Moral Y Prácticas Cívicas En Los Niños Chilenos, 1880-1950
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Ariadna Ediciones (Santiago). Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950. Rojas Flores, Jorge. Cita: Rojas Flores, Jorge (2004). Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950. Santiago: Ariadna Ediciones. Dirección estable: https://www.aacademica.org/jorge.rojas.flores/10 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es. Acta Académica es un proyecto académico sin fines de lucro enmarcado en la iniciativa de acceso abierto. Acta Académica fue creado para facilitar a investigadores de todo el mundo el compartir su producción académica. Para crear un perfil gratuitamente o acceder a otros trabajos visite: http://www.aacademica.org. Participaron como ayudantes de investigación: Carolina García y Claudia González La investigación que dio origen a este libro fue financiada por el proyecto Fondecyt 1020203 “Infancia y ciudadanía: los niños en la esfera política. Chile, 1900-1940” © Jorge Rojas Flores © Ariadna Ediciones, Laguna La Invernada 0246, Estación Central, Santiago Fono: 748 05 45 ce: [email protected] Primera edición, Diciembre 2004 Registro de Propiedad Intelectual Nº 141.851 ISBN 956-8416-00-5 Diseño y Diagramación: Fabiola Hurtado Céspedes Fotografía de portada: Coronel Roosevelt frente al estandarte de la brigada de boy scouts de Los Andes, en el Parque Cousiño. A la derecha, Joaquín Cabezas. El Scout Siempre Listo, N0 3, 1/ dic./1913 (portada) Impreso en LOM ediciones Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o fotocopia sin autorización previa del editor. MORAL Y PRÁCTICAS CÍVICAS EN LOS NIÑOS CHILENOS, 1880-1950 JORGE ROJAS FLORES Ariadna Ediciones Santiago - Chile 2004 ÍNDICE PRESENTACIÓN 7 1. INTRODUCCIÓN: LOS NIÑOS Y LA FORMACIÓN POLÍTICA 11 2. LA EDUCACIÓN CÍVICA 21 a) Programas y manuales 23 b) Democracia y fortalecimiento cívico 30 c) El profesor 36 d) Otros espacios 43 e) Los planes de fomento a la chilenidad 46 3. LOS RITUALES PATRIÓTICOS 52 a) Los primeros rituales republicanos 53 b) La Guerra del Pacífico 56 c) Los batallones escolares 60 d) La presencia infantil en los rituales 65 e) El peligroso desgano 71 f) El Centenario 75 g) Patria y revolución79 h) La ofensiva patriótica de los años 20 82 i) La ritualidad del Frente popular 92 4. EL DÍA DEL ÁRBOL 97 5. LOS BOY SCOUTS 104 a) Los primeros pasos 104 b) La consolidación orgánica 109 c) Los valores del scoutismo 114 d) Las rivalidades 127 e) Los resultados 146 6. LA CRUZ ROJA JUVENIL 154 a) El desarrollo institucional 155 b) Las lineas de acción 160 7. LOS NIÑOS CRUZADOS 170 8. EL AHORRO ESCOLAR 183 9. LA CARIDAD INFANTIL 193 10. LA SEMANA DEL NIÑO 207 11. LA POLICÍA Y LOS NIÑOS 218 12. LOS SINDICATOS Y LOS NIÑOS 226 a) Las reivindicaciones de los niños trabajadores 226 b) Las estrategias sindicales hacia los niños 234 13. INFANCIA Y REVOLUCIÓN 242 a) Las escuelas racionalistas 244 b) Las secciones infantiles anarquistas 260 c) Los Pioneros 262 d) La solidaridad infantil 269 e) Niños militantes bajo el Frente Popular 273 14. LAS ORGANIZACIONES ESTUDIANTILES 283 a) Academias, centros y primeras rebeldías 284 b) Las primeras federaciones 292 c) La renovación pedagógica y el gobierno estudiantil 299 d) Los estudiantes en la Reforma de 1928 305 e) Las nuevas federaciones de estudiantes secundarios 315 f) Los gobiernos estudiantiles y los liceos experimentales 319 g) La unificación de los estudiantes secundarios 330 h) Las autoridades y las organizaciones estudiantiles 353 UN BALANCE FINAL 361 FUENTES CONSULTADAS 374 7 PRESENTACIÓN uando niño nunca canté el himno nacional en las cere- monias cívicas de los días lunes. Eran los años poste- C riores al golpe de 1973 y había un ambiente cargado de ri- tuales patrióticos que me producían aversión. Nuestra participación como alumnos se limitaba a cantar el himno nacional, con la flamante nueva estrofa que aludía a los valientes soldados. El acto era seguido con cierta indiferencia, como una de las tantas rutinas escolares que se reproducían en forma regular. Por entonces, con apenas diez años de edad, ya tenía una cierta per- cepción del ambiente político y del significado de los rituales cívicos y tomé una decisión. Me propuse mover los labios (la disciplina im- puesta lo exigía) y aparentar que cantaba, sin hacerlo realmente. Nadie lo supo más que yo. La visita de un presidente uruguayo a mi escuela diluyó este rechazo por el ceremonial cívico. Hubo, en aquella ocasión, un vago orgullo o curiosidad al ver a un presidente extranjero y entoné su himno nacio- nal, el que memoricé sin problemas. Lejos estaba de conocer el real papel que cumplía el siniestro visitante en su propio país. Los acordes marciales del himno uruguayo y sus líricos versos (“orientales, la pa- tria o la tumba, libertad o con gloria morir...”) me magnetizaron. Años después, a fines de la década del 70, algunos compañeros de liceo llegaron más lejos en sus manifestaciones políticas y un día orga- nizaron una verdadera parodia, que mezcló la sátira contra el gobierno con el pasatiempo propio de un recreo escolar. Solo fui espectador de la ridícula escena que mostraba a un enhiesto y pequeño presidente sobre una carretilla, a quien se le tributaban honores militares, y luego 8 Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950 un vociferante discurso contra el marxismo-leninismo que todos cele- bramos. El ambiente político del país no parecía el más propicio para este tipo de jugarretas, pero el control que se imponía en nuestro cen- tenario liceo no llegaba a impedir este tipo de manifestaciones. Parece claro que el intento por imponer en los niños un respeto a la autoridad a través de la participación en los rituales cívicos no había logrado mellar la percepción que los estudiantes ya nos formábamos del escenario político nacional. Aunque no todos se hacían parte de una clara opción política ni tenían una opinión categórica sobre lo que sucedía en el país, la participación en las ceremonias cívicas no lograba afectar significativamente nuestros valores políticos. Seguramente, el lector recordará muchos pasajes de su infancia en que tomó contacto con múltiples espacios de formación política que bus- caron influir en sus sentimientos de adhesión a la nación, sus institu- ciones y su historia, así como su percepción del poder y el orden so- cial. En el presente texto pasaremos revista a este fenómeno, pero desde una perspectiva histórica. Nos limitaremos a algunas experiencias de formación política para el caso chileno y únicamente dentro del perío- do que va desde fines del siglo XIX hasta la primera mitad del XX. Debido a que resulta muy complejo abordar el conjunto de espacios que actúan en el proceso de socialización política de los niños, nos concentraremos en aquellos que se diseñaron con el fin explícito de moldear su moral cívica. Debido a la amplitud del período escogido, la vastedad de ambientes y experiencias consideradas y la ausencia de investigaciones que nos sir- vieran de base, fue necesario cubrir muchas fuentes documentales. Aquí presentamos los resultados de nuestra aproximación, con abundancia de referencias, para que otros autores puedan proseguir la tarea. Esta investigación se realizó con el aporte inestimable de varias perso- nas e instituciones que hicieron más fácil nuestro trabajo. En primer Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950 9 lugar, contamos con la buena disposición de los entrevistados, quienes nos compartieron sus recuerdos. En la recolección de información colaboraron, en forma minuciosa, Carolina García y Claudia González, en distintos momentos. Iván Núñez y Wilfredo Valencia aportaron algunos textos de difícil acceso. Y durante dos años, logramos obtener el financiamiento necesario a través de un proyecto FONDECYT y la acogida institucional del CENDA, donde realizamos gran parte de nuestro trabajo. Desde hace varios años hemos ido avanzando en el conocimiento his- tórico de la vida de los niños, de las percepciones sociales sobre la infancia y de las políticas públicas orientados hacia ellos. Este acerca- miento simultáneo en tres planos, lo iniciamos con los niños trabaja- dores en las industrias, la minería y la venta callejera de periódicos. Entonces pudimos constatar el temprano temor que se despertó hacia los niños que no lograban ser vinculados a los mecanismos de forma- ción cívica. Así surgió el interés por reconstruir el origen y los prime- ros años de aplicación de los distintos mecanismos de educación cívi- ca de los niños, dentro y fuera de la escuela. A través de este tema específico podremos mostrar la forma en que la sociedad y el Estado comenzaron a proyectar en los niños sus propios conflictos y desafíos. El autor Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950 11 1. INTRODUCCIÓN: LOS NIÑOS Y LA FORMACIÓN POLÍTICA a infancia fue objeto de interés político en varios as- pectos, desde la segunda mitad del siglo XIX. Primero L la preocupación del Estado se concentró en la sobrevivencia física de los niños (es decir, en reducir la mortalidad). Fue el aspecto más urgente y sobre el cual se lanzaron los llamados más dramáticos, liderados por connotados médicos. En los hechos, no se avanzó más que en la aplicación de algunas medidas sanitarias que no lograron contener las amenazantes cifras hasta avanzado el siglo XX. El control de la marginalidad infantil fue un segundo campo de preocupación, y en este plano se crearon asilos, hogares, correccionales y reformatorios orientados a controlar la vagancia y la mendicidad infantil, aunque sin reducir las dimensiones del problema.