D. Bernardino Rivadavia
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D. BERNARDINO RIVADAVIA imm b u mmm cektïkabib be s® haïaiiq© PUBLICADO BAJO LA DIRECCION DE ¿MUES LAMAS Více-Presidente de la Comisión Central del Centonarlo y Presidente de la Comisión especial, pON LA COLABORACION DE LOS SEÑORES QUE LA COMPONER pOCTORES pOR^NRlQUE (QUINTANA, poN y$.DOLFO pAMARQUE Y pON yiNJEL jL pARRANZA. —s-'7'SS~r--¿_--T BUENOS ATRES Cropreata da S» QOTW&L©*, 6at[¡© d© S.ttEpaefea (SCárner© <7 ®. 1882 INTRODUCCION La Comisión Central del Centenario de D. Bernardino Rivadavia resolvió reunir en un libro la descripción y todos los documentos de la grande festividad, de origen popular, que las Autoridades y el Pue blo hicieron suya, con virtiéndola en una verdadera y solemne apoteósis. Al distribuir sus trabajos la Comisión especial, encargada de orga nizar la compilación, se sirvió designarme para que llenase con una introducción histórica las primeras páginas del libro. La sintesis de la vida y de los títulos de D. Bernardino Rivadavia al agradecimiento, á la veneración de su país, y á la admiración de su mas remota posteridad, estaba hecha en la magnífica Oración pronunciada por el General D. Bartolomé Mitre, en presencia de la pirámide de Mayo y entre los aplausos del pueblo congregado para celebrar el primer centenario del natalicio- del mas eminente de los estadistas Argentinos. Esa Oración va á honrar las páginas de este libro. Hecha la sintesis, y hecha con competencia y con maestría, solo me cabia el análisis. En el estudio parical de los actos del grande hombre no tuve por objetivo el hombre mismo, ni la comprobación de sus títulos á la in mortalidad. Los hombres, siempre son hombres, por grandes que sean: y como hombres, accesibles al error ó á los errores de su época: sujetos á sus propias pasiones, ó influenciados ó arrastrados por las pasiones de su tiempo-: sin el poder de hacer todo el bien que conciben ó desean, y obligados á resignarse al bien posible y en la forma en que el bien es hacedero. Por eso los títulos á vivir en la memoria de las generaciones del porvenir, que es lo que constituye la inmortalidad humana, no pueden ■ aquilatarse en los detalles de la vida de un hombre. Cuando luchando consigo mismo y con los otros hombres, venciendo sus propias dificultades y las que encuentra en el camino, incurriendo hoy en error y reparándolo mañana, cosechando esperiéi.cia y poniéndola á provecho, se llega á producir alguno de aquellos actos ó á descubrir ó enseñar alguna de aquellas verdades que se incorporan benéficamente en _ 4 — la vida de un pueblo, ó de todos los pueblos, que mejoran su condi cion y aceleran su progreso, son esos actos ó esas verdades las que, por haberse incorporado á la vida de una colectividad humana, adquie ren su duración, e to es, la inmortalidad que ella puede discernir. D. Bernardino Rivadavia es un ejemplar visible de la verdad de este criterio histórico. Fundó el gobierno representativo-republicano, y ese es el gobierno del pueblo argentino: este pueblo ha hecho suyas las bases que el dió á la organización administrativa y á las instituciones de credito: difunde la educación, que él recomendó como la primera necesidad del pueblo y el primero de los deberes del Estado; cultiva las ciencias, cuyas enseñanzas él mejoró ó introdujo; y por fin, recuerda su nombre en los preciosos vellones que hoy constituyen la fuente principal de la riqueza de este país, y lo encuentra en todos los adelantos morales y materiales que realiza ó que intenta, porque todas las sendas del pro greso han sido esploradas por su acción ó' su iniciativa precursora, por que en todas ha dejado su estela luminosa. Los actos, las iniciativas, los ideales de Don Bernardino Rivadavia, que han llegado á ser, y que son, institución orgánica, creencia, doc trina, aspiración Argentina, hacen, por ese solo hecho,- la inmortalidad de su nombre. Es una de esas glorias, de las que ha dicho un historiador mo derno, « que se conservan en la memoria del pueblo sin el auxilio y « con independencia del arte histórico. » ÍI El estudio que emprendí de los actos de la vida publica del señor Rivadavia, tuvo, pues, por único objeto precisar bien los hechos, conocer las circunstancias en que se produjeron, y por un método á la vez crítico y narrativo, llegar á presentarlos de manera que resul tase, con la mayor claridad que me fuera posible, la verdad de los hechos mismos, que es el fin legítimo de estas investigaciones ; y las enseñanzas políticas, las esperiencias ó las comprobaciones científicas, que de ellos pudieran deducirse, que es en lo que consiste la utilidad de la historia. He prescindido de todas las apreciaciones que se habían hecho de los actos del señor Rivadavia, aun de las mias, que no siempre he encontrado correctas; y los he. estudiado directamente en los documen tos mas auténticos y en los testimonios contemporáneos mas autorizados, que he buscado con diligencia, aunque no con éxito completo. Respecto á los actos políticos, he llevado en cuenta que se han producido en una época de debates ardientes y de pasiones de partido, ÍTOMADO DEL NATURAL EN LONDRES EL AÑO DE 1825} — 5 — cuyos ecos, aunque ya debilitados, no se han perdido todavia en la lejanía de los tiempos; y por eso, solo me he permitido juzgar á los opositores del Señor Rivadavia por sus propios actos y por sus pro pias palabras, que he intercalado en el texto, citando las fuentes de que las tomo, aunque- estas intercalaciones frecuentes perjudiquen á la composición literaria. Los actos administrativos, me han impuesto una labor pesadisi- ma, porque no tenemos todavia ningún ensayo de historia adminis trativa. He debido recurrir á los documentos, que ni siquiera estan reuni dos y clasificados en parte alguna. Para la apreciación de aquellos actos, me ha sido indispensable estudiar sus antecedentes coloniales, la doctrina y la legislación coetá nea de otros países, y últimamente sus resultados prácticos, lo que me ha traído, en algunos, hasta nuestro tiempo. Entre los actos de concepción mas alta y de mayor trascenden cia, descuella, sobre todos, la ley agraria del Sr. Rivadavia, porque es base fundamental de una organización social, y se relaciona con uno— quizá el primero— de los problemas sociales de nuestro tiempo. Esta importancia inmensa, me ha obligado á estudiar la ley ar gentina en lo que tiene de original, á la luz de la ciencia de su épo ca y de la ciencia posterior, hasta la de estos mismos dias. Por estas circunstancias, mi trabajo ha tomado proporciones que lo han hecho inadecuado para este libro. Agrégase á la falta de espacio, la del tiempo, que se me mez quina, y que me era necesario hasta para rever y dar alguna correc ción á lo que he ido escribiendo al paso que consultaba los documen tos. Conciliando las dificultades indicadas,. le daré á este libro los ca pítulos de la parte política de mis estudios, que presentan á D. Ber- nardino Rivadavia bajo aspectos nuevos ó corrigen algunos errores muy generalizados ; reservándome hacer, por separado., una edición com pleta, para la cual revisaré, ó reharé, lo poco que hoy entrego á.la imprenta sin corrección alguna f1). IÍI El- primero de los capítulos que van en seguida trata de la aparición de D. Ber.iardino Rivadavia en la vida pública y de sus actos como hom bre de gobierno en los años 1811 y 1812. La incorporación de los Diputados de las Provincias á la Junta (1) Esta edición và à hacerse en dos volúmenes, que llevarán por titulo «D Bernardino Rivadavia y su tiempo.» — 6 - de Mayo de l 8 l o y l a separación del Dr. Moreno, quebrantó la uni dad del pensamiento y de la acción de aquel Gobierno, comprome tiendo, por una serie de desastres, los destinos de la revolución. Para salvarlos, la misma Junta, declarando su impotencia, depo sitó el Poder Ejecutivo en un triunvirato, dándole por Secretario al Sr. Rivadavia. Ocupó en ese gobierno la misma posición que el Dr. Moreno en la primera Junta: como este concentró y fortaleció la acción ejecutiva, y obtuvo de ella mayores resultados. En ese gobierno fueron reorganizados los elementos militares de la revolución, que repararon los desastres de las armas patrias y las ilustraron en el Norte y en el Oriente con las victorias de Tucuman, de Salta y del Cerrito. Se desvanecieron las complicaciones con la Cor te de Portugal, obteniendo la evacuación de la Banda Oriental por el Ejército Portugués, y dejándole á la historia de la naciente diplomacia Argentina algunas de sus mas bellas páginas ; y la reacción de los ele mentos españoles, que era uno de los mayores peligros, fue, no solo vencida y decapitada en Buenos Aires, sino estirpada para no volver á reaparecer. La guerra con España asumió su verdadero carácter de guerra de independencia. Por todos estos actos y resultados, á que está ligado su nombre y que llevan el sello de su genio y de su carácter, Rivadavia tiene derecho á ser contado entre los primeros y mas meritorios revolucio narios de Mayo. Al mismo tiempo que adquiria ese derecho, como patriota y como hombre de acción, se revelaba como organizador y como pensador pro fundo y original en las ciencias sociales. Las doctrinas difundidas por el Doctor Moreno, disolventes de la sociedad y del régimen colonial, tomaron en manos de Rivadavia formas gubernamentales. Por este medio, al paso que abolía y sustituía, oficial y directa mente, todas las bases esenciales del sistema colonial, evitaba los peli gros de las doctrinas de Rousseau, aptas para demoler y para desli gar, pero incompatibles con las condiciones prácticas de la libertad so cial, del órden y del gobierno de la sociedad.