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PARA LA MEMORIA HISTÓRICA DE ESCALONILLA Escalonilla ya era. Ya estaba aquí mucho antes que ninguno de nosotros. Escalonilla se hacía poco a poco con el paso de los años y los siglos. Se construía sabiendo que llegaría lejos en el tiempo y en el transcurrir de la historia. Escalonilla era tierra habitable y próspera para civilizaciones y pueblos. Cruce y paso de caminos para la construcción de lo que hoy conocemos como presente y actualidad desconocida. Escalonilla duerme… Lo hace en las sucesivas capas de su tierra que da de vez en cuando una señal de que aún no está muerta ni olvidada del todo. Lo hace en los imperceptibles hallazgos, llamémoslos arqueológicos, que alguna vez y de forma espontánea se pueden ver aún esparcidos en todo su término municipal. Como siempre, no tiene ningún valor estar referencialmente mirando al pasado. ¿Qué pretendemos? ¿Qué queremos que nos de la tierra que pisamos? No hay que inventar nada. No hay que argumentar con el objetivo de aparentar ser importante en las hojas de la historia. Tal vez Escalonilla no tenga referentes influyentes en los avatares cotidianos de la vida de pueblos como el romano, visigodo o medieval… Pero Escalonilla se hacía en el día a día de esos pueblos aunque fuera en núcleos de población muy reducida, por otra parte nada extraño para esos tiempos en los que fundamentalmente de sobrevivía con una agricultura familiar. Lo que la tierra de este pueblo nos devuelve algunas veces son vómitos, formas de hablar y de comunicarse de esas épocas a las que hacíamos referencia. Y con esas estructuras de lenguaje queremos organizar un alfabeto para descifrar lo que el pasado quiere legarnos. Para saber, aunque saber siempre es complicarse, quiénes somos y de dónde venimos para, de esta forma, presumir sí, pero ser más humildes cuando se trata de construir el presente. Parece que en los tiempos actuales nosotros somos quienes hacemos todo. Nosotros somos quienes damos carácter de eterno a nuestras obras. Nosotros somos únicos y nadie nos sucede. No estamos acostumbrados a mirar y reflexionar sobre el pasado, a preguntarnos quiénes llegaron antes que nosotros y quién nos dio las pautas de muchísimos de nuestros comportamientos. Nadie mira una piedra sin creer que es un cascote, una inscripción sin pensar que fue realizada ayer, o toca con sus manos una moneda romana, por ejemplo, sin estremecerse y admirarse del recorrido y final de la misma. Escalonilla quiere hablar, y es urgente que escuchemos, a la tierra y lugares del pasado para adentrarnos en un futuro mejor, pero incierto en cuanto al sentido de nuestra pertenencia a un pueblo, a una forma de vida, a una memoria que sí es histórica, más que ninguna, como intentaremos demostrar en las páginas siguientes. Jesús López Muñoz © Copyright 2007 A estas alturas nadie me puede discutir, tras más de cuatro años dibujando perfiles y fotografiando mil veces las cosas, sentándome frente al horizonte y relacionar lugares, bebiendo en las aguas de sus fuentes y pisar caminos… que a las afirmaciones que hago las falte rigor histórico. Admito que pueda restarles una pizca de método científico porque la pasión puede vetar la luz de la imparcialidad, aunque no del todo, cuando sencillamente se intuye mucho más de lo que se puede saber y no se saber explicar. Sea como fuere lo intentaré para dejar constancia en el tiempo actual de las suaves gotas de lluvia que empapan nuestra tierra anhelando que llegue para ella pronto una nueva primavera donde se ponga en valor no sólo lo que es sino lo grande que fue aunque hoy no sepamos claramente interpretarlo. Jesús López Muñoz © Copyright 2007 VERAGÜE AÚN TIENE MUCHO QUE DECIRNOS Reverso: PACE Populi Romani V (BIQue PARTA IANUM CLUSIT) SC en letras grandes, a izquierda y derecha del templo. Anverso: NERO CAESAR AVG (GERM IMP) Busto laureado del Emperador hacia la derecha El templo de Jano (“Ianus Geminus”) cerrado, significa que no había tropas imperiales luchando, es decir, se proclamaba la paz universal. Nos referimos a la moneda en cuestión, un As de bronce y acuñada en Roma durante el año 65 d.C. con un peso de 9,8 g. y 28 mm. Encontrada, como otras muchas de otras épocas, en lo que conocemos como Veragüe dentro del término municipal de Escalonilla. Es un solo ejemplo para demostrar quizá lo más importante. Pondremos otros, pero traemos este hasta aquí porque ha sido el más reciente por el momento. Una moneda romana, acuñada en Roma, allá por el año 65 después de Jesucristo y encontrada entre nosotros sólo puede suponer dos cosas, aunque yo me quedaría únicamente con una. Por una parte, el lugar donde se encuentra es importante. En esa ubicación aparecen múltiples fragmentos de cerámica de la época, piedras de moler y algún que otro capitel de granito que sólo pueden ser vestigios de una incipiente población o campamento de abastecimiento para poblaciones más grandes o ejércitos cercanos. Por lo menos de aprovisionamiento para la red de caminos o calzada desde Emérita Augusta a la Imperial Toledo. Dicha calzada pasa a unos metros de ese lugar que por otra parte es muy extenso. Jesús López Muñoz © Copyright 2007 LOS POZUELOS, LUGAR DE AGUA Y VIDA En su misma ubicación se encuentra el lugar denominado “los pozuelos”. Lugar de agua y tierra agradable para el cultivo. Los romanos, como otras civilizaciones no se asentaban en territorios exentos del líquido elemento indispensable para su modo de vida. Aunque ya haya pasado por otra cultura superpuesta, hasta nosotros llega hoy la conocidísima pero olvidada fuente de Veragüe también antes del Medievo asentamiento romano. Una moneda perdida y traída hasta nosotros en nuestros días no puede significar otra cosa que, viendo sus características y procedencia, había gente, y consecuentemente población en ese lugar ya en los tiempos romanos. Es decir, que aunque se encontraran en el lugar vestigios de civilizaciones o pueblos anteriores, es posible que ocurra, por lo menos hoy podemos afirmar que en el 65 después de Cristo Escalonilla era Escalonilla. En muchos sembrados y cuando empieza a clarear la primavera, a la puesta de sol en las tardes cálidas desde el mismo ángulo del chorro de agua de la Fuente Veragüe se pueden observar distintos tonos de colores que siempre son circulares en su forma. A simple vista llama la atención que repetitivamente cada año y en el mismo lugar salgan esas formas después de ararlas y darlas cien vueltas. La tierra, y no sólo el cultivo es de otro color. La única explicación existente después de su observación a simple vista y alguna que otra cata de excavación es sencilla. Son silos donde se quemaban los restos de alimentos y otros enseres. A menos de 20 cm sale ceniza y si se profundiza más se encuentra alguna que otra pequeña moneda de escaso valor y restos de otros utensilios de época romana y posteriores ya que estos silos fueron evidentemente reutilizados por pueblos posteriores. Cuentan, aunque yo no los he visto, pero lo cuenta quien aún vive, que otros de estos silos son grandes hoyos en la tierra pero sin nada. Son, o serían también, silos para otra utilidad como la de conservación del grano y los alimentos. Por tanto, afirmo que esa extensión de tierra desde Veragüe a Perobeques pasando por los pozuelos y otros, era una población romana asentada en nuestro pueblo. Mejor, Escalonilla es una población asentada sobre la más grande de las civilizaciones, la romana. ¿Y qué importancia tiene esto para seguir construyendo nuestro presente de cada día? ¿Qué más da que sea o no así? Intentemos responder. Jesús López Muñoz © Copyright 2007 RECONTRUCCIÓN DEL PASADO No se puede construir nunca nada sobre la nada. No somos lo que nosotros queremos ser, aunque así nos parezca, sino que estamos configurados, y más de lo que imaginamos, por el lugar en que nacemos. Su tierra, su clima, sus formas en el horizonte, sus colores y sabores hacen de nosotros un tipo de persona diferenciada al resto de otros pueblos limítrofes. La gente de Escalonilla, queramos o no, nos guste hoy más o menos, no somos iguales que los que beben otras aguas en otras fuentes o por sus tierras pasan otros caminos distintos a los nuestros. De alguna manera en nuestros rostros y complexión física se muestran las huellas del pasado. Por tanto es urgente recuperar la memoria histórica de nuestro pueblo, principalmente la de los siglos pasados para que no duerma durante más siglos en el olvido e indiferencia de los que nos sucedan. El P. Gonzalo en su libro “Escalonilla – apuntes históricos” en la página 11 titula al capítulo primero “MUCHOS SIGLOS. POCOS DATOS” Retomo este enunciado para que aunque hasta el momento sólo se hacían referencias a la famosa lápida funeraria a la que D. Juan Alonso Maldonado hace continuas alusiones para demostrar la existencia de Escalonilla ya en el siglo primero de nuestra historia, podamos afirmar hoy que también hay que hacer constar otros hallazgos tan importantes o más que la lápida en cuestión y que garantizan la afirmación primera. Escalonilla ya estaba aquí en el siglo primero y hoy podemos saberlo por la múltiple y suficiente proliferación de testimonios fehacientes. Jesús López Muñoz © Copyright 2007 MUCHOS SIGLOS: MUCHOS DATOS Cualquier escalonillero debiera presumir de su presente inmediato, pero tendría que hacerlo con más fuerza aún de su pasado lejano. Muchos siglos, sí, pero también hoy muchos datos para interpretarlo. Que Escalonilla ya era lo podemos afirmar con contundencia no sólo por las referentes funerarias del siglo primero, sino por los muchos testimonios que después se han encontrado, de los cuales algunos aportamos, pero que se debiera hacer algo por exhibirlos y conservarlos antes de que sea demasiado tarde.