Olías Del Rey (Toledo)
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1 2 Olías del Rey(Toledo) Juan Jesús Martín Tardío (Mayo de 1.998) 3 Otros trabajos del mismo autor: Pensamientos y Recuerdos. To. 1993. Paseos con Leire por tierras de Euskal-Herría. To. 1.994. El Teléfono en Mocejón. To. 1.995. Historias de Mocejón, La Sagra y otras curiosidades. To. 1.995. Personajes de Mocejón. To. 1.996. Los Señoríos de Mocejón(Toledo). To. 1.997. Depósito Legal: TO- 975 -1.998. 2 A José María Manzanares Martín. Oliero enamorado de su pueblo. 3 4 Indice Página nº. 1. Introducción. 7 2. Significado del Topónimo Olías. 10 3. Tiempos antiguos. 11 4. Musulmanes y Cristianos. 15 5. Siglos XII-XIII. 25 6. Siglos XIV-XV. 39 7. Edad Moderna. .46 7.1. Siglos XVI-XVII. 46 7.2. Siglo XVIII 68 7.2.1. Real Privilegio de Villazgo. 73 7.2.2. El Catastro de Ensenada. 78 7.2.3. Las relaciones del cardenal Lorenzana. 90 8. Edad Contemporánea. 99 8.1. Siglo XIX. 99 8.1.1. Desamortizaciones. 125 8.2. Siglo XX. 131 8.2.1. De la guerra a nuestros días. 163 9. La Iglesia. 212 10. Hijos y habitantes ilustres. 225 11. Demografía. 232 12. Apodos. 242 13. Árboles Genealógicos. 244 14. Conclusiones. 262 15. Bibliografía y Fuentes Documentales. 270 5 6 1. Introducción. Este trabajo sobre Olías, es el séptimo de una serie de documentos que comencé a escribir en el año 1.993 y entra dentro de un objetivo a medio plazo, en el cual tengo fijados otros diez documentos adicionales a escribir sobre variopintos y diversos temas. En los años anteriores solía dedicar mis vacaciones de verano y tiempo libre a investigar y escribir cada tema en cuestión. En Septiembre de 1.997 me prejubilé y como resultado ahora tengo más tiempo libre para dedicar a esta afición. ¿Por qué Olías precisamente?, pues la verdad es que era uno de los temas que tenía “in mente” desde el principio, por muchas razones y entre otras porque en este pueblo he pasado muchos y agradables mome ntos, de niño junto a mis padres, y después he sido un asiduo visitante de Olías ya que en él vive mi hermana Celia, que es la farmacéutica y está casada con un oliero..... donde los haya.......José María Manzanares Martín. Ya el año pasado, mi cuñado me preguntó...¿por qué no escribes algo sobre Olías, casi todos tus libros son de Mocejón?. Tampoco esto es exacto, pues en el primer libro que se titulaba Pensamientos y Recuerdos, aparecían muchas cosas sobre Olías y en los siguientes también. En el mes de Enero de 1.998, nuestro hijo Jacobo terminaba en Puerto Real(Cádiz) su carrera de Ciencias del Mar. El día antes de terminar, le concedieron una beca de investigación sobre Oceanografía en un centro que está en Fuengirola y con él me fui, a ayudarle a hacer el traslado y a pasar unos días dichosos junto a él, pues por estar siempre lejos también siempre le añoramos. Aparte de que no es porque sea nuestro hijo, pero he de señalar que es un ser extraordinario y genial, con el que da gusto charlar, dialogar y estar. A la vuelta de Fuengirola paré en Olías, vi a José María y le dije....¡Vamos a escribir la historia de tu pueblo!, ¿te parece?, y así comenzamos...... a finales del mes de Enero. Este trabajo está dedicado básicamente a José María, también por muchas razones, porque es un oliero enamorado de su pueblo y no puede vivir lejos de él, porque es mi cuñado(hermano) y como tal le quiero, porque me ha aguantado muchas veces y su casa siempre ha estado abierta para mí. Le conocí cuando yo era niño, en Toledo, en esa ciudad estudié primaria, siempre de la mano de mi hermana Celia que es cuatro años mayor que yo. Me llevaba al colegio de Las Carmelitas en la calle del Ángel(aquí empieza la judería de Toledo), después de hacer la primera comunión me cambié al colegio de los hermanos Maristas. José María es seis años mayor que yo y estudiaba en el colegio del Sádel. Ya desde entonces tenía los ojos puestos en mi hermana y yo creo que ella también en él. Era típico de aquellos años(en las ciudades de provincias), que los días de fiesta las chicas y chicos saliesen en pandillas pero por separado, paseaban, se cruzaban, se miraban, se decían alguna que otra cosa, seguían paseando y daban la vuelta para volver a cruzarse y encontrarse de nuevo. En Toledo, estos paseos, idas y vueltas, se solían hacer por la calle Ancha, Zocodover y el Miradero. José María solía ir con Lorenzo Martín y con Felix López Rico, mi hermana con sus amigas entre las cuales destacaba Mary Luz, en grado de amistad. Yo tendría entonces seis o siete años y unos y otras me trataban de utilizar para intercambiarse mensajes que yo transmitía oralmente. Cuando cumplí los once años nos marchamos a Madrid y allí seguí yendo al colegio con mi hermana Celia y luego a la Universidad Complutense. ¡Y como no!,...nos volvimos a encontrar con José María y el tema ya no acabó hasta que se hicieron novios y con el tiempo se casaron(23 de Octubre de 1.963). Vivieron tres años en Segovia y su casa siempre estuvo abierta para mí, José María no descansó hasta que le trasladaron a Toledo, estuvieron viviendo un año en Mocejón, en casa de mis padres y he de señalar que en aquel tiempo José María siempre estaba pegado a mi querido padre, lo cual le agradezco. 7 En 1.968, se cumplió la meta de su vida, vivir en Olías, en la plaza de la iglesia, echar todos los días la partida en el bar de Conejo y oler los ciruelos en flor. Fue alcalde bastantes años, elegido por el pueblo en la Democracia y no es pasión de cuñado, si digo que en mi opinión fue un gran alcalde y lo digo con el conocimiento que tengo de haber corrido mucho mundo y haber conocido muchas personas y pueblos. Después de treinta años viviendo en Olías, Celia ya es más oliera que mocejonera. Celia y yo, siempre hemos estado muy unidos y en ello también hay múltiples razones, cada vez que nacía un nuevo hermano, mi madre se tenía que dedicar a él y pasaba el tercio del cuidado del anterior a nuestra querida abuela Rosa, que vivía con nosotros. Esta entrañable abuela se había quedado paralítica al nacer su hijo Jesús y después de muchos tratamientos y años, logró manejarse moviéndose con una silla. Nos cuidó a todos y nos acompañó a Toledo y Madrid(mientras estudiábamos), nuestros padres siguieron en Mocejón, trabajando para alimentar a la familia. Por otro lado, en la relación de Celia conmigo hay otro tipo de simpatía que yo creo es inconsciente, mi hermana nació el 10 de Noviembre del año 1.936. Un mes antes mi familia fue expulsada de casa, con el objetivo de matarles de noche, en el campo. Por una serie de casualidades y gracias a Dios, aquella tragedia no llegó a ocurrir y un mes después nacía Celia, yo cuatro años más tarde. Aunque entonces no éramos conscientes de ello, es muy posible que aquella casualidad, que nos permitió nacer y conocernos en este mundo externo, nos unió aún más. Luego y como ya he expuesto anteriormente, fuimos muchos años juntos al colegio y por ser mayor que yo, le encomendaron mi custodia y cuidado y he de reconocer que me cuidó francamente bien y lo sigue haciendo.... cuando se le presenta la ocasión. Tengo que agradecer las facilidades, que en Olías me dieron para esta investigación en los Archivos del pueblo, comenzando por el alcalde Juan Trujillo, el secretario Joaquín Fernández y todo el personal que trabaja en el Ayuntamiento, que me han aguantado, dado su comprensión y amistad, allí me encontraba(todos los días que podía ir por el pueblo), con Almudena Esteban, Charo Chozas, Eva Losa, Lola Salinas, Esmeralda Flores y Álvaro García-Lillo. En el Ayuntamiento hay otro personaje muy especial, abre la puerta todos los días a las siete de la mañana y a esa apertura estaba yo atento, para ir a buscar papeles en los que estudiar. Me refiero a Pilar Lizana, que tanto me ha soportado limpiando detrás de lo mucho que mancho, con restos de papeles antiguos que se deshacen al tocarlos y sobre todo con los ceniceros que lleno, en ese absurdo vicio del fumar. Pilar es una mujer de ojos limpios y vivaces, que siempre te transmite ganas de vivir, pues ella misma irradia Vida..... limpia y sana. El párroco(Don Roberto Abeja Cortés) también me dio todo tipo de facilidades para acceder al archivo parroquial y allí trabajaba desde las 10,30 a las 14 horas, después ambos nos íbamos a tomar el aperitivo al hogar del jubilado, que está frente a la casa parroquial.......a charlar con los mayores, de lo humano y cuando venía al caso, también de lo divino. Me dejó para trabajar una sala contigua a su despacho, donde recibe en las horas indicadas a sus feligreses, la sala era cual congelador, pero yo no me enteraba demasiado de la temperatura, absorto en los papeles. Nuestro párroco no nació en Olías, nació al Sur de Méjico, en el Estado de Michoacán, en un pueblo llamado Rancho Viejo. Para entrar en el Juzgado tuve que pedir un permiso por escrito, pero en este archivo trabajé poco, en primer lugar porque sus registros no son antiguos y en segundo, porque está todo en una sola sala y cuando algún paisano o paisana se acercaba al juzgado por algún tema, por aquello de la educación y respeto a la intimidad de los demás, yo me salía al pasillo o a la calle, con lo cual y dada la afluencia de paisanos, me quedaba poco tiempo para consultar documentos.