Alfredo Palacios
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MARIO R. SALOMONE Es presidente de la Fundación Alfredo L. Palacios y miembro de número del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia. También presidió la Liga Argentina de Cultura Laica. Entre sus obras figuran los títulos "Alfredo Palacios y la Universidad", "Alfredo Palacios, la primera voz socialista en el Congreso" y "Has estado bien, pero no hay que exagerar", en el que consigna un "Encuentro y desen• cuentro de Alfredo Palacios con el sacerdote Federico Grote". El Profesor Mario R. Salomone es Ingeniero Civil (Universidad de Buenos Aires) y tuvo a su cargo numerosas obras públicas y priva• das en el país y el extranjero, desempeñándo• se asimismo en la función de Perito Ingeniero en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros fueros nacionales. Su trayectoria docente incluye Cátedras de Algebra y Geometría en el Instituto Nacional de Enseñanza Superior Mariano Acosta, y es Profesor Titular de Matemática en la Univer• sidad CAECE (Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas), y de Técnicas de Investiga• ción y Estadística en el Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González. Ha dictado cursos de especialización y confe• rencias en diversas casas de estudio y tiene publicados trabajos sobre "Complementos de Matemática moderna^y "Algebra de Matrices". COLECCION VIDAS, IDEAS Y OBRAS DE LOS LEGISLADORES ARGENTINOS Publicación del Círculo de Legisladores de la Nación Argentina con el auspicio de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación COLECCIÓN "VIDAS, IDEAS Y OBRAS DE LOS LEGISLADORES ARGENTINOS" Secretaría de Cultura de la Círculo de Legisladores de la Presidencia de la Nación Nación Argentina Dra. Beatriz K. de Gutiérrez Walker Dip. Nac. (M.C.) Alfonso Carlos Márquez Secretaria de Cultura Presidente Comisión Nacional Protectora de Asesor Honorario Bibliotecas Populares Prof. José María Castiñeira de Dios Prof. Daniel R. Ríos Presidente Colaboradores Dip. Nac. (M.C.) María Acevedo de Literas Secretaria de Cultura Dip. Nac. (M.C.) Bernardo H. Montenegro Secretario de Prensa y Relaciones Institucionales Artes Gráficas Yerbal, S.R.L. Osvaldo H. Nápoli Gerente General Enriqueta Muñiz Coordinación Editorial ALFREDO L. PALACIOS Legislador social e Idealista militante Pròlogo de Mario R. Salomone Círculo de Legisladores de la Nación Argentina © Círculo de Legisladores de la Nación Argentina, 1998. ISBN 987-9336-03-8 Queda hecho el depósito que dispone la Ley 11.723 Impreso en la Argentina Artes Gráficas Yerbal, S.R.L. Av. Eva Perón 3638. Buenos Aires (1407). Argentina. Tel. Fax : 637 5013 (líneas rotativas) E-mail: [email protected] Diseño Gráfico: Departamento de Arte AGY Foto: Archivo General de la Nación Colección "VIDAS, IDEAS Y OBRAS DE LOS LEGISLADORES ARGENTINOS" l propósito del Círculo de Legisladores de la Nación Ar• gentina al presentar esta Colección de libros dedicados a la vida y la obra de los legisladores argentinos, con el aus• Epicio y el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, se asienta en tres pilares : fortalecer la conciencia na• cional, reafirmar nuestra fe en la Democracia e informar, ense• ñar, persuadir en Libertad. En tiempos de crecimiento, que son tiempos de crisis, en los que un pueblo cuestiona su modo de ser, es decir, su iden• tidad, surge una posibilidad de renovación a partir de una au- toconciencia crítica. Es sabido que en circunstancias traumáti• cas, la sociedad es conmocionada por actitudes nihilistas, que en el campo político se manifiestan como un nuevo anarquis• mo romántico en el que la justificación de la violencia puede aparecer como una crítica pública frente a las disposiciones le• gales. Ello disminuye la confianza en las instituciones y, funda• mentalmente, en lo que es singular de la Democracia, la repre- sentatividad, generándose así un descreimiento colectivo res• pecto de los hombres que asumen la representación política y parlamentaria. Por esos motivos, y porque es en la política donde se da, más que en cualquier otro campo de la realidad, la sensibilidad para predecir el cambio y actuar en consecuencia, creemos con• veniente llevar a cabo una acción programada de "reparación" de la imagen del político. Figuras del Parlamento Argentino como Leandro N. Alem, el Perito Francisco P. Moreno, el poeta nacional José Hernán• dez, el ideólogo de la justicia social Alfredo Palacios, y tantos otros, son "modelos" representativos de la vida parlamentaria, 5 del pensamiento democrático, la conducta cívica y la concien• cia nacional. Por eso la Comisión Directiva del Círculo de Legisladores de la Nación Argentina, que me honro en presidir, ha resuelto edi• tar una Colección de libros sobre "Vidas, Ideas y Obras de los Legisladores Argentinos", cuyos prólogos o estudios prelimina• res están encomendados a autorizados conocedores de la histo• ria personal del Legislador correspondiente y contienen, ade• más de su biografía, lo esencial de su pensamiento político. Es• te se ilustra en cada libro con extractos de sus discursos y expre• siones públicas, las leyes que nacieron de su labor parlamenta• ria, sus publicaciones, etc. Entendemos que renovar la importancia que se le dio al Le• gislador desde los inicios de la historia argentina debe ser el pri• mer paso para fortalecer la conciencia democrática de nuestro pueblo y revelar, especialmente ante las nuevas generaciones, aquellas personalidades parlamentarias que son paradigmáticas y que constituyen, por sí solas, modelos cívicos a partir de su pensamiento y su acción. Creemos contribuir así a la consolidación del espíritu demo• crático del pueblo argentino y ofrecer un aporte significativo a la vigorización de nuestra cultura. Dip. Nac. (M.C.) Alfonso Carlos Márquez Presidente del Círculo de Legisladores de la Nación Argentina 6 ALFREDO L. PALACIOS LEGISLADOR SOCIAL E IDEALISTA MILITANTE Prólogo de Mario R. Salomone uien habría de ser el primero en llevar a un Parlamento americano la voz y el pensamiento socialistas nació el 10 de agosto de 1878 en Buenos Aires, cuando la ciudad no Q la capital de la República. Sus padres, ambos urugua• yos, fueron Aurelio José Florencio Palacios Bustamante y Ana Ramón Beltrán, emparentada con Santiago Ramón y Cajal, mé• dico eminente y escritor a quien, para honra de España, se le confirió el Premio Nobel de medicina y fisiología correspon• diente al año 1906. El padre de doña Ana era primo del sabio. Don Aurelio, abogado, tuvo campos en la provincia de Santa Fe en sociedad con su hermano José Gregorio y poseía, además, una casa en Buenos Aires, en la calle Corrientes 955, en la cual vivía. Falleció el 3 de febrero de 1893. Dejó numerosa descendencia. De su unión con Ana Ramón nacieron ocho hijos: Pablo Luis, Ana del Carmen, Carlos, Aure• lia, Aurelio Gregorio, Isabel Bárbara, Alfredo Lorenzo y Sara Cle- mentina. Una segunda unión con Dolores Almada le dio otros cinco y hubo de tener, aún, seis más con María Costa Smith. Luego de una corta residencia en la ciudad de La Plata, la fa• milia se instala en Buenos Aires. Alfredo recibe su educación primaria en la escuela que todavía subsiste en la esquina de Santa Fe y Paraná, a la que años después se le impuso el nom• bre de Onésimo Leguizamón, en homenaje al brillante parla• mentario que defendió en la Cámara de Diputados los princi• pios pedagógicos que informaron la Ley de Educación Común 1420. Los estudios secundarios los cursa en el Colegio Nacional Central, hoy Colegio Nacional de Buenos Aires, y en el año 1900 obtiene su título de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. 7 Su madre, de profunda convicción católica, le transmitió su creencia religiosa y lo inició en la lectura de los Evangelios, que habrían de dejar una impronta indeleble en su espíritu. Alguna vez dijo Palacios, en respuesta a una amistosa pregunta de Ra• món Columba, que quien lo había iniciado en el socialismo ha• bía sido su madre, poniendo en sus manos el Sermón de la Montaña. Pese a su corta edad se sintió fascinado por la lectu• ra, descubriendo un profundo significado de redención social en la prédica del rabí de Galilea. Su figura, siempre al lado de los desposeídos, de los humillados, de los sufrientes, llegó a apasio• narlo hondamente. No es de extrañar que, ya adolescente, comenzara a fre• cuentar centros católicos, entre ellos el Círculo de Estudiantes fundado por el redentorista Federico Grote, llegado poco an• tes de Alemania, quien, con la anuencia de la Iglesia, había co• menzado a desarrollar una acción de contenido social a través de sus Círculos de Obreros Católicos. El sacerdote no tardaría en reparar en el jovencito. De la viva impresión que le causó brinda elocuente testimonio la siguiente transcripción, extraí• da del libro "Vida del Padre Grote" de Alfredo Sánchez Gama- rra (Stvdivm de Cultura, Madrid,1949) en el cual se recogen sus memorias: "En ese Círculo conocí, entre otros muchachos que llegaron a distinguirse más tarde, a Alfredo Palacios. El primer dis• curso que pronunció en su vida lo consagró, por orden mía, a una reunión de los Círculos de Obreros. Por cierto que adiviné, ya des• de entonces, el destino de aquel muchacho fogoso y entusiasta que, con voz casi infantil, hizo vibrar de emoción las almas de sus oyen• tes. Cuando después nos abandonó para convertirse en el líder so• cialista más popular, lamenté entrañablemente su pérdida; pero siempre he sentido simpatía hacia su persona, y nunca he dejado de pedir a Dios en mis oraciones por su regreso al redil de Aquel cuya figura exaltó tan bella y emocionadamente en el primer discurso de su vida". En 1894 muere José Manuel Estrada, muy respetado por la al• ta dignidad del magisterio que ejerció sobre su generación. En las exequias habla Alfredo Palacios en representación del Cen- 8 tro Juvenil Pedro Goyena, nombre del principal vocero del pen• samiento católico en las jornadas de discusión de la Ley 1420.