LA NACIONALIZACIÓN BANCARIA, 25 Años Después
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LA NACIONALIZACIÓN BANCARIA, 25 años después. LA HISTORIA CONTADA POR SUS PROTAGONISTAS TOMO I Amparo Espinosa Rugarcía ñó Enrique Cárdenas Sánchez, editores Centro de Estudios Espinosa Yglesias Directorio del ceey Dra. Amparo Espinosa Rugarcía Presidente Lic. Amparo Serrano Espinosa Vicepresidente Mtro. Julio Serrano Espinosa Secretario Sr. Manuel Serrano Espinosa Tesorero Dr. Enrique Cárdenas Sánchez Director Ejecutivo Derechos Reservados © 2008 Centro de Estudios Espinosa Yglesias, a. c. Las Flores 64 A, Col. Tlacopac Álvaro Obregón, 01040 México d.f. Primera edición, 2008 ISBN: 978-968-9221-05-0 Impreso en México Fotografías de la portada del periódico El Universal. ÍNDICE PRÓLOGO Amparo Espinosa Rugarcía 7 INTRODUCCIÓN. HISTORIANDO EL PRESENTE: LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA EN MÉXICO Enrique Cárdenas Sánchez 11 LOS PRESIDENTES MIS TIEMPOS José López Portillo 61 CAMBIO DE RUMBO Miguel de la Madrid 125 LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA, 25 AÑOS DESPUÉS VARIOS ALTOS FUNCIONARIOS UNA viSIÓN SOBRE LAS CAUSAS DE LA NACIONALIZACIÓN BANCAriA Y SUS CONSECUENCIAS David Ibarra 161 TESTimONIO SOBRE LAS CONDICIONES QUE PREVALECÍAN EN MÉXICO Y QUE LLEVARON A LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA Gustavo Romero Kolbeck 181 EL prOCESO QUE LLEVÓ A LA NACIONALIZACIÓN DE LOS BANCOS José Ramón López Portillo 205 LA CriSIS DE 1982 Y LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA Jesús Silva Herzog Flores 295 RECUERDOS Y REFLEXIONES ACERCA DE LA NACIONALIZACIÓN BANCAriA Miguel Mancera Aguayo 357 ÍNDICE LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA EN MÉXICO Leopoldo Solís 381 LA BANCA NACIONALIZADA Y LA REGULACIÓN HACENDAriA Carlos Sales Gutiérrez 419 5 ENTREviSTA A FrANCISCO GiL DÍAZ CON MOTivO DEL XXV ANivERSAriO DE LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA Francisco Gil Díaz 455 JOSÉ LÓPEZ PORTILLO EXprOpiÓ LA BANCA PARA CALMAR SUS ANGUSTIAS Adrián Lajous Martínez 489 PRÓLOGO ô 7 a Fundación Espinosa Rugarcía (Fundación esru), y el LCentro de Estudios Espinosa Yglesias (ceey), organiza- ron el día 7 de septiembre del 2007, una reunión plural para conmemorar el xxv aniversario de la nacionalización de la banca privada mexicana bajo la premisa de que es posible intercambiar verdades diferentes, de manera respetuosa, en aras de un mayor bien. La Fundación esru y el ceey consideran que estamos vi- viendo en un contexto de polarización social en el que se aso- ma el fantasma del autoritarismo y que, por ello, más que una necesidad académica, es una obligación ciudadana reflexio- nar con miras al futuro sobre un acontecimiento que muchos asocian al ejercicio autoritario del poder y que es una herida social que no ha dejado de supurar. Veinticinco años después de la nacionalización de la banca privada mexicana, la población apenas la recuerda. A primera vista, parecería lo contrario: en una encuesta realizada unas semanas antes de la reunión (agosto de 2007), en la zona me- tropolitana de la ciudad de México, la mitad de la población encuestada respondió que sí cuando se le preguntó si sabía qué era la nacionalización de la banca. Sin embargo, al pre- LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA, 25 AÑOS DESPUÉS guntársele por datos concretos, se hizo evidente que no hay recordación ciudadana más allá del nombre, de un episodio que muchos consideran el parteaguas de la historia económi- ca y política del México contemporáneo. Únicamente 26 % de los hombres y mujeres que dijeron recordar la nacionalización de la banca mencionó correcta- mente al presidente José López Portillo como su autor y sólo 14 % dijo que la fecha en que se llevó a cabo, fue el 1 de sep- tiembre de 1982. Tampoco respondieron correctamente a 8 otras preguntas igualmente elementales. Sin embargo, la escasa memoria no impide que los juicios sean tajantes ni que estén polarizados: alrededor de 50 % de los encuestados que dijeron saber qué era la nacionalización de la Banca opinó, sin vacilar, que el pago que se les dio a los banqueros fue justo, como si supieran los pormenores de lo ocurrido; el otro 50 % dijo, con la misma certeza, que no lo fue. Aproximadamente 50 % afirmó que la causa de la nacio- nalización fue una medida populista que el presidente López Portillo adoptó, manipulado por sus consejeros, para ganar aceptación mientras que otro 50 % más bien se inclinó a pen- sar que la medida se tomó con el fin de mejorar la situación del país, independizarnos de la economía internacional y para que la banca fuera de todos los mexicanos. Hubo dos únicos consensos entre la población encues- tada: una abrumadora mayoría, más de 82 % opina que una iniciativa futura de expropiación bancaria debe pasar obli- gatoriamente por el Congreso antes de ser aprobada y 97 % opinó que la banca no debe estar en manos extranjeras. Poca memoria, algo de ignorancia y mucha polarización social: sin duda, una mezcla explosiva. Más allá de los escasos consensos y de las muchas polari- dades que caracterizan hoy a nuestro país haciendo peligrar PRÓLOGO su estabilidad, o tal vez precisamente por ello, la Fundación esru ha definido como una de sus prioridades el fomento del diálogo continuo y respetuoso, de alto nivel, en torno a temas que sean, o que hayan sido, particularmente polariza- dos en la vida nacional. Por eso invitamos a expositores calificados de diferentes perspectivas económicas, sociales y políticas a hablar sobre la nacionalización de la banca. No todos aceptaron y lo la- mento. Su presencia habría enriquecido nuestra reunión con sus particulares puntos de vista. Pero la mayoría aceptó. A 9 ellos les agradezco su participación en un foro plural, para hablar de un episodio complejo y pasional, que sucedió no hace demasiado tiempo. Ciertamente una tarea difícil de rea- lizar y que requiere de enjundia. La Fundación esru y el ceey, promotores de este evento, se crearon a partir de un legado de mi padre, Manuel Espi- nosa Yglesias, quien murió hace siete años. Sé que, si él vi- viera, hubiera estado en esa reunión, participando ardiente y constructivamente, como lo hizo siempre durante su vida, cuando se trataba de temas de interés nacional, aunque éstos lo hubieran afectado adversamente a él, aunque los vientos no estuvieran moviéndose a su favor, como ocurrió con la na- cionalización de la banca. En nombre de la Fundación esru y del ceey, mi recono- cimiento a los panelistas por el interés con que realizaron los trabajos que aquí se presentan, al doctor Enrique Cárdenas por el interés y cuidado con que organizó los páneles, y a Ju- lio y Manuel Serrano Espinosa por su colaboración entusias- ta en los preparativos de la reunión. Amparo Espinosa Rugarcía Presidenta Fundación esru INTroducción HISToriando el presenTE. LA NACIONALIZACIÓN de la banca en MÉXico Enrique Cárdenas Sánchez1 a nacionalización de la banca privada que ocurrió en 11 LMéxico el 1 de septiembre de 1982 constituye un verda- dero parteaguas en la historia contemporánea del país. Es un evento que acompañó el cambio radical que estaba ocurrien- do entonces en el mundo. Sin duda, México era un país dis- tinto antes de la nacionalización —en términos de sus carac- terísticas económicas y políticas— al que conocemos el día de hoy. Su transformación se aceleró precisamente a partir de ese evento. De alguna manera, en 1982 culminó un modelo de creci- miento que ya había dado de sí. Su debilidad era notoria des- de los inicios de los años sesenta, pero el Estado se rehusó entonces a aceptarlo. El modelo de economía mixta era cada vez más inoperante: existía un fuerte proteccionismo que se intensificó a partir de 1961 con la política de «mexicanización» en el sector minero que luego se propagó a otros sectores de la economía; la carga fiscal era reducida, un sistema relativa- mente regresivo resultaba insuficiente para financiar la inver- 1 Director Ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, a.c. HISTORIANDO EL PRESENTE sión pública necesaria para estimular el crecimiento; habían aumentado los oligopolios auspiciados por el Estado y las em- presas públicas en sectores estratégicos de la economía; había una necesidad creciente, desde los años sesenta, de recurrir al endeudamiento externo para complementar el ahorro interno y mantener altas tasas de crecimiento. El sector exportador era débil y altamente dependiente de unos cuantos productos.2 Todas estas debilidades macroeconómicas se ahondaron durante el régimen del presidente Luis Echeverría. Su gobier- 12 no no sólo profundizó el modelo de sustitución de importa- ciones y le dio mayor preponderancia a la participación del Estado en la economía, sino que tuvo que recurrir a la impre- sión de dinero, al sistema bancario y al endeudamiento ex- terno en una proporción mucho mayor para poder mantener una alta tasa de crecimiento económico. Evidentemente, ese camino no podía seguirse por mucho tiempo, por lo que la consecuente crisis en la balanza de pagos terminó con la de- valuación del peso en agosto de 1976, después de 22 años de haberse mantenido fija la paridad de 12.50 pesos por dólar. Aquel sexenio terminó también con un enfrentamiento entre el gobierno y el sector privado, que tuvo que recomponer el presidente José López Portillo, comenzando con el memora- ble discurso de su toma de posesión. Al poco tiempo, el ha- llazgo de grandes yacimientos de petróleo, en una época de precios al alza, le dio a México una palanca de crecimiento que no tenía desde hacía al menos dos siglos. La abundancia 2 Esta visión de los años 60 la desarrollo en otro trabajo, pero admito que no es aceptada universalmente. Ver La política económica en México, 1950- 1994 México, Fondo de Cultura Económica, 1996. ENRIQUE CÁRDENAS SÁNCHEZ de financiamiento internacional a interés muy bajo —incluso tasas negativas en términos reales— complementó las posi- bilidades de financiar una enorme inversión, lo que fue apro- vechado tanto por el gobierno como por el sector privado.