El Siglo Xx Venezolano Conversado Con Ramón J. Velásquez
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-------------- . - --- - ------ - --------- El siglo XXvenezolano conversado con RamónJ. Velásquez San Juan de Colón, estadoTáchira, 1916.Abogado, periodista, historiador. Presidente Constitucional de la República de Venezuela. Individuo de número de la Academia Nacional de la Historia. Individuo de número de la Academia Nacional de la Lengua. Su obra histórica alcanza vastas proporciones. Pero también debe mencionarse su auspicio y aliento a las investigaciones históricas en Venezuela. 335 El siglo xx venezolano conversado con Ramón J. Velásquez 336 --------� - ' ' i -ASDRúBAL BAPTISTA. Yo le escuché al presidente Velásquez -cu ya obra histórica es tan importante como su presencia en los acon tecimientos de buena parte de la centuria- hace unas semanas una ') ' tesis sobre el curso de la historia de Venezuela que tiene, en mi com 'i •• prensión, la máxima significaciónposible. Es una tesis con el en canto de servir de enorme riel para echar a andar sobre él el paso del ' tiempo, de los sucesos y de los acontecimientos. Además, tiene la vir tud de iluminar poderosamente las distintas escenas históricas que hemos vivido y que estamos viviendo, pero también incita a pensar, t " con prescindencia de que ella recoja o no la naturaleza real de los hechos. Me gustaría comenzar esta entrevista de hoy recordando la tesis del presiden te Velásquez. Decía él en esa oportunidad que estos 50 años pasados -40 para ser más precisos-, son un interregno en la vida del país, que este tiempo civil, civilista, libertario, democrático, son un paréntesis en lo que la historia de Venezuela mues tra como su trasfondo más profundo, más permanente, más llevadero, que es un modo de vida autoritario, militar, autocrático, profundamente antidemocrático, antilibertario, anticiudadano. Y con esta idea por delante son muchas las cosas que a uno se le ocurren como preguntas y como temas. Que esta sugestiva idea sirva como inicio de esta conversación para así darle la palabra a Ramón J. Velásquez. Sin embargo, antes de así hacerlo, quiero recordar la alusión que Ramón Piñango hizo, en alguna ocasión previa, a las labores del pre sidente Velásquez, y es por ello que le solicito que haga de nuevo su justo comenta rio, porque en su contenido se reflejacon enorme fuerza lo decisivo de su presencia ' histórica para la vida del país. - Ramón Piñango. Esta conversación de hoy con Ramón Velásquez no sólo debe estar centrada en torno a sus reflexionessobre la historia de Venezuela. Porque la verdad es que una persona como él obliga a ir más allá; obliga a indagar también sobre su condición de actor en nuestra historia. Su caso, y de manera excepcional, es el de un venezolano que puede mostrar una importante obra escrita de reflexión sobre el país, sobre su democracia, sobre su vida política, pero también puede mos trar ejecutorias acciones para contribuir a que aquí crezca el sentir democrático. Y más allá de un sistema político, bajo la idea de democracia me refieroa una cultu ra, a una manera de ver las cosas, a una forma de trabajar, de tomar decisiones. U s- • \" E X E Z l_� E L 1\ S I G la (J X X 337 ted ha contribuido de una manera importante, quiero decir, fundamental, a que en este país crezca la democracia y eso es un mérito excepcional. Entonces, hay como dos grandes vertientes: su reflexión y su práctica y eso es invalorable en una persona. Muy pocos venezolanos pueden presentar en su hoja de vida estas dos contribuciones al país. - Ramón J. Velásquez. Sobra decirles que agradezco profundamente esta invi tación. Yo le otorgo mucho valor, como contribución al conocimiento de la historia política, a la actividad que también he realizado al margen de las obras escritas y de mi gestión de servicio público. Se trata de mi tarea al rescatar, A mi pregunta sobre el nombre del posible ordenar y publicar tanto los archivos de los presidentes Castro y candidato a sustituir Gómez, como al empeño en rescatar y ordenar piezas fundamen en su cargo tales del pensamiento político venezolano de los siglos XIX y XX y al presidente de lograr, así mismo, traer al país los informes de diplomáticos y de la República cónsules de Inglaterra, España, Francia, Alemania, Italia y Esta me manifestaron dos Unidos que enviaron a sus respectivos países a partir de 1840 lo siguiente: "Usted"... sobre los acontecimientos venezolanos. También bajo el nombre de ''Venezuela Peregrina" me propuse rescatar las obras políticas e históricas es critas por los venezolanos en el destierro y que no tenían edición venezolana. De esa colección se publicaron siete volúmenes. Cuando en el año 1959 salí de la cárcel y fui designado secretario general de la Presidencia de la República, me encontré en el segundo sótano de la Guardia Presidencial casi 100 valijas de correo. Recuer do que el coronel Moreán Soto me dijo: "son valijas llenas de papeles, y es peligroso un incendio, porque los soldaditos, al mediodía, se acuestan sobre ellas a fumar". Y luego me entregó dos cartas de Cipriano Castro. Al verlas me di cuenta del valor que tenían todos aquellos documentos. Llamé al director del Archivo Nacional, Mario Briceño Perozo y le dije "investigue eso". La respuesta a la semana fue: "son los archivos de Cipriano Castro y de Juan Vicente Gómez". Entonces me dediqué con los expertos del Archivo Nacional a rescatar, a ordenar aquella riqueza, y así fue como se fundó el Archivo Histórico de Miraflores. A partir de 1903, después del fracaso de la Revolución Libertadora, Venezuela fue un país que se fue quedando mudo. Entre 1909 y 1913, a raíz del golpe de Esta do que Juan Vicente Gómez encabezó contra el presidente Cipriano Castro, se abrió un período de libertad, en la prensa y en el Parlamento, que concluyó en 1913, cuando Juan Vicente Gómez decidió hacerse reelegir. Desde 1913 hasta 1935, año de la muerte de Gómez, de vez en cuando ese silencio era interrumpido por las protestas solitarias de don RafaelArévalo González o del doctor Páez Pumar, o por las empresas revolucionarias de Arévalo Cedeño, Peñaloza, Urbina, Gabaldón, Ducharne, o la más grande y también fracasada intentona de Román Delgado Chalbaud. El Congreso Nacional aprobaba leyes y tratados en silencio, solamente interrumpido por los grandes discursos para celebrar el 5 de julio o el 19 de diciem bre de 1908. La prensa estaba bajo la más estricta autocensura de los editores. Las FUNDACIÓN POLAR 338 mayorías venezolanas habían entendido que para poder mantener su libertad, trabajar y vivir tranquilos era necesario callar. Sin embargo, los venezolanos estaban vivos y la prueba de su drama son estos miles de papeles de los archivos de Miraflores que cuentan la historia de todas las regiones. Consideré un deber darlos a conocer a los investigadores y al público curioso de saber su propia historia y liquidar así esa versión del pasado venezola no fabricada a base de panfletos iracundos y desmedidos elogios. Fundé entonces el Boletín del Archivo Histórico de Mira/lores y al salir de la Secretaría, en 1964, logré que se me permitiera continuar la redacción de los epígrafes y la revisión del material y hoy la colección consta de 150 volúmenes. Un instituto universitario editó los epígrafes en dos volúmenes. Alguien me criticó una vez: "¿Por qué usted no publica los archivos de Monagas, de Crespo, y solamente se dedica a los presi dentes andinos?" La razón es muy sencilla: porque en Venezuela no existen archi vos presidenciales del siglo XIX, a excepción del archivo del general Antonio Guzmán Blanco que cuida la Fundación Boulton. La verdad es que los demás pre sidentes o no guardaron sus papeles, o fueron destruidos por el saqueo el día de su caída, o los conserva la familia. El Archivo Histórico de Miraflores y el Boletín son hoy en día, centro de consultas indispensables para poder realizar el estudio del siglo XX y ya han servido como fuentes documentales para la obra de importantes historiadores venezolanos y extranjeros. En 1974 con el propósito de rescatar las informaciones de los diplomáticos y cónsules acreditados ante el gobierno de Venezuela, promoví la creación de un ins tituto que se denominó Fundación para el rescate del Acervo Documental de Vene zuela (FUNRES). Logramos rescatar los informes relativos a Venezuela escritos por los diplomáticos ingleses, alemanes, españoles, italianos, norteamericanos, mexicanos y argentinos, en su mayoría a partir de 1840. Editamos doce volúmenes que contienen la traducción y ordenamiento de esa valiosísima documentación. Desgraciadamente, la directora de la Biblioteca Nacional, de la cual dependía esa Fundación, decidió clausurarla en 1994, aprovechando el anuncio del presidente Caldera de dar por terminado el régimen de las fundaciones. Quiero recordar que además en 1960, cuando desempeñaba el cargo de secreta rio general de la Presidencia de la República, logré que me fuera aprobado el pro yecto de rescatar parte fundamental del Pensamiento político venezolano del siglo XIX y se publicaron quince volúmenes dedicados a la obra de Fermín Toro, Anto nio Leocadio Guzmán, Tomás Lander, Juan Vicente González, Felipe Larrazábal, Blas Bruzual, FranciscoAranda, Pedro José Rojas, CecilioAcosta, Vallenilla Lanz, Zumeta y Arcaya, hasta llegar a los positivistas de comienzo del siglo XX. En 1983, presenté en el Senado un proyecto que fue aprobado para iniciar las investigacio nes y editar documentos fundamentales del Pensamiento político venezolano del siglo XX. Tomamos como norma que tanto los documentos oficiales como los que respondían a la oposición de cada época tuvieran el mismo