Hispanoamérica: el encuentro de las culturas

Alberto GutiérrezJ., S.J.*

INTRODUCCION de los españoles. Tenemos muy en cuenta el influjo del pensamiento de La consideración sobre teólogos y juristas de en el Hispanoamérica como lugar de en­ proceso de encuentro de 185 dos cultu­ cuentro de culturas tiene que ver con la ras, proceso que t~vo vastas reper­ historia del descubrimiento y de la cusiones tanto en la metrópoli española conquista o colonización del Nuevo como en la propia América. Mundo por los españoles con la conse­ cuente relación de mestizaje entre las Al hablar de cultura, lo hacemos en la culturas precolombinas aborígenes y la perspectiva del Concilio Vaticano 11 y española. entendemos "todo aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus innu­ E tema debería tener en cuenta a la merables cualidades espirituales y cor­ raza africana que también ha con­ porales; procura someter el mismo tribuido a la conformación de nuestro orbe terrestre con su conocimiento y ser cultural, pero, debido a la diferente trabajo; hace más humana la vida so­ y extensa problemática que suscita el cial, tanto en la familia como en toda fenómeno del mestizaje de las culturas la sociedad civil, mediante el progreso blanca e india, a él sólo dedicamos de las costumbres e instituciones; fi­ nuestra presente consideración. nalmente, a través del tiempo expresa, comunica y conserva en sus obras La perspectiva del trabajo es histórica grandes experiencias espirituales y as­ y trata de aclarar el fondo de la piraciones para que sirvan de provecho problemática suscitada por la llegada a muchos, e incluso a todo el género de los europeos a América, en concreto humano. ( Gaudium et Spes, n. 53).

* Vice-rector del Medio Universitario. Javeriana, Bogotá Doctor en Historia, Univer­ sidad Javeriana

Alberto Gutiérrez J., S.J. 381 lado, y los estudiosos de las nacientes Una finalidad adicional del presente Universidades, por el otro. trabajo es, en la óptica de las celebra­ El dominio del Mediterráneo, por parte ciones centenarias de 1992, evitar de los árabes, y las difíciles ne­ muchos anacronismos e inexactitudes gociaciones de las repúblicas mari­ en los planteamientos, hoy en boga, neras de la península itálica con los sobre el descubrimiento, conquista, musulmanes con el fin de rehacer el colonización y evangelización del comercio con el oriente, habían creado Continente que, no con plena exactitud incógnitas a la conciencia europea cris­ histórica, lleva el hermoso nombre de tiana sobre la posibilidad de nuevas América. rutas que pudieran ofrecer perspectivas de dominio territorial y económico en Trataremos en la introducción los un mundo que, todos lo sabían, per­ siguientes tópicos: maneCÍa siendo arcano más allá de las líneas trazadas en la Geografía de 0.1. El Atlántico en la mira expedi- Tolomeo, en cuyo mapa aparecía ape­ cionaria europea. nas la mitad del Africa más o menos bien dibujado, y más allá, el Mar tene­ 0.2. Los ideales conquistadores de broso con todos sus misterios.Las dos la Cristiandad española. direcciones apetecidas por los eu­ ropeos, el Oriente y el Africa, estimu­ laban la imaginación de muchos au­ 0.1. EL ATLANTICO EN LA daces que se sentían atraídos por las MIRA EXPEDICIONARIA EU­ sedas y especias del Asia y por el ROPEA. Africa con sus fabulosas tierras henchidas de tesoros y sus ríos de oro. Desde que Marco Polo demostró, a Cerrado el Mediterráneo o al menos finales del siglo XIII, que era posible saturado de influencias políticas y viajar por las lejanas tierras de Catay y económicas, se abría el Atlántico, del de Cipango, es decir, por la China y el que se sabía que era un mar descono­ Japón, se despertó en Europa la curio­ cido, pero no desierto: salpicado de sidad y el ansia de dominar los cami­ islas legendarias, aparecía como el reto nos hacia el Oriente. Intereses de los espíritus aventureros en una económicos y de influencia geográfica época en que poco se sabía de las di­ se unieron a inveterados afanes de mensiones de la tierra, pero en que ya aventura, tan propios de los caballeros se pensaba que era redonda. Quizás el medievales, y a los cada vez más cre­ Oriente fascinante de Catay y Cipango cientes deseos de conocer mejor el estaba más cerca de y Lisboa mundo, propósito en el que andaban que de Constantinopla y Bagdad. comprometidos, por diversos motivos Había que intentar encontrar el cami­ los gobiernos y mercaderes, por un no.

382 Hispanoamérica: encuentro de las culturns De resultados positivos se ropeas, quizás nos obligue a repensar sabía en Europa que habían sido, desde la motivación que tuvieron los expedi­ el siglo X, los viajes de los cionarios del siglo XV, sobre todo, los escandinavos a Groenlandia. En el año españoles y portugueses, al aventu­ 981, Erico el Rojo, príncipe noruego, rarse a buscar nuevos caminos para atravesó el Atlántico, parándose en el llegar al Oriente, intentando la ruta del viaje de ida algunos días en Islandia. Occidente por el Atlántico, siguiendo Los sucesivos viajes de los el ejemplo de los vikingos en sus suce­ escandinavos a Groenlandia están sivos viajes al norte de lo que hoyes perfectamente documentados. A América. mediados del siglo XI había allí ciento noventa granjas, dos monasterios y Con respecto a Cristóbal doce iglesias. Los habitantes blancos Colón es seguro que, no solo conoció eran unos dos mil, pero había muchos la aventura escandinava, sino que hasta mestizos de su cruce con los participó en ella: al menos es muy esquimales. I probable que, en su juventud, haya rea­ lizado una expedición a Islandia; en su La presencia de los escandinavos en el carta en que se ofrece p~a descubrir norte del continente que después se nuevas tierras se .precia "de haber llamó América, más en concreto en viajado por los mares septentrionales", Groenlandia y en las costas del Labra­ sin que ofrezca especiales detalles de dor a la que el hijo de Erico el Rojo la aventura. Quizás lo hizo para acredi­ llamó "Marklandia" y aun de los ac­ tarse como navegante, entroncado con tuales Estados Unidos a las que bau­ la ya legendaria habilidad de los vikin­ tizaron con el nombre de "Vinelandia", gos. era un hecho tan significativo que en 1492 el mismo año de la aventura de No se plantea Colón el problema de Colón, el papa Alejandro VI se una conquista de tierras nuevas y lamentaba en una célebre bula de que menos de una penetración bélica en la sede episcopal de Groenlandia había zonas ocupadas por otros seres huma­ estado vacante por cerca de 80 años nos. Resulta anacrónico el pensar que "con el resultado de que muchos habi­ quien pensaba en la posibilidad de tantes habían apostatado y caído en la "hallar un camino directo desde Eu­ más absurda superstición". 2 ropa al País de las especias" tuviera la posibilidad de plantearse el asunto de El hecho de las expediciones de los una conquista de territorios ajenos: escandinavos por el Atlántico, segui­ primero, porque no sabía qué había das con interés por las naciones eu-

1 PIJOAN J. Breviario de la Historia del mundo y de la humanidad. v 2. pp. 178-179. 2 Cfr. Ibid. p. 186.

Alberto GutiélT'ez J., S,J. 383 más allá de las Canarias y de las anacrónicos, lo que pensaba y hacía Azores, descubiertas por los portu­ actuar al hombre del siglo XV y lo que gueses, y, segundo, no parece posible piensa y hace actuar al de hoy. Por eso, que en Europa se pensara en una con­ y por honestidad histórica, tratamos de quista militar de Cipango y de Catay. analizar los criterios con que se pro­ cedía en el momento en que se planea­ Más que dominio geopolítico, Colón ba la unificación del mundo buscando debió pensar en el opulento comercio las rutas desconocidas del Oriente por con el Oriente, soñado por él a través el Occidente, empresa que, no puede de una hipotética ruta occidental que se negarse, requería de héroes que se ofrecía a descubrir. Su alma de jugaban la vida ante lo francamente cruzado, no exenta de idealismos y aun desconocido o ante lo tenuemente ba­ de supersticiones, pensaba lograr la rruntado en teorías que nadie había unión del mundo, Oriente y Occidente, comprobado. bajo la potestad de la Iglesia. Incluso, al buscar el camino de Asia, creía 0.2. LOS IDEALES CONQUIS­ poder abrir el camino expedito para los TADORES DE LA CRISTIANDAD misioneros que irían a predicar, sin la ESPAÑOLA. oposición de los musulmanes orien­ tales, no solo de tipo, religioso, sino de La época del renacimiento humanista tipo económico y militar en orden a la que se inicia en el siglo XIII y llega a reconquista de los Santos Lugares, en su apogeo en el XIV, por lo menos en manos de los seguidores de Mahoma. Italia, no puede calificarse como reac­ ción aniquiladora de la fórmula de una A muchos puede resultar una dudosa Cristiandad unificada y triunfante. En motivación la de buscar la cristiani­ la conciencia de los hombres seguía zación del mundo, motivación misio­ existiendo la convicción de que era nera de predicar el Evangelio que función de los estados el procurar el surgía de la conciencia de una sociedad bienestar común de los ciudadanos plasmada dentro del modelo de la Cris­ dentro de los postulados evangélicos y tiandad universal. Inclusive, para la de que cualquier avance en el ejercicio mentalidad moderna puede parecer de las libertades exigía patrones de or­ disonante el que, al tiempo que se bus­ todoxia y moralidad si quería rea­ caba la penetración del Evangelio de lizarse dentro de los cánones de la fe y Cristo, se intentara la dominación de la recta razón. económica y, donde se pudiera, tam­ bién la política. El ideal de la educación, en la época del Renacimiento, estamos en los Son dos concepciones del mundo, la de siglos XIV y XV. era la formación del aquellas épocas y la de hoy, pero no hombre culto y moral, dentro de pa­ permiten descalificar, con criterios trones que, sin dejar de ser cristianos,

384 Hispanoamérica: encuentro de las culturas reflejaban la conciencia de que exis­ en el Oriente europeo y, más cerca aún, tían modelos concretos en la an­ en el mismo del continente, en tigüedad olvidada de Grecia y Roma Austria y en Hungría. que debían ser imitados, dándoles el sentido nuevo de síntesis de natura­ Esos elementos aglutinantes, lismo clásico y de sobrenaturalismo únicos con carácter supranacional, fue­ evangélico. ron el cristianismo como religión común y la autoridad pontificia como El ideal de hombre radicaba en una continuación y expresión de la potes­ conjugación armónica de cualidades, tad suprema de Cristo sobre la tierra re­ las mayores de todas, la inteligencia conocida, así fuera con reticencias, en universal y la perfección corpórea. el Occidente cristiano hasta la rebelión Para el pueblo, la exaltación de los va­ luterana en el siglo XVI. lores culturales propios de la nación hacía del gobernante el prototipo nece­ El siglo XV, que es el que nos sario capaz de salvaguardar el orden interesa especialmente en este estudio, ciudadano y de establecer el predomi­ estuvo caracterizado por una afirma­ nio cultural en la multifacética lucha ción absolutista de la potestad tanto de las nacionalidades. El príncipe es el y real como .pontifiCia. Quien representante de la nación y obra sin detenta el poder tiene la sacrosanta otra limitación que la del éxito, según destinación de guardar el bien común, Maquiavelo. Como en él predomina tesis aristotélica que es básica para los "la razón de Estado", es únicamente él grandes pensadores de la escolástica y quien tiene la última palabra en todo lo determina el régimen de relaciones que atañe a la vida de su pueblo, aun entre los súbditos y la autoridad, tanto en aspectos tan definitivos como la política como religiosa. vida y la muerte, la religión, y la guerra. Para la sociedad del siglo XV, el ejercicio de la autoridad, no de­ En un momento tan crucial de mocrática, sino absoluta, es un impera­ la historia, en que se configuran las tivo de la afirmación del Estado como nacionalidades europeas, en que estas Estado y de la Iglesia como Iglesia; lo se afirman, de una vez por todas, en su contrario, inclusive para los partida­ propia lengua, surge la necesidad de rios del republicanismo naciente, es un definir los factores que aún deben sub­ peligroso anarquismo contrario a la sistIr como aglutinantes im­ afirmación de los más elementales prescindibles de una unidad en un principos de las nacionalidades. momento en que, más que nunca, la Cristiandad europea se encuentra ame­ Llegará el momento, yeso lo nazada por los musulmanes, árabes en veremos más adelante, en que se dis­ el norte del Africa y en España, turcos cuta sobre la potestad pontificia para

Alberto Gutiérrez J., S.J. 38S dirimir entre Portugal y España acerca Al llegar al trono Fernando e del influjo en territorios americanos y Isabel, su visión moderna de la política será el propio Francisco de Vitoria el y del sistema de alianzas, creó el am­ que dictamine que "ni la Sagrada biente propicio para la conformación Escritura reconoce otra autoridad su­ de una auténtica monarquía nacional, prema sobre todo el orbe, que no sea la basada en el logro de la unidad territo­ espiritual de Jesucristo, transmitida rial, jurídica, religiosa, de pensamiento para los creyentes a su vicario" 3. y de acción, que permitió la apertura rápida de España al irreversible La historia tiene que ser muy movimiento renacentista. objetiva: la teoría de las supremas po­ testades espiritual y temporal, hoy tan El año 1492 es especialmente apetecidas, pero tan cuestionadas, die­ significativo en este sentido: coin­ ron pie a una manera de ver el mundo ciden, con diferencia de meses, la re­ que puede parecernos exótica y aun conquista de Granada, último bastión tiránica, pero que determinó la ética peninsular de los musulmanes, la lle­ social de la época que se llamó de los gada de Colón a lo que se llamaría grandes descubrimientos geográficos, América y, dos hechos menores muy así tengamos que afirmar que lo descu­ significativos, la publicación del "Arte bierto ya pertenec~~ a pueblos que de la lengua ", primera habían vivido por siglos en las tierras gramática de una lengua romance, y la descubiertas. composición de "La Celestina", obra de Hemando Rojas, que trae la primera Para hablar de renacimiento definición del renacimiento español. en España, y dejamos por ahora la No es tema de este estudio, a pesar de consideración del caso peculiar portu­ su importancia, el seguir las vicisi­ gués, es necesario remontarse hasta la tudes de España en tiempo de los época de los Reyes católicos, doña Isa­ Reyes católicos. Volvamos, más bien, bel de y don Fernando de Ara­ a la Universidad de Salamanca, co­ gón. Ya los aires renovadores hacía razón intelectual de la España renacen­ mucho tiempo habían sacudido las tista. bases ideológicas de las ciudades italianas y aún Francia vivía en pleno Dos veces por lo menos tuvo que ver renacimiento. En España, la intermi­ Cristóbal Colón con Salamanca y con nable guerra secular contra los árabes, sus maestros: la primera, fue más con seguía distrayendo a invadidos e in­ algunos eruditos de la ciudad sabia sin vasores en una extraña simbiosis im­ comprometer el criterio de la Universi­ pregnada de odio bélico y de indudable dad como institución. Tuvo lugar entre interfecundación cultural.

3 RAMOS D., La Etica en la conquista de América, p. 356.

Hispanoamérica: encuentro de las culturas 1486 Y 1487. La segunda, en 1491, con dominicos y la propia Universidad de los principales profesores de la Salamanca. Con mapas, pergaminos y Universidad que, como el dominico papeles y con la ayuda en dinero que le Diego de Deza, catedrático de teología había entregado la propia reina Isabel, y prior del convento de San Esteban, Colón llegó a Palos de Moguer con el influyeron definitivamente en la acep­ fin de alistarse para emprender lo de­ tación real de los planes de Colón. sconocido, desentrañar los secretos del mar tenebroso y llegar a Catay y Ci­ La junta que escuchó al inquieto nave­ pango y, si algo había en el intermedio gante la primera vez, o no entendió los de islas deshabitadas, para engrande­ argumentos que sonaban a utópicos, cer las tierras de sus majestades, los así estuvieran basados en los estudios reyes católicos, y los límites de la reli­ del sabio Toscanelli, generoso infor­ gión de Cristo y de su vicario en la tie­ mante de Colón y de fama reconocida rra, el papa de Roma. en asuntos cosmográficos o senci­ llamente el genovés entrevió la poca 0.3. DIVISION DEL TRABAJO. voluntad de los miembros de la junta, no muy conocedores de las teorías No es propósito del prese~te estudio sobre la redondez de la tierra o de­ analizar las vicisitudes que tuvieron masiado apegados a las opiniones an­ los descubrimientos de los navegantes tiguas de Séneca y Tolomeo sobre la portugueses, de Colón y de los poste­ impenetrabilidad del mar tenebroso; riores expedicionarios al servicio de historiadores afirman que fue poco lo España. Tampoco los difíciles proce­ que Colón informó a los maestros de sos de conquista, asentamiento y Salamanca, previendo un fracaso pare­ colonización en las tierras descubier­ cido al que había sufrido en Portugal. tas, ni la manera como, en los diversos lugares, se fue conformando el Nuevo Interesante el hecho de que el tesonero Mundo con base en leyes que se dicta­ genovés haya buscado el apoyo de ban al albur de las circunstancias, la Francia e Inglaterra para su soñada mayoría de las veces con una informa­ expedición hacia el "país de las espe­ ción escasa o francamente amañada y cias". Otra lengua hablaríamos hoy, si que, muchas veces, no era obedecida no hubiera cosechado nuevos fracasos por los ambiciosos conquistadores, en París y en Londres. Colón regresó a prevalidos por la condición de guerra su destino español con el ánimo o por la lejanía de la metrópoli. vencido y al borde de la desilusión to­ tal; presenció la entrega de Granada el Se pretende analizar el tema en dos 2 de enero de 1492. De allí en adelante partes: su volvió a renacer y entonces recibió, por fin, el apoyo que necesi­ 1. La polémica sobre Hispa- taba de los Reyes, algunos nobles, los noamérica.

Alberto Gutiérrez J., S.J. 387 2. Influjo d~ la escuela jurídica El elemento sorpresa que fue de Salamanca en el cas,9, americano. propio de los descubridores, fue, en una primera etapa, característico de la 1. LA POLEMICA, SOBRE política española y, consiguiente­ HISPANOAMERICA. mente, del pensamiento universitario con respecto al hecho de verse ante un Según el pr~fesor Demetrio nuevo mundo que propiamente no era Ramos, de la Universidad de Va­ camino a Oriente, sino todo un conti­ lladolid, "suele result~ sorprendente nente poblado y con una organización el hecho de que no se pueda decir, en propia, quizás primitiva, a los ojos de contraste con la preci~iQn con que cabe los europeos pero apropiada para vivir señalar el momep,tQ del descubri­ en paz. Notable la apreciación de miento, cuándo comienza la conquista, Colón con respecto a los pueblos des­ porque, por muy extraño que resulte cubiertos: "Ellos no tienen fierro ni ante nuestros ojos, Q'óestaba prevista azero ni armas, ni son para ello, no y, por tanto, no se programó ni se porque no sea gente bien dispuesta y supuso. La Corona se encuentra, por de fermosa estatura, salvo que son muy sorpresa, con el hecho con.sumado; por temerosos a maravilla. No tienen otras ejemplo, cuando Diego Velásquez armas, salvo las armas de las cañas .... conquistó la isla Juana (Cuba) o a la qual ponen al cabo un palillo cuando Hemán Cortés llevó a cabo la agudo, y no osan usar de aquellas, que de México. En ambQs casos - en 1511 muchas vezes me acaescio enbiar a tie­ el primer hecho y en 1519 el segundo­ rra dos o tres ombres a alguna villa... y , en momentos de c~sis en el poder salir a ellos dellos syn número y, des­ metropolitano y casi .sin posible reac­ pues que los veyan llegar, fuyan a no ción inmediata. En J511, muerta ya aguardar padre a hijo ... son asy temero­ Doña Isabel y cuando Fernando el sos sin rremedio" 5. Católico es sólo un go~mador del rei­ no en nombre de doia: Juana, pero no Es un hecho histórico que Es­ el rey con plenos pqderes; en 1519, paña anduvo de sorpresa en sorpresa en cuando acaba de :llegar de Flandes un los primeros años que siguieron al des­ monarca que ni si-quiera habla es­ cubrimiento, prueba más que feha­ pañol, rodeado por mi'conjunto de ex­ ciente de que el elemento conquista no traños y voraces co~sejeros y que in­ estaba en los planes de Colón y de la mediatamente se ausenta, dejando tras corte en el momento en que se buscaba de sí al reino envuelto en una guerra una salida hacia el Oriente. civil". 4

4 RAMOSD.,Op.Cit,p.17.

5 Carta de Colón sobre el Descubrimiento, párr. 6, en Op. Cit, p. 18.

388 Hispanoamérica: encuentro de las culturas Solo a partir del alzamiento de daban a los naturales, institucionali­ los naturales en Puerto Rico en 1511, zado en las encomiendas. Sin embargo, donde se había iniciado una experien­ la euforia por el logro de las metas de cia de poblamiento de la isla y, sobre Colón, que contrapesaba los éxitos de todo, con el desarrollo de la empresa los portugueses y extendía las perspec­ de Velázquez, en Cuba, se deslizó la tivas del dominio español, allende los conquista, que Hernán Cortés, alumno mares, hizo que los escritores de la de Salamanca por demás, decidió lle­ primera generación supusieran la ética var adelante por propia iniciativa, de la conquista y que solo se preocu­ como antes en el Darién la llevó a cabo paran de la ética del trato que se daba a Balboa. los indios y la del sistema de la en­ comienda en que se apoyaba. 7 La Corte española y la Univer­ sidad de Salamanca, que era objeto de Hoy sabemos que los preludios de la conti-nuas consultas, se enteraron de polémica se escucharon en América y los acontecimientos del nuevo mundo fue, según testimonio de Fray Bar­ como hechos consumados. Demetrio tolomé de las Casas, el dominico Fray Ramos, en la obra citada, afirma algo Antonio de Montesinos quien hizo la muy interesante al respecto: "Porque lo pregunta clave en 1511: ~'¿Con qué cierto es que, si antes no existe orden autoridad habeis hecho tan detestables ninguna de conquista, hecho indiscu­ guerras a esta gente, que estaban en sus tible y que puede parecer asombroso, tierras mansas y pacíficas? " 8. luego se intentará su encauzamiento y evitación [... ] y después, a partir de Antes de que terciaran los 1526, su regulación, para hacerla com­ maestros de las Universidades de Es­ patible con la responsabilidad moral, paña, diversos autores plantearon los en el descargo de conciencia". 6 complejos problemas que surgían de la nueva situación de haber encontrado El hecho cierto es que con­ unas tie-rras nuevas que se habían in­ sumada la transposición del des­ terpuesto en el viaje de los españoles cubrimiento a la conquista de América hacia Cipango y Catay. Se pueden re­ comenzaron a llegar quejas a España ducir esos problemas a tres capítulos: sobre el trato que los expedicionarios

6 RAMOS D., Op. Cit, p. 62-62.

7 GARCIA A., La Etica en la conquista de América. Op. Cit, pp. 112-113.

8 BARTOLOME DE LAS CASAS, Historia de las Indias, lib. 3, cap. 4, Bibl. Aut Esp. 96, Madrid 1961, p. 176.

Alberto Gutiérrez J., S.J. 389 1. ¿Cómo se justifica la conquista que siglos XV al XIX, porque no pensaron dio lugar a las encomiendas ? con el criterio ilustrado de los revolu­ cionarios que independizaron a 2. ¿Cómo se justifica la persistencia América de la Metrópoli. del dominio político de España en las Indias? El interés histórico se centra en toda una manera de ser y de pensar, en toda 3. ¿Cómo se justifica, aplicados una concepción ideológica que, pro­ al caso de la conquista de América, la fundamente dialéctica, creó la idiosin­ famosa donación pontificia de Ale­ crasia de un continente mestizo, mul­ jandro VI y el consiguiente argu­ tirracial y poli clasista, realidad que mento de la evangelización de conocemos con el nombre de América como cumplimiento del man­ Hispanoamérica o, si pensamos en el dato de Cristo de "ir por todo el proceso paralelo luso-brasileño, mundo y enseñar a los p u e b los .. Iberoamérica o, más comúnmente, (Mt. 28,19). ? Latinoamérica.

En primer lugar, y ello por razones Ya hemos anotado que la euforia del cronológicas nos ocupamos de la descubrimiento produjo en los es­ polémica sobre el ·hecho del des­ pañoles, expedicionarios y peninsu­ cubrimiento y conquista en los am­ lares, un pronunciamiento casi general bientes extragubemamentales y ex­ en favor de la conquista: la Providen­ trauniversitarios que fueron los que cia había regalado a Su Majestad Cris­ reaccionaron primero, por motivos tianísima nuevas tierras para civilizar obvios, ya que las personas vivían y y, con el apoyo de la Iglesia, cuyos actuaban en América en contacto con papas aprobaban el hecho, para cris­ los acontecimientos. tianizarlas. Sin embargo, la manera como se trató de realizar la empresa nos obligaría a hablar no de una con­ LA "DUDA INDIANA" quista, sino de diversas conquistas, de­ pendiendo del talante de los conquista­ dores, de sus ambiciones personales, No se trata aquí de dilucidar qué hu­ de la situación con que se encontraron biera sido mejor para el Nuevo Mundo, y de la obediencia o desacato de cada si ser descubierto y conquistado o no uno a las órdenes reales. serlo. Ese tipo de elucubraciones no pertenecen al historiador. Tampoco se Poco a poco, tanto en América como trata de enjuiciar los hechos con un en España, el primer juicio basado en criterio anacrónico, como si hubiera la euforia del hallazgo del Nuevo que anatematizar a todo un pueblo, el Mundo se fue atenuando de manera español, y toda una época, la de los que, sin abandonar el principio de la

390 Hispanoamérica: encuentro de las culturas licitud de la conquista, empezaron a no rarse de las riquezas de los incas, aceptarse como lícitas todas las con­ destruyendo una de las mayores ex­ quistas ni todo cuanto se ejecutaba en periencias de civilización indígena en unas determinadas conquistas, por el Nuevo Mundo. ejemplo la del Pero. Inclusive, se em­ Con su colosal libertad de espíritu pezó a dudar de la teoría tradicional de que unía a una gran inteligencia, celo la "guerra justa" y hasta del alcance de apostólico y formación salmantina, la "bula de donación" de Alejandro VI, Fray Bartolomé de las Casas redactó que, con finalidades arbitrales entre para el Rey Carlos V, ya Emperador, la España y Portugal y de impulso de una "Larguísima relación de denuncias acción cristianizadora, daba pie a los sobre la destrucción de las Indias" que, españoles para requerir de los natu­ en 1542, quizás para hacer más legible rales el acatamiento a la fe cristiana y a su requisitoria, resumió en el conocido las leyes del rey de España. documento "Brevísima relación de denuncias sobre la destrucción de las Los más avanzados, entre los cuales Indias". ciertamente aparecía como paladín Fray Bartolomé de las Casas, enjuicia­ En lo que se refiere a las conquistas, ban la legislación que iba saliendo para propuso Las Casas ~asta eliminar el América y proponían, como única sa­ nombre: "este término o nombre de lida ética, la evangelización pacífica y conquista para todas las tierras y rei­ libre y la colonización concertada nos de las Indias descubiertas y por como sistema para establecer un sis­ descubirr, es término y vocablo tema de convivencia entre los natu­ tiránico, mahomético, abusivo, impro­ rales, dueños de lo suyo, y los es­ pio e infernal. Porque en todas las In­ pañoles, de lo suyo~n un continente dias no ha de haber conquistas contra que tenía focos de cultura evidentes, moros de Africa o turcos. Y no son pero que permitía la llegada de nuevos menester los condenados requerimien­ grupos humanos capaces de infundir tos que hasta agora se han hecho". 9 una savia nueva a las culturas indíge• nas con su lengua, sus creencias y su Muy sonada e influyente en la poste­ secular tradición jurídico-política. rior elaboración doctrinal llevada a cabo por Francisco de Vitoria y su Las Casas enjuicia, por ejemplo, la Escuela en Salamanca fue la polémica, manera salvaje, tiránica y asesina casi batalla campal, entre Las Casas y como los españoles quisieron apode- el cronista imperial Juan Ginés de

9 BARTOLOME DE LAS CASAS, Citado en La Etica en la Conquista de América, p. 149.

Alberto GutiélTez J., . 391 Sepúlveda: mientras el primero pro­ indígena por medio de acusaciones pugnaba, con los franciscanos Fray gravísimas y muy bien presentadas Juan de Zumárraga, obispo de México, ante el Consejo de Indias y ante el pro­ Fray Jacobo de Tastera y otros, por la pio emperador. supresión de las conquistas y su susti­ tución por la entrada y penetración Hoy se conoce mejor todo el asunto de pacífica, el segundo, polemista fogoso la "duda indiana" que bien pudo signi­ al servicio de Carlos V, defendía, en su ficar dificultad real para solucionar el obra "Demócrates", no solo el derecho conflicto entre la legislación sobre de conquista, sino la necesidad de ella Indias y la práctica de los conquista­ para lograr la incorporación de los dores a menudo rapaces y crueles, pero indígenas americanos a los beneficios que, para muchos, pudo llegar hasta de la fe cristiana y de la civilización del hacer pensar a Carlos V en abandonar imperio que presidía el cristianísimo lo conquistado, o por lo menos una emperador Carlos V. parte, el Perú, donde, al traidor asesi­ nato del Inca Atahualpa (1533), se unió Para el profesor Manuel Lucena, de la la sangrienta pugna entre Pizarro y Universidad complutense, "el año que terminó con el asesinato 1542 marca un hito trascendente en el de ambos. proceso crítico, autocrítico mejor, de la colonización española· en América. La Un solo testimonio de los aducidos por crisis moral originada por la conquista el profesor Lucena puede indicamos el de las Indias desde fines del siglo XV, cariz de los argumentos sobre la "duda reactivada a partir 'de 1511, llega a un indiana". En 1571, "en el memorial del grado de madurez tan alto que la Co­ denominado anónimo de Yucai, que rona decide encarar el problema de la hoy sabemos fue obra de Fray García política a seguir desde un marco de de Toledo, se escribe: "Fue tal el in­ valores morales y jurídicos". 10 flujo del Padre Las Casas y tal el escrúpulo que al Emperador puso y Cuando los historiadores, sobre todo también a los teólogos, siguiendo a de esta parte del mundo, encaran el aquel padre, por la falsa información, tema del origen de Hispanoamérica y que quiso su Majestad dejar los reinos enjuician globalmente la conquista a los incas tiranos, hasta que fray Fran­ española, no tienen siempre en cuenta cisco de Vitoria le dijo que no los de­ la presión religiosa y jurídica ejercida jase, que se perdería la Cristiandad y le sobre Carlos V ante la problemática prometió de dejarlos cuando estos fue-

10 LUCENA M., Crisis de la Conciencia nacional: Las dudas de Carlos V, en Etica en la Conquista de América, p. 163.

392 Hispanoamérica: encuentro de las culturas sen capaces de conservarse en la fe Lo que permiten concluir los argumen­ católica". 11 tos es que, con los informes llegados de América, tanto la Corte como la El testimonio es analizado cuidadosa­ Universidad de Salamanca se encon­ mente por Lucena quien lo somete a traron abrumados por las denuncias de crítica, lo mismo que a otros que van abusos que les llegaban especialmente en la misma línea. Son dicientes de que sobre las conquistas del Perú y del sí existió la "duda indiana", pero no en Nuevo Reino de Granada. Después de el sentido de abandono de las Indias, lo la Junta de Valladolid convocada por cual era imposible, sino en el sentido Carlos V y con motivo de las nuevas que le dieron Vitoria y la Escuela de Leyes del 20 de noviembre de 1542, la 'Salamanca, según veremos en el polémica sobre la conquista del Nuevo siguiente aparte. Mundo llegó a los círculos superiores del pensamiento hispánico, los con­ Definitivamente, afirma Lucena: ni sejeros de la Corte y las Universidades. siquiera "el Padre Bartolomé de las Casas, a quien algunos testimonios 2. LA ESCUELA DE SALA- atribuyen la paternidad de colocar la MANCA E msp ANOAMERICA. duda en la real conciencia, de la que derivó el acto volitivo del abandono Aunque los diversos fenómenos del total o parcial de las Indias, no presenta siglo XVI que se produjeron alrededor en su planteamiento de 1542 (que es el de los descubrimientos y conquistas de de su mayor radicalismo frente a la los españoles y portugueses tuvieron conquista) ninguna idea de que el repercusión en todo el pensamiento Nuevo Mundo deba ser abandonado. universitario de la época, fue en Sala­ Ni siquiera en su tratado sobre la resti­ manca donde se formó una auténtica tución. Muy por el contrario, su tesis Escuela alrededor del gran maestro es que debe efectuarse todo un replan­ Francisco de Vitoria y de temas tan teamiento respecto a la mecánica utili­ importantes como la guerra justa, la zada en los descubrimientos, conquis­ licitud de la conquista, la esclavitud de tas y colonizaciones, para que éstos se los indígenas y de los negros y, en hagan en forma pacífica, sobre los general, el derecho natural de las gen­ principios de la religión y en prose­ tes al ejercicio múltiple de sus liber­ cución del objetivo de que el Rey tades. domine a la larga toda América, para evitar que otros príncipes extranjeros El hecho es que, como anota Agueda lo hagan" 12 Rodríguez, en el siglo XVI "la Univer-

11 Op. Cit., p. 169. 12 Op. Cit., pp. 195-196.

Alberto Gutiérrez J., Sol. 393 sidad de Salamanca se convierte en ten sus teorías teológicas y jurídicas. faro luminoso y Alma Mater de la cul­ tura hispánica, de la hispanidad: es Lo nuevo de Vitoria es el fundamento, consultada por los papas y por los no el análisis casuístico imposible para reyes y en sus claustros se forman las él por dos motivos: por no haber estado figuras brillantes y enseñan los gran­ en América y porque la información des maestros que dieron su mejor lo­ que le llegaba tenía todo el apasiona­ gro y celebridad al Siglo de Oro es­ miento y la contradicción que cono­ pañol" 13. Si se habla de la institución cemos, sobre todo con motivo de la universitaria como de impulsadora de ardua polémica entre Sepúlveda y Las los valores superiores de una cultura, Casas. Vitoria no fundamenta la justi­ es decir, de educadora para lo superior, cia de la conquista ni en la infidelidad esa fue Salamanca en aquella época. de los indígenas que, según muchos, Por eso es importante detenemos un los privaba del dominio público, ni en momento en la consideración de cómo la jurisdicción temporal sobre el colaboró en el surgimiento de universo del papa, ni el mero principio Hispanoamérica. de la evangelización o de la condición servil de los indígenas. N o es el caso hacer un análisis de las diversas tesis de Vitoria. Ello sería Resulta, por lo menos, sorpresivo que objeto de extensos estudios, por for­ Vitoria aplique la primera parte de sus tuna realizados a partir de la primera tesis a desmontar el andamiaje doc­ generación de discípulos del célebre trinal en que se quería basar la con­ dominico hasta nuestros días. quista española de América.

Bastará un somero análisis del influjo 1. Rebate la tesis del papa señor del Maestro en la superación de la de todo el orbe y concluye que bajo "duda indiana", no por criterios emoti­ ningún aspecto se puede invocar el vos o nacionalistas, sino como fruto de poder del papa como motivo que justi­ una fundamentación en el derecho fique la guerra ni la ocupación de los natural y de gentes con sus amplias bienes que los indígenas poseen con virtualidades. El fundamento argu­ justo título. 14 mental de Vitoria es válido siempre, no sólo en el caso hispanoamericano, y es 2. Refuta la tesis de que el em­ una verdadera cantera de doctrina que perador es soberano del universo ya ofrece a sus discípulos para que sean que ni en el derecho natural ni en el estos quienes precisen y complemen- positivo, divino o humano, se encuen-

13 RODRIGUFZ AGUEDA , SaImantica docet, p. 80. 14 HERNANDFZ R La Etica en la Conquista de América, pp. 350-355.

Hispanoamérica: encuentro de las culturas tra una base firme para un poder uní• Después de refutar los títulos tradi­ versal del emperador. Vitoria encuen­ cionalmente alegados para la conquista tra que es un contrasentido hablar de y, en concreto para las guerras de ocu­ jurisdicción de una autoridad española pación, Vitoria establece su tesis de la sobre los pueblos naturales de América legitimidad de la presencia de los es­ y un abuso el quitarles lo suyo por un pañoles en América desde dos perspec­ supuesto derecho imperial. 15 tivas: la internacionalista en virtud de las exigencias de los pueblos o so­ 3.Vitoria es especialmente elocuente ciedades y la personalista basada en los cuando trata del argumento de la pre­ derechos y deberes inalienables del tendida libre elección de la soberanía hombre. Es aquí donde aparece quien ~spañola por parte de los indígenas. es considerado el creador del derecho ¿Qué validez puede haber en un con­ internacional y el primer gran teori­ trato cuando está viciado por la violen­ zador de los derechos del hombre 18 cia de los conquistadores y el miedo y la ignorancia del contrato mismo por Sus tres líneas de pensamiento son: parte de los conquistados ? 16 1. La comunicación natural 4. Finalmente, Vitoria refuta el argumento más difícil: la oposición de Múltiple entre los pueblos que se des­ los naturales a recibir el Evangelio y cribe como libre intercambio entre los todos los beneficios de la fe de Cristo pueblos, libre uso de los mares, libre y de la pertenencia a la Iglesia. Suenan comercio entre las sociedades, contra­ lapidarias las frases conclusivas del tos y negociaciones mutuas sobre in­ teólogo "Nunca la Iglesia siguió en la tercambios de productos o explotación antigüedad la táctica de recurrir a las de materias primas, cuestiones referen­ armas para convertir a los gentiles. En tes a la ciudadanía, al derecho de mi­ todo caso la guerra no es ningún argu­ gración, establecimiento domiciliar y mento en favor de la verdad de la reli­ convivencia. Vitoria se muestra aquí gión cristiana. El efecto producido como un experto del derecho inter­ sería contrario: los infieles se sentirían nacional y aboga por el derecho natu­ escandalizados de una religión que se ral que todos tienen al aire, los ríos, el predica a sangre y fuego y huirían de mar y sus litorales; muestra cómo es ella antes de abrazarla" 17 necesario que, por medio de tratados, se regulen las condiciones de lo que

15 Op. Cit., pp. 355-3.58. 16 Op. Cit., 3.58-359. 17 Citado en Op. Cit, p. 361. 18 Cfr. Op. Cit, p. 362.

Alberto Gutiérrez J., S.J. 395 está dentro de las fronteras de los esta­ injurias inferidas y de la de la dos, para no cerrar estas a quienes sin guerra. Si ese organismo no existe, la causar perjuicios, penetran en ellas. nación injuriada tiene derecho de bus­ car la ayuda de sus aliados los cuales Parece lógico decir que, para actúan cumpliendo una obligación de el caso americano, la doctrina era amistad. Por este título se justifican teórica, primero porque poca ca­ algunas conquistas, no todas, porque, pacidad de negociación se les atribuía, por ejemplo, la del Perú es contra todo en la práctica, a los indígenas y porque derecho; al menos Vitoria protesta va­ poco inclinados estaban los conquista­ rias veces contra ella. dores a celebrar pactos bilaterales con quienes eran considerados inferiores Otros títulos de legitimidad no cultural, religiosa y políticamente. son tan claros, así el ilustre dominico trate de relacionarlos, de manera indi­ 2. La protección y defensa de recta con la solidaridad natural entre los inocentes los hombres. Me refiero a la propaga­ ción de la religión cristiana que Vito­ A Vitoria seguramente le ria relaciona con la necesidad de la debieron impresionar ciertas noticias corrección fraterna y el amor que exi­ sobre la tiranía de los, caciques indíge• ge llevar a los otros a la verdad y a nas, los sacrificios rituales, la crueldad superar la situación de pecado. En y la antropofagia. Invoca, para esos conexión con el título anterior que jus­ casos y otros parecidos, el derecho de tificaría la intervención de los cris­ solidaridad humana universal que tianos españoles y portugueses en daría pie a una sociedad de naciones América, están la defensa de los con­ con poderes amplios legislativos y vertidos al cristianismo y el facilitar a coercitivos. los indígenas una verdadera y libre elección. Hay una curiosa y hasta in­ 3. La defensa de los aliados y genua afirmación del P. Vitoria que amigos nos puede hacer comprender el El argumento de la amistad espíritu con que los teólogos salmanti­ entre los hombres lo fundamenta Vito­ nos justificaron la empresa conquista­ ria en el derecho natural, tanto que dora: "Los indios, al comprender la juzga que "es contra la naturaleza prudente administración de los es­ evitar el consorcio de los hombres que pañoles y su humanidad querrían libre­ no causan daño". Postula una autori­ mente tanto los señores como los dad supranacional que dirima los con­ súbditos recibir como príncipe al rey flictos entre naciones y juzgue de las de España". 19

19 Citado por Ramón Hemández, en Op. Cit, p. 373.

396 Hispanoamérica: encuentro de las culturas No podía faltar en la mente de religioso y social que tuvo innegables Vitoria y en los principales seguidores repercusiones en el mundo entero. de la Escuela un argumento educativo que fue sinceramente acogido, así lo Vitoria inició un movimiento, creo, en el ambiente de la gran Univer­ desde la Universidad de Salamanca, sidad y en el gobierno español. Título que tuvo seguidores de la talla de los para la presencia de los europeos en dominicos Domingo de Soto y Mel­ América es la promoción humana y chor Cano, el obispo Diego de Cavar­ social del Nuevo Mundo: educar a los rubias, jurista y reformador de los es­ indígenas y conformar una clase diri­ tatutos de la Universidad y, en el Cole­ gente nueva más culta era argumento gio Romano, los maestros salmantinos, muy suficiente, con una salvedad: con jesuítas Francisco de Toledo, Fran­ tal de que se haga, dice Vitoria, "por el cisco Suárez y Juan de Salas; con ellos bien y utilidad de los indios y no como sólo mencionamos una ínfima parte de pretexto del lucro de los españoles". 20 la vasta generación de teólogos y juris­ tas que siguieron las tesis de Vitoria en La "duda indiana" tuvo, en la línea de los signos de los tiempos Vitoria y en su Escuela salmantina, una que, sin abandonar la tra~ición, se respuesta que quiso ser equitativa y abría a realidades tan nuevas como el basada en el derecho de gentes. Podría surgimiento de América, la Reforma discutirse hasta donde los hechos es­ protestante y el Concilio de Trento. tuvieron acordes con los principios esbozados: la polémica está abierta El momento histórico no es­ entre los defensores a ultranza de una tuvo exento de máximas dificultades, Hispanidad impoluta y los creadores ni para los que les tocó vivirlo, ni, de la leyenda negra Hispanoamérica. menos aún, para quienes lo juzgamos Por lo visto anteriormente, parece que desde la distancia y después de reco­ ninguna de las dos posiciones extremas rrer senderos ideológicos no siempre es sostenible. ajenos al prejuicio y a la universali­ zación inconveniente. De lo visto hasta aquí, se deduce que si los españoles, con Colón El caso de la educación cier­ a la cabeza, descubrieron una parte de tamente nos permite el argumento de América y la conquistaron, fue el que España, con todos los incon­ Nuevo Mundo el que suscitó en Eu­ venientes de una conquista, sí tuvo la ropa, con su presencia, silenciosa intención de procurar algo superior quizás, la problemática que produjo para el Nuevo Mundo. Usando termi­ una Escuela de pensamiento jurídico, nología universitaria, podemos decir,

20 Ibid, p. 375.

Alberto Gutiérrez J., S.J. en princIpIo como hipótesis, que historia de la cultura, un desafío y cualquiera haya sido el significado de negación de la leyenda negra, porque la "duda indiana" y los argumentos ante la luz de la verdad desaparecen las sobre la licitud de la conquista, los sombras y se deshacen las falacias". 21 representantes de la conciencia moral y jurídica de la nación española entre­ Baste un ejemplo para poder entender vieron la posibilidad de educar para lo fenómenos culturales de nuestra cul­ superior a pueblos cuya emergencia a tura mestiza que hoy nos parecen per­ la cultura no era de ayer, testigos los fectamente naturales: cuando en incas y los mayas, por ejemplo, pero nuestra música terrígena americana cuya presencia en el concierto de las encontramos el uso de instrumentos naciones no era ni siquiera incipiente tan clásicos y tan europeos como el por obvias razones. violín (en México), el arpa (en Para­ guay y en los llanos de Venezuela y Si se establece un paralelo Colombia) y la guitarra (en toda entre el influjo de las distintas América), tenemos que recordar que naciones europeas en América, sobre los indígenas recibieron de los misio­ todo, de Inglaterra, Francia y Portugal neros los conocimientos básicos de con el de España, llama la atención la melodía, armonía y ritmo y las celeridad con que esta última comenzó destrezas para el uso instrumental. Lo a dotar al Nuevo' Mundo de insti­ demás, corridos, valses, guaranias y tuciones educativas de nivel superior joropos, fueron obra del genio ameri­ según el estilo y con el mismo espíritu cano. del Alma Mater salmantina: medio siglo después de la gesta de Colón, ya ¿Y por qué no recordar que, en Hispanoamérica tenía universidades las Reducciones jesuíticas del Para­ establecidas en Santo Domingo, el guay, se cantaban, a toda orquesta, las Perú y México. misas y cantatas de Mozart y Beethoven y que aun grandes maestros Agueda Rodríguez anota compusieron obras que fueron estrena­ certeramente con su estilo carac­ das en el Nuevo Mundo? terístico: "La gran epopeya de la cul­ tura española es esa siembra sal­ La conclusión, modesta, pero finne, mantina en Hispanoamérica, seguida tiene que ser de cautela y equilibrio de una portentosa floración de univer­ cuando se quiera dar un juicio global sidades filiales. Es uno de los capítu• sobre el fenómeno Hispanoamérica. los más gloriosos e interesantes de la

21 A. RODRIGUEZ,Op. Cit, p. 175.

398 Inspanoamérica: encuentro de las culturas der y valorar plenamente; llevados por CONCLUSIONES: NI APOTEO­ ese espíritu guerrero que por siglos SIS, NI "LEYENDA NEGRA" había tatuado sus empresas de recon­ quista contra los moros y por un exul­ El cuadro final del Nuevo tante ideal barroco que los hacía cie­ Mundo es, sin duda, el fruto dialéctico gos cuando de ganar reinos para Es­ de culturas autóctonas, unas avan­ paña Y para la Cristiandad se tra~a~a, zadas, otras primitivas, pero cier­ cometieron errores en la translDlslón tamente de arraigo secular, y de la cul­ de sus principios culturales, religiosos tura española, trasplantada, en íntegra y políticos. Inclusive muchas de sus y creativa simbiosis, a estas tierras empresas de cruz y de espada hicieron conocidas por azar o, si se prefiere, por recordar las bárbaras cruzadas del no ~oincidencia providencial. del todo superado medioevo. De la fusión de dos razas, y que conste Pero tampoco se justifica seguir ati­ que nunca los españoles tuvieron como zando la cavernaria "leyenda negra", política la destrucción de la raza anacrónica por demás, de que el sur­ indígena por prejuicios genéticos, sur­ gimiento de Hispanoamérica fue el gió el mestizaje pluri valente que, c~si fruto de una premeditada e~c1avización desde el principio, permitió diferencIar de un continente y no de una liberación perfectamente las colonias de la de sus potencialidades para entrar en el metrópoli. Creo que es un mérito, tanto concierto de las naciones del orbe. del español como del indígena, el haber logrado que América no fuera En este sentido es injusto lanzar el lodo una transposición de España como sí lo del desprecio o del olvido sobre una f~~ron las colonias norteamericanas de historia realizada en una época con­ Inglaterra. Con todas las consecuen­ creta, época de exaltación de las cias que eso tenga, Hispanoamérica no nacionalidades y de reformas religio­ es España y quizás el destino histórico, sas y sociales tan profundas que deter­ que no acabamos de aceptar, está li­ minaron la escisión protestante y la gado a la afirmación de nuestra idio­ exaltación de la catolicidad, heroica sincrasia cultural mestiza, herencia muchas veces, muchas veces intere­ americana y herencia hispánica. sada y neurótica. A dos años de la celebración del 5° Hispanoamérica no es España, ~ro Centenario de Hispanoamérica tene­ tampoco nació cuando, desde MéXICO mos que concluir: no se justifica una hasta el Rio de la Plata, se proclamó su apoteósica y acrítica afirmación de la independencia. Hispanoamérica e~ ~I conquista del Nuevo Mundo: los es­ fruto de una larga gestación que se Im­ pañoles se encontraron con una ció con la fusión, no exenta de azares y América a la que no supieron compren- de sinsabores, de dos razas y de dos

Alberto Gutiérrez J., S,J. 399 culturas. Después llegó la raza negra y BIBLIOGRAFIA CONSULTADA formó parte esencial del panorama: pero ese es otro asunto que merece tra­ 1. CARBIA ROMULO, Historia de la Le­ bajo aparte. yenda Negra Hispanoamérica. Madrid, Publ. Consejo de Hispanidad, Espasa Hispanoamérica se desarrolló como Cal pe, 1944. fruto de un esfuerzo, no siempre man­ comunado, frecuentemente desigual, 2. DELL'ORO ATIUO -DERISI OC­ entre un conglomerado heterogéneo de T A VIO et Alii. La Conquista de América pueblos indígenas, algunos de cultura y el Descubrimiento del moderno Derecho avanzada, y la ya milenaria España, Internacional: Estudio sobre las ideas de también fusión a menudo inarmónica, Francisco de Vitoria. Buenos Aires, Edit. de nacionalidades diversas. Kraft, 1951

Hispanoamérica fue educada para lo 3. GONZALEZ ANTONIO. Problemas del superior en una generosa empresa que, Patronato indiano a través del "Gobierno encabezada por el genio español sal­ Eclesiástico Pacífico" de Fr. Gaspar de mantino, infundió una savia nueva Villarroel, Vitoriensia (Seminario de Vito­ capaz de aglutinar al continente alre­ ria), v. 12. Vitoria 1961. dedor de ideales comunes, cuya efica­ cia sigue siendo beÍlo sueño desgra­ 4. GUTIERREZ ALBERTO, S.J., La Re­ ciadamente. forma Gregoriana y el Renacimiento de la Cristiandad medieval. Pontificia Universi­ Por lo menos algo queda claro dad Javeriana, Bogotá, 1983. de esta larga exposición: que el inicio de Hispanoamérica es el fruto de la re­ 5. MIALARET GASTON - VIAL JEAN, lación y del mestizaje de la cultura es­ Histoire Mondiale de l'Education, vol. 2 pañola y de la cultura aborigen pre­ (de 1515 a 1815). París, Presses Universi­ colombina y que en este proceso taires de France, 1981. mucho le debe el continente, no sólo a los grupos indígenas que habitaban a 6. RAMOS DEMEfRIO - GARCIA AN­ América sino también a la Iglesia TONIO et Alii, La Etica en la Conquista de católica y al Estado español y, de ma­ América en Corpus Hispanorum de Pace, nera especial a la Universidad y en vol. 25, Madrid, 1984. concreto a la Salmantina que tuvieron mucho que ver con la conformación de 7. RODRIGUEZ AGUEDA O.P. Salman­ lo que hoy, creo que con razón pode­ tica docet La proyección de la Universi­ mos llamar Hispanoamérica. dad de Salamanca en Hispanoamérica, T 1, Universidad de Salamanca, 1977.

400 mspanoamérica: encuentro de las culturas