La urbanización de la conciencia chicana

Item Type text; Electronic Dissertation

Authors Lopez Gonzalez, Crescencio

Publisher The University of Arizona.

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LA URBANIZACIÓN DE LA CONCIENCIA CHICANA

by

Crescencio López González

______Copyright © Crescencio López González 2011

A Dissertation Submitted to the Faculty of the

DEPARTMENT OF SPANISH AND PORTUGUESE

In Partial Fulfillment of the Requirements For the Degree of

DOCTOR OF PHILOSOPHY WITH A MAJOR IN SPANISH

In the Graduate College

THE UNIVERSITY OF ARIZONA

2011

2

THE UNIVERSITY OF ARIZONA GRADUATE COLLEGE

As members of the Dissertation Committee, we certify that we have read the Dissertation prepared by Crescencio López González entitled La urbanización de la conciencia chicana and recommend that it be accepted as fulfilling the dissertation requirement for the

Degree of Doctor of Philosophy

______Date: June 20, 2011 Dr. Charles M. Tatum

______Date: June 20, 2011 Dr. Malcolm A. Compitello

______Date: June 20, 2011 Dr. Laura G. Gutiérrez

Final approval and acceptance of this dissertation is contingent upon the candidate’s submission of the final copies of the dissertation to the Graduate College.

I hereby certify that I have read this dissertation prepared under my direction and recommend that it be accepted as fulfilling the dissertation requirement.

______Date: June 20, 2011 Dissertation Director : Dr. Charles M. Tatum

______Date: June 20, 2011 Dissertation Director: Dr. Malcolm A. Compitello

3

STATEMENT BY AUTHOR

This dissertation has been submitted in partial fulfillment of requirements for an advanced degree at the University of Arizona and is deposited in the University Library to be made available to borrowers under rules of the Library.

Brief quotations from this dissertation are allowable without special permission, provided that accurate acknowledgment of source is made. Requests for permission for extended quotation from or reproduction of this manuscript in whole or in part may be granted by the copyright holder.

SIGNED: Crescencio López González

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AGRADECIMIENTOS

Principalmente agradezco al Departamento de Español y Portugués por haberme dado la oportunidad de hacer mis estudios de doctorado en esta universidad. Asimismo, agradezco al Dr. Charles Tatum y al Dr. Malcolm Compitello por todo lo que he aprendido de ellos, pero particularmente por su paciencia, experiencia y seguridad. De igual forma, doy gracias a la profesora Laura Gutiérrez porque en sus clases aprendí a apreciar el valor académico de los estudios culturales. Igualmente agradezco a todos los profesores de esta institución de quienes aprendí diferentes modos de acercarse al texto, particularmente al Dr. José Promis quien influyó a toda una generación por su particular manera de impartir cursos. A la Dra. Eliana Rivero por trasmitirnos su pasión a la poesía y al Dr. Robert Fiore por su forma de estudiar el marginado. De esta misma forma doy las gracias al defensor de ‘los de abajo’, al Dr. Lanin Gyurko, quien ha sido un pilar de conocimiento, apoyo y confianza. Estoy muy agradecido con la Dra. Sara Beaudrie por permitirme impartir cursos en el programa de Lengua Heredada y asimismo, agradezco al Dr. Eliud Chuffe por todos estos años de continuo apoyo. También, agradezco la amabilidad y confianza de la Dra. Ana Perches. Doy gracias al Dr. Harry Dennis, al Dr. Fausto Avendaño y al Dr. Cosme Zaragoza, quienes escribieron cartas de recomendación para que yo asistiera a esta institución. De igual manera, agradezco a mis profesores de la Universidad de Davis del Departamento de Español, quienes sembraron en mí la pasión por las letras como al profesor Francisco X. Alarcón, la profesora Linda Egan y la profesora Marta Altisent. A toda la comunidad de profesores que han sido parte de mi formación académica, les agradezco y les doy mil gracias por compartir conmigo su entusiasmo por la enseñanza. Agradezco la disponibilidad de las secretarias del departamento: Gracias a Olga, Isela, Mary, Mercy, y Nicole. También, quiero reconocer la amistad de todos mis amigos y amigas, pero en particular a José, Edgar, Sohyun, Olivia, Erika, Mark, Kristin, Maribel, maestro Carlos y la Dra. Bahti. Además, doy las gracias al personal del laboratorio: a Mark, Justin y la Computadora P1 de Lenguas Modernas 512.

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DEDICATORIA

Dedico este esfuerzo al pueblo de Tanganhuato, Guerrero que siempre llevaré conmigo. En particular, a las personas que a través de los años han emigrado a los

Estados Unidos y sus familiares que se han quedado atrás a esperarlos. De esta manera, le dedico este trabajo a la señora Edilia Jiménez, quien pagó al coyote y me dio alojo en su casa, al igual que Luis Pérez y la familia Pinedo.

Quiero dedicar este trabajo a mis padres, Ascensión López Hernández y Juana

González Pérez, quienes me enseñaron desde muy pequeño la disciplina del trabajo. En particular para mi madre, quien me enseñó a caminar por las calles de Tanganhuato. Para mis hermanos y hermanas que, al igual que yo, soñaron con tener una carrera: a Edith,

Estela, Cruz, Olga, Noemí, Martín y Celia. En particular, a mi hermano Cruz quien ha sido un pilar económico para mis estudios.

Ofrezco este regalo de sacrificio a mi querida esposa, Christina Ledesma, quien ha sacrificado su carrera para que podamos tener una familia. También, quiero dedicarle este trabajo a su familia, especialmente a Yolanda y Brian Miller, a Samuel Ledesma y a mi suegra, Rebeca Ledesma.

Celebro este trabajo de amor con mi tercia de reinas, mis tres hijas: Natalia,

Daniella y Julianna, a quienes prometo y debo un amor incondicional.

6

ÍNDICE

RESUMEN (ABSTRACT)………………………………………………………..………8

CAPÍTULO I: LA EXPERIENCIA DE LA COMUNIDAD CHICANA EN EL

SUDOESTE DE LOS ESTADOS UNIDOS…………………………………………….10

1.1 Introducción…………………………….……………….………………………….10

1.2 La conceptualización del espacio urbano en el área de Los Ángeles, ...... 15

1.3 Michel de Certeau y las prácticas cotidianas……………………………………….31

1.4 Henri Lefebvre y la producción del espacio………………………………..………33

1.5 David Harvey y la urbanización de la conciencia……………………………..……35

1.6 Metodología y esquema de los capítulos………………………………..………….39

CAPÍTULO II: ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN: ANÁLISIS DEL TEXTO,

THEIR DOGS CAME WITH THEM DE ELENA MARÍA VIRAMONTES……………43

2.1 Intersecciones y perspectivas en el tejido cultural y humano de la comunidad….…49

2.2 La familia urbana……………………………………...……………………..……..51

2.3 El individualismo…………………………………………………………...………56

2.4 El Estado y el control del espacio urbano…………………………………..………63

2.5 Clase social y diferenciación residencial……………………………………...……68

2.6 El tejido de la comunidad urbana……………………………………………...……71

CAPITULO III: LA URBANIZACIÓN DE LA CONCIENCIA: ANÁLISIS DEL

TEXTO, ALWAYS RUNNING, LA VIDA LOCA: GANG DAYS IN L.A. DE LUIS J.

RODRÍGUEZ………………………………..…………………………………………..74

3.1 Individualismo…………………………………………...…………………………81 7

3.2 Las clases sociales………………………………………………………………..…88

3.3 La comunidad……………………………………………………………………….92

3.4 La familia urbana……………………..…………………………………………….99

3.5 El Estado……………………………….………………………………………….103

CAPÍTULO IV: LA ARQUITECTURA DEL IMAGINARIO URBANO: ANÁLISIS

DEL TEXTO, CARAS VIEJAS Y VINO NUEVO DE ALEJANDRO MORALES…….107

4.1 La desintegración del núcleo familiar…………………………………….……….115

4.2 El destino inevitable del individuo urbano………………………………….…….121

4.3 La ideología represiva de los aparatos del Estado……………………………..….125

4.4 El mapa cartográfico de la comunidad del barrio………………………..………..128

4.5 La internalización del espacio y clase social……………………….……………..131

CAPÍTULO V: LA URBANIZACIÓN DE LA VIOLENCIA: ANALISIS DEL TEXTO,

LOCAS DE YXTA MAYA MURRAY……………………………………...…………134

5.1 Contexto social en Echo Park………………………………………...……………137

5.2 La mujer pandillera en el contexto social………………………………………….141

5.3 Las realidades urbanas de las familias de Cecilia Silva y Lucía….………………..144

5.4 El individualismo urbano y los procesos alternativos……………………………..155

5.5 La presencia y ausencia del Estado en Echo Park…………………………………162

5.6 Subclase social o animales urbanos en Echo Park…………………………………165

5.7 La comunidad y el exceso laboral…………………….………………..…………..169

CONCLUSIONES: LA INTERNALIZACIÓN DE LA MARGINALIDAD……....….173

BILIOGRAFÍA…………………………………………………………………………186 8

RESUMEN (ABSTRACT) This dissertation examines the works of four Chicana/o writers who write about

Los Angeles, California urban spaces, and how the literary protagonist experiences the

material realities of everyday life. The objective of this dissertation is to look at the

mechanisms used by the narrator and the meaning they transmit through the description

of urban space. David Harvey’s theory on the Urbanization of Consciousness is used to

analyze the spatial transformation taking place in Los Angeles from the 1960’s to the

1980’s. Moreover, I utilize Michael de Certeau’s explanations of how the practices of

everyday life influence the author’s cartographic imaginary. These practices are

manifested in the narrator’s description of the physical and social space and they convey

an ideological message that points to the process of urbanization of consciousness in a

capitalist society. Additionally, it draws together the work of important theorists such as

Henri Lefebvre, Rodolfo Acuña, Mario Barrera, and James Diego Vigil.

Chapter one introduces the theoretical framework that is used throughout this

study. It establishes a definition of the urbanization of consciousness and how the main

characters' interact with money, family, community, class, and the State. Chapter two explains how the rapid urban development in East Los Angeles during the 1960’s shaped the characters’ upbringings in the novel Their Dogs Came With Them (2007) by Helena

María Viramontes. Chapter three analyzes how urban space molds the consciousness of

the individual in Always Running, La Vida Loca: Gang Days in L.A. (1993) by Luis J.

Rodríguez. Chapter four examines the architectural imagination in the novel of

Alejandro Morales' Caras viejas y vino nuevo (1975). Chapter five studies the 9 urbanization of gang violence among Chicana/o youth in the work of Yxta Maya Murray,

Locas (1997). My investigation leads me to conclude that the Chicana/o community became urbanized when its members began to mirror its fragmented environment and when they began to see themselves as wage workers.

10

CAPÍTULO I: LA EXPERIENCIA DE LA COMUNIDAD CHICANA EN EL

SUDOESTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

1.1 Introducción

La experiencia de la comunidad chicana 1 en los barrios de las ciudades estadounidenses ha sido un marcador pronunciado en el arte chicano como la literatura, el cine, el teatro, la música, los murales, entre otros. No es una coincidencia que este espacio sea el principal objeto de estudio para investigadores académicos que están interesados en conocer las circunstancias socio-económicas y políticas de sus habitantes.

La comunidad chicana, históricamente, pasó a ser una minoría étnica en 1848 con el

Tratado de Guadalupe Hidalgo; en el tratado, México cedía más de la mitad de su territorio que incluía los estados de California, Nevada, Texas, Arizona, Utah, Wyoming,

Colorado y Nuevo México. A las personas que vivían en las zonas de transmisión tuvieron hasta un año para abandonar este espacio, no obstante, aquellas familias que decidieron quedarse, el artículo VIII del tratado les amparaba sus propiedades vigentes y consecuentemente su ciudadanía. Estos derechos gradualmente los fueron perdiendo debido a procesos legales que cuestionaban sus derechos de tenencia de tierras. Según el historiador Richard Griswold del Castillo2, estas familias progresivamente pasaron a ser ciudadanos de segunda categoría al formar parte de la estructura social anglosajona. En

1 Comunidad chicana es formada por aquellas personas que se autodenominaron chicanas/os durante la década de los años sesenta con el propósito de ideológicamente solidarizarse con todo norteamericano de descendencia mexicana. Aquí seguimos la definición que utiliza Tito Villanueva en la introducción al texto, Chicanos: antología histórica y literaria (1994). 2 En el texto, La Familia: Chicano Families in the Urban Southwest, 1848 to the Present (1984), Richard Griswold del Castillo investiga cómo fueron colonizadas y afectadas por la industrialización y urbanización las familias de herencia mexicana. El estudio se enfoca en 4 centros urbanos; San Antonio, Santa Fe, Tucsón y Los Ángeles. 11

cada uno de los centros urbanos del suroeste de los Estados Unidos, los nuevos

mexicoamericanos3 se enfrentaron a nuevas realidades políticas, sociales y económicas.

El proceso de re-estructuración social fue dinámico y diferente para cada uno de estos

espacios urbanos de acuerdo con las aserciones hechas por el sociólogo Albert Camarillo

en su texto, Chicanos in a Changing Society (1979). Camarillo documenta cómo los

mexicoamericanos llegaron a ser trabajadores subordinados laborales del sistema

capitalista de los Estados Unidos.

Otros estudios como el de Rodolfo Acuña, Occupied America: A History of

Chicanos (1972) y el de Mario Barrera, Race and Class in the Southwest: A Theory of

Racial Inequality (1979), han investigado y argumentado cómo la comunidad chicana fue

integrada y subordinada a un sistema laboral colonial. Mientras que Acuña documenta

cómo la cultura dominante anglosajona ha distorsionado la experiencia de resistencia del

chicano, Barrera formula su teoría de la desigualdad racial 4 , proponiendo que los chicanos han sido “incorporated into the ’ political economy as subordinate ascriptive class segments, and that they have historically been found occupying such a structural position at all class levels” (212). Ambos, Acuña y Barrera proponen que los auto-determinados chicanos han sido explotados y oprimidos por los anglosajones desde que las tierras del Suroeste fueron anexadas, específicamente establecen que

3 Utilizamos la palabra mexicoamericano para distinguir de la palabra chicana/o que para nosotros significa autodeterminación cultural. Asimismo, creemos que en los vecindarios coexisten ambos grupos debido a la continua llegada de inmigrantes y por consiguiente, fluctuaremos entre ambas palabras para referirnos a esta comunidad. 4 En el capítulo 6, “The Role of the State”, Barrera explica cómo el estado perpetúa la subordinación de la comunidad chicana y en el capítulo 7, “A Theory of Racial Inequality”, propone la teoría de la desigualdad racial basada en el modelo de la colonia interna y argumentos marxistas. 12

presentemente los chicanos continúan siendo una colonia interna de los Estados Unidos.

Para Acuña y Barrera es importante que se investigue esta posición subyugada para que

la comunidad chicana pueda auto-afirmarse y de esta manera, poder crecer y empoderarse

dentro de los Estados Unidos.

Un estudio inicial que emplea el concepto del colonialismo interno en la literatura

es, El colonialismo interno en la narrativa chicana (1994) de Jesús Hernández-Gutiérrez,

basado en las aportaciones teóricas de Tomás Almaguer y Mario Barrera. Según

Hernández-Gutiérrez, el propósito de estos escritores5 era autodefinirse ideológicamente,

concientizar históricamente a la sociedad y exponer las conjeturas racistas de los

anglosajones. En su análisis del espacio novelesco, expone cómo el barrio es parte de

una comunidad segregada y por consiguiente de una colonia interna. Hernández-

Gutiérrez explica que el narrador chicano de los años setenta “rememora la conquista del

sudoeste y está consciente de su posición subordinada en la estructura de clases” (6).

Además, declara que los narradores chicanos de los años setenta narran para las personas

de su comunidad y para sí mismos con el propósito de establecer y reformular su propia

identidad desde una posición interna. Hernández-Gutiérrez concluye que efectivamente

las obras muestran un narrador urbano que refleja en su narrativa la condición de un

sujeto subordinado.

Otro académico que analiza la producción creativa de la comunidad chicana en el

área de Los Ángeles, durante y después de la década de los sesenta, es Raúl Homero Villa

5 Las obras que analiza son: Pocho (1959) de José Antonio Villareal; The Plum Plum Pickers (1969) de Raymond Barrio; Y no se lo trago la tierra (1971) de Tomás Rivera; Peregrinos de Aztlán (1974) de Miguel Méndez; Memories of the Alhambra (1977) de Nash Candelaria. 13 en su texto, Barrio Logos: Space and Place in Urban Chicano Literature and Culture

(2000). Villa argumenta que los mexicanoamericanos, desde 1848 hasta el presente, han conscientemente e inconscientemente resistido la asimilación cultural y han creado mecanismos culturales para mantener una identidad dentro de la constante regularización y urbanización del espacio (5). Para Villa, la continuidad de las prácticas culturales y sociales de los habitantes del barrio “reveal multiple possibilities for re-creating and re- imagining dominant urban space as community-enabling place” (6). La tesis principal del texto está basada en el argumento que Ramón Saldívar propone en su ensayo, “La dialéctica de la diferencia”, en el cual explica que los barrios deben de interpretarse como espacios de ‘literal diferencia’ y las producciones artísticas que surgen y se producen en el barrio deben considerarse revelaciones discursivas de una comunidad (16).

Las investigaciones hechas por académicos hasta el presente han reiterativamente señalado que la reproducción y representación de las realidades habituales del artista chicano son inherentemente una consecuencia de haber vivido y continuar viviendo una realidad marginada. Además, las semejanzas de experiencias comunes no son una supuesta coincidencia, sino una creación discursiva que denota una ideología de resistencia cultural, económica y social. Es decir, la marginalización de los barrios y por ende, la marginalización de sus habitantes, son el resultado de los procesos económicos del capitalismo urbano como el descrito por David Harvey en sus estudios sobre la experiencia urbana. El propósito del presente estudio académico es investigar cómo en la narrativa los personajes urbanos experimentan las realidades materiales de todos los días, durante y después de los años sesenta en el área de Los Ángeles, California. Utilizando 14 las teorías del pensador británico David Harvey, sobre la urbanización de la conciencia, creemos que se pueden analizar las descripciones del narrador y las acciones de los/as protagonistas para comprender la función dialéctica del espacio y el proceso de urbanización de la conciencia.

Antes de proceder y explicar el marco teórico que se utilizará para estudiar cómo la literatura, el espacio y el individuo se complementan para enunciar una conciencia urbanizada, es imprescindible mencionar la producción teórica de los estudios urbanos sobre la ciudad de Los Ángeles, California. Los académicos de las universidades locales, desde los años ochenta, han venido proponiendo un discurso ideológico diferente al que propone David Harvey, por consiguiente, se mencionarán sus contribuciones académicas porque consideramos que complementan la presente investigación. Si bien es cierto que muchos críticos académicos en los Estados Unidos han sido influenciados por las aportaciones teóricas de Henri Lefebvre, cada uno de ellos ha evolucionado diferentemente. Por ejemplo, mientras que David Harvey ha desarrollado y mantenido una posición ideológica basada en la lucha de clases sociales, algunos teóricos del área de

Los Ángeles han decidido alejarse de esta posición marxista. No obstante, recientemente otros académicos como David R. Díaz, Víctor M. Valle y Rodolfo D. Torres proponen que se debería incluir el concepto de lucha de clases sociales como se argumentará esta polémica en los subsiguientes párrafos.

15

1.2 La conceptualización del espacio urbano en el área de Los Ángeles, California.

A principios de la década de los ochenta, los académicos en las universidades del

área de Los Ángeles comenzaron a interesarse y a escribir sobre los procesos urbanos locales. Previo a esta década, los estudios urbanos habían sido dominados por los conceptos de los académicos modernistas de la Escuela de Chicago, los cuales estudiaban a la ciudad como un espacio centralizado. Frente a los cambios socio-económicos, estructurales y espaciales que estaban produciéndose en el área de Los Ángeles, algunos investigadores optaron por buscar nuevos modelos teóricos que explicaran estos procesos urbanos. Dos colaboradores interesados en desarrollar nuevas teorías sobre los procesos urbanos en conexión con los distintos modos de producción del sistema capitalista fueron

Michael Dear y Allen J. Scott en su texto, Urbanization and Urban Planning in

Capitalist Society (1981). El propósito central del libro era incluir diferentes artículos con diferentes puntos de vista, los cuales estaban organizados bajo temas centrales para poder generar “nuevas teorías urbanas” desde una perspectiva multidisciplinaria.

El texto también tenía el propósito de mostrar cómo los procesos de urbanización y planeamiento estaban inscritos y deducidos de la formación social del capitalismo: “the processes of urbanization and planning are embedded in and derived out the overarching capitalist social formation” (xiv). Tomando en cuenta que la vida urbana es inherentemente complicada, Dear and Scott estaban interesados en comprender cómo la estructura y organización del espacio eran producciones particulares del sector privado y de las compañías privadas. Con ello querían averiguar sobre la intervención del Estado en los procesos urbanos de la ciudad (3). Uno de los críticos que colabora con este nuevo 16

proyecto es David Harvey con su artículo, “The urban process under capitalism: a

framework for analysis” en el cual trata los temas de “acumulation and class struggle”

dentro del proceso urbano capitalista (91). La colección interdisciplinaria de estos

ensayos genera un discurso polifónico de argumentos que sirven para promover un

diálogo multifacético sobre los nuevos procesos urbanos.

Cuatro años después de la publicación de esta colección de ensayos, el sociólogo

de la Universidad de California de Riverside, Mark Gottdiener publica su texto, The

Social Production of Urban Space (1985). Influenciado primordialmente por las aportaciones de Henri Lefebvre y su obra The Production of Space (1974), Gottdiener intenta distinguirse de las propuestas teóricas de la obra de Manuel Castells, La Question

Urbaine (1972) y de la obra de David Harvey, Social Justice and the City (1973). En el

prólogo a la segunda edición de este texto, Gottdiener explica que su búsqueda por un

nuevo modelo teórico tomó lugar durante los años setenta mientras cursaba sus estudios

graduados. Sus nuevos conceptos no se concretaron hasta que consiguió la financiación

adecuada y le pudo dedicar el tiempo y el esfuerzo necesario a este proyecto. El plan de

Gottdiener era presentar, evaluar y comparar los distintos modelos de desarrollo urbano

que toman lugar en distintas ciudades de los Estados Unidos como Levittown, New

Jersey, Cedar-Riverside, Minneapolis y regiones urbanas al sur y norte de la ciudad de

Los Ángeles, California.

Partiendo del análisis y comparación de estos espacios urbanos, Gottdiener se

propone avanzar un nuevo modelo teórico que explicara los recientes cambios urbanos. 17

En este sentido, Gottdiener llega a la conclusión que es necesario completamente re- emplazar el presente paradigma de los estudios urbanos: “it is necessary to completely replace the existing mainstream paradigm of urban science” (8). De ahí que el propósito principal de Gottdiener era desarrollar un marco teórico proveniente del marxismo, el cual lo denomina “the production of space perspective” (8). No obstante, manifiesta que el capitalismo y la tecnología no eran los principales agentes que producían cambios en la estructura social del espacio, sino algo diferente que el nombra “the new form of metropolitan polynucleation”. Un concepto basado en una multiplicidad de fenómenos de restructuración espacial y social que convergen en un mismo espacio. En la conclusión del texto, Gottdiener presenta diversas aserciones como resultado de un proyecto amplio, general y visionario. En todo caso, creemos que su trabajo es germinal en el entendimiento de la descentralización y reestructuración urbana del área de Los

Ángeles.

En consonancia con las aserciones de Mark Gottdiener, Edward W. Soja publica su primer texto, Postmodern Geographies: The Reassertion of Space in Critical Social

Theory (1989), con el mismo propósito de evolucionar hacia un nuevo esquema analítico que explicara las circunstancias urbanas del área de Los Ángeles de los años ochenta.

Dicho proyecto consiste de una colección ecléctica de nueve ensayos, en los cuales entreteje prominentes conceptos de críticos europeos 6 sobre la producción social del espacio; la geografía, la historia, la urbanización y el capitalismo. En cada uno de los

6 Algunos de los críticos europeos son Henri Lefebvre, Manuel Castells, Michel Foucault, Antonio Gramsci, John Berger y Ernest Mandel. 18

ensayos, el tema central que se desarrolla es la reafirmación de la perspectiva crítica del

espacio en el análisis teórico contemporáneo: “Each essay in this volume is a different

evocation of the same central theme: the reassertion of a critical spatial perspective in

contemporary social theory and analysis” (1). Según Soja, el ensayo más significativo de

esta colección es el último, “Taking Los Ángeles Apart: Towards a Postmodern

Geography”, porque en dicho ensayo explica cómo se “integrates and desintegrates… a decidedly postmodern lanscapes” (2). La conceptualización del espacio de Los Ángeles es inspirada en el cuento de Jorge Luis Borges, “El aleph”; en este sentido, la ciudad de

Los Ángeles es cristalizada como “the only place on earth where all places are, a limitless space of simultaneity and paradox, imposible to describe in less than extraordinary language” (2). De esta forma, para Soja, Los Ángeles es el centro del universo, imposible de encapsular en palabras, indeterminado, fragmentado, irracional, incompleto e indescifrable, entre otros. A partir de estas características Soja postula que la ciudad de

Los Ángeles es, posiblemente, imposible de comprender (248).

Lo que tienen en común Dear, Scott, Gottdiener y Soja durante la década de los ochenta es la necesidad de buscar un nuevo paradigma que difiriera del presentado por la escuela de Chicago. Además, es importante subrayar que sus formaciones teóricas estaban relacionadas a las teorías contemporáneas de Europa, particularmente a aquellas desarrolladas por Henri Lefebvre. Frente al desarrollo urbano que estaba extendiéndose en el área de Los Ángeles y con la actitud de desarrollar un nuevo marco teórico, la década de los noventa auguraba un futuro prolífico para los estudios urbanos. Por consiguiente, en la década de los noventa se publicaron nuevos textos como el de Mike 19

Davis, City of Quartz: Excavating the Future in Los Ángeles (1990), que explicaba crudamente las contradicciones del capitalismo urbano.

Algunos de los argumentos principales del texto eran cuestionar el derecho a la ciudad, presentar la segregación del espacio y re-evaluar el materialismo histórico geográfico de la ciudad. De hecho, la metáfora para describir la imagen mediatizada de

Los Ángeles es, según el título del texto, un conjunto de cuarzos que podrían representar una imagen transparente y glaseada de la realidad urbana de la ciudad. En las propias palabras de Mike Davis, “Los Angeles… has come to play the double role of utopia and dystopia for advanced capitalism” y consecuentemente “symbolized both heaven and hell”

(18). Esta visión contradictoria de Los Ángeles es manifestada en el capítulo cuatro,

“Fortress L.A.”, en donde Davis explica que sus observaciones sobre el espacio están fundamentadas en la existencia de la lucha de clases sociales: “The observations that follow take as their thesis the existence of this class war (sometimes a continuation of the race war of the 1960’s) at the level of the built environment” (228). Para Davis, la ciudad había sido construida con sistemas sofisticados de seguridad, con una arquitectura fortificada a propósito para prohibir el acceso a las personas de bajos recursos económicos, con cámaras panópticas para observar al consumidor y con un departamento de policía que funcionaba para controlar la ciudad, manteniendo a los grupos étnicos en sus respectivas comunidades mientras que la clase acomodada gozaba de la movilidad espacial. Este discurso sobre las circunstancias contradictorias de la ciudad de Los

Ángeles se completará con la publicación de los textos Ecology of Fear: Los Ángeles and 20 the Imagination of Disaster (1998) y Magical Urbanism: Latinos Reinvent the US City

(2000).

Los subsiguientes textos de Davis no tendría el mismo impacto que City of Quartz tuvo, debido a que, durante la década de los noventa, otros textos con diferentes puntos de vista fueron publicados que avanzaron la crítica sobre el espacio. Por ejemplo, el neoyorquino David Rieff publicó Los Ángeles: Capital of the Third World (1991), en el cual describe a la ciudad desde la perspectiva de un foráneo. Rieff proviene de la ciudad de Nueva York e inicialmente utiliza a esta ciudad como un referente espacial para comparar y criticar a la ciudad de Los Ángeles. Sus observaciones, en primera persona, no tienen las descripciones puntualizadas que hace Mike Davis, no obstante, poco a poco descubre que hay “dos ciudades”; la ciudad que habita la gente acomodada y la ciudad habitada y vivida por los grupos étnicos. En el capítulo “Alien Nation”, el autor describe la vida segregada que se vive en los barrios como vecindades extranjeras que pertenecen al “new Third World melting pot that L.A. had become” (124). Dicho de otro modo, la ciudad de Los Ángeles estaba rodeada de espacios segregados de donde provenían los trabajadores laborales que sostenían a la ciudad y a la sociedad. Además, estos lugares brindaban residencia a los nuevos inmigrantes que provenían de Latinoamérica. Desde el punto de vista de Rieff, la realidad urbana que vivían los ‘otros angelinos’ era una realidad similar a la vivida en un país tercermundista.

Frente a las observaciones radicales que hacen los críticos anteriores, la posición teórica que adopta Celeste Olalquiaga, en su texto Megalopolis: Contemporary Cultural 21

Sensibilities (1992), es posmodernista, destacando una postura de descentralización y

fragmentación que desafían los valores centrales del capitalismo. Olalquiaga admite que

el posmodernismo es “profanely ambivalent and ambiguous, rejoicing in consumption

and celebrating obsessions, ignoring consistency and avoiding stability, favoring illusions

and pleasure” (xi). Se explica que el propósito del texto es comprender cómo la

glorificación del consumo produce experiencias contradictorias, enfocándose en la desaparición de las fronteras, en la desaparición del referente, en las simulaciones y en las percepciones de la realidad (xviii-xix). Para Olalquiaga, el propósito de la modernización era crear un nuevo mundo, pero estas creencias las considera agotadas y lo que queda es simplemente un mecanismo formal: “Modernization strove to create a better world, but belief in a better world is now exhausted, and only its formal mechanisms remain” (xx).

El discurso analítico del contenido está fundamentado en las propuestas teóricas de los europeos Jean-François Lyotard y Jean Baudrillard. No es una coincidencia que en los capítulos del texto se analicen principalmente las diferentes producciones mediáticas de la cultura popular que según la autora están reproduciéndose infinitamente (93).

Las observaciones de Celeste Olalquiaga abandonan por completo el marco teórico marxista tradicional para abrir paso a una discusión heterogénea del ser humano y su relación con la ciudad. En el epílogo del texto, Olalquiaga enuncia que los cuerpos

“are becoming like cities…” y por consiguiente, “Like the vanishing city, the body remains as the only concrete proof of existence. Yet, scattered and fragmented under the weight of technology, body and city can’t be recovered by means other than those that displace them: they must be recorded or registered anew” (93). La interpretación del 22 cuerpo y la ciudad como un simulacro o como referentes vacíos sirven para desestabilizar y cuestionar los valores económicos del capitalismo. Además, el discurso nihilista del texto desestima los intereses de clase social y consecuentemente, termina con las esperanzas del individuo de poder mediar y negociar la información mediática recibida7.

En el artículo de María Herrera-Sobek, “Geography of Despair: The Mean Streets of L.A. of Luis Rodríguez’s Always Running”, se ponen en práctica los conceptos posmodernistas de Celeste Olalquiaga. En este ensayo, Herrera-Sobek postula que la violencia está interconectada con el capitalismo urbano y sus habitantes. Esta aserción de cómo la ciudad está conectada al individuo y su subjetividad queda explicada en la siguiente cita:

The savaged, scarred urban landscape is connected psychologically and

physically to the violence inflicted on the body by self and others. This

violence in turn produces a fragmentation of and alienation of subjectivity

(Olalquiaga, 1992: xvii). Loss of a nurturing geographic space can be said

to lead to the loss of a sense of self. A loss of sense of self leads to

violence since the subject in attempting to reconstitute itself may find pain

as the only affirmation of being alive. On the other hand, when one feels a

complete loss of self and no hope of reconstituting that self the only

alternative is death; death through suicide or through actions that invite

others to execute the deed for you. (57)

7 Léase la posición teórica de Michael de Certeau, The practice of Everyday Life (1984), en donde argumenta cómo el lector/consumidor/espectador tiene la capacidad de mediar la información recibida. También léase las aportaciones de Jesús Martín Barbero, De los medios a las mediaciones (1987), en donde argumenta cómo el consumidor se apropia del contenido de los medios de comunicación. 23

Para Olalquiaga y consecuentemente para Herrera-Sobek, la autodestrucción del

individuo es una consecuencia del proceso capitalista de las grandes ciudades.

Ahora bien, la posición teórica presentada por Olalquiaga concuerda, inicialmente, con la presentada por Marco Cenzatti, Los Angeles and the L.A. School: Postmodernism and Urban Studies (1993), en donde señala cómo algunos investigadores locales

(Michael Dear, Allen Scott, Edward Soja, Mike Davis, Susan Christopherson y otros) habían venido proponiendo un esquema teórico diferente del propuesto por La Escuela de

Chicago. Cenzatti argumenta que La Escuela de Chicago venía estudiando a la ciudad

“as both point of departure and arrival” y sus investigaciones “created the foundations for an autonomous discipline (urban sociology) whose only goal and horizon was to analyze and understand the city as an autonomous organism” (6). Según Cenzatti, esta posición filosófica difiere de la presentada por La Escuela de Los Ángeles, la cual se enfoca en el concepto múltiple de restructuración en varios niveles; sociales, económicos, industriales, etc. Consecuentemente, la ciudad de Los Ángeles emerge como modelo policéntrico de estudio: “based on the center’s loss of hierarchical importance in relation to the growth of

“edge cities” (10). Marco Cenzatti explica del siguiente modo los orígenes de esta nueva escuela:

If we were to name a birth place for these ideas, we should talk perhaps of

a French School, given the influence that such theoreticians as Foucault,

Baudrillard, and Derrida have had on theoretical restructuring and Aglietta,

Boyer, Lipietz etc. have had on industrial restructuring. 24

The definition of the Los Angeles School therefore cannot be

exclusively based on either the empirical object of its studies or on the

development of an ‘original’ theoretical framework. Rather, the School’s

strength lies in its location at the intersection between theoretical and

empirical specificity. On the one hand, its strong theoretical orientation

prevents interpretations of Los Angeles based simply on the empirical

observation of one urban region, which would unproblematically accept

Los Angeles as a universal template for a new urban form replacing the

old (or, alternatively, which would portray Los Angeles as a marginal or

exceptional case). (7)

Sin duda alguna, proponer el surgimiento colectivo de una nueva escuela, implicaba defender esta nueva posición paradigmática en el ámbito académico. Consecuentemente, a mediados de la década de los noventa se publicaron una serie de artículos y textos de estudios urbanos defendiendo esta posición. Entre los principales proponentes y defensores de esta nueva escuela se encuentran Michael Dear, Allen J. Scott, Mike Davis,

Edward Soja y Michael Storper.

Michael Dear, por ejemplo, se ha mantenido constante desde la publicación de

Urbanization and Urban Planning in Capitalist Society (1981) en buscar un esquema paradigmático que describiera la realidad y desarrollo multicultural de la ciudad de Los

Ángeles. No es una coincidencia que surja como uno de los máximos defensores de la existencia de La Escuela de Estudios Urbanos de Los Ángeles y por ende, toda su obra 25 académica la ha dedicado a desarrollar dicho discurso. En los ensayos “Postmodernism and Planning” y “The Postmodern Challenge: Reconstructing Human Geography” publicados en 1986 y 1988 respectivamente, se perciben ya los conceptos del espacio posmoderno que más tarde forjará en los textos Rethinking Los Ángeles (1996), Urban

Latino Cultures: La Vida Latina en L.A. (1999), The Postmodern Urban Condition

(2000), From Chicago to L.A. (2002) y Postborder City: Cultural Spaces of Bajalta

California (2003). El objetivo principal del desarrollo de su trabajo académico ha sido proponer y concretar las coordenadas teóricas de La Escuela de Los Ángeles. Dear lo explica del siguiente modo en el prefacio al texto From Chicago to L.A.:

The present volume is the final part of a trilogy (all published by Sage)

that has attempted to shift the axis in urban thought away from the

Chicago School and toward an L.A. School. The first in this series,

Rethinking Los Angeles (1996), defined many of the changing conditions

that created the imperative for an L.A. School. The second volume, Urban

Latino Cultures: La Vida Latina en L.A. (1999), focused on the rising

Latino majority as the principal demographic and cultural dynamic in the

new city. This third volume, From Chicago to L.A., critically examines

some of the major precepts of the L.A. School. All three volumes could

usefully be read alongside my monograph The Postmodern Urban

Condition, which provides a more personal interpretation of current urban

tendencies in . (vii-viii) 26

Algunos de los puntos claves que Michael Dear defiende han sido publicados y

resumidos en el artículo “The Los Ángeles School of Urbanism: An Intelectual History”

(2003), en donde explica cómo se desarrolló el movimiento intelectual de La Escuela de

Los Ángeles, las críticas académicas que ha recibido, las obras académicas

fundamentales que forjaron este proyecto, cómo sus integrantes han contribuido a este

proyecto y cómo dista de La Escuela de Chicago. Los puntos de diferencia son los

siguientes:

• Traditional concepts of urban form imagine the city organized around a

central core; in a revised theory, the urban peripheries are organizing what

remains of the center.

• A global, corporate-dominated connectivity is balancing, even offsetting,

individual-centered agency in urban processes.

• A linear evolutionist urban paradigm has been usurped by a nonlinear,

chaotic process that includes pathological forms such as common-interest

developments (CIDs), and life-threatening environmental degradation (e.g.

global warming). (503)

Dear explica que estos conceptos deberían tomarse en cuenta cuando se analicen los espacios urbanos de las ciudades globales, las ciudades gemelas, las ciudades hibridas y las ciudades cibernéticas, desde una perspectiva posmodernista, la cual considera una discontinuidad o rompimiento entre el pasado y el presente político, sociocultural y económico (504). Según Dear, las propuestas de La Escuela de Los Ángeles han 27

promovido el surgimiento de otras escuelas como lo son: La Escuela de Miami, La

Escuela de Las Vegas y La Escuela del Condado de Orange (505). Cada una de estas

escuelas promueve a su ciudad como el arquetipo de la futurística ciudad del siglo XXI,

creando, desde nuestro punto de vista, una competitividad entre sí mismas.

Entre los académicos más prolíficos que han defendido y apoyado el surgimiento

de este nuevo paradigma se encuentran Mike Davis y Edward Soja, cuyas obras

inaugurales, City of Quartz (1990) y Postmodern Geographies (1989) respectivamente, fueron principalmente influenciadas por teóricos europeos como Henri Lefebvre y

Manuel Castells, no obstante, sus subsiguientes obras presentan una evolución intelectual localizada en el espacio urbano de Los Ángeles e incluyen las aportaciones literarias de los escritores chicanos y afroamericanos del sudoeste de los Estados Unidos. Edward

Soja, por ejemplo, publicó Thirdspace: Journeys to Los Ángeles and Other Real-and-

Imagined Places (1996), Postmetropolis: Critical Studies of Cities and Regions (2000) y

junto con Allen J. Scott publicó, The City: Los Ángeles and Urban Theory at the End of

the Twentieth Century (1996). Mientras que Mike Davis publicó Ecology of Fear: Los

Angeles and the Imagination of Disaster (1998) y Magical Urbanism: Latinos Reinvent

the US City (2000). Ambos académicos, en conjunto con Michael Dear, Ellen J. Scott y otros, han liderado esta propuesta posmodernista con el propósito de separarse de los estudios modernos de La Escuela de Chicago y de las teorías desarrolladas por los marxistas del siglo XX. 28

Si bien es cierto que La Escuela de Estudios Urbanos de Los Ángeles ha tenido

como propósito principal, el proponer un esquema teórico que explicase las realidades

urbanas de la ciudad de Los Ángeles, sin duda alguna, ha habido otros que han optado

por analizar el mismo espacio urbano, utilizando las teorías marxistas desarrolladas por

Henri Lefebvre en Europa y David Harvey en los Estados Unidos. Algunos de estos

académicos y sus respectivas obras son: Dolores Hayden, The Power of Place: Urban

Landscapes as Public History (1995); Roger Keil, Los Angeles: Globalization,

Urbanization and Social Struggles (1998); Víctor M. Valle y Rodolfo D. Torres: Latino

Metropolis (2000); Julian Murphet, Literature and Race in Los Ángeles (2001); David R.

Díaz: Barrio Urbanism: Chicanos, Planning and American Cities (2005).

Con el objeto de presentar los argumentos esenciales de algunos de estos

académicos, se ha optado por escoger las obras, Latino Metropolis (2000) y Barrio

Urbanism (2005), para mostrar cómo sus respectivos investigadores promueven un discurso diferente al que promueve la Escuela de Estudios Urbanos de Los Ángeles. Por ejemplo, Víctor del Valle y Rodolfo Torres, autores de Metropolis, combinan conceptos del marxismo clásico con la teoría social posmoderna, al rechazar la aserción que la política de clase sea un anacronismo como lo promueven los estudios posmodernos.

Valle y Torres argumentan que “a political economy approach informed by both a

Marxist and a critical "postmodern" social theory offers the best way to theorize about

Latinos in Los Angeles in the context of demographic shifts, changing class formations, and new forms of "global" capitalism” (10). Por otra parte, David R. Díaz, autor de

Barrio Urbanism, cuestiona agudamente la conceptualización del espacio que Michael 29

Dear y Edward Soja han desarrollado. Las siguientes citas ponen en perspectiva la lógica ideológica de estos críticos:

In creating an intellectual Trojan horse, Dear, rather than presenting a

critique of the Chicago School, seems mesmerized with developing an

incestuous intellectual affair, with a dated, tired, debunked logic. Why the

admiration? Does L.A. need a relationship with concentric circles to

elevate itself into a theoretical stratosphere? How has either a relationship

with 1920s Chicago or a claim of a fundamentally new urban form either

accurately explained L.A. or provided planning with a different set of

social, political, urban, or economic phenomena that has yet to appear in

the literature? (10)

The other leading advocate for L.A., Ed Soja, has led an effort to

intellectually defend the construction of the postmodern city. In addressing

a range of urban contradictions and irrationalities, economic restructuring

and the underclass, and how capital controls land, rents, and reproduction,

he argues that the city has become postmodern. Ironically, the terrain that

is addressed only serves to reaffirm the pioneering work of David Harvey

and Mark Gottdiener. Harvey pioneered a substantial arena of urban

analysis, contained in Soja's work, in the late 1960s and early 1970s.

Gottdiener, in developing the theoretical explanation for Southern 30

California-style sprawl, the polynucleated urban form, prepared the field

for the decentralization Soja has revisited. (11)

En un intento por demostrar las incongruencias conceptuales de Michael Dear y Edward

Soja, David Díaz cuestiona el supuesto rompimiento o discontinuidad entre el pasado y el presente de las comunidades marginadas. Para Díaz, las desigualdades económicas, la pobreza, los abusos del Departamento de Policía, el incremento en rentas, la continuidad de mano de obra barata, la injusticia social, y el deterioro urbano no han cambiado. Sino todo lo contrario, la segregación económica y política ha hecho de los barrios “a polynucleated system of working class” (13), refiriéndose al concepto desarrollado por

Mark Gottdiener.

Como bien apunta David Díaz, La Escuela de Estudios Urbanos de Los Ángeles excluyó las aportaciones teóricas de Mark Gottdiener y David Harvey con el propósito de silenciar argumentos válidos que aplicaban al análisis del espacio urbano. Por otra parte, hay que destacar que La Escuela de Estudios Urbanos de Los Ángeles siempre ha mantenido que la disyuntiva paradigmática que proponen, parte de un modelo de análisis posmoderno debido al desarrollo económico que se da, en la ciudad de Los Ángeles, en los años setenta. De lo anterior, se puede deducir que a partir de la década de los ochenta se han venido cultivando dos vertientes ideológicas: una creada en base a los estudios posmodernos y consecuentemente postmarxistas, y la otra, en base a la lucha de clases sociales desde una perspectiva marxista clásica. Ambos lados han publicado y defendido sus propuestas con el propósito de convencer al campo académico que su esquema de 31

análisis es la opción a seguir. En todo caso, no es parte de esta investigación presentar

más detalles de esta polémica académica porque creemos que el investigador (al igual

que el lector, el consumidor y el espectador) tiene el derecho de apropiarse del discurso

ideológico que mejor le convenga y consecuentemente, creemos en la diversidad de

opiniones y aportaciones al campo de estudios urbanos.

Es importante recordar al lector que nuestra posición era presentar el surgimiento

y desarrollo de la Escuela de Los Ángeles con el propósito de contextualizar la presente

investigación, “La urbanización de la conciencia chicana” a través de la literatura chicana.

Sin duda alguna, consideramos que los procesos urbanos deberían analizarse bajo un

tiempo y un espacio para ver cuáles son las funciones del estado, la comunidad, la familia,

el individuo y la clase social en un espacio capitalista urbano como lo propone David

Harvey en sus estudios sobre la experiencia urbana. Para esta investigación, se ha optado

seguir los argumentos teóricos desarrollados por Michael de Certeau, Henri Lefebvre y

David Harvey, como tendremos ocasión de demostrar en los subsiguientes párrafos.

1.3 Michel de Certeau y las prácticas cotidianas

De lo anterior, se puede concluir que los teóricos de La Escuela de Estudios

Urbanos de Los Ángeles empezaron a teorizar sobre el espacio en la década de los ochenta porque observaron que desde la década de los setenta venían ocurriendo una multitud de cambios socio-espaciales, económicos, culturales, entre otros. En el presente estudio, el contexto histórico de dos de las obras a analizar toma lugar en la década de los sesenta; Always Running, La Vida Loca: Gang Days in L.A. (1993) de Luis J. Rodríguez 32 y Their Dogs Came With Them (2007) de Helena María Viramontes, las cuales tendremos ocasión de analizar en esta disertación. Por consiguiente, se ha optado por considerar las aportaciones a los estudios culturales y urbanos de Michel de Certeau con su obra, The

Practice of Everyday Life8 (1984), en la cual analiza la función del productor (escritor, planeador, etc.), del producto (libro, calles, etc.) y particularmente del consumidor (lector, peatón, etc.). Para Michel de Certeau, el usuario tiene una función activa en el modo de operar o de hacer las cosas, conceptualizando al consumo como un proceso activo de producción, el cual generalmente pasa por desapercibido. Para ilustrar esta aserción,

Michel de Certeau explica cómo los indígenas, en lugar de desafiar el orden impuesto por la cultura española, lo evadieron sin negarlo (xiii). Es decir, los consumidores como los indios, apropian lo impuesto según sus circunstancias, lo cual es considerado como una forma de resistencia activa.

Según Michel de Certeau existe una diferencia entre el comportamiento estratégico y el comportamiento táctico en el modo de hacer las cosas durante las prácticas cotidianas. Por ejemplo, la lectura normalmente es considerada como una actividad pasiva, no obstante, el comportamiento táctico del lector convierte lo escrito en una producción activa porque involucra el uso de la memoria cuando éste transforma lo leído en recuerdos, rellenando lo leído con su imaginación y apropiándose del mundo creado por el autor (xxi). De esta manera, el espectador que camina por las calles se mueve tácticamente por la ciudad, adaptándose a los espacios, apropiándose del panorama pictórico, organizando las imágenes en su memoria y produciendo su propia

8 Michel de Certeau publicó The Practice of Everyday life en francés en 1980 bajo el título L'invention du quotidien. Vol. 1, Arts de faire'. La obra fue traducida al inglés por Steven Rendall en 1984. 33

versión de la ciudad. En este sentido, Michel de Certeau explica del siguiente modo, la

función que desempeña el espacio: “In short, space is a practiced place. Thus the street

geometrically defined by urban planning is transformed into a space by walkers. In the

same way, an act of reading is the space produced by the practice of a particular place: a written text, i.e., a place constituted by a system of signs (117). En todo caso, la ciudad y el texto son un sistema de significantes que son producidos de acuerdo a las tácticas del

espectador o del lector.

Como bien apunta Michel de Certeau, es importante reconocer el valor teórico

asignado a las narraciones como depósito de las prácticas cotidianas frente al

establecimiento de la ciencias modernas (78). Para de Certeau, en las narraciones se

encuentran representaciones de espacios ficticios que no son otra cosa que metáforas del

modo de hacer las cosas, como resultado, la literatura es transformada en una colección

de prácticas cotidianas (70). Sin duda alguna, se puede deducir que el ordenamiento de

los hechos narrados en la historia, en conjunto con la interpretación del significado de las

prácticas cotidianas, son reproducciones tácticas del lector.

1.4 Henri Lefebvre y la producción del espacio

En consonancia con las observaciones de Michel de Certeau sobre el rol activo y

táctico del espectador en la ciudad, Henri Lefebvre teoriza sobre la conceptualización del

espacio social en su texto, The production of Space9 (1991). Para Lefebvre, la sociedad y

el espacio social se interrelacionan de modo que “the space thus produced also serves as a

9 Henri Lefebvre publicó The production of Space en francés en 1974 bajo el título, La production de l'espace. La obra fue traducida al inglés por Donald Nicholson-Smith en 1991. Algunos de los críticos estadounidenses que han estudiado sus conceptos son David Harvey, Mark Gottdiener y Edward Soja. 34

tool of thought and of action; that in addition to being a means of production it is also a

means of control, and hence of domination, of power (26). En este sentido, el espacio producido es un set de relaciones dialógicas que están interconectadas con el individuo y el espacio físico y como resultado se triangulan recíprocamente. De esta manera,

Lefebvre desarrolla tres categorías claves para avanzar este argumento: primero, explica que el espacio percibido es el espacio práctico que se produce y reproduce en las prácticas cotidianas; segundo, el espacio concebido es el espacio conceptualizado y producido por urbanistas, ingenieros, científicos, etc.; y tercero, el espacio vivido es el espacio de símbolos e imágenes que la imaginación intenta alterar y apropiar (38-39).

Para Lefebvre, la producción del espacio y la producción de la sociedad son dos aspectos recíprocos que forman parte importante del desarrollo capitalista de la ciudad.

Por consiguiente, la producción del espacio depende de las motivaciones o preferencias de la hegemonía de cierta clase social. En este sentido, Lefebvre explica el rol de la hegemonía de clase del siguiente modo:

Hegemony implies more than an influence, more even than the permanent

use of repressive violence. It is exercised over society as a whole, culture

and knowledge included, and generally via human mediation: policies,

political leader, parties, as also a good many intellectuals and experts. It is

exercised, therefore, over both institutions and ideas. The ruling class seeks

to maintain its hegemony by all available means, and knowledge is one such

means. (10) 35

Debido principalmente a que la lucha de clase es emprendida bajo la hegemonía de la

burguesía; “class struggle is waged under the hegemony of the bourgeoisie” (59), es

importante señalar que la ciudad, como reproductora de riqueza, es un sistema de

producción para el beneficio de la clase dominante.

1.5 David Harvey y la urbanización de la conciencia

Por todo lo expuesto hasta ahora, creemos que las aserciones teóricas de Michel

de Certeau y Henri Lefebvre complementan la teoría sobre la urbanización de la

conciencia elaborada por el pensador británico, David Harvey. En el texto The Urban

Experience (1989), Harvey argumenta que la urbanización de la conciencia debe de

estudiarse en relación a la urbanización del capital (231). Basándose en los conceptos

que Henry Lefebvre desarrolla en La production de l’espace (1974), Harvey explica

cómo el capitalismo ha sobrevivido a través de la producción de un espacio urbanizado.

De ahí que la urbanización ocurre cuando el individuo comienza a identificarse con los

objetos urbanos de la ciudad, con las interacciones sociales y con los objetos de consumo

y producción. En este sentido, el objetivo fundamental de esta disertación es estudiar

cómo el espacio urbano, la literatura y el individuo se interrelacionan para enunciar una

conciencia urbanizada.

Como bien apunta Harvey, la ciudad es clave en el entendimiento de la urbanización de la conciencia porque su producción es una manifestación del sistema capitalista económico. Harvey define a la ciudad como una contradicción del capitalismo porque produce riqueza y pobreza al mismo tiempo. Harvey define a la ciudad del siguiente modo: 36

A city is an agglomeration of productive forces built by labor employed

within a temporal process of circulation of capital. …is populated by

individuals who reproduce themselves using money incomes earned off

the circulation of capital. …is ruled by a particular coalition of class forces,

segmented into distinctive communities of social reproduction, an

organized as a discontinuous but spatially contiguous labor market…is the

high point of human achievement… But it is also the site of squalid

human failure, the lightning rod of the profoundest human discontents, and

the arena of social and political conflict. (The Urban 229)

De lo anterior, se puede deducir que la ciudad es una acumulación de los procesos económicos del capital, en la cual geográficamente están localizadas las diferentes clases sociales. En este sentido, Harvey ha insistido que la construcción de la ciudad es un reflejo del capitalismo y de su estructura social: “I have long argued that capitalism builds a physical and social landscape in its own image…” (162).

Considerando la evolución y sobrevivencia del capitalismo, Harvey ha teorizado sobre “La estructura de clase y la diferenciación residencial” en la geografía del espacio urbanizado y ha explicado cómo los afroamericanos, los puertorriqueños y los chicanos han sido integrados al sistema económico neocolonial, en el cual presentemente viven “as a Third World colony in the heart of the American city…” (120). Ahora bien, considerando que existe un andamiaje de las clases sociales inscrito en la estructura física de la ciudad, éste podría estar incrustado en las narraciones de escritores chicanos que crecieron y vivieron en este espacio. 37

En este sentido, Harvey utiliza la metáfora del arquitecto para puntualizar y

explicar cómo éste produce una estructura en miniatura antes de construir un edificio en

el espacio real. Al igual que Henri Lefebvre, Harvey considera que el espacio urbano

permea de modo bidireccional la imaginación del escritor. De esta manera, “[T]he

architectural imagination provides a space in which alternative urban possibilities can be

formulated and, perhaps, acted upon” (24). Harvey pone en práctica este concepto al analizar la obra del escritor francés Honoré de Balzac, consecuentemente, en su análisis demuestra cómo el proceso urbano está inscrito en la visión cartográfica del autor.

Es preciso indicar que Raymond Williams en su texto, Marxism and Literature

(1977), ya había teorizado sobre cómo algunas narraciones podrían ser expresiones

culturales de un determinado grupo social. Para Williams, en el arte existe una

“estructura de sentimientos” que podrían reflejar la formación de una nueva ideología

(128-135). En relación a este tema, Harvey advierte que se debe tomar en cuenta la

educación pública que el residente urbano recibe porque éste es expuesto a la ideología

de la clase dominante, la cual consiste en perpetuar el orden capitalista: “Mass literacy

and mass education have the effect of exposing the masses to a dominant bourgeois

ideology, which seeks to produce states of consciousness consistent with the perpetuation

of the capitalist order” (115). Para ambos teóricos, no hay duda que existe un andamiaje

ideológico incrustado en la literatura y por consiguiente, indican que se debe hacer una

lectura cuidadosa del texto de estudio.

Como se ha mencionado con anterioridad, el sistema capitalista moldea a la

ciudad y consecuentemente, el espacio capitalista urbano moldea las prácticas cotidianas 38 del individuo. Si bien es cierto que la narrativa urbana funciona como un depósito de las prácticas cotidianas, Harvey propone que para entender todas las complejidades del proceso urbano es necesario examinar minuciosamente la formación de la conciencia en las realidades materiales de la vida cotidiana analizando las obras literarias escritas por escritores urbanos (230). La siguiente cita, aunque extensa, pone en perspectiva el discurso ideológico de Harvey y además explica cómo se puede inferir en lo que él considera una conciencia urbanizada:

The spaces of the city are constructed through the mobilization of the

sources of power in particular configurations. Once constructed, the

spatial organization of the city assumes the qualities of a text that we have

to learn to read and interpret correctly, not simply according to our own

needs, wants and desires. The labyrinthine qualities of the city's spaces,

their hierarchical orderings and often hidden significations, form a

symbolic world which is as imposing as it is imponderable. We can, in

turn, fetishise the text and its spaces, treat the symbolic world of the city

as a thing in itself to which we must perforce respond. It is sometimes

enough to enter the space of the factory, the state, or the community to

conform to its supposed requirements in ways that are both predictable

and unthinking. Thus does the symbolic order of a city’s spaces impose

upon us ways of thinking and doing which reinforce existing patterns of

social life. A study of the hierarchy of spatialities within an urban form

helps reveal how individualism, class relations, community and family 39

obligations and state action relate. The urbanization of capital, by virtue

of its powers to create space thereby finds a tacit means to entrain an

urbanized consciousness. (The Urban 250)

Incidiendo en lo que Harvey denomina urbanización de la conciencia, es importante considerar el contexto histórico, económico y social que se describen en la narración para comprender cómo se interrelacionan las funciones del estado, la comunidad, la familia, el individuo y la clase social. En cada una de las obras a analizar se considerarán las interrelaciones de cada uno de estos centros de poder para deshilvanar y tejer la urbanización de la conciencia chicana.

1.6 Metodología y esquema de los capítulos

En cada uno de los capítulos se analiza el espacio urbano en la literatura producida por escritores chicanos utilizando herramientas de los estudios culturales, la geografía cultural, la política, el urbanismo, la historia y los estudios sociales. Se analiza cómo los procesos urbanos afectan las prácticas cotidianas de los personajes, se examina la función del estado, la comunidad, la familia, el individualismo, la clase social y cómo se interrelacionan para enunciar una conciencia urbanizada. El objetivo es analizar las descripciones del espacio físico y social para entender cómo comunica un mensaje ideológico que ayude a comprender los procesos de urbanización de la conciencia. De ahí que la urbanización ocurre cuando el individuo comienza a identificarse con los procesos urbanos de la ciudad, con las interacciones sociales y con los objetos de consumo y producción. El espacio geográfico en consideración es la ciudad de Los

Ángeles, California, durante y después de los años sesenta hasta la década de los ochenta. 40

En cada uno de los capítulos se analiza una novela y en cada novela se estudia la función del Estado, la función de la familia, la función del individualismo, la función de la comunidad, la función de la clase social y cómo se interrelacionan. En las conclusiones se analiza en conjunto cada uno de los centros de reproducción del capitalismo y esto ayuda a formular conclusiones relacionadas a la urbanización de la conciencia. Consecuentemente, se establece cómo la urbanización del espacio afecta y moldea las realidades urbanas de la comunidad. Asimismo, se pueden hacer otras inferencias y aserciones sobre la urbanización de la conciencia.

En el primer capítulo se presentan una síntesis del corpus académico que ha estudiado y analizado el espacio urbano del área de Los Ángeles, California con el propósito de contextualizar esta investigación. Asimismo, se desarrolla el marco teórico que es utilizado para analizar cada una de las obras. El marco teórico es liderado por los argumentos que David Harvey desarrolla en el texto, The Urban Experience (1989).

Asimismo, reúne el trabajo de teórico de importantes investigadores como Michael de

Certeau, Henri Lefebvre, Rodolfo Acuña, Mario Barrera y James Diego Vigil.

En el segundo capítulo se analiza la obra de María Elena Viramontes, Their Dog

Came With Them (2007), en la cual se narra la historia de la comunidad chicana durante la década de los sesenta mientras se construían un sistema de autopistas. El espacio urbano es el vecindario de Boyle Heights y el este de Los Ángeles, los cuales fueron fracturados para construir carreteras, despojando a muchos residentes de sus casas. A los residentes les toca vivir un proceso de urbanización por un periodo de 10 años, el cual 41 incluye el aislamiento y marginalización por parte de las autoridades de la ciudad. En este sentido, el análisis ayuda a reconstruir la experiencia urbana que a estos habitantes les tocó vivir.

En el tercer capítulo se analiza la obra de Luis J. Rodríguez, Always Running, La

Vida Loca: Gang Days in L.A. (1993), en la cual está descrito un espacio urbano capitalista que privilegia a personas que lo controlan y que aliena a otras, como es el caso del personaje principal. En esta novela de carácter autobiográfico se narra la vida desde el punto de vista de Louie y muestra cómo las prácticas cotidianas moldearon su modo de pensar, su familia y su futuro. Existe un énfasis en cómo el sistema de educación y las autoridades influyeron en la vida de él y de su comunidad. El análisis ayuda a comprender cómo el entorno urbano es parte importante del crecimiento y desarrollo del individuo.

En el cuarto capítulo se analiza el mapa cartográfico del imaginario urbano producido en la obra Caras viejas y vino nuevo (1975) de Alejandro Morales. En la obra se narra un espacio geográfico que representa las prácticas cotidianas de una comunidad chicana que está al margen del desarrollo urbano. En esta narrativa se muestran las similitudes y diferencias entre dos personas que crecieron en el mismo vecindario, enfocándose en la influencia que tiene el núcleo familiar en el individuo.

En el quinto capítulo se estudia la ciudad de Los Ángeles durante la década de los ochenta en la obra de Ixta Maya Murray, Locas (1997). En esta obra se narra la historia de dos chicanas, Lucía y Cecilia, que crecen en el barrio de Echo Park, un lugar saturado 42 de jóvenes pandilleros. El dinero es el principal motor que moldea el devenir de estas jóvenes y por consiguiente, se prestará particular atención al individualismo y las comunidades del dinero, para comprender los procesos de la urbanización de la violencia.

La condición económica de los habitantes del barrio está aunada multilógicamente a las circunstancias que se viven en el espacio.

43

CAPÍTULO II: ACUMULACIÓN POR DESPOSESIÓN: ANÁLISIS DEL TEXTO,

THEIR DOGS CAME WITH THEM DE ELENA MARÍA VIRAMONTES

El desplazamiento geográfico de la comunidad chicana en los años sesenta, en el

este de los Ángeles, es el telón de fondo de la obra de Elena María Viramontes, Their

Dogs Came With Them (2007). En la obra, se narra, de modo entretejido y en forma de

mural, la historia de una comunidad chicana que se ve afectada por la construcción de un

sistema de autopistas. La narración es detallada desde el punto de vista de sus habitantes

quienes se ven afectados por la desposesión de sus derechos de propiedad, por el

aislamiento y vigilancia de la comunidad y por el caos visual del derrumbe de casas. La

historia de cada uno de los personajes está entrelazada a la transformación física del

espacio, de ahí que uno de los objetivos fundamentales de esta investigación es identificar

cómo el proceso de desposesión y producción del espacio afecta la urbanización de la

conciencia del individuo como lo propone David Harvey en sus estudios sobre la

experiencia urbana.

Antes de proceder y analizar el contenido y estructura del texto, es importante

mencionar algunos de los cambios espaciales, sociopolíticos y económicos que estaban

ocurriendo en los años sesenta, en el este de Los Ángeles y Boyle Heights. Como bien

apunta Rodolfo Acuña, en su texto Occupied America: A History of Chicanos (1972), el

60% de los inmigrantes mexicoamericanos, entre 1940 a 1960, habían inmigrado a la

ciudad de Los Ángeles, haciendo de la ciudad, el espacio más urbanizado con residentes chicanos. A pesar de conformar el 10% de la población angelina y de votar mayormente 44

por el partido demócrata, éstos no tenían el poder político para ejercer sus propias

demandas. Además, no había una organización comunitaria que abogara por las

necesidades de la comunidad y consecuentemente, los distritos continuamente eran

reorganizados para mantener a ciertos políticos en el poder. Cuando se decidió construir

el sistema de autopistas y renovar el centro de la ciudad, no se tomó en cuenta la opinión

de los grupos minoritarios, debido a que las decisiones eran hechas por la élite del partido

republicano y por los propietarios e inversionistas de negocios (284-285).

Cuando se firmó, en 1947, el Acto Collier Burns, la ciudad de Los Ángeles recibió fondos estatales para iniciar la construcción del sistema de carreteras con el propósito de modernizar la ciudad. En 1949, el Congreso pasó el Acto de Vivienda, con el propósito de proveer fondos para el desarrollo económico de las ciudades (Acuña 295).

Según Allen J. Scott y Edward W. Soja, The City: Los Angeles and Urban Theory at the

End of the Twentieth Century (1996), estos proyectos recibieron más fondos nacionales en 1956 cuando se aprobó el Sistema de Defensa Nacional e Interestatal de Carreteras:

“The National System of Interstate and Defense Highways” (94). Estas estimulaciones económicas aceleraron la planeación y construcción de las carreteras, haciendo de los barrios, espacios designados para la demolición. En este sentido, las comunidades chicanas fueron fracturadas para el beneficio y desarrollo de la ciudad. David Díaz explica, en Barrio Urbanism (2005), que los “barrios were effectively attacked by state transportation departments, who had the support from the federal highway administration.

East Los Angeles (East L.A.) would suffer the worst from this bureaucratic logic. This barrio had numerous vibrant and cohesive neighborhoods that were either eradicated or 45 radically reconstructed with the imposition of five distinct freeway routes” (45). En todo caso, los estudios de Acuña y Díaz revelan que la hegemonía de la clase dominante manipuló el poder político local para su propio beneficio económico, instaurando un sistema vial de carreteras que fracturaba y segregaba a la comunidad chicana.

Las necesidades de los habitantes de los barrios, explica Acuña, fueron consideradas en un inicio como pretexto para obtener los fondos federales, argumentando que las personas de bajos recursos económicos se beneficiarían, no obstante, fueron los más afectados (295). Bajo esta política, la construcción de carreteras tomó lugar a través de todo el sudoeste de los Estados Unidos, principalmente en donde estaban localizados los barrios, con el supuesto propósito de generar empleos y estimular a la economía.

Según Eric R. Ávila, en su ensayo “The Folklore of the Freeway: Space, Culture, and

Identity in Postwar Los Angeles” (2001), en el barrio de Boyle Heights “the freeways displaced one-tenth of the local population, an especially devastating statistic in light of the vast influx of new residents to the Eastside and the desperate shortage of the housing in the area” (568). Algunos de los residentes de Boyle Heights protestaron en contra de las drásticas medidas de desalojo y apropiación por parte del gobierno, sin embargo, el gobierno montó una campaña publicitaria argumentado que la mayoría de las personas apoyaban la construcción de las carreteras a favor del progreso de modernización (570).

En última instancia, el estado, utilizando el poder de “eminent domain”, se apropió de los terrenos, condenándolos para el beneficio de la sociedad.

En consonancia con los argumentos de Rodolfo Acuña, David Díaz y Eric R.

Dávila, parte del estudio de Raúl Homero Villa, Barrio Logos (2000), se enfoca en el 46 discurso mediático publicado en los periódicos Eastside Sun y Los Ángeles Times.

Mientras que el enfoque de las historias publicadas en Los Ángeles Times era la violencia perpetrada por los pandilleros, el periódico Eastside Sun contrarrestaba dicho discurso, publicando cartas y editoriales que cuestionaban las prácticas de expropiación de tierras urbanas. Villa explica cómo el periódico Eastside Sun criticó y expuso la complicidad corrupta de los políticos con el sector privado, no obstante, el esfuerzo fue insuficiente para detener el avance del proceso capitalista urbano (90-96). En todo caso, la construcción de las carreteras permitió que los habitantes anglosajones de clase media salieran de los centros urbanos y se fueran a vivir a suburbios económicamente segregados. Como bien apunta Eric R. Dávila, algunos suburbios, después de la construcción de las carreteras, se independizaron de la ciudad para crear sus propias comunidades, esto llevó a la formación de nuevas comunidades homogéneas como lo son el Condado de Orange y el Valle de San Fernando (269). De lo anterior, se puede deducir que la construcción del sistema de carreteras aceleró la descentralización de la ciudad de Los Ángeles, segregando el espacio urbano en lugares afluentes y vecindarios pobres.

En todo caso, para esta investigación, nos interesa estudiar cómo el proceso de desalojo y fracturación de la comunidad afectó las prácticas cotidianas de sus habitantes.

En primera instancia, sabemos que el telón de fondo narrado en la obra de Elena María

Viramontes, Their Dogs Came With Them (2007), toma lugar en Boyle Heights y en el este de Los Ángeles, durante la década de los sesenta. Y en segunda instancia, la autora 47 ha declarado en diferentes entrevistas10 que ella nació y creció en el este de Los Ángeles, específicamente en la calle First, cerca a la Autopista 710; lugar donde crecen dos de los personajes principales, Ermila y Turtle. En la entrevista realizada por Michael Silverblatt,

Viramontes dice lo siguiente, recordando el lugar donde creció:

As a child I remember there being no freeways and then I remember going

through these empty houses, not really understanding what was going on

and then the gracing of all these houses, the bulldozers coming and

digging, and digging, and digging, so you could see the roots of the trees,

that’s how far they dug, to make room for the 710 freeway…. Now when I

look from the porch, and this is what I firmly see, from the porch of my

mother’s house, and I see the interchanges, there’s four or five of them,

right across from us, I not only see the freeways upheld by cement and

steel, but also by the bones of the forgotten, and this is what I wanted to do,

this was mine main commitment. What happened to this neighborhood?

What happened to all the people? This is what I wanted to do. I wanted to

be able to recreate them, so that I would understand somehow, because all

these people have stories, all these people have histories and basically they

have been forgotten and invisible. (Entrevista con Michael Silverblatt, 16

de agosto de 2007)

10 Las entrevistas que se utilizaron para esta investigación son las siguientes: Carmen Flys-Junquera, “Helena María Viramontes: Social and Political Perspectives of a Chicana Writer” (2001); Daniel Olivas de La Bloga, 2 de abril de 2007; Michael Silverblatt de la radio KCRW, 16 de agosto de 2007. 48

En estas líneas, no se transmiten los tonos agudos de su voz cuando empieza a recordar la

comunidad de su infancia, pero es muy claro el propósito de Viramontes al escribir este

texto. En este sentido, Michael de Certeau concuerda con la autora, al asignar una

función dinámica a la literatura; el servir como un depósito de las realidades cotidianas de

la experiencia humana (78).

Si bien es cierto que existe una realidad simbólica incrustada en la obra de

Viramontes como lo proponen de Certeau y Harvey, ésta podría ayudarnos a comprender

las realidades cotidianas de las personas que vivieron el desalojo y desposesión de sus

casas en el este de Los Ángeles. Incidiendo en lo que Harvey denomina acumulación por

desposesión como una alternativa a lo que Marx denominaba acumulación primitiva

(Imperialism 144), se puede argumentar que el proceso de re-estructuración y planeamiento, por parte de la ciudad, sirvió para desposeer a sus habitantes de sus propiedades privadas. En el texto, The New Imperialism (2003) Harvey desarrolla este concepto de acumulación por desposesión en conexión con la expansión económica global de los Estados Unidos. En este sentido, se ha decidido utilizar este argumento para explicar el proceso de expansión económica doméstica, tomando en cuenta que la acumulación primitiva vis a vis acumulación por desposesión es “taking land, say, enclosing it, and expelling a resident population to create a landless proletariat, and then releasing the land into the privatized mainstream of capital accumulation” (149). Como bien advierte Harvey, estos procesos de acumulación por desposesión están dialécticamente interrelacionados (176) y el Estado “with its monopoly of violence and 49

definitions of legality, plays a crucial role in both backing and promoting these processes”

(145).

La marginalización de los barrios y por ende, la marginalización de sus habitantes han sido los resultados de los procesos de re-estructuración espacial, planeado deliberadamente por representantes públicos, oficiales del gobierno, dueños de negocios, arquitectos, arrendadores, agentes de bienes y raíces, etc. En todo caso, la institucionalización de una política económica doméstica que desposee de los derechos de propiedad a aquellas personas de bajos recursos económicos es, sin duda alguna, un acto de violencia que ha quedado registrado en la literatura producida por aquellos escritores y escritoras que vivieron esta experiencia. De ahí que el propósito esencial de esta investigación sea interpretar las realidades simbólicas inscritas en el texto de Elena

María Viramontes, The Dogs Came With Them, para comprender cómo funcionan los procesos de urbanización de la conciencia.

2.1 Intersecciones y perspectivas en el tejido cultural y humano de la comunidad

El tejido cultural y humano de la comunidad chicana, narrado en el texto de Elena

María Viramontes, está aunado a la destrucción del espacio, a la construcción de las

carreteras, a la búsqueda de la identidad, a la vigilancia de seguridad, a la sobrevivencia

individual, al pasado, al presente y al futuro. Consideramos esta narración como un

mural comunitario, en donde interceptan una multiplicidad de perspectivas que están

fusionadas en un tiempo, entre 1960 y 1970, y un espacio, entre Boyle Heights y el este

de Los Ángeles. La participación activa del lector es crucial para deshilvanar la

temporalidad fracturada de las realidades cotidianas de los personajes, a quienes 50

conocemos de modo intermitente por un periodo de 10 años, desde que eran niños hasta

la edad de la adolescencia. Los antagonistas principales del texto son las autoridades

locales y el proceso de desarrollo urbano, los cuales moldean las motivaciones de los

personajes y la amputada comunidad.

Ermila, Turtle, Tranquilina y Ben son los personajes más desarrollados en el texto

y sus historias individuales están entrelazadas a los recuerdos de su niñez, al espacio

urbano y a su adolescencia. Existen otros personajes secundarios que revelan aspectos

diferentes de la comunidad, pero que de igual manera son importantes para entender el tejido urbano de esta comunidad. Las calles que transitan son, First Street, Hastings

Street, Rowan Street, Mcbride Street, Boyle Street, Soto Street, Whittier Boulevard,

Pacific Boulevard y Brooklyn Avenue y las autopistas que enmarcan el espacio y son mencionadas en el texto son: Interstate 710 Long Beach, Pomona 60 Freeway, Interstate

5, Interstate 10 y Hollywood 101 Freeway. El desarrollo de cada uno de los personajes es paralelo a la construcción de las carreteras, las cuales tomó aproximadamente diez años para construirlas. Infiriendo en lo que Harvey denomina urbanización de la conciencia, se puede analizar las funciones del estado, la comunidad, la familia, el individuo, y la clase social para comprender cómo los procesos de desarrollo urbano afectan de cierto modo la conciencia urbana de la comunidad chicana. En este análisis se abordará individualmente la historia de cada uno de los personajes que han sido escogidos, teniendo en cuenta que en este mural narrativo se entrelazan las historias de varios personajes considerados secundarios que de igual forma son parte del tejido cultural de la comunidad. 51

2.2 La familia urbana

Richard Griswold del Castillo, en el texto La Familia: Chicano Families in the

Urban Southwest, 1848 to the Present (1984), explica que las familias chicanas, después de la Guerra Mundial, eran “like all American families, affected by the images propagated by the American consumer-media culture. Nevertheless, Mexican-American families are ethnically identifiable and maintain important links with the past” (132). En este sentido, Griswold del Castillo considera que la familia chicana ha tenido que ser flexible para adaptarse al sistema capitalista de la ciudad (132). Para Harvey, la familia urbana funciona como un centro de poder, como un núcleo de apoyo social, como una economía local y como una institución que contribuye a la formación de la conciencia individual. Incluso, la familia urbana altera sus acciones económicas, sociales y culturales según los cambios que se dan en la urbanización del capital (The Urban 236).

Ambos críticos coinciden que la familia chicana urbana ha tenido que ser flexible para adaptarse a los procesos del capitalismo y la cultura urbana. En este sentido, las familias de Ermila, Turtle, Tranquilina y Ben son representativas de aquellas familias que vivieron los procesos de urbanización.

En primera instancia se narra la historia de Ermila Zumaya quien de niña fue abandonada por sus padres y vivió en diferentes hogares de crianza hasta que sus abuelos maternos decidieron adoptarla. Ermila solamente tiene una fotografía de sus padres, la cual mantiene en su cuarto hasta la edad de la adolescencia y se utiliza en la lectura como un marcador de ausencia. La relación con sus abuelos es condicionada no solamente porque Ermila, al ir creciendo les recuerda a su propia hija (Inez), sino porque los abuelos 52

representan un anticuado código de valores frente a la libertad moderna de los años

sesenta que los jóvenes empiezan a ser influenciados. Esta relación se deteriora a medida

que Ermila va creciendo y adquiriendo independencia por medio del trabajo, de las

amigas escolares—con quien toma bebidas alcohólicas y del primer novio, Alfonso—con

quien tiene relaciones sexuales. En este sentido, el núcleo familiar de Ermila funciona como un pilar de seguridad, tomando en cuenta que sus abuelos, por más que le restrinjan las salidas nocturnas, siempre le permiten entrar a la casa por temor a perpetuar el mismo error que cometieron con su hija Inez. Además, se puede argumentar que Ermila está siendo influenciada por las amigas de la escuela (con quienes se sale de clase para robar bebidas alcohólicas) y por los procesos culturales y sociales de la década de los sesenta.

En segunda instancia se presenta la historia de Antonia María Gamboa, mejor conocida a través de la lectura como Turtle, una persona andrógina que encuentra refugio en la pandilla de su hermano, los McBride Boys, pero que es rechazada por el hecho de haber nacido con rasgos externos que no corresponden con los de su propio ser. La familia de Turtle era vecina de la familia de Ermila, quienes vivían en First Street, en el este de Los Ángeles, cerca a la Autopista 710. El espacio del hogar de Turtle es descrito del siguiente modo:

The nopal cactus was the only thing that thrived in their small rented

house on First Street. The walls had absorbed so many years of

disappointments, bad plumbing, strife, arguments, electrical shorts and

temper outages that the wallpaper became unglued, the tiles fell from their

grouting, the toilet chain in the water tank busted. Amá was part of the 53

house, carelessly repaired with cardboard and duct tape like her cracked

windows. Frank was part of the house, a loose, exposed wire ready to

electrocute anyone who touched him. And Tío Angel was Frank's younger

brother and a part of no house. (161-162)

El padre de Turtle, Francisco Gamboa, abandona a la familia a una temprana edad,

debido a la continua violencia intrafamiliar. El abandono del padre y después el

abandono por parte de la madre, marcará la vida de Turtle, quien decide aferrarse al

espacio y a los amigos de la vecindad. El hogar familiar para Turtle es simplemente un

recuerdo fracturado en medio de la pobreza, al cual prefiere pocas veces recordar. A través de los años, se le observa transitar perennemente por las calles y cementerios, anhelando la aprobación de su hermano Luis, quien ha sido reclutado para ir a pelear a la

Guerra en Vietnam.

La tercera familia que prevalece en esta narrativa es la de los hermanos Ana y

Ben Brady, cuya madre era de origen mexicano y el padre, un estadounidense de

Oklahoma, que había servido en las fuerzas armadas del gobierno militar y con quien posteriormente tendría dos hijos. Desde la perspectiva de Ben, el hijo, se sabe que la mamá había emigrado de México, huyendo de la pobreza y del maltrato de su padre y se había casado con el propósito de conseguir documentos legales para conseguir empleo, no obstante, el matrimonio no había funcionado como lo habría pensado. Entre líneas y desde el punto de vista de Ben, se puede inferir que los problemas económicos y el abuso verbal en la familia fueron los motivos principales que la llevaron a abandonar a sus hijos. 54

En la siguiente cita, se puede entrever algunas de las circunstancias que se vivían en la familia:

God's little eyes not guarding his mother when she had asked for extended

credit at the Friendly Shop and the Japanese owner studied her face. Or

when she went into the dry cleaner's to pick up Father's Sunday suit

without the whole amount, the clerk had threatened to call the police. Like

God, they all remained unkind and undeserving of her. And his father was

no different. Before his cheeks turned the color of rage and he informed

them of her disappearance, before he resumed watching television again,

Ben's father had referred to her as a slut. (106)

A Ben lo afectó mucho el abandono de su madre, especialmente porque tenía el mismo perfil mexicano que su mamá, lo cual lo afectaba cuando asistía a la escuela y los niños se burlaban de él porque su nombre y apellido anglosajón no coincidían con su apariencia.

Además, el padre insistía en imponer individualismo a su hijo, de una forma reglamentaria para que perdiera lo introvertido.

En última instancia, la familia de Tranquila es una de sacrificio y de servicio social a la comunidad, que por medio de la fe en la religión cristiana logran ubicarse en el este de Los Ángeles. La familia la conforman Tranquilina, su Papa Tomás y su Mamá, a quien simplemente le llama Mama, sin acentuar las palabras mamá y papá en la última sílaba tónica para ambos géneros. Tranquilina había nacido en el este de los Ángeles, pero de cierto modo habían emigrado cuando ella era pequeña a Horseback's Rancho

Paradiso, que estaba ubicado en las afueras de Cuero, Texas. No obstante, tuvieron que 55

regresar después que Tranquilina había sido atacada sexualmente por el yerno del

ranchero, Stafford. La agresión se describe del siguiente modo:

In a cluster of trees, as she had sought to squat and pee, he slammed her so

hard with a shovel, the impact sent her flying arms forward. Her face

thudded into the muddy damp manure and for a few moments she had no

idea what was happening. Rot in her mouth, muck in her nostrils, she

couldn't breathe, and he dragged her facedown by the ankles deeper into

the innocence of pecan trees. She tried not to feel terror and tried to recite

Psalm 31:19… She lay in still wait as if the slightest gesture exasperated

the pain, as if the terror would repeat itself if she called out to Mama's

searching voice. Through the canopy rustle of the trees, Tranquilina tried

to find her underwear (it was imperative she find her underwear), and her

fingers blindly discovered the hem of her skirt and she struggled to pull it

down. (213-215)

El núcleo familiar es dañado por este incidente que marca a toda la familia y procesan el trauma a través de historias sub-reales que la madre constantemente cuenta a Tranquilina.

Es por medio del mundo simbólico, entremezclado con la religión cristiana que la familia puede sobrevivir estas emociones incomprensibles en el caos urbano, el cual está siendo alterado por las construcción de las autopistas.

De estas cuatro familias, se puede deducir que efectivamente muchas de las personas que compartían y habitaban este espacio urbano eran personas de bajos recursos económicos, con problemas de violencia intrafamiliar y abandono de hogar. En este 56 sentido, el despojo de propiedad fue realizable debido a que muchas de estas personas no tenían los recursos financieros para luchar contra un sistema capitalista que había institucionalizado la expropiación para beneficio público. En segunda instancia, la violencia intrafamiliar es un reflejo del individualismo personal, del caos urbano y de la violencia misma que había implementado el estado. De este modo, las circunstancias inestables del núcleo familiar fueron agravadas por las acciones del estado y consecuentemente, forman parte de los procesos de urbanización de la conciencia, en los cuales hay ganadores y perdedores. Una de esas personas que lo perdió todo y que viene a representar la invisibilidad de aquellas personas que fueron despojadas de sus terrenos es Chavela Luz Ybarra de Cortez. El personaje de Chavela, quien vivía en East First

Street y era vecina con los abuelos de Ermila y la familia de Turtle, se presenta brevemente al inicio de la narración, pero después, solamente aparece en el texto como un recuerdo de Ermila y Turtle, de modo que viene a representar un símbolo de los invisibles.

2.3 El individualismo

Cuando Richard Griswold del Castillo y David Harvey teorizan sobre la flexibilidad de la familia urbana y su adaptación a los cambios del capitalismo, no especifican sobre los detalles y las variantes que se dan en cada familia. Incluso, no se menciona concisamente sobre el hecho que el núcleo familiar está compuesto de individualismos que actúan de acuerdo a su propio criterio, es por esta razón, que el abandono a los hijos es un marcador que figura en tres de estas familias. Para Harvey, el individualismo está aunado al dinero en mercados que funcionan libremente (The Urban 57

231) y éste confronta el dinero y al capital del siguiente modo: mientras que el dinero le provee al individuo un sentido mínimo de libertad, el capital (representado por los edificios, las calles, el espacio urbano, etc.) le provee un sentido de alienación personal

(232). De este modo, los personajes como Ermila, Turtle, Tranquilina y Ben enfrentan el espacio que habitan de manera indiferente, mientras que el dinero lo asocian con una libertad delimitada, como tendremos ocasión de explicar.

A la edad de 15 años, Ermila logra obtener empleo de medio tiempo en Salas

Used Cars por medio del programa Neighborhood Youth Corps. Para la abuela, esta acción la considera positiva por todos los beneficios que esto implica, además, el trabajo le permitía actuar como una persona adulta al comprar los materiales de uso personal.

Por este motivo, decide no quejarse de los comentarios obscenos que hacen los trabajadores sobre mujeres semi-desnudadas que están plasmadas en calendarios (64-65).

Asimismo, utiliza el trabajo como una excusa para llegar tarde a la casa, mientras disfruta de la compañía de sus amigas, con quienes en ocasiones se emborrachaba. El trabajo y el dinero son un escape, una excusa y un modo de liberarse de las reglas establecidas en casa y en la zona restringida. Por ejemplo, cuando en cierta ocasión viola las reglas del cierre nocturno, explica mintiendo que no fue su intensión violarlas, sino que había tenido que trabajar horas extras, lo cual le permitió salir de la línea de espera y pasar el punto de revisión (290-291). De este modo, el espacio se presenta como un obstáculo innecesario para Ermila porque es resguardado por los guardias de seguridad y además, necesita siempre traer un permiso para entrar y salir. Para obtener este permiso, necesitan comprobar, por medio del recibo de la luz que son residentes de este lugar. Sin duda 58 alguna, la monotonía de las máquinas excavadoras y el constante ruido de los helicópteros que vigilan el lugar por la noche son posiblemente los otros aspectos que de igual forma molestan y afectan las realidades cotidianas de los miembros de esta comunidad.

Para Turtle, el espacio es más fluido y siente una afinidad especial por los espacios restringidos, como los cementerios y lugares recónditos, ya que le han servido como refugio por los últimos diez años. Este lugar es lo único que conoce y en él ha decido vivir al margen de la comunidad, que de cierto modo es parte de sus memorias y de su identidad. A los retenes de seguridad decide evadirlos por el hecho de conocer bastante bien las entradas y salidas del vecindario. Su reacción ante la destrucción del espacio y la construcción de las autopistas es descrita del siguiente modo:

The big men thumped their cold reptile chests and tangled their arms and

stomped on the nopales like two huge dinosaurs destroying a city.

(162) …But tonight, on the porch steps, Turtle stared at the incomplete

onramp bridge being constructed above the boundary of the Chinese

cemetery. It resembled a mangled limb, as if a monster dinosaur had bitten

into it, and a mesh of electrical wires hung out of broken cement like

arteries dripping mounds of heaved-up rubble. (169)

La imagen del dinosaurio devorando la ciudad es una metáfora para describir una sensación de asombro e impotencia, la cual definitivamente enajena al individuo que se encuentra viviendo día tras día este proceso de urbanización. 59

Frente a la perenne indiferencia provocada por la urbanización del espacio, existe la preocupación insistente del hambre, la cual está asociada a la falta de dinero. A diferencia de Ermila, quien había conseguido un empleo para poder comprarse sus propios materiales, Turtle a sus dieciocho años, ya había sido detenida por la

Correccional de Menores de California por haber marcado con grafiti las paredes, había sido abandonada por sus padres y hermano y posteriormente por su pandilla, Los

McBride Boys. Es decir, se había quedado completamente sola, transitando por las calles del vecindario, hurgando comida del suelo, comiendo en refugios para desamparados y pidiendo dinero en la calle. Su perfil híbrido, con vestimenta de pandillero urbano era parte de una identidad sancionada por los negocios de la comunidad que se abstenían de ofrecerle un empleo. Cuando finalmente Ray, un comerciante japonés que vivía fuera del vecindario, le ofrece un empleo por razones que él mismo desconoce, Turtle se desconcierta ante esta oferta. La siguiente cita ilustra este intercambio:

--You looking for a job? Ray blurted out and then regretted the offer

immediately. Ray hadn't the slightest idea why he entertained the notion.

Offering this hoodlum a job? The wife would give him hell and would tell

him, Go ahead and kill yourself. Why should I care!

--Come tomorrow in the morning, Ray said. Maybe I give you a job.

--Turtle wiped her nose with her leather sleeve. She heard the crisp of

Ray's windbreaker against the chinking chain. They both stepped through

the doorway and stood under the store sign. Turtle said:

--What time you want me here? 60

--Turtle caught Ray by surprise. Ray lowered the chain because of the dull

ache of his forearms.

--No joke.

--No joke, what time? Turtle waited for an answer.

--Seven a.m. Exactly. Ray was a man who went by the clock and everyone

knew it, including Turtle. He bolted the double doors and needled the

chain in and out of the door handles and repeated:

--Seven a.m. If not, Ray said, don't count on me.

Al día siguiente, no se presentó a trabajar porque había muerto mientras transitaban las avenidas del vecindario. Es en esta cita que Harvey nos recuerda cómo la ciudad “is the high point of human achievement, objectifying the most sophisticated knowledge in a physical landscape of extraordinary complexity, power, and splendor… But it is also the site of squalid human failure… (The Urban 229). Sin duda alguna, la ciudad deshumaniza a los desposeídos, los convierte en seres invisibles o monstruos para después ser percibidos como una amenaza para el progreso de la ciudad. Además, el texto está cuestionando las responsabilidades que los dueños de negocios deberían tener con la comunidad, porque su devenir y ganancias dependen de estos lugares.

Frente a la deshumanizadora visión del individualismo urbano, teorizado por

David Harvey, se relata la historia de compasión de Tranquilina, a quien sus padres le han inculcado una vida de indulgencia, sacrificio y humildad, a través del ministerio del evangelio e historias sub-reales. Después de haber sobrepasado una agresión en el Cuero

Texas, la familia regresa al este de Los Ángeles para inaugurar una iglesia y un comedor 61

público para ofrecer comida a las personas desamparadas, por medio de alimentos que

reciben de los negocios locales. En medio del caos urbano y la pobreza, Tranquilina

logra procurar la confianza de los desamparados quienes empiezan a no solamente tenerle

confianza, sino a verla como un ser angelical. Por ejemplo, cuando visita los espacios

que habitan los necesitados, estos le permiten caminar libremente entre sus casas de

cartón debido a que ella los trata con amabilidad y respeto. Particularmente las mujeres,

quienes se acercan para tocarle la falda con la esperanza de recibir un milagro (283).

Tranquilina es la proveedora del pueblo y su vida de sacrificio se opone al individualismo

coligado al dinero que regularmente marca al individuo en un espacio urbano.

Otro claro ejemplo de su práctica generosidad puede observarse cuando decide

ayudar a Ana Brady con el bienestar de su hermano, Ben Brady, a quien paulatinamente

lo va consumiendo una enfermedad física y sicológica. Ben Brady visita el comedor para

desamparados y es de este modo que Tranquilina llega a conocer de sus adversidades.

No hay duda que el motor principal de los padres de Tranquilina es la fe, no obstante,

Tranquilina, a través del texto, gradualmente va cuestionando este sistema ideológico y

sus acciones en conjunto con su actitud evolucionan hacia la praxis. David Harvey

teoriza que todas las acciones que se producen en la ciudad adquieren un valor

adquisitivo expresado en dinero, sin importar lo insignificante que parezcan (The Urban

232), no obstante, las obras de Tranquilina tienen un valor humano que va más allá del

valor del dinero. Ahora bien, sus acciones dependen de los negocios que le proveen

alimentos gratuitos para beneficio de la comunidad y estos negocios están vinculados al sistema capitalista de la ciudad. En este sentido, la interacción que Tranquilina tiene con 62

su comunidad está condicionada por los procesos del sistema capitalista. No obstante, las

acciones de Tranquilina creemos que son de un sacrificio individual, frente a las necesidades de su comunidad.

En consonancia con las acciones de sacrificio de Tranquilina, se narra la historia

de los hermanos Ana y Benjamín Brady, quienes fueron abandonados por su mamá y

ellos se quedaron a vivir con su exigente padre. En esta relación de hermanos, la persona

que se hace cargo de Ben es Ana, debido a los problemas sicológicos y físicos que

lentamente van succionándole la vida. Si bien es cierto que Benjamín Brady graduó

como el mejor alumno de James A. Garfield High School y logró conseguir una

subvención para asistir a la Universidad de Southern California, éste comienza a

deteriorarse físicamente y sicológicamente que necesita de la supervisión de su hermana

Ana. Su padecimiento físico se debía a un accidente que había sufrido a la edad de 11

años y su condición sicológica correspondía, en parte, al abandono de la mamá, al

maltrato del padre y a los dolores de cabeza que empezó a tener después del accidente.

La responsabilidad que adopta Ana es una de compasión y protección que, hasta cierto

punto, viene a llenar el vacío que dejaron los padres. David Harvey explica que la

familia “exists as an island of relative autonomy within a sea of objective bondage,

perpetually adapting to the shifting currents of capitalist urbanization through its relations

to individualism, community, class, and the state” (The Urban 238). En este sentido, la

unidad de la familia se vio interrumpida por el abandono de la madre y Ana asimiló el rol

de madre a muy temprana edad. El individualismo de Ana en conexión con su

consanguíneo se muestra neutralizado frente las circunstancias que se viven en la 63

comunidad. Las acciones humanas de Ana Brady no son simplemente un sacrificio, sino

también una responsabilidad.

2.4 El Estado y el control del espacio urbano

Según Harvey, el Estado es un aparato importante en la formación de la

urbanización de la conciencia porque funciona como un centro de autoridad ejerciendo

sus poderes políticos y económicos sobre un determinado territorio con cierto grado de

legitimidad (The Urban 231). En consonancia con los argumentos marxistas de Harvey,

Mario Barrera explica que el Estado es una institución que históricamente ha venido afirmando el dominio de una clase sobre otras, a través de distintos modos de apropiación,

incluyendo la violencia (Race and Class 157). En este sentido, la legitimidad del estado

está anclada en la habilidad de definir, defender y resolver ciertos intereses urbanos por

medio de instituciones sociales que manejan, por medio de un sistema burocrático, los

problemas de la ciudad (The Urban 238).

Uno de los modos que el Estado decide implementar orden en la comunidad de

Ermila, Turtle, Tranquilina, y los hermanos Brady es poniendo en cuarentena a los

residentes de la comunidad, argumentando que la ciudad estaba obligada a proteger a sus

residentes de un brote de perros con rabia y por consiguiente, era obligatorio implementar

un plan de emergencia para contener esta enfermedad. En la siguiente cita se pone en

perspectiva las acciones del estado y la reacción de los abuelos de Ermila, quienes son

residentes del vecindario:

The girlfriends lived within the shaded boundaries of the map printed in

English only and distributed by the city. From First Street to Boyle to 64

Whittier and back to Pacific Boulevard, the roadblocks enforced a

quarantine to contain a potential outbreak of rabies. Back in early

February, a pamphlet delivered by the postman read: Rising cases of

rabies reported in the neighborhood (see shaded area) have forced Health

officials to approve, for limited time only, the aerial observation and

shooting of undomesticated mammals. Unchained and/or unlicensed

mammals will not be exempt. A quarter of the pamphlet described rabies

symptoms, untimely deaths, rabid squirrels and other urban rodents, city

fines. For limited time only, a curfew enforced. The mayor had signed the

brochure with such a spectacle of a signature, Grandfather Zumaya had

judged the man incapable of ignorance or wrongdoing. Let's work together

to keep our families and our city safe, the end of the message urged. (54)

Desde la perspectiva de Ermila, se sabe que sus abuelos habían aceptado las imposiciones de la ciudad, y por consiguiente, se podría asumir que los abuelos formaban parte de una generación que había aprendido a evadir el sistema, sin negarlo, como lo explica Michael de Certeau en The Practice of Everyday Life, cuando infiere que los indígenas habían sobrevivido culturalmente, evadiendo el orden impuesto por la cultura española (xiii).

Además, se podría deducir que los abuelos, hasta cierto punto, consideraban esta medida tolerante debido a que su casa se había salvado de la demolición. En todo caso y como ya se mencionó, los dirigentes de la ciudad habían planeado la construcción de las autopistas, sin la consideración de los habitantes de la comunidad, de modo que el proceso de urbanización avanzaba sistemáticamente. 65

El espacio urbano de la localidad se describe en estado de sitio, completamente desordenado, plasmado de máquinas excavadoras, casas abandonadas, zanjas, ruidos agudos y aire contaminado por el humo quemado. Por la noche, se escucha el ruido de los helicópteros, los cuales perseguían a los perros callejeros para matarlos y al mismo tiempo resguardaban el lugar, en conjunto con los guardias de seguridad, quienes restringían la entrada y salida a los residentes; desde las ocho de la noche hasta las seis de la mañana. La monotonía de la construcción del espacio forma parte de las prácticas cotidianas de los residentes de este espacio y esta experiencia se pone en perspectiva en la siguiente cita:

By Monday, the earthmovers would be running again, biting trenches

wider than rivers; the groan, thump and burr noise of the constant motors

would weave into the sound of her own breath whistling the blackened

fumes of dust and crumble in her nasal cavities. And this sound would

only disappear at night when she held her breath or when she looked out

from her porch steps as she was doing now to see the blue house like all

the other houses disappearing inch by inch just like Chavela and all the

other neighbors. In its place, the four-freeway interchange would be

constructed in order to reroute 547,300 cars a day through the Eastside and

would become the busiest in the city. (169)

Desde el punto de vista de Turtle, la urbanización del espacio urbano forma parte de su propia transformación; un proceso diacrónico, en el cual las máquinas de construcción derriban las casas de los vecinos, las cuales forman parte su memoria y de su identidad. 66

La urbanización de la conciencia en este sentido es un sentir de impotencia, es sentirse

amputado e insultado, es pues, un acto de violencia y cómo entender la violencia cuando

ésta siendo perpetrada sistemáticamente por el Estado para el supuesto beneficio de la

ciudad. En este sentido, David Harvey nos recuerda que el Estado “with its monopoly of violence and definitions of legality, plays a crucial role in both backing and promoting these processes” (Imperialism 145).

Frente a la violencia perpetrada por el Estado, Ermila es posiblemente la persona que tácticamente decide cuestionar la autoridad cuando en cierta ocasión regresa tarde a la casa. Enfrente de ella, se encuentran 48 personas, esperando en línea para que los oficiales revisaran los documentos y permitirles el paso a la zona restringida. Por impulso, decide cuestionar el avance lento del proceso y esta acción hizo que las demás personas, compartieran en voz baja los mismos sentimientos de frustración. Cuando el oficial se acerca a Ermila, ésta responde temerosa, explicando que quiere llegar lo más pronto posible a casa. La confrontación se describe del siguiente modo:

--You think I like to do this? Rodriguez asked.

--I don't know, Ermila replied.

--You think I like this job?

--You don't look miserable, whispered one of the neighbors, and another

guffawed and then cleared his voice….

--You think you're doing me a favor? he continued, eyeballing her in a

straightforward, you-can't-get-away-from-me-now glare. You think rabies

is a good thing? 67

--Ermila responded with absolute silence. Rodriguez scratched his chest as if he debated what to do next and the leather of his belt whined. He glanced at his watch.

--You're in violation of curfew.

Ermila was about to respond when Rodriguez raised his palm as if to halt her from speaking. Now, before you talk-he paused and inhaled- think about it.

--I had to work overtime.

--Come on, Rodriguez said, holding the corners of the ID with his thumbs.

Give me something better than that….

--Now, come on, honey, I don't want to hear lies.

Why would I lie? Ermila continued. And in sheer boldness, she blurted, call the Salas Used Cars dealership if you want.

Who, now?

Ermila felt dizzy with the exactitude of his pinpoint starch-ironed white shirt. She bowed her head hoping Rodriguez wouldn't notice her deceit.

Why did they have the need to fuck with people? she thought. Why can't they leave us alone? Rodriguez flapped his ear with a finger.

Who did you say?

Salas.

By God, that crook still in business?

(290-291) 68

David Harvey explica que el Estado es un aparato que propaga modos específicos de pensar y actuar (239) y mantiene dominio total dentro de todas las facetas del proceso de circulación del capital (The Urban 246). En este sentido, se puede deducir que las acciones de Ermila y de la comunidad, en general han sido manipuladas por el Estado, cual ha establecido un perímetro de control totalitario en el vecindario, no obstante, esta actitud inactiva puede ser accionada por sentimientos reprimidos que se manifiestan en circunstancias de confrontación, como en la situación de Ermila. El incidente empoderó, brevemente, a las personas que esperaban en la línea de espera, lo cual permitió que no solamente saliera Ermila de la línea, sino también a otra mujer que traía a su bebé enfermo. Por ende, la omnipresencia del control del Estado puede ser confrontada y resistida como lo demuestra el ejemplo.

2.5 Clase social y diferenciación residencial

Los estudios de Mario Barrera, Race and Class in the Southwest: A Theory of

Racial Inequality (1979) y Rodolfo Acuña, Occupied America: A History of Chicanos

(1972), han demostrado cómo la comunidad chicana fue integrada y subordinada al sistema laboral de los Estados Unidos desde que las tierras del Suroeste fueron anexadas.

En concordancia con estas investigaciones, los estudios de David Harvey sobre diferenciación residencial y conciencia de clase social arguyen que el capitalismo ha construido un espacio físico y social en su propia imagen (The Urban 162). De este modo, la ciudad es una producción social que está poblada de personas que viven de acuerdo a su valor laboral, el sueldo que ganan y el trabajo que desempeñan (229), por consiguiente, explica que la ciudad es dirigida “by a particular coalition of class forces, 69 segmented into distinctive communities of social reproduction, and organized as a discontinuous but spatially contiguous labor market within which certain distinctive quantities and qualities of labor power may be found” (229). Es decir, en la geografía de la ciudad están estructuradas las diferentes clases sociales como es el caso de la ciudad de

Los Ángeles, durante la década de los sesenta.

En la comunidad que se ha venido analizando se encuentran segregados físicamente por la construcción de las autopistas y por los guardias de seguridad que han implementado un toque de queda. Si bien es cierto que los vecindarios proveen entornos en los cuales sus habitantes adquieren sus valores, expectativas, hábitos de consumo, la capacidad de comprar y su estado de conciencia (The Urban 118), entonces, los habitantes de esta comunidad, por un periodo de diez años, han adquirido todo lo mencionado y además, han sido segregados, desposeídos y subyugados a trabajar en empleos de mano de obra barata. Por ejemplo, desde el punto de vista de Ermila, se sabe que ella y sus amigas se transportan a través del vecindario por medio del sistema de autobuses. Además, observaba que todas las mañanas pasaban por su casa los residentes del vecindario para tomar el autobús y salir a trabajar. En la siguiente cita, se describe a las mujeres que salen del vecindario a trabajar:

The five-thirty bus took the first set of female passengers to the Westside

where, if they spoke English, they worked as nannies for hire (and did the

ironing) or, if they didn't speak the language, they worked as housekeepers

(ditto with the ironing). The second set of women took the six ó clocker

and traveled downtown, where they operated speedy sewing machines in 70

the garment district or worked as hotel maids or worked as nurses' aides in

nursing homes. But all of them journeyed out of the neighborhood and

outward into the massive unknown to become a part of the city's working

migration. It might have strained lesser believers, might have broken their

profound belief in hard work, were these women not made of gut and grist

and a gleam of determination as blinding as a California sun. (176)

Desde el punto de vista de Ermila, se observa que la comunidad funciona como un

espacio de reserva laboral y en este sentido, los residentes participan en la producción de

la ciudad, la cual los ha despojado y segregado. Es decir, en este proceso capitalista, la

comunidad de Ermila participa de modo pasivo en su propio aislamiento (trabajan para

mantener la ciudad y pagan impuestos, los cuales son utilizados para la construcción de

las autopistas). Por ende, la urbanización de la conciencia de clase social es un proceso

circular que está aunado a la diferenciación residencial.

David Harvey define a la diferenciación residencial como “differential access to the scarce resources required to acquire market capacity” (The Urban 118). Harvey utiliza el ejemplo del acceso a los recursos de educación, para explicar cómo éstos pueden ser utilizados para adquirir múltiples habilidades y poder desempeñar varios trabajos en un área laboral (118). En este sentido, las comunidades podrían producir poder laboral especializado, no obstante, los vecindarios chicanos muchas de las veces son marginados dentro del sistema de educación, como se explica en el análisis de la obra de Luis J. Rodríguez, Always Running. A lo dicho, se suma la experiencia de Ermila, quien es inscrita en la escuela primaria en un salón de treinta uno estudiantes, lugar donde 71

conocerá a su amiga Lollie. Después, ambas participarán en las protestas de la década de

los sesenta de modo pasivo. En todo caso, es importante mencionar que Harvey indica

que los patrones de diferenciación residencial reflejan e incorporan muchas de las

contradicciones de una sociedad capitalista, por consiguiente, es crucial considerar las

múltiples posibilidades que surgen en estos procesos para poder deshilvanar el tejido

urbano social (119).

En el amplio estudio de Mario Barrera se ha demostrado cómo los grupos étnicos

han formado parte de las reservas laborales para el desarrollo económico industrial, no

solamente en las ciudades, pero también en el trabajo laboral de la agricultura (Race and

Class 232). David Harvey manifiesta que la incorporación de los grupos étnicos a una posición permanente de marginalización debería estudiarse en términos de estructura de

clase (113) y por consiguiente, “it is broadly true that the underclass in American society

is identified with neocolonial repression based in racism” (120). Sin duda alguna, los

estudios académicos concuerdan con la situación que se vive en el vecindario de Ermila,

una condición desfavorecida que está coligada a la clase social y a la diferenciación

residencial.

2.6 El tejido de la comunidad urbana

El tejido de la comunidad es enmarcado por las siguientes carreteras y autopistas:

Al Este por la Autopista Interestatal 710 Long Beach; al Oeste por la Autopista

Interestatal 5; al Norte por la Autopista Interestatal 10; y al Sur por la Carretera Pomona

60. En este sentido, el espacio ha sido aislado de la ciudad con el propósito, según la ciudad, de contener un brote de perros con rabia, no obstante, el propósito es controlar la 72 entrada y salida de los residentes. La comunidad está integrada por Ermila y sus abuelos, la familia Brady, la familia de Tranquilina, la familia de Turtle, las amigas de Ermila, los vagabundos, los/las trabajadores/ras que salen temprano del vecindario a trabajar, los pequeños negocios, los cementerios, las calles, etc. Harvey explica que desde el punto de vista del capital y el dinero, estos lugares “are no more than relative spaces to be built up, torn down, or abandoned as profitability dictates. But from the standpoint of the people who live there, such places may be the focus of particular loyalties” (The Urban, 233).

Según Harvey, es en este punto de tensión de intereses, donde se puede generar la formación de la conciencia.

Con respecto a la comunidad que está siendo analizada, se puede observar que el

Estado funciona para controlar al vecindario, imponiendo un toque de queda y vigilando el lugar para mantener el orden. Es decir, la tensión es controlada y manejada por el

Estado con el propósito de proteger los intereses de un grupo de personas que no se mencionan en el texto, simplemente se lee un folleto que había enviado la ciudad para comunicarles del toque de queda y del área que iba a ser controlada (54) y además, se menciona la llegada de planificares urbanos (17). Para Harvey, las comunidades de bajos recursos económicos muchas de las veces se quedan atrapadas en el mismo espacio, debido a la imposibilidad de apropiarse de él (The Urban 265). En todo caso, la agencia de la comunidad es fragmentada en pequeños grupos como las tres amigas de Ermila, la pandilla los McBride Boys y el comedor para desamparados de los padres de Tranquilina.

En conjunto, se observa que se dedican a sobrevivir en el espacio e inclusive forman amistades más por necesidad, que por voluntad. De telón de fondo, se menciona la 73 organización para las protestas escolares, en las cuales Ermila y sus amigas participan de modo pasivo.

74

CAPÍTULO III: LA URBANIZACIÓN DE LA CONCIENCIA CHICANA,

ANÁLISIS DEL TEXTO, ALWAYS RUNNING, LA VIDA LOCA: GANG DAYS IN

L.A. DE LUIS J. RODRÍGUEZ

I reiterate that the urban is not a thing but a

process and that the process is a particular

exemplar of capital accumulation in real

space and time. (Harvey, The Urban 247)

Henri Lefebvre argumentó en el texto The Production of Space que el individuo urbano no puede separar sus experiencias sociales y mentales de la ciudad, debido a que están interconectadas para formar una estructura simbólica de la ciudad. En este sentido, individuos que han vivido y crecido en un lugar, llevan consigo mismos un imaginario cartográfico del espacio vivido y percibido, el cual ha afectado y moldeado sus vidas.

David Harvey coincide con Lefebvre y argumenta que los espacios que son reproducidos a través de la escritura podrían ser analizados para entender cómo el proceso de urbanización funciona. En la obra de Luis J. Rodríguez, Always Running, La Vida Loca:

Gang Days in L.A. (1993), el narrador revela cómo las actividades diarias de la vida urbana moldearon su vida, su modo de pensar y el devenir de su familia. La meta principal del narrador no solamente es revelar su propia verdad testimonial, sino argumentar por la reorganización de la sociedad americana (10) y cuestionar el sistema socio-político y económico del estado (248). El propósito de esta investigación es analizar el imaginario simbólico producido en el texto utilizando argumentos teóricos que 75

David Harvey expone en, The Urban Experience (1989) para comprender cómo los procesos urbanos forman parte de la urbanización de la conciencia chicana.

Basándose en los conceptos que Henry Lefebvre desarrolla en The Production of

Space (1974), Harvey argumenta que el capitalismo ha sobrevivido a través de la producción de un espacio urbanizado y por lo tanto, la urbanización de la conciencia debería estudiarse en relación a la urbanización del capital (231). El desarrollo urbano está aunado a los procesos sociales, políticos, económicos y culturales que se viven en la ciudad y de esta manera, moldean y afectan de modo multiléctico las prácticas cotidianas del individuo urbano. En este sentido, Harvey teoriza que la urbanización de la consciencia ocurre cuando el individuo comienza a identificarse con los procesos urbanos de la ciudad, con las interacciones sociales y con los objetos de consumo y producción.

Asimismo, Harvey argumenta que los procesos urbanos permean la conciencia del narrador urbano y consecuentemente las narraciones pueden hasta llegar a crear un espacio de posibilidades y deseos. Como ya expliqué anteriormente, en 1977 Raymond

Williams en su texto, Marxism and Literature (1977), ya había teorizado sobre cómo algunas narraciones podrían ser expresiones culturales de un determinado grupo social.

Para Williams, en el arte narrativo existe una “estructura del sentimientos” que funcionan como lecturas activas en el imaginario del lector (128-135). De esta misma forma,

Harvey considera que el texto narrativo provee un espacio en el cual múltiples posibilidades y alternativas se podrían formular, incluyendo la posibilidad de influir en los procesos urbanos de la ciudad (City 24). Para ambos teóricos, no hay duda que existe 76 una realidad simbólica incrustada en la literatura y por consiguiente, consideran el arte narrativo como espacios de posibilidades que pudieran inmiscuirse de un modo bidireccional en los procesos de urbanización.

Harvey utiliza la metáfora del arquitecto para explicar cómo éste crea un diseño imaginario, lo reproduce en miniatura, y después lo construye en el espacio físico.

Similarmente, el escritor urbano imagina y produce una narrativa simbólica basada en una realidad vivida o percibida, la cual podría ayudar a comprender las prácticas cotidianas del individuo urbano y los procesos de urbanización. En este sentido, consideramos la obra de Luis J. Rodríguez, Always Running, como un mapa cognitivo que describe el espacio desde una perspectiva personal. En la arquitectura de esta narrativa, se puede analizar cómo se percibe el individuo dentro de este entorno vivido, cómo se relaciona con su familia, con su comunidad y con el Estado. Al analizar estas interconexiones, se espera encontrar huellas que ayuden a comprender cómo los procesos urbanos, políticos, económicos, sociales y sicológicos afectan y moldean la subjetividad del individuo que habita en la ciudad.

Para Harvey, la ciudad es un espacio de contradicciones que produce riqueza y pobreza a la misma vez. De ahí que el capitalismo produzca espacios y oportunidades desiguales según las circunstancias del individuo urbano. Harvey describe la ciudad de la siguiente manera:

The city is the high point of human achievement, objectifying the most

sophisticated knowledge in a physical landscape of extraordinary 77

complexity, power, and splendor at the same time as it brings together

social forces capable of the most amazing socio technical and political

innovation. But it is also the site of squalid human failure, the lightning

rod of the profoundest human discontents, and the arena of social and

political conflict. (229)

La ciudad es pues un espacio de desarrollo disparejo que beneficia a las personas o

grupos sociales que controlan y manejan su crecimiento. Consecuentemente, el

crecimiento de la ciudad está interconectado a la demanda de espacios construidos, a la

fuerza laboral y a los sueldos de los trabajadores, entre otros. La ciudad es pues una

acumulación de capital que produce una plusvalía. Harvey explica la importancia de la

ciudad del siguiente modo:

From their inception, cities have arisen through geographical and social

concentrations of a surplus product. Urbanization has always been,

therefore, a class phenomenon, since surpluses are extracted from

somewhere and from somebody, while the control over their disbursement

typically lies in a few hands…. Capitalists have to produce a surplus

product in order to produce surplus value; this in turn must be reinvested

in order to generate more surplus value. (“The Right to the City”, 24)

Es evidente subrayar que la rentabilidad de la ciudad depende de las personas que controlan su crecimiento, de la habilidad de administrar la mano de obra barata y de las nuevas tecnologías. Este continuo proceso de cambio y trasformación del espacio es el 78

motor que mantiene la urbanización de la ciudad. Por ende, la subjetividad del individuo

que habita en la ciudad depende del tiempo y el espacio, de su experiencia vivida y

percibida, de su género, etnia y estatus social, entre otros.

No hay duda que son múltiples las circunstancias que el individuo urbano vive en

la ciudad y todas forman parte de los procesos de urbanización. Uno de los aspectos que

más impactó y causó un rápido crecimiento de la ciudad fue la llegada de muchos

inmigrantes a la ciudad de Los Ángeles. Previo a los años sesenta, habían llegado un sin

número de inmigrantes de diferentes regiones de los Estados Unidos y de otros países a la

ciudad de Los Ángeles. Albert Camarillo explica, en Chicanos in a changing society:

From Mexican Pueblos to American Barrios in Santa Barbara and Southern California,

1848-1930, que la ciudad había crecido rápidamente desde principios del siglo XX. Por

ejemplo, en la primera década del siglo la población se triplicó, pasando de 102, 479 a

319, 198 habitantes. Consecuentemente, para los años treinta, la población había sobrepasado el millón de habitantes (119). Asimismo, la Depresión Económica causó que muchas familias de descendencia mexicana fueran deportadas debido a la escasez de empleos y debido a políticas racistas promovidas por el Estado.

En la década de los cuarentas, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial,

volvieron muchos trabajadores mexicanos a inmigrar a los Estados Unidos, sustituyendo

al trabajador estadounidense que se había enlistado en el gobierno militar. Esta vez,

muchos volvieron con documentación legal debido a la institución del Programa Bracero,

el cual duró hasta 1964. Manuel Martín Rodríguez explica cómo las economías de los 79 estados del sudoeste de los Estados Unidos se beneficiaron con el incremento de mano de obra barata y con los acuerdos salariales que hizo el gobierno mexicano con las empresas estadounidenses (La voz urgente 20). Además, considera “que la política de los Estados

Unidos con respecto a la inmigración de mexicanos ha sido radicalmente hipócrita, importando y deportando trabajadores según las conveniencias del mercado laboral”

(Ibíd.). Desde principios del siglo hasta la década de los sesenta, la población de herencia cultural mexicana aumentó en las principales ciudades del sudoeste de los Estados

Unidos, particularmente en la ciudad de Los Ángeles.

Según Mike Davis, en City of Quartz: Excavating the Future in Los Ángeles

(1990) explica que durante la década de los cincuenta, el alcalde de la ciudad C. Norris

Poulson (de 1953 a 1961) accedió a que se desalojaran a 12, 000 residentes del área de

Chávez Ravine y Bunker Hill para que se construyera el estadio de los Dodgers y se re- construyera Bunker Hill (123). Davis argumenta que el alcalde estaba al servicio de la clase élite, quienes manejaban el discurso ideológico del periódico L.A. Times y consecuentemente, del discurso y reorganización de la ciudad (Ibíd.). El mandato de

Poulson culminó en 1961 con la elección del nuevo alcalde, Samuel William Yorty, quien gobernó hasta 1973. El nuevo alcalde apoyó con recursos económicos al

Departamento de Policía, el cual reprimió aún más los derechos de las minorías étnicas, lo cual causó fuertes protestas por parte de los afroamericanos en la ciudad de Watts, en

1965, y consecuentemente, por los estudiantes mexicoamericanos en el este de Los

Ángeles en 1968 (120-130). 80

Raúl Homero Villa argumenta, en Barrio-Logos: Space and Place in Urban

Chicano Literature and Culture (2000), que las protestas de los años sesentas fueron

expresiones de inconformidad e indignación debido a la falta de vivienda, la represión del

estado y del temor de perder sus propiedades a través de la apropiación (96). Según

Víctor M. Valle y Rodolfo D. Torres, en Latino Metrópolis (2000), después de los

disturbios de los años sesenta, los anglosajones de clase media y clase alta emigraron

hacia las afueras de la ciudad en donde establecieron sus propias comunidades privadas.

Durante esta época de desarrollo y urbanización, la ciudad creció, creando otros centros

urbanos que igualmente competirían con el poder centralizado de la ciudad. En síntesis,

éste es el telón social que a la familia de Luis J. Rodríguez le tocó vivir a su llegada a la

ciudad de Watts, California.

Luis. J. Rodríguez nació en El Paso, Texas en 1954. Dos años después, sus

padres emigraron a Los Ángeles, California; un barrio pobre cercano a las fábricas

industriales, habitado primordialmente por afroamericanos, mexicano-americanos y

personas pobres que llegaban de distintas partes del país en busca de trabajo. Michael

Schwartz narra, en Luis Rodríguez (1997), que el padre de Luis, al llegar a Los Ángeles,

“worked in a paint factory, in a dog-food factory, as a construction worker, and as a door- to-door salesman selling insurance, Bibles, and kitchenware” (16). Asimismo, la madre

“worked long hours as a housecleaner and later as a seamstress in garment factories” (15).

En ambos casos, los padres de Luis J. Rodríguez llegaron a la ciudad convirtiéndose en trabajadores de mano de obra barata, lo cual contrasta con el tipo de vida que ambos tenían en Ciudad, Juárez. 81

En el texto narrativo que se va analizar, Luis J. Rodríguez utilizará el seudónimo

Louie para narrar una experiencia autorreferencial, recordando los primeros años de su infancia y juventud, en Watts y Las Lomas del Sur de San Gabriel, California—durante la

década de los años sesenta y principios de los años setenta. En la obra, se narra el

espacio de la ciudad de Los Ángeles durante la década de los sesenta, una etapa de

conflictos raciales, de transformación y crecimiento económico y de expansión

geográfica. Es nuestro propósito analizar la realidad simbólica incrustada en la obra

Always Running, la cual nos podría ayudar a comprender la urbanización de la conciencia,

utilizando las teorías desarrolladas por David Harvey en The Urban Experience (1989).

Considerando las descripciones del entorno, los anhelos de la voz narrativa y las circunstancias que vive el protagonista, se puede deshilvanar y comprender cómo se interrelacionan las funciones de la familia, el individuo, el Estado, la clase social y la comunidad.

3.1 El individualismo

El individualismo es un concepto elemental para la formación de la conciencia urbana, consecuentemente, Harvey postula que el individualismo se aferra al uso del dinero en mercados que funcionan libremente (The Urban 231). El individuo urbano

confronta el dinero y el capital como una doble alienación; es decir, todos los aspectos de

la vida humana que se viven en la ciudad adquieren un valor expresado en dinero, sin

importar lo insignificante que parezcan. La alienación del individuo surge cuando las

interacciones humanas son reducidas al denominador común que es el dinero (232). El 82

individualismo en la ciudad está interpolado con la experiencia de pertenecer al mismo

grupo étnico y al espacio que dicho grupo étnico ocupa.

Para el narrador de Always Running, el espacio y la identidad están íntegramente adheridos a sus recuerdos. En los primeros años de su infancia, Louie rememora el espacio donde creció como una pesadilla inscrita en su memoria. El narrador lo recuerda de este modo:

I'm small and all I remember are dreams of blood, me drowning in a red

sea, blood on sheets, on the walls, splashing against the white pail in

streams out of my mother's ankle. But they aren't dreams. It is Mama

bleeding - into day, into night. Bleeding a birth of memory: my mother,

my blood, by the side of the bed, me on the covers, and her slicing into a

black vein and filling the pail into some dark, forbidden red nightmare

which never stops coming, never stops pouring, this memory of Mama and

blood and Watts. (34)

Los recuerdos están enlazados con un espacio (Watts) y con su mamá (María Estela) quien suele periódicamente cortarse las venas de las piernas para atenuar la presión de las várices. La madre trabajaba de costurera, de niñera y limpiando casas. El estado económico de la familia no les permite tener acceso a un doctor y la mamá sufre de diabetes, la presión alta, los nervios, la tiroides, sobrepeso y ha perdido su dentadura (23).

De esta manera, la experiencia de la vida cotidiana está coligada al espacio, a la identidad

y a la memoria del narrador. 83

En los años cuarenta, Watts era una comunidad de inmigrantes que habían llegado

buscando empleos en las fábricas industriales que manufacturaban productos bélicos o

relacionados a la industria automotriz. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad

construyó viviendas para familias de bajos recursos económicos y para mantener

controlado el flujo de mano de obra barata. En el texto Crisis urbana y cambio social

(1981), Manuel Castells explica cómo el gobierno federal reestructuró el sistema

hipotecario y bancario después de la crisis económica de los años treinta, permitiendo de

este modo que los gobiernos estatales pidieran préstamos para construir viviendas para

familias de bajos recursos económicos (23). Después de la guerra, muchos inmigrantes

afroamericanos provenientes de Luisiana, Mississippi y Texas llegaron y se quedaron en

estas comunidades—mejor conocidas como “housing projects”. A principios de los años sesenta, Watts era una ciudad con vecindarios económicamente segregados, en los cuales los anglosajones vivían en comunidades más afluentes.

El vecindario rural-urbano residido por el narrador estaba localizado en las orillas de la ciudad. Según el narrador, “[i]f you moved there it was because the real estate concerns pushed you in this direction. For decades, L.A. was notorious for restrictive covenants - where some areas were off limits to "undesirables" (17). En el texto crítico

Social Justice and the City (1973), Harvey analiza la formación de “Ghetos” en las ciudades de los Estados Unidos a finales de los años sesenta y principios de los años setenta y explica que el control de rentas era una herramienta que se utilizaba para restringir y delimitar el crecimiento de las ciudades (137-140). Según Harvey, las personas de altos recursos económicos fácilmente podían escoger los espacios más 84 codiciados para vivir, mientras que los pobres eran relegados a los espacios indeseables

(135). Para Harvey, “[t]his is the natural consequence derived from applying marginalistic economic principles—the bid rent curve being a typical marginalist device—to a situation in which income differences are substantial” (135). El aislamiento del narrador no solamente era físico, sino también reglamentado por un sistema institucionalizado.

El vecindario del narrador estaba segregado por las vías del tren. Al otro lado se encuentraba la comunidad South Gate, habitado por familias anglosajonas que trabajaban en la industria automovilística (24). Cuando iban a comprar comestibles a South Gate, normalmente eran insultados verbalmente o atacados físicamente. En cierta ocasión,

Louie recuerda cómo él y su hermano fueron agredidos por cinco jóvenes anglosajones:

“I watched the others take turns on my brother, this terror of a brother, and he doubled over, had blood and spew on his shirt, and tears down his face. I wanted to do something, but they held me and I just looked on, as every strike against Rano opened me up inside”

(25). La desesperación y la incapacidad fueron sentimientos indiferentes y reiterativos que Louie tuvo que afrontar durante su niñez, adolescencia y juventud.

Los espacios públicos para Louie se convirtieron en lugares de confrontación cultural porque no conformaba con las normas sociales, culturales o institucionales. Por ejemplo, Louie recuerda las indiferencias que sintió en su primer año escolar por no saber hablar el idioma inglés. Su hermano mayor (José) había sido asignado a clases para niños con discapacidad intelectual y Louie había sido relegado a la esquina del salón de clases 85

por el resto del año escolar. El sistema de educación no estaba diseñado para integrar a

estudiantes con obstáculos lingüísticos, sino lo contrario. Timothy A. Hacsi explica

cómo muchos estados para 1923 ya habían pasado leyes que promovían la enseñanza

solamente del inglés, inclusive Texas “had made it a crime to teach in any language, but

English” (67). Para 1950, muchos distritos escolares continuaban prohibiendo y

criminalizando la enseñanza del español hasta en los espacios de recreaciones escolares a

pesar que el español era el segundo idioma más hablado en los Estados Unidos.

El sistema de educación hasta 1965 era una situación de “sink or swim” y

mayormente los estudiantes terminaban ahogándose en el sistema. Manuel de Jesús

Hernández-Gutiérrez argumenta que este sistema estaba basado en una “ideología

asimilacionista tradicional” porque “era eurocéntrico y contribuía a excluir a los

estadounidenses de ascendencia mexicana, así como a otras minorías raciales, de los

beneficios del desarrollo” (1). En la década de los sesenta, el movimiento social por los

derechos civiles de los afroamericanos, los chicanos y de otras minorías ayudó a que en

1968 se renovara el Acto de Educación Bilingüe para que los distritos escolares

recibieran fondos federales e implementaran programas que ayudaran a los estudiantes a

navegar el sistema de educación (Hacsi 69-70). Los programas de educación bilingüe se institucionalizaron en 1975 cuando el Comisionado de Educación, Terrel Bell, anunció la decisión a favor y proveyó pautas de cómo los distritos deberían implementar dicho programa. 86

Louie asistió a clases durante este proceso de transición y narra cómo muchos de sus amigos no lograron escapar “the barrio gang experience” o mejor conocida como “La

Vida Loca or The Crazy Life” (4). A la edad de 10 años, él y su amigo (Tino) se meten a jugar basquetbol a una cancha escolar. El lugar está cercado y con un letrero prohibiendo el acceso. Mientras juegan, llegan los policías y les piden que salgan del lugar, ellos deciden correr porque tienen temor. El narrador describe por qué deciden correr:

We were constant prey, and the hunters soon became big blurs: the police,

the gangs, the junkies, the dudes on Garvey Boulevard who took our

money, all smudged into one. Sometimes they were teachers who jumped

on us Mexicans as if we were born with a hideous stain. We were always

afraid. Always running. (36)

La mancha oculta funciona como una metáfora del color de la piel que fácilmente los identificaba de pertenecer a un cierto grupo étnico. La decisión de echarse a correr fue instintiva, pero también fatal porque Tino resbaló al brincar un edificio y cayó al precipicio causándole la muerte. Después de este incidente, Louie y cinco de sus amigos decidieron formar un club. En la escuela no pertenecían a ningún club escolar, participaban poco en los deportes y la enajenación institucional los aislaba y los empujaba a crear sus propios grupos sociales.

En la escuela secundaria, el narrador desarrolla una actitud auto destructiva; causa problemas en la escuela, se escapa por las noches de su casa, se droga y se emborracha 87 con sus amigos, se mete a negocios a robar y se inicia en el crimen organizado. Louie explica cómo un comerciante de clase media les pedía que robaran autos para su negocio:

Yuk Yuk introduced us to two key figures in the stealing business. One

was Jandro Mares, a 30-year-old budding entrepreneur. Jandro owned a

large Victorian-style home in Alhambra. He had a large driveway and a

huge garage. He "commissioned" teenagers like us to steal certain cars he

needed, on order, then drive them to his garage. He taught us how to strip

them down in a matter of minutes. With un chingo of dudes, this was easy

to do. (75)

A los jóvenes les pagaban en efectivo y muy poco dinero por cualquier objeto robado como bicicletas, estéreos, televisiones, armas, cámaras, entre otros. Como ya se explicó anteriormente, David Harvey indica que las personas de bajos recursos económicos disfrutan de la mínima libertad que el poco dinero les provee (Urban 232). El crimen organizado aunado al dinero cultiva en Louie y en sus amigos una actitud exhilarante que dura hasta que se agota el dinero. Además, los actos delictivos incrementaron en violencia al igual que acrecentaron sus detenimientos en los tribunales para menores.

En casa, los padres lo echaron de su habitación, pero le permitieron vivir en la cochera. En este espacio aislado de la familia encuentra la suficiente independencia familiar para continuar su actitud autodestructiva y al mismo tiempo, creativa. El espacio le permite escapar de la sombra del hermano mayor (Joe) y comienza a experimentar con la música, el arte visual (el grafiti) y la poesía. El arte le permite experimentar con sus 88 emociones personales al crear un espacio alternativo. Bruce-Novoa argumenta, en su ensayo “El deslinde del espacio literario chicano” (1981), que los narradores de la literatura chicana imaginan sus propios espacios para perpetuar el núcleo cultural de su comunidad. Cada uno de los textos topografía el espacio y conocimiento de la comunidad chicana y esto permite ampliar y perpetuar el imaginario cultural. Según

Bruce-Novoa, en la literatura chicana se narran espacios de confrontación (escuelas, lugares públicos) que retan la identidad del protagonista y éste responde retirándose a lugares más seguros como su barrio o la literatura. En otras ocasiones se enlista en el servicio militar o cae preso en la cárcel. El arte le permite a Louie retirarse de estos espacios de confrontación y lo ayuda a reflexionar sobre su posición en la sociedad.

3.2 Las clases sociales

David Harvey explica cómo se puede descifrar la urbanización de la conciencia urbana estudiando las interrelaciones dinámicas que el individuo tiene con el espacio, el dinero, el tiempo y su estatus social. Harvey dice esto al respecto:

The analysis of money, space, and time in the context of capital

accumulation with its dominant class relations reveals much about the

dynamics of the urban process, its inner tensions, and the significance of

urbanization to capitalism's evolution. It also helps us understand the

dilemmas and confusions that the urban experience produces for political

and intellectual consciousness. (198) 89

En una ciudad capitalista, la estructuración de clases sociales está claramente establecida

debido a la protección de intereses económicos. La clase dominante está compuesta por

una comunidad que protege sus propios intereses sociales y consecuentemente adoptan

medidas para perpetuarse en el poder. Según Harvey, estas comunidades afluentes

forman alianzas “to attract capitalist development and to defend a local economy against

unemployment and the devaluation of assets” (233).

El propósito fundamental de estas comunidades es mantenerse firmes en una

posición de control. En Always Running, el narrador revela varias instancias que

demuestran cómo interactúan las distintas clases sociales y cómo ciertas divisiones están en todos los sectores. En el prólogo, el narrador desea que su testimonio sirva para argumentar por la reorganización de las clases sociales para que las personas necesitadas puedan tener acceso a los beneficios sociales y a recursos básicos como salud pública, vivienda y comida (10). La declaración abierta y directa del narrador enuncia una clara conciencia de clase social y además, informa al lector su posición política con respecto a la organización de las clases sociales. Por ejemplo, en un momento de reflexión de conciencia de clase social, Louie revela un sentido de alienación institucional:

I recalled when I first entered school in Watts, how I had been virtually

written off, pushed into a corner with building blocks and treated like a

pariah; how in Garvey I had been heaved out of classes and, later in high

school, forced to drop out and labeled a failure! (218). 90

En las tres instituciones escolares a las cuales Louie había asistido, no solamente había

sido rechazado, sino clasificado como un fracasado. El estigma negativo que las

instituciones habían inscrito en Louie es representativo de cómo muchas personas que

pertenecían a la misma clase social eran tratadas. Harvey argumenta que estas comunidades pueden funcionar como “breeding grounds for different types of labor power and hence as sites of basic processes of class reproduction (234). Dicho de otro modo, las escuelas públicas funcionaban como reproductores de mano de obra barata.

La segregación de clases sociales en estas instituciones funcionaba para establecer

las futuras divisiones laborales y para estructurar una sociedad basada en habilidades.

Louie describe cómo en la escuela preparatoria se implementaba dicha segregación:

Mark Keppel High School was a Depression-era structure with a brick

and art-deco facade and small, army-type bungalows in back. Friction

filled its hallways. The Anglo and Asian upper-class students from

Monterey Park and Alhambra attended the school. They were tracked into

the "A" classes; they were in the school clubs; they were the varsity team

members and letter men. They were the pep squads and cheerleaders.

But the school also took in the people from the Hills and surrounding

community who somehow made it past junior high. They were mostly

Mexican, in the "C" track (what were called the "stupid" classes), and who

made up the rosters of the wood, print and auto shops. Only a few of these 91

students participated in school government, in sports, or in the various

clubs. (83)

Las pocas personas que lograban interactuar con los jóvenes de la clase acomodada servían para justificar que el sistema funcionaba y eran utilizados como prototipos de superación para las otras minorías. La división social se hacía evidente en la estructura física de cómo se impartían las clases y esta división estaba en todos los sectores escolares; los cursos para los anglosajones eran impartidos en el segundo piso mientras que las clases para los grupos minoritarios tomaban lugar en el primer piso. Durante el receso escolar, los estudiantes automáticamente se dividían en sus respectivos grupos sociales y existía poca interacción entre los estudiantes de familias afluentes y los alumnos de familias pobres. La experiencia de vivir segregado creó en Louie una conciencia urbana de diferencia étnica y una conciencia de inferioridad.

Fuera del espacio escolar, las divisiones sociales se extendían a la comunidad. El control y protección de los espacios públicos lo ejercía el estado a través de la policía local, quienes resguardaban el orden, obviamente estaban a favor de la clase acomodada.

Louie recuerda que los chicanos y mexicanos durante el verano asistían a las mismas playas públicas mientras que los anglosajones tenían sus propias playas. La primera vez que Louie y sus amigos decidieron a asistir a una costa diferente, rápidamente fueron arrestados y llevados a prisión (66). La policía utilizó un método de provocación y engaño; es decir, los policías vestidos de civiles provocaban a los jóvenes y cuando estaban a punto de enfrentarse, éstos sacaban sus identificaciones y sus armas para 92

efectuar el arresto. El dominio del espacio dentro y fuera de las instituciones formó en

Louie una conciencia urbana llena de frustración, de injusticia y de separación. La

segregación de las clases sociales en las instituciones y espacios públicos hizo que Louie

desarrollara un sentido de alienación social.

3.3 La comunidad

Para Harvey, en los espacios urbanos las diferentes clases sociales construyen sus

propios modos de comunidad; es decir, la clase acomodada construye su comunidad

conforme a sus necesidades y éstas difieren de las necesidades de los vecindarios pobres

los cuales usualmente están localizados en los márgenes de la ciudad. Harvey explica la relación que una comunidad marginada tiene con el espacio que habita:

Low income populations, usually lacking the means to overcome and

hence command space, find themselves for the most part trapped in space.

Since ownership of even basic means of reproduction (such as housing) is

restricted, the main way to dominate space is through continuous

appropriation. Exchange values are scarce, and so the pursuit of use

values for daily survival is central to social action. (265)

El concepto de apropiación del espacio es crucial en los vecindarios pobres porque en

estos lugares se desarrollan una continuidad de relaciones personales, sociales y

culturales. Harvey dice que los habitantes desarrollan vínculos emocionales con dicho

espacio y adquieren un sentido de territorialidad. Los aspectos culturales de un barrio

marginado normalmente ofrecen al individuo un orgullo cultural y las organizaciones 93

políticas de dichos vecindarios toman el rol de responsabilidad social, formando de cierto

modo, una coalición de resistencia cultural. (266)

Harvey aduce que la relación que existe entre el estado y estos vecindarios

marginados es crucial para la formación de la conciencia urbana debido a la desconfianza

que los habitantes tienen hacia el estado. Desde el punto de vista del estado, los

vecindarios pobres son percibidos como reservas de mano de obra barata y los espacios

son vistos como lugares que fácilmente pueden ser reconstruidos o abandonados según la

rentabilidad o ganancia. No obstante, estos espacios tienen un valor cultural y emocional

para sus habitantes como ya fue explicado. Desde el punto de vista de la comunidad

marginada, el estado "is largely experienced as an agency of repressive control (in police,

education, etc.) rather than as an agency that can be controlled by and bring benefits to

them" (The Urban 266). La relación que existe entre el estado y las comunidades marginadas es mayormente una relación basada en la desconfianza. De esta

incertidumbre nacen, según Harvey, los elementos básicos de la formación de la

conciencia.

Ahora bien, las necesidades de las comunidades afluentes contrastan radicalmente

con las necesidades de las comunidades pobres debido a los siguientes factores. En

primera instancia, la clase acomodada usualmente es propietaria del espacio que habita y

además, tiene el valor adquisitivo para abastecer sus necesidades. Harvey dice lo

siguiente al respecto: 94

The construction of community is then mainly geared to the preservation

or enhancement of exchange values. Use values relate to matters of

accessibility, taste, tone, aesthetic appreciation, and the symbolic and

cultural capital that goes with possession of a certain kind of "valued"

built environment. (266)

La clase acomodada utiliza el dinero para obtener acceso a la comunidad, para

transportarse a diferentes lugares borrando de cierto modo las barreras del espacio y para

ejercer su poder en la comunidad a través de organizaciones que apoyen sus intereses. El

propósito principal de la clase acomodada es abogar por todas las acciones que le permita

perpetuarse en su posición social. Por consiguiente, la formación de la conciencia para

las comunidades acomodadas es diferente a las comunidades marginadas, según las diferencias económicas, el capital cultural de clase social, el valor adquisitivo, el nivel de preparación escolar y otros factores culturales, políticos y sociales.

En Always Running, la comunidad afluente está completamente ausente en el texto, no obstante, el barrio es descrito como una comunidad marginada que depende económicamente del estado para resolver los problemas que enfrenta la comunidad. En el texto, Louie describe cómo el alto nivel de criminalidad causó que el estado interviniera proveyendo fondos para la implementación de programas comunitarios. El narrador describe cómo se organiza la comunidad con el dinero que el estado provee:

Committees, task forces, community centers, born-again storefront

churches and behavior guidance counselors proliferated in response. 95

Rosemead's South Side, South San Gabriel and San Gabriel's barrio

became targets of programs, monies and studies. Local reporters drove

along with law enforcement officers through Lomas and Sangra to get "the

feel" of these misaligned and misunderstood communities. Gang members

were interviewed and news photographers worked the Hills to depict the

poverty - usually of children playing in mud next to rusted cars, trash cans

and pregnant mothers peering out of makeshift sheds. (112)

De acuerdo al narrador, el estado creó programas de servicios de prevención para incentivar a los jóvenes a dejar el pandillerismo. El dinero que proveyó el gobierno generó empleos para activistas, consejeros, asesores y personal en la comunidad. Centros de rehabilitación y de deportes comenzaron a trabajar para empoderar a la comunidad.

En los centros comunitarios se reunían para hablar de los problemas que afectaban a sus respectivas familias y a la comunidad. El narrador del texto recuerda que en estas reuniones no solamente se hablaba de política, filosofía y economía a nivel local, sino también de los problemas sociales a nivel internacional. Las personas que asistían a estas reuniones eran “activists and students. They were sons and daughters of factory hands, mechanics and truck drivers who lived in and around East Los Ángeles” (157). Al grupo particular que asistía el narrador lo llamaban “the collective” y sus miembros evitaban utilizar sus nombres propios cuando se comunicaban por teléfono por temor a represalias del gobierno. El narrador concede que fue en este espacio durante estas reuniones que fue adquiriendo conciencia de su situación personal. En el texto aparecen frases escritas 96

en letra cursiva para representar un hablante poético que implica un cambio en la

conciencia del narrador. Una de las advertencias que le provee un consejero al narrador

es: “There are a lot people involved in your life now. When you win, we win; but when

you go down, you go down alone” (159). En este consejo hay que resaltar el énfasis

puesto en la palabra ‘nosotros’ en comparación y en oposición a las acciones del

individuo.

La urbanización de la conciencia es un proceso durante el cual una serie de

elementos marcan al individuo para después moldearlo en un agente consciente de su

comunidad. Louie narra algunos eventos que afectaron este proceso de transformación,

por ejemplo, menciona cómo los disturbios en Watts de 1965 trajeron cambios a su vida y

a su vecindario. Tres años después, durante las protestas estudiantiles de 1968, participó

en su propia escuela Garvey School liderando un grupo de jóvenes en las protestas. En

las marchas de 1970, en contra de la Guerra en Vietnam, participó y terminó siendo

arrestado y llevado a la cárcel. Cada uno de estos eventos políticos y sociales forman parte de la concientización del individuo y es a través de la perspectiva del narrador que se observa cómo las diferentes comunidades convergen para contrarrestar la opresión del estado. De las circunstancias de la época emergieron músicos, pintores, escritores y artistas con una agenda activista basada en la re-organización de la sociedad. El narrador lo describe de este modo,

Art centers sprouted up such as Mechicano, Goez Studios, Self-Help

Graphics and Plaza de La Raza. East L.A. boasted more murals per square 97

mile than any other place in the world. Residents of federally-subsidized

housing projects—once designated as havens of crime, drugs and gang

warfare—covered up the bland pastel walls with bold-colored, message-

laden works of art. (165)

La imagen de las comunidades urbanas comenzó a cambiar para abrir paso al empoderamiento cultural de la comunidad chicana a nivel local y poco a poco a nivel nacional. El florecimiento de grupos musicales en conjunto con nuevas publicaciones de revista y otros aspectos culturales encaminaron al movimiento chicano por un camino nacionalista. No obstante, el peligro dentro de cada una de las comunidades continuaba siendo la criminalidad perpetuada entre individuos de la misma comunidad.

Los activistas y consejeros comunitarios se dedicaron a rehabilitar a los jóvenes urbanos ofreciéndoles empleo en la comunidad utilizando los fondos proveídos por el estado. El propósito de las organizaciones era concientizar a los jóvenes de las circunstancias particulares en las que vivían por medio de obras de teatro y eventos culturales. David Harvey arguye que las comunidades urbanas capitalistas pueden organizarse para luchar contra los peores aspectos de la dominación de clase y de la alienación del individuo, pero al hacer esto, lo que están perpetuando es la aceptación del dominio del dinero y el capital (236). El propósito del estado al proveer el dinero no solamente era pacificar a la comunidad, sino re-insertar al individuo urbano en el proceso capitalista para minar beneficios de la capacitación recibida. 98

Los centros comunitarios tenían que responder a las exigencias del estado con respecto al dinero recibido y al mismo tiempo, tenían que concientizar a los jóvenes de las circunstancias en las que vivían. Un modo de concientización social fueron las obras de teatro escritas y actuadas por los miembros de la comunidad. Louie narra cómo él y

Esmeralda, una compañera de escuela, empezaron su propio teatro urbano siguiendo el ejemplo del Teatro Campesino. El narrador describe una particular obra de teatro:

This play began with someone from Sangra crossing out Lomas on a huge,

piece of white paper pasted on a wall. Then the action moved toward a

point when the dudes from both neighborhoods go at each other. The

upshot is as the two barrios fight, local government officials are on the

side determining the site of a new mall or where the next freeway will go

while making plans to uproot the very land the dudes were killing each

other for. (177)

En la obra de teatro se exhibía un proceso de desarrollo urbano que beneficiaba a las personas que tenían acceso y control de dicho espacio. Los habitantes eran simplemente una comunidad enajenada e inconsciente de su situación social. Durante la puesta en escena de la obra, algunos asistentes salieron indignados ante las acciones cometidas por el personaje que rayó el espacio. El propósito de la representación teatral era instruir a la comunidad sobre el rol que desempeña dentro del proceso urbano en la ciudad. Las obras de teatro resultaron ineficientes, hasta cierto punto, en la enseñanza y concientización de la comunidad. Los activistas, consejeros y coordinadores optaron por soluciones 99 prácticas para resolver los problemas internos. Una de las soluciones a la lucha interna fue firmar acuerdos de paz y conseguir empleos para los pandilleros en los centros comunitarios. Los jóvenes respondieron positivamente a esta solución porque el dinero los empoderaba individualmente, porque era el sistema capitalista que mejor conocían y porque obtenían una satisfacción inmediata.

La comunidad urbana creada con el dinero que proveyó el estado desapareció.

Los centros comunitarios cerraron y solamente algunas cooperativas lograron prolongar temporalmente su presencia. El crecimiento de la ciudad echó abajo los vecindarios para construir nuevas carreteras y condominios. Harvey indica que las comunidades basadas en el dinero habitan espacios temporales ya que los procesos urbanos las absorben sin tomar en cuenta los valores emocionales. La urbanización de la comunidad chicana es un proceso aprendido a través de un tiempo y un espacio del cual el individuo no puede escapar. El apoyo financiero del gobierno tiene el propósito de recapacitar al individuo para que este pueda funcionar a beneficio del estado. Los centros de capacitación fracasan en su intento de concientizar a la comunidad cuando el gobierno retira los fondos y cuando se dan cuenta que la solución está en los empleos; es decir, en el sistema capitalista.

3.4 La familia urbana

Para Harvey, la familia urbana funciona como un centro de poder, como un núcleo de apoyo social, como una economía local y como una institución que contribuye a la formación de la conciencia (The Urban 236). La familia urbana altera sus acciones 100 económicas, sociales y culturales según los cambios que se dan en la urbanización del capital. Harvey lo describe de este modo:

The family therefore exists as an island of relative autonomy within a sea

of objective bondage, perpetually adapting to the shifting currents of

capitalist urbanization through its relations to individualism, community,

class, and the state. It provides a haven to which individuals can withdraw

from the complexities and dangers of urban life or from which they can

selectively sample its pleasures and opportunities. (238)

La familia urbana es pues una entidad activa que funciona como espacio de refugio y escape, como una unidad que protege al individuo de los peligros de la vida urbana. En la ciudad, las familias urbanas desarrollan un instinto de sobrevivencia; es decir, aprenden a vivir al ritmo que dicta el capitalismo, se acostumbran a las necesidades diarias de la vida y se amoldan a las costumbres urbanas.

En Always Running, la familia de Louie llega a las afueras de la ciudad, se instala en la casa de un familiar y comienzan un proceso de adaptación e identificación con las prácticas diarias de la ciudad. El padre que había sido director de una escuela en México, ahora no posee los documentos necesarios para ejercer su carrera como maestro en los

Estados Unidos, particularmente en la ciudad de Los Ángeles. La madre que había sido secretaria en México, enfrenta los mismos obstáculos que el esposo. Ambos se ven obligados a conseguir empleos básicos; es decir, que requiere el mínimo de habilidades. 101

Las barreras del idioma, la segregación espacial definida por su clase y color, en conjunto con el estatus legal de la familia forman parte del proceso de adaptación.

Debido a la inhabilidad de trabajar en un empleo estable, la familia tuvo que cambiar de residencia en varias ocasiones porque no ganaban suficiente dinero para pagar la renta. Louie recuerda que en varias ocasiones recibieron órdenes de desalojo, inclusive cuando por primera vez el papá encontró temporalmente empleo en Taft High School como maestro substituto. El padre había adquirido empleo con mejor salario y mudó a la familia a una comunidad de clase media. La familia se endeudó comprando a crédito muebles, una televisión y un automóvil. Cuando se quejaron los padres de familia que el instructor no sabía inglés y por otra parte el no pudo comprobar que tenía los documentos necesarios para enseñar clases, el distrito escolar lo despidió. La familia rápidamente lo perdió todo y se vieron en la necesidad de regresar a vivir a las afueras del este de Los

Ángeles. Una agencia de ayuda social les ayudó a conseguir vivienda en el condado

South San Gabriel. La casa consistía de un cuarto y una sala para una familia de 6 personas. En esta primera etapa, la familia pasa por una transición de inestabilidad emocional debido a la vivienda atemporal y a las discusiones en familia. Estas inconsistencias forman parte de los procesos de adaptación y urbanización de la familia del narrador.

Cuando la familia logró estabilizarse, otros parientes llegaron a vivir con la familia hasta que conseguían empleo o emigraban a otras partes. La casa de Louie funcionaba como un espacio transitorio para otros parientes de la familia, pero para la 102 familia la casa era un lugar de respeto. Por ejemplo, en el momento que Louie comienza a salir con sus amigos, a drogarse y a llegar tarde, la mamá le prohíbe entrar a la casa.

Louie lo describe de este modo: “She laid down the rules: I couldn’t set foot in the house unless I had the permission. And I could stay in the garage room, which barely held blankets, some drawers and a card table. It had no toilet, no closet space, no heating”

(83). La restricción al espacio del hogar es un castigo, pero también es un espacio de negociación entre los peligros de la vida urbana y el espacio del hogar. Para David

Harvey, la familia es una unidad que tiene modos de cómo afectar las acciones y pensamientos del individuo. En cierto modo, las reglas de la casa condicionaron la mentalidad urbana de Louie.

La familia de Louie difícilmente logra mantenerse unida ante las adversidades que se presentan y se podría deducir en este caso que en el espacio capitalista urbano, el núcleo central de la familia pierde fuerza con el transcurrir de los años. Al inicio del texto, el narrador revela que vive con su tercer esposa en la ciudad de Chicago y el motor principal detrás de su narrativa es su preocupación por su hijo; Ramiro, quien está involucrado con las pandillas del área. Los deseos del narrador es revelar un collage de experiencias personales para que a través de éstas su hijo aprenda que la vida urbana está llena de peligros. De los dos primeros matrimonios, el narrador revela muy poco, del por qué no funcionaron estas relaciones. Harvey argumenta que la urbanización de las familias es un proceso que implica cambios y que las familias se adaptan a las necesidades de la urbanización del capitalismo. 103

3.5 El Estado

Según Harvey, el Estado es un aparato importante en la formación de la

urbanización de la conciencia porque funciona como un centro de autoridad ejerciendo

sus poderes políticos y económicos sobre un determinado territorio con cierto grado de

legitimidad (The Urban 231). Para Harvey, la legitimidad del estado está anclada en la

habilidad de definir, defender y resolver ciertos intereses urbanos por medio de

instituciones sociales que manejan, por medio de un sistema burocrático, los problemas

de la ciudad. Harvey explica el rol de las instituciones del estado de la siguiente manera:

It has to provide a basic framework of institutions backed by sufficient

authority to resolve conflicts, impose collective judgments, pursue

collective courses of action, and defend civil society as a whole from

external assault and internal disintegration. The gains from its

interventions are real enough - all the way from mundane matters of

sewage disposal and the regulation of traffic flow to more general

procedures for countering market failure, articulating collective class

interests, protecting against abuses (community intolerance, excessive

exploitation, the abuse of family authority), and arbitrating between

warring factions. (238)

El aparato del estado está presente en sus distintas instituciones como el departamento de justicia, el departamento de salud pública, el departamento de educación, el departamento de recursos naturales, el departamento de transporte, el departamento de seguridad social, y otros departamentos. En la ciudad, cada una de estas instituciones funciona bajo ciertas 104

ideologías y prácticas que promueven modos específicos de pensar y actuar: “The state,

therefore, is not only a focus of place-bound loyalties but also an apparatus that propagates specific ways of thinking and acting” (239).

En Always Running, la presencia del estado es evidente en varios aspectos de la vida del protagonista, de su familia y de su comunidad. En el prólogo del texto, el narrador acusa directamente al estado de terrorismo institucional: “It’s an indictment against the use of deadly force which has been the principal means this society uses against those it cannot accommodate” (10). El narrador explica cómo ‘los indeseables’ vivían en zonas restringidas que el gobierno había denominado áreas ingobernables por el alto número de criminalidad: “Police in L.A. have practically instituted martial law in the inner city” (6). La narración es presentada como un testamento denunciatorio que tiene el propósito de instruir y concientizar al lector para que de cierto modo se puedan alterar

las circunstancias de los jóvenes marginados. La descripción del estado es caracterizada

como una institución radicalmente negativa la cual oprime al individuo urbano que no

conforma con la imposición de las normas ideológicas del estado. El departamento de

justicia como representante del estado es definitivamente el antagonista principal de los

marginados en esta narrativa.

La legitimización del estado se cuestiona porque el sistema de justicia puede ser

comprado por aquellas personas que tienen acceso al poder adquisitivo. El narrador

explica su argumento en la siguiente cita: 105

Criminality in this country is a class issue. Many of those warehoused in

overcrowded prisons can be properly called “criminals of want,” those

who’ve been deprived of the basic necessities of life and therefore forced

into so-called criminal acts to survive. Many of them just don’t have the

means to buy their “justice.” They are members of a social stratum which

includes welfare mothers, housing project residents, immigrant families,

the homeless and unemployed. This book is part of their story.” (10)

Para el narrador, el sistema capitalista urbano priva al individuo de las necesidades básicas que son comer, trabajar, vivir,...etc. y por consiguiente, comete crímenes para subsistir. Según el discurso del narrador, los problemas que se producen en la ciudad son un síntoma del aparato estatal porque éste perpetúa la violencia en el espacio que gobierna. Los ejemplos propios que provee sirven para ilustrar y justificar las severas críticas que lanza contra el sistema. Además, cita fuentes de textos académicos, estadísticas del gobierno y reportajes de periódicos para argumentar que el gobierno ha instituido y mantenido un sistema de corrupción.

En el epílogo, el protagonista reitera su argumento anti-establecimiento acusando al estado de intervenir, descarrilar y destruir la unidad popular que surge de la opresión:

“This is not the first time the federal goverment has intervened. It has derailed and, whenever possible, destroyed the unity which emerged out of the Watts Rebellion, out the Chicano Moratorium, out of the Wounded Knee protests” (249). Para el narrador, la 106 violencia ha sido un aspecto que ha perdurado con la ayuda del estado y por ende, la urbanización del capitalismo se ha valido de esta relación para perpetuarse a través del tiempo y el espacio. La urbanización de la conciencia urbana es dictaminada por las reglas que establece el aparato institucional y cuando estas condiciones son infringidas por ciudadanos marginados, el estado las reprime para resguardar el orden.

107

CAPÍTULO IV: LA ARQUITECTURA DEL IMAGINARIO URBANO:

ANÁLISIS DEL TEXTO, CARAS VIEJAS Y VINO NUEVO DE ALEJANDRO

MORALES

El mapa cartográfico del imaginario urbano producido en la obra, Caras Viejas y vino nuevo (1975) es el principal objeto de estudio del presente análisis. En la obra se narra un espacio geográfico social que representa las prácticas cotidianas de una comunidad chicana que está al margen del desarrollo urbano y al filo de la desintegración de la familia, del individuo y de la comunidad. El barrio está geográficamente localizado en las afueras de la ciudad, habitado por familias desempleadas, por jóvenes atrapados en la violencia, las drogas, la pornografía, el alcohol, el pandillerismo, la experimentación sexual y el estigma de inferioridad. La historia de cada uno de los personajes está adherida a la función geográfica del espacio, de ahí que uno de los objetivos fundamentales de esta investigación sea analizar el imaginario simbólico producido en el texto, utilizando argumentos teóricos que David Harvey expone en el texto, The Urban

Experience (1989).

Antes de proceder y analizar el mapa cognitivo del imaginario urbano, es importante establecer cómo el orden inverso del texto narrativo exige que el lector tome un rol activo para lograr deshilvanar y concatenar el hilo informativo de la historia. Aquí seguimos lo que propone Michel de Certeau en el texto The Practice of Everyday Life cuando explica la función activa del lector al interpretar y organizar lo leído en la imaginación, apropiándose del mundo creado por el autor (xxi). En este sentido, la 108

estructura narrativa, el juego de palabras, el léxico despectivo y metafórico y el caos

lingüístico de Caras Viejas y vino nuevo forman parte de las herramientas utilizadas por

el autor para organizar un imaginario ideológico que impone en el lector modos de pensar

e interpretar lo narrado. Para Erlinda Gonzalez-Berry, lo narrado por Alejandro Morales

revela a un escritor “who has given a great deal of thought to the cómo [how] of

writing…” (63). Es, pues, lógico de subrayar que la arquitectura del texto narrativo

organiza y enuncia, a propósito, una imaginación urbana que está consciente de las

circunstancias interiores del barrio y de las personas que lo habitan.

Asimismo, hay que tener presente que en el epígrafe del texto, Alejandro Morales

dedica lo narrado a su comunidad diciendo: “Para mi barrio, que estará conmigo siempre”

(vi). Como quiera que se examine el hecho, se puede deducir que la inscripción funciona

como una pista y por consiguiente, puede afirmarse que existe una conexión entre el

autor y el espacio narrado en el texto. David R. Díaz, en Barrio Urbanism: Chicanos,

Planning and American Cities (2005), explica que el barrio ha formado parte y continuará siendo parte de la memoria cultural e identidad de la comunidad chicana, lo que él denomina repetidas veces como “a state of mind” (17, 44, 48). Con respecto a esto,

Henri Lefebvre explica en su texto, The Production of Space que no se pueden separar,

característicamente, las experiencias sociales, mentales y físicas que se viven en la ciudad

debido a que están interrelacionadas para formar una estructura—un set de relaciones

dialógicas que están interconectadas con el individuo y el espacio físico (38-39). De esta

manera, las personas que han vivido y han crecido en un entorno social, llevan consigo 109 mismo una cartografía imaginaria del espacio vivido, el cual ha afectado y moldeado sus vidas, tal y como se infiere en el epígrafe del texto.

Partiendo de los conceptos desarrollados por Henri Lefebvre, David Harvey argumenta que los espacios que han sido reproducidos a través de una forma literaria podrían ser analizados como posibles representaciones de la realidad, los cuales ayudarían a comprender cómo funcionan los procesos de urbanización. Harvey explica el rol de la novela del siguiente modo:

Novels have had a particularly important role in this regard. They

are, it is said, "possible worlds" (Ronan). They have inspired the

imagination, influenced conceptions of, for example, the city, and thereby

affected material processes of urbanization.

The architectural imagination provides a space in which alternative

urban possibilities can be formulated and, perhaps, acted upon. The

architect creates spaces so as to give them social utility as well as human

and aesthetic/symbolic meanings; shapes and preserves long-term social

memories and strives to give material form to the longings and desires of

individuals and collectivities; and struggles to open spaces for new

possibilities, for future forms of social life. (City 24)

Incidiendo en lo que Harvey denomina “la arquitectura de la imaginación”, se puede considerar la obra de Alejandro Morales, Caras Viejas y vino nuevo, como un imaginario urbano que narra las prácticas cotidianas de una comunidad imaginada; una comunidad chicana que desea y lucha por nuevas posibilidades y que se percibe en el texto como una 110

comunidad encajonada que está a la deriva en una vorágine urbana—esta aserción será examinada a fondo cuando se analice la representación de la comunidad.

En el texto, Imagined Communities (1993), Benedict Anderson plantea que una nación es una comunidad que ha sido socialmente construida e imaginada por sus habitantes a través de objetos culturales. Para Anderson, la nación es delimitada porque tiene fronteras, es soberana porque no depende de la voluntad de Dios, sino de sus habitantes y es una comunidad porque cuando las personas se imaginan a la nación, se ven todos como miembros de la nación en un mismo nivel horizontal de igualdad (24-25).

No obstante, el discurso de Alejandro Morales en Caras viejas y vino nuevo objeta la

argumentación de Anderson ya que la voz narrativa del texto reflexiona sobre los

desequilibrios y las desigualdades que existen en la sociedad y por consiguiente, la

comunidad chicana que se describe en el texto es una colectividad étnica que no encaja

en el imaginario horizontal de igualdad que propone Anderson. En todo caso, la

comunidad chicana que se representa en la narrativa es una población étnica que es

descrita de una manera diferente cuando se contrapone con “los otros”; en este caso, los

otros en ocasiones son los inmigrantes de México y en otros son los angloamericanos y

su sistema de gobernación

Ahora bien, si consideramos que la nación es la construcción social de múltiples

comunidades o múltiples narrativas, se podría considerar lo que propone Timothy

Brennan en su artículo “The Nacional Longing for Form”. Para Brennan, el concepto de

nación se forma gracias a una suerte de objetos culturales que colaboran a esta

construcción y por consiguiente, la nación es una construcción imaginada, creada por 111

medio del lenguaje, particularmente a través de la literatura. En Caras viejas y vino

nuevo la voz narrativa expresa un deseo de liberación y de justicia social. En las

siguientes frases se pueden constatar los anhelos y consciencia del narrador colectivo:

Claro, ellos han sido los perfectos conquistadores, nos han marcado y

nos han acondicionado a creer que no valemos mierda. (125)

Espera, déjame decirte otra cosa nada más; cuanto más vivo, más

entiendo la lucha de la estirpe. Tú sabes lo que necesita esta gente, lo que

necesitan es saber la historia de los antepasados, pero esa historia de los

antepasados, pero esa historia tiene que venir de los padres, los de aquí y

también los de allá. (125)

En mí vive algo, es como un río que ha corrido por millones antes de

mí a través de centenares de años y ahora corre en mí, pero con una fuerza

colectiva; este turbulento río empieza a desbordarse, quisiera que rompiera

el dique para inundar y mojar a toda la estirpe para que se hiciera más

poderosa y creadora. (127)

La voz narrativa se auto define como ‘una fuerza colectiva’ que expresa el sentir de una comunidad que ha sido conquistada, marcada y acondicionada a no valorarse. Asimismo, explica que la comunidad necesita aprender la historia de sus antepasados, la cual se encuentra inscrita en su propio ser. En esta construcción imaginaria se expresa una conciencia de comunidad que se esfuerza por dar forma a los sentimientos de una colectividad urbana. 112

De acuerdo a lo narrado, esta colectividad urbana no está necesariamente anclada a un espacio geográfico en particular y en este sentido, no se puede estudiar paralelamente la urbanización del capital de dicho lugar. Asimismo, a través de lo narrado, se buscan pistas para identificar el tiempo narrado, pero solamente se menciona un calendario de 1965 y una revista con el año de 1968 como referente de tiempo (87).

En ambos casos, no se podría aseverar que la región representada es particularmente el espacio físico de las afueras de Los Ángeles, sino un espacio geográfico que podría representar cualquier comunidad chicana marginada en el Sudoeste de los Estados

Unidos. Sobre este aspecto, es importante señalar que Luis Leal, en “Historia y ficción en la narrativa de Alejandro Morales” explica que el espacio ficticio narrado en la novela es Montebello, California, el cual está situado a 8 millas al este Los Ángeles y es la ciudad en donde nació y creció el autor (32). Consecuentemente, este lugar es el escenario geográfico de la siguiente novela de Alejandro Morales, The Brick People

(1988) (ibíd.). Considerando que el autor no incluyó específicamente un referente del lugar, creemos que existe implícitamente el propósito de crear un sentido de universalidad para que de este modo, el lector urbano-chicano pueda identificarse con las circunstancias de los personajes. Además, hay una fragmentación temporal que narra de modo inverso los hechos, lo cual requiere de un lector activo que quiera concatenar el reverso cronológico de la historia. De esta manera, está sobrentendida la participación activa del lector y narrador para que juntos descubran y analicen las circunstancias que vive la comunidad chicana. 113

Es importante subrayar que los personajes principales, Julián y Mateo, confrontan

una multiplicidad de obstáculos en el barrio, desde sus primeros años en el sistema de

educación hasta culminar sus estudios en la escuela preparatoria. Con respecto a esto,

Mark Gottdiener observa, en su texto The social Production of Urban Space (1985) que

la mayoría de los estadounidenses habían estado viviendo, desde los años setenta, en

áreas que él conceptualiza como “polynucleated spaces” (5). Es decir, el espacio urbano

había dejado de ser organizado por el centro histórico de la ciudad y ahora, se había

descentralizado para formar su propio centro marginal. Además, Gottdiener argumenta

que el capitalismo y la tecnología no eran los principales agentes que producían cambios

en la estructura social del espacio, sino algo diferente que el nombra “the new form of

metropolitan polynucleation” (8). Un concepto basado en una multiplicidad de

fenómenos de restructuración espacial y social que convergen en un mismo espacio.

Asimismo, el sociólogo James Diego Vigil, en su texto Gang and Non-Gang Families in

East Los Ángeles (2007) había llegado a una conclusión similar, al proponer el concepto de ‘múltiples marginalidades’ para explicar la complejidad de las circunstancias que viven las familias de los barrios de Los Ángeles (8). Infiriendo en lo que ambos teóricos proponen, se puede argumentar que las circunstancias que Julián y Mateo enfrentan en su comunidad describen cómo la vida urbana es vivida, concebida y practicada en los márgenes de la ciudad.

Por todo lo expuesto hasta ahora sobre el espacio geográfico social narrado en

Caras viejas y vino nuevo, se puede argumentar que el imaginario simbólico producido en el texto nos puede ayudar a comprender la urbanización de la conciencia, utilizando 114

las teorías desarrolladas por David Harvey en The Urban Experience (1989).

Considerando las circunstancias que viven los personajes, las descripciones del entorno y

los anhelos de la voz narrativa, se puede deshilvanar y comprender cómo se

interrelacionan las funciones de la familia, el individualismo, el Estado, la clase social y

la comunidad. Es pues nuestro propósito analizar el espacio simbólico que se reproduce

en el texto para comprender cómo las circunstancias que viven los personajes les impone

maneras de pensar y de hacer las cosas, tal y como lo propone David Harvey (The Urban

250).

El barrio como mano de obra barata

El barrio estaba geográficamente localizado en las afueras de la ciudad. Desde el

techo de la casa, Mateo, el narrador colectivo, puede observar a lo lejos la construcción

de los edificios, los postes eléctricos, los almacenes, los apartamentos y los coches (35).

Cerca al vecindario, describe la pobreza de los jóvenes, la falta de luz, el basurero, el

polvo y la publicidad de alcohol en los carteles (Ibíd.). Asimismo, recuerda que el barrio

había estado “situado en el hoyo”, cerca de una “fábrica de ladrillos” en la cual muchas

de las personas trabajaban para sostener a sus familias (205). Cuando el dueño de la

fábrica decidió venderla para que se construyeran otros almacenes, muchas de las

personas perdieron sus trabajos y se produjo un exceso de personas desempleadas,

esperando conseguir trabajo en la ciudad. Valle y Torres denominan la función del barrio

como “bedroom communities for the various neighboring cities” (Metrópolis ix-x). Es decir, los barrios funcionan como espacios para almacenar la mano de obra barata y de 115

este modo, los negocios puedan absorber el máximo beneficio con el mínimo de

responsabilidad.

Conjuntamente, los barrios funcionan como espacios de transición debido a que

constantemente están siendo regenerados por nuevos trabajadores. Con respecto a esto,

David R. Díaz explica lo siguiente: “The three main factors leading directly to this polynucleated system of barrios are native births, constant (historic) migration from

Mexico, and the influx of economic and political refugees from Central America (Gang

73). Como quiera que se examine la posición del barrio, uno puede aseverar que los

barrios cumplen una función importante en el crecimiento y desarrollo de la ciudad. Por

ejemplo, el narrador revela que en el barrio se celebran fiestas, se consume mucho

alcohol y productos que produce la ciudad, se vende comida barata, los jóvenes se

inscriben en el ejército, se proveen votos sin valor político, el mantenimiento a la

infraestructura es poco o nada, existe un alto nivel de criminalidad para beneficio de los

departamentos de policía, los cuales se dedican a proteger las zonas cercadas, etc. En

todo caso, la función del barrio es proveer servicios a bajos precios para beneficio de la

urbanización de la ciudad.

4.1 La desintegración del núcleo familiar

La investigación de cómo se desintegra el núcleo tradicional de la familia en el

espacio urbano es uno de los temas principales de Caras viejas y vino nuevo. De hecho,

es el primer asunto que se presenta en la narración cuando el narrador expone en el

segundo párrafo que “había algo en la vida o en ellos que les prohibía expresar libre y

exteriormente un amor cariñoso” (25). En esta frase está implícita una búsqueda racional, 116 por parte del narrador, al proponer que había una razón o razones por la cual la familia no había logrado convivir amorosamente. La familia estaba constituida, inicialmente, por los hermanos Julián y Román y sus padres, Margo y su esposo don Edmundo. Al morir la madre de un ataque al corazón, el padre decide juntarse y traerse a vivir a la casa a doña Matilde, una mujer que había inmigrado de México. La llegada de doña Matilde a la casa-hogar fue lo que complicó aún más la relación entre padre e hijo. De modo inverso y cronológicamente, la voz narrativa rememora las circunstancias que llevaron a esta familia a la desintegración del núcleo tradicional de la familia.

Antes de proceder con el análisis, es importante recordar lo que David Harvey ha teorizado sobre el rol de la familia en el espacio urbano. Para David Harvey, el núcleo familiar urbano funciona como un centro de refugio, como un eje de apoyo moral y como un organismo flexible que se va adaptando a las necesidades que dictamina el capitalismo

(The Urban 238). En esta manera, el hogar funciona como un espacio autónomo en medio de la pluralidad de acontecimientos que continuamente están ocurriendo en el espacio público. Para el sociólogo James Diego Vigil, los múltiples sucesos que enfrenta el individuo urbano que vive en los vecindarios marginados pueden tener un efecto negativo, especialmente cuando el núcleo familiar es violentado por los problemas intrafamiliares (Gang 8-9). Dentro de este ambiente urbano, el sistema económico de la familia funciona como un pequeño reproductor del sistema capitalista, lo cual asiste en la internalización de la urbanización de la conciencia. De ahí que la urbanización de la conciencia ocurre cuando la familia comienza a identificarse con un entorno violentado por las pandillas y marginado por los procesos económicos del capitalismo. En los 117 subsiguientes párrafos se analizarán las múltiples circunstancias que llevan a la familia de

Julián a la inestabilidad y finalmente a la desunión.

Durante una conversación que Mateo, el narrador, tuvo con su mamá, la mamá argumenta que es la voluntad de Dios y el ambiente del vecindario, lo cual ha causado que éste reaccione violentamente contra sus padres. Mateo, por otra parte, responsabiliza a Julián de sus propias acciones, explicando que él tiene la opción de escoger su propio destino. En la siguiente cita, se expone el argumento central que investiga el narrador a través del texto.

Qué voluntad de Dios ni qué voluntad de Dios, por favor, mamá; si fuera

la voluntad de Dios, Julián no estaría donde está ahora. Es su propia culpa;

él sabe las consecuencias de lo que hace. Voluntad de Dios... A Julián le

gusta hacer lo que hace, le gusta más que nada. Tenía buena oportunidad

en la escuela, querían que jugara béisbol y que corriera, es un atleta

fantástico, sin duda le hubieran dado beca, pero él prefirió fumar, tomar

píldoras y beber. No es la voluntad de Dios, él tiene la culpa. Pero sus

padres lo tratan como un animal, todo lo que oye el muchacho son

maldiciones y gritos. Don Edmundo lo golpea mucho también. El

muchacho tiene que escapar de eso, tiene que reaccionar de una manera

brusca... negativa. Mamá, tú deberías haber sido una psicóloga. Bueno, es

verdad, tiene que reaccionar así hacia su padre. Ahora me vas a decir que

es el ambiente en donde vive, que viene de una vecindad mala, que viene

de un barrio; eso también ya no vale, señora. Eso sí que no acepto, Mateo, 118

tú todavía tienes mucho que aprender, hijito de mi corazón. No, mamá, es

su culpa, él tiene la culpa. (151)

Mateo se opone a una explicación religiosa, optando por una explicación lógica que explique el comportamiento irreflexivo de Julián. Además, no considera que el vecindario sea el causante del comportamiento negativo de Julián, pero si concede que la actitud violenta sea una manera de responder al tratamiento negativo que recibió de parte de su padre desde que era niño. En este sentido, el núcleo familiar es representado como una institución que puede afectar directamente en el comportamiento del individuo.

Como bien apunta Harvey, la problematización del núcleo familiar está adherida a los problemas económicos que las familias confrontan en el espacio urbano, acostumbrándose a las necesidades de las prácticas cotidianas de la ciudad (The Urban

238). En este sentido, el bienestar económico de la familia dependía de la comida que la madre cocinaba en casa para que el padre la vendiera en la ciudad. La responsabilidad de

Julián era conducir el coche y llevar a su hermano a la escuela y a su papá a la ciudad

(119). En todo caso, Julián siempre llegaba ya noche a la casa, causando que sus padres se desvelaran y se preocuparan por él (97). Esta situación agravaba la condición del corazón de la mamá, puesto que no guardaba el reposo necesario que le había recomendado el doctor. Doña Margo se levantaba a las cinco y media todos los días y se acostaba ya noche esperando que llegara Julián (97). Desde una perspectiva capitalista e infiriendo en los argumentos de Harvey, se puede deducir que el estado económico de la familia definitivamente influyó y puso presión en la relación que desarrollaron como 119 familia. En esta instancia, la situación económica es una perspectiva que ayuda a comprender las complejidades de la familia urbana.

En el texto de Morales se presentan una multiplicidad de eventos que podrían afectar al núcleo de la familia tradicional, por ejemplo, se exhibe que el sistema de valores de cada padre de familia puede afectar en la formación y urbanización del individuo. En el caso del padre, don Edmundo, se menciona el efecto que había tenido en

él, las reglas de la revolución:

Su corazón que conocía el amor tierno, su corazón que fue formado y

deformado por la revolución cuya realidad persistía en su vida actual. Las

lecciones brutales de la guerra se manifestaban en la manera de hablar, en

las actitudes hacia su esposa e hijos y en la manera de amar. Las reglas de

la revolución influían lo que él creía que era el papel del buen padre:

proveer un techo, ropa, comida para la familia; él como padre tenía el

respeto completo de la familia, y podía decidir entre la vida y la muerte

para un hijo desobediente o que había avergonzado al nombre de la familia.

Y los azotes eran el castigo y el tratamiento para los malvados. (153-155)

A través del texto se enfatiza el modo estricto y violento del padre, particularmente el castigo corporal que impartía a su hijo desde que era pequeño, calificándolo verbalmente como “una mala astilla”. A medida que el hijo fue creciendo, poco a poco se fue revelando contra el castigo del padre, hasta llegar a la confrontación física. Con respecto a la madre, el narrador la describe como una mujer “de la filosofía moderna” quien lo guiaba con mucho amor para tratar de ayudarlo e indicarle “el camino de la buena astilla” 120

(25). En todo caso, el espacio-hogar de la familia de Julián no proveyó el refugio

amoroso de los peligros de la vida urbana. De hecho, Julián prefería pasar más tiempo

fuera de la casa para tratar de evitar el control autoritario del padre.

A medida que va creciendo Julián, se presenta la relación entre él y sus padres

como fuera de control. Julián empieza a compartir más tiempo con sus amigos y a

drogarse con píldoras y alcohol como un modo de escapar de la realidad. La mujer joven

de la ciudad es descrita como una prostituta que está al servicio de las necesidades

sexuales del hombre y los hombres son presentados como drogadictos, sin dinero, e

irresponsables. Cuando decide casarse con Virgy, no lo hace porque la quiere, sino

porque le provee satisfacción sexual y en este sentido no solamente representa la antítesis

a la familia tradicional, sino que simboliza lo distorsionado de una relación. Lo único que prevale humano y virginal es la imagen de la madre, la cual sufre y se preocupa por el bienestar de los hijos. Como consecuencia de vivir en la ciudad, la relación de la unidad familiar tradicional desaparece en una generación. En este caso, la nueva familia urbana no solamente se adapta a las necesidades del capitalismo urbano, sino que empiezan a acostumbrarse a la violencia y al cómodo acceso a las drogas.

A diferencia de lo que representa el hogar, el espacio público urbano se presenta

en el texto como un espacio patético, decadente, violentado por las pandillas, el consumo

de las drogas y la prostitución. En este espacio urbano, Julián va a experimentar con las

drogas, el alcohol, la sexualidad y el descontrol. Asimismo, va a encontrar la amistad de

los compañeros del barrio, como sus amigos los Buenasuerte, Miguelito, Melón, Benny,

Lucio y Mateo. Sin querer ser excesivamente simplistas, el barrio es descrito como un 121 microcosmos de violencia y desintegración, pero también como un espacio de fiestas, bodas, bautismos, misas, primeras comuniones, confirmaciones y fiestas decembrinas.

En este sentido, la vida urbana del barrio es presentada no solamente como una matriz cultural, pero también como un espacio complejo, peligroso y saturado de placeres y múltiples posibilidades.

4.2 El destino inevitable del individuo urbano

En Caras viejas y vino nuevo se narra la historia de dos amigos, Mateo y Julián, quienes crecieron en el mismo vecindario, fueron a la misma escuela, tuvieron oportunidades de triunfar, vivieron de modos diferentes, pero murieron de una manera inevitable. La narración es contada desde múltiples puntos de vista, pero principalmente desde el punto de vista de Mateo, quien es vecino de Julián y vive al otro lado de la calle.

A través de la historia, Mateo revela el interior personal de sí mismo, cuenta cosas particulares de su amigo y su familia, y revela el interior del vecindario con el propósito de mostrar que dos individuos pueden vivir en el mismo espacio, vivir sus vidas de modos diferentes, pero tener el mismo destino ineludible. Asimismo, es importante mencionar que Mateo narra la historia de Julián desde su lecho de muerte, en un hospital, anhelando una mejor vida para su comunidad. En este sentido, el mapa cartográfico del imaginario urbano producido en la novela, nos ayuda a comprender las multiplicidades y complejidades que el individuo urbano vive en el vecindario. Es nuestro propósito mostrar cómo Mateo y Julián enfrentan el entorno que habitan de manera diferente, causando en ellos enajenaciones desiguales. 122

La enajenación, según Harvey, puede ser causada por las limitaciones que impone el dinero (The Urban 232); es decir, una persona aprende a vivir de acuerdo al dinero que gane, según el nivel de educación que haya obtenido y del tipo de trabajo que sepa desempeñar. En segunda instancia, la enajenación puede ser causada por el capital, el cual es representado por los edificios, las calles, el espacio urbano y los espacios privados, entre otros (232). En este sentido, el individuo confronta el dinero y el capital como una doble alienación, lo cual forma parte importante de las experiencias vividas en la ciudad.

Ahora bien, Mateo y Julián confrontan el espacio de un modo diferente debido a muchos factores, pero principalmente debido al nivel económico de cada una de sus familias.

Mateo recuerda que cuando iba a la iglesia, el sacerdote decidía no darle pan porque era considerado como “hijo de una de las familias más afortunadas del barrio”

(201). Esta diferencia económica contrarrestaba con la situación económica de Julián, cuyos padres tenían que vender comida en la ciudad, la cual la madre cocinaba en casa.

Además, la situación se amplificaba debido a la violencia intrafamiliar, lo cual causaba que Julián se saliera de la casa para drogarse y tomar alcohol con sus amigos. Cuando llegaba a la casa, tiraba la comida al suelo y se peleaba con sus padres. En la siguiente escena se describe el ambiente autodestructivo de Julián:

Don Edmundo, ¿dígame lo que pasó con Julián? Tú sabes lo que pasó,

todos lo saben. El cabrón se volvió loco de lo místico que andaba. Quiero

entender lo que pasó, don Edmundo. Quería las llaves del carro y yo no

quise dárselas. Se enloqueció y comenzó a tirar chingadera y media. El

mal astilla le echó comida a su madre, me pegó a mí, y a su cabrona tía 123

también. Me echó muchas carnes, quebró las ventanas de la casa y los

vidrios del carro. Asustó a su pobre hermanito cuando se quiso matar. (155,

157)

En esta escena, Mateo narra cómo ha incrementado la violencia intrafamiliar y asimismo,

enuncia que Julián se encamina hacia la autodestrucción. En el primer capítulo del texto,

se narra la confrontación final entre Julián y su padre, lo cual causa que Julián, junto con

sus amigos y su hermano Román, salgan de la casa a toda velocidad en un carro

conducido por uno de los hermanos Buenasuerte, quien va drogado. Según la descripción,

los cuerpos quedaron prensados entre el hierro y el vidrio del carro, formando un collage

de colores intensos (33). El suicidio es el escape final o una extrema enajenación del

individuo urbano quien en definitiva, decide mejor morir que continuar viviendo.

El extremo aislamiento que llevó a Julián al suicidio contrasta con la internalización del espacio que vive Mateo, la voz narrativa del texto y al mismo tiempo, la conciencia de la comunidad. En ciertos pasajes, se observa que el hablante narrativo va expresar una preocupación por las circunstancias en las que vive la comunidad y este sentimiento es internalizado como una libertad delimitada. En la siguiente cita se describe una conversación que Mateo tiene con su amiga Emily:

Claro, ellos han sido los perfectos conquistadores, nos han marcado y nos

han acondicionado a creer que no valemos mierda. Por el método de la

mentira y el silencio, y nosotros por estúpidos, nos hemos chingado. Pero

todo eso a mí ya no me molesta porque yo conozco la historia del filo de la

estirpe. …Espera, déjame decirte otra cosa nada más; cuanto más vivo, 124

más entiendo la lucha de la estirpe. Tú sabes lo que necesita esta gente, lo

que necesitan es saber la historia de los antepasados, pero esa historia de

los antepasados, pero esa historia tiene que venir de los padres, los de aquí

y también los de allá. (125)

A través de estas descripciones, se puede argumentar que el narrador está consciente de la lucha y sufrimientos de la comunidad al declarar que viven como personas conquistadas y acondicionadas a vivir en una situación de opresión. En esta instancia, el hablante expresa que el entorno no cambiará hasta que las personas desarrollen un “espíritu ecuménico” (125). Consecuentemente, Mateo declara que nadie puede entender sus emociones y su lucha, lo cual representa una internalización de la situación social de la comunidad. Mateo lo explica del siguiente modo: “…ni tú ni ellos entenderán mi emoción, mi lucha para tratar de expresar esta emoción, este amor, este sentimiento inexplicable de potencial” (125). Desde la perspectiva de Mateo, se puede observar un elemento de enajenación y de incapacidad ante las circunstancias de la comunidad.

En el epílogo, la voz narrativa revela que Mateo había muerto “de leucemia, joven y llorando en los brazos de una muchacha a la que llamaba la tenista. [Había dejado] a su mujer y a dos hijos” (207). Su amigo de la infancia, Julián, también había muerto a la misma edad, dejando a su mujer y a un hijo. En cierto modo, el espacio creó en ellos enajenaciones desiguales, debido principalmente a la economía de cada una de las familias y al hecho que ambos vivían en un entorno principalmente chicano. Se puede argumentar que el propósito del narrador es mostrar cómo dos amigos vivieron vidas diferentes en el mismo barrio, teniendo diferentes impactos en la comunidad. En este 125 sentido, el dinero, la estabilidad económica y la educación ayudaron a Mateo a estar consciente de su comunidad y por consiguiente, a vivir una mejor vida. Es decir, Mateo personifica muchos de los valores y deseos de la comunidad, mientras que Julián representa el extremo al cual el individuo puede llegar.

4.3 La ideología represiva de los aparatos del Estado

El sistema de educación y el Departamento de Policía son los aparatos ideológicos que mayor influencia tienen en el vecindario que habitan Julián y Mateo. Para David

Harvey, la función del Estado es fundamental en la formación de la urbanización de la conciencia debido a que ejercen sus poderes ideológicos con cierto grado de legitimidad, la cual está anclada en la habilidad de definir, defender y resolver los intereses de la sociedad. Harvey explica el rol de los aparatos ideológicos del Estado del siguiente modo:

It has to provide a basic framework of institutions backed by sufficient

authority to resolve conflicts, impose collective judgments, pursue

collective courses of action, and defend civil society as a whole from

external assault and internal disintegration. The gains from its

interventions are real enough - all the way from mundane matters of

sewage disposal and the regulation of traffic flow to more general

procedures for countering market failure, articulating collective class

interests, protecting against abuses (community intolerance, excessive

exploitation, the abuse of family authority), and arbitrating between

warring factions. (The Urban 238) 126

En la ciudad, el aparato del Estado está presente en sus distintas instituciones y cada una de estas instituciones funciona bajo ciertas ideologías y prácticas que promueven modos específicos de pensar y actuar (239). Louis Althusser, en “Ideology and Ideological State

Apparatuses”, argumenta que existe una interconexión dialógica entre el individuo y la ideología que los aparatos del Estado le imponen. Asimismo, Althusser hace una distinción entre Repressive State Apparatuses (RSA) y Ideological State Apparatuses

(ISA), asignando al RSA la habilidad de ejercer el poder por medio de la fuerza física y los ISA tienen la habilidad de generar ideologías que el individuo internaliza cuando éste asiste a la escuela, a la iglesia, y a los diferentes departamentos que representan el Estado.

En este caso, Althusser define a ideología como un sistema de ideas y representaciones que domina el espíritu del individuo o un grupo social: “ideology is the system of ideas and representations which dominate the mind of a man or a social group” (Ibíd.).

En Caras viejas y vino nuevo se describe cómo el sistema de educación influye en el individuo étnico cuando éste entra en contacto con esta institución. En la siguiente descripción, se rememora cómo fueron tratados Mateo y Julián cuando ingresaron al tercer año escolar: “El primer día de la escuela no fue tan mal para mí; me junté con

Julián y nos paseábamos solos. También Julián pertenecía al tercer grado pero le dijeron a su madre que porque no había bastantes sillas en las aulas del tercer grado no lo podían avanzar: ella lo creyó. Nos pusieron en la misma clase, con una maestra muy amable”

(203). En esta instancia, la escuela funciona como un espacio de retención y separación, segregando a los jóvenes en su propio grupo étnico y proveyéndoles una maestra joven que les ayudara con el estigma de inferioridad. Asimismo, se narra que eran tratados 127

como indeseables y cuando se suscitaban altercados físicos, los expulsaban de la escuela.

La siguiente cita pone en perspectiva la situación que enfrentaba el estudiante chicano en

las instituciones escolares:

También en la escuela chingan a los de la estirpe, los tratan mal, les

llaman nombres, y se chupan los culitos a escondidas; hay muchos pleitos,

se pegan, se lastiman pero siempre gana el del otro lado. Por lo general lo

perdonan y nos corren a nosotros. La razón es obvia para los

administradores: nosotros sufrimos un estigma, por lo tanto tenemos que

defendemos y así causamos todos los problemas en la escuela. (191)

En este sentido, el sistema de educación está en una posición dominante, imponiendo

reglas para fomentar y modificar el comportamiento de los jóvenes chicanos. En efecto, la función del sistema de educación es implementar un sistema ideológico que mejor conviene al grupo social (o comité de padres de familia) que está en el poder. Dentro de este sistema los jóvenes chicanos son los que generalmente son expulsados de la escuela cada vez que se meten en problemas.

La presencia del aparato del estado no solamente se encuentra en las instituciones

educativas pero también en la vigilancia del departamento de policía. El narrador utiliza

la metáfora de la llorona para referirse a las patrullas que vigilaban el barrio o respondía a

llamadas del público. El hecho que las patrullas fueran llamadas lloronas responde a la

leyenda tradicional de “La llorona”, la cual es contada a los niños con el propósito de

asustarlos. En este sentido, la historia de la llorona es utilizada para asustar a la

comunidad. En la historia, la llorona vis a vis la policía, se encuentra enunciada a través 128 de todo el texto, cumpliendo el propósito de arrestar y asustar a la gente. En cierto modo, la función ideológica del departamento de policía era resguardar el orden y motivar que las personas se comportaran según las reglas que imponía el Estado. En este sentido, la escuela y el departamento de policía funcionan como un andamiaje colectivo que sistematizan los aspectos cotidianos del individuo urbano.

4.4 El mapa cartográfico de la comunidad del barrio

El barrio está localizado en las afueras de la ciudad y sus habitantes comparten realidades urbanas como el desempleo, el estigma de inferioridad, la segregación social, el pandillerismo, la violencia, el alcoholismo y la represión del aparato del Estado.

Además, se describen las misas, las bodas, los bautismos, las primeras comuniones y los días festivos. En este sentido, el interior del barrio es descrito como una comunidad de consumo que depende de los trabajos de la ciudad, y por consiguiente, los miembros de la comunidad funcionan no solamente como consumidores, sino también como mano de obra barata y reserva laboral. En gran parte, el sentido y consciencia de comunidad es desarrollado a través de similares experiencias vividas, las cuales moldean el porvenir de cada uno de los miembros de la comunidad. En Caras viejas y vino nuevo se narra un set de acontecimientos en un espacio en particular que provee un mapa cartográfico de la comunidad, y por consiguiente, se puede argumentar que la descripción narrada funciona como una representación simbólica de la comunidad chicana.

Con respecto al sentido de comunidad, David Harvey argumenta que cada grupo social construye su modo de comunidad dependiendo de su clase social y del estatus económico de sus miembros. De ahí que los individuos que viven en comunidades de 129 bajos recursos económicos se sientan atrapados porque no pueden comprar sus propias casas y por consiguiente, dominar el espacio que habitan (The Urban 265). Asimismo, las personas que conviven juntas, explica Harvey, desarrollan enlaces interpersonales y un intenso afecto por el lugar (266). En Caras viejas y vino nuevo, el narrador describe a la congregación que asistía a la iglesia del siguiente modo:

Todo el barrio iba a misa en aquellos tiempos, aun los místicos más bajos,

se sentaban atrás, unos lloraban penitentes; otros se dormían; el padre

Carlos hablaba más alto para despertarlos; los místicos viejos brincaban

persignándose como si escucharan atentamente. Dentro de ellos había un

dolor, tal vez causado por la cruda o, más profundo, una etapa de la vida

se les había hecho amarga. Había una lacra en ellos que los traía allí, que

los hacía vivir así matándose gradualmente. (195)

Después de misa, el sacerdote repartía pan a los jóvenes y los llama del siguiente modo:

“¡Salvajes, párense, salvajes! ¡Parece que nunca han comido pan! ¡Alto!

¡Hagan cola! ¡Animales salvajes! No importaba qué tanto gritara el padre,

o qué los llamara, los mocosos no oían ni obedecían…” (201)

En estas descripciones, la imagen que exterioriza el narrador es la de una comunidad que asiste a la iglesia para recibir beneficios espirituales y a la misma vez, alimentos básicos.

Además, el espacio de la iglesia funciona como lugar de celebración cultural, lo cual implica que los integrantes del vecindario comparten una experiencia homogénea. David

Harvey, en este sentido, explica que en este tipo de vecindarios, las personas desarrollan 130

y comparten los mismos valores sociales y culturales, los cuales están inscritos en el

código cognitivo, lingüístico y moral de la comunidad (The Urban 119).

Los valores sociales que muchos de los jóvenes desarrollan en este barrio es la preocupación principal de Mateo, quien reflexiona sobre el desempleo, el ocio y el alto número de personas que pasan los días ingiriendo alcohol. Mateo se pregunta:

¿Por qué tiene este barrio tantos jóvenes y viejos que están matándose con

la botella? Hay tantos místicos por aquí, tantos viejos como el Tío Tony,

Salcedo, Atilano, El Culebro, Juan Borracho y más viejos y jóvenes

místicos que se sientan, beben, mueren, se pudren y ya. He visto a dos

morir, otros los encuentran en la calle o en un automóvil abandonado,

algunos tienen suerte, mueren en un rincón, olvidados en el condado. (139)

Mateo se da cuenta que los jóvenes de la comunidad se encuentran en una vorágine urbana que puede llevar al individuo a la desesperanza fatal. De ahí que los vicios sean presentados como elementos que llevan a la contaminación y a la autodestrucción del individuo. La violencia entre los jóvenes se ha normalizado, es decir, forma parte de las prácticas cotidianas y por consiguiente, la violencia pasa a formar parte de su estructura cognitiva. Las reflexiones del narrador podrían interpretarse como una advertencia social con el propósito de crear consciencia en el lector. Respecto a esto, es importante recordar que la estructura del texto requiere de un lector activo que concatene los hilos de la narración y en este sentido, las observaciones del narrador funcionan como una invitación a recapacitar.

131

4.5 La internalización del espacio y clase social

En Caras viejas y vino nuevo se describe al vecindario como un espacio habitado por personas de bajos recursos económicos, que sufren del estigma de inferioridad y de la desesperanza de sentirse atrapados simbólicamente en “cajitas de vidrio” (81, 203).

Además, los jóvenes del vecindario son descritos como personas que pasan los días de ocio tomando alcohol, consumiendo drogas y sobreviviendo a la deriva en situaciones precarias. De ahí que la situación urbana de los habitantes de la comunidad está adherida a la condición económica del barrio, lo cual determina sus oportunidades. En efecto, el sentido de clase es derivado de la experiencia de vivir segregado en este lugar, de la experiencia de ganar dinero y de la experiencia de gastar el poco dinero que ganan

(Harvey, The Urban 232).

La experiencia de clase social se acentúa cuando los habitantes del barrio entran en contacto con la clase dominante, particularmente en espacios públicos. Por ejemplo, se narra en el texto la siguiente confrontación:

Bueno pues, caminaba por la calle cuando me fijé que venía un muchacho

hacia mí. Era más grande que yo; yo lo conocía porque estaba en una

clase conmigo. Sabía que los de la estirpe le caían mal a este tipo, y me

preparé para lo peor…. El caminaba derecho a mí; yo sabía que iba a ver

chingadazos pero no iba a correr aunque le tenía un miedo bruto al tipo….

¡Ustedes hijos de puta, no se les permite andar en la acera! Los ojos se le

hicieron agua, el corazón le palpitaba,… ¡Chíngate cabrón salado, puto,

bastardo, chinga tu puta maadreee! (191, 193) 132

La confrontación violenta entre jóvenes que asisten a la misma institución es una

representación física de la lucha de clases sociales. El joven que representa a la clase

dominante se siente con la libertad de ejercer un derecho de espacio, mientras que el

joven del barrio va a resistir esta afirmación. Como consecuencia, en este incidente el

joven de la clase dominante es suspendido por dos semanas, mientras que el joven del barrio es arrestado por la policía y después es expulsado. Es pues, a través de estas confrontaciones que el individuo del barrio puede adquirir conciencia de clase, particularmente si las confrontaciones se llevan a cabo en los espacios públicos.

La conciencia de clase también puede suscitarse en espacios privados, como por ejemplo, la negación de servicios, basado simplemente en la apariencia étnica. En el texto se narra cómo por generaciones se venía reproduciendo este suceso:

Todos estuvieron allí, mi abuelo, mi padre, mis hermanos, todos, y todavía

existe, ahora tal vez más intenso porque nos damos cuenta de lo actual y

del pasado. Mi padre ni podía ir al otro lado para hacerse cortar el pelo, se

podía quedar allí sentado por horas y siempre lo ignoraban, si él insistía en

su turno llamaban a las lloronas y lo echaban. (191)

Así pues, la condición de clase social no solamente era determinada por el espacio o lugar

de nacimiento, sino también por herencia familiar. Además, se utilizaba el aparato del

Estado para beneficio de la clase dominante, lo cual garantizaba la permanencia de las

posiciones de clases sociales. Respecto a esto, David Harvey señala que en una ciudad capitalista, la estructuración de clases sociales está claramente establecida debido a la protección de intereses económicos (The Urban 231). En este sentido, la clase social 133 dominante protege sus propios intereses formando alianzas e involucrándose en el desarrollo de la ciudad con el propósito de apoyar medidas que los perpetúe en el poder

(Ibíd. 233).

La condición económica de los habitantes del vecindario está aunada dialógicamente a las circunstancias del espacio y en este sentido, los habitantes del vecindario se sienten estigmatizados porque han internalizado el espacio. Es decir, las prácticas cotidianas que se viven en el espacio se internalizan y consecuentemente, la condición marginal del espacio es sinónimo con la condición social de la comunidad chicana. Sobre esto, el narrador utiliza, a través del texto, la metáfora “al filo de la estirpe” (51, 95, 125, 157) para enfatizar la condición marginal de la comunidad, la cual está determinada por el proceso de urbanización y por la condición histórica de colonización.

134

CAPÍTULO V: LA URBANIZACIÓN DE LA VIOLENCIA: ANÁLISIS DEL

TEXTO, LOCAS DE YXTA MAYA MURRAY

La violencia urbana entre jóvenes chicanos es el tema principal de la obra Locas

(1997) de Yxta Maya Murray. Los hechos toman lugar en la comunidad de Echo Park de

Los Ángeles, California durante la década de los ochenta, en la cual los jóvenes se

dedican a vender armas y drogas en su comunidad y en otras zonas residenciales como

Boyle Heights, Long Beach, Silver Lake, Lincoln Heights, El Sereno, East L.A. y

Cypress Park. Las protagonistas principales son Cecilia Silva y Lucía, quienes narran en

primera persona su participación en la pandilla11 Lobos, liderada inicialmente por Manny

Silva. La historia de las protagonistas está entrelazada al incremento en la violencia urbana, a la organización jerárquica de la pandilla y al dominio y apropiación de la comunidad de Echo Park. Utilizando argumentos teóricos que David Harvey expone en

The Urban Experience (1989), se explicará cómo la urbanización de la violencia es parte integral del sistema capitalista de la ciudad.

Refiriéndose a la estructura de la ciudad, David Harvey la define como una

contradicción del capitalismo porque produce riqueza y pobreza a la misma vez. En este

sentido, Harvey explica que la ciudad es un espacio que representa los máximos logros de

la sociedad, pero también es un espacio en donde se reproduce el fracaso humano, los

11 Una pandilla es formada por un grupo de jóvenes que crecieron juntos en comunidades marginadas, los une las realidades cotidianas de la experiencia urbana, está estructurada de modo jerárquico y sus valores no concuerdan con los de la corriente popular. Aquí seguimos la definición que utiliza el experto James Diego Vigil, en su texto, Projects: Gang and Non-Gang Families in East Los Ángeles (2007). Pg. 37

135 conflictos políticos y los desencantos (The Urban 229). Considerando el orden social y la diferenciación residencial, Harvey teoriza sobre cómo diferentes grupos étnicos han sido integrados a un espacio, no solamente urbanizado, sino también a un espacio estructurado de acuerdo a clase social (Ibid 117). Como consecuencia, los vecindarios habitados por los grupos marginados son una producción del capitalismo, debido a que sus habitantes funcionan como consumidores de los productos del capitalismo, lo cual favorece a la acumulación del capital (Ibid 122). Ahora bien, Harvey plantea que los individuos que viven en los vecindarios marginados comparten valores y actitudes sociales que conlleva, hasta cierto punto, a la homogenización de una experiencia urbana.

Harvey lo explica del siguiente modo: “Working-class neighborhoods, for example, typically produce individuals with values conducive to being in the working class; and these values, deeply embedded as they are in the cognitive, linguistic, and moral codes of the community, become an integral part of the conceptual equipment that individuals use to deal with the world” (Ibid 119). Considerando estas aserciones, se puede deducir que la estructura de la ciudad está fragmentada según el estatus económico de las personas; es decir, una persona pobre no podría vivir en un espacio afluente porque su sueldo no sería suficiente para mantener ese estilo de vida. En todo caso, la interrelación que existe entre el espacio, el tiempo y el dinero es resultado de un sistema capitalista urbano que moldea los devenires de los individuos.

Frente a estos aspectos interdependientes, Harvey explica que se debe de pensar en cómo el dinero, el tiempo y el espacio ayudan a comprender las fuerzas que enmarcan estos procesos urbanos, los cuales están inscritos en la experiencia urbana del individuo 136

(The Urban 165). Para Harvey “the very experience of money as a mediator of

commodity exchange radically transforms and fixes the meanings of space and time in social life and defines limits and imposes necessities upon the shape and form of urbanization” (Ibid 165). Es decir, la experiencia del dinero afecta al individuo en todos los aspectos sociales de su vida, incluyendo el espacio en el que se mueve, no obstante, los individuos que carecen del poder del dinero, se ven en la necesidad de establecer su territorio a través de la violencia. Con respecto a esto, Harvey explica cómo “[t]he urban gang protects its turf through violence, and low income and minority populations seek to define collective spaces within which they can exercise the strictest social control” (197).

Por ende, cuando el espacio es controlado por pandilleros, la experiencia de la violencia está interrelacionada al dinero, al tiempo y al espacio, lo cual forma parte de las realidades cotidianas de las personas que habitan este espacio.

Si bien es cierto que existe una realidad simbólica incrustada en la obra de Yxta

Maya Murray como lo propone de Certeau y Harvey, ésta podría ayudarnos a comprender las realidades cotidianas de los pandilleros y de las personas que vivieron la violencia en

Echo Park, lugar ficticio del texto narrativo, Locas. Los hechos toman lugar durante la década de los ochenta y el espacio producido por los delincuentes funciona como lugar de organización y confrontación, debido a la jerarquización de la pandilla y a las divisiones internas que produce el dinero. En este sentido y de modo bidireccional y dialéctico, el espacio de violencia producido por los jóvenes forma parte de sus realidades cotidianas y consecuentemente de su identidad. Infiriendo en los conceptos que David Harvey propone sobre la urbanización de la conciencia, se puede argumentar que la urbanización 137 de la violencia forma parte de los procesos económicos y de las interacciones sociales de los individuos que habitan dicho espacio, por consiguiente, la urbanización de la violencia ocurre cuando estos individuos empiezan a identificarse y a ser identificados con actos de violencia.

5.1 Contexto social en Echo Park

El mundo ficticio descrito en Locas está anclado en la comunidad de Echo Park, localizado a dos millas al noroeste del centro de Los Ángeles y los hechos toman lugar durante la década de los ochenta. Al inicio del texto, se narra brevemente cómo el vecindario, en la década de los setenta, estaba segregado en términos económicos, particularmente la comunidad chicana vivía aglomerada en espacios reducidos, mientras que las familias anglosajonas vivían con suficiente espacio en la comodidad (5). En concordancia con esta descripción, un extenso artículo publicado en el periódico Los

Ángeles Times en 1971, "Which Way for Echo Park---Inner City Oasis or Slum?", explica cómo el espacio estaba segregado y cómo la comunidad latina era victimizada por arrendatarios que decidían no dar mantenimiento a las casas o apartamentos que rentaban.

Además, había una escasez de vivienda, un incremento en pandillas y una falta de programas sociales para jóvenes. Echo Park se describe del siguiente modo en 1970:

Echo Park is becoming a near slum and a much-in-demand middle-class

community at the same time. It is going up and down simultaneously. The

population is now 70% Spanish surname: Chicanos, Cubans, Mexican

immigrants, Central and South Americans. Most are shopkeepers,

municipal workers, nurses, seamstresses, mechanics. But new comers 138

from poorer areas are crowding into substandard housing, and youth gangs

have become active. (L.A. Times 1971)

El propósito del artículo era argumentar que Echo Park tenía espacios de mucho valor capital, pero que lentamente estos espacios estaban siendo invadidos y deteriorados por latinos, quienes constituían el porcentaje más alto en crecimiento.

El deterioro del espacio no solamente había sido causado por “absentee owners”, sino también por el Estado, el cual había desposeído a muchas familias durante la construcción de la Autopista Hollywood 101, entre 1944 y 1950. Años después, entre

1968 y 1970, el Departamento de Trasporte de California (Caltrans) había desalojado a más de 500 familias para construir una extensión a la Autopista Glendale, ambos hechos fracturaron a Echo Park. En otro artículo publicado en el periódico Los Ángeles Times en

1982, “500 Families, Success Story: Renters Are Now Owners”, se explica cómo estas viviendas, por un periodo de 14 años, no habían recibido mantenimiento debido a que el

Estado esperaba destruirlas, no obstante, las viviendas las rentaban a personas que habían decidido vivir en ellas, aún con la amenaza del desalojo. Cuando finalmente Caltrans decidió no construir la extensión de carretera, debido al alto costo y a la presión pública, resolvieron vender las 124 casas, 350 apartamentos y 90 edificios al público. La mayoría de los residentes que compraron estas viviendas eran familias latinas, quienes las habían rentado durante el periodo de deterioro y de incertidumbre. En este sentido, el Estado había tenido un rol importante en la destrucción, apropiación y producción del espacio, particularmente en espacios que después terminaron siendo comunidades chicanas. 139

Al principio de la década de los ochenta, la comunidad de Echo Park estaba

saturada de pandilleros, quienes competían principalmente por el control del espacio. La

organización de la comunidad que ofrecía servicios de intervención y prevención a estos

jóvenes era El Centro del Pueblo, fundada en 1974 por residentes del área (L.A. Times

1981). El Centro recibía fondos federales, estatales y locales con el propósito de ofrecer

consejería, programar actividades, crear proyectos multiculturales, organizar programas

educativos y principalmente enfocarse en la prevención de la delincuencia. La

frustración que al parecer tenían los coordinadores era la inhabilidad de ofrecer un escape

concreto a estos jóvenes, quienes vivían desempleados, con un nivel bajo en educación y

sin habilidades para formar parte de la fuerza laboral. Cuando se reportaban muertos

relacionados a las pandillas, los coordinadores eran los primeros en recibir culpabilidad y

esto los ponía en peligro de no recibir fondos del gobierno, lo cual creaba un entorno de

frustración. Cuando se decidió en 1981 construir un Boys and Girls Club en Echo Park

para ofrecer un espacio de recreación, éste tomó varios años en ser construido, debido a

inconvenientes no previstos en el presupuesto. Consecuentemente, los negocios locales

se mostraban reticentes y se negaban a proveer apoyo financiero hasta que el edificio

fuera construido. En todo caso, la comunidad de Echo Park estaba más que necesitada de

los recursos sociales de ambos centros de apoyo social (L.A. Times 1985).

Durante la década de los ochenta, los jóvenes latinos de Echo Park vivían en un espacio segregado, marginalizado y empobrecido por un proceso económico capitalista que los urbanizaba en ciudadanos de segunda categoría. David R. Díaz explica que durante la década de los setenta los programas sociales para los jóvenes fueron los 140 primeros en ser eliminados y consecuentemente, en la década de los ochenta, hubo un incremento en el número de pandillas y en el crimen organizado. Durante este mismo periodo se vino abajo el valor de las propiedades en los vecindarios marginados, al mismo tiempo que subió la construcción de las cárceles en el estado de California (Barrio

Urbanism 56-57). Además, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) había establecido el programa antipandillas, Community Resources Against Street Hoodlums

(CRASH), para controlar las zonas con un alto número de criminalidad. Según Robert

Gottlieb, durante la implementación de este programa los policías abusaron del poder, ocultando información y en otras ocasiones fabricándola (Next Los Ángeles 123). Esto dio como resultado un alto número de jóvenes encarcelados por delitos que no habían cometido, mientras que los oficiales eran galardonados por el Departamento de Policía y por los políticos locales (Ibid 123).

Raúl Homero Villa concuerda con David R. Díaz y Robert Gottlieb al explicar que a finales de la década de los setenta y durante la década de los ochenta, llegó a Los

Ángeles una ola de inmigrantes de Centro América, debido a las guerras civiles en sus respectivos países y esto redujo y agravó las oportunidades de trabajo para los jóvenes chicanos (Barrio Logos 120). Asimismo, Joan Moore puntualiza que el periódico Los

Ángeles Times había publicado 36 historias relacionadas a las pandillas en 1977, pero diez años después el número había incrementado a 267 (Going Down 3). Estás estadísticas no especifican algún espacio en particular, pero el número tan alto implica que los jóvenes estaban viviendo una realidad de violencia, similar a la realidad ficticia descrita en Locas. En este sentido, el proceso de urbanización y marginalización estaba 141

interrelacionado a la restructuración de la economía, a la ola de inmigrantes de México y

Centroamérica y a la escasez de fondos para financiar los programas sociales.

5.2 La mujer pandillera en el contexto social

De lo anterior, se puede concluir que en la década de los ochenta existía un

crecimiento y aglomeración de jóvenes latinos en el vecindario de Echo Park, no obstante,

los expertos en las pandillas de Los Ángeles, James Diego Vigil y Joan Moore, coinciden

que hace falta investigación relacionada a la participación de las mujeres en las pandillas.

Vigil documenta, en The Projects: Gang and Non-Gang Families in East Los Ángeles

(2007), que existe entre el 4% al 15% de mujeres que son miembros de pandillas y Joan

Moore explica en “Female Gangs: A Focus on Research” (2001), que es difícil averiguar

el porcentaje de mujeres participantes en las pandillas debido a que las agencias

gubernamentales no mantenían este tipo de información y además, las estadísticas

muestran una inconsistencia en el número de participantes (2). Asimismo, Moore dice

que “[i]n some cities, females constitute up to one-third of the members in some gang

cliques but are completely absent in others” y por consiguiente, es más probable localizar

más pandilleras en pequeñas ciudades que en las grandes ciudades (2). En todo caso, ambos investigadores concuerdan que las estadísticas muestran una necesidad por continuar estudiando la participación de la mujer en las pandillas.

Moore explica que por mucho tiempo hubo una falta de investigación sobre la mujer pandillera, debido a que se suponía que las mujeres participaban de manera marginal o pasiva en las pandillas y además, eran estereotipadas como objetos sexuales o marimachos (1). Esta información, mayormente, era propagada por los medios de 142

comunicación que de modo sensacionalista exaltaban la historia personal, lo cual popularizó el estereotipo de la pandillera como una “bad girl” (Ibíd. 2). En Locas, por

ejemplo, el estereotipo de la mujer pandillera como objeto sexual, marimacha y “bad girl”

es prevalente a través del texto como Celeste Fremon y David Manuel Hernández lo han

argumentado en sus respectivas reseñas12, sin embargo, Yxta Maya Murray refuta, en una

carta escrita al periódico Los Ángeles Times, que “the novel tries to do is grapple with

stereotypes, then turn them on their heads” (3 de agosto de 1997). Asimismo, Murray

explica que Lucía es una pandillera “who thrives on capitalism” y consecuentemente es

un producto de su propio entorno (Ibíd.). Lo que estos críticos cuestionan es la

autenticidad de los personajes y la responsabilidad social que la escritora tiene al crear

una representación ficticia del estereotipo de la mujer pandillera. Murray se defiende,

argumentando que como escritora no siempre tiene que escribir sobre narraciones que

favorezcan a los latinos, no obstante, admite que sus representaciones podrían

malinterpretarse (Ibíd.). En este sentido, existe un entendimiento, entre los críticos y la

autora, que la función dialéctica de la narración es un proceso activo de producción como

lo conceptualiza Michel de Certeau en The Practices of Everyday Life.

Una de las primeras investigadoras en analizar a las protagonistas de Locas fue

Mónica Brown en Gang nation: Delinquent Citizens in Puerto Rican, Chicano, and

Chicana Narratives (2002). Brown analiza las acciones y decisiones que hacen las

protagonistas, Cecilia y Lucía, y llega a la conclusión que en este entorno las opciones

12 Léase la reseña que escribe Celeste Fremon en el periódico Los Ángeles Times (15 de junio de 1997). También léase la reseña que escribe David Manuel Hernández en la Revista Aztlán (Spring 1998, Vol. 23 Issue 1, p 153). Ambos críticos concuerdan que los personajes son estereotipos negativos de la mujer pandillera. 143 para ellas son limitadas (123), no obstante, considera que poco a poco adquieren agencia en el espacio público (106), en el cual “are able to transcend some of the limitations placed upon them culturally” (105). Brown admite que el empoderamiento público que adquieren estas jóvenes se debe a la venta de drogas dentro de una congregación de pandilleros y además, la evolución sexual de las protagonistas podría considerarse ambivalente o contradictoria (105). Estas aserciones y conclusiones ayudan a comprender la complejidad de los personajes, particularmente el estatus social y económico de Cecilia y Lucía, quienes viven excluidas en una comunidad marginada como ciudadanas de tercera categoría. De ahí que el propósito de Mónica Brown fuera investigar cómo estos personajes son excluidos y cómo se imaginan dentro de una cultura, de una comunidad y de una nación que las estereotipa y las marginaliza.

Por todo lo expuesto hasta ahora sobre la marginalización de la comunidad chicana de Echo Park y sobre la contextualización de las pandillas, se puede argumentar que la pobreza aunada a los procesos económicos del capitalismo han sido claves en la urbanización de la conciencia como el descrito por David Harvey en The Urban

Experience (1989). Utilizando sus teorías sobre la urbanización de la conciencia, creemos que se pueden analizar las descripciones del narrador y las acciones de los/as protagonistas para comprender cómo los personajes urbanos experimentan las realidades materiales de todos los días. De ahí que el propósito principal de esta investigación sea deshilvanar y comprender cómo se interrelacionan las funciones de la familia, el individualismo, el Estado, la clase social y la comunidad. Considerando el entorno que habitan los personajes, se pueden desarticular las realidades simbólicas inscritas en el 144

texto Locas (1997) de Yxta Maya Murray para comprender cómo la urbanización de la conciencia vis a vis urbanización de la violencia está enunciada en las prácticas

cotidianas de los personajes. Infiriendo en los argumentos de David Harvey sobre la

urbanización de la conciencia, se analizarán en los subsiguientes párrafos cada uno de los

centros de poder, que Harvey considera claves para el entendimiento de la urbanización

de la conciencia.

5.3 Las realidades urbanas de las familias de Cecilia Silva y Lucía

David Harvey argumenta que las familias que habitan en la ciudad desarrollan un

instinto de sobrevivencia y consecuentemente, aprenden a vivir en relación con las

necesidades que dictamina el capitalismo, se acostumbran a las necesidades prácticas de

la vida cotidiana y periódicamente se van amoldando al entorno de la ciudad (The Urban

238). Harvey lo explica del siguiente modo:

The family therefore exists as an island of relative autonomy within a sea

of objective bondage, perpetually adapting to the shifting currents of

capitalist urbanization through its relations to individualism, community,

class, and the state. It provides a haven to which individuals can withdraw

from the complexities and dangers of urban life or from which they can

selectively sample its pleasures and opportunities. (238)

En esta manera, el núcleo familiar funciona como un centro de refugio, como un centro

de apoyo moral y como una institución aislada que asiste en la internalización de la

urbanización de la conciencia. De ahí que la urbanización de la conciencia ocurre cuando 145 la familia comienza a identificarse con un entorno violentado por las pandillas y marginado por los procesos económicos del capitalismo.

En consonancia con las aserciones teóricas de David Harvey, James Diego Vigil en Gang and Non-Gang Families in East Los Ángeles (2007) propone el concepto de

‘múltiples marginalidades’ para explicar la complejidad de las circunstancias que viven las familias de los barrios de Los Ángeles (8). Para Vigil, este concepto implica que las familias marginalizadas enfrentan una multitud de obstáculos como la negación a los beneficios económicos de la ciudad, la discriminación de las instituciones sociales, el menosprecio cultural, la negación al derecho de representación, represión de la policía, socialización callejera, la pobreza, etc. (9). En este sentido, Vigil explica que la marginalidad múltiple “refers to being outside the mainstream of the dominant middle- class population of Los Angeles…with limited access to wealth and power” (57). Ambos,

Vigil and Harvey, coinciden en que las familias urbanas desarrollan un instinto de sobrevivencia que se va adaptando a las necesidades cotidianas de la marginalización. En este caso, las familias de Cecilia Silva y Lucía residen en Echo Park durante la década de los ochenta, un lugar deteriorado físicamente y aglomerado de jóvenes chicanos.

A principios de 1970, la mamá de Cecilia había emigrado de un pueblo de Oaxaca, con su hijo Manuel Silva de 5 años. Había dejado a su esposo debido a la violencia intrafamiliar y venía embarazada con su hija Cecilia, a quien dio a luz en los Estados

Unidos. Como madre soltera, había trabajado arduamente limpiando casas para mantener a su familia, la cual gradualmente fue desintegrándose, debido a las circunstancias que se fueron presentando. Por ejemplo, Manuel abandonó los estudios en el primer año de 146

preparatoria para salir con los amigos y dedicarse a robar estéreos y pequeños objetos de

valor para después revenderlos. En casa, Manuel era reprendido por sus acciones

reprochables, lo cual causó que se rompiera la comunicación entre madre e hijo y esto

causó que la mamá no se enterara cuando éste decidió dejar de asistir a la escuela. El

trabajo la mantenía ocupada fuera de la casa que resultaba imposible involucrarse

directamente en los estudios o tareas escolares de sus hijos. Al igual que Manuel, Cecilia también dejó los estudios para pasar más tiempo con su hermano, quien había empezado a organizar a sus amigos para formar una pandilla. Las razones por las cuales los hijos abandonaron sus estudios son múltiples, no obstante, se puede enumerar el hecho que como madre soltera y con un trabajo de limpiadora de casas, no tenía el tiempo necesario para estar al pendiente de sus hijos. En casa, la comunicación que existía entre madre e hijos era para discutir o para reprender a sus hijos de los problemas que ocurrían en la escuela. La madre al igual que los hijos son víctimas de las múltiples circunstancias que

viven en Echo Park y a través de la lectura se puede observar cómo el núcleo familiar

paulatinamente se va deteriorando.

Cuando Manuel empezó a contribuir dinero para pagar la renta de la casa, la mamá titubeo al tomar el dinero: “The first few times she didn't say nothing. She puts it in her pocket, quiet like, and figures when things ease up she'll ask what he did to get that money” (6). El impulso involuntario que siente la madre al tomar el dinero es pues un doble sentimiento; por una parte siente la libertad que provee el dinero y por otra, siente

la enajenación, la cual decide posponerla para otra ocasión. Ahora bien, Si bien es cierto

que de manera pasiva acepta y continúa aceptando el dinero de su hijo, quien 147 progresivamente se va involucrando a la subcultura de las pandillas, esto alude a la complicidad de los padres de familia. James Diego Vigil explica que estadísticamente muchos de los pandilleros provienen de familias pobres, formadas por padres solteros:

“As might be expected, most gang members come from the more impoverished families, which are often mother-centered and have either no father figure or one whose attachment to the family is tenuous” (Rainbow of Gangs 38). Asimismo, Vigil argumenta que el padre soltero o la madre soltera viven momentos sicológicos y emocionales al enfrentarse solos a las dificultades familiares, debido a la falta de apoyo familiar o social

(38). En este sentido, la ausencia del padre puso más en riesgo la estabilidad de Manuel y de Cecilia, particularmente en el momento cuando empezaban a buscar modos de independizarse, revelarse o identificarse.

El núcleo familiar se va adaptando y transformando, a medida que ambos jóvenes progresan en el ámbito de Echo Park. Por ejemplo, cuando Manny es arrestado por posesión de armas y encarcelado por 7 meses, su hermana, su novia Lucía y su madre van a visitarlo a prisión. En la prisión, la novia recibe instrucciones para continuar el negocio de venta de armas en el mercado negro y la mamá es ignorada, lo cual causa que salga malhumorada, quejándose de la actitud y gestos agresivos de su hijo. En este sentido, la madre se da cuenta que ha sido re-emplazada, que ha perdido el control de su hijo y que

éste ahora viene a representar la figura del padre, a quien no volvieron a ver desde que salieron de Oaxaca. James Diego Vigil explica del siguiente modo la ausencia de la figura del padre y sus efectos en el adolescente: 148

Lack of a father figure may be particularly detrimental during a male

youth’s adolescent period, as he begins to form his sexual identity. Gang

members from mother-centered households have to adjust to a male

dominated street gang and may experience some role confusion as they try

to mediate their self-identity. Some youths might attempt to resolve this

conflict by overemphasizing their male qualities, acting aggressively, and

modeling themselves after “street warrior” role models. (Rainbow of

Gangs 39)

La actitud agresiva de Manuel se debe a múltiples factores como la ausencia del padre, el entorno que habitan, la ausencia de la madre (debido al exceso de trabajo), la pobreza, el apoyo de otros familiares, etc. En esta observación, el núcleo familiar ha cambiado, en el sentido que el hijo ha decidido abiertamente independizarse de la madre y consecuentemente, comienza a gesticular una actitud agresiva y a establecerse como un líder de su pandilla, a la cual decide organizarla siguiendo los modelos existentes como los Crips, los White Fence locos y los Bloods (6). De este modo, el núcleo familiar cambia y se adapta según las necesidades de los miembros de la familia.

La segunda persona en temporalmente independizarse es Cecilia, quien observa y admira las acciones de su hermano Manuel, anhelando ser igual que él: “I saw with my brother what it is to become a man. And I wanted to be a man like that” (7). A Cecilia le atrae particularmente el poder que su hermano adquiere al convertirse en líder de la pandilla. De esta manera, a la edad de 15 años, Cecilia empieza a involucrarse más con la pandilla, lo cual implicaba dejar la escuela y pasar más tiempo fuera de la casa, 149 mientras trabajaba como vigía o señuelo en las esquinas de Echo Park. Asimismo, decide empezar a tener relaciones sexuales con Beto, amigo de su hermano, con el propósito de quedar embarazada y tener un bebé. Cecilia explica su modo de pensar del siguiente modo:

This is what I thought: babies are what make you a woman. Better than

being Princess, better than being Manny’s. A baby makes you Somebody.

And now that’s what I was going to be, a mamacita. In Echo Park I see

them, all the ladies with their niños, talking to them in those low, happy

voices, spending their days feeding, laughing, singing to them, and the

men, I thought, would look at them and think: There, I’ve made it. (69)

En este sentido, Cecilia está enfocada en la aceptación y la búsqueda de la identidad en la maternidad, no obstante, estas consideraciones resultan contradictorias e incongruentes para escapar de la subordinación de la madre. Conjuntamente, Cecilia está enfocada en sus necesidades inmediatas o temporales, con el propósito de ser aceptada dentro del grupo de madres jóvenes, quienes viven de los beneficios sociales del Estado. Joan

Moore argumenta que las pandillas funcionan como una asociación, en la cual las mujeres que provienen de familias victimizadas encuentran refugio y por consiguiente,

“[j]oining a gang can be an assertion of independence not only from family, but also from cultural and class constraints” (1). En todo caso, para Cecilia es crucial este momento de transición e independencia, vulnerando de este modo la particularidad del núcleo familiar.

A mediados de la década de los ochenta y después de haber vivido por quince años en Echo Park, la familia es fracturada por la independencia de Manuel y por la 150

rebeldía de Cecilia. Por ejemplo, Manuel logra salirse de la casa y rentar un apartamento,

el cual paga renta con el dinero que gana vendiendo armas y drogas. Sin embargo,

retorna a la casa cuando resulta herido en un enfrentamiento entre pandillas, pero cuando

se recupera, se vuelve a la calle a vivir como un vagabundo. Por otra parte, Cecilia nunca

abandona la casa, a pesar de escaparse por las noches para tener relaciones sexuales con

Beto, de quien sale embazada. Cuando Cecilia aborta el bebé, por el abuso físico y

sicológico perpetrado por Beto, ésta decide alejarse de las pandillas y empieza a seguir

los consejos de su madre. En ambos casos, el espacio a la casa nunca les fue negado y

ambos siempre encontraron refugio y apoyo en la casa de su mamá. Asimismo, la

multiplicidad de obstáculos que como familia enfrentaron produjo cambios en la unidad

familiar, los cuales enajenaron a Manuel, convirtiéndolo en un irreconocible indigente en

las calles de Los Ángeles. Por otra parte, Cecilia se adaptó a las circunstancias de su madre, convirtiéndose en mano de obra barata—limpiando casas para las familias

acomodadas. En este sentido, la urbanización de la familia está ligada a la multiplicidad

de obstáculos que tuvieron que enfrentar, perpetuando la función de los barrios como

depósitos de reservas laborales.

La transición y adaptación al sistema económico urbano para la familia de Cecilia

resultó en la transformación del núcleo familiar y de modo similar, pero con diferentes

resultados, se narra la adaptación de la familia de Lucía, la cual se desintegró totalmente

cuando el padre decidió abandonar a la familia y consecuentemente, la madre se dedicó a

consumir alcohol y a la prostitución. La familia había emigrado de Tecate, Baja

California, para mejorar su estatus económico, pero la falta de documentación para 151

trabajar legalmente y la escasez de trabajos causó una constante presión en la familia. El

padre, viéndose desempleado e incapacitado de proveer alimentos para su familia, cayó

en el alcoholismo y en un constante abuso intrafamiliar, lo cual enajenó a Lucía del

núcleo familiar. En la siguiente cita, Lucía explica la situación económica de la mamá

después de la separación:

Even a drunk still needs to make a living. You might say, Hey,

Mexicans clean houses. You can make good money there under the table,

tax free. But my mami wasn't cut out to be no cleaner lady. She couldn't

even wipe up her own floor. Can't write her name, neither. Can't add two

and two. She's dumbed down with drink and too scared of immigration to

ask a gabacho for work. We was illegals, so what? "Illegal" don't mean

nothing but a fucked-up life. Baby gets sick? Don't got no food? Hard to

get those food stamps, man. Can't find a job? Who are you gonna talk to?

Nobody. They always ask you for the papers and you're scared out of your

head Mr. INS will come and get you. Well, check me out, Mr. INS. Get

real close. Don't like what you see, eh?

So. Mami started making money the old-fashioned way. When a lady

looks around and sees that end-of-the-month train flying up to her, she'll

do what it takes. Scratch a hungry woman and you'll find a whore, it's that

simple. (146)

El fracaso de la familia de Lucía se debe a múltiples circunstancias que enfrentan como inmigrantes, los cuales incluye la imposibilidad de conseguir empleo según sus 152 habilidades, la escasez de trabajos, el estatus legal, el entorno que habitan, el nivel de educación, el acceso barato a las drogas, la falta de apoyo social, los procesos económicos, la discriminación social, etc. En sí, las vivencias diarias que enfrenta la familia de Lucía rompen con la fragilidad estructural de la unidad familiar y como consecuencia, Lucía abandona los estudios y a su mamá a los quince años de edad, yéndose a vivir con su novio, Manuel Silva, quien le provee un modo de vivir estable con el dinero que consigue vendiendo armas y drogas.

La unidad familiar formada por Lucía y Manuel no necesariamente sigue los valores tradicionales de la corriente popular, puesto que surge del fracaso de sus respectivas familias y como nueva familia urbana forman sus propias vivencias que son parte de su identidad y de sus experiencias cotidianas. Ambos tratan de compensar las familias que habían perdido, intentando formar una familia alternativa y basándose en las oportunidades de una sub-economía, como lo era la venta de armas y drogas en el vecindario de Echo Park. En este sentido, Harvey explica que la familia urbana desarrolla un instinto de sobrevivencia y que aprenden a vivir en relación con las necesidades que dictamina el capitalismo (The Urban 238). Del mismo modo, James

Diego Vigil argumenta que surgen nuevos modos de subsistir cuando las fuerzas sociales dejan de funcionar, particularmente cuando la unidad familiar entra en crisis. Vigil lo explica del siguiente modo:

It is when social forces and influences do not function as they should that

street subcultures arise to fill the void.... The structure and form of the

family and other institutions of social control vary from society to society, 153

and in the case of immigrant families the disruptions and marginalization

they face in moving from one society to another greatly affect how

successfully the family can function as an agent of social control.

(Rainbow of Gangs 20)

De las circunstancias extremas de ambas familias de emigrantes surge la unidad familiar

de Manuel y Lucía, quienes reconocen el potencial económico en la organización de las

reservas laborales que son los jóvenes del vecindario. La nueva pareja se transforma

progresivamente en una organización jerarquizada y delictiva que funciona para proveer

empleo alternativo a los jóvenes del barrio. Consecuentemente, la violencia vivida en sus

respectivas familias fácilmente es adoptada como la herramienta principal para mantener

y controlar el negocio de venta de armas y drogas.

Movidos por la ambición de poder adquirir las comodidades que produce el

dinero, Lucía y Manuel desarrollan una relación dinámica, basada inicialmente en la

confianza de la relación. Esto promueve a Lucía a ser la administradora del negocio, mientras que Manuel se desenvuelve como el dirigente de los trabajadores y protector de la asociación. Lucía describe cómo, progresivamente, adquiere la confianza de Manuel para que éste le permita administrar el dinero de la venta de armas y drogas:

“…Manny started letting me do the books with no trouble. He just didn't

let any of his vatos find out that a woman's doing Lobos money business. I

didn't care, though. Let him talk big now, I thought. All I knew is that my

sheep days was over after I picked up the numbers, making it all go round

with my little calculator head. (39) 154

De esta situación, Lucía no solamente aprende a manejar el dinero, sino a comprarse

objetos de valor como su propio carro y a rentar su propio apartamento. Asimismo,

aprende a empoderarse y con ello a planear su propia organización de mujeres, paralela a

la agrupación de Manuel. Manuel, por su parte, se encargaba de controlar a sus

trabajadores más allegados (Chico, Beto, Paco, Rafa y Chevy), quienes a su vez vigilaban al resto de los integrantes, mostrando toda disponibilidad de poner en riesgo sus vidas,

con tal de tener acceso a la libertad momentánea que produce el dinero.

El rompimiento de la relación y consecuentemente de la asociación entre Manuel y Lucía, se debe en parte a la autodeterminación de Lucía de formar su propia pandilla y consecuentemente del deseo y ambición de tomar el control del negocio. En primera instancia, la relación de pareja cambia cuando Lucía empieza a administrar el negocio y comienza a ahorrar dinero para dejar de depender de Manuel. Y en segunda instancia, la posibilidad de formar tradicionalmente una familia se desvanece cuando Lucía opta por empezar a tomar las pastillas anticonceptivas. En este sentido, Lucía no sale embarazada como lo había hecho su madre a los 14 años de edad y por consiguiente, puede moldearse su propio destino e independizarse en un entorno plagado por la violencia, la pobreza y la marginalización. Los factores que produjeron que Lucía y Manuel se separaran fueron múltiples, no obstante, el individualismo provocado por el dinero y las oportunidades de liderar su propia asociación en una economía alternativa fueron quizás los factores más substanciales.

De las dos familias de inmigrantes que llegaron a vivir a Echo Park a principios

de la década de los setentas, una familia alternativa surgió, aquella compuesta por 155

Manuel y Lucía, quienes logran mantenerse unidos hasta que Manuel pierde el liderazgo de la organización y Lucía logra independizarse, formando su propia agrupación. Las realidades urbanas que vivieron cada una de las familias perjudicaron el núcleo familiar, no obstante, se adaptaron a los cambios dictaminados por el capitalismo urbano, particularmente por el surgimiento de economías alternativas como la prostitución, la venta de armas y drogas. De ahí que la urbanización de estas tres familias está adherida a las múltiples marginalidades que tuvieron que enfrentar, de manera que resulta casi imposible de emerger de la marginalización.

5.4 El individualismo urbano y los procesos alternativos

El denominador común que causa que las dos familias de emigrantes fracasen es el dinero y por consiguiente, existe una correlación directa entre los múltiples obstáculos que enfrentan las familias marginadas y las necesidades que el dinero le impone a cada uno de los miembros de la familia. En este sentido, Harvey argumenta que el individualismo urbano se aferra al uso del dinero en mercados que funcionan libremente

(The Urban 231) y consecuentemente, el individuo confronta el dinero y el capital como una doble alienación; es decir, todos los aspectos de la vida cotidiana que se viven en la ciudad son reducidos al denominador común que es el dinero, sin importar lo insignificante que parezcan (232). Asimismo, el capital (representado por los edificios, las calles, el espacio urbano, etc.) le causa un sentido de alienación personal al individuo urbano (232). De este modo, los personajes marginalizados como Manuel, Lucía y

Cecilia enfrentan el entorno que habitan de manera indiferente, mientras que el dinero que obtienen de la venta de armas y drogas lo asocian con una libertad delimitada. 156

A lo dicho anteriormente, el proceso de enajenación que viven Manuel, Lucía y

Cecilia está adherido al entorno marginado que habitan y a sus necesidades individuales, las cuales incluye el recibir apoyo de la familia, de la comunidad y de los programas sociales que provee el Estado. La falta de ayuda de estas instituciones influyó progresivamente en el aislamiento de los personajes, quienes buscan modos alternativos para satisfacer sus necesidades. Manuel, por ejemplo, encuentra apoyo en sus amigos, quienes han estado viviendo las mismas realidades que él, como la fracturación de sus respectivas familias y el abandono escolar. La agrupación que deciden formar les permite disfrutar más tiempo juntos para establecer confianza en sus relaciones sociales y de este modo, poder planear sus primeras transgresiones. Por ejemplo, Cecilia narra cómo Manuel, a la edad de 16 años, “got our streets in a row and made his connections, starting small with a few boys pulling purses off viejas or knocking down liquor stores”

(6). Progresivamente Manuel pasa “from picking pockets to stealing cars” (7) y además, adquiere confianza y respeto entre los amigos del vecindario. De ahí que el dinero robado le provea una libertad definida, debido a que el dinero se agota y consecuentemente, tienen que cometer más delitos, incrementando el número y la severidad.

La transformación de Manuel se debió a múltiples factores que gradualmente influyeron en el abandono del hogar, en el abandono de la escuela y consecuentemente, en la formación de su propia pandilla, constituida por sus amigos del vecindario; Chico,

Beto y Paco. Dentro de este ambiente, Manuel es descrito como un líder, como el protector y proveedor de la familia, como una persona de respeto y especialmente como 157 un hombre de negocios que organiza a los jóvenes para que estos trabajen para él.

Cecilia explica cómo su organización rápidamente incrementó: “Pretty soon he had fifteen, twenty, twenty-five boys working under him” (11). Para 1983 la asociación había crecido a 44 miembros (30), sin incluir la participación pasiva de las mujeres, quienes proveían una variedad de servicios a la organización, como vigías y señuelos. Estos números pronto los sobrepasó, debido a la popularidad y éxito del negocio, del cual todos los jóvenes de Echo Park querían formar parte. Cecilia explica el éxito de la asociación de este modo:

By that time Manny'd grouped himself more than a hundred vatos together

and they were running a mean stream of cocaine all the way from Echo

Park to the far end of Long Beach. We had ourselves some boom times,

Manny fixing himself up all handsome with these fedora hats and leather

jackets, and he was buying up ranflas for his boys like they were penny

candy. (77)

A través de estas descripciones, se puede argumentar que las ganancias que obtiene

Manuel, provienen mayormente de la organización de la mano de obra barata; es decir, los jóvenes desempleados son organizados de manera que producen para el beneficio del empleador. De esta manera, entre más jóvenes se incorporan a la organización, ésta produce más, y los organizadores como Manuel y su círculo de amigos pueden disfrutar de las ganancias, comprándose carros y nueva vestimenta. Por ende, Harvey nos recuerda que los jóvenes marginados están dispuestos a trabajar por el mínimo del dinero con tal de disfrutar de cualquier libertad que el dinero les provea (The Urban 232). 158

A medida que la pandilla fue creciendo, Manuel fue adquiriendo más dinero, el

cual le resultaba difícil administrar, debido a que había incrementado el trabajo y porque

carecía de preparación escolar. De esta manera, Lucía empezó a adquirir una posición

más prominente en la organización hasta el punto de manejar completamente el negocio.

Lucía describe su participación de la siguiente manera:

I was the first boss woman in this town. After a couple of months of doing

the books, I knew more about the business than anybody else. I wrote

every penny down, kept receipts, businessman balance sheets. Figured out

prices, even, then told Manny what to charge and how to bargain down

suppliers. Told him nice, of course. Said baby and smiled so my teeth

showed. But I could tell you what we was owed down to the last dime. (39)

Si bien es cierto que Lucía gestionaba las finanzas del negocio, su posición estaba subyugada a las órdenes de Manuel. De ahí que Lucía no se resignó a esta posición de administradora, a pesar de recibir su paga semanal y de robar un poco del negocio. Su inconformidad con esta situación la llevó a organizar su propia asociación, al observar que había “big-eyed sheep….hanging around the Lobos…” (40); es decir, observó que las novias y amigas de los pandilleros podrían ser parte de su propia organización.

Joan Moore explica que muchas mujeres ingresan a una pandilla “for friendship and self-affirmation” y también por “economic and family pressures,” entre otros (2). En este sentido, los motivos que encaminan a una joven marginada a formar parte de una pandilla son múltiples, no obstante, cuando se integran a una pandilla dominada por hombres, regularmente son tratadas como objetos de placer, tratándolas como personas 159

de tercera categoría. Lucía explica la situación de la mujer en la pandilla del siguiente

modo:

With all those boys came the women. Hustler girls like me with our

sprayed-out hair and our faces painted up glamour shiny, dark red and

frosty brown on the eyes and cheeks, mouths like stoplights. The deal we

made was to sex the boys hard, any time they wanted, and in return they'd

take good care of us on the money end. They called us sheep, "good for

fucking," was what they said. (31)

A través de estas descripciones que presentan a la mujer como objetos de placer se puede deducir que las mujeres también estaban dispuestas a trabajar, inclusive a ofrecer sexo, a

cambio de dinero, con tal de disfrutar cualquier libertad que el dinero les proveyese

(Harvey, The Urban 232). Ahora bien, no era una situación de la cual fácilmente podrían

escapar, sino una multitud de circunstancias que paulatinamente habían influido en su

marginalización. Por ende, Lucía, al igual que Manuel, aprovecha de estas condiciones

extremas para organizar a las mujeres y de este modo, ofrecerles otra alternativa de ganar

dinero.

Asimismo, la transformación de Lucía como líder de su propia pandilla fue

cambiando gradualmente, utilizando las estrategias de liderazgo y administración que

había aprendido y desarrollado al lado de Manuel. Su adaptación empezó en las oficinas

de planeación familiar, en donde adquirió, ella y sus amigas, la píldora anticonceptiva

para no quedar embazadas (41). Además, hicieron su propia iniciación (49), comenzaron

a vender drogas, hicieron sus primeros robos (51), empezaron a cambiar su modo de 160

vestir y su modo de maquillarse la cara (94), hasta que Lucía se independizó parcialmente

de Manuel, quien venía perdiendo el control de su propio grupo (94). A través de esta

descripción, se pueden observar dos historias bidireccionales en el texto; es decir, a

medida que Lucía empieza a independizarse y a dirigir su propia asociación, Manuel

empieza a perder el liderazgo de la suya. En ambas situaciones, el nexo es el dinero, el

cual los aliena aún más de sus familias, de sí mismos, de la sociedad, y de sus propios

compañeros/as. En esta instancia, se puede deducir que el dinero, adquirido en la venta

de armas y droga, no necesariamente es una de las soluciones para el individuo

marginado como Lucía y Manuel, debido a que en ambos produjo una multitud de

dificultades que resultó difícil de manejar, entre ellas está la alienación personal, social y

cultural. Con respecto a esta situación, existe una correlación directa entre los múltiples

obstáculos que enfrentan los individuos marginados y las necesidades que el

individualismo del dinero les impone.

Posiblemente sorprenda al lector, enterarse que Manuel pierde completamente el control de su pandilla y termina como un indigente pidiendo limosna en las calles de Los

Ángeles, mientras que Lucía controla, junto con Beto, la pandilla de mujeres y la ex – pandilla de Manuel. Hacia 1997, la preocupación principal de Lucía en Echo Park es la gentrificación, debido a que nuevas familias anglosajonas de clase media habían empezado a comprar casas y, asimismo, la policía había empezado a vigilar más el vecindario (245). En este sentido, la comunidad de Echo Park comienza a adquirir valor

capital y por consiguiente, las familias pobres se comienzan a desplazar a otras partes de

la ciudad. Este espacio, que por varios años había sido relegado por la ciudad, dominado 161 por pandillas y por lo que Harvey denomina el individualismo del dinero, ahora comienza a ser controlado por las fuerzas del estado, debido a que las condiciones del desarrollo urbano habían cambiado. Harvey lo manifiesta del siguiente modo: “When the paths of capital circulation are dominated by the pure individualism of money and the traditional solidarity of communities almost totally dissolves, then a powerful state apparatus becomes essential to the proper management of capitalist urbanization” (239). De esta manera, los intereses del Estado están asociados al desarrollo del espacio según su incremento en valor capital. Por consiguiente, la gentrificación de Echo Park viene a representar un obstáculo y una amenaza para la asociación delictiva de Lucía, debido al incremento en vigilancia por parte del Estado.

Hacía finales del texto, Lucía comienza a percibir los cambios que se aproximan y al mismo tiempo, se da cuenta de cómo ha cambiado su relación con esta comunidad. A principios de los años ochenta, cuando apenas tenía 15 años, su vida en ese entonces, dependía del dinero que semanalmente le proveía Manuel, pero ahora, a los 32 años de edad, era la máxima líder de ambas pandillas. En este sentido, tuvieron que pasar 17 años para que Lucía alcanzara este estatus social, en el cual ella decide el precio de cada pandillero/a en su comunidad. La experiencia del dinero y de su marginalidad, la afectó en todos los aspectos de su vida, convirtiéndola en una persona violenta, autómata y antisocial. Además, es importante notar que Lucía está consciente de la posibilidad de perderlo todo como le ocurrió a Manuel y por lo tanto, cautelosamente siempre está observando sobre quién podría ser el/la próximo/a líder que tomará esta posición, para que de este modo, ella pueda posicionarse y mantenerse en el poder. En esta instancia, 162

Lucía participa de modo consciente en la subsistencia de la pandilla, lo cual indica que

existe una responsabilidad social de parte de los líderes/pandilleros para que el círculo de

la violencia se pueda parar.

De lo anterior, se puede deducir y argumentar que la urbanización de la violencia ocurre cuando el/la pandillero/a está consciente de sus acciones violentas y las utiliza, conscientemente, para mantenerse en el poder y además, puede identificarse o reconocerse en otros/as jóvenes. Lucía, por ejemplo, hacía el final empieza a identificarse con una “cholita” de 14 años de edad, que había emigrado de Tijuana y ahora se encuentra pidiendo dinero en las calles de Echo Park (241). En varias ocasiones,

Lucía narra las siguientes frases: “Yah, she reminds me of something…. (241). She reminds me of something, but I don't know what. And I ain't gonna try too hard to find out…. (244). She was skinny as a winter tree begging on my corner and wouldn't run, reminds me of something….” (246). Estas frases indican que Lucía empieza a recordarse y a identificarse con ella misma. Subsecuentemente, en las últimas frases del texto, Lucía manifiesta observar un monstruo que simbólicamente podría representar su propio ser.

5.5 La presencia y ausencia del Estado en Echo Park

La presencia y ausencia del aparato del Estado es evidente en varios aspectos de la vida de los protagonistas de Locas, particularmente en el aspecto económico de la familia y de la comunidad. Según Harvey, la función del Estado es fundamental en la formación de la urbanización de la conciencia debido a que funciona como un centro de autoridad que ejerce sus poderes ideológicos con cierto grado de legitimidad, la cual está anclada en la habilidad de definir, defender y resolver los intereses de la sociedad a través 163

de instituciones burocráticas, las cuales administran los conflictos que se presentan en la

ciudad (The Urban 238). En este sentido, las instituciones forman parte de un andamiaje

colectivo que regulan varios aspectos cotidianos del individuo urbano, hasta el punto de

influir en su modo de pensar y actuar (Ibíd. 239). Asimismo, las pautas ideológicas que

promueve el estado dependen del grupo político que se encuentre en el poder, lo cual

resulta en una constante lucha por controlar la dirección y el tipo de política que el Estado

debe proyectar (Ibíd. 246). En el texto Locas, se proyectan aspectos diferentes del Estado, como por ejemplo, un Estado débil, un Estado inhumano, o un Estado ausente.

A principios de la narración, se describe cómo las autoridades son intimidades por la pandilla de Manuel, Lobos, la cual empieza a incrementar en números y en actividades ilícitas. Lucía narra del siguiente modo:

It was a big crew doing good business dealing out Manny's guns, and there

was so much fire in the Park that I saw police driving down the streets

looking different, looking almost nervous. The Lobos were getting tough

enough to maddog the cops, howling cusses and sticking out their bony

boy chests and making macho faces at the big blue suits. "Que RIFA,

homes!" they'd be screaming even then, and throw up that Lobos hand

sign. (31)

El hecho que los policías mostrarán temor por la aglomeración de pandilleros en Echo

Park expone al Estado no solamente en una condición debilitada, sino también en una posición desfavorecida. Asimismo, se podría argumentar que existía una falta de 164

recursos económicos, de modo que ambos grupos habían sido afectados. No obstante,

esta situación cambió.

La reacción del Estado fue incrementar los fondos económicos al Departamento de Policía, lo cual causó que se intensificaran los arrestos y asimismo la violencia. La descripción impersonal del arresto de Paco, amigo de Manuel, cuestiona las acciones de ambos grupos, haciendo preguntas como: “I’m asking you, who’s better, them or us?”

(92). En este sentido, la narradora contrapone las acciones de los pandilleros y los policías del siguiente modo:

I know all the people, they're down on us rebels. They talk about how

we're killing with our business here, feeding it to babies and shit. And OK,

you ain't gonna find no angels down here in the Echo Park Lobos.

But then. One meaty cop, a paper-white no-neck with thick beefsteak

arms, bends down and looks at him with those blue blue eyes. Our man's

keeping his eyes staring at the floor. "How you like this, hey Mexican?"

The heavyweight starts kicking Paco there in the side, in the ribs, his big

black boot toe swinging up and digging into the bones, hard, so things

start cracking. "Fucking wetback" Another cop hits him hard with those

black batons, on his shoulders, his arms, his cheeks, making deep black

and blue and red marks the same colors as his Echo Park tattoos streaking

up his arms, down his face, splitting his lips in half, but the blue suits keep

slamming on him like he's a dog, like he ain't nothing but a dog. (92) 165

La contraposición de las acciones de ambos grupos, en una misma escena, funciona como un justificante de las acciones de los policías y en este sentido, contrarresta el impacto de la violencia. En todo caso, los jóvenes son descritos como animales al nominar a la pandilla “Lobos”, y asimismo, cuando éstos son golpeados, se les vuelve a describir como ‘perros’. En los sucesivos encuentros, entre policías y pandilleros, la violencia de los policías se sistematiza de manera que su presencia en la comunidad es más agresiva, hasta el punto de confrontar “anything that wore a bandanna or had a swagger walk”

(182).

Las otras instituciones de ayuda social muy pocas veces son mencionas o están completamente omitidas en el texto, por ejemplo, se señala el momento que Lucía y su mamá reciben welfare ya que se independiza económicamente y por consiguiente, deja de contribuir a la unidad familiar. Cecilia lo recuerda del siguiente modo: “We were on welfare then because Manny wasn't bringing home his money and Mama's cleaning didn't cover the bills.”You’re floja, no GOOD!" she started screaming at me every time the government check came in because she was shamed that we can't make our ends” (189).

En esta breve descripción se menciona el trabajo que desempeña la madre y el estigma que siente al recibir el cheque de ayuda social. De la misma forma es mencionado el sistema escolar cuando los protagonistas dejan de asistir a la escuela, con el propósito de restarle importancia. En ambos casos, la ayuda social es mínima.

5.6 Subclase social o animales urbanos en Echo Park

Para comenzar, la imagen que se presenta de los jóvenes de Echo Park es la de una manada de lobos salvajes que destruyen su propio hábitat urbano y por lo tanto, los 166

representantes del orden civil los persiguen, los golpean y los encarcelan, con el objetivo

de contener sus actividades sociales. A esta representación de subclase social, se le

debería agregar el proceso económico capitalista de la ciudad, el cual produce múltiples

restricciones para personas empobrecidas que no tienen otra opción que buscar modos

alternativos para sobrevivir sus necesidades. En este sentido, los protagonistas del texto

Locas enfrentan un sin número de limitaciones procedidas de la falta de dinero, del cual,

según Harvey, deriva el sentido de clase social (The Urban 232).

A lo dicho anteriormente, se puede argumentar que las precariedades de los jóvenes de Echo Park están intrínsecamente relacionadas a la economía de la ciudad, la cual, según Harvey, “is ruled by a particular coalition of class forces, segmented into distinctive communities of social reproduction…” (The Urban 229). En Locas, por ejemplo, los residentes de comunidades afluentes brevemente son mencionados, lo cual sucede cuando entran y salen del vecindario a comprar armas y drogas. De hecho, la comunidad afluente, como representante de una clase social, brevemente es mencionada en la última parte del texto, cuando Cecilia describe el tipo de trabajo que hace ella y su madre:

I ride to the rich neighborhoods on the RTD and sit with the other

cleanerladies, some of them so tired they're sleeping with their heads

thrown back or butting up against the dirty window glass. But I don't sleep.

I wash them fancy houses and smile at the rich rubias who can't say my

name, they break it ugly in their mouths and then talk too loud like I'm

half deaf. Even if I want to smack them across the teeth I just smile and 167

get down on the floor to scrub and sweat and wash all that dirt off,

bending my head modest just like a woman should. I work till I can't think

no more, till my arms hurt, my neck stiffs up, till I see my red hands and

my red knees and my eyes sting. That's when I get my peace. (226)

Cecilia describe el trabajo como un castigo corporal, al cual poco a poco somete a su cuerpo y a su espíritu. Además, narra cómo sus colegas parecen autómatas, durmiendo en el autobús, mientras viajan hacia la parte afluente de la ciudad. En este sentido, la ciudad está estructurada según el estatus económico de sus residentes, quienes forman alianzas para proteger sus intereses económicos y su posición social, utilizando la mano de obra barata que reside en los vecindarios pobres. Por ejemplo, a través de texto, se narra como la mamá de Manuel y Cecilia se dedica a limpiar casas para mantener a sus hijos. Este es el mismo tipo de trabajo que ahora desempeña la hija, quien se ha convertido en una trabajadora más de la comunidad; asistiendo a la iglesia y trabajando en las zonas residenciales afluentes con otras mujeres.

La aptitud de Cecilia ante este nuevo modo de ganar dinero es de orgullo, resignación y dignidad. De tal manera que empieza a adquirir un sentido de clase social, al comparar su nueva situación social con el estilo de vida de los pandilleros, quienes quieren subir la escalera de clase social comprándose ropa elegante y adornando sus carros nuevos. Cecilia reflexiona sobre esta situación del siguiente modo:

I made my best choice, so I get to live just fine. Better than most. Better

than an old kingpin even. See, because Manny, he was burning too bright.

You've got to stick with the kind of life you're meant for, here with Mama, 168

here with the other Parkers on the bus. A person can't reach too high, or

else they get burned. (232)

Cecilia ha llegado a la conclusión que no puede escalar la escalera social y por consiguiente, se ha resignado a vivir con dignidad el modo de vida que le ha enseñado su madre; asistir a la iglesia y trabajar para familias afluentes. Parafraseando a Harvey, se

puede argumentar que los individuos que viven en los vecindarios marginados empiezan

a compartir valores y actitudes sociales que conlleva a la homogenización de una clase

social (The Urban 119). En este sentido, la aptitud de Cecilia es conciliatoria hacia el

final del texto, enfatizando la paciencia y los valores morales que ha encontrado en la

humildad.

Ahora bien, la descripción de la comunidad que se acaba de analizar, contrasta y

difiere con la imagen que predomina a través del texto, la cual consideramos una subclase

social. La imagen que prevalece es la de jóvenes marginados, que están conscientes de

su situación social y por lo tanto, no tienen temor de perder su libertad al participar

vendiendo armas y drogas. Esta colectividad de jóvenes no tuvo las oportunidades

sociales o recursos económicos para progresar en un entorno marginado, por lo tanto, el

único modo de participar en el proceso económico es uniéndose a una pandilla y

participando en actividades ilícitas. Por ejemplo, cuando Manuel empieza a ganar

suficiente dinero, decide independizarse de su madre, rentar un apartamento y amueblarlo

con objetos de valor. Cecilia, su hermana, describe el cambio del siguiente modo:

I was over at Manny's new place after school one day, sitting in a corner

watching his new color TV. He'd got so tired of me and Mama that he 169

moved out and into a house a few miles away, but he couldn't get too far

since Echo Park's no big city. The guns had brought in good money, and it

showed. He had fancy striped wallpaper up and this black leather couch, a

new beige plushy carpet, piles of take-out enchiladas and stacks of beer in

the refrigerator. Just being there made me feel rich. (56)

La experiencia de poder adquirir objetos de valor por medio del crimen organizado es una posibilidad que constantemente tiene que repetirse para mantener este estilo de vida. Este modo de vivir les provee un sentido temporal de libertad y de riqueza, de ahí que Harvey puntualice que el sentido de clase social se deriva de la experiencia limitada de ganar dinero y de la libertad que se siente al gastar ese dinero (The Urban 232).

A través del texto, se describen varios momentos en los cuales la experiencia del dinero resulta ser un afrodisiaco para el individuo urbano que no tiene temor de exponer su libertad. Estas acciones proveen al lector una imagen incompleta debido a que no consideran los procesos económicos de la ciudad que condujeron a estos individuos a la marginalidad. Asimismo, es importante agregar que el cuadro de lobos urbanos atacando a su propia comunidad es el resultado de un discurso erróneo que estigmatiza a una comunidad. Este mismo discurso es utilizado por Departamentos de Policías para demandar ayuda económica y de este modo, fortalecer sus programas con el fin de perseguir y encarcelar a los jóvenes de la comunidad.

5.7 La comunidad y el exceso laboral

A través del texto se observa que la comunidad de Echo Park funciona como reproductora de mano de obra barata, la cual es absorbida por los trabajos que produce la 170

ciudad, según la demanda laboral. Asimismo, se nota que existe un exceso de jóvenes sin

empleo, lo cual podría considerarse como un síntoma de que la economía de la ciudad ha

disminuido o cambiado y por consiguiente, muchos de estos jóvenes pasan mucho tiempo

en la calle, delinquiendo y socializando con los amigos del vecindario. En este sentido,

David Harvey arguye que la formación de la conciencia de comunidad ocurre cuando un

grupo social establece un sentido de lugar y comunidad según sus circunstancias políticas

y económicas, de tal manera que al trascurrir el tiempo empiezan a adquirir un sentido de

lealtad por el lugar (The Urban 235, 265). Además, Harvey indica que las comunidades

de bajos recursos económicos regularmente se sienten atrapadas en sus propios

vecindarios y por consiguiente, empiezan a interactuar y a formar relaciones personales,

tanto en lugares públicos como en privados (The Urban 265-266). De lo anterior, se

puede deducir que los jóvenes de Echo Park forman una conciencia de comunidad no

solamente basada en dinero, pero también en su estatus social.

La comunidad de personas adultas en Echo Park no se menciona en el texto, lo cual indica que no existe un sentido de comunidad y hasta cierto punto, un sentido de unión familiar. No obstante, los jóvenes desempleados pasan mucho tiempo juntos, socializándose en la calle y de esta manera, deciden formar una pandilla local que hasta cierto punto parece una comunidad alternativa, basada en la necesidad de conseguir dinero. Dentro de esta asociación, los jóvenes tienen pautas sociales que obedecer, las cuales son descritas del siguiente modo:

So you've got to learn the rules. The locos have more rules than any

whitefolks. Stick to your own. Fight man to man. Don't mess with the 171

babies or the women. Respect your neighborhood. One of the biggest rules

is that you do your bad jobs outside. Drug store, car jack, throw down.

"Not here, homes," that's what Manny would tell his boys. "Save it for

somebody else." (84)

De estas pautas, se puede rescatar la aptitud positiva que tienen hacia sí mismos y hacia el entorno que habitan. Además, controlan y vigilan el lugar, a través de la violencia, con el propósito de vender armas y drogas a cualquier persona que quiera comprar. Son una asociación que pasan socializándose mucho tiempo juntos y se reúnen para hacer decisiones que afectan, no solamente a la agrupación, sino a todos los residentes del lugar.

En este sentido, crean un sentido de comunidad que no necesariamente sigue las normas tradicionales de la sociedad.

El sentido de comunidad se rompe cuando el líder empieza a perder el control de la agrupación y consecuentemente es destituido violentamente de su posición. En todo caso, el principal motivo de la desintegración fue el dinero, dividiendo a la comunidad en dos grupos que vehemente disputarán el lugar. Lucía describe el vecindario y lo que significaba pertenecer a un solo vecindario de la siguiente manera:

It used to be that Echo Park was one big neighborhood. You got the park

in the middle, with the trees and the grass and that big lake, and then all

the streets on either side. East streets and west streets. Time was, we'd say

there wasn't nothing different about east or west. Alvarado, Mountainview,

and Ross on the west, Edgeware, Bellvue and Laveta on the east, it wasn't 172

a problem. Maybe west's better, but it don't really matter. Everybody was

in the same crew. They was all one hundred percent Lobo. (101)

A esta comunidad de pandilleros, los une las experiencias cotidianas de la marginalidad,

de la violencia, del control del espacio social y de la adquisición ilícita del dinero. Su

rompimiento revela que los vecindarios marginados no solamente son vulnerables a las

represiones del Estado, sino también a las diferencias de sus propios habitantes,

particularmente cuando hay dinero de por medio. En todo caso, la comunidad de jóvenes

es una situación temporal.

Al final del texto, se observa que Manuel, Lucía y Cecilia no lograron escapar las

realidades cotidianas de Echo Park, particularmente la violencia producida por la

ausencia y presencia del dinero. Por ejemplo, Manuel termina como indigente, pidiendo

limosna en las calles de Los Ángeles. Cecilia, la única persona nacida en Los Ángeles, termina como limpiadora de casas, al igual que su mamá. Y Lucía, se convierte, simbólicamente, en un siniestro monstruo que carece de sentimientos humanos y además, es la líder de la pandilla de hombres y mujeres. La violencia que los jóvenes vivieron en sus respectivas familias fue reproducida y amplificada en las pandillas. Asimismo, a través del texto se presenta la imagen de jóvenes urbanos que continuamente están reclutando a otros jóvenes, quienes terminan re-emplazando a los pandilleros que terminan en la cárcel. De esta manera, la violencia urbana continuamente se regenera con jóvenes urbanos que nacen, crecen y mueren en las marginalidades de la ciudad.

173

CONCLUSIONES: LA INTERNALIZACIÓN DE LA MARGINALIDAD

La experiencia de la comunidad chicana ha quedado incrustada en las obras literarias de escritores chicanos que crecieron y vivieron en los barrios de la ciudad de

Los Ángeles. El espacio narrado, en las cuatro obras estudiadas y analizadas en esta investigación, data de los años sesenta hasta la década de los ochenta y el mapa cartográfico del imaginario urbano producido en estas obras es una representación simbólica de las realidades cotidianas de una comunidad chicana que continúa siendo explotada por los procesos económicos del capitalismo urbano. Utilizando las teorías urbanas del pensador británico David Harvey, se estudió, en cada uno de los textos, la reproducción del sistema capitalista en los cinco centros de poder y formación de conciencia que son: la familia, el individuo, la comunidad, el Estado y clase social. En los subsiguientes párrafos, se analizarán paralelamente estos cinco centros de poder para establecer una correlación crítica que ayude a comprender la enunciación de una conciencia urbanizada.

Es importante subrayar que los vecindarios narrados en las cuatro narraciones son descritos como lugares marginados, degradados, violentados por pandillas y habitados mayormente por jóvenes chicanos. En estos espacios perdura la delincuencia, el desempleo y la inestabilidad familiar debido a las múltiples circunstancias que causan los procesos de desarrollo urbano. Para David Harvey, es en este espacio de desintegración social que la unidad familiar desarrolla un instinto de flexibilidad, al adaptarse a las realidades cotidianas que dictamina el sistema capitalista. Asimismo, Harvey teoriza que 174

en la ciudad, el hogar provee un espacio de refugio y escape para los miembros de la

familia. Es decir, en el hogar los miembros de la familia encuentran protección de los

múltiples peligros de la vida urbana. No obstante, hemos encontrado en esta investigación

que el núcleo de la unidad familiar se deteriora y evoluciona con el transcurrir de los años.

En la novela Their Dogs Came With Them, el vecindario es transformado por la

construcción de un sistema de carreteras, por el caos visual del derrumbe de casas, por la

desposesión de tierras y por la invariable vigilancia del estado. Por un periodo de diez

años, se observa que las familias, involuntariamente, empiezan a adaptarse y a imitar la transformación del espacio público. Del mismo modo, los interiores de las casas son descritos como desorganizados o en continua construcción, lo cual agrega incertidumbre a las prácticas cotidianas de la unidad familiar. En las cuatro familias que prevalecen en esta narrativa, la violencia intrafamiliar y el abandono de hogar son dos aspectos que funcionan como marcadores en las vidas de los jóvenes. De ahí, que se puede argumentar que la unidad familiar es flexible al adaptarse al espacio debido a que reproduce su transformación. En este sentido, se puede deducir que el núcleo familiar se deteriora y evoluciona con el transcurrir de los años. Por otra parte, planteamos que el hogar no necesariamente es siempre un espacio de refugio ya que en muchos de los casos el individuo tiene que soportar la violencia intrafamiliar y ésta puede producirle alienación familiar. Consecuentemente argumentamos que la unidad familiar reproduce inconscientemente la trasformación física del espacio, particularmente cuando el espacio es urbanizado y violentado por el Estado. 175

En Always Running por ejemplo, la inestabilidad económica de la unidad familiar,

la ausencia de ambos padres debido al trabajo laboral y las adversidades e incertidumbre

que se viven en el hogar crea en Louie alienación personal. Louie encuentra en sus

amigos del barrio la unidad familiar que le es negada en casa y consecuentemente,

empieza a involucrarse en la delincuencia, de la cual difícilmente logra escapar. De un

modo u otro, Louie logra eludir la violencia del barrio, viajando a un barrio de la ciudad

de Chicago, en donde revela que vive con su tercer esposa. Conjuntamente, Louie

manifiesta preocupación por el bienestar de su hijo mayor, Ramiro, quien está

involucrado con las pandillas del área, repitiendo el patrón del padre. En todo caso, la

unidad de la familia chicana evolucionó debido a las múltiples circunstancias que la

familia vivió en la marginalidad.

En el texto, Caras viejas y vino nuevo, el narrador argumenta que los padres son los principales responsables de moldear la conducta y el futuro de los hijos. Asimismo expone que él reside en el mismo barrio, en una familia que está económicamente estable en comparación con el resto de los habitantes del vecindario. Para el narrador, todos comparten el mismo espacio y por consiguiente, todos están expuestos a las mismas circunstancias, no obstante, las personas que crecen dentro de la inestabilidad de la familia son más propensos a la fatalidad. El narrador se enfoca en las particularidades de su vecino, Mateo, quien tuvo las mismas oportunidades que él, pero no las aprovechó porque reaccionó negativamente al maltrato inhumano que recibió del padre. Para el narrador, es muy importante la estabilidad económica, al igual que los valores aprendidos en la familia, para que de esta manera, el individuo urbano pueda subsistir en la 176 marginalidad. En este sentido, el espacio del hogar podría funcionar como un espacio de refugio o como un espacio de alienación personal, dependiendo del estado económico de la familia y de los valores aprendidos en el hogar.

El fracaso de las familias descritas en Locas no solamente está adherido a su condición de inmigrantes, pero también a las circunstancias que se viven en la marginalidad. El hecho que ambas familias hayan inmigrado de México indica que estas familias llegan con la desventaja de no conocer el idioma y de no saber cómo funciona el sistema económico y social de los Estados Unidos y consecuentemente, presupone que las familias que inmigran de México son las que perpetúan la pobreza en los vecindarios pobres. En ambas familias está ausente el padre de familia y la mamá es la que trabaja para mantener a los hijos y en este sentido, la madre siempre está fuera de la casa porque tiene que trabajar. Los hijos crecen con poca ayuda social y pasan mucho tiempo socializándose en la calle con los amigos, con quienes desarrollan un sentido de comunidad. Los hijos se involucran en las pandillas por múltiples razones, en las cuales incluye la pérdida de la unidad familiar. Las nuevas familias que los hijos crean no son familias de un patrón tradicional, sino familias alternativas que se han adaptado a las exigencias de la marginalidad.

A través de estas cuatro novelas se describen múltiples perspectivas de cómo la familia chicana desarrolla un instinto de sobrevivencia en la marginalidad y con esto podemos argumentar que en el hogar las familias no solamente encuentran el espacio como refugio, pero también como un espacio de alienación personal. En segunda instancia, la ausencia de un padre regularmente está aunada a la violencia intrafamiliar y 177

definitivamente a los problemas económicos que las familias enfrentan. En todo caso,

creemos que las familias chicanas internalizan la marginalidad a través de una multitud

de factores que están aunados a los procesos económicos de la urbanización.

El individuo urbano

El individuo que habita en los barrios de la ciudad de Los Ángeles enfrenta

múltiples circunstancias que moldean su personalidad como la violencia intrafamiliar, la falta de un padre de familia, el sistema escolar, el sistema judicial, la pobreza económica, la presión de los amigos, el estigma y la marginalidad, entre otros. David Harvey teoriza que el individuo urbano se aferra al uso del dinero en mercados que funcionan libremente y por consiguiente, confronta el dinero y el espacio urbano como una doble alienación.

Asimismo, Harvey explica que en el espacio urbano, todo se reduce al denominador común que es el dinero. Estas aserciones sirvieron como guía para analizar al individuo urbano en las cuatro novelas y en los subsiguientes párrafos se resumirá la experiencia urbana de la individualidad chicana.

En la obra, Their Dogs Came With Them, el individualismo de cada uno de los

personajes está adherido principalmente a la pobreza y a la urbanización del vecindario.

En la novela, se muestra cómo los jóvenes que crecieron juntos en el mismo barrio fueron

afectados por la construcción de un sistema de carreteras. La transformación del espacio

duró un periodo de 10 años y durante este tiempo, los jóvenes se adaptaron y se

acostumbraron a la vigilancia del gobierno, a los ruidos de las máquinas de construcción

y a la incertidumbre de sus hogares. Las vidas de los jóvenes cambiaron paralelamente

con la urbanización del espacio, de modo que el caos urbano se reproducía similarmente 178

en las realidades urbanas de la población. De ahí que la urbanización del espacio haya

producido enajenación, incertidumbre y marginalización. La internalización del espacio

es normalizada cuando los residentes del barrio empiezan aceptar su alterada realidad

como parte de las prácticas cotidianas que se viven en la marginalidad. Algunas de las

características que adquiere el individuo en la marginalización son la invisibilidad, la

deshumanización y la inseguridad personal.

En las obras analizadas en esta investigación, el individuo urbano que habita en la marginalidad vive una experiencia contextualizada, según las múltiples circunstancias que hayan afectado su vida. El protagonista de Always Running desarrolla una actitud destructiva debido a una combinación de sucesos como los problemas que enfrenta en el sistema escolar, la incertidumbre familiar y la asociación delictiva. Además, el individuo siente presión de los amigos, tiene fácil acceso a las drogas, a la vida nocturna, y a la continuidad del ritmo social. En cierto modo, el individuo del barrio se encuentra en el centro de una pluralidad de factores que crónicamente están moldeando su experiencia de la ciudad, su identidad y su estado mental. Louie, el protagonista de esta novela, explica que se siente como un veterano de la ciudad porque no solamente resiste la marginalización, sino que sobrevive la alienación del dinero, del espacio urbano y la incertidumbre del hogar.

El extremo aislamiento conduce a la autodestrucción es una de las propuestas que se presentan en la obra Caras viejas y vino nuevo. La enajenación se produce porque

Julián vive una multiplicidad de circunstancias sociales, económicas, escolares y familiares que lo encajonan y conducen por un laberinto ineludible. Es decir, las 179 adversidades son tantas que resulta difícil para Julián sobrellevar una situación de incertidumbre personal, familiar y social. La segunda propuesta es representada por el personaje de Mateo, quien vive en una familia económicamente estable, es respetado en la comunidad, tiene la oportunidad de asistir a la universidad y está consciente del estigma que sufre la comunidad. Al final del texto, se revela que Mateo muere de leucemia en un hospital, terminando de cierto modo con las esperanzas de una comunidad.

En cierto modo, el mensaje es la fatalidad inevitable, la cual está asociada a la marginalidad y a los procesos económicos del capitalismo. De un modo u otro, el individuo del barrio no puede escapar.

En la obra Locas, las protagonistas del texto son don jóvenes chicanas, Lucía y

Cecilia, quienes no logran escapar las realidades cotidianas de la marginalidad, particularmente por crecer en la pobreza en una familia mono parental, por involucrarse en las pandillas, por salirse del sistema escolar y por una multitud de circunstancias asociadas con la falta de dinero. El proceso de alienación que viven los jóvenes de Echo

Park está asociado al entorno que habitan, a una pluralidad de necesidades económicas, emocionales, sociales y culturales. Al transcurrir de los años, los jóvenes crean en Echo

Park un sistema de sobrevivencia asociado a la delincuencia y a la organización social basada en el dinero que adquirían de la venta de armas y drogas. Hacia el final del texto,

Cecilia termina como empleada doméstica, al igual que su mamá, mientras que Lucía se convierte, simbólicamente, en un siniestro monstruo que controla el dinero de la pandilla más grande de Echo Park. 180

Las múltiples circunstancias que viven los jóvenes en la marginalidad son

realidades contextualizadas que forman parte de los procesos económicos de la ciudad.

Los jóvenes internalizan la marginalidad porque son participes de una pluralidad de circunstancias que se producen en esa marginalidad y esas experiencias se normalizan cuando el individuo urbano empieza a identificarse con las realidades de su comunidad.

De ahí que el individuo urbano desarrolle lealtad y orgullo por un espacio contextualizado que está aunado a su identidad. En las cuatro obras, se narra la experiencia de jóvenes chicanos que no logran eludir las múltiples adversidades del vecindario y consecuentemente, son descritos como personas deshumanizadas, invisibles, inseguros/as, desposeídos/as, que se autodestruyen o se convierten en mano de obra barata para la ciudad.

La función del Estado

El sistema de educación y el departamento de policía son las instituciones que prevalecen en las cuatro narrativas estudiadas en esta investigación. Por un lado, el sistema escolar retiene, impone y segrega al estudiante del barrio y por otro, el departamento de policía resguarda, defiende y controla las comunidades marginadas. Es de este modo que el Estado impone orden en la comunidad, argumentando que la ciudad está obligada a proteger los derechos de la sociedad a través de un sistema legal. El andamiaje colectivo que sistematiza los aspectos cotidianos de la comunidad responde a ideologías y prácticas que promueven modos específicos de pensar y actuar.

En el texto, Their Dogs Came With Them, el Estado implementa el orden poniendo en cuarentena o en estado de sitio a la comunidad. El Estado emplea a guardias 181 de seguridad para que vigilen y restrinjan la entrada y salida de los residentes de su propia comunidad. Los habitantes solamente pueden salir del lugar a las seis de la mañana y regresar a las ocho de la noche. En este sentido, el Estado previene y suprime cualquier inconformidad. Por otra parte, en Locas, inicialmente el Departamento de

Policía deja que incremente la criminalidad en Echo Park, para poder argumentar por un incremento de fondos económicos lo cual le permite legitimar la violencia en contra de la comunidad. En ambos casos, el Departamento de policías, utiliza el medio legal para sistematizar la violencia y promover maneras de actuar y pensar.

Los propósitos del Departamento de Policía estaban aunados a los propósitos del

Sistema de Educación, los cuales funcionaban para implementar un sistema de asimilación e integración social. Es decir, mientras que el departamento de policía utilizaba la violencia para generar fondos monetarios, el Departamento de Educación se encargaba de preparar a los jóvenes chicanos para posiciones de trabajo en el área laboral.

Esta preparación servía para mantener capacitados a los jóvenes del vecindario en una fuerza laboral y esto concordaba con la ideología dominante que era perpetuarse en una dominante posición social. En Always Running, Louie explica cómo él y su hermano fueron relegados a la esquina del salón de clases el primer año escolar. Asimismo, en las otras obras, el sistema de educación es descrito como un obstáculo para la superación personal, no obstante, se encuentra implícita la idea que el sistema de educación traerá movilidad social.

Los jóvenes en las cuatro narrativas han aprendido a evadir el aparato del Estado, organizándose en grupos sociales que se dedican a vender ilegalmente armas y drogas 182 para las comunidades afluentes de la ciudad. Asimismo, desarrollan lazos fuertes con el espacio y entre sí mismos con el propósito de rechazar la vigilancia, el acoso y la violencia del Estado. Además, es una realidad que el discurso negativo sobre estas asociaciones delictivas forma parte de la ideología popular dominante y pocas veces se explican las condiciones urbanas que las produjeron. De la misma forma, los medios de comunicación perpetúan el estereotipo negativo del pandillero urbano, al sensacionalizar la violencia producida en la marginalidad. En este sentido, la realidad urbana del individuo marginado no solamente resulta rentable para los Departamentos de Policías y para los Departamentos de Educación, sino también para los medios de comunicación.

La clase social

En las cuatro narrativas analizadas en esta investigación, la condición de clase social está adherida a la marginalidad del espacio, a las condiciones de la unidad familiar, a la experiencia limitada de ganar dinero y a la experiencia de interactuar con la clase dominante. Asimismo, se describen a las personas que habitan en los barrios como individuos que salen en grupos a trabajar, personas que viven en espacios reducidos y que están acostumbradas a vivir en espacios donde perdura la violencia. Frecuentemente, estos espacios se encuentran situados en el camino de la restructuración urbana debido a que son percibidos por el aparato de la ciudad como espacios de poca resistencia social.

En sí, la experiencia de vivir en la comunidad está aunada a una multiplicidad de factores que en conjunto funcionan en la internalización de clase social.

La condición de marginalidad se perpetúa en el sistema escolar en donde los jóvenes son capacitados para elaborar como mano de obra barata para empleos que 183 producen los negocios de la ciudad. La escalera social para el marginalizado consiste en asimilar la ideología del aparato del Estado que se basa inicialmente en aprender inglés

(estructura ideológica) y consecuentemente convertirse en un modelo de superación social. La rentabilidad del individuo modelo depende de las oportunidades que se presenten, de la política del Estado y de la demanda laboral. En las obras, Their Dogs

Came With Them y Caras viejas y vino nuevo, se narra la historia de dos chicanos que sobresalen en los estudios, ambos asisten a la universidad, pero no logran subir la escalera social porque terminan muriendo de enfermedades irremediables. El hecho que los dos candidatos con mejores perspectivas mueran de esta manera, alude a la contaminación interna del individuo urbano y a las imposibilidades que el individuo tiene que sobrepasar. En este sentido, el sistema de educación no es necesariamente el vehículo para salir de la marginalidad y de su clase social.

Las cuatro narrativas se enfocan en describir las precariedades de los vecindarios marginados y pocas veces describen a la comunidad afluente. Esto no implica que no existan, sino que el contacto ocurre cuando los marginados van a trabajar a restringidas zonas residenciales. También se describe cómo los trabajadores que viajan diariamente, por medio del trasporte público, al centro de la ciudad para trabajar en restaurantes, en hoteles, en guarderías, y en todo tipo de trabajo que requiera de pocas habilidades. Los barrios en este sentido funcionan como reproductores de trabajadores laborales y consecuentemente, de una clase social.

184

La comunidad

El espacio y el sentido de comunidad son dos aspectos que están vinculados e

inscritos en la conciencia cognitiva de los habitantes, especialmente cuando estos

residentes comparten similares valores sociales, culturales y emocionales. Además, los

habitantes de estos vecindarios pobres llevan consigo mismos, en la memoria, la huella

perdurable de la marginalidad cultural, sicológica, social, política y económica. La

comunidad es descrita utilizando las siguientes metáforas: un mural comunitario, un área segregada, una vorágine urbana, un lugar habitado por individuos irracionales y como un espacio vulnerable. En estas comunidades acontecen diferentes actos de violencia, venta de armas y drogas, personas que salen temprano a trabajar, desconfianza del Estado y diferentes representaciones de pobreza. También se describen celebraciones sociales como bautismos, bodas, misas, primeras comuniones, confirmaciones y fiestas culturales.

De ahí que los residentes de estas comunidades vivan una multiplicidad de factores que

influyen en la urbanización de la comunidad.

El proceso de urbanización es una conjunción continua de una pluralidad de

factores sociales, políticos y económicos que afectan y moldean las motivaciones de los

residentes de la comunidad. La falta de dinero y el alto índice de criminalidad causan en

el individuo desconfianza, enajenación y un sentimiento de sentirse atrapado. Los

vínculos interpersonales se desarrollan en base a una necesidad económica y para

proteger la rentabilidad del espacio compartido según el fin que tengan las asociaciones o

congregaciones. Por ejemplo, entre asociaciones delictivas, el sentido de comunidad

responde a la falta o ausencia de una comunidad local. Esta forma de comunidad se 185 opone al sentido de comunidad creado por las iglesias y al creado por las fiestas culturales y sociales que requiere de la cooperación de familiares y amistades.

Las similitudes de experiencias comunes narradas en los textos no son una supuesta coincidencia, sino una creación discursiva que denota una ideología de resistencia cultural, económica y social. El espacio narrado, en las cuatro obras data de los años sesenta hasta la década de los ochenta y el mapa cartográfico del imaginario urbano producido en estas obras es una representación simbólica de las realidades cotidianas de una comunidad chicana que ha internalizado la marginalidad del espacio vivido como parte de su identidad. Una identidad fragmentada no solamente por los procesos de urbanización, sino también por los procesos políticos, económicos y sociales.

La urbanización de la conciencia es cuando los residentes de la comunidad internalizan la marginalidad; es decir, internalizan el espacio vivido/percibido y reproducen su fragmentación. Además, la urbanización ocurre cuando empiezan a identificarse a sí mismos como trabajadores de bajos ingresos, cuando empiezan a acostumbrarse a la violencia y cuando empiezan a acostumbrarse y a normalizar las experiencias vividas.

186

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