al banco. ra, era un equipo ganador. De tantos cam- Compren terrenos, pónganles barda. Com- peonatos sólo perdimos algunos cuatro. El pren grava, arena, varilla, todo lo que no se restaurante se distinguía por tener siempre 247 De la patada...

los mejores jugadores. Si surgía alguien muy la Tercera División Profesional. El Pelícanos bueno, se le jalaba. Ahí jugamos Landeros, el había desaparecido. Una noche fue a cenar Pirri Macedo, Lalo “La Tripa”, “El Pirata”, Juan al Carlos O’Brian’s. Entonces era yo todo un López de Las Juntas; Manuel García, “Kalú”, mesero ¡Y del mejor restaurante de Puerto “Maravilla”, Enrique “El Indio” Durán, “El Pitu- Vallarta! No me aguanté y le hice el reclamo: rri”, Isaías Buenrostro, Gerardo Masciarelli, “El Palilllo” Martínez, Camilo Romero. Una vez —Usted es “El Pipis” ¿Verdad? Yo a usted le preguntaron al entrenador Rosales ¿Oye, lo conozco. Fue en Tala cuando le pedí una cómo le haces para dirigir a este equipo? oportunidad y no dejó que me mostrara en “No, pues yo sólo los pongo a jugar, ellos sa- la cancha. No me dio explicación, sólo su ne- ben cómo lo hacen”. gativa. No se portó usted como una perso- na amable; mucho menos como su apodo lo En la liga Restaurantera se jugaba entre se- indica, como un “Príncipe”. Todavía me pre- mana; martes, miércoles y jueves. Eran par- gunto ¿por qué? ¿Me vio usted muy prietito, tidazos. El público respondía muy bien. Se chaparro o gordito? Hoy me toca servirle. Y jugaba con mucha pasión pero también con lo haré con mucho gusto. Porque aquí en Va- técnica. Durante los últimos 15 años yo dirigí llarta… estamos para servirles a todos. al equipo. Aquí en Vallarta siempre se han usado mucho los apodos. A mí me apodaron “El Bonavena”; porque decían que me pare- cía al “Bonavena Ramírez”, un defensa central del Atlante. En 1983 vino Felipe Ruvalcaba a dirigir al Internacional de Puerto Vallarta, segundo 248 intento de este puerto por tener futbol en

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Demetrio Madero García.

Mi madre tuvo que vender cena para sa- Desgraciadamente para él, y para la afición car avante la familia. Vendía pozole en el mexicana, nuestro representativo nacional no Parque Hidalgo para apoyarme. Bueno, pudo participar en dicha justa mundial por pues el futbol me dio la posibilidad de castigo de exclusión por parte de la FIFA, lue- ayudar mis viejos. Llegué con mi padre y go de descubrir la falsificación de datos en le dije: “Papá, este taxi con todo y permi- las actas de nacimiento de un equipo de fuer- so, es tuyo. Toma, para que se ayuden”. zas inferiores, por parte de algunos directivos Para mí es la inversión más valiosa que mexicanos. Tras su retiro como jugador de he hecho. Me llena de orgullo decirlo. Por- Primera División Profesional, fue entrenador que yo soñaba con ayudar a mis papás. provisional del primer equipo del Guadalaja- Decía “tengo que ayudarles, soy el único ra, fue auxiliar técnico en el mismo, y entre- hombre de sus hijos”. nador de otros clubes. Llegó incluso a fungir como directivo. En 2006, el entonces presi- Demetrio Madero García, estólido guerrero dente municipal de Puerto Vallarta, Gustavo de las canchas, ícono del balompié vallarten- González Villaseñor, lo invitó a participar en se, irrumpió desde el futbol playero, desde su administración como titular del Departa- las canchas de la Unidad Deportiva Agustín mento de Deportes y posteriormente como Flores Contreras y de la región, para conso- Director de Desarrollo Social. lidarse en futbol profesional como férreo de- fensa central del club más popular de México, Demetrio Madero nació en San José del Valle, el Deportivo Guadalajara, las famosas Chivas Nayarit; en 1960. Desde los cinco años de Rayadas. Con una vida profesional por 12 edad sus padres lo trajeron a vivir a Puer- años (1980- 1992), logró ser campeón con to Vallarta. Hijo de Francisco Madero Flores, el equipo de sus amores, y una nominación sastre de oficio, y de Gregoria García Macedo. a la Selección Nacional, para afrontar las eli- Su infancia discurrió en un puerto que ape- minatorias hacia el Mundial de Italia 1990. nas se abría al turismo y que tenía su econo- 251 De la patada...

mía basada en el comercio y la producción de Diciembre, Parque Hidalgo. Los que vivían agrícola. más allá del Río Cuale, era “los del otro lado”. Muy rara vez íbamos hasta la playa de Los Nos cuenta Demetrio que: Muertos. Nuestras playas eran las del Rosita Mi infancia transcurrió en la Colonia 5 de y Camarones. Y, como que marcábamos nues- Diciembre, en las inmediaciones del Parque tro territorio. Considero la mía una infancia Hidalgo. Junto a mis amigos, en calzones feliz porque crecer a la orilla del mar y con prácticamente, descalzos y sin camisa, que una familia integrada es sensacional. Con mis durante el tiempo que nos dejaba libre la es- amigos de toda la infancia: “El Pelucas”, Cheli, cuela primaria, y los fines de semana, ocu- José Curiel, Cuauhtémoc Díaz Santos, Calix- pábamos las horas en pasearnos, sin que lo to… que fueron mis amigos de toda la vida. advirtieran los choferes, coleando los carros Estudiando en la Escuela Primaria Nueva Era, que llevaban cargamentos de maíz y frijol hoy “15 de Mayo” y jugando futbol en la pla- desde la bodega de la CEIMSA, donde hoy ya, en el Parque Hidalgo, en puras trusas pri- está la tienda Ley, hasta el embarcadero del mero, y después en short, descalzos. ¡En pura hotel Rosita. También se nos iba el tiempo pata salada! en bañarnos frente a las playas del Rosita y Después, nos íbamos a jugar al “estadio”, a la Camarones. Nos tirábamos de clavado des- Unidad Deportiva Agustín Flores Contreras. de las pangas atracadas ahí. Jugábamos en En esos tiempos la Liga Regional de Futbol la arena y nos echábamos una zambullida de organizó la categoría juvenil. Hay que acla- pis y corre en la alberca del hotel Rosita, para rar que no había futbol infantil organizado. salir de volada antes de que nos pepenara Nosotros empezamos jugando en la juvenil don Salvador Villa, cuidador de la alberca. En- cuando yo tenía 12 años. Fernando y Miguel tonces, los barrios en Vallarta estaban bien Güereña, José Curiel, Chava Flores, mi primo 252 delimitados. Nosotros éramos puro Colonia 5 “Soberas”, “El Pavo”, “El Pelucas”. Me acuer- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

do que había pocos equipos de esa catego- es que ya me iban a expulsar. Sentía pasos en ría: Gacelas, Imperial, Colonia Emiliano Za- la azotea. Y un día le dije a mi padre pata, Librería Ramírez… fue nuestra primera —Sabes que…ya no quiero ir a la escuela. experiencia en el futbol organizado. Éramos playeros, no sabíamos ni de qué jugábamos y — ¡Ah! ¿Así es que ya no quieres ir a la nunca nos habíamos puesto unos zapatos de escuela? futbol. Ahí “Guille” nos empezó a entrenar, a —No, yo mejor… ya no voy. enseñar. Quedamos campeones con Imperial juvenil. Jugué dos años. Para esto, ya había —Está bien. Pero yo no quiero flojos en la terminado la escuela primaria. Lo que seguía casa. Así que te me pones a trabajar. era hacer trámites para entrar a la Escuela Recordé que los del equipo del hotel Garza Secundaria Tecnológica, la ETI 49. Blanca tenían tiempo invitándome a jugar con ellos, a primera fuerza. Yo tenía 14 años Entré a la ETI y cursé el primer año sin contra- apenas. En el Garza Blanca jugaban Andrés tiempos. Pero en el segundo me volví un poco Mendoza “El Chivato”, Mario “El 99”, “El Mo- rebelde. Hice algunas “dagas”, como quebrar corroco”. Jugadores hechos, de más de 30 un vidrio de una ventana y otras travesuras. años. Y yo les dije — Bueno, si me voy a jugar El director, ingeniero Eduardo Espinosa, ya no con ustedes, siempre y cuando me den traba- me aguantaba. A cada rato mandaban llamar jo—. Hablaron con el gerente de alimentos y a mi padre. Sospeché que me iban a correr. bebidas, me dieron trabajo y me fui a jugar Con eso me hubiera ganado una cueriza por con ellos. A los 14 años empecé en primera parte de mi progenitor, que era muy estricto. fuerza. Y me fui a trabajar. Pero me di cuenta Y un día decidí que ya no me interesaba la que mejor quería regresar a la escuela. Por- escuela. “No, no; la escuela no es para mí”, que yo esperaba que el trabajo fuera más me decía; pero no era cierto; lo que pasaba agradable ¿no? Me pusieron de cubre turnos, 253 De la patada...

y yo pensaba que iba a ser bellboy. No, pues la Escuela Secundaria Técnica Pesquera. Tuve resulta que tenía que limpiar las albercas, y que empezar desde primer año. Ahí cursé mi cubrir al mozo del comedor, al mozo de rope- educación secundaria. Fue una bonita expe- ría, y entregar las toallas en la playa, que por riencia, con prácticas en el mar, prácticas de cierto era la tarea que más me gustaba, pero pesca. sólo era un día a la semana. Y cuando ya me Cuando estaba en tercer grado, se formó una dijeron lo que tenía que hacer, y tenía que Selección Vallarta para jugar contra los ve- lavar algunos baños, trapear y eso… Y digo, teranos de Chivas. Entonces yo fui seleccio- finalmente el trabajo dignifica pero, a mí no nado, junto con los grandes de Vallarta: “El me gustaba. Me daba vergüenza. Entonces Siete” Macedo, “Lolo” García, “El Meño” Del- dije “no, no”; y vine otra vez con mi padre y le gado. Total que jugamos contra los veteranos dije “fíjate que mejor sí quiero ir a la escuela”. de Chivas, “El Campeonísimo”, Chava Reyes, Apenas llevaba un mes trabajando. Era abril. “Pina” Arellano, “Jamaicón” Villegas, Chololo — ¿Ah sí? Está bien —, dijo mi padre— no- Díaz, “El Tigre” Sepúlveda, “El Tubo” Gómez. más que la escuela empieza en septiembre. Esto fue como en 1976, si mal no recuerdo. Creo que terminamos empatados a 2 goles. —Ah, no le hace, me espero. Al finalizar el partido, “Pina” Arellano nos —Te vas a esperar, pero trabajando. Ahora no preguntó a cuatro jugadores: te me sales de trabajar, hasta que empiece la — ¿Por qué no se van a probar al Guadala- escuela. jara? Hay una pensión del club en la que les ofrecen casa y alimentación mientras dura el Total que me tuve que quedar hasta agosto, período de prueba. mes durante el cual había que hacer trámites en la escuela; pero ya no me admitieron en la Pasaron los meses y yo terminé la secunda- 254 ETI. Tuve que hacer trámites para ingresar a ria. A los 17 años de edad decidimos ir a Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

probarnos, a aceptar la oferta de Chivas. Nos ya no me volvieron a tomar en cuenta. Ni a la fuimos José Curiel, Francisco Ruiz “Chichitas” banca me llevaban. El equipo se iba a jugar y y yo. Nos presentamos y, sí, nos cumplieron. yo me venía a Vallarta, a pasar el fin de sema- Nos instalamos en la pensión, en el centro na con mis padres. de Guadalajara, a un lado del edificio Mul- Y me pregunto ¿cómo? Será ya el destino, bar, entre Corona y López Cotilla. Me acuerdo será la perseverancia de cada quien, o no que mi mamá me mandaba para los camio- sé qué sea. Alguien se lo puede atribuir a la nes. Pasó el tiempo y al primero que le dije- suerte. Pues resulta que en el último partido ron que no se iba quedar fue a “Chichitas”. del campeonato, andábamos muy mal. El Ta- Después a José Curiel, que tenía un problema patío andaba por irse a la Tercera División. con su carta, pues él había jugado antes en Era un partido decisivo, porque estábamos el Club Jalisco. Fui el único que se quedó. sólo a un punto arriba del Morelos, y jugába- Seguí entrenando y entrenando. Aguanté los mos contra Pachuca, de locales. Si perdíamos cuatro meses. Creo que por perseverancia me y el Morelos ganaba, Tapatío se iba a Terce- extendieron el contrato por los cuatro meses ra. Y sucedió que los compañeros titulares de que restaban del campeonato. En esos cua- la defensa central, los que jugaban siempre, tro meses quedé contratado con El Tapatío supuestamente se lastimaron. Digo supues- de Segunda División Profesional. El entrena- tamente porque no creo que se hayan lasti- dor era Chava Reyes. Me debutó como lateral mado. Creo que tuvieron miedo de jugar el derecho. No era mi posición, yo era defensa último partido. Y nos metieron a los dos que central. Me fue muy mal, no jugué bien. Para quedábamos, al que llevaban a la banca y a el segundo tiempo ya no me alineó. Me volvió mí, que estaba borrado completamente. Para a dar otra oportunidad, pero otra vez como no hacer el cuento largo, cometí un penal en lateral derecho y me volvió a ir muy mal. Me contra nuestra. Obviamente todo mundo es- sacó. Bueno, después de esos dos partidos taba molesto conmigo pues había cometido 255 De la patada...

un faul que nos costó un penal y un gol en —Porque en el último partido me fue muy contra. Íbamos perdiendo 1 a 0. Al final, por mal, casi perdimos por mi culpa. Creo que me un penal a favor empatamos el partido. Mo- van a correr. relos perdió y se fue a la Tercera División y —Mira, no llores antes de que te peguen. nos salvamos de milagro. Terminó el partido, me pusieron una regañada de aquellas, todo — ¿Por qué dices eso? mundo me regañó. —Sí ¿Por qué te corres tú solo? Déjalos que Nos dieron un mes de vacaciones. Con un te corran. Ve y preséntate. Que te corran ellos. futuro nada alentador para mí. Así lo sentía. Pero no te corras tú mismo. Todo mundo decía que iban a salir muchos —No es que me esté corriendo solo. Es más jugadores, y entre ésos yo. ¿Para qué gasto en el camión? Me van a re- Me vine a Vallarta. Recogí todas mis cositas gresar. No me voy a quedar. pues pensaba que no regresaría a Guadalaja- — ¿Y quién te está diciendo que no te vas ra. Pasó el tiempo y un día, Jorge Aguilera “El a quedar? A ti todavía no te han corrido. Ve Pirata”, trabajador del restaurant-bar Carlos y preséntate. Te citaron a tal fecha. Ve y pre- O´Brian’s, me preguntó: séntate. No te han corrido. — ¿Oye, cuándo te tienes que regresar a Las palabras del “Pirata” me pusieron a pen- Guadalajara? sar. Cuando se fue acercando la fecha de la presentación, recordé su consejo. “Bueno, a —Pues, dentro de unos días—le contesté—, lo mejor tiene razón, a lo mejor tiene razón”. pero yo creo que ya no me voy a regresar. Hasta que solo me convencí, porque nadie 256 — ¿Por qué? más me convenció. Con el puro comentario Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

de “no chilles antes de que te peguen”, me Y digo, cómo la vida te puede cambiar en va- picó el amor propio. rios meses. Cuando estuve a punto de que- darme en Vallarta y no presentarme de nuevo Agarré mi mochilita otra vez, le pedí dinero a en junio. En diciembre ya estaba jugando en mi mamá para el camión y me fui a Guadala- Primera División. A mí se me hacía increíble jara. Cuando llegué, la primera sorpresa que que por una simple decisión de ir o no ir, a me encontré fue que acababan de cambiar los seis meses era ya jugador del máximo cir- de entrenador. Ahora era “El Jamaicón” Vi- cuito. Era el año de 1980. Mi primer partido llegas. Empezamos a entrenar. Éramos como fue amistoso, contra el Atlas, en el que me fue cien jugadores, entre los del año anterior y muy bien. Luego, contra El Cosmos de Nueva los nuevos. Pasó un día y no me corrían. Otro York, también me fue muy bien. Por cierto que día, y no me corrían. Vivía entonces como ese se acababa de ir Pelé, pero me topé ahí con programa de los alcohólicos anónimos, el día el italiano Giorgio Chinaglia, centro delantero a día. Decía, “hoy entreno y le echo ganas, y de mucho prestigio. Así empezó mi proceso mañana a ver qué pasa”. No me hacía muchas en Primera, jugando muy poco al principio. A ilusiones. Yo creo que eso me sirvió, vivir sólo partir de 1981 empecé a ser titular, a jugar las presentes veinticuatro horas. Para no ha- frecuentemente. Inicié en el 80 y me retiré en cer el cuento largo, terminaron los días de el 92, contra El Puebla, en Puebla. Jugué 12 pruebas y yo empecé a jugar de titular. Jugué años y siempre para Chivas. todo el año con Villegas. Fui titular, me au- Durante la temporada 82-83 llegó Alberto mentaron el sueldo. Y antes de que terminara Guerra a la dirección técnica del equipo. Con el campeonato, por recomendaciones de don él me tocó jugar una final contra el Puebla. , que era el entrenador del primer Luego de una semifinal, de aquella famosa equipo, me registraron en la Primera División. bronca contra el América, que les ganamos 3 Al siguiente torneo, estaba yo en Primera. a 0, en el estadio Azteca, de la que salimos 257 De la patada...

con seis jugadores castigados. Llegamos a la como me sucedió a mí, es la culminación de final con medio equipo titular. todas esas sensaciones, de todos esos senti- mientos. Es el que brote todo eso que fuiste Me detendré un poco aquí para decir que en acumulando, lo sacas. Gritas ¡Goooool! Gritas ese partido de semifinal contra el América, cualquier cosa. Como que te aturdes. Como hice mi primer gol en Primera División. Metí que pierdes la dimensión de lo que te rodea. en esa ocasión el segundo de los tres con Te instalas en otra realidad. Como que vas que derrotamos al odiado rival. Me sentía con flotando. Mira, yo tengo una foto del festejo la moral muy en alto, me sentía en las nubes. de ese gol, y creo que esa foto habla y dice Imagínate, al América, en el estadio Azteca, el sentimiento. Esa foto dice todo. En ese mo- ante 110 mil espectadores. mento sacas toda esa tensión que viene de Jugar un clásico nacional en el estadio Azte- muchos días antes. Algo que se va acumulan- ca es algo que te lleva al éxtasis. Es impre- do por los comentarios de la prensa y las ex- sionante. De entrada, desde que sales a la pectativas de la afición. Por los sentimientos cancha y sientes ese monstruo, ahora sí que de la familia: antes de irte al partido, que tu “de las mil cabezas”, como en el cuento, se esposa te dé un beso, tu hijo te dé un abrazo, te impone el escenario. La forma en que te que tu mamá, o que tu hermana, tu primo, tu envuelve, como una cápsula. Y tú allá abajo te vecino, te deseen toda la suerte… Todo eso sientes una hormiguita. Es muy impresionan- te lo llevas a la cancha. Más lo del entrenador, te y, aparte, el grito de miles de gargantas. El lo de los compañeros ¡Vamos! Todo eso se barullo te empieza a aturdir y aturdir y atur- te va acumulando y acumulando. Y cuando dir. Te enchina la piel. Te sube la adrenalina. explotas; porque es una explosión de júbilo Te empiezas a motivar. Te dan ganas de dar- cuando haces un gol ante ese escenario, sa- lo todo. De correr mucho, de saltar, de jugar. cas toda esa presión. Te alivias de tanta carga 258 Te motiva muchísimo. Y cuando haces un gol, acumulada, es el éxtasis. Tuve esa fortuna: mi Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

primer gol en primera división hacérselo al el que perdimos el campeonato. Me tocó fa- América, en el estadio Azteca, ante 110 mil llarlo. En aquellos días viví las dos caras de aficionados y en una semifinal. Fue una expe- la moneda. Y déjame platicarte que, cuando riencia muy fuerte la que viví en pocos días, iba caminando desde la media cancha hasta porque luego de ese partido, viene el primer el machón del área grande para ejecutar el encuentro de la final contra el Puebla, y nues- penal decisivo, era una presión impresionan- tro equipo diezmado por las expulsiones. Y te. Traía la carga del autogol. Sentía la carga meto el segundo gol con el que ganamos. de la ilusión de millones de aficionados. Esa Porque ese primer partido lo ganamos 2 a 1. loza es pesada. Y… yo tenía una forma de Entonces, entre el gol al América y este gol al patear los penales, y al ir caminando hacia el Puebla, andaba que no cabía en mi cuero. Me manchón de penal, me pasaron muchas cosas sentía el mejor jugador del mundo. Pero lue- por la cabeza, y me hicieron dudar. Y en esa go vamos a Puebla, por el segundo partido, y duda, fallé el penal. Me había dicho, “que tal ahí me tocó la otra cara de la moneda. Duran- si la fallo, mejor la tiro fuerte al centro”; pues te gran parte del partido habíamos conser- cual fuerte al centro, la estrellé en el trave- vado el 0-0, cuando de repente, del equipo saño. Bueno… después, cuando venía de re- contario hacen un tiro de media distancia, me greso hacia mis compañeros, venía envuelto pega en la espalda, se la desvío a nuestro en la amargura más espesa que te puedas portero y cae el autogol. Imagínate cómo me imaginar. Quería llorar. Quería que se abriera sentía. Hacía unos días, el mejor del mundo, un hoyo y me tragara la tierra. Sentía mucha y ahora…Teníamos el marcador global 2-2. vergüenza, ante toda la gente. El sentimien- Terminó el tiempo reglamentario y seguíamos to de haberles fallado, de frustración, era im- empatados. Jugamos los tiempos extra, y em- presionante. Entonces, tiran ellos el penal, lo patados a 2 goles. Nos fuimos a penales y meten y… empezaron a festejar. Quedaron ¿Qué crees? El penal decisivo lo fallé yo. Con campeones con ese penal, y nosotros, a llo- 259 De la patada...

rar. Fue para mí una frustración y una amar- que yo venía teniendo en Chivas. Pero aho- gura colosal. Y todos mis compañeros trata- ra, después del penal, pensaba que la gente ban de consolarme: “No pasa nada, esto así de mi pueblo querría ponerme de ancla en la es”… Los directivos, Alberto Guerra, todos, embarcación “El Sarape”. Querrían colgarme la verdad que se portaron muy bien conmigo. una piedra del cuello y arrojarme al mar para “Esto es un volado; no te preocupes”. Cómo anclar la embarcación turística de entonces; no me iba a preocupar, si sentía yo todo el jajajá. Querrían crucificarme. Total, ya no que- peso de la derrota. Me acuerdo que cuando ría venir. Bueno, y por fin después de una se- llegamos al aeropuerto de Guadalajara ha- mana recluido en casa, me vine. bía muchísima gente esperándonos con ma- Fue una experiencia muy desagradable. Se me riachi. Porque realmente habíamos hecho un formó una sicosis con eso. Ya no quería co- gran papel en todo el campeonato. Pero me brar un penal por nada del mundo. Y sucedió dio tanta vergüenza, que me escapé por otra que en el siguiente campeonato empezamos puerta. No salí con todo el equipo. Me escapé muy bien. Calificamos. Y en el primer partido por otro lado. Tomé un taxi y me fui a la casa. de la liguilla nos tocó contra Tecos, en el Tres No quise estar entre la gente y me escondí. de Marzo, que perdimos 1 a 0. El partido de Me refugié en mi casa y no quería salir. Duré vuelta, en el Jalisco, fue muy cerrado, casi al una semana encerrado en mi hogar. Me de- finalizar metí el gol con el que ganamos el primí mucho. Yo que durante las vacaciones partido pero quedamos empatados a 1 en el me venía luego a Vallarta, no quería venir. Mis marcador global. Jugamos los tiempos extra padres, mis amigos preguntaban ¿cuándo vas y seguía el marcador empatado. Nos fuimos a venir? Me sentía muy mal, muy deprimido. a penales, otra vez. Y era mi suplicio. Rezaba Yo me acuerdo que antes de fallar el penal, yo “por favor que ya no vengan más penales, incluso hablaban de ponerle mi nombre a una Dios mío”. No me animé a tirar el penal que 260 calle de Puerto Vallarta, por las actuaciones me tocaba. Le pedí al “Zuly” Ledesma, que Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

era nuestro portero, que lo tirara por mí. Y Roberto Gómez Junco, que ahora es perio- toda la gente se dio cuenta que no me ani- dista y comentarista deportivo, me dijo: “No, maba a tirar un penal. Y los comentaristas no tires tú primero. Tú serás el segundo; por- de la televisión se dieron cuenta. Total que que el que tira primero lleva mucha presión. eso también me dio mucha pena. Ganamos Yo seré primero y tú segundo”. “Bueno, está y avanzamos en la liguilla. Pero cuando es- bien”, acepté. taba en casa empecé a cuestionarme ¿Cómo Empezamos tirando. Va Roberto y lo mete. es posible que yo no me anime a tirar un pe- Y por ellos, tiró el Tuca Ferreti. Va y lo mete. nal? El siguiente rival era Pumas. Ganamos 2 El portero de Pumas era , el de a 1 en Guadalajara y el partido de vuelta, en nosotros era Celestino. Y cuando me toca ti- CU, lo perdimos con igual marcador. Salimos rar, otra vez la duda y ese sentimiento. Pero de los tiempos extras con marcador global me dije “ahora ya no voy a dudar, a donde empatado y ¡Dios mío! otra vez los penales. debe ir, ahí”. Y cuando voy acercándome a to- Pero, para esto, me había estado preparando mar el balón, me dice Olaf Heredia: “Acuérda- sicológicamente. Y antes del partido le había te de Puebla”. ¡Eih! Le contesté. Le hice una dicho a Guerra “Oye, Alberto, si hubiera pe- finta a Olaf, se lanzó al lado derecho y se lo nales, yo quiero ser el primero en tirar” ¡Estás tiré al lado izquierdo y, aunque con un kilo loco! Si vienes de fallar un penal y contra Te- de pasto incluido, anoté. Con ese gol saqué cos no quisiste tirar… ¿Cómo ahora quieres todo lo que me andaba ahogando y le dije al ser el primero? “Es que sabes qué, Alberto; portero rival “Ahí está tu Puebla, hijo de la yo no puedo vivir con esto”. Pues ya veremos, chingada”. Eliminamos a Pumas, nos fuimos a me dijo. la final con América, desgraciadamente perdi- Cuando se llegó la hora de los penales y se mos. Teníamos ya dos subcampeonatos y en estaba haciendo la lista de tiradores, les dije la tercera fue la vencida, porque en la tempo- “yo quiero ser el primero”. Y recuerdo que rada 1986-1987, contra Cruz Azul, salimos 261 De la patada...

campeones. Fue una experiencia muy boni- do indebidamente jugadores que pasaban la ta. Porque ser campeones con el equipo más edad en fuerzas inferiores. Mediante actas de popular de México, con puros mexicanos, es nacimiento alteradas. Lo que devino en que algo muy bonito. La gente se te entrega, es suspendieran a México de las competencias muy noble. La gente, cuando tú le entregas internacionales, y por consecuencia, del Mun- esfuerzo, dedicación, le entregas un premio, dial Italia 90. Me frustró el hecho de no haber cuando le entregas algo, la gente se entrega asistido a un Mundial. Me faltó haber culmi- también. Eso nos sucedió en esa ocasión. An- nado mi carrera con tal competencia. tes de que terminara el encuentro, espontá- Me considero un afortunado. Inicié mi carrera neamente la gente empezó a cantar el Cielito profesional jugando en Chivas y la terminé en Lindo. Primero en un sector del estadio Jalis- Chivas. Una noche me acosté siendo jugador co. Después las setenta mil voces. Terminó el y desperté siendo entrenador ¿Por qué? Por- partido y el público bajó a felicitarnos, a abra- que luego de una derrota en Puebla, al día zarnos. Hubo una verbena popular en el club siguiente, en un restaurante frente al aero- en la que se convivió con los aficionados, la puerto de la Ciudad de México, durante el de- prensa, directivos y jugadores. Y un recorrido sayuno, nos dimos cuenta que habían despe- en el camión por la Calzada Independencia, dido a Jesús Bracamontes como entrenador. coreado por la afición. Muy bonito, sensacio- Yo ya había terminado mi curso de director nal. Desde ahí empezó la mejor etapa de mi técnico. Entró un directivo del club y me dice carrera. “por instrucciones del Presidente del Club, te Tuve otra experiencia frustrante, cuando fui harás cargo desde hoy, interinamente, como seleccionado, a partir del 88 y 89, rumbo a entrenador del equipo”. Yo no pensaba reti- la eliminatoria del Campeonato Mundial Italia rarme en Puebla. Pensaba jugar algunos siete 90. La FIFA se percató que algunos directivos partidos más. Estábamos a punto de abor- 262 de la Federación Mexicana habían registra- dar el avión para ir a Salina Cruz, Oaxaca; a Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

sostener un encuentro amistoso. Le dije “Oye, hasta el 96, cuando sale Leo y también yo. pero…” “Nada; es una orden”. Total que de- Decidí que ya no quería ser auxiliar, quería buté como entrenador en Oaxaca; ya no salí ser entrenador. En 1996 me ofrecen dirigir al como jugador. Dirigí a Chivas. Y dirigí los úl- Correcaminos de Ciudad Victoria, Tamaulipas. timos siete partidos de la temporada 92-93. Dirijo ahí un año. Me fue bien. Llegué hasta Tuve buenos resultados: gané tres, empaté la semifinal. En el siguiente torneo no alcan- dos y perdí dos. Mis números fueron posi- zamos a calificar. Después regresé con Alber- tivos. Se hablaba de mi permanencia en la to Guerra como auxiliar en Toros Neza, por dirección del primer equipo; pero en ese año un año. Luego me invitó Fernando Quirarte entró la Promotora Deportiva Guadalajara y el club se le renta por 10 años a don Sal- a Santos, como auxiliar durante seis meses. vador Martínez Garza. Recontrató a Alberto Me fui a La Piedad, en primera A. De La Pie- Guerra, que se había ido en el 88 a dirigir dad me fui a dirigir a Durango durante seis a la UDG. Alberto me deja como auxiliar de meses. Después me fui a dirigir a Querétaro. él. Ahí permanecí durante dos años. Nos fue Luego Tampico. En este último llegué hasta bien, los dos años se calificó. Fue cuando el directivo. Estuve como presidente del equipo. proceso de las famosas Super Chivas. Después dirigí al Querétaro durante todo un torneo, seis meses, en Primera División. Esa Se va Alberto y don Salvador pide que me quede. Trajeron al argentino , fue mi experiencia como entrenador. Luego de entrenador. Éste no duró mucho tiempo vino la invitación del presidente municipal de y tuve que dirigir nuevamente, por dos par- Puerto Vallarta, Gustavo González Villaseñor, tidos de campeonato, mientras llegaba Leo para hacerme cargo, primero, del Departa- Beenhakker. Empatamos a cero contra Cruz mento Municipal de Deportes, y ahora, de la Azul y le ganamos a Atlas por 5 a 2. Leo me Dirección de Servicios Municipales, cargo que pidió que me quedara de auxiliar. Así quedé actualmente desempeño. 263 De la patada...

El futbol te abre muchas puertas. Te da la rraga Milmo, no con Emilio Azcárraga Jan; con oportunidad de codearte, de convivir con artistas, con el Presidente de la República… gente que en otras circunstancias segura- dices ¿Cuándo? ¿Cuándo iba yo a soñar, o a mente no tendrías la posibilidad. De salu- creer, que me iba a instalar en ámbitos de ese dar de mano y de que te felicite el Presidente nivel? ¡Nunca! Entonces, realmente el futbol de la República. De saludar, de codearte y de te abre esas puertas y te da esa posibilidad tutearte con un artista. Pongo un ejemplo: ¿Sabes qué es lo peligroso de eso? Que te la cuando fuimos campeones en 87, estuvimos creas. Lo peligroso es que yo hubiera creído con Miguel de la Madrid. Platicamos de futbol que era amigo de Emilio Azcárraga, o que yo y de que él le iba a Las Chivas. A mí el fut- hubiera creído que a la hora que yo quisiera bol me dio eso. Como vallartense ni soñaba le hablaba a Miguel de la Madrid y me iba a con esa posibilidad. Me dio la posibilidad de abrir la puerta. Por supuesto que no, jajaja- estar en fiestas con artistas; conviviendo con já. Ni ningún artista. Son circunstancias, es Marco Antonio Muñiz, con Emilio Azcárraga. tiempo. No es tu realidad. Pero sí me abrió Tú dices, con una extracción social netamente esas puerta y tuve la posibilidad de vivir esos humilde… Porque si algo tengo es que nunca momentos, que en otras circunstancias no los me he olvidado de mi origen. Me da orgullo hubiera vivido. Entonces, eso me dio el fut- decir “mi mamá vendió pozole para sacarnos bol. Me dio la posibilidad de conocer Europa, adelante”. Ella fue de las primeras que empe- Sudamérica, Asia… Pude estar en Milán, en zó a vender pozole ahí en el Parque Hidalgo. Roma, en Japón, en Argentina ¿Por qué? Por- que el futbol me lo dio. Nunca me ha avergonzado eso. Entonces, yo sabiéndome de extracción netamente humilde El futbol me ha dado mucho. Me conside- y tener la posibilidad de codearme en alguna ro un hombre afortunado. El futbol me dio convivencia, en un palco del estadio Azteca, la oportunidad de conocer a mi esposa; que 264 con Emilio Azcárraga, con don Emilio Azcá- es una buena mujer. Me dio la oportunidad Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

de dar algo a mis hijos. Creo que tengo una un padre. Así lo siento. Agradezco a la vida bonita familia. Que me quiere. Algo que yo el que me haya dado la posibilidad de ser valoro muchísimo. Me dio la oportunidad de futbolista profesional. Que me haya dado la ayudar a mi padre. Mi padre, de oficio sastre, oportunidad de cubrir una necesidad de mi a quien no le fue bien en dicha actividad y propia familia. Eso me dio el futbol. luego buscó la vida ayudando a un tío mío Cuando les hice saber a mis padres que me en la agricultura, donde tampoco le fue bien. quería ir a probar a Chivas, mi padre me dijo, Mi madre tuvo que vender cena para sacar “pero nosotros no tenemos dinero para sos- avante la familia. Bueno, pues el futbol me tenerte en Guadalajara”. Yo dije “bueno, a ver dio la posibilidad de ayudar mis viejos, llegué cómo le hago, pero me voy a ir”. Me acuerdo con mi padre y le dije: “Papá, este taxi, con que mi mamá me dijo, “vete”. Así como di- todo y permiso, es tuyo. Toma, para que se ciendo “yo sabré cómo le hago”. Mi mamá ayuden”. Para mí es la inversión más valiosa ya vendía cena. Ella me dio el dinero para que he hecho. Me llena de orgullo decirlo. Y el pasaje. Y una vez en Guadalajara, ella me nos es vanagloriarme ni mucho menos. Por- mandaba para los camiones. Cuando decidí que yo soñaba con ayudar a mis papás; decía regresarme a Vallarta, ella me mandó para “tengo que ayudarles; soy el único hombre el pasaje. Ella siempre estuvo ahí. Antes de de sus hijos”… Sentía esa responsabilidad, casarme, ella fue siempre mi sostén. Duran- y más que eso, la necesidad de ayudarlos. El te esa etapa de prueba, ella fue mi apoyo. día que le entregué las llaves del taxi a mi pa- Cuando empecé a triunfar, mi madre estaba dre me sentí ¿cómo te diría?, me sentí como orgullosísima de su hijo. Cuando venía a Va- el Presidente Municipal entregando las llaves llarta me complacía, me cocinaba, me hacía de la ciudad a alguien muy importante. Más pozole, me quería llevar a todas partes, a San que eso sentí. Eso me dio el futbol. Y eso no José a visitar a las tías, a los familiares. Era tiene precio. Eso es un homenaje en vida a yo su trofeo más preciado. Lo mismo pasó 265 De la patada...

con mis hermanas. Mi madre es super chiva: Y no directamente a mí, sino que a la gente si la quieres hacer enojar, nomás dile ¡Arriba le decía que yo había sido muy perseveran- el América! Jajajajá. te, muy terco, disciplinado y ordenado para conseguir lo que había conseguido. Porque él Mi padre fue un hombre muy estricto. En su siempre decía, “a pesar de que nosotros no lo familia era el único varón, rodeado de puras ayudamos, él consiguió esto”. Pero realmente hermanas. Como todos los padres de aquella no fue tanto así, porque, repito, mi madre me época, vivió una vida difícil. Un hombre que mandaba dinero para los camiones. Realmen- las sufrió, que las vivió duras. Un hombre muy te si me ayudaron. Y él… esa era su manera honrado, muy decente, muy estricto con sus de expresar lo que sentía por mí. Igual, me hermanas, con nosotros, con sus primas. Con presumía a todo mundo. Hablaba muy bien todo mundo muy estricto. Yo recuerdo una de mí. Decía que yo lo había logrado a pesar frase de él. Cuando tendría yo algunos trece de que él no me había ayudado. Él, un día ya años, un día me dijo, “yo te puedo sacar de la enfermo, sacó todo eso que traía. A mis her- cárcel por lo que hagas; cualquier cosa, menos manas les dijo que si alguien había visto por por robar. El día que robes, ahí te quedas”. él, ese había sido yo. Que se arrepentía de no Ése era mi papá. Y cuando yo le dije que me haberme ayudado, de no haberme apoyado quería ir a probar al futbol profesional, y que más. Pero fue por las circunstancias, yo así lo me respondió “yo no tengo dinero para sos- asumí. A veces las circunstancias no te per- tenerte en Guadalajara”, cuando él me empe- miten dar todo lo que quisieras. Ése fue mi zó a ver que con todo y eso empecé a sobre- papá. Un hombre muy honrado. salir, y que me empezó a ver en la televisión y en los periódicos, mi padre reconoció mi esfuerzo. Mi padre… yo creo que me admiró mucho, por el esfuerzo, por lo que había con- 266 seguido. Y realmente siempre me lo expresó.

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Enrique Alfaro Rojas.

Había superado lo peor en Guadalajara, lar al futbol profesional. Fue, en su momento, la soledad. Muchos de aquellos jugado- elemento importante del Club Toluca, con el res desertaron por extrañar a su mamá, a cual logró cuatro campeonatos de liga. For- su papá, a su pueblo, a la novia. Y puedo mó parte del Seleccionado Olímpico y de la asegurar que hasta con mejores aptitudes Selección Mexicana mayor. que un servidor. No basta la habilidad, Nos deja así su testimonio: la técnica, el talento. Se necesita carác- ter para aguantar muchas adversidades: Nací en la Ciudad de México, en 1974. Soy la soledad, la animadversión del técnico el séptimo de nueve hermanos. En 1981 mis o problemas entre compañeros. Hay que padres deciden venir a vivir a un lugar más superar adversidades, pero eso te va for- tranquilo, San Vicente, Nayarit. Poblado que taleciendo. en aquellos tiempos pertenecía al municipio de Compostela, hoy Bahía de Banderas. Por Con trato sencillo y educado, Enrique Alfaro cierto, es el lugar de nacimiento de mi seño- Rojas nos deja entrever en su charla la for- ra madre. Me considero hijo de ésta región mación moral que recibió en el seno familiar pues en la capital de la República viví poco y en el contacto con una institución sólida, tiempo, y de la que tengo no gratos recuer- solvente, el Club Deportivo Toluca F.C., del dos por los temblores y la delincuencia. Mi futbol profesional de nuestro país. padre es de Malinalco, Jalisco. Cursé mi edu- Nació en la Ciudad de México y fue traído cación primaria en la Escuela Amado Nervo, por sus padres, desde muy pequeño, a vivir de San Vicente y la educación secundaria en al poblado de San Vicente, del actual muni- San José del Valle, Nayarit. En San Vicente, la cipio de Bahía de Banderas, Nayarit. Enrique casa de mi abuela materna colindaba con la Alfaro Rojas surgió desde las canchas rurales cancha de futbol. Dividía los predios tan sólo de la región de Puerto Vallarta, para esca- la raya de banda. Así es que yo permanecía 269 De la patada...

más tiempo de aquel lado de la raya que en Recuerdo algunos jugadores de primera del la casa nuestra. De los hermanos varones que San Vicente durante mi niñez: Reynaldo Cam- tuve a todos les gustó el futbol, pero sobre- ba, Eduardo “El Guello” Tapia, Beto Reynaga, salió en la región mi hermano Santos, mejor “La Rana” portero. conocido como “El Pálido”. Con decir que era Tuve la suerte de jugar desde los inicios de más conocido en la región que yo, que ya ju- las ligas Pony e Infantil. Después, en la Juve- gaba en la primera división. También él tuvo nil. Mi infancia fue muy bonita porque cuando la oportunidad de acceder al futbol profesio- niño uno no tiene otra preocupación más que nal. Estuvo por varias semanas en El Tapatío la escuela y jugar. Y yo jugué entonces mucho de Segunda División, pero por circunstancias al futbol. Mi mamá iba a verme jugar. Mi papá, adversas y motivos personales de él, no se le siempre ocupado en su trabajo. Él y su familia dio. A mi hermano Sergio, que es el tercero, habían venido a vivir a San Vicente por allá en las canchas le pusieron el apodo de “El por los años sesenta. Ahí conoció a mi madre. Cuervo”, sobrenombre que, a la postre, me Me dicen que jugaba con San Vicente, que heredó. También jugaba bien pero no desta- era buen defensa. Nunca lo vi jugar. Me plati- có porque muy joven se fue a vivir a Estados có que en una ocasión se lastimó el tobillo y Unidos. Mi hermano Ismael, el sexto, tomó el por eso abandonó el futbol. futbol como diversión, nada en serio; no así Siempre tuve la inquietud por el futbol pro- el trabajo. A él sí le gustó trabajar. fesional. De niño veía los partidos por televi- Desde niño seguía a mi hermano “El Pálido” sión o los programas “Acción” de televisa y a donde fuera a jugar, a Las Juntas, al Tuito, otros. En casa no teníamos televisor pero los a El Pitillal, a Tepic. Era su utilero, quien car- domingos me iba con mi amigo Juan Gonzá- gaba su mochila. Él era mi ídolo. Los miles de lez, cuyos padres tenían una tienda de aba- 270 elogios que recibía, me llenaban de orgullo. rrotes y un aparato de televisión grandote. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Ahí nos acomodábamos — ¡Vente, ya va a — ¿Oye, no te interesa ir a probar suerte a empezar Acción, destápate las cocas y sién- Guadalajara? Yo conozco al representante de tate! — me decía mi amigo. Me empezó a en- la escuela del Toluca, don Rogelio Becerra. Yo trar el gusanito del futbol profesional cuando soy “La Coneja” López, exjugador de Pumas descubro, y lo digo humildemente, que tengo y Atlas. condiciones para ello. Desde muy chico me Ya en casa platiqué con mis papás. El señor invitaban a jugar en la segunda y hasta en López se presentó a los dos días y habló con la primera. Siempre fui delgado, menudito, y ellos. me daba miedo jugar entre muchachos más hechos que me triplicaban en lo físico. Tenía —Miren, su muchacho tiene condiciones para miedo porque sabía que era difícil competir, jugar futbol profesional. Me encantaría que le precisamente por el físico. Mi mamá me rega- dieran la oportunidad de probarse. Si no sir- ñaba ¡Te van a lastimar, no te dan ni un peso! viera, pues ya lo tendrán de regreso pronto. Pero lo hacía. Mi hermano Santos me llevó a El tiempo pasa, su hijo tiene dieciséis años, jugar a un equipo del aeropuerto. Después lo veo competir con jugadores mayores que empecé a jugar en la primera de San Vicente. él. Al tiempo puede venir una lesión que lo Con el tiempo, jugué en equipos de Vallarta, apartaría de su sueño. Por la edad, creo que como el Holiday Inn. La gente me animaba, es el momento. me decía que yo era diferente, que sobresa- Total, los convenció. Él me llevó hasta Guada- lía, inclusive entre jugadores de experiencia. lajara. Por cierto, tenía una empresa de lim- Tuve la fortuna, cuando tenía dieciséis años, pieza de alfombras y pisos; por eso segui- jugando con el Flamingos en la cancha nú- do estaba en Vallarta, por los servicios que mero uno de la Unidad Deportiva de Vallarta, prestaba a los hoteles. Seguido iba a mirar de que al final del partido se me acerca una los partidos del futbol local. Me llevó a Gua- persona que me preguntó: dalajara. Me presentó con don Rogelio Bece- 271 De la patada...

rra. Nunca había salido tan lejos de mi casa. la tienda. Cuando me veía cabizbajo, me de- Cuando llegué a la ciudad, el monstruo me cía — Enrique, tranquilo. Esto es pasajero. Al impresionó. Me quedé allá. Me consiguieron rato te vas a acostumbrar. un cuartito de huéspedes. Empecé a entrenar Estuve ahí nueve eternos meses. Me estuvo con don Rogelio. Me dijo él: preparando don Rogelio para ir a hacer la —Te dedicaré una semana, no necesito más. prueba a Toluca. Todo su equipo iba a jugar Yo hasta en la manera de caminar de la per- un cuadrangular con la escuela del Toluca en sona detecto a un buen jugador. Un día me el D.F., con la escuela que tenían en Ecate- basta, pero por venir recomendado por “La pec y con el equipo de Tercera División, con Coneja” López, me ocuparé de ti una sema- sede en la ciudad de Toluca. El entrenador de na—. A los dos o tres días me dijo — Habla esta escuadra iba a seleccionar a los mejores. con tus papás, porque quiero que te quedes. Tocó en suerte que nos escogieran a cuatro Me interesas. Y, olvídate por un tiempo de tu del equipo de don Rogelio. Nos quedamos pueblo. en Toluca. Posteriormente, en sucesivos re- cortes, a mis compañeros de Guadalajara los Me acuerdo de la tristeza que sentía enton- fueron eliminando uno a uno, hasta quedar ces. Solo estaba en aquel cuartito. Las horas sólo yo. Llegué a vivir a la Casa Club. Con y los minutos se me hacían eternos durante tantos compañeros era como vivir en mi casa. las mañanas, porque entrenábamos a las dos Había superado lo peor en Guadalajara, la so- y media de la tarde. Pasaba la mañana sin ledad. Muchos de aquellos jugadores deser- hacer nada, encerrado. Me daba miedo salir. taron por extrañar a su mamá, a su papá, a Salía a la tienda de enfrente porque un en- su pueblo, a la novia. Y puedo asegurar que trenador vivía ahí, don Carlos Rubio, un ayu- hasta con mejores aptitudes que un servidor. dante de don Rogelio. Y ahí me llevaba en las No basta la habilidad, la técnica, el talento. 272 mañanas, ayudándole a acomodar cositas en Se necesita carácter para aguantar muchas Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

adversidades, la soledad, la animadversión ni cinco minutos cuando en nuestra área co- del técnico, o problemas entre compañeros. metí la misma falta al mismo jugador que me Hay que superar adversidades, pero eso te la había cometido. Le pagué rápido. Casi al va fortaleciendo. Recuerdo que cuando entré final del partido anotamos el dos a dos. En a ese equipo de Tercera División nos regis- ese partido me traicionaron los nervios. Sufrí traron a 22 jugadores. Nominaban a 18, sólo de pánico escénico, con el estadio Nou Camp 11 jugaban y el resto a la banca. Yo estuve a reventar. Yo quería arrancar, accionar, pero casi media temporada sin salir siquiera a la me costaba trabajo, sentía que las piernas no banca. La verdad, no me desesperé. Seguí me respondían, las sentía pesadas, cansadas entrenando, trabajando, y el turno me tocó, o guangas. Eso me empezó a cansar, a cansar. por lesionados, por expulsados y por otras Me preguntaba ¿Qué me está pasando? “No circunstancias. Jugué cuatro partidos antes puede ser”. Gracias a Dios que se acabó el de la liguilla, los seis partidos de la liguilla y primer tiempo y me cambiaron. Después, ju- llegamos a finales. Ésta la perdimos ante Cruz gando más partidos, acumulando minutos de Azul, por 5 a 4. juego, vas controlando esos nervios iniciales. Hasta que llega el momento en que sales a En este proceso, el entrenador de primera di- disfrutar el partido y nada más. visión se fijó en mí. Me llamó. Fue durante la temporada 93-94 cuando pasé a formar par- Algunos jugadores, mayores que yo, me ayu- te del equipo grande. Me tocó debutar en la daban. Uno de ellos era Marcelino Bernal. fecha cuatro, en la ciudad de León, contra “La Cuando supo que iba a debutar en el equipo Fiera”. Un partido que empatamos a 2. En- grande, me aconsejó, me dijo qué hacer y qué tonces jugaba como medio volante derecho. no hacer. Me ayudó a pasar ese trance del de- Recuerdo que en una jugada entré al área y but. Marcos Ayala también me apoyó. A Blas me cometieron faul. ¡Penal! marcó el árbitro. Yunta, argentino que venía del Boca Juniors Anotamos el empate a uno. Pero no pasaban y que había jugado al lado de Maradona, le 273 De la patada...

gustaba mucho hablar con los jóvenes. A Ro- seis partidos eliminatorios rumbo a las olim- berto di Pietri, también. piadas. En ese partido, contra Canadá, gana- mos uno a cero y yo anoté el gol. Pasado el tiempo, cuando inicia el proceso preolímpico eliminatorio de “Atlanta 96”, el El señor Milutinovic iba a todos los partidos profesor Memo Vázquez me da la oportuni- de los seleccionados menores. Y por ende, no dad de llevarme desde el inicio, como volante podía faltar a Canadá. Me acuerdo que antes derecho. El doctor Miguel Mejía Barón era el de iniciar el torneo nos dijo “Si ustedes califi- técnico de la selección mayor y jugamos va- can a las olimpiadas, este equipo será la base rios partidos contra ellos. , para el torneo USA 96”. Era un torneo de se- Campos, Aspe, Adolfo Ríos, Benjamín Galin- lecciones mayores, de nombre Copa USA. Se do, Marcelino Bernal… aquella camada que realizaba cada año. Y nos lo cumplió. De ese yo admiraba, que veía jugar… y me decía equipo preolímpico fuimos Abundis, Cuauh- ¡Ahora estoy jugando contra ellos! Me pare- témoc Blanco, Osvaldo Sánchez, Francisco cía un sueño. Palencia, Germán Villa, Chiquis García y yo, entre otros. Y no nada más fuimos, jugamos. Luego, cortaron ese proceso. Se fue Mejía Ganamos el torneo. Participaron Estados Uni- Barón y con él su gente. Llegó Bora Miluti- dos, Canadá, Honduras, , México y novic a la grande y a la no recuerdo qué otra selección. preolímpica. Entonces, a esperar el llamado. A ver si te va a tomar en cuenta el nuevo entre- Después de ganar la Copa USA 96, al año siguiente la base de la selección grande éra- nador. Afortunadamente seguí en el proceso. mos los olímpicos. Fuimos a jugar el preolímpico a Edmonton, Canadá. Fueron seis partidos. No fui titular. En Atlanta 96 no nos fue bien. Como nosotros Jugué el último partido, porque ya estábamos habíamos deseado. La base de la selección 274 calificados. Era la única selección en ganar los grande fue ese equipo: Cuauhtémoc Blanco, Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Paco Palencia, Abundis, Cabrito Arellano, Co- cede que nos toca el último partido en Jamai- nejo Pérez, Osvaldo Sánchez, Pavel Pardo… ca. Éste país caribeño necesitaba un punto Nuestro primer partido en la Olimpiada fue para calificar por primera vez en la historia a contra Italia, a la que ganamos 1 a 0; con gol un Mundial. Ya en Jamaica, fue tan hostil el de Palencia. En el segundo partido, contra ambiente... Nosotros llegamos dos días an- Corea del Sur, quedamos empatados a 0. El tes. Nos hospedaron en un hotel apartado, tercer partido, contra Ghana, empatamos a 2. metido en la jungla, para estar retirados de Ya en octavos de final nos tocó un equipazo, la gente. Desde que llegamos al aeropuerto, Nigeria; que a la postre se convertiría en la nos agredían hasta los mismos funcionarios mejor selección africana de todos los tiem- públicos. Salimos del aeropuerto, no había pos. Terminaron siendo los campeones olím- picos. Nos ganaron a nosotros. Le ganaron a camiones grandes, sólo combis pequeñas. Re- Argentina en la semifinal. Y la final se la ga- cuerdo que había muchísima gente, fumando naron a Brasil, con todo y Ronaldo, Roberto mariguana. Apenas alcanzamos a subir a las Carlos… con esa selección de ensueño que combis. Las zangoloteaban de un lado para tenía Brasil. otro, tratando de intimidar. Bueno, estuvimos dos días en la jungla. Llegamos al estadio el Después vino el proceso eliminatorio para día del partido. Otra vez, una hostilidad terri- el mundial de Francia 98. Bora nos tomó en cuenta de nuevo a varios jugadores de esa ble. Pedradas a las combis… Las autoridades camada. Tuve la fortuna de jugar casi el cien ¿pues qué iban a hacer? Nada. Y cuando sa- por ciento de ese proceso eliminatorio. Entre limos a la cancha para reconocerla… ¡Aquel esto, hubo varios torneos como la Copa de estadio repleto, oliendo a mariguana! Enton- Oro, que tuve la fortuna de jugar y nos fue ces, el señor Milutinovic, muy inteligente, dijo muy bien. Pero, cuando en las eliminatorias —¿A nosotros qué nos conviene? No pasa para el mundial ya estábamos calificados, su- nada si perdemos. Pero no tenemos que per- 275 De la patada...

der. Entonces, si ellos con el empate pasan, La Copa de Oro, que terminamos ganando pues vamos a jugar al empate. también, pero jugué muy poco. Lapuente me metió a la cancha en la final, faltando siete Así, empatamos a 0 y salimos vivitos y co- minutos para terminar el partido. Con la in- leando. Me acuerdo que los jamaiquinos cam- tención de ganar tiempo. También jugué un biaron su actitud agresiva por una actitud de partido amistoso contra Holanda, los noventa amabilidad, de agradecimiento. Era otra la minutos. Y de ahí, Manolo cambió, trajo a su gente. Ellos lo percibieron. Porque nosotros gente. Y quedamos fuera Abundis y yo. de media cancha para atrás no arriesgába- mos la pelota. Ellos la tomaban y sus defen- Después del mundial, regresa la selección, y sas centrales ¡pum! la mandaban a la área de me llaman para dos o tres partidos amistosos. nosotros. En México nos criticaron mucho, El último partido a que me convocó Lapuente obviamente, por ese partido. Pero la misma fue el de homenaje a Hugo Sánchez, contra prensa mexicana se dio cuenta de la hostilidad Paraguay. En ese partido Hugo se despidió que había, del riesgo para nosotros. Y Bueno, del futbol y yo de la selección nacional. Nun- la tristeza después de eso. Al señor Bora Mi- ca más me llamaron. lutinovic, habiendo calificado en primer lugar, Entonces, me enfoqué en el Toluca, donde sin problemas al mundial, por cuestiones que tuve la fortuna de conquistar el campeona- nunca lo entendimos, le pidieron su renuncia. to en cuatro ocasiones. Durante tres, jugué: Él no quiso renunciar, les dijo, — No ¿Por qué 98, 99 y 2000. Durante la cuarta estuve le- he de renunciar? ¿Califiqué holgadamente al sionado pero se me dio el reconocimiento, la mundial, en primer lugar? Si me quieren co- medalla. En el 98, torneo de verano, nos en- rrer, córranme—. Así, terminaron corriéndolo. frentamos en la final al Necaxa. Fue una haza- Después llegó Manolo Lapuente. Con Ma- ña deportiva porque en el partido de ida, en 276 nolo inmediatamente fuimos a un torneo de el estadio Azteca, perdimos dos a uno. En el Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

partido de vuelta, en la Bombonera, al minu- Era un martirio jugar. No podía hacer lo que to 12 íbamos perdiendo dos a cero. Marcador antes. En 2003 tomamos, en familia, la deci- global 4 a 1. Desde entonces surgió en Méxi- sión de dejar el futbol. A los 28 años, cuando co el famoso ¡Sí se puede! Me decía mi espo- todavía se tiene cuerda para cuatro o cinco sa y mis papás, que presenciaron el partido, años más. Ni modo. que la gente, la afición, llorando gritaba ¡Sí se Pero no me quejo, porque el futbol me dio puede! ¡Sí se puede! Terminamos ganando en más de lo que hubiera merecido. global 6 a 4. De mis mejores amigos en el medio futbolís- En 1999, durante el torneo de verano, ju- tico, uno fue José Manuel Abundis. Éramos gamos la final con Atlas. Un equipo joven, compañeros de cuarto en las concentraciones limpio, dirigido por Ricardo Lavolpe. En Gua- de la Preolímpica, de Las Olimpiadas y de la dalajara quedamos 3 a 3. En Toluca, 2 a 2 Selección mayor. y nos fuimos a tiempos extras. Llegamos a penales. Les ganamos. El partido estuvo para Cardozo es un tipo diferente, muy profesio- cualquiera. Si hubiera ganado el Atlas, bien nal, exigente consigo mismo, así como con merecido lo hubieran tenido. sus compañeros. Era exigente también con nosotros, pero lo llegamos a entender por- La final que se ganó y no jugué, fue en el que predicaba con el ejemplo. Terminábamos Torneo de Apertura 2002, contra Morelia. Es- los entrenamientos y me pedía: “tírame diez taba yo lastimado. centros por derecha”. Y al Chiquis García, “tí- Desde entonces empezaron mis problemas rame diez por la izquierda…” y la verdad que de lesiones. Una rodilla empezó a darme lata. era un deleite verlo definir, rematar. A noso- Me operaron en el 2002. Regresé a jugar tros nos ayudaba a perfeccionar nuestros ti- pero ya no era lo mismo. Estuve un año pa- ros de banda. Cardozo era muy querido por rado, rehabilitándome, pero no fue lo mismo. los directivos. Creo que la afición jamás lo va 277 De la patada...

a olvidar. Llegó el momento que ya no po- —Quiero que te quedes en la institución y día salir a la calle, a un restaurante, a ningún que dirijas fuerzas básicas. Para que empie- lado, porque se le amontonaba la gente, to- ces a hacer tu carrera. cándolo, pidiéndole autógrafos. Y hasta la fe- —No, licenciado, no me llama la atención eso. cha. Últimamente cuando iba a Toluca, como — ¡Pues te pido y te exijo! director técnico de otros equipos, en cuanto llegaba y lo veían, la gente se ponía de pie Me convenció y me mandó a la escuela —… y lo ovacionaba. Él, y Vicente para obtengas el diploma de Director Técni- co y puedas dirigir en un futuro—. Me que- Pereda son, creo yo, los máximos ídolos de la dé. Eso fue en el 2003. Empecé desde abajo, afición choricera. Con Enrique Meza ganamos hasta que llegué a dirigir a la sub-veinte, an- tres títulos. La gente lo quiere muchísimo por tesala de la Primera División. Y me fue bien. su sencillez, su don de gentes. Una finísima En Tercera División me tocó formar a varios persona. jugadores que ahora son una realidad, como “El Conejito” Brizuela, Miguel Centeno, por- Cuando me retiré, tomé un año sabático. Des- tero suplente de Toluca, y varios más. Seguí pués intenté regresar. Fueron varias cirugías, ahí hasta el 2010. Al no haber proyección en periodos de rehabilitación… Todo eso lo su- Toluca para mí, nos venimos a instalarnos por frió también la familia. Fue desgastante. De- dos años a Vallarta. Y al término de éstos, jamos a un lado el futbol y nos venimos a Hernán Cristante me llama: Vallarta. Al año, regresé a Toluca para despe- —Oye, tengo una oportunidad para dirigir a dirme de los amigos, de la institución. Estaba Coras de Tepic. Necesito que me acompañes. como presidente del club el Lic. Rafael Lebri- Que trabajes conmigo ¿Cómo ves? Piénsalo. 278 ja. Él no me pide, sino que me exige: No hay mucho dinero. Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Valoré la situación y dije, bueno, estoy a dos Eso fue el año antepasado, en el 2016. Estuve horas de Tepic. año y medio, tres campeonatos como auxiliar técnico de Cristante. El primer torneo no cali- —Sí, cómo no, Hernán, me voy contigo. ficamos por un punto. El segundo torneo ca- —Bueno, pues mañana ahí te veo. lificamos y perdimos la semifinal con Chivas, por el reglamento de competencia. Habíamos Y ahí empecé como auxiliar de equipos más empatado los dos partidos pero ellos estaban profesionales, un equipo de Primera A. No en la tabla un punto arriba de nosotros. Nos nos fue mal, tomamos el equipo como emer- echaron fuera. A la postre Chivas resultaron gentes, porque estaba en los últimos lugares, campeones. Durante el torneo pasado, More- y terminamos a un punto de calificar. En la lia nos eliminó en cuartos de final. Terminó el copa, perdimos la semifinal, en penales con- torneo, hicieron cambios en el cuerpo técni- tra San Luis. Terminó ese torneo y los dueños co y nos tocó salir a David Rangel y a mí. Acá iban a valorar nuestro trabajo. Estuvimos es- estamos, desde hace un mes, tranquilamente, perando y nos llamaron: “Nos pareció bien su disfrutando el rancho. Esperando, a ver qué trabajo, queremos que continúen”. Ya estaba pasa. casi hecho de nuevo el trato con Los Coras. Postdata: Yo me había venido a Vallarta, cuando Her- nán nos llama y nos dice: En Toluca se conserva viva la memoria de sus grandes ídolos. Y Amaury Epaminondas, —Ya nos es Coras, ahora es Toluca. el fino goleador brasileño, lo fue allá por los años 66-68. Se cuenta que don Ignacio Tre- —No manches, Hernán ¿Cómo que Toluca? lles era el director técnico, y los domingos se ¿Primera División? jugaba a las once de la mañana. Se dice que — ¡Así es! don Nacho llegaba a la nueve de la mañana al 279 De la patada...

bar que frecuentaba el goleador, lo sacaba, lo llevaba a bañar y lo metía a jugar. Pero antes de salir del tugurio, Amaury lo condicionaba — Míster ¿si meto dos goles, me deja regre- sar al bar? — Sí, hombre. Metes dos y te vie- nes—. Y siempre le cumplía don Nacho. Si en el primer tiempo metía los goles… ¡Cambio! Y el brasileño regresaba al tugurio, pues le encantaban las cervezas mexicanas con sin- gular alegría.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Ernesto “Neto” Quintero Pérez

Jamás en la vida olvidaré lo que hiciste cinó. Fueron tres temporadas. Nunca fuimos por mí. campeones pero siempre llegamos a la final. Teníamos un excelente equipo pero nunca Nací el 20 de enero de 1965, en Puerto Va- fuimos campeones. El equipo se llamaba Car- llarta. Empecé a jugar futbol por influencia de los O’Brians. En la categoría infantil jugamos mi hermano Rafael, mejor conocido como “El una temporada, luego ascendimos a la juve- Aguado”. Él jugaba con un equipo local llama- nil, mientras estudiábamos la secundaria. do Deportivo Jalisco. Yo lo acompañaba. En cierta ocasión faltó un jugador, me prestaron Se dio la oportunidad de jugar en Olímpico uniforme y me pusieron a jugar. Me enseña- de Ixtapa, invitado por Jorge Castillón y diri- ron a ser fuerte, a ser duro. Tendría yo como gido por el profesor Juan Manuel Gómez En- once o doce años, cuando mucho, jugando en carnación, en la Liga Interzonas Número 4, categoría de segunda libre, con gente mayor; afiliada a la Asociación de Futbol Amateur de señores hasta de treinta años. Desde ahí me Jalisco. Ahí me encontré con buenos amigos empezó a gustar, me llamó la atención el fut- como Gonzalo Gay, Alejandro Gómez, Miguel bol. Ese partido fue en la Unidad Deportiva, “El Pelón”, Alejandro “El Porro” Alvarado, en la cancha número dos, La Lija, no empas- Juanito Alvarado, Pedro “El Terrón” Alvarado. tada entonces. Jorge Castillón y yo estábamos por salir de la secundaria, tendríamos 15 años. Aprendí Ya en la secundaria, formé equipo con Chito mucho de la gente recia de Ixtapa. Se hizo de la O, Jorge Rodríguez “El Chócola”, “Pitu- un buen equipo, se jugaba buen futbol en esa rris” Pulido, Jorge Castillón, Ernesto “La Cre- liga. ma” González… Ese equipo de primero de secundaria lo formamos y buscamos el patro- En esos tiempos empezó lo del equipo de cinio del “Siete” Macedo, quien entonces era Tercera División en Vallarta, El Pelícanos, diri- el contador del Carlos O’ Brians, y nos patro- gidos por David Meléndez. Empezaron a bus- 283 De la patada...

car prospectos para formar una especie de mejor equipo del torneo. Dirigido por El Cam- cantera. Por esa convocatoria llegamos “El Pi- peón Hernández. Les ganamos 1 a 0. turris” Pulido y yo; pero la mera verdad noso- En ese cuadro de Gamaliel jugábamos “El tros veníamos a hacer ejercicio y a cotorrear. Pingüi”, como portero; Juanito Alvarado, El Cuando salió la primera hornada de los vie- Toqui Castañeda, El Diablo, “Piturris” Pulido, jones, que eran Nacho Curiel, “El Siete” Ma- “El Dumbo”, entre otros. cedo, Juan Rincón y otros, fue que entramos Aquí en la Tercera jugué dos temporadas. Du- los de mi camada. “Piturris”, Jorge Alvarado, rante la segunda de éstas, Gamaliel me lle- “El Cajito” Dávila, “La Muñeca” Montes, susti- vó a conocer al Atlas, en El Paradero. Estuve tuyendo a los que ya no podían jugar ahí por ahí como dos meses. Me acompañaron Jor- su edad. Fueron dos temporada que jugué ge Alvarado, “La Muñeca” Montes y “El Caji- en la Tercera, cuando el equipo ya no lo traía to” Dávila. De momento les interesamos “La “El Chino” Guzmán, ya lo había tomado Re- Muñeca” y yo. Pero “La Muñeca” no se quiso yes Brambila. Se hizo buen equipo, dirigidos quedar porque estaba casado, ya tenía res- primero por Felipe Ruvalcaba, alias “El Pipis” ponsabilidades. Necesitaba ganar. Yo duré un o “El Príncipe”, que había sido un fino medio- poquito más porque estaba soltero y no me campista en El Oro de Guadalajara. Él trajo a urgía tanto el dinero. Tendría casi 17 años. algunos cuatro jugadores de La Perla Tapa- tía, de muy buen nivel. Aquí nos complemen- Donde detonó todo, cuando en verdad me in- tamos. Por no sé qué problemas, Ruvalcaba teresó mucho el futbol profesional, fue cuando tuvo que abandonar el equipo. Chon Joya sa- trajeron a Vallarta al equipo del León. Cuan- lió al quite por un tiempo, pero luego trajeron do vino Cabinho. Por cierto, me tocó marcarlo a Gamaliel Ramírez. Hicimos una temporada y lo anulé. El entrenador del León, Luis Grill, muy buena. Recuerdo que aquí le quitamos me vio y quien me arrimó con él fue Jesús Ga- 284 el invicto a Los Loros de Colima, que era el llegos, mejor conocido como “El Tawa”, quien Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

traía un equipo de futbol amateur, El Gacelas. —Oye, traigo una invitación para ti. Están Él me arrimó aquí al hotel Las Palmas, porque ocupando urgentemente un central en Teco- le ganamos al León 2 a 1. Goles de Monche mán ¿Te interesa? Aguilar y de Neto “La Crema”. Fuimos “El Pitu- De momento le dije que no, que ya estaba rris” y yo. Grill nos dijo que sí, que con mucho enfadado, “ya fui dos veces, ya le calé, me voy gusto nos aceptaba allá. Me fui solo, porque a poner a trabajar”. “Piturris” no quiso ir. Estuve allá como mes —Vámonos, yo te aseguro que te vas a y medio. Entonces recién se estaba forman- quedar. do lo de Reservas Profesionales. Les interesé. Me iba a quedar pero, el equipo se vendió a Total, que me convenció. Ese mismo día, que un tal Ahumada, que tenía problemas con la era lunes, agarré mis cosas y nos fuimos. Lle- gamos a entrenar el martes. Ese día no me justicia. Hacienda intervino, le quitó el equipo quisieron dar ropa, pues nadie me conocía. y nos corrieron a todos los chavos que vivía- “El Pingüi” le dijo al entrenador, que era Luis mos en la Casa Club. Nos dijo Luis Grill que si Reyes, hermano de Chava Reyes: teníamos posibilidades, rentáramos una casa. Yo tomé mis cosas y regresé a Vallarta. —Oye Luis, éste es el central del que te platiqué. Estuve trabajando en Transportes del Pacífi- —Ah, pues ahorita ya no, pero mañana ve- co. Los gerentes eran mi papá y mi abuela. mos a ver qué hacemos. Allá por Insurgentes, a dos cuadras del Cine Bahía. Un día llegó Guillermo “Pingüi” Villase- “El Pingüi” tenía buenas relaciones, fue y ha- ñor, que ya tenía algunos meses entrenando bló con Luis Grill, le dijo: con el equipo de Tecomán, filial de Los Tecos — ¿Te acuerdas del central de Vallarta? Aquí de la UAG. lo traigo. 285 De la patada...

— ¿El que marcó a Cabinho? — ¡Ay, hijo, pero cómo no! Si yo como maes- tra de escuela gano cuatro mil quinientos pe- —El mismo. No le quisieron dar ropa. sos a la quincena. Te felicito. Excelente. Te va Al día siguiente se presentó Luis Grill y orde- a ir bien, gracias a Dios. nó que me dieran ropa. Fui a entrenar y des- Y así, cada año fui duplicando mi salario. Al pués de las dos primeras interescuadras que año siguiente ganaba más de setenta mil pe- hicimos, me firmaron. Obviamente yo llevaba sos. Al final, terminé con un sueldo de más mi carta de Tercera División de Vallarta. La de trescientos setenta mil pesos mensuales. verdad es que no quisieron comprar mi carta. De aquellos pesos, era un dineral. Por eso yo Pero me fue mejor. Recuerdo que el portero no me puedo quejar del futbol. Me trató muy del Tecomán era Héctor Quintero, quien fue- bien. Con lo que gané allá, me vine a Vallarta, ra seleccionado juvenil. Durante la siguiente me casé, hice mi casita, compré un permiso temporada lo ascendieron a Primera División. de taxi. Empecé en 84-85, en Tecomán, en Él ganaba entonces siete mil quinientos pe- Segunda División. En el 85-86, me subieron sos. Estoy hablando de 1984. A mí, por fir- a Primera División, en el equipo grande de marme, me dieron 37, 500 pesos mensuales. los Tecos. Tuve la fortuna de jugar con muy “No te vamos a dar nada por tu carta”, me buenos compañeros: García Rulfo, Prudencio dijeron, “pero, lo que no te vamos a dar por Cortez, Edmund Lucas, Alzamendi, extremo tu carta te lo vamos a compensar quincena uruguayo que después triunfó en Europa, con por quincena. Era un dineral. Luego le hablé El Chicharito Hernández, papá del actual Chi- a mi mamá: charito, El Chaparro Rodríguez, Marco Fabián Rosas, Héctor Quintero, Fernando Sánchez Li- —Madre, acabo de firmar un contrato por món, Héctor Santa Rosa. Habíamos formado treinta y siete mil pesos mensuales ¿Hice un buen equipo de Segunda en Tecomán, y 286 bien? nos ascendieron a varios: Héctor Santa Rosa, Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Felipe Vargas, Sánchez Limón, Saturnino y a el partido estelar. Nos había dicho que él no un servidor. iba a rifársela con chamacos, que él venía por resultados. Y nos echó para abajo, sólo a Fer- Durante el 85, todos los partidos jugué de nando Sánchez Limón y a Héctor Santa Rosa titular. El entrenador era Luis Grill. Él me co- dejó en primera. bijó, me dijo “Te voy a llevar poco a poco. Vamos a hacer buen papel”. Así, anduve navegando. Aunque yo tenía mi sueldo de primera, de repente me mandaba Entonces, al señor Leaño, dueño del equipo, a jugar a reservas profesionales, de repente se le ocurrió traer un entrenador europeo. Era a Tecomán. Ahí me traían para arriba y para el técnico de Austria, que por su buen pa- abajo, hasta que tuve un altercado con un en- pel en el México 86 le había llenado el ojo. trenador, Raúl Basurto, entrenador de reser- Aún con éste, estuve jugando como cuatro vas profesionales, y decidimos yo y otros, ir a partidos de titular, en partidos de prepara- Tecomán definitivamente. En esa época Teco- ción, para la siguiente temporada 87. Pero mán hizo un súper equipo, porque se juntaron no le gustaban los jóvenes. Y nos habló, nos lo que era Jaguares de Colima y Tecomán. Ha- dijo que él venía por resultados, y a todos los bían vendido la franquicia de Jaguares y man- chamacos nos echó para abajo otra vez. Se daron los jugadores a Tecomán. Un equipazo dio la situación de que a mí me llevaba con que durante el primer torneo de copa, donde el grupo, me ponía a jugar con el equipo de jugaban equipos de Primera División, a todos reservas y luego me llevaba a la banca, para ellos les ganamos. No fuimos campeones por meterme a jugar en el primer equipo. Así, du- circunstancias de reglamento del torneo que rante dos tres partidos. Obviamente no ren- favorecían a los equipos de Primera. día lo mismo pues ya había jugado hacía dos horas. Me sacaban como diez minutos antes Estuvimos a punto de subir el equipo dos ve- para correr a las regaderas y estar listo para ces a Primera División. La ocasión más sona- 287 De la patada...

da, nosotros fuimos súper líderes y el equipo —Pero qué te preocupa, si ganas más que los de Pachuca, sublíder. Anteriormente, se ha- de Primera. bían hecho dos grupos, encabezaba uno el —No importa, es que yo quiero jugar en líder, y el otro el sublíder. Pero en ése torneo Primera. decisivo, no sé por qué nos pusieron en el mismo grupo. Durante el torneo empatamos Entonces yo tenía 22 años. Había llegado a en puntos, pero ellos tenían un gol de dife- Tecomán entre los 18 y 19 años de edad. Y rencia. Por un gol de diferencia no jugamos la después de esos cuatro años, ya no estaba a final para el ascenso. gusto jugando en Segunda. Él me dijo: —Mira, yo te puedo llevar al Atlas, con mi La directiva, desde un principio, no quiso compadre Carlos Reinoso ¿Te interesa? apelar ante esa situación. Pero se formó un equipo bárbaro, de tal suerte que a cualquie- —Sí, si me interesa. ra que nos ponían a jugar en el equipo de Pri- —Pero ya te vas a olvidar del equipo de Te- mera, no desentonaba. Después de esos dos comán. Porque voy a traer gente nueva y no torneos excelentes, nos cambiaron de entre- quiero que vayas a regresar. nador, pues despidieron a Luis Reyes. Nos pusieron a Mario Óscar Maldonado, chileno, —Pues, me olvido de Tecomán. que hacía unos años había llegado junto con Me fui. Y al final de todo, me jugó chueco, no Miguel Ángel Gamboa. Yo hablé con él: me acompañó, lo buscaba y se me escondía, por eso me presenté solo al Atlas. Estaba en —Oye, profe, tengo una inquietud, ya no me ese tiempo Martín Castañeda. Él había jugado siento a gusto jugando en Segunda. conmigo, aquí, en Tercera División. Me hizo el 288 Él me dijo: favor de llevarme con el Lic. Aceves, gerente Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

del equipo. Éste fue a hablar con Miguel Án- —Es que ya cerré plantilla—dijo Reinoso. gel Gamboa y le dijo: —Obsérvalo. No vas a encontrar un central —A este muchacho obsérvalo, viene de Te- en todo equipo de Guadalajara que tenga la cos, ya jugó en Primera. velocidad que él tiene. Le dijo que sí. Me dio ropa, y cuando ya está- —No me interesa verlo— volvió a decir bamos a punto de salida, con el primer equi- Reinoso. po, a entrenar, llegó Carlos Reinoso y me dijo que no. Que ya no me quería ahí, porque su Entonces Miguel Ángel me preguntó ¿Te plantilla estaba cerrada. Miguel Ángel Gam- aguantas en reservas una temporada? boa le rogó “Obsérvalo, trae muy buenas —No, es que yo necesito un contrato. Me voy cartas, estuvo en Tecos…” a estar aquí un año seis meses… yo necesi- —No me interesa, no me interesa—Dijo to un contrato. Necesito comer, resolver mis Reinoso. necesidades. Entonces Miguel Ángel me dijo: Allá en Tecomán me habían puesto a medio —Vente conmigo a reservas profesionales. sueldo. Y me dijo el Lic. Aceves, de Atlas, “ve Vas a estar un tiempo ahí. Luego te cambio por tu carta, yo te la voy a comprar”. Fui y me para acá. presenté con el gerente del Tecomán, el se- ñor Medina. Éste me dijo que no, que no me Estuve una semana haciendo interescuadras iban a dar la carta. La tasaron en 10 millones y entrenando con él, luego me volvió a llevar de pesos. Cuando en ese entonces con tal ante Reinoso. Le dijo: cantidad se podían traer dos sudamericanos —Es que este chico está listo para el primer de muy buen nivel. Le estuve ahí rogando, equipo. “oiga señor Medina, no sea malo, le firmo un 289 De la patada...

pagaré, voy con el Lic. Aceves y le traigo un Pero me reportaron a la Federación porque cheque, no le fallo”. no hice lo que ellos me dijeron. En lugar de esperarme un año, me aplicaron año y medio. Hasta que el gerente Mario Rodríguez me Me reportaron como indisciplinado. Cuando dijo: fui a recoger mi carta, me dijeron: —Mira, Quintero, la situación contigo está —Son seis meses más y aquí tienes tu cheque así. A Tecos le interesas, porque tienes 22 completito de los dieciocho meses de inacti- años, y no te quiere soltar. Pero viendo la si- vidad por el sueldo al cincuenta por ciento. tuación, el suizo ya no te va a jalar al primer equipo, ya nos dijo. No los quiere a ninguno Me desesperé, me decepcioné. Recogí mi de ustedes. Él trae su propia gente. Y ahora cheque y me vine a Vallarta. No volví ni por lo de Mario Óscar Maldonado, que ya trajo mi carta. Inclusive, cuando estaba ya aquí, y dos novatos y no te quiere ¿Entonces, qué había pasado un año de eso, el Lic. Rodrí- vas a hacer? guez, dueño de un equipo de Segunda, El Chetumal, me estuvo llamando por teléfono — ¿Pues tú que me propones? y hasta me mandó boletos de avión para que —Vente aquí, entrena, te vamos a dar tu suel- me fuera con ellos. Que él se encargaba de do completo pero, a lo mejor no vas a jugar arreglar la situación con Tecos. Pero yo ya ha- con nadie. bía sentado cabeza, ya estaba casado. Ya no me quise mover. —No ¿sabes qué? Mejor me quedo a medio sueldo, voy a Vallarta, me pongo a trabajar, La última oportunidad que tuve de volver, fue junto dinero y les compro mi carta. Y así me al Tepic. Antonio Alvarado, un compañero que 290 voy al Atlas. había jugado conmigo en Tecomán, me habló: Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—Oye, compadre, vente con nosotros. Ocu- el JHD con mis compañeros del Olímpico de pamos un central ¿Estás dispuesto? Ixtapa, con Alejandro Gómez, Gonzalo Gay, “El Porro”, Juanito Alvarado, Lalo Guerrero, —Si. Miguel “El Pelón”… Agarré mis zapatos, me fui, hice una prueba, En ese entonces, 89, 90 y 91, me aventaba me quedé algún tiempo, me hicieron firmar, tres partidos diarios. Tuve que parar, porque pero el problema era que el Tepic no tenía me fracturé una rodilla y me operé. Luego, presupuesto, era del gobierno del estado. El se me fue la barriga para arriba. Pero ahí an- entrenador me explicó que a los jugadores damos todavía, en los de cincuenta y más. les pagaban con las entradas que se genera- Estoy yendo a jugar aquí, al estadio, con la 5 ban en los partidos locales. Obviamente no de Diciembre, por las noches. Aunque ya no estuve de acuerdo y me vine. Para eso, mi ve uno, pero ahí sigues. Estuve jugando un esposa ya estaba por aliviarse de mi primera tiempo en Las Juntas, en la cancha ejidal. Con hija. Yo necesitaba un sueldo seguro. Enton- Ixtapa ya no he jugado, porque no me han ces pensé “se acabó el futbol profesional”, invitado. se acabó todo. Me quedé tranquilo aquí en Vallarta, trabajando. Puse un negocio. Me ha Ahora ya no jugamos, juegan con nosotros. ido muy bien. Tengo con éste treinta años, me Cuando llegué al Tecomán, caí con el pie de- ha ido excelente. recho, en Segunda División. En el partido in- Seguí jugando en el futbol amateur. Cuando augural estaban jugando los dos centrales recién decidí quedarme, todos los equipos de que ya tenían varios años de titulares en el Vallarta andaban detrás de mí. Inclusive hasta equipo, desde su ascenso de Tercera a Se- me pagaban, me iba mejor. Juan Huerta Del- gunda. Eran Martín Hernández y Humberto gadillo, en aquellos años, me daba quinien- “El Yiyo” Robles. Y éste último, se hizo expul- tos pesos, era un dineral. Me reencontré en sar de una manera tonta. En ese momento 291 De la patada...

Luis Reyes volteó y me dijo “¡Vallarta, vas a cuentro porque falleció uno de nuestros com- debutar! Calienta, por favor”. Me paré, calen- pañeros. Pero, el primer año que lo convocó té como cinco o diez minutos, me metieron, y asistimos 25 jugadores, y fue en una cancha de ahí en adelante no solté la titularidad. En donde anunciaron nuestros nombres y todo. el estadio local, nada más a dos jugadores vi- Hubo una persona, de alrededor de 40 años toreaba la afición: Fernando Sánchez Limón, de edad, que me gritaba y me gritaba ¡Vallar- extremo que después jugó en Tecos mucho tiempo, y a un servidor, Ernesto “El Vallarta” ta, Vallarta, ven por favor! Quintero. Se levantaba la gente, nos vitorea- Le pregunté a mi compadre Felipe Vargas, ba y aplaudía cuando se anunciaban nuestros que vive en Tecomán nombres. Éramos muy queridos. Se nos acer- caban a pedirnos autógrafos, sobre todo los — ¿Compadre, quién es esa persona? niños. A cada jugador le daban dos boletos de entrada como cortesía. Esos boletos, mis —No sé, compadre, pero arrímate. compañeros se los obsequiaban a chamacas, Me acerqué y le pregunté familiares o conocidos. Fernando y yo se los dábamos a los niños. Siempre. — ¿Qué pasó, amigo? Va una anécdota que me hizo llorar. Hubo un Me abrazó y empezó a llorar. reencuentro entre viejos jugadores de Tecos — ¿Por qué lloras?—le dije. y Tecomán, de veteranos. Empezó esto hace dos años. Por iniciativa de Jaime Serrano, —Me da gusto verte. Es que tú no te acuer- oriundo de Colima. Un partido Tecos-Teco- das de mí—, me dijo. mán contra un equipo campeón del estado de Colima. Nos juntamos para el 2 de febrero —No, no me acuerdo de ti, pero si me refres- 292 de hace dos años. No se pudo hacer el en- cas la memoria… Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—Yo soy el niño que una vez no traía boleto Para mí el futbol es lo mejor que me ha pasa- para entrar, y estabas calentando tú, y yo te do en mi vida. De niño jamás pensé que lle- grité pidiéndote un boleto. Y tú decías “No garía a jugar futbol profesional. Tuve el gusto tengo, hijo, no tengo”. Ante mi insistencia, me de estar en Primera División y, créeme que lanzaste tu maleta deportiva por encima de se acostumbra uno a lo bueno. Lo del futbol la malla de alambre, saliste por la taquilla y en mi vida no fue un accidente. A mí me fue les dijiste “a ver, a éste niño déjenmelo pasar, excelente bien económicamente. No sé a los porque trajo mi maleta”. demás. No me hice millonario, pero, créeme que fueron los 5 o 6 años más hermosos de —Sí, ya me acordé. mi vida. —Ese niño era yo. Jamás en la vida olvidaré eso que hiciste por mí. —No, pues muchas gracias—, le dije. Se me aflojaron las lágrimas, nos abrazamos. Cuando se acabó el partido, en la conviven- cia posterior estuvo todo el tiempo con no- sotros. Ahora, ese niño de entonces, es una de las personas más ricas de Tecomán. Y me dijo “lo que se te ofrezca, lo que quieras…” Es una anécdota inolvidable. Al año siguien- te, él nos ofreció la fiesta, nos llevó a jugar a Manzanillo, con hotel pagado y toda la cosa. Esa situación, así como a él no se le olvida, a mí tampoco. 293

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Jorge Castillón Peña.

Fue entonces cuando el futbol empezó a trega a los colores azul y blanco del conjun- demandarme más tiempo. Tiempo que le to local. Ganó un par de campeonatos en los quitaba a mis obligaciones escolares. Por- tres o cuatro torneos en que participó con el que se alteró la rutina de entrenamientos cuadro ixtapense. Jugador con pasta especial, y eso me hacía faltar a la facultad. Fue cuando se mudó a la ciudad de Guadalaja- cuando el maestro de Diseño Arquitectó- ra para seguir sus estudios de preparatoria nico, Silverio Quintero, me dijo: “Oiga, se y profesional, es invitado a entrenar con las está atrasando. O es arquitecto o es fut- fuerzas básicas de Chivas. Ahí fue bien aco- bolista”. Estaba yo en un dilema. Ambos gido por su técnica y carácter. Pero también caminos me atraían. No pude resolverlo sufre ahí gran decepción al comprobar que solo. En una venida a Vallarta platiqué no hay compatibilidad entre sus aspiraciones con mi papá. Él, respetuoso de mi deci- de convertirse en arquitecto y sus sueños de sión, me dijo: “Vale, tu sabrás…” ser futbolista profesional. La vida lo puso en A los 16 años de edad, Jorge Castillón era dramática encrucijada. Con dolor de su cora- titular indiscutible jugando como medio de zón, se ve obligado a abandonar sus sueños contención en el equipo de primera fuerza del futbolísticos, para abrazarse completamente Club Deportivo Olímpico de Ixtapa. Se jugaba a su carrera universitaria. en la Liga de Futbol Interzonas Número 4, a Nos deja aquí su testimonio: principios de la década de los ochenta. Con la noción de un juego práctico y efectivo, control Nací en Puerto Vallarta, en 1965. Viví mi in- del balón y singular visión de cancha, ejercía fancia y parte de mi adolescencia en la colo- autoridad entre sus compañeros, general- nia Emiliano Zapata. Cursé aquí la educación mente mayores que él. En Ixtapa conquistó el primaria, en la Escuela Lázaro Cárdenas; la cariño de los aficionados y el reconocimiento secundaria, en la ETI 49 y primer año de pre- de sus compañeros, por su efectividad y en- paratoria en la Ignacio Jacobo. Me desplacé 295 De la patada...

a la Perla Tapatía a continuar la prepa y a Carlos O’brian’s. Ahí empecé a jugar. Recuer- estudiar arquitectura en la U de G. Realicé do que entrenábamos en la cancha número también allá mi servicio profesional. En total, dos, cancha de tierra, por cierto. Aprendí rá- creo que estuve radicando en Guadalajara, pido. Al año jugaba mejor que muchos de por esos motivos, durante alrededor de diez mis compañeros que habían iniciado varios años. Luego, regresé al terruño, con los míos, años antes la práctica de este deporte. Me a disfrutar de la tranquilidad de una ciudad involucré en esa actividad: veía partidos de pequeña como es Puerto Vallarta. futbol, llanero y profesional en la televisión, programas deportivos, seguía a jugadores. Empecé a jugar futbol durante mis años de se- Me apasioné. Mi prototipo de jugador eran cundaria. No practicaba entonces un deporte los limpios, elegantes, técnicos, con persona- en especial. Durante las clases de educación lidad. No me gusta el futbol rudo, de rompe física, el maestro Enrique Huerta nos llevaba y rasga. Jugué mi primera temporada en ese a la Unidad Deportiva a practicar atletismo. equipo juvenil y, a los dieciséis años ya era Después, a partir del segundo grado, jugába- titular en la primera del Olímpico de Ixtapa. mos basquetbol, bajo la dirección del maes- tro Pablito López. En ocasiones, cuidándonos Durante mi estancia en Guadalajara, cierta de las miradas acusatorias de los prefectos, ocasión en que esperaba el camión que me durante el recreo nos metíamos a algún salón llevaba a la casa donde vivía, me encontré con desocupado, con un par de guantes, para or- Ricardo Cruz Verde. Un vallartense amigo mío ganizar encuentros de box entre los compa- que hacía tiempo entrenaba en el Club De- ñeros, durante los cuales nos la curábamos a portivo Guadalajara. Nos saludamos. Vi que morir. En segundo grado me llegó la ocasión llevaba su maleta deportiva. Me preguntó: de jugar futbol a través de un compañero, — ¿Oye, no quieres ir a entrenar? Ramón Aguilar, que me invitó a jugar en un 296 equipo juvenil, patrocinado por el restaurante —¿A dónde? Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—Al Club Guadalajara. tular contra los jugadores que iban llegando cada semana a probarse. Muchos, por cierto. — ¿En serio? Aquello era una romería. El que estaba ahí, —Sí. Yo estoy entrenando allá. Ven, acompá- era privilegiado. Recuerdo que estaba en la ñame al entrenamiento. banca, se estaba jugando el segundo tiempo del partido cuando el Chuco Ponce me ha- —No. Mejor mañana traigo mis cosas y te bló. Me dijo “entre por tal jugador”. Esa tarde acompaño—, le dije. me vio jugar por vez primera. A la semana Al siguiente día me llevé mis enseres de fut- siguiente me pidieron las fotos. A los quince bol a la escuela. Al salir de clases lo esperé días de haber llegado, ya me habían registra- en el mismo lugar y a la hora convenida. Nos do en la Primera División Amateur del Club fuimos a entrenar a Verde Valle. Estando ahí, Guadalajara. Nosotros estábamos entrenando me presentó con el Chuco Ponce. en las Reservas Regionales. Y de ahí se pasa- ba a El Tapatío, de la Segunda División Profe- — ¿De qué juegas? — Me preguntó el entre- sional o a las reservas del primer equipo, de nador de fuerzas básicas. la Primera División. Era el trampolín al futbol —Juego medio de contención, de preferencia, profesional. Estaba ya formando parte de la pero puedo jugar también por la derecha o plantilla de las Reservas Regionales para par- por la izquierda—, le contesté. ticipar en encuentros con equipos de la zona metropolitana y lugares aledaños como la —Está bien—, me dijo el Chuco. Región Cañera o los Altos de Jalisco. No era Me acuerdo que era un jueves. Y ahí se en- titular, pero estaba adentro. A quienes no nos trenaba así: los martes, acondicionamien- consideraban para jugar en las Reservas Re- to físico, el miércoles era táctico, y el jueves gionales nos mantenían activos. Nos llevaban era un partido interescuadras. El cuadro ti- a jugar a la liga de Los Animales, en la zona 297 De la patada...

metropolitana. Una liga fuerte, de alto nivel bía mandado a mí. Durante los partidos que competitivo, con exjugadores profesionales o jugué en El Tapatío, recuerdo que aquellos buenos jugadores que se habían quedado en jugadores, mayores, más hechos, más fuertes el camino. Ahí nos fogueaban. que yo, me arroparon, me protegían y acon- sejaban. Me sentí bien entre ellos. Durante un viernes, después del entrenamien- to recreativo, me dijo el Chuco Ponce: En ese tiempo se restableció el Campeonato Nacional de Reservas. Las reservas del primer —Castillón, lo espero a las ocho de la maña- equipo, tenían que acompañar a éste a donde na, aquí en Verde Valle. se fuera a jugar. Algunos de mis compañeros Yo pensé “al fin voy a jugar de titular en las fueron llamados a la Reserva Nacional, entre Reservas Regionales”. No pasó por mi mente ellos, Ricardo Cruz Verde, que a la postre ju- que se tratara de una convocatoria para ju- garía en Primera División. Yo estaba lastima- gar con El Tapatío de Segunda División. A la do entonces, pero me había dicho El Chuco mañana siguiente, ya en el lugar, otro de los Ponce que en cuanto me restableciera iría a entrenadores nos dijo: esa categoría. Fue entonces cuando el futbol empezó a demandarme más tiempo. Tiempo —Los que voy a nombrar se van a presentar que le quitaba a mis obligaciones escolares. con “El Jamaicón” Villegas, mañana, a un par- Porque se alteró la rutina de entrenamientos tido, aquí mismo. y eso me hacía fallar a la facultad. Fue cuando Pero nada más me nombraron a mí. A los el maestro de Diseño Arquitectónico, Silverio demás los nombraron pero para jugar en las Quintero, me dijo: “Oiga… se está atrasando. Reservas Regionales. Yo estaba emociona- O es arquitecto o es futbolista”. Estaba yo do ¡Tenía diecisiete años! Después me daría en un dilema. Ambos caminos me atraían. No cuenta que al entrenador Villegas se le había pude resolverlo solo. En una venida a Vallar- 298 lastimado un medio y El Chuco Ponce me ha- ta platiqué con mi papá. Él, respetuoso de Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

mi decisión, me dijo: “Vale, tu sabrás…” En- contesté — Ser arquitecto—. Él no me repro- tonces, tomé la decisión. Con todo el dolor chó, movió la cabeza y dijo — Bueno… usted de mi corazón, decidí estudiar. Pensaba que, sabe, Castillón” —. Fue todo. de convertirme en futbolista profesional, tal vez más tarde pudiera continuar con mis es- También tuve que decirle a don Mario Arrona. tudios. Pero también pensaba que habría que Éste lo tomó con filosofía. Me dijo — Casti- aprovechar los impulsos de mi juventud y ter- llón, a donde quiera que vaya, usted échele minar de una vez la carrera. ganas. Cuando me decidí, fui y platiqué con el Chu- Sin embargo, aquello no había quedado total- co Ponce. Me quedaba claro que gracias a él mente resuelto. Me sentía triste, desesperado yo estaba ahí. Él era el responsable, ante la y sobre todo, confuso. Me ausenté de los en- institución, de la oportunidad y las atencio- trenamientos por cuatro meses. Pero aquello nes que se me había brindado; de mi rápido era irresistible, y regresé a las canchas. Cuan- ascenso hasta El Tapatío y las Reservas Na- do llegué de nuevo a Verde Valle, noté que cionales. Y es que él tenía esperanzas cifra- los entrenadores ya no me veían con toda la das en mí. En cierta ocasión me había dicho confianza. Como si los hubiera traicionado. — Usted se va a ir para arriba. Nomás tiene No me rechazaron, pero su trato hacia mí no que embarnecer un poco más—. Me estaba diciendo “Yo lo voy a subir”. Me estaba di- era el mismo, no tan cordial como antes. El ciendo que tenía grandes posibilidades de Chuco Ponce era el jefe de los entrenadores irme al equipo grande de Chivas. Entonces, de las fuerzas básicas, pero había otros en- cuando le aviso, le digo que ya no voy a po- trenadores: don Manuel Enciso, don Mario der jugar, que la escuela de arquitectura es Arrona… Éste era más cordial. Alto, güero, dura, que me demandaba más tiempo… Él jovial. Me recibió con una sonrisa y me dijo me preguntó — ¿Y usted qué quiere? —. Le — Castillón, qué bueno que regresó ¡Échele 299 De la patada...

ganas! — Como diciéndome “vas a volver a Era don Mario Arrona. Le dio gusto verme. empezar”. Me saludó. Me dio un abrazo, me dijo: Me mandaron hasta abajo. Hasta que poco a —Qué bueno que vino. poco volví a escalar de nuevo. Pero al avanzar —Pues sí don Mario pero, ahora seré rival de en lo deportivo, la facultad también me de- mandaba más tiempo y esfuerzo, hasta hacer usted. insostenible la situación. Decidí cortar de tajo —No importa—, dijo. esta contradicción. Ya no fui con El Chuco, pero sí con don Manuel Enciso y con don Ma- En esa ocasión le metí un gol a Chivas. Cuan- rio Arrona. Éste me dijo —Adelante, Casti- do terminó el partido, se acercó don Mario y llón, aquí será siempre bienvenido. me dijo: A los años, cuando estaba por terminar mi ca- —Lo que aprendió no se le ha olvidado. Lo rrera de arquitecto, me invitaron a jugar con único que ocupa es condición física. un equipo que participaba en la Liga de Los Con Olímpico de Ixtapa jugué tres tempora- Animales. Quien me invitó era una persona das, muy a gusto. Llegamos a conformar un muy amable, que iba por mí a la casa. Un día buen equipo en la Liga Interzonas número 4. me llama y me dice: Recuerdo a Pedro Alvarado “El Terrón”, en la —Vámonos Castillón, nos toca jugar contra portería. Miguel “El Pelón” y Alejandro Gó- Chivas. mez, en la central. Hugo Torres y Jesús Quin- tero “El Maistrillo” por las laterales. En la Él no sabía que yo había entrenado ahí. Lle- media, el profe Alfredo Velasco Beltrán, yo y gué a Verde Valle y, cuando me estaba po- no recuerdo quien otro. Arriba jugaban Clau- niendo el uniforme, escuché un grito. dio “El Calaca” Saracco, Miguelito García “La 300 — ¡Castillón! Rata”, Gonzalo Gay Meza, Juanito Alvarado y Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

Alejandro “El Porro” Alvarado. Eran unos dia- blos en la delantera. Recuerdo los agarrones que nos dábamos con el equipo de San Vi- cente, Las Juntas, La Unión de El Pitillal. Eran partidazos.

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Gerardo Gay Meza.

Yo sentía un rencor muy grande. Con el des sobresalientes, pronto fue ascendido al tiempo entendí. Comprendí la honestidad primer equipo. Años después, el entrenador de mi padre. A la larga, esos valores mo- en turno del equipo, Armando Torres, lo invi- rales de mi progenitor habían ayudado a tó a la capital jalisciense para probarse con el la buena formación y conducción de la fa- Club Deportivo Guadalajara, en donde estuvo milia. Cuando aquello me pasó, un día lo a prueba, convenciendo a los entrenadores abracé, le dije “no te preocupes papá, se de su singular potencial como futuro jugador derrumbó uno de mis sueños, pero tengo profesional. Cuando los directivos le pidieron muchos otros”. sus documentos para registrarlo en el equipo Desde temprana edad, Gerardo Gay Meza de Segunda División, Gerardo se dio cuenta gustó de la práctica del futbol. Cuando niño, que sobrepasaba con un mes la edad reque- sus hermanos mayores lo llevaban a la can- rida. Esto frenó un tanto su entusiasmo, pero cha empastada del Club Olímpico de Ixtapa, no se dio por vencido. Su señor padre, don a presenciar los partidos dominicales de la Rafael Gay Ibarra trabajaba como encargado liga Interzonas número 4. Ahí se emociona- del Registro Civil en la Delegación Municipal ba mirando jugar a los muchachos de la pri- de Ixtapa, y pensó Gerardo que tal vez podría mera fuerza, entre ellos su propio hermano ayudarle modificando su acta de nacimiento Gonzalo, Alejandro “Porro” Alvarado, Juanito o mandándole el acta de un hermano menor. y Pedro “El Terrón” Alvarado, Alejandro Gó- Don Rafael se vio en la encrucijada entre im- mez, Félix González y otros más. Sentía en pulsar a su hijo a cumplir su sueño dorado, su interior el gusanillo por crecer al fin, para capitalizando la sin par oportunidad de verlo poder jugar y ser admirado también como convertido en jugador de futbol profesional sus ídolos. Cuando por fin tuvo la edad para o, cumplir con un deber ético. Con todo el ser registrado en la categoría Juvenil, jugó ahí dolor de su corazón se decidió por esto úl- por poco tiempo pues, debido a sus faculta- timo. “Lo siento mucho, hijo. Me duele en el 303 De la patada...

corazón no poder ayudarte, pero esto que la media central, tenía inusual capacidad de me pides es un delito federal. No puedo ha- mando. Era un líder que manejaba el equipo. cerlo” le había dicho su padre. Decepcionado De gran capacidad física, velocidad como nin- de su progenitor y de la suerte, Gerardo se guno, gran recuperador de balones y con un regresó al terruño y durante un año no cruzó estilo práctico y sin florituras. Tenía muy claro palabra con don Rafael, aun viviendo en la de lo que se trata el futbol, de ganar, de per- misma casa. forar la meta contraria. De haberse quedado en el Guadalajara, en el futbol profesional de Pero el muchacho era de pasta especial. Pen- Primera División, no cabe duda, hubiera sido só que si la vida le cerraba una puerta, otras un jugadorazo de la talla del Chepe Chávez o se le abrirían. Líder como era en la cancha el Wendy Mendizábal.” de futbol, no cejó en ser líder de su destino. Pensando ahora en hacer dinero, enfiló sus Pero dejemos que Gerardo nos cuente su pasos hacia el país vecino del norte. A los 24 historia: de edad cruzó la frontera. Trabajó duro en Gusté del futbol desde niño, mirando jugar restaurantes y, tras años de ahorros, compró a mis tíos Pedro y Cristóbal, a mis herma- su primera casa en la hermosa ciudad de San nos Gonzalo, Ricardo, César y amigos. Todo Francisco, California. Luego compró una se- mundo jugaba futbol. Eso me motivó y em- gunda y, al tiempo, abrió su propio restauran- pecé a amar ese deporte, el único deporte te, convirtiéndose así en empresario exitoso. en mi vida, tanto que aspiré a convertirme en Alejandro Gómez, quien en aquellos años vi- jugador profesional. Empecé desde chiquito, viera en Los Ángeles, California; recuerda que cuando mi tío Pedro me metió a la Liga Pony, cuando recién llegó Gerardo a Estados Uni- hace muchísimos años. A través del tiempo dos, jugaron juntos en un equipo de la liga me fui desarrollando hasta llegar a la prime- 304 local. Y nos dice de Gerardo que “jugando en ra fuerza del Olímpico, allá en los años 86 u Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

87. Empecé jugando como delantero, en las dispuesto a dar el máximo. Mi mayor virtud categorías Pony e Infantil. Era muy veloz, as- era recuperar balones, quitarlos al adversa- piraba a ser un buen jugador, sobresaliente. rio. Dar el pase al compañero mejor situado. En un momento de mi carrera como futbolis- Era muy fácil para mí. Era muy rápido. Tenía ta amateur me pusieron a jugar como centro mucha confianza en mí. Me acuerdo de un medio. Les gustó cómo me desempeñaba, al entrenador que tuvimos, Armando Torres, parecer ese era mi puesto natural, el cual ju- creo que había sido jugador profesional, muy gué siempre a partir de entonces. Y en una bueno para jugar, colmilludo y muy fuerte el ocasión, me acuerdo, cuando Olímpico juga- señor. En el primer partido de entrenamiento ba una final contra Las Juntas, siendo yo juve- que jugamos, él en un equipo y yo en el otro, nil, me metieron a reforzar a la primera. Des- luego de quitarle la pelota en varias ocasio- de entonces me alineaban en la juvenil y me nes, me dijo “no lo puedo creer, en cuanto pedían que me quedara pues habría también tomo la bola, ya estás encima de mí; eres muy que reforzar a la primera. Admiraba mucho a rápido”. Y yo le dije “desgraciadamente así los muchachos de la primera de Olímpico: “El va a ser cada vez que juegues en contra mía”. Porro”, Juanito, Gonzalo, Ricardo mi hermano, Como a los quince días andaba preguntando “El Terrón” Alvarado, por cierto un porterazo, ¿quién es este muchacho tan sobresaliente? buenísimo. Los admiraba tanto que cuando “Es Gerardo Gay, hermano de Gonzalo y del sacaban a alguno de ellos para que yo entra- Quequis, miembro de una familia muy futbo- ra, me dolía el corazón. Me ilusionaba tanto lera en Ixtapa”. Qué bueno que jugábamos de jugar en la primera que, si me hubieran con- rivales en los entrenamientos, para que me dicionado pagar para jugar ahí, hubiera pa- conociera, para que supiera quien era yo. De gado. Cuando entraba por alguno de ellos, ya otra manera no lo hubiera sabido. Eso me va- porque estuvieran cansados o por una mala lió para que en cierta ocasión me invitara a tarde, estaba yo fresquecito, lleno de energía, Guadalajara, para probarme con Las Chivas, 305 De la patada...

pues él conocía al técnico de Chivas, de la un mes y ocho días. Me contestó “Hijo, eso Segunda o Tercera División. Fuimos “Coco” no lo puedo hacer, es delito federal, lo sien- Alvarado y yo. Cuando llegamos, no creían en to mucho. Me gustaría ayudarte, pero des- nosotros. Pero luego del segundo partido que graciadamente no puedo”. Le pedí entonces jugamos, el entrenador nos puso de titulares. que me mandara el acta de nacimiento de mi Tuvo que sacar a dos de los titulares para po- hermano Javier, menor que yo casi dos años. nernos en el primer equipo. A los quince días Con su acta de nacimiento hubiera llegado éramos titulares. Nunca pensó que fuéramos a la Primera División. Pero tampoco. Hablé tan buenos. Fue una época muy hermosa. con mi mamá para que intercediera, pero no Por varias razones no me pude quedar, pero lo pudo convencer. Sentí mucho pesar, gran me hubiera encantado. No me quedé por mi frustración. Mi sueño de jugar en el futbol edad. Llegué un mes tarde al registro. Yo ha- profesional no se cumplía. Mi papá tuvo que bía nacido en noviembre de 1969 y apenitas ver en ese aspecto. A través del tiempo lo pasaba la edad requerida. Me dijo el técnico comprendí. Lo perdoné. Luego de un año de “Es una lástima. Si hayas nacido en enero de no dirigirle la palabra, aun viviendo en la mis- 1970 te estuviera registrando en la Segunda ma casa. Tenía un rencor muy grande. Con División. Y estoy seguro que por tu estilo de el tiempo entendí. Comprendí la honestidad juego dentro de un año estarías jugando en de mi padre. A la larga esos valores morales la Primera División Profesional” ¿Y cuál es la de mi padre habían ayudado a la buena for- solución? “Consigue una acta de nacimiento mación y conducción de la familia. Cuando aquello me pasó, un día lo abracé, le dije “no de enero de 1970”. Pensé que era fácil, pues te preocupes papá, se derrumbó uno de mis mi señor padre era el encargado del registro sueños, pero tengo muchos otros”. civil en mi pueblo. Le hablé a mi papá, ex- plicándole el caso. Le pedí que me arreglara Después de que no pude conseguir el acta, 306 un acta de nacimiento en la que me quitara me quedé el tiempo que pude en Guadala- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

jara. En mi situación, el Club Guadalajara no de la cancha, animaba, les decía cómo aun a apoyaba a los aspirantes. Todo lo tenía que los mayores que yo. costear yo. Luego me regresé a Ixtapa, no sin Era muy bonito jugar futbol en aquellos tiem- antes despedirme del entrenador, a quien le pos. Era el evento principal de los domingos. pesó mi partida. Incluso me llamó varias ve- Desde las tres y media la gente copaba las ces a Ixtapa, pero yo no tenía el recurso eco- graderías, esperando el partido de las cuatro nómico. Hoy, a la distancia, veo que si alguien de la tarde, el partido de la primera. Lleno en aquel momento hubiera invertido en mí su aquello de gente. Me encantaba. dinero, hubiera estado dispuesto a retribuir- le intereses de hasta el 20 o 50 por ciento. Me fui a Estados Unidos en 1991. No regresé sino dieciséis años después. Estuve bien con- Porque sabía que iba a triunfar. Tan seguro centrado en lo que tenía que hacer. Durante estaba de mi capacidad. el primer año, seguí jugando futbol. Jugué en Cuando venía en el camión, de regreso a mi un equipo de primera, similar al Olímpico. Allá pueblo, me dije “un sueño se derrumbó, pero jugaban europeos, asiáticos, de todo el mun- tengo otros más”. Fue cuando decidí ir a Esta- do. Desde el primer partido fui titular. Antes dos Unidos, a ganar mucho dinero, A trabajar de cruzar la línea, por el cerro, me había pre- muy duro. A olvidarme del deporte. A hacer parado físicamente con meses de antelación capital y regresar a Ixtapa. Jugué en Ixtapa to- en Ixtapa. Sabía que iba a cruzar la línea a davía por dos temporadas. Con lo aprendido una velocidad considerable. Necesitaba resis- en Chivas mi juego era otro, más técnico, más tencia. Cuando cruzamos, éramos mil o dos efectivo, mejor. Tenía muchas ideas, entendía mil personas, yo iba al frente. mejor a mis compañeros, podía manejar a Empecé a trabajar de lavaplatos en un restau- todo el equipo. Con mi forma de pensar era rante. Luego, como asistente de cocinero, co- yo el líder del equipo. Hablaba mucho dentro cinero y mesero. Ser mesero me gustó mucho, 307 De la patada...

porque me encanta hablar, comunicarme con todos mis familiares y mis amigos. Me da mu- la gente. Después, fui mánager del restauran- cho gusto el que aun podamos disfrutar de la te. De ahí, decidí abrir mi propio restaurante presencia de mi señora madre. Desgraciada- en San Francisco, California. Por cierto, una mente mi padre ya no está con nosotros. Me de las ciudades más caras del mundo, si no dio mucho pesar no haber estado junto a él es que la más cara. Es una de las ciudades durante sus últimos años. más hermosas del mundo. Es chica pero muy lujosa, con mucho estilo. Ahí tuve la suerte de llegar, la suerte de vivir. Creo que ahí me voy a quedar por un tiempo más. En el año 2001 compré mi primera casa. Un año des- pués compré la segunda. En el 2011 compré mi primer restaurante. Se llama Café Capric- cio. Cerca del barrio italiano. Tengo tres em- pleados. A través de los años fui superándo- me. La vida me ha tratado muy bien, gracias a Dios. Los problemas económicos los dejé atrás hace tiempo. Años atrás me di cuenta que la familia es lo más importante que uno puede tener en la vida. Que uno nace, crece y se va, pensando que va a regresar pronto. Yo estuve ausente por mucho tiempo, debido a las circunstancias. Y ahora que regreso quiero disfrutar a mi familia por los años que no la 308 disfruté. De estar, aunque sea cada año, con

Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Enrique Guzmán Peña “El Chory”.

Porque a la gente le encanta la burleta. —Muchacho ¿sabes jugar? Pásale, porque A veces, hasta en forma despectiva te re- nos falta uno. friegan en la cara a lo que te dedicas. —Sí, maestro. Me llamo Enrique Guzmán Peña. Nací en Mas- —Pues vente pues, muchacho. cota, Jalisco, el 14 de julio de 1953 y un mes después me trajeron a La Desembocada. Por Entré con mi charolita, y así como andaba, con huaraches y pantalón largo, empecé a ju- eso digo que soy de ahí. Cursé la primaria en gar basquetbol con ellos. Era lo único que la Escuela Rural Federal “Benito Juárez”, de El sabía jugar. Había aprendido en la escuela Ranchito, Municipio de Puerto Vallarta, hasta primaria de El Ranchito; pero cuando niño, mi quinto grado. El sexto lo cursé en la primaria padre, herrero de oficio, en la casa nos había “20 de Noviembre”, de la cabecera municipal. habilitado una especie de aro metálico, fijo Mi papá se llamaba Blas Guzmán Tello. Mi en un árbol para que le lanzáramos pelotas. mamá, Genoveva Peña Yerena. Fuimos ocho Y ahí me tienes a tirar y a tirar al aro, por- que mi padre decía que, en cualquier cosa, hermanos. “el que practica y practica se vuelve fregón”. En la “20 de Noviembre”, la maestra Chonita “Porque ya traes tus cualidades, y nada más me consiguió una beca para estudiar secun- practicas tantito y te vuelves fregón”, eso de- daria en la ETI 49. Antes, cuando andaba por cía mi papá. Con sus palabras me inyectó la las calles de Vallarta vendiendo chorizo, oía terquedad en lo que yo hacía, hasta lograr el ruido en la ETI y llegaba con mi charola perfeccionar aquello. para mirar el ambiente escolar, para ver jugar El apodo de “El Chori” se lo debo a la activi- basquetbol a los alumnos. Un día se me acer- dad que realizaba en cuanto llegué a Vallar- có el maestro Pablito López y me dijo: ta. Vendía chorizo por las calles. Le ayudaba 311 De la patada...

a mi hermano Orencio, en la carnicería don- —Ah muchacho, tú si sabes jugar ¿De dónde de trabajaba. Desde las cuatro de la mañana eres? acarreaba la carne, desde cerca de la tien- —Soy de La Desembocada, maestro; pero es- da Rizo hasta el mercado del Río Cuale, en toy estudiando aquí, con la maestra Chonita, un carretoncito. Carne de puerco, destazada. en la “20 de Noviembre”. El año que viene, Terminaba eso y a bañarme, para correr a la si Dios quiere, voy a entrar a la secundaria. primaria, pues entrábamos a las ocho de la La maestra Chonita me va a ayudar con una mañana. Saliendo de la escuela me iba a la- beca. var carnicerías. Después de comer, me iba a —Pues eso te iba a proponer. Yo te ayudo vender chorizo. Por todo Vallarta, Ixtapa, El también. Pitillal. Por eso se me quedó “El Chori”. Por- que a la gente le encanta la burleta, a veces Le di las gracias y le dije — Ayúdeme también hasta en forma despectiva te refriegan en la con mis amigos de El Ranchito: Jesús Gonzá- cara a lo que te dedicas. Me decían fritangue- lez Belloso, José González Tello”. Y sí, entre el maestro Carlos Munguía, la maestra Chonita, ro, chicharronero, choricero… pero yo tenía el maestro Juventino y el maestro Pablito, nos concha, se me resbalaba, lo tomaba con fi- acomodaron casi a todos. losofía, no les hacía caso. Y luego, como em- pecé a ser popular en la “20 de Noviembre”, Ya en la secundaria, conocí a grandes amigos: que jugaba basquetbol y organizaba a mis a Jorge Flores, Cirilo Betancourt, Gabriel Iba- compañeros, le bajaron a los apodos y me rra, Humberto Inda, Simón Rodríguez, Camilo quedó sólo “El Chori”, casi casi de cariño. Séndiz… Ahí practiqué atletismo y gimnasia con el maestro Enrique Huerta y basquetbol Cuando el maestro Pablito me vio tirarle al con el maestro Pablito. Yo tenía velocidad e 312 aro, me dijo, impulso para salto de longitud. Al salto de Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

altura le estuve terqueando hasta que logré los maestros Troncoso, Carlos Munguía, Pa- el 1. 72m. en la Ciudad de México. blito López y Enrique Huerta. Nos apoyaron moralmente, con sus ideas, con su aliento. Entré a la prepa en 1970 y trabajaba en la Dustano era el líder estudiantil. Yo estaba en ETI como almacenista. segundo año. El futbol llegó a mi vida desde El Ranchito. El Club Deportivo Gacelas de futbol nace a fi- Sin balón oficial, sin reglas, se pateaba, se nales de 1969 y principios de 1970. Empezó cascareaba nada más. Aquí, ya en el grupo de todo mundo con la fiebre del futbol, porque secundaria, se formó El Gacelas, y practicá- venía el Mundial. Esta foto es del 74. Em- bamos atletismo. Pero como no había apoyo pezamos con categorías infantiles y juveniles. en esa disciplina, los muchachos se empeza- Cuando algunos ya no dimos la edad, forma- ron a ir, a retirar. Y vino el Mundial México mos el equipo de segunda. Pero antes, fui a 70, y trajo a todo mundo metido en el futbol. jugar al Social Vallarta. Ahí conocí a José Luis Entonces alguien dijo “para que no se nos “El Chicho” Pérez. Platiqué con don Poncho, vayan estos muchachos a otro lado, vamos le dije, “mire, yo vengo al Social porque no haciendo equipos de futbol”. Y lo hicimos, tengo equipo. Tengo mi equipo en juveniles pero seguimos practicando atletismo. De ahí pero ya se está poniendo para formar una el nombre de Gacelas, que se oye medio raro, segunda”. Don Poncho me dijo: “no, pues así medio femenino, porque no hay “gacelos”, no me conviene. Te doy chanza en los en- pero era por lo del atletismo. Y se oía bien. trenamientos, pero hasta ahí”. Pero como me Ya cuando fue el Club Deportivo Gacelas de vieron que metía goles en los entrenamien- futbol, pues nos criticaban. El Club Gacelas tos, y que me salía todo bien, me jalaron a nace cuando estoy en la secundaria, y el tutor la segunda. Pero don Poncho no me quería. y fundador fue Dustano Antonio Ruiz Aguilar. Porque no me veía futuro, tarde que tempra- Con el apoyo del ingeniero Rafael Flores y no me les iba a ir. Pero… un día no se ajus- 313 De la patada...

taban, y nada más habíamos dos en la banca. —Oye, Chorizo, discúlpame, estaba equivo- Se lesionó Miguel Meza, el de la Surtidora, y cado. Odio a estos cabrones. Si metes otro salió. Luego metieron al otro compañero. Con gol, te llevo directamente a la primera. Vas tan mala suerte de que en la primera jugada, a jugar allá, pero cuando te necesitemos, nos le mentó la madre a don Poncho. Y don Pon- ayudas aquí. cho, indignado, gritó Y bum, que les meto otro, otro y otro. Metí — ¡Árbitro, tiempo! 5 pero uno me lo anularon. Y don Poncho casi echaba marometas. El viejito fue y me — ¿Qué pasa, don Poncho? felicitó. Después, me la hizo efectiva, me llevó — ¡Sácame a este cabrón! ¡Me ofendió! ¡Mi- a jugar a la primera. No metí gol en esa pri- guel, entras! mera ocasión, pero jugué con los grandes del Social, con “Chicho”, “Jalito” y otros. Estuve —No, no, don Poncho. Ya no puedo, mire poco tiempo en la primera, porque me tuve cómo tengo el tobillo. que ir del Social. Gacelas me esperaba. Por —¡ Chorizo, Chorizo, entra, porque este ca- eso digo que yo fui jugador de un solo equi- brón va a salir! po, porque mi incursión en Social Vallarta fue tan sólo circunstancial. Los rivales eran un equipo de mecánicos de la 5 de Diciembre, a los que don Poncho les Armamos El Gacelas entre el ingeniero Flores, tenía tirria, no sé por qué. Me metí a jugar, los hermanos Flores, el Dr. Cirilo… Gente que íbamos perdiendo 2 a 0. Con tan buena suer- estudiaba en Guadalajara se venía los fines te que en la primera jugada metí un gol. A de semana o en vacaciones y nos reforzaban. don Poncho se le alegró el semblante. A la Logramos buen nivel de juego, porque nadie segunda jugada, metí el gol del empate. Don en Vallarta tenía preparación física. Nosotros 314 Poncho estaba contento. Me dijo: teníamos preparador físico, teníamos el mejor Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

vestidor del estadio, antes de que tumbaran Cuando estuvimos ya a este nivel, nuestro di- las graderías. Teníamos regaderas, lavabos, rector técnico era Rubén “Matanchén” Gómez sanitarios. Entre todos los construimos, no Bernal. El maestro Pablito era nuestro prepa- teníamos patrocinador. Estaban los cajones rador físico. Teníamos dos o tres auxiliares, tan sólo y ahí adaptamos nuestro vestidor. entre ellos Ramón Alatorre. Cuando venían equipos de fuera, nos pedía nuestras instalaciones para vestirse y bañar- No ganamos ningún torneo en primera fuer- se. Al frente, lucía una gacela de herrería, que za durante los setenta. Le dábamos pelea a le mandamos hacer al cerrajero San Juan. todo mundo, éramos un equipo muy impor- tante. Venimos ganando campeonatos desde Estábamos pues participando en la Liga Re- el 80 al 90. Se ganaron tres o cuatro cam- gional. Los primeros años con juvenil y reser- peonatos. Teníamos jugadores importantes, va; pero en el 74, registramos un equipo en como “El Piturris”, “El Chócolas”, el arquitec- la primera. to Sánchez, Luis Lara… A nosotros nos vinie- En una final de segunda, en la que si ganá- ron desbalanceando cuando los inicios de la bamos subíamos a primera, le ganamos a La Tercera Profesional en Vallarta. Se llevaron a Colonia Emiliano Zapata. Ellos ya tenían pri- varios de los nuestros. mera, si ganaban no pasaba nada. Para no- En el 78 me fui a estudiar a Guadalajara, pero sotros era importante ganar, como lo hicimos. venía seguido a jugar. Nuestros colores eran el azul y el blanco, en honor al Cruz Azul, de Primera División, que Formé parte de la Selección Vallarta sólo en era el equipo ganador de entonces. Incluso, una ocasión. Fue un partido contra la UDG, en nuestro escudo era parecido al poderoso 1975. Me seleccionaron en contra de la vo- cuadro hidalguense. Pero en lugar de un saco luntad de “Guille”. Porque yo era anti “Guille”, de cemento, llevaba una gacelita. al grado de que, un año después, lo sacamos 315 De la patada...

de la dirección de la Liga Municipal de Futbol. del Imperial? Saca algunos de los tuyos y Entró al relevo el ingeniero Rafael Flores. mete a éstos—le reclamó “El Chino” Guzmán. Durante ese partido contra la UDG, “Guille” Así, entré a jugar como centro delantero, con era el director técnico de la Selección Vallar- Meño Delgado y creo que el “Popo” Macedo ta. Me seleccionaron y fui. Fuimos cuatro del de extremos. De los que me acuerdo, juga- Gacelas. Llegamos y mientras todo mundo ron en ese partido también Lolo, Chicho y “El estaba calentando, yo permanecía en las gra- Güero” Peña. derías. Entonces, “El Chino” Guzmán, regidor Había venido la UDG a vacacionar a Vallarta. de deportes, me habló, me dijo: Eran los sub campeones de liga. Habían per- —Pariente ¿Qué pasó? ¿Qué haces acá? ¿Por dido la final contra el América. Venía Nacho qué no estás calentando? Calderón, como uno de los porteros. Roberto Da Silva, Eusebio, Nené, Jair… aquellos bra- —Porque “Guille” no me va a meter a jugar. sileños de los Leones Negros, un cuadrazo. Ni siquiera cinco minutos. Empezaron ellos como si fuera un entrena- —Espérate—, dijo, y se bajó a la cancha. — miento. En un santiamén nos clavaros dos ¿Qué pasó Guillermo, por qué no está “El goles. Pero en una jugada, “El Meño” se va Chori”? por la banda y me voy en paralelo con él, por el centro. El tira a gol, le dobla las manos a —Porque yo soy el director técnico—, dijo el Calderón y el balón se va hacia la portería. Guille. Llegué, y le quise dar, más no lo golpeé pero —Pues hasta este momento lo eres si no ali- lo paré con una técnica endemoniada, quedó neas al “Chori”. Oye ¿Cómo es posible que franco el balón y sólo lo empujé. Nombre, la dejes en la banca al campeón goleador del gente contenta, en las graderías repletas. Ni 316 torneo, sólo por meter a todas tus estrellas te creas que festejé mucho porque… Yo fes- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

tejaba los goles contra El Imperial, contra el acá”. Pero “Guille” decía: ¡Cómo es posible, Motorautos, los que me caían gordos. Des- así no va a crecer el futbol! Y yo le reclamaba: pués de eso, al ratito, me dan un pase, como ¡Una cosa es el futbol y otra la agresión! Pero de esas veces que te lo puntean. Yo corrí y con él no se podía… volteé así, dije, no lo voy a alcanzar. Lo al- Los rivales a vencer eran El Imperial, Moto- cancé a puntear, Calderón estaba adelantado, rautos, Garza Blanca, San Vicente, Recursos cuando acordó, el balón ya iba sobre él, se Hidráulicos, Tomatlán, Cruz de Loreto, La Co- aventó, pero no… El balón entró rodando. No lonia Emiliano Zapata. Equipos poderosos. fueron goles espectaculares, pero goles al fin. Nosotros, siendo un equipo de muchachillos, ¡Nombre, la gente…! Empatados a dos nos como nos decían, le ganamos cierta vez a To- fuimos al descanso. El segundo tiempo no lo matlán, creo que 7 a 2. Fue una humillación jugué, pero ya había cumplido. para ellos. Andaba un central que jugó con el “El Chino” Guzmán, contento. Siempre me re- Atlas, Nikita, muy bueno. Todavía, cuando nos conocía, y es que yo siempre iba a los juegos vemos, ya viejones, se acuerda de esa goliza. campesinos, apoyándolo en atletismo. Estaba Pero es que los defensas, cuando se daban agradecido, y más porque en tales juegos yo la vuelta yo ya iba adelante. Era yo un atle- había ganado un primer lugar a nivel nacional ta, muy veloz. Me desmarcaba con facilidad. en salto de longitud. Aprendí de los buenos jugadores. De Nico Curiel aprendí cómo se desmarcaba, saltaba A San Vicente si me daba gusto meterles gol, y anotaba de cabeza. De los que les llamaban porque la gente nos apedreaba, nos corre- Los Cagado Morales, en un pedacito te hacían teaba, nos gritaba. En Las Varas apedreaban la jugada. Tan buenos para driblar. Yo empecé el camión. Y nosotros le decíamos a Guiller- grande en la práctica del futbol, a los 16 o 17 mo “estos equipos no deben estar… deben años. No adquirí mucha técnica individual. Lo de suspender su cancha, que vengan a jugar que sí, practicaba mucho el tiro a la portería, 317 De la patada...

a pararla con el pecho, con las piernas. Tal pero ya lo llevaban poco a poco. “Piturris” vez por lo que me dijo un día mi padre que hubiera hecho un muy buen papel, si hubiera “el practica y practica se vuelve chingón”. aguantado. A Nico ya lo conocí grande. Tal vez sea unos José Curiel, excelente mediocampista. Juga- diez años mayor que yo. Ya era un señorón. dor del Querétaro y El Atlas, en primera divi- Como jugador, buenísimo. Lo mismo digo de sión profesional. Demetrio Madero, ídolo en sus hermanos. Pero eran muy explosivos. A Chivas. lo mejor porque eran del barrio del Parque Muchos buenos jugadores de Vallarta no Hidalgo, un barrio medio canijo. “El Piro” y triunfaron en el futbol profesional por falta “Pichuy” son más calmados. de disciplina. El talento no basta. En todo de- Ha habido muy buenos jugadores aquí, como porte, en toda actividad, hay que tener cierta José Luis Pérez “Chicho”, como “Lolo”, que disciplina. En otros países, a lo mejor no es fueron muy buenos defensas. Tuvimos, por muy importante que tú seas muy chingón en ejemplo en Las Juntas al profesor Juan José alguna cosa, pero te dan ciertos lineamientos Venegas, “El Cuarras”, que en paz descanse; que debes cumplir y por ahí te llevan y lo que aunque menos ágil que “El Jeringas”, era logras. muy bueno para tapar. De los porteros que Al ingeniero Flores lo conocí en la secunda- yo vi, el maestro Venegas y “El Jeringas”. “El ria. Y cuando formamos el club de Gacelas, Piturris”, buen jugador, la verdad. Era un cen- de atletismo y de futbol, todavía nos ayudó tro delantero como de las características de más. Presidente del club desde 1975, cuan- Cabinho, pero más técnico. De esa categoría, do sale Dustano a estudiar a México; hasta el al grado de que él no jugó en El León porque 1977, cuando se hizo presidente de la liga y Cabinho, ya para retirarse, volvió a quedar tuvo que renunciar al club. Entonces lo sus- 318 campeón goleador. Ahí estaba, no lo metían, tituyó Ramón Alatorre. Los tres presidentes Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

del club Gacelas, muy marcados. Después, en el puesto los sucedieron “El Truman”, el Dr. Cirilo Betancourt y Andrés Murillo, que se encargaron del equipo durante los 80 y los 90. Lo tuvieron, lo mantuvieron vigente. Des- pués vino Fernando Joya, Rigoberto Uribe… Ahí anduvimos. Luego llegué yo en el 98, a retomar el equipo, pero nunca fui presidente. Cuando el ingeniero Flores tomó la presiden- cia de la liga, fui presidente sustituto del club, pero finalmente se quedó Ramón Alatorre. Cuando regresé de Guadalajara, en 1998, veinte años después, todavía jugaba. Jugá- bamos los lunes. Ya no teníamos equipo de primera. El ingeniero Flores fue clave, porque era una persona jovial, le gustaba la convi- vencia con los jóvenes. Le gustaba la charre- ría, ¿Te acuerdas que hacía charlotadas y has- ta toreaba?

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Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región Carlos Elizondo Ramos y Consuelo Elipe Ramos.

Tener a Las Chivas en Ixtapa. da me hizo olvidar sin remedio a la escuadra culé. Soy Carlos Elizondo Ramos. Tapatío. Nací en 1969. Soy el mayor de cuatro hermanos. Dis- A los diez años, cascareando con mis ami- fruté de una infancia feliz. Mi papá jugaba gos en la calle, un carro casi me atropella. Mi futbol y yo era la mascota de su equipo. Des- papá llegaba del trabajo y vio la escena. Me de chico tuve contacto con el balón. Hasta regañó fuertemente y a la siguiente semana dormía con él. A los siete años de edad, en me estaba inscribiendo en la escuela de Chi- reunión de amigos de la familia, la señora del vas, en Providencia. Yo no era aficionado de Berna García me preguntó qué quería ser de Chivas, sino de Leones Negros, de la UDG, grande. Le contesté que futbolista profesio- que estaban entonces de moda, con lo brasi- nal. Porque los admiraba en la televisión. Ese leños Roberto Da Silva, Nené, … era mi sueño. Y con los mexicanos Chepe Chávez, El Cu- rio Santoyo, Nacho Calderón… un equipazo, Desde hace algunos años comparto proyecto subcampeones en dos ocasiones. de vida con una mujer maravillosa, Consuelo Elipe, madrileña, hija de socios del Real Ma- Había una liga interna que jugaba los sába- drid. Mi suegro, don Juan Arturo, “El Capea”, dos por la mañana. Al equipo que llegué era impertérrito como todo matador que se res- el “Migajas”. De donde, por cierto, salieron pete, me clavó dos banderillas dos, al condi- Fernando Quirarte, “Yayo” y “Chepo” de la cionar mi entrada a su familia con la renuncia Torre. Jugadores que a la postre serían cam- del cariño que sentía por el Barcelona y Rafa peones con Chivas. Para cuando cumplí trece Márquez, y el abrazo sin restricciones a la años, ya se hacía una selección de esa liga, causa merengue. La puntilla en la cerviz me de la cual salía un equipo especial con la mar- la propinó mi señora suegra, doña Consuelo ca de Chivas. De ahí fui seleccionado, lo que Ramos Cabras de Elipe. Con su férrea mira- significó el inicio de mi carrera hasta Primera 321 De la patada...

División Profesional. A los 18 años firmé mi y se vino el problema de los famosos cachiru- primer contrato. les de la selección juvenil. Un tema que des- cubrió el periodista José Ramón Fernández. En marzo de 1987 me tocó representar a Ja- Nosotros estábamos preparando una gira por lisco en la Copa Nacional Benito Juárez, luego Europa, previo a los juegos olímpicos, pero la de ser seleccionado mediante un torneo de FIFA castigó a la FEMEXFUT, lo que resultó en clubes tapatíos. En Colima se realizó dicho que México no participaría durante dos años torneo, donde resultamos subcampeones. Me en torneos internacionales. Nosotros perdi- tocó ser el capitán del equipo y resulté cam- mos de jugar las olimpiadas de Seúl, y la se- peón goleador. Jugaba medio volante ofen- lección mayor, el Mundial Italia 1990. sivo, atrás del centro delantero, jugando una posición de 10 o de 8. De medio campo Regresé de las concentraciones. Tenía ya el hacia adelante. registro en Chivas de Primera División. Ese año, Chivas es campeón, 86-87, contra Cruz De ese equipo nos convocaron a varios ju- Azul. Ese año se va Chepo de la Torre a Es- gadores a la selección preolímpica. Entonces, paña, al Oviedo. Llega de España “El Vas- me nombraron jugador del año. Acudimos co” Aguirre, del Pamplona. Ya estaba aquí el siete jugadores de Chivas. Al llegar nos di- “Wendy” Mendizábal. Fue esa generación con mos cuenta de que éramos 90 jugadores los Zuly Ledezma, Sergio Lugo, Demetrio Made- convocados. Quedamos cuatro de Chivas en ro, Gutiérrez. la selección final. En ese tiempo estaba la se- lección juvenil, que iba a jugar el mundial en Salí por primera vez a la banca en un partido Chile; la de cadetes, que iba a jugar el mun- Irapuato vs Chivas, torneo 87-88. No jugué. dial en Canadá, y nosotros, que jugaríamos el Tenía 18 años. Ya me pagaban, un tremen- mundial olímpico en Seúl, Corea. Jugamos los do sueldo de… cien pesos al mes. Cincuen- 322 centroamericanos, luego los Panamericanos, ta pesos cada quincena, en un sobre. Bille- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

tes de a cinco y de a diez, para que se viera Después me prestaron a Gallos Blancos del más grueso el bonche. En esa época todo era Querétaro, con Mario Óscar Maldonado, chi- más sano. Todavía no usaba zapatos de gran leno. Regresé a Chivas otro año. Jugué en El marca, porque no los merecía. Usaba zapatos Tapatío. Luego fui a Tijuana, donde estaba el Quicho, de piel, hechos a mano en Guadalaja- Campeón Hernández como técnico. Regresé ra. Pero veías que los grandes traían zapatos al siguiente año a Chivas. Estaba por terminar italianos o los clásicos Adidas. Hicimos buen en la universidad la licenciatura en Ciencias torneo en Reservas Profesionales al mando de la Comunicación. Jugué un año con el Te- de Tomás Balcázar, abuelo del Chicharito, téc- comán. Y por último, jugué el Torneo Prode, nico que más influyó en mí y me hizo ver el con el Tapatío. Quedé campeón goleador en futbol de otra manera. Aprendí mucho de él, ese torneo, y luego me retiré. Ya tenía mi ca- la malicia para proteger el balón, para cuidar rrera. El futbol me dio mucho. Gané, viajé mu- de que no te golpearan, para ubicarte en el cho, me disciplinaron de una manera distinta espacio. Después, en el torneo de Copa, me a la de casa. tocó debutar en Primera División contra Co- rrecaminos, en el estadio Marte R. Gómez, de Me incorporé a la vida profesional y después Tamaulipas. Quedamos 1 a 1. de varios años llegué a Vallarta, por la vía Estuve en Chivas hasta que salió Alberto Gue- hotelera. Llegué en 1999, por conducto de la rra. Llegó Lavolpe y nos puso disponibles a cadena hotelera Westin Regina y de la mano varios porque él traía a su gente del Atlante. de John McCarthy, quien fuera director de Entonces, Ramón Ramírez, que había sido mi FONATUR, en la administración de Vicente compañero en la selección olímpica, me jaló Fox. Y sucedió así: un compañero de la uni- a Santos. Después de un año y medio regre- versidad me invitó a desarrollar un proyecto sé a Chivas, con una lesión en la rodilla. No a Westin Cancún. A los pocos días la empre- quise operarme y estuve inactivo por un año. sa le dio las gracias y me quedé, al parecer, 323 De la patada...

prendido de la brocha. Pero ahí estaba John venía de Madrid, por parte de una revista tu- McCarthy y me dijo: rística y le recomendaron me viera. —Tú jugaste futbol ¿verdad? Jugué en Puerto Vallarta en la liga de abo- gados. Primero me invitaron a la Liga de la —Sí. Amistad, de los sábados. Me invitó el equipo —Cuando vi tu nombre me dije “Mira qué cu- del Edén. Ahí me exigían más que en la Prime- rioso, se llama igual que el futbolista del Gua- ra División. Jugué sólo un torneo. Luego me dalajara”. Ahora me doy cuenta de que eres invitó Juan Carlos Yerena, hermano de Tito, al el mismo. Quédate. Vas aprender mucho con equipo de abogados, en la liga de veteranos. nosotros. Yo le voy a Chivas. Conocí a muchas personalidades de ese sec- tor de la sociedad vallartense. Yo estaba bien Tiempo después hubo la oportunidad de ve- físicamente. nir a Vallarta. Yo conocía el Puerto desde niño, cuando mis padres nos traían a pasar El único título que gané con Chivas fue el de las vacaciones. Le tomé el gusto, el encanto. Campeón de Reservas Profesionales. En el Ya aquí, me invitaron a tomar la gerencia de 88-89 más o menos. una arrendadora de autos, en la que logré A finales de 2009 y principios de 2010, du- una mejora salarial y muchos beneficios. Pos- rante una visita a Guadalajara, me encontré teriormente me llegó una invitación al Carlos con Efraín Flores, quien era el director depor- O’ Brian’s, como director comercial. Era el ter- tivo de Chivas. Saludé a viejos compañeros mómetro de Vallarta, es decir, si estaba bien como Rafa Ortega, Zuly Ledezma, Omar Are- el O’ Brian’s, estaba bien Vallarta. Siete años llano. Nos reunimos, nos dimos el abrazo. estuve ahí, hasta el día que cerró. Hice allí Entonces, me preguntó Efraín: muchas relaciones. Ahí tuve la oportunidad 324 de conocer a Consuelo Elipe, mi mujer. Ella — ¿Cómo va todo en Vallarta? Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

—Bien, hace falta llevar buen futbol profesio- mos un monto de pago como renta y demás nal, pero permanente. condiciones que teníamos que cumplir. Toda la parte comercial era nuestra. El equipo se —Mira, estamos viendo la posibilidad de lle- llamaría “Chivas Vallarta”. Ellos iban a absor- var para allá el equipo de Segunda División ber los gastos ante la Federación. Nosotros Premier. Aquí no podemos ascender porque pagaríamos el hospedaje de los jugadores y no tenemos un estadio. Se juega en Verde el transporte en autobús de primera clase, Valle. Abrir aquí un estadio para tal propósito privado. También los honorarios de los árbi- no sería redituable. Pero queremos ascender tros y agentes de seguridad. Buscando no ganando en el terreno de juego y no pagar las ganancias, sino que el asunto fuera auto- una franquicia ¿Cómo está Vallarta en eso? sustentable. Que Vallarta se consolidara en —Déjame sondearlo. Déjame hablar con las lo futbolístico. Con una categoría importante. autoridades. Tenía en mente como sede a la Con buen futbol y un atractivo turístico más cancha ejidal de Ixtapa “La Preciosa”. Como para los paisanos que nos visitan de Califor- plan B, la Unidad Deportiva Agustín Flores nia. Que en sus vacaciones pudieran ver a ju- Contreras. Hicimos un estudio, algunas corri- gadores de Chivas. das financieras, lo platiqué con la gente del Cuando se aprobó el proyecto, vino Efraín ejido. Luego me volví a reunir en Guadalajara, Flores. Se convocó a rueda de prensa. Se dio con Efraín. Se acordó una visita de inspección. a conocer el proyecto. Se acordó un contrato en comodato con el ejido. Nosotros invertiríamos por cinco años Nos pasamos tres meses en acondicionar el en adecuar las instalaciones para la Segunda lugar, en el diseño, la obra, regeneración del Premier. Hablé con patrocinadores. Presenté pasto, tribunas, lonas, banquillos, pintura. Se el proyecto a Efraín Flores y él a su vez a cerró la cancha por tres semanas, se fertilizó Jorge Vergara y a Angélica Fuentes. Acorda- cada tercer día. Dejamos la cancha hacien- 325 De la patada...

do honor a su nombre, quedó preciosa. Los promotor del futbol en Ixtapa. Rafael Lebrija, vestidores, cinco duchas, banquillo de cam- como presidente de Chivas también estuvo bios, una mesa de masajes, pizarrones, piso, presente. Vino a constatar, a dar fe. La inver- remoción de muros. Una inversión superior al sión y el paquete de responsabilidades era medio millón de pesos. nuestro, cien por ciento. Igualmente, entre mi mujer y yo, con el apoyo de la familia, traba- Así pues, tomamos el equipo, en el torneo de jamos en ello. El 6 de marzo de 2010 fue el clausura del Bicentenario. Era ya la cuarta o primer partido oficial en Ixtapa. quinta fecha. El equipo estaba en un grupo de doce participantes e iba en octavo lugar. Ese día de la inauguración llegamos desde A partir de ahí, los primeros cuatro partidos las once de la mañana a Ixtapa, con el boleta- que restaban del torneo se ganaron en casa. je. Se jugaba a las cuatro de la tarde. Se dio promoción especial. Boleto a 50 pesos para Llegamos a la liguilla. Pero de inmediato se adulto con derecho de entrada gratuita a un corrió la voz entre los equipos contendien- menor. La impresión de la gente cuando iba tes de que los jugadores visitantes casi se entrando a las instalaciones era la de estar ahogaban por el calor y por la humedad. Chi- asistiendo a un escenario digno, acorde al ni- vas, bien preparado, llegaban un día antes, vel de juego que iba a presenciar. Lo nuevo, entrenaban fuerte… Ese equipo era dirigido recién pintado, las bancas, la seguridad. Era por el papá del Chicharito, Javier Chícharo un ambiente de futbol profesional. Un futbol Hernández, organizado, importante. Autobuses estacio- Cuando la inauguración en Ixtapa, durante el nados afuera. Las zonas de calentamiento primer partido oficial aquí, estuvo Efraín Flo- delimitadas. Era una atmósfera de Primera res. Se dio la patada oficial. Se realizó toda División. Con la banda de guerra de la Secun- una ceremonia, en donde se reconoció la la- daria de Ixtapa se hicieron honores a la ban- 326 bor del doctor Ignacio Guillén Arreola, como dera. Se dio la patada inicial. Estuvo presente Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

la prensa. Las marcas, como en los estadios. iba América ganando uno a cero hasta el La Chrisler, con edecanes y banderolas. Ba- minuto 82. Empatamos en el 83. Y en tiempo lones y playeras para la afición. Era un sába- de compensación, el 91 o 92, un golazo de do lleno de colorido. Ganamos dos a cero, Mario Nieves nos dió el triunfo. Un ambiente con el primer gol de Michel Vázquez. Liborio espectacular. La gente estaba muy metida en Sánchez como portero suplente y el titular el juego. Había una porra pequeña de Amé- que había sido portero de la selección juvenil rica. Un ambiente vibrante. Con los colores campeona en Perú, en la que jugaron Carlos clásicos en la cancha. Ese resultado les dió Vela y Giovanni Dos Santos. Por cierto que mucho qué pensar a los equipos de la ligui- después de ese equipo casi todos jugarían lla. Porque estábamos como cancha alterna, en primera división. Ganamos tres partidos ya que la oficial era Verde Valle. Al ver que más. Pasamos a la liguilla. El último partido, Chivas ganaba todos los partidos en Vallarta previo a la calificación, fue el clásico contra y que además el calor y la humedad dejaban el América. El primer clásico nacional oficial, fundidos a los rivales, y considerando que en a nivel profesional en Puerto Vallarta, en Ix- la liguilla nadie da concesiones, los equipos tapa. Vino el América, con su cuerpo técnico, rivales pidieron no jugar aquí. soberbios, pasando por encima de todo mun- Recuerdo que el primer rival en liguilla era do. Ese día fue una fiesta para Ixtapa, Tenía- Veracruz. Me llamaron Efraín Flores y Rafael mos siete u ocho puntos de venta de boletos Lebrija. Me dijeron que nadie quería venir a en tiendas de deportes. Volaron, se acaba- Vallarta por lo antes dicho. Metieron escri- ron los boletos en taquilla. La gente quería tos en la Federación porque sabían que el pagar y quería entrar. Estaba todo cerra- ambiente, la cancha y el calor eran ventajas do, de la calle no se veía hacia dentro. Y era nuestras. Y como había iniciado el torneo en América-Chivas. Con un ambiente animado. Verde Valle como cancha oficial, dijeron los Un partido sumamente emocionante, donde de Veracruz “Pues no viajamos”. Si quieren 327 De la patada...

que viajemos, paguen transporte y hospe- Lo analizamos, aceptamos, tuvimos un par de daje”. Hicimos cuentas y vimos que no era reuniones con la directiva, con miras a seguir viable. Entonces se jugó la liguilla en Gua- con el equipo en Ixtapa. Varios jugadores si- dalajara, en Verde Valle. Se llegó a la final, guieron con el equipo. Orgullosamente lo de- contra Pachuca. Se perdió en Pachuca, por la cimos ahora, en ese equipo dos de nuestros vía de los penales. Pero, de estar en octavo jugadores ganaron la medalla olímpica en lugar, cuando tomamos el equipo, cerramos Londres, “El Chatón” Enríquez y Miguel Pon- en segundo lugar. Los triunfos en casa le die- ce, quien sigue como titular en Chivas. Ellos ron ese pase a la liguilla. Por cierto que nos jugaron aquí, entre otros buenos jugadores hicieron llegar la medalla. Es el primer triunfo de Chivas Vallarta. profesional que ganó de manera compartida Vino el siguiente torneo. Ganamos siete par- Puerto Vallarta. No hay otro título profesional tidos de locales. Nos dirigía entonces el papá futbolísticamente hablando. de Marco Fabián. “Chícharo” se había ido a acompañar a su hijo en su aventura con el Durante el receso deportivo, y estando en Manchester United. Llegaron algunos nuevos Madrid, en un hospital, por enfermedad de jugadores, una estructura más completa, con mi señora suegra, me llamó Efraín Flores. Me la mayoría de jugadores del primer torneo, preguntó que si queríamos seguir, ya como adaptados al medio. En este nuevo equipo como sede oficial, empezando en Ixtapa el estaban “El Cubo” Torres, Liborio Sánchez, torneo. Teníamos un contrato por cinco años, Jesús “El Chapo” Sánchez, Abraham Coro- pero con cláusulas de escape para cualquiera nado… Hubo una situación especial. Tenía- de las partes. Le dije “déjame analizarlo, deja mos como jugador también al hijo de Octavio hablar con mi mujer, déjame hacer números. Mora, que había jugado en Leones Negros. Estamos ahorita con la mente puesta en la Pero resulta que dos años antes, ese chico 328 cirugía delicada de mi señora suegra”. había sido expulsado en la categoría. Cas- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

tigado con dos partidos de suspensión. Y y era más para todos entrar a una liguilla. resulta que Loros de Colima viene a jugar a Era un proyecto interesante. El equipo esta- Ixtapa. Los dirigía precisamente el papá de ba para ser campeón, lograr el ascenso. Y lo- éste jugador, Octavio Mora. Le ganamos a grándolo, el propósito de Chivas era seguir Loros. Tuvimos una racha de triunfos. Pero ya acá, en Ixtapa, con un proyecto arquitectóni- en la liguilla, Loros de Colima, que habían co para ampliar el espacio a diez mil asisten- quedado fuera por cuatro puntos, interpuso tes. Con el visto bueno del ejido, inversión de protesta por alineación de jugadores no ele- la iniciativa privada y del gobierno en los tres gibles, y uno de ellos fue el hijo del entrena- niveles. Para tener un equipo de Primera A, dor de Loros, que jugaba con nosotros. Me- con la marca Chivas. No se logró. Chivas trató tieron el reporte. La Federación dio luz verde de hacer lo legalmente posible ante la Fede- al reclamo. Este jugador, con nosotros había ración. Por eso decidimos no seguir con el jugado cinco partidos. Mismos que ganamos proyecto. Enviamos un escrito, en base a una en casa. Nos quitaron esos 15 puntos. Noso- cláusula del contrato, para ya no continuar. tros habíamos calificados como superlíderes. Otro record de Chivas-Vallarta, Por nuestra parte se habían cumplido las con- diciones estipuladas en el contrato. Cerramos Por ese chico de Octavio Mora perdimos 15 responsablemente el ciclo Chivas Vallarta. Un puntos. Habíamos terminado como super lí- gran esfuerzo desplegado por ambas partes deres, y quedamos por eso fuera de la ligui- pero, alguien, administrativamente, de buena lla. Nos faltaron tres puntos para calificar en o mala fe no se fijó que ese jugador estaba octavo lugar. Y nosotros que teníamos la pro- suspendido. mesa de patrocinadores de que habría bonos extras si calificábamos. En la liguilla juegas Afortunadamente no teníamos ningún adeu- partidos con mayor asistencia de aficionados, do con algún patrocinador, salimos todos bien puedes ganar un poquito más en los boletos, y ahí terminó la historia de Chivas Vallarta. 329 De la patada...

Habla Consuelo: fallar. Pensamos que nos iban a fallar todas las demás cosas, pero no esa. Decíamos “Un La verdad, fue emocionante culminar ese pre- lugar bien hecho, bonito, de recreo familiar, vio de tres meses de organización, de traba- precioso como éste ¿cómo no va a venir la jo intenso, de unir tantas piezas hasta llegar gente?” No tuvimos la respuesta de la gen- a ese día. Hacer bien las cosas, decir, bueno te, como pensábamos. Yo era esa parte de la estamos en Ixtapa, estamos en Vallarta, pero preocupación de que llegara la hora de pagar hacerlo como si estuviéramos en Madrid. Con a los árbitros, al del micrófono. O sea, era ese toque familiar que le queríamos dar. Por- pagar, pagar, pagar. Y no te llegaba el recur- que estaban aquí mis padres y los de Carlos. so por la vía de los boletos. Entonces, para Yo estaba un poco a distancia de lo deporti- mí el proyecto siempre tuvo esa mezcla, ese vo. No recuerdo cosas como de marcadores sabor agridulce. La parte bonita deportiva, o nombres de jugadores, pero sí de la otra en la que se lograban los objetivos y, toda la parte, de la presión económica, de ver lo que parte de trabajo y preocupación que fue muy tenías que pagar en cada partido. Era una intensa durante todo el tiempo que duró el carga muy fuerte, porque todas las mañanas proyecto. Pues ahí caes en reflexión de ¿qué de partido llegabas a Ixtapa a las 11 de la hemos hecho mal, porqué la gente no ha res- mañana y te retirabas a las 9 de la noche. pondido? Algunos amigos nos decían, bueno Pero al final era que no se vendían los boletos es que aquí la gente no está acostumbrada a que querías, no llegaba la gente que querías. pagar por ver el futbol. O está acostumbrada Porque siempre asumimos que en Vallarta a a pagar 10 o 20 pesos. Entonces te queda esa la gente le encanta el futbol. Estábamos casi reflexión de que ¿por qué aquí no funcionan seguros de que siempre se iba a llenar. Y ese los proyectos deportivos profesionales? Por- factor fue quizá el punto principal que nos que además en esa época coincidieron even- 330 falló, el que nunca pensamos que nos iba a tos de béisbol, de baloncesto, y ninguno cua- Crónicas del fútbol en Puerto Vallarta y su región

jó. Entonces queda esa reflexión de si ¿será posible hacer algo aquí que funcione y que… finalmente no te arruine? Que no pierdas. Tengo en mi mente toda esa alegría y toda esa festividad, todo eso que fue muy emotivo, super bonito. Mas luego tenía la otra parte de realidad. Se cobraba 50 pesos por un adulto y lo podía acompañar un niño gratuitamente. Y como habíamos montado una zona de be- bida y comida, podías pasar la tarde entera por cincuenta pesos. Hicimos productos muy baratos, para que la gente pudiera tomarlos. Pensamos que era un precio super atractivo.

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A petición del Gobierno Municipal de Puerto Vallata, esta obra se imprimió en Hospital del Libro, Guatemala 494, Col. 5 de Diciembre, en Puerto Vallarta, Jalisco, durante el mes de mayo de 2019. Con un tiraje de 50 ejemplares.