AUTORA María Jesús De Ágreda TÍTULO Mística Ciudad De Dios, Milagro De Su Omnipotencia Y Abismo De La Gracia
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AUTORA María Jesús de Ágreda TÍTULO Mística ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia. Historia divina y vida de la virgen Madre de Dios, reina y señora nuestra María santísima, restauradora de la culpa de Eva y medianera de la gracia. DATOS Madrid: Bernardo de Villa-Diego, 1670, 4 vols. BIBLIOGRÁFICOS EJEMPLAR Madrid, Biblioteca Nacional de España, 3/52739 NOTAS Los extensos paratextos de la obra, que se transcriben a continuación, incluyen dedicatoria, varias censuras y aprobaciones, licencia, tasa, aprobación, protestación, prólogo galeato y biografía e introducción de la autora. Sin duda los textos más relevantes de este conjunto paratextual son el prólogo galeato y la hagiografía, escritos por José Jiménez Samaniego, que por su extensión y contenido tienen entidad de obra independiente. El primero se desarrolla como un tratado, donde bajo una estructura argumentativa sistemática se plantea la técnica para determinar la veracidad de las visiones y así concluir que las de sor María son auténticas. La biografía ocupa más de cien páginas. El prólogo de sor mará, calificado como “introducción” se pagina, indicando así que forma parte de la obra, como si no tuviera rango de discurso paratextual. EDICIÓN Álvaro Piquero Rodríguez/Patricia García Sánchez-Migallón RESPONSABLE Nieves Baranda Leturio ISSN Y FECHA ISSN 2659-2924, enero 2019 María Jesús de Ágreda Mística ciudad de Dios… 2 [h. 1] [Portada] Mística ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia. Historia divina y vida de la virgen Madre de Dios, reina y señora nuestra María santísima, restauradora de la culpa de Eva y medianera de la gracia. Manifestada en estos últimos siglos por la misma señora a su esclava sor María de Jesús, abadesa del convento de la Inmaculada Concepción, de la villa de Ágreda, de la Provincia de Burgos, de la regular observancia de nuestro santo padre san Francisco para nueva luz del mundo, alegría de la Iglesia católica y confianza de los mortales. Primera parte. Con privilegio. En Madrid, por Bernardo de Villa-Diego. Año de MDCLXX [1670] [h. 1v] [Blanco] [Grabado que presenta en lo alto a la Virgen sobre la luna y en un jardín amurallado. Debajo san Juan escribiendo mientras mira al cielo, más abajo y a los lados Juan Escoto a la izquierda y sor María de Ágreda a la derecha] María Jesús de Ágreda Mística ciudad de Dios… 3 [h. 2r.] A la única virgen madre María santísima, singular entre todas las puras criaturas, hija del eterno padre, sin ejemplo en cuanto fue, es y será, madre del hijo natural de Dios, sin semejante en cuantas personas criadas eligió el amor divino, esposa del Espíritu Santo, sola para celebrar la comunicación más íntima de Dios a las criaturas, templo de la Santísima Trinidad. Fray Alonso Salizanes, ministro general de los menores. Hállase por vuestro singular favor, oh serenísima reina de los ángeles, la religión seráfica, si desde su principio nobilitada por ser vuestra propia casa milagroso solar de su familia, si en su progreso robusta por haberla escogido para feliz milicia de vuestro honor primero, ahora en su ancianidad enriquecida con haber vos misma depositado en ella el imponderable tesoro de la historia entera de vuestra sagrada vida, por vos dictada, por una hija suya a vuestro precepto escrita: O beata Maria quis tibi digne valeat iura gratiarum ac lauduum praeconia rependere?1 Digo con Augustino, ¿quién, señora, puede ser poderoso [h. 2v] para pagar los derechos del agradecimiento a proporción de tan inmenso beneficio? ¿Qué os ofrecerá para mostrarse agradecida la familia que solo tiene lo que recibió de vuestra mano, cuando lo que podía desempeñarla es lo mismo que indujo la obligación? Quid dignum poterit esse beneficiis eius? Decía en semejante aflicción Tobías el Menor2, enriquecido por beneficio de un ángel; y solo halló su noble corazón el desahogo de ofrecer lo mismo que había recibido, creyendo que, aunque no fuese desempeño de su deuda, sería alguna muestra de su gratitud, la mitad de cuanto recibió por mano de su celestial bienhechor rogó a su padre le consagrase humilde: Peto a te, pater mi (le dijo), ut reges eum, si forte dignabitur medietatem de omnibus, que allata sunt, sibi assumere3. La misma petición, no limitada a la mitad, que eso pudo correr con un ángel, sino extendida al todo, como pide la eminencia de la que es de todos reina, me parece llegó a mis oídos, como pronunciada por la religión de los menores, de nuevo tan gloriosamente enriquecida de su celestial bienhechora, a mí como a su padre y general prelado, para que, en algún desahogo de su afecto agradecido, en alguna señal de su reconocido ánimo, haga por todos mis hijos este ofrecimiento. Condescendiendo pues a deseos tan justos, en nombre de todos mis menores, de toda la religión seráfica, postrado a vuestras plantas, os ruego humilde, oh piadosísima madre, os dignéis de recibir en vuestro sagrado de mano nuestra el mismo tesoro con que nos enriquecisteis, las mismas riquezas que nos fiasteis, el don con que nos hicisteis felices. Esta divina historia, por tantas razones vuestra, séalo también por este título de estar a vos consagrada. 1 [Al margen:] S. August. Serm. 13 de Sanct. 2 [Al margen:] Tob. 12. v.2 3 [Al margen:] Ibid. v.4. María Jesús de Ágreda Mística ciudad de Dios… 4 [h. 3r] Bien veo que aun este pequeño desahogo no se puede desnudar del color de interesado4, pues siendo vuestras manos tornátiles y llenas de jacintos, es preciso que el poner en ellas vuestros beneficios sea medio de volverlos a recibir más colmados. Mas esta es inevitable condición de vuestra liberalidad generosa. Mar inmenso de gracias os llamó mi serafín Buenaventura5, y no porque sea condición del mar comunicar más copiosos los ríos que, habiendo nacido de él, volvieron a su seno deja de ser deuda de la naturaleza dirigir a ese piélago los mismos raudales que de él tuvieron principio. Vuelva pues, ¡oh María!, mar inexhausto de misericordias, el caudaloso río de vuestra divina historia, que por los secretos conductos de particulares revelaciones comunicasteis a la tierra, disponiendo brotase en el ameno jardín de la religión seráfica. Vuelva, digo, a vos misma por el descubierto cauce de esta dedicatoria para que otra vez de vos torne a correr en beneficio común, derramado por la redondez de la tierra en fecundidad más copiosa: Ad locum (digo con voces de Bernardo) unde exeunt revertantur flumina gratiarum ut iterum fluant. Remittetur ad suum principium caeleste profluuium, quo uberius terrae refundatur6. Y quede perpetuo este regreso para que en este círculo, sin término de ofreceros agradecidos lo mismo que nos comunicáis liberal y volvernos vos más copioso el don que recibido os ofrecimos, se eternice en vos el beneficiarnos y en nosotros el agradeceros. [h. 3v] Censura de la obra, comisión y licencia de su impresión por la religión de san Francisco. Fray Alonso Salizanes, ministro general y siervo de toda la orden de nuestro seráfico padre san Francisco, etc. Al reverendo padre fray Joseph Ximénez Samaniego, lector jubilado, ex-provincial y padre de nuestra provincia de Burgos de la regular observancia de nuestro seráfico padre san Francisco, salud y paz en nuestro señor Jesucristo. Habiendo sido nuestro seráfico padre llamado por el señor a la institución de su religión sagrada para servicio de la Santa Iglesia y utilidad espiritual de los fieles, es obligación de quien sucede a tan gran patriarca en el gobierno y prelacía general de su dilatada familia procurar por los medios convenientes que los beneficios que la divina providencia dispuso comunicar a los hijos de esa santa católica iglesia, tomando por instrumento algún sujeto de los que militan debajo del gobierno de esa religión, no se escondan en los cerrados canceles de el silencio, sino que se coloquen en el candelero de la publicidad para que iluminen a todos los que están en esta casa de Dios. En el segundo año de nuestro gobierno (no sin especial disposición divina, como nos obliga 4 [Al margen:] Cint. 5. v.14 5 [Al margen:] S. Buenav. in speculo B. Mar 5, 6 y 7. 6 [Al margen:] S. Bernard. Serm. 13 in Cant. María Jesús de Ágreda Mística ciudad de Dios… 5 a pensar lo inopinado del suceso, lo extraviado del viaje para el lugar donde se enderezaba nuestro camino, el impulso interior que tuvimos para hacerlo y el consuelo espiritual que después sentimos) nos hallamos en la villa de Ágreda a tiempo que la venerable madre sor María de Jesús, religiosa profesa del orden de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, y abadesa del Convento de Descalzas de la misma orden, sito extramuros de la dicha villa y sujeto a nuestra obediencia en nuestra provincia de Burgos, persona que por muchos años había florecido con fama grande e invariada de santidad, estaba en el aprieto de su enfermedad última. Y habiendo asistido personalmente a su cabecera hasta su dichosa muerte, que correspondió a la opinión de su vida, y celebrado los oficios funerales, procurando que de la devoción fervorosa del pueblo no se originase contravención alguna a los breves apostólicos, fuimos informados que la dicha venerable madre dejaba algunos escritos de grande edificación y doctrina a que la había obligado la obediencia de sus confesores y prelados. Recogímoslos, conforme al débito de nuestra obligación, y lo principal que entre ellos hallamos fue la historia de la vida de la Madre de Dios [h. 4r] con este título: Mística ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia. Historia divina y vida de la Virgen Madre de Dios, reina y señora nuestra María santísima, restauradora de la culpa de Eva y medianera de la gracia, manifestada en estos últimos siglos por la misma señora a su esclava sor María de Jesús, para nueva luz del mundo, alegría de la Iglesia católica y confianza de los mortales.