CONGRESO NACIONAL

CAMARA DE SENADORES

SESIONES ORDINARIAS DE 2005

ORDEN DEL DIA N° 991

Impreso el día 26 de agosto de 2005

SUMARIO

COMISION DE DEFENSA NACIONAL Y DE PRESUPUESTO Y HACIENDA

Dictamen en los proyectos de resolución de la señora senadora Avelín y Otros (I), y de la señora senadora Giusti (II), rindiendo homenaje a los tripulantes del crucero General Belgrano. SE ACONSEJA APROBAR OTRO PROYECTO DE RESOLUCION.(S-809 y 1111/05)

Dictamen de comisión

Honorable Senado:

Vuestras comisiones de Defensa Nacional y de Presupuesto y Hacienda han considerado los proyectos de resolución de la senadora Avelín y otros ( S-809/05), rindiendo homenaje a a los marinos del crucero General Belgrano, y del senador Giusti ( S- 1111/05), rindiendo homenaje al crucero A.R.A. General Belgrano y su tripulación por su participación en la gesta de Malvinas y otras cuestiones conexas; y, por las razones que dará el miembro informante, os aconsejan la aprobación del siguiente

Proyecto de resolución

El Senado de la Nación

RESUELVE

1º) Rendir homenaje a los 323 héroes que ofrendaron su vida en el Crucero General Belgrano, hundido el 2 de mayo de 1982 durante la Guerra de Malvinas. 2º) Disponer la colocación de una placa recordatoria en memoria de los caídos y en evocación de la heroicidad de todos los tripulantes, por parte del Senado de la Nación, en la Isla de los Estados, cuya cercanía se cometió el criminal ataque.

De acuerdo a las disposiciones pertinentes del Reglamento del Senado, este dictamen pasa directamente al orden del día.

Sala de las comisiones, 25 de agosto de 2005

María C. Perceval.- Jorge M. Capitanich.- Ernesto R. Sanz.- Pedro Salvatori.- Antonio F. Cafiero – Oscar A. Castillo.- Mario D. Daniele.- Marcelo E. López Arias.- Guillermo R. Jenefes.- Mario A. Losada.- Mabel H. Müller .- Celso A. Jaque.- Gerardo R. Morales.-

ANTECEDENTES (I)

Proyecto de resolución

El Senado de la Nación

RESUELVE

Rendir homenaje a los 323 héroes que ofrendaron su vida en el Crucero General Belgrano, hundido el 2 de Mayo de 1982 durante la Guerra de las Malvinas.

Nancy Avelín.- Liliana D. Capos.- Rubén Giustiniani.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El Crucero Gral. Belgrano tuvo origen en los Estados Unidos, donde fue botado en marzo de 1938, construído con la finalidad de dotar a la Armada de ese país de una unidad naval ágil y poderosa. Se la bautizó con el nombre de Phoenix, en homenaje a la capital del estado de Arizona. Participó en las operaciones de la Segunda Guerra Mundial, destacándose su actuación en el enfrentamiento con los aviones torpederos japoneses. En marzo de 1946 el crucero fue desafectado del servicio activo; cuatro años más tarde el gobierno de los Estados Unidos vende la nave a nuestro país. El 12 de abril de 1951, en la Base Naval de Filadelfia se procede al cambio de insignias nacionales, bautizándoselo como ARA “17 de Octubre”. Llega a la Base Naval de Puerto Belgrano el 5 de diciembre de 1951. Participa desde ese momento en las operaciones navales regulares de la Armada . El 22 de setiembre de 1955 se dispuso el cambio de nombre del Crucero, que a partir de allí se llamaría ARA “Gral. Belgrano”. En el escudo del Crucero figuraba la expresión “EX CINERE”, que simboliza la leyenda del Ave Fénix renaciendo de sus cenizas y por extensión destacaba el espíritu de aquellos que lo tripularon.

El 16 de Abril de 1982 a las 11.50 hs. Partía de Puerto Belgrano hacia su destino de gloria el Crucero ARA General Belgrano, llevando a bordo 1093 tripulantes entre oficiales, suboficiales, cabos, marineros, conscriptos y cantineros civiles. Su misión como Grupo de Tareas 79.3 era la defensa de la línea costera, la vigilancia de los accesos Sur al Teatro de Operaciones Malvinas y la interceptación de naves enemigas. El 1° de Mayo este grupo de tareas planeaba realizar por el brazo sur un ataque en pinza sobre las fuerzas británicas estacionadas al este de las Islas Malvinas, apoyadas por el portaaviones 25 de Mayo ubicado en el brazo norte. El temor a un ataque de los submarinos nucleares ingleses desvelaba permanentemente a la tripulación argentina. Así fue como el 2 de Mayo, a las 16.00 hs. El Crucero General Belgrano recibió en pleno casco dos de los tres torpedos lanzados por un submarino británico, produciéndose su hundimiento en el lapso de una hora. El saldo del brutal y desmedido ataque fue trágico: murieron 323 tripulantes; los buques recogieron 793 marinos, de los cuales fallecieron 23. Los 770 sobrevivientes fueron producto de una de las maniobras de rescate más destacadas en la historia de la navegación argentina. El total de bajas del Crucero representa la mitad de los muertos argentinos en la Guerra del Atlántico Sur.

El valor y capacidad de entrega de sus vidas por la Patria, merece un solemne reconocimiento y el recuerdo imperecedero de las futuras generaciones. Dentro de los innumerables testimonios de estos gloriosos marinos, deseamos destacar uno de ellos, cuya simplicidad y hondura espiritual nos ha conmovido profundamente; corresponde a la carta del Cabo R.R.Q. del 24 de Abril de 1982, desde a su madre en Tucumán y dice: “Mamá no te preocupes, no nos pasará nada; pero estoy dispuesto a entregar mi vida por la patria”. Esta misiva no estaba destinada a sus superiores ni a los medios de difusión masiva: era una confesión dirigida a su madre. Este muchacho fue uno de los caídos por la Patria, el 2 de Mayo de 1982. Precisamente en memoria a todos ellos, este Honorable Cuerpo en comunión solidaria con las agrupaciones de Veteranos de Guerra de Malvinas, sus familias y vecinos, cada 2 de mayo proceden a rememorar aquel luctuoso hundimiento recordando especialmente a los 323 combatientes fallecidos en cumplimiento del deber, que hicieron honor al lema grabado en el puente de comando del Crucero : “Irse a pique antes de rendir el pabellón”.

Por las razones expuestas, solicito a los miembros de esta Honorable Cámara, la aprobación del presente proyecto.

Nancy Avelín.- Liliana D. Capos.- (II)

PROYECTO DE RESOLUCIÓN

El Senado de la Nación:

RESUELVE:

1) Reafirmar su permanente recuerdo y homenaje a la memorable gesta protagonizada por el crucero A.R.A. General Belgrano y su tripulación durante la guerra por las Islas Malvinas.

2) Disponer la colocación de una placa recordatoria en memoria de los caídos y en evocación de la heroicidad de todos los tripulantes, por parte del Honorable Senado de la Nación, en la Isla de los Estados – en cuya cercanía se cometió el criminal ataque.

Silvia E. Giusti.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente

El 2 de Mayo de 1982 es una fecha que siempre recordará el pueblo argentino. En el transcurso de la Guerra por la Recuperación de las Islas Malvinas, a las 16:01 horas de ese día se produjo el criminal ataque al crucero A.R.A. "General Belgrano".

El país agresor había establecido, unilateralmente, una zona de exclusión en torno a nuestras Islas donde, supuestamente, se circunscribirían las acciones bélicas. Razones técnico-estratégicas habían motivado la decisión de dirigir el Crucero hacia la zona de la Isla de . En estas circunstancias, el submarino nuclear inglés "Conqueror" ataca, mediante dos torpedos, al General Belgrano en el punto determinado por los 55º24' de latitud Sur y los 61º32' de longitud Oeste, claramente fuera del área de exclusión. La agresión provocó el hundimiento de nuestra nave en menos de una hora y ocasionó la muerte a 323 tripulantes.

La Isla de los Estados, estrecha y alargada en sentido Este-Oeste, está situada entre los paralelos de 54º 38' y 54º 54' de latitud Sur y los meridianos de 63º 47' y 65º 46' de longitud Oeste. Desde hace décadas ha formado parte de la misma división política que integran Tierra del Fuego, las Islas Malvinas, Antártida y demás Islas del Atlántico Sur. Por su ubicación, era la zona, no marítima, de nuestro territorio más cercana al punto donde se hallaba el “Crucero Gral. Belgrano” cuando fue atacado.

El crucero “General Belgrano” sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial; bautizado como el “Fénix” perteneció a la armada norteamericana y sufrió el bombardeo de Pearl Harbor. Después fue incorporado, el 12 de abril de 1951, a la flota de mar argentina como uno de sus principales buques.

Siempre hemos afirmado que existe un antes y un después de la Guerra de las Malvinas. También me atrevería a señalar que, dentro de los capítulos del conflicto bélico, hubo un antes y un después del hundimiento del ARA "General Belgrano".

¿Qué argentino no sintió el shock emocional del hundimiento? ¿Qué argentino no sintió que de repente lo sacudía la realidad que dejaba al descubierto el horror de la guerra y el poderío del adversario?

Todos atesoramos un curioso mecanismo de recordación por quien ofrendó su vida por la patria. Este sano orgullo, ante la vorágine globalizadora que atenta persistentemente contra nuestra identidad como Nación, nos lleva a meditar sobre quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos los argentinos y cuál es el grado de compromiso que tenemos.

Por eso, no es malo hablar de la fe en la República Argentina de hoy. La fe es aquella que alimenta la fortaleza del espíritu. Por eso no debemos destacar la agonía del buque sino el valor y la entereza de los sobrevivientes del Crucero General Belgrano, que lograron sobreponerse a tamaña situación.

Cada uno de nosotros tiene en su memoria el recuerdo de aquellas fotos que retrataban las balsas que rodeaban al crucero cuando éste se hundía tratando de coronar su último adiós. No podemos dejar de señalar que el buque, al hundirse, evitó el efecto de succión sobre aquellas balsas con sus náufragos, destacando así el grado de amor que siempre reflejan los sobrevivientes. Esto siempre es resaltado: el buque se hundió sin succionar las balsas.

Todo el mapa argentino estuvo representado en ese barco, en aquellos jóvenes y no tan jóvenes, en los conscriptos y en los suboficiales. Quiero creer que algún día la bandera argentina volverá a flamear sobre Puerto Argentino, y cada uno de nosotros podrá visitar el cementerio de Darwin, sin tener que pedirle permiso absolutamente a nadie. Pero mientras tanto es necesario que se mantenga vivo el recuerdo y homenaje a esta gesta y sus protagonistas en todos los lugares que tienen una significación muy fuerte en su desarrollo.

Sé que hay valoraciones políticas en torno de este tema. ¿Era necesaria la guerra? ¿Podía haberse hallado la paz en medio de la guerra en virtud de una negociación? ¿Era necesario el costo de vidas de tantos argentinos?

Esas son las valoraciones políticas que debemos apartar de este homenaje para entrar en las valoraciones objetivas. Recordemos los comunicados del Estado Mayor Conjunto que se transmitían por televisión y nos daban a los argentinos el mensaje que se brinda en todos los países cuando están en guerra. El emisor tiene que decir que las cosas andan bien para que quien recepta el mensaje no caiga en la decepción.

Recordemos que los argentinos se sacaban sus relojes y sus joyas para donarlos en centros ubicados en todo el país, contribuyendo a una unión llamada Fondo Patriótico Nacional, en el que cada uno poníamos un poquito, olvidándonos del egoísmo de todos los días y acordándonos que en el sur estaban peleando.

Pasaron los días, se sucedieron las contradicciones entre unos y otros, y llegaron noticias con las que el argentino a veces era optimista. Pero finalmente nos enteramos -quizás con retraso- del hundimiento del General Belgrano.

¿Habrán pensado esos chicos -hace veintitrés años- que en Latinoamérica hoy ya nadie muere por un centímetro de tierra?

A poco más de veinte años de aquel momento, estamos ante la crisis del Estado Nación. Las fronteras no existen; existen las regiones, y los símbolos se van diluyendo. Como aquí se dijo, la globalización se apodera de todo. El MERCOSUR y la Comunidad Sudamericana por un lado, la Comunidad Europea, el ALCA por el otro, parecieran ser los símbolos que se dan, y la guerra ya no es la guerra por el territorio sino por los mercados.

Han cambiado mucho las cosas en este casi cuarto de siglo, y sin embargo siguen vivos en el recuerdo aquellos hombres del Belgrano que dieron sus vidas; y esto lo hacemos extensivo a todos los héroes de Malvinas. Desde entonces ha sido innumerable la cantidad de homenajes realizados en su honor, pero nunca serán suficientes, porque es necesario mantener viva su gesta en la memoria colectiva de nuestra Nación; es necesario que quienes dieron la vida por la causa de nuestras Malvinas sepan que no claudicamos ni claudicaremos jamás en la lucha por nuestros derechos soberanos, porque es necesario repetir una y mil veces que habremos perdido una batalla pero no la guerra; es necesario que tengamos siempre presente, sin temor a equivocarnos, que esos 323 hombres son héroes y no mártires; es necesario dejar bien en claro que la razón está de nuestro lado, y que si la justicia imperfecta de los hombres no reconoce nuestros derechos, tarde o temprano la justicia perfecta de Dios dictará su sentencia inexorable.

Tengamos siempre presente que esos 323 hombres y otros tantos caídos en esa patriótica misión que fue Malvinas, nos están mirando, nos están pidiendo que no los abandonemos, que no nos olvidemos de ellos. Por eso hoy, entre tantos desencuentros, entre tantas pasiones, entre tantas polémicas, entre tanta crisis, invito a todos los presentes a sostener bien en alto las banderas de esta causa nacional, sin distinción de banderías partidarias ni de intereses políticos, sumando a ella nuestro esfuerzo cotidiano y nuestro compromiso sin condicionamientos.

Quienes vivieron esa amarga experiencia dicen que no hay peor sufrimiento en la vida que la pérdida de un hijo. Por ello, quiero traer aquí la sinceridad del testimonio de las madres de aquellos héroes, cuyas palabras nos enseñan el camino: "... Cuando alguien o algo muere, es porque nadie lo recuerda; eso no ocurrirá jamás con los tripulantes y el crucero... Cuando a través de los años algo mantiene su recuerdo, es porque dejó mucho a su paso por la vida... El crucero fue destruido, pero no derrotado."

Hace poco tiempo presente el proyecto de Ley que se identifica como S-206/05 por el que se incorpora “Crucero A.R.A. General Belgrano” al nombre de la Isla de los Estados. Como complemento de esa acción, y mientras se analiza y diligencia dicho proyecto, propongo esta forma de recordación. Una placa de este H. Cuerpo –que será imputada a las partidas destinadas a homenajes- a ser colocada en los monumentos recordatorios que existen en la mencionada isla. El emplazamiento de la misma será solicitado a las Fuerzas que desarrollan habitualmente sus tareas en esa porción de nuestro territorio.

El recuerdo y homenaje de estas gestas es lo que nos va a seguir convocando y acercando, mucho más quizás en estos momentos en que tanto se habla del divorcio entre la política y la sociedad. Estas acciones nos permiten asegurar que cuando se juntan valores que hacen a la esencia del ser argentino, somos capaces de traspasar nuestras barreras ideológicas para unirnos como lo hacemos en este homenaje a los fallecidos y sobrevivientes del crucero “ARA General Belgrano”, ante cuya memoria nos inclinamos en forma reverente.

Por todos los motivos antes expuestos, solicito a los integrantes de este H: Cuerpo que me acompañen, con su voto afirmativo, en este Proyecto.

Silvia E. Giusti.-