PARA LA MEMORIA HISTÓRICA DE

Escalonilla ya era. Ya estaba aquí mucho antes que ninguno de nosotros. Escalonilla se hacía poco a poco con el paso de los años y los siglos. Se construía sabiendo que llegaría lejos en el tiempo y en el transcurrir de la historia. Escalonilla era tierra habitable y próspera para civilizaciones y pueblos. Cruce y paso de caminos para la construcción de lo que hoy conocemos como presente y actualidad desconocida. Escalonilla duerme… Lo hace en las sucesivas capas de su tierra que da de vez en cuando una señal de que aún no está muerta ni olvidada del todo. Lo hace en los imperceptibles hallazgos, llamémoslos arqueológicos, que alguna vez y de forma espontánea se pueden ver aún esparcidos en todo su término municipal.

Como siempre, no tiene ningún valor estar referencialmente mirando al pasado. ¿Qué pretendemos? ¿Qué queremos que nos de la tierra que pisamos? No hay que inventar nada. No hay que argumentar con el objetivo de aparentar ser importante en las hojas de la historia. Tal vez Escalonilla no tenga referentes influyentes en los avatares cotidianos de la vida de pueblos como el romano, visigodo o medieval… Pero Escalonilla se hacía en el día a día de esos pueblos aunque fuera en núcleos de población muy reducida, por otra parte nada extraño para esos tiempos en los que fundamentalmente de sobrevivía con una agricultura familiar.

Lo que la tierra de este pueblo nos devuelve algunas veces son vómitos, formas de hablar y de comunicarse de esas épocas a las que hacíamos referencia. Y con esas estructuras de lenguaje queremos organizar un alfabeto para descifrar lo que el pasado quiere legarnos. Para saber, aunque saber siempre es complicarse, quiénes somos y de dónde venimos para, de esta forma, presumir sí, pero ser más humildes cuando se trata de construir el presente.

Parece que en los tiempos actuales nosotros somos quienes hacemos todo. Nosotros somos quienes damos carácter de eterno a nuestras obras. Nosotros somos únicos y nadie nos sucede. No estamos acostumbrados a mirar y reflexionar sobre el pasado, a preguntarnos quiénes llegaron antes que nosotros y quién nos dio las pautas de muchísimos de nuestros comportamientos. Nadie mira una piedra sin creer que es un cascote, una inscripción sin pensar que fue realizada ayer, o toca con sus manos una moneda romana, por ejemplo, sin estremecerse y admirarse del recorrido y final de la misma.

Escalonilla quiere hablar, y es urgente que escuchemos, a la tierra y lugares del pasado para adentrarnos en un futuro mejor, pero incierto en cuanto al sentido de nuestra pertenencia a un pueblo, a una forma de vida, a una memoria que sí es histórica, más que ninguna, como intentaremos demostrar en las páginas siguientes.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 A estas alturas nadie me puede discutir, tras más de cuatro años dibujando perfiles y fotografiando mil veces las cosas, sentándome frente al horizonte y relacionar lugares, bebiendo en las aguas de sus fuentes y pisar caminos… que a las afirmaciones que hago las falte rigor histórico. Admito que pueda restarles una pizca de método científico porque la pasión puede vetar la luz de la imparcialidad, aunque no del todo, cuando sencillamente se intuye mucho más de lo que se puede saber y no se saber explicar. Sea como fuere lo intentaré para dejar constancia en el tiempo actual de las suaves gotas de lluvia que empapan nuestra tierra anhelando que llegue para ella pronto una nueva primavera donde se ponga en valor no sólo lo que es sino lo grande que fue aunque hoy no sepamos claramente interpretarlo.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 VERAGÜE AÚN TIENE MUCHO QUE DECIRNOS

Reverso: PACE Populi Romani V (BIQue PARTA IANUM CLUSIT) SC en letras grandes, a izquierda y derecha del templo.

Anverso: NERO CAESAR AVG (GERM IMP) Busto laureado del Emperador hacia la derecha

El templo de Jano (“Ianus Geminus”) cerrado, significa que no había tropas imperiales luchando, es decir, se proclamaba la paz universal.

Nos referimos a la moneda en cuestión, un As de bronce y acuñada en Roma durante el año 65 d.C. con un peso de 9,8 g. y 28 mm. Encontrada, como otras muchas de otras épocas, en lo que conocemos como Veragüe dentro del término municipal de Escalonilla.

Es un solo ejemplo para demostrar quizá lo más importante. Pondremos otros, pero traemos este hasta aquí porque ha sido el más reciente por el momento.

Una moneda romana, acuñada en Roma, allá por el año 65 después de Jesucristo y encontrada entre nosotros sólo puede suponer dos cosas, aunque yo me quedaría únicamente con una. Por una parte, el lugar donde se encuentra es importante. En esa ubicación aparecen múltiples fragmentos de cerámica de la época, piedras de moler y algún que otro capitel de granito que sólo pueden ser vestigios de una incipiente población o campamento de abastecimiento para poblaciones más grandes o ejércitos cercanos. Por lo menos de aprovisionamiento para la red de caminos o calzada desde Emérita Augusta a la Imperial Toledo. Dicha calzada pasa a unos metros de ese lugar que por otra parte es muy extenso.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 LOS POZUELOS, LUGAR DE AGUA Y VIDA

En su misma ubicación se encuentra el lugar denominado “los pozuelos”. Lugar de agua y tierra agradable para el cultivo. Los romanos, como otras civilizaciones no se asentaban en territorios exentos del líquido elemento indispensable para su modo de vida. Aunque ya haya pasado por otra cultura superpuesta, hasta nosotros llega hoy la conocidísima pero olvidada fuente de Veragüe también antes del Medievo asentamiento romano.

Una moneda perdida y traída hasta nosotros en nuestros días no puede significar otra cosa que, viendo sus características y procedencia, había gente, y consecuentemente población en ese lugar ya en los tiempos romanos. Es decir, que aunque se encontraran en el lugar vestigios de civilizaciones o pueblos anteriores, es posible que ocurra, por lo menos hoy podemos afirmar que en el 65 después de Cristo Escalonilla era Escalonilla.

En muchos sembrados y cuando empieza a clarear la primavera, a la puesta de sol en las tardes cálidas desde el mismo ángulo del chorro de agua de la Fuente Veragüe se pueden observar distintos tonos de colores que siempre son circulares en su forma. A simple vista llama la atención que repetitivamente cada año y en el mismo lugar salgan esas formas después de ararlas y darlas cien vueltas. La tierra, y no sólo el cultivo es de otro color. La única explicación existente después de su observación a simple vista y alguna que otra cata de excavación es sencilla. Son silos donde se quemaban los restos de alimentos y otros enseres. A menos de 20 cm sale ceniza y si se profundiza más se encuentra alguna que otra pequeña moneda de escaso valor y restos de otros utensilios de época romana y posteriores ya que estos silos fueron evidentemente reutilizados por pueblos posteriores. Cuentan, aunque yo no los he visto, pero lo cuenta quien aún vive, que otros de estos silos son grandes hoyos en la tierra pero sin nada. Son, o serían también, silos para otra utilidad como la de conservación del grano y los alimentos.

Por tanto, afirmo que esa extensión de tierra desde Veragüe a Perobeques pasando por los pozuelos y otros, era una población romana asentada en nuestro pueblo. Mejor, Escalonilla es una población asentada sobre la más grande de las civilizaciones, la romana.

¿Y qué importancia tiene esto para seguir construyendo nuestro presente de cada día? ¿Qué más da que sea o no así? Intentemos responder.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 RECONTRUCCIÓN DEL PASADO

No se puede construir nunca nada sobre la nada. No somos lo que nosotros queremos ser, aunque así nos parezca, sino que estamos configurados, y más de lo que imaginamos, por el lugar en que nacemos. Su tierra, su clima, sus formas en el horizonte, sus colores y sabores hacen de nosotros un tipo de persona diferenciada al resto de otros pueblos limítrofes. La gente de Escalonilla, queramos o no, nos guste hoy más o menos, no somos iguales que los que beben otras aguas en otras fuentes o por sus tierras pasan otros caminos distintos a los nuestros. De alguna manera en nuestros rostros y complexión física se muestran las huellas del pasado.

Por tanto es urgente recuperar la memoria histórica de nuestro pueblo, principalmente la de los siglos pasados para que no duerma durante más siglos en el olvido e indiferencia de los que nos sucedan.

El P. Gonzalo en su libro “Escalonilla – apuntes históricos” en la página 11 titula al capítulo primero “MUCHOS SIGLOS. POCOS DATOS” Retomo este enunciado para que aunque hasta el momento sólo se hacían referencias a la famosa lápida funeraria a la que D. Juan Alonso Maldonado hace continuas alusiones para demostrar la existencia de Escalonilla ya en el siglo primero de nuestra historia, podamos afirmar hoy que también hay que hacer constar otros hallazgos tan importantes o más que la lápida en cuestión y que garantizan la afirmación primera. Escalonilla ya estaba aquí en el siglo primero y hoy podemos saberlo por la múltiple y suficiente proliferación de testimonios fehacientes.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 MUCHOS SIGLOS: MUCHOS DATOS

Cualquier escalonillero debiera presumir de su presente inmediato, pero tendría que hacerlo con más fuerza aún de su pasado lejano. Muchos siglos, sí, pero también hoy muchos datos para interpretarlo. Que Escalonilla ya era lo podemos afirmar con contundencia no sólo por las referentes funerarias del siglo primero, sino por los muchos testimonios que después se han encontrado, de los cuales algunos aportamos, pero que se debiera hacer algo por exhibirlos y conservarlos antes de que sea demasiado tarde.

Es mucho lo que hizo D. Juan Alonso Maldonado dejando constancia de tales lápidas, tres, funerarias de las cuales se conserva sólo una en el museo arqueológico. Puede pasar lo mismo con los testimonios aportados si quienes pueden hacer algo no lo hacen. Al menos dejemos esta constancia para que las generaciones futuras o quien corresponda pueda sencillamente tener algún dato orientativo de nuestro legado histórico.

En realidad hacer afirmaciones de este tipo y a estas alturas del conocimiento que se tiene de la zona en cuestión no resulta arriesgado. Decir que Escalonilla ya estaba asentada durante los primeros siglos del Imperio de Roma en estas tierras es más fácil afirmarlo hoy con las evidencias que se constatan que cuando ya lo escribieron otros y sólo contaban con muy

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 escasos testimonios fehacientes como podían ser las lápidas funerarias que al día de hoy no podemos afirmar el lugar exacto de su ubicación.

La teoría se hace evidencia. Estamos en condiciones de afirmar sin ningún temor a equivocarnos, que durante los primeros siglos de Roma había núcleos de población por lo menos en lo que hoy conocemos como Veragüe y que dan testimonio de ello los muchos signos aparecidos.

Es decir, tenemos datos suficientes para poder descifrar el lenguaje de esa época en nuestra tierra. Hoy sabemos y podemos afirmar que en la época romana Escalonilla estaba habitada. Nos referimos evidentemente al término municipal y no al pueblo tal y como hoy lo conocemos. En este aún no aparecen signos evidentes de esa época. En algunas casas conservan alguna piedra pero siempre traída hasta aquí desde su término exterior pero siempre de los lugares que describimos.

Por lo tanto, primera duda resuelta, aunque esta no es la más importante, en Escalonilla se vivía, se luchaba, se sudaba y trabajaba cuando el Sacro Imperio Romano comenzaba su expansión por la llamada Hispania.

Escalonilla, y no lo pretendo decir, no era Emérita Augusta u otras ciudades de suprema importancia para los emperadores de Roma. No contaba para las arcas de Roma, pero si era lugar de paso y encuentro, cruce y vía de comunicación y por lo tanto lugar donde en el trascurrir de la vida cotidiana se paraba. Escalonilla ya estaba.

A la piedra funeraria, consecuentemente, habría que hacerla un monumento en nuestro pueblo. A fin de cuentas se trata de personas que aquí trabajaron y sudaron, vivieron y murieron siendo entre nosotros enterrados.

No puede ser menos cierto que los otros muchos testimonios encontrados merecerían el mismo trato o por lo menos la consideración de cada uno de los que aquí estamos.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 TESTIMONIOS PERDIDOS PERO IMPORTANTES

No se trata de restos arqueológicos de la misma evidencia que la famosa “Annia Diodora…” que por contener escritura y nombres y fechas resulta evidente su interpretación, pero a veces la historia es caprichosa y nos habla sin escritura ni palabras. Eso no significa que su lenguaje sea más inexacto sino que hace falta otro método para saber interpretarlo y ponerlo en la misma escala de importancia que las anteriores.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007

Se trata de cintos de piedras de moler de distintos tamaños y formas. Posiblemente unas fueran de moler bellota y otras cereal, incluso algunas que podrían ser batanes de cocina para machacar otros productos. A simple vista no son nada. El profano que pudiera encontrarlas no las daría más consideración que el que se da a una piedra vulgar y corriente. Esto lo demuestra que algunas se encuentren tiradas en las lindes porque a los agricultores les estorba a la hora de la siembra u otros menesteres del campo.

No tienen escritura, salvo la que se hace con las manos que en ellas molieron el sustento de cada día y que por eso son más sentimentalmente importantes porque sin indicarnos nada evidente aún puede olerse en ella el sacrificio y vida cotidiana de quienes las usaron.

Su lenguaje no es otro que el de quien sabe que pertenecieron al siglo I‐IV y que hoy permanecen olvidadas, cuando no tiradas, en cualquier sembrado en espera de que alguien, no sé muy bien quien, las saque el jugo de su evidencia y su pasado.

Evidente resulta ya a estas alturas la apreciación que se puede hacer y la valoración de juicio emitida en estas páginas sobre la presencia de Roma en nuestro pueblo. Afirmamos que la zona conocida como Veragüe perteneció a la influencia romana y así lo atestiguan los vestigios encontrados y que puede que algún día sean más grandes y más evidentes para que sean también más convincentes.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 UNA TÉSIS RESUELTA PARA SIEMPRE

La tesis está planteada y creo que también resuelta. Escalonilla ya era desde el siglo primero. Escalonilla ya estaba aquí hace mucho tiempo y podemos afirmarlo porque aunque son muchos siglos, hoy tenemos muchos datos también.

Documentar este sitio y otros de nuestro término municipal no resultaría difícil hoy. A la Arqueología le toca ahora interpretar el lenguaje de esta época en cuestión y de otras que intentaremos ir describiendo a lo largo de este trabajo.

TESIS: ¿Se podría demostrar hoy que Escalonilla era ya durante los primeros siglos del Imperio Romano una población existente en nuestro término municipal?

¿Qué lugar preferentemente podríamos identificar dentro del territorio de Escalonilla como presencia de vida durante el Imperio Romano?

¿Cuáles son los instrumentos arqueológicos con los que se cuenta en la actualidad para hacer afirmaciones en este campo?

¿Los hallazgos permiten resolver la duda?

Los entendidos habrán de juzgarlo. Yo, por el momento, dejo constancia de lo que creo que es más que una sencilla intuición. Para eso se aporta no sólo lo intuido, sino lo comprobado y fotografiado que siempre son piezas encontradas en el mismo lugar del que escribimos.

Escalonilla ya era… Escalonilla ya estaba.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 CALZADAS ROMANAS A SU PASO POR ESCALONILLA

Ya dijimos en otro momento que la calzada romana de Emérita Augusta a Toledo y Segóbriga pasaba muy cerca de Escalonilla. Así lo atestigua, parece, en los “Itinerarios de Antonino” que es una recopilación de rutas del Imperio Romano en tiempos del Emperador Diocleciano, en torno al año 290 de nuestra era. Concretamente es el itinerario número 25 el que hace mención de este asunto.

Bien es verdad que algunos autores no se ponen muy de acuerdo para trazar estas rutas romanas, aunque la mayoría no descarta nunca la posibilidad de que por aquí pasara esa vía de comunicación tan importante para la presencia de Roma entre nosotros.

“No pocos han querido suponer que la antigua vía romana iba más al Norte, siguiendo hasta la actual carretera de primer orden de Extremadura, y torciendo luego por Alcabón, Torrijos de los Olivares y Riélves a Toledo, casi por el trazado de la moderna carretera. Otros indican un trazado intermedio, marchando desde por Erústes, Carríches, Carmena y á Riélves; pero, aunque en muchos de estos pueblos o en sus cercanías hay restos romanos, no parece probable que existiera otra vía tan cercana en aquel tiempo, a pesar de que el último camino lleva también el nombre de real viejo y hay un sitio llamado Calzada entre los dos penúltimos pueblos: todas estas vías fueron frecuentadas en las épocas antiguas para la expediciones y conquistas.

El trozo en que parece indudable la existencia de camino romano es el de á Santa Olalla, que se prolongaba al Nordeste y del cual existen mayores señales é indicios; pero este sale completamente del territorio y del objeto que me he propuesto analizar; observaré, sin embargo, que llamándosele en un documento, víam toletánam qua itur de sancta heulalia ad talavéram, podría ser esto indicio de la existencia de la vía completa hasta Toledo. La distancia de Talavera de la Reina á esta capital, por el camino más próximo al Tajo, es solo de 52 millas, en vez de las 55 que corresponden en el Itinerario de Antonino, bajo el supuesto indicado del cambio de AVGVSTÓBRIGA por CAESARÓBRIGA: apenas resulta diferencia para los otros caminos posibles por Carríches y Santa Olalla. La longitud total entre EMÉRITA y TOLÉTVM por la vía descrita resulta de 183 millas, en vez de las 111 ó 121 que, como máximo, señala el mismo Itinerario.”

Vías romanas entre Toledo y Mérida Francisco Coello

En todo caso aquí se haría realidad el clásico refrán popular que dice que “todos los caminos llegan a Roma”.

Mientras se ponen o no de acuerdo los entendidos, supongamos que pasaba muy cerca o por Escalonilla y que en el transitar de ejércitos de una Ciudad a otra, Escalonilla era lugar de paso y parada y algo se quedó, como queda demostrado, entre nosotros.

Tal vez llegados a este punto sea conveniente recordar que al lado de las antiguas calzadas había las denominadas Mansiones que eran “estaciones” en las que se dividían los

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 itinerarios romanos. El término deriva del latino “manere” que significa lugar donde pasar la noche durante un viaje.

El término latino mansio‐onis hace referencia a los mesones o casas de postas de las calzadas, aunque posteriormente se utilizara en sentido amplio para denominar un “lugar” o “núcleo urbano” próximo a tales vías de comunicación.(Diremos algo más adelante).

Dependiendo de la interpretación del ITINERARIO DE ANTONINO que se le quiera dar podemos entender por MANSIO o MANSIÓN (función civil o militar).

Casa de postas, venta o mesón, donde habría caballos de recambio, carros, bueyes. Era una especie de área de servicio. Eran como despensas, grandes silos o lugares de almacenamiento donde se acumulaba el ANNONA, una especie de impuesto en especie, grano, etc. Que se encargaban de recaudar las Legiones Romanas. También a lo largo del camino estaban las MUTATIONE, lugares donde cambiarse y tomar un refresco.

Yo creo que principalmente la zona de los Pozuelos hasta Perobequez, donde además de otras cosas, monedas, etc., se encontró un escudo militar romano, era una zona de aprovisionamiento o MANSIO donde se “refrescaban” las tropas que por esta vía romana transitaban. Es decir, interpretamos el itinerario de Antonino desde el punto de vista militar.

Tal vez las palabras de Menéndez Pidal en su Introducción a la Historia de España sean premonitorias también para la Escalonilla de hoy: “Había recibido España del Imperio condiciones extraordinarias de vida… En el siglo primero la España de Vespasiano era por sus riquezas y por sus habitantes la segunda región del orbe conocido por Plinio. El siglo IV la España de Teodosio continuaba en la preeminencia que el decaimiento general consentía, engrandecida aún por el prestigio político que en tiempos de Plinio le faltaba. Esa España, sin historia propia, aparece no obstante dentro de la historia imperial con plenitud de rasgos característicos, expresados en escritos y en acciones tan grandes como el inmenso ámbito

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 romano en que se producen. No ha hecho sino suministrar valores espirituales y materiales para el Imperio, pero en ellos hemos ido encontrando una valiosa prefiguración de lo que España será en el futuro, cuando halle ocasiones favorables para salir de la poquedad a que cada provincia quedó reducida al desmoronarse la enorme construcción de que formaba parte”.

En otro Documento titulado “Informe a la Real Academia de la Historia sobre su viaje a Extremadura entre 1752 y 1753” fechado el 2 de Octubre de 1753 y siguiendo para hacer este viaje la ruta romana, se cita textualmente: “…el 7 salí de Toledo, continuando viaje a Burujón…el 8 pasé desde Burujón por la Mata y Cebolla a Talavera de la Reina…” (Documento CAG/9/7980/005(42) del Archivo de la Real Academia de la Historia en Madrid) Lo que consecuentemente significaría que para ir de Burujón a la Mata, D. José Luis Velázquez de Velasco, Marqués de Valdeflores, pasaría por Escalonilla al igual que la Calzada Romana en esta ruta.

He consultado últimamente algunos expertos en la materia sobre calzadas romanas que evidentemente conocen mucho mejor que yo el tema. Todos coinciden en afirmar que en dichas “autopistas” romanas por donde pasaba toda la vida económica, social y política del Imperio, había, porque así estaba establecido, cada 16 kilómetros justos, sitios de aprovisionamiento, campamentos y posadas donde hacer un alto en el camino y reponer fuerzas para proseguirlo.

Dicha teoría viene a confirmar que lo que conocemos en esa zona desde Perobéques a la fuente de Veragüe, que es muy amplia y extensa, se encontraba unos de esos lugares de aprovisionamiento antes de llegar a la Imperial Ciudad. De lo contrario no tendrían ningún sentido los cientos de restos arqueológicos encontrados y las monedas de distintas épocas.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 Había vida social y económica en ese lugar de trasiego de tropas y comerciantes. Esto hace que estemos en condiciones de afirmar la huella romana ya desde el siglo primero en nuestro término y tierra de Escalonilla.

Nos gustaría que fuera más evidente esta huella. Hoy, mediante las nuevas técnicas y maquinarias, se está “arreglando” parte de esa calzada en el término de Carmena. Sólo una parte antes de llegar a la Cañada Real Segoviana con el término de Gerindote. No encontré evidencias físicas de ese camino, aunque estoy convencido de que las hay en los substratos más íntimos de la tierra.

No se trata ya de una teoría sino de una afirmación: En este punto de la Calzada Romana había actividad humana en los siglos primero al cuarto del vasto Imperio Romano. Había consecuentemente cementerios o necrópolis y seguramente que fueron reutilizados por civilizaciones o pueblos posteriores. Este es el caso del cerro justo al lado de la fuente del camino de Veragüe que es, hoy sin ninguna duda, un cementerio de esa época y posterior por los restos humanos completos que aparecen y las características de los mismos. Si alguien escavara dicho montículo tendríamos la evidencia de dicha afirmación.

Cuando estaba preparando esta parte de la actual publicación, el azar, y sólo eso, quiso que apareciera otra de las pruebas irrefutables de que al lado de la Calzada romana, donde afirmamos que se asentó una población de algún tipo para abastecimiento de los que por allí pasaban y utilizaban dicho camino, había actividad.

Parte de un mortero o “morteruelo” que podría haber sido utilizado para dos cosas. O bien es un utensilio de cocina o lo es de cosmética. Labrado en el reborde superior y con cuatro salientes u orejuelas que le definen perfectamente. La otra mitad aún estará en algún lugar de la tierra que labrada cada año pudiera dárnosla en algún momento.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 Otra vez a esperar que algún día la Arqueología, ciencia que tiene tanto que decir entre nosotros, tenga la última palabra al respecto.

En la finca de Perobeques, en una de mis visitas al lugar pude fotografiar dos morteros parecidos al anterior que por gentileza de sus dueños relacioné inmediatamente con la época y función también del encontrado en nuestro término. Pueden ser de la misma época y para actividades parecidas o iguales. Estos se han conservado casi intactos, el nuestro yace partido en algún lugar.

Muchas ciudades y pueblos, lo sabemos por los innumerables estudios realizados al respecto, nacieron como consecuencia de un cruce de caminos. Pero se elegía ese cruce de caminos no como consecuencia del azar sino porque se daba en aquel lugar algo especial que lo hacía habitable y apto para las actividades que allí se pretendían. Escalonilla, la antigua, fue elegida por aquellos hombres y mujeres antepasados nuestros porque tenía su tierra las propiedades que en ella buscaban para hacer la fundación de sus patrones de convivencia.

De aquella Escalonilla no queda ya casi nada excepto los hallazgos a los que hacemos referencia, pero lo poco que nos queda tendríamos que amarlo más y conservarlo mejor para no perder definitivamente nuestras referencias. Si perdemos el “símbolo” perderemos también nuestra identidad.

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Campos de Escalonilla por donde pasaba la Calzada Romana

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EL MAPA DE D. TEODORO GARCÍA JIMÉNEZ

Cuando estaba gratamente admirado por el hallazgo anterior y haciendo una tarde lo que se llama “trabajo de campo” sorprendentemente me encontré en casa con unos documentos muy interesantes que me dejó, ignoro la razón, D. Teodoro García Jiménez, y que él había trabajado, a su modo, hacía ya algunos años. Era evidente que yo no soy el primero en escribir sobre este asunto ni tampoco el más interesado en que quedara constancia de la hipótesis. Dejo aquí lo que él me entregó con el agradecimiento correspondiente y como intuición de la afirmación emprendida en este apartado del trabajo.

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(Lápida funeraria de época romana en la finca de Perobeques)

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PRESENCIA ROMANA EN “EL GUERRERO”

Lo que intentaré describir a continuación, aunque es un tanto arriesgado por algunas de sus afirmaciones, tiene la misma verosimilitud que lo anterior en el sentido de que está comprobado también por el tipo y la cantidad de restos arqueológicos encontrados. Ciertamente, el que no arriesga, ni gana ni pierde nunca nada. Postura, por otra parte, que se emplea hoy mucho y arbitrariamente en casi todos los campos de la vida.

No podemos, gracias a Dios, limitar la presencia romana sólo única y exclusivamente a lo ya descrito en Veragüe. Un dato más que refuerza la tesis anterior lo tenemos, y es muy importante, en el menos conocido lugar denominado El Guerrero.

Lugar que hoy podemos dividir entre dos términos municipales, el de la población vecina de Carmena y Escalonilla, partido por el Arroyo del Valle y consecuentemente fraccionado por este cauce fluvial.

Dos lugares de idénticas características donde se encuentran dos necrópolis con alguna diferencia que aún yo no sé resolver del todo. En una parte aparecen testimonios romanos y en el otro, hasta el día de hoy, sólo visigodos. En la parte de Carmena encontramos escasos testimonios visigodos mientras que en la de Escalonilla son infinitamente más abundantes.

Ahora es más fácil entender lo arriesgado de las afirmaciones posteriores.

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¿ROMANO O VISIGODO?

Que se trata de un sarcófago, aunque hoy ya en muy mal estado, es evidente. Yo he tenido la suerte de poderlo ver más completo y por lo tanto era más certero el juicio que se podía hacer. La cuestión o discusión al respecto es catalogarlo en la época y siglo preciso. Dado que son muy escasos los datos de la época visigoda que allí aparecen, aunque alguna hebilla y clavos de tumbas, aparecieron alguna vez. La más grande y evidente es esta pieza. Una sepultura que a su vez podemos afirmar que era de alguien “importante” ya que el resto de las que aparecen son infinitamente más pobres y humildes. Ninguna como esta nos hace sentir que allí enterraron a alguien que se diferenciaba por alguna razón.

Yo personalmente mantengo que es anterior a la era visigoda. Consecuentemente a la romana por las características de la piedra que es de granito moreno y labrada rudimentariamente pero trabajada para diferenciar a quien la ocupaba. También es verdad que siendo de época romana podría haber sido reutilizada para enterramientos posteriores.

La cuestión es que al día de hoy yo personalmente tengo mis dudas razonables para afirmar que es un sarcófago visigodo y me inclino más por hacer la afirmación de que es romano. Si llega a tiempo, la Arqueología, como siempre, tendrá la última palabra.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007

A mí, que es un sarcófago romano me parece evidente. “tapa y base” de un mismo cuerpo de granito lo pueden ratificar. Yo lo he visto con restos humanos aún dentro.

Lamento que este resto arqueológico tan importante se encuentre en lo que hoy es término de la Villa de Carmena. No hay que sacarlo de su lugar primigenio pero sí que las autoridades de este pueblo debieran tratar de saber más sobre el lugar por la importancia en sus orígenes que pudiera tener.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 ENTERRAMIENTO ARRIESGADO

En Carmena, por lo menos que yo sepa, no hay hasta el día de hoy otro lugar donde se den dichos hallazgos. Supongamos que es un lugar único y que pertenece a la época romana. Supongamos igualmente que dicho sarcófago se pueda catalogar en el 304‐305 durante la era de Diocleciano siendo Prefecto de Roma en estas tierras Publio Daciano, hombre feroz y cruel contra los seguidores de Jesucristo. El 305 es la fecha del martirio de Santa Leocadia en Toledo y de otros mártires de Barcelona etc. Si esto fuera así es la misma época y año del martirio de Santa Justina, la mártir de Carmena. La chica que supo dar su vida antes de adorar a los dioses que proponía el Prefecto sería enterrada como testigo de la fe en Jesús en, por lo menos, un lugar diferenciado de los demás. Su tumba sería forzosamente especial en algo puesta en un sitio especial dentro o no muy lejos de su núcleo de población. Mientras no aparezca otra cosa esta es la única tumba romana de tales características aparecida en el término de Carmena.

No es muy grande en sus dimensiones y por lo tanto sólo puede ser de un niño o de una chica joven y no muy grande.

Sólo dejo esto planteado como hipótesis porque no me atrevería a decir con rigor histórico que esta fuera la primera tumba de la mártir Santa Justina. En Carmena, ignoro la razón, la localizan en otro paraje aunque no hay ni la más mínima constancia arqueológica de dicha tradición. No es que pretenda desmontar algo en lo que la gente cree por tradición oral desde antaño. Es una sugerencia que no es del todo descabellada tratándose de la importancia y características del hallazgo. Mucho menos puedo afirmar que los restos salidos de esa tumba y esparcidos por un radio de más de doscientos metros fueran los de la santa. Si así fuera sería todo un hallazgo, pero por lo menos son huesos de alguien que lleva siglos allí en esa tumba enterrada. Otra vez será la Arqueología, en su momento, la que hable, pero mientras lo hace y puede que no sea nunca, deberíamos saber escuchar a quien quiere hablarnos y tiene tanto que decirnos de nosotros mismos.

(Esta fotografía la tomamos como referencia de cómo pudo ser dicho sarcófago, aunque no corresponde al término municipal de Escalonilla)

Jesús López Muñoz © Copyright 2007 Sería absurdo afirmar que no pretendo demostrar nada. Siempre que se escribe, y fundamentalmente sobre estos aspectos, es obligado verter afirmaciones que de alguna manera son referentes históricos interpretativos para intentar entender a los pueblos o civilizaciones del pasado. Nunca serán afirmaciones de tipo dogmático y por tanto indiscutible pero tal vez en su forma de hipótesis se contenga la clave para proseguir su estudio.

De todos es sabido que el término “arqueología” viene o deriva del griego y significa o quiere decir “antiguo” o “viejo”. La arqueología es una disciplina que estudia las sociedades a través de sus restos materiales. En Escalonilla, en el tiempo actual se puede “hacer arqueología” porque aún hoy son algunos los restos materiales que aparecen como referentes de antiguas sociedades que se asentaron entre nosotros.

Si es verdad, aunque sea un concepto desfasado, que la arqueología es una ciencia auxiliar de la historia, entonces podemos afirmar que con los restos actuales que tenemos y a partir de los mismos, podemos interpretar la historia pasada y hasta presente del lugar donde vivimos. Es más, podemos decir con precisión que dichos restos son no sólo nuestro pasado sino que son con toda propiedad nuestra historia y como tales hubiera que cuidarlos y conservarlos.

De todas maneras podemos decir que la arqueología no es sólo algo auxiliar de la historia sino que abarca mucho más como por ejemplo la antropología. Es decir, dichos restos esparcidos por nuestro término no sólo nos hablaran de las sociedades y su organización, sino, y esto es tanto o más importante, de cómo eran nuestros antepasados. Dichos restos nos pueden aportar principios y referentes conductistas y psicológicos de esos antepasados. Si queremos construir Escalonilla no tenemos más remedio que admitir que las piedras, monedas y restos humanos encontrados son las piezas para la reconstrucción definitiva de la Escalonilla antigua.

Tengamos en cuenta que la presencia romana en España duró siete siglos y que esto hace que aunque no sean muy importantes los restos encontrados por el momento, serían suficientes para indicarnos que durante esos setecientos años en Escalonilla se asentaron pueblos pertenecientes a esa cultura mientras duraba la conocida Pax Romana y se asentaban las fronteras del dilatadísimo Imperio.

Jesús López Muñoz © Copyright 2007